divendres, 5 d’octubre del 2007

Todos a la cárcel.

Audacia y contundencia ha mostrado el juez Garzón al detener a la mesa nacional de Batasuna varios de cuyos miembros seguramente acabarán haciendo compañía a los señores Otegi y Olano, que llevan ya un tiempo entre rejas. Sin duda habrá quien se eche las manos a la cabeza, vaticinando que, con esta nueva medida represiva, arderá Troya o el País Vasco. Me parece que no. Habrá algunos altercados callejeros, cajeros automáticos achicharrados y algún contenedor de basura en mitad de la calzada. Pero del tantas veces anunciado plante de masas importantes de nacionalistas y simpatizantes, las grandes manifestaciones que paralizarían el país, nada de nada. Aquí no va a pasar nada, como no pasó cuando se ilegalizó a Batasuna, ni cuando se encarceló a Otegi ni pasará nada cuando el Gobierno suspenda la autonomía del País Vasco si el señor Ibarretxe lleva adelante su pretendida consulta. Las razones de esta falta de pulso resistente, de esta apatía de los sectores nacionalistas y, desde luego, de la creciente simpatía con que se ven estas medidas en la opinión pública española vienen de antiguo y conviene recordarlas.

El independentismo, nacionalismo, abertzalismo o movimiento vasco de liberación, como quiera llamarse esa proteica orientación de una parte de los vascos ha acabado agotando la paciencia y el caudal de simpatía de que pudo haber gozado entre la izquierda española. Y lo ha hecho por su incapacidad (o voluntaria y poco inteligente negativa) de entender los cambios habidos en España desde el fin del franquismo, por la injustificada continuidad de la actividad armada de ETA durante la democracia, por el apoyo y el amparo que la miriada de organizaciones políticas ha venido prestando a las actividades terroristas de esa organización y por el desprecio con que siempre han tratado a todo lo procedente de España, incluida la solidaridad de su izquierda, partidaria del acuerdo, la negociación y el derecho de autodeterminación.

Cuando la cuerda se tensa por la obstinación e inflexibilidad de una de las partes, se acaba rompiendo y las consecuencias pueden verse con claridad: nunca ha estado el nacionalismo vasco en todos sus matices más lejos de sus objetivos que hoy.

La impunidad con que manifestaron su apoyo al uso de la violencia contra gentes indefensas en los años pasados en que ETA (que ya no es ni reflejo de lo que fue) sembraba de muerte y sufrimiento la geografía española y la vasca; la calculada ambigüedad del nacionalismo burgués, beneficiario directo de la situación sin salida a que abocaba la praxis terrorista al País Vasco; los dos fracasos de las primeras negociaciones, en 1989 y 1998, que frustraron muchas esperanzas; la amarga experiencia de los crímenes policiales de los GAL, auténtica canallada que todavía envenenó más los ánimos y debilitó mucho al Estado de derecho y su política de seguridad; todo ello acumulado extendió la convicción social de que el independentismo, el asesino y el "político", cómplice de aquél, no era vencible por la vía policial y judicial sino que, al contrario, cualquier medida de este tipo que se tomara, provocaría una reacción social en el País Vasco que empeoraría las cosas.

Esos prejuicios y falsedades empezaron a romperse con el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo y la subsiguiente Ley de Partidos con que los partidos españoles respondieron al pacto nacionalista excluyente de Lizarra que, a su vez, fue un intento de relegitimar la acción independentista después del inhumano asesinato de Miguel Ángel Blanco, perfectamente equiparable a las ejecuciones de judíos por los nazis. Coincidentemente con estos hechos, parte de la izquierda española empezó a distanciarse de la vasca no interesada en nada que no fuera la imposición completa de sus puntos de vista, enunciados por los de las pistolas y apoyados en ellas.

Llegó luego la ilegalización de Batasuna y el llamado "entorno" de ETA que, desde luego, resulta muy objetable desde el punto de vista de la práctica procesal democrática, pero que tampoco suscitó movimiento alguno de protesta o resistencia digno de consideración. Vino después el breve lapso de la tercera y última negociación, propiciada por la llamada "propuesta de Anoeta" que, como pudo verse después, no era más que humo, dado que, ironías de la vida, Batasuna carece de autonomía frente a los pistoleros. Y, por último ETA rompió unilateralmente la tregua (primero por la vía de hecho, a lo gangsteril y luego mediante declaración formal) al comprobar que no arrastraría al Gobierno a concesión alguna en contra de la vigente Constitución.

Normal. La dicha Constitución permite y ampara las reivindicaciones independentistas pacíficas sin límite alguno, como puede verse en el caso de ERC, ¿qué sentido tenía tratar de arrancar un compromiso inconstitucional al Ejecutivo sino el de conseguir por la vía del chantaje lo que no consiguen mediante la libre expresión de sus programas? Una vez comprobado que ETA llama negociación a la imposición de sus puntos de vista y que Batasuna llama "acción política" a seguir sin respetar el derecho a la libertad de expresión y a la vida de quienes no piensen como ella, la represión ha ido a más, cuenta con la eficacísima ayuda del Estado francés (que es elemento determinante en la derrota de ETA) y poca gente la cuestiona ya en España. Paradójicamente la única esperanza de los independentistas es que el partido de la derecha española, en su ofuscación, obstaculice la acción del Gobierno socialista en la lucha contra el terrorismo.

Y ahora, todos a la cárcel, que mucha gente en este país, incluido el vasco, está ya harta de la impunidad con que los aliados "políticos" de los terroristas trataban de seguir imponiendo sus criterios a base de blandir pistolas por persona interpuesta. Tenía que quedar claro de una vez que la disposición del Estado de derecho a negociar y de la izquierda partidaria de la autodetermiación no son pruebas de acobardamiento o debilidad. Los pistoleros y quienes los apoyan suelen creer erróneamente que la fidelidad a los principios que otros puedan tener es una forma de ocultar su amilanamiento. Nada más falso.

Ahora, con la mesa nacional de Batasuna detenida es de suponer que el Estado se tomará en serio las tareas subsiguientes: el cumplimiento de la ley allí donde ésta sea quebrantada, tanto en las acciones de la ANV, como en el asunto de las banderas o en el de esa consulta con la que Ibarretxe cree que puede salvar algo del naufragio independentista. Porque si la cerrazón, el desprecio y la actitud de trágala permanente de los señores de Batasuna son difíciles de soportar, no lo es menos la taimada hipocresía del soberanismo burgués a lo Ibarretxe que iba a convocar una consulta "en ausencia de violencia y con consenso" y, al final la anuncia con los pistoleros tratando de asesinar todo lo que pueden (que ya es muy poco), los gamberros de la kale borroka intentando amedrentar a todo Dios y sin consenso alguno. ¿Cómo va a extrañar que algunos pensemos que la propuesta de Ibarretxe es un intento desesperado de rentabilizar los restos del terrorismo etarra antes de que se lo trague el basurero de la historia?

El juez hará muy bien mandando a la cárcel a aquellos miembros de Batasuna que lo merezcan, a ver si les entra en la cabeza que la ley hay que cumplirla y que no hacerlo tiene las condignas consecuencias en un país en donde defender pacíficamente las ideas que ellos defienden es posible. Y el Gobierno también hará bien suspendiendo la autonomía del País Vasco, como recomienda el señor Guerra, en aplicación del art. 155,1 de la Constitución, si el Lehendakari se obstina en poner fuera de la ley tanto a él mismo como a la institución que representa.

(Las imágenes son tres láminas con grabados de Giovanni Battista Piranesi, pertenecientes a su obra Carceri de invenzione, a mediados del XVIII).

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Vidas de mujer.

Está bien la peli de Iciar Bollaín, aunque el título induzca a confusión porque son tres mujeres pero no tres espías mezcladas de femme fatale, sino tres detectives privadas, que ya es original. Me puse a pensar en el interés del "punto de vista femenino", vamos, una peli sobre mujeres hecha por una mujer. Luego me lo quité de la cabeza con el argumento de que, cuando uno topa con una peli hecha por un hombre y sobre hombres, nunca cae uno en la cuenta del aspecto de género. ¿Por qué sí cuando se trata de mujeres? No me hizo falta contestar porque el film está concebido a propósito para reflejar el punto de vista de las mujeres, así, sin más, sin que eso sea la consecuencia no querida de otra intención. Se trata de tres historias paralelas, interconectadas, simultáneas, no consecutivas. No hay duda de que el guión, de la propia señora Bollaín, está muy bien trabado, más lucido que la dirección, también de la señora Bollaín que, a veces, es un poco plana, lo que contrasta con el ritmo del guión, trepidante.

Las tres historias implican contraparte masculina y las tres dan cuenta de las especiales dificultades de la mujer y, en cierto modo, pregonan su superioridad moral: las dificultades de Carmen para conciliar maternidad, vida familiar y carrera profesional; la imposibilidad en que se encuentra Inés de instrumentalizar una relación amorosa al servicio de su carrera; la negativa de Eva de prolongar una convivencia sin amor, sin afecto y prácticamente sin comunicación alguna. En los tres casos son las mujeres quienes anhelan una vida plena, auténtica y son los hombres los que están en falso, en la higuera o encerrados en un egoísmo encallecido.

De las tres figuras femeninas y las tres historias la central es la de Carmen porque además es la más realista y representativa de muchas mujeres. Si trabajan -y en un trabajo exigente en el que no hay horarios- y se cuidan de los niños sin ayuda alguna exterior un día explotan. Si, además, el marido parece tener una aventura por ahí, la explosión puede ser enorme. Es la historia central. Las otras dos parecen complementos, están menos cuidadas, menos matizadas. No podemos hacernos una idea cabal de la historia de Eva porque el marido no habla y desconocemos su punto de vista.

En todo caso, la peli está muy bien llevada, resulta muy rápida y muy agil, aunque se abusa un tanto de los fundidos en negro y tiene gracia que sea tan agitada, con tanta pasión y sin violencia alguna. Está claro que las pelis de detectives son muy distintas según que las rueden hombres o mujeres, porque se fijan en cosas distintas. En las de hombres, incluso europeos, siempre cae algún puñetazo, hay una persecución de coches o alguien tira de pistola. En esta hay niños, ancianos, gente sencilla y nobles ideales. No está claro qué sea más realista.


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dijous, 4 d’octubre del 2007

El patinazo del señor Rajoy.

Los muñecos de raca-raca que dibuja Peridis en El País a las órdenes del señor Ibarretxe y el soberanismo vasco podría aplicarlos a la derecha española, especialmente los señores Rajoy, Acebes y Zaplana. Raca-raca, Zapatero tiene la culpa, raca-raca, Zapatero debe dimitir, raca-raca, de qué se trata que me opongo. Ayer el señor Rajoy se superó a sí mismo responsabilizando al señor Rodríguez Zapatero del anuncio ibarretxiano de convocar al populus el otoño que viene, cuando enrojezcan las hojas de los robles, especialmente el sacratísimo de Gernika.

Son ya varias las voces que vienen usando términos casi apocalípticos para referirse a la famosa consulta propuesta. Los señores Acebes y/o Zaplana y, al parecer, el señor Peces-Barba, dicen que es el mayor desafío lanzado a la Constitución Española desde el día del Tejerazo. Mucho, desde luego, y la conclusión es que si el presidente del Gobierno fuera responsable de tal felonía debiera ser procesado por alta traición. El señor Rajoy, a quien no duelen prendas en una cita más o menos fidedigna, lo explica diciendo que "todo empezó cuando dijo que la nación española es un concepto discutido y discutible", según asegura Libertad Digital, periódico de los buenos, decentes, honestos y temerosos de Dios. Creo recordar que el señor Rodríguez Zapatero no dijo tal cosa, sino que "el concepto de nación es discutido y discutible", que no es lo mismo. ¿O es que el señor Rajoy no cree que el concepto de nación sea discutido y discutible? ¿No es obvio que no hay acuerdo sobre ese concepto y que es de los más discutidos y discutibles de las ciencias políticas, jurídicas y sociales en general? ¿Cree el señor Rajoy que hay un concepto indiscutible de nación? ¿Cuál? ¿El suyo? ¿Y qué se hace con quienes tengan otro?

De todos modos, en mi opinión, la defensa que hizo el señor Rodríguez Zapatero al recordarle al señor Rajoy que el raca-raca consultatorio ibarretxiano ya comenzó su matraca en el año 2000 es justa pero insuficiente. No se trata tan solo de que el plan de consulta se anunciara en 1998 y comenzara su periplo en 2000, siempre con gobiernos del PP, hasta terminar en dique seco en 2005 en las Cortes españolas. Eso no es todo.

Lo verdaderamente pintoresco es que el PNV incluyó el derecho de autodeterminación en su programa electoral para las elecciones autonómicas de 1998 precisamente para responder a una provocación del PP, que lo retó a presentarse incluyéndolo. El PP vasco, dirigido entonces por ese genial estratega que es Mayor Oreja que reunía la mirífica doble condición de ser el candidato a lehendakari de la derecha y el político peor valorado en el País Vasco, estaba convencido de ganar aquellas elecciones y presumía que si el PNV incluía el derecho de autodeterminación en el programa, se enfrentaría con los sectores autonomistas del electorado y perdería apoyo popular. Inteligente, ¿eh? De lumbrera, vamos. El resultado fue el peor posible para el PP: el PNV incluyó la autodeterminación y ganó las elecciones. A continuación puso en marcha ese proceso al que le habían retado y la respuesta del PP fue proponer una reforma del Código Penal que permitiera meter cinco años en la cárcel a quien convocara un referéndum ilegal.

Con ese pasado próximo tan indescriptible acusar a otro se ser el responsable de aquello que sólo es imputable a uno mismo demuestra una pavorosa indigencia mental. En todo caso es una situación tan absurda como las que protagonizaba el señor Rajoy cuando pedía a voz en grito al señor Rodríguez Zapatero que volviera al Pacto por las Libertades y el Terrorismo que se había aprobado precisamente a instancias del señor Rodríguez Zapatero y del que el mentado señor Rajoy aseguraba muy ufano que se trataba de un conejo que el entonces Secretario General del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno había sacado de la chistera.

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En favor de Birmania.

En su última campaña, de la que me hice eco aquí, los de Avaaz han conseguido 543.197 firmas de todos los países del mundo para protestar por la represión de manifestantes demócratas pacíficos que lleva a cabo la junta militar de Birmania. ¡Medio millón!

Ahora quieren subir a un millón, cosa que me parece muy bien. Se dirigen a las autoridades chinas, respaldo de la dictadura militar birmana y les recuerdan algo que quizá les haga pensar, esto es, los próximos juegos olímpicos de Pekin. Pues nada, quien quiera firmar a favor de los demócratas birmanos, que lo haga aquí, que está en español.

Subleva ver esas imágenes de manifestantes, monjes y seglares, apaleados con saña por los soldados. Ya sé que es poco lo que uno puede hacer y que siempre nos queda el resquemor de si no estaremos adormeciendo nuestra mala conciencia cada vez que se nos pide que firmemos, protestemos, nos manifestemos, donemos o hagamos cualquier otro gesto a propósito de algunas de las barbaries que tienen lugar en el planeta casi de continuo. Bueno, menos da una piedra.

Asimismo es posible que, al solidarizarnos con una u otra causa que nos parezca justa en este ancho mundo, nos estén tomando el pelo porque haya ocultos manejos en la sombra etc, etc. Bueno también, siempre he pensado que vale más pecar de ingenuo de buena fe que ir de listo de mala fe.

dimecres, 3 d’octubre del 2007

La represión no es el camino.

Arrecia la contestación a la Monarquía en España. Algún(a) amable lector/a de conviciones republicanas manifestaba ayer prevención frente a lo que está sucediendo y negaba que fuera momento oportuno para cuestionar la legitimidad de la Monarquía y proponer la (re)instauración de la República.

Entiendo que sí ya que la contestación virulenta que la Corona está cosechando no es, me parece, peligrosa. Hay una parte movida por la izquierda, nacionalista o no, y otra por un sector de la derecha mediática. La contestación antimonárquica de la izquierda da la impresión de ser una primera respuesta al secuestro de la revista El jueves, que sigue in crescendo con cada nueva acción represiva de las autoridades en la conocida espiral de acción/represión/más acción/más represión. En su día se les dijo a los fiscales que meter a alguien un puro por una viñeta era un disparate que pondría a la Monarquía en el punto de mira de la protesta popular. Y ya venir pidiendo penas de cárcel por quemar la efigie de los Reyes o arriar la bandera rojigualda e izar la tricolor parece cosa de agentes provocadores. Que Dios proteja a la Monarquía de sus solícitos guardianes.

Hay quien sospecha que este celo incriminatorio es una táctica de la extrema derecha, que abunda en el poder judicial, para crear problemas a la Corona. No seré yo quien niegue tal posibilidad habiendo jueces y fiscales franquistas en activo, como el juez García Calvo en el Tribunal Constitucional o el fiscal Eduardo Fungairiño. Pero eso no me parece determinante. Antes creo que es un puro exceso de celo, del que abunda en la estólida actitud del viejo fiat iustitia pereat mundus.

No es el Gobierno quien puede hacer algo en relación con este activismo judicial antirrepublicano que nos va a llevar a la absurda situación de que en España, por primera vez en treinta años, vuelva a haber presos políticos. (Recuerdo al respetable que no considero a los etarras presos políticos). Curiosamente, en esta ridícula situación, el que puede hacer algo efectivo es el Rey y mira por dónde eso serviría más para legitimar la Monarquía que seguir mandando chavales a la trena. ¿Cómo? Avisando desde ahora mismo de que usará la prerrogativa de gracia que la Constitución le reconoce con cada condenado por injurias a la Corona. Cierto que la prerrogativa no es de libre disposición sino que el Rey ha de estar a lo que diga el Gobierno. Pero nadie puede impedirle formular su deseo sobre todo porque puede aportar el buen ejemplo del Papa Juan Pablo II, quien perdonó al que le descerrajó varios tiros. Por supuesto ello no hará justicia a los chavales que en principio no tendrían que haber sido procesados pero, al menos, mitigará la injusticia.

La campaña de la derecha mediática no es en contra de la Monarquía sino, en algún caso aislado, contra don Juan Carlos. En la derecha sigue dándose el mismo abanico de actitudes que siempre: a favor de la monarquía por principio (ABC), a favor por criterio utilitario, ya que con esa política se supone que el PP pueda ganar las elecciones (El MUndo) y en contra con el estilo antimonárquico que tenían los falangistas y los franquistas que no querían "reyes idiotas que no sepan gobernar" y que es más o menos el punto de vista de la COPE sobre el Rey. Pero hasta la COPE quiere la monarquía puesto que propone cambiar a un Rey que le cae gordo por otro que no le caiga tan gordo.

En consecuencia, no veo por qué no sea buen momento para plantear la cuestión Monarquía/República. Y, en todo caso, hay que hacerle muy presente al Jefe del Estado español que la represión sólo genera frustración y rencor y, al final, puede salir el tiro por la culata. Que tampoco es tan obvio que la gente haya de aceptar sin más que la Jefatura del Estado encarne en un miembro de una dinastía que el pueblo ha expulsado ya dos veces, en 1868 y en 1931.


De mucha risa.


Mi amigo Javier Paniagua me ha hecho llegar por email una divertidísima presentación ppt. La he subido a Picasa y he aquí el enlace:


Pinchando en la pestaña "presentación en diapositivas" se organiza como presentación ella sola. Quien quiera reír un rato a mandíbula batiente que pinche. Advierto de que la risa es incontenible y pueden despertarse los niños.

(La imagen es el famoso Buda jovial del templo chino de Feilai Feng de la pagoda de Zhejiang).

dimarts, 2 d’octubre del 2007

La legitimidad de la Monarquía.

Desde el restablecimiento de la democracia en España la Monarquía ha tenido un problema de legitimidad más o menos visible, pero nunca resuelto. Cuando comenzó su andadura, con un Rey impuesto por la voluntad de un dictador, la Corona sólo contaba con la llamada "legitimidad del dieciocho de julio" que reconocían únicamente los beneficiarios del golpe de Estado que se produjo en dicha fecha y los franquistas que hubiere en el momento de la accesión de don Juan Carlos al trono. Carecía sin embargo de las dos formas de legitimidad en que pueden estar basadas las Monarquías contemporáneas, la dinástica y la democrática. El Rey nombrado por Franco para sucederle a él como Jefe del Estado a título de Rey, según rezaba el artículo seis de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de veintiséis de junio de 1946, era, desde luego, de "estirpe regia", como requería la citada ley, pero no era el sucesor legítimo del último monarca reinante en España, don Alfonso XIII, al ser nieto de éste y no hijo. Asimismo, la instauración de la Monarquía en España se hizo de acuerdo con lo preceptuado en las Leyes Fundamentales de Franco, pero no previa consulta popular. Es cierto que la Ley para la Reforma Política de 1976, que abría la vía a la democracia en España, incluía a la Corona en el paquete. Y es cierto que el voto mayoritario de la población fue favorable. Pero también lo es que la Monarquía como tal institución jamás se sometió al refrendo popular, como pedía la izquierda, con lo que tiene un déficit importante de legitimidad democrática.

Con las elecciones de 1977 ya convocadas, don Juan de Borbón, sucesor legítimo de Alfonso XIII, renunció a sus derechos en la persona de su hijo. Don Juan Carlos obtenía así la legitimidad dinástica, pero seguía sin tener la democrática.

El debate Monarquía-República sigue vivo desde el comienzo de la transición y cada vez que alguien lo plantea otro alguien sale diciendo que no es el momento oportuno. Para ciertos asuntos nunca hay "momento oportuno". Al comienzo de la transición pudiera ser cierto. El ejército, el poder real en España entonces, no hubiera permitido que se cuestionara la legalidad franquista. Todavía cinco años después se creyó con autoridad para intervenir en el proceso político a través de una intentona inverosímil. A raíz de esta intentona y de la actitud que tomó el Rey de oponerse a ella se ha interpretado que tal acontecimiento venía a suplir tal legitimidad democrática, atribuyendo a don Juan Carlos el doble mérito de haber "traído" la democracia a España en un primer momento y haberla "salvaguardado" en un segundo en que venían mal dadas.

Este razonamiento no es convincente. Aun pasando por alto el lapso que media desde el comienzo de la intentona militar de 1981 hasta la aparición del Rey llamando al orden a la milicia, habrá que admitir que tanto al oponerse a los militares golpistas como al facilitar el tránsito a la democracia, el Rey no ha hecho otra cosa que actuar como imponían las circunstancias. La democracia y el Estado de derecho no son concesiones graciosas del monarca sino el intento de éste de legitimar su Trono con la única legitimidad que hoy se admite, la demócratica.

Pero esa legitimidad sólo podrá adquirirla la Monarquía mediante un referéndum exprofeso sobre la forma de Gobierno del Estado. ¡Ah! Pero no es el momento oportuno, adecuado, idóneo. Precisamente estos tiempos en que la Corona parece atravesar turbulencias a causa de los independentistas pirómanos, los neocons antijuancarlistas, los fiscales ultramonárquicos son los menos indicados para propugnar un referéndum sobre la forma de Gobierno ya que se les estará haciendo el juego a los anteriores. Nunca es el momento oportuno para resolver ese déficit de legitimidad.

En el ínterin lo que el Rey hizo ayer en la inauguración del curso académico en la Universidad de Oviedo, fue tratar de cubrir el citado déficit recurriendo a otra forma de legitimación, en concreto, la de la eficacia. La Monarquía, dijo ayer S.M. el Rey, es la que ha procurado el más prolongado período de estabilidad y prosperidad en España. Es la llamada "legitimidad tecnocrática", la del rendimiento. La Monarquía es legítima, viene a decir el Rey, porque es útil. Un criterio pragmático, sobre el que ya teorizaron algunos ministros de Franco sin que fuera más verdadero. El "Estado de obras" lo llamaba el señor Fernández de la Mora, la "Monarquía de obras" parece estar diciendo el Rey.

Pero no es necesario discutir sobre si el rendimiento legitima a la forma de Gobierno con independencia de los principios. Y no lo es porque simplemente no es cierto que sea la Monarquía quien haya traído tan largo periodo de estabilidad y prosperidad. Eso lo han traído los españoles con sus movilizaciones, sus luchas, su trabajo y ahorro, y la Monarquía se plegó a ello. Podría seguir plegándose y convocar a su amado pueblo para que decida por mayoría de referéndum si quiere una Monarquía o una República y, por supuesto, ambas parlamentarias.

Que ya va siendo hora. Ciertamente, sus partidarios negarán la idoneidad del momento, aduciendo esas aguas turbulentas por las que parece atravesar la institución. A los republicanos, en cambio, nos parece un momento de perlas porque abrigamos la convicción de que una República abordaría la cuestión nacionalista con mayor flexibilidad, aunque no sé si llegaría al reconocimiento del derecho de autodeterminación.

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dilluns, 1 d’octubre del 2007

El síndrome de Moisés.

"Desvarío", no desafío, dice la señora De la Vega que es la propuesta del lehendakari Ibarretxe de convocar una consulta el año que viene. "Cálculo electoral" dice que es el señor Rubalcaba. El Gobierno, está claro, no tiene un criterio único porque los cálculos suelen ser lo contrario de los desvaríos, aunque si se trata de cálculos electorales, pueden ser desvaríados. Hay que ver con qué seguridad en sí mismas se presentan a las elecciones gentes que luego obtienen menos del 0,5 % del voto.

El señor Ibarretxe tiene complejo de Moisés: ha de conducir al pueblo elegido (los vascos, qué duda cabe) a la independencia prometida, para lo cual pide permiso al Gobierno de España, para que le deje organizar la consulta en Vasconia, igual que Moisés solicitaba del Faraón que permitiera el éxodo del pueblo de Israel. Pero Dios endurecía el corazón del Faraón y el del señor Rodríguez Zapatero. A pesar de todo, el señor Ibarretxe, que ayer hizo una representación soberbia del Let My People Go en las campas del Alderdi Eguna, convocará la consulta con o sin acuerdo con Faraón Zapatero.

Está claro que no va a conseguirlo porque los tribunales y los aparatos represivos del Estado no van a dejarle. La consulta no sólo es ilegal sino que además es absurda porque consiste en preguntar a los ciudadanos si, pasado un tiempo, quieren que se les pregunte sobre cómo desean organizarse políticamente. Y ¿por qué no lo pregunta ya directamente? La ilegalidad es la misma pero, en el segundo supuesto, el señor Ibarretxe llega al final de su propósito. A continuación interviene ETA diciendo que, como aquí no se puede consultar nada, sigue el baile. El baile de la muerte, se entiende. Que a lo mejor es lo que se busca.

Al señor Cizaña le gusta la guerra.

Según van sabiéndose más cosas de los años de gobierno del señor Aznar, más detestable y hasta odioso resulta el personaje. Ya en las demoledoras "actas" de Crawford, destapadas por el periodista Ernesto Ekaizer el señor Aznar aparece como un correveidile del presidente Bush y complaciente con su deseo de invadir el Irak con o sin mandato de la ONU. Es ahora Fidel Castro quien denuncia desde las páginas Juventud Rebelde (por cierto, bonito título, aunque redundante) que el señor Aznar sugirió al presidente Clinton bombardear la radio y televisión serbias durante la guerra de Yugoslavia.

Con bastante claridad puede probarse hoy día lo que los españoles ya sabían, pues lo habían experimentado directamente al verse en una guerra en la que nadie quería estar salvo el señor Aznar y sus amigos íntimos, que el entonces presidente del Gobierno era -y sigue siendo- un instigador de guerras, un encizañador, un sembrador de conflictos y partidario de resolverlos a lo bestia.

Esto es, no le bastó con emplear una pasta gansa del dinero público en comprar una medalla en los EEUU que luego no se le concedió; no le bastó con el desastre que organizó con el Prestige, ni con la tragedia del Yak 42; no tuvo suficiente con casar a su hija en El Escorial como si fuera doña Isabel Farnesio y a costa del erario público. Tenía, además, que andar por ahí predicando la guerra.

Nada extraña que actualmente esté asesorando a quien está asesorando.

Lo que me sigue extrañando y aún no he conseguido explicarme es cómo pudo llegar a presidente del Gobierno una persona así.

El narcisismo de Anguita.

El señor Anguita ha publicado un libro titulado Corazón Rojo. Digo que lo ha publicado porque está claro que no lo ha escrito. Su nombre figura donde suele estar el del autor, pero el libro, según reconoce el propio señor Anguita (pág. 26), es producto de una serie de conversaciones con el periodista don Rafael Martínez Simancas, quien aparece a cargo de la "edición"; de la "edición" en sentido inglés porque el editor en el sentido español es "La esfera de los libros"; o sea, para entendernos, El Mundo.

La finalidad expresa del libro, según dice el antiguo Secretario General del PCE, es contar su experiencia como paciente de dos infartos con el fin de que sirva a otros para ayudarlos a a sobreponerse a la enfermedad y convencerlos de que pueden hacer una vida normal. Una finalidad loable que merece todos los parabienes, como también los merece el propio señor Anguita, capaz de sobreponerse ejemplarmente a la adversidad.

Ahora bien, como decían los latinos habent sua fata libelli, de forma que los libros que se escribieron con un objetivo acaban teniendo otro u otros similares o distintos, sin que puedan determinarse de antemano. En este caso, lo de menos en Corazón rojo es su carácter de prontuario o breviario para infartados puesto que acaba siendo una especie de memorias y reflexiones de Anguita sobre una serie de asuntos, en especial las comidas (que le interesan mucho), la vida cotidiana y el ejercicio, todo lo cual tiene que ver con los cuidados que los pacientes coronarios deben tener, pero también sobre otra serie de asuntos de política, vida pública, literatura, filosofía de la vida y sobre todo, acerca de él mismo, que es el tema que más interesa al señor Anguita quien se dedica una verdadera cascada de halagos.

El señor Martínez Simancas, me temo, no ha hecho bien su trabajo. Es de suponer que ordenar horas y horas de conversaciones probablemente grabadas no será tarea fácil. Pero si se hubiera esmerado más, no habría tal cantidad de repeticiones, reiteraciones, asuntos inconexos y digresiones sin interés que hacen la lectura bastante tediosa. Pero, sobre todo, quizá hubiera puesto coto a la tendencia del señor Anguita al engolamiento y a hablar de sí mismo sin parar, atribuyéndose las mejores cualidades y haciéndolo con ese vulgarismo tan enfático y difícil de soportar de "soy de los que..." que se encuentra de continuo a lo largo de todo el texto. Por si alguien cree que exagero, ahí va una relación que he compuesto, en la que, además se podrán comprobar los frecuentes anacolutos:

(En positivo)

“Soy de los que piensan que el cuerpo humano tiene una serie de defensas, y no todas están en las vísceras” (p. 29).
“…soy de los que no se conforman con la primera respuesta” (p. 33).
“Soy de los que necesitan tener trabajo por delante…” (p. 70).
“…soy de los que usan siempre la misma ropa si está bien.” (p. 117).
“Soy de los que viajan de forma muy placentera…” (p. 122).
“Yo soy de los que conducen y paran el coche cuando encuentra algo que merece la pena ser visto.” (p. 123).
“Soy de los que comen de todo, pero unas cosas con más frecuencia que otras.” (p. 124).
“Y aunque yo soy de las personas que rehúye los recibimientos masivos…” (p. 160).
“Porque soy de los que ceden cuando les dicen que no va a ir nadie.” (p. 162).
“Soy de los que dan cuando entra alguien pidiendo dinero.” (p. 186).
“Antes era de los que tenían una naturaleza de hierro, ahora no voy a ningún sitio sin las pastillas…” (p. 197).
“Soy de los que piensan que no se puede comer a salto de mata…” (p.212).
“…soy de los que opinan que cuantas menos medicinas mejor…” (p. 270).
“Soy de los que procura tomar las medicinas justas.” (p. 271).
“Soy de los que le sacan todos los sabores al verde.” (p. 272)
“Soy de los que se relaja cuando se sienta ante el volante de un coche…” (p. 272).
“Soy de los que le gustaría vivir el máximo de años posibles…” (p. 294).

En negativo

“Pero no soy una de esas personas que tienen amigos a mansalva…” (p. 137).
“No soy de los que se enfadan cuando lo califican de utópico…” (167).
“…no soy de los que picotean por las barras de los bares hasta completar una deficiente comida, lo encuentro terrible.” (p. 211).

En fin, que el señor Anguita está encantado de haberse conocido y se merece la mejor opinión.

Y cuando abandona el territorio de la subjetividad narcisista para acometer algún juicio sobre asuntos objetivos su punto de vista oscila entre el topicazo y el autoritarismo. Así, "...el que es amigo mío, lo es de verdad." (pág. 137) "Personalmente tengo una cruzada contra esa forma de alimentación (en las hamburgueserías), y en alguna ocasión he llegado a llamar a los padres de mis alumnos para alertarles de dónde comían sus hijos." (pág. 213) "Soy hijo de una época en la que se leía, se asimilaban conceptos y se discutían las ideas para avanzar creando otras nuevas." (pág. 312) Sin duda esto debe de querer decir que ahora no sucede.

Verdaderamente curioso es que el señor Anguita, marxista es de suponer que "científico", valore por encima de todo la utopía y, sobre todo, se declare partidario del esoterismo (págs. 261 y 301). Ciertamente, especifica que no es seguidor de Nostradamus, faltaría más, pero insinúa que hay algo en la construcción de las pirámides de Egipto que aún está por aclarar.

Lo que sin embargo no aclara, aunque esté a su alcance es el asunto de la "pinza" con el señor Aznar contra el PSOE. Insiste en que los datos muestran que la colaboración legislativa entre PSOE y PP en los años de 1993 a 1996 fue más intensa que entre PP e IU (págs. 322-323), pero es que la famosa "pinza" fue una unidad de acción política entre el señor Aznar y él, propiciada por el señor Pedro J. Ramírez y eso ya no hay quien lo levante.

diumenge, 30 de setembre del 2007

Con la nación a cuestas.

El azar ha querido que, al día siguiente de que el señor Ibarretxe haya puesto fecha a la vía secesionista de España, en Madrid, en la Casa de Campo y una semana después de que ésta albergara la fiesta del PCE (ni juntos ni revueltos) se presentara el nuevo partido UPD, capitaneado por la señora Díez y el señor Savater, entre otros. Sobre el semigrito semiindependentista del señor Ibarretxe ya posteé ayer; voy ahora al partido upedeo en su primera aparición pública.

Observo cierta prevención en los comentaristas y analistas habituales en los medios acerca del nuevo partido. Ellos, de ordinario locuaces y hasta gárrulos, dispuestos a interpretar un hecho antes de que se haya producido están ahora callados, como si la aparición de una nueva formación política en el rígido sistema español de partidos fuera cosa de cada lunes y no mereciera atención. Todavía no saben de seguro a cuál de los dos partidos de ámbito estatal restará votos el recién llegado, que parece ser lo único que les importa.

Estos cálculos sacan de quicio al señor Savater que protesta contra ellos en una entrevista en El País en la que entre otras cosas dice que "si Ibarretxe actúa en contra de la ley, debe ser depuesto". Incidentalmente, por si alguien duda aun de la penetración de los medios, en dos días, El País ha publicado, en beneficio de UPD, una tribuna del señor Savater, una entrevista con él y la crónica del acto de presentación del partido. Éste nace como un fenómeno mediático. Dice el señor Savater que los votos no son patrimonio de los partidos, sino que los votantes votan a quien les parece. Es matar moscas a cañonazos. Ya saben los partidos que los votos no les pertenecen; lo saben mejor que el señor Savater. Por eso se preocupan con los que puedan perder en favor de UPD. Los mismos organizadores upedeos calculan que sus votos vendrán de la abstención y de los dos partidos mayoritarios. La abstención en las generales en España está en torno al veinticinco por cien. Dudo de que varíe. En cuanto a los que transfieran su voto del PSOE y del PP está por ver cuántos serán y adelantar cifras sería temerario.

De ahí que los comentaristas habituales estén mudos: antes de insultar o alabar quieren saber a quién hará más "daño" la UPD. Por cierto, animo a los de imagen del partido a ponerle un nombre más lógico, a la francesa, por ejemplo: Unión por el Progreso y la Democracia. Porque eso de Unión, Progreso, Democracia, lo siento pero me suena a Una, Grande, Libre.

Ya he dicho que me parece buena noticia que haya un partido nuevo y un periódico nuevo. Cuantos más de ambos, mejor, más en dónde elegir. Confieso que tengo también simpatía por la actitud del señor Savater que, en lugar de limitarse como hacemos todos a dar sus opiniones por escrito, ha decidido valerse del "intelectual orgánico" gramsciano para convertir sus ideas en realidad ya que los demás no parecen dispuestos a hacerlo, ni siquiera los que dicen admirarlas. Le hubiera sido más cómodo quedarse en su cátedra y en su voz pública. Ha preferido bajar a la arena, a fajarse. Eso merece un respeto. Sobre todo cuando, además, no aspira a cargo alguno ni siquiera al de diputado, que mira que lo tendría fácil y brillaría sin duda alguna en ese plantel de mediocridad. Porque esa es una diferencia fundamental entre el señor Savater y la señora Díez, que ésta es una política profesional, mientras que él es un intelectual metido a político. En cuanto a la función intelectual cabe preguntarse si no es la que denunció Julien Benda en su día en La traición de los intelectuales; eso ya se verá. Lo que sí puede hacerse es una primera valoración del señor Savater como político y con él, la de su partido.

A primera vista , los dos puntos centrales del programa de UPD son tan evidentes, tan lógicos que uno se sorprende de que no estén ya en práctica: reforma de la ley electoral y del sistema autonómico y la laicidad del Estado. A un examen más pormenorizado se ven otros datos. Las reformas del sistema electoral y autonómico requieren revisión constitucional que sólo pueden hacer por acuerdo los dos partidos mayoritarios. La alianza de UPD con uno de ellos para sustituir al otro no serviría de nada. En cuanto a la laicidad del Estado hay una manifiesta falta de voluntad política del PP y el PSOE de llevarla a cabo, aunque aquí quizá la UPD fuera acicate y apoyo para que la hiciera un gobierno socialista.

Entendiendo el espíritu de la UPD, creo que se trata de comprobar en la práctica la veracidad de una tesis sostenida a veces en la historiografía española: la de que las dos Españas fanáticas convivían con una tercera hecha de gentes de izquierdas que eran y son nacionalistas españoles. Es la idea que don Salvador de Madariaga había comprendido bajo su teoría de "los tres Franciscos". Hay en la historia de España dos Franciscos detestables, extremos, radicales, don Francisco Largo Caballero y don Francisco Franco, que se llevan a matar. Y el tercero, aislado, aterrorizado por los otros dos, huyendo de la perpetua guerra civil, don Francisco Giner de los Ríos, epítome de la España liberal y patriótica que nunca ha podido imponerse a ellos, mucho más violentos. Y, sin embargo, es la esperanza del país. El nuevo partido UPD pareciera venir a ser el del tercer Francisco. En marzo nos veremos y contaremos.

Lo que a su vez parece verosímil es que, confrontado con la amenaza de reformas constitucionales que reduzcan sus posibilidades, los nacionalismos, especialmente el burgués, se radicalizarán y se harán soberanistas o independentistas. Hacer política con la nación a cuestas suele plantear problemas.

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Tristram Shandy.

Cuando estrenaron este invierno la peli de Michael Winterbottom, me la perdí. No sé si porque duró muy poco en cartel o porque no tuve tiempo de ir a verla. Y bien que lo sentí porque soy forofo del cervantino Laurence Sterne, el autor de la novela, The Life and Opinions of Tristram Shandy. Incluso traté de comprarla en DVD, pero no ha salido aún, si es que sale. No conseguía averiguar cómo había podido alguien hacer un film que, al fin y al cabo, es una historia más o menos complicada pero con un comienzo, un desarrollo y un desenlace, a partir de esa novela desmesurada, estrambótica, premiosa, inverosímil, repleta de eruditas disquisiciones sobre los temas más pintorescos y sembrada de referencias cultas a los sistemas filosóficos e ideas científicas en boga en el siglo XVIII y en todos los anteriores. Una novela cuyo narrador que empieza a hablar en el primer renglón, no nace ni se hace cargo de la narración de su vida e ideas hasta el capítulo veintidós del volumen IV, página 332 en la edición que tengo y cuya deliciosa cubierta puede verse más abajo. Por eso, aproveché ayer la ocasión de que la ponen en el cine del Círculo de Bellas Artes con lo que, además, a la salida, me enteré de lo que es el barrio de Huertas y aledaños los sábados a las doce de la noche. Menudo estrépito. Propongo una reforma a la Educación para la Ciudadanía, esto es, que se llame "Educación para la ciudadanía silenciosa."

Lo dicho, ¿cómo puede meterse Tristram Shandy en una peli?

Respuesta: no se puede.

Pregunta: ¿cómo lo ha conseguido entonces Michael Winterbottom?

Respuesta: no lo ha conseguido.

Pregunta: entonces, esta peli ¿qué és?

Respuesta: otra cosa, una interpretación original del espíritu de Sterne, una historia nueva y muy interesante a partir de la de Sterne. Pero no es Tristram Shandy.Lo que ha hecho el director ha sido filmar como Tristam Shandy los primeros capítulos del libro, los que tienen las historias más peregrinas acerca del nacimiento de ese niño, Tristram, que aún no ha nacido pero a quien el médico ya ha roto la nariz con los "fórceps", notable adelanto tecnológico que tenía maravillada a la gente, o bien de la desgraciada forma y contra todo aviso en que acabó llamándose Tristram y no Trismegistus, como quería su padre. Se arma el conjunto de la historia poniendo a la mitad de ésta lo que está al comienzo de la novela, el modo sorprendente en que fue concebido el pequeño Tristram y sacando buen partido del que da la réplica al protagonista, el padre de Tristram, Walter, esto es, su hermano Toby, veterano de la guerra de Francia que vive en un mundo imaginario, construyendo y reconstruyendo con ayuda de su fiel cabo Trim el sitio de Namur en el que fue herido.

El resto, que está muy bien pensado, es ágil e ingenioso, narra lo que sucede mientras se filman los episodios que acabo de referir, incluido el noviazgo de Toby con la viuda Wadman. Como la novela no se podía filmar, lo que hizo el director fue novelizar el film, tratando lo que sucede durante el rodaje (las pugnas entre actores, sus ligoteos, el fastidio de los rodajes repetidos, los problemas de financiación, los cambios en el guión según van produciéndose, etc) con el espíritu de Sterne. Salvando las distancias, es lo mismo que hizo François Truffaut en La noche americana sólo que, en efecto, aquí lo invade todo ese espíritu del cura Sterne que, a su vez es el muy disparatado e irreverente de otro de los ídolos literarios del irlandés, Rabelais, alegre, desenfadado, guasón, amante de la buena mesa y la buena cama.

Entre medias de lo uno y lo otro, queda gran parte de la novela que no puede ni llegar a asomarse al film. Prueba de ello, Winterbottom hace aparecer en pantalla la famosa página negra del Tristam Shandy con motivo de la muerte del pastor Yorick, el propio Sterne, por cierto. Pero la novela está llena de muchas otras irreverencias, discontinuidades como textos de varias páginas en latín (reglas de excomunión, por ejemplo) o incluso extraños grafismos. En el que reproduzco en la izquierda (y aun queda otro en el reverso de la página) puede verse la idea que tiene Tristram de lo que llama una "línea razonablemente recta". ¿Hace falta que diga que tal afirmación de esa realidad contiene en núcleo el sentido mismo de la novela en cuanto estructura narrativa frondosa, de múltiples direcciones que invita a perderse en todo tipo andaduras?

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dissabte, 29 de setembre del 2007

La consulta de Ibarretxe.

Como dicen los castizos, "éramos pocos y parió la abuela". Los Reyes huelen a socarrao en Cataluña; ETA quiere demostrar que no ha perdido capacidad asesina aunque, de momento y por fortuna, no lo consiga; las tropas están bajo fuego enemigo en Afganistán; algunos medios bajo fuego amigo en Madrid y no me refiero sólo al episodio Prisa vs. Mediapro, también el ABC y la COPE andan a sopapos; el euribor lleva camino de convertir a media España en okupa; y los curas se han echado al monte trabuco en mano contra las Sodoma y Gomorra zapateriles. Ardua cosa ser político en España, pues hay que estar al loro de asuntos tan dispares como el mercado hipotecario y la esencia metafísica de la nación y el valor de sus símbolos. En este Campo de Agramante sobreviene el vascón armado con su consulta que es algo así como el yelmo de Perseo y Sigfrido aunque a la inversa porque si el yelmo hacía a los héroes invisibles, la consulta hace al lehendakari no sólo visible, sino aburridamente inevitable.

Hay incluso quien hace una interpretación psicológica de esta insistencia del señor Ibarretxe en seguir adelante con su plan, rechazado en el Congreso de los Diputados. Según ésta, el señor Ibarretxe lleva mal que los acontecimientos de la política española oscurezcan su figura y, en determinados momentos, decide tomar la iniciativa porque, dice, no va a permitir que lo haga ETA permanentemente. En este territorio de las ambiciones personales, hay quien dice incluso que la reaparición del señor Ibarretexe con su "consulta" es la mejor prueba de que ETA ya no está en situación operativa y que los especialistas en recoger nueces ya no cuentan con quien les movía el árbol. Pudiera ser, ¿por qué no?

No obstante, la reaparición del señor Ibarretxe se hace en clave política y en clave política debe entenderse. En las elecciones autonómicas vascas de 1998, que fueron muy tensas, el PP retó al PNV a atreverse a incluir la autodeterminación en su programa electoral. La derecha española pensaba que, de hacerlo, los nacionalistas vascos perderían el voto de sus seguidores moderados y regionalistas. Era un reto estúpido porque pasó lo que era de temer, esto es, que el PNV incluyó la autodeterminación en el programa electoral y ganó las elecciones diciendo que quería ejercerlo, como se prevé en el "Plan de Ibarretxe", aprobado unos años más tarde y, ya dicho, rechazado en el Parlamento español. El Gobierno del señor Aznar se limitó a promover una reforma del Código Penal (a través del subrepticio método de las leyes de acompañamiento de los Presupuestos) que castigaba con hasta cinco años de cárcel a quien convocara "consultas ilegales". Llegaron luego los sociatas y retiraron ese proyecto.

Ahora, con el anuncio del señor Ibarretxe ya en firme, como los órdagos en el mus, el señor Zapatero dice que nada se hará al margen de la Constitución y de las leyes, una de las cuales, la orgánica 2/1980 de 18 de enero sobre regulación de las distintas modalidades de referéndum" dice en art. 2,1 que "la autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum en cualquiera de sus modalidades, es competencia exclusiva del Estado". Sanseacabó.

Por si había alguna duda, ya han salido los señores Rajoy y Savater, cada uno por su lado y en nombre de su partido, diciendo que esa consulta del señor Ibarretxe es ilegal, aunque el del PP añade que, además, es un chantaje al Estado.

La verdad es que el Lehendakari no lo pone fácil ni siquiera a quienes defendemos el derecho de autodeterminación de los pueblos de España. Porque la autodeterminación en el País Vasco está muy bien, pero así no, ni hablar o, como dice el mismo señor Ibarretxe con castelarina oratoria, "no y mil veces no". Empeñarse en decir que la situación es normal y que pueden hacerse elecciones en el clima de inseguridad y amedrentamiento que hay en el País Vasco a causa de ETA y sus compinches, especialmente en las localidades pequeñas, es carecer de escrúpulos y ser un perfecto hipócrita.

La situación es bien clara: primero ETA abandona las armas; luego se deja pasar un tiempo (ya se verá cuánto) hasta que se recupere la seguridad y la confianza en el País Vasco; después se plantea la cuestión de Estatuto vs. independencia. Pero, para que se pueda plantear consulta alguna de ámbito subestatal será precisa una reforma del bloque de constitucionalidad en toda España.

Algo crudo, pero no imposible.

El arte y la banca.

Con motivo de su sesquicentenario, el BBVA ha abierto una exposición de arte latinoamericano procedente de sus fondos en la sede del Palacio del Marqués de Salamanca en Madrid. La exposición está bastante bien, pues abarca desde las cerámicas precolombinas hasta la pintura y escultura más avanzadas del siglo XX.

El propio palacio merece ya la visita por sí solo; es una majestuosa construcción neoclásica que se abre a un peristilo rodeado de inmensas columnas de mármol donde los cuadros y piezas en exhibición parece como si estuvieran perdidos. Con un edificio de estas características el Banco tiene asegurado el éxito de cualquier exhibición, incluso aunque no exhiba nada.

Más si lo hace y con tal amplitud y variación de temas. Hay una abundante muestra de pintura colonial, como ese Calvario anónimo de mediados del siglo XVIII. La imagen, que elabora modelos europeos (Cristo en la cruz, con María y San Juan) lo hace mezclándolos de tal modo que dan composiciones originales, como la de más arriba, muy representativos de la pintura virreinal cuzqueña. El firmamento de santos en medallones sobre tela damasquinada es una especie de santoral reducido y rematado al pie por San Nicolás de Bari y San Jacinto. Típicamente europeo parece el trompe l'oeil de los dos floreros sobre las volutas que rematan la base del crucifijo, dando a entender que se trata de una figura en tres dimensiones, como un altar, por ejemplo.

El siglo XIX, también abundantemente representado, tiene un enfoque menos religioso, más cívico, folklórico y "nacional", en los comienzos . El continente, que vio cómo florecían algunos pintores europeos, especialmente alemanes que lo recorrían impulsados por la lectura de los relatos de Von Humboldt, se abrió a las principales corrientes artísticas de la época, desde el realismo y el naturalismo al academicismo y el impresionismo. Pero la variante, en efecto, es la temática. Las nuevas clases dirigentes criollas posteriores a la independencia se hacen retratar o protagonizan algún tipo de pintura de género, habitualmente unos u otros tipos de cabalgadas o ceremonias de boato social.

De esta época encontré muy interesante este retrato de Simón Bolívar, obra del venezolano Martín Tovar y Tovar, que había estudiado en España, bajo el magisterio de los Madrazo, cosa que se aprecia en la naturalidad y el realismo de la expresión del libertador que parece escudriñarnos acerca de nuestras intenciones con unos ojos despiertos e inquisitivos.

Por último, la exposición incluye bastante obra del siglo XX, de valor muy desigual pero que atestigua también la influencia de las escuelas artísticas en la pintura latinoamericana. Hay igualmente representación de la pintura indigenista y algunas piezas producidas por dos de los tres grandes muralistas mexicanos, los políticamente enfrentados David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera si bien en ambos casos se trata de pintura de caballete. En concreto un magnífico Retrato de mujer de Rivera que los comisarios de la exposición han decidido emplear como imagen de ésta.

Por mi parte, ilustro con una obra de la muy sorprendente Leonora Carrington, pintora inglesa que debe de contar como noventa años y está radicada en México desde los años cuarenta, huyendo de la guerra europea y se titula The Spheres Themselves, de 1965. Carrington que se inició en la pintura con Marx Ernst, cosa que todavía se le nota en el cromatismo setenta años después, ha cultivado siempre el surrealismo con una fuerte impronta personal que muestra grandes concomitancias con el de su gran amiga Remedios Varo, la pintora española también afincada en México hasta su muerte en los años sesenta.

Más convocatoria.

Pues parece que sí, que la blogosfera se mueve. Los de Amnistía Internacional han convocado una Concentración para el domingo, 30 de septiembre, a las 12:00 del mediodía en la calle de Preciados esquina a Callao, para llamar la atención sobre "la gravedad de la situación en Myanmar". O sea, en román paladino, para protestar contra los crímenes de esos canallas militares que tiranizan el país desde hace cincuenta años y cuya última hazaña ha consistido en tirar sobre la población civil desarmada causando quién sabe cuántos muertos y en bloquear el acceso de la población a internet, para que no pueda comunicarse con el mundo exterior. Por eso decía en un post anterior que es tan importante que la atención del mundo exterior se concentre en Birmania. Por cierto, no veo por qué hemos de aceptar el capricho de la junta militar de cambiar el nombre del país, Birmania, por ese Myanmar cuando carece de de toda autoridad moral y legitimidad para tomar decisión alguna.

divendres, 28 de setembre del 2007

Líneas quebradas.

Si gobiernas y yerras, eres un político. Si, a consecuencia de tus yerros, mueren cientos de miles de inocentes, eres un estadista. Puedes impartir lecciones en Georgetown y asesorar a magnates de los medios de comunicación.

Si un buen día, sin razón alguna, sin dar tiempo a reaccionar, invades Polonia eres un nazi criminal. Si invades el Irak con mentiras y embustes y sin dar tiempo a reaccionar eres un demócrata capaz de cualquier sacrificio en pro de los derechos del individuo, como formar parte del consejo de administración de una empresa de créditos de fama mundial.

Si apenas te hablas con Bush y todo a lo que llegáis ambos es a un frío saludo en passant en la sede de las Naciones Unidas, eres un pobre desgraciado, incapaz de defender los intereses de tu Patria. Pero si te derrites en su presencia, hasta el punto de imitar su acento en unas declaraciones públicas, dar cabezazos ante sus ministros, tirarle de la levita y decirle sí bwana eres un férreo patriota que sólo se interesa por su país.

Hace unos meses, el señor Aznar, creyendo contar uno de sus chistes, aseguraba que ahora sabe que no había armas de destrucción masiva (ADM) en el Irak, pero que entonces (cuando comenzó la invasión) no lo sabía. Sin embargo, compareció ante los medios y, mirando de frente a los españoles, como si fuera un hipnotizador, les pidió que lo creyeran, que en el Irak había ADM. Y eso que no lo sabía.

Lo peor de esas actas de Crawford, no es que existan en absoluto sino el lugar verdaderamente vergonzoso e indigno en que sitúan al señor Aznar. Éste aparece en primer lugar tratando de que el matón yankee acepte un pretexto para su matonismo y, a continuación, habiendo fracasado en su intento, aparece como un pelele, tratando de encontrar explicaciones a la barbarie que él mismo desencadenó.

Más convocatorias.

No son convocatorias propiamente hablando sino, en cierto sentido, jaculatorias. Con el botón rojo que también he puesto en la columna de la izquierda no es que me sume acríticamente a los de la "campaña a favor de escribir con una correcta ortografía en los blogs". Y digo que no lo hago acríticamente porque, en el fondo, eso de la "correcta ortografía" me resulta pelín romo. No ya porque la expresión en sí sea redundante, pues carece de sentido la "incorrecta ortografía", sino porque la misma idea de la ortografía no es del todo convincente. Estoy ahora releyendo un libro de mi bisabuelo, publicado originalmente en 1886, que se acaba de reeditar y del que hablaré en algún momento, que se aparta notablemente de la ortografía de hoy, pero era ortografía de ayer. ¿Quién determina qué sea ortográfico y qué heterográfico? El uso, la costumbre, nada más. Las lenguas pueden imponerse por decreto; su ortografía, no. Así que, aunque procuro no cometer faltas de ortografía (si bien en el diario escrito a veces aparecen cosas que erizan los cabellos), no creo deba llevarse el sentido de la ortografía de forma fanática. El "entrometido" de hoy es el más correcto "entremetido" de ayer.

Me sumo a la campaña porque el enunciado de "eres lo que escribes/eres como escribes" puede entenderse también en un sentido más profundo que el ortográfico. Yo cambiaría el lema por el de "eres como escribes/escribes como eres" y se entiende que nos referimos asuntos de contenido. Vamos que me apunto a una campaña para conseguir que la gente sea más civilizada, más educada, menos agresiva y faltona. Con eso de los anónimos se fomentan los más bajos instintos del personal.


Por otro lado, una amiga me hace llegar un artículo, una tribuna (desconozco en qué publicación) de don Javier Anso, director del colegio de San Felipe Neri, con el título Objeción de conciencia: sí, ¿pero a qué? en el que sostiene que no hay que hacer objeción de conciencia a la nueva asignatura de educación cívica. Se pregunta mi amiga cómo podemos airearlo. Bueno, ya lo he subido a Google y está aquí. Tiene gracia el señor Anso. Va como de cristiano militante, pero dice cosas de sentido común. Cómo estará la vida que, cuando un cristiano dice cosas de sentido común, los demás le aplaudimos como si fuera una atracción de feria.
Me atrevo a sostener que no hay no ya oposición, ni siquiera prevención en la sociedad hacia la nueva asignatura. La escandalera que ha montado la Iglesia y el PP tiene una finalidad muy concreta, consistente en derribar el Gobierno socialista como sea. Si es necesario para ello se cabalga el tigre de los sentimientos profundos de la gente, el porvenir de sus hijos y se hace cuanta demagogia se puede. Pero si la gente no secunda tanta acrimonia, los de la objeción de conciencia tendrán que avenirse a razones. O sea, hacer política y no gresca.

(La imagen es un lienzo de Carlo Maratta (interesante pintor barroco muy influido por Rafael), llamado "La aparición de la Virgen a San Felipe Neri", Palazzo Pitti, Florencia).

dijous, 27 de setembre del 2007

Esto nos pasa por holgazanes.

El juez Grande Marlaska quiere que le identifiquen a los pirómanos de las reales efigies seguramente para meterles un puro. El Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional pretende empapelar a unos dibujantes de revista humorística por representar a los Príncipes de Asturias en trance de reproducción de la especie y posición poco bien vista por los censores de costumbres. Poseídas de esta furia monárquica, las autoridades tendrán que crear una brigada especial para combatir los "delitos" contra la Corona y sus allegados. Trabajo va a tener porque, dada la naturaleza opinable del delito de injurias y sus imprecisos límites, cada vez tendrá que dilucidar aspectos más y más pintorescos. Por ejemplo, habrá ahora que decidir si el letrero que ayer colgaba de un puente en Bilbao para amenizar la visita del Príncipe Felipe con el texto de Monarkia Kanpora es o no delito. Y no se hable ya de esa moción aprobada por los concejales de Humilladero, Málaga, pidiendo que se implante la IIIª República, de la que, ángeles del Señor, esperan todo género de dichas. Votaron a favor los concejales comunistas y socialistas, la chusma roja vamos; en contra el único concejal del PP. Para implantar la IIIª República, supongo, habrá que desplazar a la Monarquía. No sé si el señor Grande Marlaska que imparte justicia en nombre del Rey debe tolerar que unos cargos institucionales que lo son en virtud de una Constitución sancionada por el Rey pidan formalmente la supresión de la Monarquía. De entrada, esa moción ¿es legal o ilegal? Y si es ilegal, ¿no hay que proceder contra cargos públicos que cometen ilegalidades no como consecuencia de su forma de gobierno sino como su misma forma de gobernar?

Puestos a preguntar, ¿no parece claro que ponerse a perseguir a las gentes que manifiestan su oposición a la Monarquía es la mejor forma de ir alimentando un sentimiento antimonárquico que está creciendo en la opinión pública española?

En realidad, todo esto nos está pasando por holgazanes y abandonados, por no haber hecho las cosas a su debido tiempo. Los historiadores de izquierda suelen lamentar que España no llegara a hacer lo que llaman la "revolución burguesa" que, en su aspecto más colorido y cruento, consiste en cortar la cabeza al Rey. Se perdió, al parecer, esa ocasión histórica que, en Inglaterra (siglo XVII) y Francia (siglo XVIII) ha servido para legitimar después sendos órdenes republicano y monárquico sin que nadie tenga deseos de quemar en efigie rey alguno.

Cuando los españoles lo intentaron de nuevo en el siglo XX y a pesar de hacerlo con guante de cabritilla pues en lugar de decapitar al monarca se limitaron a dejarle que se fuera, pasó lo que pasó y un militar felón, tras darse el vidorro padre durante cuarenta años, reinstauró la monarquía como le dio la gana, pasando por encima de la legitimidad dinástica. Con esos antecedentes la Monarquía no va a prestigiarse a los ojos de la ciudadanía a base de perseguir a los dibujantes de viñetas o a los pirómanos de efigies.

Blogosfera. Convocatorias.

Los de Avaaz.org, una organización grass-root, han puesto en marcha una iniciativa para que firmemos pidiendo que la ONU condene la represión que la Junta militar presidida por el General Than Shwe ha desencadenado contra los monjes budistas y todos los manifestantes demócratas. Por extensión se trata de condenar ese régimen de dictadura militar que viene de 1962. Aunque lleguemos tarde, puesto que la China (que considera Birmania y otros países de la zona como la Unión Soviética lo hacía con las democracias populares europeas, como el cuasi extranjero) ha impedido que el Consejo de Seguridad pueda condenar a estos militares criminales, si alguien quiere firmar, la petición está aquí. Lo que más puede favorecer a esos bravos monjes budistas (ya es extraño verlos manifestarse en este mundo lleno de maya) es que continúe viva la atención pública sobre la situación de Birmania. El conocimiento de sus fechorías es lo peor que puede pasar a ese grupo de indeseables que lleva tiranizando al país desde que en 1990 perdiera las elecciones por goleada, cosa que no ha aceptado jamás. Ese mismo conocimiento público que puede mitigar, si no resolver, la situación de la señora Aung San Suu Kyi, dirigente democrática, premio nobel de la Paz presa e incomunicada intermitentemente desde 1989, que ya está bien.


La segunda convocatoria viene de No Nos Resignamos, una organización de izquierda que ha puesto en marcha una web llamada Stop machismo en la que también se da cuenta de otra 0rganización, Una asamblea de hombres contra la violencia de género que convoca una manifa en contra de la violencia machista en Madrid, el sábado veinte de octubre a las 19:00 horas en el trayecto Atocha-Plaza de Jacinto Benavente. Precisamente.

No estoy muy seguro de que manifestarse sirva para mucho ante un fenómeno tan difuso y capilarizado en nuestra sociedad, pero es preciso protestar como se pueda. Hay que salir a la calle y ver cuántos somos.

dimecres, 26 de setembre del 2007

Feliz cumple, Presidente.

Hoy cumple don Adolfo Suárez setenta y cinco años según parece en no muy buenas condiciones físicas. Hay que ver qué mala suerte ha tenido esta familia con la salud. Con motivo del cumpleaños del hombre que hizo posible la transición se publican diversos tipos de recordatorios. El ABC trae una entrevista inédita hecha en 1980 y el señor Herrero, periodista y eurodiputado del PP, presenta un libro que parece ser una semblanza del ex-presidente. Pero llega envuelta en el escándalo por cuanto la familia del señor Suárez la ha atacado de frente. Algunos de los presentadores previstos se han esfumado como visiones de espejismo.

No tengo ni idea de qué sea lo que levanta las iras de la familia pero me temo lo peor porque estos publicistas de la derecha no paran barras en nada. Y Suárez ha sido siempre un político atípico, un poco ingenuo, que creía en la palabra, cosa harto peligrosa cuando se pisa el suelo resbaladizo de un poder que se ejerce pero no se tiene. Fue el último presidente civil que hubo de habérselas con una sedición militar.

Conocí y traté con cierta asiduidad al señor Suarez en los años noventa porque fui quien lo propuso para el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Complutense que ésta le otorgó. Hablé largo y tendido algunas veces con él. Él me presentó a Felipe González quien nos invitó a comer en La Moncloa. Le gustaba recordar su vida pasada y aportaba unas explicaciones a los sucesos que le habían acaecido muy espontáneas y humanas.

No sé por qué hablo de él en pasado cuando lo que yo deseo es que se recupere y retorne a su actividad normal.

Felicidades, Presidente.

Fuego amigo.

Pues nada, que sale hoy Público como estaba anunciado batiendo tambores por la izquierda. En el momento de escribir estas líneas, como dicen los reporteros de guerra, aún no se ha asomado a la red en donde está colgada la carátula que aquí se ve.

En algún sitio he visto que su director, Nacho Escolar, dice que el suyo no es un periódico "de Zapatero" ni del PSOE, sino que es independiente. Sin duda para probarlo anda a la gresca con el otro diario independiente, el del centro-izquierda. Aunque Felipe bautizara esto como "fuego amigo", que se lo han celebrado mucho, me pareció en su día claramente "fuego enemigo".

Pero tampoco pasa nada. La gresca empresarial (Mediapro vs. Sogecable) es cosa frecuente y pertenece al ámbito de la lucha en el mercado, en el que no hay más afinidades electivas que las que interesen. Por lo que se refiere al posible enfrentamiento entre los dos periódicos en el terreno mediático será positivo. El País necesita que lo saquen de la modorra de ser el único. Estos portaaviones de la comunicación tienden a anquilosarse y acaban siendo el "periódico del abuelo". Los que lo hacen no lo perciben porque ellos envejecen a la par con sus lectores, pero así es. No creo que El País deba preocuparse por una pérdida de seguidores (pienso que perderá más El Mundo, aunque sólo sea porque se larga su subdirector), pero sí por la merma de lectores potenciales entre los jóvenes, lo que acentuará su aspecto démodé.

Está por ver en qué medida consiga Público su finalidad que es la de ejercer poder, influencia en España. (¿Para qué se quiere un periódico si no?). Imagino que es casual el hecho de que coincidan en el tiempo dos lanzamientos singulares, un periódico y un partido. A lo mejor se maridan.

Es bueno aprovechar la ocasión para señalar una notable diferencia entre los medios de izquierda o centro izquierda y los de derecha y es que, mientras los primeros se esfuerzan por ser (y parecer) independientes, los segundos no tienen empacho alguno en actuar como medios de partido, donde dicen al señor Rajoy qué debe hacer para ganar las elecciones, le perfilan la táctica y hasta la estrategia, al tiempo que mantienen una actitud de cerrada oposición a cuanto proceda del Gobierno y de su partido.

dimarts, 25 de setembre del 2007

UPD. Comienza el baile.

Continúan las especulaciones, quinielas y augurios acerca de a cuál de los los dos partidos nacionales perjudicará más la nueva formación de los señores Díez, Savater et al. Unos dicen que al PP por cuanto coincide con él en el enunciado reciamente español pero tiene una imagen más joven, dinámica, laica, moderna. Algunos publicistas de poca monta de la derecha ya están en contra. Pero los pesos pesados mantienen prudente silencio, hasta ver cómo pinta la aventura, si bien ya han comenzado a lanzar invectivas contra el señor Savater a cuenta de lo mucho que el filósofo arrima su miembro viril a la Patria sacrosanta.

La señora Díez, en cambio, parece tener las ideas firmes y claras. En una entrevista concedida a Libertad Digital disipa las dudas con habilidad y notable sentido de la adulación: tiene razón doña Esperanza Aguirre, UPD proviene del socialismo y es el PSOE el que está más preocupado con la presencia del nuevo partido que, como se dice en la entrevista expresamente, se concibe como un partido bisagra, esto es, uno que aporte los diez o veinte escaños que en su día necesite un partido nacional para gobernar sin entregarse a las aves de rapiña nacionalista. Ciertamente, la experiencia comparada demuestra que, cuando estos partidos bisagra atinan (caso del FDP alemán y el PSD italiano de la primera república), consiguen colocar algunos ministros en todos los gobiernos, cosa excelente para los políticos que los pusieron en marcha.

No obstante, esta perspectiva en el caso de España no es del todo concluyente ya que de los dos partidos nacionales sólo el PP está falto de aliados por así decirlo "naturales", mientras que al PSOE le sobran. Por tal motivo insiste la señora Díez en señalar la distancia entre éste y UPD. Nadie, dice, la ha llamado de la SER o El País o RTVE, presuponiendo ladinamente que RTVE sea una tele del PSOE. Dado que los medios de la derecha, Telemadrid, Libertad Digital, ABC, El Mundo, etc no paran de cortejarla, habrá que entender que, al menos por lo que a todos ellos respecta, los medios citados y la señora Díez, la intención de UPD es causar descalabro en el PSOE.

Todo está en ciernes. Faltan casi seis meses para las elecciones. Pueden pasar muchas cosas y conviene estar preparados para cualquier eventualidad. El nuevo partido tendrá que elaborar sus propuestas básicas de forma atractiva. Ya han comenzado los asesores externos a impartir orientaciones y sabias consejas. Ayer mismo el señor Elorza, en un artículo de El País titulado Un partido republicano, con la autoridad de los años y la experiencia, le explicaba cómo debe orientarse y definirse si quiere tener éxito.

No está claro todavía si UPD obtendrá respaldo electoral suficiente por encima del tres por ciento. Sí lo está, me parece, que, en el caso de que este nuevo partido de la izquierda desencantada, aliado "natural" de la derecha no cuaje, la señora Díez tendrá un hueco en el PP. Al fin y al cabo hizo lo que pudo.