divendres, 31 d’agost del 2007

De mujeres.

Doña Rosa Díez y doña Rosa Regás, cada una en su estilo, están armando sendos buenos jaleos. Ignoro si alguien pondrá en relación la llegada de las mujeres a los cotos tradicionalmente masculinos como la política con la peripecia de la salida de la señora Díez del PSOE y la de la señora Regás de la Biblioteca Nacional. Si lo hace puede que lo tilden de machista. Y sin embargo hay algo llamativo en ambos casos y común a los dos, esto es, lo vistosos que están siendo, insisto, cada uno en su estilo.

Era muy de ver a la señora Díez de riguroso y entallado rojo, sonriendo a las cámaras en augusta soledad en un hotel bilbaino luciendo el carné del PSOE, que no piensa romper. Naturalmente, ¿por qué iba a hacerlo? Los carnés, como todos los bienes, tienen un valor de uso y un valor de cambio. Realizado el de cambio, siempre quedará el de uso, por ejemplo, como abrecartas; otros los usan para preparar las rayas de coca y otros para abrir puertas de cerradura de resbalón sin llave.

Es el caso que me vino a la memoria aquel malévolo epíteto que dedicó a la señora Díez el señor Arzallus de pizpireta. Imagino que saldrá de nuevo porque efectivamente la señora Díez es pizpireta. Lo de menos es aquí cuál sea su congruencia o coherencia y si se va del partido por despecho al no ser elegida secretaria general del País Vasco ni de España. La señora tiene perfecto derecho a hacer lo que quiera y explicarlo como le dé la gana. Se presenta a las elecciones y ya dirán los electores qué crédito le otorgan.

Con el nuevo partido aún pendiente de explicar cuál será su ideario, su rumbo, sus políticas, la señora Díez ya ha adelantado que ella, al menos ella, sigue siendo socialista, una "verdadera" socialista en el concepto de la derecha. Corresponde al partido aclarar si es de derecha, de izquierda o no es de lo uno ni de lo otro, como decía de sí mismo José Antonio Primo de Rivera; o de centro, que es otra forma, más moderna, de soslayar la definición.

De momento lo que preocupa por doquier es a quién restará votos el nuevo partido, al PP o al PSOE. También hay quien apunta que a los dos por igual. Posible es, como también lo es que no se los quite a ninguno porque no obtenga resultado electoral apreciable. Todo dependerá del propio partido y de cómo encare la campaña electoral ya que los votantes sólo tendrán ésta para hacerse un juicio.

Así que la pizpireta tendrá que convertirse en una hoplita.

Y con la otra Rosa, la señora Regás, voto a bríos que se veía venir. Definitivamente la señora Regás no da un ochavo por las convenciones y reglas no escritas de los nombramientos digitales ("digital" quiere decir aquí "analógico"), la primera de las cuales reza que, cuando te cambian al baranda, debes poner tu cargo a disposición del sustituto y ya verá éste si te confirma en él o no. Si es que no, se hacen las maletas y el nombrado no confirmado retorna a sus ocupaciones civiles o a seguir intrigando para que lo nombren algo, aunque sea de Marina.

Lo que sucede es que el Ministro, según dice la señora Regás, le ha reprochado no haber hecho nada en tres años y eso debe de haberla ofendido mucho. En su comparecencia parlamentaria el ministro ha dado a entender que la dimisión de la directora se debía al robo de los dos incunables y la calificó de "sana". Pero la "sana" señora Regás insiste en que ha sido víctima de un atropello y lo atribuye a su condición de mujer. Eso es bastante fuerte.

Leo en el InSurGente que el Partido Comunista de España ha emitido un comunicado en el que acusa al PSOE y al Gobierno de haber perseguido a la señora Regás por roja, no por mujer; en concreto:

"Sus declaraciones a favor de la República, su crítica a los medios por la manipulación contra el gobierno de Hugo Chávez, y su independiencia, han condenado a una de las más valiosas intelectuales de izquierda de este país, cuyo compromiso con la verdad y el progreso ha puesto en evidencia a políticos, medios e intelectuales del "régimen".
Eso del "régimen", la verdad, me ha gustado. ¿Debo entender que la señora Regás, cuando era directora de la Biblioteca Nacional no era una intelectual del "régimen"? Y ¿qué era, pues?

No digo que la hipótesis del PCE sea incierta, todo es posible; pero me parecen más verosímiles motivos personales, rencillas o ignorancias mutuas. Al fin y al cabo, la señora Regás es veinte años mayor que el señor Molina, el ministro. Y entre intelectuales esto de las generaciones (o promociones) es sacrosanto.

(Las ilustraciones son dos célebres cuadros de Toulouse-Lautrec que se encuentran en The National Gallery, en Washington, la primera, Marcelle Lender dansant dans le "Chilpéric" (1896) y la segunda Commencement de la Quadrille)


¿Qué fue de Baby Jane?

Esto sigue yendo de mujeres. En el Muñoz Seca de Madrid están representando Tras las huellas de Bette Davis, una obra de Eugenio Arredondo dirigida por Joaquín Vida e interpretada por Nati Mistral y Paca Gabaldón en los papeles estelares y José María Barbero y Carmen Serrano en los de apoyo. Es una obra curiosísima porque es una remake total de ¿Qué de fue Baby Jane?, una peli de los años cincuenta, dirigida por Robert Aldrich con Bette Davis y Joan Crawford, la de Johnny Guitar. Hay una versión de los años noventa dirigida por no sé quién y con Vanessa Redgrave y su hermana Lynn Redgrave, que lamento no haber visto porque esta pieza es un trabajo para maestras de la interpretación que si además son hermanas, como lo son los personajes, pueden resultar inolvidables. Pues como Bette Davis, Vanessa Redgrave y Nati Mistral; si bien la Davis ni la Mistral actúan con sus hermanas. De hecho, una de las cosas más llamativas de la obra es la gran diferencia de edad entre Mistral y Gabaldón, que hace inverosímiles sus recuerdos comunes de la infancia. Con todo, a sus ochenta y cuatro años, Mistral, que es ya un monstruo en el sentido artístico del término borda el papel de Jane Hudson (aquí Aline Duvalier); mejor dicho, borda el papel de Bette Davis siendo Jane Hudson. Porque la obra es una repetición episodio por episodio y personaje por personaje de la peli de Aldrich. Es una obra de teatro en homenaje a una película que había salido de una novela de Henry Farrell. Pura sinestesia.

Baby Jane/Bette Davis es una historia montada sobre la capacidad escénica de dos actrices de primera, un espectáculo para que se luzcan dos mujeres, una psicópata y una cuerda que, en el fondo, es otra psicópata, que llevan conviviendo veinticinco años, cociendo en su salsa y prácticamente sin salir de casa pues una de ellas está parapléjica en una silla de ruedas. Es una fábula moral: la vejez trata de recuperar la infancia, la única etapa hermosa de la vida porque ésta está abriéndose, descubriéndose, es nueva y fascinante. A partir de ahí, todo es odio y resentimiento.

También puede ser una fábula ilustrando la admonición bíblica de "quien a hierro mata a hierro muere", más o menos. O la idea de que la vida está condicionada por el pasado; cuanto más pasado, más condicionada. Y en el caso concreto de esta versión también puede entenderse como un bucle: los personajes no interpretan su propia histoira como las dos hermanas Duvalier en un pueblo de Suiza sino que reviven la película de Bette Davis y Joan Crawford.

La obra está muy bien montada y ayuda a la sensación de agobio casi asfixiante que ha de respirarse que el ecenario sea pequeño porque lo es el propio teatro que tiene aspecto casero. Es grato pasear por los pasillos y las galerías exteriores. Hay una especie de culto a Alberto Closas que da nombre a una de las entradas al patio de butacas. Por cierto, conocí al director del teatro, Enrique Cornejo, que es un factótum de las artes escénicas en Madrid. Ya tiene mérito, que alguien se dedique a producir arte.

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dijous, 30 d’agost del 2007

El partido sin nombre

Por fin se va la señora Díez del PSOE. Aleluya. No sé qué era más insoportable, si los sociatas renegando a todas horas y pidiéndole que se fuera de su partido o el señor Sáez de Buruaga invitándola a sus programas como "representante del PSOE" con la clara y generalmente cumplida misión de poner al PSOE a bajar de un burro. Parece que la señora Díez, además de marcharse del PSOE causará baja como europarlamentaria. Razonable. Debe dedicar todo su tiempo a poner en marcha ese partido que aún carece de nombre y sólo dispone de algunos propios de mucho renombre como el suyo propio o el de los señores Savater o Gorriarán.

Ha habido sobrados análisis e interpretaciones sobre los motivos de la señora Díez, que lleva treinta años en política, ha sido consejera del Gobierno vasco, parlamentaria autonómica, europarlamentaria y ha querido serlo todo en el PSOE (incluso secretaria general) y se ha quedado en el Pepito Grillo del socialismo. De todos los análisis, el más sorprendente ha sido el de la señora Gotzone Mora, especie de alter ego de la señora Díez que critica la decisión de ésta sin que esté claro lo que ella propone, aunque parece que seguir trabajando a favor del PP. Mutatis mutandi lo que se llamaba el "entrismo" en las actividades sindicales durante la Dictadura.

En todo caso, la señora Mora tiene razón en algo, esto es, en que lo importante son los partidos. Y las preguntas aquí son: ¿hay sitio en España para otro partido? Y ¿de qué orientación política es ese partido? ¿Qué apoyos reales tiene? Si tiene votos ¿a quién se los quitará? Es pronto para decirlo. Mucho dependerá de la campaña electoral, de cómo la enfoque cada cual y de qué aportación peculiar hagan los pistoleros a la fiesta.

Lo que está claro es que la ambiciosa señora Díez hace bien poniéndose de cabeza de lista de Madrid. Por malos que sean los resultados del hasta ahora partido anónimo ella tendrá el escaño asegurado. Y es bueno que haya más partidos. El sistema electoral español, oficialmente proporcional, debiera fomentar la aparición de muchos partidos. El multipartidismo es más rico, obliga a coaliciones, pactos y acuerdos. Tira más de política. Pero, al tratarse de un sistema falsamente proporcional hasta el punto de ser uno de los más desproporcionales (entre los proporcionales) del mundo eso de la aparición de nuevos partidos sin base territorial específica es muy complicado.

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Armarios llenos de hipócritas.

Los EEUU son el país más avanzado de la tierra en muchos aspectos. Renuncio a decir en "todos" porque no quiero broncas con los que defienden que en muchos otros son bárbaros atrasadísimos. Por ejemplo, en punto a "relación equilibrada con la naturaleza" que, en fin... O bien en religiosidad o en falta de religiosidad; que todo lo opinable es antinómico. Son el país más avanzado en un montón de cosas y dejamos el asunto zanjado. Claro que entonces sale el filósofo y se pregunta si estaremos de acuerdo en qué quiera decir "avanzar" y si por sí misma esa mera acción ha de ser intrínsecamente buena. Por ejemplo, uno avanza cuando se dirige hacia la gloria, hacia un Mac o hacia un precipicio. Y a nadie se le ocurrirá que avanzar hacia el precipicio sea algo bueno. ¡Toma! -dirá otro filósofo- ni hacerlo hacia la gloria o un Mac. Todo es vanidad de vanidades. Bueno, es posible, y confieso que me da igual cómo se conceptúe ese "avanzar"; el hecho incontrovertible es que los EEUU van por delante y los demás, todos, tras ellos y por el mismo camino. Hasta los inescrutables chinos.

En los EEUU pasan cosas nuevas que luego se extienden por el mundo, como los pantalones Levy's, el pragmatismo, la Coca Cola, el federalismo moderno, Elvis Presley o la contracultura. Y también pasan cosas viejas que tienen un aire nuevo.

El senador republicano por Idaho, Mr. Larry Craig , que lleva en el Congreso (primero la Cámara y luego el Senado) veintiséis años, ha perdido sus cargos en diversas comisiones y subcomisiones y sus colegas del GOP le piden que dimita de senador. El caso es que al citado senador lo pilló un policía de paisano en el retrete del aeropuerto de Minneapolis en abril insinuándose a otro hombre, no sé si al propio policía. En agosto, el senador, que confesó haber incurrido en escándalo público, recibió una condena de quinientos dólares de multa, diez días de arresto (con beneficio de sala) y un año de libertad condicional sin deber de comparecencia.

Antes de nada hay que decir que la justicia es rápida en los EEUU: atrapado con las manos en donde fuera en abril y condenado, previa confesión de culpabilidad, en agosto. Sí señor la justicia rápida es uno de los pilares de la democracia y, por lo tanto, la lenta lo es de la no democracia.

Lo irónico de esta historia es que el senador Larry Craig ha sido un decidido opositor a la extensión de derechos a los homosexuales, en especial el derecho a contraer matrimonio entre ellos. Y contrario también a incluir los delitos de orientación sexual en el tipo de "fomento del odio".

Eso es exactamente lo que se llama hipocresía y que se ilustra perfectamente con ese dibujo de Felicien Rops titulado Hipocresía que he sacado del blog Maníasmías. Este Rops no hacía concesiones y tenía una fuerza increíble. Fue satánico, dandy, cruel, satírico y revolucionario. Recorrió buena parte del siglo XIX del brazo de gente como Baudelaire o Barbey d'Aurevilly. Y dibujó cosas como esta Tentación de San Antonio que está en el gabinete de estampas de la Biblioteca real de Bruselas, si no la ha robado alguien.

Si uno la mira con atención comprende por qué Freud dijo de ella que Rops había pintado el psicoanálisis. Y ya tiene gracia que el torturado San Antonio esté leyendo "La continencia de José".

Sí, sí, la hipocresía del senador. Sus colegas quieren que dimita. Pero ¿cuántos de ellos son como él? ¿Cuántos votan no según lo que practican sino según lo que dicen? Esas actitudes destruyen de tal modo el prestigio de las instituciones que debieran tener una mucho más dura sanción social de la que tienen. Como lo que sucede con los curas pederastas. El respaldo que la jerarquía, hasta la más alta, presta a estas prácticas nefandas que ya repugnaban a Jesús de Nazaret sobre el cual acaba de publicar un libro su Vicario en la tierra, degradan tanto el prestigio de la Iglesia católica que, en efecto, más valiera a sus señorías, eminencias y santidades atarse una rueda de molino al cuello y tirarse al agua.

Hipócritas como esos parlamentarios de algún que otro país que legislan contra el tráfico de drogas y son ellos quienes consumen como se ha demostrado en alguna ocasión haciendo análisis de orina por sorpresa en los retretes de las cámaras -la hipocresía empieza y acaba en los retretes- o merced a las declaraciones de alguno de ellos.

Los hipócritas estadunidenses van a arrastrar por el lodo al pobre Mr. Craig que, como se ve, está saliendo del armario a patadas en el culo.

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dimecres, 29 d’agost del 2007

In memoriam.



No nos moverán.

En el post sobre los relevos suponía yo que el señor Acebes no desmentiría las palabras del señor Fraga, sobre las sucesiones como si lo había hecho con las del señor Gallardón sobre su deseo de significarse llegado el momento ayudando al Presidente de su partido a ganar las elecciones. En el seno del PP se da la división del trabajo, de forma que el desmentido corrió a cargo del señor Zaplana. Y no hay ni color entre el modo en que la dirigencia popular trata al alcalde de Madrid y en que trata al padre fundador y Presidente de honor del PP. El portavoz se limitó a advertir que no hay proceso de sucesión alguno abierto, sin juzgar las palabras del señor Fraga argumentando lo de siempre, esto es, que no sabía qué había dicho ni cómo lo había dicho. Eso se llama "llamarse andana" y es muy socorrido.

Luego le echó un poco de voluntarismo al asunto, que es cosa que los políticos bordan; vamos a ganar las elecciones y ya hablaremos de sucesión dentro de ocho o doce años. Ahora no, porque no toca. Pero es justo de lo que habla todo el mundo. ¿Cómo evitarlo? Y aquí es donde el discurso del PP en boca de su portavoz parlamentario adquiere su tono más crispado y un poco lunático.

Dice el señor Zaplana:

"El PSOE intenta despistar y nos habla de las listas. Pero en el PP no hay ningún problema. Y mucho menos de sucesión. La abordaremos, no sé si dentro de doce años, no sé cuánto durará nuestro Gobierno. La última vez duró ocho, eso es un plazo razonable"
Lo curioso es que de esos asuntos no habla el PSOE, sino importantísimos miembros del PP. La sucesión de Rajoy -un líder más descontado ya que la crisis inmobiliaria en los EEUU pues, como se ve, las bolsas vuelven a crujir- no forma parte de la célebre "conspiración de la izquierda" para destruir al PP, sino que es cuestión que plantean los miembros de este partido. El debate es interno. Curiosamente, en lugar de alegrarse de que se produzca y de que se hable con libertad sobre cuestiones de interés colectivo (como, por ejemplo, ¿qué va a pasar si, como es probable, digamos lo que digamos, perdemos las elecciones?), el señor Zaplana, portavoz parlamentario está muy ofendido y advierte de que:
"...nos vamos a elevar y vamos a salir de este fango en el que nos quieren meter de que ha dicho, que dice, que dijeron, que no sé cuantos, que quién va el siete, que quién va el 19 [en las listas], para hablar de lo fundamental y de lo esencial".
Esa es su verdadera mentalidad: el debate sobre cuestiones perfectamente razonables le parece un "fango" en el que unos innominados, evidentemente unos malandrines, "quieren" meterle.

El otro relevo de que trataba el post era el de la señora Rosa Regás, que había dimitido de directora de la Biblioteca Nacional argumentando que no goza de la confianza del ministro. Es el caso que la señora Regás parece haber encajado fatal eso de la falta de confianza del baranda y ha subido un escalón su agravio sosteniendo que se le inflige por ser mujer pues, según dice, si fuera un hombre, "no se atreverían".

Hay dos personas en el lenguaje público, especialmente en el político, objeto de tratamientos semánticos muy distintos, son la primera y la tercera del plural, el "nosotros" y el "ellos". El que habla dice "nosotros" y carga todo lo malo a un impreciso "ellos" con la finalidad de allegar apoyos sin ser muy específico a la hora de mencionar a los adversarios. En el caso de la señora Regás, la pregunta inmediata es: ¿quiénes "no se atreverían" si se tratara de un hombre? ¿El gobierno? ¿El ministro? Es un "ellos" ubicuo, como el de quienes "quieren" que el PP chapotee en el fango. Es más, sospecho que ese "ellos" en ambos casos se refiere a las mismas personas, institución o partido.

Por lo demás, no sé yo cómo le sentará al Gobierno, precisamente a éste, que lo acusen de machista. Desde luego, la señora Regás se lo ha tomado fatal. Es claro que estos intelectuales no dan buen juego en los cargos públicos; son demasiado soberbios y quisquillosos. Y el de ministro es también un cargo público, con lo que éste puede ser el preludio de una pelea entre intelectuales no por asuntos ideológicos, sino por un tema de gestión. El caso es pelear.

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Venceremos.

Otra magnífica carta de lector en El País sobre el ruido, de don Enrique Chicote Serna y titulada A voces por el mundo y que dice así:

Agosto. Estamos en Francia. En una calle peatonal, entre el murmullo a medio tono de los viandantes sobresale el chillido estridente de un niño que va de la mano de su madre. Ese crío, o es español o acaba de pasarle alguna calamidad, nos decimos. Era español. Poco más tarde, por la esquina de la catedral aparece un nutrido grupo de turistas dando voces. ¿Son españoles o es que están regañando?, nos preguntamos. Eran españoles. Es la hora de la comida, de modo que pasamos a un restaurante; la gente charla sin molestar a los que comen en la mesa de al lado menos al fondo, a la derecha, donde dos parejas hablan en voz alta y ríen a carcajadas. Si no son españoles, es que celebran algo y han bebido más de la cuenta, conjeturamos. Eran españoles. Y así, sucesivamente. Por todos los santos, ¿es que no podemos hablar más bajo? Poco me gusta que dos de nuestras señas de identidad en el exterior continúen siendo el capote y la castañuela, pero no añadamos el griterío.

Tal cual. Me reafirmo en mi creencia de que las cartas de los lectores son lo mejor del periódico, pero me temo que el señor Chicote llega tarde. En Europa somos ya famosos por hablar a gritos. Y tengo una explicación para este fenómeno. Es costumbre nacional interrumpir a quien esté hablando, hablando más fuerte que él; como el interrumpido no quiere dejarse interrumpir, eleva el tono; como el interruptor quiere prevalecer aun lo eleva más; como el interrumpido...

(La imagen es un cuadro futurista/vorticista de Umberto Boccioni, titulado "Los ruidos de la calle invaden la casa", que se encuentra en el Museo Sprengel, de Hanover).

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dimarts, 28 d’agost del 2007

Hasta día tenemos.

Blog Day 2007

Al darme una vuelta ayer por mi otro blog La otra chilanga, en el que aprendo muchas cosas, me topé con la noticia de que no sé quién ha inventado un "Día del blog" y lo ha puesto el treinta y uno de agosto. Esto de decretar "días" de algo es una costumbre que ha cundido mucho. Sospecho que el inventor del asunto pensó en el treinta y uno de agosto para no correr riesgos haciendo coincidir el día del blog con alguna otra efeméride. Agosto parece tranquilo. No es julio, más movidito, proclive a las revoluciones, las independencias, las sublevaciones militares; ni marzo, mes de asesinatos; ni abril, el mes más cruel. Agosto, el último día de las vacaciones, día de retorno. Para mí hay una coincidencia muy relevante porque es el día de mi santo, San Ramón Nonato.

Bueno, el que se apunte al día del blog ya sabe que el treinta y uno de agosto tiene que postear sobre el asunto, recomendando otros cinco blogs, a ser posible de otras culturas (ya veremos qué entendemos por tal cosa los blogueros) o tendencia, resumir su contenido y enlazar con ellos y hacérselo saber. O sea, un curro.

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Los relevos.

¡Qué dífíciles y problemáticas son las sucesiones y cambios en los cargos públicos y puestos de responsabilidad de más o menos libre elección! La despedida de la señora Regás ha sido con aparato eléctrico. No hay duda de que la escritora no se amilana con facilidad. Eso que dice que el ministro de Cultura ha dicho es muy fuerte: que no ha hecho nada en más de tres años. Pues sí, muy fuerte. Tanto que, teniendo una excusa diplomática para dimitir si el citado ministro y ella no simpatizan, esto es, el reciente robo de dos incunables, ha preferido, por así decirlo, armar la gresca. A nadie le gusta dimitir y menos que lo echen. Pero es el sino de los cargos públicos. Ciertamente, éstos deben gozar de la confianza de quien los designa; lo contrario sería absurdo. Igual habrá pasado con algún subordinado de la señora Regás o podría pasar al ministro de Cultura si dejase de gozar de la confianza del señor Rodríguez Zapatero.

Más crudo lo tiene el señor Rajoy, a quien todos los días le toman medidas al sillón por ver si sirve para otro candidato o candidata. Ya tiene que ser amargo que hablen de ti como seguro perdedor hasta los tuyos. Los señores Fraga y Núñez Feijóo apoyan al señor Gallardón y el primero, encima, se larga una teórica profesoral diciendo que hay que "preparar las sucesiones" y que éstas no pueden depender de un hombre solo. ¡Su Galicia natal se pone frente al señor Rajoy! Justo en el momento en que éste, decidido a dar un puñetazo sobre la mesa, acaba de decir que no piensa retirarse aunque pierda las elecciones.

Es lo malo que tienen los fuegos de verano: se prende una chispa en cualquier parte y las llamas acaban devorando media provincia. El señor Ruiz Gallardón repitió su oferta de ser el número dos por Madrid en las próximas generales y, desde entonces llueven rayos y centellas en el partido y el incendio amenaza con llevarse a alguien por delante. ¿A qué viene que el señor Fraga (a quien podemos admirar en este cartel de las últimas elecciones gallegas, prodigio de Photoshop), precisamente el señor Fraga, tome partido por el alcalde de Madrid? Porque, salvo que no sepa ya lo que dice, no puede ignorar que, dicho lo dicho en este momento significa un respaldo al señor Ruiz Gallardón. No sé si el señor Acebes se atreverá a decir al señor Fraga que se ocupe de su escaño en el Senado y se deje de zascandilear por el partido. Creo que no.

Pero está claro que la sucesión del presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, anunciada y preparada antes de que se produzca la vacante, es una muestra más de la dureza de la vida de los cargos. Porque el triste sino del señor Rajoy es que preside un partido dividido entre "gallardonistas", más o menos gente de derecha moderada, y "antigallardonistas", gente de derecha muy radical, hoy llamada liberal. Lo que no hay en ese partido es "rajoyistas", dado que los "antigallardonistas" son en realidad partidarios sigilosos de doña Esperanza Aguirre.

Toda sucesión es difícil pero la preventiva parece serlo más.

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dilluns, 27 d’agost del 2007

Cataluña y Catalunya.

Ayer se publicaron dos entrevistas en sendos periódicos importantes, una al señor Jordi Pujol, en El País y otra al señor Carod Rovira en La Vanguardia, si bien no he podido encontrarla probablemente porque sólo sea accesible a suscriptores y compradores de periódico de papel y, como no puedo suscribirme a todos los periódicos ni comprarlos todos, he tenido que contentarme con los resúmenes que traen los demás diarios. Eso sí, he leído tres para no quedarme con una sola versión. Son muy interesantes las dos y juntas nos dan el carácter del nacionalismo catalán, la suma del "moderado" y el "radical" que se diferencia del vasco en que en el vasco esta suma no se da en principio. Y no se da porque los radicales no se distancian del terrorismo etarra ni un milímetro. Cualquiera puede ver que la responsable de que Batasuna no esté en las instituciones defendiendo exactamente lo mismo que ERC en Cataluña esto es la independencia es exclusivamente ETA. Decir que en España no hay democracia pues no se permite la representación de todas las opiniones políticas es una mendacidad. La opinión política independentista no sólo tiene representación, sino que participa en el gobierno del ente territorial que pretende independizar en Cataluña. Lo que no obtiene representación no son las opiniones políticas sino los delitos, las complicidades con los delitos y el encubrimiento de delitos. Lo que es bastante lógico. Porque matar hombres indefensos por la espalda es y será siempre un delito.

El caso es que los dos entrevistados dan dos visiones de Cataluña y de España muy distintas pero básicamente complementarias. Los dos comienzan en la misma tonalidad victimista, de Cataluña expoliada bemol, aunque luego varíen algo en los registros. El señor Carod Rovira echa la culpa de los agravios catalanes a "España", de la que habla como si fuera un país y Estado extraño, vecino, y no se le cae la independencia de la boca, hasta el extremo de que pone fecha al referéndum de autodeterminación, 2014, tricentenario de la pérdida de los fueros y libertades catalanas, conjunto de privilegios que el señor Carod eleva a la categoría de Estado en un acceso de exaltación patriótica.

El señor Pujol culpa más al PP y al PSOE dels greures de los catalanes, aunque al fondo siempre late la queja sobre lo mal que España trata a Cataluña, como si Cataluña no fuera parte de España, sino un cortijo que ésta tuviera en Turquía. Pero el señor Pujol es flexible, matizado, inteligente y vuelve luego a hablar de "Cataluña y el resto de España". Ese "resto" es el resto que sigue uniendo al nacionalismo llamado moderado con el nacionalismo español. Cuando éste se rompa, apaga y vámonos.

El fantasma de la autodeterminación aparece de nuevo en el horizonte español. No hay que inquietarse pues es signo de los tiempos. También lo está en el Canadá, en Bélgica y hasta en el Reino Unido. Quienes somos partidarios de que se autoricen las consultas de autodeterminación hasta propondríamos unificarlos, hacerlos al mismo tiempo el catalán y el vasco. La única condición que yo pondría para aceptar el vasco es que ETA se disolviera de inmediato porque siete años aun son pocos para restaurar el clima de seguridad y erradicar el miedo de la sociedad vasca donde la libertad de elección está muy mermada por el nacionalismo forzoso y el terrorismo. ¿Por qué no va a haber referéndum de autodeterminación en los territorios que lo soliciten mediando algunos requisitos? Negar el derecho a esas consultas por razones de principio no sirve de nada porque sus partidarios siguen reclamándolas, así como otras reivindicaciones que en nada contribuyen al interés general español, como la independencia. Lo único que se consigue es no saber cuántos son los partidarios de cada opción: independencia, autonomía, centralismo.

Es más, esa cerrada negativa a la autodeterminación en el nacionalismo español (conservador o socialista) es lo que permite al nacionalismo (a su vez moderado o radical) mantener una actitud política que puede calificarse de "negocio redondo", consistente en hacer política en España amenazando con salirse de ella cada dos por tres. El ente español vive orteguianamente sobresaltado, viendo cómo zarandean sin piedad su identidad nacional mientras los nacionalismos prosperan al calor de una legitimidad impostada: no nos vamos; nos echan. Nos echan estos españoles que no nos dan lo que es nuestro, nos esquilman y no nos dejan pronunciarnos sobre nuestro futuro. Si la política es "quién consigue qué, cuándo, dónde y cómo", cual quería el venerable Harold Laswell, los nacionalistas llamados "periféricos" son los mejores políticos en España a la que saquean más de lo que España los saquea a ellos.

Tiene mala defensa la actitud del puro "no": Vd. no decide sobre su futuro porque España es una nación y Vd. no. Desde luego, decir a alguien que cree ser una nación que no es una nación es como ordenar al sol que se pare. En los Estados se está por imperativo legal, a las naciones se pertenece por decisión emocional y esa no puede provocarse por decreto. Si uno quiere que otro quiera ser miembro de la nación de uno tiene uno que ganárselo, lo que no se consigue a tortas.

Hace tanto tiempo que prefiero no recordarlo escribí un artículo en el extinto El independiente que se llamaba "Els espanyols som una nació" en el que pretendía decir lo mismo que pienso ahora: España es España porque Cataluña y el País Vasco son partes de ella. Si dejan de serlo, España será otra cosa. Aunque siga llamándose igual.

Si de lo que se trata es de resolver el problema que tiene postrada a la nación española (y a la vasca y catalana y gallega, si quieren verse como distintas) hemos de empezar a entendernos y no sólo a conllevarnos, que ya se ve que no es suficiente. Los castellanohablantes debieran abandonar la pretensión de simbolizar en exclusiva la idea de España y los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos debieran ser leales al Estado. Un buen comienzo, desde luego de esta nueva forma de enfocar la política española sería la aceptación del derecho de autodeterminación de los pueblos de España cumpliéndose algunos requisitos, entre ellos la ausencia de violencia en los últimos (digamos) siete años.

Una vez que sepamos cómo están las cosas en cuanto al respaldo que cada cual tiene, algo que sólo se sabrá sometiendo el asunto a la decisión popular, se puede empezar a actuar para resolver un problema que está enquistado. Por eso ha de haber referéndums. Al argumento de que ya los hubo cuando se aprobaron los estatutos y sus reformas la respuesta es que el contenido de la pregunta debe cambiar. Ya no debe ser "Estatuto o nada", sino "Estatuto o independencia". Eso clarifica las cosas y posibilita a mi entender, llegar a soluciones políticas, pacíficas.

(Las ilustraciones son del Retablo de San Jorge, de Andrés Marzal (o Marçal) de Sax, hacia 1400, que se conserva en el Victoria and Albert Museum de Londres. En un estilo del llamado gótico internacional el maestro representa a San Jorge ayudando al Rey de Aragón de la época a matar al monstruo que, en esta ocasión es un ejército musulmán. El Rey, que supongo será Martín I, lleva la cuatribarrada en la gualdrapa del caballo y en el peto. El tal Marzal de Sax, por cierto, era alemán).

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Dos añazos.

Ayer celebramos el segundo aniversario de mi hijo Ramón. Todavía no sabe que tiene dos años ni que es de rigor apagar las velas de la tarta, pero se le hacen más fiestas que si volviera de la guerra del África. Aprovechando que era domingo, ya en la bajada de las vacaciones, nos reunimos algunos amigos y familiares y, quién más, quién menos jugó con él, con lo que el hombre quedó derrengado ante tanta emoción.

Aquí lo vemos rodeado de bellas mujeres: su madre Celia y su tía Mabel en el centro y en los extremos sus dos primas, Leticia y Cristina.

No sé cómo se le dará a Ramoncín este capítulo tan importante en la vida de ser bienquisto de las mujeres. De momento va bien servido.

diumenge, 26 d’agost del 2007

No saben lo que dicen.

En el PP culpan al Gobierno de los atentados de ETA. Así, el señor Astarloa dice que la debilidad del Gobierno fortalece a ETA. El señor Rajoy insinúa que el gobierno no está interesado en derrotarla al decir que le ofrece su apoyo "siempre que sea para derrotar a ETA". La estrategia es ruinosa. Insinuar que hay connivencia alguna entre el Gobierno del PSOE y ETA es algo que pueden creer los incondicionales, pero no los votantes. Y con los incondicionales sólo no se llega a La Moncloa. No es razonable pensar que no entiendan algo tan claro y que a la gente le fastidian los extremismos. Soltando tales barbaridades, los dirigentes del PP cada vez aíslan más a su partido. No es posible que no lo sepan. ¿Por qué lo hacen? Porque los pierde el afán de venganza, que les nubla la vista. Vivieron el resultado del 14 de marzo de 2004 como un expolio y quieren la revancha, sin darse cuenta de que, al dejarse llevar por ese afán de venganza, están yendo a un desastre.

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Señor director.

Pues sí, las cartas de los lectores o cartas al director de los periódicos son lo que más me gusta de estos. Parecen el contenido de una caja de sorpresas. Nunca se sabe qué se encontrará en ella. Habitualmente los nombres no nos dicen nada. Son ciudadanos anónimos; tan anónimos que no es infrecuente que digan de sí mismos que son "españolitos de a pie", una expresión hecha muy curiosa pues presupone que hay otros españoles (y no serán españolitos) que van montados en algo. Antes eran los caballeros y ahora también, sólo que hoy los caballos son de vapor. Otras veces los nombres sí dicen. Suelen ser cargos institucionales que se sienten injustamente aludidos en informaciones del periódico o articulistas de éste ajustando cuentas con otros articulistas o lectores conocidos o desconocidos. Hay que ver qué puntillosa es la gente.

Otras veces los nombres nos son conocidos porque se trata de personas especializadas en escribir cartas al director. Saben que la fórmula para que se las publiquen consiste en: 1) ser breves, 2) tocar un asunto relevante de actualidad, 3) ofrecer una explicación u opinión curiosa, nueva, interesante, y 4) no discrepar en exceso de la línea ideológica del diario. Uno reconoce el nombre de alguien que lleva publicadas decenas de cartas. Es la fascinación por ver el nombre propio en letras de molde. Esa misma fascinación que hace que algunos lleven fatal no ver publicadas sus cartas, tanto que, acaban escribiendo una quejándose de que no le publiquen las otras. Y esa sí se la publican.

Al margen de ello, es muy frecuente que en las cartas firmadas por gentes anónimas haya puntos de vista nuevos, opiniones sugestivas, ideas originales. A la gente se le ocurren cosas y le gusta verlas publicadas. Opiniones sobre los asuntos más variados que suelen ser interesantes de conocer. En mi muy insuficiente experiencia de estas lecturas creo que la característica que más abunda es un sanísimo sentido común. Es asombroso lo sensata y realista que es la gente.

Por razones de contenido me da la impresión (no puedo asegurarlo pues no tengo datos) de que lo que más aparecen son denuncias de injusticias, sufridas en propias carnes o en ajenas, con votos para que se enmienden. Es curioso que los "españolitos de a pie" tengan ese caballeresco comportamiento pues ya se sabe que la caballería ordena socorrer a los huérfanos, amparar a las doncellas y remediar las injusticias o desfacer los entuertos.

Aunque también se manifiesta mucho cierto espíritu pesimista, alimentado en la conciencia del excepcionalismo español; conciencia negativa, crítica. "Este país no tiene arreglo" es la expresión que sintetiza un estado de ánimo, relativamente frecuente con el que tampoco es raro que se invoquen los "vicios nacionales" y se convoquen los fantasmas del pasado.

Es también frecuente que, quizá para compensar el anonimato del nombre, el autor se identifique de algún modo que, por lo general, será pertinente al contenido de la carta. Las formas de identificación (y sospecho que por este orden) son la profesión, la edad, la creencia religiosa o la raza. Todas estas formas de identificación tratan de otorgar a lo que se dice el peso de la competencia en el decirlo. Nadie escribe "En mi condición de espeleólogo voy a explicar el misterio de la Santísima Trinidad".

Hay un tipo de cartas que me es especialmente grato, el de quienes hablan de cuestiones cotidianas de convivencia civil, del pactum unionis civilis. No me ciega la pasión si digo que suelen ser muy literarias. Como nos hablan de lo que conocemos por experiencia directa, nos interesan y atraen. Justo lo que hace la buena literatura, que "atrapa" al lector como la tela de araña a la mosca.

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dissabte, 25 d’agost del 2007

Por donde solían.

Fue en su tiempo tradicional en España que no hubiera fiesta sin toros (o, para ser más preciso, sin ensañarse con los toros) y sin traca final. Los toros han permanecido, pues algo había de quedar de la recia estirpe ibérica, pero la traca se ha ido apagando con los años de forma que apenas si se oye algún triste petardillo tan mínimo y miserable que más suena a ventosidad. Menos mal que han llegado los gudaris de ETA a rescatar las esencias con una traca como Jaun manda y ya estamos todos donde teníamos que estar, o sea, donde estábamos hace ocho meses, dos años y pico, cinco, diez, veinte, treinta, qué sé yo. Son tozudos los independentistas vascos. Y luego dicen que no, que ellos son como otros cualquiera. Cuando se han quedado solos en lo de la "lucha armada", o sea en eso que los gobiernos y medios de comunicación llaman "terrorismo". Claro que ya estoy oyendo al abertzale encargado de relaciones con el extranjero diciendo: ¿Lo ves? Estos españoles mienten siempre como bellacos. ¿No están en lucha armada los insurgentes iraquíes, los tigres tamiles, los Moro filipinos? O sea, no estamos tan solos. Además, ¿no están en lucha armada los ejércitos estadounidense, británico, español, alemán, etc, etc, asesinando a mansalva civiles iraquíes o afganos? No sólo no estamos solos, sino que estamos como todos los demás.

Es un fastidio escuchar las razones de los pistoleros pero hay que hacerlo para que no te digan que pegan tiros y ponen bombas para que les hagas caso. Y cuando se escuchan se ve que esas razones no valen nada porque quienes las esgrimen no creen en ellas. Lo dicen por decir algo, porque no los acusen de haber renunciado a la condición parlante, que es consubstancial a la especie homo sapiens. La consistencia de lo que se diga es irrelevante. Véase si no considerando que ese argumento es metajurídico porque no reconoce ningún límite de legalidad ni legitimidad. La respuesta es de cajón: Claro porque eso no lo hace nadie y los primeros que no reconocen límite alguno son los que hacen las leyes, razón por la cual tampoco nosotros reconocemos límites de legalidad ni legitimidad.

Pero eso no es cierto. Ya lo creo que los reconocen, por la cuenta que les tiene y a rajatabla. ¿Acaso no predican que el pueblo vasco es uno a este y aquel lado de la muga? ¿Y no es cierto que el de aquel lado está más oprimido por el colonialismo francés que el de este lado ya que allá no tiene autonomía y que, oh vergüenza, no constituye región (es parte de la de Aquitania) y, oh vergüenza de las vergüenzas, ni siquiera tiene departamento propio, ya que forma parte del de los Pirineos Atlánticos, junto con una manga de bearneses y algunos puñados de gascones? ¿Y qué hacen los gudaris? Aquí, donde se reconoce la autonomía del País Vasco, piden la independencia y, para hacerse notar, tratan de volar un cuartel de la Guardia Civil y de masacrar a todos los agentes que puedan. Y, donde no se reconoce nada, piden una modosita autonomía, un departamentucho de nada y, para hacerse notar, queman un pajar durante el tour de France. Siendo uno solo el pueblo, ¿no debieran los gudaris atentar más en Francia que en España? ¿Por qué no lo hacen? ¿Por despiste o por cálculo? Por cálculo, ¿verdad? Porque reconocen al dedillo los límites de la legalidad y la legitimidad y saben que en España tienen un apoyo directo y/o indirecto que ni locos tienen en Francia. Y ¿no decían que ellos no reconocían límites de legalidad o legitimidad? ¿Y no decía yo que tanto da lo que digan porque hablan por hablar?

¿Quiere decir entonces que hemos de abandonar toda pretensión de diálogo-negociación? No, no. Hay que seguir intentándolo a ver si conseguimos meterles en la cabeza alguna idea razonable. Aunque sea difícil porque las ideas son alígeras y no tienen fácil desplazar al serrín.

Se deduce que trato de enfocar el asunto desde un punto de vista distinto. Y más. Hemos visto análisis políticos, jurídicos, sociológicos, económicos, históricos, antropológicos, literarios y supongo que también los habrá religiosos del fenómeno ETA. No los he visto desde el punto de vista psicológico. Lo más cercano, el antropológico. Es obvio que la fuente nutricia de ETA son los mecanismos sociales de prestigio dentro de la subcultura de las tribus juveniles, muy frecuentes en el País Vasco a fuerza de pandillas, prêt à porter ideal para la kale borroka. Y la única forma de atajar eso es cambiando su escala de valores cosa imposible mientras algunos de los mecanismos difusores de ideología, el sistema educativo, la iglesia y buena parte de los medios de comunicación difundan el martirologio nacional.

Creo que incluso se puede abordar el asunto desde un punto de vista psicoanalítico terreno en el que soy lego. Pero me da como que la relación con las armas así porque se quiere, porque se decide libremente y no te las ponen en las manos por orden de la superioridad o porque la patria esté en peligro tiene un elemento de sadismo que remite a las zonas oscuras del culto a la muerte como hacen, por ejemplo, los llamados "caballeros legionarios", que son los novios de la muerte. Los gudaris no quieren noviazgo alguna con la descarná, pero les encanta matar a los demás. O sea que algo de sadismo anal ya hay. Que un tipo que tiene veinticinco vidas humanas sobre su conciencia vaya por ahí tan tranquilo prueba que en algún lugar hay una neurosis muy grave, una fantasía de omnipotencia infantil que vaya Vd. a saber de dónde sale. Es decir, estos de las bombas y los atentados no son solamente unos criminales, terroristas, hienas salvajes o, alternativamente, héroes, patriotas, mártires de la nación vasca, sino que también son unos enfermos.

Esa relación con la guerra, la sangre, los asesinatos, emborracha, ciega, anula la facultad del juicio, al menos del juicio moral y, en ese momento, da igual lo que se diga porque ellos lo que quieren es matar. Lo suyo es un frenesí. A los frenéticos también cabe recluirlos en hospitáles psiquiátricos que es como se llama ahora a los viejos frenopáticos.

¿Lo ves? Todos estos intelectualuchos tiquismiquis andan siempre tratando de engañar al pueblo. Porque ¿cómo que la Patria no está amenazada? Está amenazada, ocupada, avasallada, preterida, humillada, ultrajada, perseguida, aherrojada, torturada, estrujada, oprimida, subyugada... La Patria vasca está a punto de perecer en el sumidero de la Historia y para conseguir su resurrección y su triunfo terrenal hay que estar dispuestos, hermanos, por doloroso que sea, a verter la sangre de los demás.

Vale. Como me encanta el fair play, dejo que el valiente gudari diga la última palabra y que sea su eco el que quede sonando:

verter la sangre de los demás

la sangre de los demás

de los demás.

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La batalla contra el ruido.

Tengo pendiente un post sobre las cartas de los lectores en los periódicos, una de mis lecturas preferidas. Mientras lo hago dejo aquí una de ayer en El País, que es el periódico que leo a fuer de socialdemócrata progre, titulada La lotería de los vecinos y firmada por don Carlos Fernández Sanz. Dice don Carlos:

He tenido mala suerte. Me ha tocado un vecino fiestero. La ley sólo me garantiza silencio a partir de la medianoche. Hasta entonces, mi vecino tiene derecho a disfrutar de su casa poniendo la música tan alta como quiera, y sus vecinos no tienen derecho a tener paz en la suya, ¿les parece razonable? Ya que evidentemente la educación y el respeto a los demás no forma parte de la forma de ser española, ¿no podríamos intentar conseguirlo mediante leyes que lo fomenten? Se hace con los que conducen con peligro, ¿por qué no con los que tampoco saben respetar fuera de la carretera?

Es difícil decir más en menos o con mayor sobriedad, elegancia e instinto asesino sabiamente reprimido. Esa carta debería leerse en el telediario de mayor audiencia, hacerse lectura obligatoria en los colegios y servir de base para una proposición de ley en la que el Parlamento protegiera a la inmensa mayoría de este país de los energúmenos.

(El cuadro, por supuesto, el famosísimo El grito, de Munch, del que el artista hizo cuatro versiones. Esta, de 1893, es el óleo, temple y pastel sobre cartón que se guarda en el Museo Nacional de Oslo)

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divendres, 24 d’agost del 2007

El cuadrilátero de la derecha.

El guirigay montado en el partido de la derecha es un espectáculo del que cabe extraer algunas provechosas enseñanzas. Por supuesto, las declaraciones a la afición siguen afirmando la unidad cerrada de los conservadores bajo la esclarecida guía del señor Rajoy a quien todos, para sus coletos respectivos, dan ya por líder amortizado antes de su estreno puesto que, si los manes de Cánovas no lo impiden, en marzo de 2008 sufrirá una aparatosa derrota a manos del incompetente bobo solemne bambi genuflexo ante ETA vendedor de Navarra. El señor Gallardón sigue postulándose a lomos de sus cuatro mayorías absolutas, como si no temiera las ominosas advertencias que le lanza el legionario de Cristo, señor Acebes, decidido a cerrarle el paso por miedo a sus proclividades socialistas y quién sabe si bolcheviques. La señora Aguirre, trasunto de Mrs. Thatcher, que tiene la contundencia, la resistencia y los redaños que le faltan al señor Rajoy, lanza venablos contra el ambicioso alcalde de Madrid, desesperada de que el legislador haya sido tan necio para hacer compatibles los cargos alcalde y diputado pero no los de diputado y presidente de Comunidad Autónoma. Por último, el taimado señor Rato espera entre bambalinas a que los dos gallos madrileños se desplumen y destrocen para suceder al futuro derrotado señor Rajoy que fue quien a su vez le arrebató el puesto de sucesor cuando el señor Aznar decidió ante sí y ante la historia que sería el registrador de la propiedad quien continuase su labor y no el economista.

Las enseñanzas que se extraen de este sordo combate son variadas. En cuanto al señor Rajoy, quizá sepa ya que ser designado a golpe de dedo autocrático no garantiza nada en democracia, ni siquiera en un partido de derechas y menos que nada la lealtad del equipo que fue del dirigente anterior. El señor Rajoy no cuenta en el país ni en el Parlamento, pero donde menos cuenta es en su propio partido. La segunda enseñanza que podría aprender es que no debe despreciarse al adversario. Entró en el ruedo como un toro, lleno de soberbia y prepotencia, insultando y menospreciando al señor Rodríguez Zapatero y se ha encontrado con que el presidente del Gobierno tiene una talla de la que él carece. Buena cura de humildad.

El señor Ruiz Gallardón está experimentando en sus carnes cómo las gastan los amigos del mismo partido, sobre todo cuando, como es el caso, lo alaba el adversario, pues esos elogiosos juicios de Bono estarán dictados por la nobleza de su espíritu, pero más parecen pensados para hundir al ilustre regidor.

La señora Aguirre es la que menos tiene que aprender aquí porque, aunque no lo parezca, dada su forma de expresarse, "se las sabe todas": no tiene escrúpulos a la hora de hacerse con el poder, controla el partido, tiene una fiel guardia pretoriana, cuenta con la confianza del señor Rajoy y su tarea es relativamente sencilla, consiste en cerrar el paso al alcalde de Madrid e impedir que la figura del señor Rato se consolide.

El señor Rato, por último, como el convidado de piedra, asiste al pugilato en silencio, en la esperanza de hablar el último mientras se deja arrullar por los halagos de sus incondicionales que ven en él, según dicen, el mirlo blanco del centrismo en el PP cuando es claro que sólo quieren enfrentarlo al alcalde madrileño. El señor Rato hará bien en desconfiar de la doblez humana.

Lo único que a estas alturas tiene claro el país entero es que si Monseñor Rouco no obra un milagro de aquí a marzo, las elecciones serán el pase a la reserva del señor Rajoy, que se quedará con las ganas de ser presidente del Gobierno como don Juan, padre del actual monarca, se quedó con las de ser Rey.

(La ilustración es un cuadro de George Bellows, padre de la pintura estadounidense del siglo XX titulado Combate en Shakley, 1909)

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Los misterios de internet.

Leo en The Guardian que la empresa Ofcom, una organización independiente que analiza el mercado de los medios de comunicación, ha presentado su informe sobre el uso de internet en Gran Bretaña. El gráfico de la izquierda es suyo y en él se ve que la red pulveriza todos los vaticinios. Su crecimiento está siendo muy rápido y no se atiene a las pautas aceptadas. Lo más llamativo, a mi juicio, es que el segmento de edad de los mayores de sesenta y cinco años sea el que más horas dedica a navegar. Por supuesto, la explicación es sencilla por cuanto se trata de jubilados en su mayor parte. Pero también contradice el saber convencional de que los mayores sean reacios al medio. Internet es también cosa de abuelos.

Ofcom señala que las mujeres internautas están ganando terreno y, en algún tramo de edad (veinticinco a treinta y cuatro años) superan a los hombres por 55% frente a 45%. Ello lleva al The Guardian a un "overstatement", cuando habla de feminización de internet. Por supuesto la explicación sigue siendo sencilla ya que las mujeres son las que más están en casa, pero lo cierto es que la imagen masculina de internet está cediendo terreno.

Resulta interesante que, en cuanto a contenidos, casi la mitad de los internautas se descargue música y videos. El 30% busca juegos en la red (que estos si son chavales) y el 23% está en redes sociales que es donde más suele situarse a las mujeres, aunque esto puede estar cambiando también. Son muy reveladoras las cantidades referentes a radio y TV. Mientras que un ventiuno por ciento usa internet como radio, sólo un nueve por ciento lo hace como TV. Esto traduce el hecho de que el medio que más se ha resentido con la llegada de internet haya sido la radio al menos el medio clásico "radio" en tanto que la televisión mantiene incólume su hegemonía. Según el EGM, los españoles miramos la TV unos 220 minutos diarios o sea unas tres horas y media. Supongo que en Gran Bretaña será parecido y eso explica que la TV resista mucho mejor que la radio. El abandono de ésta en los tramos menores de edad es alarmante. Los radioescuchas son los mayores. Lo mismo que pasa con internet, pero me atrevería a decir que con ánimos distintos. El mayor misterio de internet es la capacidad que tiene para integrar todos los demás medios, la prensa escrita, el cine, la TV. Xon razón el término preferido de los internautas es "multimedia".

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dijous, 23 d’agost del 2007

Aviso.

Ando muy mal de tiempo y preveó que esté peor en el futuro inmediato. Tengo un montón de trabajo pendiente y necesito concentrarme, además, en un par de escritos (libros) de cierto alcance en que estoy embarcado. Así que tendré que reducir el que dedico al blog. Tras pensarlo algo, he arbitrado una serie de medidas escalonadas que iré tomando si las circunstancias lo requieren y que son:

1ª) Dejar de contestar comentarios salvo que, por su contenido, sea imprescindible hacerlo.

2ª) Suprimir las ilustraciones.

3ª) Reducir escritos a un post diario.

4ª) Un post y abreviado.

5ª) Cerrar el blog.

Espero que pueda apañarme a la altura de la 3ª). De momento pongo en marcha la 1ª).

Los "ideales" de Bush.

Esa obsesión, esa maldita obsesión con la segunda guerra mundial que tienen los truhanes que hace tres años desencadenaron una invasión ilegal y pirata de un país que no les había hecho nada demuestra a contrario de qué estameña están hechos. Al señor Bush le queda ya un telediario en la Casa Blanca, por lo que está loco por dejar esta cruz y largársela a su sucesor. Entre tanto invoca los "ideales" de la segunda guerra mundial para justificar los cuatro años de estúpida y cruel masacre que él y sus dos compinches desencadenaron en el Irak. Están bien invocados esos ideales, pero al revés. Le ocurre como al señor Aznar quien también recurría a ese ejemplo histórico para justificar la criminal invasión del país asiático recordando el "apaciguamiento" de Munich. También bien traído y también al revés. En las Azores los tres piratas eran Hitler porque eran ellos quienes querían guerra a toda costa, mintieron para desencadenarla, no aceptaron mediaciones, recurrieron a los hechos consumados e invadieron un país en contra de la ley, los usos civilizados y la opinión mundial. ¿De qué ideales habla ahora el señor Bush? Es obvio, de los mismos de Hitler: perseverar, insistir, mantenella y no enmendalla, hasta el final. Como éste no tiene siquiera los arrestos del Führer, en lugar de suicidarse, espera poder llegar al fin de su mandato sin tener que aceptar la derrota. Que lo haga su sucesor.

Porque la derrota es obvia y evidente. El presidente Al-Maliki, el títere de Washington, es incapaz de gobernar el país porque el país ya no existe, sino que es un territorio ocupado por fuerzas invasoras, sin orden alguno, con poblaciones enfrentadas y entrematándose a mansalva. Un país sin seguridad para los bienes y las personas, en el que todos los días hay asesinatos a cientos, desplazados a miles, sin infraestructuras y sin servicios mínimos y en el que reina la guerra de todos contra todos. A ese país llama el señor Bush una "democracia". Efectivamente, como dice la ilustración, "como una piedra, pero más estúpido". Y egoísta ya que, obviamente, lo que quiere es salvarse él mismo.

¿Y qué me dicen del don de la oportunidad del pavo? Suelta el discurso de los "ideales" el día que acaba de recibir una carta de sus soldados en línea de combate en la que le dicen que esta guerra no puede ganarse y en que llega la noticia de que ha habido catorce nuevas muertes de soldados estadounidenses. Las de naturales iraquíes ya no se cuentan.

Es verdad que los soldados estadounidenses en el Irak son mayoritariamente negros, hispanos y pobres, o sea, lo que un periódico español de derechas de toda la vida llamaba "muertos de tercera". Pero hasta esas minorías pueden llegar a hartarse de los "ideales" del señor Bush que, por lo que se ha visto hasta la fecha han consistido en:

1º: invadir ilegalmente un país para robarle sus recursos.

2º: mantener la ocupación a base de torturar, reprimir y masacrar a la población para que las empresas en las que él o sus colaboradores tienen interés hagan negocios.

3º: sostener que la guerra, que ya está perdida, puede ganarse y rechazar la retirada de las tropas para salvarse de la quema de la derrota y dejarle el lío al sucesor.

Los ideales de su compinche Aznar son similares y se resumen en llenarse los bolsillos con el dinero que le pagan por haber propiciado ese crimen y esa carnicería, sentado sobre cientos de miles de muertos, 192 de ellos en España.

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Algo más por la ciudadanía.

En el post de ayer sobre la cruzada que han montado los curas contra la Educación para la Ciudadanía con ayuda de sus monagos del PP olvidé lamentablemente consignar una dirección por si alguien quiere firmar un manifiesto de apoyo a la asignatura. Héla aquí: Atrio. Hace ilu esto de volver a los tiempos de los abajofirmantes que teníamos algo abandonados.

Desde la muerte de Franco, hace treinta y dos años, España ha dado un salto gigantesco, se ha europeizado (como quería Ortega), se ha modernizado (como quería Costa), se ha reconciliado, al menos en parte (como quería Machado) y se ha puesto a la altura de las demás sociedades capitalistas avanzadas. Para ello, entre otras medidas, hubo que implantar el IRPF, abolir "delitos" como el adulterio, regular el divorcio, dar paso al aborto, reducir las prerrogativas y privilegios de la iglesia, eliminar el servicio militar obligatorio, regularizar las situaciones de inmigración, aceptar matrimonios homosexuales, legislar contra la violencia machista y establecer por ley la igualdad de género. En casi todos estos avances, la opinión pública progresista tuvo que hacer frente a la radical oposición de los curas y sus monagos y acabó triunfando. Esta vez también vamos a conseguirlo porque tenemos razón y somos más.

Ya sé que para quienes esperan tomar mañana el Palacio de Invierno todo esto son batallitas de "progres", pan para hoy y hambre para mañana, cuando no repugnantes concesiones de socialdemócratas traidores prestos a refrenar los ímpetus de unos trabajadores revolucionarios que en lugar de estos parches pequeñoburgueses habrían abolido el dinero de un plumazo, establecido el amor libre, suprimido todas las religiones-opios-del-pueblo, disuelto todo tipo de ejércitos y fuerzas armadas, erigido el internacionalismo proletario a toque de cornetín (de órdenes) y decretado por narices la igualdad esencial de los seres humanos en una sociedad sin clases.

Con razón se quedan en casa estos radicales salvadores del pueblo, no se ensucian las manos con el miserable "reformismo", rajan como crisóstomos en las cervecerías y se alegran de que haya altas tasas de abstención, en la que tienen puestas todas sus esperanzas. La verdad es que es una pena que las gentes sigamos empeñadas mayoritariamente en forjar una sociedad progresiva, abierta, tolerante, libre a base de reformas, pactos, negociaciones y chanchullos en lugar de seguir a estos sapientísimos profetas de la revolución que, como decía Adorno, "confunden el ruido de sus cadenas con el sonido de la marcha de la historia."

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dimecres, 22 d’agost del 2007

Los jueces como peones.

Muy bien por el editorial de El País de ayer, titulado Sorber y soplar en el que se critica el ventajismo y la irresponsabilidad del PP al mantener bloqueada la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y poner en un brete al Tribunal Constitucional, recurriendo su mecanismo de renovación, pero exigiendo, al tiempo, que no demore su pronunciamiento sobre el Estatuto de Cataluña. El periódico concluye que ese partido antepone sus intereses a los generales. Es obvio. Y no solamente en esto sino prácticamente en todo cuanto toca, desde la composición de los gobiernos locales a las propuestas de reforma de la ley electoral, pasando por la lucha contra el terrorismo. El horizonte del principal partido de la oposición no consiste más que en aprovechar las vicisitudes políticas del tipo que sean para retorcerlas de forma que le den frutos electorales.

Pero en el caso de los jueces hay bastante más. Hay un propósito deliberado de valerse de la magistratura -que tiene un sesgo claramente conservador en su mayoría- para imponer sus posiciones. Es la costumbre de la derecha, valerse de las instituciones del Estado, que deben estar al margen de las controversias políticas, para ponerlas al servicio de sus fines partidistas. Antaño lo hacía con el Ejército. Hoy eso ya no es posible, pero intenta valerse de la judicatura en la que sabe que dispone de un verdadero baluarte. Basta recordar la sentencia, recientemente casada por el Tribunal Supremo, que condenaba contra todo derecho y justicia a unos policías por "detención ilegal" para caer en la cuenta de que no es un hecho aislado, sino el resultado de una política concertada entre el PP y los sectores más integristas de la magistratura. De ahí que su empeño sea una permanente "judicialización de la política". La transición fue benevolente en exceso con los servidores de la dictadura, sobre todo policías, carceleros y jueces. Todos los jueces que actuaron bajo el franquismo y dictaron las sentencias del Tribunal de Orden Público (por no hablar de otros "tribunales"), del que formaban parte a petición propia y, en consecuencia, deshonraron su condición de jueces, siguieron en sus puestos. En España no ha habido una depuración de los órganos represivos de la dictadura y esta connivencia entre el partido de la derecha y los jueces reaccionarios es la penosa consecuencia de aquella ingenua magnanimidad.

(En la imagen, James Ensor, "Los jueces prudentes")

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Educación para la ciudadanía y manipulación.

Estuvieron treinta y ocho años conviviendo tan ricamente con la dictadura y su asignatura obligatoria de "Formación del Espíritu Nacional". Treinta y ocho años impartiendo otra asignatura también obligatoria de religión católica. Estuvieron treinta y ocho años metiendo la religión en la cabeza a niños, adolescentes y jóvenes a cristazos, enseñándoles que sólo la religión católica era la verdadera y las demás, herejías; amenazándolos con las calderas de Pedro Botero si tenían, por ejemplo, "pensamientos impuros" y diciéndoles que la guerra civil había sido una "cruzada" del cristianismo contra las hordas marxistas. Del resto del adoctrinamiento fascista ya se encargaba el chupóptero de turno de la Falange, que explicaba cómo el Caudillo era providencial, España tenía vocación de imperio y memeces de este jaez. Ya en los años sesenta, las "Tres Marías" (Religión, Formación del Espiritu Nacional y Gimnasia) que, aunque parezca mentira, seguían formando parte de los planes de estudios de todas la Facultades y Escuelas Técnicas Superiores, no se las tomaban en serio ni los que las impartían, tal era el desprestigio de estas doctrinas de carcundas.

Pero los curas estuvieron treinta y ocho años conviviendo con semejante mascarada, ayudando a ponerla en escena y beneficiándose de ella con todo descaro.

Ahora se oponen con uñas y dientes a la implantación de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) y una de las razones que aducen es que ¡es una nueva Formación del Espíritu Nacional! Hace falta ser caradura, mendaz y sinvergüenza. Sobre todo teniendo en cuenta que, al tiempo que se oponen a esta asignatura, que es una mera "educación cívica" como las que hay en muchos otros países democráticos, siguen beneficiándose de unos acuerdos económicos del Estado con la Santa Sede lesivos para los intereses de España que había que denunciar ya y pretenden mantener la asignatura de Religión (católica claro) a ser posible obligatoria.

Y no termina ahí la manipulación y la sinvergonzonería. La cosa va más lejos, según he podido ver en El Plural, uno de los padres que han presentado recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra EpC, que alienta y fomenta la "objeción de conciencia" contra dicha asignatura y actúa, a lo que se ve, como portavoz de los otros recurrentes, el señor Carlos Seco Gordillo, afirma, según el ABC que:

esta iniciativa surgió de «forma individual» por parte de varios progenitores contrarios a la implantación de la asignatura. Si bien añadió que, según tiene entendido, «la idea ha trascendido y serán bastantes los padres que, haciéndose eco de esta medida, interpongan también hoy el mismo recurso en las distintas sedes del TSJA, situadas en Sevilla, Granada y Málaga».
O sea, espontáneo, no dirigido desde arriba, producto natural de los mecanismos de defensa de la sociedad civil... Todo mentira, todo manipulación y engaño. El señor Carlos Seco Gordillo es concejal del PP de Castilleja de Guzmán, provincia de Sevilla, fue cabeza de lista de ese partido en las pasadas elecciones y tiene un blog personal que no se lo visita nadie porque se ve enseguida que lo abrió para las elecciones municipales y desde entonces no lo actualiza, pero en el que deja clara su condición de activo militante del PP. Justo lo que el ABC olvida mencionar a sus lectores.

Es urgente que esa asignatura EpC se ponga en marcha y que la cursen a toda velocidad tanto el señor Seco Gordillo como el director del ABC. Claro que, dada su condición de reaccionarios, también podrían cursar una de su propia religión en la que les enseñaran los Diez Mandamientos, haciendo especial hincapié en el octavo (del catecismo católico) que ordena no levantar falso testimonio ni mentir.

(La primera imagen es un fresco de Rafael, El incendio del borgo, que se encuentra en los Museos Vaticanos)

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dimarts, 21 d’agost del 2007

La batalla de, en, por la derecha.

Supongo que si sales a la calle y preguntas a un dirigente del PP que si en el partido andan a mojicones te dirá que están más unidos que nunca detrás de su líder, señor Rajoy, que le consta que no hay discrepancias y que forman una piña, incluso un puño. Hasta es posible que te lo estampe en los morros para demostrar la autenticidad de sus afirmaciones.

"Mire Vd." (este "mire Vd. es el sustituto del "oiga Vd." con que los policías franquistas increpaban a la gente en la calle en cuanto se descuidaba) "Mire Vd., joven, no sé quién le pagará por andar difundiendo bulos, pero el PP está como un solo hombre, detrás de su presidente y próximo presidente del Gobierno de España".

El asunto, sin embargo, es bien distinto: están a castaña, por no decir hostia, limpia. Primero echaron a su hombre en Cataluña, el señor Piqué para sutituirlo por un joven integrista que tiene toda la pinta de hacer realidad el apellido de su antecesor. Después se encontraron con que el señor Sanz pide grupo propio en el Congreso, para afirmar los intereses de Navarra, según dice. Y ahora viene el alcalde de Madrid y reitera que él quiere calzarse un escaño en ese mismo Congreso.

La petición del señor Sanz ya forzó al señor Rajoy a posponer ad calendas graecas la cuestión y suscitó duras réplicas del pretorio: Navarra ya tiene grupo propio, que es el del PP. La reiteración del señor Ruiz Gallardón ha suscitado las de otros dirigentes de su partido, el señor Acebes, que debe de considerar al alcalde de Madrid una especie de bolchevique encubierto, y la señora Aguirre quien, postulándose a sí misma para el cargo de presidenta del Gobierno, no quiere ni oír hablar del asunto. Los señores de la derecha gastan ya tanto tiempo en hablar mal de sí mismos como de los socialistas, con lo que su oposición se resiente.

Al margen de todo ello que tiene, sin duda, una vertiente humana, la de ver si el señor Ruiz Gallardón materializará su ambición o se le interpone alguien en el camino, la cuestión que plantea, la de que haya representación de la ciudad de Madrid en el Congreso, remite a otro orden de cosas de mayor calado. Lo ha dicho la señora Aguirre (aunque no sé si se refiere a lo mismo que yo) al señalar que la idea "gallardónica" no encaja en el modelo cosntitucional español. Naturalmente que no; pero a la derecha le sale del fondo de las entrañas: representación de Navarra, representación de las ciudades, esto es, abajo el supuesto democrático esencial de que el Congreso es una cámara universal en la que están representados los españoles como españoles, que es una representación personal. Nacionalistas gallegos, vascos y catalanes han hecho de siempre caso omiso de esa doctrina; se han añadido los canarios y ahora vienen los navarros. Representación territorial. Sustitución de la representación universal personal por la de intereses concretos: regionales y, ahora, de las ciudades. ¿Y por qué no de los sindicatos, los empresarios, los bancos, las universidades, etc? ¿Y porqué no implantamos el consejo de los fascios y las corporaciones?

Ay, Señor, les sale del fondo del alma.

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Que no, que no.

Tengo algunos amigos chavistas con los que de vez en cuando discuto sobre lo inevitable. Como la experiencia me dice que estas discusiones políticas no merecen la pena que uno se enzarce con sus amigos, tiendo a no postear mucho sobre la cuestión latinoamericana, pero a veces hay cosas que no pueden pasarse sin c0ndigno comentario.

Una de ellas es la reforma constitucional para posibilitar la reelección ilimitada del presidente de la República. Vamos, para configurar una Jefatura del Estado perpetua plebiscitada periódicamente. A fin de justificar la reforma el señor Chávez invita a comparar con los casos de los Reyes de España y Reino Unido, lo que es absurdo, porque no hay comparación posible entre una magistratura simbólica (los Reyes citados) y otra con poder real y no sólo ejecutivo, sino también legislativo y notable influencia en el judicial.

Pero no se trata de argumentar criterios formales para criticar la reforma. No hace falta. No hay duda de que el señor Chávez plantea la reforma en términos exquisitamente legales. La cuestión no es de legalidad sino de legitimidad. ¿Es legítimo modificar una norma que tú mismo configuraste cuando te interesa y para cambiar solamente tu situación según tus deseos? Claro que no. En sí misma la cuestión de reelección sí o no es baladí. Lo impresentable es hacer y deshacer las leyes a la medida de tus decisiones y planes personales.

No tengo duda alguna de que el señor Chávez sea de izquierdas y que esté introduciendo reformas de carácter social y económico con las que, en principio, puedo estar de acuerdo. Pero no con las políticas y jurídicas.

Esa decisión de cerrar un canal de TV es pura censura y arbitrariedad desde el poder. La triquiñuela de alegar que no es un cierre sino una no renovación de licencia no va a ninguna parte. El resultado es un cierre. Pero es algo más que una arbitrariedad y una conculcación de derechos y libertades fundamentales (libertad de expresión, derecho a la información), es, además, competencia desleal. Porque, ¿qué otro nombre recibe el hecho de que una persona que tiene un programa de TV que se llama Aló Presidente



prohíba una cadena de TV rival? Eso es competencia desleal, callar a los rivales usando los poderes del Estado, no la libre competencia en el mercado. Y las razones que he oído exponer al señor Chávez para el cierre me han parecido una vergüenza: que si las doctrinas contrarrevolucionarias ya no iban a poder expandirse como antaño, que si los proimperialistas no van a poder disponer de tantos medios como antes. O sea, que los adversarios se callen. Y lo que me parece insólito es que eso se haga en nombre de la izquierda.

Como insólito es que en nombre de la izquierda se consienta la peregrina situación del señor Castro en Cuba. Un sistema político, un país entero de más de once millones de habitantes mantenido en posición de stand by porque no se sabe si el hombre fuerte en quien se concentra el verdadero poder del Estado se muere o no se muere. Es imposible mostrar más a la claras que en Cuba todo, absolutamente todo, depende de una persona. ¿Qué tiene que ver esto con la izquierda?

Ya que el señor Chávez es tan aficionado a recitar doctrina marxista en sus discursos, bien podría ofrecer alguna reflexión en público sobre la magnífica idea de la marxista Rosa Luxemburg cuando decía: "La libertad sólo es libertad cuando lo es para los que piensan de forma distinta."

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