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dimarts, 14 de juliol del 2009

A bofetadas.

Era de esperar: las amenazas del señor Bárcenas de llevarse más gente por delante si él cae, de "tirar de la manta", revelar información comprometida para otros dirigentes del PP, etc que por cierto suele ser táctica de los delincuentes habituales cuando ya se ven perdidos (y no estoy diciendo con ello que él lo sea) ha aumentado la inquina generalizada en su contra en su propio partido y hasta se dice que los miembros de la dirección pedirán colectivamente al señor Rajoy que lo destituya. Unos por unos motivos, otros por otros, todos parecen querer ver fuera ya al polémico tesorero quien se aferra al cargo como el peregrino sediento a la fuente del camino.

Parte del espectáculo la proporcionó ayer la redicha presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid quien se plantó ante la nube de grabadoras y micrófonos para pedir en tono achulapado que el señor Bárcenas cuente lo que sabe de ella, lo cual demuestra verdadera sangre fría cuando se ha accedido al cargo merced a un episodio como el conocido "tamayazo", gracias al voto presumiblemente comprado de dos tránsfugas del PSOE al lado de los cuales este Bárcenas es catedrático de ética o cuando se mantiene una en él a base de escandalos por la privatizacion de la sanidad pública, que ya se ha llevado por delante a una mujer y luego a su hijo póstumo.

La cuestión no reside en entretenerse contemplando cómo los militantes del partido de la derecha se lían a mojicones entre sí en una escena de película de los Comedy capers sino en ver cómo resuelve esta crisis en la que se ha metido sólo el principal partido de la oposición. Si en lugar de entender absolutamente todo en la vida en términos de la dialéctica amigo/enemigo según la cual los nuestros son siempre intachables, honrados, sacrificados y generosos mientras que los adversarios son unos sinvergüenzas egoístas, los dirigentes del PP admitieran que en asuntos de moralidad personal la cosa está muy repartida y tantos chorizos y mangantes hay en el PP como en el PSOE, el resultado habría sido muy distinto. Si a las primeras acusaciones al señor Bárcenas (a) "Luis el Cabrón" y al señor Camps (a) "el Curita" ambos hubieran presentado su dimisión o los jefes les hubieran obligado a ello en lugar de creer que todo era una sucia maniobra del adversario, no estaría el partido viviendo estos momentos amargos, vinculado a los destinos procesales de dos presuntos delincuentes.

La táctica tópicamente gallega del señor Rajoy de hacer que pase el tiempo sin tomar decisiones ni postular criterios, en la esperanza de que los asuntos se resuelvan por sí solos ha demostrado ser un disparate, una alucinación de cazurro irresponsable que no tiene por qué costar las próximas elecciones al PP ya que, como se ve por los sondeos, el partido tiene un suelo firme de votantes de los que cabe decir que incrementan su participación cuando los escándalos de corrupción afectan a sus principales dirigentes, pero tampoco le permite despegarse del PSOE en los sondeos de intención de voto, a pesar de que éste está lidiando con la peor situación ecómica del último siglo.

De momento la petición unánime es que el señor Bárcenas dimita del cargo de tesorero. De seguir las cosas como hasta aquí puede ampliarse a la de que el señor Rajoy dimita del suyo de presidente del PP.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 9 de juliol del 2009

El morro del Curita.

El presunto cohecho del señor Camps con los trajes del Bigotes tiene varias facetas a las que los medios llevan un par de días sacando verdadero brillo. El concepto de responsabilidad política ha quedado hecho añicos, supeditado al de la penal. Los destinos del PP, uncido éste al del presidente de la Generalitat valenciana son cada vez más oscuros. Los amigos del personaje chapotean en la extravagancia, como la señora Barberá, que saca a colación unas anchoas para hacer tragable ese gesto ridículo, propio de mafiosi de campanario del regalo de los ternos. La crónica institucional se convierte en una serie de cábalas sobre cuánto podrá aguantar el señor Camps, imputado y procesado. La política es un rifirrafe continuo entre partidarios y detractores del Curita y, en el fondo, nadie entiende cómo es posible que el tal Curita no se haya ido ya a su casa.

Y, sin embargo, la respuesta es sencilla: porque tiene un morro que se lo pisa. Ese es el rasgo definitorio esencial del señor Camps: el morro. Dijo en público que él se pagaba sus trajes. Pero no lo ha probado, en tanto que el juez acumula pruebas de que los trajes los pagó su beneficiado el Bigotes. Luego, mientras no demuestre lo contrario, el señor Camps ha mentido a la opinión pública y ha mentido al juez. Eso es el morro: mantener la figura entre el ludibrio y la crítica generalizados.

Dijo que estaba deseando poder declarar en la sede adecuada, en donde resplandecería la verdad. Llegó el momento, fue a declarar y lo único que resplandeció fue el morro que tiene porque de la declaración ante el juez salió tan presuntamente cohechador como había entrado. Con posterioridad, ante la concreción de las imputaciones judiciales y la apertura del juicio oral, sostiene el señor Camps que "está muy contento" porque ya queda menos para que se sepa la verdad. En el fondo la verdad parece saberse ya: el señor Camps recibió los trajes, no los pagó y lleva tres meses mintiendo con un morro descomunal.

El morro es la enseñanza política fundamental que el señor Camps puede aportar a las generaciones siguientes: no importa de qué te acusen, ni siquiera qué margen de defensa tengas: lo importante es que mientas y le eches mucho morro. El morro desconcierta a la gente y, sobre todo, altera el normal funcionamiento de la democracia como intercambio razonado de pareceres. Es imposible intercambar parecer alguno, razonado o no razonado, con quien confía toda su estrategia al morro.

¿O no es morro intentar que el resultado de las pasadas elecciones europeas se entienda como una exoneración de sus responsabilidades penales?

Aunque existan más que fundadas sospechas sobre la neutralidad de la justicia en este caso, por cuanto los magistrados son todos de la cuerda política del Curita cuando no sus amigos íntimos, ese proceso debe seguir hasta el final y ampliarse a las indagaciones solicitadas por los socialistas relativas a todas las contrataciones de la Generalitat valenciana con la trama de empresas del Bigotes. Pero algo ha quedado ya claro: el morro del Curita, un morro descomunal, fabuloso, arrasador; un morro que le permite mentir, seguir mintiendo, volver a mentir sin que se le borre ese gesto falsamente modesto, mínimo y humilde, resignado y sacrifical.

Un morro que hará historia.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 7 de juliol del 2009

¿Son sólo trajes?

Una de las líneas de defensa del PP en lo atinente al procesamiento del señor Camps es que éste no va a meterse en líos por una fruslería como unos trajes. Es lo que dice el señor Rajoy, en lo que viene ya dando a entender que, al ser de poca monta, el delito no debe tener consecuencias políticas. Contra esa interpretación se ha precavido el juez en su auto de apertura del juicio oral al decir: "Aunque el precio de esas prenda pudiera parecer a alguien escaso o aun ridículo en comparación con la magnitud de la función desempeñada por alguna de las personas obsequiadas, esa circunstancia no es excluyente del desvalor de su acción objetivamente considerada." (No sigo porque tengo que copiarlo ya que la administración de justicia en España, me temo, escribe con máquinas de escribir antiguas, lo que obliga a colgar el documento en la red en PDF sin que pueda hacerse copypaste salvo como imagen o con un programa que reconvierta el PDF en Word. Un atraso, vaya, pero el texto es muy bueno y merece la pena).

En todo caso el señor Camps está ya mucho más allá de lo que el decoro democrático puede permitir en un gobernante. Si estos, como han hecho otros en su partido, deben dimitir para no contaminar su gestión con sus problemas personales, el señor Camps debiera estar en su casa hace meses. En lugar de eso mantiene un espectáculo que suspende el ánimo y maravilla los sentidos: el mismo personaje que decía que estaba deseando aclararlo todo en el foro adecuado y sede judicial se obstina en no aclarar nada y en que no hay foro. Ahora vuelve a recurrir, como hizo antes, en petición de sobreseimiento del caso. Está claro que, si no hay caso, no hay foro y, si no hay foro, nos quedamos sin esas aclaraciones que tan fervorosamente quiere administrar el señor Camps. Mala pata.

Ciertamente, el PP es muy libre de actuar como mejor entienda. Y, al parecer, entiende que debe defender al señor Camps hasta el suicidio colectivo. La señora De Cospedal ha salido brava a defender la presunción de inocencia del señor Camps, que es algo absurdo de hacer porque la presunción de inocencia no necesita defensa. Lo que se defiende es la inocencia del señor Camps y eso es ya mucho defender. Tanto que la actitud de todos, los implicados, sus jefes y subordinados, los órganos del partido parece dar a entender que, en efecto, no es cosa de que el muy honorable presidente se haya pringado por unos trajes cuando las adjudicaciones se valoran en millones de euros. ¿Se acuerdan de los últimos momentos de Harry Luck (Brad Dexter) en Los siete magníficos que, muriendo en brazos de Chris Adams (Yul Brynner) todavía le pregunta por el tesoro oculto del que han ido apropiarse? Aquí es lo mismo: lo de menos son los trajes del Curita. Porque si hay algo más que trajes va a armarse un Sodoma y Gomorra y si la cosa queda en los trajes, lo grave no son estos sino el hecho de que el máximo representante de los valencianos mienta con tanto aplomo.

Por cierto la transcripción de la conversación telefónica del Bigotes y Paco Gürtel es la monda lironda. ¡Qué estilazo vallinclanesco tienen los dos presuntos rufianes! Y eso que el Bigotes está tan nervioso que dice a gritos que tiene cosas que hablar pero no puede hacerlo por teléfono; y luego largan y largan y largan. El ex-alcalde de Boadilla del Monte queda guapo. El Albondiguilla lo llaman. El Bigotes, el Albondiguilla, el Curita. De verdad ¿qué Valle Inclán? Carlos Arniches.

Y la cuestión verdaderamente molesta: ¿nadie más está pringado?

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 29 de juny del 2009

¿Hasta dónde llega la trama Gürtel?

A medida que van sabiéndose más cosas sobre la trama de presunta corrupción dirigida por el señor Francisco Correa se comprende mejor el desconcierto del PP y sus extrañas reacciones: el asunto parece ser mucho, pero mucho más grave de lo que se presumió en un principio, cuando se pensaba que se trataba de unos cuantos negocios más o menos ilegales que había hecho la trama Gürtel en connivencia con algunos ayuntamientos gobernados por el PP en el rico noroeste de Madrid y, si acaso, con la Generalitat valenciana y la Comunidad Autónoma de Madrid De hecho, sin embargo, ya unas primeras declaraciones del señor Rajoy a poco de destaparse este escándalo, ponían sobre la pista de lo que podía ser un terremoto. Según él, los Gürtel habían operado hasta 2004, cuando él toma el mando de la nave, se entera de que no todo es trigo limpio y ordena que cesen las actividades de la sede central del PP con las empresas del señor Correa, hoy encarcelado. Esta decisión explica por qué los implicados en la trama concentraron entonces sus esfuerzos en la administración local y autonómica, ya que ambas quedaba fuera del alcance de las decisiones depuradoras del aparato del partido. Y en esto empezaron los avatares del señor Camps en Valencia así como algunos diputados autonómicos del PP en Madrid y algunos alcaldes como los de Boadilla del Monte, Pozuelo o Majadahonda.

Pero de las actividades de los Gürtel con el PP central en los años anteriores a 2004, en plena legislatura con mayoría absoluta del partido conservador, no se decía nada. Sin embargo, según la información de hoy de El País, en un reportaje titulado La investigación a Bárcenas revela una red de facturas falsas de una constructora del AVE, las actividades corruptas, el expolio de las arcas públicas, los cohechos, etc pueden tener un alcance mucho mayor de lo que se suponía y afectar al Gobierno de José María Aznar (al cual el señor Correa organizó, según parece, una gran cantidad de actos oficiales) y a la gestión del señor Álvarez Cascos, por entonces ministro de Fomento y responsable último de las obras del AVE a Barcelona y Valencia, sobre las que llovió una pila de millones de euros en forma de concesiones ilegales y actividades fraudulentas de todo tipo. De ello parece haberse beneficiado directamente el señor Correa, pero los gobernantes de entonces no pueden llamarse andana, dado que tienen una responsabilidad política directa de lo que se hizo. En especial el señor Álvarez Cascos con las obras del AVE que parece haber sido un verdadero festín de comisiones millonarias ilegales.

Con razón insiste el señor Álvarez Cascos en que el señor Bárcenas no dimita y luche hasta el final. Es un modo de retrasar que la investigación judicial de la trama Gürtel llegue hasta él y hasta el señor Aznar.

(La imagen es una foto de Cuqui24, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 18 de juny del 2009

Espionajes, cohechos, malversaciones: un estilo de gobierno.

Ahora es la SER la que viene desgranando nuevos casos de espionaje en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) esta vez, al parecer, en Torrelodones en donde dos ediles que se opusieron al alcalde del PP en asuntos que sospechaban de corrupción sufrieron seguimientos controlados, como también lo hizo, según se afirma, un notario de la misma localidad y afiliado al PP, quien se puso al habla con la presidenta Aguirre para denunciar al mismo alcalde también por asuntos de corrupción. Es decir, a estas alturas, Madrid es un nido de espías del PP dedicados proteger el opaco gobierno de doña Esperanza Aguirre en contra de otros militantes del PP y que va a quedarse en cuadro con consejeros, alcaldes, concejales o simples amigos inculpados, imputados, procesados o meros sospechosos. Razón por la cual -falta de personal, se supone- la señora Aguirre no da una sola explicación de sus actos y decisiones.

En ese no-hacer se incluye el hecho de no responder jamás a las acusaciones documentadas y publicadas y negarlo todo de raíz. Así se clausuró la famosa comisión parlamentaria de investigación sobre espionaje en la CAM, que se cerró cuando la señora Aguirre quiso y, desde luego, antes de haber oído a los espiados. La táctica de la inefable señora es la de no responder jamás a las interpelaciones, dejar que se pudran con el tiempo, hacer limpia de pruebas y así también, el señor consejero de Economía y Hacienda de la CAM, el señor Beteta, comparece en sede parlamentaria a dar cuentas de los contratos de la CAM con las empresas del presunto señor Correa por millones de €. Pero tampoco el señor Beteta dice aquí algo de enjundia sino que se limita a relacionar los contratos obtenidos por la empresa de Gúrtel sin una sola explicación y, lo que es más grave, ¡sin un solo papel! Véase a continuación la intervención de la diputada de IU en la CAM, Reyes Montiel, quien denuncia con toda claridad ls situación, extraída de su blog El blog de Reyes Montiel.

Frente a estos casos, como frente a las acusaciones de espionaje, de comprarse trajes realmente baratos, de cohechos de cientos de miles y millones de euros, etc, el PP sólo opone un muro de espeso silencio, roto desde entonces para acusar a veces al mensajero. Pero nada más. Identificando los destinos del partido con los de media docena de personajes presuntamente culpables por orden de los dirigentes es muy posible que, cuando los tribunales se pronuncien por fin, la situación del partido sea tan agónica que haya necesidad de recurrir a una refundación.

(La imagen es una foto de Roberto García, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 16 de juny del 2009

Eso de la corrupción.

La crisis es culpable de muchas cosas. Entre otras, de las gansadas de los políticos porque pesa mucho sobre las facultades mentales de estos. Dijo ayer el señor Rajoy en solemne declaración con los medios de comunicación para allí citados, dijo: "Defendemos a los militantes del PP, inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Si se demuestra que alguien ha hecho cosas no aceptables, actuaremos en consecuencia". ¿Hace falta decir eso? ¿Existe la posibilidad de que no actúen "en consecuencia" si alguien hace algo "no aceptable"? De verdad...

(La imagen es una foto de Contando estrelas, bajo licencia de Creative commons

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dilluns, 15 de juny del 2009

Hasta las cejas.

Paraísos fiscales a lo largo y ancho de Europa. Blanqueo de capitales. Adjudicaciones ilícitas. Cohecho. Fraude fiscal. Malversación de caudales públicos. Prevaricaciones de todo tipo. Engaños. Estafa. Soborno. Falsificación de documento público. Compra de voluntades. Setenta militantes y cargos públicos del PP investigados, imputados o acusados en un trama gigantesca para saquear los dineros públicos. Tesoreros bajo sospecha. Presidentes de Comunidad Autónoma investigados. Presidentes de Diputación acusados. Todo esto presuntamente, por supuesto, dibuja un panorama desesperado para el principal partido de la oposición en el que no parece librarse nadie.

Como respuesta, ataques a la administración de justicia, intimidación a jueces y fiscales que, al parecer, no tienen otra cosa que hacer que pisar un juanete al señor Álvarez Cascos, insultos a los adversarios políticos, amenazas, chantajes, desprecios a los medios, agresividad verbal, matonismo mitinero, mentiras, acusaciones falsas.

El señor Rajoy lo tiene crudísimo. Ha apoyado públicamente a algunos de los principales encartados en la trama Gürtel y, quiera o no, ha vinculado su destino político al de ellos. Si estos acaban dimitiendo porque los procesan y/o condenan, en buena lógica el señor Rajoy debiera vacar la plaza por si acaso aún se estuviera a tiempo de salvar algo de negra honrilla del partido de los presuntos que casi parecería una asociación de malhechores. ¡Ah! Y eso desde los tiempos del señor Aznar.

(La imagen es una foto de Contando estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 12 de juny del 2009

Vuelve Trillo.

Vuelve Trillo, el de las vacunas contra la meningitis para sus hijos; Trillo, el de Perejil; Trillo, el de "manda huevos"; Trillo, el del Yak 42; Trillo, el que dice que los electores lo han exonerado de responsabilidades políticas y penales; Trillo, el que no dimite jamás; el del doble rasero para exigir esas responsabilidades políticas y/o penales, según se trate de gente del PP o de otros partidos.

Y ¿a qué vuelve el señor Trillo? A montar la habitual escandalera en contra de la administración de justicia, a arremeter contra la Fiscalía General del Estado a la que apoyó cuando ésta se opuso a dar traslado de las diligencias del juez Garzón contra el aforado del PP, Luis Bárcenas, presunto corrupto que, según el jefe de la mafia, Correa, se embolsó más de 1.000 millones de las antiguas pesetas en cohechos.

Vuelve Trillo a tratar de intimidar a los jueces, acusar a los periodistas, amenazar con todo tipo de acciones legales.

Vuelve Trillo a apuntalar la disparatada reacción del partido popular de sostener que todo son campañas y conspiraciones en contra de él.

La Fiscalía, que ha hecho un trabajo intachable, ve ahora indicios racionales de que el señor Bárcenas puede haber cometido, entre otros, un delito fiscal e insta al Tribunal Superior de Justicia de Madrid a que dé traslado de las actuaciones cuanto antes al Supremo para evitar la prescripción de los hechos que, al parecer, era la piedra angular de la defensa del PP en este asunto.

Una vez más la corrupción política en España es tan acusada que los partidos -en este caso el PP- no orientan su acción a esclarecer los hechos caiga quien caiga y demostrar la inocencia de los acusados cuando son de los suyos, sino que confían en que la justicia se paralice por prescripción de los hechos, como sucedió con el llamado "caso Naseiro", otro tesorero. Es decir, confían en que no se haga justicia. Ya sólo esta actitud es vituperable pero si, encima, viene avalada por el señor Trillo, un hombre que se ha negado sistemáticamente a asumir las responsabilidades que le correspondiesen tras un proceso penal en el que ha dejado a los pies de los caballos a sus más directos colaboradores y que debiera estar fuera de la vida política por su comportamiento indigno, además de vituperable produce bastante repugnancia.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 11 de juny del 2009

Dimes y diretes de la corrupción.

El dime principal, la comidilla de estas elecciones pasadas, el pasmo generalizado, la maravilla de la Corte es que la corrupción sospechada y en distintos momentos procesales, no parezca afectar negativamente al respaldo electoral del PP. Seguramente no, aunque tampoco se me hace tan grave. No creo recordar que en la corrupción galopante que caracterizó la última etapa del "felipismo" los electores castigaran al PSOE que finalmente perdió por trescientos mil votos; una fruslería.

No obstante, no se ve ya cómo podrá el PP seguir minimizando los asuntos de dineros sucios al avistarse de nuevo el nombre del Tesorero del partido, señor Bárcenas.Y lo más gordo es que, al parecer, hay una cuenta corriente en un banco de Ginebra con cargo a la cual se hacían pagos que las autoridades están investigando. Ginebra es aquí la palabra. En cuanto emerge el nombre de la ciudad calvinista por excelencia, los españoles, con su tradición tridentina a cuestas, empiezan a pensar en la corrupción. Recuérdese que lo que catapultó el asunto de Amedo y Michel Domínguez de un rollo de cuartelo a un tema de órdago a la grande fueron los subresueldos que se les tramitaban en Suiza, en Ginebra, la Roma del mundo protestante, para remunerar su silencio. Ginebra es el encanto y el ensalmo y aquí aparece como lago nutricio de la corruptela con una cuenta corriente desde la que se hacían pagos, supuestamente, a varios diputados del PP. Según avanza la corrupción va llegando más arriba y ahora reaparece el tesorero del PP, señor Bárcenas, con su aspecto de señor Mississippi, y con el asunto camino del Supremo, según pide la fiscalía anticorrupción.

A la oposición le pierde su histrionismo. Hay que ver cómo se puso en el debate parlamentario del otro día con el asuntillo del ex-presidente de la Junta de Andalucía y los fondos públicos asignados a una empresa en la que trabajaba su hija. El asunto es absurdo porque en algún sitio tendrán que trabajar las hijas y si el hecho de que sean hijas incapacita a las empresas para recibir subvenciones resultará que ninguna empresa querrá contratar a hija alguna. Y si la hija movió el teatro que movió ayer, será digno de ver lo que mueva el Tesorero que tanto parece haber atesorado para sí. Y la retahíla de tesorerillos que, según se supone, ha estado beneficiándose de los pingües negocios del recluso Correa. Que, por cierto, menudos deben de ser para justificar fianzas de millón y medio de euros y pagos gangsteriles en Ginebra. Me temo un escandalazo de los de uno al siglo, y presupongo una crisis grave del PP. Si, como parece, el caso Gürtel afecta en serio a todos los sospechosos, imputados y procesados, por algunos de los cuales ha salido garante el prsidente del partido, el asunto va a ser terrorífico.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 9 de juny del 2009

El voto redime.

Lo más característico de las elecciones del domingo es que allí donde menudean las acusaciones e imputaciones penales a los dirigentes del PP este partido haya obtenido sus mejores resultados. Los bastiones electorales del PP, Madrid y Valencia coinciden con las dos Comunidades Autónomas en las que hay más y más encumbrados dirigentes de PP procesados por presuntas corruptelas. Tanto que da la impresión de que los electores de este partido están inmunizados contra el escándalo de los comportamientos supuestamente corruptos si son de los suyos y en modo alguno si pertenecen al campo adversario. Ese asombroso 52,27 por ciento del voto a favor del bien trajeado señor Camps en Valencia y ese 48,61 por ciento a favor de la señora Aguirre en Madrid, nido de presuntos espías parecen probar que a los electores del PP estos asuntos de pública moralidad no les importan. Tanto es así que los propios interesados han acabado elaborando una teoría mejor o peor traída sobre la función catárquica de las elecciones. Cada uno lo ha hecho a su manera, con su peculiar estilo, pero todos lo han hecho y merecen nuestro reconocimiento.

Así, la señora De Cospedal, en la línea antiinquisitorial de su maestro, señor Rajoy, sostiene que la victoria del PP se ha logrado precisamente porque se hizo frente a un ataque muy especial y agresivo por parte de los socialistas. De esta forma, los resultados electorales vienen a ser una froma de exoneración de quienes han sido tan injustamente perseguidos. Es aquí irrelevante que los imputados de su partido no lo estén por órgano alguno del PSOE sino por los tribunales ordinarios de justicia.

A su vez, el señor Camps, sin duda emocionado por esa apabullante reacción de sus paisanos, se ha lanzado en plan estratega, hablando de una moción de censura a Zapatero. Seguramente se ve ya en el lugar del señor Berlusconi, capaz de modificar las leyes para irse de rositas en sus numerosos líos con la justicia.

Otro imputado y con petición de pena, el señor Fabra, presidente de la Diputación de Castellón razona de una forma bien pintoresca. A su juicio, a la gente no le importa saber si Fabra o Camps son culpables o no que eso ya lo dirán los tribunales. Entre tanto, la gente está a lo que está, que es a llegar a fin de mes. Hasta se podría pensar que se defiende la idea de que, si se consigue que la gente llegue a fin de mes, el resto no importa.

Por último, la dama de la Comunidad de Madrid minimiza y relativiza la acusaciones y habla asimismo de ilusión gastada, de imposibilidad de Zapatero de seguir y de cómo el "radicalismo" del PSM hará que el socialismo llegue a la insignificancia.

De todo esto se sigue, evidentemente, que las trapacerías, mangancias, desaguisados y simples estafas posibles de los dirigentes del PP no precisan pasar por los cauces ordinarios de la administración de justicia sino que basta con que sus presuntos responsables se presenten ante el pueblo, reciban el apoyo de sus pares (pares en el presunto latrocinio) y los electores encantados de purificar esas adherencias, esas impurezas involuntarias que el generoso ejercicio de la función pública procura.

Y aquí paz y después, gloria. Que esto es España, señor mío.

( La imagen es una foto de Periódico La Democracia, bajo licencia de Creative Commons)

dimecres, 3 de juny del 2009

Paco, estamos contigo.

Llenazo hasta la bandera en la plaza de toros de Valencia. Tarde de exaltación, de emoción, de nervio y arena, de entusiasmo en el peor sentido del término, como enajenación. Miles de personas proclamando a gritos la inocencia de un imputado en un proceso penal en un acto emotivo y peligroso porque implica condicionar ese mismo proceso. Y con los líderes atizando las pasiones en lugar de refrenarlas, cual es su deber, con el señor Rajoy diciendo Querido Paco, yo creo en ti. Creo en lo que haces. Te he visto actuar muchas veces. La inmensa mayoría de los españoles creen en ti, yo siempre estaré detrás de ti, delante o al lado, me da igual, quiero que me oigan todos en la plaza, lo cual equivale a decir que si los tribunales encuentran culpable al señor Camps, el PP se habrá quedado sin Presidente.

El acto de ayer no es enteramente comprensible desde el punto de vista del Estado de derecho porque casi parece como si unos héroes estuvieran protegiendo a una pobre víctima de un linchamiento o de una persecución ilegal cuando lo único que aquí sucede es que el señor Camps es sospechoso de haber cometido un delito de cohecho. Nada más y nada menos. Todo lo demás, las declamaciones, los gritos, los "a por ellos, oé, oé", el barullo, sobra. Claro que según todos los indicios el resultado de las elecciones en Valencia va a ser desmesuradamente a favor del PP, pero eso no querrá decir nada a la hora de fallar en el proceso por cohecho que se sigue al presidente de la Generalitat. Muy español. Si José María el Tempranillo se presentara a unas elecciones saldría elegido. Muy humano, pues también saldrían elegidos Robin Hood o Francis Drake y hasta Jack el Destripador.

Los datos del paro.

El paro bajó en el mes de abril y a los conservadores casi les da una lipotimia del disgusto. De inmediato salieron diciendo que es cosa veraniega, estacional y que, a la vuelta del verano volveremos a las andadas. Es posible, pero no es cosa estacional y la prueba es que en mayo de 2008 el paro aumentó en España. Es una tontería que los del PP se molesten en negar la evidencia de que se apuntan a la doctrina leninista de "cuanto peor, mejor", que se alegran de los problemas del país, prefieren que todo salga mal y no se confortan con las soluciones. Creen que así ganarán las próximas elecciones. En el caso de las europeas es posible, aunque también es posible que las pierdan, pero en el de las legislativas de 2012, aún hay mucha tela que cortar.

Una prueba, ¿por qué no intentan hacer en Madrid lo mismo que en Valencia? ¿Por qué no volcarse con la señora Aguirre como con el señor Camps, teniendo en cuenta que, aunque no personalmente imputada, está asediada por varios procesos penales? Sin duda porque sus estudios internos les anuncian que la reacción del público madrileño no sería comparable ni de lejos a la del valenciano. Por una vez en la vida, el "vivan las caenas" no arraiga en la villa y corte.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 1 de juny del 2009

Falcon pest.

A estas alturas de la programación debería estar clara la táctica que emplea la derecha en la confrontación política; sobre todo porque es siempre la misma. Consiste en buscar un punto de escándalo en el adversario, sea cierto o no, grande o pequeño, directo o indirecto. A continuación se amplía y se magnifica como si de él dependieran los pilares del mundo. Luego se pone a todos sus medios (que son legión) y a sus políticos, con o sin imperio, a repetir la cantinela sin parar, sin dar tregua, día y noche, hasta convertir el punto de escándalo en el tema central, único, exclusivo, del debate y dejar arrinconado todo lo demás, por crucial que sea, por ideológico, europeo o esencial que sea. Sólo cuenta ese punto de escándalo sobre el que hay que macerar hasta dejarlo a punto de derrota electoral. De esta forma se lleva al PSOE a un terreno incómodo para él porque lo fuerza a defenderse que es siempre posición más débil que la del ataque y, además, se consigue ocultar los puntos flacos de la propia derecha que, en no pocos casos, son de la misma naturaleza y envergadura que los que denuncian.

Se dirá lo que se quiera y la izquierda es muy dada a encontrar razones rocambolescas para los asuntos más simples, pero el hecho desnudo es que, desde el punto de vista de la comunicación, el marketing, la propaganda políticos, la derecha está a años luz de la izquierda, al menos en España. Con el agravante de que esta última no ha conseguido contrarrestar esa fortaleza del adversario, descolocarlo, obligarlo a defenderse. Probablemente porque su fortaleza resida en su vacuidad, en su inanidad ideológica, en su carencia de principios reales (no de los invocados) en su pobreza mental; en lo que se quiera, pero fortaleza.

La derecha lo hizo durante toda la legislatura anterior con sus delirios sobre la autoría de los atentados del 11-M, delirios que siguen funcionando porque son útiles para sacarlos a la luz cuando escasean otros motivos de ataque que resulten más a la moda. También lo hizo con el proceso de paz, presentado como una rendición ante el terrorismo, que puso al Gobierno en una situación embarazosa. Igualmente recurrió a este procedimiento en las elecciones gallegas, con el asunto del automóvil del señor Touriño, con lo que estuvieron batiendo el cobre hasta hartarse sin que nadie en la izquierda respondiera que ellos hacen lo mismo.

Y viene ahora el asunto de los aviones Falcon que usa el presidente del Gobierno y que el PP ha conseguido situar en el centro del debate con lo que nadie se para a considerar que el partido de la derecha está metido hasta los corvejones en diferentes asuntos de corrupción desde la trama Gürtel hasta los espionajes en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Sin embargo, de eso sería de lo que tendrían que hablar sin pausa alguna los candidatos del PSOE en la campaña. El PSOE no debiera comenzar acto público o mitin alguno sin pedir la dimisión de los señores Fabra, Camps, Bárcenas y Trillo y sin exigir una comisión de investigación que averigüe en qué se gasta el dinero la Fundación Fundescam, presidida por esa aristócrata goyesca (o sea, con su pizca de verdulería), la señora Aguirre.

Responder a la acusación sistemática de los aviones sólo tiene sentido si, como propugna Felipe González, se hace para probar que los gobiernos del PP actuaron con verdadera alegría en la gestión del patrimonio común, para lo cual yo empezaría por rememorar la boda faraónico-imperial de la hija de Aznar en El Escorial, con empleo de abundantes recursos públicos sabiamente administrados por el presunto delincuente señor Correa. De no ser así, el PSOE no debiera tener otro discurso que el de pedir la dimisión de los citados presuntos corruptos y del señor Trillo, a quien sería muy razonable declarar "persona non grata" en la actividad política ordinaria. Al fin y al cabo, lo del avión Falcon es anecdótico mientras que el hecho de que un porcentaje nada desdeñable de altos cargos del PP esté imputado en procedimientos de corrupción o, incluso, pese sobre alguno de ellos ya petición de pena no tiene nada de anecdótico sino que es estructural. Al PP le interesa ocultarlo y al PSOE descubrirlo para que la gente sepa a quién vota.

diumenge, 31 de maig del 2009

Votar al PP es votar a Fabra y Camps.

Como para no creerlo. Los dos sondeos que publican hoy El País y Público dan ganador al PP en las elecciones europeas. Uno por cuatro y otro por dos puntos porcentuales. ¿Qué sucede? ¿Que a los electores no les importa la corrupción? ¿Que, como sostienen algunos, al contrario, no solamente no les importa sino que es pedigrí para ganar votaciones? Déjenme creer que no, que no vivo en un país de dementes y pícaros, que mis compatriotas no premian a los ladrones, los sinvergüenzas, los delincuentes, todos ellos presuntos, desde luego. Déjenme encontrar alguna explicación lógica a este aparente desatino.

Porque desatino y mayúsculo es que vaya en cabeza un partido que tiene un presidente de Comunidad y varios altos cargos de su Gobierno imputados en proceso penal por cohecho; un presidente de Diputación Provincial procesado por falsificación con petición fiscal de dos años, así como imputado en media docena más de casos penales; decenas de consejeros, alcaldes, y altos cargos de ls provincia de Madrid imputados en una gigantesca trama de delincuencia organizada; varios altos cargos del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) imputados en otro proceso penal por presuntos espionajes de unos a otros; una presidenta del Gobierno de la CAM bajo sospecha de financiación ilegal a cuenta de la Fundación FUNDESCAM cuyo patronato preside.

El desatino se convierte en pura provocación cuando el señor Rajoy escoge la provincia de Castellón para dar un mitin y se presenta allí del brazo de los principales acusados e imputados de la corrupcion valenciana, señores Camps y Fabra, a los que defiende en público volviendo a hablar de inquisiciones cuando estas dos personas están siendo objeto de proceso e indagaciones judiciales por órganos legales en procedimientos con plenas garantías en un Estado de derecho. Ese espectáculo del presidente del PP dedicado a atacar a las instituciones del Estado de derecho, agarrado del brazo del siniestro señor Fabra sólo tiene la interpretación de que se está tratando de intimidar a la justicia y de que, aunque la justicia condene y encarcele al señor Fabra, como entra dentro de lo posible, el señor Fabra continuará rigiendo la Diputación de Castellón desde el trullo. No será el primero en hacer negocios desde la cárcel. Si tal cosa sucede, el responsable será el PP, cuyo apego a la justicia depende de que ésta falle en su favor; si lo hace en contra, se declara en abierta rebeldía, según vemos.

Definitivamente no puedo creer que mis paisanos voten a un partido en el que se ampara a presuntos delincuentes y se hace gala de ello. La explicación tiene que estar otra parte. Probablemente en el modo de hacer campaña electoral de unos y otros.

Las campañas electorales sirven, entre otras cosas, para llevar a la calle y someter a público escrutinio los asuntos que cada partido considera más relevantes; sirven, por tanto para establecer el orden del día de los debates. El PP, que entiende esto de modo magistral concentra su discurso en forma elemental y machacona en el desastre de la crisis, endosando al Gobierno los cuatro millones de parados (de los que más de la mitad, según parece, trabaja en la economía sumergida) y, en el colmo de la desfachatez, acusando de corrupción al Gobierno por el uso indebido de recursos públicos, al tiempo que suprime toda referencia pública a sus tribulaciones con la justicia.

El PSOE, en cambio, no sólo no concentra su pegada en los asuntos de corrupción de su adversario, sino que disemina sus puntos de atención en una madeja de razonamientos que la opinión pública no puede asimilar en tan escaso plazo y permite que su adversario le marque la agenda, lleve el debate al terreno que le interesa y lo obligue a defenderse de los ataques de corrupción cuando era él quien tenía que estar haciéndolos.

Si esto en lugar de España fuera Suecia seguramente el PSOE ganaría las elecciones con esta campaña electoral basada en la obsesión por el fair play. Pero no es el caso. El PP se ha puesto en manos de sus asesores neocons para contrarrestar la imagen de partido corrupto acuñando otra a la inversa, en la que se demuestra que el PSOE es el verdadero partido (y Gobierno) corruptos, en aplicación de la ley del embudo: tus imputados y acusados deben dimitir, pero los míos, no.

(La imagen es una foto de Periódico La Democracia, bajo licencia de Creative Commons)

diumenge, 24 de maig del 2009

Madrid, baluarte de la corrupción.

De un tiempo a esta parte, cada vez que sale el nombre de Madrid en los medios es para echarse a temblar. ¿Qué fue del "No pasarán"? De bastión del antifascismo, la capital del Reino ha pasado a convertirse en albañal de todas las ilegalidades, desmanes y abusos del poder político autonómico ¿Qué no habrá hecho la señora Aguirre en esta ocasión? De momento ya está de nuevo su imperio en los periódicos por el rocambolesco asunto del espionaje a miembros de su partido, el PP, pero que eran adversarios suyos en su empeño por calzarse la presidencia nacional.

La juez investiga a ocho personas, dos funcionarios de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y seis contratados exteriores para tareas propias de James Bond entre policías nacionales y guardias civiles que, según se ve, hacían horas extraordinarias para la CAM. Es lógico buscar entre profesionales. Y, cuando eso sucede, se encuentra uno con resultados de cine. Como ese por el que uno de los espías informa a su superior de que en el bolsillo del cadáver de un hombre asesinado a las puertas de una discoteca se encontró la tarjeta de visita del aurodiputado Enrique Barón, del PSOE, noticia que encontrará interesante quien ande tratando de montar una campaña contra el señor Barón, a cuenta de las andanzas de sus amigos cadáveres. En este caso, no obstante, parece que el interés del espionaje se orienta a personal distinto, los queridos compañeros del partido. Para que te fíes de alguien en política.

Lo curioso del caso del espionaje es que la señora Aguirre neutralizó una decisión de investigación del PP a base de montar una comisión parlamentaria de investigación en cuya presidencia colocó a un buen hombre que hubo de dimitir por estar involucrado en el frente pecuniario, esto es, la trama Gürtel y a la que apenas dejó actuar pues la cerró manu militari con alevosía y antelación concluyendo que eso de los espías, de lo que se ocupa actualmente el correspondiente juzgado, es una quimera.

Por otro lado, el diario Público denuncia que El PP pagó facturas electorales a Correa a través de una fundación y ya tenemos palenque abierto al que se precipitan a contrarrestar el ataque los mozos más aguerridos de Gobierno de la CAM, don Juan José Güemes, secretario de Comunicación de la CAM y furibundo dialéctico y el señor Francisco Granados que niega con toda contundencia que la Fundación haya destinado un solo euro a financiar las campañas electorales del PP. Sin embargo parece que hay documentos que prueban cómo la Fundación pagó por actos de diversas campañas electorales en la CAM con facturas con el concepto falsificado para que pudieran pasar como propio de la Fundación. Si esto es así, los responsables de dicha Fundación, cuyo patronato está presidido, cómo no, por la ubicua señora Aguirre, se han saltado a la torera toda la legislación en materia de financiación de partidos políticos y de campañas electorales, esto es, tanto la Ley Orgánica de Financiación de Partidos Políticos de 1987 como la Ley Orgánica de Régimen Electoral General de 1985. Los ingresos para campañas electorales deben efectuarse en unas cuentas especiales; hay límites a las aportaciones de personas físicas o jurídicas que la tal Fundación se ha saltado y, sobre todo, hay una prohibición expresa de que empresas que estén en relaciones contractuales con una administración pueda presupuestarle obra alguna. De confirmarse los datos resulta ser un caso obvio de financiación ilegal.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 19 de maig del 2009

Como una mancha de grasa.

Como una mancha de grasa van extendiéndose las prácticas presuntamente corruptas de los miembros del PP; como una mancha grasa que fuera inficionando todas las articulaciones del partido, todos sus entresijos. A estas alturas no debe de quedar nivel alguno de la administración del Estado en el que no hayan anidado estos mangantes (siempre presuntos, faltaría más) haciendo negocios fabulosos a costa de los contribuyentes, despojando a estos en un toma y daca de cohechos y adjudicaciones fraudulentas. Si ayer aparecían implicados en la trama corrupta alcaldes, concejales, diputados autonómicos, el presidente de la Diputación de Castellón, el de la Generalitat valenciana, Francisco Camps y, por último, el senador y tesorero del PP, Luis Bárcenas de quien Libertad digital informa que quizá haya recibido un millón seiscientos mil euros de fondos de Correa, hoy son un diputado del Congreso y un íntimo colaborador del señor Álvarez Cascos cuando era ministro, según afirma El País, que trae, además, las cantidades en ambos casos a cambio de favores a la trama de Correa: 220.000 y 50.000 € respectivamente.

Y es Correa quien empieza a ser aquí interesante. ¡Qué capacidad para comprar voluntades en todos los niveles de la Administración y de corromperlo todo a estilo de la camorra italiana! Con ese aspecto de galán de Ruritania, este cerebro del chanchullo y el trinque parece haber conquistado al escalafón íntegro del PP a través del bolsillo con dádivas de miles, decenas de miles, centenas de miles, millones de euros, viajes, cruceros, regalos suntuarios, trajes a medida... una pasta gansa en cohechos que nos permite hacernos una idea del quebranto que este mago del parné (al que a lo mejor, si se arrepintiera, convendría nombrar ministro de Hacienda) ha causado a las arcas públicas y al bienestar de los ciudadanos. Ahora se comprenden las fianzas de cientos de miles, de millones que el juez ha impuesto a los tres imputados de la Asamblea de Madrid, los señores López Viejo, Martín Vasco y Alfredo Bosch: hay que hacer frente a unas responsabilidades civiles que probablemente ascienden a cantidades estratosféricas.

Añádase a lo anterior lo que publica hoy Nacho Escolar en su blog y que aparece en la portada de "Público" sobre la red corrupta que, al parecer, financió las elecciones de la señora Aguirre a base de rebautizar los conceptos por los que anotaba los pagos que hacía a la Comunidad esto es, le financió, presuntamente, el Tamayazo. Ya es sólo cuestión de tiempo hasta saber hacia dónde escala la trama Gürtel, si alcanza a la presidenta de Madrid y al exministro de Fomento, señor Álvarez Cascos y si sigue hacia arriba, a la boda de El Escorial y el inevitable matrimonio Aznar. Desde luego, no lleva pinta de detenerse. Éste es un proceso penal de los años del gobierno con mayoría absoluta del PP en el que, seguramente, muchos hicieron su agosto y todos de su capa un sayo. No sé ya en dónde habrá más implicados en presuntas (y provechosas) corruptelas, si en la Cámara de los Comunes en Inglaterra o en el PP en España.

Tal debe de ser asimismo el temor del señor Camps quien ha pasado en veinticuatro horas de querer declarar ardientemente para que resplandezca su inocencia cual patena a pedir un aplazamiento de la deposición se supone a ver si se entera de algo de la investigación que el Tribunal Superior de Valencia está haciendo en las cuentas de contratas de la Comunidad que con tanta trasparencia gestiona el muy opaco señor Camps. A lo mejor eso obliga a postponer también en un día la declaración de El bigotes.

Lo dijimos hace un par de entradas: sometido a este gota a gota informativo en el que salen a relucir cuestiones de todo tipo, político, económico, etc., pero todas de supuestas corruptelas, trinques, pelotazos, es imposible que el partido mantenga un discurso unido y coherente ante las presumibles preguntas por la corrupción y a lo largo de toda la campaña.

Y, de esa, hoy, el único responsable es el capitán, el señor Rajoy a quien ya nadie escucha.

(La imagen es una foto de john.duffell, bajo licencia de Creative Commons).


dilluns, 18 de maig del 2009

PP: estado de corrupción.

El PP afronta la próxima apertura de la campaña electoral al Parlamento europeo con tal proliferación de casos de supuesta corrupción en su seno, todos ellos en distintos momentos procesales de la vía judicial, que será difícil que pueda hacer una campaña tranquila centrada en algo distinto que no sean los líos que lo agobian y que sucintamente presentados son estos:

Caso Camps: hasta la fecha, el señor Camps ha guardado un bochornoso silencio, ha rehuido las preguntas de los periodistas, se ha negado a dar explicaciones en sede parlamentaria y ha anunciado estar satisfecho porque por fin puede dar las explicaciones pertinentes en sede judicial al estar imputado. Lo que no ha dicho es que ha tratado por todos los medios de evitar que el procedimiento siga adelante a base de recurrir la instrucción del juez Garzón. Declarará, pues, mañana martes. En su partido parecen ir resignándose a la idea de que su silencio y sus artimañas no lo liberarán de salir imputado por cohecho y han comenzado a relativizar su conducta con un planteamiento que, cuando menos, es vergonzoso. Dice la señora De Cospedal que no cabe poner en jaque al señor Camps por dos o tres trajes. ¿Por cuántos entonces? ¿Por doscientos o trescientos? Quienes recordamos la increíble campaña del PP contra la directora general de TVE, Pilar Miró, en los años de Felipe González a causa de unos gastos en indumentaria, no salimos de nuestro asombro de hasta dónde puede llegar la hipocresía humana.

Caso Fabra. El sempiterno presidente de la Diputación de Castellón está imputado hace ya unos cuatro años en un par de procedimientos penales que se alargan sospechosamente dando pábulo a la idea de que este cacique a la vieja usanza, también controla a los jueces y fiscales. Los procedimientos son por presuntos delitos muy a la usanza del antiguo régimen franquista, condensación de las ilusiones fabrianas: falsificación en documento público, trampas y fraudes para conseguir concesiones administrativas para la comercialización de productos falsos. El tal Fabra, un personaje oscuro, altanero y prepotente tendrá que dar las explicaciones pertinentes y no es probable se libre de una sentencia condenatoria, como tampoco su señora, con la que parece haber montado una sociedad comanditaria para la comisión de todo tipo de ilícitos. Tampoco será fácil que el personal olvide que no hace mucho el señor Rajoy, hombre clarividente, calificaba al señor Fabra de "ciudadano ejemplar". ¿Cómo se puede votar a cargo alguno a un hombre con tan disparatado juicio?

Caso espionaje en la Comunidad de Madrid. El juez investiga ahora un nuevo posible delito de malversación de fondos públicos que podrían haber cometido los hombres de confianza de la señora Aguirre, singularmente su consejero de Justicia e Interior, en la financiación de esa trama de espionaje al mejor estilo de Mortadelo y Filemón contra sus propios conmilitones en el partido.El asunto es uno de los acontecimientos más chuscos y, probablemente, más trapaceiros de la vida política madrileña, agostada bajo la mayoría absoluta del PP que éste toma por derecho absoluto a hacer lo que place a sus dirigentes. La señora Aguirre permitió que se constituyera una comisión de investigación en la materia, comisión a la que dio carpetazo sin hacer averiguación ninguna. Pero el fantasma que la doña expulsó por la puerta se le cuela ahora por la ventana y malo será si no acaba llevándosela por delante.

La miriada de corruptelas a base de recalificaciones, adjudicaciones ilegales, fraudes de todo tipo que han afectado a algunos de los municipios de la sierra de Madrid, que se cuentan entre los más ricos de España: Pozuelo, Boadilla, Majadahonda, etc., todos ellos regidos por el PP. Alcaldes, concejales, diputados provinciales, una turbamulta de presuntos mangantes que llevaban años haciendo sus negocios ilegales y esquilmando las arcas públicas, debidamente coordinados por el bueno de Correa.

El caso especial del tesorero del PP, señor Luis Bárcenas, aún bajo investigación en la instrucción del proceso y sobre el que parece que hay pruebas de cobros millonarios por actividades fraudulentas en concurrencia de negocios con el ubicuo Mr. Correa. El señor Bárcenas ha negado contundentemente hasta la fecha pero, dado que los indicios en su contra parecen acumularse, lo más probable es que la fiscalía pida se dé traslado de su causa, por ser aforado nacional al Tribunal Supremo. Con lo que el PP se va a encontrar parte en procesos penales en todos los órdenes jurisdiccionales del país.

De momento, según se dice, el electorado no presta suficiente atención a lo que está sucediendo y no parece dispuesto a castigar al partido por unos comportamientos supuestamente corruptos que, por su alcance y extensión, en verdad parecen endémicos. Pero la campaña electoral aún no ha comenzado y, cuando lo haga, será imposible que la derecha evite el efecto demoledor que tendrán las diversas actuaciones penales contra tantos y tan cualificados militantes. ¿Cómo votar a candidatos que mañana pueden cambiar la flamante acta de diputado por una bola al tobillo y un traje de rayas?


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 16 de maig del 2009

El caso Camps.

La experiencia procesal vivida por el señor Camps lleva camino de convertirse en un "caso Camps", un episodio de la historia contemporánea peculiar por varios conceptos.

  • Es peculiar que un dirigente político ande en dimes y diretes por un asunto de trajes, al parecer recibidos en forma de dádivas como el que recibe un jamón. Hay en los trajes un elemento de dandismo que convierte al señor Camps en una figura curiosa, como baudelairiana.
  • Es peculiar que, preguntado por el asunto, el señor Camps se niegue a dar explicaciones en sede parlamentaria señalando que lo hará en sede judicial.
  • Es peculiar que el señor Camps, presidente de la Generalitat de Valencia diga, al parecer, a un amigo suyo por teléfono que lo quiere "un huevo". Es una expresión sorprendente. Viene a decir que lo quiere mucho. Esa intensidad de sentimiento arranca del hecho de que huevos sólo hay dos. Claro que hígado sólo hay uno y nadie dice a otro que lo quiera "un hígado". En el huevo hay un elemento sexual obvio.

En fin, que el caso Camps da pie para dos reflexiones, una de hace tiempo y otra de ahora mismo. La de hace tiempo nos traslada a los años ochenta, el comienzo de la carrera del señor Aznar en Castilla y León. La tal carrera se inicia con una acusación de delito al entonces presidente de la Comunidad Autónoma, Demetrio Madrid, socialista. Hecha la imputación, Aznar formuló una de sus habituales baladronadas: "Le doy veinticuatro horas para dimitir". Madrid dimitió, en efecto. Aznar se calzaba la presidencia. Tres años después la justicia absolvía a Madrid. Aznar no pidió ni disculpas. Esta breve anécdota dibuja la estatura moral de Aznar y la de Madrid y deja bien a las claras cómo opera el PP según que la imputación sea a alguien del PSOE o a alguien del PP.

La reflexión de ahora mismo retrata, a su vez, la condición moral del señor Camps. Como se decía al principio, éste afirmó que sólo declararía en el lugar oportuno y, al saberse la imputación, se apresuró a decir que se alegraba de ella porque de este modo podía por fin declarar en el foro oportuno. Lo que no dijo es que, entre su primera afirmación y la última sus abogados presentaron un recurso para que se anulara todo lo actuado hasta entonces. Si ese recurso se hubiera aceptado, el señor Camps no tendría nada que declarar. Es decir, dice que está deseando declarar pero eso es mentira: está deseando suprimir la necesidad de declarar. Es una actitud de típica doblez, de tramposo. Ignoro a qué llamará el señor Camps declarar pero está claro que, sea lo que sea, lo hace a la fuerza y que el PP no exige que el señor Camps haga lo que hizo el señor Madrid. Ni en veinticuatro horas ni en veinticuatro años.

Por último, el gesto dolorido del señor Camps, su aspecto de llevar un cilicio y ofrecer sus sufrimientos al Altísimo sólo preparan la escena para lo que será el vodevil del decenio. Si se tiene en cuenta que también toca declarar al Bigotes, es posible que el vodevil se convierta en astracanada.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 12 de maig del 2009

Un ciudadano ejemplar.

Héteme aquí que el señor Carlos Fabra, presidente hereditario de la Diputación de Castellón, prohombre del PP, al que el señor Rajoy no hace mucho consideraba un ciudadano ejemplar pese a estar imputado en una maraña judicial de presuntos delitos, finalmente verá cómo se le incoa procedimiento abreviado en el proceso penal por el de falsedad en documento. Desde luego, si este hombre con tal historial y antecedentes es un "ciudadano ejemplar" es cosa de preguntarse qué sea para el señor Rajoy un granuja, un sinvergüenza, un delincuente.

Este señor Fabra es el que hace un par de meses ponía la mano en el fuego por el señor Camps quien, a su vez, aparece como sospechoso de otros presuntos ilícitos a cual más chusco, probablemente urdidos y realizados en comandita con su amigo el bigotes. Como esto siga de este modo van a acabar todos en el PP como San Lorenzo.

Lo que comenta todo el mundo es que estos indicios, sospechas, imputaciones, incoaciones por comportamientos presuntamente corruptos que atañen a un buen puñado de altos dirigentes y cargos del PP, no parezcan hacer mella en las intenciones de voto de los electores que siguen manifestando que votarán por él en las próximas elecciones europeas en mayor medida que por el PSOE.

Si esto es así, tampoco es tan raro y no creo que se trate de una peculiaridad de los electores de la derecha, como si estos fueran más correosos que los de otros partidos y dispuestos a tragar carros y carretas en corruptelas de sus dirigentes. En los años noventa del siglo pasado, las pruebas sobre los casos de corrupción en el PSOE eran abrumadoras. Y no solamente de corrupción económica con algunos pillastres como Roldán, Urralburu, Otano, etc, sino de terrorismo de Estado y, con todo, el PSOE ganó las elecciones de 1993 y perdió las de 1996 por unos míseros 300.000 votos después de catorce años de gobierno y tres mayorías absolutas seguidas.

No, parece que el electorado español no penaliza la corrupción. Hasta cabe pensar que la premia. Dada la peregrina cultura política de un país que no ve vituperable defraudar a la Hacienda pública, cuyas universidades pueden fichar como conferenciantes a mangantes empedernidos o cuyas televisiones contratan a sinvergüenzas de toda laya, no se ve por qué los votantes tendrían que tener repentinamente un comportamiento virtuoso y castigar en las urnas a un partido como el PP en el que no solamente parecen abundar los casos más clamorosos de corrupción y pillaje sino cuyos dirigentes se guardan mucho de sancionarlos como la ética democrática exige. Al contrario, no solo no lo hacen sino que los protegen y, encima, mienten asegurando lo contrario. Con motivo de las últimas imputaciones a destacados militantes del PP de la Comunidad Autónoma de Madrid, la señora Aguirre afirma que estos han abandonado sus cargos, pero eso no es cierto: han abandonado los cargos de nombramiento, pero no los de elección que son los que les permiten blindarse frente a la justicia merced a práctica del fuero parlamentario que Palinuro insiste en que habría que abolir, precisamente para evitar que pase esto, que se utilice para obstaculizar la administración ordinaria de justicia.

Volviendo al inefable señor Fabra y sus exquisitas maneras se recordará cómo en estas Navidades pasadas decía que, si le tocaba la lotería "Me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida". No es muy edificante, pero es absolutamente verídico y da una idea bastante aproximada de qué tipo de políticos son populares en estas tierras indómitas de Giles, Roldanes, Naseiros, Juanes Guerra y demás elenco de la picaresca millonaria.

(La imagen es una foto de Periódico La Democracia, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 9 de maig del 2009

La corrupción ahoga al PP.

El PP ha solicitado personarse en la causa "Gürtel" y el juez se lo ha concedido. Esto es, lo mismo que le negó en su día el juez Garzón por entender inapropiado que se constituyera en parte acusatoria en el proceso alguien relacionado con los imputados.

La intención del PP parece ser tener acceso a los documentos que prueban las corruptelas de sus militantes, soslayando de este modo el secreto del sumario y, en segundo lugar, organizar mejor la defensa de sus imputados, a los que ha suspendido de militancia, pero no del desempeño de los cargos en los que estaban a causa de la dicha militancia. Supongo que es lo más astuto que cabe hacer para defenderse en una causa cuyo alcance se ignora. Bastante fastidiado es que el país se despierte todos los días con un caso nuevo de corrupción en un goteo que nadie puede aguantar.

Resulta que "El Bigotes" organizaba los actos de su "amiguito del alma", el presidente Camps tanto en España como en Miami y eso que éste no lo conocía. Al señor Camps ya lo buscan los diputados de la Asamblea valencian como Wyatt Earp buscaba a Billy the Kid y por motivos muy similares. El señor Rajoy dirá lo que quiera pero la verdad es que, mientras el deterioro institucional en Valencia es evidente, el señor Camps es una soga que lleva al cuello y, a medida que vayan sabiéndose cosas, la soga apretará más.

Porque las corruptelas acaban sabiéndose y las que tienen que ver con el PP no sólo no conocen fin sino que se dan en unos contextos tan variados que no se podrá argumentar eso tan socorrido de que se ha sacado de contexto una u otra porque las hay en todos los contextos: covachuelas de la administración, cruceros de lujo por el Mediterráneo, revistas semiporno con amantes picaronas, francachelas de amigotes orquesta incluida, bodorrio de la hija del jefe en escenario de ensueño, cobros bajo cuerda, paraísos fiscales y blanqueo de dinero. Es una mar océana de la corrupción en la que el PP está ahogándose.

El episodio por el que el gabinete de prensa de la señora Aguirre decidió regalar a ésta una canastilla como felicitación por haber sido abuela pero atribuyó el gesto y el pago a los periodistas acreditados en la Comunidad Autónoma siendo así que es falso, es un comportamiento que lleva la indeleble impronta de la casa: no decir la verdad ni cuando conviene.

Un poco más abajo en el callejero de Madrid, en la Carrera de San Jerónimo resulta que el bufete del abogado Michavila, exministro de justicia del Gobierno de Aznar y actual militante y diputado del PP en el Congreso cobraba por elaborar proyectos de leyes para gobiernos del PP, singularmente al del inefable señor Camps, a cuyo abogado jefe fichó para estas tareas tan poco edificantes del despacho: los legisladores como este señor Michavila, hombres en contacto con la calle y la dura realidad de la vida se encargaban de hacer leyes para los gobiernos amigos y cobraban por ello, al margen o además del salario que el Estado les paga por hacer ese mismo trabajo, aunque no en interés propio sino de la colectividad. No es mal negocio, no; pero es una práctica vergonzosamente corrupta.

De aquí a las elecciones del siete de junio hay tiempo para que la monofonía de la corrupción del PP siga sonando, con las entradas y salidas de los diputados en la Audiencia Nacional que tienen un efecto demoledor. Ayer un amable comentarista, a la vista de mi pronóstico final "la abstención puede llegar al 60 o 65 por ciento. Y no creo que el PP las gane en modo alguno. Ni tendrá buenas perspectivas para 2012", me preguntaba: "¿Pronóstico voluntarista? ¿Optimismo partidario? ¿Análisis concreto de la realidad concreta? Veremos, como dice M.A.Aguilar." Mi respuesta es: de todo un poco, pronóstico voluntarista, optimismo (aunque no partidario) y análisis concreto de la situación concreta, que era lo que pedía Lenin cuyo primer libro El desarrollo del capitalismo en Rusia era todas esas cosas al mismo tiempo, aparte de una manifiesta invención. Y le salió.

(La imagen es una foto de El escritorio de la fuente, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 5 de maig del 2009

PP: Partido de los Presuntos.

Aparte de la miriada de alcaldes y concejales populares en diversas circunstancias procesales a lo largo y ancho del país por malversaciones, prevaricaciones y otros delitos; aparte del inefable señor Fabra, presidente de la Diputación de Castellón e imputado por media docena de fechorías desde hace años; aparte del señor Trillo, a quien todavía no se ha imputado por las tropelías del Yak 42 pero cuyo futuro procesal es incierto ya que algunos familiares de los fallecidos en aquel accidente perfectamente evitable están dispuestos a pedir el amparo de la justicia donde quiera que se encuentren; aparte de todo ello, en el caso Gürtel hay 57 personas implicadas, de las cuales el partido aporta una considerable cantidad, en concreto, un presidente autonómico, cuatro diputados regionales, cuatro ex alcaldes, el tesorero nacional del PP y un eurodiputado del partido. Que se dice pronto. De momento, once personas de bastante peso en la organización, una red de presuntos mangantes que han causado un quebranto a las arcas públicas de millones y millones de euros y que funcionaba a base de relaciones personales de los supuestos delincuentes con altos cargos de las distintas administraciones del PP que se encargaban de perpetrar los presuntos delitos.

Es tal la abundancia ya de cargos del PP pringados en la trama corrupta que, según como se desarrollan las cosas los implicados pueden acabar ocupando una galería de la cárcel y formando una comuna. La comuna del trinque.

Y mientras tanto el PSOE va por detrás del PP en intención de voto y sigue siendo "el partido de la corrupción, de Filesa, Malesa y Time Export" sin que, al parecer, el PP sea "el partido de Orange Market, Easy Concept y Fat Buck", el partido de Camps, Bosch o "el albondiguilla". Según se dice hasta es posible que en mitad de esta historia miserable de sinvergüenzas y ladrones el PP aumente su ventaja frente al PSOE. ¿Por qué? ¿Porque de la corrupción del PP no habla nadie en tanto que todo son dimes y diretes sobre la crisis, la responsabilidad del señor Rodríguez Zapatero o la política económica socialista? Ni hablar: porque, según está demostrándose y puede quedar ya definitivamente claro el siete de junio, cuanto más corrupto eres, más te vota el personal.

Sin embargo los presuntos delitos que ya se van conociendo y están siendo imputados a los detenidos son una increíble saga multitudinaria, un ejemplo perfecto de la delincuencia organizada, capaz de hacer sombra o anular a las historias novelescas más audaces. Así, el señor Camps se hacía regalar supuestamente los trajes por los delincuentes en una forma de pago en especie por los servicios prestados, mientras mantenía una tierna relación telefónica con el bigotes. El mismo señor Camps que, tras asegurar que está feliz porque ya tiene a dónde ir a proclamar sus verdades, ha intentado que se anularan todas las actuaciones judiciales habidas hasta la fecha en una flagrante confesión de culpabilidad.

Los diputados de la Asamblea de Madrid y cargos públicos del PP de la Comunidad han estado llevándoselo presuntamente crudo a cuenta de adjudicaciones fraudulentas en billetes de quinientos euros, binladens bien lavaditos, procedentes de las islas Caimán y otros acreditados centros de pago de las empresas que hacían negocios con tan destacados miembros del PP.

El excalde de Pozuelo recibía, al parecer, todo tipo de regalos de la trama corrupta en justa reciprocidad por los favores que les hacía y de los que su ex-mujer asegura no saber nada. Hasta ha tenido la desfachatez la señora Ana Mato de querellarse contra quien ha dicho que estaba relacionada con la trama Gürtel la misma señora que, según se ha sabido después, parece haber aceptado los cumpleaños para sus hijos también gratis total, al tiempo que fungía como verdadera némesis de la corrupción socialista.

Igual que el señor Trillo Figueroa, responsable político (esperemos que también penal) del desastre del Yak42 que se niega a admitir responsabilidad alguna, sostiene que no la tiene, que si la tuvo la canceló presentándose a las elecciones, que piensa repetir como diputado que mola mucho y seguir actuando como martillo de herejes.

Todo esto está lejos de ser el consabido caso aislado o puñado de amigos al margen de la dirección. Es imposible que ésta, la dirección, ignorara que el señor Bárcenas, tesorero del Partido anduviera en malos pasos y, en verdad, la resistencia del señor Rajoy a forzar la dimisión tanto de éste como del presidente de la Comunidad Valenciana, cuando fulmina como rayo jupiterino a alcaldes y concejales, sólo puede alimentar el bulo de que también él se haya beneficiado de las larguezas del señor Correa, presunto cabecilla de un verdadero holding de la corrupción y la estafa que pasó años muy cerca del señor Aznar cuando era presidente del Gobierno a su vez. Ahora resulta que también a él le organizaba los eventos. Pues nada, habrá que averiguar quién, cómo y qué se pagó y a quién.

Según la marcha que llevan las investigaciones, de aquí al siete de junio, se habrán descubierto varios casos más de corrupción de estos u otros miembros del PP. Si son lo suficientemente graves, ello puede darles una importante ventaja sobre sus más inmediatos competidores, los socialistas, que no tienen ni una miserable malversación que presentar.