dijous, 18 de juny del 2009

Espionajes, cohechos, malversaciones: un estilo de gobierno.

Ahora es la SER la que viene desgranando nuevos casos de espionaje en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) esta vez, al parecer, en Torrelodones en donde dos ediles que se opusieron al alcalde del PP en asuntos que sospechaban de corrupción sufrieron seguimientos controlados, como también lo hizo, según se afirma, un notario de la misma localidad y afiliado al PP, quien se puso al habla con la presidenta Aguirre para denunciar al mismo alcalde también por asuntos de corrupción. Es decir, a estas alturas, Madrid es un nido de espías del PP dedicados proteger el opaco gobierno de doña Esperanza Aguirre en contra de otros militantes del PP y que va a quedarse en cuadro con consejeros, alcaldes, concejales o simples amigos inculpados, imputados, procesados o meros sospechosos. Razón por la cual -falta de personal, se supone- la señora Aguirre no da una sola explicación de sus actos y decisiones.

En ese no-hacer se incluye el hecho de no responder jamás a las acusaciones documentadas y publicadas y negarlo todo de raíz. Así se clausuró la famosa comisión parlamentaria de investigación sobre espionaje en la CAM, que se cerró cuando la señora Aguirre quiso y, desde luego, antes de haber oído a los espiados. La táctica de la inefable señora es la de no responder jamás a las interpelaciones, dejar que se pudran con el tiempo, hacer limpia de pruebas y así también, el señor consejero de Economía y Hacienda de la CAM, el señor Beteta, comparece en sede parlamentaria a dar cuentas de los contratos de la CAM con las empresas del presunto señor Correa por millones de €. Pero tampoco el señor Beteta dice aquí algo de enjundia sino que se limita a relacionar los contratos obtenidos por la empresa de Gúrtel sin una sola explicación y, lo que es más grave, ¡sin un solo papel! Véase a continuación la intervención de la diputada de IU en la CAM, Reyes Montiel, quien denuncia con toda claridad ls situación, extraída de su blog El blog de Reyes Montiel.

Frente a estos casos, como frente a las acusaciones de espionaje, de comprarse trajes realmente baratos, de cohechos de cientos de miles y millones de euros, etc, el PP sólo opone un muro de espeso silencio, roto desde entonces para acusar a veces al mensajero. Pero nada más. Identificando los destinos del partido con los de media docena de personajes presuntamente culpables por orden de los dirigentes es muy posible que, cuando los tribunales se pronuncien por fin, la situación del partido sea tan agónica que haya necesidad de recurrir a una refundación.

(La imagen es una foto de Roberto García, bajo licencia de Creative Commons).