A medida que van sabiéndose más cosas sobre la trama de presunta corrupción dirigida por el señor Francisco Correa se comprende mejor el desconcierto del PP y sus extrañas reacciones: el asunto parece ser mucho, pero mucho más grave de lo que se presumió en un principio, cuando se pensaba que se trataba de unos cuantos negocios más o menos ilegales que había hecho la trama Gürtel en connivencia con algunos ayuntamientos gobernados por el PP en el rico noroeste de Madrid y, si acaso, con la Generalitat valenciana y la Comunidad Autónoma de Madrid De hecho, sin embargo, ya unas primeras declaraciones del señor Rajoy a poco de destaparse este escándalo, ponían sobre la pista de lo que podía ser un terremoto. Según él, los Gürtel habían operado hasta 2004, cuando él toma el mando de la nave, se entera de que no todo es trigo limpio y ordena que cesen las actividades de la sede central del PP con las empresas del señor Correa, hoy encarcelado. Esta decisión explica por qué los implicados en la trama concentraron entonces sus esfuerzos en la administración local y autonómica, ya que ambas quedaba fuera del alcance de las decisiones depuradoras del aparato del partido. Y en esto empezaron los avatares del señor Camps en Valencia así como algunos diputados autonómicos del PP en Madrid y algunos alcaldes como los de Boadilla del Monte, Pozuelo o Majadahonda.
Pero de las actividades de los Gürtel con el PP central en los años anteriores a 2004, en plena legislatura con mayoría absoluta del partido conservador, no se decía nada. Sin embargo, según la información de hoy de El País, en un reportaje titulado La investigación a Bárcenas revela una red de facturas falsas de una constructora del AVE, las actividades corruptas, el expolio de las arcas públicas, los cohechos, etc pueden tener un alcance mucho mayor de lo que se suponía y afectar al Gobierno de José María Aznar (al cual el señor Correa organizó, según parece, una gran cantidad de actos oficiales) y a la gestión del señor Álvarez Cascos, por entonces ministro de Fomento y responsable último de las obras del AVE a Barcelona y Valencia, sobre las que llovió una pila de millones de euros en forma de concesiones ilegales y actividades fraudulentas de todo tipo. De ello parece haberse beneficiado directamente el señor Correa, pero los gobernantes de entonces no pueden llamarse andana, dado que tienen una responsabilidad política directa de lo que se hizo. En especial el señor Álvarez Cascos con las obras del AVE que parece haber sido un verdadero festín de comisiones millonarias ilegales.
Con razón insiste el señor Álvarez Cascos en que el señor Bárcenas no dimita y luche hasta el final. Es un modo de retrasar que la investigación judicial de la trama Gürtel llegue hasta él y hasta el señor Aznar.
(La imagen es una foto de Cuqui24, bajo licencia de Creative Commons).