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dimecres, 5 de març del 2014

La devaluación interna como política.



Los señores del canal Hispantv invitaron a Palinuro en directo a un interesante diálogo con Caridad García Álvarez, diputada de IU en el Congreso, en el programa Enfoque. Trataba la charla de la pobreza y la desigualdad en España. Dejo el vídeo por si alguien quiere verlo. Palinuro expuso su punto de vista al respecto, consistente en señalar que la pobreza (y la consiguiente desigualdad, en la que parece somos campeones en Europa) no es un dato caído del cielo como el índice de pluviosidad, sino que es la consecuencia querida de una política deliberada del gobierno. La idea responde al patrón de la banca, los empresarios, los organismos financieros internacionales, la Unión Europea, que Rajoy aplica a rajatabla, consistente en sostener que se sale de la crisis aumentando la productividad y que esta lo hará bajando los salarios y, en general la renta de la gente a base de reducir el gasto público (subvenciones, servicios sociales, pensiones, prestaciones de todo tipo), es decir, de empobrecer el país. Una devaluación interna ya que no se puede hacer externa. Pero que solo afecta a las rentas del trabajo y no a los beneficios de las empresas o los de capital que, al contrario, se han reanimado inyectándo dinero público procedente de esos recortes.

Esa es la política real, deliberada, del gobierno. Luego está lo que dice ya en año electoral: los sacrificios dan frutos y estamos saliendo de la crisis; luz al final del túnel, etc. Pero esas declaraciones chocan con la percepción directa de la ciudadanía de que las cosas no mejoran; al contrario, empeoran. Rajoy insiste en la tecla, amontona datos (en los que escasa gente confía) y se niega a hablar de otros asuntos que, sin embargo, tienen una importancia capital a la hora de medir su crédito, como la corrupción. La confianza popular en el gobierno es cero. Entre otras cosas porque el razonamiento es muy sencillo: alguien que hace dos años mintió al país entero con un programa electoral que incumplió para ganar las elecciones, no se arredrará de volver a mentir para mantenerse en el poder. Sin duda, ahora ya no son promesas sino datos estadísticos fríos y duros. Sí pero es muy fuerte y cada vez más extendida la idea de que el gobierno también manipula las estadísticas. En este estupendo artículo, Carlos Elordi avisa, además, de que, controlando el gobierno como controla prácticamente todos los medios de comunicación, audiovisuales y prensa de papel, puede que parte de esa propaganda cale. Elordi menciona a Goebbels. Algo de eso hay.

dimecres, 26 de febrer del 2014

Ladrones de buena estirpe

Me fastidia empezar hablando bien de Palinuro como si fuera Rajoy, pero no me queda más remedio. Viendo el debate sobre el estado de la Nación queda claro que, en lo esencial, fue como aquel lo pronosticó en su entrada anterior, El debate de hoy. Rajoy estuvo calcado (hasta en el leer como un doctrino 44 folios) y hubo alguna variante en la oposición que luego comentaremos. Repasar la entrada nos ahorra narrar el contenido del discurso del presidente que, en efecto, como él decía, es muy "previsible". Miente siempre. Y también nos permite ahondar un poco más en su sentido.

La avalancha de titulares de prensa, varios probablemente inventados, a la que respondió Rubalcaba con otra de signo contrario que fue contestada a su vez por una tercera de Rajoy machacando el hierro al rojo, delata la preocupación esencial de los dos líderes: los medios, la imagen. Lo que importa son los titulares, no la substancia, no la letra pequeña. Es más, no hay letra pequeña. Es política hecha por y para los medios, lo que no está mal tratándose de dos dirigentes que concentran los índices más altos de rechazo de la opinión pública de la historia reciente de España.

El discurso de Rajoy, según parecer general, fue una alternancia de un presente tranquilo, grávido de un futuro brillante, espléndido, y un pasado tenebroso. Entre medias está él, el hombre providencial, el milagro estilo aznarino. Habla en primera persona del plural pero siempre se refiere a él. Modestamente. Por cierto, el amanuense de los discursos podía afinar un poco más la métáfora y no hacer el ridículo con la del cabo de Hornos, símbolo máximo de los lobos de mar. Se nota que no ha visto un barco ni en dique seco. Los cabos no se atraviesan; para eso es mejor un bulldozer. Los cabos se rodean y, mejor todavía, se doblan, que es el término verdadero, según mi amigo José Manuel Roca, avezado a las cosas de la mar. Pues no se crea que el chorreo de datos y magnitudes desgranados por el presidente en apoyo de su consigna electoral de que España ya lidera el auge de Occidente esté mejor traído. Nadie con un mínimo espíritu crítico da crédito a nada de lo que diga Rajoy. Y, si de números se trata, menos. Salvo que sean los de los sobresueldos. Esos sí se los sabe.

Las variantes estuvieron en la oposición. Rubalcaba no leyó. Tiene más tablas. Está más seguro de lo que dice porque lo conoce.  No llevaba folios, sino unas notas y esquemas. Como es lógico cuando uno va a debatir, a discutir y no a machacar, a predicar y a erigir un castillo de embustes. Arrancó con cierto brío retórico preguntando a Rajoy si sabe en qué país vive. No lo sabe ni le importa. Él va a lo suyo. A lo que Rubalcaba señaló con acierto: a imponer el modelo de la máxima desigualdad. Porque se trata de la derecha. Muy cierto. La derecha ha pensado siempre que los trabajadores tenían muchos derechos, las mujeres mucha libertad y los españoles demasiada igualdad. Es una evidencia. También fue oportuno prometer que, si los socialistas gobiernan, devolverán a la ciudadanía los derechos que se le han arrebatado. Le faltó decir: y los dineros. Porque esto ha sido -y sigue siendo- un expolio jurídico, político, económico y social a manos de la derecha. Y aquí, ya el tono de la intervención de Rubalcaba empezó a decaer. Escasa contundencia con la corrupción (aunque mencionara las mentiras de Rajoy), nada sobre Cataluña, poquísimo sobre el aborto y una consideración proforma sobre la barbaridad de Ceuta. No pidió la dimisión de Rajoy ni mentó siquiera la posibilidad de una moción de censura. Y ambas cosas se las ha ganado este gobierno con creces. Una oposición demediada. Arrancó bien y se desinfló. Rubalcaba habrá sido corredor de fondo en su juventud, pero ahora no sostiene un discurso de mediana duración.

Más contundente estuvo Cayo Lara que sí se explayó sobre la corrupción y estuvo ocurrente al avisar a los miembros del PP con cuentas en Suiza que Helvetia no es una Comunidad Autónoma. Pero, sobre todo, fue muy oportuno dictaminando que el gobierno solo protege a las elites económicas. Es la tecla de la desigualdad que también había tocado Rubalcaba, pero con más fuerza: un tsunami de desigualdad que está "violando los derechos humanos". Y dicho en clave más social, de conflicto de clase, que el socialdemócrata tiende a pasar por alto. Aun así, podía haber sido más incisivo y claro: el gobierno es un comité de asuntos de la patronal, la banca y la iglesia. Legisla no solamente en interés de estas sino a sus dictados. Y también anduvo corto y flojo de reflejos: no basta con criticar. Hay que señalar el camino de la puerta. Cuando se ganan elecciones mintiendo, se gobierna mintiendo y favoreciendo a los seguidores y, sobre todo, a uno mismo a base de sobresueldos y expolio de lo público, como esa apropiación del registro civil en beneficio de Rajoy y sus compadres de profesión, lo menos que se puede esperar es que a uno lo llamen ladrón sin parar y le pidan que dimita.

Por eso, la intervención más lograda, a juicio de Palinuro, fue la de Coscubiela, el portavoz de Iniciativa per Catalunya-els Verds, quien ha definido la situación con mayor exactitud, llamando las cosas por su nombre: el gobierno, según el diputado catalán, carece de tal autoridad porque ampara a un "capitalismo confesional, rentista y parásito" y porque da cobijo y oculta la corrupción "enquistada en su propio seno", comportándose como "verdaderos saqueadores". Esa es la verdad y lo que debía haber sido tema monográfico del debate y, ante esa verdad, a Rajoy le ha salido la estirpe, aquella cuyos hijos son "mejores" y justamente desiguales por ser superiores. El desprecio, casi el asco, la impertinencia (el ya tal del momento) con que se negó a responder a Coscubiela, con altanería de señorito, demuestra que su estirpe será muy elevada, pero él es un patán.

divendres, 24 de gener del 2014

España, 2014.

Aborto prohibido.- Abuso.- Acoso.- Adjudicaciones ilegales.- Agag.- Agitprop.- Aguirre.- Albondiguilla.- Alcaldada.- Alzamiento de bienes.- Amigos del alma.- Amnistía fiscal.-  Antivasquismo.- Arbitrariedad.- Arenas "campeón".- Asesinatos.- Áticos.- Austericidio.- Autoritarismo.- Aznar.- Balbuceo.- Baltar.- Bankia.- Báñez.- Barberá.- Bárcenas.- Beaterío.- Blanqueo de capitales.- Blesa.- Botella.- Borbones.- Burbuja.- Burocracia.- Caciquismo.- Caja B.- Cajas de Ahorros.- Camps.- Capitalismo.- Carcunda.- Casa Real.-  Catalanofobia.- Caverna.- Censura.- Centralismo.- Chulería.- Clasismo.- Clericalismo.- Clientelismo.- Cobardía.- Codicia.- Cohecho.- Colusión.- Comisiones.- Contratas ilegales.- Corinna.- Correa.- Corrupción.- Cospedal.- Déficit.- Delincuentes.- Demagogia.- Derecha.- Desigualdad.- Despido libre.- Despilfarro.- Desahucios.- Despotismo.- Deuda.- Diferido.- Dinero negro.- Díaz Ferrán.- Discriminación.- Dogmatismo.- Embuste.- Emigración.- Enchufismo.- Engaño.- Escándalo.- Españolismo.- Estado policial.- Estafa.- Extorsión.- Expolio.- Fabra I.- Fabra II.- Faes.- Fanatismo.- Falangismo.- Fascismo. Feminicidio.- Financiación ilegal.- Floriano.- Franquismo.- Fraude.- Fundescam.- Gestapillo.- González Pons.-  Gratis total.- Gürtel.- Hambre.- Hilillos de plastilina.- Hipocresía.- Hipotecas.– Homofobia.- Ignorancia.- Imbecilidad.- Impagos.- Indultos.- Infanta Cristina.- Injusticia.- Inseguridad.- Insultos.- Integrismo.- Involución.- Jornadas abusivas.- Juan Carlos I.- Ladrillo.- Ladrones.- Listas negras.- Machismo.- Mafia.- Malhechores.- Maltrato.- Mamandurrias.- Manipulación.- Marca España.- Matas.- Mato.- Matonismo.- Mendicidad.- Méndez Pozo.- Mentiras.- Miseria.- Misoginia.- Mordaza.-  Mordidas.- Morosidad.- Nacionalismo.- Negligencia.- Neoliberalismo.-  Ñoñería.- Obstaculización de la justicia.- Oligarquía.- Opresión.- Opus Dei.- Parasitismo.- Paro.- Patriarcado.- Pederastia.- Peloteo.- Picaresca.- Plasma.- Pobreza.- Preferentes.- Prescripción.- Prevaricación.- Privatizaciones.- Propaganda.- Provocaciones. Quitas.- Racismo.- Rajoy.- Rato.- Rebajas de salarios.- Recalificaciones.- Recortes.- Reducción de pensiones.- Rencor.- Represión.- Robo.- Salarios de hambre.- Santa Teresa de Jesús.- Saqueo.- Señoritismo.- Sepúlveda.- Sicarios.- Sobrecostes.- Sobresueldos.- Sobornos.- Suicidios.- Superstición.- Supresión de ayudas.-  Terratenientes.- Terrorismo estatal.- Torturas.- Tráfico de drogas.- Transfuguismo.- Trinque.- Vaticanismo.- Venalidad.- Venganza.-  Violencia.- Víctimas.- Virgen del Rocío.- Ulibarri.- Urdangarin.- Usura.- Xenofobia.- Zas, en toda la boca.

dissabte, 18 de gener del 2014

Una chispa de gamonal.

Quizá sea exagerado recurrir a la manida fórmula de ¿Arde España?, sobre todo si uno se informa por la prensa y los medios comerciales, incluidos los medios públicos. Pero, si enciende Twitter, saltan las imágenes de lo que está sucediendo en Barcelona, Valencia, Madrid, Zaragoza, Burgos, etc. Contenedores ardiendo, petardos, cargas, barricadas. Según Twitter, en efecto, arde España como la pradera incendiada por la chispa del Gamonal. La prensa de orden se lo toma con menos nervios. Así, El País da noticia de Una veintena de detenidos en varias ciudades en las protestas pro Gamonal, ilustra con una foto de un conato de disturbio y mantiene un tono moderado y moderador. La prensa sabe en dónde estamos y tiene miedo de echar leña al fuego. Eso es cosa de internet.

En efecto, en este conflicto han estado clarísimas las distintas funciones de los medios tradicionales y las redes sociales e internet. La pregunta es muy simple: ¿quién ha organizado esta oleada de protesta y de solidaridad? ¿Cómo se han coordinado las distintas y numerosas manifestaciones y quién y cómo ha tomado las decisiones? Ahora habrá gente que se ponga al frente de la manifestación por cuanto la victoria tiene muchos padres. Pero el movimiento es colectivo, horizontal y anónimo.

Gamonal ha sido un triunfo en toda regla de la resistencia popular. Nadie ha dado oídos a tonterías del tipo de atentados en el Gamonal o los comandos itinerantes violentos. Hay una obvia necesidad de reconocer la victoria del movimiento popular de resistencia por dos razones: a) la falta de legitimidad para hacerle frente; b) la preocupación por evitar males mayores.

a) La falta de legitimidad. La declaración de salida del alcalde de Burgos al comienzo de la movida fue fogosa, como la del toro que sale del chiquero: las obras no se pararían bajo ningún concepto. Para pararlas habría que pasar por encima de su cadáver. Diez días después, el mismo alcalde, aún vivo, anuncia la paralización definitiva de las obras. ¿Qué ha pasado en esos diez días? Que los vecinos no han cejado en su protesta y, entre tanto, han salido a la luz los dramatis personae del proyecto que tiene toda la pinta de ser un chanchullo más de corrupción en el que media un empresario exconvicto, poderoso prohombre del lugar, propietario del periódico más influyente y, al parecer, también de la empresa adjudicataria del proyecto que, según se lee, adeuda la nómina de cuatro meses a sus empleados. Un ciudadano Kane del lugar. Resulta que el ayuntamiento burgalés no tiene 180.000 euros para una guardería en el barrio pero sí ocho millones para enterrarlos en una obra que nadie quiere, salvo quien tenga pensado forrarse con ella; el cuadro típico de la corrupción del PP: políticos sinvergüenzas y trincones con empresarios trincones y sinvergüenzas estafando a la gente con ayuda de medios de comunicación lacayos. Con esa falta de legitimidad era imposible que la autoridad municipal se impusiera a las protestas vecinales. Así, las órdenes de arriba han sido tajantes: el señor alcalde se come sus palabras, el conflicto se cierra y se saca de las portadas de los periódicos.

b) La preocupación por evitar males mayores. Ahí es donde está la razón del retroceso del alcalde de Burgos y de la escasa cobertura que los medios comerciales conceden a las manifestaciones y las movilizaciones de solidaridad. Esto puede irse de las manos del establecimiento político y mediático. Los gobernantes empiezan a preocuparse. La vicepresidenta del gobierno se pone admonitoria diciendo que: Los indicadores de recuperación no casan con las protestas. En realidad es una amenaza: si seguís protestando, no habrá recuperación. Una amenaza basada en la fe de Santamaría, persona muy creyente, en las trolas que va por ahí soltando su jefe sobre la recuperación española. La verosimilitud de esta hipótesis se calibra a la perfección recordando que Rajoy habla de recuperación incluso con un 25% de paro.

Gamonal ha sido una chispa que ha encendido una pradera; la pradera de la conciencia de la gente de la necesidad de actuar y defenderse por sí misma. La pradera puede apagarse pero la conciencia se ha despertado y puede volver a encenderse con la chispa siguiente. Que saltará, sin duda alguna. Y en donde menos se espere. Hay un perceptible cambio en la forma en que la ciudadanía está empezando a comportarse. Los partidos políticos institucionales, absorbidos en sus rutinas orgánicas y sus cauces de acción predeterminados, viven de espaldas a esta reacción del cuerpo social al que teóricamente representan. Esta inoperancia propicia movimientos que están cambiando el sistema de partidos estatal en su forma consagrada de bipartidismo imperfecto. Incluso está alterando el esquema heredado de relaciones entre los partidos, los votantes y la gente en general. Especialmente en la izquierda.

Pero este asunto ya requiere una consideración propia en una entrada posterior.

dijous, 2 de gener del 2014

Ni Rajoy cree a Rajoy.


No pudiendo seguir escudándose en el plasma, ni dando esquinazo a los periodistas, ni entrando por la puerta de servicio, ni soltando necedades estilo la segunda ya tal, nuestro hombre no tuvo más remedio que comparecer en rueda de prensa hace unos días, a dar cuenta del año que se acababa. Hiló así uno más de sus discursos antológicos, hechos de mentiras, olvidos, perogrulladas, ignorancias y silenciamientos. Otro insulto a la inteligencia. Otro más.

Ignoro quién prepara las intervenciones públicas, las comparecencias, las peroratas de este remedo de presidente de gobierno democrático. Ignoro si lo hace por dinero, por convicción ideológica o porque está cautivado con la personalidad y el encanto, por no hablar de la dicción, de este político desacreditado, desprestigiado, sospechoso y acusado de corrupción, embustero compulsivo y considerado en la UE como el líder más incompetente de toda Europa. Sea quien sea, está llevándolo de cabeza al precipicio de la desafección más absoluta. Casi parece un submarino del PSOE, empeñado en mostrar a Rajoy tal cual, por desgracia, es: un marrullero autoritario, nacionalcatólico, oportunista, corrupto hasta la médula y falto de toda credibilidad ante la ciudadanía.

Rajoy intentó circunscribir su comparecencia a sus habituales mentiras en los asuntos económicos de los que no quiere salir para no mencionar los temas escabrosos que lo acechan y son los verdaderamente interesantes: cuántos sobresueldos cobró mientras pedía austeridad y sacrificios a los demás, qué relaciones reales tenía con Bárcenas (y que aún están por averiguarse porque él miente de forma sistemática), a cuánto asciende la contabilidad B de su partido, esa que él niega mientras las pruebas la afirman. Inútil también preguntarle qué piensa de la ley mordaza, de la ley contra las mujeres y otras normas represivas perpetradas por su gobierno. Hace como que no oye; ignora las preguntas. Inútil igualmente preguntarle cómo piensa resolver el problema catalán: no tiene ni idea, pero no dice que no la tiene. Simplemente, como siempre, calla.

A los dos años de emplear esta desvergonzada táctica, el muñidor de la imagen de Rajoy debiera, quizá, cambiar de tercio. El bajísimo índice de valoración que del presidente del gobierno reflejan las encuestas es una pista de algo por lo que todavía no se pregunta pero que podría empezar a hacerse: el altísimo grado de desprecio, burla e irrisión que este hombre despierta. La gente ha calado a un granuja timador, capaz de decir cualquier cosa con tal de salirse con la suya, un politicastro de tres al cuarto que está empleando todo el poder del Estado en aumentar los privilegios del cuerpo de registradores de la propiedad, al que pertenece y el poder de las diputaciones provinciales, su auténtico mundo mental.

No había acabado este presunto cobrador de sobresueldos de leer las mendacidades que sus escribas le habían apuntado en el papel y ya estaba un reconocido economista experto en estos temas en una televisión demostrando que el discurso del presidente no era más que una sarta de mentiras, que los datos económicos en que basa su triunfalismo y sus afirmaciones de estar saliendo de la crisis, son falsos, están manipulados y solo pretenden trazar un cuadro optimisma para oscurecer los asuntos procesales, de corrupción, de robo y saqueo, los escándalos de su gobierno y su partido y el carácter autoritario, fascistizante y nacionalcatólico de su política.

Es patente para todo aquel que no se nutra del pábulo intelectual de tebeos como La Razón. Y tanto es así que, según rezan los sondeos, nadie presta crédito al presidente en España. El 71% de los españoles no cree en la "recuperación" de Rajoy. Ni siquiera le creen los votantes del PP. Es más, seguro que a Rajoy no lo cree ya ni Rajoy.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 18 de desembre del 2013

El cortijo.

En uno de sus inenarrables correos Miguel Blesa comunica a un hijo de Aznar, mediador en pro de una operación casi seguro lesiva para los intereses generales pero muy lucrativa para algún amigo suyo o quizá él mismo, que Caja Madrid no era su cortijo. Según la prensa filtra emails cada uno más escandaloso que el anterior, va quedando claro que no solamente era su cortijo sino también su patio trasero, su bodega, su escudería y los placeres de Capua. La entidad sirvió a este enchufado por Aznar para vivir una vida de lujo, boato y molicie, cuyos detalles dejan estupefacto al personal de un país hundido en el paro, la precariedad, la pobreza y la emigración. Coches de medio millón de euros, vinos exquisitos, caviar a cientos de miles de pesetas el kilo, cacerías en lugares exóticos, cruceros de ensueño. Un tren de vida de locura del que el cortijero hacía generosamente partícipes a sus colaboradores (por llamarlos de algún modo), consejeros de la entidad en nombre del PP pero también del PSOE, de IU, de CCOO o UGT, garantizándose así su vergonzante lealtad. Y aun sobraba para repartir con verdadera prodigalidad en forma de créditos a los amigos, alguno de los cuales está en la cárcel, sin garantías suficientes, operaciones financieras de riesgo como favores, reparto de prebendas, enchufes, mediaciones. ¿Cómo no iba a quebrar una empresa gestionada con estos criterios durante trece años?

Recuérdese aquella imagen tradicional del banquero de espíritu calvinista, dedicado a su quehacer con la seriedad, la entrega, de un sacerdocio, bajo el lema de Benjamin Franklin de el tiempo es oro, sobre el que Max Weber construyó su aguda interpretación de la ética protestante y el espíritu del capitalismo. Recuérdese y olvídese al mismo tiempo. Aquí no somos protestantes, somos de la Contrarreforma. Aquí reina el catolicismo, el amor por la ostentación, el lujo, el consumo y el odio al trabajo, a la austeridad y el ahorro. Allí, los banqueros; aquí, los ladrones. Allí, la probidad; aquí, la picaresca.

Y no es solo la Caja, sino todo el país. El país entero es administrado como un cortijo por un partido convertido en una asociación al servicio del enriquecimiento de la casta por los procedimientos que sean, incluso los supuestamente ilegales y hasta delictivos. La señora Aguirre declaraba ayer ante el juez (es un decir, pues lo hacía por escrito desde su despacho en el PP) sobre su conocimiento de la Gürtel y muy ufana afirmaba ser la primera interesada en aclarar el asunto. Encomiable actitud de fondo que encaja poco con la forma. Además, la declarante debiera estar igualmente presta a aclarar cuanto tiene que ver con el tamayazo, con la FUNDESCAM, la gestapillo y la presunta financiación ilegal de todos los actos de relumbrón e infinitas inauguraciones que protagonizó en su mandato. Si, además, se quiere investigar en el menudeo de las inauguraciones, esto es, los aspectos económicos de las adjudicaciones, contratas, etc., se verá que lo del cortijo se queda corto.

Por si el chorreo de los Fabra, Baltar, Matas, Bárcenas, Crespo, Urdangarin, la infanta, Barberá, Pons y los meritorios de segunda fila, acusados de llevárselo crudo de mil formas distintas fuera poco, ayer la jueza imputó a la esposa del presidente de la Comunidad de Madrid por blanqueo de capitales. Es el cortijo en sus más pintorescas estilos: un baile de millones en forma de apropiaciones indebidas, cohechos, malversaciones, mordidas. Jauja. Es la apoteosis del capitalismo nacional-católico con un ropaje neoliberal. Vive de lo que siempre ha vivido el capitalismo español: el favoritismo, el compadreo, los enchufes, la corrupción, el trasvase de la empresa al poder político (eso que se llama la puerta giratoria), la información privilegiada y el chanchullo. Pero predica el dogma liberal del individualismo, el libre mercado, el emprendimiento, la competencia, la superioridad y mayor eficiencia de lo privado sobre lo público. Lo público no debe intervenir en lo privado, salvo si se trata de cuestiones morales como el derecho al aborto, a la educación, o las libertades como la de manifestación, reunión, expresión o creencias religiosas. Aquí, sí; aquí intervención a tope, a ver qué se ha creido el personal, aficionado a la promiscuidad; contundencia y cañones de agua para enfriar lo ánimos algo exaltados por la obscena exhibición de los cortijeros.

Pero en todo lo demás, exquisita abstención y respeto por las libertades. Las del libre mercado, se entiende. A quien Dios se la dé..., etc. Bueno, en el discurso. La práctica es otra cosa. Exactamente la contraria. Utilización de las instituciones públicas para beneficios privados de todo tipo. Elaboración de políticas públicas en interés de empresas que privatizan los beneficios y socializan las pérdidas. Expolio de los dineros de todos. Injerencias inadmisibles en el funcionamiento del mercado, como el de la venta de Iberia a British Airways. Inversiones millonarias en proyectos para beneficio privado con dineros públicos y asegurando que son en interés de la colectividad.

Añádase el agravante, típicamente español, de que, en los casos más notorios, los proyectos han fracasado. La costosísima enésima candidatura olímpica de Madrid, ahogada en un ridículo planetario a base de una clase de pichinglish hispánico. Y el inmundo plan de Eurovegas en un fiasco de las autoridades, dispuestas a cambiar hasta el código civil si el andoba gringo de los millones se dignaba sentar sus posaderas en Alcorcón.

Es el capitalismo, sin duda, pero a la española. Con sus peculiaridades, que son temibles. Porque a esta caterva de ineptos, incapaz de administrar el cortijo con un mínimo de eficiencia, justicia y decoro, se le está sublevando parte del país. Ha conseguido crear una crisis para la que no tiene respuesta ni prácticamente margen de maniobra porque Europa entera está pendiente del cortijo español.

dissabte, 14 de desembre del 2013

La gran estafa.

Según una ley física de universal vigencia, por muy revueltas que estén las aguas, hay algunas substancias o materias que siempre flotan. Por muy enrevesado que aparezca algún asunto de finanzas, de chanchullos, de ingentes cantidades de dinero que van y vienen, de oscuros compadreos, al final, siempre sale el nombre de Aznar.

Las relaciones del expresidente con los chorros del oro desbordan con mucho lo meramente económico para entrar en el campo de lo psicoanalítico, lo sociopolítico, lo onírico y -no lo quieran los dioses- lo judicial. Los ejemplos abundan. Mencionaré dos. Siendo presidente del gobierno, según parece, intentó comprarse una medalla del Congreso de los Estados Unidos por 2,3 millones de euros que se pagaron a un lobby estadounidense. La medalla -que había de adornar el pecho del héroe de las Azores- no se consiguió; pero los cuartos no retornaron, cosa que tampoco debía preocuparle mucho dado que no procedían de su bolsillo, sino del de todos los españoles.

Cuando en 2002 el milagro español decidió casar a su hija en El Escorial, en el acto probablemente más pretencioso y ridículo de la historia contemporánea, adornado con la presencia de la plana mayor de los presuntos delincuentes de la Gürtel, tampoco se hicieron ascos a las generosas aportaciones de capital externo que mostraban su cariño a la familia rascándose los millones del bolsillo. Como es habitual en el personaje, Aznar (y también su yerno) salió bravo amenazando con acciones judiciales a quienes hicieran insinuaciones maliciosas sobre tan generosas dádivas que, por lo demás, ya ves tú, se limitaron a sufragar los gastos de iluminación de seudorregio evento. Luego ha resultado que la Gürtel no solo pagó las luminarias, sino muchas otras cosas, hasta la pernocta del personal de servicio. Esos son amigos. Pero las amenazas ya no se reprodujeron.

Es el estilillo de la casa: furia al inicio, al estilo del Capitán Fracasa, y mansedumbre después, cuando las acusaciones se prueban ciertas. Aznar interpuso querella contra El País por vincularlo con los pagos (por llamarlos de algún modo) de Bárcenas. La querella no ha ido a ningún sitio y los pagos se dan ya por ciertos. Esto es, Aznar estuvo cobrando sobresueldos o cantidades "extra" un montón de años, incluso siendo presidente, lo cual es algo verdaderamente bochornoso. Pero nada que no hayan hecho otros pájaros de su nidada, algunos de los cuales (Rajoy, si no ando errado) pretendieron justificarlos como si fueran complementos de productividad de una empresa de productos electrónicos, por ejemplo. Así, con todo el papo.

Ahora aparece de nuevo Aznar vinculado a su amigo Blesa, el cerebro de las preferentes, en una operación de intriga e influencia por otra pila de millones. Tampoco es extraño: Blesa era amigo suyo desde los tiempos de las oposiciones a inspectores de Hacienda y fue él quien lo aupó a la presidencia del consejo de administración de Cajamadrid en 1996, cargo que ocupó con el apoyo del PP, desde luego, pero también con el de IU, CCOO y el voto en blanco (o sea, anuencia) del PSOE.

Breve observación al paso: todos estos liberales, furibundos enemigos del Estado, de lo público, de la Hacienda, partidarios de desmantelarlo y vendérselo a sus amigos, son funcionarios felones que, con toda evidencia, faltan a su deber jurídico y moral de defender el servicio público al que pertenecen. No obstante, es probable que los escrúpulos que quizá se produzcan, se palíen porque, en poco tiempo, los amigos, agradecidos, los contratan con sueldos fabulosos por no hacer nada. No es invención. La lista de exministros y altos cargos públicos de todos los partidos que están forrándose en consejos de administración de empresas antes privatizadas por ellos es larga. Una prueba más del enorme desbarajuste e inmoralidad que reina en España hace ya años, del grado de podredumbre que impregna la política, la empresa, las finanzas de este desgraciado país. ¡Ah, por supuesto! Todos estos funcionarios antifuncionarios son grandísimos patriotas.

Blesa estuvo en el cargo de 1996 hasta 2009, en que cayó víctima de un intriga palaciega interna al PP en que distintos sectores querían el puesto para algún acólito suyo a fin de seguir mangoneando en la muy apetitosa Caja. Gallardón apoyaba a Blesa; Aguirre, a su fiel escudero Ignacio González. Al final, Rajoy impuso a un tercero que venía de hacer las Américas, Rodrigo Rato, dando prueba con ello una vez más de su clarividencia. Rato causaría baja en la entidad al modo en que los gobernadores imperiales abandonaron el castillo de Hradcany en Praga en cierta memorable ocasión: defenestrado. Y, cayendo, como ellos, en un montón de estiércol. Quizá por eso haya sido contratado por el banquero Botín porque, ya se sabe, pecunia non olet.

En aquellos trece años, más los tres del interregno de Rato, Cajamadrid, convertida por este en Bankia, se hundió. La primera caja de España, cabeza visible de un vigoroso sistema financiero público, repartido por todo el país, básico en su estructura social y tejido empresarial, un pilar de un complejo financiero, necesitaba 40.000 millones de euros para evitar la quiebra, 40.000 millones nuestros. En el ínterín, el bueno de Zapatero que, como de costumbre, no sabía de lo que hablaba, ensalzaba las cajas como inmunes por su gran solidez frente a los contagios de la temible crisis financiera internacional,

Las causas de esta catástrofe y sus recovecos internos las dilucidarán los tribunales -ante los cuales se encuentran, de momento, los dos principales responsables, Blesa y Rato y probablemente acabarán muchos más- y en el futuro los historiadores. Porque se trata de líos muy enrevesados en los que, a la complejidad de estos asuntos financieros se unen las actividades de oscurecimiento, engaño, mentiras y presuntas destrucciones de pruebas de los implicados, todo lo cual provoca una impresión lamentable de tejemanejes y líos.

Algunas cosas están claras. La cajas, Cajamadrid en concreto, se vinieron abajo cuando los políticos -mezcla de oportunistas, aprovechados e ignorantes- vieron que eran reservas estupendas para mangonear, fuentes de crédito fácil y hasta gratuito, lugares en donde enchufar a los amigos aunque no tuvieran ni idea de aquello sobre lo que decidían porque no decidían nada sino que se limitaban a forrarse y decidir lo que les dictaran sus partidos. Todos. Los consejeros del PP, los del PSOE, los de IU. Todos. Eran también las cajas manantiales inagotables de fondos para hacer favores a los allegados o construir los jardines colgantes de Babilonia para que cualquier imbécil de campanario ganara unas elecciones en su predio. Es decir, en lo esencial, las cajas las ha hundido una clase política corrupta e inepta. Pero no solo ella.

Cuenta el factor humano individual. Esa es la enseñanza de este caso de Miguel Blesa. Procesado y encarcelado dos veces por créditos supuestamente irregulares al grupo Marsans -el de Díaz Ferrán, hoy en el trullo- y la compra del City National Bank de Florida, se ha revuelto como el oso en la madriguera y ha conseguido empurar al juez que lo encarceló, José Elpidio Silva. Sin duda este asunto recuerda el del juez Garzón: un presunto pero muy poderoso delincuente carga contra el juez y se lo carga. De hecho este anda diciendo que si tira de la manta y revela la extensión de la corrupción, el sistema no lo soportaría. El juez debiera saber que este comportamiento no es encomiable. Esas cosas se hacen, pero no se dicen y menos como amenaza, pues hacen pensar que se está buscando algún apaño, algún trato vergonzoso. El juez tiene la obligación ciudadana, moral, de decir lo que sabe; no ocultarlo, ya que es de interés público.

Pero, en todo caso, da igual, la imputación de Blesa se mantiene y será investigado por las preferentes por orden de la Audiencia Nacional. A estas alturas es innecesario decir que eso de las preferentes debe de ser una de las estafas más generalizadas y repugnantes que se hayan realizado en los últimos siglos porque, al parecer, han consistido en despojar fraudulentamente de sus ahorros a decenas de miles de viejos, pensionistas, gentes sin formación, sin conocimientos, abusando de su buena fe a extremos increíbles, algo que indigna a cualquiera que no sea un criminal. Y en esa supuesta estafa aparece como maestro consumado y plenamente consciente el tal Blesa, como demuestran los emails que han venido publicando infolibre y el diario.es, en los que se ve la premeditación y el designio conscientemente delictivo. Textos vergonzosos.

Pero que no solo prueban los chanchullos de las preferentes sino más, mucho más. Son como el relato de unos años frenéticos en los que tanto Blesa como los otros consejeros han estado haciendo mangas capirotes con los fondos de los impositores y cuando se los pulieron, salieron a la caza de incautos a sacarles literalmente el dinero de los bolsillos; favores a amigos, a políticos de otros partidos, dádivas, regalos, inversiones ruinosas por obligaciones políticas. No debe de haber delito societario que estos individuos puedan no haber cometido.

Y al final, cómo no, cual se decía al principio, emerge el nombre de Aznar como mediador en una operación a través de su fiel Blesa por la que la Fundación de la Caja habría de pagar 54 millones de euros en 2008 (ya metidos en la crisis, con una Caja haciendo aguas) por una veintena de obras del pintor y escultor Gerardo Rueda cuyo principal mérito a los efectos es que su hijo -y beneficiario de la operación, pues el artista falleció en 2006- es amigo de Aznar. Sin duda Rueda es un notable pintor abstracto español pero, como el arte es pura subjetividad, a Palinuro le parece más del montón y, desde luego, luego, de 54 millones, nada. Comprendo que 2,3 millones de euros por una medalla que no merece y no le dieron parezca una fruslería a quien dio orden de pagarlos no siendo suyos, pero a lo mejor hasta él entiende que con 54 millones de euros quizá se pueda conseguir que los escolares españoles hagan tres comidas al día.

Por eso hiede esta historia y es tan significativa. Con razón han tratado de impedir a toda costa que esos emails vean la luz pública. Porque en ellos se contiene buena parte del relato más negro, más bochornoso y delictivo de la corrupción estructural de este país.

Bien. Esa es la gente que nos ha estado gobernando y nos gobierna hoy. Esa su catadura moral.

Mañana hablamos del PIE. Una sugerencia: cambien el nombre. Suena a "pastel" en inglés y, tratándose de un ente de veintisiete partidos, no sé yo...


(La imagen es una foto de Mongider, con licencia Creative Commons). El añadido del emblema de Cajamadrid es de Palinuro.

dilluns, 9 de desembre del 2013

Rajoy explica a Rajoy.

Como si fuera Julian Assange, Rajoy ha concedido la primicia de sus declaraciones a El País y cinco grandes rotativos europeos, The Guardian, Le Monde, La Stampa, Süddeutsche Zeitung y Gazeta Wyborcza. Es una entrevista muy extensa y el presidente ha podido explayarse a su gusto en todos los temas importantes de interés público. A su gusto en unos y a su disgusto en otros. El autor de la entrevista, Javier Moreno, director de El País, advierte de que, por razón del formato, no era posible ir muy a fondo en las cosas españolas. Sin embargo él insiste en ellas, pregunta y repregunta y deja constancia de que Rajoy se siente contrariado. No es para menos, pero toda la entrevista tiene su miga porque es un prodigio de falsedades, sofismas y mentiras..

Rajoy dice estar preocupado con Europa y concentrar en ella sus esfuerzos. Pero, en realidad, por Europa ha de entenderse Alemania. Lo deja claro en frase que el periódico convierte en titular: Lo que más me preocupa es que Alemania tenga claro adónde vamos. Sobran comentarios. Vamos a dónde diga Alemania.

El Estado del bienestar le parece una conquista irrenunciable. Es un consuelo oírselo decir, teniendo en cuenta que su gobierno está desmantelándolo. En realidad, viene a admitirlo cuando advierte de que la sanidad y la educación seguirán siendo públicas (de las garantías jurídicas del trabajo ya ni se habla), advertencia que sería innecesaria de no ser por su política de privatizaciones. Porque de lo que se trata es de que la sanidad y la educación sean públicas y de calidad. En este terreno reconoce incumplimientos; reconoce haber incumplido su programa electoral al 9º día de mandato. Y, por supuesto, echa la culpa a la herencia recibida.

En cuanto a la corrupción, la pauta sigue siendo el silencio. Todo explicado ya; nada nuevo que añadir. El señor Bárcenas sabrá las contabilidades que llegó a tener. En el PP, solo había una. El señor Bárcenas era el tesorero del PP pero eso, al parecer, es indiferente. De las contabilidades que llevaba como tesorero, él solo reconoce una. Preguntado por la destrucción de los discos duros con presuntas pruebas, sigue sin saber nada. Los jueces dirán. Es una actitud que, como observa Javier Moreno para el pueblo es muy difícil de aceptar. Por eso hay tanta distancia entre la ciudadanía y la clase política, porque es una respuesta evasiva.

Eso lo sabe también Rajoy. Y por ello ha elaborado su gobierno esa Ley Mordaza que él defiende de un modo deliberadamente sofista: se trata de despenalizar ciertos comportamientos (como si se hablara de una medida permisiva) para remitirlos a la sanción administrativa y callándose que es dar facultades de discrecionalidad y hasta arbitrariedad a las fuerzas de orden público. Pueden estas ahora multar in situ comportamientos que solo ellas interpretan y sancionan. Y con sanciones desmesuradas, casi confiscatorias. Rompìendo por tanto también el principio de la proporcionalidad entre la falta y el castigo. De lo que se trata es de amedrentar a la población para que no proteste.

En cuanto a las grandes cuestiones de Estado, Cataluña, la Monarquía y la consecuencia de estas dos, la reforma constitucional, Rajoy no defrauda las expectativas más pesimistas. Cataluña se encontrará un seco "no" a su pretensión de referéndum y ninguna otra propuesta fuera de una genérica disposición al diálogo que no se concreta en nada. La Monarquía es intangible. Si Cataluña debe quedarse en dónde y cómo está porque España es la nación más antigua de Europa, la Monarquía es intangible porque ha caído del cielo.

No existen condiciones para la reforma de la Constitución, a la que él no se opone por principio. Pero la verdad es que no le gusta nada la idea y, además, añade soprendentemente, no iba en nuestro programa electoral. El mismo programa electoral que, según él mismo reconoce, dejó de cumplir al noveno día de su mandato. La reforma constitucional no iba en su programa electoral. Y la subida de impuestos, tampoco.

De todas las perogrulladas, escamoteos y sofismas que vierte Rajoy en esta interesante entrevista, la más curiosa es esta del programa electoral, que sirve para justificar una cosa y su contraria de un solo tiro. Asegura que la reforma del aborto tiene que ir adelante, aunque, como se lo recuerda Javier Moreno, haya una mayoría de la opinión a favor de dejarlo como está, porque es un compromiso de su programa electoral, porque está en su programa electoral. El que incumplió. También estaba que no se tocaría la sanidad ni la educación ni las pensiones.

(La imagen es una captura de un vídeo de La Moncloa aquí reproducida según su aviso legal).

divendres, 15 de novembre del 2013

Y sigue la estafa.


El gobierno, sus propagandistas, predicadores, periodistas a sueldo, su guardia pretoriana en el Parlamento y secuaces varios afirman gozosos que la salida de la crisis está ya a la vista, todo lleno de brotes verdes, que el PIB crece, que Europa da por concluido con gran éxito el rescate bancario. Ese rescate bancario que, según Rajoy, nunca se había pedido ni existió. Que el tirón de las exportaciones se nota, que la destrucción de empleo ha tocado fondo, que el índice de esto y aquello y la confianza y blablabla, machaconamente, a través de los medios públicos de comunicación, los tebeos que utiliza como "prensa afín" y sus innumerables telebasuras Mentiras y más mentiras. La mentira sistemática como forma de gobierno.


Eso es lo que los gobernantes dedicados al expolio de los españoles y la ruina de España andan diciendo. Lo que hacen es otra cosa. Aumentan las inversiones militares en fuerzas y cuerpos de represión, en compra de material antidisturbios y endurecen el marco penal represivo, tipificando como delito toda forma de protesta. Porque son embusteros, demagogos y expoliadores, pero no tontos. Saben que, si siguen robando a mansalva, privilegiando los bancos, consiguiendo que sus delincuentes no sean penalmente perseguidos, dando dinero a manos llenas a la iglesia católica, expulsando a las gentes de sus casas y obligando a los jóvenes y no tan jóvenes a emigrar del país en busca de trabajo, quizá pueda haber un problema de estallido social al que piensan hacer frente como mejor saben: empleando la violencia y la represión.



Porque la realidad a día de hoy dice lo contrario del aparato de propaganda del gobierno: la deuda pública está en otro máximo histórico del 93,9 por ciento del PIB y acercándose al 100 por ciento ; el Estado, o sea todos los españoles, hemos perdido 37.000 millones de euros en ese rescate tan exitoso que, según el compulsivo embustero del presidente, nunca existió. Y, para coronar el éxito, las UE nos exige otra mordida de 37.000 millones de euros para 2014 que, por descontado, saldrán de los sueldos de los funcionarios, los capítulos de sanidad, educación e investigación y desarrollo y, cómo no, de las pensiones de los viejos, esas que el mismo embustero compulsivo, el que lleva decenios cobrando sobresueldos y ocultándolo, no iba a tocar.

Esta presunta asociación de malhechores no es un gobierno de España; es un gobierno en contra de España.

dijous, 7 de novembre del 2013

¿Conectan? La conferencia política del PSOE.


Mañana inauguran los socialistas su anunciada jamboree ideológica. Viene precedida de casi dos años de deterioro de la imagen pública del partido y sus dirigentes, de algunos brotes de tensiones internas normalmente pacificadas, inquietudes, bastante runrún, declaraciones y contradeclaciones y debates mas o menos sordos sobre candidaturas y sucesiones. Es decir, ha despertado interés y levantado expectativas, además de las muy anunciadas sobre renovación ideológica. La organización ha hecho un buen trabajo colgando en la red el material por debatir en abierto. Incluso hay demasiado. Tiene un Documento marco de 143 páginas, una especie de preámbulo o declaración de principios que luego desarrolla y precisa (aunque no mucho) en una Ponencia con otras 384. En total, los asistentes al evento deberán haber embuchado 527 páginas de árida lectura más o menos programática cargada de infinitivos. Lo dudo, aunque es lo que se supone. A ese tocho han de añadirse los miles de enmiendas. Tienen para debatir y votar.

Elena Valenciano, felizmente recuperada de una neumonía, subraya el espíritu abierto del encuentro y hace especial hincapié en el debate sobre primarias también abiertas, aunque escurre el bulto al hablar de fechas, justo lo que más interesa a esos chismosos de periodistas y, con ellos, a la opinión, muy aficionada, gracias a la tele, a ver los eventos políticos como reality shows. Añade la vicesecretaria general, muy orgullosa, que está previsto una especie de estallido de creatividad en un espacio digital nuevo que actuara pari passu con la conferencia, llamado PSOE Lab en el que se fabricarán contenidos en espacios MediaLab, DataLab y KeyLab que colgarán y distribuirán, supongo, por las redes, al estilo de Basesenred (Twitter), Nuevas tecnologías sbt (Facebook), etc. Signo de los tiempos; eso está bien. Ya el uso del verbo conectar indica la voluntad de estar al día.  Conviene facilitar información a los internautas que forman una curiosa corrala.

Los contenidos son lo esencial. La lectura es indispensable. Los documentos son a veces farragosos, excesivamente prolijos, tienen lagunas y reiteraciones y despiden un aroma a generalidad y ambigüedad, propias por lo demás de este tipo de escritos de carácter tentativo, propuestos para discusión y enmienda. Extraer una idea definida de ellos es muy difícil (aunque no imposible) y, para ahorrarse esfuerzo, no está mal ver qué opinan los responsables antes de empezar. Y nada más claro que el secretario de organización, Óscar López, quien ya entra en faena asegurando que la única izquierda, la izquierda real, es el PSOE. Es una orientación. Parece incluso que el ex-ministro Sebastián se la ha tomado en serio y se ha enfadado.

En todo caso, quiere ser un documento para la izquierda. Eso se verá cuando las tropecientas páginas queden reducidas a las diez o quince de una plataforma electoral que es lo que después se difunde por los audiovisuales y lo que llega a la gente, o sea a los votantes. La conferencia se convoca para legitimar ideológicamente un programa de acción. Lo decisivo será lo que conste en ese programa. Viendo así los documentos, a Palinuro se le ocurren dos o tres observaciones.

No hay ni mención de los dos grandes asuntos, uno sobrevenido y otro heredado, esto es, Cataluña (y la cuestión de la autodeterminación) y la Monarquía. Esta se menciona en la última página de la ponencia, a modo de estrambote, para pedir que se actualice en cuestión de igualdad de género y se prevea la posibilidad de una Reina (otra vez la ley sálica y la pragmática sanción) con lo que, se supone, se da por indiscutible la institución y la República no aparece ni en pintura. En cuanto al sobrevenido (en realidad, también heredado), el problema catalán, se hace sentir en dos referencias en passant a la federalización de España. No es mucho. No compromete a nada y tampoco parece ser el bálsamo de Fierabrás.

No hay cuestionamiento alguno del modo de producción capitalista. Se habla de crecimiento, sostenibilidad y empleo, es decir, salida de la crisis dentro del marco del capitalismo, con algunos retoques generalmente imprecisos. Por supuesto, de la idea del de-crecimiento (que proponen sectores radicales de la izquierda) aquí ni se habla. Ni tampoco de nacionalización de la banca, ni de banco público y, al considerar la política fiscal, se insiste mucho en la lucha contra el fraude y se hace una lejana referencia a su carácter progresivo, sin mayores precisiones sobre la presión fiscal o el modo en que se remodelará la proporción entre fiscalidad de las rentas y la de las empresas. Todo el apartado de pensiones está, por lo menos, anticuado. Se insiste en retornar al Pacto de Toledo cuando el gobierno ya ha sacado adelante su reforma unilateral para cargarse el sistema público de jubilaciones.

La ponencia tampoco es taxativa y rotunda en el propósito que tiene más gancho electoral porque es el que entiende todo el mundo: reversión de todas las medidas de la derecha que hayan supuesto merma y restricción de los derechos de las personas. Algo así se dice con referencia específica a la sanidad y la educación. Pero debe ampliarse a todos los campos de unas políticas públicas que no es que sean solo ideológicas; es que son claramente clasistas y atentan todas contra el principio de igualdad. No dejar las cosas en el aire. Al menos las que no lo necesitan. Otras son más problemáticas. Por ejemplo, se habla de la institución de un salario mínimo universal. Será interesante ver qué sale de ello.

En las relaciones iglesia-Estado, el documento es de una prudencia exquisita. No se habla de denunciar los acuerdos con el Vaticano de 1979 pero sí de reformarlos según ello se siga de una futura ley de libertad religiosa que bien podía ser la que los mismos socialistas proyectaron en tiempos de Zapatero pero luego metieron en el cajón del olvido, asustados por las consecuencias. No es una perspectiva ilusionante. Tampoco hay una clara decisión de exigir a la iglesia católica que cumpla de una vez los tales acuerdos y se financie como su dios le dé a entender, pero no a costa de todos los españoles, incluidos los que adoran a otro dios o a ninguno.

Hay muchísimas más cosas en los documentos y seguramente muy interesantes, que darán lugar a apasionantes debates. Pero, según el conjunto del planteamiento, el PSOE aparece como un partido nacional español federalista, dinástico, acogido al marco teórico económico neoliberal con reparos y no muy específicas medidas correctoras. Por ejemplo, la única vez que se menciona el famoso artículo 135 de la Constitución no es para pedir su abolición, sino para compensarlo con el reconocimiento de algunos derechos con el mismo nivel de constitucionalidad. 

La ausencia más clamorosa es la de cualquier mención a la Ley de la Memoria Histórica. La única es tangencial, para referirse a los hijos de emigrados y exiliados, a quienes dicha Ley reconoce la nacionalidad española. Nada más. Y mucho menos un propósito de derogación de la Ley de Amnistía de 1977, es decir, de la ley de punto final, o de hacer justicia a las víctimas del franquismo, acatando los autos que dicte el tribunal argentino que instruye la causa por los crímenes de Franco.

Por decirlo de algún modo al uso: no está mal, pero es un documento de mínimos muy mínimos. 

dimecres, 23 d’octubre del 2013

Consigna: ¡recuperación!


La política es algo endiablado. El diablo, que todo lo añasca, está siempre por medio. Explican las autoridades el presente con datos y cifras (que muchas veces se inventan) y vaticinan de seguido un futuro mejor. Pero lo hacen con el mismo resultado que obtienen los magos cuando conjuran los espíritus en su auxilio y el de la tribu. De los rigurosos análisis del presente a cargo de lumbreras como De Guindos o Montoro se sigue un vaticinio con la fuerza de un conjuro mágico: toca recuperación. O sea, hay que ganar las próximas elecciones. Las justificaciones del conjuro son cada vez más alambicadas y llegan a tomar forma de sortilegios. Por ejemplo, De Guindos se apresta a explicarnos, cuando se conozca la EPA de septiembre, que el ascenso del paro es una buena noticia porque antes ascendía mucho más. No se le ocurre al hombre que cada vez hay menos de donde ascender. Además, da igual; la consigna es que estamos de recuperación. Seguro que está ya en esos argumentarios que elabora el PP para que sus militantes y defensores sepan qué decir. Lo que piensen importa una higa.

Consigna, pues: recuperación. La magia de los conjuros. Llega Mr. Gates y compra un mordisco de FCC, segundo solo al de las hermanas Koplowitz. O sea, Bienvenido Mr. Gates. Volvemos a Berlanga. Solo falta el blanco y negro y no se dude de que en él estaríamos si los colores pudieran privatizarse. No sé yo si es para estar contento. Parece que el país es una bicoca, un festín para los llamados fondos buitre y, sin duda, hienas y chacales. Recuperamos, pues, la mendicidad. Algo es algo. Lo explica muy bien siempre Montoro que es como Juan Crisóstomo, un pico de oro. La solución de España es la devaluación interna, esto es, se bajan los salarios (esos que hace dos días sunían moderadamente), se bajan los precios (las viviendas, los cines, por ejemplo) en una espiral negativa hacia lo hondo y acabamos convertidos en lo que Palinuro se atrevió a llamar (con escaso sentido de la corrección política), los chinos de Europa, sobre todo ahora, que los chinos de verdad (y, encima, comunistas) ya no se dejan robar y son una potencia. Devaluación interna. Ya lo avisaban algunos economistas al comienzo de la fase hispana de la crisis. Y eso, ¿cómo se hace? Con otro misterio: se consigue que el euro valga más en unos sitios que en otros. ¿Por qué? Porque depende de lo que haya que trabajar para conseguirlo o tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlo, como decía Marx. Pero da igual: señores, el empobrecimiento es la base de la recuperación.

Recuperación, trompetea a los cuatro vientos Cospedal, en lugar de dimitir. Se hace acompañar de un beatífico Juan Rosell, en clara demostración de que el PP es el partido de los trabajadores y, contundente como es, recién declarada "magnífica secretaria general" por Rajoy, explica que la fortuna de Bárcenas no tiene nada que ver con el PP. Seguro que la obtuvo jugando a las quinielas. Muy al estilo propio, además, afirma que el PSOE está hundiéndose mientras el PP remonta. Puestos a la recuperación ¿por qué no vamos a recuperar también los votos perdidos? ¿Acaso no ve la gente (porque oírlo, lo oye a todas horas) que estamos en plena recuperación?

Loco de alegría, Montoro afirma que ya estamos avistando el final del túnel, una expresión perfectamente inepta porque todo depende de a qué distancia esté ese final avistado. Si el túnel es recto podemos avistar el final al final de los tiempos. Si es curvo, puede estar a la vuelta misma. Da igual: estamos tocando la recuperación con la mano y si no se la ponemos encima la culpa será de Mas (sic). 

Así que Rubalcaba, indignado (nunca lo había visto tan indignado) pregunta de qué recuperación vamos a hablar a los pensionistas, los enfermos o los becarios. Y podría seguir con los jóvenes, las mujeres, los inmigrantes, los emigrantes, los funcionarios; en fin, todo dios excepto los banqueros, los grandes empresarios, los curas y los militantes del PP de cierto ringorrango. ¿Qué recuperación para el noventa y mucho por ciento de la gente?

Termino con una nota de incredulidad. ¿Cómo puede el presidente del gobierno ignorar al president de la Generalitat en la ceremonia del Mediterráneo del 5 + 5? ¿No sabe que en la comunidad autónoma catalana Mas es tan Estado como él? ¿Qué pretende? ¿Humillarlo? Nunca una causa tan ruin impulsó tan bombástico El Estado soy yo

(La imagen es una foto de Partido Popular de la Comunitat Valenciana, bajo licencia Creative Commons).

diumenge, 20 d’octubre del 2013

Segunda tanda de mentiras.


Va a ser cierto eso de que, acogotado por las deudas, producto de la mala gestión, El País se ha pasado al bando (o banda) del gobierno. Este pretende estar la segunda parte de la legislatura trompeteando sus éxitos, un mensaje optimista, la salida de la crisis, la recuperación y, en el horizonte, el pleno empleo y la vuelta de la bonanza. El caso es preparar psicológicamente a la población para ganar las elecciones europeas de 2014 y las generales de 2015, aunque sea a base de mentiras. Tampoco es táctica tan nueva. Quien ganó las legislativas de 2011 mintiendo y gobernó faltando a la verdad no verá gran inconveniente en concluir la legislatura y asegurarse nuevos triunfos electorales acumulando más embustes. Todo depende de que se consiga monopolizar los medios, manipular la información, censurar o acallar a los discrepantes. O sea, lo de siempre, mentir.

Para la operación, aparte de las mesnadas habituales de los medios de comunicación privados propicios (los públicos son ya un aparato de propaganda desvergonzada), el gobierno ha movilizado reservistas de solera. Ahí salió el otro día Botín, del brazo de Rato, hablando de un momento feliz y alabando la lluvia de oro que lo cubre como si fuera Dánae. El Príncipe Felipe encareció ante empresarios latinoamericanos que la economía española ha encontrado su camino, que no compromete a nada en concreto pero queda muy principesco y optimista. Optimismo es la consigna. Rajoy ha ido a contagiárselo a los mandatarios iberoamericanos en la XXIII Cumbre Iberoamericana, en Panamá. Pero solo lo habrá conseguido con los presidentes de Panamá (anfitrión), Costa Rica, México, Colombia, Paraguay, Dominicana y Portugal. Los demás, han hecho pellas y no se han presentado. ¿Se puede llamar Cumbre Iberoamericana un encuentro en el que faltan Nicaragua, Cuba, el Ecuador, Venezuela, el Perú, Bolivia, Uruguay, la Argentina, el Brasil y Chile? Por llamar, se le puede llamar lo que se quiera, pero resulta un poco ridículo. Más parece una reunión de amigos, una tertulia.  El mismo ridículo que rezuma la consigna de optimismo y recuperación a la que se ha sumado, según puede verse, El País, que emplea sin ambages la consigna del gobierno: recuperación. Su base es la subida de la bolsa, los 10.000 puntos del Ibex, la prima de riesgo, el aumento de la confianza de los inversores, la alegría de los mercados y otros datos financieros y subjetivos.

Merece la pena preguntarse qué se entienda por recuperación. El mismo periódico dice que los indicadores seguirán siendo negativos, que continuará destruyéndose empleo, bajando el consumo, aumentando el índice de morosidad. Al parecer, por recuperación debe entenderse no que estemos avistando magnitudes positivas, sino que esté ralentizándose la destrucción provocada por la crisis; es decir, que en realidad estamos avistando el fondo. No es igual. Es más, el periódico se matiza a sí mismo casi hasta contradecirse y habla de una recuperación en la que se mantendrán: 0% (crecimiento anémico), 25% (tasa de paro enorme), 50% (caída esperada de los precios inmobiliarios) y 100% (deuda pública con relación al PIB). La euforia en los mercados es solo el toque de gong que da inicio al primer asalto.

En estas circunstancias, eso del "primer asalto" suena bastante extraño y lo de "recuperación" más parece un insulto. Sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas sirven al gobierno para hacer lo que mejor sabe: mentir. Los 6.000.000 de parados son, en realidad, más de siete millones puesto que no se contabilizan las 700.000 personas que han emigrado en busca de trabajo y que aquí estarían paradas y los 500.000 desempleados más que la inenarrable ministra de Trabajo hace desaparecer manipulando los datos seguramente con la ayuda de la Virgen del Rocio, ahora que la jueza Alaya ha tenido a bien dejar prescribir unos presuntos delitos de sus familiares que podrían haberla alcanzado a ella.

¿Puede haber recuperación si no se restablece el nivel de vida de la inmensa mayoría de la población; si no se crea empleo? ¿Cabe hablar de recuperación -incluso de estabilización- cuando los gobiernos locales y autonómicos tienen que seguir recortando servicios sociales de todo tipo en 2014 por valor de 15.000 millones de euros? ¿Puede hablarse de salida de la crisis cuando el último BOE recoge más repagos farmacéuticos a enfermos crónicos y supresiones de servicios sanitarios o la enésima congelación de los sueldos de los funcionarios? ¿No suena a guasa? Todavía no hace una semana el Banco de España recomendaba seguir bajando los salarios y la patronal proponía abolir el salario mínimo. El FMI no auguraba nada bueno y decía que era preciso seguir reformando el mercado laboral y las pensiones, lo que ya se sabe qué quiere decir: más penurias, más estrecheces, más miserias, en medio de los aplausos de la prensa afín, incluido, según parece, El País.

Esta es la realidad tangible, palpable. El anuncio de la recuperación es una consigna electoral a uno y dos años vista, para ir preparando el camino con una buena máquina de embustes y de etéreas promesas. Porque el presente es el que es. Y dice lo contrario de la propaganda.

divendres, 18 d’octubre del 2013

Risas, lágrimas y crujir de dientes.


Risas. Cospedal interpuso en febrero una demanda en defensa del derecho al honor contra Luis Bárcenas por sus acusaciones y contra El País por difundirlas. Bárcenas no podrá comparecer hoy en el juicio por encontrarse enjaulado en Soto del Real y habrá de declarar por vídeoconferencia, como si fuera Rajoy. La secretaria general, a quien, probablemente, parece de perlas que el ex-tesorero esté en la cárcel, sostiene que sus acusaciones son falsas y calumniosas pero ha tenido que tragarse ya a base de pruebas periciales que los papeles son genuinamente barcénigos. Y ahora se encuentra en una situación delicada, crítica, al no poder quitarse de encima así como así la acusación de haber recibido varias pastuquis por los más estrafalarios motivos. Y en esa situación se ha colocado ella sola, por su carácter intemperante y precipitado al ir a los tribunales a las primeras de cambio. Debería haber aprendido de la prudencia de Rajoy, quien no demanda, ni se querella, ni denuncia, ni las pía siquiera. Se limita a afirmar que es todo falso salvo alguna cosa y tira millas. Pero Cospedal es puro temperamento y eso le pierde. Es muy de ver con qué coraje y decisión ha dos años que pedía la restitución en sus cargos en el partido del injustamente acusado Bárcenas. Afirmaba, con esa seguridad algo avasalladora que la acusación contra Bárcenas era una trama de la Fiscalía y la Policía Judicial, movida por el PSOE al que también acusaba de haber implantado en España un "Estado policial". Es de risa, ¿no? Entre el Bárcenas víctima de los sociatas al Bárcenas delincuente (probablemente también en connivencia con los sociatas) ¿qué media? Pues simplemente que ahora se sabe lo que por entonces Cospedal, como secretaria general, no podía ignorar. ¿Qué crédito puede tener cuando asegura que no cobraba pastuqui en sobres?

Lágrimas. Cierra Fagor, abrumada por una deuda de 800 millones. Fagor, el buque insignia de la Cooperativa Mondragón, a su vez ejemplo de organización económica alternativa al capitalismo pero inserta en la lógica del mercado. Una esperanza convertida en realidad durante cincuenta años. Fagor tuvo ya un serio tropiezo hace un tiempo y recurrió a la caja de solidaridad de las otras empresas de la cooperativa. Hubo sus más y sus menos. Algunas se negaron a eso, a cooperar, pero la mayoría tiró de sus ahorros e inyectó una ayuda a Fagor que, como se ve, no ha servido de nada, de forma que la empresa ha cerrado en concurso de acreedores, a ver qué se salva de la quema. Y sobre todo, quién. La otrora reina de los electrodomésticos tenía unos 5.000 trabajadores, de los cuales unos 2.000 eran socios cooperativistas. Ahora, una de las cuestiones más angustiosas es exactamente en qué situación jurídica quedan los socios. La de los trabajadores está clara; la de los socios, no. Un motivo más de aflicción ante un hecho sumamente lamentable por cuanto parece sancionar la maldición de que en el seno del mercado no hay margen para finalidades redistributivas o igualitarias. Las cooperativas organizadas en la lógica del mercado se enfrentan a los fallos del mercado como cualquier empresa.

Crujir de dientes. Entrando en la segunda parte de la legislatura, el gobierno ha dado orden al aparato de propaganda de sembrar la idea de que la recuperación está en marcha. El ministerio de Economía augura sólida recuperación para 2015, año electoral, con los mismos datos con que augura todo lo demás. Más divertidamente convincente ha estado Botín quien, al parecer, encantado de tener a Rato a sus órdenes, ha tenido un ataque de Tío Gilito, cuando se baña en oro, exclamando que ¡llega dinero de todas partes! Rato sigue teniendo olfato. En esta orquesta faltaba el concertino y allá fue el príncipe Felipe a contar a los empresarios de las naciones hermanas, reunidos en Panamá, que la economía española está encontrando su camino y recuperando competitividad. No sé si a los empresarios extranjeros les interesa que la economía española sea competitiva; supongo que la preferirán no competitiva para vender ellos sus productos. No podemos estar en todo y el heredero del trono está haciendo su aprendizaje. Lo increíble es que estos mensajes de optimismo, alegría y buenos augurios se hacen en el momento en que el gobierno impone a los gobiernos municipales y autonómicos un recorte de 17.441 millones de euros para 2014. Un recorte, un tajo en servicios que prestan estas administraciones y son esenciales para los ciudadanos. A lo mejor hay salida de la crisis. Pero será con crujir de dientes.

dilluns, 30 de setembre del 2013

Las auditorías.


El PP está de nuevo en campaña electoral. Si por un lado presenta los presupuestos de 2014, por otro reúne a sus cuadros dirigentes para organizar la reconquista del terreno perdido en intención de voto de los electores en estos dos años de gobierno. Al parecer, el gurú electoral del partido, Pedro Arriola, les ha explicado el sentido de los baremos del CIS y los ha orientado, es de suponer, acerca de cómo dar la vuelta a las encuestas, en reciente expresión de Rajoy.

Además tendrán que explicar el sentido de estos presupuestos, vendidos por el gobierno como los de la recuperación y tachados por la oposición de los del hundimiento definitivo. Las recetas son muchas pero una condensa gráficamente el contenido de todas ellas: lo peor de la crisis ha pasado ya. Es difícil defender tal cosa con unos presupuestos que prolongan los sacrificios, alzas y recortes e introducen algunos de tapadillo, al socaire de las habituales interpretaciones equívocas: no se subirán los impuestos el año que viene, pero se congela la paga de los funcionarios que es lo mismo que si se los subieran. Pero si difícil es defender que lo peor ha pasado tratándose de los presupuestos, no se dirá nada de hacerlo tratándose del escándalo Bárcenas. Decir que lo peor de Bárcenas ha pasado ya cuando todos los días gotean escándalos con él relacionados y el procedimiento sigue su curso sin que nadie pueda prever sus consecuencias, tiene mucho de voluntarismo con un punto de ingenuidad.

Por más que el PP se empeñe, el caso Bárcenas no saldrá del escenario sencillamente porque es el caso Rajoy. Por lo conocido hasta la fecha, Rajoy y Bárcenas formaban una especie de unidad para ciertos temas, actuaban conjuntamente y se daban consejas acerca de cómo encarar las dificultades, cual prueban fehacientemente los SMSs del presidente del gobierno. Así que no hay caso B sino caso B/R y ese no va a pasar a segundo plano porque los hechos aflorados que nadie ha desmentido son tan graves que afectan a la legitimidad del mando de Rajoy y lo sitúan en opinión generalizada camino de la inevitable dimisión.

Hace bien el PP en prepararse para las elecciones aún lejanas. Los arúspices vaticinan desgracia. Según sus encuestas internas podría perder la alcaldía y la Comunidad de Madrid, lo cual es muy grave en todos los sentidos, incluido el que el malicioso lector está pensando. Hay que ponerse las pilas, ha venido a decir Arriola, salir a ganar. Es prudente empezar con tiempo. Dar la vuelta a las encuestas no es tarea fácil, sobre todo si no hay con qué.

¿Y la oposición?

Tendría que estar pensando en lo mismo: en prepararse para las elecciones. Cierto, sin dejar de hacer oposición en el día a día pues para eso está. Pero atendiendo más al medio plazo, en las elecciones europeas de 2014, las municipales y autonómicas de 2015 y las generales de ese mismo año que son las importantes. Sin perjuicio de la flexibilidad requerida en todo momento, el mensaje de la oposición en esas elecciones ha de partir de una valoración realista del pasado que sirva para justificar las medidas propuestas. Esa valoración realista ha de hacerse en dos campos distintos y debe tener la objetividad y la frialdad de una auditoría. El primer campo afecta a la crisis en su conjunto y exige una auditoría de la deuda que nadie ha hecho todavía, debiendo haber sido lo primero que se hiciera. Saber qué parte de la deuda es legítima y cuál ilegítima para orientar distintas opciones políticas; en lugar de caer en el pánico y aceptar todo lo que nos echen y como nos lo echen.

El segundo campo afecta a la gestión del PP y debe asimismo tomar la forma de otra auditoría. Mejor dicho, dos: una referida a la gestión de los gobiernos de Aznar y otra a la de Rajoy. La auditoría de la era Aznar, que se ha vendido como la de las vacas gordas por obra de aquel que se consideraba a sí mismo como el milagro de España, debe reflejar los logros y fracasos del empeño, singularmente las consecuencias de la burbuja inmobiliaria que ha producido el destrozo sobreañadido de la parte hispánica de la crisis con sus datos pavorosos. A eso deben añadirse los despilfarros, los dispendios ostentosos, las obras públicas absurdas, los tejemanejes de tupidas redes de corrupción. Aquí la auditoría toma forma de catálogo: los aeropuertos sin aviones, los edificios sin uso, las autovías sin coches. Hacer un catálogo de los disparates y la corrupción que llevaron el país a la ruina.

La auditoría del gobierno de Rajoy debe levantar acta de su peculiar modo de cumplir el programa electoral: subida de impuestos de todo tipo, mermas permanentes de los salarios públicos, recortes profundos en sanidad, educación y pensiones, merma o simple supresión de innumerables prestaciones y servicios sociales. Levantar acta y cuantificarla. Igual que se sabe cuánto poder adquisitivo han perdido los funcionarios puede saberse de los jubilados y de los demás sectores afectados por las retricciones de todo tipo.

Esas auditorías deben ser la base del discurso electoral de la oposición. La clara atribución de responsabilidades por el desastre habido hasta la fecha es el contexto que debe explicar las medidas que se proponen para ponerle remedio.

dijous, 26 de setembre del 2013

Dorian Rajoy Bray.


Como en la obra de Oscar Wilde, hay dos Marianos Rajoys, el atildado dandy con pinta de rico propietario mexicano e hidalgo español que recorre los platós mundiales representando una Marca España en remontada, como corresponde a una gran nación y su otro yo, la imagen contrahecha, perversa, repulsiva del malvado que consume su vida en las zonas más siniestras del barrio chino y el Soho de la Gürtel y el caso Bárcenas. El uno gusta andar por las regiones elíseas del extranjero; el otro no consigue salir de las zahúrdas de Plutón de esta rugosa tierra de pícaros y granujas..

El primero, el hombre de mundo, se ocupa de las cosas elevadas: la deuda, la prima de riesgo, el déficit, la recuperación crédito, la disposición a seguir sableando a la población si es preciso. Se vale para ello de la prosa elegante del autor de La importancia de llamarse Ernesto y su sentido de la paradoja y la contradicción. No se dirá que no es wildeano asegurar que el plan para empobrecer, mermar y eliminar en diferido las pensiones instaura la sostenibilidad de estas. Dorian Gray en su mejor momento, asombrando al mundo con su aplomo de estadista en una entrevista en exclusiva mundial en perfecto español en Bloomberg TV.

El segundo, la imagen mefítica, adaptado a un mundo de villanías y crímenes en el que solo se sobrevive echando a los demás a los leones, se ocupa de su supervivencia ante una oposición cada vez más tumultuosa en su exigencia de que comparezca en el Parlamento a dar cuenta de las que considera mentiras del presidente. Por sí mismo, como la efigie de Dorian Gray, está oculto, cubierto con un tupido plasma y no se deja ver a la luz del día porque helaría la sangre en las venas a los espectadores. Cobros de sobresueldos, cajas B, financiación ilegal, fondos ilícitos, malversación, prácticamente no hay inmoralidad o ilícito de los que no se acuse al PP cuya cabeza visible -cada vez es más notorio- es Dorian Rajoy. Su táctica de esconderse tras el lienzo/plasma y cerrarse en un mutismo total está consiguiendo lo contrario de lo que pretende, esto es, convertirlo en la clave de todo el asunto, el responsable de todos los desaguisados. Y eso no hay discurso triunfalista económico que lo anule.

¿Cómo que no? Ahí está la entrevista en la Bloomberg TV. Efectivamente, ahí está, en Bloomberg, que dejó de emitir en España en 2009. Ahora puede verse en inglés a través de Bloomsberg Europa por cable y satélite. Y el discurso está en español. El canal es de base neoyorkina y la entrevista está hecha en Nueva York. Pero, vamos, que ni la Fox Bussines News de su amigo Aznar ha ido a verlo. Es decir, esta entrevista es un montaje para consumo español interno, probablemente uno de esos golpes de efecto tan celebrados de Arriola por los que cobra una pastuqui y que, en el fondo, no sirven para nada.

Los dos próximos años, hasta las elecciones de 2015, verán la lucha definitiva entre ambos Dorian Brey: el paladín de la elegancia y la decisión salvar a España, el cuentacuentos económicos sobre la crisis, cuyos datos va inventándose sobre la marcha contra la figura deforme que anda a trompicones con la realidad aplastante de la corrupción. A este combate por salir indemne de una trama de mangoneo y trinque generalizados que parecen haber organizado entre su amiguito del alma Bárcenas y él tiene prácticamente sometidas las instituciones del Estado. La Fiscalía está dedicada en cuerpo y alma no a combatir la corrupción sino a garantizar la impunidad del mayor presunto corrupto; el Parlamento, consagrado a bloquear toda indagación, interpelación o pregunta sobre sus mentiras ; la prensa y su cuadra de periodistas empeñados en demostrar que la culpa de todo la tiene Zapaterop.

Estos señores del Proyecto Demos que, al parecer, se presenta hoy en Londres, dejan constancia del retroceso democrático en Europa. Se habrán dado una vuelta por España, es de esperar,  país en donde ese retroceso no solo afecta a la política de orden público y ejercicio de derechos en general, incluida la libertad de expresión, sino también al terreno legislativo penal, por no hablar del sanitario y el educativo.

La cuestión está en si la gente compra unas vagarosas promesas de recuperación imaginaria al precio de la pérdida de sus derechos, empezando por el de que se haga justicia con los delincuentes presentes y pasados y, en consecuencia, vuelve a comprobarse ese saber convencional de los granujas de que la corrupción no pasa factura siempre que puedas convencer al votante de que se acabaron las penurias y comienza la recuperación. Parece mentira pero, al igual que Camps, Dorian Bray podría volver a ganar unas elecciones por mayoría absoluta. A eso probablemente se refería él cuando decía que quería hacer en España lo que el curita en Valencia.

(La imagen es una captura de TV "El País".)

diumenge, 30 de juny del 2013

De la codicia.


De vez en cuando un cura prominente, un obispo, el mismo Papa, se descuelga atribuyendo la crisis actual al generalizado relativismo moral de una época que ha dado la espalda a Dios. Los medios se hacen eco de la noticia pero esta no suscita muchos comentarios de plumillas o solemnes tribunos por considerarse que, aunque el clero ejerza su cometido, lo hace con unos argumentos peculiares y muy alejados del normal raciocinio de las cosas. 

Todo el mundo achaca la crisis a factores estructurales, objetivos, independientes de la voluntad de las personas, tanto más de sus creencias religiosas y morales o de sus sentimientos. La burbuja inmobiliaria, los hedge funds, la falta de controles, las políticas de desregulación neoliberales (si hablan los socialdemócratas), las sistemáticas intervenciones del Estado socialdemócrata en el mercado (si hablan los neoliberales), la especulación financiera, son algunas de las causas invocadas. El olvido de Dios tiene aquí escaso cometido.

Y, sin embargo, los curas no andan esta vez tan descaminados. Ya sea la burbuja, los fondos, la desregulación o cualquier otra razón, en el fondo de la crisis aparece un elemento de motivación humana presente en todas las explicaciones: la codicia, el desmedido afán de riquezas, la acumulación de caudales. Es algo parecido a la explicación eclesiástica del olvido de Dios, pero no es lo mismo. Y no es lo mismo porque los curas son los primeros en sucumbir a esa oscura pasión de la codicia.

Es la codicia la causante de la crisis; el afán de lucro llevado al paroxismo en un terreno falto de normas o despojado de ellas. Los ejemplos los tenemos a diario: fortunas que se calculan en miles de millones de euros. ¿Para qué puede querer alguien miles de millones de euros? Es como esos magnates, gobernantes ladrones o delincuentes de éxito que poseen colecciones de cientos de coches de lujo. Nadie puede conducir de modo placentero cientos de coches en su vida. Esa es la cuestión, el problema de la codicia es su falta de límite. La clase ociosa, según Veblen se consagraba al consumo ostentoso. La acumulación de riquezas tenía una finalidad humana comprensible: hacer rabiar al vecino de envidia viendo cómo entras y sales de tu casa a través del helipuerto de tu terraza. Pero la actual epidemia de codicia ya no es como aquella. Hasta el consumo ostentoso ha desaparecido. De vez en cuando puede salir alguna noticia especialmente llamativa como que tal o cual gobernante tenga una especie de serrallo de menores en una villa del Mediterráneo, por ejemplo. Pero, justamente, cuando se conocen se entienden como delitos, no como ejemplos y los mismos protagonistas ocultan sus actividades en lugar de hacerlas ostentosas.

Hoy es tal la acumulación de riqueza que no hace falta manifestarla con verbenas. Al codicioso le basta con que se sepa. Tantos millones en cuentas en Suiza, tantos en paraísos fiscales. La lista de la codicia internacional la da todos los años el Forbes, los periódicos la reproducen y la gente se entretiene averiguando quién sea más rico, si Gates, Slim o Buffett. Para qué quieran estas gentes esas inmensas fortunas si ni siquiera pueden invertirlas, es un misterio. El misterio de la codicia.Vivir es acumular sin tasa y siempre quedará el consuelo de ser el muerto más rico del cementerio.

En un segundo escalón, los ejecutivos, aquellos famosos protagonistas de la revolución de los managers, de James Burnham, el antiguo trostkista, aparecen invadidos por el mismo virus de la codicia. Los gestores se ponen sueldos millonarios, se blindan frente al despido con cláusulas multimillonarias y se garantizan pluses y pensiones escandalosos. Seguramente hicieron la revolución, porque están quedándose con todo. Quieren escalar cuanto antes el paraíso de los ricos, subirse al carro. Los ejemplos de estos cuadros dirigentes en depredación directa de las entidades que gestionan los dan las cajas de ahorros. Un caso específico y pintoresco es el de Cebrián quien, al parecer, se autoasignó un sueldo de un millón de euros al mes en los años pasados, a cuenta de la menesterosa PRISA. Vuelve la pregunta ¿para qué quiere un mortal un millón de euros al mes? ¿Para sentirse Dios? Y ¿en qué cambia esta ingente acumulación el carácter y la imagen del personaje, cuyo valor tampoco coincide con su precio?

Los managers han probado asimismo que, además de las retribuciones estratosféricas que se autoasignan, pueden recurrir sin grandes miramientos a las vías ilegales para incrementar su peculio. A sus suculentas pagas como senador y tesorero, al parecer Bárcenas decidió añadir un buen bocado de comisiones ilegales y ahora se encuentra contando sus cuartos en una celda de Soto del Real. Hasta tres golosos sueldos llegó a acumular Cospedal y unos presuntos sobresueldos nada desdeñables. 1.500.000 euros puede haber recibido en sobres barcénigos el hoy presidente del gobierno. Hasta 700.000 el anterior presidente del PP, Aznar. Hasta 800.000 la ministra Mato y suma y sigue con lo más granado del PP que más parece la Cofradía del Santo Sobre.

La crisis ha ahondado la gran divisoria social, polarizando la sociedad en una ínfima minoría de acaudalados y una inmensa mayoría de desposeídos. Se esta esfumando el espejismo de las "clases medias", cuya misión era apaciguar los ánimos, moderar los gestos y buscar soluciones de compromiso. Los ricos son cada vez menos y cada vez más ricos y los pobres cada vez más y más pobres. O, lo que es lo mismo, una minoría detenta el capital y, con ello, todos los medios de producción y la inmensa mayoría no tiene nada y, ahora, con la riqueza concentrada como nunca lo ha estado, ni siquiera tiene trabajo. Y el futuro dirá porque esas ingentes cantidades de dinero, esas montañas de billetes en unas cuantas manos, producto de la especulación, el delito, la codicia y la explotación de los trabajadores son improductivas, no se invierten en nada últil que genere riqueza y trabajo, sino que solo se mueven en circuitos ficticios y solo sirven para generar más dinero, para hacer más ricos a los ricos, nominalmente porque ya no pueden serlo más. Pero siguen acaparando, acumulando, con el Estado a su servicio, dándoles beneficios fiscales, amnistías, facilidades para continuar hundiendo la economía productiva.

Es la codicia de la gente, una pasión irrefrenable e insaciable.

(La imagen es un grabado de Georg Grosz, titulada "La libertad del obrero".