Como si fuera Julian Assange, Rajoy ha concedido la primicia de sus declaraciones a El País y cinco grandes rotativos europeos, The Guardian, Le Monde, La Stampa, Süddeutsche Zeitung y Gazeta Wyborcza. Es una entrevista muy extensa y el presidente ha podido explayarse a su gusto en todos los temas importantes de interés público. A su gusto en unos y a su disgusto en otros. El autor de la entrevista, Javier Moreno, director de El País, advierte de que, por razón del formato, no era posible ir muy a fondo en las cosas españolas. Sin embargo él insiste en ellas, pregunta y repregunta y deja constancia de que Rajoy se siente contrariado. No es para menos, pero toda la entrevista tiene su miga porque es un prodigio de falsedades, sofismas y mentiras..
Rajoy dice estar preocupado con Europa y concentrar en ella sus esfuerzos. Pero, en realidad, por Europa ha de entenderse Alemania. Lo deja claro en frase que el periódico convierte en titular: Lo que más me preocupa es que Alemania tenga claro adónde vamos. Sobran comentarios. Vamos a dónde diga Alemania.
El Estado del bienestar le parece una conquista irrenunciable. Es un consuelo oírselo decir, teniendo en cuenta que su gobierno está desmantelándolo. En realidad, viene a admitirlo cuando advierte de que la sanidad y la educación seguirán siendo públicas (de las garantías jurídicas del trabajo ya ni se habla), advertencia que sería innecesaria de no ser por su política de privatizaciones. Porque de lo que se trata es de que la sanidad y la educación sean públicas y de calidad. En este terreno reconoce incumplimientos; reconoce haber incumplido su programa electoral al 9º día de mandato. Y, por supuesto, echa la culpa a la herencia recibida.
En cuanto a la corrupción, la pauta sigue siendo el silencio. Todo explicado ya; nada nuevo que añadir. El señor Bárcenas sabrá las contabilidades que llegó a tener. En el PP, solo había una. El señor Bárcenas era el tesorero del PP pero eso, al parecer, es indiferente. De las contabilidades que llevaba como tesorero, él solo reconoce una. Preguntado por la destrucción de los discos duros con presuntas pruebas, sigue sin saber nada. Los jueces dirán. Es una actitud que, como observa Javier Moreno para el pueblo es muy difícil de aceptar. Por eso hay tanta distancia entre la ciudadanía y la clase política, porque es una respuesta evasiva.
Eso lo sabe también Rajoy. Y por ello ha elaborado su gobierno esa Ley Mordaza que él defiende de un modo deliberadamente sofista: se trata de despenalizar ciertos comportamientos (como si se hablara de una medida permisiva) para remitirlos a la sanción administrativa y callándose que es dar facultades de discrecionalidad y hasta arbitrariedad a las fuerzas de orden público. Pueden estas ahora multar in situ comportamientos que solo ellas interpretan y sancionan. Y con sanciones desmesuradas, casi confiscatorias. Rompìendo por tanto también el principio de la proporcionalidad entre la falta y el castigo. De lo que se trata es de amedrentar a la población para que no proteste.
En cuanto a las grandes cuestiones de Estado, Cataluña, la Monarquía y la consecuencia de estas dos, la reforma constitucional, Rajoy no defrauda las expectativas más pesimistas. Cataluña se encontrará un seco "no" a su pretensión de referéndum y ninguna otra propuesta fuera de una genérica disposición al diálogo que no se concreta en nada. La Monarquía es intangible. Si Cataluña debe quedarse en dónde y cómo está porque España es la nación más antigua de Europa, la Monarquía es intangible porque ha caído del cielo.
No existen condiciones para la reforma de la Constitución, a la que él no se opone por principio. Pero la verdad es que no le gusta nada la idea y, además, añade soprendentemente, no iba en nuestro programa electoral. El mismo programa electoral que, según él mismo reconoce, dejó de cumplir al noveno día de su mandato. La reforma constitucional no iba en su programa electoral. Y la subida de impuestos, tampoco.
De todas las perogrulladas, escamoteos y sofismas que vierte Rajoy en esta interesante entrevista, la más curiosa es esta del programa electoral, que sirve para justificar una cosa y su contraria de un solo tiro. Asegura que la reforma del aborto tiene que ir adelante, aunque, como se lo recuerda Javier Moreno, haya una mayoría de la opinión a favor de dejarlo como está, porque es un compromiso de su programa electoral, porque está en su programa electoral. El que incumplió. También estaba que no se tocaría la sanidad ni la educación ni las pensiones.
(La imagen es una captura de un vídeo de La Moncloa aquí reproducida según su aviso legal).