dilluns, 15 de juny del 2015

Y ahora, Cataluña.


Tercera etapa en este año electoral, esa en la que fuera de Cataluña nadie parece estar interesado, las autonómicas más o menos previstas para el 27 de septiembre próximo. A la vuelta del verano. De pronto, los estrategas, concentrados en la labor de muñir pactos con la mirada puesta en las generales de noviembre se ven obligados a suspender sus rifirrafes para enterarse de otro distinto en el Noreste de la Península. Uno con un elemento componente soberanista que desconcierta al nacionalismo español de derecha, izquierda o centro.

Cunde la alarma y por eso, según informa El País, importantes empresarios y políticos catalanes presionan a Rajoy para que adelante las generales y las haga coincidir con las autonómicas a los efectos de aplazar estas al año que viene. Tácticamente la idea no es mala. Por eso se le ha ocurrido ya a todo el mundo, incluidos los empresarios. Obligado es aquí preguntar, sin embargo, cuyos sean esos "importantes empresarios y políticos catalanes". Como fuente de información parece bastante difusa. ¿Qué empresarios son esos? Los políticos son fáciles de imaginar. ¿Hablan estos que quieren impedir la independencia en nombre de todos los empresarios?

A medida que se acerca el día, crece la agitación en el campo nacionalista. De un lado, las fuerzas de la hoja de ruta de la declaración de independencia, Convergència, Esquerra, Ómnium y Assemblea, se mantienen unidas. CiU, en cambio, anda al filo de una escisión por cuanto, Unió Democràtica acaba de celebrar una especie de referéndeum "pre-referéndum" interno en el que ha ganado el no a la independencia por un estrecho margen. Hasta qué punto representa Durán a los democristianos catalanes se verá en las elecciones. En su propio partido, a poco más de la mitad.

Parecería que el resultado del ayuntamiento de Barcelona, Ada Colau alcaldesa, viene a añadir fuerza al bloque soberanista. Con razón Mas quería esperar al resultado de las municipales para tomar una decisión sobre la consulta de septiembre. Necesitaba más información. Ahora ya la tiene. Pero no está claro hasta dónde llega el compromiso de Colau con el soberanismo. Ella misma sostiene la vigencia del dret a decidir, pero no explicita intención independentista, como podía hacerlo su antecesor en el cargo, Trías, hombre de Convergència. Parece dar prioridad a la agenda de reformas sociales, empezando por la de bajar el sueldo a todos los cargos públicos municipales. Y eso tiene un impacto tremendo e inmediato. A corto plazo. Lo de la independencia parece a medio.

Por otro lado, cobra impulso también el Procés Constituent de la Monja Forcades. La benedictina se ha arrojado al mundo exclaustrándose por un año en defensa de la causa del proceso constituyente con una fe parecida a la de la doncella de Orleans, cuando, iluminada por el cielo, acudió en defensa de Francia. Solo que en tiempos de Juana de Arco, Francia era una entidad más fácil de identificar que el nebuloso procés constituent de Forcades. Quizá para conseguir mayor precisión haya lanzado un llamamiento a otras fuerzas políticas para presentar una candidatura de confluencia amplia, cosa de la que se habla mucho en la capital del Reino, a las elecciones del 27 de septiembre si, por fin, son el 27 de septiembre. En cuanto al contenido de esa confluencia, basta ver que las fuerzas convocadas son ICV­EUiA, Podem y la CUP. No se convoca a los independentistas, pero propugna un proceso constituyente, cosa que solo puede darse en un marco de independencia. De estas inconsistencias está lleno el proceso catalán.

Estas elecciones van a ser determinantes para Cataluña y para España, guste o no guste a los nacionalistas españoles. Repárese en la otra razón aducida para adelantar las elecciones generales a septiembre: impedir el sorpasso del PP por Ciudadanos que anuncian todas las encuestas. Para calibrar la importancia de este lance baste recordar que hoy hay en Cataluña más de setecientos alcaldes de CiU y ERC, más de cien del PSC, uno del PP y ninguno de C's. Es solo por el efecto escala. Efectivamente, si Ciudadanos tiene muchos más apoyos que el PP en Cataluña con su discurso unionista, tenderá a tenerlos también en toda España. Y ese es un verdadero miedo en el PP que, de hecho, allí en donde gobierna tras el 24 de mayo solo lo hace gracias a C's y algún que otro rebelde de Podemos o IU.

diumenge, 14 de juny del 2015

Contextos.

Tres consideraciones respecto a los tuits del señor Zapata.

Primera. El tratamiento de la prensa. Detestable. Y no hablo solo de comics como La Razón o el ABC. El título de una crónica de El País es una vergüenza de manipulación:  un edil de Ahora Madrid se burla en Twitter de los judíos y de Irene Villa. Es engañoso, es falso, y lo es en un asunto explosivo. Lo mismo sucede con otros diarios. Mentir, manipular en cuestiones sensibles es lo que convierte la prensa seria en amarilla. Que el autor de la pieza presente los hechos como actuales y no indague en el contexto prueba  que la información es aquí lo menos importante. Lo esencial, al parecer, es la movilización, el ataque a una persona y, a su través, a una opción política. Tratándose de hechos de hace cuatro años, el cronista estaba obligado a indagar en el contexto, para contribuir a que las gentes aclaren su juicio y no a ofuscarlo. Eso es lo que hace Íñigo Sáez de Ugarte en un artículo, Sobre el Holocausto, el humor y la política madrileña, en el que trata de explicar los famosos tuits dentro del contexto de un debate o algo así sobre los límites del humor negro a raíz de un percance de Nacho Vigalondo con El País, que quizá pueda explicar la falta de estilo del diario con sus consecuencias. El contexto. Efectivamente, el contexto. Vamos a él.

Segunda. Un debate sobre los límites del humor negro hace cuatro años. El  humor negro es el nombre caritativo con que revestimos lo más cruel, estúpido, inhumano que hay en nosotros, que lo hay y mucho. Es el modo de embellecer las más bajas pasiones, el racismo y el sadismo que todos llevamos dentro. Unos las silenciamos, las refrenamos como podemos y otros les dan rienda suelta bien sea a lo bestia, a base de linchar negros, asesinar judíos, maltratar mujeres o... contando chistes racistas. Cuando alguien observa que el racismo es siempre repugnante y no tiene gracia alguna en ningún supuesto, se recurre a la justificación habitual: son solo formas de hablar, lenguaje y, como todo lenguaje, puede justificarse con un metalenguaje.

No somos racistas, por dios, ni machistas, ni nacionalistas españoles y, por lo tanto, podemos contar chistes antisemitas, misóginos o anticatalanes. No nos gusta el fútbol, pero es un "fenómeno sociológico" y hay que estar al tanto de la vida real. No nos gusta la chabacanería ni la vulgaridad de los programas rosas, pero son un consumo muy extendido y debemos conocerlos. No somos machistas, pero ¿qué tiene de malo un bonito piropo? Hasta a ellas les gusta. "Un piropo es un grafiti del erotismo". Me ha salido redondo; casi como una greguería de mi tocayo. Pero es falso. Un piropo es y será siempre una intromisión inaceptable en la intimidad de otra persona. Una interpelación no solicitada. Por ahí se empieza y se acaba en el femicidio.

El truco es el metalenguaje: "los límites del humor negro", el "fenómeno sociológico", el "ingenio callejero, el "alma del pueblo".  Y la complicidad de los auditorios que con facilidad se convierten en turbas, por cierto. No hay disculpas. Un chiste racista es un chiste racista, se vista de lo que se vista y sea cual sea el contexto. En realidad, no hay contexto posible. El único aceptable sería un imaginario laboratorio en el que pudiéramos coger ejemplares de chistes racistas como el que coge virus malignos. Todo lo que no sea eso será tolerancia hacia lo más odioso y estúpido que tiene el ser humano: la tendencia a reírse del sufrimiento ajeno. Que eso existe es obvio. Basta con abrir un libro de historia. Pero que exista no quiere decir que las izquierdas podamos sumarnos a ello. También existen la esclavitud, la explotación, la trata, etc. y los combatimos. Sin excepciones. ¿Por qué no el racismo o el machismo?

He leído la exculpación de Zapata, sobre polémicas y contextos y es de apreciar su esfuerzo por distanciarse del contenido de sus chistes. Me alegraría que le diera buen resultado y la opinión le ofreciera una segunda oportunidad. Incluso que se la ofreciera a sí mismo. No lo conozco personalmente. En estos cuatro años puede haber cambiado y ojalá lo haya hecho aunque, por el contenido de su escrito, no lo parece. Reitera la condena al terrorismo de ETA y al antisemitismo y a cualquier otra forma de represión y violencia. Y considera que ello no es incompatible con el humor negro, siempre y cuando este sea reconocible como humor. A tenor de lo dicho, Palinuro no está de acuerdo. El racismo no puede ser humor. Nunca. El racismo es un delito. Como el machismo. Revestir de humor la crueldad solo la hace más odiosa. ¿Cómo? ¿Censura? ¿No pueden hacerse chistes de judíos? Sí, claro. Hagan ustedes los que quieran, pero arrostren luego las consecuencias porque, como dicen los católicos, es imposible repicar e ir en la procesión.

No estoy seguro de que el señor Zapata deba dimitir. Me resulta imposible ponerme en su pellejo. Quede a su conciencia y que lo resuelva. Hay pocas dudas de que los adversarios están aprovechándolo con una evidente y sucia intencionalidad política de la derecha.
 
Tercera.  La derecha rabiosa, que no sabe perder y ve toda derrota electoral como un expolio de lo que le corresponde por designio divino, está en pie de guerra. Desde el minuto uno. No ya la tradición de los cien días. Ni cien segundos está dispuesta a conceder a los nuevos gobernantes esta banda de ladrones, recién desalojada de los consistorios en los que lleva veinte años esquilmando los recursos públicos. Inmediatamente de conocerse el asunto de los siniestros tuits, ya estaba Aguirre empujando, apabullando y exigiendo medidas ipso facto aun sin conocerse los hechos por entero. La consigna es debilitar al adversario, acogotarlo, no dejarlo respirar para ver de hundirlo antes de que pueda empezar su tarea.
 
Aguirre, la insoportable verdulera que desprecia a los agentes municipales, a los enfermeros, a los profesores, a todo el mundo que no sea de su clase; la que miente más que habla; la que ha gobernando Madrid rodeada de ladrones nombrados y protegidos por ella, que se han enriquecido a costa de los ciudadanos; la que insulta a los adversarios sin parar; la que se encaramó en el poder mediante el tamayazo; la que no condena el genocidio del franquismo y vive tan contenta en un país con más de 100.000 personas asesinadas y enterradas en fosas comunes por la dictadura racista y fascista de la que son herederos ideológicos ella y el partido en el que milita, fundado por un ministro del delincuente dictador; el partido en el que militan criminales que justifican los asesinados en las cunetas y que levantan el brazo en recuerdo, memoria y honor de los asesinos y su jefe; esa Aguirre carece de cualquier autoridad moral par exigir nada a nadie.
 
Si Palinuro fuera el gobierno municipal dejaría el asunto al sentido de la responsabilidad del interesado y haría en este caso lo que hacen y siguen haciendo las derechas con las denuncias de sus demasías: oídos sordos. Los medios machacarán la historia hasta que tengan otra sustitutoria, porque lo suyo es provocar y azuzar sin límites para que no se hable de lo que le importa: el saqueo a que han sometido al país. Pero la corporación no puede dejarse distraer de su función esencial que es levantar las alfombras y realizar una auditoria pública de las cuentas. Lo único que de verdad teme esta asociación de malhechores que lleva veinte años estafando a la gente.

Ganadores y perdedores.

Ayer España era una fiesta. El país, que presentaba un monótono azul desde 2011, de pronto, mostró otros colores, singularmente el rojo. Estaban las redes entusiasmadas con las tomas de posesión de Carmena y Colau, entre otras. Según cálculos de Público, 10,6 millones de ciudadanos en 27 capitales pasaban a tener alcaldes de izquierda, hala, así, sin matizar que, según reza el prontuario de los verdaderos, el PSOE no es de izquierda. Con todo, notable alegría y jolgorio que contrastaron con los desplantes a lo Barberá o las caras murrias de Botella y Ruiz Gallardón en el acto de proclamación de Carmena. Mal perder tiene la tropa.

La casuística deparó las sorpresas. En la política local nunca faltan. En Gijón, por ejemplo, los de Podemos han entregado la alcaldía a una candidata, creo, del Foro Asturias de Álvarez Cascos porque se llevan muy mal con los del PSOE e IU. En Oviedo, para compensar, los mismos de Podemos han cedido la alcaldía al PSOE. Algo parecido al PSOE-A apoyando al candidato de Podemos en Cádiz a pesar de no haber obtenido su aprobación para la investidura. En Cuenca los que han metido la pata son los de IU, dejando gobernar al PP por no apoyar al PSOE y en algún pueblo de Extremadura ha sido de nuevo Podemos el que ha aupado al PP.

Pero eso es la casuística, la moneda menuda. En general, la colaboración PSOE-Podemos ha funcionado muy bien por lo que Palinuro se felicita. Y no lo digo solo yo. También lo dice Pablo Iglesias, quien augura nuevos pactos con el PSOE pues, afirma con ecos lejanos del otro Pablo camino de Damasco, estamos convencidos. Ayer cundía el alborozo y estaban tod@s muy content@s.

¿Tod@s? No. Hay alguno más que se ve perdedor. Allá en la lejana Córdoba, un irreductible almohade afila su cimitarra, presto a partir para la guerra santa en contra de la infiel socialdemocracia. Noticias han llegado de que los verdaderos creyentes de la izquierda están sellando pactos diabólicos con los enemigos de Alá. Es preciso enarbolar la bandera verde del profeta y llamar a formar un frente único de todas las tribus de verdaderos creyentes, cada una con su nombre, para dar la batalla final al bipartidismo. Lo llama bipartidismo porque decir PSOE cuando muchos de sus presuntos seguidores están gobernando con él es demasiado surrealista hasta para Anguita. Pero claro queda de inicio que cualquier frente, coalición, asamblea o conciliábulo que aliente Anguita excluirá al PSOE.

Para Podemos esa confluencia en forma de amalgama en la que pierde su fuerza directriz para amontonarse con otros en el habitual guirigay de IU es un mal negocio. Añádase que estar en coaliciones de gobierno con el PSOE en media España no contribuye a marcar distancias para enfrentamientos dialécticos de tipo electoral. Y, de fusionarse de algún modo en una organización paraguas de nuevo nombre sería muy difícil que el electorado no lo viera como una experiencia de IU, segunda época.

La situación de esta izquierda es endemoniada. El frente amplio anguitiano sin Podemos no tiene posibilidades reales. Ni siquiera es seguro que llegue a constituirse, cuenta habida de que es poco probable que los Anticapitalistas se escindan de Podemos. Rezongarán por los rincones pero se quedarán, como los de Izquierda Socialista en el PSOE. Las perspectivas de Anguita y su cómica guardia califal es desesperada. No pueden dejar de confluir porque por mucho que este huero predicador fabule que somos mayoría, sabe que no lo van a votar y, por tanto, necesita la confluencia para sobrevivir. Como Garzón y, en el fondo, como Cayo Lara. Pero Iglesias ya ha aclarado que Podemos no será "tabla de salvación para nadie" y, si se da confluencia, será a base de que estos tres cabecillas y quienes se les sumen pasen por las horcas caudinas de dejar a la entrada sus queridas siglas y colores que tantas gloriosas batallas vieron en el pasado. Eso es mucho más de lo que la vanidad y soberbia de Anguita le permiten encajar. Si sus ahijados espirituales de Podemos se avienen con el bipartidismo, o sea, con el PSOE, él seguirá, impertérrito su camino, guiado por la estrella polar del "programa, programa, programa".

Los tiempos han cambiado. Los ha cambiado Podemos. IU y las ilusiones del sorpasso a la antigua usanza de la pintoresca teoría de las dos orillas, han sido ya trituradas por las ruedas dentadas del destino. El comunismo no pinta nada y despinta un montón. Incluso como neocomunismo asambleario y jacarandoso. Aquí la única unidad popular que hay es la de Podemos y bajo la guía de Pablo Iglesias. Si se quita uno se quita el otro y si los dos desaparecen, reaparece Anguita, símbolo de la modernidad.

Repárese en un dato. Búsquese una explicación al hecho de que Podemos, a quien los sondeos daban en febrero de este año una intención de voto del 28%, poniéndolo de primero en el ranking, mientras que dejaban al PSOE en torno al 17%, haya obtenido en torno al 14/15% en las dos convocatorias últimas y el PSOE se haya recuperado. Habrá varias razones, sin duda, pero la de que no han sabido aplicar el modelo Syriza ni diferenciarse gran cosa de la batahola de IU no es desdeñable. La enseñanza es clara: la confluencia con la verdadera izquierda es mortal y, además, para ser rigurosa, obligaría a deshacer muchos gobiernos locales.

Lo esperable es que a las elecciones concurran en la izquierda PSOE, Podemos y la Mayoría Imaginaria anguitiana. PSOE y Podemos enfrentados al PP, no al bipartidismo, es decir, no enfrentados entre sí. Iglesias lo deja claro: salen a ganar al PP. No al PSOE. Perfecto. Habrá, pues, buena lid. Y en esa buena lid de las dos ofertas de izquierda como alternativa al PSOE será en donde podrá verse si, en efecto, se produce el anhelado sorpasso. De darse este sería mérito exclusivo de Podemos y su dirigente Iglesias. Eso probablemente sea más de lo que sus amigos pueden soportar.

Pero es lo que tendría mérito. Competencia entre PSOE y Podemos por desbancar al PP. Entre Sánchez e Iglesias. Desde que Palinuro escribiera el post Pedro y Pablo, apóstoles en falta, los dos se han conocido, han hablado, como se recomendaba en él, y parecen haber sintonizado bastante bien, a juzgar por los resultados de esta jornada tan claramente de izquierdas.

Dos mujeres alcaldesas de Madrid y Barcelona. Y la de Barcelona trae ya sonido catalán porque ofrece a Mas su apoyo en pro del derecho a decidir. Esto se mueve. Y en la buena dirección. No la tuerzan. No fastidien.

dissabte, 13 de juny del 2015

La centralidad del pacto.

Mezquina, indigna, sectaria, cortoplacista es la política de pactos del PSOE según el PP. Menuda rabieta. Todo porque él, el PP, ha quedado fuera a lo largo y ancho del país. Capitales, grandes, medianas y pequeñas ciudades, ristras de pueblos, comunidades autónomas, todo ha volado. Ahí se mantiene Cifuentes luchando contra la sombría amenaza de un nuevo escándalo y párese de contar. El PP se queda a verlas venir y, mientras vienen, apresta el insultómetro. Podía afinarlo, de paso. Hablar de pactos "mezquinos e indignos" carece de sentido para dicho por quien se ha quedado fuera de ellos. Es posible que sean sectarios, pero les falta distancia hasta llegar al sectarismo del PP. Y en cuanto a lo del corto plazo, no es observación significativa en quien mide los plazos de veinte en veinte años.
 
Este monumental cabreo de mal perdedor del PP es la prueba que faltaba para asentar la tesis de la centralidad del PSOE. No diré centralidad del tablero por no mosquear a alguno y porque además, esas cosas no se dicen. Se hacen, pero no se dicen. El PSOE es el terreno común en que se articula la mayoría de las coaliciones de izquierda, para regocijo de Palinuro, que siempre ha abogado por esta coalición win/win. Si no he entendido mal, en donde esta alianza no se ha dado, ello es responsabilidad de Podemos y/o IU (casos de Gijón/Oviedo o Cuenca) que contradicen una tónica general y, de ese modo se apartan de la centralidad. Esta sigue reservada al PSOE con apoyo de Podemos y alguna que otra situación inversa de centralidad de Podemos y apoyo PSOE.

Así las cosas, el renacimiento de la opción frentista, asamblearia, de confluir en un bloque de izquierda, sin siglas componentes y bajo un nombre amplio y nuevo, plantea una cuestión prejudicial a Podemos. Es la opción anguitista del Frente Cívico Somos Mayoría. Todos a una, Fuenteovejuna. ¿Todos? No, el PSOE queda fuera porque es parte del bipartidismo, destinado a morder el polvo. Pero ¿cómo va a confluir Podemos, perdiendo su glorioso nombre, en una organización paraguas, una de cuyas funciones es acabar con el partido con el que comparte coaliciones de gobierno? Para Podemos, la preservación del nombre es asunto vital. Todas las doctrinas de partido que manejan sus líderes, desde el partido vanguardia a la maquinaria electoral pasando por el partido de todo el pueblo parten de un supuesto incuestionable: la unidad de mando.
 
Justamente el postulado que el frentismo detesta y combate, para lo cual tratan de coordinarse los anticapitalistas de Podemos con los convergentes de IU y los "somos mayoría". Una unidad problemática pues si bien la intención es genuina en los anticapitalistas, en los demás parece más táctica. Esto es, se oponen a la preeminencia de un nombre porque no es el suyo.
 
El asunto es peliagudo. Si Podemos se sumerge en un frente del tipo que sea con otro nombre, el viaje habrá sido en vano y el conjunto aparecerá como una reedición de IU y probablemente con su mismo grado de fragmentación interna y apoyo electoral externo. Si se mantiene al margen, es probable que la izquierda vaya dividida en tres a las elecciones de noviembre. El PSOE, Podemos y el frente anguitista que sea. Y lo más verosímil es que el voto se reparta entre los dos primeros. La cuestión es si hay sorpasso o no. A juzgar por los resultados de las municipales y autonómicas, no. Pero quedan meses para enmendar yerros. Meses para distanciarse de las neurosis compulsivas de Anguita.

De momento, las corporaciones y gobiernos constituidos, a abrir puertas y ventanas en estas pocilgas que han dejado veinte años de mangoneo y caciquismo de la derecha neofranquista, a levantar alfombras y hacer auditorías públicas. Dice Rita Barberá, quintaesencia de lo peor, más chabacano, estúpido y corrupto que ha habido en el país que se va "con orgullo y dignidad". Estos siempre están hablando de lo que no tienen y mintiendo cada vez que hablan. No se va: la han echado porque ya no la aguantan más. Y, en cuanto a lo de irse con algo, llévese lo que quiera, pero, por favor, deje el material inventariable.

Las mujeres de la burguesía.


En coproducción del Centro Dramático Nacional, Mucha Calma y Noviembre Teatro, el María Guerrero de Madrid tiene en escena la Hedda Gabler de Ibsen, con dirección de Eduardo Vasco y versión de Yolanda Pallín. Ambas, dirección y versión, a mi juicio, excelentes. Han simplificado al extremo de no cambiar escenarios y prescindir de todo lo no esencial, incluida la criada Berta, que no pinta nada en la historia, sustituida por un pianista. Este, a su vez, es el único elemento extraño al mundo cerradamente burgués de la obra. Podría tomarse por un personaje a lo Cocteau, pero no desentona del todo en Ibsen, que tenía un elemento simbolista. Cayetana Guillén Cuervo representa dignamente uno de los papeles más codiciados del teatro y el resto del equipo da un apoyo muy en su punto por su evidente restricción. No hay más remedio. Toda interpretación, toda escenificación de Hedda Gabler pasan a segundo plano ante el poder del drama, la brillantez de la historia, su fuerza. Esta radica sobre todo en sus diálogos porque en la obra no hacen más que hablar. Pero del hablar salen dos suicidios por disparos de pistola fuera de escena. Los estampidos de las pistolas son el tributo que Ibsen paga a la moda naturalista/realista del momento. En el teatro de fines del XIX los disparos resolvían complicadas tramas psicológicas un poco al modo en que el Deus ex machina hacía los milagros en el teatro medieval. Un poco menos frecuente es que en Hedda Gabler, el suicidio sea doble y por separado porque, de ser contiguo, podría interpretarse como una recepción de la tradición del Shinju del teatro japonés.

Hedda Gabler pasa por ser una de las prototipos de mujeres de la literatura del XIX, a la par con Anna Karenina, Emma Bovary y Ana Ozores. Tienen puntos en común: no son malas, como quiere la tradición misógina que equipara la mujer a la bruja, pero sí inconscientes, regidas por pasiones y sentimientos y, como consecuencia de ello, con efectos destructores. Es un conjunto de estereotipos pero con ellos se crean unos personajes femeninos inmortales. Son retratos de mujeres hechos por hombres. Pero no por hombres cualesquiera. Los cuatro coinciden en la segunda mitad del siglo XIX y viven un momento de fuerte visibilidad del movimiento feminista, aunque aún no se llamara así. Godwin, Wollstonecraft, Mill, habían defendido la emancipación de las mujeres, que era un tema candente en una sociedad burguesa extremadamente patriarcal. El replanteamiento de la visión de las mujeres venía, además, indirectamente avalado por el triunfo del darwinismo, esto es, de la idea evolucionista. Así no era necesario enfrentarse a la tradicion misógina, pues bastaba con decir que las mujeres, como todo ser vivo, podían evolucionar. Esa cobardía del pensamiento burgués frente al feminismo se pagaba al precio de que, en efecto, los personajes retratados lo eran a base de estereotipos, comunes en aquel mundo que veía en la sumisión de la mujer el fundamento de la familia. Tanto en la vertiente burguesa como en la aristocrática de Karenina.

Hedda Gabler en concreto es fascinante, desde luego, por la historia que tiene lugar en escena, esto es, el regreso del viaje de bodas de un matrimonio muy problemático, la reaparición del antiguo amante de la esposa, recuperado del alcoholismo gracias a una musa que le ha inspirado una obra que lo consagrará para la inmortalidad. Representa, sin embargo, un peligro para los planes de consolidación profesional del marido y, apoyada en esta excusa, Hedda da rienda suelta a sus celos y lo destruye todo: la obra, al antiguo amante y a sí misma. Todo un escándalo en la época (1890). Se estrenó con pitidos. Y, poco después triunfaba al extremo de que Hedda Gabler debe de ser la obra de Ibsen más representada y una de las más escenificas del mundo. Las interpretaciones sobre ella son cientos, como sobre Anna Karenina o Emma Bovary. Hay quien la relaciona con Freud pero este no había empezado a escribir su obra. También abundan las de "mujer, fuerza ciega de la naturaleza". Por no mencionar las de hipocresía del código moral de la familia burguesa. Y, por supuesto, la cuestión de las relaciones marido/mujer, con sus facetas de dominación y supeditación o rebeldía. De hecho, al decir que su intención era pintar a Hedda más "como la hija del general que como la esposa del marido", Ibsen, traiciona el fondo de su convicción: la mujer puede cambiar de dueño. Pero tiene que tener uno. Menos mal que ya había escrito Casa de muñecas, en donde Nora Helmer prescinde de él.

La Hedda que aparece en escena al primer día de regreso del viaje nupcial está ya hecha. Lo esencial del personaje, lo que explica sus actos hasta el final, ha sucedido hace tiempo, fuera de escena, casi fuera de la memoria. Lo más importante es ser hija del general Gabler. Pasará a ser Hedda Tesman cuando se case con George Tesman pero, quien la quiere, sigue llamándola Hedda Gabler. Lo esencial de esa historia en off son los amores de Hedda con Eilert Lovborg, profundos, tempestuosos, imposibles de olvidar o de ignorar, amores que se lo llevan todo por delante. Variante de Tristán e Isolda, la leyenda más famosa del género. Ahí, en el suicidio de Eilert, la destrucción de su obra a manos de Hedda, de su hijo (palabra que pone en marcha la máquina mortífera en su espíritu) y su propio suicidio está el elemento dionisiaco de la historia, el que convierte en bacantes a las mujeres entre referencias a los pámpanos. Lo que arranca esta del orden de los matrimonios estériles o fértiles y la planta en las estratosferas de las pasiones humanas. No pasiones femeninas. Humanas. Ibsen es un autor feminista porque es humano.

divendres, 12 de juny del 2015

Censura.


Un mando intermedio en la escala jerárquica de Radio Nacional da la orden conminatoria: No se abre el boletín con la muerte de Pedro Zerolo y ha habido una especie de plante de la redacción. Censura y uso partidista de los medios públicos. Y con malos modos. Tan crispado ambiente de fin d'époque depara momentos tan delirantes como este en que un sectario carga contra un difunto. Por cierto, qué grande era Pedro Zerolo que hasta muerto lo persiguen las sabandijas.
 
Eso de los malos modos es tan clamoroso que la directora de Informativos de la cadena pública de Castilla La Mancha, Victoria Vigón, tiene abierto un expediente en la Dirección General de la Inspección de Trabajo por “trato degradante y vejatorio” al personal de la casa. Es decir, por andar insultando a los subordinados por los pasillos. El director general de esta cadena de agitprop, Nacho Villa, un comisario político tan feo por fuera como por dentro,  arremete contra el mensajero y quiere acallar a El Plural, que es el que informó del expediente y de sus circunstancias, del más recio casticismo de la derecha, a base de insultar a los trabajadores.

La censura está implantada desde el comienzo del mandato de Rajoy. Este empezó nombrando director de RTVE a un fiel militante de su partido con el desastroso resultado de todos conocido, en cuestión de audiencia, hoy por debajo de las dos competidoras privadas mayores. Aun así, debe de parecerle poco y ha nombrado en el cargo al antiguo director general de Telemadrid, de forma que el hundimiento definitivo de RTVE está ya garantizado. Entre tanto, este director general se pavonea en sede parlamentaria de ser votante del PP. Escolar publica un artículo, explicando que no solamente es votante del PP, sino que ha cobrado de la caja B de Bárcenas, está a sueldo del partido y miente en nombre del partido. Brillante.

La Ley Mordaza recibe ese sobrenombre por ser de represión y censura. Y censura gráfica. Está prohibido fotografiar a los policías en plena faena; ahora también está prohibido fotografiar detenidos. En unos días se prohibirá fotografiar monumentos como la estatua esa del Comandante Franco en Melilla en torno a la cual se inmortaliza un grupo de guardias civiles como muestra de su espíritu democrático. La censura está en el espíritu de estos gobernantes. Hace poco el ministro de Justicia (sic), Catalá (nuevo sic), insinuaba la posibilidad de establecer una especie de censura previa en la prensa. Tuvo que recoger velas cuando le hicieron ver que insinuaba un disparate.
 
Les gusta la censura. Les gusta el silencio. Que nadie diga nada. Añoran la dictadura. Que no se hable de política. De política solo habla el gobierno. Para no decir nada. Ejemplos paradigmáticos, los alegatos de Rajoy en los que jamás dice algo concreto. O para llevar el debate a la corrala, como hace la show-woman Aguirre. O para provocar a la sana razón, como los dislates de Cospedal. O para hacer reír a la tropa, como las tonterías de Floriano.
 
Ese es el discurso que debe prevalecer y, para ello, es preciso censurar los demás, acallarlos, para acabar con el martilleo de las televisiones sobre la corrupción. No acabar con la corrupción, entiéndase, sino con su martilleo.
 
¿Y qué me dicen de la ampliación de la querella contra Mas por los presuntos delitos de amenazas y coacciones, además de los de desobediencia, malversación de fondos y prevaricación? El objetivo manifiesto es inhabilitar al presidente y, en consecuencia, truncar la posibilidad de unas elecciones plebiscitarias. El objetivo de fondo es acallar, silenciar a un pueblo.
 
(La imagen es una foto de Pedro Zerolo en la rueda de prensa previa al pleno de septiembre de 2013 en Wikipedia, bajo licencia Creative Commons).

dijous, 11 de juny del 2015

¡Eso es todo, amigos!

En esta nueva era de transparencia por fin sabemos algo de lo hablado en el almuerzo de Sánchez con Rajoy en La Moncloa hace una semana. Debe de ser el llamado tiempo real de internet. Y lo sabemos porque Sánchez lo ha contado. Rajoy le dijo, según él, que no descartaba adelantar las elecciones y él, rápido de reflejos, le pidió que paralizase todos los proyectos de ley, pues ya no hay tiempo. Cinco días más tarde, plazo mínimo que necesita para asimilar una información en la era de las TIC, ya en Bruselas, Rajoy anunció a la prensa que no piensa adelantar las elecciones y que queda legislatura y cosas por hacer. Desde luego, según noticias, 47 proyectos legislativos está apacentando el gobierno en este momento. Más de la mitad de las leyes ordinarias aprobadas en toda la legislatura (90), sin incluir las 30 leyes orgánicas y los 70 reales decretos-leyes pues, como es sabido, este gobierno ha sido muy amigo del decreto por su espíritu democrático. O sea un disparate.

No hay que machacar en el clavo pero es un momento interesante para que Sánchez -quien parece configurarse como candidato ganador a candidato- presente una moción de censura. Es imposible tomarse en serio un gobierno que pretende aprobar la mitad de leyes de toda la legislatura con las vacaciones de verano en puertas. O sea, a acumular materia derogable. Una moción de censura a un gobierno que ya no sabe ni lo que dice. Porque no se escucha ni él. Rajoy semeja uno de esos autómatas entre ridículos y siniestros de Hoffmann. Lo han programado para hablar de la recuperación que lleva un año iniciándose y cuyos frutos espera recojamos todos en noviembre; nosotros en forma de más empleos y salarios más altos y él en forma de votos. Ese es el discurso que el autómata recuerda deben recitar las escasas autoridades fieles a la causa.

El discurso de la recuperación queda anulado tras los fogonazos de la corrupción. Bárcenas, Gürtel, Púnica. Esto parece Chicago años treinta. Ayer la policía se llevó detenido a otro alcalde del PP por supuesta vinculación con la Púnica. La Púnica afecta cada vez más a Cifuentes pero, por si fuera poco, se le abre otro frente de escándalo con una nueva presunta corrupción en la que aparecen directa o indirectamente relacionados tanto ella como su marido. El resumen del nuevo pelotazo inmobiliario de millones lo trae Público en una crónica espeluznante que incluye el dramatis personae de la corrupción madrileña al completo, hasta los del tamayazo. Va a resultar difícil a Ciudadanos ir adelante con el pacto en Madrid cuando ese escándalo acaba de estallar y promete ser descomunal porque lo ha sacado el nuevo Rector de la Complutense -lugar en donde estas corrupciones parecen haberse producido- que acaba de tomar posesión y, lógicamente, entrará levantando alfombras. Hace un par de años, Escolar salió en defensa del cónyuge de Cifuentes afirmando, con razón, que sus peripecias en un concurso de acreedores al que se había visto abocado por la crisis era un asunto privado y, por lo demás, legal. Pero la nueva implicación del marido en el escándalo más reciente ya no tiene nada que ver con aquel asunto. Este es otro. Y tiene una pinta fatal mientras no se aclare.

En Madrid, el PSOE, que presume de candidato muy superior en todos los órdenes a la del PP, está a la espera de la decisión de C's porque los votos solos de Podemos, que da por descontados, no le alcanzan. Si le alcanzaran Palinuro no desdeña la suposición de que, a lo mejor los hacían valer al modo andaluz, bastante suicida, por cierto. El hecho es que el gobierno de la capital depende exclusivamente de la decisión de Albert Rivera, líder del partido que Floriano llamaba ciutadans. Madrid es una excepción a la regla general de que en todas partes el PSOE aparece como clave central de las coaliciones. Ha firmado con IU pactos para gobiernos "de progreso" en 300 ayuntamientos. No son muchos trescientos entre miles, pero es significativo el pacto IU-PSOE. Anguita va a clamar contra los derrotistas y, si no pide el ingreso en Podemos es porque estos todavía parecen más proclives a encamarse con la taimada socialdemocracia que los antiguos compañeros de fatigas. Al PSOE solo le queda resolver el conflicto con Compromís en Valencia para no hacer mucho el ridículo y parece que van por buen camino. Si las cosas se enconan en cuestiones personales de quién ocupa el sillón presidencial, Palinuro sugiere un solución de compromiso temporal: dos años cada uno.

En resumen todos se mueven en este baile electoral excepto Podemos. Un partido tan dado a ocupar el proscenio casi se pierde ahora entre los figurantes y su relevancia es muy escasa. En Andalucía se ha quedado fuera de un juego mal e inexpertamente jugado. Además de un modo típicamente español. Escuchar a Rodríguez hablar de que se les había engañado y sus condiciones, que ellos no modificaron, no se habían aceptado, es como oír las viejas glorias de la Patria, al estilo del almirante Méndez Núñez en "más vale honra sin barcos que barco sin honra". En términos actuales, más valen honrosa oposición que deshonroso gobierno. De lo que no estoy seguro es de si el reconocido pragmatismo de la dirección de Podemos considerará como un éxito haberse quedado fuera del gobierno.

En Bruselas, el éxito parcial en la oposición al TTIP lo acaudilla Miguel Urbán, quien se felicita de que sea el resultado de la alianza entre Podemos e IU, una muestra más de la presión que los de la antigua Izquierda Anticapitalista, hoy "Anticapitalistas", ejercen dentro de la organización para que vaya a una candidatura de unidad popular asamblearia, muy abierta. Aspectos estos escamantes para el dirigente supremo que, en el momento de la votación frustrada del TTIP estaba largando por los micrófonos de la SER.

Estos de Anticapitalistas son como la vieja guardia bolchevique de Podemos. Los trostkistas vuelven a la querencia. Y el núcleo leninista-estalinista de la cúspide barrunta batalla. Pablo Echenique, digno Anticapitalista, firma con otros 22 dirigentes de Podemos un manifiesto cuyo contenido está resumido en su título: Abrimos Podemos. Aquí se perfila una agria controversia por un asunto típico de la izquierda, un asunto nominal. Todos quieren abrirse; todos incluir a todos; todos quieren ir unidos bajo un nombre común. Muy bien, ¿cuál?

Aparentemente la cuestión es absurda, pero vista de cerca no lo es tanto. En la sociedad de la imagen, el nombre tiene un significado, aparte del muy obvio del grado de conocimiento de la "marca" y su mayor o menor aceptación en el "mercado". La importancia es su valor simbólico: el nombre trasmite, en este caso, unidad de mando. Para la idea leninista de Podemos, un partido es un instrumento, mientras que un frente, una coalición, una unidad, por muy popular que sea, nunca lo será. Para la otra parte, el nombre, este nombre de Podemos, tiene otra connotación. Aparece demasiado identificado con la figura de su líder y trasmite una idea de caudillismo que es justo lo contrario de su pretensión de poner en pie un movimiento asambleario, espontáneo, de abajo arriba. En definitiva, lo que los firmantes del manifiesto quieren es que Podemos no sea un partido más. Quieren ser un partido de nuevo tipo. Algo así como el New Model Army de Cromwell o el "partido de nuevo tipo", de Mao.

Entre tanto, nadie habla de Cataluña. Cosa rara, Palinuro tampoco. Pero no se olvida y sigue los acontecimiento en ella. Vaya lío que tienen organizado los de UDC.

dimecres, 10 de juny del 2015

Geometría variable.

No son tiempos de ideologías. C's facilita en Andalucía la investidura de Díaz, con quien no pensaba tratar ni en pintura y en Madrid camina hacia la de Cifuentes de quien no quería saber nada por pertenecer a ese fementido nido de corruptos del PP. El cambio anunciado tiene poco que ver con las siglas de los partidos y mucho con los réditos de las respectivas jugadas. C's vende la responsable imagen de quien facilita la gobernabilidad sin comprometerse gran cosa, pues anuncia una posición vigilante sobre el gobierno de Díaz. Lo que no está clara es la ventaja obtenida por Podemos con la ruptura de las negociaciones. Protesta Rodríguez muy ofendida de que le hayan dado con la puerta en las narices y acusa al PSOE-A de la ruptura. Es muy posible. Díaz hizo saber en la campaña que en ningún caso pactaría con el PP y Podemos. Eso era algo más que un guiño a C's y tanto Podemos como el PP debieron haber reaccionado de forma distinta. Podemos, flexibilizando su posición para dificultar la ruptura a Díaz pues, como se ve en la alcaldía en Sevilla, son posibles acuerdos entre los dos partidos.

El del PP es un caso perdido. Bonilla pide ahora que el PSOE presente otr@ candidat@. Le ha llevado ochenta días darse cuenta de que, con Díaz, no había nada que hacer, como ella misma anunció dos meses atrás. Si aplica la misma celeridad a sus demás juicios, este presidirá Andalucía cuando Córdoba vuelva a ser califato y haya otro en Bagdad. Ahora que su predecesor en el empeño, Arenas, parece a punto de jubilación forzosa por las intrigas de la dueña del cigarral toledano, Bonilla puede acceder ya a la plenitud del cargo de sempiterno aspirante.

Díaz ha conseguido su propósito sin arriesgarse a unas imprevisibles elecciones anticipadas. El éxito tiene un valor simbólico: conserva el bastión andalusí y accede al cargo por mérito propio y no por nombramiento. Por mucha que sea su inquina a Sánchez, según afirman algunos medios, no puede evitar que su investidura sea el espaldarazo de este como candidato ya que la elimina a ella como contrincante. Queda por ver si a las primarias se presenta alguien con peso para ser un desafío a Sánchez. Chacón juega con la idea de encabezar la candidatura del PSC a la Generalitat. Solo queda Madina y no parece contar con mucho apoyo. Díaz, a su vez, tiene por delante una legislatura compleja. De un lado la lucha contra la corrupción, tan extendida en Andalucía después de treinta años de gobiernos socialistas que esa misma lucha puede traducirse en una merma de apoyo electoral. Además, su margen de actuación es limitado pues gobernará siempre en minoría y sólo podrá adoptar medidas con alianzas cambiantes o geometría variable, arriesgándose a que, en cualquier momento, una moción de censura la desplace.

Madrid es una zarzuela. Si Díaz preside en Andalucía una Junta muy tocada por la corrupción, Cifuentes, en la capital, cabalga sobre ella. La Comunidad de Madrid es, junto a la de Valencia, el epítome de la corrupción del PP. Se ha perdido la cuenta de l@s consejer@s y otros capitostes que andan por los juzgados imputados o acusados de tramas y delitos tan organizados durante años que harían las delicias de Alejandro Dumas. Parece, sin embargo, que C's está más comprometido en un pacto con el PP en Madrid que con el PSA en Andalucía. A cualquiera le resultaría difícil explicar esta diferencia, pero a Rivera, probablemente, no. Además, podrá aprovechar para romper la próxima oleada de imputados en las listas de Cifuentes por lo que los medios llaman "segunda parte de la Púnica". Podrían llamarla "segunda guerra púnica".

Si Madrid es una zarzuela, Valencia está en fallas. Los socialistas rompen las negociaciones porque se sienten insultados. Llegados aquí, ya cabe decir poco, salvo esperar más sosiego entre gentes que deben entenderse. Sobre todo si tienen en cuenta que la geometría variable valenciana muestra más complejidad y el rango de posibilidades se abre. Además de las dos habituales: a) lideras una coalición o b) te quedas fuera, se añaden otras tres: c) te quedas dentro de la coalición, pero en una posición subalterna; d) montas un gobierno de técnicos; e) vas a elecciones nuevas. Como las fallas. Es de esperar que, quemada toda la pólvora, los interesados se pongan de acuerdo en una solución de compromiso. Parecería obligado pues una de las fuerzas en pugna se llama Compromis, pero me temo que ese compromiso se entiende más en el sentido duro y militante que en el la solución pactada con concesiones mutuas. Mònica Oltra no tiene detrás una clara estructura de partido y tiende a ver el voto como algo a su persona, como una especie de plebiscito. Ximo Puig sí tiene un partido y parte del voto ha ido a él, o sea, su respaldo es menos plebiscitario. Esas cosas cuentan, pero lo que más cuenta es el temple de los actores.

Las capillas de la izquierda.

Los últimos veinticinco años han sido de dominio del discurso económico neoliberal. Con la crisis, ese dominio se ha hecho total. No solamente lo repite machaconamente la derecha y es el único que encuentra eco en los medios y los centros de fabricación de ideología sino que también lo repiten como papagayos las izquierdas. Todas. La siniestra fórmula thatcherista, TINA (There Is No Alternative), no hay alternativa a las privatizaciones, desregulaciones, recortes, injusticia fiscal, desigualdades, etc. se ha impuesto en todas partes. Entre las izquierdas también. En todas, no seamos ingenuos ni nos traguemos los pretextos y excusas de unas banderías izquierdistas para refutar a otras, pero solo por el amor al sillón y no a las cuestiones de fondo.

Por supuesto, hay sus matices. Los que más género neoliberal han comprado han sido los socialistas y socialdemócratas, quienes, salvas algunas excepciones, recitan íntegras las mentiras neoliberales sobre el mercado y los embustes de la libre competencia. Suelen compensarlo señalando que, a su vez, han sido ellos los únicos en implantar reformas favorables a los más necesitados, políticas redistributivas, han atendido más a la justicia social y la igualdad, poniendo en pie los Estados del bienestar. Cierto. Las otras izquierdas sostenían que se trataban de reformas engañadoras, en complicidad con los capitalistas para desmovilizar al pueblo trabajador, y que lo necesario eran medidas revolucionarias capaces de cambiar la situación de la gente y no meramente cosméticas. Por supuesto, no pudieron poner ni una en práctica; se limitaron a maldecir a los socialdemócratas. Con la crisis, también han aceptado la doctrina TINA y, habiendo olvidado sus discursos radicales, ahora fingen que, al estar en peligro el Estado del bienestar, traicionado por los socialdemócratas, les corresponde a ellos, la verdadera izquierda, defenderlo, restablecerlo, agrandarlo, consolidarlo. Pero tampoco han hecho nada salvo hablar y siempre mal de los socialistas, pues en casi ninguna parte han sido elegidos para nada y, por tanto, no han tenido actividad de gobierno alguna.

La izquierda no tiene una política económica propia de conjunto, distintiva, que sea clara alternativa al neoliberalismo. Nadie piensa en cambiar de modelo productivo ni en reformas de calado del capitalismo sino en algunos parches aquí y allá para ir tirando y, si acaso, se discute sobre esos parches, dando a entender que una medida de reforma del sector bursátil, por ejemplo, es radicalmente distinta a otra medida de reforma del mismo sector bursátil, siendo así que son en todo análogas. Es posible que las fuerzas económicas internacionales no permitan otra cosa. El caso de Syriza es paradigmático. Según parece ya se conforma con salvar las pensiones. En política económica, las izquierdas son coros de plañideras.

Pero, se dice, es que la verdadera marca de la izquierda ya no está en estas cuestiones económicas sino en el terreno de los principios, de los ideales, de las realidades que afectan a los derechos, en definitiva, de los valores posmaterialistas, como los llama Ronald Inglehart. La lucha de la izquierda está hoy en el campo de la libertad y las libertades, de la ampliación de los derechos, de la lucha contra la arbitrariedad, el oscurantismo religioso, el patriotismo obligatorio, la corrupción, el enchufismo y la patrimonialización del Estado en manos de unos caciques de la derecha que tienen capturado el Estado como fuente de sus exacciones.

No es verdad. En el campo de los valores posmaterialistas, solo los socialdemócratas han hecho algo. El PSOE, en España, normas muy avanzadas en materia de igualdad de géneros, de derechos de las minorías, de reconocimiento de la pluralidad de valores, de avances culturales y protección de los más débiles. Pero lo han pagado al precio de una mayor corrupción que siempre hará más daño a la izquierda que a la derecha debido a sus mayores exigencias morales. Las demás izquierdas, "verdaderas", "transformadoras", etc. están por estrenarse, no han hecho más que hablar y también se han llevado su parte de corrupción si bien es cierto que en menor medida que la otra.

En punto a bastantes de estos valores, las izquierdas están igual que las derechas. O peor, porque tienen menos posibilidades y menos dinero para comprar voluntades. La prueba es que, de todos los transfuguismos ideológicos (no de partidos), casi la totalidad, algo así como el 99%, son de la izquierda a la derecha. No al revés. Follow the money.

Sea como sea, las izquierdas muestran los mismos (o similares) grados de amiguismo, enchufismo, fulanismo y caciquismo que la derecha. Basta con observar sus diarios digitales. Todos ellos son capillas de compadres y amigos más o menos enchufados, que apenas discrepan entre sí y mantienen relaciones privilegiadas con unos u otros sectores o grupos de una izquierda política muy fragmentada. Son en gran medida "periódicos de partido" o de fracción de partido, en el sentido de la clasificación de sistemas de medios de Hallin y Mancini. Prensa militante en la que la información tiene un notable sesgo interpretativo y la opinión es tan monocolor como en la prensa de la derecha. Dentro de cada capilla no hay controversias: los capilleros se doran mutuamente la píldora, hablan bien de los libros de unos y otros o de las conferencias y las propuestas de otros y unos.

Tampoco hay mucha polémica de unas capillas a otras. Estas suelen dejarse a los comentaristas que en la prensa digital son legión. Igualmente no las hay cuando las columnas se convierten en  debates en radio o televisión. En lo audivisual rige  idéntico sistema de capillas. Al no haber polémicas reales, ocurre con estos medios y sus capillas lo que con los de la derecha: los intervinientes son perfectamente previsibles y todo el mundo sabe lo que dirán y hasta cómo lo dirán. Además esos intervinientes mantienen erre que erre sus interpretaciones, por erróneas o torticeras que sean, pues nadie las cuestiona desde su propio campo.

Quizá sea una actitud comercialmente acertada. Los clientes, los lectores, los auditorios de radio y televisión conectan generalmente con los medios en donde les van a contar lo que quieren oír. Eso, la derecha, que tiene un sentido pragmático de la existencia, lo borda. En la izquierda empieza a darse también porque se abre paso un pragmatismo de nuevo cuño con el objetivo de ganar como sea. No se trata de informar, debatir, confrontar intrerpretaciones o aclararlas, sino de imponer doctrina y salirse con la suya.

Para eso se necesitan las capillas como entidades cerradas de Verdaderos creyentes y los que no son admisibles son los dubitativos, los críticos, los objetores, los que no aceptan la diciplina de la capilla, los independientes. A esos se los censura, ningunea o silencia porque, como también piensa la derecha con razón, no son de fiar. Pero, en el caso de las izquierdas, se riza el rizo cuando se acusa a las otras capillas de hacer lo mismo que hacen ellas.

Y estos van a regenerar el país.

dimarts, 9 de juny del 2015

La izquierda no se aclara; la derecha, tampoco.

En el seno de Podemos hay una controversia. Será mejor o peor para el partido según la gestione pero lo indudable es que la hay. De un lado, los de la antigua Izquierda Anticapitalista, autodisuelta en Podemos por exigencias del guión, conservan un fuerte espíritu comunitario, lo que les da personalidad, a la par que los mantiene como uno de los puntales de la organización. Su opinión se oye. Y, para estos anticapitalistas, Podemos debe replantear su estrategia para las generales en plan muy abierto, incluyente, fomentando el espontaneísmo. En las bases del partido, que no se llaman bases sino círculos, hay un clima de permanente discusión sobre la táctica, la estrategia del partido y, sobre todo, una vigilancia crítica al comportamiento de los dirigentes muy especialmente en las redes. Por último, la dirigencia lleva unos días girando hacia la moderación, sin parar de hablar de la socialdemocracia, fomentando contactos con el PSOE que, obviamente, ya no es "la misma mierda que el PP". Al contrario, en alguna ocasión, los líderes de Podemos han dejado claro que si están en el mundo es, en primerísimo lugar, para desalojar al PP. El PP es el enemigo por batir. Luego, ya se verá.

Pero ahí retorna a la palestra Anguita, alarmado, a recordar a sus ahijados que el enemigo no es el PP, sino el bipartidismo. En plata, el PSOE. Aquí se masca la tragedia. O la dirección de Podemos convence al viejo luchador de que el PSOE no es Satanás, con sus pompas y sus obras (incluidas las públicas) o el viejo luchador alza bandería de nuevo contra el socialismo traidor. Aunque dirija una organización nueva con un nombre desiderativo Frente Cívico Somos Mayoría, se ha encastillado en su querido baluarte de IU y sostiene al tambaleante Garzón en su propuesta de ir todos a una candidatura de unidad popular, cada uno con sus siglas, según el antiguo uso cristiano, tan familiar a todos los españoles, "cada uno en su casa y Dios en la de todos". Por supuesto, la unidad sería un ariete contra el PP y contra el PSOE.

Quizá por no ser tan reciamente español, Iglesias rechaza la fórmula, quiere ir a las generales con su marca y acepta a todos los afuereños, vengan de donde vengan, siempre que dejen el armamento a la entrada. Y en cuanto a que la campaña sea contra el PSOE, está por ver. No es previsible una alianza Podemos-PSOE antes de las elecciones pero sí después de ellas, cosa que Palinuro considera conveniente en interés de ambas partes. Y no parece sensato atacar a aquel con quien vas a sentarte a negociar un mes más tarde. Aunque a veces las campañas electorales quieren fuegos de artificio. Pero Anguita prefiere el fuego real. Nada de artificio: sorpasso o muerte. Por eso se encalabrina y denuncia en Iglesias cierta prepotencia. La verdad, yo también encontré el tono del de Podemos hacia Garzón innecesariamente hiriente y poco caballeroso por hacer leña del árbol caído. Aunque en la política esto de la caballerosidad es como lo de pedir cotufas en el golfo, que tanto se cita en El Quijote. Pero Anguita, sin duda por considerarse de la familia, reclama de Iglesias más humildad y tacto. Justo lo mismo que Iglesias reclamaba de Sánchez hace unos días: más humildad. De Anguita a Iglesias, de Iglesias a Sánchez.

Este Sánchez empieza a parecerse al príncipe troyano Paris a quien los dioses sacaron de una especie de idiocia pastoril y lo destinaron a llevarse el premio que él más anhelaba: la mujer más hermosa del mundo. Hágase una transferencia algo forzada sustituyendo el goce de la hermosura por el del poder. No son pocos los filosófos que han aceptado la idea nietzscheana de que la voluntad de poder es la esencia del hombre. Prácticamente sin hacer nada, solo por su presencia, Sánchez acaba de recibir un espaldarazo trascendental al ser invitado a la 63 edición del selecto Club Bilderberg, junto con Ana Botín y Juan Luis Cebrián. Este año no va la reina Sofía que, la verdad, no se sabe qué pintaba los anteriores, ni Esperanza Aguirre, que sí se sabe lo que pintaba y por eso ya no la invitan. Estos del Bilderberg son como una especie de Rosacruces con una pátina de intelectuales, políticos, empresarios y financieros. Su peso y prestigio viene de su absoluta opacidad. Los periodistas pueden informar de lo que se habla y acuerda, pero sin identificar fuentes. Las informaciones son así parecidas al oráculo de Delfos. La presencia de Sánchez es un claro pronunciamiento de los poderes internacionales por su candidatura. Es el Olimpo el que lo unge.

Frente a ello, Rajoy sostiene en público que Sánchez está en una "deriva radical", entregado a Podemos. Y, para asustar a las gentes y que los padres hagan entrar a los niños en casa, añade que, después de noviembre el presidente será él o Iglesias. Elijan ustedes: yo o el caos. "Don Carlos o el petróleo". Rajoy no es consciente del nulo crédito que tienen sus afirmaciones, casi tan nulo como su audiencia. Por fortuna, porque, si lo escuchan muchos, pueden elegir el caos, como en el chiste de Chumy Chúmez.

Ahora en serio: ¿cabe mayor majadería que llamar "izquierdista radical" a uno que va al Club Bilderberg del brazo con Ana Botín y Juan Luis Cebrián?

Rivera y sus Ciudadanos tienen un verdadero problema de identificación como grupo de más de uno. El fotomontaje de la revista Mongolia, de Albert Rivera como Primo de Rivera es una diana. En realidad, al Ciudadanos le sobra la ese. Es el Ciudadano; el Ciudadano guía o caudillo. El otro día destituyó de golpe a toda la comisión ejecutiva (u órgano similar) de Madrid. Franco mandaba los ceses personalizados con un motorista. Este lo hace por whatsap y en grupo. Pero la actitud no deja lugar a dudas: ordeno y mando en nombre de la lucha contra la corrupción y por la democracia interna de los partidos, lo cual no incluye el suyo.
 
Estamos en mitad del baile y ahora entra el verano, época dada a las demasías.

Palinuro, hablando hoy sobre seres humanos artificiales.

Sí, ni más ni menos. En el Centro de Estudios Políticos  y  Constitucionales (Plaza de la Marina Española, 9, Madrid), sobre las 12:00 del mediodía. Se preguntarán ustedes cómo sea posible tratar tema tan extraño en el marco adusto del CEPC. Muy sencillo: han organizado un seminario con el título: Pescadores, peces y anzuelos, el long tail político del Big Data o, sea, para entendernos, ciberpolítica o política e internet que, ya se sabe, es una pasión de Palinuro. Todo eso de "internet cambiará la política, las elecciones, los partidos, la democracia", según unos; o "internet no sirve para nada, no cambia nada, los ciberactivistas ni pintan un pimiento", según otros. Asunto apasionante.
 
Palinuro, además, leyó mal el título y, donde dice "long tail", leyó "long trail". Y no sé, francamente y con toda humildad, creo que lo divertido de la minería de datos es su "long trail" y no su "long tail". Pero la empresa es ajena y los organizadores la bautizan como quieren. Hacen bien. En lo que quizá no hagan tan bien es en invitar a Palinuro que se puso muy nervioso cuando vio lo de los "big data" y  empezó a ver algoritmos, IPs y otras piezas de los analytics caminando por el pasillo. Por fortuna recibió a tiempo el programa y en él pudo ver cómo gente de categoría iba a hablar de temas altamente especulativos, casi teológicos, como la creación de seres humanos por seres humanos fuera del procedimiento científico habitual de la cigüeña de París y ya se animó algo más.
 
Por eso preparó una pequeña pwp sobre el tema San Miguel contra el Golem o la Babel interior", con intención de dar un repaso a esta constante del espíritu humano de ver si consigue igualarse a Dios o acercarse a él, aunque sea modelando algo tan imperfecto y arcilloso como un ser humano. Al terminar, pensó que el título no era justo, pues debiera llamarse San Miguel contra Matrix o la Babel interior, pero ya era tarde para cambiar, pues el programa estaba impreso. Pero queda claro: hablaremos de robots, cyborgs, androides, clones, entre otras criaturas que tratan de franquear la barrera entre el sueño y la realidad y también de smart mobs como entes no programados pero autopoiéticos.
 
Todo el mundo bienvenido al seminario, sobre todo si quiere saber por qué Matrix ha sustituido al Golem.

dilluns, 8 de juny del 2015

"De momento, todo va bien".

En Los siete magníficos, (John Sturges, 1960) la estupenda adaptación de Los siete samuráis (Akira Kurosawa, 1954), hay una escena memorable cuando los dos héroes, Chris (Yul Brinner) y Vin (Steve McQueen) se entrevistan con el sabio anciano del lugar y Vin le cuenta la historia de un tipo que se precipitó al vacío desde un 10º piso y, según iba cayendo, los vecinos le oían decir al pasar ante sus ventanas: "de momento, todo va bien" (so far, so good). Algo así parecen estar pensando algunas formaciones políticas en caída libre.

Hemos pasado el ecuador de este largo año de elecciones. Hemos dejado dos atrás. Tres, si se acepta el cálculo, también razonable, de que las del 24 de mayo de mayo fueron dos, municipales y autonómicas. Nos quedan otras dos con la fecha por fijar, unas catalanas en septiembre y otras generales en noviembre, y con todas las opciones abiertas, incluida la de que las de noviembre se adelanten a septiembre o se retrasen a enero.

En las dos habidas, el resultado ya está bastante claro: descalabro del PP, víctima de la incompetencia fabulosa de su gobierno y del pantano de corrupción en el que chapotea. Lo de la incompetencia es de dominio publico nacional e internacional. Jueces para la democracia considera que la legislatura del PP es la peor de la historia. Lo de la corrupción empieza a tomar caracteres de cine negro. Ese incendio del Ayuntamiento de Brunete, con mayoría absoluta del PP e investigado en la Púnica huele a chamusquina por partida doble, la suya propia y la de los hipotéticos documentos triturados. Si se confirmasen las peores sospechas de los sempiternos malpensados, de que se haya pretendido destruir pruebas por el sistema de Fahrenheit 451, quedaría claro que en estas tramas hay gente dispuesta a todo. Y todo quiere decir todo. La corrupción de los gobiernos del PP ha mostrado ya sus facetas más ruines, delictivas e hipócritas. Ahora empieza a enseñar sus armas. El rechazo al PP va a convertirse en un clamor popular en pro de la seguridad jurídica. Y tampoco llegados a este punto osará el PSOE plantear la moción de censura. Van a necesitar que los atraquen a la puerta del Parlamento y les sustraigan hasta los bolígrafos.

"De momento, todo va bien".

El PSOE ha resistido la competencia de Podemos, perfectamente legítima por lo demás, mantiene tendencia ascendente continuada, sin altibajos, y su líder es el más valorado después de Rivera lo que quiere decir que es el más valorado. Su discurso de centralidad, reformismo, moderación, tiene acogida y, además, ya no ha de luchar con el fantasma de Zapatero. Se verá qué sucede en las primarias pero, de momento, su candidatura parece ser la única con posibilidades dentro de su partido en donde reinan los parabienes pues va a recuperarse poder, van a formarse gobiernos. De coalición interna o externa y, por lo tanto, vigilados, pero gobiernos al fin y al cabo y gobiernos que apoyarán en bloque a Sánchez, lo cual da mucha fuerza. Compárese con la situación de Rajoy: menos de la mitad de sus votantes quiere verlo de candidato a la presidencia. Tiene el partido hecho unos zorros y el PSOE se ha dado un barniz de modernidad, unidad y acuerdo interno. En el PP, a guantazo limpio, casi como en IU.

Podemos no ha afectado grandemente al PSOE. A IU, sí. Ha quedado desarbolada y en camino de ser extraparlamentaria en noviembre. La proyección a las generales de Metroscopia dan a los de los círculos un  21,5%, siete puntos menos que en enero pasado y otros siete por encima de los resultados reales de estas elecciones. Mientras que al PSOE le pronostica un 23%, dos puntos por debajo del 25% que parece haber obtenido de media. O sea, el panorama es de mejora del PSOE y descenso de Podemos. Algo parecido ocurre con Ciudadanos al que se vaticina un magro 13%, habiendo estado en un 20%, pero aun así el doble de lo que realmente ha sacado en las autonómicas (6,55%). Casi parece que los de Metroscopia ven con buenos ojos a los emergentes en función de esa curiosa creencia de que todo lo nuevo es bueno. Parecida a esa otra de que todo bipartidismo es malo.

El bipartidismo... Los sistemas de partidos no cambian de la noche a la mañana. Se resisten. Están imbricados en los sistemas políticos. Son productos de las leyes electorales. La gente no muda tan fácilmente de voto. La elasticidad de este es limitada. Un equilibrio complicado. Ya veremos lo que llega a noviembre y cómo llega.

Pero antes habrá que hacer escala en las catalanas de 27 de septiembre a las que los españoles parecen prestar tan poca atención como a la final de la Champions. Se observa en la diferente reacción frente a las elecciones andaluzas y catalanas. Las andaluzas eran españolas y Rajoy regaló varias veces con su presencia las tierras de la antigua Bética. Ya veremos si va a las catalanas, a cuya convocatoria se opone frontalmente, si bien sin posibilidades de triunfo por cuanto son potestivas de la Generalitat. Y esta, para amargar las vacaciones del presidente, ha lanzado uno de su habituales órdagos políticos: si el gobierno hace una propuesta de arreglo de la situación, la Generalitat la someterá a referéndum.

¿No quisiste un referéndum? Toma otro. Parece claro que la oferta no será aceptada y seguramente ni lo pretende. Está más hecha cara a la galería exterior: que todos vean cómo, desoída la reiterada petición de negociaciones, no ha quedado más remedio que acudir a la Declaración Unilateral de Independencia. La DUI. Mas podría enseñar política a Maquiavelo.

No sé si el gobierno calibra el impacto de una DUI catalana en Europa o si la confunde con un DIU. Si calcula el alcance del movimiento catalán. Solo la actitud de rebeldía de la monja Forcades, que quiere encabezar una lista soberanista debiera hacerle pensar que hay algo raro en Cataluña. Una monja católica con el discurso más radical y anticatólico que he oído en muchos años y que, por supuesto, suscribo. Pero yo no soy monja ni católico. Que la Iglesia católica es una organización patriarcal y misógina es la evidencia misma; que el capitalismo, dejado a su ley sin ley, no funciona pues genera corrupción y miseria, también. Que sean las opiniones que el gobierno espera escuchar en una monja católica ya es otra cosa.
 
"De momento, todo va bien".
 
 Rajoy deja entrever que proyecta cambiar las portavocías del PP en varios sitios. Parece que no en Castilla La Mancha. O quizá sí. Son marrullerías de ramplones que están en política para ocupar cargos. Los que sean. Lo importante, insiste Rajoy, es mejorar la comunicación. Sigue empeñado en que lo suyo no es un problema de incompetencia radical y corrupción generalizada que ve todo el mundo sino uno de incapacidad de comunicar la buena nueva de la recuperación porque nadie cree en ella. Ni él.
 
Pero no se trata de mejorar la comunicación, sino de perfeccionar la propaganda. Y en eso, el futuro es aciago. Se pierde el control de centros esenciales de agitprop, como Telemadrid, Castilla La Mancha y lo que haya por ahí. Fiel, fiel, solo va a quedar TVE, el TDT Party y la prensa subvencionada adicta. En esas circunstancias y con el carisma de Rajoy, que cosecha un 75% de desaprobación y solo supera a Cospedal en aprobación no se ganan elecciones.
 
De aquí a noviembre, cualquier cosa. 

diumenge, 7 de juny del 2015

Enhorabuena al Barça.

Palinuro no es de ningún equipo, ni siquiera aficionado al fútbol, del que no sabe nada. No asiste a partidos ni los mira por la tele. Ignora todo del futbol, como de muchos otros deportes de los que también lo ignoran todo la mayoría de los aficionados al balompié. En realidad, la diferencia entre aquellos y este es cuantitativa: la enorme cantidad de gente y dinero que mueve. Eso sí que es una transnacional y con una cúpula corrupta, según parece, como corresponde. Gente, dinero... y pasiones políticas.

Insignes tratadistas han indagado en las relaciones entre el fútbol y las más diversas aficiones espirituales del ser humano. El fútbol y la literatura, el fútbol y la música, la pintura, la filosofía y, por supuesto, la política. La política se lleva la parte del león. Y aquí hay verdaderos gramáticos capaces de enjaretarte varias teóricas sobre la rivalidad entre el Real Madrid-Barça como trasunto de conflictos nacionales de todos conocidos. Sobre la identificación del nacionalismo catalán con lo blaugrana, especialmente si viene acompañado de la estelada y el español con el merengue o los colchoneros madrileños. Testimonio a base de cantidad: los 70.000 silbatos que pitaron el himno nacional español en el Camp Nou hace unas jornadas, lo que ha puesto a los censores del Reino en busca de los delitos que estos pitadores hayan podido cometer. La cosa se encona y se encona. Hasta que alguien recuerda que el fútbol es un deporte, solo un deporte, nada más que un deporte y no hay sacar las cosas de quicio.

Perfecto. Para hacer deporte es preciso no solo estar en forma sino tener un espíritu deportivo. Ayer, el Barça, según la ideología dominante en España, era un equipo español peleando en Berlín para conseguir lo que consiguió: una hazaña solo al alcance de los mejores: Liga, Copa del Rey (piiiiii) y Champions, por quinta vez. Parece un momento excepcional. El gobierno envió a la vicepresidenta y tanto Rajoy, según él gran amante del fútbol, como el Rey hicieron pellas. A lo mejor no querían que los pitaran en italiano o alemán. Pero el espíritu deportivo debió impulsarlos a ir, sobre todo a ellos, que tanto identifican el fútbol con la política y la nación. Qué digo nación, con la gran nación. Y un equipo catalán de esa Cataluña que Rajoy asegura es tan amada de todo español, se proclama champion de Europa, en ausencia del Rey y del presidente del gobierno.

El Rey estaba celebrando lo que El Mundo considera un Sobrio y discreto primer Día de las Fuerzas Armadas de los nuevos Reyes con desfile militar incluido y cazas sobrevolando el cielo de Madrid. En fin. Pero, por la tarde, pudo coger uno de esos cazas y llevarse a Rajoy de paso, a mostrar un poco de elegancia y deportividad en el Olympiastadion, jaleando a los catalanes a los que tanto quieren. Y, si no es por amor, por educación y táctica. Bueno, pero...

Sí, eso, pero. Los televisiones de bares que visité ayer en Madrid y los pueblitos por los que ando los fines de semana,tenían puesto el partido, pero no lo miraba nadie. Ahí hay una quiebra profunda en el amor que los españoles sienten por los catalanes, según las autoridades que, como se ve, lo predican pero no lo practican. Toda la alegría que se respira en Barcelona por la hazaña del Barça se torna indiferencia en Madrid.

Llámenlo como quieran.

Enhorabuena al Barça y a todos sus seguidores de un español que sí quiere a los catalanes, aunque no sea futbolero y siente sus éxitos como propios.

Strand: la conciencia de clase en fotografía.

La Fundación Mapfre acaba de inaugurar una exposición monográfica sobre Paul Strand que durará hasta agosto. Son más de 200 obras procedentes de la colección propia y otras, presumo, del Museo de Arte de Filadelfia, bajo patrocinio de la Terra Foundation for American Art. Es una ocasión única. Hace años, la Fundación Barrié de la Maza trajo a España otra muy completa del fotógrafo, aunque sospecho que esta lo sea más. Palinuro le dedicó un extenso comentario, en su momento: Paul Strand: el ojo del siglo XX, así que ahora se permite el lujo de remitir al lector al dicho post en todo lo que tiene que ver con la fotografía yanqui de primeros del siglo XX, el pictorialismo, la sociedad norteamericana, el New Deal y los aspectos políticos de su trabajo. Aquí nos limitaremos a alguna observación concreta, sugerida por las piezas de esta exposición que no estaban en la de Barrié de la Maza.

En primer lugar, Strand era un hombre de camino único. Hijo de inmigrantes judíos bohemios, se hizo de izquierda radical ya en su primera juventud y en esa actitud vivió el resto de sus días, que fueron muchos y lo llevaron a viajar por muchos países, excepto el suyo, que abandonó en 1949, en plena época macartista y al que no retornó, salvo en un par de ocasiones, transitoriamente. Nunca cambió su orientación fundamental que se afirmó con el tiempo hasta aproximarlo al Partido Comunista de los Estados Unidos. Ciertamente, no creo sea válido calificar a Strand de hombre de partido, pero parte importante de su obra, films y libros de fotografías está hecha dentro de los ambientes comunistas. La voz en off que narra Native Land (1942) y de la cual pueden verse unas escenas en la exposición es de Paul Robeson y el libro que publicó sobre Italia en los años 50, que tiene fotos decisivas en el neorrealismo italiano, como la que ilustra este post, que tanto recuerda Los santos inocentes, lleva textos de Cesare Zavattini. Basil Davidson hizo el texto de su libro sobre el África, a partir de la Ghana de Kwme Krumah. La idea era fotografiar el nacimiento de sociedades socialistas (también tiene un libro sobre el Egipto de Nasser). La intentó también en Europa, en Rumania, pero eso ya no le salió.

Strand estudió fotografía en la Ethical Culture Fieldston School, que era un centro privado lejanamente basado en la filosofía y la ética de Dewey y con tolerancia hacia todas las confesiones, por lo que lo frecuentaban los hijos de judíos, discriminados en otros lugares. Allí tuvo como profesor a Lewis Hine, otro prominente fotografo clásico estadounidense, deweyano por formación quien debió de enseñar Strand algo más que fotografía. Hine era un hombre duro, también de convicciones y, a diferencia de otros grandes maestros, Stieglitz y, por supuesto, Steichen, no consiguió ningún reconocimiento en vida, solo publicó un libro y murió en la miseria. Pero nunca abandonó su actitud social y ética. Y eso le pasó a su discípulo, aunque a este le fue mejor en la vida.

Quizá sea lo que pueda llamarse "conciencia de clase" en la fotografía: la de un hombre que empezó rodando el fabuloso corto Manhatta, con textos de Walt Whitman en Hojas de hierba y terminó haciendo exquisitas fotos a las hierbas de su jardín en Orgeval, Francia, en donde se retiró, rodeado de reconocimiento. Precisamente por su recta trayectoria política. Algo que, según se ve, los artistas pueden hacer mejor que los políticos.

dissabte, 6 de juny del 2015

Izquierda Unida son dos.


Enésimo portazo de Iglesias a las ilusiones de los confluyentes de crear una amplia alianza de la izquierda (se evita con cuidado el término "frente") en la que vayan todas juntas pero no revueltas, cada una con sus siglas y todas bajo una identidad ómnibus. Podemos irá a las generales con sus siglas. Rechazo frontal a Garzón, Anguita y Cayo Lara que es converso reciente a la confluencia.

En IU la bronca se encona más, si cabe, entre otras cosas porque ya nadie prácticamente sabe qué defiende y ataca cada quién. IU es el pecio de una nave de los locos. La nao ya se ha hundido, pero los locos siguen pegándose. Palinuro lo había entrevisto hace meses en Izquierda Unida y el efecto sifón de Podemos en donde se decía: Lo llaman convergencia. Es efecto sifón. Podemos absorberá a IU con la misma indiferencia natural e inocente con que el pez grande se come al chico. La mística comunista, comunitaria, solidaria vale poco cuando se cuentan votos o, sea, para entendernos, poder. Y, efectivamente, como preveía Palinuro el 1º de febrero pasado, Podemos se ha comido a IU. No obstante también conviene recordar que hay comidas indigestas.

¿Qué ha sucedido desde el 1º de febrero? Dos hechos de gran importancia: las elecciones autonómicas andaluzas y las municipales y autonómicas en 13 CCAA en España. En las dos se ha marcado una pauta: el PSOE resiste bien el efecto sifón de Podemos (que iba orientado a su sector izquierdo); IU se da un batacazo en todas partes en que concurre sola, cuando no desaparece; Podemos no obtiene ni de lejos los resultados a los que aspiraba cuando, a primeros de año anunciaba que iba a asaltar los cielos no por consenso, sino por conquista. Podemos "salía a ganar", iba "por todas" a los clarines triunfantes de unos sondeos embriagadores. Algunos le adjudicaban casi un 28% del voto y primera o segunda posición por doquiera, claro sorpasso a la socialdemocracia tradicional, a la que se auguraba un proceso de "pasokización". La realidad los ha dejado en el 14% y con visos de empeorar. ¿Culpables de este amargo resultado? Tres:

Primero, el bipartidismo, más difícil de batir de lo que parecía. Vamos, que el oso mantenía su piel y quien la había vendido antes de tiempo tiene que devolver los cuartos. Se impone el realismo. Esta dura experiencia, unida al aprendizaje del joven Iglesias en los reservados de los restaurantes que mucho criticaba y en el fondo envidiaba, hará que en Podemos no vuelva a hablarse tanto de bipartidismo. Eso es más propio de Anguita, mientras que lo suyo es, maravilla el decirlo, la socialdemocracia, la socialdemocracia sorpassata, si se dice así.

Segundo, el absurdo caos de IU. La doctrina sifón, más arriba mencionada, partía de la aplicación a España del modelo de Syriza en Grecia: un Partido Comunista griego, claramente definido, cuya función era perder las elecciones (aprox. un 2% del voto) para que el discurso de Syriza, de un izquierdismo más radical, neocomunista, pero sin mostrar lazos con el comunismo, pudiera ganarlas, dejando al PASOK convertido en un partido-taxi. El problema en España es que IU, y su alma comunista, no ha entendido o no ha querido entender el mensaje y, en vez de ir sola al matadero electoral, ha explotado en un sinfín de tendencias confluyentes (a su vez con propuestas distintas de confluencia) y partidarios de unas u otras reediciones del espíritu numantino. Todo este jaleo ha hecho gran daño a Podemos, mezclado en ese incomprensible desbarajuste de IU que, aunque no se lo crean, tiene al electorado en verdad hasta la coronilla. De ahí que, en los últimos días, Podemos trate de marcar distancias. Lo ha hecho con Garzón, de modo innecesariamente cruel, a juicio de Palinuro, y con IU en su conjunto, porque Podemos "no será tabla de salvación para nadie". Sobre todo cuando la propia tabla no va muy segura y la salvada o salvable IU es, en realidad, una organización en liquidación, contable y políticamente. La cuestión ahora es saber si, vistas las circunstancias, Julio Anguita no interviene para sostener su propia propuesta de alianza. Encabeza un Frente Cívico Somos Mayoría, pues el cordobés es experto en calificar sus inventos no con su razón, sino con su deseo: Somos Mayoría, Izquierda Unida. Al final puede suceder que las izquierdas vayan a noviembre divididas en tres formaciones: Candidatura de Unidad de la Mayoría (por ponerle un nombre), Podemos y PSOE. De ahí que este haya pasado a ser tan importante.

Tercero, el PSOE ha resistido el efecto sifón de Podemos. De tal modo que, aunque no haga nada o, quizá, por no hacer nada, va perfilándose como una alternativa frente a un gobierno y un partido absolutamente desprestigiados, comidos por la corrupción y en los que los enfrentamientos y broncas no son visibles como en IU pero tienen a la derecha desconcertada sin política de ningún tipo. Que hayan lanzado a la vicepresidenta del gobierno a largar una filípica contra el radicalismo de Pedro Sánchez demuestra que en el PP han perdido la Minerva. Es tan absurdo que beneficia al mismo Sánchez, a quien no le resulta difícil aparecer a contrario como un centro entre radicalismos de izquierda y derecha. Para beneficiarse del todo, el PSOE debiera reajustar su terreno, dejando entrar en él con más voz a su sector más izquierdista. Un giro, no a la izquierda radical de Santamaría, sino a la moderada y democrática eliminaría del todo el efecto sifón de Podemos y hasta quizá lo revirtiera, según se desarrolle el proceso de articulación de este como opción de gobierno.
 
Aquí es donde reaparece la socialdemocracia. El giro de Podemos es patente. Pueden llamarlo como quieran, pero es obvio que el PSOE ya no es igual al PP, sino un partido con el que hay que entenderse. Tiene gracia: IU buscando confluir con Podemos y Podemos pretendiendo entenderse con la familia socialdemócrata. Casi parece un vodevil. Al final acaban todos en sana promiscuidad socialdemócrata. Palinuro ha defendido siempre una unidad de la izquierda y, cuando menos, una alianza PSOE-Podemos. Los socialistas seguramente llegarán al momento de alianzas en una posición relativamente cómoda. No lo parece tanto que lo consiga Podemos. Tiene urgencias de consolidación, debates internos serios y pinta de haber agotado su mágica capacidad de movilización del principo. Sin resuello, vamos.