dilluns, 8 de juny del 2015

"De momento, todo va bien".

En Los siete magníficos, (John Sturges, 1960) la estupenda adaptación de Los siete samuráis (Akira Kurosawa, 1954), hay una escena memorable cuando los dos héroes, Chris (Yul Brinner) y Vin (Steve McQueen) se entrevistan con el sabio anciano del lugar y Vin le cuenta la historia de un tipo que se precipitó al vacío desde un 10º piso y, según iba cayendo, los vecinos le oían decir al pasar ante sus ventanas: "de momento, todo va bien" (so far, so good). Algo así parecen estar pensando algunas formaciones políticas en caída libre.

Hemos pasado el ecuador de este largo año de elecciones. Hemos dejado dos atrás. Tres, si se acepta el cálculo, también razonable, de que las del 24 de mayo de mayo fueron dos, municipales y autonómicas. Nos quedan otras dos con la fecha por fijar, unas catalanas en septiembre y otras generales en noviembre, y con todas las opciones abiertas, incluida la de que las de noviembre se adelanten a septiembre o se retrasen a enero.

En las dos habidas, el resultado ya está bastante claro: descalabro del PP, víctima de la incompetencia fabulosa de su gobierno y del pantano de corrupción en el que chapotea. Lo de la incompetencia es de dominio publico nacional e internacional. Jueces para la democracia considera que la legislatura del PP es la peor de la historia. Lo de la corrupción empieza a tomar caracteres de cine negro. Ese incendio del Ayuntamiento de Brunete, con mayoría absoluta del PP e investigado en la Púnica huele a chamusquina por partida doble, la suya propia y la de los hipotéticos documentos triturados. Si se confirmasen las peores sospechas de los sempiternos malpensados, de que se haya pretendido destruir pruebas por el sistema de Fahrenheit 451, quedaría claro que en estas tramas hay gente dispuesta a todo. Y todo quiere decir todo. La corrupción de los gobiernos del PP ha mostrado ya sus facetas más ruines, delictivas e hipócritas. Ahora empieza a enseñar sus armas. El rechazo al PP va a convertirse en un clamor popular en pro de la seguridad jurídica. Y tampoco llegados a este punto osará el PSOE plantear la moción de censura. Van a necesitar que los atraquen a la puerta del Parlamento y les sustraigan hasta los bolígrafos.

"De momento, todo va bien".

El PSOE ha resistido la competencia de Podemos, perfectamente legítima por lo demás, mantiene tendencia ascendente continuada, sin altibajos, y su líder es el más valorado después de Rivera lo que quiere decir que es el más valorado. Su discurso de centralidad, reformismo, moderación, tiene acogida y, además, ya no ha de luchar con el fantasma de Zapatero. Se verá qué sucede en las primarias pero, de momento, su candidatura parece ser la única con posibilidades dentro de su partido en donde reinan los parabienes pues va a recuperarse poder, van a formarse gobiernos. De coalición interna o externa y, por lo tanto, vigilados, pero gobiernos al fin y al cabo y gobiernos que apoyarán en bloque a Sánchez, lo cual da mucha fuerza. Compárese con la situación de Rajoy: menos de la mitad de sus votantes quiere verlo de candidato a la presidencia. Tiene el partido hecho unos zorros y el PSOE se ha dado un barniz de modernidad, unidad y acuerdo interno. En el PP, a guantazo limpio, casi como en IU.

Podemos no ha afectado grandemente al PSOE. A IU, sí. Ha quedado desarbolada y en camino de ser extraparlamentaria en noviembre. La proyección a las generales de Metroscopia dan a los de los círculos un  21,5%, siete puntos menos que en enero pasado y otros siete por encima de los resultados reales de estas elecciones. Mientras que al PSOE le pronostica un 23%, dos puntos por debajo del 25% que parece haber obtenido de media. O sea, el panorama es de mejora del PSOE y descenso de Podemos. Algo parecido ocurre con Ciudadanos al que se vaticina un magro 13%, habiendo estado en un 20%, pero aun así el doble de lo que realmente ha sacado en las autonómicas (6,55%). Casi parece que los de Metroscopia ven con buenos ojos a los emergentes en función de esa curiosa creencia de que todo lo nuevo es bueno. Parecida a esa otra de que todo bipartidismo es malo.

El bipartidismo... Los sistemas de partidos no cambian de la noche a la mañana. Se resisten. Están imbricados en los sistemas políticos. Son productos de las leyes electorales. La gente no muda tan fácilmente de voto. La elasticidad de este es limitada. Un equilibrio complicado. Ya veremos lo que llega a noviembre y cómo llega.

Pero antes habrá que hacer escala en las catalanas de 27 de septiembre a las que los españoles parecen prestar tan poca atención como a la final de la Champions. Se observa en la diferente reacción frente a las elecciones andaluzas y catalanas. Las andaluzas eran españolas y Rajoy regaló varias veces con su presencia las tierras de la antigua Bética. Ya veremos si va a las catalanas, a cuya convocatoria se opone frontalmente, si bien sin posibilidades de triunfo por cuanto son potestivas de la Generalitat. Y esta, para amargar las vacaciones del presidente, ha lanzado uno de su habituales órdagos políticos: si el gobierno hace una propuesta de arreglo de la situación, la Generalitat la someterá a referéndum.

¿No quisiste un referéndum? Toma otro. Parece claro que la oferta no será aceptada y seguramente ni lo pretende. Está más hecha cara a la galería exterior: que todos vean cómo, desoída la reiterada petición de negociaciones, no ha quedado más remedio que acudir a la Declaración Unilateral de Independencia. La DUI. Mas podría enseñar política a Maquiavelo.

No sé si el gobierno calibra el impacto de una DUI catalana en Europa o si la confunde con un DIU. Si calcula el alcance del movimiento catalán. Solo la actitud de rebeldía de la monja Forcades, que quiere encabezar una lista soberanista debiera hacerle pensar que hay algo raro en Cataluña. Una monja católica con el discurso más radical y anticatólico que he oído en muchos años y que, por supuesto, suscribo. Pero yo no soy monja ni católico. Que la Iglesia católica es una organización patriarcal y misógina es la evidencia misma; que el capitalismo, dejado a su ley sin ley, no funciona pues genera corrupción y miseria, también. Que sean las opiniones que el gobierno espera escuchar en una monja católica ya es otra cosa.
 
"De momento, todo va bien".
 
 Rajoy deja entrever que proyecta cambiar las portavocías del PP en varios sitios. Parece que no en Castilla La Mancha. O quizá sí. Son marrullerías de ramplones que están en política para ocupar cargos. Los que sean. Lo importante, insiste Rajoy, es mejorar la comunicación. Sigue empeñado en que lo suyo no es un problema de incompetencia radical y corrupción generalizada que ve todo el mundo sino uno de incapacidad de comunicar la buena nueva de la recuperación porque nadie cree en ella. Ni él.
 
Pero no se trata de mejorar la comunicación, sino de perfeccionar la propaganda. Y en eso, el futuro es aciago. Se pierde el control de centros esenciales de agitprop, como Telemadrid, Castilla La Mancha y lo que haya por ahí. Fiel, fiel, solo va a quedar TVE, el TDT Party y la prensa subvencionada adicta. En esas circunstancias y con el carisma de Rajoy, que cosecha un 75% de desaprobación y solo supera a Cospedal en aprobación no se ganan elecciones.
 
De aquí a noviembre, cualquier cosa.