dijous, 14 de maig del 2015

Meneses y el Angelus Novus
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Muy interesante la exposición de 90 fotografías del gran fotoperiodista Enrique Meneses, que falleció hace un par de años. Parte importante de los acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX está aquí captada en instantáneas directas, naturales, espontáneas, sin arreglos ni artificio, desde la nacionalización del Canal de Suez por obra de Gamal Abdel Nasser y que provocaría la guerra del canal hasta reportajes mucho más actuales para la televisión española y fotos más recientes de creadores y personalidades que fueron cayendo a lo largo de los años, Dominguín, Dalí, Picasso.
 
Documentos vivos, esenciales, que vuelven a aparecer una y otra vez  cuando alguien quiere visualizar el pasado. Por ejemplo, en la foto que ilustra esta crítica puede verse a Fidel Castro y al Che Guevara en Sierra Maestra, en 1958, escuchando el informe de un espía sobre el enemigo. Ya para valoración de entendidos, el que aparece en el último plano y algo fuera de foco es el mítico Camilo Cienfuegos. Meneses fue el único fotoperiodista que consiguió romper el cerco de Batista y subir a Sierra Maestra, en donde estuvo un mes conviviendo con los guerrilleros castristas del 26 de julio. Su reportaje se publicó en Paris Match y muchas otras revistas internacionales, incluida la cubana Bohemia, lo que después costó un disgusto a Meneses a manos de los policías de la dictadura de Batista.
 
Desde el primer momento en que se entra en la exposición del Canal es difícil que no se venga a la memoria Walter Benjamin por dos vías conexas que se imponen de modo evidente: por su reflexión sobre la reproducibilidad mecánica de la obras de arte y por sus consideraciones sobre el Angelus Novus, de Paul Klee. Respecto a la primera, no hay duda: Meneses captó algunas de las imágenes que han pasado a ser emblemáticas del siglo XX: Nasser, le revolución cubana, la lucha por los derechos civiles de los negros en los Estados Unidos, el discurso I have a Dream, de Martin Luther King, la crisis cubana de los misiles, el asesinato de Kennedy y ya en tono menor las bodas de Fabiola y Balduino en Bélgica y la de Juan Carlos y Sofía en Atenas. Son fotos que se han reproducido miles de veces, que se han constituido en imágenes de una época, que colgaban en paredes y espacios públicos en donde han sido a su vez fotografiadas como objetos de interés en sí mismos. Forman parte de la memoria de mucha gente. Son elementos ya del pasado gráfico de la especie.
 
Por otro lado, el Angelus Novus, el ángel de la historia. El tiempo ha pasado, el ángel ha emprendido el vuelo, la memoria ha quedado congelada y se acumula como el sedimento del progreso de la humanidad. Las figuras se suceden en un encadenamiento cuya razón, de haber alguna, está fuera de él: la Begum, Melina Mercouri, el Shah, Farah Diba, Castro, el Che, Kennedy, Baez, Dylan, Davies, Heston, Brando. Todas las gentes y los elementos que intervinieron en los sobresaltos en que nació el mundo de hoy, a su vez destinado a estar en el fondo de la memoria del de mañana.

Y luego está la peripecia biográfica de Meneses, un hombre que se coló, por así decirlo, de rondón en los grandes acontecimientos de su tiempo, desde la muerte de Manolete hasta el fin del comunismo y que lo hizo casi siempre en precario, a base de audacia, trabajo, tesón y de lo que él llamaba muy gráficamente potra, esto es, "suerte", para las actuales generaciones. La potra de tener ángel, el ángel de la historia.

dimecres, 13 de maig del 2015

Elecciones: un tándem de cine.

En las próximas elecciones en Madrid se presentan dos mujeres del mismo partido que gustan de fotografiarse juntas, subrayando la idea de formar una especie de tándem con una clara intención de transmitir un mensaje de coordinación y estabilidad por común militancia. Un tándem de cine. De qué cine está por ver. A veces recuerdan algo "Con faldas y a lo loco" (Some Like It Hot) y todo el problema sería repartir entre las dos candidatas los tres papeles de Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemon. En las redes hay malvados que las presentan como las dos niñas de El resplandor, lo que quizá sea un tanto excesivo.

En todo caso hay algo que las distingue de casi todos los demás candidatos: la veteranía. Los otros pretendientes vienen casi in albis. Ellos sí son candidatos en sentido propio, pues visten la túnica cándida. No traen equipaje, ni historia. Algunos se presentan por primera vez en su vida a algo. Otros quizá hayan ocupado algún otro puesto o cargo en el pasado, pero no son propiamente políticos profesionales. No lo es Carmena ni siquiera Gabilondo, a pesar de haber sido ministro del PSOE que lo era, como sigue siendo hoy, independiente. Es decir, aquí hay diez primerizos, a algunos de los cuales casi no los conocen ni los suyos y dos veteranas archiconocidas con una larguísima experiencia en puestos de gestión pública, sobre todo la sandunguera señora Aguirre a quien, habiendo sido casi todo, ministra, presidenta del Senado, de la Comunidad de Madrid, ya solo queda ser alcaldesa y cardenal primada de España, aunque eso lo tendrá más difícil.

El tándem es de cine porque coincide con el meollo del discurso electoral del PP: ojo a las ocurrencias, las improvisaciones, los conejos de la chistera, las aventuras y los adanes, por sintetizar el jardín metafórico del presidente. No tiréis por la borda lo mucho conseguido y nada de poneros en manos de inexpertos. Hay que confiar en la experiencia, la estabilidad, la responsabilidad de quien lleva años al frente de los gobiernos y sabe lo que hace y lo que se trae entre manos.

Vale. Por eso el PP propone de candidatas a dos veteranas funcionarias del partido que han pasado toda su vida laboral trabajando para este, bien en su organización interna, contratadas por él aunque, como en el caso de Cifuentes, a veces haya sido presuntamente con procedimientos ilegales y en régimen de economía sumergida, bien en cargos representativos. No deja de tener gracia que se presente a guardiana de la ley quien comenzó por saltársela. Pero esto no parece ser óbice en el país de José María el tempranillo. Ahora, las dos mujeres piden el voto para acabar con la corrupción y regenerar Madrid, lugar en el que su partido lleva veinte años gobernando con mayorías absolutas. O se refieren a la corrupción de la corte visigótica o habrán de admitir se trata de la que ellas alimentaron, o ignoraron, o fingieron ignorar mientras gobernaban. Sobre todo Aguirre. De forma que es lícito preguntarse si, a pesar de su veteranía, las dos saben qué se traen entre manos.

En el caso de Cifuentes sí parece, aunque, a la vista de su ejecutoria como delegada del gobierno en Madrid, da miedo lo que pueda estar tramando. Su política de orden público, muy respaldada por el ministerio del Interior, ha sido represiva, autoritaria, hostigadora de la ciudadanía, punitiva y escasamente respetuosa con los derechos civiles y las libertades públicas. Miedo da con una Consejería de Presidencia y Justicia que lleva también asuntos de interior a su disposición. Y su programa está muy claro. Lo dijo en el debate de la televisión: libertad de elección. O sea, privatización de servicios públicos. Quien quiera educación, sanidad, etc., que se los pague de su bolsillo.

Decir que Aguirre sabe lo que se trae entre manos es mucho más aventurado. Su casi interminable mandato en la Comunidad de Madrid ha dejado un panorama terrible: tiene decenas de colaboradores o cargos bajo su responsabilidad en la cárcel o rodando por los juzgados como robagallinas compulsivos. Le han sacado a relucir tramas y fraudes rocambolescos derivados o relacionados con contratos de su gobierno en donde, al parecer, el que no trincaba comisiones, pillaba sobresueldos, enchufaba a recuas de parientes o quería modificar el régimen fiscal aquí o allá en beneficio propio o de sus allegados. Un panorama tremendo que tiene a los juzgados echando humo y a los medios pasmados de cómo se lo llevaba crudo el personal. Pero la señora Aguirre no sabía nada. Y menos mal que no salió una operación bajo su directa influencia, pero que parecía ideada por un comité de gangsters presidido por Al Capone de instalar una especie de Sodoma y Gomorra del ludocapitalismo en Alcorcón. ¿Puede decirse que alguien así sepa lo que se trae entre manos?
 
Es un tándem de cine, pero más al estilo de Pili y Mili.

dimarts, 12 de maig del 2015

Los debates.


Lo interesante de los debates son los preparativos. Las invitaciones, los rechazos, los retos, los acuerdos, las estipulaciones, los tiempos pactados, todo lo que agita las aguas de la opinión unos días antes y mantiene ocupados a analistas, comunicadores y asesores. Finalmente, tras haberse puesto de acuerdo hasta en los turnos para toser, los debatientes se exhiben en la pequeña pantalla para la realización de ese trámite que los teóricos contemporáneos llaman espectáculo y los más radicales, estilo Baudrillard, simulacro. Los candidatos simulan un debate espontáneo sobre asuntos de palpitante actualidad e interés de la ciudadanía.

Y el interés cae en picado. El debate es una sucesión de minimítines en tiempo tasado en los que los candidatos tienen instrucción de colocar el meollo de su mensaje. Apenas hay intercambio y el que hay es de una calidad insultante. Tómese como ejemplo ese acuerdo al que llegaron ayer Cifuentes y Ciudadanos para acabar con los corruptos en Madrid . Una pica en Flandes, ¿no? Anunciado a banderas desplegadas en prime time. Y ¿cómo piensan estas buenas gentes cumplir tan noble propósito? Pues comprometiéndose a firmar un pacto anticorrupción para echar de las instituciones a cualquier político manchado por la corrupción. Como suena. Estas gentes en verdad toman al auditorio por una manga de alelados. Anuncian por la televisión que piensan cumplir la ley. Porque echar a los corruptos es obligado. Es lo que manda la ley. Acabar con la corrupción no es comprometerse a castigar a los culpables, sino impedir que aquella se dé mediante medidas preventivas, de vigilancia y responsabilidad.

Pero nadie dice nada porque en los debates cada cual va a colocar su mercancía. Por cierto, en términos de mercadotecnia, Gabilondo tiene que mejorar, ser más conciso y claro y acuñar expresiones menos lejanas y más afortunadas. En eso falta a todos bastante práctica. Enuncian males, sí, pero sus propuestas son confusas. A todos menos a Cifuentes, que trae el argumentario bien elaborado en el partido. Son propuestas muy contundentes, destiladas al extremo, muy probadas en ocasiones anteriores y con mucha fuerza de convicción. Su contenido parte de un núcleo ideológico-programático neoliberal que parece irrefutable: libertad de elección. En las distancias cortas, en cosas como la corrupción, es posible poner en un brete a Cifuentes. Pero, llegando a los otros dos asuntos básicos, impuestos y educación, se yerguen dos expresiones que son baluartes conservadores frente a los que la izquierda fracasa: primera (para la promesa de bajar los impuestos) en donde mejor está el dinero es en el bolsillo de la gente. Segunda (para seguir con la educación concertada) garantizamos la libertad de elección de los padres. La candidata colocó las dos píldoras sin que sus contrincantes pudieran hacer nada.

La incapacidad de la izquierda de desmentir estas falacias es alarmante. La libertad tiene que ir acompañada de igualdad o no es tal. Tratar de forma igual a los desiguales es privarlos de libertad. Nadie quiere subir los impuestos indiscriminadamente sino tratarlos de forma diferenciada por criterios de igualdad y justicia social. Hay mucha gente que no tiene dinero. Ni bolsillos tiene. El único dinero de que puede disponer es el que pone el Estado vía justicia fiscal. Y lo mismo con la libertad de elección de centros educativos. Hay muchas familias que no pueden pagar los sobrecostes que normalmente cargan los colegios privados concertados. Resulta así que quienes disponen de ingresos superiores se benefician de un servicio público del que quedan excluidos quienes menos tienen pero que, sin embargo, sufragan vía impuestos. Eso es la libertad de elección de unos padres a costa de la de otros.
 
De aquí al 24 habrá otros debates tan apasionantes como este. Los de ayuntamiento prometen ser con espíritu zarzuelero para el que Aguirre se pinta sola. Por cierto que, estando en ferias de San Isidro, seguro que aprovechará la ocasión de ir a alguna corrida. Una idea sería la del día 21, la corrida de la prensa. Ahí se matarían dos pájaros de un tiro: se mostraría a la prensa quién representa el auténtico Ser de España y quién el sórdido espíritu de la anti-España.

Los debates cuyos preparativos más prometen son los de las generales de noviembre. Aunque no descartaría alguno con motivo de las catalanas de septiembre. Para mucha gente, el éxito repentino de Ciudadanos es su supuesta catalanofobia. Un debate sobre el derecho a decidir de los catalanes en la televisión española estaría muy bien. Y Ciudadanos haría su agosto. ¡Qué más quieren los españoles que catalanes que quieran ser españoles! Ahí, Ciutadans arrasa.

En cuanto a las generales, los debates se perfilan complicados. Siguen rituales como de torneos. El interés de Iglesias por debatir en televisión primero con Rajoy y luego con Sánchez y su negativa a hacerlo con Rivera indica una aceptación implícita del código de la caballería. El guerrero quiere justar con el de arriba; no con un zangolotino recién llegado como Rivera. Pero, precisamente ese es el código que se le aplica. Ni Podemos ni Ciudadanos tienen diputados y, por tanto, no son caballeros. Los caballeros no cruzan armas con los villanos. Y si resulta algo "casta" llamar villanos a Iglesias y Rivera, llamar caballero a Rajoy es rondar lo escatológico.
 
Se perfilan uno o más debates singulares de los dos candidatos del PP y del PSOE, sean quienes sean y parece inevitable que haya alguno de Iglesias con Rivera. La manera más clara de romper el bipartidismo es actuar como si ya estuviera roto. Un debate de Iglesias y Rivera no necesita permiso de nadie. Lo compra cualquier cadena privada porque tendrá mucha audiencia. Y así se escenifica el tetrapartidismo. Claro que entonces los de IU y UPyD, o lo que quede de ambas, pedirán participar. Pero si los caballeros no justan con villanos, los villanos no justan con mendigos.

Recordatorio para hoy.

No hay nada nuevo respecto a ayer. Seguimos en la idea de presentar el libro de Ignacio Torreblanca, Asaltar los cielos. Podemos o la política después de la crisis en un acto en el salón de ídem de la UNED, c/ Bravo Murillo, 38. Acudiremos el Rector, Alejandro Tiana, el confundador de Podemos, Jaime Pastor, el autor del libro, Ignacio Torreblanca y Palinuro, modesto servidor de ustedes.

El encuentro promete. El momento ayuda. Los intervinientes tienen prestancia (la mía excluida) y, es de suponer, el público, a quien se ha reservado gran protagonismo para que se vea que en la Univesidad no solo cuadramos los círculos sino que, como Podemos, les damos la palabra. Estoy muy interesado en saber qué va a decirse, ahora que están todos en campaña electoral muy reñida. Palinuro ya hizo una reseña de la obra, publicada bajo el título de Quedarse en tierra. En el fondo, a Palinuro no le gustan los cielos ni tomados al asalto. Prefiere la tierra un millón de veces. La tierra de nuestros antepasados y la de las generaciones futuras.

La referencia a la reseña del libro es a título informativo. Nadie tenga cuidado. Palinuro no repite jamás sus consideraciones. Hoy ya tiene otras nuevas.

Bienvenido todo el mundo.

dilluns, 11 de maig del 2015

Pilotos, timoneles, caudillos.


Por razones evidentes, Palinuro es muy sensible a las metáforas náuticas. Habiendo leído a Rivera que C's no solo tendrá la llave; tendrá el timón sintió curiosidad por averiguar quién sea este que amenaza dejarlo sin trabajo. Ciertamente, Rivera no dice que sea él quien tenga la llave o el timón, sino Ciudadanos.
 
¿Y qué es Ciudadanos? Un partido político emergente en España con experiencia parlamentaria en Cataluña. En Cataluña pasa por ser el alter ego del PP y, en materia de derecho a decidir, sobra el alter, pues el mismo PP del "una, grande, libre". En España, nadie sabe nada concreto sobre ellos, ni cómo se organizan, ni cómo adoptan sus decisiones, ni cómo se financian, ni qué proponen en las cuestiones prácticas. A la gente debe de antojársele tan insulso o falto de crédito lo que dicen los demás que parece dispuesta a votar a quien no dice nada.  Porque, quien está dispuesto a pactar con el PP, con el PSOE y hasta con Podemos y probablemente de modo simultáneo en distintos territorios, según hayan sido los resultados electorales, en realidad, está dispuesto a cualquier cosa.
 
Ciudadanos tendrá la llave, es de suponer que de las coaliciones o la despensa. Y, además, el timón. Dirigirá la nave con pulso firme, ¿con qué rumbo? ¡Ah, eso dependerá de los pactos en cada caso! El timonel no conoce la derrota.
 
Bueno, tampoco es tan grave. A la postre ningún partido, ninguna organización colectiva puede estar a timón o gobernalle alguno. Eso es cosa de un individuo, de una sola persona, de un timonel, de Rivera. ¿Y qué sabemos de Rivera? Lo mismo que de su partido: nada. Pero ha acuñado una fórmula que parece ganadora a primera vista: "la gente quiere cambio tranquilo, no tumultuario, no traumático".  Es el justo medio aristotélico, que goza de muy generalizada aceptación.
 
El centro, vamos, ese lugar que se quiere problemático porque no está fijo, sino que depende de los extremos. Pero se olvida que, además de un lugar incierto, posee una fuerza psicológica grande: el centro nos permite no significarnos en los conflictos políticos pero ser el centro, en torno a lo cual gira todo lo demás.  
 
El timonel pasa a caudillo en el momento en que pide a la gente que confíe en él, en su capacidad para hacer siempre lo más conveniente pero sin decirlo de antemano. La confianza no es a un partido, ni a un programa, ni a una ideología, sino a una persona. A un caudillo. Un caudillo del centro, el representante de la gente del común, de los ciudadanos sin más, hartos de que los políticos no solo no resuelvan sus problemas sino que se los compliquen.
 
Este es el discurso, suficientemente líquido. Frente a él, el de Podemos ha empezado a hacerse gelatinoso. El del PSOE se anima algo más porque cree tener un derecho preferente de propiedad sobre el centro, pues lleva años hablando de sí mismo como centro-izquierda, eso que quieren reconstruir los laboristas ahora. El del PP exhala quiera o no los efluvios del pantano de la corrupción, lo que está bombeando votos sin parar hacia Ciudadanos. El PP contempla con disgusto la hipótesis de pactar necesariamente con Ciudadanos pero en un posición de subalternidad. Lo mismo que le sucedería al PSOE en relación con Podemos.

El 15M de las buenas conciencias.

Nueva oleada de salvadores de la patria. El 15M evidenció la enorme distancia entre el sentir de la calle y la cómoda vida de la oligarquía gobernante y sus mindundis parlamentarios y partidistas. Desde hace un tiempo, esa distancia se ha hecho sideral con dos nuevas camadas de gentiles depositarios de soluciones infalibles para tal situacion, Podemos y Ciudadanos. Ahora llega el turno de los sectores acomodados de mostrar cuán consternados están con esa alienación entre el espíritu del sano pueblo y sus representantes.

No son, dicen, el embrión de un nuevo partido. No hace falta jurarlo. En realidad, ninguna de las nuevas propuestas quiere ser vista como partido. Huyen de la palabra misma. Buscan términos alejados: Podemos, Ciudadanos. Lo que sea, menos partido. Podemos se define como partido-movimiento, un combinado cuyo segundo término huele a chamusquina a qualquiera que tenga algo de experiencia. No les queda más remedio que registrarse como partidos porque la falta de imaginación del legislador no deja otra opción. Pero si pudieran presentarse a las elecciones como una asociación de coros y danzas, seguro que lo hacían: ¡partidos! Eso huele a vieja política, hombre...

Algo similar pasa con este puñado de ciudadanos  muy preocupado con la "distancia entre la política y la calle". Para acortarla vienen unas gentes autoconstituidas en sociedad civil a poner remedio a tan lamentable distanciamiento.

Confieso que cada vez que oigo hablar de la sociedad civil, busco la puerta de salida. Desde la  Ilustración escocesa, que puso el término en circulación, la sociedad civil ha gozado de una inmejorable imagen como el conjunto de la ciudadania civilizada, ocupada de sus asuntos, de prosperar libremente, celosa de sus derechos y libertades, capaz de poner en su sitio a un Estado aquejado de furor intervencionista y legiferante. Tan fuerte, impoluta y graciosa era la sociedad civil que hasta el estatólatra Hegel le reservó un sitio prominente al lado del glorioso Estado prusiano. Pero lo decía en alemán, bürgerliche Gesellschaft. Su discípulo Marx se sirvió de la misma expresión pero ya para designar la "sociedad burguesa". Y la legión de marxistas, marxianos, marxólogos y marxófagos que pueblan el mundo desde entonces al nombre se han atenido: la sociedad civil es la sociedad burguesa, esto es, la sociedad de la explotación burguesa.

No es exactamente así y los teóricos contemporáneos hacen bien en rescatar el significado originario de la sociedad civil de la ilustración. El Estado es imprescindible, desde luego, sobre todo en aquellos países  en los que, habiendo pasado por la Reforma y la revolución burguesa, está administrado por una burocracia ética hegeliana y racional weberiana y no por una pandilla de ladrones asaltacaminos que solo piensa en robar a la colectividad, como en España.

Ninguna sociedad civilizada puede prosperar sin un Estado que la proteja con leyes sabias y justas y solamente los descerebrados estilo Esperanza Aguirre lo atacan con tanta saña como costumbre tienen de vivir de él y enchufar en él a sus parientes y correligionarios. Y, ciertamente, tan necesaria como el Estado es una densa y sólida sociedad civil en donde un  público compuesto de ciudadanos particulares teje un ámbito de crítica y libertad que es tan imprescindible para la vida social como el respirar.

Esta nueva asociación de gentes, todas ellas muy respetables, hace su presentación pública con un llamamiento para que la sociedad civil española se ponga a debatir y para orientar esos debates en direcciones fructíferas porque insiste en su independencia, al margen de todos los partidos. Porque es "apartidista", como el 15M, pero no "apolítica", como el 15M. Y, al igual que los del 15M, tiene una particular querencia por el Parlamento, en donde se han presentado como si fuera su casa. Al contrario que a los del 15M, de quien nadie se fía cuande se acercan al Parlamento porque se les suponen aviesas intenciones. Estos otros, no. Estos otros son gentes de orden. Se presentan en el Parlamento, sí, pero no se agotan en él, ya que nacen llamando a la sociedad civil.

¿Qué sociedad civil? En España eso no existe. Existe un conglomerado de políticos de ínfima catadura y trincones, casi todos ellos de la derecha, muchos, funcionarios del Estado, al servicio de una oligarquía de sinvergüenzas, compuesta por financieros, banqueros, terratenientes y empresarios corruptos que viven de patrimonializar el Estado, capturar sus rentas y esquilmar lo público. Llegan al poder mintiendo y amañando las elecciones, como el Sobresueldos de La Moncloa. Antes, compraban el voto. Hoy, además de comprar el voto, compran televisiones y periodistas. Es más eficaz. A su servicio tiene el ejército, las fuerzas de seguridad, a las que garantiza impunidad por vía legal, y una Iglesia compuesta por curas de misa y olla que viven parasitando a una población a la que por supuesto, predican resignación frente a los designios de la Providencia, tan inexcrutable que pone al frente del gobierno del país para su salvación a un absoluto incompetente cuya única preocupación ha sido aparentemente cobrar sobresueldos y que los cobre  la asociación de mangantes que preside a título de partido político. Junto a los curas, lanza sus trinos una caterva de intelectuales, encargada de narrar patrañas orientadas a la derecha, al centro o a la izquierda. Lo que los diferencia es la paga: alta y en metálico en la derecha, en metálico en el centro y en especie en la izquierda, en donde se mueve poca liquidez pero mucho enchufe.

¿Sociedad civil? No me hagan reír. ¿Sociedad implicada en el debate? ¿Qué debate? ¿El de cómo trincar más y más impunemente?

diumenge, 10 de maig del 2015

¿Qué importa más, la cara o el alma?


El diario Público.es trae hoy los resultados de una encuesta de Idea Nomina Data sobre grado de conocimiento de los candidatos a la alcaldía y la Comunidad de Madrid así como de los dirigentes de los partidos por un lado y su valoración ciudadana por el otro. Son dos cosas muy distintas y están llenas de enseñanzas. Con el batacazo que se han dado los sondeos en el Reino Unido, las encuestas no viven su mejor momento. Esta de Idea, sin embargo, no lo es de intención de voto en donde, por lo que se ve, la gente miente más que de costumbre, sino sobre conocimiento y valoración. Los resultados parecen razonables, coinciden con lo que casi todo el mundo piensa y quizá sirvan para explicar el resultado final el 24 de mayo.
 
El pleno conocimiento lo consiguen quienes no garantizan el pleno empleo: Rajoy y Aguirre, seguidos muy de cerca por Pablo Iglesias y Rosa Díez. Los cuatro más conocidos y los peor valorados. Que la gente te conozca no quiere decir que te aprecie. En los 90% se encuentra también Sánchez, aunque su puntuación, sin ser tampoco aprobado, sube un poco más a un 4,6. De todos los valorados solo aprueban Carmena en el Ayuntamiento, Gabilondo en la Comunidad y Rivera como líder de partido.  La posición más sólida parece la de Gabilondo pues une el aprobado (5,3) a un grado de conocimiento respetable de 75,0%, once puntos por debajo de su rival, Cifuentes, que, sin embargo está nueve décimas por detrás en valoración ciudadana. Muy notable el caso de Carmena, con una nota alta de 5,3 pero con un grado de conocimiento muy bajo, de 37,9%, solo por encima del de Begoña Villacís, de Ciudadanos, el otro partido emergente.
 
El caso ganador por excelencia es el de Albert Rivera que, con un grado de conocimiento muy elevado, del 82,2% obtiene la nota más alta, de 5,7 para asombro general. Es como un nuevo Lohengrin, caballero del cisne, que viene a liberar a la dama democracia de su triste sino a manos de la corrupción.
 
El caso perdedor, el de UPyD, cuyos candidatos ya ni salen en las encuestas. Como tampoco sale la candidata de IU a la Alcaldía de Madrid. Ay de los vencidos. Empiezan por desaparecer. El otro candidato de IU, pero a la Comunidad, tiene una puntuación aceptable, de 4,6 pero un  porcentaje de conocimiento muy bajo, del 27,8% ; más que los dos casi desconocidos de Podemos y Ciudadanos, que están algo por encima del 14%. Pero estos son también emergentes y es de suponer que sus votantes los votarán por el partido, aun sin saber quiénes son, mientras que los votantes de García  Montero ya no saben de cierto si votan a IU y a cuál de ellas. Su candidatura, como la de Carmona, del PSOE, al ayuntamiento son candidaturas bastante planas.
 
Aquí la pelea va a estar entre Carmena y Aguirre en el ayuntamiento que entre las dos se comen a Carmona, y Gabilondo y Cifuentes en la Comunidad en una lucha muy desigual y muy desfavorable a Cifuentes. En cuanto a los partidos, entre Podemos y Ciudadanos, que tienen establecido un pugilato especial entre ellos, un pugilato mediático, entre caras y espíritus.

dissabte, 9 de maig del 2015

¿Existe Pedro Sánchez?

Un amigo jura habérselo encontrado en una boda hace diez días. Dice estar seguro. Pero mi amigo es un poco dipsomaníaco, así que no me fío de él. Algunos afirman que, en realidad, el personaje no existe, que es una engañifa de los medios, un señuelo, una invención para dar tiempo al PSOE a buscar un candidato con alguna virtud digna de reseñarse. Otros dicen que, en realidad, se trata de un licántropo y solo se le ve -mejor, se escuchan sus aullidos- en las noches de luna llena. En su partido hay cierta preocupación, pero contenida porque el segundo, Luena, tranquiliza a las bases explicando que el jefe está meditando y que, dada su inteligencia, audacia y recursos, en cuanto tenga una idea saldrá al ámbito público y asombrará con ella a las multitudes.

Es posible, pero, de momento, Sánchez es Pedro el Silente, nadie lo ha visto en los últimos tiempos y nadie lo ha oído decir nada no ya que vaya a pasar a la historia sino simplemente que  merezca la pena escucharlo. Es maravilloso que en este corral de gallos de muchos espolones y la gallina desplumada de Díez, Sánchez no haya dicho esta boca es mía. Cuando Palinuro era adolescente siempre le impresionaban las personas calladas porque presumía que estarían llenas de sabiduría. Con el tiempo ha descubierto que el 99% de los que no hablan no tienen nada que decir y Sánchez no pertenece al 1% restante. El que ha ido a la 6ª Noche hoy no es él, sino un doble dulcificado que solo hablará de lo que la gente bien quiere oír, en tono civilizado e insulso. 

Aquí largan todos, Garzón, Colau, Iglesias, Rivera y hasta Rajoy, quien balbucea las habituales estupideces de registrador y as del mus en el casino de pueblo que encandilan sobremanera a un público entregado, ávido de que lo siga robando la misma manga de sinvergüenzas, corruptos y ladrones que ha venido haciéndolo los últimos cuatro años. Los últimos 400 años.  Por eso, el sobresueldos de La Moncloa promete a quien quiere escucharlo estabilidad, orden y disciplina: se seguirá robando como antes, como siempre, como toda la vida. Seguirán robando los de buena estirpe, los nacionales.
 
Como Sánchez no habla, no dice nada, está oculto, refugiado en un rincón, a ver si pasa la tormenta, entre los socialistas reina cierta animación. Han reaparecido Rubalcaba y Bono, que son como los Hernández y Fernández de una historia de "Tintín y el misterio del jarrón chino parlanchín". Los dos flanquean encantados a esa vieja gloria del socialismo hispano, Felipe González, que, sin duda, tuvo su día, pero ya lleva bastante tiempo diciendo tonterías de neoliberal revenido, probablemente inspiradas por su gran amigo Cebrián, el seudointelectual al servicio de la derecha que se ha cargado el único experimento de medio de comunicación libre que había en el país.
 
Esta es la guardia pretoriana que tiene al tímido pretor Sánchez escondido en la alcoba sin atreverse a salir. Ahora le dicen que ya no puede aspirar ni a una miserable coalición con el Sobresueldos.
 
Callado como un sepulcro porque no se atreve a hablar  ni tiene valor para decir lo que todo el mundo está esperando, incluidos sus adversarios de la derecha: que presenta una moción de censura. Eso es lo que hubiera tenido que anunciar en la televisión, en lugar de esos discursos sin substancia alguna y que nadie toma en consideración. No, Pedro Sánchez no existe, es un personaje de ficción porque si fuera real, de carne y hueso, ya tendría que haber presentado esa moción de censura contra un  gobierno y un partido que no son otra cosa que sendas asociaciones de presuntos ladrones.

El efecto Cameron allí y aquí.


¡Vaya castaña que ha vuelto a darse la demoscopia británica! Las empresas están desconcertadas y están ya haciendo lo que mejor saben hacer los británicos, declararse desolados. Un terremoto, un cataclismo y ni lo habían olido. Mucha Palinodia va a escucharse ahora. Pero eso está bien. Obligará a perfeccionar el instrumental, quizá a emplear más a fondo los datos de las redes.

Miliband, Clegg y Farage, puerta de salida. Sana costumbre británica esta de dimitir cuando no se ha conseguido lo que se pretendía. Cada uno tiene su historia. Miliband cierra un ciclo del laborismo que ha fracasado en su intento de formular una doctrina socialdemócrata distinta de la melopea social-neoliberal de la tercera vía. El señor Clegg ha sido el oscuro sepulturero del liberalismo pues a él mismo la gente lo ha conocido el día de su dimisión. Y lo de Farage es tan de guiñol como el propio personaje. Que el país que se apresta a hacer un referéndum para salir de la Unión Europea niegue el escaño el diputado más eurófobo no tiene sentido alguno.

El drama de este inesperado resultado parece ser el anunciado referéndum sobre la Unión Europea. Ya se sosegarán los ánimos. Estar fuera de la UE es una vieja aspiración de muchos británicos, los que suspiran por la vieja Asociación Europea de Libre Cambio. Eso forma parte del guión. El problema ahora será Escocia. Las elecciones han dejado Gran Bretaña dividida en dos: Escocia con 56 escaños de 59 para el Partido Nacionalista Escocés y el resto, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte para el Partido Conservador, el Laborista y otros menores.

Los nacionalistas escoceses están buscando una justificación para convocar un nuevo referéndum de autodeterminación. Uno acerca de la pertenencia o no del Reino Unido puede proporcionarla.

Pero eso es en Europa. Aquí, la lectura del efecto Cameron es distinta. Sáenz de Santamaría compara a Rajoy con el inglés y vaticina que, como este, vencerá a las encuestas porque la gente acabará percibiendo la mejoría económica y la salida de la crisis. Efectivamente, tal cosa puede pasar. Ha pasado en el Reino Unido, ¿por qué no aquí?
 
Además, las encuestas no le son tan desfavorables: suelen dar una mayoría absoluta a una coalición PP y Ciudadanos. El bloque de la izquierda, más fraccionado y bastante peor avenido en su interior, no la alcanza.
 
Ni parece que vaya a alcanzarla. A menos que haga algo por conseguirla, por ejemplo, presentar una moción de censura para la que este gobierno ha reunido ya todas las papeletas. Y lo único que obligaría a clarificar esta ponzoñosa situación en la que se pretende que la gente crea en la recuperación cuando ve que hay una pandilla que lleva veinte años llevándoselo crudo en forma de sobresueldos, Gürteles, Bankias, Púnicas, etc.
 
De no plantear la censura, lo mejor que puede hacer la oposición mayoritaria es confiar en que también Sánchez, como Cameron, dará la vuelta a las encuestas.
 
Por si acaso, los dos partidos dinásticos podían poner una vela a san Judas Tadeo, patrono de los imposibles. 

Dios es un escarabajo pelotero.

¡Qué envidia! Nos hemos pasado por la exposición de CaixaForum sobre los animales en al antiguo egipcio, muy bien comisariada por Hélène Guichard, que es conservadora de antigüedades egipcias del Louvre. No es que su tarea sea fácil, pero tampoco imposible, porque las 430 piezas en exposición (desde anillos que hay que ver con lupa) hasta estatuas de grandes dimensiones, colosales, provienen del museo parisino. Eso es un museo, como el Museo Británico y algunos más en el mundo, con auténticos tesoros de la cultura del antiguo Egipto. ¡Qué envidia! Los nuestros no tienen prácticamente nada porque toda esa inmensa riqueza procede de los expolios más o menos legales que hicieron las potencias europeas entre fines del siglo XIX (sin olvidar la época napoleónica, cuando se descubrió la piedra Rosetta) y primera mitad del XX, larga época en la que España no era una potencia y, si se me apura, ni europea.

430 piezas agrupadas en manifestaciones de los distintos aspectos de la vida de los egipcios desde el Imperio antiguo hasta la época romana. Más de 3.000 años. Los animales eran omnipresentes en la vida egipcia, en todas partes, para todos los usos; animales domésticos, salvajes, feroces, depredadores, reptiles, mamíferos, voladores; todos los animales que se dan naturalmente desde el Sudán y Etiopía hasta el Mediterráneo, todos los animales, incluso los que las gentes se inventaron.
Ciertamente, no hay duda, ya se sabe que sus dioses eran animales: Anubis, Horus, Bastet, etc. Los adoraban. Eran un pueblo primitivo e inferior. El comisariado entiende que es una idea falsa, que los egipcios no divinizaban a los animales y que, por lo tanto, la subsiguiente acusación de zoolatría de los romanos y algunos Padres de la Iglesia era injusta. Será, si lo dice alguien con tanta autoridad, pero la acusación no me parece tan grave ni quienes la hacen tan razonables. Derivar menosprecio de los egipcios por su supuesta zoolatría es absurdo. Sobre todo si, quienes la hacen, son tan zoólatras como los criticados. Puestos a imaginarse dioses, ¿por qué no hacerlo con los dos tipos de seres más a mano, los seres humanos y los animales irracionales? ¿Y por qué no mezclarlos? La mitología grecorromana está repleta de relaciones complejas de los hombres y los animales. Zeus acostumbra a convertirse en animal, incluso en lluvia de oro, para satisfacer sus normalmente libidinosos propósitos. Y ¿cuándo es más Zeus, más dios? ¿Cuando reina sobre el Olimpo provisto del rayo o cuando, convertido en águila, se lleva a Ganimedes? Los animales, las plantas, los ríos y montes, los hombres y los dioses están bastante mezclados en las Metamorfosis de Ovidio. Pero, vamos, nadie pensó en la Antigüedad clásica, que se podría adorar una paloma, considerándola parte de un dios que es uno y trino, como hacen los católicos.

¡Cuánto materialismo! Los católicos no adoran una paloma. Adoran a Dios bajo símbolo de la paloma que representa el Espíritu Santo. O sea, como decía Hegel al criticar la superstición de los ex-votos: no se adora el leño de la cruz, sino lo que la cruz representa. ¿Y por qué sabemos que los egipcios no hacían lo mismo? ¿Porque nos creemos superiores?

La exposición recoge abundante material, objetos, herramientas, adornos, papiros, reproducciones de acuarelas de uno de los científicos que fue con la tropas de Napoleón, estatuas, vajillas, todo lo cual prueba que los seres humanos no establecían diferenciación tajante entre ellos y los animales. Los descubrimientos de los extensos cementerios de perros y gatos en los tiempos de Ramsés II demuestran que la existencia de mascotas estaba mucho má extendida que hoy. Y, además, era frecuente que los embalsamaran y momificaran. Y no solo a las mascotas. A veces, hasta los cocodrilos. Los animales se encontraban en todos los momentos de la vida, en las representaciones artísticas, en las fiestas, en las ceremonias. Estaban en la misma lengua que hablaban. Hasta un veinte por ciento del vocabulario de la escritura jeroglífica se refiere a animales o son onomatopeyas de animales. "Gato" en antiguo egipcio se decía miau, más o menos.

Hombres y animales viviendo en compañía acabarían juntándose en su representación. Aparecerían animales androcéfalos y hombres zoocéfalos. Seres mixtos (también frecuentes en Asia) que luego se extendieron por Europa con muchas variantes. Además, dícese que inventaron las esfinges, con predominio de las masculinas, aunque sin exclusión de las femeninas. Su misión parece haber sido ornamental y protocolaria, pero luego dieron origen a un alud de filosofías en Grecia, basadas en su carácter enigmático.

Porque enigmática es la relación de los antiguos egipcios con los animales. El famoso escarabajo pelotero es, en realidad, el símbolo del dios sol. Surge un buen día de la arena, arrastra su pelota un trecho, como si fuera el disco solar y la vuelve a enterrar, igual que hace el sol cuando se pone. Por eso, el escarabajo representa el dios Kefri o sol del amanecer, Horus o sol del mediodía y Osiris o sol poniente. Una trinidad ten verosímil como la del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Una con un escarabajo y la otra con una paloma.
Entiendo el nombre de la exposición Animales y Faraones con fines de mercadotecnia porque se piensa que mencionar a la autoridad siempre rinde. Pero la verdad es que los faraones se incorporaron tardíamente al pêle-mêle animalesco. Aunque no se quedaron con la peor parte. Por supuesto ellos siempre fueron Horus, pero podían hacerse representar con cabeza de león. El león está presente en toda la simbología política de Occidente hasta el día de hoy. También hay alguna diosa leona muy digna de ver. Los sacerdotes estaban empeñados en que los escarabajos (que llegaron a fabricarse a cientos de miles y se usaban para todo) solo podían ser machos. Tampoco en esto hay gran diferencia.
Merece la pena la exposición. Da para reflexionar y, si se llevan niños, es muy útil porque tiene actividades pedagógicas y un uso bien curioso de nuevas tecnologías que nos permiten ver qué contenían las momias de los animales.

Los egipcios antiguos podían ser o no zoólatras, pero, desde luego, tenían una excelente relación con los animales, incluso los peligrosos o salvajes. Los consideraban dotados de algunas potencias del alma. Estaban empeñados, por ejemplo, en que los amos y las mascotas acababan pareciéndose. Ciertamente, no se andaban con remilgos: los criaban, los mataban y se los comían. Y también los cazaban por deporte. Los faraones, por ejemplo, gustaban de alancear leones; como ahora los Blesa, venados y los reyes, elefantes. Pero no creo que a ningún egipcio se le ocurriera pensar que torturar y matar a una bestia indefensa como espectáculo constituya un valor cultural, espiritual, que sea preciso conservar como un tesoro a cargo del erario.
Pero, claro, eran zoólatras.

divendres, 8 de maig del 2015

La cosecha de la soberbia

Vendieron la piel del oso antes de cazarlo. Suele pasar con los cazadores bisoños, faltos de experiencia y de modestia. Afirmaron que iban a asaltar los cielos y no sabían en dónde pisaban en la tierra. Sobrevaloraron sus fuerzas y, sobre todo, se sobrevaloraron a sí mismos. Henchidos de soberbia académica, hablando una jerga pretenciosa que nadie entendía y menos que nadie ellos mismos, se permitieron el lujo de despreciar todo lo que no fueran ellos, especialmente, la solidez y la tradición de la socialdemocracia. Si esta quería tener alguna chance, tendría que girar 180º, según dictaminaba un ensoberbecido Iglesias, convencido de representar el giro copernicano de la izquierda.

Al fin y al cabo, estaban seguros de que, una vez expuestos en toda su gloria, gobernarían el país.

Para gobernar hay que ganar elecciones y, tras los primeros escarceos, decidieron que ganar era, no el objetivo prioritario, sino el objetivo único. Y si, para ganar, había que limar las aristas del programa y rellenarlo de ambigüedades, imprecisiones y disimulos, se hacía. Al fin y al cabo, la gente es tonta, sigue al caudillo sin parar mientes en el discurso, se le puede colocar el que se quiera, da igual. Las elecciones se ganan saliendo mucho en la tele sin que importe lo que se dice.
Se crecieron con el resultado de las elecciones europeas, sin caer en la cuenta de que es engañoso, no extrapolable porque la gente vota según le viene el capricho, pues cree saber que vote lo que vote, no cambiará nada. Las elecciones andaluzas ya les rebajaron esas ínfulas de falsa modestia que lucían en las teles. Los sondeos ahora siguen apuntando a su verdadera dimensión electoral: la de la IU en los tiempos del inefable Anguita.
En algunos lugares pueden salvarse de la quema. Pero no será por ellos. Por ejemplo, en Madrid, Manuela Carmena seguramente tendrá muy buen resultado. Pero por ser ella, Manuela Carmena, a sus más de setenta años, que viene a sacar las castañas del fuego a esta cuadrilla de neófitos pretenciosos que hablan de relevo generacional. Y porque su contrincante en la izquierda, Antonio Carmona, solo hace el payaso.
La marca Podemos puede sacar algo en Aragón por el carisma de su candidato y poco más. Ya veremos, incluso, si es relevante a la hora de las coaliciones o, como en Andalucía, solo sirve para decir "no".
Es poco probable que los dirigentes, ciegos de vanidad y presunción, revestidos de cursilería y falsa modestia, corrijan su rumbo. Ellos no se equivocan nunca. Son los demás los que lo hacen o, quizá algo peor, los que los boicotean y linchan sin parar. Porque suficientemente claro lo han dejado ya: toda crítica a Podemos está movida por la envidia, el rencor, la traición, el lacayismo al enemigo, etc., etc.
Vale, los críticos seguiremos criticando porque es nuestro derecho frente a una oferta que afirma venir a cambiar nuestras vidas, pero no tolera que se le pongan objeciones. Es nuestro derecho y nuestro deber. Ha habido mucha gente, incluidos muchos críticos, que creímos al principio en el discurso de la nueva izquierda genuina no contaminada de la dejadez socialdemócrata y el dogmatismo comunista, solo para encontrarnos algo después con que era el engaño de siempre, el revenido revanchismo comunista contra la socialdemocracia con el agravante de intentar plagiarle el nombre como han plagiado lo demás. En donde hay un engaño, hay un engañador y Palinuro, siguiendo el consejo de Sócrates, preferirá siempre ser engañado a engañar. Pero, una vez descubierto el engaño, ya no se calla.
Los avispados dirigentes, que quieren ganar a toda costa, podrán seguir embriagándose con los aplausos de la legión de conversos y tránsfugas que los rodean. Esos que siempre encuentran alguna justificación para lo que en su fuero interno, les repugna. La vida es corta, qué caramba y, hartos de ser minoritarios, estos mutantes se han pasado a los que, en un primer momento, creyeron unos ganadores natos, con ánimo de sacar tajada, de sentirse parte de un  triunfo o de que los fementidos sociatas por fin muerdan el polvo. Todos motivos muy nobles.
No hay tales ganadores y ya veremos si la organización llega a noviembre. Pero los conversos seguirán aplaudiendo.
No tienen otra salida. Bueno, esa y el mérito de propiciar más gobiernos de la derecha.

Al pie de la cruz.

Muy buena idea la del Museo del Prado de dedicar una exposición monográfica a Rogier van der Weyden, un oriundo del Tournai francés que, en realidad, se llamaba Roger de la Pasture (o, sea, Rogelio de los Pastos o de los Pastizales) pero germanizó su nombre al residenciarse en Bruselas a comienzos del siglo XV. Van der Weyden tuvo un gran reconocimiento internacional, disponía de un poderoso taller, servía a clientes en el extranjero, cortes, palacios, iglesias, monasterios. Hoy, sin embargo, apenas sabemos nada de él y ese apenas, tras haberlo rescatado de un injusto olvido en los últimos doscientos años. Al no firmar ninguna de sus obras, el artista contribuyó mucho a emborronar su figura como autor y creador.

Casi todos sus datos biográficos se han perdido en destrucciones provocadas por guerras o incendios y una parte considerable de su muy extensa (presuntamente extensa) obra fue destruida en el curso del movimiento iconoclasta del siglo XVII, un antecedente de lo que hacen ahora los guerreros de Alá en Afganistán y el Irak. Su obra más conocida, la que asentó su prestigio, las Justicias de Trajano y Herkinbald, destruida en 1695, nos ha llegado por descripciones o comentarios de artistas posteriores, como Durero o en copias o tapices. 

Así que las obras aquí expuestas, como una veintena, son atribuciones, otras de su taller y otras copias de terceros. Las atribuciones gozan de consenso universal, aunque no todas. Por ejemplo, se exhibe el retrato del hombre robusto, que siempre se atribuye a Robert Campin, pero que Lorne Campbell, que debe de ser quien más sepa de Van der Weyden, atribuye a este, argumentado su parecido con el José de Arimatea del Descendimiento.

 En realidad, la exposicion quiere mostrar la relación de Van der Weyden con España, juntando las piezas que la prueban, bien porque están aquí, bien porque se pintaron para estar aquí. Son el celebérrimo Descendimiento, la Madonna Durán, ambas en el Museo del Prado y el Tríptico de Miraflores, actualmente en Berlín. Se les añade el Calvario en San Lorenzo del Escorial. Por supuesto, hay más cosas y algunas bien interesantes, como el retrato de Felipe el Bueno y el de Isabel de Portugal, que está en Los Ángeles, ambas del taller del maestro y ambas muestras del estilo Borgoñón, que luego se haría mucho más adusto en España.

La atribución del descendimiento a Van der Weyden es incuestionable. No hay nada parecido en toda la historia del arte. Ni entre los primitivos flamencos, de los que el autor era uno de los más representativos. Se le igualan y en algunos aspectos superan, los otros dos genios contemporáneos, Jan Van Eyck y Robert Campin. Campin y Van de Weyden que parece estudió con él, se influyeron mucho recíprocamente. Pero el estilo y los temas de Campin son muy otros y tienen un espíritu muy distinto al descendimiento que, por cierto, debe de ser uno de los cuadros más copiados de la historia.

Los tres artistas procedían del gótico internacional y se valían de medios similares. A veces recurrían a formatos parecidos: altares o retablos. Eso nos permite comparar, por ejemplo, tres piezas extraordinarias pero con similitudes formales: el tríptico de Dresde, de Van Eyck, el maravilloso retablo Mérode, de Campin y el descendimiento de Van der Weyden. Nada que ver unos con otros. Son tratamientos totalmente distintos, personalísimos. La piedad al pie de la cruz no tiene parangón en ninguno de los otros. Si Van der Weyden no hubiera existido hubiera sido necesario inventarlo.

La pintura primitiva flamenca es muy religiosa, aunque Van Eyck atendía a una numerosa clientela burguesa, sobre todo en cosa de retratos. Basta recordar su retrato del matrimonio del banquero Arnolfini, esa suma iconográfica de un mundo y una mentalidad. Pero Van de Weyden estaba concentrado en la religión. Su tema obsesivo era la la pasión, el Calvario, la crucifixión, el descendimiento, la inhumación, la resurrección, la ascensión, en suma el ciclo esencial de la fe cristiana. Todo presidido por la cruz, aunque tratado con una paleta de colores vivos y alegres, que eliminaba la truculencia medieval del tormento para dejar el sitio al dolor de la piedad, el decaimiento de la madre, la soledad de los discípulos.
 
Van der Weyden quizá no sea tan imaginativo con Van Eyck o tan detallista como Campin, pero es más profundo. Pinta almas, sentimientos. Es imposible olvidar esa Virgen desvanecida en el descendimiento. Van der Weyden trataba con arquitectos y él mismo tenía trazas de escultor. Muchos critican la inverosímil distribución espacial o las proporciones de sus composiciones. Desde luego, Cristo no hubiera podido ser crucificado en la cruz que aparece en el descendimiento, es demasiado pequeña. Pero es que eso da igual. Toda la dislocación del espacio y la perspectiva resalta el motivo central de la obra: el dolor de la madre. A este propósito, ayuda mucho contemplar el tríptico de los siete sacramentos, que está en el museo de bellas artes de Amberes. Es un ejemplo magnífico: Cristo crucificado alcanza desde el suelo casi hasta la bóveda de la nave gótica, con el travesaño de la cruz en Tau a la altura de las nervaduras de los arcos, muy por encima de las columnas laterales. En la parte de abajo, los seres humanos apenas guardan proporciones entre sí.

Ver las cosas como son lo hacemos todos. Verlas como debieran ser es privilegio del genio.

dijous, 7 de maig del 2015

Mentir.


Carmena telefoneó ayer a Aguirre para pedirle que deje de mentir sobre ella a propósito de su condición de jueza. Aguirre tuvo que rectificar. ¿Reconoce que miente? No; es que la han pillado en una cuestión irrefutable, de hecho. De las mentiras genéricas, más difusas, ni se habla. La señora las borda: los profesores son unos vagos; los sanitarios, también; los sindicatos, unos corruptos, enchufados; la enseñanza pública, un despilfarro; todo lo público, más despilfarro; no tuvo nada que ver con el Tamayazo; la Gürtel la destapó ella; los contrarios a las corridas de toros son la anti-España; Franco era socialista; la libertad la ha traído el critianismo; el libre mercado es la base de la prosperidad y aquí no hay capitalismo de amiguetes; ella no es responsable de la corrupción en la Comunidad de Madrid sino de dos nombramientos poco afortunados; se retiró de la política hace tres años para dedicarse a cazar talentos.

Esta buena señora no ha dicho una verdad en su vida. Quizá no sepa. Y en su partido y gobierno no ha aprendido. En el uno y en el otro, mentir es lo normal. Hacer política es mentir. La mentira ha sido esencial en el fascinante vuelo de la derecha española por 35 años de democracia después de su glorioso paso de otros 40 de dictadura.

El señor Rosendo Naseiro parece haber declarado ante notario que Aznar conocía la caja B del PP desde el comienzo. O sea, cuando unos años después, el mismo Aznar declaraba que el PP era incompatible con la corrupción, mentía. Mintió al asegurar a los españoles que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y luego hubo de reconocer la mentira a regañadientes cuando le probaron que no las tenía. Mintió afirmando que el atentado de Atocha del 11 de marzo de 2004 fue obra de ETA. Y sigue mintiendo. Probablemente mintió a Rato cuando nombró sucesor a Rajoy. Pero esa sería mentira piadosa.

Rajoy heredó el partido y la mentira. La ilustración muestra la comparecencia de la plana mayor del PP el 11 de febrero de 2009 a raíz de las primeras revelaciones de lo que luego ha sido esta inenarrable merdée de la Gürtel, Bárcenas, Bankia, Púnica, Matas, Ratos, etc. La convocatoria fue para proclamar una mentira a los cuatro vientos: esto no es una trama del PP, es una trama contra el PP. Seis años después, repasen el dramatis personae de izquierda a derecha:

Sáenz de Santamaría, cobradora de supuestos sobresueldos, dice que 500.000 parados defraudan y que el gobierno no se pronuncia sobre los asuntos fiscales de particulares salvo que se trate de gente de la oposición.

Aguirre puede impartir un máster en mentiras. Empezando por la primera de todas: que ella ha sido siempre liberal. Una liberal cuya vida activa consiste en siete años de funcionaria del Estado y más de treinta de funcionaria del partido, habiendo ocupado muchos cargos públicos, siempre predicando en contra del Estado.

Cospedal de la Mancha parece un personaje del Quijote, pues vive en un mundo alucinado, pero justamente falta en el Quijote porque Cervantes no incluyó ningún ejemplar de malvado. "El PP es el partido de los trabajadores"; esa es mejor que la del "despido en diferido".

Las historias de Monago sobre sus viajes a las islas afortunadas y otros lugares de ensueño pertenecen al feraz campo de la literatura de viajes fantásticos, exóticos y misteriosos.

Rajoy presidía el akelarre de la mentira. Su programa electoral era mentira de arriba abajo. Y sigue. Compareció en sede parlamentaria a mentir. Y sigue. Se enteró de la detención de su compadre Rato por la prensa y se lo habían comunicado antes, como es lógico. Pero la mentira ignora la lógica.

Ruiz Gallardón será recordado por los siglos como el hombre pío que quiso convencer a las mujeres de una mentira teológica, incomprensible: que arrebatarles un derecho era emanciparlas.

Ana Mato no sabía nada de lo que pasaba delante de sus narices, no sabía quién pagaba los viajes o el confetti de las fiestas de los niños, ni sabía cómo la calabaza arrumbada en el fondo del garaje se había transformado en un reluciente Jaguar.

En el caso de Camps la mentira abarca desde las facturas de la sastrería a las inversiones milmillonarias en grandes obras faraónicas, cesaristas, orientadas a convertir Valencia en la Alejandría del siglo XXI, a mayor gloria del "curita".

Y Botella al final. Esta no miente. Las almas simples no mienten. Su idea de que Cenicienta representa la esencia femenina ya lo dice todo. Lo que no dice es cómo ha podido ser alcaldesa alguien así.
 
En España, ahora, gobernar es mentir. Digánselo a los medios de comunicación. 

dimecres, 6 de maig del 2015

Esos abogados comunistas de Atocha
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Es inútil explicar a esta desalmada que los muertos, aunque sean de otro bando, merecen un respeto. Algo que practican los seres humanos, hasta los más belicosos, desde el origen de los tiempos. Que practican hasta los animales. Inútil porque, en la escala de la evolución, Aguirre no llega ni a animal y mucho menos racional. Es un protozoo cargado de maldad y estupidez a partes iguales.

Con independencia de si los abogados de Atocha luchaban por la democracia o por la revolución que, obviamente, no es lo mismo y para Palinuro está  muy claro, nadie tiene derecho a segar sus vidas a tiros. Y ya solo ese martirio los hace acreedores a tanta honra como desprecio merecen sus asesinos y quienes directa o indirectamente, como este protozoo, les bailan el agua.

Por muy servil, acobardada, estupidizada y enajenada que esté la gente en España y en concreto en Madrid, en donde se concentra lo peor del Estado, sigue siendo un misterio cómo alguien tan desprovisto de inteligencia, tolerancia, tacto, buen gusto y formas y tan sobrado de imbecilidad, arrogancia, chulería, beaterío, puede no ya ser candidata a algo, sino atreverse a hablar en público y que alguien la escuche.

Sobre todo lo último: que alguien la escuche. Yo me entero de lo que dice por los comentarios indignados de las gentes sensatas en las redes. Si nadie le prestara más atención que la que merece a lo mejor se callaba de una vez solo por no escucharse a sí misma y morirse de asco.
 
El protozoo que se alzó con la presidencia de la Comunidad a base de sobornar a dos sinvergüenzas, el que financió sus campañas con dineros defraudados al erario, que se valió de una Fundación tramposa como Fundescam para sus trapacerías, el que llenó Madrid de ladrones y sinvergüenzas, todos ellos exquisitos neoliberales que solo robaban lo público a favor de sus propios bolsillos, el que se rodeó de Granados, Lópeces  Viejos, Victorias, Sepúlvedas, "albondiguillas", Güemes, Lamelas, Gonzáleces y otros infusorios del trinque, el mangue, el expolio, el enchufe y la mamandurria.
 
El protozoo que tiene media familia neoliberal chupando del Estado, como ha estado haciendo él toda su vida mientras daba mordidas privatizadoras para enriquecer a una chusma de parásitos que todavía vale menos que él.
 
Ese protozoo se permite el lujo de hablar con desprecio de una gente que, con independencia de su ideología concreta, merece un respeto al que esta gusanera de sinvergüenzas jamás podrá aspirar.

(La imagen es una foto de Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons).

Le temps des cerises.

Las elecciones del próximo 24 de mayo serán en pleno tiempo de las cerezas. En algunos lugares ya habrán empezado a recogerse. Le temps des cerises, le temps des promises, el tiempo de las promesas. Todos los partidos están haciéndolas. Preparando sus programas, como primorosos cestos de guindas, adornados con ramitas. Cerezas rojas, brillantes, tersas, que están pidiendo "¡comedme!", "¡creedme!".

Podemos acaba de presentar su programa para las elecciones autonómicas. Razonado, bien expuesto, con muchas ideas, más sosegado de lo que se esperaba. Dicen que por eso hizo mutis Monedero. Puede ser. En todo caso, el programa ahí está, abierto al público en la red. Buen golpe.

Los demás hace tiempo que presentaron sus cestos de cerezas y promesas para las autonómicas y municipales. Aunque no estoy muy seguro de haber visto los de las autonómicas de Ciudadanos y el PSOE. Pero serán como los otros, repletos de promesas. Todas muy razonables y sensatas. El tiempo de las cerezas. Con las cerezas, las ramitas. García Montero dice que hace falta una izquierda clara porque las otras deben de ser oscuras. Los de Ciudadanos enarbolan el orgullo de ser españoles y catalanes. Los del PSOE van a devolver a la gente los derechos que ellos mismos ayudaron a quitarle. Y los del PP van a consolidar la prosperidad de España a través del crecimiento porque a todo el mundo le va estupendamente con una Samsung, es de esperar que adquirida sin pagar comisiones o sobresueldos.
 
Pero todos los cestos contienen cerezas, dulces promesas. El problema no está en las promesas sino en su cumplimiento. Así que, en lugar de aburrir al auditorio tratando de conseguir un crédito del que se carece porque uno es un bellaco, ¿por qué no hacen una declaración notarial especificando que, de no cumplir las promesas en tiempos tasados, dejarán el poder?
 
Bueno, estas cerezas de hoy están cultivadas con plaguicidas y otros productos. No son como aquellas otras de hace 144 años, las que enrojecieron  en la semana sangrienta de mayo de 1871. Eran otros tiempos.
 
J'aimerai toujours le temps des cerises
C'est de ce temps-là que je garde au cœur
Une plaie ouverte!

La corrupción es una ocurrencia. Cita de fin.


El presidente de los sobresueldos y la corrupción generalizada se ha presentado en Valencia a no hablar de la corrupción, sino de cómo el país está saliendo de la crisis gracias a su política económica que genera empleo a toda mecha. Lo aplaudían varios cientos de jóvenes que esperan salir de las listas del paro el próximo lunes, cuando sustituyan a los empleados el lunes pasado porque, amigos, la recuperación del empleo es sostenida, aunque repartida por semanas, incluso por días. Bueno, menos da una piedra y es mejor trabajar una semana que nada. Así salimos de la crisis de una vez. De Guindos dice que no salimos de la crisis, sino de la recesión; de la crisis aún no. Pero ¿quién escucha a De Guindos?

Claro, y ¿quién escucha a Rajoy? Quien lo haya hecho estará todavía rumiando el profundo sentido de ese "somos como somos", en donde resuena el dios del Antiguo Testamento, el de "yo soy el que soy". Y él no pide fe de 2.000 años sino solo de quince días para seguir beneficiando a España como Dios manda. Sin ocurrencias. ¡Ese odio de Rajoy a las "ocurrencias" que parecen perseguirle y obsesionarle como las furias a Orestes! Todo lo que no se le ocurre a él son "ocurrencias". O sea, todo.

El fantasma de Rus sobrevolaba el escenario observado desde lejos por el de Sonia Castedo. Cada vez que Rajoy va a Valencia hay que quitar a alguien de la foto porque se le ha puesto cara como de chorizo. Esa grabación de Rus supuestamente contando las pelas con la fruición de un Harpagón casi lleva la película a los tiempos del cine mudo y el robo del siglo. En Valencia la corrupción se huele, se palpa, se masca. Y, por si el ridículo no fuera bien patente, así sale esa señora Coloreta o Caloreta o como se llame, abanicándose con un argumentario del PP en el que le ordenan decir que los de Ciudadanos son "socialistas". Pues nada, mujer, la fórmula está tirada: PSOE-C's la misma mierda es. Y, la próxima vez que vaya a Londres a costa del contribuyente, sáquese un bonobús cuando quiera ir a Piccadilly, que no nos cueste 4.000 euros el taxi.

De la corrupción no se habla... en Valencia. En el resto de España y de Europa no se habla de otra cosa. La UE quiere multarnos por haber falseado el déficit de Valencia entre 1998 y 2011 o algo así. Falseado, mentido, robado, la Comunidad como tal, la que ahora pide una quita de miles de millones de la deuda porque, claro, no va a obligar a la ristra de mangantes que se lo han llevado crudo a devolverlo. No sería de caballeros.

Caballeros como ese Sepúlveda a quien un constructor o empresario de la Gürtel, un "arrepentido", un pentito, señala como receptor de una pastuqui en comisiones. El mismo a quien el PP de Rajoy tiene empleado para que no pase apuros y no se vea obligado a vender ese extraodinario Jaguar que tiene la propiedad de ser invisible. Algo ideal para aparcar en el carril bus sin que los guripas te multen, que está el servicio muy soliviantado.

O como ese Salvador Victoria, número dos del gobierno madrileño, acusado ahora de todo tipo de chanchullos y mordidas en la trama de la Púnica, por la que hace meses languidece en prisión aquel Granados que gozaba de la confianza de Aguirre, la cazatalentos. Esta Boris Johnson de bote tendría más porvenir de cazarrecompensas. Ya contaría con unas cuantas por varias buenas piezas como Díaz Ferrán, López Viejo, Granados, Victoria, "el albondiguilla" y otros mangantes y robaperas. Pues ¿no fue ella quien destapó la Gürtel?

En esta España anegada de corrupción, de ladrones de toda laya, de defraudadores, esquilmadores, mamandurrios, enchufados, apandadores de lo público, cobradores de sobresueldos, meapilas y caballeros de la orden de la Negra Tarjeta,  hay una buena noticia: el Tribunal Supremo rechaza investigar las acusaciones por malos tratos a López Aguilar y devuelve las actuaciones al juzgado de violencia de género para que haga un relato verosímil de los hechos, concrete la acusación o desista. En cuanto quede judicial y definitivamente limpio el nombre del eurodiputado, cual tendrá que ser por lo que se sabe, ¿cómo se piensa compensarlo por esta iniquidad? A lo mejor tendrían que recibirlo en el PSOE a bombo y platillo y proponerlo para la secretaría general.

dimarts, 5 de maig del 2015

La posmodernidad líquida.


Si fuera necesario encontrar un tono general, un motivo, en los relatos dominantes sobre las distintas fuerzas políticas españolas, estoy seguro de que coincidiríamos en el cuadro siguiente:

El tema del PP es la corrupción y el guirigay de actuaciones judiciales que determinan su universo. Ahora dice Bárcenas que tiene un vídeo en el que se ven agentes de la seguridad del Estado reventando una caja fuerte suya con supuesta información. El Watergate español amenaza convertirse en un waterfallgate.

Del PSOE se escucha folklore andaluz y nada más. El resto es silencio. Oposición de trámite en el Parlamento, sin atreverse a la moción de censura y kermesse heroica por los pueblos de España para nombrar a Sánchez algo así como Vara mayor del reino.

En IU, la noche de Walpurgis. En Podemos, una rapsodia húngara con mucha disquisición teórica y apasionadas agonías, pero con un llamamiento sostenido al epíritu del pueblo. UPyD camina a los sones de una marcha fúnebre hacia la condición de extraparlamentaria, que no sé qué tal se le dará.

Pero, ¿y Ciudadanos? No hay acuerdo. Cada cual apunta por donde le parece y ofrece una imagen distinta. Cada cual pregunta lo que le intriga y las respuestas muchas veces no son consistentes. La oganización ofrece una imagen borrosa, imprecisa, lo que puede ser recomendable para que no te echen en cara los renuncios cuando los cometes, pero es poco aceptable para alguien que lleva casi diez años dando la tabarra con ser una alternativa sin precisar nunca a qué ni cómo.
 
Ciudadanos no tiene teoría ni ideología. Es más, las desprecia y echa mano en cada ocasión a un vademécum, una especie de maletín con recetas de vendedor de elixires con una sospechosa tendencia a parecerse a los principios de Groucho Marx. Ciudadanos es una oferta borrosa, líquida, posmoderna. Sus apariciones en la televisión, apoyadas en la fabulosa capacidad comunicativa de Rivera, no tratan de aclarar los problemas sino de embarullar las soluciones para no perder votos. Es una oferta construida sobre una imagen que todo el mundo comparte. La naturalidad con que se mueve Rivera, la cercanía que trasmite, lo cuelan en los comedores de todas las casas a la hora del café porque no aparece en lo alto de un lejano estrado arengando a las masas, sino charlando de tú a tú con la gente sobre los problemas concretos sobre los cuales, por cierto, no dice nada o dice cosas contradictorias. Pero eso no importa, pues se trata de no perder votos.

Por eso es extraño que haya cometido el error de excluir del nombre a la mitad del género humano. Es cierto que Ciudadanos estará lleno de leones dispuestos a aclarar a los mequetrefes políticamente correctos que ciudadanos engloba a las ciudadanas por mandato de la esencia misma del idioma. Pero está claro que eso es una tontería y quien está dispuesto a fotografiarse en púdicas pelotas no debiera hacer ascos a la grafía ciudadan@s. Aumentaría la fluidez de la oferta líquida, daría una imagen más digital y quizá le garantizara la adhesión de más mujeres.

El carácter líquido, imprevisible, de C's, le viene también de su origen catalán que, en un primer momento, llevó al PP a utilizarlo como arma arrojadiza, dando órdenes a sus comunicadores de subrayarlo como un defecto. La orden era referirse a ellos siempre por el nombre en catalán, incluso a los comunicadores que, como Floriano, ni siquiera sabían pronunciarlo, dejándolo, al parecer, en un penoso ciudatans.

Pues esos catalanes se han echado al ruedo ibérico, pero no como una reedición del viejo catalanismo político o de aquel Partido Reformista Democrático de Miquel Roca, teledirigido por Jordi Pujol. Su pretensión no es gobernar España desde Cataluña sino España, incluida Cataluña, desde España. El Imperio ya no recluta cohortes; tiene que traerlas de allende el limes. Y llegan a Andalucía, con ese aspecto de tecnócratas saintsimonianos (Rivera se da un aire a Enfantin en joven) y se levantan nueve diputados. Y, de pronto, queda claro que la oferta líquida, a la que nadie ha hecho mucho caso hasta hoy, puede estar presente en otros ayuntamientos y comunidades autónomas.

Todos los focos convergen ahora sobre C's y le sacan un pasado lleno de máculas. Que no están tan libres de corrupción como blasonan, que hacen todo tipo de chanchullos con las listas. Bueno, responde el avispado Rivera con sencillez evangélica, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

Los críticos de izquierda están especialmente dolidos porque C's trae veleidades de centro izquierda y se apresuran a señalar que el pasado de la organización no solo tiene máculas de corrupción sino militancia directa de Rivera en el PP, colaboración intensa con la FAES y compadrazgo con todo tipo de organizaciones xenófobas y de extrema derecha. Sí, así es. Rivera y sus fluidos seguidores se han fotografiado con un puñado de estafermos nacionales brazo en alto.

Pero tampoco es grave en esta posmodernidad líquida. Muchos dicen que C's quiere ser la UCD de hoy. La mayoría de los de la UCD venía del Movimiento Nacional, empezando por su jefe, que se había pasado su tiempo brazo en alto. Y es curioso, pero colaboraron a traer una democracia muy superior a la del PP de ahora.

(La imagen es una captura del vídeo Desmontando a Ciudadanos en You Tube).

Adiós, Jesús.

"Comunicador único" y "maestro de la televisión en España" lo llama Natalia Marcos en su crónica en El País. Pues sí, es verdad. Y, además, inteligente, brillante, tolerante, un hombre cabal. Creo que se benefició y mucho de su larga estancia en Nueva York como corresponsal de TVE entre 1967 y 1978, para que le florecieran esas y otras buenas cualidades. Porque la España en la que hizo su primera andadura profesional no daba para tanto. Vamos, que parecía de otro planeta.
 
Tengo particular respeto y admiración por Hermida, como los tengo por Luis del Olmo, los dos periodistas de más categoría con los que me fue dado colaborar con diversa intensidad en los años 90 del siglo pasado. Los dos tuvieron la osadía de dar cancha a un infame felipista. Eso puede parecer hoy una fruslería, pero basta recordar el clima de crispación de entonces para ver que no era así.
 
Luis parecía siempre un terremoto, todo vehemencia latina. Jesús era más distanciado, relativista y con un toque de ironía anglosajona. Y yo me sentía muy a gusto con ambos. Está claro que no es nada en el curso de sus muy productivas y espléndidas biografías. Pero para mí fue muy importante. Estar cerca de los grandes es un privilegio.
 
Gracias, Jesús, y que la tierra te sea leve.

dilluns, 4 de maig del 2015

El sobresueldos y su banda.


Ayer lo largó Aguirre por la tele con su desparpajo de duquesa rabanera: que en el PP cobraba sobresueldos todo el mundo. Un periodista, probablemente de profundas convicciones religiosas, precisó que en el PP cobraba sobresueldos hasta la madre superiora excepto Aguirre y Ruiz-Gallardón, a lo que ella apostilló: "exactamente". Desde luego, es un escándalo y una vergüenza. Pero nada nuevo. Lo sabemos desde hace unos cuatro años: que estos mangantes llevaban cobrando sobres bajo cuerda durante veinte años. Aguirre no ha dicho nada que no se supiera. Podría, si acaso, dar la lista de los nombres para entretenernos un poco y, de paso, compensar por la solidaridad mafiosa del gobierno de su partido, que se niega a publicar los de los 714 presuntos blanqueadores de dinero evadido, muy probablemente porque contiene los de su propia gente. Y más arriba. Mientras el gobierno siga ocultando los nombres de los supuestos delincuentes, los ciudadanos estaremos en nuestro derecho de sospechar que entre ellos puedan encontrarse los del ex-Rey, el cardenal Primado y el propio presidente del gobierno.

Precisamente de este es del que se sabe de seguro que cobró los infamantes sobresueldos porque así vino a admitirlo en aquella comparecencia parlamentaria del 1º de agosto de 2013 cuando, en su ignorancia, falta de sensibilidad y mangancia, presumía que dichos cobros eran legales. Por eso, mientras mentía sobre Bárcenas, admítía que, en su partido, se habían pagado pluses y extras, decía, por productividad, "como en cualquier empresa". Hace falta ser muy ignorante, muy caradura o tener un desprecio infinito por el auditorio para comparar un partido con una empresa y los sucios dineros que estos galopines se repartían producto de los choriceos del partido con los pluses por productividad. A la par con su jefe, todos los sobresoldados salieron a afirmar que estaban al tanto de sus obligaciones de Hacienda. Como si ese fuera el asunto y no el hecho de que cobrar dinero en negro, de caja B, durante veinte años, además del salario normal que se devenge, si no es un delito, se le parece mucho y, desde luego, es una absoluta guarrada, algo de lo que no cabe enorgullecerse y por lo que el Sobresueldos principal debiera haber dimitido hace tiempo.

Porque no solamente cobró esos sobresueldos, igual que, al parecer, lo hicieron Aznar, Cospedal, Arenas, etc., toda la banda neoliberal, sino que lo ocultó y engañó deliberadamente a la gente. Preguntado en la TV en cierta ocasión por un ciudadano anónimo por su salario, el sobresueldos mintió diciendo que tenía que mirar su cuenta a fin de mes y, aunque su mujer trabajaba (esto era para dar mayor verosimilitud a su mentira), tenía los problemas de todos los españoles. Por entonces estaba cobrando más de 200.000 euros al año. Obviamente, como todos los españoles. En cualquier país del mundo este pillastre ya habría dimitido por embustero. Aquí, sigue de presidente y dando lecciones a quien se deje.

Aunque los nombres de todos los cobradores de esta pasta marrón son conocidos, sin que ello parezca avergonzarlos gran cosa, reitero que estaría bien que dijera algunos. Solo para salir de dudas sobre qué capacidad de expolio tiene el personal. Por ejemplo: mientras chupaba de Bankia, Rato ¿también cobraba sobresueldos? ¿Y Trillo, mientras pillaba miles de euros por tomarse en cafelito en Valladolid con un amigo empresario y, según parece, facilitarle los trámites para enriquecerse a costa del erario? Son casos para satisfacer la natural curiosidad de la gente vulgar, esa que cobra un sueldo a secas y cuando lo cobra. Al fin y al cabo ya está claro, hasta para la izquierda, que el PP no es un partido propiamente hablando sino una especie de asociación de malhechores para enriquecerse expoliando lo público. Esto explica por qué pertenecer al PP es un chollo mucho mejor que sacarse unas oposiciones: pides el ingreso, le caes simpático a Aguirre (que se jacta de no haber cobrado sobresueldos ella, pero no dice nada sobre si los ha repartido) y te coloca en el Ayuntamiento o en la Comunidad como asesor por 60.000 machacantes al año aunque no sepas hacer la 0 con un canuto y no tengas ni el graduado escolar. Si tienes el graduado escolar, a lo mejor pillas también sobresueldos.

Puede parecer una rebatiña de chorizos y lo es. Pero nada comparado con el tren de vida de quienes dan las órdenes a esta panda de mamandurrios, desde el sobresueldos de La Moncloa al último "asesor" de alcantarillas y aguas fétidas. Los consejeros de las empresas del Ibex 35 se repartieron el año pasado 900.000 euros al día en sueldos. El de Iberdrola, por ejemplo, cobró 25.000 euros diarios. Eso es ir por la vida de señores. Comprenderán ustedes que estos tipos miren por encima del hombro al sobresueldos y demás perillanes de su partido que pillan cantidades ridículas, de 10.000 urillos al mes y, encima, ¡en negro! Unos pringaos.