divendres, 7 de desembre del 2012

La Constitución y el estado de excepción.

El aniversario de la Constitución Española (CE) ha sido muy simbólico. Nada de puertas abiertas en el Congreso que aparece casi bunkerizado, rodeado de vallas policiales y enmarañado en las redes de seguridad de la renovación que había de hacerse ahora precisamente. La recepción se ha hecho en el Senado, una cámara que más parece camarilla. Fuera, un grupo de descontentos, que ya empiezan a ser parte del paisaje urbano madrileño, doquiera que vayan las autoridades y hagan lo que hagan, básicamente de Telemadrid, lanzaban insultos a voz en cuello al paso de los dignatarios: ladrones, sinvergüenzas, chorizos entre los más coreados, algo que sintoniza con un sentir popular muy generalizado: gobernante = mangante..
Ya a buen recaudo en el interior, Rajoy por un lado y Rubalcaba por el otro, han accedido a sendos breves encuentros con la prensa sin aceptar preguntas ninguno de los dos. Se habrán puesto antes de acuerdo. Francamente lamentable porque revela una falta de cintura pasmosa en dos veteranos de la política, carencia total de recursos, desprecio por la ciudadanía. Comparecencias como partes de guerra. Rajoy: la CE no se toca. Rubalcaba: hay que adaptarla a los nuevos tiempos. Desacuerdo máximo salvo que Rubalcaba crea posible adaptar la CE sin reformarla. Y de reformarla, nada, zanja Rajoy, coautor de la última controvertida reforma. Quiere decir: de reformarla, nada, hasta nueva orden. Y punto. Fuera braman las masas indignadas, la marca cataláunica está en pie de guerra. Los médicos, las profesiones jurídicas, los profesores, los discapacitados, los jubilados, los perroflautas, las yayoflautas, todos se la tienen jurada al gobierno. Sin embargo, hay dos cuestiones prioritarias: la deuda y el orden público. La primera es un albur; el segundo, depende de las fuerzas de seguridad del Estado, la policía, los antidisturbios, la guardia civil, hoy casi en estado de movilización permanente.
Mientras la situación se encrespa por momentos, el debate sobre la reforma de la Constitución se da más o menos entre estas posiciones:
  • La CE es buena, pero se incumple sistemáticamente. Un argumento muy extendido y erróneo. Si la CE fuera buena no sería posible incumplirla.
  • La CE es buena y hay que defenderla reformándola. Vale, pero no será tan buena.
  • Es buena, pero hay que adaptarla, dice Rubalcaba, y añade: y cumplirla. O sea, lo de antes, mejorado: que para cumplirla, hay que reformarla.
  • La CE fue buena en su tiempo como astuto mecanismo para que los franquistas pasaran por el aro de la democracia, pero se ha quedado obsoleta y hay que reformarla en profundidad, quizá mediante lo que ella misma llama en delicada perífrasis "revisión total" (art. 168, 1).
  • La CE es mala y hay que cambiarla por entero mediante un nuevo proceso constituyente. Es lo que dicen los del 15-M. Por supuesto, están en su derecho como Rajoy en el suyo al decir que aquí no se mueve nada. No hace falta que recurran a ese argumento de que más del 50% de los españoles no la votaron. Nadie hoy vivo en los Estados Unidos votó la vigente Constitución y son ínfima minoría quienes quieren cambiarla. Ese no es el problema.
El problema es una Constitución formal que ampara una constitución material cada vez más parecida al estado de excepción agambeniano. Y no muy encubierto. Lo substantivo de la excepción es la suspensión de derechos y el traslado de la autoridad civil a la militar. Los derechos están siendo sistemáticamente pisoteados: expresión, reunión, manifestación, intimidad, presunción de inocencia, integridad física, garantía frente a tratamientos inhumanos o degradantes. Hay además una clara transferencia de la autoridad civil a la policial, que todavía no es la militar.
Pero... ojo: ahí aparece ese general Pérez Pitarch avisando de que en el ejército se está instigando un ánimo en pro de la intervención militar en Cataluña. El toque más español a la situación es que, junto al ruido de sables, suele escucharse el susurro de las sotanas.
Por cierto, muy bien por ese Congreso Internacional contra la Represión que se celebra en el Ateneo de Madrid en donde se denuncia que las calles de la capital están prácticamente tomadas por la policía en jornadas de manifas y protestas con la finalidad de intimidar a la población e impedir el libre ejercicio de sus derechos.
(La imagen es una foto de Infinauta, bajo licencia Creative Commons).


dijous, 6 de desembre del 2012

¿Ustedes no ven que así no podemos seguir?

La ministra Bañez es un fracaso sin paliativos. Y la Virgen del Rocío, a la que se encomendó al comienzo de su mandato, no digamos. El paro crece sin contención; lo cual es lógico pues la primera medida del gobierno-llamada reforma laboral como podía llamarse hacia el pleno empleo- fue abaratar el despido. Siendo el despido más fácil, se decía, habrá menos. Lógica tan absurda debiera haber mandado a Báñez a su casa, a dar de comer a los patos. Aunque de aplicarla tal cual, lo mejor sería hacer a la ministra presidenta del gobierno. Para lo que se ve a Rajoy, no se notaría. Y se ajustaría muy bien a la lógica de su política, consistente en decir que el país se recuperará mandando al paro a los trabajadores, esquilmando los ahorros de todos, menos de los ricos y de la iglesia; friéndolos a impuestos, menos a los ricos y a la iglesia; suprimiendo todo tipo de ayudas, subsidios, subvenciones menos a los ricos y a la iglesia; empobreciendo más a ocho millones de pensionistas; y llevando a la quiebra a la seguridad social.
A Báñez se unen con entusiasmo doctrinario Mato, Wert y Gallardón, tres ministerios cruciales del Estado del bienestar. La primera deja fuera de la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles y obliga al resto a pagar lo que ya ha pagado. El segundo expulsa de la educación a l@s alumn@s de los sectores más desfavorecidos y pretende privatizar la enseñanza pública, además, desde luego, de castellanizarla y hacerla confesional a machamartillo. El tercero expulsa de la justicia a los justiciables de menos recursos, o sea la inmensa mayoría del país, que no puede acceder a la tutela judicial ordinaria.
La enemistad del gobierno hacia el pueblo es enfermiza. Montoro lleva al Tribunal Constitucional la decisión del gobierno vasco de pagar la extra de los funcionarios y además amenaza con perseguir a quienes las cobren lo cual es ya el colmo del ensañamiento. El resto de la administración en todos los niveles es un aluvión de recortes, sisas, socaliñas, tasas, gravámenes, alzas de todos los impuestos en una situación de asfixia para las familias y las pequeñas y medianas empresas. Una ruina.
Y una ruina que no sirve para nada puesto que no va a sacarnos de ella, y lo que viene es peor. En Portugal ya anuncian que la enseñanza pública (gratuita) será de pago. Igual que aquí Gallardón demostró la falacia de la lógica aristotélica segun la cual algo no puede ser ello mismo y su contrario al mismo tiempo. El ministro descubrió la justicia gratuita de pago razonando, además, para pasmo de universales gentes, que era de pago precisamente para que fuera gratuita. Y más. S&P rebaja la nota de Grecia hasta dejarla en el nivel de impago selectivo, o sea, en la insolvencia. Por el camino que llevamos, el futuro de España es Portugal y Grecia.
Con el agravante de que aquí este ataque en toda regla no ya al bienestar de la población sino a su mera supervivencia, está entreverado de delincuencia, corrupción y más presunta delincuencia. Por un lado, la gente se suicida; por otro, multitud de delincuentes, presuntos y confirmados, han estado saqueando las arcas públicas durante años. Por un lado, unos buscan de comer en los cubos de la basura y otros se gastan miles de euros públicos en festines; unos no tienen para el billete del metro y otros cobran dietas y viáticos indebidos, también públicos; unos no cobran ni el paro y otros tienen sueldos estratosféricos o acumulan salarios siempre de las arcas públicas.
El plan de privatización de la sanidad pública madrileña no se apoya en ningún estudio ni informe serio de viabilidad y eficiencia; no se ha consultado con ningún estamento afectado. Se ha impuesto como una medida política indiscutible, apalabrada sin consulta pública, o sea, en secreto, y apesta a codicia de las empresas privadas interesadas en tan suculento negocio como es la salud de los madrileños. Por eso ha encontrado esta cerrada oposición de la población y en ella debemos perseverar, incluso montando cajas de resistencia para el personal en huelga, hasta que retiren ese proyecto de expolio de la población y su responsable, Fernández-Lasquetty dimita.
¿Cuánto piensa el gobierno que puede mantener esta actitud de enfrentamiento con la ciudadanía, con toda la ciudadanía, desde los discapacitados a los jueces? Si hacemos caso a una reciente profecía de Máximo Pradera, en 2013, la Policía se negará a cargar contra los ciudadanos y entonces caerá el Gobierno. Pues a ver. Porque está claro que, habiendo perdido toda legitimidad de ejercicio, el gobierno (que no la tenía de origen, al haber incumplido su programa electoral), ya solo descansa sobre las cargas de la policía. Si esta se niega a cargar contra todo el mundo, todos los días del año, claro que el gobierno caerá. Pero, ¿y si la policía no se niega? ¿Puede el gobierno seguir enfrentado a los médicos, los jueces, los abogados, los profesores, los alumnos, los parados, los jubilados, los dependientes, los funcionarios, etc?
No es un gobierno proclive a respetar los usos y convenciones democráticas. Es autoritario, intemperante, nada dado al diálogo y la negociación, impositivo y terco. Pero en algún momento alguien le hará ver -quizá la realidad y el sentido común que invoca tanto Rajoy- que no está gobernando sino guerreando contra la población.
Por último, tiene razón Rubalcaba cuando dice que se trata de tapar con el debate sobre la lengua una reforma educativa “retrógrada”. Pues sí, también. Pero el socialista vuelve a incurrir en su peor defecto: la falta de visión de conjunto. Claro que la reforma de Wert es retrógrada y eso es algo sustantivo; claro que el paro, los recortes, el pensionazo, etc son asuntos sustantivos de los que el PP preferiría que no se hablase. Pero de ahí no se sigue que la cuestión lingüística sea un mero subterfugio, algo no sustantivo. Aunque él no lo crea o no quiera creerlo, para much@s es absolutamente decisivo. Entre ellos, sus conmilitones del PSC, que ha corrido a cerrar filas con los catalanistas. Es más, si alguien ha hecho algo por conseguir un nuevo tripartito catalán, CiU, ERC y PSC, ha sido Wert. Conviene que Rubalcaba se acostumbre a ver la realidad en toda su complejidad y no con las anteojeras de su centralismo que van a costar un disgusto a su partido.

Programa de La Tuerka sobre la tortura.


No todas las teles son iguales. Dura una hora.

dimecres, 5 de desembre del 2012

Están destruyendo el país.

Fina la declaración de Rajoy. El Estado no puede garantizar los derechos de nadie mientras no garantice la sostenibilidad de sus cuentas públicas. Pero, para garantizar esa sostenibilidad, pueden aplicarse políticas económicas muy distintas. Eso es, sin embargo, lo que el gobierno niega al esgrimir la famosa teoría de que "no hay alternativa" a lo que él hace. Algo tan viejo que tiene conocido nombre; es lo que en inglés se llama principio TINA (There Is No Alternative) , siempre falso, sea en inglés o en español. Siempre hay alternativas. La cuestión es si también voluntad de identificarlas. Y, aunque no las hubiera, pasado un tiempo de ver que la pretendidamente única no funciona, será preciso inventarlas. Hace un año de la famosa reforma laboral de Rajoy y su resultado ha sido el contrario al prometido: un millón más de parados y, de los contratos, menos de la mitad son indefinidos. Habrá que buscar una alternativa, ¿no? ¿O pretende el gobierno esperar otro año?
La acción del gobierno en un punto, claramente atolondrada, dando palos de ciego con sucesivas improvisaciones, provoca desastres sin cuento en otro punto. Dejar sin cuidadores a los discapacitados y suprimir las ayudas a los dependientes lleva la seguridad social al borde de la quiebra. Es que están cargándose literalmente el país a base de una mezcla de granujería e incompetencia. No solamente han reducido las pensiones de jubilación en unos cuatrocientos euros y pico anuales sino que han metido mano con todo descaro en la caja de reserva de las pensiones y dos veces. Es decir, están pagando a los pensionistas (y, de paso, muchas otras cosas) con los ahorros de los propios pensionistas. Y el argumento es que para eso están. Y no, no están para que cuatro irresponsables los saqueen. 
Al parecer, garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas significa saquear los ingresos de los sectores sociales menos favorecidos. Como depredadores hambrientos, las autoridades le sacan el dinero a la gente del bolsillo con mil y una socaliñas, impuestos, tasas, retiradas de subvenciones, más gravámenes, etc. En donde haya dinero, irán a pillarlo. Pero no a los paraísos fiscales, en donde están las grandes fortunas que defraudan impuestos en cantidades suficientes para resolver la crisis española. La connivencia del gobierno con los bancos, que son los responsables de la crisis, es llamativa. Hasta se inventa una triquiñuela legal para que las comunidades no puedan imponer ningún tipo de gravamen a la banca.
Y eso en lo material. En lo espiritual, el destrozo que está causando la obtusa obcecación de Wert en "españolizar" Cataluña no tiene comparación con nada. Es el problema cuando la necedad se hace arrogante. Por españolizar, desde luego, hay que entender castellanizar, salvo que se esté diciendo que Cataluña no es España. Pero eso no puede ser porque estos patriotas rugen ante la idea y afirman que los catalanes son españoles y, por lo menos, sostiene el ministro Wert, deben estar tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes. Así, porque lo dice él, convencido de que se puede legislar sobre los sentimientos.
Ya fastidia bastante este patriotismo carcunda que siempre la toma por la fuerza con los más débiles. Si tantas ganas tienen de retornar a la España imperial, que recuperen Gibraltar y dejen de destruir el país a base de enfrentar a sus pueblos.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimarts, 4 de desembre del 2012

Contrapunto.

La portada de El País es gloriosa. Revela el sentido profundo de este turbulento final de reinado. Porque es final de reinado, muchachos. El Rey no da para más con tanto pasar por el taller como dice él con ese humor borbónico cuya gracia está en su falta de gracia. Cualquier día de estos no pasa la ITV (el humor borbónico es democrático, está al alcance de todos) y hay que darlo de baja. Mira que no es buen momento con el yerno/cuñado chapoteando en un lodazal de revistas del corazón. Pero habrá que cambiar de Rey. Y eso sí que será el fin de la transición.
A la portada. Es una interpretación del sentido de nuestro tiempo, pero, a su vez, hay que interpretarla porque está en clave, incluso subconsciente. Veamos. Este es un gobierno que, en efecto, endurece la ley. Pero ¿para qué? ¿Para perseguir y castigar la oleada de delincuencia de cuello y sepulcro blanqueado? ¿Para procesar a los especuladores, estafadores, malversadores, levantadores de bienes, evasores de grandes fortunas, blanqueadores de fortunas aun mayores, traficantes de influencias, comisionistas ilícitos, corruptores, corrompidos y demás ralea de ringorrango? Ni hablar. La ley se endurece para imponer opciones ideológicas, reprimir la discrepancia, acogotar a los discrepantes. Wert lleva un calendario de endurecimientos legales copioso: en educación, en propiedad intelectual, en cultura; pero también endurece por motivos ideológicos el ministro de Justicia, que niega el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad y dificulta o imposibilita el derecho a la tutela de los tribunales; y la ministra de Sanidad, que excluye de esta en mayor o menor grado a mucha gente; y la de Empleo; y no se hable ya del de Interior, para quien cualquier ciudadano que ande por la calle es un potencial sospechoso.
¿Endurecer las leyes para perseguir el crimen? Pero ¿cómo van a hacerlo quienes conviven con él, muchas veces sabiéndolo e, incluso estando en relaciones con él? La Gürtel (cuya unidad de investigación se ha apresurado a desmantelar el gobierno) ¿no es una coyunda de presuntos delincuentes con diversos cargos políticos de casi todos los niveles? Este Díaz Ferrán hoy acusado (presunción de inocencia por delante) de todo tipo de sonrojantes delitos, ¿no era el gran mago de la Babilonia empresarial y hombre de trato íntimo con la presidenta de la Comunidad, a la que consideraba, en recio castellano, cojonuda.

Un breve aparte. ¿Soy muy mal pensado si me malicio que la repentina e inexplicada dimisión de Esperanza Aguirre hace unas fechas tiene algo que ver con este lunes Chicago años 30? Vamos, algún alma caritativa que le haya sugerido la conveniencia de esfumarse a la vista de los inmediatos destinos procesales de este patrón de patrones, este mecenas que donó 240.000 euros al PP y, según parece, alimentaba la caja de la Fundación FUNDESCAM, cuya última responsable, le guste o no a Aguirre, era ella misma.

Esa es la cosa. Leyes duras para la represión ideológica, política, de orden público y laxas y sin aplicar para ese magma de mercado y políticos más o menos corruptos pero siempre a su servicio. Esos mercados, sus ideólogos y los políticos que los sirven claman contra todo tipo de normas y regulaciones (claro) y prefieren aplicar el sano principio neoliberal de "a quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga". Para todos menos para ellos pues, cuando Dios no la da, obligan a San Pedro a bendecirla. El Estado no puede ayudar a los discapacitados, los dependientes, los jubilados, etc. Pero sí puede ayudar a los bancos, a los fabricantes de coches, los negociantes de las autovías, la iglesia católica.
Ese reinado general de la corrupción está alimentado por el comportamiento inmoral de los gobernantes. Entendiendo por inmoral la práctica de decir una cosa y hacer otra, a veces la contraria. El paradigma, Rajoy y su famoso programa incumplido punto por punto. Pero igual pasa con Esperanza Aguirre cuando anuncia su intención de acabar con las mamandurrias, siendo así que tanto ella como su equipo de gobierno son mamandurrianos de luenga estirpe. Aguirre tiene colocados como asesores en órganos políticos regidos por el PP a algún familiar. La supera con mucho su sucesor, González, quien tiene enchufada  media familia en el ámbito público, político, administrativo. Cospedal, quien priva del sueldo a los diputados de Castilla La Mancha y rebaja los de los funcionarios, cobra dos. Como hace el presidente del gobierno y es costumbre, al parecer, entre políticos con cargo electo y puesto en el partido. Quizá legal pero inmoral. Sobre todo en los tiempos que corren. Los sueldos, primas, pluses, bonus estratosféricos que se llevan los gestores de las cajas a las que han dejado en la ruina, con perjuicio, puede que doloso, a cientos, miles de pequeños ahorradores o impositores, ahora empiezan a verse como lo que son: delitos. Y es tal el descaro y la desvergüenza de los gobernantes que venden como una conquista la corruptela de dispensar del cumplimiento de la ley a quien tiene dinero. Lo que se está haciendo con Eurovegas es simplemente una operación mafiosa en la que se ha suprimido el intermediario gangsteril. Ahora es la autoridad quien trata directamente con los propietarios de los garitos ilegales.
Contrapongamos la realidad de la vida de aquellos sectores directamente afectados por las medidas de este gobierno: los trabajadores, prácticamente ya todos en precario por cuanto el despido es casi gratis; los parados, con un millón más, muchísimos de ellos sin prestación que sobreviven merced a las redes familiares y sociales de asistencia; los desahuciados y a punto de desahuciar, decenas de miles ya con algunos suicidios; los funcionarios con sus sueldos congelados, mermados y ahora reducidos en la paga extra; los jubilados con su pensión asimismo reducida pero teniendo que pagar más por la sanidad y los medicamentos; los dependientes, que seguirán siéndolo, pero sin poder pagar el alivio; los discapacitados, cuyos cuidadores ya no existen en los presupuestos. Y sigan.

Otra breve digresión. La manifa de discapacitados del domingo fue impresionante. No sé cómo el gobierno -todos sus componentes devotos cristianos- no se esconde debajo de una piedra. Debe de ser la pimera vez que hay una manifestación así. Y este país, tan dado al humor negro, estilo Azcona, ha contenido el aliento, sobrecogido. Es muy duro ver una masa de sillas de ruedas.

Lo que está pasando con los hospitales es increíble. La sociedad en pie de guerra contra el último expolio. El sórdido intento de la derecha de privatizar el servicio público esencial de la salud, de hacer negocios con la salud de la gente.
Y, como colofón, dediquen un tiempo a considerar el personaje, el de "hay que trabajar más y ganar menos", el empresario de cabecera de Aguirre. Con un kilo de oro en su casa y habiendo, al parecer, evadido una cantidad de millones a Suiza para no pagar aquí a los acreedores. Para no pagar a los acreedores, entre ellos, probablemente much@s trabajador@s que trabajaron más no para ganar menos sino para no ganar nada.

dilluns, 3 de desembre del 2012

Los discursos de la izquierda.

No se hizo el día del Señor para el descanso de los partidos. Es el elegido para los actos colectivos de afirmación del grupo. Nuevos enfoques. Aires renovados. O tributo a viejas oriflamas. ¡30 años del cambio! Pues da la impresión de que lo más cambiado son los agentes del cambio. Qué bien te ves. Por ti no pasa el tiempo. Estás hecho un chaval. Bueno, tengo mis achaques. Y quién no. Etc. Bonito, entrañable jolgorio el del PSOE. Aun así, conviene vigilar lo que se dice para no provocar más confusión de la que ya hay. Porque vaya discursos paralelos los de Felipe y Rubalcaba.
Felipe pidió a los presentes, especialmente, imagino, a la dirección un "programa ilusionante para recuperar la vocación de mayoría" o algo así de alambicado que se puede decir más a la pata la llana: "que ganéis las elecciones". "Como si eso fuera tan fácil", suspira Rubalcaba para su coleto. Y luego viene la andanada teórica, la filípica política: "hay que recuperar el centro". Pero si el centro es lo único que le queda al PSOE, ya que la izquierda se le ha ido a la izquierda y/o a la abstención.
"No hace falta recuperar el centro", piensa Rubalcaba, "lo necesario es recuperar la izquierda." Eso es lo que oye a sus asesores día y noche: con esta crisis bestial, la sociedad está radicalizándose; hay que ir al compás de los sentimientos de la gente o perdemos la clientela en brazos de IU.
"Por cierto", hace un aparte Rubalcaba dirigiéndose a los espectadores, "vaya morro el de Felipe de decir que esta crisis no es peor que la de los años 80 con la reconversión industrial. Si aquello fue coser y cantar, comparado con esto. Además de que no es lo mismo afrontar la crisis en el gobierno que en la oposición."
"¿Radicalizarnos?", pregunta el secretario general, "Pues claro. Tenemos sensibilidad. Vamos al reformismo radical. El PSOE es anticapitalista porque el capitalismo ya no produce riqueza."
Eso del "reformismo radical" o "radicalismo reformista" es como el federalismo, ideas, lemas alguna vez usados y arrinconados luego en los desvanes de los recuerdos. Pero jamás experimentados. Sirven para invocarlos pero no están necesitados de visibilidad material. Lo curioso en el parlamento rubalcabiano es el repentino anticapitalismo. Eso sí que es irse a la izquierda. Al anticapitalismo de Olivier Besancenot en Francia y sus conmilitones de raigambre trostkista en España. Sin duda, no es la intención de Rubalcaba. Pero el término ahí está y algún contenido habrá de tener, salvo que se trate de una explosión ex abundantia cordis en esa entrañable conmemoración en la que alguien de su entorno señalaba seguramente con lágrimas en los ojos que era la primera vez que se reunían todas las generaciones del PSOE, todas las sensibilidades.
Pero el término anticapitalista es muy característico. A lo mejor responde a algo concreto. Hace años todo el mundo aceptaba la necesidad de refundar el capitalismo; después, silencio. Quizá el término de Rubalcaba traduzca la intención de dotarlo de algún contenido.
La otra izquierda, que tampoco descansa, ha tenido una asamblea de los militantes de Madrid. Tres candidaturas y ha ganado la oficialista llamada "continuista" de Eddy Sánchez (404 votos) para desconsuelo de las otras dos candidaturas rivales, presumiblemente "renovadoras", la de Esther Gómez (290 votos) y la de Tania Sánchez (97 votos). No es fácil discernir las diferencias entre las dos perdedoras fuera del aroma personalista que despiden. Aplicando criterios de ciberpolítica, de l@s tres candidat@s la más activa en Twitter es Tania Sánchez, con 10.000 tuits y 11.000 seguidores. De muy lejos viene Esther Gómez, con 1500 tuits y 666 seguidores. De hecho, me he convertido en seguidor para que pasara el número de la bestia. Por último, me da que Eddy Sánchez no tiene cuenta en Twitter, ni siquiera en Facebook. Así que, aplicando la lógica, deduciremos que, cuanta mayor es tu presencia en la red, menor tu respaldo en votos en tu propio partido. Algo que los ciberutópicos, entre los que me cuento, jamás aceptaremos. Hay otros elementos que influyen en ese resultado electoral, más relacionados con las inercias de los aparatos de los partidos. No obstante, Eddy Sánchez debiera abrirse cuenta en Twitter. Estoy seguro de que su propósito de luchar por el pleno empleo en Madrid despertará mucho interés.
El otro cónclave de IU ha sido en Extremadura, en donde la asamblea ha reelegido al coordinador Pedro Escobar, el artífice de la táctica de apoyar al PP. La Asamblea hubo de repetirse por decisión de los órganos federales, cosa que Escobar tachó de "guerra sucia" y la tensión se masca en el ambiente. No es de extrañar que al coordinador lo traicione el subconsciente de modo cómico. Lo que sí parece cierto es que tiene el orgullo disparado, frisando ya en la soberbia, cuando dice que pueden tumbar el gobierno cuando quieran ellos no cuando quiera el PSOE. Tiene cierta obsesión con el PSOE, lo cual quizá no le deje ver que su posición es muy vulnerable, mucho más de lo que cree. En efecto, es el supuesto más simple de los juegos de n jugadores, que no tienen punto de equilibrio. Bastaría con que Fernández Vara y Monago llegaran a algún acuerdo para que Escobar y sus camaradas pasen de ser imprescindibles a no ser necesarios ni para calentar los asientos. La decisión de Extremadura da mucha visibilidad a Escobar, pero deja vacío el discurso de la izquierda.

diumenge, 2 de desembre del 2012

¡Vuelve, Felipe!

Treinta años después. ¡Cuánta nostalgia! parecen decirse las maltrechas huestes socialistas ¡Qué jóvenes éramos entonces! ¡Qué bien lo hicimos todo! Franco nos lo había puesto a huevo y los franquistas estaban huidos, escondidos en sus madrigueras. No como ahora, que vuelven a gobernar. ¡Qué grande fue Felipe! ¡Qué adelanto experimentó España con su mandato! Bueno, con su mandato y un contexto internacional muy favorable. Porque Felipe no solo tenía carisma, sino que contaba con a simpatía circundante para sacar a España de la letrina cuartelaria con olor a sacristía en que la tenía la derecha. Poseía el andaluz tanto carisma que todavía le dura. Hasta el extremo de que, a día de hoy, tiene más que el frustrado Zapatero y el deslucido Rubalcaba juntos. Por eso este acto de homenaje al líder, frisando el culto a la personalidad más camp que quepa imaginar, está muy justificado. La escenificación ha sido magistral. Predominio del rojo. No se repite el lapsus freudiano de algún último acto multitudinario del PSOE teñido de azul gaviota que solo podía apuntar a las afinidades electivas de Rubalcaba con los del otro lado. En el escenario, unos cómodos sillones, una intimidad multitudinaria, una cercanía acogedora ante la muchedumbre. Línea directa de mando: de Felipe a Rubalcaba en un acto de unción simbólica del que ha desaparecido el amargo interregno zapateril y el propio Zapatero, relegado al desván de los recuerdos dolorosos. Rubalcaba fue ministro con los dos, con Felipe y con Zapatero. Pero de lo que se trata aquí es de enfocar el 30º aniversario y la translatio imperii en la figura de Rubalcaba.
Está bien esto de recordar fastos y esconder nefastos. Es una costumbre que arranca de la Roma imperial y siempre da buen resultado... salvo que tenga competencia. Porque el homenaje a Felipe y la consagración de Rubalcaba según los ritos de la ciudad antigua se ha visto deslucido por dos poderosos aldabonazos en la conciencia de la militancia socialista, de siempre más radical que su dirigencia.
El primero es la jornada de lucha por la sanidad pública y la manifa de los discapacitados en Madrid. Hoy la acción estaba más que nunca en la calle, en pro del Estado del bienestar que esta panda de mercenarios de la derecha pretende apropiarse para enriquecerse ellos mismos y sus parientes, amigos y enchufados a golpe de decreto y de imposición. Tiene gracia que los sociatas se reúnan a celebrar el recuerdo de sus gorias antañonas, cuando ponían los cimientos del Estado del bienestar que estos neofranquistas están hoy desmantelando y no se les ocurra siquiera no ya ir a las manifas en su defensa, sino enviarles un recuerdo y un mensaje de apoyo. Tenía razón Rubalcaba hace unos meses: no fueron capaces de pinchar la burbuja en su día. Y no lo fueron porque vivían en ella. Y en ella siguen. Según el crítico Palinuro en su entrada de ayer, dedicados a la meditación zen.
El segundo es el sondeo de Metroscopia de El País de hoy en el que se certifica que prosigue el hundimiento de los dos grandes partidos. El PP pierde 13,3 puntos (pocos me parecen) y se queda en un magro 31,3% en intención de voto y el PSOE pierde 6 puntos y se queda en 22,7% que debe de ser la cota más baja jamás alcanzada. Frente a estos datos de feroz granito, las oriflamas de vetustas batallas mueven a risa. El 85% de los ciudadanos desconfía tanto de Rajoy como Palinuro; o más. El 15% restante debe de estar compuesto por gente que no lo conoce o parientes suyos. Pero la valoración de Rubalcaba va a la par: el 81% no se fía de él. Empeñarse en conducir su inexistente proyecto a la victoria con un 81% de la opinión en contra es como querer destruir la muralla china con un destornillador. Y, pregunta Palinuro con su habitual tendencia a fastidiar: ¿qué resultados se obtendrían si Metroscopia, además de preguntar por Rajoy y Rubalcaba, preguntara también por Felipe y Aznar? ¿Hacemos apuestas? No tengo duda de que Felipe ganaría a Aznar y ambos dejarían por los suelos a sus dos segundones. El País podía intentarlo en el próximo sondeo solo por entretenernos y para dejar claro que, como en el famoso cuento de Henry James, una cosa es lo que hay y otra, the real thing.
Así que, en estas condiciones, el acto-homenaje (al que Palinuro se hubiera sumado de haberse planteado en términos menos repelentes) no es otra cosa que una escenificación de un acto fallido. El de ¡vuelve Felipe! que, como el de ¡vuelve Aznar! en la derecha, refleja el profundo sentir de esos entes magmáticos que son los dos partidos mayoritarios. Pero Felipe, como Aznar, no puede volver. Igual que no pueden hacerlo Arturo, ni Tupac Amarú, ni el Rey Sebastián, ni (gracias a los dioses), Adolf Hitler o el padrecito Stalin.
Está bien esto de montar espectáculos camp. Pero estaría mucho mejor que el PSOE renovara ya una dirección de la que la ciudadanía (entre ella, su propia militancia) no se fía, se remozara, rejuveneciera, saliera a la calle, se mezclara con la gente, se enterara de lo que sucede, de cómo la población está siendo agredida, reprimida, empobrecida, esquilmada, estafada (en parte por culpa directa suya), de cómo está reaccionando, y se hiciera visible en esta lucha que será la base de las decisiones que se tomen en las elecciones de 2015.

La batalla de los hospitales y el socialismo zen.

A la izquierda, la sábana que cuelga Palinuro en seguimiento de la recomendación del personal sanitario que defiende la sanidad pública. No podemos perder esta batalla. Hay que apoyar a los médicos y al resto del personal de los hospitales públicos. Conseguir que sigan siendo públicos. Sin caer en las trampas y señuelos de los sofistas de la privatización. Es un expolio de la colectividad mediante el que se entregan a unas empresas privadas unas infraestructuras fabulosas por las que no han pagado nada para que hagan negocios opíparos. En definitiva, negocios a costa de nuestra salud.
Hasta la fecha el gobierno de la C.A. de Madrid no ha mostrado un solo estudio independiente que pruebe el ahorro o la mayor eficiencia de la privatización. Ni ha consultado una sola vez con los estamentos afectados. Ha impuesto un plan poco menos que secreto, probablemente pactado con las empresas y sin información pública creíble. Es una decisión política que queda en evidencia cuando el responsable del plan de privatización, el consejero de Sanidad, Fernández-Lasquetty, espeta a un entrevistador que "no hay negociación posible". Fina sensibilidad democrática. Todo el mundo a callar y a hacer lo que yo diga, aunque no esté fundamentado en nada sino en mi deseo de enriquecer a mis amigos a costa del derecho a la salud de la población.
No, no podemos perder esta batalla y el señor Fernández-Lasquetty debe dimitir.

En mitad de este fragor, con el conjunto de la sociedad convulsa por todo tipo de conflictos, sociales, territoriales, profesionales, etc, el PSOE se esfuerza en emprender el camino de la suma perfección budista, alcanzar la imperturbabilidad absoluta que lo lleve a fundirse con la nada, a suspenderse en el cosmos. Cuenta El País que el pasado 16 de diciembre, antes pues de las elecciones catalanas, Rubalcaba reunió discretamente en Madrid a los barones de su predilección junto a otros altos cargos también cercanos en cuerpo y alma para arbitrar huis clos la marcha del partido en los próximos dos a tres años: nada de agitaciones internas, nada de cuestiones orgánicas, primarias o no primarias, nada de nombres y cargos: paz, ataraxia, quietud, nirvana. Necesitamos sosiego, apartamiento del mundo para la gran obra de regeneración ideológica que espera en un magno congreso en enero dedicado a las cosas de la teoría. Hay que reaparecer portando una nueva oferta a la ciudadanía, algo que permita al partido recuperar la confianza del electorado.
La dirección ha encargado a Ramón Jáuregui la tarea de poner negro sobre blanco el prodigio de la nueva Ave Fénix. Jáuregui ha reunido una nutrida cuota del estamento pensante -son, parece, trescientas cabezas- dividido en especialidades y se encargará luego de sintetizar sus propuestas y conclusiones en un documento programático. Algo que recuerda el extinto Programa 2000 que no pasó de la crisis de 1992. Ahora se pretende que la crisis no sea la enterradora, sino la partera de la nueva criatura a la que, por seguir la costumbre, podrían bautizar Programa 3000. Ya se sabe que estos programas no duran tanto, aunque tampoco suelen ser tan efímeros como el último de Rajoy. Para todo esto se requiere la paz, el olvido de un convento zen.
¡Esos jóvenes que han salido con un vídeo pidiendo perdón! Jáuregui les echa una paternal reprimenda. Lo del perdón está fuera de lugar. Quietos todos que hay que reflexionar. Sin embargo, los penitentes vuelven al ataque y es la consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta de Andalucía, Díaz Pacheco, la que pide perdón en nombre propio y en el del presidente Griñán por haber reformado la Constitución sin consultar a la ciudadanía. No sé si Jáuregui estará de acuerdo pero esto es más que pedir perdón; esto es adelantar y sacar al ámbito público un debate que muchos quisieran interno y, a ser posible, que ni lo hubiera. Con tanto ruido es imposible alcanzar la perfección zen, consistente en la más absoluta inacción.
Téngase en cuenta que esa realidad conflictiva, con un gobierno que agrede sistemáticamente al pueblo y un pueblo que empieza a organizarse en formas de autodefensa, están produciéndose hechos que tendrán su influencia después en los resultados electorales de las izquierdas. De momento, la percepción que tiene la ciudadanía es que los únicos que están haciendo frente de verdad a las agresiones del gobierno son los de IU. Esa iniciativa que han tenido de querellarse contra Cristina Cifuentes por intentar criminalizar el ejercicio de los derechos constitucionales es magnífica y merece el aplauso y el apoyo de todos los demócratas. Hay que parar esta maquinaria de represión que nos viene encima en todos los niveles, físicos y mentales. Y los únicos que están presentes claramente en las movilizaciones de resistencia son los de IU. Esto recuerda los tiempos del franquismo cuando quien quería luchar contra Franco tenía que ingresar en el Partido Comunista, que era el único que lo hacía. Como ahora con el neofranquismo.
Eso es lo que tenía que hacer también el PSOE, aparte desde luego de la refundación ideológica: estar en la calle, ayudar a la gente que, según reconocen sus dirigentes, lo está pasando mal, pronunciarse sobre los abusos del gobierno y oponerse a ellos, combatirlos en el Parlamento y en los tribunales. La versión catalana de IU propone una conferencia de unión de todas las izquierdas para hacer frente a las políticas de expolio, que el gobierno llama de "austeridad". Ignoro si considera de izquierda el PSC, pero eso es lo que debía de estar haciendo el PSOE: convocar una conferencia unitaria de la izquierda en busca de una plataforma común de lucha contra la gestión neoliberal de la crisis con arreglo a la cual esta la pagan los sectores más desfavorecidos. Dejen el zen para otro momento.
(La imagen es una foto de Jessie Pearl, bajo licencia Creative Commons).


dissabte, 1 de desembre del 2012

Pensiones: incumplir la palabra y la ley.

Hasta la fecha la crisis provocada por la codicia de los especuladores financieros y los bancos vienen pagándola los inmigrantes, los trabajadores en general, los funcionarios en particular, los parados, los jóvenes, los dependientes y los jubilados; los sectores mayoritarios y más débiles de la sociedad. No la pagan los especuladores ni los directivos de las entidades que han arruinado. Lo hacen los más desfavorecidos. Algunos, por partida doble, con un repago, como los jubilados, quienes ven mermar de hecho sus ingresos por un lado y, por otro, se les aumenta el gasto con un repago más de medicamentos, por ejemplo. Son medidas que están haciendo la vida muy difícil, si no imposible (los suicidios a causa de los desahucios) a millones de personas. Es un ataque en toda regla al bienestar de la población.
Y fundamentado en una serie de mentiras, en un incumplimiento flagrante de los compromisos electorales. Las hemerotecas rebosan de testimonios escritos y orales de cómo Rajoy aseguró que no haría lo que después hizo. El más llamativo, por ser además el último incumplimiento, es el referente a las pensiones. En varias ocasiones dijo el hoy presidente que no las tocaría y que las revalorizaría; lo dijo en la campaña electoral por la televisión ante millones de españoles y lo repitió luego en su discurso de investidura ante los diputados.
Ha sido la mentira última, la que todo el mundo esperaba pero no por ello menos chocante y menos vergonzosa. Ya el hombre se había despojado de toda dignidad cuando reconoció que estaba dispuesto a hacer lo contrario de lo que había dicho si creía que las circunstancias se lo demandaban. Es aquello del "principio" NHA o "no hay alternativa". Lo prometí, pero la realidad no me deja cumplir mi promesa. Es la típica ignorancia del mendaz, quien no sabe o finge no saber que el valor del cumplimiento de la palabra dada reside en el hecho de honrarla en condiciones adversas. 
¿Y por qué aseguraba Rajoy con tanta contundencia que no haría lo que pensaba hacer, lo que seguramente tenía ya decidido hacer? Porque los pensionistas son más de ocho millones de votos. Muchos de ellos eligieron PP fiados en su palabra. Y los ha defraudado, los ha engañado. Su victoria electoral no vale nada pues se consiguió mintiendo a los electores y la victoria electoral es lo que le autoriza a tomar las drásticas, crueles medidas que está tomando.
Además de incumplir su palabra, Rajoy incumple la ley puesto que por ley estaba garantizado que las pensiones se revalorizaban automáticamente con el IPC de noviembre. Un incumplimiento que se hace también por ley. Rajoy sigue gobernando por decreto, en una clara deriva autoritaria y por Decreto-ley ha decidido incumplir la ley vigente. Sáez de Santamaría habla de suspensión de esta. Por supuesto, todo incumplimiento no sancionado supone una suspensión de la ley: todo el que quebranta la ley la suspende. Es un curioso y típico modo cumplir la ley, cosa que exige siempre la derecha de modo perentorio a los demás. "La ley", decía recientemente la alcaldesa Botella, "está para cumplirla". Ella misma, la derecha, la cumple siempre porque, cuando no le gusta, la cambia (como hizo con la ley de RTVE) o la suspende. Todo esto debiera estar en consideración de los tribunales pero no sucederá porque la llamada judicialización de la política es un rasgo de la derecha que no comparte la izquierda.
Es terrible lo que está pasando. El país, gobernado por unas gentes que todo lo cifran en estar en el poder, pero no saben lo que hacen. El hecho de entrar a saco por segunda vez en el fondo de reserva de las pensiones para pagar estas y escuchar a continuación a la vicepresidenta del gobierno afirmando que "las pensiones están garantizadas" pone lo pelos de punta. Especialmente cuando se entera uno de que, habiendo llegado al cupo de adelanto del fondo en 2012, han tenido que modificar otra ley para tener acceso al fondo de 2013. Es decir, van a "adelantar" las pensiones de diciembre con cargo a 2013 porque ya se han fundido todo lo que tenían para 2012 dedicándolo, además a los fines más variopintos con el típico argumento de broker de que esas reservas están para eso, para destinarlas en donde hagan más falta.
Son capaces de destruir el sistema entero de la seguridad social.

divendres, 30 de novembre del 2012

Nuevo libro de Palinuro.


Palinuro está como unas castañuelas. La madrileña editorial Los libros de la Catarata acaba de publicarle una recopilación de trabajos de él mismo y de otros dedicados al proceloso mundo de la comunicación política en internet, el ciberespacio, la ciberpolítica, las redes sociales, las multitudes inteligentes y otras rutilantes estrellas del nuevo universo digital. Es el que se ve en la no muy buena foto de la izquierda. Todavía no ha llegado a librerías, pero no tardará en hacerlo. Para quien quiera datos de la editorial, los autores o el precio, se encuentran en la página que le dedica la editorial. Por cierto que en la información aparezco yo como autor único, prueba de que tengo enchufe. Eso no es así: soy un modesto compilador, junto con Ismael Crespo. Lo que hay mío propio en el libro, aparte del curre de leerlo, homologarlo y corregirlo, es un capítulo sobre Lo público, lo privado y lo secreto en internet, en el que se plantea lo que los lectores del blog saben de sobra: que internet supone un cambio de paradigma del sistema político, en cuanto ámbito público de debate en el que solía haber dos zonas exentas: lo privado y lo secreto, cuya relación con aquel está cambiando a gran velocidad.
El libro recoge las ponencias que se presentaron en el I Congreso de ALICE (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales) hace unos meses en la Fundación Ortega y Gasset de Madrid, aborda las cuestiones candentes del oficio del comunicador o comunicólogo y trae lo último de lo último en cuanto a análisis de redes sociales, su impacto en la comunicación y la movilización políticas, singularmente el caso de Twitter, al que se dedican algunos muy notables estudios. Nada de extraño si se piensa que esta red de microblogging está revolucionando la forma en que se forma y evoluciona la opinión pública. Todos los grandes comunicadores están en Twitter e interactúan con sus seguidores. De ahí que la expansión de esta red (con apenas seis años en España cuenta con más de cinco millones de usuarios y está desplazando a Facebook en bastantes aspectos) haya despertado el interés de los investigadores más jóvenes y audaces. Así, la cuestión central que se trata es una reformulación de la vieja afición profética de las ciencias sociales, articulada en una pretensión que, de realizarse, daría un vuelco completo a todas las actividades demoscópicas, la de si es posible predecir los resultados electorales analizando Twitter. Parece que va ganando la posición negativa de momento, aunque el reto queda pendiente. Y, desde luego, lo que ya nadie niega es la importancia de esta red en el conjunto del sistema político.
Hay un bloque de trabajos dedicado analizar el impacto de las redes sociales y el efecto de la política 2.0. Son estudios que suelen poner de manifiesto cómo la gente, los ciudadanos, los votantes, se han adaptado a las nuevas exigencias del ciberespacio y la ciberpolítica mientras que, sorprendentemente, los dirigentes, los políticos, los líderes, son mucho más reticentes a hacerlo, no aprovechan las posibilidades que se les ofrecen (salvo contadas excepciones, por supuesto) y, al contrario, producen un aumento de la desafección política que pretenden combatir. La verdad es que estos agentes harían bien en leer el libro. Contiene enseñanzas, advertencias y consejos muy productivos para todos los órdenes de la actividad política, sobre todo el nacional y el municipal.
Los de la editorial me dijeron que querían llegar a la "campaña de Navidad", probablemente en la idea de que alguien pueda regalar el libro. No se me alcanza cómo haya quien pueda jugar a Papá Noel o Reyes Magos, según la tradición, con un libro así, pero cosas más raras se han visto. Si se puede regalar una Barbie o unas pantuflas, no se ve por qué no un libro de comunicación política. Al fin y al cabo, desde que el feminismo ha postulado, con hartísima razón a mi entender, que lo personal es político, a lo mejor no resulta tan disparatado obsequiar a alguien con un ejemplar de la obra para que se replantee su vida particular. ¿Por qué no?
En todo caso, estamos preparando una presentación que haremos en la segunda quincena de enero próximo bien en el centro cultural Blanquerna, bien en la librería Juan Rulfo y que comunicaré en su momento porque siempre es grato reunirse con los amigos, sobre todo en un año que comienza.

La tortura.

El ministro de Justicia, otrora Gracia y Justicia, ha perdido el oremus. Esa contumacia en el indulto a unos mossos condenados en firme por torturas, con doble refutación a los tribunales, casi apunta a la prevaricación. El ministro ha querido aguar el problema presentándolo como un conflicto de competencias. Quizá algunos de los doscientos jueces y magistrados que han protestado públicamente por esa medida de gracia lo hayan hecho movidos por celo jurisdiccional. Pero no cabe duda de que la gran mayoría se alza contra un atropello del derecho. Se nota en que califican el indulto de inmoral.
Y lo es. Este gobierno, igual que el anterior, ha indultado delincuentes económicos de guante blanco y este, en concreto, un puñado de corruptos. Algo verdaderamente lamentable que muestra hasta qué punto España no es un Estado de derecho. Pero indultar torturadores es infinitamente peor. El delito de tortura, cosa que debiera saber el ministro pues es fiscal, de ser generalizado y sistemático, es un delito contra la humanidad. En España quizá no sea generalizado pero parece sistemático pues el país no abandona la lista de Amnistía Internacional de países en los que se practica la tortura.
Y ahora viene el ministro a demostrar no solo que hay tortura sino que le parece muy bien ya que garantiza la impunidad de los torturadores. Si alguien juzga demasiado radical esta explicación, recuerde que, al menos, es; ya que el gobierno no ha aportado ninguna. Gallardón se ha limitado a decir que el indulto es competencia exclusiva del consejo de ministros. Exclusiva, sin embargo, no quiere decir inexplicada, secreta. Los poderes públicos tienen prohibida la arbitrariedad.
No hace falta recordar que la tortura es, para la moral contemporánea, uno de los delitos más odiosos, condenado por innumerables instrumentos internacionales, declaraciones, convenciones, así como recogido en numerosos ordenamientos nacionales bajo los términos de una prohibición expresa y absoluta, pues es un delito que atenta contra los derechos humanos. A la luz de esta convicción hoy universal el indulto de Gallardón no tiene justificación posible.
Otro punto de vista, normalmente conocido como realismo dice que siempre ha habido y siempre habrá tortura, incluso cuando haya que disfrazarla de ley, como sucedió en los Estados Unidos durante la llamada guerra contra el terror de Bush que justificaba la tortura aunque llamándola con otro nombre. Desde las torturas del Imperio de Artajerjes a las prácticas de Guantánamo han pasado veintiséis siglos de civilización y progreso. Así que no hay que ser hipócritas, entender que la policía está para eso, para infundir un sano terror, no andarse por las ramas e indultar, porque el poder tiene siempre que acabar recurriendo a la tortura. Bien. En efecto, es una teoría. El ministro puede pensar que es preciso indultar a los torturadores porque la tortura es necesaria para el mantenimiento del orden. Puede ser. Pero no se limite a pensarlo. Ya que lo hace, dígalo.
(La imagen es una foto de sandeep thukral, bajo licencia Creative Commons).

dijous, 29 de novembre del 2012

URGENTE.

Carta de Michael Sommer: 
internet, como la conocemos hoy, está en peligro.

El próximo 3 de diciembre puede acabar la neutralidad y la libertad de internet.
Ese día comienza la Conferencia Mundial sobre la Telecomunicación Internacional en Dubai. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una organización especializada de la ONU, conjuntamente con los ministerios de Telecomunicaciones de 193 países tomará medidas a puerta cerrada sobre el uso internacional de internet. Pueden adoptarse decisiones que permitan a los gobiernos limitar el acceso a internet en sus países y aumentar la vigilancia online.
Por ello, la Federación Sindical Internacional que presido ha abierto una causa urgente en Change.org en la que pedimos al Secretario General de la UIT que paralice el proceso iniciado y organice negociaciones transparentes. Puesto que una internet bajo control de los Estados y las empresas es contraria a lo que la red representa: acceso abierto y libre para todos.
El tiempo apremia: en los próximos días tenemos que dejar claro que no permitiremos que se destruya nuestro derecho a una comunicación sin barreras.
Firmad ahora nuestra petición y mostrad vuestro apoyo a la libertad en la libertad de internet. Enviad este mail a vuestr@s amig@s y conocid@s
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Michael Sommer
Presidente de la Federación Sindical Internacional (FSI) y Presidente de la Federación de Sinbdicantos Alemanes (FSA)

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MÁS CLARO.
Un grupo de empresas de telecomunicación está en contacto con países como la China, Egpto y Arabia Saudí, que ya hoy restringen cuanto pueden la libertad en internet con el fin de redactar una nueva normativa en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas  sobre telecomunicaciones internacionales en diciembre.

Su propuesta significa que los gobiernos y las empresas de todo el mundo tendrán la posibilidad de:

- Hacer de pago servicios como el correo electrónico o Skype;

- limitar el acceso a internet; y

- vigilar todo lo que hacemos online.

Para los habitantes de los países pobres y aquell@s que viven en dictaduras, las nuevas reglas todavía serán peores.

Firmad la petición mundial de la columna de la derecha y pedid al Secretario General de la UIT, Dr. Hamadoun Touré y a l@s representantes de vuestros gobiernos que toman parte en la Conferencia que rechacen el nuevo intento de restringir la libertad en internet.

¿Os imagináis a gente como Wert metiendo sus narices en lo que decís en la red?

Pedir perdón


Varios militantes del PSOE, relativamente jóvenes, de base, algún concejal de población aledaña, han rodado un vídeo en el que piden perdón, supongo que a la ciudadanía, por las políticas erróneas del último gobierno de Zapatero. En concreto salen a relucir el tardío reconocimiento de la crisis y las medidas neoliberales que para combatirla se adoptaron (congelación de pensiones, reducciones salariales, reformas laborales). Se ataca la reforma del artículo 135 de la Constitución, perpetrada al alimón por el PP y el PSOE en agosto de 2011. Se lamenta no haber reformado el sistema electoral y haber guardado en un cajón la ley de libertad religiosa. Todo esto, según dicen los autores, reproduce la plantilla de una artículo de Ignacio Sánchez-Cuenca.
Asimismo se hacen unas consideraciones muy atinadas sobre la eficacia real del hecho de pedir perdón, cuando ya se sabe que el perdón, de obtenerse, no remediará materialmente el daño causado. Sirve este, al parecer, como prolegómeno a la firme resolución de cambiar, de hacer las cosas de otra forma, a los efectos de recuperar la confianza de aquellos cuyo perdón se solicita. El PSOE, concluyen estos bienintencionados rapaces, tiene que cambiar.
Por supuesto. Todo fluye, todo cambia, nada permanece, que dice Heráclito. Lo estanco, simplemente, no existe. Exactamente lo que le pasa al PSOE, que no existe. Es un no existir visto de diversos modos. Uno abatido, desconcertado, producto de un shock que no ha podido asimilar, como el de la dirección actual que, desde la derrota del 20N, no atina a verse en el espejo, al igual que los vampiros, muertos vivientes, o aquel Erasmus Spikher, que entregó su imagen al diablo. Desamparado el partido, habiendo perdido la dirección la brújula y el norte, lleva un año encajando un castigo electoral tras otro, malas noticias, descenso en la valoración del líder y sombríos augurios.
El otro modo es el combativo, el vigilante, el de quienes rechazan pedir perdón. Al contrario, están orgullosos de ellos, de su partido, de su gobierno. Eso de pedir perdón es un lloriqueo impropio de socialistas.
En la mitad -pues siempre hay un término intermedio, o más, entre dos polos- están quienes dicen que está bien pedir perdón, que eso es de caballeros, pero no que lo haga la militancia, sino la dirección.
Quizá, en efecto, eso de pedir perdón sea excesivamente sentimental, sensiblero e inoportuno. Máxime cuando se recuerda que el mero pedir perdón indica un deseo de quedar en paz con la conciencia de uno, pero no aclara en absoluto qué se planea hacer para remediar la situación. Así que el pedir perdón puede sustituirse tranquilamente por un reconocimiento y una crítica razonada de los errores cometidos y una presentación de un plan alternativo justo y viable. Pues eso es lo que importa.
Por lo demás, el pedir perdón tampoco es tan extraño en el contexto de la cultura cristiana en que nos movemos que habla mucho de indulgencia. Además, tampoco tiene tan mal resultado. La última vez que visité el vídeo en You Tube (se accede pinchando en la imagen) llevaba más de 99.000 visitas en menos de tres días, lo cual demuestra que es un éxito porque, además, es directo y está bien hecho. Eso no quiere decir que todos los que lo hayan visto estén de acuerdo con él, pero sí que despierta mucho interés.
Hay un momento en el vídeo que condensa todo su mensaje de forma simbólica y racional al mismo tiempo, que estalla como un petardo en la narración anafórica y por lo tanto algo adormeciente, cuando piden perdón por haber fallado. Ahí suena tremendo el eco del ¡no nos falles! de las primeras elecciones, reiterado en las segundas de 2008 con el tinte desvaído y melancólico del fracaso. Es una amarga experiencia pues, aunque él quiera echar las culpas a los elementos de la crisis, como Felipe II a los de la mar, lo suyo ha sido un fracaso que estamos pagando todos muy duramente.¡No nos falles! Pues falló.
L@s autor@s de este vídeo deben ahora pasar al terreno propositivo. Que hagan llegar sus ideas, sus planes, sus propósitos a la próxima conferencia política. Que se hagan oír.
El PSOE tiene que reaccionar, sacudirse la modorra y hacerlo desde la izquierda. Lleva mucho tiempo aburguesado, convertido en un partido dinástico, casi clerical, monárquico y contaminado de neoliberalismo. La oposición esta hoy en la calle y el PSOE, al que los electores sacaron de los despachos, no ha llegado a ella sino que parece haberse quedado atrapado en una especie de limbo, presente en todas partes, pero visible en ninguna.

dimecres, 28 de novembre del 2012

La codicia, la crisis y el expolio.

El asunto más fascinante sobrevenido hace poco es el sueldo de un millón de euros al mes que se ha autoasignado Cebrián, presidente de Prisa. He preguntado por ahí, no fuera a ser que mi modesto horizonte económico hubiera limitado mi capacidad de valoración de las cantidades. Pero en todas partes he detectado pasmo, sorpresa, a veces algo de envidia, una pizca de irritación y abundante resignación. El asunto alcanza cotas sublimes cuando el interesado explica que esa cantidad es normal en el mercado. Eso no puede ser cierto. Y menos en las empresas de comunicación. Estoy seguro de que nadie en estas ingresa esa astronómica cantidad, a no ser los propietarios y estos suelen ser morigerados en las sumas que se autoasignan. Y son los propietarios; que no es aquí el caso; o no lo era. Dice Cebrián que no se explica el odio que le profesa la redacción de El País, en la que la mayoría gana mil veces menos que él y un buen número ni eso porque él los ha puesto en la calle con un ERE muy duro. Pues si no se lo explica tiene duras las entendederas.
Pero, se dirá, oiga, es la empresa privada. Hacen lo que quieren, por supuesto, dentro de un orden. Una breve palabra sobre ese postulado sacrosanto de la separación entre la empresa privada y lo público, los poderes públicos, los gobernantes. Esa separación es falsa. Las empresas privadas viven de saquear lo público en tiempos tranquilos a base de una tupida red de enchufes, relaciones familiares y puro compadreo, muchas veces delictivo y, en tiempos turbulentos, a base decretos-leyes y normativas de urgencia. Todos los bancos privados con problemas se han rescatado con dinero público y este ha caído como el maná sobre el sector de las cajas, llevado a la ruina precisamente por los mismos que luego les adjudican miles de millones de euros de todos.
Además de que la separación no es cierta, el espíritu que alienta en ambos sectores, privado y público, es el mismo: el saqueo de lo público en unas proporciones tan disparatadas que, si se suman, se encuentra uno de los principales agujeros por los que desaparece el dinero de la endeudada economía española. Rato, nombrado presidente de Cajamadrid sin duda en razón de su probada experiencia en el fracaso, se va dejando Bankia en una quiebra tan total que es la principal causa de la gravedad de la crisis española. Pero él se ha llevado una pastuqui. Como la caterva de consejeros de Bankia, quienes venían levantándose de 200.000 a 350.000 euros por barba al año por no hacer literalmente nada; tan nada que no sabían ni lo que hacían, incluido un supuesto auditor, Acebes, que también cobró un Congo por no hacer auditoría. O esas cosas le cuentan al juez. Para dar ejemplo moral está previsto que los directivos del banco malo, cuyo nombre ya lo dice todo, tengan un límite de 300.000 euros anuales, un duro sacrificio que se alivia con la presidenta a quien se permite alcanzar los 500.000 euros anuales. No crean, no es mucho, está muy por debajo de los niveles del mercado, solo son quince días del sueldo de Cebrián. Siempre ha habido clases. La exmujer de Rato es presidenta de la ruinosa red de paradores del Estado, con un sueldo triple del del presidente del gobierno. Pero es que también el sueldo del presidente del gobierno es el triple del del presidente del gobierno, ya que cobra dos nóminas distintas de un modo altamente dudoso. Igual que hace Cospedal (esa que deja sin salario a los diputados de la oposición mientras ella percibe dos) y el resto de la casta política, término acuñado por Gian Antonio Stella y Sergio Rizzo y popularizado en España por Daniel Montero.
Esa casta política dedicada durante decenios a lucrarse, esquilmar el común, administrarlo malamente, a golpe de capricho, despilfarro, arbitrariedad, cuando no corrupción es la que ha arruinado el país. En conjunción con empresarios sin escrúpulos y delincuentes. Unas gentes que han erigido monumentos faraónicos perfectamente inútiles a su mayor gloria, con los que se han enriquecido los amigos y han endeudado y arruinado sus comunidades. Obras como la del ridículo aeropuerto de Castellón le hubiera costado el cargo al que lo mandó construir y, probablemente, un proceso judicial en cualquier otro país del mundo.
Una casta que se multiplica casi por infinito con el enjambre de asesores y cargos de confianza de los gobernantes y representantes de todos los niveles. Todos ellos de libre designación y todos ellos espléndidamente remunerados a cuenta de las arcas públicas. Y ¿qué hace falta para ser cargo de confianza? Ser amigo del que te nombra; mejor aun, pariente y, de nota ya, cónyuge. En efecto, ¿qué más confianza que entre marido y mujer? Algunos llevan esta fe en la pureza de los principios al extremo de enchufar al cónyuge en su mismo departamento. Y, mira por dónde, qué falta de entereza, eso está mal visto. La cosa consiste en nombrar al cónyuge en el departamento del amigo y al del amigo en el departamento propio. Hay que guardar las formas. El resto, herman@s, prim@s, cuñad@s, hij@s, se reparten a feliz voleo en el próvido seno de la administración pública, contra la que todos, a su vez, predican desde su pluriempleo de tertulianos en los medios. Y esa es la cuestión: no solo han esquilmado el país, sino que acusan a las víctimas de hacerlo desde unos medios de comunicación poblados de propagandistas de su credo también espléndidamente remunerados con caudales públicos..
Si alguien quiere medir el grado de enchufismo que reina en la casta política, sobre todo en la derecha, que goza hoy de señorío casi absoluto en el cortijo, que eche una ojeada a esta crónica de El Plural, en la que se cuenta lo bien colocada que está la familia de Ignacio González, empezando por su señor padre que, a sus 86 años, es secretario técnico del PP en el Senado por un salario que no se conoce, siguiendo por sus hermanos, cuñados y terminando con su esposa que es adjunta a la presidencia de la Patronal de Madrid. Una prueba patente de que la separación entre la empresa privada y el poder político que predican es un muro infranqueable. Pues no faltaba más.
(La imagen es una foto de 401(K)2012, bajolicencia Creative Commons).

dimarts, 27 de novembre del 2012

Próxima convocatoria: elecciones catalanas.

Las elecciones catalanas del pasado domingo estuvieron cargadas de emoción, sentimentalismo y mucho odio y conflicto. El envite soberanista de Mas encontró primero el habitual desprecio castellano y, luego, cuando se vio que la cosa iba en serio, una actitud de hostilidad que fue agravándose con el paso de los días y que culminó cuando el gobierno amparó y alentó una de las habituales campañas de calumnias y mala baba de El Mundo que, tomando pie en un papel apócrifo, vertió serias acusaciones de corrupción sobre Mas, Pujol y otros convergentes, con la torcida pero clara intención de que perdieran las elecciones.
CiU no perdió las elecciones pero sí las ganó con menos de lo que pedía. El PSC pagó las culpas propias y las ajenas del PSOE y, si se mantuvo frisando la raya de los 20 diputados, fue por su propuesta de consulta referendaria en Cataluña, cosa que le enfrenta con el PSOE. La rama catalana de IU aumenta tres diputados que, a sus militantes, les parece un subidón extraordinario y ya ven la emancipación universal al alcance de la mano. El PP aumenta un diputado, pasa de 18 a 19 pero, para lo que pintan estos españolazos, podía haberse quedado en uno.
ERC, el partido independentista triunfa y duplica sus diputados, probablemente con votantes de Mas entusiasmados y del PSC aburridos. Pero la revelación será Ciutadans, que multiplica por tres sus escaños y también las CUP, que aparecen por primera vez en el Paralement con tres diputados.
Ahora está por ver cómo se compone gobierno y qué políticas sigue. Para analizarlas y suscitar algo de debate, hemos organizado una mesa redonda el próximo lunes, en el salón de actos del Rectorado de la UNED (c/ Bravo Murillo, 38, Madrid) con los intervinientes, todos ellos de gran nivel, que figuran en el cartel ut supra.
La entrada es libre. Todo el mundo bienvenido.

La sanidad pública no se vende. Se defiende.

Propone Tomás Gómez reformar la Constitución para, entre otras cosas (supongo), "blindar el sistema público de pensiones". De acuerdo. Pero también el sistema educativo y el sanitario públicos. Sobre todo el segundo por ser esencial ya que, si las pensiones afectan a los jubilados, la salud pública nos afecta a todos.
El sistema público de salud es un pilar fundamental del Estado del bienestar; los otros son el derecho del trabajo, la educación y las clases pasivas. Atacarlos es atacar el Estado, el modelo mismo de la sociedad del bienestar, relativamente pacificada con algunos atisbos de igualdad. Es volver a la sociedad del conflicto, el enfrentamiento, la desigualdad. Está pasando con las políticas del PP, que ya comenzaron con el PSOE. Del derecho del trabajo casi no queda nada, la educación está sufriendo muy duros golpes y los jubilados pierden capacidad adquisitiva.
Pero el más grave hasta la fecha es el ataque al sistema público de salud, con una ferocidad descomunal, probablemente porque lo perpetran las Comunidades Autónomas, que tienen transferida la competencia. El plan de privatizaciones de Madrid es el mayor golpe que se haya dado hasta la fecha al servicio hospitalario en su conjunto. Llueve, además, sobre mojado, tras los conflictos sectoriales con el profesorado, los estudiantes, los mineros, los funcionarios (incluidos los policías), los desahuciados, los jueces, los trabajadores, etc.
Pero este conflicto de la sanidad es mucho más grave porque afecta a un derecho que la población tiene muy interiorizado y se vive con mucha más alarma e irritación, después del euro por receta y el repago de los medicamentos. Añádase a ello que el colectivo sanitario español en su conjunto seguramente es el que más prestigio tiene, el más valorado por la población. Y con justicia. Durante años las autoridades han presumido de que teníamos el mejor servicio de salud pública de Europa, con profesionales de renombre mundial y personal auxiliar de entrega absoluta. Un servicio de primer orden. Público. La gente lo sabe y muestra un apoyo cerrado a la huelga de personal sanitario que afecta a todos sus servicios, categorías y estamentos. Esta ha tenido un seguimiento entre el 80 y el 85%, según los organizadores, aunque la consejería correspondiente, en uso de su derecho a contar como la gobernadora Cifuentes cuando cuenta las manifestaciones que no le gustan, la reduce al 26,5%. Hasta le pone un decimal por lo de la verosimilitud.
El gobierno tiene un problema de primer orden por cuanto no es competente y puede chocar con los autonómicos de su propio partido, encontrándose, al final, con varios modelos de servicios sanitarios según comunidades autónomas. Un problema de primer orden con un colectivo de mucho prestigio, muy combativo y muy apoyado por la población que, con razón, se siente esquilmada.
Viene a la memoria que la señora Thatcher cayó en una sublevación interna de su partido a causa de dos propuestas vistas como muy antisociales: un impuesto de capitación y la privatización del Servicio Nacional de Salud. Obviamente, no hay similitud alguna en los otros datos. Thatcher llevaba once años en el poder y Rajoy acaba de estrenarse. Pero es cierto que la situación se contempla con inquietud. De no ser así, el PP de Madrid no hubiera sacado un vídeo justificando la privatización que es un ejemplo perfecto de la reconocida táctica del PP de la proyección, esto es, acusar a los demás de lo que uno hace. Porque el vídeo se llama, tiene narices, que no te engañen. Cuando el engaño es el alma misma de la privatización.
Porque ¿puede el PP, el gobierno de Madrid, Ignacio González o quien sea explicar por qué hay que privatizar el servicio público de salud? Se aducen razones de ahorro y eficiencia. Pero, que yo sepa, el gobierno autonómico no ha mostrado un solo estudio o dictamen que las justifique. Ni siquiera ha consultado la opinión profesional de los colectivos afectados, ni los jefes, ni los médicos, ni los enfermeros, ni, por supuesto, ha preguntado a los pacientes. Es una reforma por privatización de ordeno y mando en función de un proyecto que no se ha mostrado ni mucho menos debatido en público.
Y es que no puede ser de otro modo porque, como es evidente, la privatización implica beneficio, lucro privado de unas empresas, tres o cuatro, especializadas en vivir de las contratas públicas, de su relación de favor con el poder político. Son los mismos que luego te endilgan largas teóricas sobre la necesidad de separación entre el Estado y el mercado. Una separación tan nítida, decía Ayn Rand, como la de la iglesia y el Estado. El mercado tiene sus leyes. La fundamental, la ganancia, el lucro. Lo de menos es que se preste el servicio; lo de más, que deje beneficio. Y así es como se pone la infraestructura pública de la sanidad, financiada con el dinero de todos, al servicio de unos intereses privados que, con una reducida inversión, recogen ganancias fabulosas.
Reiteran las derechas privatizadoras que el servicio público de salud no es sostenible. Pero eso no es cierto. Lo es en todas partes en Europa y aquí si hay voluntad política de que lo sea mediante las correspondientes reformas y la política fiscal.
El conflicto de la salud pública nos afecta a tod@s y si tod@s admitimos perder el derecho a la salud, garantizado por el único que puede hacerlo, que es el sistema público, los poderes públicos, el infierno será el límite.

dilluns, 26 de novembre del 2012

Un lío con mucho seny

El momento político de las elecciones catalanas es un cuadro con tantos matices que ningún politólogo perderá la ocasión de analizarlo. El relato de la independencia de Cataluña, que se iniciaría con un hito con reflejo en los anales de la patria catalana, el 25N, mediante la mayoría excepcional que pedía Mas, se convierte ahora en una narrativa plural y, por ende, confusa, con más elementos en juego. Pero el relato es el mismo.
La derecha española trompetea a los cuatro vientos el fracaso de Mas, su batacazo, su derrota incuestionable. Cataluña, señores, no quiere separarse de España. Suele pasar con los conservadores, que personifican siempre las ideas en un caudillo y presumen que, si el caudillo cae, caen las ideas. Pero eso no es cierto. Mas se ha dado una castaña, desde luego y, por tanto, el plebiscito personal que las elecciones contenía se le ha vuelto en contra. Pero la idea, el plan, el proyecto, sigue adelante porque donde CiU ha perdido doce diputados, ERC ha ganado once y más aguerridos en el espíritu soberanista. Es claro: el bloque soberanista tiene mayoría absoluta, con 71 escaños.
Pero hay un punto que no suele mencionarse, un punto intermedio. Si, en lugar del soberanismo, preguntamos por los partidarios del referéndum de autodeterminación, la mayoría asciende a 91 diputados pues hay que sumar los veinte del PSC. Es de suponer que los soberanistas se apuntarán al referéndum en virtud del principio lógico de que donde cabe lo más, cabe lo menos.
Y ahí es donde está el sentido de estas elecciones. Toca dar por hecho el referéndum, salvo que haya una pugna entre el PSOE y el PSC y este ceda. Es decir, hay que dar por hecho el lío del referéndum porque, sin duda alguna, el gobierno central lo prohibirá por todos los medios a su alcance y creo razonable señalar que, cuando se dice todos se quiere decir todos con el matiz de a su alcance.
Los discursos de los partidos son autocomplacientes, pero muy ilustrativos. En CiU, que parece haber entendido el mensaje, Mas se queda. Hay quien lo quiere dimitido y hasta vestido de peregrino en jornada de expiación a Montserrat. Pero se queda.
Los de ERC duplican votos con creces y casi recuperan el vigor de los tiempos de Carod Rovira. Siguen hegemonizando el independentismo de izquierda, a donde quizá se hayan ido votos del PSC y de CiU. Pueden hacer de las suyas, pero también pueden impedir que Mas siga cargándose el Estado del bienestar catalán.
El PSC es el que más pierdegana porque todas las encuestas le auguraban un resultado catastrófico y ha quedado en un honroso tercer lugar, segundo en número de votos. Pero esa contravictoria provoca un conflicto en el conjunto del PSOE porque no se da como consecuencia del federalismo propuesto sino de la petición de referéndum, cosa que a la dirección actual del PSOE le repatea los higadillos.
En el PP nada cambia. Aunque con sus 19 diputados (uno más) daría una raspada mayoría absoluta a Mas, la alianza es altamente improbable. No imposible, porque imposible no hay nada en la vida. Si no es parte del gobierno, en Cataluña el PP es un partido marginal.
ICV-EUIA habla de continuo ascenso por pasar de 10 a 13 diputados con un aumento de 130.000 votos. Tampoco es un resultado para echar campanas al vuelo, pero el optimismo antropológico de la izquierda post-soviética y la fe en el triunfo final de la razón en marcha de tres en tres diputados lo convierten en arrollador triunfo.
Ciutadans es el verdadero ganador porque ha multiplicado por tres sus diputados y casi también sus votos con un discurso no independentista pero centrado en Cataluña con ribetes de izquierdismo populista. Más o menos el tipo de electorado de UPyD en España, razón por la cual, quizá, el partido de Rosa Díez ha quedado por debajo del Partido Pirata.
La CUP es la otra gran sorpresa, de cero a tres diputados y 126.000 votos para unas gentes independentistas de izquierda que hasta ahora actuaban sobre todo en el ámbito local.
En cuanto a los dos grandes partidos nacionales, el impacto de las elecciones catalanas es muy distinto. En el PP, sin novedad en el frente cataláunico. Alicia Sánchez-Camacho no sabrá sumar pero ha añadido un diputado a los 18 de antes. Ahora son 19 irreductibles de Filipinas.
El verdadero lío está en el PSOE. Tod@s dicen que la propuesta federalista tiene mal fario. Nadie habla de federalismo excepto el PSOE en la hora 25 y el PSC, casi como el muñeco del ventrílocuo y con los mismos efectos. Lo que ha mantenido el PSC a flote ha sido la propuesta referendaria. Pero en esa vía, el PSC entra en conflicto con la dirección del PSOE. Una razón más por la que este debe tomarse muy en serio su próxima conferencia política. Si es conferencia y si es política se supone que tratará asuntos de más fuste que las personales sobre si Rubalcaba se va o se queda. Porque, además, supongo yo, eso dependerá de las decisiones de la conferencia de marras.
Pero debe haber debate en serio. El proyecto federalista tiene pinta de ser un abracadabra por lo precipitado, lo confuso y desganado de su oferta. Pero es igual; no hay inconveniente en apoyarlo. Siempre que no pretenda constituirse en única propuesta que excluya la del referéndum. El referéndum es perfectamente compatible con el federalismo. El PSOE habrá de explicar qué tiene en contra de la idea del tal referéndum. A más, a más, qué tiene en contra del derecho de autodeterminación de catalanes y vascos y otras diversas gentes. Por qué no apadrinar la idea, proponer una reforma de la Constitución que reconozca ese derecho y presentarse a las elecciones (con el añadido de un programa netamente socialdemócrata en lo económico y lo social), a ver qué pasa.
Lo que está claro es que el PSOE, de todas formas, se ha pasado ya al campo de la reforma de la Constitución puesto que solo a su través podrá implantarse el federalismo. La reforma de la Constitución es el punto en el horizonte que las elecciones catalanas han despejado. Es como si Cataluña devolviera a España la pelota de la fracasada reforma del Estatut.
Ahora toca la reforma de la Constitución. La izquierda a la izquierda del PSOE lleva años proponiéndola. Y de todas partes le llueven partidarios. Tomás Gómez acaba de proponer reformarla para blindar el sistema público de pensiones. Me parece de perlas. Hay que contrarrestar ese maldito articulo 135. Y se queda corto. Yo blindaría asimismo el carácter público y gratuito de los sistemas sanitario y educativo.
En todo caso, de aquí a las próximas generales en 2015, la reforma de la Constitución va a ser uno de los dos ejes centrales del debate político y programático. El otro será el de la salida de la crisis pues para entonces aún no habremos salido.
Y ya en la recta de la reforma constitucional, si el PSOE le echa arrestos, puede proponer un referéndum sobre la Monarquía. Se le irá mucho voto por la derecha, pero le llegará mucho también por la izquierda y, si el plan que presenta es viable y razonable con promesa de resolver contenciosos crónicos en España, no puede obtener malos resultados. Y, en todo caso, si uno quiere que lo consideren de izquierda, algo tendrá uno que poner de su parte.

diumenge, 25 de novembre del 2012

Homenaje a Cataluña.

De estas elecciones en Cataluña depende mucho. Para España y para Cataluña. Una prueba más de que, se ponga como se ponga el recurrente fascismo español -venero último de la derecha patriótica- Cataluña tiene un peso propio en el conjunto del país muy superior al que normalmente y a regañadientes le conceden sus poco amables vecinos.
Por primera vez y gracias al acierto (o el error) de Mas, en estas elecciones se mide la fuerza del independentismo catalán y el peso del nacionalismo español en el Principado; opciones tradicionalmente embarulladas por la tendencia del primero a la ambigüedad temerosa y la del segundo al disimulo receloso.
Siendo español no catalán, mi deseo es que Cataluña no se independice y que siga formando parte del Estado. Pero que lo haga voluntariamente, teniendo la libre opción de dejar de hacerlo mediante un referéndum de autodeterminación. Por eso, si pudiera votar, lo haría por el PSC, a pesar de que el resto de las políticas del socialismo ibérico me tienen muy descontento y de que, de las dos propuestas concretas del catalán, la del federalismo me parece una vaciedad inútil. En cambio coincido con la otra: la celebración del referéndum, cosa que se le atraganta a la actual dirección del PSOE.
Pero no subo esta entrada para hablar de mi hipotético voto, ni de qué piense yo que vaya a ser el resultado que, al parecer, está en el aire, sino para tributar un homenaje a Cataluña. Un homenaje a los catalanes y una petición de disculpas por los torrentes de injurias y calumnias a ellos mismos como pueblo y a sus dirigentes libremente elegidos que han debido soportar en el último mes, procedentes del gobierno español (y de parte de la oposición), de sus servicios secretos, de sus cloacas, de su prensa mercenaria y de sus agentes provocadores, algunos con cargo institucional.
Porque algo ha quedado claro en esta campaña: cuando los nacionalistas catalanes van en serio, se destapa el tarro del odio y el juego sucio españoles.
Odio en esta campaña ha habido en abundancia. Y dejará heridas difíciles de curar. Por supuesto, también del lado nacionalista catalán lo ha habido: ese odio victimista que reaparece en momentos de crisis. Pero ese es asunto que compete a los catalanes. A Palinuro le interesa el odio español. Para denunciarlo y distanciarse de él. Empezar Mas a hablar de independencia y echársele encima la ira y el odio de quienes no conciben más nación española que la que cabe en sus cuartelarias mentes ha sido todo uno. Un odio cuya contemplación, la verdad, avergüenza. Y muy extendido. Su forma más evidente se da en las amenazas, insultos y rebuznos de los españolazos más endurecidos. Pero también late el odio en esa crítica teóricamente refinada de cierta izquierda según la cual tanto Mas como Rajoy -los dos derechas, se dice- han sacado el señuelo nacionalista para ocultar sus recortes. Es muy posible. Pero esa misma crítica apenas oculta la sospecha de que el que la hace no quiere enfrentarse al hecho de que, manipulado o no manipulado, hay un fuerte sentimiento independentista popular catalán que la izquierda española no puede ignorar.
En dos palabras: si yo fuera catalán, viendo cómo las gastan mis vecinos españoles, creo que sería independentista.
Y, además del odio, el juego sucio, mucho más repugnante. Porque el odio, como pasión, puede llegar, quizá, quién sabe, a lo sublime. Pero el juego sucio, las injurias y las calumnias puestas en marcha, como siempre, por El Mundo, y atizadas por un gobierno de franquistas cuya fibra ética es tan sólida como brillante su honradez y profunda su inteligencia, se mueve en el subsuelo de la falta de principios, la maldad, la ruindad, la perversión, la venalidad y la hipocresía. Supongo que quienes han puesto en marcha este ataque repugnante y han envilecido la campaña habrán sido, como acostumbran, bien remunerados. Como parecen haberlo sido siempre las piezas que estos granujas han utilizado en otras ocasiones para sus fines, con ocasión de los GAL o del 14M.
Ignoro si Mas, Pujol, CiU, etc, son o no inocentes. Buena parte del asunto está sub iudice y los jueces decidirán. Es la sincronía de los momentos, el aprovecharse de la ocasión, la oportunidad para desprestigiar y desacreditar suciamente a quien no puede derrotarse en buena y limpia lid lo que más indigna y subleva por la inmoralidad que supone. Es el recurso a la amenaza, el chantaje, el insulto, la calumnia, el rumor, el infundio, la mala baba de esta derecha franquista y sus esbirros mediáticos lo que empequeñece hasta hacerla liliputiense la causa española en Cataluña y agranda en cambio la causa catalana hasta en España. La última prueba: que de las patrañas de El Mundo se haya hecho eco ese tabloide del fascismo zombie español que es La Gaceta.
Pase lo que pase hoy en Cataluña, pido perdón a los catalanes en nombre propio por las demasías de mis paisanos y les agradezco el ejemplo que nos dan, que nos han dado durante 35 años, de un nacionalismo civilizado, pacífico y democrático.