dimecres, 17 de setembre del 2008

Conversación celestial entre A. Smith, K. Marx y J. M. Keynes.

Hace un día maravilloso como corresponde a la región divina. A la hora de celebración de la democracia angélica, cuando todos los espíritus se mezclan sin parar mientes en su jerarquía, querubines con tronos, virtudes con dominaciones pues de otro modo no podría armarse la orquesta celestial, y poco antes de entonar con melancólica cadencia el Gloria in excelsis Deo, Adam Smith (concertino) se encuentra con John Maynard Keynes (clarinete) que está en animada charla con Karl Marx (octabajo) quien, al ver a aquel, se dirige hacia él blandiendo el arco.

Marx: ¡Siempre lo dije, siempre lo dije! ¡Mis predicciones se cumplen! El socialismo se implantará empezando por los países más avanzados de la tierra. Nada de aquel pestiño de la Rusia agrícola cuando un eslavo bastante bruto llamado Lenin se empeñó en empezar la casa por el tejado. El comunismo se establecerá en los EEUU en primer lugar, luego Inglaterra, después Europa Occidental... como yo lo había predicho.

Smith (desconcertado, dirigiéndose a Keynes): ¿qué le sucede a Herr Marx esta mañana? Está muy excitado y cuando los alemanes se excitan...

Keynes: nada, acaban de anunciar que la Fed en los States interviene AIG y dice que es el comienzo del fin, la crisis general del capitalismo que él siempre vaticinó, que ahora los EEUU nacionalizan empresas, la transición al socialismo. No puede imaginarse qué mañana llevo. He llamado a Lytton para que me eche una mano, pero está ligando con el sobrino de Virginia Woolf.

Smith (escandalizado): no me hable Vd. de esas horrendas perversiones suyas de Bloomsbury. El capitalismo es sobre todo moralidad, amigo mío, moralidad, cumplimiento, palabra dada, trabajo, frugalidad...

Marx: ... y explotación, explotación a mansalva. La plusvalía...

Smith: no empiece Vd. Herr Marx. Por Dios, no me suelte el vol. I de El Capital que es el único que pudo Vd. publicar. ¿Cómo que crisis general del capitalismo? Lo que Vd. siempre dijo es que esa crisis vendría por un proceso de depauperación de un lado con sobreproducción de otro en un contexto de anarquía del mercado y todo ello hablando del capitalismo industrial...

Keynes: es lo que yo le digo siempre, Mr. Smith. Charlie boy, no diste ni una.

Smith: claro que no; ni una. Aquí hablamos de una crisis del capitalismo financiero.

Marx: financiero, industrial, el capitalismo es siempre capitalismo; igual que una ñorda es siempre una ñorda...

Keynes: ¡por favor, Charlie!

Marx: déjame Johan, sé lo que me digo: el capitalismo es una ñorda y de anarquía en los mercados ¿para qué hablar? A ver, Mr. Smith, ¿quién puede controlar los mercados financieros internacionales? Ni Dios, que acaba de pasar por aquí con el Wall Street Journal bajo el brazo, ni Vd. mismo, que era su querubín teórico tienen ni la más guarra idea. Esto es un caos, mezcla de irracionalidad y pura codicia. El afán de lucro, la sobreexplotación de las masas.

Keynes: Bertie Russell me dijo el otro día que ha ayudado mucho la pavorosa estupidez de los llamados "neocons", con ese tejano beodo que ya está considerado el peor presidente de su país.

Smith (A Marx): ¿qué quién controla? Bueno, debiera Vd. saber, Herr Marx, que los mercados se controlan solos, pues son sistemas autorregulados y como dice otro sabio alemán, autopoyéticos. Mi mano..., ejem, quiero decir, la mano invisible de los vicios privados/virtudes públicas...

Marx (aporreando el octabajo): ¡ja! ¿Has oído John? ¡La mano invisible! Aquí la única mano invisible es la que ha metido en los ahorros de medio mundo una banda de ladrones y banqueros (lamento la redundancia) que llevan treinta años viviendo de las bellaquerías económicas de las desregulaciones, las privatizaciones y las "reformas" de unos políticos siervos que sólo pretendían embellecer el capitalismo. ¡Y por más que la embellezcas, una ñorda es una ñorda!

Smith: falso, Herr Marx. El error no está en el mercado, que es un mecanismo neutro, impersonal y racional de asignación de recursos. El error está en esa monstruosidad que se llama "política económica" por la que todos los gobiernos interfieren en donde no deben y me da igual que esas interferencias sean para privatizar o para nacionalizar. La mejor política económica es la que no existe. El Estado está para detener chorizos, hacer caminos e impedir que nos invada la Armada Invencible. Todo lo demás, como dice mi amado doctrino von Mises, es socialismo.

Keynes: pues es que ahora lo que se impone como solución es la nacionalización.

Smith: ¡error!

Marx: ¿error? Es lo único sensato que ha hecho en ocho años esa banda de ineptos en Gringolandia. Mr. Smith, Vd. no entiende nada de economía. El error eran y son las privatizaciones. Al abolir el Estado quiere Vd. retrotraernos al feudalismo.

Smith: quien no entiende nada de Economía es Vd., Herr Marx, que quiere abolir el mercado, lo que equivale a abolir la base misma del cálculo económico. Al abolir el mercado nos lleva Vd. al totalitarismo más inepto.

Keynes: pero en algo tiene razón Charlie, Mr. Smith: las privatizaciones fueron un desastre.

Smith: ¡claro que sí! No seré yo quien lo niegue. Fueron un desastre porque fueron actividades de capitalismo corsario o capitalismo de ladrones. El capitalismo es un sistema moral que prohíbe el robo o la confiscación y las privatizaciones fueron confiscaciones de aprovechados. Basta ver lo que se hizo en España. Por eso digo que ninguno de los dos entendéis de economía.

Keynes: ¿cómo que no, old chap? Yo siempre defendí un punto de vista que integraba el suyo y el de Kärlchen, una mezcla, un juste milieu, como decía Montesquieu o, para que Charlie me entienda, una "superación" o Aufhebung hegeliana de la contradicción capitalista básica...

Marx: juste milieu, juste milieu. Tú eres un pánfilo que no te has enterado de qué va esto o peor aun, un sucio socialdemócrata progre al servicio del capital. Como lo está el Estado, siempre al servicio del capital. Por eso quiere Mr. Smith que sea diminuto y no tenga competencias: para que sea la agencia de la clase dominante. Cuando hay que privatizar se privatiza y cuando hay que nacionalizar, se nacionaliza. Según le interese al capital.

Smith: hágame el favor de no caricaturizar mi teoría Herr Marx. Que la suya sea elemental como el sonido del grillo no quiere decir que también lo sea la mía. En mi teoría el Estado no tiene por qué intervenir en el mercado para beneficiar al capital ni al no capital, a nadie.

Keynes: pero Mr. Smith, por favor, en este Cristo que hay montado en Wall Street, si el Estado no interviene, todo el montaje mundial se va al garete.

Smith: pues que se vaya. Eso quiere decir que estaba mal montado.

Marx: ¿lo ves? Lo que yo decía: crisis general del capitalismo y llegada del socialismo en la Meca misma del capital. Como yo lo dije.

Keynes: creo que están Vds. los dos locos. Sus recetas son destructivas y las dos (anulación del Estado o anulación del mercado) llevan a una perpetuación de la crisis. Claro que el Estado debe intervenir, precisamente para corregir las disfunciones del mercado y así mantenerlo. En momentos de crisis, el Estado debe garantizar la demanda agregada, invirtiendo en obras públicas...

Marx: ¿y salvando a los ladrones de la quiebra? ¿Como hacen los sociatas en España, que subvencionan con dineros públicos a los tiburones del ladrillo? ¿Tirando los ingresos del Estado por el sumidero de las operaciones especulativas y fraudulentas del capital reunido en conciliábulo a ver cómo puede explotar más a los trabajadores del mundo entero?

Smith: cierto, John, Herr Marx y yo estamos de acuerdo en esto. Recuerde que en La riqueza de las naciones decía yo que siempre que dos capitalistas se juntan aunque sea para jugar a las cartas las consecuencias las pagamos los demás.

Keynes: de acuerdo yo también, amigos. No me refería a estas intervenciones que suenan a sacar las castañas del fuego a los piratas del caos financiero mundial y que van a dejar a nuestros países sin recursos para poner en marcha las acreditadas políticas de mi flamante marca keynesiana, expuesta en La teoría general, etc. El Estado debe intervenir recurriendo incluso al déficit pero no arruinándose en operaciones especulativas (ese es el aspecto más siniestro de esta historia) sino en actividades productivas; así se mantiene alta la demanda y a largo plazo...

Smith y Marx (al unísono, mientras empiezan a sonar los primeros acordes del Gloria in excelsis): ¡todos calvos!.

(La primera imagen, una estatua de Adam Smith en la parte trasera de la Royal Academy es una foto de Matt From London; la segunda, un retrato de Karl Marx, es una foto de Álvaro Herraiz, ambas bajo licencia de Creative Commons); la tercera es una foto de John Maynard Keynes (a la derecha) junto a Harry Dexter White en una reunión de Bretton Woods y está en el dominio público).

dimarts, 16 de setembre del 2008

El criminal Francisco Franco.

Tres factores de muy distinta naturaleza han puesto a los españoles en la situación en que se han encontrado antes otros pueblos a la salida de regímenes tiránicos, despóticos o terroristas, esto es, confrontados a la necesidad de entender su pasado y esclarecer los hechos que lo significaron desde un punto de vista moral y/o jurídico. Estos tres factores han sido: a) el paso del tiempo; b) la labor de un grupo de investigadores e interesados; c) la reciente decisión del juez Garzón de recabar información de las autoridades sobre las matanzas de los franquistas. Permítaseme abordarlos por separado.

a) El paso del tiempo. A veces se oye y lee por ahí que la transición, entendiendo por tal la transición propiamente dicha (entre 1975 y 1978) y la consolidación (entre 1978 y 1986 más o menos) fue un apaño, un pasteleo, una vergüenza, que la izquierda se dejó avasallar en el mejor de los casos y en el peor vendió sus viejas y justas reivindicaciones por un lugar al sol en una seudodemocracia monárquica que llega al día de hoy. Eso es fácil de decir ahora. Por supuesto, siempre será posible imaginar que lo que se hizo en un momento pudo haberse hecho mejor. Pero a la hora de formular un dictamen tan duro recuérdense las circunstancias de entonces.

El dictador había muerto en la cama en la plenitud de su poder. El ejército (con tres ministerios en el Gobierno) controlaba la situación y, aunque ligado por la lealtad al Rey, vigilaba todo de cerca y estaba presto a intervenir en cualquier momento, como hizo en febrero de 1981. Los pistoleros de los sindicatos campaban por sus respetos, como se prueba con la matanza de abogados laboralistas en Atocha en 1978. Los asesinos y torturadores de la Brigada Política Social seguían en activo. Todos los aparatos de la Dictadura estaban en pie. Enfrente una izquierda dividida y debilitada también vigilada en el exterior a causa de la Revolución portuguesa llamada "de los claveles" en 1974. Hasta el Partido Comunista de España traía una política de "reconciliación nacional" que quería decir exactamente eso: reconciliación, perdón, amnistía. Y aun así su legalización fue un momento crítico en que todo estuvo a punto de irse al garete.

En aquellas condiciones se hizo lo mejor que se pudo. Insisto: seguramente se hubiera podido hacer mejor pero que quienes critican ahora la transición digan en qué. Gobernaban con mano de hierro los que ganaron la guerra y se beneficiaron de la represión/genocidio posterior y la condición que pusieron para permitir la transición fue que se clausuraran las responsabilidades del pasado. Y hubo que aceptar porque si no ahora no estaríamos aquí.

La transición se hizo por consenso, amnistía y perdón. Ahora podemos decir que no valen porque fueron arrancados por la violencia y con amenazas pero no sé cuánta gente estaría dispuesta a sostener este punto de vista. Máxime si se tiene en cuenta que, como argumentamos entonces consenso, amnistía y perdón no significaban olvido. No queríamos ni podíamos olvidar y por eso mismo, ahora que ha pasado el tiempo y cuando los beneficiarios del genocidio ya no pueden chantajear a los poderes públicos (aunque sí, y ya lo hacen, insultar y amenazar) pedimos la justicia que se debe a las víctimas: su reconocimiento y el conocimiento público de los victimarios. Queremos saber quiénes murieron, cómo, en dónde están enterrados, quiénes los asesinaron, por qué y qué beneficios obtuvieron de ello. Es obvio que esta exigencia ya no acarrea peligro de involución alguna y no lo es menos que no implica "reabrir heridas", como desatinadamente dice el señor Rajoy, dando así voz a todos los criminales que se ensañaron con la población indefensa, la torturaron, la asesinaron, le robaron sus propiedades y se lucraron con todo, esto es, a la columna vertebral de lo que siempre se ha llamado el "franquismo sociológico" y que hoy muestra su miedo a la verdad vociferando desde sus innumerables plataformas, partidos políticos, medios de comunicación, púlpitos, fundaciones y asociaciones.

b) La labor de un grupo de investigadores y personas interesadas que, durante estos años, de forma callada y ejemplar han estado buscando y rebuscando en los archivos y registros en condiciones muy duras; han hablado con los familiares, allegados y vecinos de las personas asesinadas en aquellos años a los que muchas veces les costaba decir lo que sabían porque habían interiorizado el miedo que aquel régimen de asesinos había esparcido por toda España, el miedo denso y espeso de los pueblos, las pequeñas ciudades de provincias, en donde las gentes habían visto cómo los guardias civiles, los chulos falangistas, los militares, asesinaban a la gente impunemente, la fusilaban y abandonaban los cuerpos en las cunetas y barrancos; han visitado cementerios, campos, dehesas en busca de las fosas comunes, los lugares donde estaban enterrados tantos asesinados y desaparecidos.

A este grupo de historiadores, investigadores y familiares debemos agradecer todos un trabajo que hoy empezará a dar sus frutos también en beneficio de todos. Por cierto que en los últimos días he leído muchos artículos y reportajes sobre la tarea de los historiadores que han venido documentando la memoria histórica, todos ellos muy meritorios. Pero me ha llamado la atención no haber visto mencionado (quizá no he dado con él) el nombre de mi colega Alberto Reig, uno de los que empezó a interesarse ya en los años sesenta por las víctimas de la represión franquista y de los que tiene más documentada y rigurosa obra publicada al respecto. Tanto por el debido reconocimiento como por el beneficio para la colectividad el nombre de Alberto Reig debiera encabezar estas relaciones de investigadores.

c) La providencia del juez Garzón. No tengo duda de que ha sido una providencia justa que es lo mejor que puede decirse de los actos de un juez y así lo dije en dos posts hace unos días titulados Tres hurras por el juez Garzón y Nueve hurras por el juez Garzón. El magistrado ha recabado información sobre los asesinados por los franquistas durante la guerra civil y la posguerra con el fin de determinar el tipo de delito de que se trata y si es o no competente para proceder a la instrucción. Esta providencia es decisiva porque con independencia de las conclusiones a las que se llegue, por fin las víctimas de la vesania fascista en España (aproximadamente unas 130.000 personas asesinadas y hechas desaparecer entre desde 1936 hasta los años cincuenta, según parece) verán reconocida su existencia y el Estado estará ya obligado, cuando menos, a proveer a su localización, exhumación y devolución a sus familiares y allegados. Sólo por eso ya merece aplauso el juez Garzón.

El otro aspecto, el del tipo de delito que aquí se trate es más problemático. En principio no puede ser considerdo genocidio ya que éste aparece definido en el art. II de la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio de las Naciones Unidas de (Resolución 260/III de la Asamblea General de 12 de enero de 1951) como los actos "perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso." Es decir, quedan excluidos los asesinatos de grupos políticos o sindicales, lo que se ha llamado politicidio. El primer borrador del texto incluía los crímenes políticos, pero estos se excluyeron por presiones de la Unión Soviética y otros estados que temían que se los encausara precisamente por eso. Esta definición restringida de genocidio es la que recoge expresamente el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 17 de julio de 1998 en su artículo 6. Para mi santiguada, el juez no podrá tipificar los crímenes franquistas como genocidio porque no lo ampara ningún texto legal. Pero, si no jurídicamente, moralmente fueron un genocidio y un genocidio anterior al Holocausto. Y por tal los reputo: un genocidio de republicanos como antes lo hubo de armenios y después de judíos, tutsis o bosniacos, por no citar más que algunos casos.

El citado Estatuto sin embargo en su artículo 7 tipifica el crimen de lesa humanidad como los asesinatos, exterminio, esclavitud, etc que se cometan "como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque." Y aquí sí encajan los asesinatos franquistas perfectamente pues fueron generalizados y sistemáticos y contra la población civil. Cabe tipificarlos así y es de esperar que el juez Garzón lo haga. Pero aunque la Convención, el Estatuto y otros instrumentos declaran que estos crímenes son impresciptibles, reconocen a los asesinos el privilegio de la irretroactividad penal por lo que no podrán ser procesados porque cometieron sus crímenes antes de la entrada en vigor del Estuto.

Pero que no puedan ser procesados los autores no obsta para que los tribunales de justicia sentencien que los delitos se cometieron y podamos saber los nombres de las víctimas y de los asesinos. Y esto no es en modo alguno, repito, abrir heridas, sino cerrarlas. Cerrarlas y que cada palo aguante su vela. La acción del juez Garzón tiene además una notable proyección exterior puesto que viene a resolver la contradicción que se estaba produciendo por el hecho de que España, que persigue crímenes de lesa humanidad y genocidio en otras partes del mundo como Chile, la Argentina, Guatemala o el Tibet, no hubiera sido capaz hasta la fecha de poner orden en su propia casa, sacar a luz y juzgar y condenar (aunque sólo sea moralmente) a los asesinos que durante años se cebaron en una población civil derrotada, inerme, empobrecida y aterrorizada.

(Las imágenes son sendas fotos del criminal Francisco Franco con Hitler en Hendaya, con Mussolini en Bordighera y con la jerarquía eclesiástica, bajo palio entrando en San Francisco el Grande el 3 de marzo de 1941 a los funerales por Alfonso XIII.)

Premios 20 blogs.

Palinuro se ha inscrito en el concurso anual que abre el diario 20 Minutos y titulado Premios 20 blogs. No es que tenga muchas esperanzas porque la experiencia del año pasado le sirve de desengaño dado que en el concurso se practica mucho el voto estratégico que es algo así como las peñas de las loterías: nos juntamos y jugamos x participaciones. Aquí igual: nos juntamos y todos nos votamos a todos. Con lo cual como Palinuro es bicho solitario que no se junta ni con su sombra, lo tiene crudo. Pero como también es de temperamento infantil y juguetón se presenta porque le hace ilu que lo voten.

Se incluyen más abajo las bases del concurso por si alguien más quiere participar-

Obsérvese que sólo pueden votar los blogueros y que hayan registrado un blog en el concurso. Así que ya lo saben los lectores que quieran votar a Palinuro: hay que pinchar en la imagen o en el enlace, ir a 20 minutos, inscribir un blog en alguna de las categorías (Palinuro quería que lo inscribieran en Actualidad y Cultura, pero sólo le han dejado Actualidad) y esperar a que se abra la posibilidad de votar y hacerlo, yendo a "mejor blog de actualidad" y buscando "Palinuro".

El año pasado cada votante podía votar por un mismo blog durante todos los días que duraba el concurso (un voto diario, que también se prestaba mucho al voto estratégico) y me da la impresión de que este año es igual. O sea que si algún/a lector/a quiere votar a Palinuro todos los días, sólo tiene que ir al baner de la columna de la derecha, pinchar y votar en 20 minutos. Gracias.


Bases 2008


1. Podrá presentarse al concurso cualquier blog en castellano. Se crea un premio para blogs en otras lenguas.
2. Para participar en el concurso será necesario estar registrado como usuario de 20minutos.es e identificado en el momento de realizar la inscripción. El autor de un blog deberá optar al inscribirse por las categorías en las que concursa, pudiendo inscribirse en dos como máximo: una temática y la de mejor diseño.
3. Un mismo autor podrá presentar diversos blogs al concurso.
4. Todos los blogs inscritos optarán al premio de los blogueros (votación de la comunidad blog) y al de mejor blog en castellano (mejor blog).
5. Para poder votar hay que tener inscrito, al menos, un blog, admitiéndose únicamente un voto por categoría.
6. Cada participante sólo podrá votar a un blog por categoría, independientemente del número de blogs que haya presentado a concurso.
7. Los miembros del jurado no podrán presentarse al concurso.
8. Los blogs de 20minutos.es no podrán presentarse al concurso.
9. Los blogs ganadores en pasadas ediciones no podrán presentarse a la misma categoría del concurso que ganaron en el pasado.
10. Todos los premios irán sujetos a las retenciones que marque la ley vigente.
11. Se determina www.20minutos.es como único medio reconocido para la presentación de las bases del concurso.
12. Las personas y los sitios blogs galardonados podrán hacer publicidad de dicha condición en membretes, anuncios y sitios web, especificando la modalidad, así como publicar o difundir la concesión del premio en cualquier medio de comunicación.
13. La participación en estos premios supone la aceptación expresa de las bases y las decisiones del jurado y el público.
14. Queda terminantemente prohibido emplear los Premios 20Blogs como plataforma para difundir contenidos prohibidos, entendiendo por tales aquellos que violen prohibiciones legales. En este sentido también se considera como contenido prohibido la oferta de vínculos que conduzcan a esta clase de contenidos.

dilluns, 15 de setembre del 2008

La que se nos viene encima.

Desde que la burbuja inmobiliaria estalló el verano pasado en los Estados Unidos vengo siguiendo con verdadera fascinación el desarrollo de esta crisis y posteando regularmente sobre ella. Una ojeada a la lista de etiquetas de la derecha en el blog probará que las voces "crisis" y "economía" acumulan más de cien entradas entre las dos. Así que no es cosa de aburrir al personal con el consabido rollo del yoya de que andan los periódicos llenos en estos días: "yo ya lo dije", "yo ya lo sabía". Lo que cada cual sabía está registrado en las hemerotecas hasta el fin de los tiempos. Por ejemplo El País en un editorial de 6 de septiembre de 2007 titulado Profetas del desastre decía: "La carestía de algunos productos básicos, la subida de los tipos de interés hipotecarios, la pérdida de vigor de la construcción y las incertidumbres derivadas de la tormenta financiera pintan un inicio de curso económico con algunas sombras que sería irresponsable ignorar. Pero es absurdo no poner esos datos en relación a otros de la realidad como que la economía española sigue creciendo muy por encima de la media europea, y creando más empleo que ningún otro país de nuestro entorno; y que, contra lo que parecen desear algunos críticos rutinarios, no hay datos para suponer que un posible descenso en los próximos meses en el ritmo de creación de empleos vaya a provocar un desplome comparable por ejemplo al producido en 1992." Pues ya sabemos lo que hay. Claro que por aquellas fechas también los señores Rodríguez Zapatero y Botín (véase el post de Palinuro La crisis inexistente de 8 de septiembre de 2007) tranquilizaban a todo el mundo al alimón diciendo que aquí estábamos protegidos contra toda adversidad, que nuestra situación era boyante, que de crisis nasti de plasti.

No quiero hacer mucha sangre porque tendría que empezar por derramar la mía ya que al fin y al cabo haya uno escrito lo que haya escrito lo más característico de esta crisis que dura más de un año es que nadie tiene ni repajolera idea de su etiología, su posible tratamiento y sus consecuencias. Ni idea. Todo lo que sabemos es que ni Dios se fía de nadie y que los discursos, aclaraciones, declaraciones, explicaciones y demás retórica sólo contribuyen al barullo porque entran de lleno en el terreno de esa misma desconfianza. No hay relato neutral, imparcial o desinteresado en las cosas humanas. Eso es el abc de las ciencias sociales, del que los economistas dicen estar libres cual si no fuera evidente que todos, absolutamente todos quienes hablan de economía son "homo economicus", tienen intereses específicos en lo que dicen y son juez y parte. ¿Como qué habla un banquero cuando habla de la crisis? ¿Como un científico? ¿Y un consultor de bolsa, un "broker", un alto ejecutivo de una empresa? ¿Como gentes desinteresadas que ven con frialdad el curso de las cosas? Nada, ni idea. Eso no quiere decir que la máquina de producir discursos, relatos, explicaciones se detenga. Los medios son como los viejos altos hornos: no pueden parar. Así que los banqueros, los "brokers", los gobernantes, los profesores universitarios, los agentes de cambio y bolsa y los oficinistas a la hora del aperitivo siguen hablando y hablando como si tuvieran idea de lo que sucede y soltando profecías que suelen incumplirse antes de que hayan terminado de formularse.

¿Qué pude estar sucediendo? Desde el verano de 2007 hay un hecho nuevo: ésta es una crisis del capitalismo como sistema en su conjunto pero de alcance global. Es la primera crisis global de la historia, lo que equivale a decir que nadie tiene ni idea de cuál pueda ser su comportamiento por la razón evidente de que nadie, que yo sepa, entiende ya cómo funciona el sistema económico y financiero mundial, es una realidad tan densa, compleja, compacta y ajena a toda regulación que ese mismo funcionamiento es producto del azar.

En este momento lo único que parecemos saber es que aprovechando la falta de regulación global del capitalismo financiero una serie de entidades crediticias, especulativas, bancarias, han inventado prácticas sumamente lucrativas a corto plazo de proceder con los créditos hipotecarios, prácticas que cuando se conozcan en sus exactas dimensiones probablemente serán tipificadas como delitos pero que al no estarlo todavía se limitan a causar destrozos entre los sectores perjudicados (estafados) que en muchos casos son las mismas entidades que especularon en un primer momento.

Probablemente haya hoy circulando por el mundo billones de dólares en créditos basura que no valen ni el precio del papel en el que están impresos pero empaquetados como atractivos "productos" financieros que los bancos han estado ofertando por doquier. Pero como los balances han de cuadrar, poco a poco van cayendo los que se dedicaron al lucrativo negocio del toco-mocho financiero a gran escala y esto ya empieza a ser un rosario de catástrofes que convierten a esta crisis en un fenómeno reptante, silencioso pero que será más dañino para la estructura productiva del capital que la de 1929.

Cada vez que cae uno de estos gigantes bancarios (y según el exlibertario Greenspan todavía caerán más) se organiza un escandalazo. Son empresas "demasiado importantes para quebrar". ¿Qué quiere decir esto? Lo que se viene diciendo desde que Lehman Brothers apuntó que se iba al garete: que nadie sabe qué catastróficas consecuencias para el conjunto del sistema financiero mundial puede tener la quiebra de un gigante de esas características.

Aquí es donde entra el discurso de los gurús neoliberales. Todavía no hace mucho que estos, orgullosos de lo bien que funcionaba un sistema autorregulado y camino de una necesaria privatización total (o sea, feudalización de la sociedad, desaparición de todo rastro de lo público, todo privado, la educación, la medicina y hasta la justicia) contaban que de las cien grandes empresas mundiales hacia 1900 ya no quedaba ni una en el mercado porque el capitalismo es, como decía Schumpeter, "destrucción creadora". Pues si es destrucción creadora, que se vayan al carajo Bearn Stearns, Indymac, Fannie Mae, Freddie Mac, Lehman Brothers y el sursum corda. ¡Ah, no! dicen ahora los neoliberales: hay que salvar al sector porque nadie sabe cuáles puedan ser las consecuencias para el conjunto del sistema. O sea cuando se puede, cuando hay beneficios se privatiza y cuando vienen mal dadas se socializan las pérdidas.

Sin embargo hasta un estúpido tan denso como el ministro gringo de Hacienda, Henry Paulson, parece haberse dado cuenta: si el Estado rescata a cada gigante crediticio que anda en problemas por haberse pasado en su afición a la estafa como ya ha hecho con Bearn Stearns, Indymac, Fannie y Freddie, mañana no queda íntegra una sola institución financiera porque la gente, que no es tonta, prefiere arriesgar los dineros públicos que los propios, los de cada uno que están tan ricamente en el bolsillo. Habría una serie de quiebras en busca de los dineros públicos. Es una reacción elemental que consiste en que si hay opción lo primero que se esquilma es lo público y lo privado se reserva. Así que cuando los dos potenciales compradores de Lehman Brothers, el Bank of America y Barclays se enteraron de que el Estado no iba a garantizar contra pérdidas en la adquisición, se volvieron por donde habían venido y hoy Lehman caerá en la bolsa para no levantarse más y con él, a saber cuántos más.

Entre tanto, la vida de los tiburones sigue como hasta la fecha. El Bank of America compra Merril Lynch, otro gigante en apuros por 44.000 millones de dólares dice que para protegerlo del impacto del hundimiento de Lehman pero en realidad porque es un bocado suculento ya que la empresa hubo de sanearse este verano a lo bestia vendiendo créditos hipotecarios por valor de 30.000 millones de dólares a veintidós centavos el dólar.

Otrosí, como el asunto es tan grave, allí donde no piensa intervenir el Estado, el capitalismo financiero global ha acabado teniendo que organizarse y al hundirse Lehman se creó un consorcio internacional de diez bancos: Bank of America, Barclays, Citibank, Credit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, JP Morgan, Merrill Lynch, Morgan Stanley y UBS para sindicar un fondo de créditos de setenta mil millones de dólares a fin de paliar los efectos del hundimiento de Lehman. Pero obsérvese bien, esto sólo sucedió cuando ya estuvo claro que fracasaba la operación de rescate de Lehman chupando de los fondos públicos. A la fuerza ahorcan y es posible que el capital financiero global acabe entendiendo que cierta regulación de las transacciones, que la intervención de los Estados, que el ámbito de lo público está en el mejor interés de conservación del sistema. Pero eso sigue sin ser claro todavía.

Entre tanto en España, en donde se echa la culpa de lo que nos sucede a lo que pasa fuera pero nadie se toma la molestia de analizar en serio eso que pasa fuera, el gobierno socialista, siguiendo la ilustre teoría neoliberal, ha apartado tres mil millones de euros para ayudar a las empresas constructoras que no solamente ocasionaron el destrozo actual por su insaciable codicia sino que, viendo que el Estado interviene en su beneficio regalándoles el dinero de los contribuyentes, no sienten la necesidad de bajar los abusivos precios de las viviendas, prohibitivos para la ciudadanía. La responsable de tal injusticia y abuso es la ministra Beatriz Corredor, una registradora de la propiedad al servicio de los tiburones inmobiliarios, como lo está el otro ministro socialista, partidario de que "no se hunda el sector" (que ya sabemos qué significa), señor Sebastián.

(Las imágenes son sendas fotos de swisscan y TCM Hitchhiker, ambas bajo licencia de Creative Commons. La primera es una preciosa abstracción de un monstruo y la segunda, la nómina de monstruos reales de Hollywood; de derecha a izquierda, el hombre-lobo, la momia, el monstruo del Dr. Frankenstein, Drácula, la criatura de la laguna negra y el fantasma de la Ópera).

Cuestiones de género.

El número de verano (julio-septiembre de 2008) de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas, (CIS, Madrid, 2008, 295 págs) de obligada lectura para el conocimiento de los avances de la disciplina y las características de la sociedad española, trae una fuerte carga temática de perspectiva de género básicamente empírica, sin descuidar cuestiones teóricas de importancia.

Enrique Martín Criado en El concepto de campo como herramienta metodológica repasa la famosa aportación de Pierre Bourdieu a la sociología y levanta constancia de que su mismo éxito, su vis expansiva, amenaza con restarle efectividad. El campo de Bourdieu es una propuesta para el análisis sociológico con dinámica propia no reductible a otros procesos sociales. Bourdieu lo construye al estudiar los profesionales de la producción simbólica (los especialistas en bienes de salvación y en producción artística y cultural) esto es básicamente los curas y los intelectuales, y Martín Criado lo ilustra perfectamente estudiando la evolución de la pintura como arte desde el Quattrocento, cuando los pintores eran miembros de los gremios (el gremio de San Lucas por cierto) y tenían el tratamiento social de aprendices, oficiales, maestros o sea, obreros y nada de artistas, hasta la emancipación en el siglo XIX. Suenan aquí los ecos de las ideas de Arnold Hauser acerca de la relación entre creación artística, mecenazgo y mercado. La teoría general de los campos es una potente herramienta metodológica que se ha extendido a otros territorios como la burocracia, la política, la universidad, el clero, el derecho, etc´, con el consiguiente peligro de difuminarse. Para devolverle su precisión Martín Criado la pone en conexión con las investigaciones de Michael Mann sobre el Estado (su "teoría del embrollo" , p. 20) y Michel Dobry sobre los "sectores" (más o menos derivado del concepto de "entramado" de Norbert Elias) todo lo cual permite aplicar el concepto de campo a las organizaciones estatales a través de la "multi-integración" (p. 23) y haciéndolo a dos niveles: a) el más general para todo tipo de fenómeno social en que cree son preferibles los conceptos de "configuración" o "entramado" y b) el más específico que, a su vez, abarca dos territorios: 1) el campo de la producción simbólica y 2) lo que Dobry llama "sectores", esto es, instituciones estatales con cierta autonomía o entramados de grupos y organizaciones en competencia entre sí.

Josep Picó y Juan Pecourt (de quien ya reseñamos un libro reciente en dos posts seguidos Los intelectuales, el franquismo y la transición I y Los intelectuales..., etc. II, en El estudio de los intelectuales: una reflexión abordan este siempre sugestivo territorio con una clara voluntad sistematizadora que revela conocimiento de causa y bastante audacia. Citan la bibliografía reciente más relevante (Rémy Rieffel, Pierre Bourdieu, Anna Boschetti) y declaran mezclar las dos perspectivas que tradicionalmente se han adoptado aquí: la historiográfica y la sociológica. Pero predomina la primera. En lo historiográfico sitúan el origen de los intelectuales en la Ilustración (citan las luces francesas, el Sturm und Drang alemán y la Intelligentsia rusa), su primera protesta en el conocido caso Dreyfus que dividió a los intelectuales en los dos campos en que seguimos encontrándolos hoy día, los universalistas/cosmopolitas y los nacionalistas. Hacen breve parada en las reflexiones de la entreguerra con las obras de Benda, Mannheim, Gramsci y Nizan. Por cierto aplausos por rescatar al autor de Aden Arabie, generalmente eclipsado por Gramsci y los gramscianos. Las etapas siguientes del desarrollo del intelectual son la guerra fría (y la división en campos ideológicos) y los fenómenos concomitantes del estalinismo, la Sociología estadounidense y el funcionalismo. El aspecto sociológico de su estudio queda reducido al inicio y al final de su exposición. En cuanto al inicio recogen las razones que según Zygmunt Bauman explican el nacimiento de los intelectuales: a) la importancia del conocimiento en la sociedad; b) el declive de la nobleza en la opinión pública; c) el nacimiento del Estado moderno que redefine las relaciones entre lo público y lo privado; d) la creación de espacios autónomos, libres de lealtades; e) la secularización de la sociedad y la separación entre ciencia y moral; f) y los firmes propósitos de los intelectuales de defender la verdad, la razón y las libertades (p. 42). He reproducido estos rasgos porque se vea la ingenuidad de un viejo pensador ex-marxista. En cuanto al final de la exposición, los autores recuerdan que Bourdieu afirma que existe un "campo" intelectual y, al hablar de los intelectuales posmodernos, ponen de relieve su claro perfil mediático. Es una buena síntesis.

Juan Ignacio Martínez Pastor en Cada vez menos y más tarde: un análisis de la nupcialidad masculina durante los últimos treinta años en España da cuenta del hecho de que entre 1980 y 2006 se haya retrasado la edad media en que los españoles contraen matrimonio: 26,2 años en 1980 y 31,8 en 2006 para los varones y 23,9 en 1980 y 29,6 en 2006 para las mujeres. Las teorías que el autor pretende contrastar, explicativas de la nupcialidad retrasada, son las de Valerie K. Oppenheimer y Gary Becker. La primera señala tres causas de retraso: tendencia a la profesionalización de las sociedades con mayores tiempos educativos; cambio de rol de las mujeres; tardía consolidación laboral de los jóvenes (p. 69) Para el caso español, Pastor añade la precariedad laboral y el problema de la vivienda. En cuanto a la conocida teoría de Gary Becker se centra en el postulado de que la incorporación de la mujer al mercado laboral produce el retraso de la nupcialidad masculina. La fuente de datos que utiliza es la Encuesta de Población Activa (EPA) porque, aun no teniendo mucho información restrospectiva, es una encuesta periódica (trimestral), es exhaustiva y tiene una amplísima muestra. La técnica que utiliza es la regresión logística por cuanto la variable dependiente que se va a tratar (casamiento o soltería) es dicotómica. Su conclusión es que el aumento de la inestabilidad laboral se ha concentrado en España en los jóvenes y junto a la carestía de la vivienda ha generado un proceso de formación familiar cada vez más tardío. A cambio cree (y esto ya me parece más problemático) que, como los jóvenes han prolongado la estancia en el hogar paterno y las jóvenes tienen horizontes laborales inimaginables para sus madres "no se puede decir que los jóvenes de hoy, pese a que tarden más en formar una familia, estén viviendo una peor juventud que la de sus padres" (p. 82).

Marta Ibáñez Pascual en La segregación ocupacional por sexo a examen. Características personales, de los puestos y de las empresas asociadas a las ocupaciones masculinas y femeninas cree que la segregación laboral horizontal "es uno más de los elementos que conforman la nueva lógica semipatriarcal de proveedor principal y proveedora secundaria (frente al modelo de varón proveedor y mujer cuidadora)" (p. 89) . La teorías explicativas de la segregación que pretende someter a contraste son la del capital humano, la teoría de la segmentación del mercado de trabajo, el comportamiento de los sectores público y privado y el empleo a tiempo parcial. El trabajo consiste en explotar los datos de la EPA y la Encuesta de Estructuras Salariales (EES) y la técnica del análisis la regresión logística multinomial que permite ver la influencia de las características de las personas y los puestos de trabajo a la hora de predecir en qué ocupaciones se incardinarán. Sus conclusiones son claras: "la segregación laboral es la manifestación en el mercado de trabajo de los estereotipos asociados a cada uno de los géneros y por ello a la división del trabajo por sexo" (p. 109) El género es pues el elemento estructurante del mercado de trabajo y la segregación ocupacional por sexo es explicativa de la discriminación laboral (p. 119). Nada del otro mundo. La investigación sin embargo refuta dos ideas muy extendidas: 1ª) la discriminación indirecta no depende de la estabilidad en el empleo dado que las ocupaciones femeninas están más asociadas a los contratros indefinidos que las neutras; 2ª) la menor retribucion de las mujeres no depende del grado de cualificación de sus puestos de trabajo, dado que los puestos femeninos presentan mayor cualificación media que los masculinos (p. 118), si bien en este último caso me he quedado con la duda de si esa mayor cualificación es una cuestión de hecho (mujeres cualificadas subempleadas) o deriva del catálogo de puestos de trabajo.

Tania Verge Mestre Cuotas voluntarias y legales en España. La paridad a examen hace un repaso ilustrativo de la evolución de las cuotas femeninas en los distintos partidos en España y se concentra luego en la aplicación de lo previsto en la Ley orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y en concreto en las elecciones municipales de 27 de mayo de 2007, que ya hubieron de hacerse con dicha normativa. Se limita a los municipios de más de 5.000 habitantes en Cataluña, lo que la obligó a estudiar 1295 candidaturas a 197 localidades, equivalentes al 20% de los municipios catalanes y el 80% de la población. Sus hallazgos muestran que todos los partidos favorables a la reforma de la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) introdujeron excepciones en las elecciones locales porque no creían poder cumplir el criterio de paridad. Aunque la ley dice que la paridad es del 40%-60% no especifica sexo, pero la práctica muestra que casi siempre el 40% es para las mujeres. En el análisis de los cinco primeros puestos de las listas, en un 86,2% de las veces, la proporción era de tres hombres y dos mujeres. Ello quiere decir que la normativa vigente no es aun suficiente para implantar una paridad efectiva, que las mujeres siguen discriminadas y que serán precisas medidas complementarias como las "listas cremallera" entre otras.

Manuel Ignacio Martínez Espinoza en Democracia para la dignidad. Movimientos políticos sociales y ciudadanía como aportes a las reflexiones sobre la democracia en América Latina. El caso del movimiento zapatista presenta un trabajo fuertemente ideológico que trata de demostrar a base de comentarios de textos y declaraciones del movimiento zapatista las bondades de las llamadas Juntas de Buen Gobierno (JBG) zapatistas para la democracia en América Latina. El trabajo hace un breve repaso a la procelosa cuestión de la democracia en la teoría política y se centra en señalar la coincidencia de procesos democráticos con índices altos de pobreza en los países de la región, asunto venerable que ya había suscitado Seymour Martin Lipset en los años setenta. El autor cita con aprobación el Informe sobre el desarrollo humano 2002. Profundizar la democracia en un mundo fragmentado del PNUD cuando señala que, a pesar de su pobreza, la participación electoral media en América Latina (62,7%) es superior a la de los Estados Unidos (43,3%) y, dice, cercana a la de Europa (73,6%), datos que no quieren decir nada desde el momento en que el voto en América Latina es obligatorio en todos los países, excepto Colombia y Nicaragua y que los requisitos del censo electoral en los EEUU son claramente desmovilizadores. El ideal de democracia que el autor abraza, más o menos derivado de las benéficas recomendaciones del PNUD se ve a su entender plasmado en las JBG zapatistas que: 1) reducen las potenciales arbitrariedades del poder político; 2) conciben a sus integrantes (de la democracia) como seres capaces de autogobernarse; 3) buscan el ejercicio efctivo de los derechos políticos, civiles y sociales (p. 174). Supongo que estas aseveraciones tienen interés para quienes participen de los supuestos ideológicos del autor. Al resto de los mortales pueden sonarle a música étnica.

diumenge, 14 de setembre del 2008

Otra vez los chaqueteros.

Como no puedo contar nada de la "noche blanca" de Madrid porque estamos todos recuperándonos del jet lag del viaje a México que ha sido especialmente duro esta vez, y aprovechando que el post sobre los chaqueteros suscitó algo de polémica y no sólo en los comentarios sino a través del correo personal de Palinuro, he pensado que podía volver sobre tan interesante asunto no porque tenga mucho nuevo que decir sino por puntualizar algunos extremos. Seguiré sin dar nombres por una precaución elemental ya que al personal le saca de quicio que lo mencionen por do más pecado había pero estoy seguro de que todo lector medianamente informado puede pensar en ellos cuando hablamos de corrosivos filósofos que dinamitaban armados de poderosas dialécticas el orden constituido que hoy apuntalan con igual denuedo, de incisivos periodistas de la izquierda histórica que atacan actualmente desde bien remuneradas columnas de prensa o participaciones en tertulias cuanto antes defendieron heroicamente, de antiguos opositores comunistas al franquismo que disfrutan de agradables canonjías en puestos representativos administrados por una generosa derecha, de viejos intelectuales ultrarradicales que hoy defienden con uñas y dientes no el trono pero sí el altar. E così via.

Por cierto para aquellos lectores que insistían en averiguar el nombre del único caso que Palinuro decía conocer de evolución a la inversa, esto es, de le derecha a la izquierda, pues sí, en efecto, se trata del señor Verstrynge un ejemplo bien singular que parece constituir la excepción que confirma la regla de que el chaqueteo se hace siempre de la izquierda a la derecha pero no a la inversa. Algún lector llamó la atención sobre este hecho sugiriendo que quizá haya alguna razón profunda. No se me ocurre ninguna salvo la respuesta que daba el filósofo Arcesilao a quienes le hacían ver que los seguidores de otras corrientes se convertían al epicureísmo pero nunca al revés. Decía Arcesilao: los hombres pueden convertirse en eunucos pero no a la inversa.

Los intelectuales (concepto cajón de sastre para esta tropa) suelen ser vanidosos, volubles y bastante soberbios. Con frecuencia buscan el éxito, el reconocimiento social y ciertamente los bienes materiales que estos acarrean y, si no los obtienen con un tipo de prédica, la cambian por otra con mejores perspectivas. Me reafirmo en la idea de que el factor material es determinante en el chaqueteo; eso o el despecho por no recibir el reconocimiento, los honores (y retribuciones) que piensan merecer y que viene a ser lo mismo pero a la inversa son los móviles más frecuentes en la mudanza de convicciones. Lo cual plantea desde luego el problema de la sinceridad con que se sostienen éstas, tanto las primeras que en su día se abandonaron como las que ahora se dice profesar. Pero cierta experiencia en el trato con intelectuales me lleva a no dar un adarme por la sinceridad con que abrigan sus ideas o sus creencias, para echar mano al siempre socorrido Ortega. No diré que en sus actuaciones sean farsantes, pero se acercan más a estos que a la gente sencilla de firmes creencias que es semillero de mártires. Casos como el de Tomás Moro, capaz de morir por sus convicciones, son excepcionales y por eso precisamente lo hicieron santo.

Por supuesto no estoy negando a nadie el derecho a evolucionar, a cambiar, a deshacerse de unas convicciones y adoptar otras. Hacerlo sería ridículo cuando yo mismo he cambiado tanto que a veces ni me reconozco, cuando es evidente que en la vida todo es cambio y mutación y defender la fidelidad a machamartillo a unas convicciones a lo largo de toda la existencia es tan estúpido como lo contrario. En modo alguno. Lo que cuestiono no es el hecho de que alguien cambie sino que ese alguien se empeñe en que los demás cambien con él; cuestiono que quienes defendieron unas convicciones de forma fanática, tratando de arrastrar a ellas a otros, defiendan hoy con igual fanatismo las convicciones contrarias y sigan intentando arrastrar a los demás. Eso ya lo decía en el post anterior: lo que me llena de pasmo es que personas que al cambiar de convicciones,reconocían haber estado equivocadas, no reconozcan ahora que bien pudieran estar equivocadas por segunda vez y muestren la misma intransigencia y agresividad que tenían cuando, según ellos, estaban en el error.

Curiosamente esta aparente incongruencia que al modesto entender de Palinuro resta todo crédito a las prédicas de los intelectuales conversos es lo que parece concentrar su valor de uso y de cambio. Una ojeada a los neocons más vociferantes, los Kagan, Wolfowitz, Horowitz, Kristol, Podhoretz, etc revela biografías que comenzaron en la izquierda e incluso en la extrema izquierda, trotskystas y similares. Lo que estos conversos aportan a los intereses de la derecha en lucha por la hegemonía ideológica gramsciana es precisamente el conocimiento y la familiaridad con los conceptos y las categorías de la izquierda, la capacidad para plantear a ésta la batalla en su propio terreno. Estos "neocons" y sus remedos hispánicos son magníficos ejemplos no ya de la traición de los intelectuales de que hablaba Benda, sino de la doble traición de los intelectuales porque si traicionaron su misión poniéndose antes al servicio de un partido, vuelven a traicionarla ahora poniéndose al servicio de otro.


Por último una referencia al transfuguismo que es, por así decirlo, el aspecto cutre del chaqueteo. Porque el chaquetero maneja ideas, grandes ideas, alambicados conceptos: Occidente, la libertad, los derechos humanos, la familia, qué sé yo mientras que el tránsfuga, un chaquetero de gobierno local, es incapaz de hacer la "o" con un canuto, pero tiene muy en consideración la cuenta de resultados. El tránsfuga, normalmente un sinvergüenza que cambia su voto en una corporación local para favorecer a una opción política distinta de la suya a cambio de un buen pellizco, es una maldición del sistema democrático en los niveles local y autonómico que es en donde la política está más directamente relacionada con los negocios.

Unos ciudadanos de Dénia que al parecer están soportando una situación de transfuguismo en su corporación local me pidieron que me hiciera eco de ella y así lo hago. Han creado una asociación que responde al muy pertinente nombre de No nos resignamos (vaya, hombre, como mis amigos de la izquierda plural, quienes también tienen una asociación llamada No nos resignamos que espero amparen a estos hijuelos) con el fin de denunciar la situación y hacer campaña porque se tipifique el transfuguismo como delito. Me parece bien (¿en dónde hay que firmar?) pero no es sencillo. Sucede que en tanto el Tribunal Constitucional no cambie su actual doctrina en materia de mandato representativo esto será imposible ya que dicha doctrina sienta el principio de que el escaño pertenece al diputado/concejal como si fuera su bolígrafo y es imposible despojarlo de él. Se presume aquí que el representante no actúa según directrices de partido, sino según los mandatos de su conciencia, que es en lo que se refugian quienes carecen de ella, por lo cual son inamovibles, hagan lo que hagan y no cabe tipificar como delito una actuación en conciencia. Para cambiar esa doctrina sería necesario renunciar al concepto del mandato representativo en pro del mandato imperativo, cosa que no veo factible ni tampoco muy conveniente por cuanto terminaría por convertir en absoluto el poder de los partidos, que tampoco es buena solución. Realmente lo único que se me ocurre para resolver estos casos es instituir la figura de la revocación: si el representante traiciona la voluntad de los representados estos lo revocan en cualquier momento del mandato. Para ello hay que arbitrar las garantías pertinentes en cuanto a tiempos, motivaciones y mayorías. Pero sería eficaz. Muy eficaz.

Ibarretxe 0, España 2.

¡Dioses misericordiosos, qué panfleto incendiario ha sacado el Gobierno vasco a cuenta de la sentencia del Tribunal Contitucional que deja al señor Ibarretxe escuchando el sonido de las esferas celestiales probablemente al sugestivo ritmo de la txalaparta! "Acatamos", dice el Gobierno vasco,"pero no nos resignamos" . Otros que no se resignan y anuncian que van a pelearla. ¿En dónde? En Estrasburgo, donde haga falta. ¿Cómo qué? Como honrados ciudadanos que han visto pisoteados sus derechos fundamentales a hacer de su capa un sayo cuando le da la gana al señor Ibarretxe, por una sentencia de una Tribunal Constitucional vendido al más mesetario españolismo. Decía Pío Baroja, vasquísimo y españolísimo, que los ingleses no tienen sentido del ridículo y los españoles es el único sentido que tienen... salvo el señor Ibarretxe. Cosa que no es de extrañar pues no se considera español. Debe de ser británico. Porque prepararse a voz en grito para hacer el ridículo por tercera vez, ésta a los ojos de toda Europa ya requiere tesón.

Tras decidir que la sentencia del Tribunal Constitucional es un ataque a la democracia en España (¡!) y que equivale a la destrucción del autogobierno vasco, parece como si los redactores de este insólito escrito se hubieran convencido de la sarta de disparates que dicen en él (todos "argumentos" políticos, ni uno jurídico) y creyeran que ejercerá el mismo efecto sobre los magistrados del Tribunal de Estrasburgo.

El despiste y la ignorancia de los redactores de este panfleto es tan estupendo que cifran sus esperanzas en que el alto tribunal les dé la razón en el hecho de que haya respaldado por decisión anterior el derecho de la Comunidad Autónoma Vasca a tener un régimen fiscal especial, sin caer en la cuenta de que es precisamente ese reconocimiento y el respeto a los derechos de autogobierno vasco que revela lo que servirá de base al Tribunal para rechazar los recursos presentados por el flautista de Hamelin y sus seguidores.

Por lo demás, el reconocido pragmatismo del PNV acaba de aflorar otra vez. Mientras el señor Ibarretxe se agarra una pataleta y dice que va a chivarse a Estrasburgo, su propio partido envía un mensaje al señor Rodríguez Zapatero diciendo que está dispuesto a apoyar los presupuestos, como es lógico: ya que no cae la breva de la independencia, por lo menos a ver si se recaudan unos eurillos a cambio de apoyar al Gobierno de la artera España.

En verdad la situación del señor Ibarretxe es patética y su historial de mucha risa. ¿No debería dimitir?


(La imagen es una foto de fotosmak, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 13 de setembre del 2008

¿Qué pasa si usas sombrero?

Pues que poco menos que tienes que ir partiéndote la cara por la calle porque siempre hay alguien que se cree con derecho a hacerte algún comentario al pasar. Y hay que responder con una impertinencia. En cierta ocasión luciendo un sombrero estilo John Wayne, un transeúnte me preguntó que en dónde había dejado el caballo y le dije que en la habitación de su hermana. Y como te descuides, llegas a las manos.

La privilegiada inteligencia de ese subprimate al que se llama "hombre" se enfurece cuando ve un objeto o prenda distintos de los que ve todos los días porque no los entiende. El únicamente entiende la indumentaria al modo del uniforme, entre límites fijos y lo que se salga de ellos lo lleva al paroxismo. Al fin y al cabo, él sólo conoce el cabezal, la cincha y el ronzal y con esos adminículos no se junta hoy una cabeza pensante. Pero algo saldrá.

El estudio de las modas es una de las vías más importantes del juego sociológico. Algún padre fundador de la Sociología, como G. Simmel, se dedicó a la moda. La moda es un dictamen de aceptación social de unos criterios de apariencia externa que relumbran más que otros en su momento. Forma un canon que quiere ser de obligado cumplimiento. De la gente se espera que siga la moda. La presión social de la conformidad empieza por la apariencia. Por ejemplo, hubo un tiempo en que la moda era que todos los hombres llevaran sombrero. Véase la famosa foto de Paul Strand titulada Wall Street. Todos van tocados. El que quería destacar y llamar la atención se presentaba sin sombrero lo que dudo que despertara iguales sentimiento asesinos como un simple bombín despierta hoy en la "generación más preparada de la historia de España". Siempre he pensado que los aficionados a los sombreros (en general, quienes no nois conformamos a la norma sin causar por ello perjuicio a nadie) somos más repetuosos con los derechos fundamentales que en gran medida dependen de un sombrero o de la decisión de quitarse o ponerse esta o aquella prenda de moda.

Creerse con derecho a interpelar a los demás porque se toquen de una forma o se interpreten de otra es prueba de un autoritarismo insoportable. Nadie tiene que pedir permiso a nadie para vestir unos u otros atuendos. Los sambenitos medievales y tardomedievales, formas del estigma, han caído en desuso. La inmensa mayoría de los hombres de este país, el noventa y nueve por ciento con el que me cruzo omite toda referencia al sombrero; lo ven, pero como si no lo vieran , se reprimen y deciden matar al animal que llevan dentro porque eso es lo civilizado. Pero que la omitan no quiere decir que no piensen alguna barbaridad. Yo no me fío de mi sombra y mucho menos de la de mi sombrero. El uno por ciento restante es el que no puede reprimir el rebuzno.

(La imagen es una foto de Th3 Prophetman, bajo licencia de Creative Commons).

¿Qué decir?

Saben los lectores que el señor Chávez no es santo ni demonio de devoción de Palinuro que lo encuentra demagógico, populista y pelín insoportable. Pero a veces tiene gracia. Desde luego, no es un político convencional. Esa fulminante solidaridad con Bolivia expulsando al embajador gringo en setenta y dos horas en medio de improperios es divertida y tiene su chispa.. No estoy seguro de que sirva de mucho porque los estadounidenses son dominantes en el continente americano y los distintos países latinos, en una u otra medida, en uno u otro terreno, su backyard, su zona de influencia pase lo que pase. Cuba sólo puede haber una.

Pero al mismo tiempo, el señor Chávez se permite el lujo de decir por la tele lo que muchos, muchísimos otros mandatarios y no mandatarios piensan para sus adentros: ¡Váyanse al carajo!. No añado el resto pero también lo piensa mucha gente en el mundo. De acuerdo, los Estados Unidos son el país más libre del planeta; pero tiene esclavizados a muchos otros y trata de tenerlos a todos. Lo cual no es de recibo. Van por la vida con una altanería bastante difícil de soportar y se preguntan llenos de perplejidad por qué los odian en el extranjero. Está clarísimo; por chulos. La señora Sarah Palin dice sin encomendarse a Dios ni al diablo que declarará la guerra a Rusia si esta vuelve a invadir Georgia. La guerra, tómese nota. Luego se corrige, dice que se trata de una consecuencia del tratado de la OTAN, según el cual, si un miembro es atacado, se entra en la guerra sin más...y la caga definitivamente porque Georgia no está en la OTAN ni lo estará en un tiempito. Pero, vamos, que la cosa de la señora es que está dispuesta a declarar la guerra a Rusia. y en en general los yankees están perpetuamente en guerra declarada o no declarada. Desde el fin de la Segunda Mundial no sé si han llegado a pasar dos años seguidos en los que los EEUU no hayan estado involucrados en actividades armadas en algún lugar del planeta.. Son una nación extremadamente belicosa y su interés exterior, esto es, la estrategia de seguridad nacional en un mundo globalizado que hierve en terroristas es básicamente la misma en demócrata que en republicano: la guerra.

Ningún colono sea a título de lo que sea deja de humillar el sentido nacional de los nativos. a los que coloniza. Eso es lo que sucede con los gringos a América Latina. Nadie ignora que en muchos países de América Latina la embajada de los EEUU es el centro político más importante del momento y que en todas las embajadas yankees se conspira, se ha conspirado o se conspirará para derrocar el sistema existente si el sistema existente no complace a la Casa Blanca, cual es el caso de Bolivia y Venezuela. En el caso de Bolivia, el señor Evo Morales dice que el embajador gringo, Mr. Phillip Goldberg se inmiscuye en los asuntos internos de Bolivia, cosa que no me extraña nada pues los EEUU se inmiscuyen en los asuntos internos de todo Cristo. Que yo sepa, todavía no han dado explicaciones convenientes de los infaustos vuelos de rendition (o sea, "entrega de secuestrado") de la CIA en el espacio aéreo de los aliados y con los medios de los aliados.

¿Que la cosa no es para expulsar a los embajadores? La expulsión es un gesto más inamistoso que la llamada a consultas del propio embajador y algo menos que la declaración de guerra. Tiene una justificación casi diríamos, antipirética, sirve para que el personal se desahogue. El personal se desahoga y todo se hace más llevadero. Todo incluye al embajador estadounidense de los Estados Unidos, contracentro de poder en todos los Estados de América Latina en que gobierne la izquierda.

(La imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 12 de setembre del 2008

Juguete roto.

El Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional por unanimidad la Ley del Parlamento Vasco por la que éste aprobaba una "consulta popular" fijada para el próximo veinticinco de octubre en la que se plantearían dos preguntas al electorado vasco, a saber:

"a) ¿Está Usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia, si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre? b) ¿Está Usted de acuerdo en que los partidos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de negociación para alcanzar un Acuerdo Democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del Pueblo Vasco, y que dicho Acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?". El TC ha dado la razón a la abogacía del Estado que planteaba su recurso de inconstitucionalidad argumentando en tres vías: la competencia, la sustantiva y la procedimental

El asunto estaba bien claro desde el principio. Resulta incomprensible que no haya habido nadie medianamente sensato en el País Vasco que no haya previsto que la insólita chapuza del señor Ibarretxe no tenía posibilidad alguna de prosperar. O quiza sí lo había y los rastacueros que han empujado al Gobierno vasco a darse esta castaña en el Constitucional estuvieran buscando precisamente esta situación para enarbolar la bandera del victimismo y del perpetuo agravio mesetario al pequeño pero indómito pueblo vascón. El propio señor Ibarretxe podría estar entre ellos. Lleva ya unos días agitando las aguas en previsión de un fallo negativo del TC, avisando de que piensa recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo como particular al que el Estado español ha vulnerado en sus derechos y animando a otros ciudadanos vascos para que hagan lo mismo, arropándose todos en los heroicos jirones de la Ikurriña. No es probable pero sería de desear que se hiciera la luz en las torpes entendederas de este hombre a ver si comprende que, tras hacer el ridículo en el TC todavía puede hacerlo más Estrasburgo si va a impugnar como particular una decisión jurisdiccional que anula por inconstitucional una ley que ha hecho aprobar él mismo como gobernante.

Las razones esgrimidas por la abogacía del Estado son casi de Pero Grullo, con lo que uno puede hacerse una idea de la complejidad real de las pretensiones del Lehendakari y del prácticamente nulo esfuerzo que ha tenido que hacer el TC para refutarlas. Dejo de lado la cuestión procedimental, esto es, la ley del Parlamento Vasco aprobada por un procedimiento de única lectura que también es inconstitucional pero podría ser constitucional sin que ello hiciera constitucionales los otros dos aspectos.

En cuanto al aspecto competencial el señor Ibarretxe pretendía soslayar la expresa prohibición constitucional de que las Comunidades Autónomas convoquen referéndums sin la previa y preceptiva autorización del Estado por arte de birlibirloque sosteniendo que su referéndum no era un referéndum sino una consulta popular. Hétenos aquí en mitad de la polémica medieval de los universales entre dominicos nominalistas y franciscanos realistas, como si por el hecho de cambiarle el nombre a la cosa ésta dejara de ser ella misma. Toda consulta popular que reúna ciertos requisitos es un referéndum dice el TC, y da igual cómo lo llame el lehendakari, que carece de competencia para convocarlo ni va a adquirirla porque lo llame de otro modo.

El segundo punto, sustantivo, muy bien refutado por el abogado del Estado y el TC tampoco era difícil puesto que se desprendía del propio texto de la ley, que en su preámbulo declaraba buscar un "Acuerdo de normalización política en el que se establezcan las bases de una nueva relación entre la Comunidad Autónoma del País Vasco y el Estado español”. No puede haber una "nueva relación entre la Comunidad Autónoma del País Vasco y el Estado español" por la sencilla razón de que tampoco la hay vieja. Entre el País Vasco y el Estado español sólo puede haber la misma relación que entre la parte y el todo. Pero no una de igual a igual como pretende el señor Ibarretxe. Esto no quiere decir que no pueda haberla pero, para que la haya, es el pueblo español en su conjunto quien tiene que admitir que hay una "pueblo vasco" con "capacidad para decidir". En tanto esto no suceda, querer que suceda sólo puede ser un intento de imposición (que es lo que es esta ley) condenado de antemano al fracaso de una forma bastante ridícula. ¿Por que? Porque si el lehendakari quiere convocar consultas populares dignas de tal nombre tiene que convocar verdaderos referéndums, para lo que, como hemos visto, carece de competencia y, para convocar consultas, por así decirlo de "menor alcance", ya están las elecciones periódicas. Si el señor Ibarretxe quiere saber cuánta gente en el País Vasco apoya una idea u otra acerca de negociar esto o lo otro con estos o aquellos lo único que tiene que hacer es ponerlo en el programa electoral de las próximas elecciones que, después del batacazo de ayer ante el TC esperemos que sean cuanto antes.

Se comprende que luego de este segundo revés del señor Ibarrexte esté éste algo escocido pero, caramba, si pretende salirse con la suya en el marco de la legalidad vigente, ¿por qué no trata de ser un poco más sutil en lugar de querer hacerlo a toda costa como los niños y con una mezcla de fraude e imposición?

Es posible que, aprovechando lo del Pisuerga, ETA pretenda cometer algún atentado para dar por muerta la vía del lehendakari al tiempo que avisa de que el único método es el suyo, el del terror. O sea que, al final, el juguete roto del señor Ibarretxe puede acabar sirviendo para algo: para dar alas a ETA.

(La imagen es una foto de s,B - Michael Brenton-King of The Wachoo Wachoo, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 11 de setembre del 2008

La rebelión de las provincias.

Da la impresión de que el curso político comienza con una nueva y vigorosa pasada por la muy hispánica tradición de los reinos de Taifas. Al mantenido pulso que el Partit dels Socialistes de Catalunya, que es PSOE pero no es PSOE porque está federado con él pero es partido independiente aunque hermano que igual vota los presupuestos del hermano mayor o no los vota y pide grupo parlamentario propio para escenificar lo bien avenida que está España con todos sus hombres y tierras, como decía el Caudillo, ha venido ahora a sumarse la rebelión del partido UPN que, como se sabe bien es al PP y España lo que el PSC al PSOE y la misma (u otra distinta, qué más da) España. Dice don Miguel Sanz, que gobierna en Navarra con el apoyo sociata, que quizá apruebe los Presupuestos Generales del Estado (PG), dependiendo de cómo se porte el PSOE, claro está. E inmediatamente se ha armado una gresca entre los populares en la que los epítetos han ido subiendo de tono. Pero Palinuro no se detendrá en estas menudencias de si dijiste o no dijiste o no dijiste que dijiste y va a ir al fondo del asunto.

Veamos: ha bastado el anuncio del señor Sanz de que los diputados de UPN en el Congreso quizá voten losPGE para que en el PP se rasguen las vestiduras, el señor Arenas pise un juanete al señor Sanz y el señor Rajoy acuda a Pamplona a achicar agua del navío antes de que zozobre... Pero ¿alguno de ellos sabe de cierto si losPGE pueden ser votables o no? No, claro. El sentido español de la demcoracia dice que, si estás en la oposición, te opones a todo lo que haga el Gobierno; a todo y lo haga como lo haga, aunque lo haga bien. ¿De qué otro modo cabe entender la negativa del PP a que UPN vote losPGE antes de haberlos estudiado sino es porque el voto PP será "no" digan lo que digan los presupuestos?

A la rebelión autonómica se suman ahora los alcaldes en un frente municipal patriótico encabezado por los más manirrotos de todos, el señor Belloch en Zaragoza y el señor Ruiz Gallardón en Madrid. Los alcaldes quieren poner el cazo, pero no ante las autoridadades autonómicas de las CCAA que son las que se han quedado con la pasta, sino ante las centrales, que ya pueden apretarse más el cinturón, aunque nos les quede numerario. ¿Por qué? Porque saben de sobra que es más fácil sacar dinero al Gobierno central que a los autonómicos, para los que la descentralización empieza y acaba en las autonomías mientras que los gobiernos locales son entes de carácter folklórico. Puras taifas. Rebelarse además en contra del Gobierno central tiene postín mientras que hacerlo en contra de los gobiernos autonómicos se presta a que te llamen "neocentralista", feo término casi tan mal sonante como "neocon".

Y en esas que aparece ahora el manifiesto de los 1.000 munícipes catalanes pidiendo el derecho de autodetermninación. Éramos pocos y parió la alcaldesa. Y es de suponer que ese derecho de autodeterminación que los municipales exigen es para materializarlo en cada autonomía, que son nacionalistas pero no tontos. Los dineros se los piden los alcaldes al Gobierno central no a los autonómicos; pero el derecho de autodeterminación quieren ejercerlo en el orden autonómico, no en el central. Son listos los alcaldesd, desde luego aunque seguro que algunos acaban a tortas por el derecho de autodeterminación de su villorrio. Insisto, ¿de qué me suena esto? Taifas, Taifas...

(La imagen es una foto de Sagabardón, bajo licencia de Creative Commons).

Pequeñeces.

Y no las del Padre Coloma. El premio Alfaguara de este año (Antonio Orlando Rodríguez, Chiquita, Alfaguara, Madrid, 2008, 518 págs) es una de esas novelas de un único personaje, siendo los demás meras comparsas. Tampoco tiene un argumento o trama dignos de tal nombre ya que esa tarea queda confiada al discurrir de los acontecimientos histórico-biográficos que se narran. Está bien escrita, con agilidad y soltura, sin grandes alharacas estilisticas ni abundancia de recursos lingüísticos; antes al contrario, en un estilo coloquial directo, resultado del supuesto literario de base sobre el que está construida. El anciano cubano Cándido Olazábal, a punto de recluirse en el asilo Santovenia, narra al autor, el también cubano Orlando Rodríguez, la vida pintoresca de la no menos cubana Espiridiona Cenda (Chiquita), una liliputiense de sesenta centímetros de altura que triunfó en los escenarios estadounidenses a fines del siglo XIX y primeros del XX. Durante los años de la depresión Olazábal estuvo empleado como mecanógrafo de Chiquita en la casa en que ésta se había recluido con el fin de redactar sus memorias, ya retirada de los escenarios. Ese supuesto texto tiene lagunas, producto del paso de un ciclón por la isla de Cuba, que el viejo Olazábal suple de viva voz en unos capítulos que lógicamente están llenos de cubanismos que prestan al conjunto de la obra, ya de por sí muy rápida, mayor celeridad narrativa.

Se ha dicho: el corazón de la novela es la reconstrucción ingeniosa de un personaje histórico que el autor ha rastreado concienzudamente y sobre el cual luego ha vertido torrentes de una imaginación desbocada de forma que viene a ser imposible averiguar qué sea histórico y qué no, cosa que tampoco importa mucho. Por ejemplo y para hacernos una idea: en la descripción que hace del París de la Expo universal en 1900 se refiere a las relaciones de Chiquita con el aristócrata y poeta conde Robert de Montesquieu y su secretario y amante, el hermoso joven peruano Gabriel de Yturri, acerca de cuyos (de ambos) medios de subsistencia reinaba gran confusión hasta que nuestro autor, por medio de Chiquita, descubre que estos consisten en que De Montesquieu posee una gallina que pone huevos de oro y no una gallina metafórica sino una real de carne y plumas, con sus huevos de oro macizo. No sé si Marcel Proust quien tuvo mucho trato con Yturri y moldeó su magnífico Baron de Charlus sobre el Conde de Montesquieu hubiera visto con buenos ojos que se haga depender a un personaje tan logrado como Charlus de los huevos de un gallina por muy de oro que fueran.

La novela tiene una parte de recreación histórica de la Cuba colonial en los tiempos de las guerras de independencia, primera y segunda, de los mambises y el gobierno del general Valeriano Weyler, el de las "reconcentraciones" de campesinos, una sociedad muy bien descrita en la que conviven los esclavos negros con los criollos blancos y en cuyo seno, en el de un familia acomodada de Matanzas, nace Espiridiona Cenda.

Junto a esta parte de descripción histórica hay otra puramente fantasiosa y bastante traída por los pelos (al estilo de los desdichados huevos de oro) que emerge ocasionalmente a lo largo de la narración en torno a la existencia de una organización secreta de liliputienses llamada la Orden de los Pequeños Artífices de la Nueva Arcadia a la que pertenece Chiquita incluso en contra de su voluntad y, conexa con ella, una truculenta historia de asesinatos y otras maldades que también van y vienen por el libro con más pena que gloria y que, por fortuna, a pesar de su pedantería, no consiguen apagar la frescura de la verdadera narración. Sólo una referencia a esta absurda historia dentro de la historas: Chiquita porta al cuello una especie de amuleto cuya funcionalidad no queda clara en toda la obra, en el que hay una inscripción en una "idioma secreto de los diminutos" que, sobre carecer de interés porque nada más se dice de él sospecho que esté mal en el enunciado en que aparece en alemán como Geheimnissprache der kleinen Leute que probablemente debiera ser Geheimssprache der kleinen Leute.

Entre estos dos bloques, el de la reconstrucción histórica y el de la fabulación disparatada y sin interés, hay unos relatos en los que aparecen inteligentemente mezclados hechos históricos con fantasias del autor y que son los que dan su atractivo y la verdadera categoría a la novela. Es esencial que Orlando sitúe a Chiquita en contacto con los principales contecimientos históricos de aquellos años y con los personajes que fueron su nervio porque eso presta altura y originalidad al relato: la tortuosa independencia de Cuba, cuando vemos a Chiquita hablando con quien será el primer Presidente de la isla, Tomás Estrada Palma, así como los acontecimientos posteriores. Encuentro magnífico el relato sobre cómo se toman la enmienda Platt los distintos círculos sociales que se entrelazan en la novela. En este contexto se enmarca la única referencia directa que he detectado al régimen actual en La Habana y que no me resisto a reproducir íntegro. Está hablando Cándido de Olazábal en referencia a otro gran acontecimiento histórico (la Expo de París) en el que estuvo presente Chiquita al extremo de que el escultor Moreau-Vauthier modeló sobre su figura (a la escala ordinaria, claro es) la de la diosa que personificaría la exposición) y dice:"Cuba, que ganó un montón de medallas de oro, plata y bronce en París en 1900.¿Quién iba a pensar que 90 años después todo ese empuje se perdería y que retrocederíamos hasta la prehistoria?"(p. 381).

Chiquita presenciará o será agente decisivo en todos los demás acontecimientos importantes de la época, desde el asesinato deMcKinley, quien invitó a la cubanita a cenar en la Casa Blanca, hasta el terremoto de San Francisco en 1905. A veces Orlando se pasa un poco y, en su interés por incluir todo el devenir del mundo en la biografía de la liliputiense, menciona episodios colaterales que ha ido espigando aquí y allí y que no quiere desperdiciar, por ejemplo, una referencia sin mayor consecuencia a la hazaña de Annie Edson Taylor por aquellos años en que esta joven maestra, para llamar la atención, se dejó caer por las cataratas del Niagara en una cuba de madera que se llamó La reina de la niebla y no tiene especial conexión con la historia de Espiridiona.

La novela presenta asimismo una curiosa galería de contemporáneos mejor o peor tratados: las anarquistas Lucy Parsons y Emma Goldman, la Bella Otero y su archienemiga Liane de Pougy,Toulouse-Lautrec y sus amores con la Goulue, el citado Conde de Montesquieu, la gran Sarah Bernhardt, los españoles Emilia Pardo Bazón y Tomás Bretón y hasta el indio apache Gerónimo.

El autor describe con elegancia y primor el mundo de los fenómenos de feria, de los liliputienses ganándose la vida en los teatros de vaudeville de los Estados Unidos e incluye en él la genial peli de Ted Browning, en la que Chiquita tenía asignado un papel que luego se evapora.

La última parte de la obra es una especie de juego o eco de Sunset Boulevard y termina en una sucesión de finales como anexos que no consiguen eliminar la sensación de que la obra hubiera merecido una más rotunda terminación.

dimecres, 10 de setembre del 2008

Aznar el encizañador.

Lo único que cabe agradecer del montón de insensateces y maledicencias que el señor Aznar ha estado soltando en Segovia con motivo de no sé qué premios de paños o paños de premios es que lo haya barbotado en casa y no se haya ido al extranjero a largar mala baba contra su país como tiene por costumbre en una muestra habitual de su recio patriotismo de pacotilla. Según el periódico Público para el expresidente del Gobierno "La crisis de hoy es la cosecha de los últimos cuatro años. Es la cosecha de los últimos cuatro años de gasto público excesivo, de subida de los impuestos y de ausencia de reformas económicas. Cuando se siembra todo eso, se cosecha una crisis. Ya lo vivimos a principios de los noventa, y lo volvemos a vivir ahora".

El señor Aznar no puede desconocer que España se encuentra entre los países europeos con el gasto público más bajo en proporción del Producto Interior Bruto. Habla de "gasto público excesivo" porque le da igual la veracidad de sus palabras. Igual que lo de la subida de los impuestos. No puede ignorar que los impuestos no han subido en los últimos cuatro años. Pero, a semejanza de lo que sucede con el gasto público, no le importa que lo que diga sea verdad o no. Él sólo quiere caldear los ánimos contra el Gobierno del PSOE, atacar al Gobierno de España, venga o no a cuento, sea o no cierto lo que dice, sembrar cizaña.

En alguna ocasión Felipe González afirmó que los expresidentes son como los jarrones chinos, que todo el mundo los admira pero nadie sabe qué hecer con ellos. No sé si alguien puede admirar a un hombre tan vengativo, ruin y rencoroso y que no para de hablar y de hacer declaraciones a cada cual más agresiva y mal pensada para dañar la convivencia, pero está claro que nadie sabría qué hacer con él si tuviera la mala suerte de quedarse en su compañía.

Nunca entendí cómo un hombre con tan escasas prendas intelectuales y morales pudo llegar a presidente del Gobierno español y cada vez lo entiendo menos. Así está él ahora tan crecido que no hay quien lo aguante, sobre todo si tiene un micrófono cerca para predicar que el señor Rodriguez Zapatero es Zapatero "el dilapidador". Zapatero "el dilapidador", según el señor Aznar,"el encizañador".

(La imagen es una foto de Brocco Lee, bajo licencia de Creative Commons.

Los chaqueteros.

¿Qué lleva a una persona a cambiar sus convicciones políticas o, cuando menos, a decir que las ha cambiado? ¿Qué lleva a alguien a "cambiar de chaqueta", a ser un "chaquetero"? Hace tiempo que pienso en dedicar un post a este fenómeno relativamente frecuente. Hasta donde me alcanza la vista de los casos que conozco, los cambios de chaqueta, las mudanzas de opinión, de creencias, de personalidad política son muy frecuentes o lo han venido siendo desde el comienzo de la transición hasta nuestros días y seguramente lo hayan sido siempre al menos desde que se da la divisoria política fundamental (esa que mucha gente dice que carece de importancia en nuestros días siendo así que continúa estando presente en todos los sistemas políticos del mundo, por esotéricos que puedan ser) entre la izquierda y la derecha. Cualquiera de nosotros puede señalar cuando menos media docena de casos de personalidades de la vida pública que han trocado unas convicciones políticas por otras. Esos casos aumentan si también se nos permite señalar casos de personas privadas en nuestro entorno más o menos cercano.

En el funcionamiento ordinario de las instituciones, el chaqueteo se conoce como transfuguismo, detestable práctica de chalaneo con el carácter de la representación política que, según dicen ellos mismos, indigna a los partidos políticos quienes, sin embargo, parecen incapaces de atajarla, sobre todo cuando los beneficia. Pero el transfuguismo no agota la complejidad del chaqueteo ya que no presupone necesariamente un cambio en las convicciones ideológicas. Un tránsfuga es una persona que pasa de votar con unos a votar con otros, generalmente por dinero u otros beneficios materiales, sin que se vea obligada a decir que ha cambiado de forma de pensar, aunque suela aducirlo por lo que se llama "vergüenza torera", expresión también merecedora de comentario aparte, aunque no ahora..

El chaqueteo implica, pues, una mudanza ideológica. Como quiera que, sin haber una gama infinita, ideologías hay varias en el orden de la acción pública, política, social, su mudanza o cambio no tendría por qué ser fenómeno reseñable: uno cambia de ideologia como puede cambiar de gustos culinarios, costumbres deportivas o aficiones artísticas. Sin embargo, no cabe despachar el asunto con tanta sencillez por cuanto prácticameente en un cien por cien de los casos, el chaqueteo presupone un cambio de una ideología de izquierda a una derecha. Prácticamente no hay ejemplos de gentes que hayan trocado una ideología de derecha por una de izquierda y de hecho, sólo conozco un caso mientras que son legión los ejemplos que se me vienen a la mente de cambio de izquierda en derecha. No hace falta citar nombres: todos conocemos bastantes casos (en España y fuera de ella) de antiguos izquierdistas pasados al campo de la derecha, incluso de la extrema derecha: diputados, concejales, ministros, periodistas, comunicadores en general, intelectuales, artistas, pensadores, etc, etc.

Siempre que alguien nos dice:"¿te acuerdas de fulano/a, tan radical e izquierdista?Pues se ha hecho de derechas y vota a tal o cual partido de la derecha" tenemos -almenos, yo la tengo-la sensación de que "fulano/a" ha cambiado algo parecido a una fe religiosa, ya que las convicciones políticas (que por lo general implican ideas antropológicas y convicciones o falta de convicciones sobre lo metafísico y hasta trascendental) tienen algo de religioso. Y solemos mostrar cierta incredulidad. Sólo el paso del tiempo nos convencerá de que fulano/a ya no profesa determinadas ideas sobre la igualdad o la libertad o los derechos humanos o la autodeterminación o los derechos sociales o la solidaridad o la naturaleza humana, el sentido de la vida, etc, sino que ahora profesa otras.

Es difícil de asimilar, pero es. Y, que yo sepa, no es un fenómeno que se haya estudiado en profundidad probablemente porque junto a su dimensión política y sociológica, tiene otra psicológica muy ardua de abordar. Exactamente ¿cómo se explica que nel mezzo della sua vita (si tal es el caso) una persona mude de convicciones a veces aparentemente muy arraigadas con la facilidad con la que las serpientes mudan de piel? ¿Cómo se adapta la nueva concepción del mundo a una circunstancia, incluso unas "creencias" orteguianas?

Hay una primera explicación (o intento de explicación) de carácter biográfico que presupone que, por una serie de razones que no hacen ahora al caso, las convicciones izquierdistas son propias de la juventud pero que, al avanzar en la vida e ir haciendo frente a las responsabilidades de la supervivencia y las amarguras y desengaños del mundo, la gente se hace conservadora en virtud del viejo adagio de que "el hombre nace incendiario y muere bombero". Es posible, hasta es muy posible, pero esto no es una explicación, sino una mera descripción de un fenómeno que sigue sin explicarse.

Ante esta situación suele echarse mano de una concepción sociológica de clase según la cual los jóvenes se sublevan contra los valores tradicionales de su clase que reciben a través de la familia pero a la larga, la vis atractiva de la clase, de la burguesía, acaba siendo más fuerte que sus convicciones y sucumben a ella.Vuelven al redil, en definitiva, tras una especie de años de aprendizaje del joven Werther. También es muy posible, pero sigue sin ser una explicación en sentido pleno del témino.

Tengo para mí que el elemento que falta en los intentos de explicación mencionados y que acaba por completar el cuadro es el de la conveniencia o interés personal, muy importante en este terreno, como saben los autores de la teoría de la decisión racional. De incluir este factor también se explica, creo, el hecho de que los chaqueteos, las mudanzas, sean masivamente de la izquierda a la derecha y no al revés. Por regla general, la convicción de izquierda (especialmente la de izquierda radical que es la que más muda) se hace con ignorancia de los intereses y conveniencias personales, por una especie de sentido kantiano del deber, una idea de que uno debe ante todo pensar en la colectividad e ignorar el propio beneficio. A la inversa, la convicción de la derecha por lo general (no siempre, claro está) parte del supuesto de la conveniencia personal del que la profesa que no se ve así obligado un buen día apasar por la experiencia por la que tarde o temprano pasan los izquierdistas: ¿qué ganas tú en concreto pensando y actuando como piensas y actúas? En el momento en que muchos responden "nada; al contrario, estoy perdiendo oportunidades de avance personal y/o profesional" es el momento en que puede empezar un proceso de revisión interno que hace que la persona en cuestión entre en una especie de letargo como en una crisálida en la que las paredes estén hechas de reflexiones acerca de ese interés propio y de la que ya sólo sale el individuo transformado.

Al individuo transformado y con una memoria curiosamente amputada ésta le sirve para recordar que en el pasado profesaba uno o varios errores de los que ahora se ve libre, pero no le funciona lo suficiente para hacerle ver que, si admite haber estado equivocado en algún momento de su vida, nada le garantiza que no pueda volver a estarlo, ahora que predica su ideología recién adquirida y muchas veces con la fe del converso, una fe inquisitorial.