dissabte, 28 de juliol del 2012

El presidente oculto que se cree el Rey

Nadie sabe a qué se dedica Rajoy. Su agenda oficial está vacía, no mantiene contactos con nadie y no se sabe qué decisiones toma para sacar a España de la crisis. Una crónica de Carlos E. Cué en El país deja claro que el estilo de gobierno de Rajoy es secreto. Preguntada la vicepresidenta Sáez de Santamaría sobre el asunto, matiza que Rajoy no mantiene reuniones secretas sino privadas. Alguien ha enseñado a esta señora que en política es peligroso quedarse callado ante una pregunta y lo mejor es contestar siempre, aunque sea diciendo una tontería como en este caso porque, a los efectos de la publicidad obligada de los actos del presidente del gobierno, tanto da lo secreto como lo privado.
Esa sabiduría de contestar siempre las preguntas no la comparte Rajoy quien no da ruedas de prensa y, cuando las da, no admite preguntas. Luego van diciendo sus doctrinos que el gobierno tiene un problema de comunicación. Lo que le sucede es que no tiene nada que comunicar porque habitualmente no hace nada, cuando lo hace está mal y cuando trata de comunicarlo, no sabe hacerlo. 
Se dirá -y se dirá bien-que la comunicación no es solamente oral y que hay otras formas de comunicar. Ciertamente y en todas ellas Rajoy suspende sin paliativos: nunca está en donde se supone que tiene que estar, en los momentos de peligro (los incendios forestales), de angustia (escalada de la prima de riesgo), de determinación (los planes restrictivos del gobierno); en cambio suele ir a donce no hace falta y en donde puede estorbar y duplicar la acción del Estado, esto es, en actos simbólicos, inauguraciones y finales deportivas, en donde quien debe estar es el Rey. Las razones de estos comportamientos son evidentes: Rajoy no acude a los lugares en los que lo reclama el deber y hay que dar la cara porque es un cobarde; aparece, en cambio, en donde no tiene por qué estar sólo para chupar cámara y porque tiene megalomanía y cree que es el Rey.
En Europa lo tienen ya muy calado. Los líderes europeos piensan de él que es un incompetente al frente de un gobierno que no consigue coordinar en el que cada ministro dice una cosa y, encima, todas distintas y contradictorias. Su función es alimentar lios prejuicios antiespañoles a base de actuar como el típico bravucón matasiete que quiere siempre engañar a los demás y, a la postre, es el único engañado.
Pues bien, a este cobarde que no tiene ni idea de lo que habla, que miente tanto como respira,  que escabulle el bulto, sale por las puertas traseras, huye del Parlamento, esquiva la prensa, no contesta las preguntas, solo habla de intrascendencias y trata ponerse en el lugar del Rey porque hasta desconoce el lugar que le corresponde es al que los españoles hemos elegido por mayoría absoluta.
A pechar con las consecuencias, amig@s
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

WikiLeaks

La designación de Garzón como director del equipo jurídico de defensa de Assange habla mucho en favor del activista y del juez. Del activista por haber elegido a un juez que combina su respeto por las garantías legales con una firme voluntad de lucha política en pro de causas justas, entendiendo por tales aquí las que afectan a los derechos fundamentales de los individuos. Del juez porque el nombramiento demuestra el gran prestigio mundial del nombrado que sus oscuros colegas de profesión no han conseguido aniquilar condenándolo por un delito; al contrario, lo han magnificado. La persecución injusta ennoblece las causas ya de por sí nobles. La combinación es perfecta. Son dos personajes extraordinariamente mediáticos situados en el centro de un huracán mundial en el que intervienen los más diversos actores, desde grandes potencias hasta organizaciones radicales secretas y servicios de espionaje de lo más variado, incluido, probablemente, el Vaticano.
Al comienzo de la aventura de WikiLeaks, Palinuro, dejándose llevar por su atávico optimismo, calificó a Julian Assange como un héroe de nuestro tiempo, una especie de caballero andante de la era digital, enfrentándose a los poderosos, deshaciendo entuertos, revelando maquinaciones, amparando a los débiles. La organización es una especie de estado mayor de un movimiento difuso de masas ilustradas que tienen acceso privilegiado a informaciones sensibles por muchos conceptos. Las fuentes de WikiLeaks son los miles de ojos de los internautas que, como si fueran cien Argos, todo lo ven, lo escanean y se lo hacen llegar a la organización. Ningún servicio secreto estará seguro mientras exista WikiLeaks que se nutre de informaciones de multitudes anónimas. De ahí que sea una organización sometida a persecución implacable por los poderes de la tierra y del cielo. Se observa en las cuatro afirmaciones que hace la página y que, traducidas al español, dicen:
  • WikiLeaks: 602 días de bloqueo bancario - sin decisión judicial
  • Assange: 599 días de detención - sin cargos
  • Manning: 796 días en la cárcel - sin proceso
  • Gran Jurado: 682 días de Tribunal secreto estadounidense - sin transparencia.
Es muy fuerte: tribunales secretos, penas de prisión prolongadas sin juicio. Es un asalto a los derechos fundamentales casi de carácter absolutista. Tratan de esfixiar la organización económicamente y por eso esta pide donaciones. El que pueda hacerlas que las haga. La causa merece la pena. Es acabar con el secreto en el poder político antes de que el poder político acabe con las libertades.
Leo en Twitter, en @wikileaks"El opio de los Juegos Olímpicos encubre un caso de corrupción de la policía británica, los disparos contra manifestantes saudíes y otro robo de tierra de Israel. ¿Qué viene después?" Se me ocurren varios temas más que podrían ocultarse tras las competiciones deportivas, por ejemplo, una posible guerra entre la China y el Vietnam o una crisis bancaria de la India o el efecto de la pérdida del hielo en Groenlandia.
WikiLeaks se ha convertido en una pieza esencial del edificio de las libertades humanas.
(La imagen es una foto de R_SH, bajo licencia Creative Commons).

divendres, 27 de juliol del 2012

La política de la mentira y el engaño





El PSOE acaba de hacer público un vídeo en el que se resume de forma contundente el sentido de la larguísima campaña electoral del PP antes del 20-N. Duró tres años y medio, ya que la derecha, si no está en el gobierno, está en campaña electoral por conquistarlo pues no sabe hacer oposición democrática, cuyo rasgo esencial es la lealtad, un rasgo que desconoce. El vídeo recoge una a una todas las mentiras reiteradas, machacadas una y otra vez en mítines y discursos, la más desaforada demagogia mezclada con la inepcia. Ese corte en el que Rajoy grita que "quieren subir los chuches, demostrando que no sabe de lo que habla ni en esto, es para conservar en un museo. Todo ello ha quedado registrado para que la posteridad pueda hacer comparaciones entre lo que dijeron en campaña y lo que hicieron en el gobierno. La finalidad del vídeo es denunciar la más absoluta desvergüenza de unos gobernantes que hacen lo contrario de lo que dicen y prometen para que quede patente ante todo el mundo y ante ellos mismos que su triunfo electoral es ilegítimo y no tiene valor moral alguno porque fue producto de la mentira, el engaño, la demagogia, la falsedad.
Esfuerzo meritorio y muy de aplaudir pero, me temo, inútil ante la piel coriácea de esta gente a la que la moralidad de sus actos resulta indiferente si gracias a ellos consiguen lo que perseguían, en concreto, controlar el gobierno para poner en marcha sus políticas de desmantelamiento del Estado del bienestar, destrucción de los derechos de los trabajadores, eliminación de los servicios sociales, expolio de los fondos públicos, represión de las libertades, manipulación de los medios y criminalización de las minorías en el ejercicio de sus derechos.
Y todo esto mientras, gracias a su fabulosa incompetencia en todos los órdenes, arruinan el país.

Tres reflexiones melancólicas.

I.- Fuera.
Todo el mundo lo señaló: unas palabras ambiguas de Draghi, una llamada a la fe y a la creencia en él, tuvieron un efecto balsámico rotundo sobre los escocidos lomos hispánicos que llevan más palos recibidos que don Quijote y Sancho Panza juntos. Era algo diabólico pero es de creer que Rajoy no hablaba porque ya sabía que, en cuanto lo hiciera, nos llovería otra mano de estacazos y la prima seguiría escalando. Resultado y conclusión perfectamente visible de este maravilloso triunfo de la etérea palabra: en España manda Draghi y quien a Draghi dé las órdenes. Merkel, por ejemplo. Los mercados no escuchan a Rajoy y, si lo escuchan, hacen lo contrario de lo que él quiere. Pero a Merkel sí la escuchan. ¿Alguna otra duda? Rajoy ha recibido a los dos capi sindicales, no porque se haya convertido de repente a las doctrinas sindicalistas sino porque Méndez y Toxo se han visto con la Führeresa (como diría la lideresa), y quiere saber qué dice la jefa por ahí. A Rajoy no se le caen los anillos de recibir a dos proletas en La Moncloa cuando se trata de salvar a la Patria. Para colaborar al entendimiento, los empresarios (que esos sí se ven mucho con el presidente) piden otra reforma laboral, o sea, despido gratis total y que se eche a todos los funcionarios, incluidos los porteros de La Moncloa. Rajoy puede abrir la puerta a las visitas ya que, de todas formas, no gobierna.

II.- Dentro. 
 La comparecencia de Rato ha sido muy curiosa. Él lo hizo todo bien y si, luego ("luego" es 24 horas después de su comunicado de despedida según el cual dejaba una entidad boyante) ha habido un desastre, la culpa ha de ser de otro, pues él lo hizo de cine. Ese otro es el Banco de España. Bien, es posible, pero la culpa ¿de qué? Aquí los términos se hacen vagarosos y hasta poéticos: de un "desastre", de un "desfase", de un "agujero" gracias al cual Bankia necesitaba 30.000 millones de euros (creo recordar o algo así). Bien de nuevo, pero ¿para qué? ¿Para cubrir riesgos o encubrir delitos? En todo caso, sea cual sea la teoría, se trata de situaciones de quiebra, quizá fraudulenta, que se arrastran desde hace años. ¿Por qué ninguna autoridad de ningún tipo dijo nada? Si los bancos, los gobiernos, las entidades financieras, las comisiones de vigilancia se confabulan en contra del interés general, ¿qué confianza se puede pedir a los ciudadanos para los planes de reconstrucción pergeñados por quienes han ocasionado la gran destrucción?

III.- De ayer a hoy. 
Es un puntazo periodístico la foto del anciano atleta español y la historia que se insinúa de tratarse de un "niño de la guerra" que llegó a competir en natación en representación de España en las olimpiadas de 1948. No acaba de encajarme, aunque la explicación, sin duda, estará en el reportaje completo. Siempre he creído que lo de "niños de la guerra" se refería a los críos que salieron de España como refugiados de guerra o familiares de exiliados. Dudo que alguno de esos compitiera nueve años después en representación de España. A lo mejor es un "niño de la guerra" del bando sublevado, que también los tendría, al menos como refugiados. Sea como sea, debe de ser emocionante ir a contemplar algo en lo que tú participaste hace 64 años.  La melancolía viene de que he ido a consultar el palmarés de esas olimpiadas. España mandó 64 atletas y recogió dos platas en hípica, probablemente dos militares o nobles. No digo más.

Una gran portada la de El País. Agenda setting lo llaman los especialistas, con conclusión lapidaria: los que gobiernan no gobiernan y cuando gobiernan, no dicen la verdad.

Todo es ideología.

Hace unos días Palinuro recibió una invitación a un acto de presentación de la revista Geoeconomía, del Instituto Choiseul sobre el tema de La industria del deporte que el malvado piloto enseguida tradujo en El deporte como industria. Al no interesarle el deporte ni como religión, iba a desechar la amable invitación de cuya procedencia ignoraba todo. Pero por último fue en compañía de un amigo, también hombre de negocios, pero honrado y trabajador, y sus respectivas esposas que eran quienes en el fondo habían urdido el plan por la curiosidad de ir a un lugar mítico para los madridistas: el palco de honor del estadio por excelencia o estadio de los estadios como España es nación de naciones.
El acto, muy concurrido, con amplia presencia de medios, mucha foto, autoridades y personalidades de distintos rangos y canutazos a diestro y siniestro, discurrió por las previsibles sendas de este tipo de eventos. Se trataba de vender la idea de que el deporte es buena oportunidad de negocios y que forma parte de la marca España. Allí estaba Espinosa de los Monteros, actual adalid de la tal marca, cuyo nombre, dice Palinuro, no puede ser más chato. En su opinión falta imaginación para sustituir ese trillado marca España por una Marca Hispánica, más castiza y con más mercados abiertos en los Estados Unidos, objetivo de exportación del máximo interés pero en donde la gente cree que España está en al Asia Menor, cerca de Palestina y eso que no se ha enterado que Juan Carlos I es Rey de Jerusalén.
El tono general, bastante conservador porque el Instituto Choiseul es uno de esos think tanks que tiene la derecha en el mundo entero con la tarea de formular doctrina/ideología para preservar la hegemonía neoliberal y neoconservadora al mismo tiempo. Este es francés. Supongo que los franceses, como los españoles, carecen de versión literal aceptable de Think tanks. Chars d'assaut de la pensée suena cómico, igual que carros de combate del pensamiento y Tanks de la pensée, como tanques del pensamiento carecen de sentido. Así que Think tanks, instituciones generalmente feroces en sus demoledores ataques al pensamiento de izquierda o al meramente centrista y a sus ideologías. Este Instituto parece algo más moderado, quizá por ser francés y ese era el tono del por lo demás bastante aburrido acto.
Hasta que saltó un buen hombre, el actual secretario de Estado de Comercio, García-Legaz, quien ha sido y supongo sigue siendo secretario general de la Fundación FAES el think tank aznarino cuyo extremismo, radicalidad, unilateralidad y agresividad lo legitiman para ascender a la condición de Battleship FAES, más acorde con la noble vena marítima de la raza hispánica. El caso es que el joven García-Legaz derramó su entusiasmo de neófito sobre el auditorio y arremetió contra la Universidad pública (confesando de paso que solía hacerlo en universidades públicas, lo cual lo cualifica como moderadamente sádico) a la que descalificó por mala, por no tener ninguna entre las 150 primeras del mundo. Olvidaba decir que él viene de la privada, de Comillas, que tampoco figuran en la clasificación o ranking, como dice él, en recio castellano. El ataque se coronaba con un triunfo: la Universidad pública es un desastre por ser lo contrario del modelo de gestión de las empresas privadas competitivas, la honra y prez de España y su fuente de ingresos, caramba. La empresa española, sí señor. Leo en la determinación de las exportaciones españolas que lo que más exportamos son coches (un 24 % más o menos del total de exportaciones). Coches con patentes extranjeras. No hay una sola empresa española no ya entre los primeros 150 fabricantes de coches del mundo (si los hay) sino entre todos los fabricantes. No hay un coche español en el mundo, así que la marca España de la octava o novena potencia económica se refiere a eso, a España, al deporte, unos equipos de fútbol de ensueño pero que, por desgracia, no se pueden exportar, un banco y docena y media de empresas de obras públicas en diversas partes del planeta. Suena algo bombástico en un continente en el que países más pequeños que España tienen empresas que cubren continentes enteros.
Pero el secretario de Estado de Comercio iba a sentar doctrina, teoría, ideología, el abc de las fantasías neoliberales de los años ochenta y noventa del siglo pasado, de los furibundos ataques al Estado de la revolución neoconservadora de Reagan y Thatcher, que han traído la mayor crisis del capitalismo desde la de 1929 y quizá esté sobrepasándose ya esta fecha como barrera psicológica. Lo malo de estos fundamentalistas del mercado (en realidad, de todos los fundamentalistas, también los del Estado) es que son incapaces de reconocer sus errores. Siempre son culpa de otros pues ellos están en lo cierto y no se equivocan nunca. La única cuestión abierta es si no los reconocen porque no pueden o porque no quieren, cuestión nada irrelevante, pues tiene un matiz moral. Pero, en todo caso, quien no reconoce sus errores no puede remediarlos.
El público aplaudió a rabiar al doble secretario, orgulloso de exponer aquellas antiguallas y lugares comunes con tanta fuerza de convicción. Pero su intervención agrió el acto. Palinuro andaba muy quejoso. Decía estar interesado en las perspectivas de negocio del deporte, pero de eso, en concreto, nadie habló. Mucha marca España pero poca chicha. Me confió que estaba madurando una idea de negocio consistente en crear un santoral de deportistas, pedir permiso a la iglesia -con correspondiente pago de derechos- y representarlos en la mejor tradición de las estampas religiosas, asociando cada deportista a un santo protector. Por ejemplo: "San Sebastián y Francisco Crujientes, oro en arco, te protejan del reuma" o "San Vicente Ferrer y Pedro Hornillos, bronce en natación, te amparen en la mar". Se lo quité de la cabeza.
Por cierto, el estadio Bernabéu, una pasada y el palco de honor, pasada y media.

dijous, 26 de juliol del 2012

La hora de la revolución.

El capitalismo es un desastre. No solamente no puede evitar las crisis periódicas sino que no sabe cómo salir de ellas. La última crisis va ya por su quinto año sin perspectiva de mejora. Al contrario. Se ha abordado con una panoplia de políticas neoliberales que solo han conseguido empobrecer a la gente y hundir más los países en la crisis, como ya habían advertido muchos críticos. Lo importante era imponer la doctrina.
Resulta así que, después de abundantes políticas de reducción del gasto, austeridad, aumento de la fiscalidad y otras medidas tan duras como ortodoxas, en Francia sigue subiendo el paro, el infiel de Moody's rebaja la calificación de la deuda alemana y la pone en lo que se llama perspectiva negativa, algo de todas formas menos crudo que el solemne batacazo de Inglaterra. Creían los ingleses estar a salvo de la enfermedad continental y se desayunan con la noticia de que están hasta el corvejón en una depresión y que el crecimiento negativo trimestral del PIB ha sido de 0,7%, en lugar del modesto 0,2% que anticipaban los linces de la City. Por supuesto, Grecia, Portugal e Irlanda no levantan cabeza.
Cualquiera diría que las políticas de austeridad neoliberales no funcionan. El problema es que no parece haber otras. La socialdemocracia, desde luego, no aporta ninguna salvo la mayor sensibilidad hacia las cuestiones sociales de las políticas neoliberales compartidas. La izquierda algo más radical sí propone medidas concretas alternativas a las que se están tomando. Son medidas parciales, fragmentarias, ya que no se postula un cambio completo del modo de producción, y que afectan sobre todo a cuestiones fiscales, los impuestos a las altas rentas, las empresas, el impuesto de sucesiones, el impuesto sobre el patrimonio, el combate al fraude fiscal, el afloramiento de la economía sumergida, etc.
Con todo, la dificultad de esta visión de reformismo radical es su viabilidad. Su aplicación consecuente sin duda provocará una huida general de capitales de España. La teoría presupone un concepto de soberanía anterior al Tratado de Maastricht de donde salió la moneda común. Hoy, con esa moneda única, la soberanía está muy mermada. Al Estado le molesta y debilita mucho la libertad de circulación de capitales, pero no le queda otro remedio que aceptarla porque forma parte indisociable de la idea del mercado único. Y, mientras esto sea así el capital tiene un arma poderosísima frente al estado: la amenaza de expatriación. No, no hay doctrinas alternativas completas apuestas al neoliberalismo sino reformas del capitalismo más o menos radicales.
Y, sin embargo, rara vez ha estado tan claro en la historia el surgimiento de una conciencia revolucionaria, de un deseo muy extendido de reiniciar el sistema, como reza el lema del 15-M o en las distintas propuestas de abrir un proceso constituyente a través de las asambleas. Pero la huida de capitales de España pone sordina a las alegrías de los eventos mencionados para ir a fundirse con esos 17 billones de euros en paraísos fiscales que son la cifra del escándalo, el baremo de la injusticia, que es consustancial al sistema.
La Unión Europea ha estado muda en todo el proceso. Pareciera haber quedado reducida al Banco Central Europeo y a las agencias financieras que el Consejo dice que va a crear para complicar aun más la situación. Quizá sea llegada la hora en que el Parlamento Europeo convoque una suerte de Estados Generales de Europa para tratar de hacer realidad esa unión política que reclaman los alemanes. A lo mejor así puede dar comienzo una revolución europea..

dimecres, 25 de juliol del 2012

La mamandurria.


Con esa voz gutural impostada de rabanera aristocratizada que hace las delicias de las señoras bien de toda la vida, Aguirre pide acabar con los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias. Las manifestaciones de la dueña son tan habituales, desatinadas y provocativas que, de vez en cuando, tiene que añadir alguna novedad para llamar algo la atención. En este caso, el término "mamandurria", poco frecuente. Si duda lo ha tomado de las que quizá sean sus únicas lecturas, las venenosas columnas del difunto escritor fascista Jaime Campmany que lo empleaba mucho para hablar de los socialistas.
Al igual que Campmany, defensor del régimen franquista, que no era otra cosa que una monumental mamandurria erigida sobre una fosa común, Aguirre recurre a la figura que los psicólogos llaman "proyección", esto es, a acusar a los demás de lo que ella hace. Porque su forma de gobierno no es otra cosa que pura mamandurria:
  • ¿Qué fue el "Tamayazo"? Una mamandurria de varios kilos a favor de unos sinvergüenzas, gracias a lo cual Aguirre consiguió ser presidenta.
  • ¿Qué es Fundescam? Una misteriosa Fundación/mamandurria al servicio personal de Aguirre que financia presuntamente las campañas electorales de esta neofranquista liberal, perfectamente opaca y de la que la señora se niega a dar explicaciones.
  • ¿Qué fue la gestapillo? Una mamandurria para que unos cuantos granujas se dedicaran supuestamente a espiar a los rivales políticos de Aguirre con el fin de extorsionarlos y sobre la que es muy difícil saber nada porque Aguirre no da explicaciones y boicotea toda investigación.
  • ¿Qué es la Gürtel? Una mamandurria de corruptos y delincuentes por la cual varios responsables de ayuntamientos a las órdenes de Aguirre han estado llevándoselo crudo y expoliando los caudales públicos sin que la señora mueva un dedo por esclarecer los hechos.
Esperanza Aguirre ha edificado un gobierno a base de mamandurrias y, como las suprima, tendrá que ir a gobernar a la isla de los pingüinos. Y no solo son estas. Toda la gestión de Aguirre rebosa de mamandurrias. Después de haber enchufado una recua de allegados, parientes, hijos, hermanas, primos, tíos, etc en distintas mamandurrias, todos ellos parasitando el erario público, Aguirre puede contemplar con orgullo su gestión que es pura mamandurria:
  • Telemadrid. Una mamandurria en la que chupa del bote otra recua de juglares, embusteros, demagogos y puros imbéciles, supuestos periodistas que rivalizan en las tareas de agitación y propaganda al servicio de Aguirre y que han conseguido llevar la televisión a la quiebra.
  • Hospitales. La galopante privatización de la sanidad pública madrileña, cuyo botón de muestra es el chanchullo de la contratación de hospitales públicos con gestión privada, es una inmensa mamandurria de la que se benefician las empresas que probablemente hayan sido más generosas con el PP.
  • Escuelas y colegios. El destrozo de Aguirre en la enseñanza pública -completado con el que está perpetrando el ministro Wert, otro de la mamandurria- se compensa con la concesión de todo tipo de facilidades (suelo gratis, por ejemplo) para la enseñanza privada (normalmente de curas) a la que Aguirre concede todo tipo de mamandurrias que abarcan el 30% de los costes; prácticamente lo que ha arrebataso a la enseñanza pública.
  • Los toros. Hasta 2.000 millones de euros destina la mamandurriana Aguirre a las corridas de toros pues, en su autorizda opinión, esta práctica cruel y estúpida es un bien cultural inmarcesible.
Si Aguirre suprime las mamandurrias, quizá no lleguen a fin de mes ella, sus parientes, nepotes, enchufados y amigos en general. Y sería una desgracia. ¿con quién cabría reírse si se va? (La imagen es una foto de Esperanza Aguirre, bajo licencia Creative Commons).

Está todo calculado.

El país vive en un estado de shock permanente, del de la acreditada teoría de Naomi Klein. A la angustia de la situación de estar a la espera de un duro castigo, se añade la complementaria de haber sido testigos de lo que sucedió con el vecino griego. La virtual certidumbre de que aquí pasará algo parecido en este mes de agosto. Es cruel tener un pueblo entero viviendo en zozobra, sin saber si el mes próximo dispondrá de sus previstos ingresos o sufrirá una nueva merma de cuantía imprevisible. Y no parece que el gobierno esté haciendo nada por evitarlo, supuesto que quiera. Al contrario, sigue empeñado en un discurso negacionista -no hay rescate, no hay riesgo, no hay condiciones, no hay intervención- parecido al negacionismo de Zapatero al comienzo: no hay crisis. Un discurso absurdo que choca con la convicción generalizada en Europa de que la cuestión no es si habrá rescate o no sino cuándo se hará oficial pues ya es un hecho. En consecuencia, el prestigio del gobierno español en Europa está bajo mínimos.
Lo fácil es culpar de la situación a la fabulosa incompetencia de los gobernantes y es lo que hacen muchos analistas, comentaristas y asombrados actores políticos europeos. Efectivamente, el gobierno derrocha incompetencia en medida insólita. Ofrece la imagen de un grupo de gentes que no saben lo que quieren y son incapaces de comunicárselo unos a otros, mucho más a la opinión pública.
Pero eso es demasiado fácil. Dando la impresión de no saber lo que dicen ni hacen la acción de los gobernantes del PP en el fondo está muy pensada, pero pensada para el coleto y los intereses de cada uno de ellos, no los del país ni los del mismo gobierno.
Rajoy, en su obsesión por sustituir al Rey y ponerse así galanamente au-dessus de la mêlée, ha creado un gabinete de seguridad nacional en La Moncloa para ayudarlo en las situaciones de emergencia internacionales y nacionales en las que suele desaparecer. La idea puede antojarse absurda pero no lo es. Con un gabinete así podrá mandar a alguien en su nombre a visitar las zonas de catástrofe (por ejemplo, Girona, en donde no ha puesto el pie, como tampoco lo hizo en Valencia) sin que le acusen de inhibirse y de insensibilidad. De esta forma el gran hombre se identifica con el monarca al que, si se mira bien la foto, ya está desplazando del centro de la imagen.
Con sus sofismas sobre los derechos de los discapacitados en proceso de nacer y su ataque a la ley del aborto que hace cinco meses le parecía bien, Gallardón parece irse por los cerros de Úbeda del renacimiento del nacionalcatolicismo y perder el mundo de vista. Es posible, pero lo que el exalcalde no pierde de vista es su propia carrera política y esta causa tan malvada como reaccionaria trata de ganarse a los sectores más ultras del partido para su posible candidatura a la presidencioa del gobierno cuando Rajoy termine de dársela.
El ministro de Hacienda, De Guindos, enlaza un vuelo con otro, peregrino de las haciendas y cancillerías europeas, en procura de alguna declaración que fuerce su relato de los hechos y augure una pronta aplicación de los famosos -y etéreos- compromisos de Bruselas. Ayer estuvo importunando a Schäuble en Alemania, pero solo consiguió una repetición de las ambigüedades de rigor acerca de cada cosa a su tiempo.  Y del Banco Central Auropeo, que es de lo que se trata, al parecer, ni se habló. No importa; lo que quiere De Guindos es escenificar su incansable actividad para salvar a España mientras el presidente del gobierno inaugura pantanos.
Lo mismo pretende hacer el ministro de Exteriores, García Margallo, cuyo activismo lo lleva a inventarse comunicados conjuntos con importantes socios europeos.
Desde fuera del gobierno, pero cerniéndose siempre sobre él, como gobierno en la sombra del propio partido, reaparece Esperanza Aguirre con  ese tono zarzuelero y muy de corrala madrileña que los analistas llaman "populismo". Carga ahora contra las mamandurrias con lo cual se postula como la alternativa a Rajoy en la dirección del partido, como aquella a quien no temblará el pulso para hacer los recortes a los que Rajoy no se atreve. Al propio tiempo, hablar de mamandurrias ajenas hace olvidar las propias, o eso piensa Aguirre cuya concepción patrimonial del poder político es evidente. No está claro, sin embargo, que vaya a salir limpia del proceloso asunto de Bankia.
Lo tienen todo calculado para sus intereses personales pero no saben nada de cuanto sucede fuera. Y de fuera vendrá quien pobre te hará.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimarts, 24 de juliol del 2012

La voluntad de entendimiento

Peces-Barba era un hombre tranquilo, un estudioso apasionado de su profesión de jurista a quien las circunstancias de la vida obligaron a entrar en el tumulto de la vida política para la que él mismo reconocía tener escasas cualidades y que le hizo encajar amargas lecciones y serios reveses. Como hombre de derecho, otorgaba gran importancia a las formas y procedimientos y de ahí que, cuando le dieron a elegir (pues, tras el triunfo socialista de 1982, hubiera podido ser lo que quisiera, ministro, embajador, etc) se decidiera por la presidencia del Congreso. De acuerdo con la acrisolada tradición parlamentaria británica -que Peces-Barba conocía muy bien- el presidente de los Comunes, el Speaker, es una persona tan por encima de los partidos que ni siquiera cuenta como un diputado más de aquel al que pertenece, razón por la cual el otro partido también renuncia voluntariamente al voto de uno de sus diputados. Así se veía él, como alguien capaz de sobreponerse a los inevitables partidismos y de construir en beneficio de todos. La práctica cotidiana celtibérica, que nunca le dejó mucho margen, lo impulsó a abandonar el cargo tras una legislatura y retornar a la siempre sosegada academia en la que hizo una gran labor como Rector de la Universidad Carlos III, una creación del gobierno socialista que él se empeñó en regir de acuerdo con las ideas krausistas de la Institución Libre de Enseñanza.
Las necrológicas que se publiquen estos días sobre Peces-Barba insistirán en su condición de Pater patriae, en su actividad antifranquista y en Cuadernos para el Diálogo. Palinuro se limitará a señalar dos aspectos que recibirán menor tratamiento pero son muy significativos: la teoría de los tres Franciscos y el personalismo de Emmanuel Mounier así como el humanismo integral de Jacques Maritain, a quien dedicó su tesis doctoral. La primera es una elaboración metafórica de Salvador de Madariaga que interpretaba España como víctima del encarnizado enfrentamiento entre los "tres Franciscos", esto es, Francisco Franco (la reacción militar-clerical), Francisco Largo Caballero (la revolución proletaria) y Francisco Giner de los Ríos (la imposible revolución burguesa). En realidad, una forma más de articular la vieja tesis de los historiadores marxistas de que la desgracia de España es no haber tenido revolución burguesa ni ilustración. Peces-Barba era un fiel seguidor de esa doctrina que nunca fue, un defensor de una causa perdida de antemano, un discípulo sin maestro.
De hecho, hubo de ir a buscarlo en el extranjero y en sus años de inquietudes juveniles, muy teñidas de catolicismo, leyó a Mounier y Maritain y se hizo adepto de sus doctrinas, en concreto la idea del socialismo de la persona, de Mounier en cuanto al contenido de sus ideas y la del humanismo integral de Maritain, en cuanto a la forma según la cual el hombre debe intentar entender siempre todas las posiciones y las actitudes de los demás, antes de formular la propia. Fue este el espíritu que incorporó a la Constitución de 1978 y no estoy seguro de que con entera fortuna porque, para que tenga éxito, todas las partes han de actuar de igual modo y lo cierto es que si el texto de 1978 contiene numerosas concesiones del pensamiento abierto y democrático al primer Francisco, no contiene prácticamente ninguna de aquel a los otros dos. No obstante, el texto final quedó consagrado como un monumento a la victoriosa concordia de los españoles y clave de arco de su celebrada transición.
Esta matizada y pundonorosa actitud llevó a Peces-Barba a aceptar el puesto de Alto Comisionado para la Atención de las Víctimas del Terrorismo al que se incorporó con la renovada ilusión que lo llevó a cofundar 40 años Cuadernos para el diálogo. Diálogo, siempre diálogo, era su actitud. En aquel puesto aprendió en propia carne la dureza de un realidad fanática, intransigente, que desprecia el diálogo y solo admite la sumisión o la aniquilación del adversario. Chocó de frente con el mandamás de la mayoritaria, muy reaccionaria, Asociación de Víctimas del Terrorismo que le echó encima a toda la derecha, dispuesta a no dejarle un heso sano. Víctima él mismo de sus ilusiones humanistas integrales y personalistas Peces-Barba sufrió al final de su vida pública el último e inmerecido ataque de la intolerancia, el odio y la vesania que se había negado a reconocer a lo largo de la existencia y que, en cierto modo y con la mejor voluntad del mundo, intentó conciliar en un empeño común al que se llamó Constitución y que, de hecho, saltó por los aires en el verano de 2011 con una reforma apalabrada in camera, al margen de la sedicente soberanía popular.
Que la tierra le sea leve.

Sentido del ridículo.

Después de un fin de semana trepidante de conjeturas, con la prima de riesgo en 612, cosa que se apreciaba en el rostro desencajado de los tres ministros a quienes tocó el viernes dar el parte de la derrota para desaparecer como almas en pena acto seguido, amanecía un lunes tormentoso que discurrió luego por la vía de la farsa y terminó en tragedia.
La tormenta arreció cuando la prima llegó a los 630, niveles de rescate. Con todos los actores políticos pidiendo al gobierno que, por el amor de Dios, hable con el Banco Central Europeo para que se frene la sangría. Y todos los medios -excepto La Razón, imagino- hablando de abismo, precipicio, etc.
De la farsa se encargó el presidente del gobierno, que la borda. Hizo caso omiso de los dos incendios que azotan España, el de la prima de riesgo y el de Girona (junto con algunos otros), en el que han fallecido cuatro personas, cientos de animales y se ha destruido cuantioso patrimonio. Igualmente pareció ignorar que tiene un casus belli entre manos a causa de Gibraltar. En lugar de hacer siquiera una mínima declaración sobre estos asuntos, Rajoy se fue a la toma de posesión de los presidentes del Tribunal Supremo y el Constitucional, la de los vocales del Constitucional, en ambos casos junto al Rey. Y terminó el día despidiendo a la selección olímpica española, momento inolvidable que recoge la instantánea, en lugar del Rey. Palinuro sostiene que uno de los motivos del absurdo comportamiento de Rajoy es que el hombre cree que es el Rey, que no le corresponde meterse en los asuntos cotidianos que preocupan a la ciudadanía. Lo suyo son los grandes acontecimientos, las finales de futbol, las tomas solemnes de posesión, la devolución del códice calixtino, las olimpiadas. Imita en esto al maestro de su maestro, Fraga, el que aconsejaba a la gente que no se metiera en política. Rajoy no se mete en política. Él, a inaugurar y a fotografiarse de aquesta guisa.
La tragedia llegó a última hora, cuando el gobierno decidió prohibir las operaciones en corto durante tres meses para frenar la caída de la bolsa. Una medida muy peligrosa porque aumenta la desconfianza ya que es una terrorífica intervención política del mercado de valores. Al mismo tiempo De Guindos sostenía rotundamente que España no necesita rescate alguno, cosa que este antiguo directivo de Lehman Brothers afianzaba al pedir una entrevista de tú a tú con el ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble con la finalidad de arrancarle 300.000 millones de nada. Un rescate en toda regla preparado por quien con mayor porfía lo niega.
En estas condiciones el país, esa foto ¿no resulta ridícula? Por si no lo fuera, Rajoy hizo suyo el capítulo de ridículos refiriéndose a la crisis en tono festivo, asegurando que se vencen como hacen los deportistas, con trabajo y esfuerzo. 
Olvidó decir: y mintiendo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el public domain).

dilluns, 23 de juliol del 2012

Reaparece el ausente.

Rajoy no está para las menudencias, como la cada vez más obvia intervención de España o el fuego de Girona en el que han muerto cuatro personas. Que no le molesten con futesas en su escondite de finde, en el que se ha ocultado, como su valentía le dicta siempre, mientras caían chuzos de punta sobre el país que tiene que soportar su desgobierno. Él está para los grandes momentos y el relumbrón. En su evidente pobreza de espíritu piensa que es el Rey y por eso reaparece en las inauguraciones, las clausuras, las medallas, los actos simbólicos. Ahí lo tienen ustedes en la jura de los nuevos presidentes del Supremo y del Constitucional, chupando rueda. De los cinco hombres, es el único que ríe, lo que demuestra tanto su conciencia de la situación como su capacidad mental. Para bregar con la política, las desgracias, las malas noticias, los problemas, ya están sus ministros que, por lo demás, no son más competentes que él. Basta con ver a De Guindos esta mañana afirmando rotundamente con esa cara de chiste que tiene que España no necesita un rescate en el momento en que la prima de riesgo llegaba a los 640 puntos básicos y el gobierno prohibía las operaciones a corto en la bolsa por tres meses. Si yo fuera votante del PP estaría ahora avergonzado ante muestras tan acabadas de presunción, cobardía e incompetencia como las que prodiga este registrador de la propiedad que, literalmente, no sirve para nada, que no entiende su letra al leer, al que no se entiende nada en su ocasional farfulleo y que miente cada vez que abre la boca.
Almunia dice que las primeras dos horas diarias de la bolsa y los mercados no se pueden entender racionalmente. ¿Y las otras sí? Basta con escuchar a más de dos "expertos" en transacciones bursátiles que normalmente no coinciden en lo que dicen ni por el forro para darse cuenta de que la bolsa es lo que es precisamente porque no se ajusta a cálculo racional alguno más allá de la teoría de probabilidades aplicada a la ruleta.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el public domain).

En capilla.

De cómo despierte hoy la prima de riesgo dependerá que el Reino de España, la Gran Nación, sea intervenida o no. En realidad, esta alternativa es absurda porque, como sostiene Felipe González en una magnífica entrevista que le hace en El país Soledad Gallego-Díaz, el país ya está de hecho intervenido y por la muy módica cantidad de 30.000 millones de euros. En efecto, parece como si no hubiera alternativa. Es intervención sí o sí. There Is No Alternative o principio TINA. ¿Les suena? No se le caía de la boca a Margaret Thatcher. Lo invocan siempre los conservadores. En él se refugió Mariano Rajoy al presentar la batería de medidas de expolio de las clases medias y las más necesitadas; que no podía elegir sino entre lo malo y lo peor; que no había alternativa. Es un principio consolador al que se acogen otros politicos, aunque no sean conservadores. El mismo Felipe González, siendo presidente del gobierno, sostenía que su política económica (la de la reconversión industrial) era la única posible.
No veo cómo el principio TINA va a evitar que, si España queda en una situación imposible, Rajoy presente su dimisión. Llegó con la promesa de salvar a España del desastre (incluida alguna baladronada acerca de su capacidad para suscitar la confianza en torno suyo, con su mera prestancia) y la ha conducido a él. Solo le queda la dimisión. Esta salida presenta la ventaja añadida de acarrear la de los ministros, con lo que no podrán hacer más daño, especialmente los dos monaguillos de la iglesia en el gobierno, Wert y Gallardón. Los mentideros de la Villa y los que se dan en la redes, hierven de cábalas sobre cómo va el PP a librarse de la carga de una presidencia literalmente noqueada, si se optará por un gobierno de tecnócratas o si por uno de coalición nacional.
Así, claro, no vamos muy lejos. Pero es cuestión de preguntarse si se puede ir. La citada entrevista de González quiere ahondar en la comprensión de la situación actual. Gallego-Díaz es una periodista de fuste y categoría, plantea las cuestiones de forma directa y empuja a González a explicarse sobre las causas de la crisis, la forma de encararla y gestionarla y el juicio que le merece lo que se está haciendo. El expresidente se explica ampliamente pero no estoy seguro de que todo lo que dice sea inteligible. Uno tiene la sensación de que en su discurso a veces se pierden los términos de referencia.
No tiene mayor importancia. El momento de Europa y España es insólito, nuevo y, en algunos aspectos, inexplicable. Cuando la vicepresidenta del gobierno decía el viernes en rueda de prensa que no se explicaba por qué no había otro tipo de reacción en Europa era así, no lo entendía, al menos desde su perspectiva. Hay muchas cosas que no se entienden en la crisis. Y antes de ella. Abundan las cábalas sobre el destino del euro. Y por primera vez se repara en que quizá su precipitada puesta en marcha fue el primer patinazo de una historia imposible. Porque la pregunta debía de haber sido: ¿Pueden Estados independientes dotarse de una moneda común que no sea la del más poderoso entre ellos? La respuesta solo podía ser "no". Pero como los Estados decían no ser ya completamente independientes, dieron ese paso (bien es cierto que no todos) y entraron en un terreno que no controlan, que nadie controla y que muchas veces no se entiende. Una situación en la que un euro en Berlín vale y no vale lo mismo que en Madrid. Así lo señala también González.
Los mercados son entes que reaccionan en función de datos no solamente (muchas veces ni siquiera principalmente) económicos sino de todos, los políticos, los sociales y hasta los psicológicos. Los mercados no reaccionan igual ante Zapatero que ante Rajoy.
Rajoy es un presidente achicharrado por la hoguera de la deuda y la de los incendios forestales, los dos términos que encierran la clave de un fracaso monumental. Por atender a las urgencias exteriores descuidó las interiores. Perdió fuera y perdió dentro. Y lo hizo, además, con una irritante falta de estilo: cuando el incendio de Valencia, estaba en Ucrania viendo el fútbol; cuando el no menos terrorífico de Girona, ya nadie sabe en dónde está. Pero no está.
Lo mejor es que deje de estar del todo.
La oposición mayoritaria apenas levanta cabeza. Su permanente oferta al gobierno es permanentemente ignorada por una mayoría soberbia que se permite el lujo de desear que los ciudadanos en paro se jodan con las medidas que se están tomando. Y la está dejando en mal lugar frente a una opinión pública que vira sensiblemente hacia la izquierda según se van haciendo sentir las mordeduras de la crisis. En una situación de creciente polarización, las posiciones intermedias, aunque sigan siendo probablemente las más ricas y matizadas, no concitan el apoyo de las mayorías. Son las opciones nacionales minoritarias, IU y UPyD, las que parecen recoger la lealtad de esos sectores sociales que el PSOE está perdiendo. No creo que la evolución lleve a materializar el famoso sorpasso anguitiano, esto es, IU por delante del PSOE en votos, ni siquiera con el antecedente de Syriza y el PASOK. Pero sí es muy posible que haya un fraccionamiento del voto de la izquierda. Lo cual no estaría mal si pudiera formarse un gobierno de unidad al estilo andaluz. Pero lo más probable es que el fraccionamiento posibilite el gobierno de la derecha.
En todo caso, tiempo habrá de dilucidar estas cuestiones. Lo urgente ahora es saber cómo nos deshacemos de un gobierno fracasado y lo sustituimos por otro más eficaz.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

diumenge, 22 de juliol del 2012

Esperando el telegrama.

El presidente del gobierno está, como acostumbra, escondido. El gobierno, siguiendo su valeroso ejemplo, también. Hasta la legión de fascistas que tienen contratada de trolls para aburrir a las ovejas en las redes está callada. La comunidad de Valencia, esquilmada, expoliada, arruinada merced al ejemplar gobierno de Camps, (que Rajoy quería aplicar en el resto de España con esa inteligencia que lo caracteriza) pide rescate al gobierno de España que, a su vez, está pendiente de que lo embarguen y desahucien por incompetente, bravucón y manirroto. Detrás de Valencia, Murcia, otro ejemplo de robo y latrocinio institucionalizado como impronta de la sabiduría de la derecha. Y cuando la realidad no deje otro remedio a Aguirre que decir la verdad del desastre que ha organizado en Madrid a base de despilfarros propagandísticos, dádivas, corrupciones, el panorama será ya desolador.
Mientras estuvieron en la oposición se ensañaron con el gobierno; no le prestaron ayuda alguna sino, al contrario, lo torpedearon cuanto pudieron. Una vez que son ellos quienes gobiernan se ha comprobado no ya que son una pandilla de incompetentes y reaccionarios que solo sirven para suprimir derechos de las gentes, sino un puñado de desalmados sin escrúpulos que, como los especuladores de los mercados, habían apostado porque España cayese (dicho por ese Montoro, cuya infamia, al parecer, no lo obliga a dimitir) para así hacerse con el poder. Y como gobierno, probablemente el peor que haya tenido este país jamás, incluidos los de Aznar, que ya es decir.
Dado su férreo control sobre unos medios de comunicación (incluidos los públicos a los que manipulan hasta arruinarlos) sin la menor decencia, el PP todavía tiene engañada a una parte de la población en España. Pero en Europa, al no funcionar la censura pepera, ya los tienen calados.
Mañana la prima de riesgo decidirá la fecha exacta del rescate.
Rajoy debiera presentar su dimisión acto seguido.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Ese maldito Estado.

Corren hoy los neoliberales desesperadamente de un lugar a otro suplicando la intervención económica de estas o aquellas entidades internacionales. Han protagonizado todas las intervenciones económicas del Estado que gobiernan en todos los mercados del país; han intervenido en los salarios, los beneficios, los impuestos, las subvenciones, los precios, en todo, absolutamente todo. Han intervenido impidiendo que cayeran unas empresas privadas, los bancos, y bloqueando por tanto la acción de la ley de la oferta y la demanda.
¡Cualquiera diría que no hace mucho estos mismos neoliberales despotricaban contra el Estado, su intervencionismo asfixiante, su hipertrofia, parasitismo, anquilosamiento, corrupción, etc., etc.! Sus ideólogos siguen empleando el mismo tono. Los más recalcitrantes no solo exoneran a su doctrina de responsabilidad en la crisis sino que achacan esta a la contraria. O sea, la culpa de la crisis recae sobre el desaforado intervencionismo del Estado, ese Estado del que los políticos neoliberales echan mano de continuo para intervenir en el libre mercado en beneficio de las empresas, especialmente de la banca, que son quienes financian la doctrina. Es patente el carácter ideológico de la teoría, su función puramente instrumental; sirve para decir una cosa y hacer otra. No merece la pena tomar en serio doctrinas que son falsas y justificatorias. No obstante cabe hacer una breve referencia a esa extraña obsesión de los neoliberales con el Estado.
Uno empieza a sospechar cuando cae en la cuenta de que, curiosamente, una gran parte de estos neoliberales, baluartes contra el intervencionismo estatal, adalides de la libertad de los mercados, debeladores de los sempiternos funcionarios, son, a su vez, funcionarios: abogados del Estado, inspectores de Hacienda,  catedráticos de Universidad, fiscales (Gallardón es fiscal), técnicos de la Administración del Estado, etc. La guerra contra los funcionarios es la guerra contra el Estado en general, incluido el estado del bienestar y el de derecho.  Emprendida por unos funcionarios que no tienen inconveniente en atacar la función pública pues saben que no volverán a ella ya que una vez cumplido su mandato, los nombran asesores o consejeros de las grandes empresas que se han beneficiado de sus políticas de desregulación, privatización, etc.
El discurso es: hay que conseguir que el Estado se repliegue sobre sí mismo y el mercado se expanda porque es el ámbito de la libertad. Esa mayor libertad se paga al precio de menos igualdad. No es tarea, dicen, del Estado fomentar la igualdad entre la gente. El Estado no debe tener fines morales sino jurídicos. Para igualdad, basta con la igualdad ante la ley. Luego resulta que esto tampoco es cierto y que ante la ley, como en la obra de Orwell, unos son más iguales que otros. Los escrúpulos que algunos puedan sentir se acallan recurriendo al conservadurismo, que es el hermano gemelo del neoliberalismo, un conservadurismo casi victoriano según el cual la holgazanería engendra la pobreza y esta el vicio y el crimen, mientras que la laboriosidad engendra la riqueza y esta la virtud. En resumen, el pobre lo es por inmoral.
Para la masa, la igualdad ante la ley es suficiente. Esto puede aumentar la necesidad y hacer que se planteen problemas de orden público. Nada que el Estado no pueda resolver con la violencia a su disposición. La ley está para garantizar el orden público y la más absoluta libertad en las transacciones mercantiles. Todo debe depender del mercado que tiene sus mecanismos regulatorios. Pero además de la ley que protege la seguridad del mercado en general, el interior de este la única ley que tolera es la del más fuerte. Hasta ahora los neoliberales han admitido a regañadientes que el Estado interviniera cuando la ley del más fuerte, esto es, la de la oferta y la demanda producía disfunciones graves, cosa que este hacía porque, como reza la leyenda en la cubierta de la famosa edición príncipe del Leviathan de Hobbes, que reproduce las palabras de Jehová al describir a Leviathan: "No hay en la tierra poder que pueda comparársele". (Job, 41, 24).
Pero eso era antes; ahora sí lo hay. Sí hay un poder europeo, un superleviathan, capaz de doblegar el Leviathan español que los neoliberales están encantados de destruir pues es lo que siempre habían predicado. El error consiste en poner a cuidar del Estado a sus enemigos.

dissabte, 21 de juliol del 2012

¿Esto es un gobierno?

Al consejo de ministros de ayer ya dieron respuesta condigna los mercados poniendo la prima de riesgo en 612 puntos, igual que la habían dado los ciudadanos un día antes echándose a las calles a cientos de miles  en contra del expolio de un país por sus gobernantess, del atraco de estos a la ciudadanía, de la rendición al Diktat alemán, de la resignación a dejarse robar con tanto descaro. Frente a todo ello, el gobierno no ha hecho otra cosa que mostrar su incompetencia, su nerviosismo, su falta absoluta de información y sentido común; en definitiva su carencia de cualquier dote intelectual. Durante las elecciones presumieron día y noche de competencia técnica, de tener los datos, de saber qué hacía falta, de sentido común y experiencia. Nunca estuvo tan claro lo de "dime de qué presumes..." No tenían nada de lo que presumían. Eran y son un atajo de inútiles, desbordados por los hechos, un puñado de auténticos irresponsables tan carentes de escrúpulos morales como de facultades intelectuales. Y los votaron por mayoría absoluta, quizá por eso. En todo caso, ahí quedan unas preguntas que este gobierno de incompetentes no sabe responder:
  • ¿En qué momento será intervenida España?
  • ¿Quién tomará la decisión y cómo?
  • ¿Se molestará en comunicárselo previamente al gobierno?
  • ¿Sabe el gobierno de lo que habla?
  • El gobierno no contempla la intervención. Pero, si se produce, ¿tiene algún plan B preparado?
  • ¿No va a dimitir Báñez por el juego sucio del ERE del PSOE y a pesar de la denuncia?
  •  Báñez, Santamaría, Montoro seguirán cobrando los 20.000 euros anuales de dietas falsas?
  • ¿No les da vergüenza estafar de este modo a los contribuyentes?
  • Montoro ¿dejará de amenazar a la gente?
  • ¿Alguna vez coincidirán los números que esgrimen los gobernantes?
  • ¿En dónde está el presidente Rajoy?
  • ¿Ha aclarado ya cuánto cobra entre la presidencia del gobierno, la del partido y el registro? 
  • ¿Sigue cobrando fraudulentamente las dietas de desplazamiento viviendo en Madrid?
  • ¿Ha conseguido entender de qué va esta crisis?
  • ¿Ha superado la vergüenza de estar haciendo lo contrario de lo que predicaba a gritos?
  • ¿Seguirá su gobierno tomando a los españoles por imbéciles?
  • ¿Continuará negando derechos y libertades con el cuento de la crisis?
  • ¿Seguirá tratando de aterrorizar a lo población con tácticas represivas ilegales y semifascistas?
  • ¿Destituirá a la delegada del gobierno en Madrid por evidente incompetencia?
  • (La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

El drama de la realidad

La política, esa tan denostada actividad, tiene a veces momentos dramáticos, que suspenden el ánimo y hasta acongojan. Hay algo tremendo, casi shakesperiano en el destino de este gobierno. Todavía tenemos en la memoria visual (y, si no lo tuviéramos, ahí está Youtube para ayudarnos) la seguridad, el aplomo, incluso la alegre ferocidad con que los más conocidos antihéroes del PP, Sáez de Santamaría, Cospedal, Montoro, González Pons, el propio Rajoy, ponían en ridículo los afanes de Zapatero por mantener el país a flote con la prima de riesgo en torno a los 160 puntos básicos. ¡Cómo se indignaban por el empeño de aquel de mantenerse en el gobierno, arrebatándoles el lugar que les correspondía por derecho propio y porque traían las fórmulas infalibles para reconstruir la situación! ¡Qué impaciencia sentían por la morosidad del sociata al que ya nadie en Europa escuchaba! ¡Qué de chanzas y chirigotas sobre la incompetencia zapateril!
Es impresionante verlos ahora, siete meses después, en los que los acontecimientos vertiginosos los han vapuleado sin piedad, que no son sombra de lo que fueron. Semejan zombies, zombies asustados. Cariacontecidos, cabizbajos, sin reflejos, muchas veces sin poder contenerse, comparecen porque no tienen más remedio a mostrar que no saben por dónde andan, a quejarse, a preguntar al aire porqué las cosas no son como ellos creen que debieran ser, a echar las culpas al maestro armero, desde luego Zapatero, después las Comunidades Autónomas, luego el Banco Central Europeo y mañana, quizá los Sabios de Sión. Cualquiera menos ellos que lo hacen todo de cine. De cine de enredo, de equívoco, cómico. Como cuando es imposible averiguar la cuantía exacta de las necesidades españolas porque un ministro contradice a otro y los dos, a su vez, al presidente del gobierno que aprovecha la ocasión para mostrar que tampoco sabe de lo que habla.
Y este está resultando uno de los aspectos más insólitos de esta crisis, el del comportamiento imprevisto de Rajoy. Se trata de un presidente que vive oculto. Comparece en el parlamento lo mínimo imprescindible, suprime el debate sobre el estado de la Nación y no somete sus medidas a deliberación en sede parlamentaria porque gobierna por decreto, fiado en su mayoría absoluta. Fuera del Parlamento la situación es peor: no concede ruedas de prensa y, si alguna concede es sin preguntas y no hace declaraciones salvo sobre asuntos colaterales, como los partidos de fútbol. Creo recordar que, mientras Valencia ardía, Rajoy estaba en el extranjero contemplando algo de eso. Es un presidente furtivo del que jamás es posible obtener una idea clara, un propósito específico. Todo es ambiguo e inseguro y hay serias dudas sobre su capacidad de raciocinio.
Asegura con frecuencia que sabe lo que tiene que hacer (estos de Público son unos mal pensados) pero es un saber extraño ya que, por otro lado, el mismo personaje afirma que hace lo que tiene que hacer pues no hay opción ni alternativa. Al final, cuando la cosa se ha complicado mucho la simplifica pidiendo un acto de fe. Los frutos de las medidas de hoy se verán en el futuro. Sin duda. Y a partir de ahora, si son amargos, pueden perseguirnos como el fantasma de Banquo a Macbeth.
Al estar las cosas como están uno pensaría que el presidente del gobierno podría romper su acendrada afición al ocultamiento, hacerse presente en el puente de mando, ahora que la mar de la deuda se pone brava y dar seguridad y vigor a la tripulación mostrando su pulso firme y certero juicio. Pero ni lo uno ni lo otro. Rajoy ha vuelto a desaparecer, como tiene por costumbre en los momentos más críticos, aunque supongo que habrá dejado su número de móvil a alguien. Desde luego ha de ser muy duro comparecer en público y que alguien te pregunte qué datos tenías en 2008 para decir que Valencia era el ejemplo de lo que tú querías hacer en España y si esos datos son los mismos con los que operas ahora cuando ese milagro valenciano ha resultado ser un monumento al dispendio, la corrupción y el caquismo, obra de un conjunto de farsantes, logreros y ladrones a los que tú ponías como ejemplo de buena gestión económica.
(La imagen del centro de la portada de El País es una foto de La Moncloa en el dominio público). Por cierto, recuerda lejanamente las comparecencias de ETA para sus truculentos comunicados. Si se les ponen sendas capuchas con photoshop por ejemplo, pueden quedar muy propios.

divendres, 20 de juliol del 2012

La insurrección de la calle.

Manifestaciones en más de ochenta ciudades en España ayer en contra de los recortes. El pueblo frente al gobierno. Una especie de moción de censura callejera clamorosa que es imposible minimizar ni ocultar, aunque lo intenten en sus medios, sobre todo en sus televisiones Telemadrid y ahora RTVE. Y manifestaciones muy concurridas, como muy pocas veces, si acaso alguna, lo han estado antes.
Me refiero a la de Madrid. Nunca he visto tanta gente junta. Quizá en la posterior al 23-F o en la de Miguel Ángel Blanco. Pero contra un gobierno, nunca. Estaban además todas las organizaciones, excepto el PP y UPyD así como diversos cuerpos, como el de bomberos de Madrid o policías locales o nacionales de paisano, pero con sus camisetas de faena. Eso no lo he vista antes jamás. Los sindicatos hablan de 800.000 asistentes; El País los cifra en 100.000 y la policía en 25.000; Aguirre, supongo, en 32. Yo pondría 300.000, pero admito tener el mismo fundamento que las cantidades arriba citadas. No más ni menos. Las redes rebosan de fotos que muestran un gentío inmenso. Como también de otras con las cargas de los antidisturbios al filo de la medianoche en Sol, Carrera de San Jerónimo, Antón Martín, Carretas, etc. El centro. Diversas escenas de brutalidad policial desproporcionada. Los policías toman al asalto las calles y aporrean indiscriminadamente a mansalva, hasta en las terrazas de los bares. El caso es sembrar el terror entre la población. Disuadir de que haya posteriores manifestaciones.
Pero las hay y las habrá. Hoy convoca IU a una concentración ante el palacio de La Moncloa a las 12 para protestar ante el consejo de ministros. Y seguro que hay otras concentraciones y manifestaciones con interrupción del tráfico en más puntos de la capital. Y mañana, 21, llegan a Madrid las columnas de parados que vienen desde diversos puntos de España. No sé si tendrán una recepción tan multitudinaria como la que tuvieron los mineros pero seguramente irá mucha gente. Y vuelta a empezar con las manifestaciones. Los sindicatos ya han anunciado que no se detendrán en agosto y que continuarán con las movilizaciones para ir preparando la huelga general de septiembre. Que debería ser indefinida. Que nadie vaya a trabajar a ningún sitio hasta que el gobierno se avenga a razones y convoque elecciones o un referéndum sobre el rescate, aunque no quiera llamarlo rescate sino pilicortuá. Elecciones para un nuevo gobierno, claro está y referéndum para decidir si nos quedamos con el rescate o pilicortuá o prescindimos de él. En el segundo caso, de nuevo elecciones generales.
Una última cuestión sobre el comportamiento del PSOE. Sigue este empeñado en no hacer causa común con la movilización social permanente. Está invisible, ausente. Se entiende el temor de que mañana la derecha lo acuse en sede parlamentaria de andar tras la pancarta, pero es absurdo porque si no lo acusa de todas formas (cosa muy probable, dado que no es gente sutil) lo puede poner más en evidencia agradeciéndole el gesto de no sumarse a la algarada callejera de la chusma. Son malos tiempos para la política de gabinete y guante blanco que quiere hacer el PSOE. El gobierno ha encendido el conflicto social en tales términos de enfrentamiento que puede llegar un momento en que no cuente con la lealtad de la policía, harta de apalear ciudadanos en unas protestas claramente justas. 

dijous, 19 de juliol del 2012

¿Por qué hay que manifestarse hoy?

  • Porque la derecha gobierna de forma dictatorial mediante decretos-leyes.
  • Porque ha destrozado el Estado del bienestar y destruido los derechos de los trabajadores.
  • Está sacrificando a los más débiles, parados, funcionarios, jóvenes, pensionistas, inmigrantes, dependientes.
  • Solo las clases medias y bajas pagan impuestos.
  • Los ricos y la iglesia no pagan impuestos.
  • No se persigue el fraude fiscal de los ricos . Al contrario, se los amnistía cuando delinquen.
  • Solo se rescata los bancos. Todos. Incluso los quebrados por los saqueos de sus directivos, que se llevan primas millonarias.
  • No toca los privilegios de los políticos con sueldos estratosféricos ni los de sus legiones de "asesores", paniaguados contratados a dedo por cantidades fabulosas.
  • El presidente del gobierno es un incompetente radical que huye del Parlamento y de la prensa porque no sabe ni hablar,
  • Sus ministros todavía son más incompetentes que él, se contradicen de continuo y solo sirven para amenazar a la población y reprimirla por todas las vías
  • La administración pública está ahogada de enchufados y nombrados a dedo por los gobernantes.
  • Los gobernantes son corruptos o amparan a los corruptos y todos juntos saquean las arcas públicas mediante tramas delictivas u obras faraónicas sin sentido.
  • Los robos de los ricos y los gobernantes quedan impunes y, si no quedan impunes, se indultan acto seguido, mientras se castiga con la cárcel el ejercicio del derecho de manifestación.
Pedimos la dimisión del gobierno del desastre y la convocatoria de a) elecciones generales; b) un referéndum sobre el rescate.

Movilización social permanente.

El día de hoy es decisivo. Todos los partidos, los sindicatos, asociaciones de lo más diverso, el 15-M, DRY, etc, han convocado a la ciudadanía a manifestarse en toda España por la tarde. Solo se han excluido, según mis noticias, el PP y UPyD. En el caso del PP es comprensible, ya que la megamanifa es contra el gobierno; en el de UPyD no lo es tanto. Pero es seguro que sus razones tendrán para mantenerse al margen de un movimiento que da la impresión de estar muy extendido.  Como vienen las cosas y la generalizada indignación es de esperar que el país entero se eche a la calle porque quien más quien menos está furioso con una situación en la que
  • va para cinco años de padecer una crisis terrible que nadie previó y nadie entiende pues, si se entendiera, ya se habría resuelto. Lo cual no obsta para que proliferen las más diversas teorías, muchas veces contradictorias e inútiles.
  • los políticos adoptan decisiones cada vez más gravosas para la ciudadanía, recortes, mermas, restricciones de todo tipo que agobian a la gente en función de una crisis que nadie entiende. Y todo ello, además, para rescatar bancos.
  • precisamente los bancos son los máximos responsables de la crisis a causa de sus malas prácticas, muchas de ellas, como se ve, delictivas.
  • las malas prácticas de la banca han sido, al parecer, generalizadas, como se prueba por el asunto del Libor y el Barclays inglés y la posible implicación del Bank of America.
  • a pesar de todo es obligado rescatar los bancos (los mismos que ejecutan las hipotecas sobre sus rescatadores) a fin de que, según quiere acrisolada doctrina, fluya de nuevo el crédito nutricio que ponga en pie la economía real. Quién vaya a tomar esos créditos y producir en la economía real si nadie tiene dinero porque el Estado se lo ha quedado todo, es un misterio del pensamiento neoliberal.
  • para el enésimo rescate, nueva vuelta de tuerca a las argollas que estrangulan a los más débiles, los parados, los funcionarios, los dependientes, los jubilados, los jóvenes.
  • estos han de contemplar además cómo se los ataca en sus posibilidades, su modo de vida, sus intereses no solamente con medidas de carácter económico sino también puramente ideológico. No solo ven que se les restringen sus posibilidades de acceso a servicios sociales sino también de ejercicio de derechos de minorías, como el aborto o los matrimonios homosexuales.
  • al mismo tiempo, la población objeto de medidas de ajuste debe compaginar su amarga experiencia con la contemplación de un baile de desmesuradas retribuciones a altos cargos de los bancos y cajas a los que han llevado a la quiebra y que ahora precisan rescate con cargo a los dineros públicos.
  • los "ajustados" viven igualmente el día a día de una clase política con un nivel de privilegios que produce irritación. Que los alcaldes hayan estado fijando libremente sus retribuciones ha llevado al absurdo de que algunas varas municipales ganen más que el presidente del gobierno. Y no son estos los únicos privilegios de la clase política.
  • No obstante la convivencia más enojosa es la de los sacrificios con la corrupción. Es muy difícil admitir que los colegios deban reducir las horas de calefacción en invierno o incluso suprimirla en lugares en donde la autoridad ha dilapidado cientos de millones en algún proyecto megalómano que luego no sirve para nada. Y mucho más saber que parte de esos cientos de millones han desaparecido en una jungla de corrupción en la que habitan políticos y empresarios dedicados al expolio del erario público.
Así, el "¡Que se jodan!" final ha sido como la chispa que ha encendido la pradera.
Estos de Mongolia vienen fuerte. La portada para el día de hoy es sensacional porque unifica el llamamiento a la acción general con la referencia a la última provocación de la derecha, el exabrupto de la diputada Andrea Fabra y el recuerdo del Madrid de 1936. Todo en uno. Se me ocurre que la portada tiene dos lecturas antagónicas: 1ª) "¡No nos joderán!"; 2ª) "¡No! Nos joderán". Pero he pensado que no está el día para bromas.

La política del miedo.


¿Se han fijado en cómo se parece Cristóbal Montoro al Nosferatu, de Murnau? Y no solamente por fuera; también por dentro. Le gusta ejercer el terror, como al Drácula del expresionismo alemán. Se ríe extrañamente con el miedo y el sufrimiento de sus víctimas, a las que gusta atemorizar con amenazas lanzadas a voleo: que si tendrá que intervenir en las Comunidades Autónomas o que si no habrá dinero para pagar las nóminas de los funcionarios, una afirmación esta que ha causado el alza inmediata de la prima de riesgo de España a niveles insoportables. En realidad, hay quien dice que cada vez que habla Nosferatu-Montoro sube la prima de riesgo. Quizá sea llegado el momento en que se haga realidad el deseo que el propio Montoro manifestaba no hace mucho a una diputada canaria: quería el hoy ministro que España se hundiera porque estaba seguro de que el PP la levantaría. No ha sido capaz su partido de mejorar su situación en siete meses, como para creer que hubiera podido levantarla caso de estar caída de verdad. Pero es que este dato es irrelevante en el planteamiento de un político tan irresponsable. En el fondo, lo único que quiere es amenazar con la ruina para que la gente se asuste y no ofrezca resistencia a sus desmanes y los de su partido. De esta forma se explica su intención. Lo que quiere, como Calígula, es que la gente lo tema, aunque por ello mismo lo odie.



Divertida actualización.

¡Qué casualidad! Acabo de subir la entrada y me encuentro esta imagen en el muro
de Facebook de Juan Villarino. La que simula ser la sombra de Montoro es la silueta del Nosferatu de Murnau; o sea, de Drácula. Pero Drácula como Nosferatu, porque del vampiro de Transilvania hay muchas encarnaciones, algunas incluso humorísticas, pero ninguna como la de Nosferatu, el calvo de puntiagudas orejas, extraña sonrisa y prominentes paletos. La coincidencia en la similitud indica afinidades electivas. Produce alegría comprobar que hay otros que ven el mundo como uno y ven en el mundo lo mismo que uno. Produce alegría coincidir con alguien porque uno de los defectos de nuestro país es nuestro prurito de discrepar, de no coincidir en nada con nadie. Es el llamado individualismo y, la verdad, llevado al extremo, hace la vida bastante difícil. Así que, Juan, estupenda la coincidencia. El montaje, además, soberbio: esa garra de Montoro se cierne sobre nuestros bolsillos igual que la del vampiro sobre el alabastrino seno de la inocente doncella.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).