divendres, 20 d’abril del 2007

"Oiga, mire Vd...".

Qué barbaridad, qué hombre tan tonto. ¿Cómo va a llegar a presidente un balbuceante demagogo educado en la escuela de Fraga de "oiga, mire Vd..., España es lo único importante." En fin, se dirá que no soy objetivo y es cierto. Pero es que fueron dos horas de tortura ante el TV escuchando sinsorgadas, vaguedades, incongruencias, falsedades, que hubiera aprovechado mucho mejor leyendo la media docena de libros que tengo pendientes. Para que no se me acuse de (excesivamente) subjetivo, relataré las incongruencias y falsedades del pretendiente y trataré de hacerlo conteniendo la risa. Seguro que hay más, pero éstas me parecieron las más notorias:

I.- No vio banderas "preconstitucionales" (o sea, fascistas) en las manifas del PP. ¿Desde cuándo se niegan los datos objetivos con sensaciones subjetivas? Yo tampoco he visto el Taj Mahal, pero existe, tanto como las banderas fascistas en las manifas del PP.

II.- Acebes no mintió. Chúpate esa, Pedrín. Y corto que anduvo el mancebo. Seguramente Acebes lo reñirá por no decir a continuación: los que mienten son Vds., miserables.

III.- Va a dedicar más recursos a la educación, a las viudas, a la vivienda, al Campo de Gibraltar, a la sanidad, a la seguridad ciudadana...a todxs lxs que le pidieron algo y, al mismo tiempo, va a bajar los impuestos. Y, al ser como es, puso de ejemplo que las comunidades del PP han suprimido los impuestos de sucesiones y donaciones que, bien sabido es, gravan en especial a los trabajadores. Recuerda a Humpty Dumpty en Alicia: "cuando escojo una palabra significa lo que yo quiero que signifique."

IV.- Teníamos tropas en el Irak y ahora las tenemos en Afghanistán, el Líbano, el Congo... con una diferencia que no mencionó: en todos estos sitios, nuestras tropas llevan mandato de las Naciones Unidas; al Irak las mandó el trío de las Azores.

V.- Las broncas que montan sus jayanes en el Congreso, según el señor Rajoy, no tienen importancia. Y lo argumenta en profundidad: lo normal no es noticia; es noticia lo excepcional. Increible pero cierto porque lo repitió como una muestra de ingenio. Propongo que, de hoy en adelante, los telediarios arranquen la información con la noticia de que el Parlamento está en normalidad y sus señorías no han berreado. Portentoso, portentoso.

VI.- LLevo toda la legislatura diciendo que quiero hablar de lo que importa a los ciudadanos y no de los estatutos de autonomía o del proceso de paz, Y por eso todas sus preguntas en las sesiones del Congreso versan sobre ETA y sobre De Juana Chaos a quien sacó ayer a pasear por el plató viniera o no a cuento cuatro veces.

VII.- El PSOE ha roto los consensos de la transición. Suena al parte policial acerca de cómo una manifestante agredió con la cabeza a la porra de un tranquilo policía. Eso sin medir el morro que hay que tener para acusar a ZP de romper el pacto por las libertades...que se aprobó a propuesta de ZP y con la oposición del señor Rajoy, que lo equiparaba a un conejo salido de la correspondiente chistera.

Francamente, voy a borrarme de esto de cronista político como no aumente sensiblemente el IQ de los políticos de la derecha. Aunque lo veo difícil porque ya dice el cínico adagio que "en política están los tontos de la derecha y los listos de la izquierda". La primera parte del enunciado la dejó el señor Rajoy meridianamente clara.



Las edades de la Vida (VI).

Esto de las edades de la vida es asunto que cruza culturas, religiones, civilizaciones. Forma parte de la condición humana. La imagen contigua es muy curiosa, es nuestro tema de las edades de la vida representado para judíos alemanes. La composición es la misma que ent odas estas reproducciones populares: dos orillas unidas por un puente de un ojo. Pero ésta hay que verla de derecha a izquierda, que es como los judíos leen, al igual que los árabes. Es curioso, digo, porque la dirección en la que leemos es en la que tendemos a ver el mundo: nosotros, de izquierda a derecha; los semitas, de derecha a izquierda. Y también son curiosas las figuras. El rabino aparece en dos edades, una figura sacerdotal que no suele estar en las representaciones cristianas, mucho más laicas. Y bajo el arco del puente donde los cristianos ponen imagenes de espanto, el paso del tiempo, la muerte, la tumba, los judíos ponen un sol que tanto puede estar en el ocaso como en el orto; sabia ambigüedad muy poco mosaica.

Otra imagen muy frecuente de la vida, además de las del camino evangélico, los ríos manriqueños, los sueños calderonianos, es la del juego. La vida es un juego de azar con partes de cálculo. Azar es el nacimiento, azar la muerte. En el centro, está la libertad, la decisión racional, cosas muy importantes porque según el uso que hagamos de ellas podemos retrasar la llegada del segundo y último azar

También es muy curiosa la imagen de la derecha, que representa el llamado en Inglaterra "juego de la vida humana" y funciona como la Oca. Los jugadores echan dados para saber qué casillas ocupan y éstas determinan sus comportamientos posteriores: el delincuente, la persona honorable seguirán avanzando a glpes de azar de dados y calculando sus tácticas entre golpe de azar y golpe de azar. La verdad es que tampoco he visto de estos juegos en España. Y soy de cuando el Monopoly se llamaba Palé.

dijous, 19 d’abril del 2007

NS/NC

En contra de lo que pensaba ayer, los señores de la derecha han decidido llamarse andana respecto a las exigencias de responsabilidad política del anterior Gobierno en el juicio del 11M. Tenía entendido que las víctimas eran lo más importante y que cualquier cosa debía supeditarse a sus justas reclamaciones. Pero, a lo que se ve, las víctimas que declararon el martes en el juicio no son víctimas o sus reclamaciones no son justas. En el PP, los mandos han decidido que la exigencia de responsabilidades políticas no merece contestación, ni siquiera para decir que no ha lugar. El PP no sabe/no contesta (NS/NC).

En la vista las cosas van quedando diáfanas. Parece que la dinamita Titadyne se ha evaporado aunque, a estas alturas, eso ya no importa mucho pues resulta claro que el Gobierno mintió todo lo que pudo en los fatídicos días 11, 12 y 13 de marzo de 2004. Eso ya lo sabíamos. Lo sabíamos en aquellos días. La frenética actividad del Gobierno, las llamadas del señor Aznar a los directores de periódicos, las instrucciones de la ministra de Asuntos Exteriores a las embajadas, la manifa convocada por el ejecutivo con la consigna de "con la Constitución" (que sólo tiene sentido si se esgrime frente a etarras, pero resulta absurda frente a islamistas) no era una campaña de información, sino de intoxicación deliberada, un intento descabellado de sustituir una realidad por un decorado, de construir un "poblado Potemkin", como se dice, con gran injusticia hacia el ministro y amante de la Zarina Catalina la Grande que no hizo lo que se le acusa de haber hecho, esto es, enteras aldeas de cartón piedra para engañar a Catalina en su viaje triunfal a Crimea en 1787. ¡Qué injusta es la vida! Los "poblados Potemkin" debieran llamarse "mentiras Aznar". Ahí es nada sacar a la calle a la gente escudándose en la Constitución para engañar a la opinión española, tras haber declarado una guerra a causa de unas armas de destrucción masiva que no existían para engañar a la opinión mundial.

Curiosamente, cuanto más claras están las cosas en la vista oral, más las embarullan los de la conspiración. Para una parte del país, entre la que me cuento, el juicio está siendo ejemplar y poniendo en evidencia que la investigación y la instrucción también lo fueron, sin ignorar que en todas partes pueden siempre cometerse errores menores. Hasta la fecha la autoría islamista está probada y de la conexión etarra no hay ni la sombra de una prueba, salvo los recuerdos del señor Ramírez y las fantasías parapsicológicas a lo Madame Blavatsy del señor Del Pino. Para estos, por el contrario, como para sus periódicos y emisoras de radio, la que ya ha hecho aguas es la llamada "versión oficial" que, por cierto, es una expresión sorprendente: ¿versión? ¿oficial? ¿Quién la ha formulado? ¿Quién la sostiene? ¿Quién la ha hecho "oficial"? No existe una "versión oficial" como no existe una "versión conspirativa". La primera es lo que día a día va quedando claro ante un tribunal con luz y taquígrafos. La segunda, un engaño propalado con los más bastardos motivos.

Las edades de la vida (V)

La visión moralizadora de las etapas de la vida humana es una función edificante. Se trata de poner como ejemplo a ojos de las nuevas generaciones ese decurso. Hay que recorrer el camino y recorrerlo de cierta forma, con decoro, provecho, con respeto para las normas morales de la colectividad. La visión metafísica de los siglos teológicos, que representaba las edades de la vida como un ciclo orientado hacia la muerte (el hombre que es ser-para-la-muerte, al decir de Heidegger) se torna en otra positiva con la modernidad, con la llegada de la Ilustración y de la burguesía, se torna en una visión gradualista. Etapa por etapa, los seres humanos realizan su destino en la vida ajustándose a los modelos de cada una de ella: cómo hay que ser cuando se es niño, cuando adolescente, joven, hombre maduro, etc.

La estampa superior es una representación de las edades de la vida para edificación de muchachxs en el siglo XIX, en este caso, alemán. Es un imagen popular, una cromografía con las figuras de trazo convencional, simbolizando no las edades del ser humano como tal, sino las del hombre burgués que ha llevado una vida plena y se ofrece como ejemplo de lo que debe ser. La muerte tiene un tratamiento especial y la figura que ocupa el primer plano es el Tiempo, con su clepsidra y su guadaña. Sobre la bóveda del arco bajo el que está el Padre Tiempo, se escalonan las edades del hombre por decenios. El carácter ejemplificador de la representación es evidente: con diez años, el niño debe jugar; con veinte, el joven parte a conocer mundo; con treinta debe fundar una familia; con cuarenta, ser socialmente útil y triunfar profesionalmente (homo faber, recuérdese); con cincuenta ha de haber alcanzado el punto culminante de su carrera, la máxima posición de preeminencia social; con sesenta, la presencia del esqueleto no tiene la función admonitoria de los novísimos de los siglos anteriores sino una especie de encomienda tuitiva: el hombre debe escribir sus memorias y prepararse para morir, los setenta y ochenta son de mayor decadencia y los noventa el momento en que el anciano es motivo de diversión para la infancia, los cien los cumple el hombre de la imagen con el ataúd preparado. Ya sólo la expectativa de llegar a estos años reduce el alcance de la estampa a la burguesía y clases superiores, dado que la esperanza media de vida era en el siglo XIX muy inferior a lo que es hoy.

Puede compararse aquella estampa con otra contemporánea de la Inglaterra victoriana y hecha solamente con mujeres. Las mujeres son seres humanos, tienen edades en la vida y esas edades se prestan también a un discurso moral. Pero hay dos diferencias sustanciales en relación con la primera imagen:

1ª: en aquella, las mujeres aparecían al comienzo de la escala del hombre, como madres y esposas; después desaparecían y el decurso de la vida humana quedaba reducido a la vida masculina, la única que es productiva. En la imagen victoriana, los hombres están conspicuamente ausentes. Incluso cuando, en la cuarentena, la mujer figura como madre, parece como si lo hubiera sido por partenogénesis, sin la contribución del varón. Mi interpretación es que los hombres no pueden aparecer como auxiliares en una historia. Son protagonistas o nada.

2ª: la única función de las mujeres es ser novias y madres. Fuera de eso, no tienen profesión ni escriben memorias. Pero de los sesenta en adelante parecen realizar pequeñas actividades simbolizadas en algunos objetos como llaves, un libro de cuentas (o breviario), un crucifijo y hasta una labor de punto.

Todo ello muy aleccionador.


dimecres, 18 d’abril del 2007

La responsabilidad de lxs irresponsables.

(En este post no habrá ilustraciones por respeto a las víctimas de la barbarie del 11m).

Desde el 11 de marzo de 2004 las fuerzas de seguridad del Estado, la administración de justicia, un sinfín de funcionarixs de otros servicios públicos y empleados de empresas privadas, una parte de los medios de comunicación, algunos partidos políticos y asociaciones de la sociedad civil y una cantidad ingente de ciudadanxs (espero que la inmensa mayoría) hemos hecho lo que hemos podido por sentar a los culpables en el banquillo y porque se haga justicia. Todxs sabíamos que, cuando arrancara la vista oral, sería como un vendaval que barrería con los hechos probados la enmarañada sarta de embustes, insidias, falsedades e intoxicaciones que se ha venido fabricando en estos tres años, conocida bajo el nombre de teoría de la conspiración, consentida, si no alentada, por el PP, alimentada por sus medios de comunicación afines, y coreada por sus auditorios. Pero creo que nadie previó la impresión que causarían las declaraciones de la víctimas.

El hecho es que ayer depusieron las seis primeras y se hizo un silencio estremecedor en la sala y fuera de la sala. Varias de ellas exigieron la responsabilidad política del gobierno anterior. Y es el caso que a este momento, más de seis horas después de las declaraciones, el PP no se ha manifestado al respecto siendo así que, en otros asuntos, responde a velocidad de relámpago. Es de esperar que a lo largo del día de hoy haya una declaración institucional en la que este partido tendrá que pronunciarse sobre la petición de responsabilidades políticas. Probablemente habrán pasado toda la noche pergeñándola y será digno de oírse lo que tengan que decir.

Y silencio también en sus medios. Hasta Libertad Digital titulaba el asunto del siguiente modo (y en cuerpo menor, dando cuerpo mayor a algo absolutamente irrelevante): La Asociación de Manjón pide responsabilidades al Gobierno del PP a través del testimonio de sus víctimas, que tiene mala uva, pero mucha menos de lo que es habitual en el medio.

Esa petición de responsabilidad política, formulada por gente cuya vida (o la de sus allegadxs) ha sido detrozada tiene una fuerza moral inmensa. La cuestión, pues, no es ella misma, sino cómo se lo van a tomar lxs directamente aludidxs. Por Libertad Digital ya tenemos un indicio: desacreditándola, tratando de mostrar que está motivada por intereses políticos. Y, lo dicho, ya veremos cómo reacciona el PP.

¿Y qué esperanza hay de que quienes han probado ser unxs irresponsables asuman responsabilidad alguna? Escasa a mi entender, pero es bueno que quede de manifiesto. Porque ahora han dado en la flor de decir que ellxs (esto es, el PP y todxs y cada unx de sus dirigentes) jamás compartieron la "teoría de la conspiración". La verdad, da un poco de vergüenza ver con qué desparpajo mienten la señora Aguirre y lxs demás. Todo el mundo ha visto que llevan tres años esgrimiéndola y no se inmutan al negar la evidencia.

Desde luego, pueden afirmar contra toda evidencia no haber estado en la teoría de la conspiración. Lo que no pueden negar es que gobernaban el 11m y en los años anteriores y que las pruebas de que aquel gobierno fue un desgobierno son ya abrumadoras.

En qué están los medios de la derecha se sabe de sobra: en seguir con la susodicha teoría en cualquiera de sus fantásticas versiones. Me precio de haber avisado, a la vista de la última entrevista de ETA, que el párrafo sobre los "ataques armados" del 11m llevaba mala baba e invitaba a intervenir a los de la conspiración, dando a entender que, despúes de todo, pudiera haber alguna implicación etarra. Y este finde el señor Ramírez ha cogido la invitación al vuelo y nos ha enjaretado la enésima versión de la fábula, con una prueba incontrovertible que se ha sacado de la memoria. La conexión mental ETA-Ramírez ha funcionado a la perfección.

Pero la exigencia de responsabilidad política retroactiva es una carga de profundidad. Porque hasta lxs irresponsables son responsables. Con razón trataron por todos los medios de que no se celebrase la vista oral. Van a salir escaldadxs.


Ah, la France!

Vaya, parece que mi candidata Ségolène Royal vuelve a subir en los sondeos. Al menos, el que traía ayer Le Monde de la empresa CSA-Cisco para Le Parisien daba 27% para Sarko, 25% para Ségo, con Mr. Bayrou en un cómodo tercer puesto con 19% y Le Pen en el cuarto y 15,5%. Parece que ya ni las intoxicaciones, ni el juego sucio de las noticias falsas paran la candidatura de la señora Royal. Porque ya le han hecho jugarretas y le han puesto zancadillas dentro y fuera de su partido. Y el personal dirá lo quiera, pero es por ser mujer. La última triquiñuela: que los servicios del ministerio del Interior tenían una encuesta secreta que daba a Sarko y Bayrou empatados en cabeza y Ségo no pasaba a segunda vuelta. Falso, pero pensado para hacer daño, para desmovilizar el voto de izquierda.

Ahorro al personal las acostumbradas especulaciones sobre el voto útil, el estratégico y el pluscuamperfecto. A primera vista tienen toda la pinta de pasar Sarko y Ségo. Y, como decía servidor en un post anterior, et puis, on verra. No me atreveré a pronosticar cómo votarán en segunda vuelta los comunistas de Buffet, lxs trostkistas de Besancenot, lxs altermundialistas de Bové, los también trotskistas de Laguiller y Schivardi y lxs verdes de Voynet y tampoco sé qué harán lxs votantes de la derecha, los de Bayrou, Le Pen, Nihous y Villiers. Sé lo que haría yo y más abajo se verá. En realidad, a los indecisos de la primera vuelta habrá que añadir los desconcertados de la segunda.

Mi amigo Tom Cahill me ha hecho llegar dos direcciones francesas curiosísimas, a saber: mon vote à moi y Politest. Se trata de dos sondeos cada uno de ellos con una batería de respuestas cerradas. Si se cumplimenta, al final te dicen en uno (mon vote à moi) cuáles son los partidos a los que vota alguien como tú y el otro (politest), a qué candidatx apoya alguien como tú. Ambos sondeos vienen en francés, aviso. He respondido a los dos y mis resultados han sido:

a) partido al que vota alguien como yo: en primer lugar el Partido de la Izquierda Radical (que apoya a Ségo) y en segundo lugar, el Partido Socialista (que hace lo mismo); en tercer lugar aparecen los Verdes.

b) Candidato al que apoya alguien como yo (de mayor a menor apoyo): Bové, Besancenot, Laguiller, Ségo, Voynet, Buffet, Bayrou, Sarkozy. Está claro que soy un tiparraco de izquierda. Pero también lo está que, coincidiendo con Bové, votaría por Ségo, porque de lo que se trata es de que gobierne la izquierda democrática que, como se ha visto en toda Europa desde el fin de la guerra y sobre todo en los países escandinavos, es la que aporta progreso a las sociedades.

Las edades de la vida (IV).

La imagen que suele emplearse para describir el decurso de la vida es la de un camino. Cristo dice en los Evangelios que es "la verdad, el camino, la vida", tres conceptos para una sola realidad puesto que el camino que ha de hacerse es la única verdad en la vida, una verdad doble: pues es camino y ha de hacerse. Un camino del que sólo sabemos que tuvo un origen y tendrá un fin, sin que nos sea dado determinar ninguno de los dos. Nuestro es lo que hay entre ellos y ahí sí somos dueños de nuestro caminar. Podemos hacerlo de muchos modos y si siempre se ha dicho que hay tantas opiniones como seres humanos, lo mismo puede predicarse de los caminos. Cada cual lleva el suyo y, según nos dice el poeta, lo va haciendo según transita por él.

Cada cual hace su vida segundo a segundo y lo que llamamos las edades de la vida son momentos de recapitulación, pero no de detención porque estamos siempre inmersos en el presente, que se nos aparece como lo único que tenemos, ya que el pasado y el futuro están fuera de nuestro alcance ahora, según Schopenhauer en la Eudemonologia. Las edades de la vida son brotes de reflexión sobre la marcha acerca de la vida misma. Las esperamos provistos de expectativas, de pretensiones, de experiencias ajenas y vamos dejándolas atrás en un almacén de memorias del pasado también en continua revisión.

El romántico Caspar David Friedrich es, para mi gusto, uno de los pintores más sorprendentes. Suele bañar sus obras en las luces del crepúsculo y darles una dimensión mística que a veces se ha considerado hermética. El cuadro de Las edades de la vida (Die Lebenstufen) es un oleo de pequeñas dimensiones que se exhibe en el museo de Bellas Artes de Dresden, ciudad en la que residió el pintor casi toda su vida. No es tan famoso como sus obras cumbre (Los acantilados blancos de Rüggen, por ejemplo) las cruces en los montes o los paisajes enmarcados en ventanas, pero tiene todos los elementos de su personalísimo estilo en el tratamiento de un tema no infrecuente. Lo pintó en los últimos años de su vida y le dio una interpretación única, original. Los estadios de la vida en la tierra se prolongan y convierten en el trayecto de un barco que se aleja de la costa, camino del ocaso a la luz del mar Báltico.

Las edades en la tierra profundizan en el espacio del cuadro, con la figura del anciano en primer plano de espaldas, algo muy frecuente en la pintura de Friedrich, y la del hombre maduro mediando entre el viejo y los niños que juegan. El misterio que este cuadro evoca radica en la relación mística del ser humano con el paisaje. Los personajes parecen ajenos por entero a la trayectoria del barco y hemos de suponer que el único que lo ve es el anciano y es también el único que le da la interpretación del sentido que el artista ha querido evidenciar: la vida es un barco que rompe amarras y se pierde en el horizonte.

dimarts, 17 d’abril del 2007

El odio.

En la doctrina que el señor Ramírez imparte desde El Mundo todos los domingos, el pasado recurrió a un ardid del que se vale en los que juzga momentos decisivos para sus intereses, esto es, empeñar su palabra (pues otras pruebas no tiene) para que se crea la estupenda noticia/primicia que está dando y que, de ser cierta, habrá de ocasionar un terremoto. En esta ocasión se trata de que, el 11 de marzo de 2004, en conversación telefónica, el señor Rodríguez Zapatero le dijo que, según Felipe González, las explosiones de Atocha eran “un encargo de ETA” y que es ahora, viendo la entrevista de la organización terrorista en Gara hace unas fechas en la que aquella dice que los “ataques armados” del 11M sirvieron para desalojar el gobierno de Aznar, cuando se da cuenta de su trascendencia informativa. ¿Pruebas? Ninguna: sola la palabra del señor Ramírez.

Al mismo truco recurrió cuando, en tiempos de los GAL, en un último intento de enredar judicialmente a Felipe González, dijo acordarse de que, hacía ya unos años, el señor González le había dicho en conversación personal con respecto a ETA que “si ellos dejan de matarnos a nosotros, nosotros dejaremos de matarlos a ellos”. ¿Pruebas? De nuevo ninguna: sola la palabra del señor Ramírez.

¿Y cuánto vale la palabra del señor Ramírez que ya tiene, que yo sepa, una condena en firme en el Supremo por calumnias? Nada. Pero, como puede verse, su odio a Felipe González es inextinguible.

POST SCRÍPTUM.


Algún día, cuando pasen los años y las pasiones se hayan sosegado, cuando quienes hoy hablamos estemos callados para siempre, cuando las generaciones futuras se inclinen sobre estos tiempos de lo que, contra toda lógica, pero con mucho sentido, sigue llamándose la “joven democracia española”, un hecho llamará la atención de muchos: el odio exacerbado que suscitan los gobernantes de la izquierda democrática, tanto en la derecha como en la izquierda autoritaria. Pensaba yo erróneamente que era una pasión, una inquina que despertaba en exclusiva don Felipe González, en cuyo deshonor pueden haberse dicho las monstruosidades mayores que quepa imaginar. Pero veo que el señor Rodríguez Zapatero lleva idéntica marcha. Pruébese a mencionar el nombre de uno de ellos o de ambos a un auditorio de gentes de derechas o de comunistas de las mil fracciones y se vivirá una experiencia única. Personas habitualmente cuerdas parecen perder el juicio y comienzan a barbotar improperios y barbaridades como si los hubieran injuriado gravemente.

Así resulta que Felipe González no ha sido el mejor gobernante de la democracia hasta la fecha, el hombre que universalizó la seguridad social, garantizó el sistema de pensiones, implantó el divorcio y el aborto, modernizó la economía e integró a España en el concierto de las naciones en posición ventajosa, no. Felipe González es el mister X de los GAL. Lo demás, no cuenta.

De igual modo, José Luis Rodríguez Zapatero no es el hombre que sacó las tropas del Irak, que ha puesto en marcha la legislación social más progresista de europa, que ha presidido las más importantes reformas de los estatutos de autonomía y el ciclo de desarrollo y crecimiento sostenidos más prolongados de Europa, no; Rodríguez Zapatero es el traidor a España o a las legítimas aspiraciones de paz de la izquierda abertzale y de la “verdadera” izquierda española, pues en esto último, todavía no han conseguido los injuriadores ponerse de acuerdo, aunque lo harán, no haya temor.

Que estos juicios sean falsos por unilaterales, arbitrarios y simplistas, que sean lógicamente inconsistentes y moralmente repudiables, que no consigan articular un discurso medianamente sensato, capaz de admitir que los maniqueísmos son infantiles y que toda afirmación tajante debe ponderarse, carece de importancia. Lo que anima a quienes los postulan no es el afán de llegar a un conocimiento crítico de una realidad generalmente compleja, que obligaría a ver que, si bien el balance del primer Gobierno socialista es positivo, su gestión también tuvo sombras y no sólo por los GAL, también la corrupción, la reconversión industrial, cierta cicatería autonómica y un excesivo moderantismo en lo social. Eso no es de interés para estxs simplificadorxs y demagogxs. Lo que anima a quienes fabrican discursos de piñón fijo, para pasto de sus acólitxs (que en esto no se distinguen de la Iglesia), sin fisuras, sin matices, bronco y cuartelario, llámense Ramírez o Anguita (por lo demás, muy amigos), sean de la derecha extrema o de esa izquierda que se cree tanto más importante cuanto mayor es su insignificancia social, es siempre lo mismo: el odio.

Y el odio, amigxs, tiene efectos sociales, pero su origen es siempre personal e intransferible con dos padres muy conocidos: el resentimiento y la envidia.

Las edades de la vida (III).

Cuando el ejemplo que se pone de las edades de la vida afecta exclusivamente al hombre, en olvido de la mujer, parece como si nuestra demanda cambiara también de finalidad. No abandonamos la pretensión moralizante. ¿Cómo íbamos a hacerlo si se trata de representar el paso del tiempo? El paso del tiempo despiadado con quien queremos congraciarnos abyectamente, sosteniendo que gracias a él hemos aprendido algo, nos hemos arrepentido de algo, somos mejores, más sosegadxs, más tolerantes...cuando bien sabemos que eso es mentira y que el paso del tiempo únicamente nos hace más viejxs.

Pero, sin abandonar el tono moralizante, las edades del hombre se nos muestran con fuerza edificante distinta: no es un curso unilineal en el que el origen apunta a la plenitud y la plenitud se disuelve luego en el castigo de la vejez por haber pecado, siendo este pecado precisamente aquella plenitud de la forma que suspende y acongoja el ánimo al mismo tiempo porque en toda atracción intuimos una culpa confusa. Las edades de la vida del hombre no son un decurso teleológico que lleva al escarmiento por una vida de vanidad y licencia. Son, al contrario, las etapas de sucesivas realizaciones de un ser que se define por su hacer. El hombre es homo faber, es la criatura creadora y, según camina por la existencia, va concentrando sus energías en nuevas empresas.

Las edades de la vida del hombre quieren engranarse en lo que llaman los filósofos una "totalidad de sentido", plasmada de forma poética en las tres etapas de la vida humana, ejemplificadas en el Zaratustra de Nietzsche: primero, la dependencia de las autoridades y los maestros (la niñez); después la emancipación, la conquista de la libertad negativa (la juventud) y, por último, la dedicación al "llamado" personal, la libertad positiva, la creatividad (esto es, la madurez) y todo ello concatenado en el conjunto de la vida del hombre.

En la obra de hoy no son tres las edades, sino cuatro. No está de más advertir que la periodificación de la vida humana es tan caprichosa como su sentido. Las cuatro edades del hombre, es un óleo de Jean Valentin, llamado Valentin de Boulogne, pintado hacia 1620 y que se conserva en la National Gallery de Londres. Valentin, un pintor francés barroco, discípulo de Simon Vouet, organiza sus figuras en forma de círculo; y no sólo por el equilibrio del cuadro, sino también por el tenebrismo de los colores (aunque aquí no sea tan pronunciado como en otras obras suyas) podemos apreciar en él la influencia más decisiva en la obra del pintor, la de Caravaggio, con quien Valentin -que pasó casi toda su vida artística en italia y murió en Roma- se identificaba de tal modo que a veces es difícil decir cuál de los dos haya pintado una u otra obra.

Las cuatro figuras que componen las edades valentinianas del hombre están consagradas a hacer algo. El niño tiene en sus manos lo que parece una jaula. El joven, en el que quizá haya rasgos del propio pintor, tañe el laúd, ocupado como está en los asuntos del corazón. El hombre maduro, guerrero y poeta laureado conjuga en su persona el ideal renacentista de la unión de las armas y las letras, mientras que el anciano en el último plano tampoco está inactivo, ya que ahoga en vino la nostalgia del tiempo ido. Las edades de la vida del homo faber

Los otros yoes.

Leo en El País un reportaje tituladoYo y mi otro yo interesantísimo, por donde me entero de que lxs forofxs de los actuales videojuegos se adjudican personalidades distintas de las suyas, a las que llaman avatares para entrar en competición. Como autor creo que del único libro que se ha publicado en España sobre la figura del doble en la literatura (La fábula del otro yo, UNED, Valencia, 2005), se me permitirá la pequeña falta de modestia de citarme aquí y de felicitarme de que esta circunstancia del doble, que es más común de lo que se cree llegue también a la red. Digo que es más común de lo que se cree porque cada vez que nos disfrazamos, como casi siempre que nos vestimos, nos acicalamos, nos teñimos o nos disimulamos de algún otro modo, estamos haciendo concesiones a esa secreta necesidad que parecemos sentir los seres humanos de ser otrx.

Bueno, el caso es que no solamente teorizo sobre ello, sino que también lo practico. Yo también tengo avatares, no en los videojuegos, que no estoy para juegos, sino en los blogs. Ya informé de que me había dado de alta en La otra chilanga, en respuesta a una amable invitación de Sebastián Liera y acabo de subir un post hablando (mal) de los intelectuales. Y el otro día también me incorporé a otro blog colectivo muy curioso, que se llama Trazando caminos, también con intención de postear de vez en cuando. Asimismo he mandado un post, hablando de mi tatarabuela cosa que, aunque no lo parezca, es acorde con el tema propuesto (cada mes se propone un tema) sobre "Nuestros antepasados y su mundo, su forma de vida, sus útiles, sus costumbres... ¡Cómo hemos cambiado!"

dilluns, 16 d’abril del 2007

Las amonestaciones de Rajoy.

Decía el corrosivo Pío Baroja que los ingleses no tienen sentido del ridículo y los españoles es el único sentido que tienen. Según esto, el señor Rajoy no es español porque con independencia de que no tenga ninguno de los otros sentidos (el común, por ejemplo), es claro que carece del del ridículo.

Porque ya es ridículo amonestar al gobierno acerca del terrorismo islamista, conminándolo a tomárselo en serio (dejando entender por implicación que no lo hace) cuando uno fue vicepresidente del gobierno durante cuyo mandato se produjo el más espantoso atentado islamista del que se tenga memoria.

Está claro que por la boca del señor Rajoy no habla la experiencia y, en consecuencia, tampoco la prudencia. Suficientes pruebas ha dado ya en los últimos tiempos. Criticar al señor Rodríguez Zapatero por haber roto el pacto que se adoptó a instancias del propio Zapatero y con la oposición del señor Rajoy ya fue un patinazo majestuoso. El reciente boicoteo/suicidio al grupo Prisa muestra que este hombre tiene un contacto problemático con la realidad. La última cencerrada atañe al famoso terrorismo islamista.

Cuando el señor Rajoy, el 13 de marzo, dos días depués del atentado, decía que tenía la "convicción moral" de que había sido ETA, probablemente ya sabía de buena fuente que no había sido ETA. Mentía para tratar de ganar las eleciones.

Eso es del dominio común por lo que esta claro que el señor Rajoy carece de sentido del ridículo. Al exigir al presidente Zapatero que se tome "en serio" la amenaza del terrorismo islamista, la respuesta obligada es: que empiece él por tomárselo en serio ya que, cuando estuvo en el Gobierno, no lo hizo.

Las edades de la vida (II)

Las representaciones de las edades de la vida tienen una variante femenina característica. El paso del tiempo afecta únicamente a la belleza física. Las demás posibles cualidades no hacen acto de presencia. Las mujeres están vacías y no se hacen más o menos sabias, más o menos valerosas con el paso del tiempo. Tan sólo se hacen más o menos bellas. El único atributo que a veces aparece es el de la maternidad. La belleza física, el atractivo erótico y la maternidad.

Las edades de la mujer contienen un fuerte elemento moralizador centrado en la idea del decaimiento de la belleza, the way of all flesh. Como la moralización no puede descargar sobre aquellos que disfrutan de la belleza o, como dicen las Novelas ejemplares cervantinas hablando de las mujeres, que "la gozan", se vuelve contra sus protagonistas pasados los años de rigor. Las mujeres de la última edad, salvo excepciones, son brujas repugnantes.

La tabla de Hans Baldung Grien, uno de los grandes del Renacimiento alemán, discípulo de Durero, refleja fielmente ese programa iconográfico o, mejor dicho, esa falta de programa. Se llama "Las tres edades de la mujer y la muerte" y es un óleo sobre madera de reducido tamaño (48 x 32,5 cm), fechado en 1510 que se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena. Es una obra de juventud, pues el maestro debía de tener 25 o 26 años por entonces. El desnudo revela el espíritu renacentista y la abrumadora presencia de la muerte (que ocupa casi la mitad de la tabla) remite al mundo medieval. La mujer en su plenitud aparece resaltada por el dibujo, pues Baldung era sobre todo dibujante, y por el uso del blanco entre las gamas del marrón, ocre, siena, perú. Está ajena al mundo y concentrada en la contemplación de sí misma, ejemplo de vanidad. No percibe la presencia de la muerte y es la mujer mayor la que parece interponerse entre ésta y la doncella, aunque es de suponer que con escasa eficacia. En el suelo, dos símbolos muy significativos: una manzana y una vara de bufón.

diumenge, 15 d’abril del 2007

Las edades de la vida (I).

Un motivo frecuente de reflexión de las artes: la contemplación del decurso de la existencia. Algo más sencillo de representar para la pintura que para escultura y no digamos ya para la música. Porque ¿cuál es la música de la infancia? ¿La que la infancia produce, la que la infancia oye o la que la infancia escucha? Tampoco lo tiene fácil la literatura. Aunque de estas artes haya ejemplos, que sacaré en su momento, la reina indiscutible de la representación es la pintura porque evidencia de un vistazo el periplo completo de la existencia y en ese solo vistazo está encriptada la narrativa del ser humano. Algo que, se me ocurre, se hará preferentemente (no siempre; no es necesario) desde una edad más próxima al ocaso que al nacimiento.

La mera contemplación de las edades de la vida induce a una reflexión filosófica que enlaza los dos conceptos de una de las más célebres obras filosóficas del siglo XX, el ser y el tiempo, cuya relación es endiablada por cuanto el tiempo no es más que conciencia del tiempo y el ser, tiempo de la conciencia. Ese tiempo de la conciencia se materializa en las formas concretas de las edades; concretas, esto es, que pueden ser otras, pero siempre individuales. Cada edad se configura en un ser particular, pero los seres particulares a lo largo del tiempo no tienen porqué ser los mismos. Lo cual lleva a la cuestión de la identidad, que no hace aquí al caso.

Al caso hace aquí que las edades de la vida sólo se refieran a la vida individual que contiene en potencia la de toda la especie. A cambio, no hay edades de la especie. Sólo metafóricamente cabe hablar de "la infancia de la Humanidad". Entre la Humanidad que se considera en cada caso infantil y esta nuestra no hay en modo alguno el tipo de diferencia y similitud que se da entre la infancia y la madurez de una persona y mucho menos, de dos.

Y, además de reflexiones filosóficas (mira que se habrá escrito sobre la vejez, sobre todo en la vejez), al contemplar las edades de la vida se aproxima uno a algunos de los mitos o leyendas más persistentes a lo largo de los siglos: la edad de oro, la de la inocencia, la fuente, el árbol y el camino de la vida, la eterna juventud y el eterno retorno. Ahora no puedo entretenerme en ellas, pero lo haré en otros posts no menos interesantes que éste.

El cuadro de Arnold Böcklin (La vida es un breve sueño, un óleo que se encuentra en el Museo de Arte de Basilea) refleja las consideraciones anteriores e invita a otras nuevas e inesperadas, como buena pintura simbolista décimonónica. Se observará que el tratamiento no es en plano, como se acostumbraba canónicamente desde las representaciones medievales del tema, sino en profundidad; el espacio del cuadro se ahonda, narra la historia hacía dentro, en el sentido contrario al que discurren las aguas de la fons vitae, en cuyo nacimiento juegan los dos niños que tanto recuerdan a los querubines barrocos. Este Böcklin, en realidad, es un puente entre lo medieval y lo surrealista, si es que ambos momentos necesitan de un puente.

La fuente de la vida es uno de los dos vanishing points de la obra y el centro en torno al cual se organiza en círculo la sucesión de las edades, a modo de rueda de la existencia. Las dos figuras adultas, el semidesnudo de la mujer de espalda y la espalda del guerrero sobre su montura ocupan el plano medio, como corresponde a las edades de la vida y simbolizan la plenitud del amor y la guerra. En el último plano, el otro vanishing point, con la espeluznante escena de la muerte en acción, proyectada sobre las nubes del cielo.

No se olvide (en realidad, es imposible) que el cuadro es circular. La rueda de la existencia, la rueda del destino, el eterno retorno. Pues los hombres son, según dice Homero, "como las hojas de los árboles". Los de hoja caduca, se entiende.


La otra bofetada de Calomarde.

Colijo que este Joaquín Calomarde, diputado por Valencia del PP, que se ha dado mediáticamente de baja en su partido so pretexto de que lo difama a cuenta de una sentencia en su contra en un proceso cuya causa y vicisitudes no me han quedado claras, no tiene nada que ver con don Francisco Tadeo Calomarde y Arría. El Calomarde histórico fue un ultrarreaccionario que, a cuenta de la Pragmática Sanción se ganó la famosa bofetada conocida como "la bofetada de Calomarde"; el que contestara con lo de "manos blancas no ofenden". Aunque dado el talante del mancebo, me malicio que no le molestaban las manos blancas ni las negras.

Este Calomarde no es aquel Calomarde. Este Calomarde pretende dar él las bofetadas; no recibirlas. En la guerra de trincheras que es la política española, se ha pasado a las del enemigo y desde allí dispara a mansalva a las hasta hace poco sus posiciones. La última andanada, una carta de dimisión como militante del PP, dirigida al señor Rajoy pero publicada antes en El País, una carta que, por su mala redacción, deja traslucir los nervios del remitente.

El caso de este Calomarde viene a ser como el las señoras Rosa Díez y Gotzone Mora en el PSOE, con la diferencia de que, en estos últimos, ninguna de las dos parece dispuesta a darse de baja del PSE. No sé si este Calomarde ha calibrado las consecuencias de sus actos. Como militante respondón del PP tenía una valor de uso que pierde al darse de baja e irse al Grupo Mixto. Lo que mola es tener a un diputado del PP poniendo a bajar de un burro a la dirección del partido. Hasta tiene cierto morbo, a ver cómo iba a reaccionar la derecha, que no posee normalmente experiencias de estas deserciones, como le sucede a la izquierda. No hay más que mirar a la plantilla de la COPE, un plantel de antiguxs ultraizquierdistas recicladxs en ultraderechistas vociferantes. El morbo se acaba si el diputado se queda en diputado sin más, sin ser ya del PP, porque pasa a un género común, pues todos los diputados que no son del PP critican y hasta detestan al partido de la derecha .

No se deduzca de lo anterior especial animadversión hacia este Calomarde; mucho peor fue el otro. Pero, como no pertenezco a partido alguno, no tengo por qué decir que me parece bien lo que ayer me parecía mal. Este Calomarde tendrá sus motivos e imagino que serán honorables si bien no me gustan los pájaros que se van del nido pero no del árbol en que los colocaron sus padres, los diputados que abandonan el partido pero no el escaño en el que se encaramaron gracias al partido. Sea el partido que sea.

Unos amigos.

Mi amigo Julio García Mardomingo, de quien reproducía ayer la recomendación para evitar las sacaliñas de las empresas con los número 900 y 902, ha cogido carrerilla y me envía ahora un video de George Carlin riéndose de la religión en general y de Dios en particular. Julio dice que lo ha encontrado en el blog de El Rey de la baraja. Julio es así, muy meticuloso. Lo sé desde que lo conozco y lo conozco desde hace muchos años porque hicimos la mili juntos como enfermeros en un cuartel de ingenieros de transmisiones. No me pregunten cómo se juntan todas esas determinaciones porque no tengo ni idea. El caso es que fui a buscar el video a You Tube y aquí está. Tiene mucha gracia, aunque aviso que de que puede herir la sensibilidad de algún(a) creyente, ya que llama bullshit a la religión y dice cosas tremendas de Dios, terminando por un par de blasfemias o, peor aun, un par de desafíos al mismo Dios, en la línea rebelde de Lucifer.


Por otro lado, mi amigo Félix me envía una foto de otro monumento a las Brigadas Internacionales en el Canadá, a los caídos y veteranos del batallón Mackenzie-Papineau. A Félix no lo conozco de la mili, sino de antes; somos compañeros de bachillerato, así que ya puede calcularse que la cosa va para medio siglo. Nos descuidamos un poco y tenemos nuestros nombres escritos en esas lápidas.

En la foto pueden verse las flores que dejaron el hijo de Félix y su mujer. El monumento tiene pinta de ser circular o semicircular y en el friso aparecen grabadas en español las emotivas palabras que Pasionaria pronunció en la depedida de los Internacionales, en 1938: "No os olvidaremos, y cuando el olivo de la paz florezca..." Debajo están inscritos en la piedra los nombres de los 1546 internacionales canadienses.


Por último, hace días que le dije a mi amigo Natalino Russo que enlazaría el blog con su página web Natalino Russo, cosa que no he hecho hasta hoy por una pereza muy poco bloguera. Sobre todo, porque la página de Nat está muy bien para los amantes de la naturaleza, los viajeros impenitentes y los culos inquietos.

El autor, que es un joven espeleólogo, ha escrito y publicado en Italia un libro sobre el camino de Santiago y ahora está escribiendo una novela. Un libro sobre el camino de Santiago, en principio ya es una novela del género on the road. Conozco a Natalino sólo desde hace unos años, porque fue novio de mi hija Inés y, cuando lo dejaron, el hombre pensó que romper con Inés no implicaba necesariamente romper conmigo, de lo que le estoy muy agradecido. Pues siempre es de agradecer que te tomen por ti mismo y no por el padre, el hijo o el cuñado de otrx.

dissabte, 14 d’abril del 2007

Por la República.

Septuagésimo sexto aniversario de la proclamación de la IIª República, el régimen más popular, democrático, progresista y legítimo que ha tenido España en toda su historia. Más que éste de la Monarquía parlamentaria cuyo déficit de legitimidad de origen (ya que el Monarca fue designado sucesor "a título de Rey" por un delincuente dictador) no se puede enjugar a través del pragmatismo por haber restablecido un Estado democrático de derecho.

Hay en la transición un elemento de ambigüedad derivado de la concepción que tenemos los españoles de haber logrado con ella algo excepcional, ejemplar, algo de qué enorgullecernos, algo digno de estudio y explicación a las generaciones futuras. En realidad, sin embargo, lo excepcional (y no para sentirnos orgullosos), lo que hay que explicar a las generaciones futuras y presentes no es cómo pudimos los españoles convertir una dictadura en una democracia, sino cómo pudieron unos militares felones convertir una democracia en una dictadura totalitaria de cuarenta años. Y que era totalitaria lo dice el que la estableció.

La susodicha ambigüedad es la que invita a muchxs españolxs demócratas a decir que, no siendo monárquicxs, son sin embargo "juancarlistas", pues atribuyen a don Juan Carlos el mérito de restablecer la democracia y el Estado de derecho. Cuando no es un mérito porque el imperio de la ley y la democracia son derechos de lxs ciudadanxs, con lo que es claro que don Juan Carlos se limitó a cumplir con su deber, pero no lo culminó por cuanto no puso su título a libre decisión de esxs ciudadanxs mediante referéndum.

Se comprende que hasta los republicanos como el señor Carrillo adoben su petición de establecimiento de la III República con una muy favorable valoración de la Monarquía parlamentaria que, lógicamente, debilita la fuerza de su republicanismo. Reitero que la eficacia práctica de la Monarquía no le añade ni un adarme de legitimidad de origen y que, por lo tanto, lo pertinente no es pedir el establecimiento de una IIIª República, sino el restablecimiento de la IIª, último régimen legítimo español. Ello no debe mermar el acatamiento a la Constitución de 1978, transitoriamente, en tanto vuelve a entrar en vigor la de 1931.

Ya sé que hay tantas posibilidades de que suceda algo así como de que el señor Acebes deje de mentir y que, al final, en el mejor de los casos, habrá que aceptar una IIIª República, entre otras cosas porque el cambio en la planta territorial del país ya no encajaría en la Constitución de 1931. Pero nada nos cuesta a lxs republicanxs solazarnos en nuestro particular sebastianismo, que es una actitud nostálgica y romántica.

Ciudadanxs: ¡viva la República!

Les liaisons dangereuses.

El señor Michel Rocard acaba de proponer una alianza antes de la primera vuelta en las muy próximas presidenciales francesas entre Ségolène Royal y el señor François Bayrou, el candidato "centrista" de la UDF. Pongo las comillas porque hace falta tener morro para decir que el partido de Giscard d'Estaing es de centro.

No es que piense que una política de alianzas desmerezca de mi favorita Royal. Al contrario, creo que una de las virtudes del socialismo democrático es el hecho de entrar en coaliciones. Europa occidental es un mosaico de ellas, excepto en Gran Bretaña y en España, probablemente por razones opuestas. En España, con todo, hay coaliciones parlamentarias y de gobierno en las tres Comunidades Autónomas llamadas "históricas". Las coaliciones reflejan un alto grado de madurez política y muestran unos sistemas de partidos civilizados y no enfrentados a muerte. ¿Alguien cree posible una coalición de gobierno entre el PSOE y el PP?

No, la alianza que propone don Michel Rocard (que, ciertamente, ha recorrido un camino desde sus orígenes en el Parti Socialiste Unifié, PSU) no es de gobierno ni parlamentaria sino electoral y responde a la mentalidad de lo que se ha llamado la tercera vía o el nuevo centro. El señor Bayrou, por supuesto, ha acogido la idea entusiasmado pero doña Ségolène ha dejado bien claro que no habrá componenda previa a las elecciones entre la izquierda y la derecha.

Lo que fastidia en la propuesta de alianza del exprimer ministro Rocard es la carga de minusvaloración implícita de la mujer que lleva. Si la candidata a la presidencia del PSF hubiera sido hombre, el señor Rocard, probablemente no hubiera formulado la propuesta. No es tan machista como la estúpida pregunta que hizo el también exprimer ministro sociata, Laurent Fabius, cuando se enteró de la candidatura de la señora Royal: ¿quién cuidará entonces de los hijos? pero tampoco es tan ajena.

A la altura de hoy, la intención de voto del señor Sarkozy ha descendido un punto y medio, situándose en 28% en primera vuelta. Doña Ségolène no se ha movido del 24% y François Bayrou parece fijado en el 18%, mientras que Le Pen está en un 14%. Quedan aún ocho días para las elecciones. Lo más probable es que ninguno de los doce candidatos gane por mayoría absoluta y sólo pasen a segunda lxs dos más votadxs que, según dicen los sondeos de momento, son don Nicolas Sarkozy y doña Ségolène Royal. Et puis, on verra...

Socaliñas.

Mi amigo Julio me envía un correo con el aviso que se lee más abajo y que me ha parecido tan importante que merecía la pena sacarlo aquí en beneficio de nuestros estrujados bolsillos. Gracias, Julio.

No os gastéis mas dinero en los números 901 y 902 de las operadoras y de atención al cliente. Estos números siempre tienen un equivalente fijo, al que llamar más barato e incluso gratis si tenéis ADSL! En esta web metes el numero 90x y te dan el tlf fijo equivalente: Yo he probado por ejemplo con el atención al cliente de ING 901 105115 y me ha dado el 91 6349222 acabo de llamar y me han atendido perfectamente.

No más gastos inútiles para aumento de beneficio de
las compañías!!!!!!!!>

No más números 900

(http://www.nomasnumeros900.com/)


divendres, 13 d’abril del 2007

El club de los políticos embusteros.

Ayer hubo guerra de comunicados a raíz de las declaraciones en sede judicial de quienes eran los mandos de la policía durante las jornadas sucesivas al atentado del 11M, y de las que se sigue lo que todxs sabíamos: que el Gobierno mintió en aquellos días cruciales para apañarse las elecciones. El PSOE emitió una declaración institucional, aprobada por su Ejecutiva, en la que se exigen las pertinentes explicaciones del PP, diciendo que este partido está en deuda con los españoles y con la verdad.

De inmediato contraatacó el PP con otro comunicado en el que, cómo no, saca a relucir a los GAL y afirma que el PSOE en general y el señor Blanco en concreto mienten. Es decir, acusa al PSOE de lo que el PSOE acusa al PP. Según los populares, los mandos policiales corroboraron las palabras del entonces ministro del Interior, señor Acebes. Así dice él mismo también, que trasladó fielmente a la opinión lo que los policías le dijeron. Pero vuelve a mentir como dice hoy El País en un durísimo editorial llamado Siguen mintiendo. Hay que ver, por cierto, qué inteligente medida fue la de boicotear a ese periódico; menudo favor le han hecho. Para mayor sarcasmo, obsérvese que el diario que el Comunicado del PP cita para probar que el señor Blanco miente es...El País. Vamos, que es de risa: los humildes militantes que siguen las consignas teniendo que leer La Razón o El Mundo y los barandas del partido, con El País.

A título de digresión: ¿a qué mola pensar en qué hubiera pasado si el PP llega a ganar las elecciones del 14M? De entrada, seguramente no habría aún juicio del 11M y no se acabaría procesando a nadie ni se sabría jamás la verdad. Las radios y las televisiones públicas en manos de esbirros y comisarios políticos, como lxs que ya operan en TeleMadrid, una emisora de partido financiada con dinero de todos.

Por lo demás, para demostrar que el PP sigue mintiendo, sostiene El país, contamos con las imágenes grabadas y las hemerotecas. Doy fe. Las imágenes y las hemerotecas dicen que Acebes no hizo sino mentir en aquellos días. Pero, para las imágenes habrá que ponerse a buscarlas porque los videos que estaban colgados en You Tube y en los que se veía a lxs señorxs Acebes, de Palacio y Aznar mintiendo como bellacxs han desaparecido; alguien los ha retirado. Se admiten apuestas.

Y, sin embargo, el asunto va a más a velocidades de vértigo. Una de las acusaciones planea pedir la responsabilidad civil directa del Estado en la catástrofe y no se descarta la posibilidad de pedir la penal de quien corresponda y que, desde luego, parece pillar de lleno a los señores Díaz de Mera, Astarloa, Acebes , Rajoy y Aznar; la cadena de mando de entonces, los presuntos responsables de negligencia antes de la masacre y de falsedad después. Y, si se acepta la responsabilidad civil del Estado, obviamente el Estado tendrá que pedir la de los susodichos señores. O sea, que se les está cayendo el pelo. Y a todxs porque, si se declara la responsabilidad directa del Estado, éste -es decir, todxs- tendremos que pagar una cantidad estratosférica a las víctimas. Así que, con el Prestige y el Yakolev, el gobierno de estxs engreídxs ineptxs puede costar al país un pastón.

Y, ya puestos, las continuas maniobras de estos tres años para obstaculizar la investigación policial y la instrucción judicial, ¿no pueden calificarse de obstrucción a la justicia?

Lío en la parroquia.

El Arzobispado de Madrid, al mando de Monseñor Antonio María Rouco Varela, ha decidido cerrar la parroquia de Entrevías de San Carlos Borromeo, también llamada parroquia "de los marginales". La administran tres curas de los que en los años 60 se conocían como "curas rojos" y hoy se les dice partidarios de la "doctrina de la liberación" y cristianos de base. Son los curas, Javier Baeza, Enrique de Castro y José Díaz, coincidencia de nombre con el que fuera secretario general del Partido Comunista de España. El arzobispado, en lacónica nota de prensa se limita a ordenar el cierre, trasvasar a los feligreses a parroquias vecinas, autorizar a los curas a que sigan realizando su labor allí donde puedan y convertir la parroquia de San Carlos Borromeo en un centro asistencial, regido por Caritas. Quien quiera leerla puede hacerlo aquí. Según parece, el arzobispado de Madrid objeta al permisivo régimen litúrgico de la parroquia, donde los curas ofician vestidos de paisano, la misa es en román paladino y la eucaristía toma la forma de trozos de pan e, incluso, de rosquilla.

A su vez, la parroquia ha respondido con una declaración más parecida a un manifiesto que lleva el título, Reunidos en nombre del Señor.. En el escrito se argumentan típicos puntos de la teología de la liberación: que si la verdadera enseñanza de Cristo, que si la pureza y el compromiso y estar siempre al lado de los pobres, los marginados, los desposeidos. Su proclama ha tenido notable éxito y ahora cuenta con el apoyo de la población. Pero el Arzobispado se mantiene inflexible de forma que, como dicen los periodistas, "las espadas están en alto", aunque aquí quizá conviniera hablar de hisopos antes que de espadas.

Es probable que los tres sacerdotes tengan razón, que se trate de una represalia por haberse puesto del lado de lxs marginadxs. Es muy posible, dado que el Cardenal Rouco, Arzobispo de Madrid es un hombre francamente reaccionario, una especie de integrista de la religión católica. Pero tampoco puede darse de lado la objeción litúrgica. Al fin y al cabo, la parroquia lleva el nombre de San Carlos Borromeo, un rico y noble milanés del siglo XVI que se distinguió por atender a los pobres, repartiendo entre ellos sus rentas y a los enfermos. Pero también por ser un celoso partidario de la liturgia tridentina, habiendo sido uno de los principales animadores de la tercera y última sesión del Concilio de Trento. Fue un hombre rigorista consigo mismo y con los demás, habiéndose enfrentado a los protestantes y a las brujas y hechiceras, y no desdeñando recurrir al brazo secular para los condignos castigos. Ya es irónico que, en nombre de San Carlos Borromeo se dé de comulgar con rosquillas.

En cualquier caso, parece que los curas de los excluidos tendrán que irse con el evangelio a otra parte. De todos modos tampoco la liturgia es aquí esencial. Lo esencial es la concepción autoritaria del Arzobispado amparada por el giro reaccionario que está imponiendo el nuevo Papa Ratzinger, Benedicto XVI. Ya empezó su mandato provocando casi un conflicto con los musulmanes, al hacer unas manifestaciones desafortunadas dictadas por su orgullosa convicción de la superioridad de la religión cristiana sobre el Islam. Después, volvió a agitar el fantasma del infierno asegurando que existe y que es eterno para quienes niegan a Dios.Ya se comentó en este blog que hacía falta ser mala persona para resucitar el infierno. Luego, mandó al máximo representante de la Teología de la Liberación, Jon Sobrino, que se callase y ahora ha vuelto a la carga en contra de la teoría de la evolución, pues sostiene que la ciencia no puede explicarlo todo; añade, por cierto, que la religión tampoco.

A la vista del integrismo vaticano y del nacionalcatolicismo del Arzobispado de Madrid, me parece que la parroquia de los excluidos tiene los días contados,