dilluns, 16 d’abril del 2007

Las amonestaciones de Rajoy.

Decía el corrosivo Pío Baroja que los ingleses no tienen sentido del ridículo y los españoles es el único sentido que tienen. Según esto, el señor Rajoy no es español porque con independencia de que no tenga ninguno de los otros sentidos (el común, por ejemplo), es claro que carece del del ridículo.

Porque ya es ridículo amonestar al gobierno acerca del terrorismo islamista, conminándolo a tomárselo en serio (dejando entender por implicación que no lo hace) cuando uno fue vicepresidente del gobierno durante cuyo mandato se produjo el más espantoso atentado islamista del que se tenga memoria.

Está claro que por la boca del señor Rajoy no habla la experiencia y, en consecuencia, tampoco la prudencia. Suficientes pruebas ha dado ya en los últimos tiempos. Criticar al señor Rodríguez Zapatero por haber roto el pacto que se adoptó a instancias del propio Zapatero y con la oposición del señor Rajoy ya fue un patinazo majestuoso. El reciente boicoteo/suicidio al grupo Prisa muestra que este hombre tiene un contacto problemático con la realidad. La última cencerrada atañe al famoso terrorismo islamista.

Cuando el señor Rajoy, el 13 de marzo, dos días depués del atentado, decía que tenía la "convicción moral" de que había sido ETA, probablemente ya sabía de buena fuente que no había sido ETA. Mentía para tratar de ganar las eleciones.

Eso es del dominio común por lo que esta claro que el señor Rajoy carece de sentido del ridículo. Al exigir al presidente Zapatero que se tome "en serio" la amenaza del terrorismo islamista, la respuesta obligada es: que empiece él por tomárselo en serio ya que, cuando estuvo en el Gobierno, no lo hizo.