dissabte, 5 d’octubre del 2013

Como Dios manda.


Está la Patria enhorabuena. Ayer, en un acto de magnanimidad, Cospedal perdonó a los funcionarios hora y media de laburo a cambio de que fueran a no sé qué iglesia, a participar en los ritos por la festividad de San Francisco de Asís. Algo muy oportuno. Corre por ahí la desatentada idea de que el Estado no es confesional y estas cosas no deben hacerse. Los izquierdistas siguen siendo azañistas. No quieren reconocer que España es católica con la misma necesidad con que el sol calienta y la lluvia moja. España es naturalmente católica, igual que otros pueblos son naturalmente negros o tienen los ojos naturalmente rasgados. No hay que dejarse amilanar por el trasnochado anticlericalismo de la izquierda. Los funcionarios, a misa; los cargos, a las procesiones y curas por todas partes. Como Dios manda.

Los curas están especialmente contentos. Les han quitado de encima el íncubo diabólico de la educación para la ciudadanía, un catón ideológico radical que trata de apartar a los chavales del recto camino de la fe. Y la religión se impone en la educación como asignatura evaluable. Ahora solo queda eliminar las alternativas, cosa que se hace ya colegio por colegio. Con un poco de suerte, la iglesia acaba consiguiendo la vuelta de la religión a los universidades, a todas las facultades. Como Dios manda.

Dios manda igualmente celebrar las nostalgias de la dictadura, recordar las glorias de la guerra de liberación o cruzada. Así que ayer se concentraron también los fachas para conmemorar la batalla de Belchite. Pendones falangistas y del requeté. Se reúnen, supongo, en el Belchite nuevo, el que construyeron los presos republicanos, como represalia por el hecho de que su ejército destruyó el otro durante la batalla y destruido sigue. Luego de la misa, al parecer, profanaron una tumba común republicana. No vayan los rojos a creer que, pues ganaron la batalla de Belchite, ganaron la guerra. Como Dios manda.

Ganas tenían los patriotas (cada vez mejor organizados) de ir a aplaudir al general Rodríguez Galindo que ayer accedió asimismo a la libertad condicional. Pero las autoridades les aconsejaron no hacerlo, víctimas de esa pacatería gazmoña que les hace pretextar la sensibilidad de la chusma roja a la hora de celebrar los fastos nacionales.  Tuvieron que limitarse a cantar en las redes las excelencias del mártir de Inchaurrondo, sin poder ir a vitorearlo, como merece y  Dios manda.

Pero este año, habrá un 12 de octubre  como Dios manda. Los camaradas van a fletar una columna de autocares para ir a Barcelona, a celebrar el día de la Raza, la unidad de España y, si se tercia, abrir algunas cabezas de separatistas. Se han creído estos catalufos que la España conquistada un 18 de julio por nuestros abuelos se puede trocear como si fuera butifarra. Allí estará lo mejor de la estirpe, cantando el Cara al sol.Siempre como Dios manda.



Unos intelectuales piden pasar a la acción para combatir la hegemonía neoliberal. Vale. El neoliberalismo es un enemigo del pueblo. Pero el fascismo no lo es menos. Van juntos. Y, por lo demás, ¿qué significa "pasar a la acción"? 

El escritor y su doble.


Hoy es la jornada segoviana de escritores a la que estoy invitado. Al final he preparado una pequeña intervención para hablar del título, El escritor y su doble y llevarlo enseguida a internet que es lo más interesante que está pasándonos ahora mismo. Ejemplifico el doble en el minotauro, que es ser habitual en los predios de Palinuro. No es casual que los surrealistas lanzaran la revista Minotauro. El hijo de Pasifae tiene naturaleza dual, algo propio de los poetas y literatos, creadores de personajes que son y no son ellos al mismo tiempo. He encontrado un grabado de Gustave Doré para la Divina Comedia en el que se ve a Dante con su doble, Virgilio, confrontados al Minotauro que es el guardián del círculo séptimo del infierno, el de los violentos. La llevo en un pwp que estoy haciendo. (Lo incluyo a continuación como vídeo con algunas otras imágenes que también mostraré en la charleta. El Osian de Ingres y eso).

Blake también había ilustrado la Divina Comedia y  su minotauro sí que no se parece a nada. En  realidad es un minocentauro, pues tiene cabeza de toro, torso de hombre y resto del cuerpo de caballo, con sus cuatro patas y dos brazos. Se hermanan dos dualidades, el minotauro y el centauro. Nada bueno oímos de los centauros. Todo lo suyo es violento (como la centauromaquia), brutal, lascivo, salvaje. Pero uno de ellos, Quirón, resulta ser un sabio, profeta, astrólogo, educador y sola su buena fama eclipsa la mala de sus congéneres. Quirón educó a la pléyade de héroes griegos, Teseo, Jasón, Aquiles, Hércules, Ayax, etc. Es la imagen del  escritor, pues forja personajes eternos, que vivirán  por los siglos de los siglos.


El resto lo dedicaré a hablar bien de internet. El nuevo mundo del escritor. 

divendres, 4 d’octubre del 2013

La política de la muerte.


Los muertos nos acechan, nos asaltan, llegan a cientos a nuestras playas. Los muertos que hemos matado con nuestra indiferencia, nuestro egoísmo, nuestra insolidaridad. Los muertos llueven. Caen en Siria, en Afganistán, en México, en Palestina, en los colegios de los Estados Unidos, los balnearios noruegos o los trenes españoles. Y sus muertes son siempre un escándalo. Pero estos doscientos africanos que se han ahogado ante Lampedusa, mujeres, hombres, niños, tienen algo especial. Se nos echan encima, nos amargan la existencia. Hasta el Papa dice sentirse avergonzado. Un sentimiento que compartimos muchos. Un sentimiento noble engastado en otro menos noble, en otro de perversa autocomplacencia: somos unos privilegiados. La gente se juega la vida por entrar en nuestra casa. Y la pierde a puñados. Es, desde luego, escandaloso, una vergüenza. Hay que arreglarlo pero, por favor, no podemos abrir nuestras fronteras. Pereceríamos todos. Definitivamente, menos noble.

Porque la vergüenza nos la inspiramos nosotros mismos. Nosotros somos la vergüenza. Y parece como si, al sentirla, y confesarla en público, cuando los africanos perecen a puñados ante nuestras costas víctimas de la codicia de los traficantes y de la incompetencia o la indiferencia de las autoridades, pudiéramos olvidarnos de nuestros propios muertos, de los que matamos en esa casa por entrar en la cual pierden la vida tantos desgraciados de fuera.

La muerte no es cosa de cantidades. Ese indigente muerto de inanición en Sevilla vale por todos los africanos del mundo. Por todo el mundo en realidad. Plantea una cuestión bien terrible: ¿cómo hemos llegado a esta situación en la que, en mitad de la abundancia, la gente pasa hambre y alguna, a la vista está, muere de ella?

Pero también puede ser de cantidad. ¿Cuántos suicidios por desahucio llevamos? Formalmente son suicidios. Materialmente son asesinatos. Ninguna madre de cinco críos se suicida así porque sí.

Son asesinatos. Todos. Los de fuera y los de dentro. Asesinatos perpetrados por un orden basado en la violencia estructural más extrema, esa de la que no tiene ni idea el ministro de Justicia, pero la usa para sus torcidos fines. Porque él, tan creyente, es parte de una política de partido que, profesando de boquilla el individualismo cristiano, carece de toda consideración por la dignidad de la persona. Más aun: considera a las personas mercancías. Rajoy sigue su periplo vendiendo la Marca España. Ahora, en el Japón, ha expuesto claramente esa visión mercantilizada de los seres humanos propia de estos neoliberales. Quiere convencer a los inversores japoneses de que es una buena ocasión para meter dinero  porque él ha bajado los salarios en España.

La política de la derecha neoliberal es política de muerte. Los seres humanos son mercancías; las mercancías se deterioran, se echan a perder, se hacen obsoletas, envejecen; hay que deshacerse de ellas y, las que resten, ponerlas a buen precio. Lo dijo hace unos meses una de esas responsables de sanidad del PP (madrileño, creo) con aire de experta en master de administración de la salud o cosa parecida ¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema? Ándele, pregunte al cargo qué entiende por sentido. Las bocas inútiles. La política de la muerte. Es ya más que la biopolítica foucaultiana. Es directamente la tanatopolítica.

Rajoy considera la Marca España como una especie de empresa. España es una empresa; los españoles somos los trabajadores y la empresa siempre quiere rebajar los salarios para aumentar los beneficios. Siempre. Y como, según el catón económico que alguien ha metido en la cabeza al presidente, son los empresarios los que generan empleo, hay que garantizarles los beneficios. Si para ello es necesario despojar a los compatriotas de sus derechos y entregarlos en condiciones de servidumbre, se hace. Y, además, se dice. Rebajar los salarios, reducir las pensiones, eliminar subvenciones, subsidios, prestaciones, becas, ayudas. La política de la muerte va precedida del expolio.

Aun así, no pasa nada y todo el mundo se pregunta por qué. ¿Por qué? Miren Lampedusa. Miren los restos de quienes han muerto por llegar aquí a que los exploten, los maltraten, los prostituyan, los encarcelen o los maten. ¿Lo ven? Es una vergüenza, sí, pero son ustedes unos privilegiados. Y estar peor es solo cuestión de proponérselo.

El escritor y su doble.


El próximo sábado, día 5 de octubre, Palinuro está invitado a un encuentro de escritores en Segovia, según el cartel de la imagen. El evento promete, sobre todo por los demás participantes, que no por el pobre Palinuro quien, cuando lo llaman a estos actos se siente como el Poor Tom del King Lear, de Shakespeare, que "come la rana de la charca, el sapo, el renacuajo, el lagarto y el agua...".

Preguntó Palinuro de qué deseaban que hablara, presumiendo con cierta vanidad que, pues le llamaban, sería para que hablase y no para que se quedase callado, y le dijeron que de lo que quisiera: de su obra, de sus libros, de su vida. En fin, privilegios de escritores. Dio el título que figura en el cartel: "el escritor y su doble", sintiéndose un poco como Antonin Artaud. Para eso escribió un ensayo hace ya unos diez años sobre La figura del doble en la literatura. Se supone que algo sabrá de ello. Pero, como no me fío de él, me llevaré puesto el blog y, si veo que desbarra (Palinuro, no su blog), me pondré a hablar del blog y de nuestra nueva página web que también se llama Palinuro y es muy chula. 

Al fin y al cabo, Palinuro es mi otro yo. El real.

Tod@s, como siempre, invitad@s.

dijous, 3 d’octubre del 2013

"Una empresa criminal".


Una empresa criminal es el calificativo de la acusación particular en el proceso a Fabra. Ya se verá lo que sale del juicio pero esa acusación refleja bastante bien las actividades presuntamente realizadas durante años, decenios, por este cacique, hijo y nieto de caciques, dueño y señor de Castellón, en donde hacía lo que le salía de ese atributo que él llama la pirula.

Innecesario acumular aquí las acusaciones que se hacen a Fabra, de todos conocidas, apabullantes, escandalosas: malversación, tráfico de influencias... Su biografía viene a ser como una pieza de teatro de Bertolt Brecht. Él mismo presumía a gritos de colocar a la gente a puñados según le salía de la pirula, supongo, votos agradecidos, decía. Llamaba hijo de puta al portavoz de la oposición. Le tocaba la lotería con la regularidad de las estaciones del año. Un tipo pintoresco, bravucón, mal hablado, faltón, que se creía con derecho a todo, hasta a construir un aeropuerto sin aviones sin duda por su santa pirula y que coronó luego con una estatua colosal a su propia persona, como si fuera Constantino. ¿Cabe imaginar algo más desaforado, más ridículo y necio que erigirse una estatua a sí mismo? Y con el dinero público.

Un personaje de sainete que, al parecer, no acierta a explicar su increíble enriquecimiento personal ni el de su esposa, de la que está separado actualmente, así como el otro matrimonio procesado, ambos en unos líos de divorcios y separaciones y sospechas de cuernos que deben de estar haciendo las delicias de las televisiones rosa caca. Dispuesto, además a seguir la saga Fabra en la persona de su hija, diputada en el Congreso y famosa por el muy fabriano ¡que se jodan!. Sobre todo por no tener la pirula de papi.

¿Cómo puede haberse dado un caso así en una país europeo del siglo XXI? En una gran nación. No es un caso aislado. Es regla. En todo similar a Baltar en Ourense, Matas en Baleares y muchos otros cargos, presidentes de comunidades autónomas que tienen enchufada a toda su familia hasta la tercera generación, alcaldes que contratan a sus hijos, hijas, cónyuges o a los del otro alcalde para que luego le hagan lo mismo. Es el propio Partido Popular que, a tenor de los papeles de Bárcenas, también puede considerarse como una presunta empresa criminal o asociación de malhechores. Es la mamandurria normal, los sobresueldos, los pagos en B, los diferidos, los finiquitos simulados, los gürteles, las adjudicaciones mangoneadas, la contratación de un ejército de asesores practicamente analfabetos pero cobrando una pastuqui. Es un mundo de corrupción que continuamente lo ensucia todo. La primera sesión del juicio de Fabra ya ha salpicado a Jesús Posada, el presidente/cancerbero del PP en el Parlamento como mediador o, cuando menos conocedor, del presunto delito del caso Naranjax. Curioso nombre.

¿O no era Fabra, al decir de Rajoy un ciudadano modelo y un político ejemplar? Para cuando estos ditirambos trinaban por las ondas, el tal Fabra ya era Fabra por los cuatro costados. ¿O también va a decir Rajoy que el de Castellón lo engañó, como Bárcenas? Sería hacer oposiciones a que le llamaran bobo solemne como él llamaba a Zapatero y con bastante más razón. Y, además, no es el caso. El caso es que Rajoy considera en efecto que Fabra, este Fabra, es un ejemplo y un modelo. Como Camps, como Matas, como Baltar. Es la empresa criminal. La asociación de cobradores de sobresueldos y repartidores de los caudales públicos por el afamado criterio que se atribuye a Baltar de si no eres del PP, jódete, estilo Fabra también. 

Lo de Quijorna es la excrecencia colorida de este mundo de mangantes.

La noche ciega.


El caminante fue acumulando recuerdos a lo largo de la jornada. Memorias fugaces. Instantes alegres, tristes, intensos. Impresiones que se repetían. Reconstrucciones caprichosas. Reinterpretaciones. Tesoros guardados celosamente. Un pasado fragmentario. No se detenía en nada, pero lo iba archivando todo según llegaba. Todo lo metía en un cajón de cualquier forma, corriendo el riesgo de que cada adición cayera como un ladrillo en el mullido colchón que formaban los demás y lo alterara. No le importaba. Seguía caminando, recibiendo imágenes del pasado de la más variada condición. Una sonrisa, el frenazo de un coche, el cielo estrellado, la halitosis del vecino, la música en el ascensor, la mirada de un hijo, unos ladridos en la noche, la moral del caballero, los precios en el escaparate, un deseo de niño, la imagen de un Papa en la televisión, la caricia del amante, una guerra lejana, la muerte de un divo,  el ceño del padre, una larga conversación sobre la “cristalización” de Stendhal, un error de juicio, el cuento de la abuela, las alforjas esas de las que salen los recuerdos, una pelea a gritos en un bar, un examen difícil, la visita al manicomio, el infinito del universo o su finitud, la zancadilla del colega, las consecuencias de los actos, Dios de la mano de todos los dioses, una ruindad imperdonable, el sistema binario, quintaesencia del ser humano. Y así siguió hasta que, rendido, se detuvo a dormir.

Se sentó al pie de un árbol y cerró los ojos. Buscó el cajón. No lo halló. Se levantó una noche insondable. Nada de lo vivido, nada de lo revivido volvía. Nada puede volver. ¿Para qué? Nada puede cambiarse. Lo que fue sigue actuando, sigue llegando. Pero no como ello mismo sino como sus consecuencias. Las consecuencias son la morrena que engulle el presente. Las memorias son despojos, jirones, pecios inseguros sobre esa masa en movimiento quieto que es el yo. Sirven para hacernos creer que entre ellas y nosotros hay algún lazo de unión y así nos olvidemos de lo que somos, pero solo el tiempo que tardan en volver a sumergirse. Mejor dicho, de lo que suponemos que somos. Porque ser, lo que se dice ser, no somos nada. Si acaso un desorden que llama orden al caos.

La oscuridad era tal que no había diferencia entre mantener los ojos abiertos o cerrados. La mirada interior, esa es la que cuenta. La que atisba en los vericuetos de lo que llevamos dentro. Y ¿qué llevamos dentro? Sentimientos, solo sentimientos. Todo se hace sentimiento. La razón misma es sentimiento, bastante primitivo por cierto. Sentimientos que prenden en algún lugar indefinido pero se definen con palabras: tristeza, furia, sufrimiento, orgullo, alegría, venganza, arrepentimiento, generosidad, angustia, culpabilidad, nostalgia, amor, odio; la paleta entera de los estados de ánimo, de espíritu, del alma incomprensible. Son los sentimientos los que definen los caracteres desde Teofastro hasta C. G. Jung.

Levantándose con la del alba, el caminante llena sus pulmones con el aire fresco y, haciendo bocina con las manos grita al mundo ¡lo siento! Es como si se hiciera el harakiri y quisiera fundirse con todo lo que fue. Y desaparecer.

Luego, se echa el morral al hombro y sigue su camino. Pero ya es otro. Como Rimbaud.

(La imagen es una foto de Euromagic, bajo
licencia Creative Commons).

dimecres, 2 d’octubre del 2013

II Año triunfal.


A ver. Pues parece vuelven las esencias patrias, vuelvan del todo. En Quijorna se ha celebrado una feria retrofranquista absolutamente camp. La alcaldesa del PP -que Santa Lucía le conserve la vista- llamada al orden por los menos montaraces del partido dice no haber visto las banderas franquistas. Banderas franquistas, letreros de "¡Saludo a Franco! ¡Arriba España!"; más el Ausente, siempre presente; pendones falangistas, chatarra facha de los años treinta y cuarenta y parafernalia militar así como mercenaria. Y un cartel muy, muy significativo: Brunete. Quijorna es un pueblo esencial en la batalla de Brunete, de 1937 que, según el propio Franco, decidiría el ganador de la guerra. Uno de los enfrentamientos más sanguinarios de la contienda. Los republicanos habían tomado el pueblo en su ofensiva y amenazaban el cuartel general de Varela. La lucha final se dio en Brunete y la República encajó su primera derrota estratégica, a pesar de haber recuperado unos miserables kilómetros. Pero, ¡ay, amigo! en esos kilómetros quedó Quijorna, bajo la tiranía roja. Así que Brunete se llevó la gloria y Quijorna los palos. Franco estaba seguro de haber ganado la batalla gracias a la intervención de Santiago en la figura de una fantasmagórico jinete que, solo, arremetio contra las líneas enemigas y a bombazos destruyó sus nidos de ametralladoras, desapareciendo luego para siempre jamás. Santiago había vuelto a cerrar España en Brunete como lo hiciera en Clavijo. ¿Y no van a montar el revival franquista los de Quijorna con un gobierno municipal de aplastante mayoría del PP y un partido independiente de Quijorna que, en fin..., así como un concejal socialista que debe de tener la importancia del macetero?

Quijorna es una pieza más de ese rosario de hogueras de antaño que ha ido encendiéndose por la geografía hispana este verano en simpáticos actos de exaltación franquista de las juventudes de Nuevas Generaciones del PP, tan nuevas como la momia de Franco que sacan en las redes. Chiquilladas, según los mandos de la organización, gentes mesuradas, moderadas, de centro-derecha. Se han añadido diversas alcaldadas del mismo tenor: Franco en el corazón de algunos varas del PP que, como el suegro del ministro de Justicia, no cambian de bandera. Como tampoco los jóvenes de una cierta Alianza Nacional que irrumpieron en Blanquerna en el mejor estilo de los matones fachas al uso. Para completar, un festival de quema de trapos separatistas en Cercedilla, protagonizada por similares elementos con el fin de recaudar fondos para organizar una marcha de escuadristas a Barcelona el próximo 12 de octubre, día del orgullo patrio, a sobar el morro a los catalufos. En ese discurrir del río que nos lleva de vuelta al fascismo, la fiesta de Quijorna (¡en un colegio público! se lamentan los progres) es la última perla del II Año triunfal de Rajoy.

Por eso, vayan las generaciones nuevas familiarizándose con la simbología que llega. Ahí tienen la carátula de la primera edición (1943) del noticiario-documental (NO-DO) semanal que todos los cines habían de exhibir obligatoriamente al comienzo de sus sesiones. Llevaba un subtítulo que rezaba El mundo entero al alcance de todos los españoles y su contenido fue básicamente el mismo durante cerca de cuarenta años: exaltación del caudillo y su capacidad para sembrar España de pantanos y esperanzas y de enriquecerla a ojos vistas; su íntima, recatada y cariñosa vida familiar, viendo crecer a sus nietos en el Pazo de Meirás; su habilidad para pescar no recuerdo bien si tiburones o cachalotes o  atunes más grandes que él. Noticias del extranjero en las que se hablaban pestes de las democracias y no digamos nada del comunismo soviético y sus naciones esclavizadas por las cuales se hacían vigilias en las calles de Madrid. La iglesia tenía lugar preferente, siempre aliada al régimen, a cuyo titular paseó bajo palio por los páramos de España. La economía viento en popa, especialmente en los años del contrabando. Mucho fútbol y deportes y alguna anécdota sencilla para mostrar cuán unidos estaban el pueblo y su caudillo: un matrimonio con veintiún hijos, premiado por Franco, o una honrada mujer del pueblo a quien había tocado el Seat 600 nº 1.000 salido de fábrica.

Y así año tras año. Todos triunfales. Cuarenta años triunfales. Como este, segundo de Rajoy.

Poco a poco, las instituciones van doblegándose al espíritu de la gran nación, que renace de la postración sociata. La policía certifica que no puede recuperar información de un disco duro de Bárcenas pues está borrada a conciencia. El otro disco duro ni existe, pues lo han destruido sin que Rajoy se haya enterado. Hacienda considera que nadie en el PP ha cometido delito fiscal alguno; de haberlo hecho, ha prescrito y los otros no alcanzan la cuantía. Y eso que Hacienda, un típico órgano de la Realpolitik, considera susceptibles de gravamen incluso los ingresos irregulares y hasta ilegales.

Según Rubalcaba, que un comportamiento no sea delictivo no quiere decir que sea admisible o tolerable. Puede ser claramente inmoral. Puede. Pero no les importa. Rubalcaba vive en otro país. En una España que se ha sacado de la cabeza, producto de un acuerdo entre presuntos caballeros llamado en su momento transición sin darse cuenta de que los otros se han apeado de él hace ya tiempo.

Caso Fabra, epítome del territorio PP (básicamente Galicia, Castilla y León, Valencia, Madrid, Murcia) en los últimos veinte años. ¿Alguna duda de que se trata de un caso de caciquismo de manual? Pero de manual del siglo XIX pues la estirpe de los Fabra (como diría Rajoy) se remonta, por lo menos, al general Prim. Los presidentes de las diputaciones, todos del Movimiento Nacional, como los gobernadores civiles en tiempos del franquismo eran tramos de la carrera política de la gente del régimen. Pero los presidentes de las diputaciones manejaban una pastuqui -ya entonces-, solían enriquecerse -si no eran ricos de familia- y no se movían del terruño, en el que se perpetuaban como novelas-río. Favores, malversación, clientelismo, enchufismo, compra de votos, cohechos, ilegalidades de todo tipo constituían el crisol de la raza. Atacarlo era casi imposible. Diez años lleva Fabra procesado; nueve jueces ha devorado el proceso cual terrible Cronos, y no sé cuántos fiscales. ¿Llegará el II Año triunfal a tiempo de desbaratar ese atentado a la justicia de ver a un prohombre de la patria sentado en el banquillo?

Y lo de Fabra es casi el chocolate del famoso loro. Está por ver qué harán las huestes nacionales con Cataluña, inmersas en una dinámica endiablada: para aumentar su base electoral, la derecha tiene que acentuar la hostilidad a Cataluña, en lo cual compite con el PSOE. Basta escuchar a Rodríguez Ibarra, Patxi López o Belloch, quien pide la suspensión de la autonomía catalana. Una hostilidad que intensifica la deriva secesionista en Cataluña. Y no hablemos del conflicto que ha provocado de modo absolutamente irresponsable el señor Bauzá en Baleares, quien acabará consiguiendo que se articule un frente de Països catalans. Por no hablar del País Vasco. La respuesta masiva al asalto a Herrira amenaza con reagudizar el conflicto (ese que dicen que no hay) en la CAV.

Lo más sorprendente es que nadie quiera avisar de que el país va lanzado al desastre con unos niveles de fractura y confrontación insostenibles provocados por la ineptitud de un gobierno que solo gobierna para la patronal, la banca y la iglesia. El presidente sigue oculto. En la actualidad parece estar recorriendo el Japón, a donde ha llegado procedente de Kazijistán, en donde paró llegando de Nueva York, a donde había ido procedente de Buenos Aires, de sellar el espantoso ridículo de la Marca España, tras haberla anunciado veinticuatro horas antes en alguna ciudad del norte de Europa. Es decir, el presidente no está. Es un presidente itinerante, como la corte de los Austrias. Cuando está, tampoco está, pues no habla. El gobierno tira por donde puede y los distintos ministros siguen trabajando para amargar la vida al personal y caer mal a todo el mundo en los barómetros. El partido, acogotado por el caso Bárcenas, carece de semblante y voz con un mínimo de crédito y respetabilidad. La señora Cospedal está tan afectada por el caso Bárcenas como Arenas, Pons, el propio Rajoy, Aznar, Cascos, etc. Solo queda Floriano y queda por no haberse enterado de lo de Bárcenas. Lo que permite barruntar de qué se entera.

dimarts, 1 d’octubre del 2013

Buscadlos, desenterradlos, hacedles justicia.


Aquí todo el mundo pide "grandeza" a los demás. Siempre a los demás. Rara vez a uno mismo. Desde el lejano Kazajistán, gobernado hoy por el antiguo primer secretario del Partido Comunista de la entonces República de la Unión Soviética, Nursultán Nazarbayev, pide Rajoy "grandeza" a Mas para renunciar a la independencia y Mas le devuelve la pelota sosteniendo que la "grandeza" sería dejar votar a los catalanes en la famosa consulta del dret a decidir.

A sus vez, los enviados de la ONU, pertenecientes al Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias que llevan una semana en Madrid haciendo averiguaciones sobre las desapariciones forzosas del franquismo, instan al gobierno a tomar medidas para hacer justicia a las víctimas. Ignoro si utilizan también el término grandeza pero es claro que encajaría y podrían hacerlo. Al fin y al cabo se dirigen a un gobierno y un partido cuyas relaciones con el franquismo son, por decirlo con suavidad, estrechas. Condenó de boquilla en cierta ocasión la dictadura, pero se negó a hacerlo en el Parlamento Europeo, se niega a aplicar la Ley de la Memoria Histórica en lo que hace a los símbolos y otros restos del franquismo y no ayuda en absoluto a que los familiares de los asesinados y enterrados en fosas comunes y anónimas por todo el país, sean resarcidos y obtengan justicia. Un partido y un gobierno que justifican su actitud con el argumento de que no hay que reabrir heridas cerradas, siendo evidente que las heridas no están cerradas, como se demuestra por la permanente presión de los familiares y descendientes de las víctimas para que se haga justicia, aunque para ello hayan de acudir a la Argentina o a la ONU. Un partido que, al menor descuido homenajea a los franquistas como vencedores de la guerra civil.

El gobierno, la fiscalía, la derecha en general argumentan que, por si los presuntos delitos no hubieren prescrito, la Ley de Amnistía de 1977 cierra el paso a su averiguación. Los teóricos de la derecha suelen añadir que la guerra civil conoció demasías por ambas partes y que conviene olvidarlo, pues tal es el espíritu de la reconciliación que animó la transición.

El grupo de trabajo de la ONU viene a decir que los delitos de desapariciones forzosas no prescriben y que, el parlamento español debe derogar la Ley de Amnistía que es una Ley de punto final y proceder a hacer justicia con los desaparecidos del franquismo. 

Ciertamente, si el gobierno se pusiera manos a la obra a cumplir las recomendaciones de los comisionados de la ONU demostraría grandeza. Es obvio que el asunto de la justicia a las víctimas del franquismo es una de las diversas partes por las que la transición hace aguas. Aquella Ley de Amnistía con la que los responsables de la dictadura se blindaban jurídicamente respondía al temor de que, cambiando la situación política, ellos pudieran sufrir represalias a manos de unas izquierdas que, precisamente para garantizar lo contrario, aceptaron la Ley de Amnistía en detrimento de los derechos de las víctimas. 35 años más tarde, siendo ya obvio que la Dictadura no acarreó consecuencias negativas para quienes la sirvieron, y habiendo cambiando mucho la conciencia moral y jurídica de los pueblos en relación a este tipo de crímenes, el mantenimiento de este criterio no es justo.

La transición se hizo con olvido de las víctimas del franquismo. Los derrotados de la guerra tuvieron que aceptar la segunda derrota de la memoria: a los cuarenta años del fin de la contienda, seguirían sin existir. Pero ahora han pasado casi otros tantos y es claro que los efectos negativos que para la reconciliación pudieran haberse temido en 1978 (que jamás fueron reales) ya no pueden invocarse.

El reconocimiento del carácter criminal de la dictadura y la garantía de justicia a las víctimas sería en verdad el acto de grandeza de la derecha  que cristalizaría en la auténtica reconciliación de los españoles. Mientras eso no se haga, las heridas continuarán abiertas, entre otras cosas porque los descendientes o herederos políticos de quienes las infligieron  consideran que las víctimas se lo merecían.

Ese es el problema.

(La imagen es una foto de El reñidero, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 30 de setembre del 2013

Lección inaugural en la UNED.


Me ha correspondido dictar la lección inaugural de este curso en la UNED. Es un gran honor para mi Facultad y para mí personalmente y espero estar a la altura de las circunstancias. He preparado con todo esmero un texto que lleva el título de la ilustración De la legitimidad del poder y la dignidad de la política, que reproduzco a continuación. Este texto, una síntesis, será el que exponga porque la lección, ya impresa, es bastante más extensa.

La apertura se celebra en el salón de actos de la UNED, edificio de Humanidades, c/Senda del Rey s/n a las 11:30 de la mañana y tod@s l@s lector@s de Palinuro están cordialmente invitad@s.

A continuación incluyo el texto de la lección, aunque no las imágenes, sobre todo estadísticas y datos porque están en una presentación PWP y no puedo subirla, salvo que la convierta en un vídeo, habilidad que me propongo aprender pero que aún no está a mi alcance.

Actualización a las 20:30 de hoy. Ya está subido a la red el vídeo completo del acto de inauguración: aquí. En él se encuentram las intervenciones completas de la secretaria general de la UNED, un servidor, el secretario de Estado de Universidades y el rector, Alejandro Tiana Ferrer. Igualmente el texto completo de la lección inaugural que en la exposición oral hube de resumir por razones de protocolo.


Las auditorías.


El PP está de nuevo en campaña electoral. Si por un lado presenta los presupuestos de 2014, por otro reúne a sus cuadros dirigentes para organizar la reconquista del terreno perdido en intención de voto de los electores en estos dos años de gobierno. Al parecer, el gurú electoral del partido, Pedro Arriola, les ha explicado el sentido de los baremos del CIS y los ha orientado, es de suponer, acerca de cómo dar la vuelta a las encuestas, en reciente expresión de Rajoy.

Además tendrán que explicar el sentido de estos presupuestos, vendidos por el gobierno como los de la recuperación y tachados por la oposición de los del hundimiento definitivo. Las recetas son muchas pero una condensa gráficamente el contenido de todas ellas: lo peor de la crisis ha pasado ya. Es difícil defender tal cosa con unos presupuestos que prolongan los sacrificios, alzas y recortes e introducen algunos de tapadillo, al socaire de las habituales interpretaciones equívocas: no se subirán los impuestos el año que viene, pero se congela la paga de los funcionarios que es lo mismo que si se los subieran. Pero si difícil es defender que lo peor ha pasado tratándose de los presupuestos, no se dirá nada de hacerlo tratándose del escándalo Bárcenas. Decir que lo peor de Bárcenas ha pasado ya cuando todos los días gotean escándalos con él relacionados y el procedimiento sigue su curso sin que nadie pueda prever sus consecuencias, tiene mucho de voluntarismo con un punto de ingenuidad.

Por más que el PP se empeñe, el caso Bárcenas no saldrá del escenario sencillamente porque es el caso Rajoy. Por lo conocido hasta la fecha, Rajoy y Bárcenas formaban una especie de unidad para ciertos temas, actuaban conjuntamente y se daban consejas acerca de cómo encarar las dificultades, cual prueban fehacientemente los SMSs del presidente del gobierno. Así que no hay caso B sino caso B/R y ese no va a pasar a segundo plano porque los hechos aflorados que nadie ha desmentido son tan graves que afectan a la legitimidad del mando de Rajoy y lo sitúan en opinión generalizada camino de la inevitable dimisión.

Hace bien el PP en prepararse para las elecciones aún lejanas. Los arúspices vaticinan desgracia. Según sus encuestas internas podría perder la alcaldía y la Comunidad de Madrid, lo cual es muy grave en todos los sentidos, incluido el que el malicioso lector está pensando. Hay que ponerse las pilas, ha venido a decir Arriola, salir a ganar. Es prudente empezar con tiempo. Dar la vuelta a las encuestas no es tarea fácil, sobre todo si no hay con qué.

¿Y la oposición?

Tendría que estar pensando en lo mismo: en prepararse para las elecciones. Cierto, sin dejar de hacer oposición en el día a día pues para eso está. Pero atendiendo más al medio plazo, en las elecciones europeas de 2014, las municipales y autonómicas de 2015 y las generales de ese mismo año que son las importantes. Sin perjuicio de la flexibilidad requerida en todo momento, el mensaje de la oposición en esas elecciones ha de partir de una valoración realista del pasado que sirva para justificar las medidas propuestas. Esa valoración realista ha de hacerse en dos campos distintos y debe tener la objetividad y la frialdad de una auditoría. El primer campo afecta a la crisis en su conjunto y exige una auditoría de la deuda que nadie ha hecho todavía, debiendo haber sido lo primero que se hiciera. Saber qué parte de la deuda es legítima y cuál ilegítima para orientar distintas opciones políticas; en lugar de caer en el pánico y aceptar todo lo que nos echen y como nos lo echen.

El segundo campo afecta a la gestión del PP y debe asimismo tomar la forma de otra auditoría. Mejor dicho, dos: una referida a la gestión de los gobiernos de Aznar y otra a la de Rajoy. La auditoría de la era Aznar, que se ha vendido como la de las vacas gordas por obra de aquel que se consideraba a sí mismo como el milagro de España, debe reflejar los logros y fracasos del empeño, singularmente las consecuencias de la burbuja inmobiliaria que ha producido el destrozo sobreañadido de la parte hispánica de la crisis con sus datos pavorosos. A eso deben añadirse los despilfarros, los dispendios ostentosos, las obras públicas absurdas, los tejemanejes de tupidas redes de corrupción. Aquí la auditoría toma forma de catálogo: los aeropuertos sin aviones, los edificios sin uso, las autovías sin coches. Hacer un catálogo de los disparates y la corrupción que llevaron el país a la ruina.

La auditoría del gobierno de Rajoy debe levantar acta de su peculiar modo de cumplir el programa electoral: subida de impuestos de todo tipo, mermas permanentes de los salarios públicos, recortes profundos en sanidad, educación y pensiones, merma o simple supresión de innumerables prestaciones y servicios sociales. Levantar acta y cuantificarla. Igual que se sabe cuánto poder adquisitivo han perdido los funcionarios puede saberse de los jubilados y de los demás sectores afectados por las retricciones de todo tipo.

Esas auditorías deben ser la base del discurso electoral de la oposición. La clara atribución de responsabilidades por el desastre habido hasta la fecha es el contexto que debe explicar las medidas que se proponen para ponerle remedio.

diumenge, 29 de setembre del 2013

Adiós al PSOE.


El Jaque al Rey dejó dos imágenes muy significativas. Una, Rubalcaba yendo a visitar al Monarca y haciendo unas declaraciones de gozoso cortesano, feliz de que su señor natural se recupere del "incidente" y, con su gran "fuerza de voluntad", pronto lo tengamos "perfectamente en forma". Falta grande nos hace ¿verdad? Qué suerte, don Alfredo, y quiera Diana, la diosa de la caza, que Su Majestad pueda incluso pegar algunos tiros en la sabana africana. Si la forma no llega a tanto, siempre habrá un gato montés por El Pardo a falta de oso borracho al que hacer la vida insufrible. El cortesano y su monarca han hablado de todo, incluido el derby, porque, ya se sabe, son dos hombres llanos, del pueblo.

Palinuro suele referirse a los dos partidos, PP y PSOE, como partidos dinásticos. Podría parecer chocante, pero no lo es. Este acendrado monarquismo de Rubalcaba tampoco es casual, sino la deliberada muestra de que el hombre valora altamente la esencia de la transición: la restauración de la Monarquía, que es lo que le mola. Partido dinástico, sostén de la Corona. Designación correcta.

Mientras tanto, en las empapadas calles de Madrid, los perroflautas de la coordinadora 25-S, el nombre actual de los sans-culottes, pedían el fin de la Monarquía y un proceso constituyente. Unos 1.500 manifestantes que, con los elementos en contra, acabaron en doscientos, sin poder acceder a la Plaza de Oriente cual era su intención, para acampar indefinidamente. Los elementos fueron dos: el meteorológico de una fuerte lluvia y la acción inadmisible, desaforada de la policía que en todo momento hostigó a los manifestantes, retuvo autocares en los accesos a Madrid, entró en las líneas de metro, cerró estaciones, bloqueó calles, obligó a identificarse arbitrariamente a la gente, retuvo a quienes quiso y, en fin, desplegó un operativo preventivo intimidatorio desmesurado que infringió todas las normas sobre libertades ciudadanas y ejercicio de derechos. Ayer, Madrid, fue la capital de un Estado policial.

No es cuestión ahora de si salir a la calle a pedir el fin de la Monarquía es correcto o no. Volveremos luego sobre ello. Sea o no sea correcto el propósito, la reacción represiva, autoritaria, dictatorial del gobierno no es de recibo. Pedir la República o un proceso constituyente no puede ser un delito. ¿O sí? Sobre eso es sobre lo que el PSOE debe hablar y pronunciarse. No sobre el derby y el estado de salud del Rey. Hay más. El gobierno se permitió pedir a unos observadores extranjeros de la OSCE que ahuecaran el ala porque consideraba "anticonstitucional" la marcha de Jaque al Rey. Nada de observadores; nada de testigos. Nunca se sabe cuándo van a empezar los palos, la violencia, la brutalidad y no conviene tener chismosos y fisgones en torno. Nadie va a darnos lecciones. Esta monarquía bananera tiene su dignidad.  Por lo demás, ¿quién es el gobierno para decidir si una marcha es "anticonstitucional" o no?

Eso también requeriría un firme pronunciamiento del PSOE y quizá caiga en la cuenta una vez se haya sacudido el evidente estado de arrobo en que ha dejado la realeza a su secretario general, quien, para hacer ver que es de izquierda, se presentó descorbatado, como si fuera Cayo Lara. A lo mejor por eso sostiene Lara que el PSOE copia el discurso de IU. Pero no hay afán. Como nos descuidemos, Rubalcaba termina felicitándose del fracaso de la coordinadora del 25-S. Sin comprender que ese fracaso, en el fondo, es un triunfo. Jaque al Rey es la primera movilización ciudadana exclusivamente para pedir el fin de la Monarquía, algo que está mucho más extendido en la sociedad de lo que supone el cortesano Rubalcaba. Incluso en su propio partido, en donde aún quedan republicanos que, es de suponer, si les resta algo de dignidad, tendrían que pronunciarse sobre el plegamiento palaciego de su secretario general..

El PSOE realmente no sabe en dónde está y su declive parece inevitable. Solo lo frena que no haya otro partido a la izquierda capaz de atraer los votos de su electorado. Porque IU aumenta, pero no tanto como si hubiera trasvase de votos. Las razones de ese marasmo son tres:

1ª) La cuestión monárquica. La conversión del PSOE en un partido dinástico no encaja en la tradición socialista ni en la izquierda en general. Se argumenta el accidentalismo y se insiste en la primacía de la democracia y el carácter meramente honorífico de la magistratura. Pero es un discurso anquilosado, dogmático, falso. La monarquía es contradictoria con la democracia. Eso se comprueba todos los días con las excepcionalidades e inmunidades del Rey y su gente. Con el añadido de que ninguno de ellos son ejemplo de nada y su crédito y prestigio a los ojos de la ciudadanía andan muy bajos. Que son una vergüenza, vamos. Vivimos en una crisis devastadora que pone en cuestión principios tenidos por eternos e irrenunciables. ¿Por qué no la forma de gobierno? Al situar la Corona fuera del alcance del debate político en España, Rubalcaba (y, en la medida en que lo siga, también su partido) se alinea con la derecha más tradicional como soporte fiel de la Monarquía que instauró Franco, el genocida.

2º) La cuestión catalana. Salvo en la propuesta de reforma de la Constitución en un sentido federal, no hay modo de distinguir la actitud del PSOE de la del PP en cuanto a la cuestión catalana. La negativa al derecho de autodeterminación (que es el fondo real del dret a decidir) puede incrementar las expectativas electorales del PSOE en España pero seguramente disminuirá las del PSC en Cataluña. O quizá no mucho. Pero tampoco el incremento del primero será grande. El voto nacional español se siente más atraído hacia el PP.  Eso de enfundarse ahora en la casaca federal después de 35 años celebrando la baronías autonómicas ya no convence ni a las propias bases y prueba que el partido que iba a vertebrar España ya solo vertebra Andalucía y con ayuda del andador de IU.

3º) La cuestión del propio Rubalcaba. El secretario general sigue determinando los tiempos del partido con una deliberada ambigüedad. Pretende dejar indecisa hasta el final la cuestión del liderazgo para mantener abiertas sus opciones. Seguramente, lo mejor que puede hacer para sus intereses que, según parece, son ser candidato a la presidencia del gobierno, para terminar de hundir al PSOE. Mucho más dudoso es que también sea lo mejor para los intereses de este y, por encima de él, de España. Porque, aunque él, en sus cálculos de interés personal lo ignore, el Partido Socialista era un activo de todos los españoles; no solo suyo. Ya no.

Cuesta imaginar un sistema de partidos en España sin el PSOE, sobre todo por la ausencia de alternativas viables; y es muy probable que no se dé. Pero cuesta mucho menos verlo dejar de ser partido de gobierno. Poca gente espera en serio un sorpasso el estilo de Anguita, pero es el temor a dejar de ser partido de gobierno lo que explica el encastillamiento del partido en el orden constituido. Reforma de la Constitución, pero nada de proceso constituyente. Nada de nada. Un arreglillo de taller -como suele bromear el Rey con ese gracejo que podía meterse donde le quepa-, de cadera... y a tirar otros 35 años con esta Monarquía de Monipodio, esta tupida red autonómica de caciques, clientes y ladrones, esta España de corrupción y pandereta en la que los dos partidos intercambiables se turnan en hacer cabriolas mientras engañan a la gente.

¿Estoy en un error o el PSOE aún no se ha pronunciado sobre la reclamación de la justicia argentina de extradición de cuatro presuntos torturadores del franquismo? Y exactamente, ¿qué va a decir? ¿Que apoya la extradición de los criminales franquistas o que la transición, como la Corona y los caciques, no se toca?

dissabte, 28 de setembre del 2013

España ya es una dictadura de hecho.


La banda de ladrones bajo apariencia de partido político que detenta el poder en España ya ha cerrado el círculo de convertir una democracia de derecho en una dictadura de hecho. Y una dictadura de corte cada vez más fascista. Estos son los datos:

1º) El presidente del gobierno miente siempre que habla; miente siempre: en el parlamento, en el extranjero; miente a todos y sobre todo. No hace otra cosa que mentir. Ha prostituido el debate público que ya no significa nada pues todo el mundo sabe que miente; él sabe que todo el mundo sabe que miente; pero le da igual. Todas sus mentiras pretenden siempre lo mismo: impedir que la justicia actúe y lo impute por sus evidentes responsabilidades políticas y penales en la mayor trama de corrupción de la historia del país.

2º) La asociación de presuntos malhechores tiene bloqueado el Parlamento, cerradas a cal y canto las posibilidades de debate. El Congreso español, como el Reichstag alemán de Hitler o las Cortes del genocida Franco, está para aplaudir las mentiras del Jefe y convalidar bovinamente todos los decretos que su arbitrariedad y carcunda le dicten.

3º) No existe opinión pública crítica articulada alguna. Los medios públicos de comunicación son puras oficinas de propaganda dirigidas por esbirros; los privados, en su inmensa mayoría, son de empresarios estrechamente unidos al gobierno, partes de ese estamento patronal que lleva veinte años financiando ilegalmente a la banda a cambio de contratas públicas choriceadas a los dineros del común. Igualmente tiene a sueldo decenas de periodistas e intelectuales dedicados a alabarlo e injuriar y calumniar a la oposición o a escribir memeces.

4º) Los fascistas que controlan el orden público en el país aplican una política represiva a ultranza. Emplean a la policía -a la que pagan también sobresueldos por apalear a la gente- como matones para intimidar, aterrorizar, hostigar, perseguir a la gente a fin de que no se manifieste y apalearla cuando lo hace. Identifican al azar a los ciudadanos, los multan arbitrariamente, los vejan en la calle, como escuadras de delincuentes armados.

5º) Se cierra el círculo intimidando también a los observadores extranjeros, amenazándolos, forzándolos a que se vayan del país. No quieren testigos de su brutalidad para poder después mentir mejor cuando se vean sus fechorías ante órganos de investigación. Quieren eliminar de cuajo la única posibilidad que nos queda a los españoles de mantener un resquicio de libertades: la vigilancia de los extranjeros, la presencia de Europa. Nuestra única garantía, hoy como ayer, frente a la barbarie de los fascistas sean de los de porra, como Fernández Díaz; de rosario, como Gallardón; o de engolada petulancia como Wert. 

Es fascismo. Es fascismo rampante. Es dictadura. 

¿A dónde irá que no la ...?



Sí, sí, este es el trozo de la entrevista de Bloomberg que el el gobierno no quería que se viese. Justo la única que todo el mundo está viendo porque el otro trozo, el del autobombo económico con chorreo de datos todos ficticios, no parece interesar a nadie. Ya es mala pata. Esto, a Franco, ni por asomo. Ya había mandado a más de uno a la embajada del Kurdistán. Son inútiles estos de comunicación de La Moncloa. Una campaña de propaganda se convierte en otra de contrapropaganda, como si la hubiera ideado el mismísimo Satán.

- No tenéis ni idea de vuestro oficio. La cosas salen mal y no como Dios manda. Es que no sabéis cómo manda Dios.

- Presidente, tu única posibilidad es callarte y ya me dirás cómo vas a callarte si te preguntan.

- Pues eso. Y ¿por qué preguntan? ¿No se puede hacer como en España, ruedas de respuestas sin preguntas?

- Pues, no, presidente. En ningún país del mundo salvo en el nuestro.

Rajoy dice "desconocer" si se han destruido o no pruebas sobre Bárcenas en su partido. Extraño verbo este de desconocer. La primera acepción del DRAE lo equipara a "olvidar". Pero solo se puede olvidar lo que se ha tenido, lo que se ha aprehendido, lo que se sabe. La segunda acepción, probablemente la que invoca Rajoy, es todavía más extraña -y peligrosa- pues significa "no conocer". Pero ese "no conocer" tiene fecha de caducidad. No se puede "no conocer" algo arriba de un par de minutos. Porque, en efecto, uno puede "no conocer algo" y su reacción lógica, al conocerlo por primera vez, será algo así cómo: "¡Qué me dice usted! ¡Destrucción de pruebas en mi partido! Es la primera noticia que tengo". Pero, pasado un tiempo, a la pregunta de "¿desde cuándo desconoce usted si en su partido se han destruido pruebas?" ya no se puede responder con un mero "lo desconozco" puesto que ya no es verdad: lo conoce. Otra cosa es que le dé crédito o lo niegue o lo refute. Y eso es lo que falta.

El discurso es en verdad atroz. Sin relación alguna con la realidad. Puro delirio. Dice que no hay nadie del PP imputado en el caso Bárcenas. Precisamente, buen hombre: Bárcenas.

- ¡Ah, no, mi amigo! Bárcenas no es del PP. Causó baja hace tiempo.

- Pero usted le mantuvo todos los privilegios de la membrecía y un finiquito glorioso.

- Eso no hace al caso. El señor B de Barcelona no es miembro del PP. Sobre lo demás, ya hablarán los tribunales.

Hay que ser más contundente, piensa nuestro héroe mientras se embarulla en una de sus perogrulladas. Hay que negar. Y con media voz concluye una parrafada diciendo no ha habido financiación ilegal. El que desconoce si ha habido destrucción de pruebas, conoce que, de financiación ilegal, nada. Es el caso del conocimiento aleatorio, propio de los dioses.

Mientras tanto, el señor alcalde de Jaén reconoce en público que cobró sobresueldos del PP. La mamandurria, vamos, que según Aguirre iba a acabarse. Y lo reconoce después de que El país lo hiciera público. Antes se lo tenía muy calladito,  el pillín, lo cual demuestra el gran interés del PP por colaborar con la justicia. ¿Cuántos de los que ahora están calladitos, entre ellos Rajoy, que no suelta prenda, o Cascos, o Aznar -todos wanted en la oficia de El País- acabarán reconociéndolo como el alcalde toledano? Tener a los altos mandos del partido cobrando sobresueldos injustificados o justificados con los más alambicados criterios de contabilidad creativa, ¿no es financiación ilegal de un partido? Lo de los fondos para campañas electorales, gastos pagados por la Gürtel, etc. ya es de conocimiento general en la Villa y Corte.

La verosimilitud de los datos sobre austeridad pasada, presente y futura se mide por el hecho de que hoy mismo se sabe que el presidente de Valencia, Fabra II, cobra una pastuqui por vivir en un sitio diciendo que vive en otro. Este es el Fabra que quería contratar a un entrenador por otra ingente pastuqui del erario público para que lo ayudara a aparecer más galano en público. Ya se le ve atildado al mozo, pero ese paga del propio bolsillo, Beau Brummel. Y los del cocinero para que le haga las habichuelas contratado como asesor (digo yo que gastronómico) por otra pasta. Todo lo cual son fruslerías al lado de los 300.000 euros astillados a un equipo de baloncesto para no sé qué partido. En una comunidad en que los niños pasan hambre. Mientras Rajoy miente en Nueva York sobre lo mucho que ahorra su gente en casa, su gente en casa derrocha el dinero de los contribuyentes en pagarse peluqueros, cocineros, asesores, mamandurrios o bufetes de jamón y champán. 

Bueno, calíbrese la situación recordando que, según sus mismas palabras, el presidente dice creer que este problema consiste en dar la vuelta a las encuestas. En concreto se refiere al dato de que el 71% de los españoles pensaba que no había dicho la verdad en el Parlamento. Dar la vuelta a esa encuesta. Muy bien. ¿Cómo?

Deep South


Al entrar ayer en la exposición de Mapfre en Azca, lo único que sabía de William Christenberry era que es un clásico de la foto en color, el que rompió la soberanía del blanco y negro y dio paso al pastel. Claro, en realidad, él es pintor. Ni siquiera sabía bien el apellido. Me sonaba más Christenfield o Christenbury. Pues, nada, es un tipo estupendo. Casi todas las fotos expuestas son irritantemente pequeñas (obtenidas con una Kodak Brownie que le regalaron cuando era niño), con un color desvaído y como vacilante de las primeras técnicas, hasta que ya en los años 70 se pasa a una cámara más potable que da mayor detalle. Pero tanto la primera como la segunda serie reflejan el sur profundo, Alabama, que el hombre retrataba una vez al año en un viaje que hacía sin faltar desde el Norte, en donde trabajaba, a los lugares de su infancia. Las mismas casas, los galpones, las iglesias, los almacenes, los graneros, los pajares, los coches abandonados, Chryslers, Buicks, de los años 50 pintados de rosa o de azul celeste (¿cómo no iba a ser necesario el color?), paisajes, cultivos, caminos de tierra roja, anuncios, publicidad, fotografiados año tras año y ni una persona. Como si el mundo de su niñez estuviera despoblado. Desde los sesenta a los noventa. La exposición trae las series completas, agrupadas por temas. Cómo van decayendo los graneros, las casas, su misma casa, la de su abuela en veinte, treinta años.


La historia de este prodigio nace cuando, en los sesenta, Christenberry encuentra un libro de la época de la gran depresión, hacia 1931, contando el impacto de esta entre los colonos y los aparceros de los campos de Alabama y del condado de Hale, del que era oriundo. Estaba escrito por James Agee con fotos de Walker Evans. Evans, el rey, junto a Dorothea Lange, había fotografiado gente que él había conocido treinta años atrás. ¿Por qué no fotografiarlas de nuevo? De hecho la única imagen humana (o casi la única) que aparece en la obra de reconstrucción de la memoria, es un retrato de Elisabeth Tingle en su casa en 1962, exactamente como la había fotografiado Evans 31 años antes. Pero le dio más por las casas y el resto del paisaje de su infancia sin personas y eso es lo que se expone y eso lo que cuenta el propio Christenberry en largos extractos de una especie de diario en los que nos informa de sus intenciones, sus pensamientos, sus interpretaciones de lo que iba fotografiando en sus vacaciones anuales. En algún momento se pregunta si está fotografiando el paso del tiempo. De ningún modo, responde modestamente, solo la degradación de las cosas, de las casas desvencijadas año tras años, los vivos letreros de Coca-Cola decolorándose, y concluye que la belleza es eso. Eso y muchas otras cosas. Pero eso también y él lo hace de perlas.

Tanto que allá por 1973, según parece, Evans lo acompañó en su viaje anual al Deep South, al que no había vuelto desde los años treinta, y le dijo que se tomara en serio lo de la fotografía que era lo suyo. Lo suyo siguió siendo muy variado. En algún momento decidió pasar las imágenes a las tres dimensiones y fue creando esculturas de los edificios que fotografiaba. No son maquetas sino esculturas con materiales propios de los originales e, incluso en el suelo de los originales. Hay bastantes en la exposición. Son curiosísimas.

Bien. Un mundo muy, muy propio, magníficamente retratado, nostálgico y algo idílico. Hasta que irrumpe en el relato un elemento siniestro que lo acompaña y ya no lo abandona, el Ku-Klux-Klan. Y aquí ya sí hay personas. Estas, precisamente, son las determinantes en la historia de la foto The Klub que cuenta el mismo Christenberry con una prosa muy en la línea de On the road. Y de ahí nace la obsesión por el KKK que lo lleva no solamente a acumular objetos relacionados con él en The Klan Room, sino también a fotografiar sus reuniones de modo clandestino, con evidente peligro para su integridad física. En la foto de la reunión, se observa la imagen clavada en el árbol. Es el símbolo del KKK, el jinete encapuchado a caballo negro con gualdrapa blanca y la cruz del Sur, portando una antorcha en la derecha sin duda para iluminar el camino quemando vivos a los negros e incendiando sus casas.

Es la misma imagen, se recordará, que sirvió para publicitar la peli de David W. Griffith El nacimiento de una nación, una simbología que los del sur profundo llevan clavada en el alma para bien o para mal pero que liga el nacimiento de la nación con el racismo. Con esto cortan mucha tela los críticos del nacionalismo, de cualquier nacionalismo, dicen.

Son los años de la lucha por los derechos civiles pero aquí no hay fotos de las marchas de Washington, ni de las manifestaciones ni los mítines. Aquí está el sur de siempre, decayendo en silencio, como el mundo de la niñez se va desdibujando en la memoria de un artista que quiso ser pintor, pero era y es, porque vive, un fotógrafo con ojo de poeta o un poeta con alma de fotógrafo.

divendres, 27 de setembre del 2013

Sin límite.


Estaba clarísimo. La entrevista de Bloomberg era para consumo interno español con un evidente fallo en la pretendida difusión del mensaje al contratar con Bloomberg, que solo emite en inglés. La entrevistadora pregunta en su lengua, se escucha el inicio de la respuesta de Rajoy en español y, de inmediato, se suporpone un doblaje al inglés que ya no deja oír el recio castellano del presidente. Algo normal en los empeños exteriores de estos gobernantes absolutamente ineptos. Lo mismo hicieron en Buenos Aires: pagaron millonadas de nuestro dinero a no sé cuántos asesores, preparadores y conseguidores extranjeros para perder su objetivo y, además, hacer un ridículo universal, global. Porque es posible que no todo el mundo entienda el español de Botella, pero su inglés lo comprenden hasta los sordos; quizá los que más.

Si la entrevista ha conseguido su finalidad de difundirse en España a través de la prensa libre se debe al increíble intento de La Moncloa de que Bloomberg censure las preguntas y respuestas sobre Bárcenas. Es la regla primera de la publicidad: nada difunde algo tanto como la pretensión del poder de censurarlo, acallarlo o silenciarlo sin poder real de conseguirlo. El intento es comprensible porque las respuestas (y las preguntas, por cierto) se las traen. Comprensible pero inaceptable y estúpido. Sobre todo estúpido porque, siendo claro que es la única parte de la entrevista con interés, tarde o temprano, se abriría camino. Justamente lo que la intervención trataba de impedir y lo ha acelerado.

Las respuestas, en efecto, se las traen. Primero por existir. Rajoy da en el extranjero las explicaciones que niega en España. Otra cosa es qué explicaciones. Eso es lo segundo: dice desconocer si se han destruido en el PP pruebas sobre Bárcenas. Es decir, no sabe si lo que se ha destruido es o no prueba sobre Bárcenas, pero está claro que se han destruido cosas. Discos duros, registros de entradas, contabilidades. No son declaraciones de un presidente del gobierno, sino de alguien que no quiere que lo impliquen en algo, pues es el presidente del partido en donde se destruyen cosas. ¿O pretende decir que ignora si en su partido se destruyen cosas?

Resonancia completa. Crece la indignación porque Rajoy se permita mentir en el extranjero lo que ya no se digna mentir en casa. La guardia pretoriana del Congreso debiera soliviantarse. Tanto esfuerzo para impedir las preguntas, interpelaciones, mociones de la oposición exigiendo explicaciones al presidente y este va y las suelta en Nueva York y del modo menos avisado, confirmando todas las sospechas que levanta en su país. Claro que aquí cuenta con notables apoyos en las instituciones del Estado. La fiscalía en el proceso de Bárcenas se opone a citar a Rajoy a declarar como testigo argumentando, entre otras lindezas, que la intención de la parte que exige la comparecencia es mediática y política y no puramente procesal. Algo insólito. Lo de menos es la intención de quien solicita una prueba; lo que debe verse es si la solicitud es razonable o no y aquí la fiscalía, sin argumentos, dice que la declaración de Cospedal hace innecesaria la de Rajoy. Es justamente todo lo contrario. La hace imprescindible pues dicha declaración significó a Rajoy como quien tomó la decisión del peculiar despido de Bárcenas. El debe explicarlo. Y en sede judicial.

En lugar de eso, el hombre se presenta en la Asamblea General de la ONU y con el fin, al parecer, de conseguir un puesto para España en el Consejo de Seguridad, alardea de las aportaciones de nuestro país a la obra de las Naciones Unidas, reivindicando la Alianza de las Civilizaciones y la ONU Mujeres de Zapatero, sobre las que se pasó años haciendo chirigotas, sin que ahora tenga reparos en decir lo contrario porque el menda carece de toda dignidad. Vamos, que le ha plagiado el discurso al bobo solemne. ¿Cómo llamará él a quien plagia un discurso de un bobo solemne?

Estas cosas preocupan al común de los mortales, a quienes importa la diferencia entre la verdad y la mentira. Pero no a él, que está por encima del bien y del mal, gracias a su pertenencia a una buena estirpe. Este término, como el de casta, son sinónimos vergonzantes de nobleza y eran los que Rajoy empleaba en 1983 en un artículo para defender la desigualdad entre los seres humanos como algo científicamente demostrado. La cuestión es clara: como es algo científicamente demostrado y él es de buena estirpe, le corresponde gobernar con la misma naturalidad con que la langosta devora las cosechas.

Las acusaciones de corrupción, de sobresueldos, de financiación ilegal, etc, el envilecimiento de la vida pública y el bloqueo de las instituciones no requieren explicación alguna de la presidencia del gobierno. Del gobierno de España.

Resumiendo esta entrada: la democracia española más parece una dictadura por el hecho de que el gobernante es irresponsable política y penalmente. O a tal situación conduce un bloqueo de las instituciones al servicio de esa inmunidad del presidente del gobierno. Del gobierno de España. Esa gran nación gobernada por un truhán.