Tengo una amiga que se divierte haciendo viñetas de humor que publica en su blog Bubu-Baba y se me ha ocurrido pedirle permiso para publicar de vez en cuando sus dibujos. El de más arriba es uno de ellos.
Tengo una amiga que se divierte haciendo viñetas de humor que publica en su blog Bubu-Baba y se me ha ocurrido pedirle permiso para publicar de vez en cuando sus dibujos. El de más arriba es uno de ellos.
Anoche, última noche en las rías bajas, los hijos de mis amigos aceptaron el reto de hablar de ellos y tuvimos la última de las tumultuosas sobrecenas. Abenyusuf desgranó las cuitas del Islam frente a ese fenómeno omnipresente, gelatinoso, paquidérmico, entreverado, luminoso y confuso que recibe el nombre de Europa. Era como un lamento aljamiado. ¿Cómo no comprendemos los europeos que aquello que echamos en falta y que buscamos desesperadamente, aquello que redondearía la utopía, está en el Islam? Por ejemplo, la superación del complejo de Edipo. Prima facie no está mal...siempre que se tenga el tal complejo como algo perjudicial o perverso. Pero ¿es que puede tener algo bueno? Sí; se me hace que es otro nombre para el principio de rebeldía contra el orden constituido, la rebelión del sujeto contra la autoridad heredada. Donde tal cosa no existe es difícil que haya cambios. La vida es un estanque feliz en su quietud. No me parece una perspectiva grata.
Mi ahijado Ramón, joven licenciado en Filosofía y bachillereado en mares, escribió allí mismo un texto que transcribo:
Inversión/Manifiesto.Freud, sus tesis equivocadas.
Como los otros sospechosos.
Recuerdo
varios profesores en la escuela decirnos:
"Nosotros no lo tuvimos fácil,
teníamos muchas menos posibilidades que vos.
Y luchamos por obtenerlas,
(leímos Freud).
Aun así,
no lo tenéis fácil.
El mundo está cerrado,
y las posibilidades están negras."
¿Por qué se invierte el signo sur le tard?¡Profesores!
(Alguno hubo que nos dijo tales cosas, sí y con no decirlas no es bastante).
¡Contra el padre o con el padre!"
Inversión.
Ya no hay conflicto,
violencia a la violencia.
La falta de conflicto idem.
Enseñar es aprender.
Labor docente
Labor pendiente.
No de los alumnos, que también
No de los hijos, es natural.
La falta de conflicto es la falta de conflicto y un estado de hecho. Es el camino que hacer
para la paz.
¡Profesores, no dejen de aprender,
no dejen de escuchar!
¿Y si la falta de posibilidades fueran ya para vosotros? Porque aprender significa dar posibilidades. (¡No dejen de aprender!) ¡No dejen de escuchar a los hijos!
¡Resolved vuestros conflictos!
No luchar contra los padres (ya no están)
sino acompañarlos,
sin conflictos.
Un manifiesto que da el protagonismo a los padres, un manifiesto para vosotros, que no pide nada.
De escuchar a los políticos España está llena de traidores y la traición reina por doquier. Empezó como suele el señor Aznar diciendo que el Gobierno había "traicionado" el espíritu de Ermua. Gobierno, pues, traidor. Siguió la señora De la Vega en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros respondiendo que fue el señor Aznar quien traicionó a los españoles llevándolos a la guerra en el Irak. Aznar, pues, traidor. Ayer contestaba a su vez el señor Zaplana insistiendo en que es el Gobierno el que ha traicionado a los ciudadanos. Gobierno, pues, retraidor. Revueltas vienen las aguas preelectorales.
El concepto de traición tiene dos acepciones, una amplia y otra estricta. La amplia es la que da el DRAE, definiéndola como
"Delito que se comete quebrantando la fidelidad y lealtad que se debe guardar o tener."Lo llama delito pero, obviamente, no en un sentido estrictamente penal. Más o menos, es el que le daba Aznar, al hablar de traición al "espíritu de Ermua". Muy amplio, desde luego, porque traicionar un espíritu es cosa harto problemática. Es, si se quiere, el sentido muy abstracto del famoso cuadro de Magritte que habla de la traición de las imágenes que, aun reproduciendo la realidad, no son la realidad.
Luego, la vicepresidenta del Gobierno, señora De la Vega, agudizó la acusación al decir que fue el señor Aznar quien traicionó a los españoles en el Irak y lo hizo porque aquí ya se maneja la segunda acepción, estricta, de traición, la contenida en el Código Penal, arts. 581 y sigs., que sitúa el delito de traición en los conflictos armados en los que España sea parte.
El señor Zaplana parece haber vuelto a la acepción amplia aznarina, al acusar de nuevo al Gobierno. Pero, por si alguien tiene dudas acerca de si el PP o alguien significado del PP ha acusado directamente del delito de traición a los socialistas, transcribo un párrafo del blog del señor Alejo Vidal Quadras en un post titulado Alta traición:
"Por tremendo que suene, un análisis objetivo de la conducta del Presidente del Gobierno en relación al nuevo Estatuto de Cataluña nos conduce a una conclusión pavorosa, pero ineludible: José Luis Rodríguez Zapatero está cometiendo alta traición.No traición, como dicen el cuadro de Magritte o el señor Aznar, sino "alta traición". La traición es un comportamiento especialmente odioso en un político, dado que consiste en quebrantar la lealtad que debe profesar hacia la Patria; es como cuando se acusa a un juez de prevaricar. Se trata de delitos que podríamos llamar "profesionales", puesto que consiste en ir en contra de la profesión, entendida ésta como lo hacía Max Weber, como "vocación". Si los políticos se entrellaman "traidor", son ya pocos los insultos que puedan dedicarse. En todo caso, bien claro está que es la derecha la más proclive el empleo de estas palabras gruesas. Con ellas se hace punto menos que imposible un debate político civilizado.
Total que aquí hemos seguido, aprovechando que el pueblo está en fiestas, con verbena de esas de garrapiñadas, algodón de azúcar, tiro al blanco y fuegos artificiales. Con tanta emoción, la excursión a La Toja pasó a mejor vida que, al parecer, es lo que ha sucedido con la empresa en sentido románticamente mercantil.
El debate fue tan animado, interesante y variado como el de la noche anterior. Abenyusuf/Bambolotto expuso la complejidad del problema del Sahara entre saharauis y marroquíes. No es asunto en el que los españoles se sientan cómodos porque es el resultado del enésimo desastre colonial patrio. La experiencia muestra que es muy difícil salir con dignidad de las situaciones coloniales o paracoloniales. Basta recordar cómo salió Francia de Indochina, los ingleses de la India, los belgas del Congo, los EEUU de Vietnam o los portugueses de Angola Y Mozambique. Pero, en el caso de España en el Sahara la indignidad fue particularmente hiriente porque la metrópoli cedió a la exigencia de su tradicional enemigo en la zona cuyo argumento fue exclusivamente "quítate que me pongo yo". Luego dímos un repasito a las ventajas comparativas de la economía capitalista y la socialista. Al hablar de estas cosas suele asaltarme el recuerdo de aquella consigna de propaganda de las sociedades del socialismo real, encabezadas por la Unión Soviética que rezaba "¡Os enterraremos!" Ya se ve. Como los enterradores putativos están casi todos enterrados aquella comparativa carece de sentido. Ya nadie defiende la planificación centralizada, ni siquiera los jóvenes, que suelen sentir más el atractivo de las fórmulas racionales cartesianas. Pero se aborda el análisis de los múltiples defectos del capitalismo, empezando por los límites del crecimiento que hoy se dibujan ominosos sobre el horizonte vital de la especie. Así que estuvimos dando vueltas la globalización, aquí, cerca de Finisterre.
El señor Rajoy quiere cambiar la ley electoral (la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, LOREG, de 1985, supongo) para que "gobierne la lista más votada."
Es algo sorprendente que manía reformista tiene este hombre. Ya el año pasado propuso de modo perentorio que se reformara esa misma ley para que pudiera haber elecciones anticipadas en Málaga cuando estalló el caso Malaya (¿se escribe así o mejor "malhaya"?) y para evitar la constitución de una comisión gestora (momento que recoge la foto de "Efe"). Da la impresión de que el político pide una reforma de la ley cada vez que piensa que su partido pueda salir beneficiado. Y en verdad así ha sido pues en Málaga gobierna ahora el PP. Pero no es buena práctica andar reformando leyes orgánicas (que son como "superleyes") cada vez que uno piensa que puede obtener un beneficio circunstancial porque eso contradice el principio mismo de la ley; no de ésta, sino de todas, que deben en la medida de lo posible, igualar la casuística y no adaptarse a ella.
Que gobierne "la lista más votada" ya le ha costado al señor Rajoy más de un rapapolvo de analistas de tendencia de izquierda y socialistas porque, dicen, es una hipocresía propugnar eso al tiempo que se hace lo contrario en las Canarias. Puede que sea hipocresía, pero no es irracional. Cabe actuar en el marco que permite la ley al tiempo que se pide que cambie y haga imposible la actuación misma de la que uno se beneficia. Lo extraño es que se vuelva a pedir la reforma porque uno cree que sale uno beneficiado.
¡Ah, no! responde el señor Rajoy, no es por tan ruin motivo sino a causa de
"la existencia de una ley electoral que está caduca, pasada de moda y que interpreta de forma curiosa el sistema democrático (y que) da lugar a que en muchos lugares donde el PP es la primera fuerza con una diferencia abismal esté en la oposición."Insisto en que supongo que se refiere a la LOREG y su artículo 196 c) que dispone que si ningún candidato a alcalde (cabeza de cada lista electoral) obtiene mayoría absoluta de concejales en primera vuelta,
"...(sea) proclamado Alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo."Como eso reza sólo para municipios, está claro que el asunto de las CCAA no hace aquí al caso y, por tanto, no ha lugar a echar en cara al señor Rajoy el de Canarias. Y aunque lo hubiera, daría igual porque en los gobiernos de las CCAA rige el estricto principio parlamentario, como en las Cortes Generales, esto es, gobierna el que tiene mayoría absoluta y, en su defecto, el que cuente con mayoría simple, que no tiene por qué ser la lista más votada. Reformar eso implica reformar la Constitución y el señor Rajoy habla sólo de "ley electoral". Por tanto sólo se refiere a los ayuntamientos en los que, al parecer se interpreta de "forma curiosa el sistema democrático". Es verdad, a mi ver, pero no por la razón que él cree sino por la contraria. Que la ley haga alcalde al cabeza de la lista más votada en segunda opción no es muy democrático pues obvía la posibilidad que sin embargo puede darse en el Parlamento, la de que gobierne una coalición de mayoría relativa y el partido más votado esté en la oposición. Esa es una posibilidad democrática que sólo puede considerarse no democrática si uno sabe que no habrá partido que quiera aliarse con el de uno, que es lo que suele pasarle al PP, al menos en los ayuntamientos. Por eso quiere el señor Rajoy reformar la ley y poner como primera y obligatoria la segunda opción: que gobierne siempre la lista más votada, incluso en contra de una mayoría absoluta contraria lo que -y espero que lo entienda el señor Rajoy- es imposible en un sistema parlamentario en el que existe la moción de censura. Claro que también puede eliminarse la moción de censura.
Ya dije que estaba en La Coruña, a una conferencia en la UIMP en un curso sobre la Unión Europea. Después del evento aprovechamos para visitar la ciudad y montar en el tranvía que hace el trayecto del paseo del alcalde Francisco Vázquez. Pongo un par de fotos en que se ve a Ramón ejerciendo de conductor de tranvia y a Celia de pasajera con Héctor. Por cierto, vaya peripecia la del alcalde Francisco Vázquez que, de regidor cuasi perpetuo de la ciudad, ha pasado a embajador ante la Santa Sede. Hace unas fechas lo vi en un programa de tele, mostrando muy orgulloso, casi levitando, las dependencias de la residencia del embajador. En verdad son regias y encierran muchas riquezas artísticas, depósitos del Museo del Prado y piezas únicas. Y eso de ser embajador en la Santa Sede... una pasada. No es menguada cosa ser embajador en el lugar en donde se inventó la ciencia y el arte de la diplomacia porque, aunque este crédito se le otorgue ordinariamente a la República de la Serenísima veneciana, la cosa fue invento de la Sede de San Pedro.
Más tarde cogimos carretera y manta al sur, a pasar el finde con unos amigos en Baiona, sitio paradisiaco (si el Paraiso puede caer del lado del Atlántico) frente a las islas Cíes, a su vez lugar cargado de magia y leyenda. Siempre que vengo a Galicia se me alborota la parte celta del ser, póngome nostágico, pienso en mis antepasados, en Rosalía, en Curros, en Payo Gómez Chariño, en Castelao, el de "a nosa terra e nosa". ¡Ah! los irmandiños da fala, la Costa da Morte, Fonseca, la Galicia mariñeira, Galiza ceibe y Carita de Plata.
En casa de mis amigos, enfrente de las islas Cíes que, al llegar, parecían flotar sobre un horizonte de bruma, estaban varios de sus hijos, uno de los cuales es ahijado mío y se llama como yo, igual que mi hijo, con lo que la cena tuvo una inusitada concentración de Ramones. Con otro de sus hijos, que es comentarista en este blog pero cuyo nick no soltaré si no es con su permiso, estaban a su vez unos jóvenes suizos con una cubana, filólogos y lingüistas, apasionados defensores del saber, del hacer, con un discurso, que dicen los expertos, abierto, experimental y literario. Pondría alguna foto de lo que fue una cena muy animada pero también me espero a que me den su consentimiento pues en esto de la red blogosférica no todo el mundo está de acuerdo. Soy sensible al hecho de que la alegría con que los blogueros vamos por ahí contando nuestra vida y colgando imágenes sin ninguna vergüenza no goza de general aceptación.
En el debate complicadísimo, multidireccional y atropellado en el que al final dudo de que alguno supiera ya de lo que estábamos hablando porque lo hicimos de todo, desde el ordenamiento jurídico nazi hasta la gramática generativa, el fantasma de Orwell revoloteó un par de veces por encima de la mesa y a poco que Google se gana el sambenito de Big Brother.
La última, tremebunda y coordinada actuación de la brigada dum-dum en contra del Gobierno de España se ha producido durante los actos de homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo del décimo aniversario de su asesinato. Una escalada verbal en la que se ha oído de todo a falta, por un tris, de pedir el procesamiento del señor Rodríguez Zapatero por complicidad con banda armada.
Comenzó a disparar a mansalva fuego graneado el atildadito secretario general del PP, señor Acebes. Durante una breve conferencia de prensa en Ermua, en un acto al que él y sus cofrades hicieron imposible que asistiera el PSOE, lamentó con lágrimas de viejo saurio la ausencia de los excluidos. No de todos los excluidos, pues también lo habían sido los de los demás partidos, sino solamente los del Partido Socialista al que, en definitiva es al que hay que atacar por si sí o por si no. El señor Acebes tiene la extraña habilidad de unir su apariencia de angelical petimetre con las insidias e hipocresías más repugnantes de la temporada.
Siguió a continuación el capitán de cuartel y jefe accidental de día, señor Rajoy, disparando la artillería de campaña. El presidente del PP y aspirante a la presidencia del Gobierno (me malicio que por muchos años) afirmó que el Gobierno del PSOE ha desmontado todos los mecanismos de vigilancia y detección de terroristas y facilitado su actuación. Al tener que explicar cómo sea posible que, a pesar de todo, se haya detenido esta semana a tres peligrosos elementos, el señor Rajoy lo atribuyó un “milagro”, como cuando su jefe,el señor Aznar se adjudicaba a sí mismo esa misma condición para explicar la buena marcha de la economía española durante su mandato. Lo nuevo aquí es que ahora los milagros parecen favorecer a las fuerzas del mal. No sé cómo se tomará eso el confesor del señor Rajoy. Con tal de tumbar al Gobierno el señor Rajoy es capaz de dinamitar el ordenamiento jurídico en su conjunto o por partes. Y está convencido de que el camino es seguir soltando mentecateces que él y sus asesores reputan profundas sentencias dignas de un Séneca o agudas ocurrencias al estilo de un Jardiel Poncela.
Los dos brigadistas anteriores son tortitas y pan pintado cuando emerge el maestro, el príncipe de las tinieblas (morales), el mismísimo señor Aznar o señor Cizañar.Con motivo de la concesión del décimo premio Miguel Ángel Blanco, que la Fundación de este nombre le ha otorgado de modo tan partidista como provocador, el señor Aznar ha disparado las baterías de grueso calibre contra el Gobierno socialista, con las habituales mentiras e insidias que la brigada dum-dum y el partido que la respalda llevan tres años soltando: que el Gobierno ha mentido sobre las negociaciones con ETA, que ha permitido a la banda sobrevivir y reorganizarse, que no es de fiar…La mentira de tales afirmaciones lo envuelve todo. ¿No dice el señor Aznar que va a atreverse a decir que el Rey va desnudo? Y ¿no es cierto que lo que él dice es lo que dicen machaconamente todos los suyos? Lo del Rey desnudo, ¿qué es? Otra mentira, un abuso, algo parecido a lo que hace la dicha Fundación concediendo su décimo premio al presidente del Gobierno que, cuando recibió a los organizadores del homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo de su asesinato al mes de producirse se puso a bailar “Macarena”, que era la canción del verano.
Resumen de las intervenciones de la brigada dum-dum: la culpa de todo no la tiene ETA, sino el Gobierno y el que no lo vea así es un antiespañol vendepatrias. ¿No fue Aznar quien, a raíz del asesinato de Tomás y Valiente en tiempos de Felipe González, achacó la responsabilidad del hecho a la “debilidad” del Gobierno? Esta línea de canalladas y golpes bajos es lo habitual en esta gente para la que la política no es aspirar a gobernar en limpia lid tratando de ganar el favor de la mayoría ciudadana, sino acumular mentiras y calumnias, como si fueran balas dum-dum para destruir al adversario, mostrando pétrea indiferencia cuando la realidad prueba que en su momento mintió sin empacho alguno a todo un pueblo. Por si alguien lo había olvidado reproduzco aquí el video en que se ve al señor Aznar afirmando con toda contundencia que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que él estaba diciendo la verdad, y al mismo señor Aznar cuatro años después admitiendo con voz trémula que Sadam Husein no tenía tales armas, pero sin reconocer que en su momento mintió a la opinión como un bellaco.
Como consecuencia de aquellas mentiras del trío de las Azores y no sólo del señor Aznar que,al fin y al cabo, era –y es- un cero a la izquierda, se ha destrozado un país entero, han muerto cientos de miles de personas, hay millones de desplazados. ¿Qué tipo de conciencia hay que tener para dormir por las noches sabiendo que tus mentiras han causado y siguen haciéndolo la muerte a cientos de miles de inocentes? Probablemente ninguna y por eso el señor Aznar es el jefe indiscutible de la brigada dum-dum, que trata de derribar al Gobierno de España como sea, a base de calumnias, acusaciones falsas y pura sinvergonzonería.
Lo más curioso de este video y lo más desolador son los aplausos que se escuchan cuando el señor Aznar admite que lo que dijo no era cierto y, con ademán de macarra, demuestra que le trae al fresco.
Siempre me he preguntado cómo un sujeto así pudo llegar a presidente del Gobierno de España. Sigo preguntándomelo, pero esos aplausos son una pista.
He aquí el video de publicidad del club de fútbol de Getafe, Madrid. No está mal. Trasmite su mensaje con bastante claridad, apoyándose en episodios de la historia sagrada y la profana que son del dominio común: el sacrificio de Abraham, la condena divina a Moisés a vagar cuarenta años por el desierto, la quema de algún hereje (Bruno o cualquier otro), Adán perdiendo su costilla o las últimas palabras de Cristo en la cruz. Y ese mensaje es simple: tu equipo está por encima de tus creencias religiosas. No veo que se insulte o falte a nadie. Sólo veo una opinión tan aceptable o condenable como su contraria (esto es, que tus creencias religiosas hayan de estar por encima de tu equipo de fútbol), ilustrada con gracia aunque con un poco de cursilería y bastante petulancia.
Pues ya están los obispos en pie de guerra en contra del anuncio y sus monagos del PP pidiendo que se retire. Lo de siempre: unos señores pretenden coartar la libertad de expresión de otros pretextando no un daño objetivo y claro a un bien público (por ejemplo, un folleto en el que se mienta sobre las posibles consecuencias patógenas de una crema dentífrica) sino aduciendo que hiere la sensibilidad de unos u otros y sus creencias que, en todo caso, son un asunto privado.
Como era de esperar, ya han salido a relucir las famosas caricaturas de Mahoma en Dinamarca y el consiguiente follón. Un diputado del PP de olvidable nombre ha dicho que se siente legitimado para protestar por este “atropello” porque en su día protestó contra el otro. O sea, que el mucho protestar da la razón. A mi ver se trata de dos protestas muy legítimas, desde luego, pero sin sentido, propias de quienes pretenden convertir en ley universal sus sentimientos, creencias, caprichos y supersticiones y que parecen dispuestos a reconocer lo mismo a cuantos neuróticos como ellos haya en el planeta.
Pero esto no es admisible y ya aburre a las ovejas. El que se sienta ofendido en sus creencias privadas por una manifestación pública ajena a ellas es libre de no atender, no mirar, no escuchar a quien perpetre la supuesta ofensa. También a mí me parece deplorable que unas gentes mayores de edad crean a ojos evidentemente cerrados que una señora puede ser madre y virgen al mismo tiempo o que otro señor muerto por crucifixión resucite al tercer día y ascienda a los cielos como si nada, pero no se me ocurre coartar su libertad de expresión.
La blasfemia puede ser un pecado atroz y llevar aparejadas las peores penas en esta vida para los creyentes dentro de su iglesia y en la otra, si la hay, para todos, pero no puede ser un comportamiento jurídicamente sancionable. Si los católicos quieren que el ordenamiento jurídico sancione sus supersticiones, que se compren una isla y establezcan una teocracia, pero que nos dejen en paz a los demás, que ya somos mayores para decidir qué queremos ver y qué no.
Incidentalmente y, como siempre pasa con la estupidez, menuda propaganda han hecho los curas y los meapilas al club de fútbol de Getafe.
Está en la tradición de la mejor publicística española fustigar los vicios que nos aquejan como pueblo. Kant decía que España es “tierra de antepasados”, subrayando así la especial devoción española por el culto a la honra de la familia. Larra ponía en solfa a los castellanos viejos y otros tipos no menos insufribles del catálogo patrio. Costa pedía un cirujano de hierro para acabar con el mal de oligarcas y caciques, típicos especimenes que mantienen (aún hoy) el país postrado. Unamuno la tenía tomada con los ramplones, también un tipo humano muy abundante por estos y otros pagos. Suma y sigue pues la saga no ha terminado. Al contrario, a los viejos y tradicionales ejemplares de los defectos nacionales vienen ahora a sumarse otros, acordes con la era tecnetrónica en la que vivimos, hispanos de móvil y MP3, pero que siguen siendo igual de fastidiosos, cargantes, groseros y maleducados que el Braulio de Larra; o quizá peores. Así que inauguro una serie nueva y de vez en cuando dejaré caer alguna consideración sobre los vicios más irritantes de los españoles de nuestro tiempo.
El de hoy, al que llamo del “inelu”, es el de la informalidad, la inconstancia (representada aquí en una magnífica imagen de Giotto) y el nulo valor de la palabra dada. Todos lo sabemos; por citar un caso que responde a una experiencia directa mía: si invitas a un español con tres meses de antelación a dar una conferencia en un curso que diriges, fijas con él el día y la hora y te asegura que allí estará ¿qué garantías tienes de que así será? Pocas, ¿verdad? Puede suceder –y no será extraño que suceda- que una semana antes el invitado que no iba a fallar haga que su secretaria llame al personal administrativo del curso para decirle que por”compromisos ineludibles”, el fulano no podrá ir a la conferencia a la que no iba a fallar. Es un “inelu” por sus compromisos “ineludibles” que no existían tres meses antes. Y no es esa la única treta de que se vale este pícaro moderno. Tampoco es manca la de rehuir la comunicación directa, la de actuar de secretaria a secretaria para no verse obligado a dar explicaciones y situar a los perjudicados por su informalidad ante un hecho consumado. Porque con una semana de antelación los programas suelen estar impresos y ya no es posible acudir a sustituciones.
Es un comportamiento irresponsable y grosero y tan informal como prepotente, muy habitual en nuestro país, en donde cuando uno dice que hará algo sin falta, los demás saben que eso puede pasar o no. Aunque no todos; siempre hay algún pobre infeliz que cree que, cuando uno se compromete a algo, lo cumple.
Lo curioso del caso es que los tipos capaces de hacer estas charranadas típicamente ibéricas, de España del caciquismo costista, suelen ir por la vida propugnando una u otra forma de regeneracionismo, dando lecciones de honradez y rectitud y asegurando que luchan por la renovación de la vida nacional. Cada vez desconfío más de los que se llenan la boca con esas bellas palabras porque son sus actos los que revelan su verdadero fondo.
Si resistimos a la tentación de buscar los orígenes del proyecto de unidad europea ya en el Imperio Romano, algo a lo que los especialistas son muy dados para revestirse de un pátina de respetabilidad no vaya a creer el personal que su sabiduría es cosa reciente, flor de un día, haremos bien situando el origen del actual proceso de unificación en los Tratados de Roma, en 1957.Por aquel entonces, años duros de la “guerra fría”, la izquierda estaba, como suele pasarle, muy dividida. Los dos sectores mayoritarios y más enfrentados eran los socialistas y los comunistas y dejamos de lado otras formaciones izquierdistas por la imposibilidad de hablar sobre todas.
Los socialistas, tras haber roto el dogma marxista del internacionalismo proletario al votar los créditos de guerra en sus respectivos parlamentos nacionales en 1914, se habían orientado a sus políticas nacionales pero, víctimas de su mala conciencia por su belicismo en 1914/1918 y horrorizados luego por la IIª Guerra Mundial vieron en el proceso de unificación europeo un modo de salvar su contradicción entre una teoría internacionalista y una práctica nacionalista y hasta chauvinista. Así pues fomentaron la unificación desde el primer momento y en ello siguen al día de hoy aunque con matices. De hecho, la unificación europea se basó en el mismo tipo de compromiso en que se fundamentó el Estado del bienestar, esto es, socialdemócratas y democristianos con la anuencia de los liberales que, si en el caso del Estado del bienestar se prestó a regañadientes, en el del Mercado Común y pasos posteriores, se hizo de corazón dado el odio liberal al Estado y su amor al libremercado.
Los comunistas, por su parte, se habían mantenido, al menos de boquilla, fieles al compromiso internacionalista por lo que su actitud hacía la unificación europea hubiera debido ser favorable, ya que prometía superar a los Estados nacionales. Pero, a su vez, los partidos comunistas estaban sometidos a los intereses estatales de la Unión Soviética, que no quería en modo alguno una Europa unificada y fuerte a sus puertas y en buenas relaciones con los EEUU. Fieles, pues, a las doctrina que recibían de la “Patria internacional del proletariado”, los comunistas estuvieron desde el principio en contra del Mercado Común y de la unificación europea, como estuvieron también en contra del Estado del bienestar, al que consideraban una añagaza burguesa para emascular el movimiento obrero y el avance del comunismo. De igual modo, la unificación europea era sólo un movimiento del capital internacional para enfrentarse a la Unión Soviética secundando los fines imperialistas delos EEUU y la actitud revanchista de Alemania federal.
Por supuesto, las cosas cambiarían. Con el ascenso del conservadurismo reaganista y thatcherista en los años ochenta del siglo pasado y la amenaza de desmantelamiento del Estado del bienestar, los comunistas pasaron de ser sus detractores a ser sus más firmes defensores, incluso en contra de la socialdemocracia que ahora, según ellos, estaba interesada en desmantelarlo, en traicionarlo. Algo similar sucedió con la integración europea, sobre todo a partir de1991, fecha del hundimiento de la Unión Soviética. El proceso de unificación dejó de ser una amenaza para la seguridad de la URSS para convertirse en algo necesario e imprescindible, pero “mal orientado”, ya que no se configura como la “Europa de los pueblos”, verdaderamente democrática, sino como la “Europa del capital”,oligárquica y con un clamoroso “déficit de legitimidad democrática”.
Al día de hoy, el asunto de la izquierda y la construcción europea es tan complejo como siempre: los comunistas y quienes se identifican con ellos o los apoyan defienden ahora justo modo la unificación europea, pero exigen un cambio de rumbo para darle un carácter “verdaderamente” democrático y popular. En cuanto a los socialistas, la cosa aparece dividida. Mayoritariamente, el socialismo democrático está a favor del proceso de unificación europea como está dándose pero en su seno aparecen también opiniones y grupos (más o menos numerosos, según el país de que se trate) contrarios al proceso, euroescépticos que desean detenerlo e incluso revertirlo.
La aportación de la izquierda al proyecto europeo ha sido de primera magnitud y desde el primer momento, pero esto no quiere decir que la izquierda sea siempre europeista o que el europeismo sea siempre de izquierda. (En la imagen,el famoso cuadro de Eugène Delacroix, La liberté guidant le peuple, 1830,Museo del Louvre).
"Me acuerdo muy bien. Cuando me detuvieron llevaba una mochila y en la mochila una pistola con una bala en la recámara. De lo que no me acuerdo tan bien es de en dónde me detuvieron. Han pasado treinta años, llevo treinta años viendo un horizonte de paredes de hormigon y comprenderán Vds. que en algunas cosas me falle la memoria. Por ejemplo, tampoco consigo acordarme de para qué llevaba aquella bala en la recámara. Supongo que sería práctica habitual en la organización: si váis armados, llevad el arma presta. Supongo. Pero la prensa lo dio con verdadero histerismo: detienen a Aritz Argingoniz Zubiarre con una pistola y una bala en la recámara. Eso era para poner nerviosa a la gente. Y es que estos españoles enseguida se ponen nerviosos. Claro que tampoco puedo hablar mucho porque los únicos españoles con los que trato son los funcionarios. Aunque de esos me lo sepa todo, si están casados, cuántos hijos tienen, etc. Pero no tengo ni zorrupia de para qué llevaba una bala en la recámara. A lo mejor tenía ya decidido un destinatario y simplemente, al haber fracasado, se me ha borrado de la memoria, como un acto fallido freudiano que, en estos treinta años, he estudiado varias carreras. Pregunto al interesado y no me responde. Miro la foto de aquel chaval de veintidós años que publicaron todos los periódicos el 10 de julio de año 2007, pero no me dice nada. Es evidente que yo no soy él. Obviamente, ya no tengo esa pinta de chaval inocente, sino esta otra que me ofrece hoy el espejo, un cincuentón calvo y con el rostro surcado de arrugas, una por cada momento feliz de mi juventud que me han robado quienes me metieron aquí. Como no creo haber sido presciente hace treinta años de forma que llevara la bala destinada a quienes ahora me han recluido aquí, debo llegar a la conclusión de que aquella bala en la recámara me estaba destinada. Cualquier militar sabe que es más honroso morir en el campo de batalla que retornar de él derrotado y, al fin y al cabo, se supone que nosotros eramos los hijos del pueblo en armas y estábamos en guerra con el invasor español. Pero eso va contra la naturaleza. Nosotros no somos kamikazes, no estamos cegados por fanatismo alguno. Al contrario, consumimos nuestras vidas entre muros porque sabemos que la liberación de nuestro pueblo es cosa cierta y segura como verdad científica y, cuando se produzca, que ya tarda, alcanzaremos vida eterna en el recuerdo de los nuestros. Amén. Jesús."
En el post sobre la exposición del Círculo de Balleas Artes acerca de la Transición en España ya advertía que los organizadores han editado un grueso y estupendo catálogo con la colección completa de fotos en exhibición y una serie de trabajos de diversos especialistas (algunos historiadores, una politóloga, un economista, dos juristas y un comunicólogo) que abordan distintas facetas de este episodio histórico. Advertía también de que llegado el momento, lo comentaria. Los trabajos son desiguales, pues mientras unos son minuciosos y bien documentados, otros están escritos un poco más a vuelapluma, si bien todos tienen interés por abordar aspectos poco frecuentados de la transición.
Uno de los más interesantes es el del historiador Álvaro Soto Carmona, El protagonismo de la sociedad civil durante la transición, en el que pide un reenfoque de las visiones sobre el episodio para que, en lugar de concentrarse exclusivamente en lo que los políticos y dirigentes hicieron, se recoja también el ambiente de movilización popular, ciudadana y laboral de aquellos años, tema en el que fue pionero José María Maravall. El trabajo de Soto plantea asimismo un problema que ha ocupado a más de un investigador (de hecho, el trabajo siguiente, de Paloma Aguilar Fernández, también lo suscita), en concreto el de saber si, en el momento crucial de la transición, los españoles tenían ya o no una cultura política democrática. Hay opiniones encontradas al efecto. En la mía había tal cultura política democrática e, incluso, aunque parezca paradójico dado el carácter doctrinal del régimen de Franco, era hegemónica en muchos ámbitos de formación de opinión, como la universidad, los institutos, las redacciones de los periódicos, hasta la Iglesia. Y me parece que esa cultura política democrática procedía en buena parte de una fuente que no he visto que se se haya estudiado, la influencia del cine y, sobre todo, la televisión de procediencia extranjera, especialmente pero no sólo, estadounidense. Es lo que podría llamarse la "pedagogía difusa" de la televisión, medio que mira una abrumadora mayoría de ciudadanos. Esos productos culturales norteamericanos (films, series de televisión, etc) que frecuentemente ensalzan a los EEUU como tierra de libertad, democracia, derechos de los ciudadanos, libertad de expresión, etc tenían tanta mayor influencia cuanto que, además, juntos con otros, proceden de unos países considerados arquetípicos y dignos de imitación, los EEUU, Francia, Inglaterra, etc.
El capítulo de Paloma Fernández Aguilar, que lleva años trabajando brillantemente cuestiones de cultura franquista y memoria histórica se llama Cultura política, consumo cultural y memoria durante la transición y en él, además de la pregunta por el tipo de cultura política prevaleciente en la transición, aborda el de consumo cultural en general, con atinadas observaciones acerca de los filmes producidos, el consumo de revistas, programas de TV. y libros. Pone de manifiesto el exitazo de los libros de Fernando Vizcaíno Casas, un falangista nostálgico que escribió ensayo y novela en un estilo de broma gruesa, así como garbancero, ridiculizando la democratización de España y añorando al Caudillo p.G.D. y q.p.d. Es un terreno este muy resbaladizo y quizá por eso tenga tanto mérito el trabajo de Aguilar Fernández.
Juan Carlos Pereira Castañares, otro historiador, toca el tampoco frecuente tema de la influencia exterior en la Transición española, La Transición española desde el exterior. La influencia del factor internacional. Lo hace con prudencia y moderación y subraya un dato no muy comentado pero sí muy significativo: a las exequias de Franco vinieron Pinochet, el Vicepresidente dominicano e Imelda Marcos, esposa del Presidente de Filipinas; los demás países mandaron gentes de tercer y cuarto nivel. Tres días después, en la coronación de Juan Carlos I había casi una decena de jefes de Estado (p. 137). Este tema de la influencia de lo exterior no es de los más frecuentes probablemente porque a los españoles no les gusta que los demás se metan en sus asuntos, aunque eso es lo que sucede casi de continuo y, cuando no sucede, los mismos españoles se enfadan. Hay que ver con qué indignación se citan siempre las palabras del ministro estadounidense de Asuntos Exteriores de entonces, Alexander Haig, cuando dijo que la intentona de Tejero era un "asunto interno español" que, en buena medida así era, ya que la amenaza al orden constituido no provenía de una guerra o una invasión exterior
Román Gubern hace un repaso a la producción cinematográfica nacional de la época muy interesante. Es un hombre que domina el tema sin duda alguna y con él otros aspectos de las manifestaciones culturales, como las movidas urbanas o los movimientos de renovación de la música. Me deja algo sorprendido que, en el momento de hablar de las revistas contraculturales cite a El Papus y El víbora pero no Ajoblanco
Hay paralelismos que se prestan a interesante comentario entre los retornos a la escena pública de dos prohombres de los grandes partidos nacionales que llevaban una temporada retirados a los cuarteles de invierno, si bien uno más tiempo que el otro. El primero de todos es que el poder, como el canto de las peligrosas sirenas, tiene un atractivo muy difícil de contrarrestar, máxime si los intrépidos navegantes no toman la precaución de que los amarren al mástil. Ha bastado que se vislumbre en lontananza el cabrilleo de la ruleta de unas elecciones generales para que los dos políticos hayan decidido regresar el uno al solar patrio y el otro directamente a una lista electoral por su querida provincia de Toledo. Maravilla el atractivo del poder, del que todos desconfían y todos buscan con ahínco. Al extremo de que las razones que se esgrimen son como gelatina. La "vida privada" fue la que esgrimió el señor Bono para retirarse; la "vida privada" la que esgrime el señor Rato para retornar. Es verdad que todavía no ha dicho que sea a la política, pero pocos lo dudan. Y ¿qué decir de la vida privada del señor Bono? O es de corto recorrido o incluye el hecho de ser diputado por Toledo y, al parecer, presidente del Congreso de los Diputados. Supongo que el señor Marín estará buscándose un acomodo.
Los paralelismos se rompen al entender el significado de ambos movimientos. Las próximas elecciones van a darse en el territorio del fementido Vellido Dolfos, la traición a la Patria y otras demasías históricamente hispanas. Interesa pues tener cerca al socialista más castizo y nacionalista español (seguramente también se estarán lanzando tejos al huerto extremeño del señor Ibarra) para reforzar esa E de las siglas del PSOE que la derecha (que no la lleva en las suyas) le acusa de haber perdido, de haber vendido, de haber arrojado fuera de sí y pisoteado con saña. El señor Bono diputado y presidente del Congreso es como poner a Agustina de Aragón detrás de los leones de la puerta. Hábil finta del señor Rodríguez Zapatero que así demuestra que controla a su gente y, por tanto, que hay un proyecto único de gobierno, a diferencia del PP, donde reina la polifonía.
El señor Rato no regresa a petición del señor Rajoy y ni siquiera está claro por qué regresa. Pero sí lo está que representa la opción centrada de la derecha española frente a un Rajoy que proyecta una imagen de intransigencia y radicalismo. Esa es exactamente la carátula con que prepara su candidatura el señor Ruiz Gallardón. A su vez, éste está en pugna con la señora Aguirre, que representa el liberalismo más puro en el nuevo sentido que viene adquiriendo este viejo término español que quiere ser hoy sinónimo de integrismo de libre mercado. Así como la vuelta del señor Bono es un acierto para las perspectivas electorales del señor Rodríguez Zapatero, ya es el "hombre de los votos", igual que en ciertas tribus hay un "hombre de la lluvia", la del señor Rato no se sabe qué efecto tendrá en las del señor Rajoy, dado el estado algo tumultuoso en que se encuentra su partido y la muy previsible desorientación de sus votantes centristas. Los descentrados están seguros.
No se crea que voy a lamentar nuestra mala suerte y triste sino, que no ganamos una ni a tiros. Estoy de acuerdo con la UNESCO en que esta votación no tiene valor. Claro que tampoco me parece que si la hiciera la UNESCO sería más válida. Objeto al hecho en sí de elegir "maravillas" del mundo y más en número de siete. ¿Por qué siete? Entre otras cosas debieran ser seis pues, existiendo aún la pirámide de Gizeh, queda una de las maravillas y, por lo tanto, hoy hay ocho o bien una del mundo antiguo y siete del mundo contemporáneo. Pero nos pongamos como nos pongamos, ocho.
Todo el mundo entiende que el valor estético no puede decidirse por mayoría. Pero eso no importa. Lo que importa es que en algún sitio se diga cuáles son las siete maravillas porque así se podrán confeccionar viajes organizados consistentes en recorrer las siete maravillas del mundo. Y las agencias que los organicen se forran. Es curioso que de las siete que han salido (con cien millones de votantes, el 9% de la población china) seis se encuentren en países en desarrollo o de bajo nivel y sólo una sea del siglo XX. A la hora de pensar en "maravillas", la Humanidad se va a siglos pasados, a veces muy pasados. Uno pensaría que hay otro tipo de maravillas más acordes con los sentimientos que pudieran darse en la era industrial y postindustrial. Se me ocurren varias, la Torre Eiffel, que ha sido candidata, el ferrocarril transiberiano, la carretera Panamericana, el canal de Suez, el de Panamá, alguno de esos puentes increibles que hay por el mundo, el chunnel del Canal de la Mancha, el Voyager, etc. Pero tampoco hay que quedarse ahí, faltan muchas otras posibles maravillas, como los leones alados de Nínive, la piedra Rosetta, los guerreros de Xian, la catedral de Milán o la ciudad de San Petersburgo o Venecia. En fin, práctica inútil. La Humanidad ha ido dejando un rastro de maravillas. Porque ¿qué pasa con la música de Mozart o la gran "conurbation" que es el Este de los EEUU, entre Washington y Nueva York?
En realidad, lo que me llamó la atención es que en suelo español estuviera una de las candidatas con mayores posibilidades. No sé si eso se hace a propuesta de los países o por un comité pero, sea como sea, los españoles nos lo hemos tomado a pechos por lo de la negra honrilla nacional. Todos apoyando la Alhambra. Sin duda, sin duda. Pero la Alhambra es un palacio árabe, es arquitectura, escultura, arte musulmán. Puro. Tiene gracia que la nación en cuyo proceso legiferante creen poder intervenir los obispos católicos vaya de premios internacionales con una muestra pura del más sublime arte nazarí. Los obispos católicos ¿no van a decir nada al respecto? Sin duda la nación española se nutre de diversos veneros y uno de ellos es el árabe y/o musulmán. Por eso el enrocamiento de la jerarquía católica está fuera de la realidad.
No me dirán que no es de novela de Raymond Chandler o Dashiel Hammet y hasta de Simenon. Ya está aquí otra vez ETA. Por fas o por nefas ETA ocupa continuamente el centro del escenario. La jueza Le Vert quiere saber qué funcionarios españoles andaban trasteando con los etarras y en dónde. Claro que a la misma jueza le interesará qué tenían que decirse el hombre mano derecha de Mr. Sarkozy cuando era ministro del Interior y ese presunto etarra, señor Iurrebaso.
Nada, nada, un thriller, que se dice ahora. Unos jueces, unos presuntos delincuentes, altos y misteriosos funcionarios, fronteras, mediadores internacionales, aeropuertos. Seguro que alguien se acuerda del capitán Khan en el aeropuerto de Bangkok. ¿O era Kuala Lumpur? El señor Rajoy insiste en que el Gobierno entregue las "actas" de los compadreos con el Gobierno, las "actas de la vergüenza", como ya las ha llamado por ahí algún plumilla con espíritu de novelista por entregas, a lo Ponçon du Terrail. Dice el señor Rajoy que tendría su gracia que los franceses las conocieran antes que los españoles. Al margen de que esta gracia era la que se reía en el régimen de Franco, cuando los españoles se enteraban de lo que pasaba en su país por Radio París, no será el caso ahora probablemente porque la jueza Le Vert no las pedirá. Ella lo que quiere es saber si la condición de negociador aducida por el señor Iurrebaso es cierta o no y, caso de serlo, tendrá que valorar cómo incide eso en la consideración de los muy probables delitos que se le imputen de pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas, falsificación de documento público, sustracción de vehículo, etc, etc. Así que lo más probable es que el señor Rajoy se quede sin las "actas". Compuesto y sin actas.
Al propio tiempo, la policía española asegura que, con las dos últimas detenciones de etarras se ha desarticulado el aparato de falsificación de la organización armada. Es bastante probable. Y también lo es que surja otro en poco tiempo. Esto me lleva a la consideración de un argumento que es muy típico de la izquierda abertzale y que he leído en alguna ocasión en Gara para fundamentar la idea de que la política represiva no acabará con ETA, sino que el fin de ETA sólo se conseguirá mediante el diálogo. En su forma retóricamente más contundente, este argumento dice: supongamos que la policía detiene a todos los etarras, ¿cuánto se cree que tardará en surgir una nueva ETA? Está bien la retórica y aparentemente preocupada pregunta, pero es falaz porque la cuestión no es que no merezca la pena acabar con el crimen porque éste se reproducirá sino que la cuestión es: ¿hay que acabar con el crimen, sí o no? Ahí ya la respuesta suele ser otra y no menos falaz: "Sí, pero con todo él", dando a entender que, si no hay una situación absolutamente libre de crimen, el suyo que no se lo toquen. Ese es el problema que plantea el terrorismo de ETA, que tiene muchos simpatizantes que no se atreven a respaldarlo de modo expreso pero lo hacen de forma subrepticia. Esto es lo que permite al señor Pernando Barrena decir el otro día que el Gobierno debe seguir explorando las posibilidades de diálogo con la banda terrorista. Supongo que él sabe de muy buena tinta que si ésta ha roto el fuego es para subrayar sus muchos deseos de diálogo.