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dilluns, 3 de novembre del 2014

La peste de la corrupción y la banda de ladrones.


Aquí el programa Enfoque, de HispanTV para América Latina en el que interviene servidor para hablar de la corrupción en España. Tiene gracia: con las televisiones y radios cerradas a cal y canto, en España no me dejan hablar ni siquiera los que van de progres. Lo hago por las TVs y radios del nuevo mundo. En cuanto a escribir, por fortuna no pueden prohibir los blogs... al menos, de momento.
Eso, obviamente, forma parte de la corrupción. Es el bloqueo a toda crítica independiente y que no sea la pactada y admitida. 

Por cierto, el programa de Joaquín Mulén, excelente.

dijous, 9 d’octubre del 2014

Gran Hermana te vigila.


Antes de leer este post, y por si alguien lo juzga exagerado, conviene echar una ojeada a una breve pero tremenda pieza de PR Noticias, titulada Soraya asegura a Mariano Rajoy que ‘todos los diarios están controlados’ incluyendo a ‘El País.

Estoy convencido de que el presidente del gobierno no ha perdido un minuto de su vida en acercarse a la centenaria tradición de estudios e investigaciones sobre la importancia de los medios de comunicación, lo cual es lógico, teniendo en cuenta que la única lectura que se le conoce es el Marca. Pero tiene un conocimiento intuitivo de la esencia comunicacional de su tiempo. Su procedencia de una pequeña ciudad de provincias como Pontevedra en donde, probablemente, todo el mundo, al menos el mundo de buena estirpe, se conoce, y sus rasgos caracteriológicos abundantemente expuestos en sus tres años de gobierno, lo avalan como un extraordinario jugador en el resbaladizo terreno de la opinión pública y la comunicación; como un superviviente nato; un verdadero killer. Su carrera, cierto que pausada, hasta la jefatura de los conservadores españoles, dejando detrás un reguero de cadáveres políticos, al igual que su permanencia como presidente del gobierno en contravención de todo el saber convencional sobre las relaciones entre políticos y medios en una sociedad democrática, son prueba de un caso muy digno de consideración.

La abundantes anécdotas que jalonan una presidencia pintoresca son pinceladas de un modo de entender la política que es fácil interpretar erróneamente como carencias del personaje. En realidad dibujan un plan deliberado y sistemáticamente seguido. La relación de Rajoy con los medios es la del ausente. No hay declaraciones, ni comparecencias, ni ruedas de prensa. Hay plasma, silencio y quites a cargo de sus ministros, particularmente su vicepresidenta. No hay un discurso público coherente, ni explicaciones de género alguno, sino un ritornello cansino sobre una recuperación inexistente. Rajoy se declara partidario de la transparencia y el diálogo porque es lo que le han dicho que debe decirse. Pero para él, la política es una actividad secreta, de la que no se da cuenta y se envuelve en vaguedades y embustes, en la presentación de un país Potemkin. Aquí da todo igual. El gobierno es una máquina de hacer chapuzas, disparates, enfrentar a la gente y mentir. La corrupción no se persigue quizá porque ya no queden instancias para hacerlo. El país se hunde cada vez más en el marasmo. Su posición internacional es deleznable. Todo igual. Lo importante es lo que se comunica y, para eso, la orden es tajante: hay que controlar todos los medios de comunicación. Y todos quiere decir todos. La sumisión de la prensa de Madrid, con matices, es absoluta. ABC y La Razón, considerando que algo así sea un periódico, por devoción y El País y El Mundo por obligación, todos los diarios de la capital están al servicio del gobierno. En Cataluña este se ha hecho ya con La Vanguardia y tiene cerco puesto a El periódico.

La inauguración de la edición catalana de elpaís.es, en la que Cebrián lució catalán e ideario ilustrado a la hora de traer a los díscolos al redil nacional, estuvo presidida por Soraya Sáenz de Santamaría. Por si había alguna duda de a quién corresponde atraíllar a los diarios. Todos quietos y a marcar el paso. Estamos ya en año electoral y es imprescindible que la gente se convenza de que la verdad es el Potemkin que le relatan los medios y no lo que ve en la vida diaria. Es un retorno a aquel famoso dicho del franquismo frente a quienes hablaban de cosas desagradables: "menos viajar y más leer el Informaciones". Hoy igual: menos fisgar por ahí y más leer ELPais-El Mundo-ABC-LaRazón, el frente de la verdad neoliberal a la par que nacionalcatólica. A buenas horas iba Rajoy a permitir que Sáenz de Santamaría fuera alcaldesa de Madrid cuando la tiene de passepartout en La Moncloa, de cabo furriel, Torquemada, vigía, gran hermana orwelliana, maquiavela del partido y catavenenos del Jefe.

Con la prensa en un puño, el gobierno se asegura también el audiovisual. Las empresas privadas sometidas merced a la política de licencias, subvenciones y otras formas presión que la vicepresidenta maneja con la frialdad y falta de escrúpulos que ha aprendido de su maestro. Las públicas, convertidas en aparatos de agitprop y pobladas de comisarios políticos, intelectuales y comunicadores orgánicos a sueldo. Con todo bajo control, Rajoy y los suyos tienen un año para convencer al electorado de que solo ellos tienen la llave del éxito frente al riesgo que suponen todos los demás; que lo que ha pasado no ha pasado o ha sido culpa de otros; que lo que va a pasar será el retorno de la prosperidad, la abundancia y la felicidad; y que, mientras tanto, el gobierno no roba, no protege a los corruptos, no hace chapuza tras chapuza y trabaja round the clock..

La conclusión parece obvia. En un sistema formalmente democrático pero materialmente dictatorial, con toda la comunicación secuestrada y la vigilancia omnipresente de la Gran Hermana y sus policías del pensamiento y obra el gobierno tiene las elecciones ganadas. Sin embargo, no tenemos pruebas concluyentes de que el monopolio informativo, la censura, la manipulación, el embuste institucionalizado rindan tales frutos. Hay numerosos casos en que la población ha votado en sentido contrario a la machacona propaganda del gobierno.

Esa es la esperanza aquí, alimentada, además por el hecho de que, según parece, la función crítica de la información y la comunicación se ha mudado al ciberespacio, al ámbito dígital, a los medios online y las redes sociales. Aunque el gobierno de la derecha trate de interferir en esta jurisdicción, según su talante autoritario, censor y represor, llega tarde. La libertad de expresión se expande a gran velocidad, configura el núcleo de la oposición a un sistema corrupto e inicuo, pone de relieve los rasgos de una política basada en el engaño, el latrocinio, la incompetencia y la fabulación de relatos, y articula los mecanismos nuevos de oposición que están dando forma a movilizaciones sociales que el sistema en su conjunto, el poder y el aparente contrapoder de la oposición institucional no saben cómo contrarrestar.


((La imagen es una foto de Wikimedia Commons, con licencia Creative Commons).

dilluns, 29 de setembre del 2014

No pasa nada.


Convencido de la urgencia del momento y cumpliendo los deseos del gobierno, el Consejo de Estado dictaminó ayer que el decreto de convocatoria de la consulta catalana es inconstitucional y quizá también la ley de consultas y que, por lo tanto, el gobierno hace muy bien en recurrirlos ante el Tribunal Constitucional. Más o menos lo esperado. El Consejo de Estado es un órgano de rancia prosapia cuyos orígenes rastrean algunos hasta Carlos V y tiene hoy una composición abrumadoramente conservadora. Está presidido por un hombre que fue leal servidor de la dictadura de Franco y luego no menos leal colaborador de Fraga Iribarne, que era como seguir siéndolo del dictador por persona interpuesta. Sus miembros, de diversas procedencias, son de orientación conservadora cuando no reaccionaria. Lo extraordinario sería que este personal abrigara una visión del problema simpatizante con el derecho de autodeterminación. Como su dictamen es preceptivo pero no vinculante, nadie le concede mucha importancia. Pero tiene un valor simbólico y llena de razón al gobierno.

Este pone hoy en marcha la pesada maquinaria legal para impedir la consulta. Se reúne en consejo extraordinario para trasladar el problema al Tribunal Constitucional. Cuenta con que este suspenderá la norma recurrida y dejará sin efecto el decreto de convocatoria. Tan seguro está que algunos gobernantes no se han recatado en predecirlo, dando una impresión bastante pobre respecto a la separación de los poderes ejecutivo y judicial. Obviamente, lo que está haciendo es transfiriendo un problema político a un ámbito judicial o parajudicial, cuenta habida del carácter del Tribunal Constitucional. En el caso del presidente del gobierno es conocida querencia. Lo propiamente suyo es quitarse de encima los problemas: cuando la firma del decreto se escondió detrás de su vicepresidenta y ahora con el recurso, se esconde detrás del Tribunal Constitucional para impedir la consulta. Convierte un problema político en un problema de legalidad y esconde la mano.

La cuestión parece ser ¿qué hará la Generalitat si el Tribunal, en efecto, suspende? ¿Respetará la legalidad o la romperá? Armada con esta pregunta y casi solo con esta pregunta, como si fuera un arma de repetición, entrevistó ayer Ana Pastor a Artur Mas en la Sexta. El entrevistado respondió con mucha habilidad a una cuestión que, obviamente, pretendía comprometerlo y la entrevistadora insistió e insistió tratando de contrarrestar esa habilidad, consistente, sencillamente en decir que, si el Tribunal Constitucional mantenía la suspensión, él consultaría con sus socios y adoptaría la decisión que se tomara colectivamente. No era lo que Pastor quería oírle decir; ella hubiera preferido que Mas, como suele llamarlo con cierta frivolidad, "se mojara", sin calibrar muy bien el coste de ese "mojarse"; aunque no es difícil comprender la que podría organizarse si un presidente de la Generalitat dijera: "sí, señora, actuaremos en contra de la ley". En verdad, es sorprendente.

Y no es lo único sorprendente. La entrevista merece un pequeño comentario, sobre todo porque levantó fuego en twitter. La periodista, que es competente, veterana, rápida y no se arredra, desembarcó en el palacio de la Generalitat con una actitud muy española de "vamos a ver si son verdad esas cosas que se dicen en el foro sobre los catalanes". Traía "esas cosas" muy apuntadas; las complementaba con datos bien documentados y, en general, dañinos para la Generalitat y, para calentarse intercaló antes de la entrevista sendas conversaciones con dos colegas, Sardá y Otero, buenos profesionales, pero ambiguos en sus apreciaciones. La amarga observación de Otero de que lo primero que se bombardea en una guerra son los puentes no es interesante por lo que dice, sino por el contexto que presupone: la guerra. Igual que ese recurrente temor de "ojo con lo que dices aquí o allí porque puede traerte problemas".
 
Lo que no se cuestionó la entrevistadora en ningún momento era que las preguntas respondían todas a una visión española, unilateral, del conflicto, sin la virulencia del nacionalismo español tradicional, pero con una coincidencia llamativa en los contenidos. En general, una visión del contencioso España-Cataluña como si hubiera surgido ayer y se debiera a los caprichos de los políticos catalanes, cuando no a un intento de esconder sus fechorías ondeando la cuatribarrada. Algo cocinado en los pasillos de las instituciones, las alianzas electorales, los tejemanejes de los partidos. Ausentes por completo, al punto de no mencionarse, el sentimiento nacional y el apoyo masivo que ese sentimiento nacional tiene en la sociedad catalana en proceso de movilización hace ya tres años.  Estos eran temas de Mas pero no de Pastor que los ignoraba.

Precisamente porque la entrevista era tan de parte, Mas tuvo la oportunidad de exponer su discurso ante una amplia audiencia española a la que normalmente no le llega, pues solo accede a los relatos cocinados por los medios nacionalespañoles, que son todos. Y la aprovechó muy bien. Expuso los argumentos catalanistas de forma clara y subrayó varias veces que, del otro lado, del del gobierno central, no había más que negativas o silencio. En esta perspectiva, esto es, dar a conocer en España que los soberanistas catalanes no son unos nazis o unos locos peligrosos, o unos chulos prepotentes atiespañoles, la entrevista fue un gran éxito.
 
Desde otro ya no tanto. Como suele pasar a los españoles, Pastor no dominaba el territorio en el que quería poner en aprietos a Mas y si su insistencia en pillarlo en un renuncio de legalidad se estrelló contra la habilidad de la respuesta, su falta de fondo se echó de ver en el conocimiento del pasado. La mención de Mas de que él era presidente de una institución con 650 años, la dejó descolocada. Sin embargo hubiera venido al dedillo preguntar a Mas de dónde deriva él la legitimidad de su cargo, si de la Generalitat, órgano medieval o de la Constitución de 1978, como sostiene la vicepresidenta del gobierno, otra que confunde legalidad y legitimidad.
 
 Su acendrado españolismo no dictó a Pastor ni una sola pregunta que no fuera dirigida a cuestionar el proceso soberanista, pidiendo a Mas reiteradamente alguna autocrítica, pero sin formular ni una sola a la actitud del gobierno central; sin mencionarlo siquiera. Al contrario, tratando de sacar de campo la figura de Alicia Sánchez-Camacho a la que Mas quería afear su incumplimiento de la ley argumentando que se trataba de un "y tú más". En realidad perdió tanto los papeles que ni siquiera tuvo la gentileza -y la astucia- de preguntar a Mas si, aprovechando la ocasión, tenía algún mensaje que dirigir a Rajoy.  No sé lo que hubiera contestado Mas pero, si hubiera sido Palinuro, estoy seguro de que su mensaje habría sido que Rajoy recibiera a Ana Pastor en La Moncloa y le concediera una entrevista como la suya. Para que la gente pudiera comparar.
 
Me quedo con una expresión de Mas sumamente esclarecedora: si se vota "no pasa nada".

(La imagen es una captura del vídeo de la 6ª con la entrevista de Ana Pastor a Artur Mas).

dimarts, 23 de setembre del 2014

Llegan los federales.


No es el séptimo de caballería, pero se da un aire. Aquel aparecía en el momento en que los colonos y sus familias, refugiados en el fuerte asediado por los indios, iban a ser masacrados. Sonaba el clarín, se iniciaba la carga y los atacantes huían despavoridos. Actualmente son los federales quienes se hacen cargo de la lucha contra el crimen allí donde las autoridades del Estado están desbordadas. ¿Tan mal está la situación?


La crisis ha golpeado duramente la economía y la cohesión social. Los indicadores de desigualdad y pobreza se han disparado. Ha aparecido una movilización social, cristalizada en ejemplos como Democracia Real, el 15-M y, últimamente, Podemos, que pretende replantear de modo radical la gestión económica y social de este desastre. El radicalismo siempre asusta, pero la clase dominante, el capital, la Iglesia, cree saber que, inserta como está en Europa, España no determina su política económica y, por lo tanto, serán los dioses de los mercados quienes marquen los límites a estos jóvenes ilusos. En el terreno exterior España no es soberana, lo cual tranquiliza mucho a los conservadores, que van por ahí, sin embargo, presumiendo de soberanía, liderazgo europeo y de ser una "gran nación".

La soberanía, esa que la Contitución atribuye al pueblo, se ejerce hacia el interior. Y no todo porque se excluyen Portugal y Gibraltar, llaga permanente del nacionalismo español. En uso de esa parca soberanía se espera que España resuelva como pueda la endemoniada cuestión catalana. Esta pone en jaque la tal soberanía al prever la posibilidad de que una parte del territorio español se declare en rebeldía. Habría que ver si no se producirán amagos de intervención exterior que recibirán, claro es, otro nombre. España espera la solidaridad de los demás Estados europeos en su preservación de la integridad territorial y todo lo que recibe es un ejemplo absolutamente contrario a sus intereses en el caso de Inglaterra. Mala suerte y leyenda negra.

Junto a los aspectos económico-sociales de la crisis los de la organización territorial del Estado, amenazado, incluso, de una Declaración Unilateral de Independencia. De pronto, esta cuestión se sitúa en el proscenio. Llevaban años minimizándola, ignorándola, sin entenderla y ahora les ha estallado en el rostro. Y era un problema de Estado; de constitución del Estado. Todavía en 2012, Rajoy llamaba a la Diada algarabía, mostrando fina percepción y gran entendimiento. Así ahora todos hablan de reformar la Constitución. Ni el PP hace ascos a la idea, si bien ha de tratarse de una reforma tasada y escueta. Para los conservadores, la reforma federal propuesta por Pedro Sánchez en "El País", en realidad es una novación constitucional y a tanto no llegan ellos ni de broma. Pues sí, el federalismo requeriría una revisión profunda de la Constitución, total, como la llama el propio texto (art. 168). ¿Y qué otra cosa puede ser una "revisión total" sino otra Constitución? Por eso mismo se propone con frecuencia un proceso constituyente, sobre todo en la izquierda y en ciertos nacionalismos, aunque con otro alcance.

En realidad, el desconcierto es absoluto. Siempre que se tocan los cimientos de una casa hay riesgo de derrumbe, lo que más temen los habitantes del inmueble. A todo ello debe añadirse la persistencia de la corrupción que, a fuer de generalizada, no abandona los noticiarios, cuando no es porque el delincuente Fabra elude de momento la cárcel a la espera de un indulto del gobierno de su partido, es porque el caso Gürtel podría ser juzgado por una magistrada perfectamente recurrible. Este desprestigio de la honorabilidad de los gobernantes, corroe su escasa legitimidad a la hora de adoptar decisiones públicas.

El próximo capitulo en la confrontación política será el de las elecciones municipales y autonómicas. El resultado de las pasadas europeas hace pensar que las locales puedan tener uno explosivo. Se trata de saber si la tendencia al fin del bipartidismo allí apuntada, se mantiene y/o amplía ahora. Si se mantiene, el PSOE podría vivir horas aun más bajas, con ecos del PASOK y malos augurios para la candidatura de Sánchez a La Moncloa. Si se rompe por cuanto, por ejemplo, el voto en elecciones europeas guarda relación negativa con las internas, retornaremos a una situación de bipartidismo más o menos modificado, con Podemos ocupando el lugar de IU con más apoyos pero también un techo claro.

En medio de este temporal, surge la figura de Pedro Sánchez con evidente propósito y mandato de recuperar el músculo perdido del PSOE. Y lo hace en el estilo Podemos, esto es, multiplicando sus apariciones públicas, solo limitadas por carecer del don de la ubicuidad, como buen mortal, aunque le anda cerca. Raro es el día en que Sánchez no nos habla desde una radio, una televisión o un periódico. Casi parece dominado por una verborrea incontenible. Pero su línea de comunicación es consistente y muy clara: hablar mucho, muy seguido, en todas partes, pillar cámara y, en su defecto, micrófono, pero insistir siempre en dos ejes: la panacea federal y la equidistancia entre el radicalismo populista de Podemos y el conservador, pero también radicalismo, del PP. La opción centrista es el radiante y confuso grial que se divisa entre las glorias del triunfo. El PSOE quiere ser el "partido de izquierda que atrae al centro"; incluso, porqué no, el centro derecha. Así el PSOE se construye con tres tercios: un tercio de centro derecha, otro de centro centro y otro de centro izquierda. Aporías aparte, el centro.

La larga connivencia de los dos partidos dinásticos hace que haya menos distancia entre el PSOE y el PP que entre el PSOE y Podemos. Los dos primeros comparten el respeto por la Monarquía, grosso modo también la actitud frente a la Iglesia y en cierta medida el acuerdo con el consenso de Berlín. Frente a un Podemos que es ambiguo en relación con la Monarquía y la Iglesia, pero propugna la ruptura del consenso de Berlín o de Bruselas, que viene a ser lo mismo. Por eso el PSOE ataca menos al PP y hasta le ofrece "pactos de Estado", con ánimo de resaltar su voluntad cívica mientras que se enfrenta cerradamente a Podemos, con quien no quiere saber nada y al que tacha de populista.

Hasta ahora Sánchez no ha respondido al reto de Iglesias a debatir en la tele. Obviamente, está pensándoselo. Hace bien porque se juega mucho. Hay ante todo una cuestión de ceremonial, protocolo y jerarquía. Sánchez es alternativa de gobierno y debate con su igual, el presidente en el cargo. No lo hace con un recién llegado, aunque sea una revelación. Además, pensará Sánchez, un político de convicciones no debate con un populista por la misma razón por la que un caballero no justa con un villano.

Pero no aceptar un reto televisivo en la era mediática es siempre un error. Máxime cuando Rajoy no está dispuesto a debatir con Sánchez ni por todos los Bárcenas del mundo. Así que el socialista se queda en dique seco, mientras Iglesias luce su cabellera en Fort Apache. Y la presencia mediática es esencial en darse a conocer a los posibles votantes y ganarse su confianza. Es obvio que el PSOE tiene la sangría por la izquierda. La obsesión de Sánchez será radicalizar la palabra y moderar el hecho mientras que la de Podemos es la inversa: moderar la palabra y radicalizar el hecho.

Por eso chocan y por eso es interés del PSOE marcar claramente los límites. Le va en ello la hegemonía en la izquierda y su condición de partido de gobierno. Si no lo hace con sabiduría y buen tino, la carga será, sí, de caballería, pero de la caballería ligera y terminará como ella.

dimecres, 5 de març del 2014

La devaluación interna como política.



Los señores del canal Hispantv invitaron a Palinuro en directo a un interesante diálogo con Caridad García Álvarez, diputada de IU en el Congreso, en el programa Enfoque. Trataba la charla de la pobreza y la desigualdad en España. Dejo el vídeo por si alguien quiere verlo. Palinuro expuso su punto de vista al respecto, consistente en señalar que la pobreza (y la consiguiente desigualdad, en la que parece somos campeones en Europa) no es un dato caído del cielo como el índice de pluviosidad, sino que es la consecuencia querida de una política deliberada del gobierno. La idea responde al patrón de la banca, los empresarios, los organismos financieros internacionales, la Unión Europea, que Rajoy aplica a rajatabla, consistente en sostener que se sale de la crisis aumentando la productividad y que esta lo hará bajando los salarios y, en general la renta de la gente a base de reducir el gasto público (subvenciones, servicios sociales, pensiones, prestaciones de todo tipo), es decir, de empobrecer el país. Una devaluación interna ya que no se puede hacer externa. Pero que solo afecta a las rentas del trabajo y no a los beneficios de las empresas o los de capital que, al contrario, se han reanimado inyectándo dinero público procedente de esos recortes.

Esa es la política real, deliberada, del gobierno. Luego está lo que dice ya en año electoral: los sacrificios dan frutos y estamos saliendo de la crisis; luz al final del túnel, etc. Pero esas declaraciones chocan con la percepción directa de la ciudadanía de que las cosas no mejoran; al contrario, empeoran. Rajoy insiste en la tecla, amontona datos (en los que escasa gente confía) y se niega a hablar de otros asuntos que, sin embargo, tienen una importancia capital a la hora de medir su crédito, como la corrupción. La confianza popular en el gobierno es cero. Entre otras cosas porque el razonamiento es muy sencillo: alguien que hace dos años mintió al país entero con un programa electoral que incumplió para ganar las elecciones, no se arredrará de volver a mentir para mantenerse en el poder. Sin duda, ahora ya no son promesas sino datos estadísticos fríos y duros. Sí pero es muy fuerte y cada vez más extendida la idea de que el gobierno también manipula las estadísticas. En este estupendo artículo, Carlos Elordi avisa, además, de que, controlando el gobierno como controla prácticamente todos los medios de comunicación, audiovisuales y prensa de papel, puede que parte de esa propaganda cale. Elordi menciona a Goebbels. Algo de eso hay.

dilluns, 24 de febrer del 2014

Menudo follón el del Follonero.

¡Qué golpe a los principios de la Transición y la Antitransición! Pasado el primer sofoco, muchos se acordaron de Welles y la guerra de los mundos. Es una comparación que eleva a Évole al pináculo de la genialidad. Con justicia, desde luego. El genio no deja a nadie indiferente. Ayer había gente que bramaba en Twitter. Otra aplaudía a más no poder. Reacciones normales en quienes se sienten víctimas de una inocentada porque se la toman como algo personal.

Lo decisivo aquí es que Operación Palace fuera tan verosímil y encontrara una audiencia tan crédula. Suele decirse que no se sabe todo (algunos sostienen que, en realidad, no se sabe nada) del 23-F. ¿Por qué no iba a haber sido una farsa? Al fin y al cabo, lo fue, aunque impremeditada. Esa reunión de todos los políticos de entonces con el general Gutiérrez Mellado y el inevitable Sabino Fernández Campo en la que se fraguó el golpe antigolpe es extraña. Pero también lo es la que se produjo en realidad entre el socialista Mújica y el general Armada un poco antes del golpe. Lo inverosímil no es la reunión, sino la decisión que se toma: inventar el golpe vacuna antigolpe. Demasiado brillante para nuestros dirigentes.

Un punto de arranque le daba una verosimilitud añadida, a tono con el imaginario colectivo: por fin, una explicación de la hasta ahora inexplicable dimisión de Suárez.

La historia pecaba de exceso de perfección. Los políticos y periodistas que la narraban no eran igual de convincentes y algunos francamente malos interpretando. Pero, sobre todo, había un escalón insalvable desde el principio: de todos los entrevistados, personajes públicos de elevado narcisismo en muchos casos y con una incurable afición a hablar de lo que saben y lo que oyen, ¿todos guardaron celoso secreto durante 33 años? ¿Hasta el catedrático de historia contemporánea, faltando clamorosamente a su profesión? No obstante, muchos la dieron por buena y, cuando ya fue evidente, empezaron a borrar tweets como locos, por pasarse de listos. Sin embargo, es comprensible: el golpe del 23-F fue tal desastre que podía haber sido preparado para fracasar.

Luego empezaron los ataques a Évole: lo que se hace por conseguir audiencia, falta de respeto a diversas cuestiones consideradas sacrosantas (la angustia de los partícipes, la de la población en general), trivialización de cosas serias, inconfesable intento de lavar la cara a la monarquía, justificación de la impresentable transición. No le quedó un hueso sano al periodista. Lo mantearon a modo al consabido grito de todos tenemos sentido del humor pero te has pasado veinte pueblos, amigo. Hay cosas con las que no se juega. Es más o menos el club de los creyentes en la blasfemia.

A los demás les preocupa lo que dijo después: Seguramente otras veces les han mentido y nadie se lo ha dicho. Muy probable, muy probable. Si el personal se traga esta rueda de molino, ¿qué sucede con los rodamientos de rodillos que colocan todos los días los medios, especialmente los gubernamentales, que son casi todos?

Un follón el que ha montado el Follonero. Y el toque final de la misteriosa caja blanca corona el pastel. De misterio, nada, es la caja negra de la Corona que, por ser la Corona, es blanca.

(La imagen es una foto de Dovidena del Campo, con licencia Creative Commons).

dimarts, 18 de febrer del 2014

Cierra la Transición.

Al parecer, hoy está previsto que los barandas de El País den el puntapié hacia arriba al dire, Javier Moreno. Otro paso más en el proceso de desintegración del legado de un otrora gran periódico. La crisis de la prensa, que no es de la escrita (pues la digital también es escrita) sino de la de papel; la incompetencia de los gestores de una empresa que Polanco (llamado "Jesús del Gran Poder") sacó de la nada y a la que aquellos quieren devolverla; la deriva derechista de un medio que siempre fue mal que bien de centro; el oportunismo político y la codicia de su principal responsable; la pérdida de calidad periodística; los despidos en masa y el maltrato al personal restante. Todo apunta en la misma dirección que la destitución de Moreno. Y eso que este, de grado o por fuerza, había mostrado su disposición a hacer lo que se le dijera, desde poner a la gente en la calle hasta censurar contenidos o defender al gobierno. La prueba esa infame portada de ayer, magistralmente analizada por Íñigo Sáenz de Ugarte en una entrada en su blog Guerra eterna, alojado en eldiario.es, titulada Hoy es un gran día para el ministerio del Interior.

No es bastante. El gobierno quiere directores serviciales, periódicos sumisos, cuando no ditirámbicos, como La Razón o el ABC. Por eso saltó Pedro J. y por eso Cebrián le entrega El País, poniéndose él muy a salvo antes de nada, con el riñón bien forrado. Ya lo comentamos ayer en La pastuqui todo lo salva. Hoy añadimos la metáfora del barco a pique. La nave se hunde, pero el primero que se salva es el capitán. Ejemplar.

Y hay mucho más. El País es casi sinónimo de Transición, motivo de permanentes y agrias polémicas. Esta quiso ser el definitivo paso de España hacia la modernidad, el triunfo final del programa regeneracionista, la "normalización", el retorno a una Europa perdida doscientos años antes. Y el faro de este grandioso empeño colectivo había de ser El País. Con su giro de las nuevas mayorías (según el presunto nuevo director, Caño), el diario pone punto final a la Transición retornando al de partida, entregándose a un gobierno quintaesencia del más sórdido nacionalcatolicismo tradicional, deslegitimado, acosado por la corrupción de su partido, caciquil, arbitrario, autoritario e incompetente. Un gobierno para el que el modelo de medio de comunicación es el NO-DO. Un gobierno que pretende regir el país a la vieja usanza de la derecha, con el engaño, la censura y la represión. 

Quien hizo la transición, la deshizo. En parte importante, desde luego, el mismo periódico. 

Pero no las mismas personas.

dilluns, 17 de febrer del 2014

La pastuqui todo lo salva.

Al visitar la basílica de Santa María de los Ángeles, en Asís, el peregrino sabe que en su interior encontrará la porciúncula, lugar sagrado para los franciscanos porque en él vivió su fundador y de allí salió la orden de los hermanos menores. Sabe también que, al visitar la supuesta celda del santo, la encontrará luminosa y limpia, con un tosco lecho y una silla y mesa no menos toscas. Sobre la mesa, una jarra de agua y una libra de pan casi tan tosco como todo lo demás. Y una advertencia por escrito que lo invita a quedarse cuanto tiempo desee con dos condiciones: aceptar la regla del cenobio y, al marcharse, dejar la celda como la encontró. Al margen de otras consideraciones, llama la atención que se inste a dejarla como estaba; no mejor, sino como estaba. Es una admonición llena de enseñanzas.

Es una parábola de la vida: sigue las reglas de la comunidad y, al marcharte, deja el mundo como lo encontraste. No mejor pero, por las llagas de Francisco, no peor. No peor. Eres libre de querer mejorarlo pero, por favor, no lo empeores. No lo hagas más sucio, brutal, inhumano, falso y odioso de lo que ya es.

¿Cómo piensan dejar el mundo Rajoy y Cebrián? No cuando mueran, cosa que deseo les suceda lo más tarde posible, sino cuando salgan de los cargos o puestos de poder que detentan y desde los cuales causan un gran impacto en la sociedad, el primero en la política y el segundo en la comunicación que, a la postre, también es política. Si creen que, gracias a ellos, se mantienen pautas colectivas decentes, si la vida pública es el ámbito de la libertad, el respeto, la tolerancia, la honradez y la verdad o si, por el contrario, la han empozoñado hundiéndola en la falta de respeto, la intolerancia, la granujería, y la mentira. Y me contesto de inmediato: lo segundo, sin duda. Tanto el uno como el otro personifican modelos prepotentes, censores, embusteros y, sobre todo, codiciosos. La codicia, el afán de dinero, la pastuqui, parece estar en la base de estos comportamientos y generar en torno suyo el correspondiente clima de servilismo y falsedad.

Preguntado por enésima vez Rajoy (para su gran vergüenza, si vergüenza tuviera este payo) si ha cobrado sobresueldos, el Gobierno dice haber desmentido ya "con toda rotundidad" que cobrara sobresueldos. Falso. Tan falso como la no menos rotunda (y reiterada) afirmación de Rajoy de que sobre ese tema ya lo ha dicho todo. También falso. Ha dicho que no ha cobrado sobresueldos en dinero negro pero, que yo sepa, acepta haberlos cobrado por distintos conceptos. El color del dinero lo determinarán los jueces; pero el dinero se cobró; los sobresueldos se cobraron. Ya se verá si es legal o no. Pero es inmoral. Es inmoral que el PP aparezca como una máquina de repartir sobresueldos entre sus agraciados. La pertenencia a un partido -que debiera ser algo desinteresado, movido por la voluntad de servicio público- se convierte en un modo de vida cómoda, sin dar palo al agua, con todo género de bicocas y abundantes sobresueldos. Una forma de hacer carrera sin más esfuerzo que apretar un botón de vez en cuando y mil posibilidades -que suelen convertirse en realidades- de saquear el erario público. Un partido semejante a una asociación de malhechores.

Aznar, el iniciador de estas prácticas, suele ponerse bravucón y amenaza con querellarse contra todo quisque cuando se le relaciona con ellas. Sin embargo ahí está la crónica de El País afirmando que el PP pagó sobresueldos a Aznar cuando era presidente del Gobierno mientras recordaba que la entonces vigente Ley de Incompatibilidades lo prohibía. Las prometidas querellas aznarinas han quedado en nada. De nuevo la legalidad o ilegalidad es irrelevante. Lo decisivo es la moralidad y hasta la elegancia. Esos cobros serán legales o serán ilegales y habrán prescrito, pero no son de recibo. Quien haya cobrado los famosos sobresueldos no debiera ejercer cargos públicos ni andar por ahí sermoneando al vecindario.

Esa es la cuestión, la codicia sistemática que revela ese sistemático recurso a los sobresueldos, convirtiendo la política en un verdadero lodazal. El gobierno no ha desmentido nada; como no lo ha hecho Rajoy. Al contrario, sigue siendo un presidente supuesto perceptor de sobresueldos que, además, ha tolerado (quizá fomentado) la generalización de esa corruptela. Y en un estado de permanente ocultación. A estas alturas, la ciudadanía aún no sabe con seguridad cuánto ha venido cobrando al mes Mariano Rajoy los últimos años. Como tampoco sabe a cuánto asciende la fortuna del Rey ni en dónde está. Es la codicia que todo lo embadurna. Es la herencia de Rajoy. El país que deja, gobernado mediante la represión, la mentira y el saqueo, es más sucio, corrupto e inmoral que el que recibió. Mucho más. Gracias a él.

Y es también la herencia de Cebrián. Otro caso de codicia ciega. Al parecer por un error típicamente informático, se han hecho públicos sus planes para El País a muy corto plazo. De un lado, cambiar al director y a su equipo y, por otro, derechizarlo. ¿Más? Preguntará alarmado el lector de buena fe, según el cual El País es un periódico serio de centro-izquierda. ¿Más? Si ya defiende cerradamente las fábulas que recita el gobierno diciendo que habla de política económica. Sí, más. El País claramente al servicio de la derecha para pasar después la bandeja, como los otros diarios del movimiento.

Recuerdo haber leído hace años a Cebrián que un periódico debía ser un negocio saneado para no depender económicamente de nadie, ni de las arbitrariedades de los gobiernos, para conservar su independencia. Muy cierto, pensaba ya también, pues la independencia es la base del prestigio y el crédito. La única sobre la que cabe montar un negocio digno, independiente del poder, con unos clientes lectores con capacidad crítica, autonomía de juicio y sensibles a la independencia del medio. Eso es, por lo menos, lo que Cebrián debiera dejar al irse, como el peregrino de la Porciúncula.

Pero ¿qué deja? Ahora que el diario, el grupo, es una ruina, con una deuda impagable de miles de millones de euros, ¿cómo se lee aquel acertadísimo discurso? Dejemos de lado la melancólica historia de cómo un periódico, obra cumbre de un empresario de genio, Polanco,  determinante en momentos cruciales de la historia del país por su prestigio, se vende ahora de saldo a un gobierno cuyo respeto por la libertad de información y expresión es inexistente. Es el sempiterno relato del fracaso de los segundones que malbaratan la obra de los pioneros. Pero Cebrián ha hecho algo más que arruinar una empresa que recibió boyante. Él se ha puesto a salvo personalmente; con él sí ha seguido a rajatabla la doctrina del negocio saneado pues se ha asignado una retribución personal tan disparatada para una empresa en quiebra práctica que casi resulta increíble. Puedo estar equivocado pero no creo haber visto desmentido alguno respecto a esa cantidad de un millón de euros mensuales. Sin duda es perfectamente lícito porque las empresas privadas hacen con su dinero lo que quieren quienes mandan. Pero, la verdad, es vergonzoso cuando se pone en la calle a gente que cobra mil veces menos.La desigualdad exagerada, injusta, es tan odiosa mirada desde abajo como mirada desde arriba. O debiera serlo.

¿Creían ustedes que la información como empresa responde a factores distintos a los negocios agropecuarios o del textil? ¿Que influye sobre la interacción social con pautas morales? ¿Que anima debates sobre formas alternativas de organizar el bien común? Son ustedes unos ilusos. La única regla es la maximización del beneficio, con una sub-regla para cuando vienen mal dadas: coge la pastuqui y corre. Pura codicia. La herencia de Cebrián al frente de El País es un país más inmoral, sucio, insolidario en el que no importa nada la verdad ni la libertad de expresión ni el derecho a la información, sino la cuenta de resultados. Especialmente para el bolsillo propio.

(La imagen es una foto de La Moncloa según su aviso legal).

dissabte, 15 de febrer del 2014

Mordaza o mortaja.

Realmente, esto está adquiriendo tintes siniestros. La Unión Europea, la Comisión, amenaza con sancionar a España por usar pelotas de goma. Ángeles del Señor estos comisarios europeos. Sancionan por haber usado pelotas de goma. No porque hayan muerto catorce personas con la presunta ayuda de las autoridades españolas o, cuando menos, quizá, su inhibición criminal. Ángeles del Señor, digo. No parecen haberse enterado de que la policía emplea pelotas de goma contra los ciudadanos españoles dentro de las fronteras. Son varias las personas que han quedado mutiladas. Pero no hubo amenazas de sanciones. ¿Será porque a la Comisión le importan tan poco los ciudadanos españoles como al gobierno, sañudamente aplicado a perseguirlos, reprimirlos, multarlos, apalearlos y detenerlos?

Y acallarlos. Aunque se quiera dejar la cosa en un asunto de exceso de celo de las fuerzas de seguridad (razón por la cual, obviamente, aquí no dimite nadie), la barbarie de Ceuta ha tenido la virtud de dibujar la alternativa, la opción que las autoridades ofrecen a la población: la mortaja o la mordaza. La política de la mortaja ha quedado patente. La cantidad de muertos y heridos que este gobierno carga sobre su conciencia es ya considerable si le añadimos las víctimas de la violencia de género y los suicidas por los desahucios. Es lo que tiene andar a palos y a tiros por ahí. El grado de violencia impuesto por una política de orden público autoritaria y represiva va en aumento y se contagia a la sociedad civil. Cada vez son más frecuentes las agresiones de los grupos de fascistas a las organizaciones democráticas y a los ciudadanos. La convivencia se hace más y más difícil. En un editorial de El País que ahora no encuentro se concluye citando la famosa expresión, creo que de Andreotti, refiriéndose a España: manca finezza. Sí, desde luego; y sobra brutalidad.

Quien no quiera aceptar la mortaja se encontrará con la mordaza. La ley mordaza castiga de forma exagerada y arbitraria, con afán amedrentador, la libertad de expresión y la de información: no se puede criticar a la autoridad, no se la puede grabar, ni fotografiar, ni siquiera mirar. Y por autoridad hay que entender no solamente los agentes públicos, sino también lo guardias de seguridad privada. Hasta los curas acabarán yendo con un pistolón, como en los mejores tiempos del fascio. Tampoco se podrá disponer del espacio público para actos colectivos (salvo, supongo, las procesiones con el brazo incorrupto de Santa Teresa) de protesta. Cifuentes y González presionan para que la ciudadanía no pueda manifestarse en la Puerta del Sol del Madrid. Supongo que quieren mandarla a los Monegros.

De hecho, ya empieza a detenerse a la gente arbitrariamente, sin explicarle por qué, sin informarla de sus derechos. Ayer varios supuestos antidisturbios detuvieron sin más miramientos y sin acusación formal alguna a un ciudadano granadino, Juan Manuel Garrido, destacado activista del 15-M y, cuando este inquirió por la causa de la detención, al parecer los policías le contestaron tú sabrás lo que has hecho. ¿Les suena? Su compañero no pudo grabar la detención porque no se lo permitieron. Así, porque sí, en mitad de la calle y sin más que hablar. Ser activista del 15-M es un delito. Mañana lo será ser afiliado al PSOE.

No se puede grabar. No se puede informar. Mordaza a los medios. Raúl del Pozo cuenta en El Mundo algo que todo el mundo sabe: que el gobierno presiona y chantajea a los medios de comunicación. Desde el primer momento. Se ha fabricado un aparato de agitación y propaganda con los medios públicos, tiene comprada a una banda de periodistas y comunicadores dispuesta a partirse el alma (y, de paso, la cabeza de los antagonistas) en defensa cerrada del poder, sin matices, a la que salga y tuerce la voluntad de los medios privados críticos asfixiándolos económicamente, negándoles toda bicoca que reparte entre los fieles y dejándolos sin publicidad institucional. Televisiones públicas que han arruinado saqueándolas, han usado como medios de comisión de presuntos delitos (como en el canal nou en Valencia) y han convertido en maquinarias de desvergonzada censura y propaganda. Sin más explicaciones. Porque sí.

Mordaza o mortaja. Que suelen venir juntas. En el gobierno no dimite nadie, cosa habitual, pues está por producirse la primera dimisión de las varias docenas que debieran de haberse dado ya de ser España parte de Europa y no de sí misma. Pero, además -mordaza- tampoco se da explicación alguna. La vicepresidenta del gobierno no piensa difundir todos los vídeos sobre el incidente ceutí. ¿Por qué? Porque no le da la gana.¿Pasa algo?



divendres, 7 de febrer del 2014

Wyoming: Fastest gag in the West.

Lo piensa toda la peña en la Corte: el Gran Wyoming es la única oposición real al gobierno. Y a la oposición. Y al conjunto del sistema político. Y a sí mismo. Eso es lo que le da el toque de genialidad y lo que, de momento, lo hace inexpugnable. Las presiones, intrigas del gobierno y sus gentes, que ya han desmontado al Llanero solitario Ramírez, han tropezado con un bravo plante de la Sexta: Wyoming no se toca. ¡Ah, Wyoming! una respuesta propia de Leónidas en las Termópilas: "¡Entregad el Intermedio!" "¡Venid por él!". El grupo Planeta, de José Manuel Lara, baluarte de la libertad de expresión. La libertad es rentable desde el punto de vista empresarial, como se prueba por el hecho de que el share del "Intermedio" es altísimo. Tienen razón los neoliberales: mercado. Compárese ese share con el que pueda alcanzar un programa similar en TVE (si eso fuera posible) que es una TV sometida a los dictados del gobierno. Lo que no se explica es por qué son ellos precisamente, los neoliberales, quienes someten a dictado a las televisiones públicas. Salvo que la parte liberal del neo-liberalismo también sea mentira.

El poder se enfurece de verse ridiculizado. El poder y todos los demás, excepto los ciudadanos que caen bajo la cámara y el micrófono de ese reportero de luenga barba que parece hipnotizarlos. Todos los demás se pican. Pero el gobierno y su partido se pican más porque, sobre tener más motivos de picazón, les aqueja una radical falta de sentido del humor intrínseca a la derecha española. Mídase el sentido del humor de la ministra Báñez o del ministro Fernández Díaz. Más o menos, así son todos. Casos especiales, el de Montoro, cuyo sentido del humor es puro sarcasmo, y el del presidente del gobierno, que es pura socarronería.

A todos los saca de quicio que los pongan en solfa. Especialmente si se hace con la rapidez, el ingenio y la versatilidad de Wyoming. No hay hipocresía del poder, embuste, demagogia, simple ridículo que no pase por el cedazo del Intermedio y no revele su miseria. Es pura dinamita. Tanto más destructiva cuanto que tiene un fondo moral. La pelea es nombre de la justicia, la equidad, la lucha contra los privilegios y los abusos y el juego limpio y eso queda siempre muy claro en las muchas veces disparatadas conclusiones de Wyoming.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia Creative Commons).

dijous, 30 de gener del 2014

Del Watergate al Firegate.

La ambición de siempre de Pedro J. fue destapar un Watergate en España. Más que una ambición, una obsesión. Sus héroes juveniles eran Woodward y Bernstein, igual que para otros espíritus inflamados puedan ser Indíbil y Mandonio, Daoíz y Velarde o Aquiles y Patroclo. En un par de ocasiones los emuló en tesón, constancia y contumacia, creyendo haber encontrado la prueba de cargo definitiva, la época del infame Felipato (los GAL) y el 11-M. (ETA). Qué digo emuló: superó pues, según parece, aún no conocemos la verdad del 11-M. Y quizá no la conozcamos nunca porque el Watergate ha resultado ser un Firegate. Las presiones del gobierno, según se dice, han dado con nuestro hombre en la lona. Con una indemnización millonaria y un periodo de carencia de dos años que semeja unas horcas caudinas: te privamos de la niña de tus ojos y no podrás poner tus pecadoras manos en otro periódico durante una temporadita.Hace muchos años, en su lucha contra el felipismo, alguien lo comparó con David contra Goliat. Ahora, el mismo hagiógrafo podía compararlo con Galileo Galilei: en arresto domiciliario por orden de la Inquisición.

Al margen de las consideraciones -las habrá en abundancia- sobre el relieve del personaje, hay dos consecuencias inmediatas de la defenestración: a) la escuadra de columnistas y opinantes se moverá; b) la opción aguirrista en el PP pierde una posición importante.

Eso nos lleva al terreno en que parece estar jugándose esta partida. La lucha por el PP. Que Rajoy -según parece- acelere la caída de Pedro J. puede significar que entabla el combate final por el control del partido frente a la vieja guardia en torno al combativo Aznar.  La rebelión del delfín.  El farol del presidente: el terror de la derecha a la escisión, supone él, consolidará su posición y Aznar, ya es hora, pasará a la historia. En este momento tiene en sus manos  tres bazas: la lista al Parlamento europeo y las candidaturas a la comunidad y la alcaldía de Madrid. Muchas carreras, muchas expectativas para que nadie se mueva. 

La primera víctima en este conflicto interno del PP es Pedro J., un afuereño. Pero un afuereño que ha sido más importante que muchos ministros y compartió los momentos de gloria desde el balcón de Carabaña. 

dimecres, 22 de gener del 2014

No era el verdadero Rajoy.

Me disponía ayer, como buen plumilla, a dar cuenta de la entrevista Rajoy/Lomana, un tantico desanimado, francamente, cuando me llamó mi amigo Dick Turpin, propietario y administrador de la página web Wikicloa, y me lo quitó de la cabeza.
- ¿Vas a comentar la entrevista del presidente de hoy?
- Sí.
- No lo hagas. Es falsa.
- ¿Más?
- Falsa de verdad, hombre. Ese no es Rajoy. Os han colocado un diferido con un sosias del menda. No sé de dónde lo han sacado, pero da el pego. La verdadera entrevista, la que estaba grabándose en ese momento, no salió. Salió el doble de Rajoy. Mira, te la envío en un archivo comprimido. No escribas nada de momento. Vas a llevarte una sorpresa.
- Vale y ¿de qué escribo hoy?
- ¿A mí qué me cuentas? Tú eres el bloguero. Pero mira la entrevista. Vas a alucinar.
Y eso es lo que hice: escribí sobre las primarias -siempre un asunto digno- y me puse a ver la verdadera entrevista de Rajoy. Transcribo sus respuestas a los bloques de cuestiones más importantes. El lector calibrará si son o no la misma persona.

Economía. La recuperación será en 2015. A partir de las elecciones. Es decir, a partir de que me reelijan. Todas las medidas de mi gobierno han sido un rotundo éxito. España está rescatada y he echado los cimientos de una poderosa recuperación. Los turistas están en cifras record. Y, dentro de poco, la llegada de capitales será masiva. Por supuesto, ha sido necesaria una devaluación interna y un empobrecimiento de las clases medias y bajas. ¿Qué quiere usted? ¿Que empobrezca a los ricos? Así no se crea empleo. El empleo lo crean los empresarios, no los trabajadores.

Comportamiento de los españoles. Ejemplar, absolutamente ejemplar. Mire usted esa mayoría silenciosa que me come en la mano. Pero, como no hay que adelantar acontecimientos, contemplamos todas las posibilidades; hasta las feas. Para eso tengo ese insustituible ministro del Interior que, cuando no blande el crucifijo, blande la porra, la multa o el tanque de agua.

Los ministros.Y, como ese, todos los demás. Ya sé que me los cuestionan por diversos motivos y que tienen una valoración ciudadana muy baja. Yo también la tengo. Los españoles son así, un poco envidiosos. Mis colaboradores son gentes bravas que cumplen con su deber de tirar la piedra mientras yo escondo la mano. De no disponer de este parapeto, padecería la dignidad del Estado que, en este momento, reside en mí, pues el Rey ya ve usted como está.

Aborto. ¿Acaso no es lo más sensato? Fíjese en el aborto. Alberto quiere prohibirlo y casi lo consigue. Me subleva la opinión, incluso la de los nuestros y hasta resurge la vieja conspiración judeomasónica pagada desde el extranjero. Ocasión de oro para que yo imponga mi autoridad, dé muestras de mi talante conservador pero abierto, reforme el proyecto y deje a Alberto de inquisidor general.

Cataluña. Reitero. Nada de adelantar acontecimientos. Estamos preparados para cualquier eventualidad en el Principado. Cualquiera. Mientras yo sea presidente, aquí no se independiza nadie. Quede bien claro. No hay nada que dialogar con quienes se obstinan en mantener su posición. Me corrijo respecto al adelanto de acontecimientos. Sí se pueden adelantar no-acontecimientos. Por ejemplo, la no-independencia de Cataluña. ¡Ah, y su españolización! ¿A dónde van los países pequeños, vamos a ver? A ningún sitio. Si es por su propio interés...

ETA.- ¿Cómo voy a ver bien la abolición de la doctrina Parot? Yo siempre he dicho, como mi maestro Fraga, que el mejor terrorista es el terrorista muerto. No nos equivoquemos. Pero vivimos en este mundo corrupto, condescendiente con los asesinos y cruel con las víctimas. No puedo hacer más. Entiendo la indignacion de los promotores de Vox si bien deben entender que hay cosas que no pueden pedirme, como tirar piedras contra mi propio tejado.

Infanta. Mire usted, me gustaría decirle otra cosa, pero se supone que me debo a la verdad y a una visión conservadora, moderada, razonable, de la realidad. Aquí no solo no hay que adelantar acontecimientos sino que hay que evitarlos. No tengo ninguna confianza en la Infanta pero, nos guste o no nos guste, tenemos que ponerla por encima de la ley y no de un modo inseguro, como cuando la ministra Báñez encomienda la solución del paro a la Virgen del Rocío, en la que no cree ni ella, sino de un modo eficaz y contundente, acogotando, si preciso es, a ese juez ensoberbecido, partidario, como todos los fanáticos del hágase la justicia y perezca el mundo. Ni hablar.

Bárcenas. Sí, ese ha sido mi calvario esta legislatura. Pero no pienso decir ni una palabra más porque no quiero incriminarme. Eso se lo dejo a Cospedal, que no va a parar hasta que la condenen. Somos todos personas irreprochables. Durante casi veinte años, un mangante parece haber estado robando a nuestras espaldas, aprovechándose de nuestra buena fe. Somos probos ciudadanos, víctimas de la estrategia procesal de un supuesto delincuente. Acepto que esto no afecta sino a una parte mínima de la increíble red de redes de corrupción en que las administraciones del PP han sumergido el país. Deplorable que la estafa de Emarsa (depuración de aguas de Valencia) no sea de 43 sino de 63 millones de euros. Deplorable que el alcalde de Burgos viva en un ático de lujo al parecer regalado por el empresario beneficiado con la adjudicación de una lucrativa obra pública. Todo deplorable, sin duda. Pero siempre lo he dicho: en este partido, el que la hace, la paga; son unos cuantos descontrolados; tenemos un código de buena conducta, presentado en su día por la ministra Mato, la más adecuada; no son los socialistas -los únicos hasta la fecha condenados en firme por corrupción- quienes pueden darnos lecciones. Y, por cierto, la mayoría de los casos, herencia de Zapatero.

Estaba en lo cierto mi amigo Dick, de Wikicloa: no podían transmitir esta entrevista, así que emitieron un fake enlatado.

(La imagen es una foto de La Moncloa aquí reproducida según su ”aviso legal”).

dijous, 9 de gener del 2014

La cadena SER, Hora 25 y la lista negra.

Advierto al lector de que esta es una entrada sobre gente mediocre, ruin y miserable; sobre censores, tipos que predican la libertad de expresión y la independencia de criterio pero tratan de acallar a quienes las ejercen. Así que si no tiene ganas de leer este relato de vilezas, puede pasar a la entrada siguiente, que va de disciplina de voto, sobre lo que tenía pensado escribir. Pero como la historia afecta personalmente a Palinuro, la cuento. Es la siguiente:

Ayer tarde, sobre las 18:00 h. llaman a la Universidad de la SER, del espacio Hora 25 (Ángels Barceló), pidiendo alguien que pueda hablar de disciplina parlamentaria de voto, pues tratarán el tema en el programa. La Universidad me pregunta si puedo ir. Digo que sí pero ya sé que, cuando comuniquen mi nombre, la emisora cancelará la invitación porque estoy en la lista negra de la SER, que la tiene, como todos los medios en España, todos. En efecto, a las 18:30 llama una periodista para comunicarme que ha habido cambio de formato y que, en lugar de ir a los estudios, entraré por teléfono. Me pide un número fijo y me dice que llamarán a las 21:30 para que salga al aire en el programa en el que también participará Ramón Jáuregui. Por supuesto, no lo hicieron. El programa se realizó, sin duda con otro invitado, pero a mí ni siquiera me llamaron para disculparse por no haber cumplido lo que ellos mismos habían propuesto hacer pues yo no había pedido ir.

Los censores suelen ser bastante groseros.

Alguien dirá: bueno, hombre, no hay que exagerar; los cambios son normales en el ritmo frenético de la radio. Es un caso aislado. No, no lo es. La SER veta a la gente independiente e incómoda, como Palinuro, por razones que no se atrevería a exponer en público pues decepcionaría a parte importante de su audiencia, a la que tiene más o menos engañada. Lo cuento en mi último libro, Rompiendo amarras, Madrid, Akal, 2013, págs. 337/338). Pero es que, además, tengo otro ejemplo reciente e igualmente sangrante que paso a relatar:

Este verano, en el mes de julio, me llaman también de la SER, del espacio A vivir, que son dos días. Su responsable, Javier del Pino, está de vacaciones y sus substitutas me invitan a participar y me dicen que, si doy juego, me ofrecerán una periodicidad fija de, cuando menos, una vez al mes (el programa es semanal, los sábados). Sé que su intención es buena pero que viven en la luna y, cuando regresen los jefes, de lo dicho no habrá nada. Tal cual. Fui tres veces, en julio, agosto, septiembre; las sustitutas, de buena fe, sin duda, me aseguraron que quedaría fijo una vez al mes. Regresaron los jefes y no volví a recibir noticia alguna; ni una explicación; ni una llamada de teléfono.

La grosería habitual porque, obsérvese bien la mecánica: no soy yo quien pide nada, ni aquí ni en parte alguna; son ellos, normalmente los redactores, los curritos, los responsables de los programas, quienes me llaman. Pero luego llegan los barandas, con las listas negras, y hay veto y hay censura.

¿Qué por qué lo sé? Porque es lo que me pasa siempre. Palinuro tiene el raro honor -ya lo dijo en una entrada hace un par de meses titulada Censores y plagiarios- de figurar en todas las listas negras de todos los medios: la derecha, el centro-izquierda y la izquierda. Ciertamente, nadie se extrañará de la animadversión de la derecha. Cuando Mari Cruz Soriano salió de la COPE declaró que la cadena tenía una lista negra y que en esa lista negra estaba mi nombre. De eso hace ya años. Viene de antiguo.

Bueno, sostendrá alguien, la derecha es lógico, dado como eres; y también el centro-izquierda, que ha resultado rana. Pero ¿la izquierda? ¿Vetos, censura, listas negras en la izquierda? Por supuesto. Si alguna vez supero la vergüenza que sentí al escuchar a un líder izquierdista en un programa de televisión pedir al presentador que no me diera cancha, que ya me la daba suficiente una batería de medios, pondré aquí el enlace. Pedía el inquisidor que se me acallase, a mí, al que no dejan estar en ningún medio y lo pedía él, que dispone de un abanico de ellos para soltar la monserga que encandila al rebaño.

Es fuerte, ¿eh? Pero Palinuro es correoso. Se ve en su blog que no tiene atadura ni hipoteca algunas y sí una amplia audiencia. Y eso a pesar de que los censores, los de las listas negras, tratan de silenciarlo, por cierto, al tiempo que lo plagian.

Lo avisé. Estas cosas son repugnantes. Reflejan la envidia, la mala uva, el sectarismo de este desgraciado país. Pero hay que decirlas, hablarlas porque lo que todos los censores desean es que no se sepa que censuran y que los censurados se callen. 

(La imagen es una foto de Jason Hollinger, con licencia Creative Commons).

dijous, 2 de gener del 2014

Ni Rajoy cree a Rajoy.


No pudiendo seguir escudándose en el plasma, ni dando esquinazo a los periodistas, ni entrando por la puerta de servicio, ni soltando necedades estilo la segunda ya tal, nuestro hombre no tuvo más remedio que comparecer en rueda de prensa hace unos días, a dar cuenta del año que se acababa. Hiló así uno más de sus discursos antológicos, hechos de mentiras, olvidos, perogrulladas, ignorancias y silenciamientos. Otro insulto a la inteligencia. Otro más.

Ignoro quién prepara las intervenciones públicas, las comparecencias, las peroratas de este remedo de presidente de gobierno democrático. Ignoro si lo hace por dinero, por convicción ideológica o porque está cautivado con la personalidad y el encanto, por no hablar de la dicción, de este político desacreditado, desprestigiado, sospechoso y acusado de corrupción, embustero compulsivo y considerado en la UE como el líder más incompetente de toda Europa. Sea quien sea, está llevándolo de cabeza al precipicio de la desafección más absoluta. Casi parece un submarino del PSOE, empeñado en mostrar a Rajoy tal cual, por desgracia, es: un marrullero autoritario, nacionalcatólico, oportunista, corrupto hasta la médula y falto de toda credibilidad ante la ciudadanía.

Rajoy intentó circunscribir su comparecencia a sus habituales mentiras en los asuntos económicos de los que no quiere salir para no mencionar los temas escabrosos que lo acechan y son los verdaderamente interesantes: cuántos sobresueldos cobró mientras pedía austeridad y sacrificios a los demás, qué relaciones reales tenía con Bárcenas (y que aún están por averiguarse porque él miente de forma sistemática), a cuánto asciende la contabilidad B de su partido, esa que él niega mientras las pruebas la afirman. Inútil también preguntarle qué piensa de la ley mordaza, de la ley contra las mujeres y otras normas represivas perpetradas por su gobierno. Hace como que no oye; ignora las preguntas. Inútil igualmente preguntarle cómo piensa resolver el problema catalán: no tiene ni idea, pero no dice que no la tiene. Simplemente, como siempre, calla.

A los dos años de emplear esta desvergonzada táctica, el muñidor de la imagen de Rajoy debiera, quizá, cambiar de tercio. El bajísimo índice de valoración que del presidente del gobierno reflejan las encuestas es una pista de algo por lo que todavía no se pregunta pero que podría empezar a hacerse: el altísimo grado de desprecio, burla e irrisión que este hombre despierta. La gente ha calado a un granuja timador, capaz de decir cualquier cosa con tal de salirse con la suya, un politicastro de tres al cuarto que está empleando todo el poder del Estado en aumentar los privilegios del cuerpo de registradores de la propiedad, al que pertenece y el poder de las diputaciones provinciales, su auténtico mundo mental.

No había acabado este presunto cobrador de sobresueldos de leer las mendacidades que sus escribas le habían apuntado en el papel y ya estaba un reconocido economista experto en estos temas en una televisión demostrando que el discurso del presidente no era más que una sarta de mentiras, que los datos económicos en que basa su triunfalismo y sus afirmaciones de estar saliendo de la crisis, son falsos, están manipulados y solo pretenden trazar un cuadro optimisma para oscurecer los asuntos procesales, de corrupción, de robo y saqueo, los escándalos de su gobierno y su partido y el carácter autoritario, fascistizante y nacionalcatólico de su política.

Es patente para todo aquel que no se nutra del pábulo intelectual de tebeos como La Razón. Y tanto es así que, según rezan los sondeos, nadie presta crédito al presidente en España. El 71% de los españoles no cree en la "recuperación" de Rajoy. Ni siquiera le creen los votantes del PP. Es más, seguro que a Rajoy no lo cree ya ni Rajoy.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 23 de desembre del 2013

Más europeos contra el fascismo del gobierno español.

No es solamente la ministra francesa de Derechos de la mujer, al fin y al cabo, socialista, de origen árabe y ¡mujer! la que protesta por ese proyecto de ley contra las mujeres que acaba de perpetrar el monaguillo Gallardón por orden de los curas, que son quienes mandan en España. También el viejo, respetado y muy influyente "The Times" británico critica con dureza ese engendro nacionalcatólico en un editorial titulado "abuso de poder".

Como los fascistas del gobierno ignoran el inglés (entre otras muchas cosas), Palinuro les traduce dos párrafos (uno al comienzo y otro al final) del editorial en cuestión al tiempo que se felicita por esta nítida posición de dos grandes países de esa avanzada Europa de la que estos carcundas cada vez nos alejan más. Ojalá Europa entera alce su voz en contra de este gobierno franquista. Es una esperanza de los demócratas españoles.

"El proyecto solo lo apoya una pequeña minoría. Rompe un principio de política democrática al substituir el juicio privado de los ciudadanos individuales por las órdenes del Estado. Socava el pluralismo, restringe la libertad, hace retroceder a las mujeres en la sociedad española, daña la vida de familia e inflige daños psíquicos y físicos a las mujeres que a veces se encuentran en situaciones desesperadas. Es una mala ley que tendrá consecuencias previsibles lamentable".

El último párrafo:

"Meter del derecho penal en los asuntos de la salud de la mujer y la reflexión en conciencia es un abuso de poder del gobierno. Un gobierno constitucional no invade zonas de juicio personal que la mayoría de los ciudadanos considera que pertenece al ámbito de la familia. La ingeniería social es propia de los gobiernos autocráticos. Los amigos y aliados de España deben pedir al señor Rajoy que se lo piense dos veces".

Si yo fuera ministro de Justicia y un periódico tan serio y conservador (o, sea, de mi partido) publicara un editorial de ese calibre sobre una ley mía, se me caería la cara de vergüenza. Pero yo no soy ministro de Justicia y el ministro de Justicia "conservador" español, como todos los nacionalcatólicos fascistas, carece de vergüenza. Los señores de "The Times" no saben de quién están hablando: auténticos truhanes sin principios ni dignidad, al servicio de los curas.

dijous, 5 de desembre del 2013

La España peregrina.

En mis tiempos de estudiante en Alemania, allá por los años setenta, además de mis amistades de la Universidad, alemanes y españoles, tenía contacto con la emigración de nuestro país, la económica y la política. Esta estaba hegemonizada por el Partido Comunista, pero también había un grupo del PSOE que se lanzó a imprimir una revista en español con financiación del sindicato alemán del metal. Era una publicación mensual con la portada en color (siempre un naranja socialdemócrata) y un interior más modesto, en blanco y negro. Iba dirigida a los trabajadores españoles, los Gastarbeiter de nuestro país, para hablarles de las cuestiones que les interesaban (la integración, los trabajos, los permisos, los subsidios, la educación de los hijos) y que eran muy variadas porque había inmigrantes recién llegados y otros que llevaban diez o doce años. La revista se editó entre 1970 y 1977 y ahora, la Fundación Anastasio-FITEL, bajo la dirección de Manuel Fernández, Lito, ha digitalizado todos los números que pueden consultarse en la red y lo presentan el próximo día 9 en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, a las 18:00h. Será muy interesante.

Colaboré un par de años (los dos primeros, en 1970 y 1971) en la publicación con unos tostonazos doctrinarios que no leía nadie. El Express Español tenía, además de ese espíritu de guía útil y práctica, una fuerte carga antifranquista, si bien esta se hacía más visible en chistes, noticias, comentarios breves. Muy prudentemente, firmábamos con seudónimo. Y no era exceso de precaución. En un viaje que hizo a Madrid el entonces director, Carlos Pardo, la policía estaba esperándolo en el aeropuerto y se lo llevó detenido. Se armó un lío, hubo una interpelación en el Bundestag y el diputado socialdemócrata Hans Matthöffer, hace poco fallecido y muy versado en los asuntos españoles, llegó a amenazar con represalias al régimen de Franco; y el régimen de Franco dejó en libertad a Pardo.

Con estas dos almas, la politizada y la práctica, convivía una tercera, más folklórica y popular, que tenía muy buena acogida entre los lectores. Vivía en ella el llorado Manolo Fernández Montesinos, sobrino de García Lorca, granadino y gran aficionado al flamenco. Aprovechaba las giras de los artistas españoles e hispanoamericanos para hacer unas entrevistas que, releídas casi 45 años después, retratan unas gentes, una época y... un lugar, el exilio, el lugar de la España peregrina, que vuelve a ser. He reproducido la portada de la entrevista a La Singla en el nº de febrero de 1971, centenario de la Comuna de París. Ahora, Antoñita La Singla, bailaora gitana nacida en Cataluña (y catalana, según ella misma decía), tendrá 65 años y quizá esté retirada. En aquellos años, ella con veintitrés, era un torbellino en el escenario. Poco imaginable si se tiene en cuenta que nació sordomuda en una familia con 18 hijos y no arrancó a hablar y con dificultad, hasta los siete u ocho años. Su triunfo (llegó a interpretar el papel de hija de Carmen Amaya en Los Tarantos) fue el resultado de su espíritu y su fuerza de voluntad.

diumenge, 1 de desembre del 2013

La voz del pueblo.

De 50.000 a 60.000 valencianos han salido airados a la calle en la capital de la Comunidad a pedir la dimisión de Alberto Fabra y la convocatoria de elecciones anticipadas en protesta por el cierre de la RTVV. La policía rebaja la cantidad a unos 4.500 que, de todas formas, ya es respetable. Es el habitual tira y afloja para calibrar la importancia de las manifestaciones públicas. Un entretenimiento para la mañana del domingo.

Otras interpretaciones van más a lo cualitativo: por fin el pueblo reacciona. No es tan apático ni está tan resignado frente a los abusos como se supone. El proceso que llevó al fundido a negro del Canal Nou ha sido dramático, emitido en directo, escandaloso, lamentable por todos los conceptos: momento final de una gestión corrupta, inepta, caciquil, enchufista, presuntamente delictiva. Una muestra de la incapacidad de la Generalitat para gestionar conflictos. La gota que colma el vaso. Por fin, el pueblo se pronuncia, toma la palabra y esta es dimisión..

Ciertamente, es un modo (optimista) de ver las cosas. Pero hay otro, más realista y, por ello, más pesimista. Palinuro lo expondrá de modo telegráfico porque, aunque no se vea mencionado por ahí, es evidente y no necesita prolijas explicaciones. 

Resumiendo: Valencia lleva casi veinte años de gobiernos corruptos e ineptos, que han arruinado la Comunidad, empobrecido a sus habitantes, llevado ante los tribunales a un diez por ciento de los cargos del PP por presuntos delitos. Casi veinte años de malversaciones, despilfarros, cohechos, estafas. Casi veinte años de obras públicas faraónicas e inútiles que solo servían para expoliar el erario público o satisfacer el ego inflado de un cacique capaz de construir un aeropuerto sin aviones. Y en todo este tiempo, lejos de indignarse, los valencianos aplaudían y votaban en masa como un solo hombre a los responsables de tal disparate que, en lugar de estar en la cárcel desde el primer momento, ganaban elección tras elección y por mayorías absolutas crecientes.

Ha sido preciso que les cerraran la TV -una TV peor que el NODO de Franco- para echarlos a la calle en multitudinaria, pacífica, pero contundente manifestación, en defensa de su derecho. ¿Qué derecho? El de tener una TV sectaria, propagandística, manipulada, de ínfima calidad y que, además, faltaba clamorosamente a su deber de emitir en la lengua vernácula. 

Hay cierto paralelismo entre esta reacción y el hecho de que los 1.600 trabajadores de RTVV que jamás alzaron la voz en los tiempos de la manipulación, el partidismo y la censura, se convirtieran en una especie de soviet casi revolucionario en defensa de sus puestos de trabajo, identificados ahora con la libertad de información, de expresión, etc. 

No sé si es para sentirse optimista, pero así es la vida.

divendres, 29 de novembre del 2013

Fundido a negro.

Se extingue la señal de la radiotelevisión valenciana. Si todavía no lo ha hecho del todo, se debe a la denodada oposición que han mantenido los trabajadores, cerrando el paso a la brigada del cierre que envió el gobierno de la Generalitat de madrugada. Pero es cosa de horas. Se extingue la señal y deja detrás una asombrosa saga de incompetencia, despilfarro, caciquismo, enchufismo, partidismo, corrupción y delincuencia. Una historia para leer y no creer. Un resumen del abismo a que pueden llevar casi veinte años de gestión disparatada con poder absoluto sin dar cuentas nadie.

La RTVV fue creación del primer presidente de la Generalitat, Joan Lerma, quien, probablemente, pretendería utilizarla en favor de su partido, el socialista, porque son raros los políticos que resisten esa tentación. Pero o no fue así, o lo hizo muy mal porque, habiendo comenzado la tele a emitir en 1989, en 1995 el PP ganó las elecciones por mayoría simple (Zaplana) y, desde entonces, no ha abandonado el poder al que llega ahora generalmente por mayoría absoluta, en buena medida gracias a la manipulación de la RTVV.

Efectivamente, los medios públicos audiovisuales eran una central de propaganda del poder autonómico, usados para ensalzar el gobierno del PP y atacar la oposición. Y gestionados como un cortijo privado de los jerarcas del PP, sin contar con el hecho de que, al parecer, también tuvieron cumplida función en un par de estafas de la Gürtel, incluida una estilo Rufufú, con la visita del Papa a Valencia. Así resultó que, en mitad de la crisis, el gobierno autonómico se encontró con un ente monstruoso, inflado, con más de 1.500 trabajadores, con un dispendio majestuoso en pagos a tertulianos y periodistas afines, todo lo cual disparó la deuda a más de 1.500 millones de euros, superior a la de todas las demás televisiones autonómicas juntas.

A todo esto, los equipos de la RTVV jamás protestaron durante los largos años de masiva censura y manipulación informativas, que llegaban al extremo de ocultar sin más hechos relevantes porque perjudicaban la imagen del presidente. No hubo un plante, ni huelga, ni siquiera queja. El espíritu de lucha retornó cuando se encontraron con que la Generalitat pretendía ponerlos en la calle. Lo cual debilita mucho la legitimidad de su protesta.

Y, sin embargo, es una protesta legítima: el cierre del Canal Nou es un ataque al pluralismo informativo, a la libertad de expresión y al derecho a la información. Representa el fundido a negro de las libertades en España. Un fracaso colectivo que, sin embargo, es un triunfo para la derecha. Nunca ha querido esta medios públicos de comunicación si no puede tenerlos a su estricto servicio, como sucede hoy con RTVE y la RTV de Castilla-La mancha. Por supuesto, si no puede controlarlos, los desmantela, los arruina (o los arruina y desmantela precisamente poniéndolos a su servicio, pues sus cuotas de audiencia son bajísimas) y argumenta que es preciso cerrarlos.

Fundido a negro.

Fundido a negro el país entero. La LOMCE es un fundido a negro de la educación pública. La reforma del Código Penal y las tasas judiciales son fundidos a negro de las garantías y los derechos de los ciudadanos, especialmente el acceso a la justicia. La monstruosa Ley Mordaza es un ataque a los derechos y libertades ciudadanas, una ataque al espíritu y la letra de la Constitución, los prolegómenos de una dictadura basada en la impunidad policial.

Fundido a negro de la democracia en España, substituida por un Estado policiaco arbitrario que abusa del poder para sembrar el terror entre la ciudadanía mediante una actividad represiva y confiscatoria. Algo totalmente inaceptable en Europa en el siglo XXI. Esa ley es, en el fondo, un estado de excepción que ya está aplicándose de hecho en las calles de las ciudades, antes de la promugación de la misma Ley. Los acontecimientos de ayer en Moratalaz en Madrid apuntan en la dirección de una progresiva fascistización de los poderes públicos que es forzoso denunciar en todos los foros internacionales.

O se detiene este fundido a negro o corremos peligro de que la democracia vuelva a ser un paréntesis en la historia de este sufrido país.

(La imagen es una foto de la NASA en el dominio público).