Sobre el aborto está ya todo dicho. Seguir machacando los argumentos carece de sentido, vista la nula voluntad de escuchar del ministro, dispuesto a imponer sus convicciones personales (así calificadas por él mismo) como ley de obligado cumplimiento para todos los demás. Ese firme propósito de proceder al trágala nacionalcatólico se reafirma cuando el mismo ministro asegura que el texto no se modificará en la tramitación parlamentaria. En otros términos, el Parlamento está para aplaudir al ministro y para nada más. Es exactamente la idea que tenía Franco de las Cortes. Si gobernar consiste en convertir en ley las convicciones personales del ministro por decisión exclusiva del mismo ministro podíamos ahorrarnos los salarios, pluses, complementos y otras bicocas de los diputados. Con la vuelta a la dictadura del adorado caudillo de su suegro bastaría.
divendres, 3 de gener del 2014
Defensa frente a la Ley contra las mujeres.
Sobre el aborto está ya todo dicho. Seguir machacando los argumentos carece de sentido, vista la nula voluntad de escuchar del ministro, dispuesto a imponer sus convicciones personales (así calificadas por él mismo) como ley de obligado cumplimiento para todos los demás. Ese firme propósito de proceder al trágala nacionalcatólico se reafirma cuando el mismo ministro asegura que el texto no se modificará en la tramitación parlamentaria. En otros términos, el Parlamento está para aplaudir al ministro y para nada más. Es exactamente la idea que tenía Franco de las Cortes. Si gobernar consiste en convertir en ley las convicciones personales del ministro por decisión exclusiva del mismo ministro podíamos ahorrarnos los salarios, pluses, complementos y otras bicocas de los diputados. Con la vuelta a la dictadura del adorado caudillo de su suegro bastaría.
dilluns, 23 de desembre del 2013
Una ley retrógrada y misógina. O sea, española.
- Ídolos de la tribu. Los habituales en todo ser humano, especialmente agudos en el caso de los de inspiración fascista, como es el caso de este ministro, capaz de renovar un marquesado de Queipo de Llano, otorgado en primer lugar a un militar faccioso y delincuente que animaba a sus tropas por radio a violar a las mujeres de los milicianos. Palinuro lo señaló hace unos días y lo repite ahora: ¿cómo se atreve alguien que premia la violación de mujeres a legislar nada sobre ellas?
- Ídolos de la caverna. Las convicciones nacionalcatólicas del sujeto, que lo llevan a creer -o hacer como si creyera- que sus fantasías son la realidad más acrisolada para el resto de los seres humanos. Y, si no actúan en consecuencia, se les encarcela.
- Ídolos del foro. Su frecuente trato y comercio con los clérigos y otras criaturas deficitarias en condición humana lo llevan a suponer (o, de nuevo, hacer como como si lo supusiera) que el significado de las palabras, respeto, libertad, emancipación, solo puede ser el que él les da, normalmente retorcido.
- Ídolos del teatro. Los nacionalcatólicos, herederos del espíritu de Trento, escenifican esa idea de España y lo español a la que ya queda poco para destruir lo que resta de esta nación, otrora grande. Porque ese catolicismo burro -que los curas al estilo Rouco identifican con el ser nacional español- es el principal responsable de que, como cada vez es más manifiesto, España sea un Estado fallido. Un Estado que camina hacia su desintegración porque la casta dominante sigue obstinada en imponer a la fuerza sus convicciones de secta al conjunto de la población. O sea, es incapaz de entender que una sociedad moderna y abierta implica pluralismo de valores en feliz expresión de sir Isaiah Berlin hace cien años pero que aún no ha llegado a estas feroces tierras.
divendres, 20 de desembre del 2013
Contra las mujeres.
El aborto es sagrado.
Lo demás es perder el tiempo con los trolls antifeministas, entre los cuales, por cierto, hay muchas mujeres sumisas, incluidas algunas supuestamente "progres" y tan sumisas como las otras. Perder el tiempo, porque ya está todo dicho. Los partidarios del derecho al aborto no obligamos a los antiabortistas a abortar. Hagan ellos lo mismo y no arrebaten un derecho en nombre de sus convicciones privadas. Si hay restricción del derecho al aborto será por vía coactiva, represiva, no discursiva. Y frente a esto, la consigna de Femen es lo más contundente.
Sí, señoras, señores, curas, ministros y carcundas de todo pelaje machista, el aborto es sagrado. Y los hombres, los hombres feministas, tenemos que estar con las mujeres, movilizarnos con ellas en la lucha por sus derechos porque solo cuando ellas alcancen la plena propiedad y disposición sobre sus cuerpos, que los hombres llevamos siglos negándoles mientras consagramos las nuestras, recuperaremos una dignidad que ahora no tenemos (pues somos cómplices de esta injusticia) y estaremos en el camino hacia la igualdad entre los sexos.
dijous, 10 d’octubre del 2013
Femen y tabú.
Así que tocado quedó el ministro de Justicia, balbuceando lugares comunes sobre la falta de respeto a la sede de la soberanía popular, sede en la que domina absolutamente el partido del ministro, que no deja hablar a nadie pero convierte en leyes, es decir, en normas racionales, universales, generales y abstractas los tabúes de su iglesia.
dimecres, 9 d’octubre del 2013
La moción de censura de Femen.
dissabte, 9 de març del 2013
Cospedal y la reducción al absurdo.
divendres, 8 de març del 2013
Felicidades a todas.
dijous, 14 de febrer del 2013
Contra las mujeres.
Raquel Osborne (ed.) (2012) Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad, 1930-1980. Madrid: Fundamentos. 419 págs.
diumenge, 3 de febrer del 2013
Las siervas de Satán.
diumenge, 13 de gener del 2013
Mundos aparte y un poco de vinagre.
divendres, 28 de desembre del 2012
Palinura.
dijous, 27 de desembre del 2012
Machismo.
dimecres, 14 de març del 2012
Argumentos contra las mujeres.
El lector atento sabrá ya que el de Palinuro es un blog francamente feminista. El autor está convencido de que la feminista es la revolución más importante desde la francesa. Más aun, es la verdadera consecuencia de la Revolución francesa, sin demérito de las individualidades señeras anteriores, desde Hipatia hasta Mary Wollstonecraft. La revolución proletaria (en especial en su manifestación histórica, la bolchevique) que se presentaba como la continuación y superación de la Revolución francesa, también llamada con cierta condescendencia burguesa, ha sido un fracaso colosal y de ella no queda prácticamente nada.
La revolución feminista, la lucha por la emancipación de las mujeres, no es un golpe de Estado fulminante sino, como se ve, un proceso largo, secular, de desarrollo histórico. E ininterrumpido. No es el único producto de la Revolución francesa pues esta también alumbró la liberación de los esclavos y, de hecho, el sufragismo y el abolicionismo recorrieron juntos gran parte del siglo XIX. Como era de esperar, los negros consiguieron la abolición de la esclavitud (con todas las reservas del mundo) mucho antes que las mujeres el derecho de sufragio. Por eso su movimiento siguió hasta el día de hoy.
Un movimiento típicamente hijo de la Revolución francesa, incluso en el terreno declamatorio. La ciudadana Olympe de Gouges publica en 1791 (dos años después de la Declaración Universal de Derechos del Hombre y del Ciudadano) una Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, lo que la llevaría a la guillotina dos años más tarde. La asesinaron sus compañeros revolucionarios que debían de ser más hombres que revolucionarios. La Revolución francesa es producto de la Ilustración y eso explica que las mujeres hayan enfocado su emancipación a través del acceso a la educación, por el que llevan siglos luchando. En muchos países europeos, España por ejemplo, las mujeres no han accedido a los estudios universitarios hasta el siglo XX, con algunas exepciones.
La necesidad de que ese movimiento prosiga se hace a veces perentoria cuando suceden verdaderas monstruosidades como el de esa niña marroquí que se ha suicidado porque la han casado con su violador. Estas barbaridades inhumanas revelan cómo están las cosas para las mujeres en unas u otras partes del mundo. También ayer se supo que los argentinos legalizan el aborto de las violadas, lo que quiere decir que antes era ilegal. ¿Qué ley humana ni divina puede obligar a una mujer a tener un hijo producto de una violación? Muchas, desde luego, pero no son leyes justas sino inicuas.
En estas circunstancias el Parlamento Europeo urge a establecer cuotas femeninas en las empresas pues están las cosas muy feas. Justo en ese momento se materializa Ana Botella y suelta la doctrina antifeminista y machista con la que se pretende mantener a las mujeres en situación de subalternidad. No le gustan las cuotas a Ana Botella, le parecen atajos a la larga contraproducentes y defiende la primacía del mérito, de la preparación para que las mujeres vayan ascendiendo por su propio valor en condiciones de igualdad. Tanta osadía y falta de sentido del ridículo maravilla y suspende el ánimo. Porque, obviamente, esos requisitos no se le aplican a ella que está en donde está por el enchufe de su marido. Y cuando pides a los demás algo que tú no haces entras en la zona viscosa de la hipocresía.
Pero, debe admitirse, este es un argumento ad hominem no válido por cuanto no contesta al razonamiento de la otra parte, ese que comparten casi todos los hombres y un buen puñado de mujeres. Este razonamiento dice que las cuotas y otras formas de discriminación positiva son eso, discriminaciones, favoritismos que en realidad perjudican a las mujeres, sobre todo a las que valen y no es, por tanto, un buen ni justo procedimiento de selección. ¡Abajo las cuotas, "atajos peligrosos"! Pero este razonamiento es patentemente falso en sí mismo puesto que, aun reconociendo de boquilla -como hace Botella- la necesidad de avanzar en la mejora de la situación de las mujeres, da por supuesto que el orden social es igualitario y que en él tienen iguales oportunidades hombre y mujeres. Lo cual es un embuste. Las mujeres están en situación estructural (¡incluso lingüísticamente!) de inferioridad y subalternidad. Un mínimo sentido de la equidad manda compensar esa inferioridad situacional de las mujeres con medidas especiales que establezcan la igualdad de oportunidades. Son cosas tan patentes que negarlas no puede ser solo producto del error o la ignorancia sino de la mala fe.
Como ese otro argumento también muy socorrido que se horroriza del ataque al principio de igualdad ante la ley que supone el que ciertas normas sean más gravosas para los hombres por el hecho de ser hombres. El ataque al principio de igualdad ante la ley, dicen, es un ataque al Estado de derecho. Es posible pero, sin duda, puede aguantarlo. ¿O no es este el Estado de derecho que se gloriaba de ser tal al tiempo que llamaba sufragio universal al sufragio masculino, solo para los hombres y no para todos sino únicamente para los más ricos?
(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).
dimarts, 13 de març del 2012
Violación.
¡Cómo avanza la civilización! En la Argentina ya se permite que las mujeres violadas aborten. ¡Vaya por dios! Hasta ahora estaba prohibido, como en todos los demás lugares en que rige la moral (y la ley) patriarcal/machista que privilegia al hombre e ignora a la mujer, la trata casi como un semoviente y no tiene una pizca de compasión por las manifestaciones concretas de un sufrimiento y una humillación que duran siglos. Es necesario ser realmente un granuja, un ruin granuja, para no entender la tortura que acarrea el gestar un ser producto de la brutalidad de una violación pues la elección es siempre agónica: o se aborta (y, encima, con la penalización de una ley injusta) o se tiene el hijo del enemigo y, haciendo de tripas corazón, se es una madre para él, en bastantes ocasiones, además, arrostrando la hostilidad de los allegados.
Porque muchas veces la violación es un crimen aislado, esporádico, individualizado; pero muchas otras es una política deliberada del mando que ordena a las tropas vencedoras en una guerra que, tras exterminar a los vencidos, violen en masa a sus mujeres para implantar en sus senos la semilla de la etnia, la raza, el color de los violadores. Política deliberada de destrozo desde tiempos inmemoriales y que recientemente se ha visto aplicar en el Congo o en la antigua Yugoslavia.
Si este aborto por violación está aun prohibido en muchos sitios es porque sigue pesando el repugnante parecer de esos curas de tres papadas, orondos eunucos sobaniños que predican cómo la mujer violada, es decir, la mujer atropellada en lo más íntimo de su ser, debe sobrellevar su infortunio con resignación y parir y criar al inocente fruto de su vida destrozada. Y estos son los caritativos curas occidentales o sus devotos doctrinos al estilo de Gallardón. En el mundo musulmán, en donde los curas son todavía más brutales e imbéciles que los cristianos, la violación se echa en cargo de la víctima y esta no solo queda deshonrada sino en peligro de perder la vida.
Quizá haya cosas tan odiosas, crueles e inhumanas como una violación pero, desde luego, no más. El forzamiento deja siempre secuelas terribles en quien lo sufre, físicas y psíquicas. Y solamente desalmados y descerebrados, como esos policías que -ya no tanto, afortunadamente- solían reírse de las mujeres que se atrevían a denunciar una violación diciéndoles que eso sería lo que ellas quisieran. ¡Cuánto canalla ha vestido y sigue vistiendo uniforme de policía, bata de médico, toga de juez! La solidaridad machista presenta siempre un frente cerrado para obligar a las mujeres a hincar la cerviz y aguantar los atropellos, desde el chulo de discoteca hasta el intelectual semiculto y pedante, de vuelta de todo, que describe en su columna periodística cuán harto está ya de la tiranía feminista, de la queja continua de las mujeres, de la sobreprotección de que gozan, de la falsa igualdad de que se aprovechan, frente al sufrido varón al que, a priori, se hace culpable de todo. Luminarias de la estupidez que confunden el ruido de sus tripas con el sonido del ingenio.
La falta de sensibilidad del machismo dominante en nuestra sociedad es abrumador y, en buena medida está sostenido por mujeres, enajenadas por los curas y sus propias frustraciones que defienden la causa que las oprime. Por ejemplo, esa inefable alcaldesa de Madrid que prefiere que la igualdad tarde más a que haya "atajos" porque no se atreve a decir que no quiere que haya igualdad en absoluto ya que, si la hubiera, ella no habría llegado a donde ha llegado pues lo ha hecho gracias a su marido y no a los méritos personales que sin embargo pide a las demás.
Realmente, la hipocresía social que rodea al patriarcado es repugnante y para removerla no basta ese terrible caso de la adolescente marroquí que se ha suicidado porque los criminales que la rodeaban bajo el nombre de familia (sacrosanta, desde luego) la obligaron a casarse con el otro criminal que la había violado, una niña en la flor de la vida a la que el machismo brutal sobre el que se permiten hacer bromas los señoritos de la derecha (y muchos de la izquierda), prefiere ignorar pues no puede ridiculizar directamente a la víctima que es lo que les pide el cuerpo castrado con la "contracorrección política" que les imbuyeron de niños. Esa noticia que subleva el ánimo, enciende la sangre y clama al cielo debiera ser primera en todos los periódicos y telediarios. Pero no, ni siquiera aparecerá. Al fin y al cabo, una injusticia cometida con una menor, marroquí, africana, mujer..., nada. Lo importante es lo que dice esa enchufada, engreída e hipócrita, Ana Botella.
(La imagen es un grabado de Castelao de 1937, titulado Atila en Galicia y refleja uno de los muchos crímenes que los fascistas cometieron con la población civil y que sus herederos ideológicos no quieren que se investiguen. La base del terror franquista, que llega hasta hoy).