En un país en cuya capital el colegio de abogados decide mantener el título de "decanos honoríficos" a favor del genocida Francisco Franco y el fascista José Antonio Primo de Rivera no tiene nada de extraño que el gobierno haga aprobar leyes injustas y machistas por un parlamento que, a su vez, reverbera de reaccionarios y cipayas.
Es un país en el que un porcentaje importante de la población sigue siendo franquista, fascista, partidario de la dictadura y que vive tan feliz regida por un gobierno compuesto por corruptos, imbéciles y meapilas y dirigido por otro corrupto especialmente mendaz. Es un país que no pertenece al continente en que se encuentra, Europa, sino al de Asia musulmana, ni al siglo en que se halla, el XXI, sino al XV.
A lo mejor con estos dos datos, esos genios que reprochan lo poco que se consiguió en la transición pueden ver lo que cuesta mover esta densa capa de burricie, oscurantismo y servilismo rasgos esenciales de España. O quizá puedan ahora demostrar cuánto valen, evitando que la reacción nacionalcatólica hunda más el país. Y quizá se entienda también por qué la zona más avanzada, más europea, Cataluña, pretende independizarse y muchos la envidiemos.
Que siete diputadas del PP aplaudan como locas al ministro que convierte en ley su propia servidumbre demuestra a las claras el grado de abyección a que pueden llegar los seres humanos. Porque esa ley que este hipócrita clerical ha impuesto al país a caballo de una mayoría absoluta lograda por la banda de malhechores que ganó las últimas elecciones a base de mentiras es el ataque más brutal que se ha producido en nuestro país en contra de las mujeres.
O sea, esas siete cipayas, aplauden como lo que son: almas serviles, criadas del machismo patriarcal de los curas y sus monaguillos, elementos en el proceso de reproducción de su miseria. Pero son algo más: auténticas estúpidas que no solamente aplauden que se las despoje de sus derechos sino que se las trate como inferiores mentales.
¿Por qué? Sencillo: ¿han escuchado ustedes a este untoso sofista vanagloriándose de que "por primera vez se va a despenalizar de modo absoluto a las mujeres en las casos de abortos ilegales", como si fuera una conquista para ellas? ¿Lo han oído decir muy ufano, como buen fariseo y sepulcro blanqueado que en el aborto, la mujer nunca es culpable sino víctima, dando a entender que es un avance?
¿Y qué es eso sino muestra palpable de que este majadero considera a las mujeres como menores de edad, niñas, inferiores, irresponsables de sus actos?
Esa muestra de machismo es lo que estas descerebradas aplauden y los ciudadanos normales tenemos que soportar porque 11 millones de individuos, de esos que aceptan encantados que Franco y José Antonio sigan siendo decanos honorarios del colegio de abogados, lo han votado.