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dissabte, 2 de juliol del 2011

Dos casos de manual.


I.- Strauss-Kahn en el Ox-Bow Incident.

Cuando estalló el escandalazo de Dominique Strauss-Kahn (DSK) Palinuro mantuvo un prudente silencio a riesgo de que los críticos, que no pasan una, lo acusaran de no mencionarlo debido a sus supuestas simpatías sociatas. No había tal. Antes bien, había que el caso era demasiado típico, casi perfecto, evidente. Tanto que suscitaba sospechas razonables. De un lado podía construirse una historia melodramática muy convincente y que suele ser ideal para consumo de masas, siempre dispuestas a soliviantarse moralmente con las perversiones de los ricos, famosos, poderosos. El caso del gran banquero (aunque sea por delegación), acostumbrado a hacer lo que le da la gana y la oscura y modesta camarera, inmigrante para más señas, víctima de las demasías de los crápulas de las alturas. De otro lado se añadía que DSK, el modelo de triunfador, es socialista y se aprestaba a subir más en la jerarquía social presentándose candidato a la presidencia de la República francesa. Dos datos que añadían picante y morbo a la truculenta historia.
En cuanto al primer aspecto, el señor y la plebeya, el asunto recordaba las indignantes aventuras del malvado baronet y la infeliz huérfana a su merced, típicos de los melodramas de Guillermo Sautier Casaseca y Luisa Alberca con las que se amenizaban y moralizaban al tiempo las tristes vidas de los españoles en los años pre-televisivos del Invicto. Podía ser y, en verdad, puede seguir siendo cierto mientras las cosas no se aclaren del todo. Pero resultaba demasiado tópico, demasiado perfecto. Era tan increíble que obligaba, cuando menos, a suspender el juicio y esperar para no parecer los honrados ciudadanos de Bridger's Wells, en la magnífica peli de William A. Wellman, The Ox-Bow Incident, sobre la aun mejor novela de Walter Van Tilburg Clark. Unos adeptos a la ley de Lynch cuelgan a tres presuntos asesinos y cuatreros sin darles la oportunidad de defenderse ante un tribunal de justicia.
Pero en contra de esa restricción hablaban los dos datos picantes mencionados: un socialista y probable candidato a la presidencia de la République en lid con el hombre de la derecha, Sarkozy. Demasiado fácil: no se puede presentar a un violador como candidato a nada honorable. La derecha respiraba tranquila porque DSK era una amenaza cierta. Ahora sólo tendría que vérselas con alguien como Martine Aubry de quien se ha llegado a decir que quizá quedara en tercer lugar en la primera vuelta de las presidenciales, por detrás de la hija de nacional Le Pen, cosa tampoco tan extraña pues ya le sucedió a Lionel Jospin con el propio Le Pen.
En la izquierda, esa que se ve a la izquierda de la socialdemocracia, la cuestión era evidente en sí misma: el afán socialdemócrata de contemporizar con los ricos, los capitalistas, corre parejo con la perversion e inmoralidad de su comportamiento que reproduce el de estos, con su tradicional desprecio por las clases populares, a las que someten a todo tipo de sevicias, incluidos los asaltos sexuales. El asunto no puede ser más absurdo porque implica extraer consecuencias morales de cuestiones políticas sin que haya base alguna para hacerlo. La sola insinuación de que la opción política determina un tipo de comportamiento moral personal es tan disparatada que no merece ni comentario. La base de todas las opciones políticas es el ser humano y el ser humano es igual (y distinto) en todas partes. Pero que sea disparatado no quiere decir que no sea útil. Porque, al fin y al cabo, si la derecha quiere cerrar el camino de DSK a la presidencia, la izquierda "izquierdista" también quiere sacar tajada: que la socialdemocracia desaparezca para ocupar su lugar, y puede caer en la tentación de emplear este medio tan falso para conseguirlo.
En el caso de que haya caso penal contra DSK, que está por ver y hasta hay quien dice que no lo habrá, el acusado lo será por su comportamiento personal, no por su opción ideológica directa o indirectamente. Y por lo tanto, a juicio de Palinuro, lo correcto, en todos los sentidos del término, hubiera sido callar y esperar. Puede que, después de todo, efectivamente, DSK sea culpable; pero no es seguro y hasta es posible que no lo sea en cuyo caso el tremendo daño que se le habrá infligido como persona ¿no dará que pensar? ¿O es que por ser socialista y/o rico ya no es persona?
II.-Teddy Bautista y la presunción de inocencia.

Menuda primera de Público. Está claro que tiene una finalidad connotativa que lleve a asociar la SGAE con ETA o, cuando menos, con la mafia. "Desmantelar" y "cúpula", dos términos de resonancias tremendas. Es un reflejo de la animadversión que concitaba Bautista en sectores amplísimos de la población; más concretamente, tod@s los obligad@s a pagar un canon que no tiene niguna justificación moral y que ha sido desautorizado. Pero no sé si ello puede llevar a poner al acusado desde ya mismo en la picota.
La SGAE se ha convertido en los últimos años en el adalid de los derechos de autor frente al gratis total de la red. Y en eso cuenta también con mucho apoyo. Palinuro, por ejemplo, cree que los creadores tienen derecho a vivir de su trabajo, a cobrar por sus obras. Pero no cree que ese derecho deba imponerse a base de cánones o de convertir en delincuentes sin más a quienes piratean contenidos. Parece razonable pensar que el derecho de propiedad intelectual debe adaptarse a las condiciones del mundo digital y de la red y redefinirse de forma que una mayoría social lo apoye y no se imponga por vía de decreto o de ley que pueda considerarse razonablemente injusta.
El percance judicial de Bautista suena muy verosímil pero también era muy verosímil la primera versión de la historia de Strauss-Kahn. Los delitos societarios, como los sexuales, tienen una especie de prima de crédito, esto es, se creen antes y más simplemente porque coinciden, al parecer, dando razón a un prejuicio: que a los hombres se les va siempre la mano sobre las mujeres y sobre la caja.
Es difícil pedir respeto a la presunción de inocencia para alguien que ha conseguido enemistarse con medio país o más. Pero hay que hacerlo y no dejarse llevar por pasiones que obnubilan el juicio. Bautista está en buenas manos, en manos de los jueces. Serán estos quienes decidan si es culpable o no y en qué medida. Pero sea lo que sea, inocente o culpable, es obvio que lo es con independencia de sus convicciones acerca del derecho de propiedad intelectual. Habrá quien diga que esas convicciones son fingidas. Es posible, pero ello no afecta al derecho en sí, sino al fingidor. No hay relación de causa efecto alguna entre la defensa del derecho de propiedad intelectual y una probabilidad de llevárselo crudo a casa distinta de la de la defensa de los derechos de los animales o de los gays a que los obispos no los llamen pervertidos, precisamente los obispos.

dimarts, 25 de gener del 2011

Gürtel y las cortinas de humo.

Ya han aparecido las consabidas cortinas de humo, recurso sempiterno de la derecha para no dar explicaciones (ni adoptar decisiones) sobre los numerosos procesos judiciales por presunta corrupción, en los que están implicados decenas de cargos públicos del PP, desde los más elevados (un tesorero o un presidente de Comunidad Autónoma) hasta los más modestos (concejales y alcaldes en numerosos municipios), pasando por los medios (un presidente de Diputación y varios consejeros o diputados autonómicos), prácticamente una especie de metástasis. Por lo que se va sabiendo, alguno de estos supuestos casos de corrupción, el de Gürtel, es tan intrincado que parece novelesco.

La última noticia es que, según un informe policial incorporado al sumario, la Gürtel pagaba las vacaciones del alcalde de Pozuelo, quien viajaba al extranjero acompañado de su familia y hasta de la empleada del hogar , prueba clara de la preocupación de la derecha por el bienestar de los trabajadores. La señora Ana Mato, esposa del alcalde citado, desmiente el asunto tajantemente en la web del PP, en lo que hace al pago del viaje de su persona; nada dice de sus familiares ni de la empleada del hogar. Pues bien, esta noticia, considerada "filtración" por el PP (aunque, si no recuerdo mal, el sumario ya no está bajo secreto, es público), es calificada por el señor González Pons como una cortina de humo para tapar el éxito de la convención de Sevilla. Que la convención de Sevilla haya sido un éxito está por ver. Lo que no está por ver sino ya visto es que el PP está inmerso en una maraña de acusaciones en relación con una trama cuyas presuntas actividades delictivas no se limitaban al ámbito administrativo-político de las contratas, los cohechos, la financiación ilegal, los fraudes a la administración, etc, sino que pueden alcanzar proporciones impredecibles si en verdad se substancian las presunciones de blanqueo de capitales o tráfico de mercancías digamos problemáticas, como las esmeraldas.

En estas circunstancias, ocuparse de cualquier cosa que no sea dilucidar los casos de corrupción que atosigan al PP es, en realidad, esa sí, una cortina de humo. Porque este magma de corrupción no se reduce al asunto estelar de la Gürtel sino que presenta otros casos también en vía judicial, paralelos o indirectamente vinculados a aquella, como son los del expresidente Matas, del presidente de la diputación de Castellón, Fabra o el insólito y jamás aclarado caso Fundescam. Es decir, es el PP en su conjunto, como partido de gobierno, el que aparece sistemáticamente ligado a los casos de supuesta corrupción.

El hecho de que, a pesar de lo anterior, la intención de voto del PP esté doce o catorce puntos por encima de la del PSOE suscita perplejidad. Hay quien sostiene que al electorado del PP no le importa la corrupción siempre que se dé en su partido; en los demás no la tolera. Pero eso no es una explicación sino una descripción. Quizá lo sea más la idea de que para la derecha la política es hacer negocios y los negocios son los negocios. Por ello es tan partidaria de privatizar y, sobre todo, desregular, eliminar filtros, normas, controles, "pesada burocracia". Lo que ya no entiendo tanto es la insistencia en recortar el gasto público cuando es la fuente nutricia de un surtido juego de negocios estilo Gürtel que afecta a un buen puñado de políticos del PP.

Lo decisivo es la intención de voto y, con esa intención de voto, resulta sensato lanzar cortina de humo tras cortina de humo para que no se hable de la Gürtel. La resurrección del caso del bar faisán va a dar mucho juego. Y, a falta de faisanes el asunto consiste en tildar a su vez de cortina de humo todo lo que sea señalar los vínculos entre el PP y la corrupción. Pero la Gürtel ahí sigue, como una némesis silenciosa. Y tanto si hay vista oral antes de las elecciones de 2012 como si no, continuará sobresaltando la vida política.

(La primera imagen es una foto de 20 Minutos, la segunda de Unión Centro Benalmádena, ambas bajo licencia de Creative Commons

dissabte, 30 d’octubre del 2010

Sigue la dragomaquia.

Sorprendente la indignación y el escándalo públicos que ha suscitado el episodio de las lolitas japonesas que cuenta Dragó en su último libro en colaboración con Boadella. Y el primer sorprendido parece ser él mismo pues, aunque en algún otro lugar se ufana de que su madre lo comparara con el héroe de con él llegó el escándalo, no ha aguantado la arremetida y ha dado todo género de confusas y timoratas explicaciones, desdiciéndose y rebajando su relato al nivel de una baladronada sexual de sobremesa de machos o billar de barrio. Se ha demostrado una vez más que en estos casos el reconocimiento de los hechos, el repliegue, el arrepentimiento (aunque sea indirecto y por deducción) no solo no tranquiliza los ánimos sino que parece cebar el ultraje.

Hay voces en los medios, grupos en Facebook, iniciativas en otras redes, un clamor en las ediciones digitales de la prensa pidiendo que se expulse a Dragó de los diversos lugares en los que trabaja, que se retiren sus libros y que se le procese por pederasta. Estos designios suelen ir acompañados de acaloradas diatribas en contra del personaje a quien a estas alturas ya han llamado de todo. Y la verdad es que uno siente ante ello no solo cierto cansancio por lo exagerado de la escandalera pública sino también la incomodidad íntima de estar siendo arrollado por una oleada de hipocresía y falsedad al estilo de La letra escarlata.

No presumo de original y confieso que me sucede como a muchos de mis compatriotas, que encuentro a Dragó insoportable a causa de su narcisismo, su exibicionismo y la vacuidad de sus propósitos. Algo de esto debe de haber en la indignación generalizada en su contra: muchos le tenían ganas por sus provocaciones, el carácter desinhibido de su actuación pública y han aprovechado la circunstancia para cargar contra él, liberando así su resentimiento. Otros tendrán otras motivaciones pero, en definitiva, da la impresión de una gran desmesura entre el hecho en sí y la repercusión que está teniendo.

Por más que lo acusen y, en su ignorancia, se acuse él mismo de haber cometido un delito (si bien éste ha prescrito a decir del autor), no hay tal. Si las chicas con las que Dragó hizo lo que hiciera, pues a estas alturas ya ni está claro si llegó a saludarlas, tenían trece años cumplidos, no hay prescripción porque no hubo delito ya que los trece años es la edad que marca el código penal para reconocer la del llamado consentimiento. Follar con un chaval o una chavala de trece años no es delito si media su consentimiento.

No obstante, se insiste, ese impresentable confiesa haberse acostado con dos menores, presume de ello, las maltrata verbalmente, en definitiva es un pederasta que no merece estar en la tele, en la feria del libro ni en parte alguna. Pero esto no es tan sencillo. Lo del maltrato verbal, la burla y el tono zafio es marca de la casa de este mitómano compulsivo pero el problema reside en la fijación de una mayoría de edad "de consentimiento" que está muy por debajo de la mayoría de edad civil y penal. Así que, efectivamente, lo de Dragó fue con unas menores, pero no con unas menores sexualmente hablando y esto hace que su comportamiento pueda tildarse de inmoral pero no de ilícito o delictivo.

El caso es que el asunto no tiene arreglo. Es obligado fijar unas edades (13, 14, 16, 18 años) para los distintos tratamientos jurídicos de las personas afectadas. En estas condiciones, cuando la gente piensa en que la edad de consentimiento es de trece años, una de las primeras cosas que hace es personalizar la experiencia: ¿qué haría yo si mi hija de trece años se liara con un tipo como Dragó? Es fácil adivinar las respuesta unánime; de hecho es la que hay. Y sin embargo esa hipotética hija estaría en su derecho y el tipo también. No habría otro remedio que rebajar la mayoría de edad civil a los trece años o subir la de consentimiento a los 18 y ambas medidas son, fácilmente se ve, sendos disparates. Quien piense que un chaval de trece años tiene discernimiento para celebrar un contrato, por ejemplo, vive en el limbo. A la inversa, quien crea que puede obligar a los chavales a no tener relaciones sexuales antes de los 18 años no ha tratado con adolescentes. Así que, sea lo que sea lo que Dragó haya hecho con las lolitas (en su primera versión todas las locuras que quepa imaginar; en la segunda nada que no pueda contemplar una honesta familia del Opus cargada de hijos), no hay delito. No habiendo delito, Dragó puede hacer lo que quiera y quienes lo llamen "perverso" o "degenerado" que tengan la gentileza de explicar más detenidamente qué quieren decir esos términos. En mi opinion, nada; carecen de sentido.

Pero es que tengo la intuición de que tanto ultraje público, tanto rasgarse la vestiduras y clamar al cielo justiciero, delatan un grado elevadísimo de hipocresía que produce tanto rechazo como la pedestre vanidad del interesado. Una intuición fundada en datos firmes, en estadísticas muy reveladoras. Veamos: las páginas pornográficas son las más numerosas y las más visitadas de la red. En 2006 había más de cuarenta millones de sitios web de sexo y más de cuatrocientos millones de páginas web de sexo (Internet Pornography Statistics); hoy serán el doble. El consumo, acorde con estos datos: hay 75 millones de visitas mensuales a las páginas de sexo. De esas, a su vez, más de 13 millones van a páginas de sexo con adolescentes, de las que había más de dos millones. La pornografía y la pornografía juvenil son negocios boyantes en la red. Y eso sin contar el consumo de vídeos pornográficos de los que, por cierto, España es el cuarto fabricante mundial, después de los Estados Unidos, los Países Bajos y el Brasil.

No creo exagerar si digo que una parte alícuota de esos millones es española y muchos de los que la componen se contarán entre quienes se manifiestan en público indignados, pidiendo todo género de castigos para Dragó.

Luego está ese argumento según el cual la literatura no delinque y al que se ha apuntado la derecha a toda velocidad para tratar de exculpar a Dragó según su invariable procedimiento de que los suyos no desbarran. Lo han hecho Esperanza Aguirre, aprovechando su gran saber literario que le viene de ser pariente de Gil de Biedma y el portavoz del PP, González Pons al que han soplado que un tal Nobokov tiene mucho de culpa en esto. Desde luego que la literatura no delinque y quien crea que una novela es una guía para la acción práctica no sabe de qué habla. Sobran por tanto las referencias a García Márquez y a Bukowski (que es a donde llega la cultura literaria del momento) como sobrarían las de Mandiargues, Borroughs, Henry Miller, D. H. Lawrence o Sade. Y sobran porque las baboserías de Dragó sobre las lolitas no están en contexto literario alguno sino en libros de memorias y confesiones. Y, lo dicho, mientras sus manifestaciones respeten el límite que marca la ley, no delinquen pero sí pueden enjuiciarse a la luz de la moral, el buen gusto, la elegancia y la agudeza de ingenio y tratándose de un hombre que está en nómina de una tendencia política como los bufones en la corte de los Austrias, ¿había alguna duda de que serían inmorales, zafias, groseras, romas y ásperas como la piedra pómez? Y eso sin contar con que, a tenor de otras manifestaciones en otros terrenos, el pavo alcanza las máximas cotas de cobardía y estupidez.

(La imagen es una foto de Rafel Robles L., bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 27 d’octubre del 2010

Escabrosidades.

Cualquiera que observe la escena pública española dará fe, supongo, de que está llena de insultos, procacidades, groserías y fantasmadas. Convendría, por el bien común, apaciguar algo los ánimos. No digo que todo el debate público haya de hacerse con guante blanco porque la espontaneidad tiene también su sitio. Pero no hasta llegar a la zafiedad o la agresión verbal. Con todo, hay variaciones.

En sus manifestaciones públicas el escritor Pérez-Reverte emplea unos calificativos de grueso calibre, insulta de forma directa y con frecuencia muy hiriente. Llamar perfecta mierda (o perfecto mierda, que no lo he entendido bien y de ambas formas puede decirse) al ministro Moratinos es cruel. Y la crueldad es siempre indeseable sobre todo para con quien no puede defenderse por razón del cargo. Porque si viviéramos en la época que tan felizmente recrea en sus libros el autor, en que existía la costumbre del duelo, dado que estos insultos son ofensas al honor y dado asimismo que, según moral calderoniana, las manchas del honor sólo se lavan con sangre, correspondería a Moratinos mandar los padrinos a Pérez-Reverte. Y yo en su lugar elegiría arma de fuego porque en arma blanca el autor de El maestro de esgrima está muy versado. Como sea que hoy no hay lugar a duelos y, aprovechando la feliz circunstancia de que ya no es ministro, si Moratinos llamara mierda imperfecta o, para que no se sienta capitidisminuido, mierda pluscuamperfecta a Pérez Reverte quedaría la cosa bastante compensada aunque a un nivel lamentable.

En un nivel aun más bajo, el alcalde de Valladolid, De la Riva, al insulto (menos contundente que los de Pérez-Reverte, más diluido, con empleo incluso de la ironía) añade la grosería y la rijosidad. Los "morritos" de la ministra Pajín digamos que lo inspiran. Dado que el señor De la Riva es ginecólogo uno cavila qué le dará a pensar la visión de partes más íntimas de la anatomía de sus clientas y si, cuando no está en público o hablando por la radio, la cosa se queda en pensamiento.

La grosería del alcalde no puede siquiera entrar en el terreno del honor como los insultos de Pérez-Reverte porque no hay duelo posible entre un hombre y una dama. Por definición, desde el origen de los tiempos y con ejecutoria de la moral caballeresca está establecido que ningún caballero puede jamás ofender a dama alguna y, si lo hace, deja de ser caballero para convertirse en un rufián. Cabe pensar que también esta moral caballeresca es machista y tendrá que cambiar a medida que avance el feminismo. Es posible pero, de momento, sigue siendo uno de los pilares de nuestra educación moral y sentimental... salvo que no se tenga educación, claro, como es el caso. El SMS o lo que sea que Rajoy ha mandado a este rufián solidarizándose con él lo pone a su nivel: el de quien ignora que un caballero no ofende jamás a una dama.

Y cuando de damas se habla, también de damiselas y emerge el escritor Sánchez Dragó que, según parece, presume en un libro reciente de haber follado con dos chavalas de trece años (supongo que japonesas) en Tokio allá por los años sesenta con lo que, siempre según se lee en la prensa, el posible delito ha prescrito. De inmediato se ha armado una de campeonato en que se acusa a Dragó de todo, de pedofilia, de pederastia, corrupción de menores, abuso, qué sé yo. No hay rincón del país en el que no se pida que lo echen de todas partes, que se convierta en una especie de apestado.

Desde luego que en lo relativo a las lolitas reina la ambigüedad que impregna la novela de Nabokov o los cuadros de Balthus y donde hay ambigüedad, hay hipocresía. La más evidente es que el asunto del sedicente delito no es tal porque si las dos chicas tenían los trece años cumplidos y en lo que hubiera sexualmente no medió engaño alguno, según el código penal español, no hay delito. Según el japonés, tampoco. En España y el Japón yacer con moza de trece años cumplidos no es delito si media consentimiento. Pero provoca escándalo que probablemente en muchos casos oculta pura envidia. Si no no se explica de dónde sale luego tanto pederasta, empezando por el clero.

Lo más sorprendente de Dragó no es que en el libro presuma de habérselo hecho con dos ninfas sino que, a la vista de la que se ha montado, haya pretendido rectificar achacándolo todo a una "anécdota trivial" hecha literatura. Con el escándalo Dragó tiene ya vendido el libro y quienes no lo compren no dejarán de curiosear las páginas calientes en las grandes superficies. Lo que no se entiende es esta especie de arrepentimiento vergonzante y cobarde que viene a decir poco más o menos, que es una fantasía que le contó a su interlocutor como si fuera un hecho o algo así. No sé qué valor pueda tener un libro especie de confesiones en el que se cuentan trolas.

Si el asunto no es delito, no es delito y todo lo demás es opinable. La opinión está muy en contra de las relaciones de adultos/as con chicas/os de trece años. Pero esa misma opinión sabe que su opinión es muy versátil. Las edades en que las chicas entran en relaciones sexuales y se casan han variado bastante; en el mundo musulmán suelen ser muy bajas para los gustos cristianos... actuales; hace un par de siglos las jóvenes cristianas, incluso las reinas, podían llegar al matrimonio aún impúberes. Hoy en España son 13 años. La edad de las lolitas dragonianas.

O sea que, estando dentro de la ley, Sánchez Dragó puede hacer lo que quiera y como quiera y no tiene porqué inventarse subterfugios o historias. Le gustan las chicas muy jovencitas. Bueno, según parece a su interlocutor, Albert Boadella, le tiran más las mujeres de cincuenta años, más tipo dueña, probablemente. Están en su derecho. También habrá mujeres a las que les gusten los hombres tipo Sánchez-Dragó o Boadella, y si yo tuviera que objetar a algo sería al modo de describir los gustos. Eso de los pechitos como capullos y el chochito rosáceo pues, en fin..., baboserías de viejos verdes.

(La imagen es un grabado de Katsushika Hokusai, El demonio de los celos gigantes, de 1831.

dissabte, 26 de setembre del 2009

El señor De la Rúa debe responder.

Dice Manolo Saco en su blog que el caso Camps acabará siendo el caso de la Rúa. Tal cual. El calado de los nuevos papeles que han aflorado y que el juez más que amigo se ha permitido ignorar y ha rechazado más tarde incriminan de tal modo a la pandilla valenciana, empezando por el Curita y terminando en el Bigotes que me pregunto si no cabe denunciar al juez de la Rúa por obstrucción de la justicia. Lo que esos papeles muestran es un régimen completamente corrupto en el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Valencia, un expolio sistemático de los recursos públicos y una cuidadosa organización de financiación ilegal del PP, todo ello bajo la atenta mirada de sus máximos responsables políticos. Es de suponer que los papeles estén ya siendo investigados en un juzgado de Madrid pero, de no estarlo, sería la Fiscalía anticorrupción la que tendría que actuar de oficio ipso facto. Porque si estos papeles son ciertos urge una acción pública para poner fin a tanto desmán, frenar la catarata de insultos en que se convierten las comparecencias públicas de un señor Camps cada vez más acosado y forzar una explicación pública del señor De la Rúa.

La imagen es una foto dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 25 de setembre del 2009

La "justicia" del juez De la Rúa.

Vamos a ver si he entendido bien este esperpento del no proceso al señor Camps, al que una trama corrupta paga los trajes al parecer porque el pobre andaba en andrajos. A ver si he entendido bien esta farsa de la no dimisión del señor Camps tras haber mentido como un bellaco al país entero afirmando que él se paga sus trajes.

Ya sé que cabe esgrimir razones formales para justificar el archivo de la causa contra Camps y la devolución a la fuente del informe de la policía sobre la financión ilegal del PP, pero hacerlo es una trampa similar a si se pretende negar la mentira con el argumento de que el señor Camps no mentía porque él se paga los trajes... que se paga. Todo se puede retorcer, amañar, desnaturalizar y emplear aviesamente pero se entiende que eso no es de recibo y hay que justificar los propios actos a la luz del sentido común y de las normas morales ordinarias con una base cultural cristiana.

El sentido común dice que un juez adoptando decisiones en una causa penal contra un amigo suyo es una inmoralidad en todo el planeta y en todo tiempo y condición. El señor Camps y el señor De la Rúa son amigos íntimos, según declaró en su momento el señor Camps sin que nadie, ni el mismo señor De la Rúa dijera nada en contra.

En consecuencia, el señor De la Rúa debió abstenerse en el caso de su amigo el señor Camps. No lo hizo y eso es lo que confiere a su acto la condición de inmoral. De nada sirve decir que no hay tal inmoralidad porque nadie la denunció en su momento y nadie puso en marcha la sucesión. La frecuencia de uso no convierte un acto inmoral en uno moral por la misma razón por la que el mucho frotar no convierte una calabaza en un suntuoso carruaje. El señor De la Rúa debió abstenerse motu proprio, sin necesidad de que se le exigiera, salvo que quiera dejar a su amigo Camps por mentiroso por cuanto no sea cierto lo que éste dijo de su amistad más que amistad. Por cierto, incidentalmente, ¿cuánto más que amistad y de qué naturaleza? ¿Son amantes el señor Camps y el señor De la Rúa, son maestro y discípulo del budismo zen? ¿Qué son el uno para el otro? Esta es una cuestión procesalmente importante a la que debiera contestar el señor De la Rúa so pena de que se piense que lo suyo es la inmoralidad y la injusticia.

Por último, el argumento de que, no habiendo sido recusado el señor De la Rúa, ha cumplido el plazo, por cuanto en asuntos de honra y honor no hay plazos ni plazas. Tu delito puede haber prescrito por lo que no serás penado por la ley pero seguirás siendo un inmoral y los jueces, como los políticos, no pueden sr inmorales porque esa es la mayor corrupción que cabe albergar en un sistema.

Parece que no y hasta el señor Rajoy anda por ahí diciendo que el "caso Camps" quedó en nada. Pobre señor Rajoy, que nunca entiende de qué va la música: el caso Camps no solamente pervive sino que se ha multiplicado por dos con el "caso De la Rúa". Es lo que tiene la corrupción: que contamina todo lo que toca. Ahora el señor De la Rúa separa de la documentación del caso Camps un informe policial que prueba financiación ilegal del partido de su más que amigo señor Camps. No dudo de que el señor De la Rúa, consumado maestro en triquiñuelas procesales, habrá encontrado alguna justificación formal o alguna laguna pero se estará de acuerdo en que, en principio, un juez que lejos hacer avanzar la causa de la justicia, trata de evitarla es cosa rara.

El caso Camps es un golpe fortísimo al conjunto del sistema jurídico y político español.

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 9 de setembre del 2009

Más dura será la caída.

Ay, ay, ay, señor Camps, señor Camps, ¡que lejos andan la conducta y la moral! Tu forma de mentir es plana y trasluce desprecio hacia tus conciudadanos. "Yo me pago mis trajes". Y no es verdad. "No conozco de nada al Bigotes". Y es tu amigo del alma.

Ay, ay, ay, señor Camps, señor Camps, ¡que lejos andan la conducta y la moral! No todos los jueces son tus amigos del alma. No todos archivan las causas que te son enojosas. Algunos se empecinan en hacer justicia y reclaman los papeles de los contratos de tu gobierno con la trama corrupta que llevas meses sin entregar.

Ay, ay, ay, señor Camps, señor Camps, ¡que lejos andan la conducta y la moral! Cuidado con el Supremo que está alto y lejano y sus magistrados no esperan nada de ti. ¡Qué disgusto te darían anulando la inicua decisión de tu amigo el juez De la Rúa!

Ay, ay, ay, señor Camps, señor Camps, ¡que lejos andan la conducta y la moral! Hasta el Fórmula 1 se empeña el contubernio masónico en aclarar para hacer zapa en tus nobles esfuerzos por elevar la dignidad de tus conciudadanos de informados a mentidos.

Ay, ay, ay, señor Camps, señor Camps, ¡que lejos andan la conducta y la moral! ¿Cuándo te darás cuenta de que un pato cojo no puede gobernar? ¿Cuándo de que, si no te vas ya, caerás sin querer y contigo caerá el buen nombre de lo que dices defender?

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 6 de setembre del 2009

El PSOE es la Gestapo.

Lo apuntó Palinuro hace unas entradas y merece la pena explicarlo con mayor detalle. Estallado el caso Gürtel en el que está implicada una cantidad respetable de cargos públicos y militantes de rango del PP, éste optó por responder agrediendo en manifiesta creencia de que la mejor defensa es un buen ataque. Empezó por cuestionar al juez instructor, Baltasar Garzón, al que acusó de "socialista", de parcial, de estar animadverso hacia el PP. A continuación cuestionó la independencia de los jueces y la profesionalidad del Ministerio Fiscal. Más tarde doña María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, acusó al gobierno del PSOE de estar realizando escuchas telefónicas ilegales a destacados dirigentes del PP, tesis ésta del gobierno escuchador que han estado repitiendo otros monagos del mismo partido hasta la saciedad. Hasta la saciedad, pero sin pruebas. De ahí, la señora De Cospedal saltó a calificar al gobierno de Rodríguez Zapatero de Estado policial con las mismas pruebas que tenía de las escuchas, esto es, ninguna. Por último el señor Camps, en un acto público del PP, elevó la estridencia hasta acusar al Gobierno de pretender implantar un "régimen de terror", una expresión vigorosa que descansa sobre idénticas inexistentes pruebas, es decir, un infundio más. Está claro que no es casualidad sino que hay coordinación, un evidente intento de que no se hable de Gürtel sino de las calumnias del PP, basado en el principio de quién la dice más gorda. Por eso, ¿qué tal andar propalando por ahí que el PSOE es la Gestapo? ¿O quizá la GPU?

Voto a tal que no deja de tener su miga que los herederos espirituales de Franco, los neofranquistas del PP, todavía presidido con honores por el señor Fraga Iribarne, acusen a los demás de "Estado policía" y "régimen de terror". Ellos, precisamente ellos. Pero, además de pintoresca, la táctica calumniadora tiene que tener alguna rentabilidad o utilidad. Como todo el mundo sabe y repite sin parar, el PP no habla de Estado policía porque de verdad crea que se trate de tal sino para distraer la atención del asunto Gürtel del que, en principio, parece seguirse que la corrupción es extrema y generalizada en el PP, con tres Comunidades Autónomas seriamente tocadas (Madrid, Valencia y Baleares) y otras en el alero. Y efectivamente, la gente no comenta nada del Gürtel y se entretiene con los infundios del PP. Pero es que, al estar el caso sub iudice, no hay nada que comentar mientras no haya noticias del proceso. Y cuando las hay, ya puede el PP calumniar lo que quiera que se comentan a gusto general. Gracias a eso el señor Bárcenas es un cadáver político y el señor Camps un típico lame duck o "pato cojo" porque, por mucho que lo aplauda el señor Rajoy y llene las plazas de toros, el asunto de los trajes no pagados es tan demoledor moralmente que toda inversión en él es un despilfarro.

En resumen y para que se me entienda: la campaña de infundios como defensa/ataque del PP sirve precisamente para lo contrario de lo que pretende ya que es la que contribuye a recordar el caso Gürtel, un caso de corrupción y financiación ilegal del partido de una trascendencia hasta ahora insospechada y que, de no ser por la campaña del PP, hubiera dormido el sueño de una noche de verano hasta que se reanudase la actvidad judicial después de las vacaciones.

dissabte, 5 de setembre del 2009

La fiesta del lagarto.

Con abundante mesnada galaico-castellana y rodeado de amigos y clientes, el Señor de los Hilillos decidió pasar al vecino Reino de Valencia, a visitar, es decir, a honrar a su vasallo el Señor de los Trajes y apoyarlo en su noble lucha contra la morisma infiel y taimada. Presente estaría también la musa del príncipe, la muy honrada Dueña Bolsada. Y fue allí, en el coso de la fiel ciudad, en donde el Señor de los Hilillos recibió el juramente renovado de lealtad del de los Trajes y proclamó su alianza, avisando a los malandrines enemigos de la fe de que el poderoso brazo del Señoría de los Hilillos caería sobre todo aquel que osara un nuevo contubernio contra el Señor de los Trajes, difundiendo la inmunda especie de que aquellos atuendos que lucía, hechos de las mejores sedas del Oriente demasquinadas con gusto exquisito no los adquiría de su peculio sino que eran dádivas procedentes de los saqueos de naves en alta mar y traídas a tierra por los piratas berberiscos.

Atronaba los aires la lastimera voz del de los Hilillos que se quejaba de que el príncipe, el leonés Rodríguez Borceguero le hubiera jurado enemistad eterna y lo persiguiera por doquier, espiándolo, escuchando sus conversaciones y presenciando hasta sus momentos más íntimos. Juraba a los cuatro vientos el señor galaico-castellano que el pérfido leonés, confabulado con los veedores del Reino y sus corregidores más fieles tenía en proyecto invadir sus tierras y desposeerlo del poder a través de una conspiración a la que se habían sumado los judíos de Elefantina a quienes el Borceguero había maltratado con antelación en una expedición contra el Turco.

Cantaba victoria el de los Hilillos pues traía con su botín cautivo a un alarife rifeño, experto en construcción de mezquitas partícipe en la conspiración anticristiana que, arrepentido, había pactado una pena leve a cambio de un relato público de cómo el tirano trataba de exterminar a los sectores más dignos y representativos de la comunidad.

Por eso fue tanto mayor la sorpresa y el bullicio cuando, habiendo subido al tablado el alarife con hopalanda de hereje relapso, dijo que, aunque había convenido un relato falso a cambio de su libertad, era incapaz de contar nada más que la verdad ya que su religión le prohibía la mentira. Enhebró así una denuncia de los propósitos del Señor de los Hilillos en connivencia con el Señor de los Trajes y la Dueña Bolsada de tapar sus muchas tropelías y desconciertos hablando de una persecución de desalmados seguidores del Borceguiano, cuyo párrafo principal fue: "no conozco ladrón, estafador o criminal alguno que no diga que la justicia es una farsa, que los jueces se la tienen jurada, que hay una conspiración en contra suya, que las fuerzas del mal pretenden su destrucción, que los jueces y alguaciles sólo buscan su perdición mientras dejan impunes los asaltos en los caminos, los incendios de caseríos y el pillaje en los pueblos".

(La imagen es una foto de thewritingzone, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 3 de setembre del 2009

Pensando en un elefante.

La señora De Cospedal, cuyo próximo enlace matrimonial debe de hacerla tan feliz que pierde el mundo de vista, insiste en el infundio de las escuchas telefónicas cuando ya los otros miembros destacados de su partido, el señor Rajoy y la señora Aguirre, lo han abandonado por estéril. La política castellano-manchega persiste en responsabilizar al ministro del Interior, señor Rubalcaba, de las supuestas escuchas sosteniendo que su negativa no vale nada dado que todos recuerdan que es el mismo que mirando fijamente a la televisión dijo que los GAL no existían. Una línea argumental muy típica de la señora De Cospedal por lo que tiene de tosca. Quiere decir que el señor Rubalcaba miraba fijamente el objetivo cuando se supone que dijo lo que dijo según De Cospedal.

La verdad, no recuerdo al señor Rubalcaba en la citada tesitura pero las palabras de De Cospedal me han traído de inmediato a la memoria al señor Aznar mirando fijamente al objetivo y diciendo que se le creyera que el régimen de Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva. No sé si la secretaria general del PP he tenido un lapsus o si se trata de un ejemplo más de la táctica derechista de la proyección. En todo caso la señora está de suerte de que el ministro sea Rubalcaba y no Berlusconi porque éste ya habría interpuesto una demanda en defensa del honor pidiendo cientos de miles de euros.

Da la impresión de que la señora De Cospedal sea lectora atenta de George Lakoff en su obra No pienses en un elefante en la que éste recurre a la teoría del encuadre en comunicación política para analizar los efectos de las campañas electorales entre los dos partidos en los Estados Unidos. La teoría aquí aplicada sostiene que quien establece los términos del debate tiene éste prácticamente ganado.

En el caso que nos ocupa la señora De Cospedal parece pensar que si consigue que se hable de las hasta ahora falsas escuchas del ministerio del Interior estará encuadrando la situación y consiguiendo que no se hable del caso Gürtel. El problema es que el caso Gürtel, la trama de corrupción que tiene al PP pringado por todas partes, no es un marco de un debate sino un proceso penal que sigue su curso con independencia de lo que en otros foros asegure la señora De Cospedal. De tal modo a ésta le sale el tiro por la culata ya que, cuando hay actuaciones en el proceso, todo el mundo se entera y, en el ínterín, la atención se mantiene gracias a las delirantes afirmaciones de De Cospedal que no mitigan en nada el efecto de dicho proceso en las expectativas de voto, algo que parece haber entendido hasta el señor Rajoy.

(La imagen es una foto de www:ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 26 d’agost del 2009

Un ridículo apoteósico.

A este paso no es que el señor Rajoy no llegue a las elecciones de 2012 como candidato a presidente del Gobierno. Es que es posible que no llegue el PP como candidato a formarlo. Ayer la oposición conservadora española hizo el ridículo apoteósico acostumbrado en la Comisión Permanente del Congreso de los Diputados. Pretendía apoyos para su solicitud de comparecencia de la señora Fernández de la Vega y los señores Rubalcaba y Conde Pumpido, vicepresidenta, ministro del Interior y Fiscal General del Estado respectivamente. Se trataba de poner de manifiesto cómo España es un Estado policial en el que el Gobierno persigue ilegalmente a la oposición. Quería que los demás grupos parlamentarios secundaran su petición sin presentar una sola prueba de sus acusaciones. O sea, pretendía organizar el habitual circo de descalificaciones e infundios en el que se gasta el dinero que los españoles destinan al funcionamiento de los órganos representativos.

Conociendo el natural correoso e inasequible al desaliento de la derecha española, esta amarga experiencia de soledad parlamentaria no la hará recapacitar sobre su intención de llevar esta misma fábula a las instituciones de la Unión Europea en donde, por muchas que sean sus afinidades ideológicas con el PPE, no tengo duda de que las reacción de los grupos europarlamentarios será la misma que la de los españoles: negativa a colaborar en una superchería que sólo trata de oscurecer la realidad y desviar la atención de los casos de corrupción que afectan al PP. "Mentiras de distracción masiva" las llamó el señor Gaspar Llamazares en un tropo que es un acierto

Y hay más. Mientras los diputados conservadores trataban de convertir en una decisión en sede parlamentaria su afirmación de que el Gobierno persigue más al PP que a ETA, la policía anunciaba haber descubierto el enésimo zulo de ETA en Francia, agujereada como un queso de gruyère por la santa bárbara etarra, en el que había una ametralladora, que no es un arma de fuego que pueda llevarse en la sobaquera. Las autoridades francesas dicen que es el golpe más importante asestado a ETA desde 2004 y supongo que las autoridades francesas no tienen especial interés en dejar por mentiroso al PP. Además no es necesario. Se ve a la legua.

En segundo lugar se trataba de formular en sede parlamentaria la otra teoría pepera o pepista de que España es hoy un Estado policial porque, al parecer, se han producido escuchas telefónicas ilegales de altos dirigentes del PP. Lo que ayer se difundió fue una escucha perfectament legal pues fue autorizada por un juez y de la que se sigue que los dos interlocutores, cargos públicos del PP en Mallorca, son una pareja de chorizos que actuaban coordinadamente con otros miembros del partido en la organizacón y explotación de una actividad presuntamente delincuente de varios millones de euros a base de facturas falsas y otras actividades ilícitas. Es decir, un ridículo espantoso: el PP no solamente no consigue sus objetivos sino que no puede evitar el conocimiento de una nuevo escándalo de presunto delito cometido por políticos del Gobierno del señor Jaume Matas en la que todos se benefician de la adjudicación y explotación de una obra pública en la que todos también metieron el cazo (los interlocutores hablan de que hubo "mangancia") en lo que parece ya el enésimo caso de delito del PP en la gestión de la cosa pública, considerada como la cueva de Alí-Babá. (La imagen es una foto de Jaumeperellop, bajo licencia de Creative Commons)

divendres, 14 d’agost del 2009

Pero de qué hablarán.

En un vídeo grabado y enlatado y enviado a las redacciones de los periódicos con ánimo de intoxicar en el verano y no tener que contestar preguntas inconvenientes, el señor javier Arenas dice que Sólo en las dictaduras se persigue a la oposición con fiscales y policías. Ayer ya comentaba Palinuro que estos del PP saben mucho de dictaduras: son los herederos ideológicos de la última en España bajo la cual ellos y sus padres vivían tan plácidamente que, siguiendo los consejos del invicto, no se metían en política. Como, además, las dictaduras, ya se sabe, persiguen sañudamente a la oposición, para que no los persiguieran, estaban todos en el Gobierno y dejaban la oposición a los demócratas y a la izquierda en general. Tan poco se metían en política que no juzgaron necesario tener un partido porque su partido era el Estado y, más concretamente, el Ejército. Éste, el PP (antes Coalición Democrática, antes Alianza Popular), lo fundaron al terminarse la dictadura, quedarse huérfanos y empezar la democracia, por si les hacía falta, que les hace, no porque les gusten lo de los partidos. A ellos, nada de partido: el entero todo es lo que quieren.

En un segundo momento, se pregunta uno: ¿y qué tiene que ver con España hoy el hecho de que sólo las dictaduras persigan a la oposición? Nada entre otras cosas porque casi todos los supuestos "perseguidos" (que no son otra cosa que imputados en procesos penales perfectamente legales, legítimos y democráticos) son gobierno; nada de oposición. Los que, al parecer se lo han estado llevando crudo en los municipios del noroeste de Madrid son alcaldes y concejales, gobiernos municipales, no oposición. Quienes han estado supuestamente espiando como locos en el PP, andan en bocas de todos por su peculiar manera de adjudicar contratos públicos y no se dignan contestar a las preguntas acerca de la misteriosa fundación Fundescam no son oposición sino el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Igual que los imputados valencianos de la trama Gürtel tampoco son oposición en la región sino Gobierno de ésta. Los otros dos "perseguidos" son el ex-tesorero del PP, señor Bárcenas y el diputado en el Congreso, señor Merino para procesar a los cuales el Tribunal Supremo ha cursado ya un suplicatorio. No sé si dos señores procesados por el Supremo pueden llamarse "perseguidos" y menos sé si se puede llamar a este alto Tribunal "inquisición" como hace el señor Rajoy.

¿Se puede?

Me parece que no. No porque sea imposible de todo punto sino porque no hay motivo alguno en este caso para pensarlo.

Así que, resumiendo, los que están "perseguidos" no son oposición y los que son oposición no están "perseguidos".

Por lo demás, déjense de dictaduras, oposiciones, inquisición y otras pendejadas para distraer al personal y respondan de una vez: ¿quién y por qué pagó los trajes del señor Camps? ¿Por qué se espían entre sí en el interior del partido? ¿Qué pasará con los contratos de la Federación Española de Municipios y Provincias, otorgados a las inefables empresas del señor Gürtel y el Bigotes, bajo presidencia de la señora Barberá, la de los bolsos? ¿Qué piensan hacer en el PP si el Supremo casa el auto del Tribunal Supremo de Justicia del País Valenciano por el que el más que amigo del señor Camps archiva una causa que lo perjudicaba? ¿Qué si el mismo Supremo sostiene que el señor Bárcenas mintió y se enriqueció en sus años en el PP? ¿Qué con los procesados en Mallorca?

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 29 de juliol del 2009

Monólogo del Curita ante la dimisión de Bárcenas.

"Me dicen mis colaboradores y amigos que Luis Bárcenas, nuestro tesorero y hombre intachable de comportamiento ejemplar, ha dimitido a causa de las acusaciones que se le hacen en el caso Gürtel. Acabo de hablar con Mariano quien me ha asegurado que es una dimisión provisional, en tanto los tribunales lo declaran inocente pero que había que hacer un gesto para frenar la campaña de linchamiento mediático de los tabloides de la izquierda. En el Partido nadie duda de la acrisolada honradez de Bárcenas. Le he dicho que espero que algo así pase conmigo, que soy tan objeto de una sucia campaña de difamación como Luis. La diferencia es que yo no pienso dimitir. El mismo Mariano me ha dado la razón. La campaña de la prensa rojelia contra mí es peor que la de Bárcenas. Pero yo no soy tesorero del Partido; yo soy el presidente de una Comunidad Autónoma, una institución del Estado, el Estado mismo y hace falta algo más que unos trajecitos para obligarme a dimitir. Entiéndase bien, por la dignidad del Estado. El propio Mariano me lo ha preguntado por enésima vez. Ya empieza a cargarme este ambiguo gallego del que nunca sabes si te apoya o quiere hundirte. Le he expuesto mi bateria de argumentos en un alarde de paciencia y espero que me apoye: a mí nadie me ha regalado trajes, ya que yo me pago los míos. Y, en todo caso, si me los han regalado, ¿qué? ¿Qué son tres o cuatro trajecillos en la vida de un político de hoy? ¿Qué político no recibe regalos? Rita lo ha dicho muy bien, con ese sólido sentido común que caracteriza a estas mujeres de clase media, vida media, virtud media, todo media: si Camps tiene que devolver los trajes que le sientan como un guante y es una pena, Rodríguez Zapatero tiene que devolver las suculentas anchoas que le regaló alguien por Navidad. Afirman por ahí que miento porque unas veces digo que quiero un huevo al Bigotes y otras que no lo conozco de nada. ¿Tan difícil de entender es que la realidad es contradictoria? ¿Tan poco sabe la gente de la crítica posmoderna al concepto teológico de la Verdad? Mariano es de mi opinión y, aunque me pregunta si pienso dimitir, que es lo que le importa, con la boca chica me dice que resista, que ya queda menos. Al fin y al cabo, ¿que son unos trajes y unos bolsos al lado de los extremos de la pastizara que se embolsaba Bárcenas? Hay que guardar las formas y Bárcenas, la verdad, estaba muy nervioso y no podía atender a sus obligaciones. Así que ha hecho bien en dimitir, pero yo no tengo por qué seguir su ejemplo, entre otras cosas porque tampoco tengo obligaciones: hago lo que quiero. Además a mí, a diferencia de Bárcenas, el partido me apoya. Y si no me apoya que se atenga a las consecuencias. Yo hice líder a Mariano y éste me debe una. Y, sobre todo, nadie conseguirá probar que haya habido cohecho en sentido propio. Así que no veo por qué voy a dimitir. Dicen que soy un zombi, un cadáver andante y que mi carrera política se ha acabado. Pero eso puede cambiar en cosa de horas. Puedo, en efecto, ser un zombie. Pero también puedo convertirme en un lider carismático de la derecha. No es tan difícil. Gano elecciones arrasando y esta es la explicación a la inquina del PSOE: quieren quitarme de enmedio por la vía judicial porque por la política no pueden. También me dicen que debo imitar a Bárcenas y marcharme a mi casa antes de que haya una imputación ya en serio por el bien del Partido. Pero es que yo soy el bien del Partido, el que garantiza los triunfos. Y no se me puede comparar con ese Bárcenas que se lo llevaba crudo, menudo pájaro. Lo que no comprendo es cómo Mariano y el partido en general no actuaron antes. Dicen que porque sabe muchas cosas y podría empezar a largar en cualquier momento. Por eso también me quedo yo: para blindar mi situación e impedir este renovado ataque al PP, producto del nerviosismo del Gobierno. Llegado el momento y si es necesario, se expulsa a ese tal Bárcenas".

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 28 de juliol del 2009

Comienza el baile de los espías.

Cuando saltó a la luz el supuesto caso de los espionajes políticos en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), la señora Aguirre, su presidenta, tuvo un ataque de hilaridad y anduvo varios días haciendo chistes sobre el asunto con su aristocrática verdulería. Por supuesto, lo negó todo y no facilitó un solo dato o documento que ayudaran en las pesquisas. Como el líder de su partido, señor Rajoy, se preocupara por el asunto y ordenara una investigación interna, la señora Aguirre puso en marcha una burla de comisión parlamentaria de investigación, presidida al principio por un personaje que hubo de dimitir cuando la judicatura le imputó un delito de cohecho, a cambio de que el PP paralizara su investigación interna. Dicha comisión de investigación no tenía la más mínima intención de investigar nada, no recabó pruebas ni pidió testimonios ni permitió a la oposición el acceso a los documentos. Su única misión era decir que no había espionaje en la CAM y que cesara la indagación. Cuando esto ùltimo sucedió, la inenarrable comisión de desinvestigación clausuró su pantomima, celebrada con el dinero de los contribuyentes madrileños.

En este asunto de espionaje tratábase, al parecer, de que unos políticos con mando en la CAM ordenaron que se espiara a otros de su mismo partido, el PP, con el supuesto fin de conseguir información comprometedora sobre ellos para utilizarla luego a fin de chantajearlos en un conflicto interno del partido que, en principio, tendría que ver con las ambiciones de la señora Aguirre de alcanzar la presidencia del partido de la derecha y, tras ella, la del Gobierno del país. Innecesario decir que, de ser cierta esta acusación, daría la medida exacta de la calaña moral de quienes ordenaran el espionaje y los seguimientos específicamente aquel sobre quien recaen las sospechas, el señor Francisco Granados, consejero de Justicia e Interior y, por descontado, su superior jerárquico, la ambiciosa señora Aguirre. La de las muchas risas, chistes y bromas.

Ahora la juez que instruye el caso ha llamado a declarar en calidad de imputados a tres exguardias civiles, contratados a dedo por el señor Granados con unos sueldos envidiables y con carácter eventual, como asesores de su consejería y son los que han realizado los presuntos seguimientos. De verificarse en sede judicial estos hechos lamentables que la presidenta de la CAM ha intentado encubrir por todos los modos posibles, ésta última debería presentar su dimisión ipso facto como persona indigna de ocupar el cargo, cargo al que se encaramó en su día gracias a aun asunto turbio conocido como el tamayazo. Ahora que sabemos algo de la trama Gürtel en los municipios de Madrid podemos comprobar en qué medida era imposible que aquella permitiera en Boadilla un ayuntamiento de mani pulite, capaz de fastidiarle en su actividad de fabuloso enriquecimiento, ese que según los bardos de la derecha genera empleo.


(La imagen es una foto de Anonymous9000, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 21 de juliol del 2009

La máquina de regalar.

Esta claro el procedimiento, el modus operandi de Paco Gürtel y Cía.: regalar a diestro y siniestro, abrirse paso por la estructura del PP pringando a todo el que se le ponía por delante con relojes caros o bolsos también caros que, supongo, a fuer de empresario astuto, él compraba con considerable descuento por hacerlo a decenas, quizá a cientos. "A ver", se oía en las cocinas de Louis Vuiton, "doscientos bolsos exclusivos mon plaisir para Paco Correa". Hay una frase en las nuevas informaciones acerca de cómo había penetrado en el PP la trama Gürtel que pone piel de gallina: todos, dice la frase más o menos, recuerdan cómo llegaban los bolsos y relojes a la calle Génova por Navidades. Vieja costumbre empresarial de obsequiar a gente importante e influyente por las entrañables fiestas.

Si ahora resulta que eso es delito o, cuando menos, falta, el partido entero está en el bote. Por ello no es insólito que haya reccionado como la serpiente de cascabel a la que han pisado: lanzándose por la presa. Y no ha quedado nada: gobierno en conjunto, ministros en concreto, los jueces, la fiscalía y la prensa identificada como adversaria. No queda nadie en pie. Todos son culpables de perseguir al PP por las filtraciones y las rupturas del secreto del sumario. Efectivamente en el partido hay cólera y hay miedo. Porque nadie sabe quién será el siguiente, quién puede encontrarse mañana en los titulares de la prensa masona a cuenta de un reloj, de un viaje hace tres años, de un obsequio caro que se le deslizó al bolsillo después de un grato y copioso almuerzo con el amigo Correa, que en tiempos de Aznar estaba en todas partes.

Y hasta a Aznar está llegando esta escandalera de las dádivas generosas cambio de pingües adjudicaciones en las que solía haber un pastuqui importante. Con algunos de los obsequiados, ya ascendidos a colaboradores directos de la trama, intermediarios entre esas empresas todas en inglés que parecen vacas pastando en los prados de los presupuestos públicos y la administración, el trato era más de profesionales, los relojes se convertían en coches y había jugosas comisiones que luego se blanqueaban y/u ocultaban en paraísos fiscales.

De todo eso, que es como la exposición universal de la granujería es de lo que el PP quiere que no se hable para que se haga acerca del complot contra el partido de los poderes públicos en una democracia y con un gobierno que ni siquiera tiene mayoría parlamentaria, como si alguien pudiera creerse tamaño dislate. La dirección del PP parece fuera de sí. Es imposible hacer ridiculos mayores en público que los de la señora De Cospedal. Lo que tiene que hacer el PP es destituir fulminantemente al señor Bárcenas, pedir la dimisión a Camps y Barberá, poner en marcha una investigación interna con auditoria de sus cargos públicos y perdón a la ciudadanía. Todo ello más que a paso para evitar este lamentable espectáculo en el que los citados individuos utilizan el partido para resolver sus problemas particulares con la justicia. El caso del señor Bárcenas que se ha buscado como asesor a un multiimputado del caso Gürtel lo dice todo.


(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 20 de juliol del 2009

La conjura.

¡Estos sociatas no tienen remedio! Cuando están en el gobierno se conchaban con los otros poderes del Estado, singularmente con los tribunales de justicia, y algunos medios de comunicación, para aniquilar a los partidos políticos. Así lo hicieron en tiempos del mandato de Felipe González, cuando le serie de escándalos económicos y de terrorismo de Estado les permitió filtrar selectivamente las noticias en el diario El mundo que, a pesar de los secretos sumariales, traía scoops diarios que ponían los pelos de punta. Y todo para aniquilar al PSOE porque, en su frenesí totalitario antipartidista, los socialistas no reparan en si se trata de su propio partido o del del vecino.

Menos mal que, en esta ocasión, anda el PP vigilante para impedir un atropello como el que se cometió en los años de Filesa-Malesa-Time Export + los GAL. Ahora, la conciencia exquisitamente democrática de la derecha española hace lo que, inexplicablemente, no hizo entonces: salir al paso de la nueva conjura. La declaración institucional hecha pública ayer por el PP es un bálsamo para las heridas inferidas por el totalitarismo socialista contra los valores democráticos y los principios del Estado de derecho como la presunción de inocencia, el secreto de las comunicaciones o la inviolabilidad del domicilio. Estén tranquilos los ciudadanos que el poderoso brazo del PP los protegerá frente a los ataques dictatoriales de esta izquierda insaciable.

Porque aquí no hay una trama gigantesca de supuestos ladrones desorejados, los principales de ellos en la cárcel, que se lo llevaban crudo a base de comprar presuntamente a alcaldes, concejales y diputados autonómicos del PP, muchos ya dimisionarios y a disposición del juez con fianzas de cientos de miles de euros. Eso es un montaje de la prensa masona y de izquierdas, alimentada con ficciones inventadas en las covachas del ministerio del Interior. Tampoco es cierto que la misma trama de posibles sinvergüenzas, presuntos blanqueadores de dinero, untaran a un presidente de una Comunidad Autónoma, una alcaldesa y altos cargos de la administración autonómica, todos del PP, a base de regalarles trajes y bolsos para obtener contratos millonarios por medios fraudulentos. Otro infundio de los mismos medios izquierdistas, El País y Público, dos diarios dedicados en cuerpo y alma a la destrucción del PP, cebados con fabulaciones del ministerio del Interior filtradas por el siniestro Rubalcaba. Mucho menos lo es que los mismos supuestos granujas tuvieran a sueldo presuntamente al tesorero del PP con la finalidad de forrarse a base de magnánimas concesiones, a pesar de las pruebas que el juez de instrucción dice haber acumulado que, como todo el mundo sabe, son infundios, bulos y calumnias puestas en marcha por el aparato de propaganda de la izquierda con la finalidad de aniquilar a la oposición. Muchísimo menos es verdad que los supuestos mangantes de la trama hayan entregado cantidad alguna al que fuera secretario personal del señor Aznar sino que estamos ante otra infamia urdida por las mismas sabandijas antidemocráticas que sólo quieren enfangar el buen nombre del PP y su acrisolada honradez. En resumen: aquí no hay delito ni presunto delito alguno, aquí no hay causa judicial que valga, ni materia penal. Aquí sólo hay una vasta confabulación de la izquierda radical en el gobierno de consuno con la prensa terrorista para aniquilar la única esperanza de salvación que queda a los españoles.

Por fortuna el principal partido de la oposición, conjunto de gentes altruistas, dedicadas por entero al servicio del interés público, está vigilante para impedir que cuaje dicha conjura, apoya sin fisuras a sus militantes acusados, imputados, procesados y los secunda en sus actividades de defensa personal, como en el caso de la señora Barberá, dispuesta a querellarse contra el lucero del alba a raíz del asqueroso infundio de que el Bigotes llevaba cuatro años comprándole bolsos de Louis Vuiton. O como en el caso del señor Camps, vilipendiado y arrastrado por el fango por unos trajecillos que cualquiera podía haber recibido incluso sin darse cuenta.

Nunca será suficiente nuestro agradecimiento por los desvelos del PP, el único que puede impedir que el PSOE en el Gobierno nos devuelva a "épocas pasadas con métodos propios de un Estado policial" de las que el PP sabe la tira ya que su fundador fue ministro en tal Estado policial a cuyo jefe indiscutible, el dictador Francisco Franco siguen rindiendo pleitesía muchos de sus militantes y cargos públicos que se oponen con uñas y dientes a que se le arrebaten los honores y privilegios concedidos en aquellos tiempos de "dulce placidez", cuando nadie se metía en política, la izquierda estaba en donde debe estar, en la cárcel, y las gentes de pro podían hacer negocios sin la atosigadora presencia del fiscal.

(La imagen es una foto de sergis blog, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 19 de juliol del 2009

El Bigotes es un peligro.

Cabría pensar que siendo el Bigotes un caballero y siendo doña Rita Barberá una dama alcaldesa no iba a dejar el primero de agasajarla al igual que, al parecer, hacía con la señora del Curita a quien los regalos del Bigotes hasta parecían demasiado. No se ve por qué no. A ver si es que los granujas no han de tener su código del honor.

También podría pensarse que vaya con doña Rita que, cuando hablaba de las anchoas, tenía en la cabeza otro tipo de regalos y otro de regalados. Pero no hay por qué no aplicarle su propia doctrina: unos bolsos, unas anchoas, futesas. Nada que ver con los trajes al Curita. Porque, aunque la señora alcaldesa, agarrada a sus bolsos (por cierto, muy caros, de mucho lujo y espantosos) no quiera creerlo, lo grave del regalo del Curita es que es presunto cohecho y el que mejor lo prueba es el propio Bigotes.

¿No dice éste refiréndose a la alcaldesa que "no nos da nada, pero tampoco nos hace nada" como base para justificar sus regalos de bolsos de Vuiton? Eso quiere decir, claro, que a cambio de sus regalos en otras partes le daban algo. Por eso digo que el Bigotes es un peligro para los implicados en la trama Gürtel. Como siga hablando acaban todos entre rejas.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 18 de juliol del 2009

¡Qué felicidad que los jueces te imputen un delito!

Decía Pío Baroja que los ingleses no tienen sentido del ridículo y los españoles es el único que tienen... menos el señor Bárcenas y sus colegas del PP que son verdaderos ingleses a juzgar por su falta del sentido del ridículo. LLegan las citaciones del Tribunal Supremo llamando a declarar como "imputados provisionales" a los señores Bárcenas y Merino de quienes se sospecha que hayan cometido cohecho y, en el caso de Bárcenas, defraudado a la Hacienda Pública. Pero ambos sostienen que están muy contentos porque así pueden aclarar todas las cuestiones, como si hasta ahora alguien se lo hubiera impedido. También la señora De Cospedal está encantada con la citación y el conjunto del PP, como los coros y danzas de la Sección Femenina, entona un hosanna por la suerte que ha tenido de que su tesorero y senador, así como el diputado Merino hayan de ir a declarar ante la justicia por la comisión de presuntos delitos. Realmente no tienen sentido del ridículo o son un conjunto de imbéciles.

Es de esperar que la alegría del señor Bárcenas resulte más consistente y veraz que la que manifestó en su día su compañero de partido y es posible que de fechorías, el Curita, de momento presidente de la Generalitat de Valencia. Éste dijo estar encantado de comparecer ante el juez porque así, por fin, podría aclarar todas las cuestiones de que se le acusa; pero luego se negó a declarar en sede judicial y trató -y sigue tratando- de paralizar el proceso y que se sobresea la causa. Así no tiene que prestar la declaración que afirma a los cuatro vientos que pretende hacer. Es decir, juega con dos barajas. Al señor Bárcenas le sucedió algo parecido: sin duda estaba deseando que el Tribunal Supremo lo citara para poder defenderse en uno de sus presuntos delitos, el del fraude a la Hacienda Pública. Y la cosa estuvo a punto de aguársele porque el delito estaba a pique de prescribir, lo que le habría dejado sin poder demostrar su inocencia. Claro que él no dijo nada para impedir la prescripción; ésta se ha interrumpido con la apertura del procedimiento en el Supremo, gracias a la cual la felicidad del señor Bárcenas es doble: por la presunta evasión fiscal y por el presunto cohecho.

Siguiendo la lógica de esta forma de razonar, tan abandonada de la mano del señor en cuanto a coherencia y claridad de objeto, el señor Bárcenas tendrá que tocar el cielo con la mano de pura alegría si llega el día en que lo condenan.

Y a todo esto, ¿no iba a dimitir el señor Bárcenas, transitoriamente claro está, mientras se aclaran todas estas lamentables cuestiones?

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 16 de juliol del 2009

Rajoy por fin se explica... a su manera.

Después del lindo espectáculo del Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que las Comunidades Autónomas (CCAA) del PP se abstuvieron porque el partido carece de una opinión única en materia de financiación autonómica, el señor Rajoy habló a los medios. Llevaba casi dos meses en meditativo silencio y ayer lo rompió con ánimo de disipar dudas sobre estos y otros temas candentes de la actualidad. Que lo haya conseguido o no es asunto distinto pues no depende de lo que él opine sino de lo que opinemos los demás. Y los demás, cuando menos Palinuro, creen que el señor Rajoy habló para no decir nada o, en todo caso, nada que lo beneficie.

Con respecto a la financiación de las CCAA su dictamen tremendista de que el "caos está servido" peca, como es habitual en él, de hiperbólico y bombástico, más en la línea de "España se rompe" que en la de la política racional, normal, de gestión de los asuntos públicos.

Con respecto al presunto cohechador, presunto apandador, presunto chantajista señor Bárcenas, tesorero del PP que preside el señor Rajoy éste se limitó a decir que el tal Bárcenas no lo chantajea y para demostrarlo aseguró retóricamente que si algo ha demostrado en política es que él no cede a presiones. Pero no ha dado un solo ejemplo concreto y yo no recuerdo que jamás lo hayan puesto a prueba. O sea que, por lo que sabemos, a estas alturas el señor Bárcenas puede estar devorando al señor Rajoy.

Señor Rajoy que vuelve a salir en defensa del Curita con una línea patafísica de razonamiento: a) el señor Camps ha pagado sus trajes; y b) es estúpido pensar que lo haya hecho porque alguien así no se pringa por tan poco. Pues que diga el señor Rajoy por cuánto piensa él que es posible que se pringue el Curita pero estarlo lo está y por los 12.000 euríviris de los trajes a medida.

Incidentalmente cada vez se dibuja más la posibilidad de que en razón de la amistad del tribunal valenciano con el acusado señor Camps, haya un sobreseimiento de la causa: la trama Gürtel no ha actuado en Valencia, el Bigotes no se ha llevado millones de euros en adjudicaciones fraudulentas, el señor Correa no se ha levantado un pastuqui importante gestionando el Fórmula 1, el Curita no ha mentido cuando dijo que él no conocía al Bigotes. Si la justicia ignora esto no es justicia. Pero si lo ignora por aprecio del acusado será prevaricación.

(La imagen es una foto de Contando Estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 15 de juliol del 2009

Hoy, día grande para el PP.

Hoy se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera para considerar el nuevo modelo de financiación autonómica propuesto por el Gobierno. Y hoy se sabrá qué votan las autonomías gobernadas por el PP: si a favor, en contra o se abstienen. Porque ayer no habían conseguido cerrar una actitud común. Por eso, el señor Rajoy, siempre tan claro y contundente, les recomendó que miraran sobre todo por los "intereses de sus comunidades" que es como no decir nada pretendiendo que parezca algo. No va a pedir a sus huestes que voten en contra de los intereses de las comunidades que gobiernan. Y este hombre, incapaz de forjar un criterio único sobre una propuesta concreta es el que acusa al Gobierno de haber implantado el caos en el sistema de financiación autonómica.

Y hoy también comparece ante el juez el reprentante legal del señor Camps en la causa que se le sigue por un supuesto cohecho. El presidente de la Generalitat valenciana rehúye acudir en persona a declarar siguiendo su ya inveterada táctica de decir a voz en grito que está deseando que todo se aclare y poder hacerlo ante los organismos adecuados y maniobrar después para que no haya declaraciones, causa ni proceso, para impugnarlo, para evitar que siga y, así, no declarar. A estas alturas, la actitud del señor Camps, que, en la medida en que cabe colegir algo dado su mutismo, consiste en seguir negando que nadie le pagara los famosos trajes, choca con las apabullantes pruebas que aduce el juez instructor de que, en efecto, fueron otros quienes pagaron las prendas. En concreto la empresa del Bigotes, Orange Market, directamente implicada en la trama Gürtel. Esta circunstancia es la que lleva a quienes apoyan a Camps (el diario El Mundo, por ejemplo) a argumentar que se trata de un acto impropio menor y que, en consecuencia, procede el archivo de la causa, es decir, una decisión política.

Tiene gracia que la explicación y justificación de un mismo hecho sea a la vez que no se cometió y que se cometió pero que carece de importancia. Demuestra el estado de delicuescencia en que se encuentra el antaño robusto frente judicial del PP, dirigido por el desvanecido señor Trillo. Pero no tiene ninguna que un proceso judicial pueda zanjarse mediante una decisión política para salvar la cara a un presidente al que han pillado en actos y tejemanejes vergonzosos y merced a la amistad que lo une con el presidente del tribunal así como a la fraterna orientación política del acusado y los magistrados. Si ese archivo se produce (y en ello fía el señor Camps sus posibilidades) tiene toda la pinta de ser una decisión injusta a sabiendas, o sea, una prevaricación.

Porque la cuestión no es solamente la de los trajes, aunque el juez instructor haya pretendido delimitarla a ellos deliberadamente. La cuestión tiene otras dos vertientes que dan la medida de la gravedad de este caso: de un lado la mentira continuada del señor Camps quien no solamente sigue afirmando que se pagó unos trajes que no pagó sino que llegó asimismo a sostener que no conocía al Bigotes a quien, según se supo después, "quería un huevo". Un presidente no puede mentir de esa manera y seguir siendo presidente.

De otro lado, la vinculación entre los famosos trajes y la trama Gürtel. Es literalmente absurdo pretender que los obsequios de trajes y otros "detalles" a la cónyuge del Curita no tienen nada que ver con la tupida red de adjudicaciones impropias de las que la trama de estos presuntos delincuentes estuvo viviendo durante años y causando por tanto un quebranto considerable al Hacienda pública y a la vida del país en su conjunto.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).