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divendres, 24 d’abril del 2009

Francisco Camps quiere un huevo al Bigotes.

El PP está que echa las muelas, siempre que los partidos tengan muelas, por la filtración al El País, el infame diario francmasón, de dos increíbles conversaciones entre los señores Francisco Camps presidente de la Generalitat de Valencia y muñeco del pim pam pum en tanto no se substancie su causa en una proceso judicial y el Bigotes presumido trujimán en Valencia de la presunta trama corrupta del supuesto señor Correa. Se trata, se dice en el partido de las rancias esencias hispanicas, de una gravísima violación del secreto del sumario y se pide que se investigue este hecho y se sancione a los culpables. Muy bien, que se los sancione. Pero ¿por qué dice el partido de la España unagrandelibre que es gravísima ruptura etc, etc? Al fin y al cabo todos sabíamos ya que el presidente Camps y el Bigotes se conocían y se llevaban de cine dado que, al parecer, el segundo acostumbraba a vestir al primero y, a juzgar por lo atildado que aquel va siempre, lo hacía con verdadero primor. ¿A qué viene, pues, esta gran escandalera? Tengo una opinión que no he visto reflejada por ahí a pesar de la gallarda virilidad del alma española: la de que estas cintas no sólo muestran que el presidente de la Generalitat y el Bigotes son amigos sino que se quieren. "Te quiero mucho" "Y yo a ti", mi pocholín, este es un añadido mío ex abundantia cordis. "Tenemos que hablar de lo nuestro, que es muy bonito". Este lenguaje es de amantes, no de amigos. Yo tengo amigos a los que quiero mucho, pero no se lo digo, porque esas cosas entre amigos no se dicen; se dicen entre amantes.

No pasa nada. Hoy, en España, a pesar del señor Camps y los ideólogos de su partido, los amantes del mismo sexo no están públicamente humillados ni vilipendiados ni, lo que es peor, como hacía Franco, perseguidos penalmente. Es más, si el señor Camps y el Bigotes quisieran sentar su juvenil cabeza y darse estado civil suponiendo que no estén casados por otro lado, saben que lo pueden hacer, gracias al PSOE que les habrá abierto un horizonte que su partido se obstina en negarles. El asunto tiene su importancia, no obstante, porque si, efectivamente, resultare que entre ambos median relaciones sentimentales, sus respectivas posiciones procesales podrían variar.

Crece en el seno del PP una corriente de opinión que pide al señor Camps que renuncie a su puesto a la vista de cómo se acumulan los indicios en contra de él pero el presidente, señor Rajoy, lo apoya. Hace bien. Sería imperdonable que, por una ligereza, se produjera una tragedia al estilo de Píramo y Tisbe.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimecres, 22 d’abril del 2009

La conciencia del señor Trillo.

Dice el señor Rajoy que, con respecto al proceso del Yak 42, visto ya para sentencia, el señor Trillo tiene la conciencia tranquila y lo único que le preocupa es que algún colaborador suyo puede resultar condenado.

La conciencia del señor Trillo se me hace feble, mínima, liviana como pluma de ave, de alfeñique, de mírame y no me toques, alígera, evanescente... una pura invención.

¡La conciencia del señor Trillo! ¿Alguien conoce algo más vagaroso, vaporoso, tan falso como Judas e inexistente, que la conciencia del señor Trillo? A éste, al parecer, lo único que le importaba en aquellos días tristes era que los cadáveres de los militares llegaran para estar presentes en sus propios funerales, presididos por el Rey. Que llegaran y como fuera. Igual que ahora lo único que le preocupa es cómo se libra él de la quema, razón por la cual está muy cucamente callado, él, martillo de infieles y corruptos, a ver si escampa y se va de rositas mientras sus subordinados se comen el marrón.

Público, con licencia de Creative Commons

La tortura en el gobierno de Bush.

Una vez que los papeles con dictámenes "legales" autorizando las torturas se hicieron públicos, el margen de maniobra del señor Obama se estrechó mucho. Dijo entonces el presidente que los funcionarios que habían aplicado las normas "legales" de tortura actuaban de buena fe y no se los procesará. Palinuro comentó en su día que, siendo los EEUU un Estado democrático de derecho, lo que el Presidente diga tendría una importancia relativa. En una entrada titulada Una cumbre a la izquierda mi alter ego señalaba: "Dice el señor Obama que no se perseguirá a los responsables de torturas porque "obedecían órdenes". Me extraña que ignore que la obediencia debida no es eximente en los casos de tortura. Los torturadores deben comparacer ante la justicia y estoy convencido de que, diga lo que diga Mr. Obama, comparecerán, porque habrá mucha gente, víctimas, ciudadanos comprometidos en la lucha contra la tortura, defensores de los derechos humanos, etc, que llevarán a los torturadores ante los tribunales. Entre los acusados debieran estar Donald Rumsfeld, Richard Cheney y, por supuesto, el máximo responsable de la práctica de la tortura en los EEUU durante el mandato de George W. Bush: George W. Bush."

Y así van las cosas. Precisamente los papeles mencionados se han hecho públicos porque una de esas organizaciones, la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU) obligó a publicarlos mediante procedimiento judicial. Y lo mismo puede acabar pasando con todos los que participaron en esos repugnantes métodos bendecidos por el Gobierno de derecha del señor Bush. De momento parece abrirse la posibilidad de incoar procedimientos contra los asesores legales del Gobierno Bush que sancionaron el empleo de la tortura justificándola con el rollo de la "guerra contra el terrorismo". Los muy refinados señores John C. Yoo, Jay S. Bybee y Steven G. Bradbury pueden acabar sentados en el banquillo por decir que métodos como el ahogamiento simulado, la privación del sueño, las bofetadas, los encierros en lugares angostos, la obligación de estar de pie, la adopción de posiciones incómodas o el hecho de compartir con insectos un encierro en un cajón no son torturas. De todos ellos el más peligroso me parece el señor Yoo, catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Bekeley (cómo cambian los tiempos) y padrino de la teoría de que, una vez declarada la guerra, en este caso, esa fantasmagórica "guerra contra el terrorismo", el Presidente ya no tiene límites a sus poderes, que las Convenciones de Ginebra no son de aplicación y que el Presidente puede poner en marcha, como lo hizo, un programa de espionaje en masa a sus propios ciudadanos, pinchando sus teléfonos o violando su correspondencia, aparte, claro es, de torturar a quien le plazca, siempre que no mate al torturado o lo mutile. He aquí a un catedrático de la Universidad en un país libre razonando como un esbirro de las SS.

Este John Yoo, por lo demás, no es sino un pálido reflejo del verdadero espíritu de torturadores y delincuentes que se apoderó de los gobernantes de los EEUU en aquellos aciagos años. ¿No ha salido por la televisión el señor Dick Cheney, ex-vicepresidente de los EEUU, diciendo que si se han hecho públicos los memoranda de la tortura, también deben hacerse aquellos otros en los que se rinde cuenta de lo fructíferas que han sido las torturas? No sé si alguien ha oído recientemente una formulación más canalla de la vieja teoría de que el fin justifica los medios, pero de eso se trata. Con estas declaraciones el señor Cheney ya tiene garantizado un procedimiento de oficio y, con él, su jefe, el siniestro amigo del siniestro señor Aznar.

Con razón salía asimismo el señor Tenet, ex-director de la CIA diciendo que se estaba poniendo en peligro la invención esa de la "guerra contra el terrorismo" (versión contemporánea de la "guerra contra el comunismo") y que esos documentos no debían de haberse hecho públicos nunca. Por cierto, para quien quiera verlos, están aquí: Top Secret. Y con mayor razón decía Kant que todo aquello que no puede hacerse público es malo.


(La imagen es una foto de isa e, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 3 d’abril del 2009

Claro que tiene que dimitir.

Y más que a paso. Que el principal sospechoso de dirigir la red de espías de la Comunidad de Madrid, jefe directo o indirecto de tres imputados en el proceso de corrupción de la trama Gürtel y presunto destinatario de un edifico supermillonario que nadie sabe cómo piensa financiar, que ese sospechoso, digo, esté de mesa y mantel con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que deberá conocer en días del caso Gúrtel, es un atentado contra la división de poderes, una burla a la ciudadanía, un atropello. Dicen los dos implicados que no hablaron del caso Gürtel pero es que eso es igual y una excusa que produce sonrojo escuchada en un juez que sabe de sobra que eso, siendo indemostrable, no cuenta. Es el almuerzo el que no tuvo que producirse. Lo demás, pretextos lamentables. Dicen asimismo lo dos que el almuerzo no fue en privado, sino coram populo. Cualquiera que conozca Solchaga, restaurante en la plaza de Alonso Martínez en el que se entra por un portal de vecinos, sabe que es un lugar superdiscreto, con salitas que son todas, en la práctica, reservadas. Es decir, no sólo se reúnen sin deber sino que no dicen la verdad.

Señalan ellos y sus coros que se trataba de una reunión de trabajo ordinaria. ¿Una reunión de trabajo en un restaurante? ¿Esta gente cree que los demás son imbéciles?

Claro que el consejero Granados tiene que dimitir. Ya tuvo que dimitir cuando se supo que es el presunto jefe de una red de espía, igual que tuvo que dimitir cuando su partido violentó los usos parlamentarios democráticos más evidentes dando cerrojazo a la comisión de investigación que iba a investigarlo a él. Y como también debió dimitir cuando se supo lo del edificio de financiación misteriosa. En general el equipo de la señora Aguirre ha puesto la política madrileña a la altura del betún pero es que los asuntos que tienen que ver con este personaje son la insolente negación de la más elemental dignidad de la política, incluso de la de la señor Aguirre

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 1 d’abril del 2009

Los presuntos.

La sarta de presuntos que hay en el PP alcanza ya proporciones de pandemia: a los varios alcaldes de pueblos de la sierra de Madrid, inculpados en una alegre variedad de delitos, se suman distintos diputados de la Asamblea de Madrid y algún alto cargo de la Comunidad de la misma provincia y, con estos, aparece también supuestamente implicado en la presunta trama el señor presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia que esta es la hora en que aun no ha aclarado de dónde proceden sus elegantes ternos. A la ristra se añaden ahora dos presuntos más, el tesorero del PP y un señor eurodiputado de idéntico partido.

Esta proliferación de imputaciones y presunteces, emanada de una instrucción previa minuciosa que ha llevado al parecer unos dos años y tiene al presunto cabecilla de la ristra en la trena dibuja una situación harto complicada para el PPO o principal partido de la oposición. Sostener que todo es una "causa general" en contra del PPO escenificada por un juez prevaricador no es cosa que quepa admitir así como así. El señor Trillo, dechado de comportamientos honorables, ya presentó una querella criminal contra el juez Garzón por prevaricación. Si cada vez que a un presunto delincuente se le imputa su delito él o un amigo suyo se querella contra el juez de instrucción por prevaricación, el país se hará invivible. Los acusados por la justicia suelen devolver la acusación acusando a su vez a la justicia de injusta. Eso lo sabemos todos y también el PPO. Lo sabe, pero lo practica a mansalva al tiempo que sostiene siempre que hay que dejar trabajar a la justicia (se supone, si es contra su adversario, pero no si es en contra de él) y hay que estar a lo que digan los tribunales... si le dan la razón; si no, querella que te crió.

El último ejemplo de este pintoresco comportamiento de andar a collejas con los jueces lo ha dado el nuevo presunto, señor Bárcenas, quien también se querella contra el señor Garzón porque, siendo aforado, al investigarlo, el juez puede estar cometiendo un delito de prevaricación. Quizá sí, quizá no. La Constitución dice que los diputados y senadores son inmunes y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito, que para inculparlos o procesarlos se requiere la previa autorización de la respectiva cámara y que en las causas contra ellos será competente la sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Pero no dice que no puedan ser investigados, que es lo que sostiene el señor Bárcenas. Bueno, los tribunales dirán.

Una última palabra a propósito de este feo asunto de los aforados. En mi opinión esta práctica del aforamiento debería desaparecer porque es un privilegio ya inadmisible. Si todos somos iguales ante la ley, todos quiere decir todos, senadores y diputados incluidos. El aforamiento era una medida de protección de los representantes populares contra las arbitrariedades reales en tiempos en que los tribunales estaban sometidos a la voluntad de los monarcas de forma que encausaban muchas veces sin motivo real alguno a quien desplacía al Rey. Pero eso se ha acabado, los parlamentarios gozan del amparo de la justicia como cualquier otro ciudadano, cual está demostrando paradójicamente el señor Bárcenas con su querella pues, en puridad de conceptos, si como aforado, no hubiera de responder ante la justicia, tampoco es de recibo que pueda instar su acción en contra de alguien y en favor propio.

Por lo demás, como quiera que el aforamiento es una institución pensada para garantizar la independencia de juicio de los representantes populares y en España rige el principio de legalidad y el derecho al juez natural, el primer interesado en facilitar la acción de la justicia debería ser el propio señor Bárcenas, en lugar de enrocarse en su situación de privilegio dando con ello pábulo a la sin duda injustificada idea de que quiere evitar la acción de los tribunales. Estoy convencido de que el señor Bárcenas comparte conmigo la convicción de que el aforamiento es una garantía de independencia de los parlamentarios (aunque hoy esté anticuada) y no un santuario para la protección de presuntos chorizos.

dimarts, 31 de març del 2009

Setenta y cinco muertos por error.

En la balbuciente y demagógica melopea con que el señor Rajoy regaló ayer a los espectadores de TV1 tuvo la desfachatez de calificar de error la ignominiosa chapuza del señor Trillo en relación el accidente del avión Yakovlev 42. Un error en el que perecieron sesenta y dos militares españoles así como 12 tripulantes ucranianos y un pasajero ruso, que suelen olvidarse en los recuentos. En total setenta y cinco personas perdieron la vida como consecuencia de una desastrosa cadena de decisiones que llevó a contratar para un vuelo una aeronave completamente inadecuada para ello y todo para beneficio de los intermediarios. De esas setenta y cinco personas, una cantidad que no sé si podrá llegar a determinarse alguna vez, entre veinte y treinta, sufrió una posterior afrenta cuando, a consecuencia de las órdenes perentorias del señor Trillo, las autoridades, rizando el rizo de la incompetencia y la chapucería identificaron erróneamente los cuerpos. ¿Cómo se puede calificar de error esa cadena de tropelías, deaguisados, indiferentes a la dignidad de las víctimas y el dolor de sus allegados? Eso no es un error; eso es una monstruosidad, una muestra de inhumano desprecio por los semejantes, una canallada. Y el responsable de ello no es digno de estar en política ni un segundo más y mucho menos comparacer pidiendo en tono indignado dimisiones ajenas por hechos infinitamente más fútiles que los que él cometió.

Porque, ¿es este señor Rajoy el mismo señor Rajoy que hace veinte días pedía a gritos la dimisión del señor Fernández Bermejo por algo que sí que era a todas luces un error y un error minúsculo, comparado con la masacre del Yak 42?

¿Unos errores reales inflados en atropellos a base de dar alaridos se castigan con la dimisión y unos innobles atropellos desinflados en errores se premian con puestos políticos de relieve? ¿Cree este hombre que demostrando tan poco carácter como desprecio por la inteligencia de los electores puede ganar unas elecciones?

Dice el señor Rajoy que el señor Trillo ya pidió perdón. ¿Sí? ¿Ha pedido perdón a la periodista a la que arrojó un euro cuando le hacía una pregunta sobre el Yak 42?

El señor Trillo debe abandonar la política definitivamente y, si no lo hace, los diputados del PSOE y de los otros grupos políticos (incluidos aquellos representantes del PP que crean que la condición de diputado tiene cierta dignidad) deben declararlo "persona non grata", "persona indigna". O resignarse a ser unos pelanas.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons)

dissabte, 28 de març del 2009

El cenagal del PP.

Según dicen ellos mismos, los dirigentes del PP se ven triunfadores en las próximas elecciones al Parlamento europeo en el mes de junio. Su victoria pírrica en las autonómicas gallegas y el hecho de que, por fin, sus votos en el parlamento de Vitoria sirvan para algo los tienen crecidos y convencidos de que ganarán las europeas. Es posible. De hecho, los sondeos anuncian un empate entre los dos grandes partidos nacionales que están muy igualados en intención de voto. Teniendo en cuenta que en las elecciones europeas el país entero es una sola circunscripción está claro que esa igualación en intenciones de voto habrá de plasmarse en una representación parlamentaria bastante pareja.

Pero en sí misma esta igualación es muy sorprendente a la vista de la catastrófica coyuntura económica que tendría que estar pasando terrible factura al partido del Gobierno. Como ello no sucede debe colegirse que la situación de la oposición estará peor. ¿En qué? En el desbarajuste que tiene, los casos de corrupción que lo acosan, sus tropiezos en los tribunales y sus enfrentamientos internos, todo lo cual redunda en una notable merma de eficacia en la labor de oposición. Breve repaso a la situación.

El juez Garzón ha imputado a diez personas más en el asunto de la corrupción del caso Gürtel, cuyas ramificaciones por los pueblos de la sierra norte de Madrid con alcaldes y concejales implicados proyectan sobre el partido ominosas sombras de sospechas generalizadas que iran convirtiéndose en certidumbres a medida que avance el proceso. Experimenta aquí el PP la misma agonía que conoció el PSOE en su tiempo sin poder levantar cabeza durante meses y años, a merced de las demoledoras revelaciones en los tribunales a los lentos ritmos de estos. Todavía hace diez días que el Tribunal Supremo confirmaba una condena por apropiación de fondos reservados a Rafael Vera que a estas alturas es ya una sombra del pasado. En el caso del PP el largo calvario empieza ahora y es imposible saber cuánto durará.

Un ejemplo: la fiscalía anticorrupción da por sentado que tiene acreditados unos siete mil y pico euros de regalos, presuntos cohechos, al señor Camps. ¿Cuánto tiempo más saldrá el señor Rajoy en defensa indirecta del presidente de la Comunidad Valenciana? ¿Cuándo empezarán a hacerle el vacío en su partido? ¿A la próxima revelación? ¿A la otra? No se entiende por qué no ha dimitido ya el señor Camps como no sea porque a la derecha estas cosas le resbalan.

El asunto Pantera rosa de espionaje de la Comunidad de Madrid hiede a los cuatro vientos. El cerrojazo dado a la comisión demuestra que la derecha no quiere bromas con estos asuntos ni con el patrimonio de los consejeros de la comunidad. Pero es una actitud ridícula porque estos asuntos están ya sub iudice y la Comunidad no podrá evitar que en sede judicial salgan todos los compromisos ambiguos y la gente descubra de qué pasta están hechos los consejeros.

La señora Aguirre había intentado un golpe de mano para descabalgar a los representantes del ayuntamiento de Madrid del Consejo de Caja Madrid a fin de hacer con esta entidad lo que están haciendo con los servicios públicos: quedándoselos. Para evitar este nuevo expolio el Gobierno ha hecho una declaración anunciando que manda la nueva Ley de Cajas de la Comunidad de Madrid al Tribunal Constitucional (TC), garante de la legalidad de al Administración. La señora Aguirre no respondió con la vehemencia que acostumbra, declarándose presta a acatar la decisión del TC, como si pudiera hacer otra cosa. Quien sacó los pies fuera del texto fue el señor Montoro asegurando que el recurso del Gobierno era una injerencia intolerable algo así como si estuviera hablando de una decisión del Gobierno de Finlandia en relación con el de Zimbabwe.

De los apuros del muy astuto señor Trillo por escurrir el bulto de su responsabilidad no hace falta hablar salvo para decir que, con un poco de mala suerte en sus afanes, el señor Trillo puede acabar convertido en el señor Trullo.

Hasta cuando salen exonerados de algún asunto feo, como en el caso del Prestige al poco se descubre que han jguado sucio con informes de parte declarados como dictámenes imparciales pero a nadie convencen y obligarán a repetir el juicio.

La imagen general del PP es muy mala y con esa mala imagen no se ganan elecciones. NI contando con la COPE.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 17 de març del 2009

Nada es lo que parece.

Efectivamente, nada. Legiones enteras de sabios filósofos y profundos pensadores nos han advertido de este extremo. No podemos caer en la tentación de fiarnos de nuestros falibles sentidos ni de nuestro no siempre sano juicio hasta el punto de creer que las cosas son como parecen ser. El maligno acecha a cada instante para confundirnos y perdernos, para hacernos ver negro lo blanco, blanco lo negro, para hacernos caer en la tentación, como intentó, cual es legendario, con San Antonio. El mundo, el demonio, la carne están llenos de trampas y acechanzas en las que caen las almas incautas. Por eso es necesaria una doctrina firme y clara y un magisterio clarividente que nos guíe en este mundo de apariencias engañosas, nos libre de nuestros falsos juicios y nos haga ver la verdadera verdad. Vayan algunos ejemplos:

¿Creen Vds. que el señor Camps es un político venal que vive rodeado de corruptelas y es capaz de hacer adjudicaciones fraudulentas siempre que algún sinvergüenza le regale unos trajes a medida? ¿Lo tienen Vds. por un hombre sin dignidad ni principios, que se aferra al cargo con todas las pruebas de ilícito proceder en contra? Pues están Vds. muy equivocados. El señor Rajoy les mostrará que es un hombre probo, un inocente mientras no se demuestre lo contrario y les probará que es preciso cerrar filas con él para defenderlo de este injusto linchamiento. Y también el señor Trillo probará que las acusaciones en contra del señor Camps son torpes maledicencias de entes protervos que se desvanecerán en el momento en que la tienda que viste al político valenciano produzca las facturas de los trajes que éste, dedicado a servir al pueblo, no parece encontrar.

¿Creen Vds. que el propio señor Trillo debiera estar escondido en algún oscuro agujero después de haber sido protagonista y responsable político directo del más cruel y bochornoso episodio de la democracia española en el que, además de causarse la muerte a sesenta y dos militares españoles por desidia y negligencia de las autoridades responsables, se procedió después a un lamentable espectáculo de burla y abuso de las víctimas a través de una identificación errónea a sabiendas de los cadáveres? ¿Creen Vds. que sólo esto bastaría ya para desautorizar para siempre al señor Trillo por indigno para ostentar cargo representativo alguno? Eso es porque están Vds. infectados por el maligno. El propio señor Trillo les explicará, como buen cristiano que es, que si se cometieron errores en la identificación de los cadáveres, no habrá problemas porque Dios, que todo lo ve, hará que en el valle de Josafat cada cual resucite como quien fue. Y, con eso, exonerado de toda culpa, está el señor Trillo más que autorizado a convertirse en el azote de jueces y políticos incumplidores, trapaceros o negligentes.

¿Creen Vds. que la señora Aguirre se calzó la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) merced al voto comprado de dos felones y, poco después, montó un sistema de vigilancia y espionaje sobre sus adversarios políticos con el obvio fin de aniquilarlos con algún dossier que relatara sus miserias? ¿Creen que la señora Aguirre carecía de todo interés en que algo remotamente parecido a una comisión de investigación sacara a luz su red de confidencias, chivateos, espionaje y presunta extorsión? Jamás de los jamases: la señora Aguirre nunca haría algo que fuera éticamente reprobable ya que, según afirma con frecuencia, su ética es superior a la de la izquierda y, en consecuencia, no ha lugar a perder el tiempo y el dinero de los madrileños haciendo teatros en la Asamblea. El dinero de esos madrileños, cuando menos, está mucho mejor en el bolsillo de los amigos, deudos y parientes del señor González, vicepresidente de la CAM a quienes éste, según el diario Público, viene haciendo jugosas adjudicaciones de todo tipo.

Por último, ¿creen Vds. que el juez Garzón continúa una brillante carrera al servicio incorruptible de la ley y el Estado de derecho que comenzó luchando contra el narcotráfico, continuó desmantelando la trama de los GAL y el terrorismo de Estado, siguió iniciando una causa histórica contra el dictador Pinochet a la que se opuso con uñas y dientes en el señor Aznar, prosiguió con un fuerte ataque contra ETA y sus aledaños que ha dejado a aquella casi fuera de combate y termina por ahora destapando las tramas de corrupción incrustadas en el PP desde hace años? Pues si lo cree, vaya dejando de creerlo. El dicho juez es un sectario fanático prosociata, enemigo jurado del PP, partido al que quiere someter a una "causa general" como la de Franco y cuyos comportamientos muestran serios indicios de haber cometido todo genero de delitos al decir del señor Trillo excepto, entiendo, el de identificación falsa de cadáveres. Un juez contra el que carga ahora todo el PP, acumulando denuncia tras denuncia en su contra de modo incansable al tiempo que el señor Rajoy afirma que su partido no está persiguiendo a nadie, sino defendiéndose de una persecución.

¿Está claro? Si a uno lo procesan los tribunales, se trata de una persecución; si uno persigue a juez, está defendiéndose y haciendo justicia. Y este es el punto de vista de un partido conservador al que se supone respetuoso con el orden público y la independencia de esa justicia.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 16 de març del 2009

El honor del señor Camps.

¿Desde cuándo se confía en terceros para lavar la afrenta al honor propio? Desde que el afrentado es el señor Camps cuyo honor parece ser tan escurridizo, chuchurrido, alicorto y de alfeñique que no le permite actuar como un hombre y dar cumplida respuesta a las declaraciones del sastrezuelo en El País de ayer. Y ya tiene delito la cosa porque el tal sastre de quien, por cierto, me fío tanto como del señor Camps o el señor Correa, lo dejó de mangante cual no digan dueñas y ante tamaña afrenta sólo cabe lanzar un sonoro ¡mientes bellaco! y producir a continuación las facturas y albaranes que prueban que el bellaco ha mentido. En lugar de eso, el mínimo y dulce señor Camps ha pedido al Gobierno de la Generalitat que anuncie acciones legales en defensa de su honor cuando se haya substanciado el procedimiento judicial del caso Gürtel, es decir, ad calendas graecas. Al Gobierno de la Generalitat, o sea, a sus subordinados, a los que le deben el sueldo. ¿Es esto de recibo?

Cuando Voltaire tuvo la malhadada idea de afrentar al señor de Rohan en público con su viperina lengua, faltó tiempo al noble para hacer que sus lacayos apalearan al filósofo porque él no iba a rebajarse a pelear con un plebeyo por la misma razón por la que don Quijote no tomaba armas contra arrieros y otra chusma y animaba a Sancho a que les midiera las espaldas muy a su gusto con el resultado que todos conocemos.

Pero este no es el caso. Nuestra sociedad es democrática, no estamental, el sastrecillo valiente (o chivato, según se mire) vale tanto como el señor Camps (en ciertos aspectos quizá más) y éste no sufriría desdoro lavando la afrenta a su honor de modo contundente. Cuando a uno lo llaman ladrón, el código del honor manda lavar la afrenta con sangre. No pediremos hoy tanto tampoco pero resulta muy revelador que el afrentado se queje como una plañidera ante los micrófonos mientras se niega a responder a los periodistas, no ofrece explicaciones de sus actos ni desmiente las acusaciones concretas y específicas y lo remite todo a un vago futuro que más parece la resurrección de la carne que la necesaria explicación que un cargo público debe dar de sus actos ante sus electores.

El PP apoya al señor Camps y cree en su inocencia. Yo también puedo creer que los burros vuelan pero eso no convierte a los pollinos en pájaros. Lo que el señor Camps tiene que hacer es demostrar con cargo a qué presupuesto se viste.

O dimitir.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

diumenge, 15 de març del 2009

Quinientos euros.

Ya han aparecido. Ya están a la vista (es un decir) los símbolos mismos de la corrupción; los verdaderos iconos de los negocios fraudulentos, el lavado de dinero, la trata de esto y de lo otro; los testigos mudos de los tejemanejes de tramas corruptas con administraciones públicas venales, sobornables, prevaricadoras; los papeles que flotan sobre estafas y fraudes sin cuento; ya están en la prensa las pruebas de los pelotazos, el saqueo de las arcas públicas, el choriceo a mansalva, ya han aparecido... ¡los billetes de 500 euros!, los famosos Bin Ladens porque nadie los ha visto pero que, según dicen las autoridades monetarias europeas, circulan a mansalva por España hasta el fabuloso importe del sesenta por ciento del total de los impresos en la zona euro. Por favor, piénsese por un instante: el sesenta por ciento del total de billetes de 500 euros en una zona en la que figuran países como Alemania, Francia, Italia, Holanda, Bélgica, etc. No sé a los amables lectores pero a mí me da vueltas la cabeza.

Y resulta que parte de esa pastizara, según dice el sastrecillo valiente a El País, la manejaban con total soltura el bigotes y sus coleguis entre los que también habrá que contar al albondiguilla. Y ya irán saliendo más alias. Entre tanto el relato que hace el citado periódico el día de hoy en una crónica titulada Orange Market: asalto a la Generalitat pone la carne de gallina. Yo no sé si ante estos dos testimonios, el del sastre y la crónica las cosas pueden seguir como hasta la fecha ni un minuto más. Si el señor Camps, más conocido como Beau Brummel, puede seguir diciendo que él se paga sus trajes sin aportar prueba alguna; si el PP puede seguir arropando a esta pandilla de presuntos mangantes que, de ser cierto lo que cuenta el periódico, llevan años parasitando a la Comunidad Autónoma Valenciana, enchufando a sus amigos y parientes en donde les da la gana, defraudando a las arcas públicas cantidades millonarias.

Y cuando digo que no lo sé es que realmente no lo sé. Por otro lado se me alcanza que el PP muy probablemente tiene atorados los mecanismos de reacción dado que tampoco saben sus dirigentes -especialmente el infeliz señor Rajoy que parece tener que administrar una herencia verdaderamente apestosa- hasta dónde está implicada en la trama delictiva su estructura nacional; qué sabe y qué no sabe el señor Bárcenas, tesorero del partido.

A propósito y dado que el momento feliz de prosperidad de la trama del señor de la gomina fueron los tiempos del segundo Gobierno del señor Aznar, ¿es muy disparatado pensar que su decisión de abandonar el poder a los ocho años quizá tenga alguna relación con lo que pudiera saber sobre los negocios de la trama y sus aledaños, los clubes, clanes, peñas y otras formas de organización? Al fin y al cabo, cuando el señor Rajoy decide cortar las relaciones entre el PP nacional y la trama en 2004, recién llegado a la Presidencia, las turbias actividades de aquella ya eran de dominio común en el partido.

Así que volviendo a mi razonamiento: si lo que se relata en esa abrumadora pieza periodística de El País es cierto, ¿no está la Comunidad Valenciana en una situación de emergencia que autorizaría que quizá las Cortes tomaran una decisión excepcional? ¿No sería cuestión de que el señor Camps dimitiera a toda mecha y se nombrara una comisión gestora interina?

Dicho sea de paso, dado el cariz que está tomando el asunto de los espías madrileños, yo haría lo mismo con la Mata Hari del Avapiés.

(La imagen es una foto de Guesus, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 14 de març del 2009

Las tramas.

Hace mal el señor Rajoy en no ordenar la reapertura inmediata de la investigación interna en el PP sobre la trama de espionaje de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM). Hace rematadamente mal. No por motivos morales que probablemente no le importen gran cosa, sino por sentido práctico y finalidad de supervivencia. La señora Aguirre, la Mata Hari del Avapiés, ha cerrado la comisión de investigación a toda pastilla porque no quiere que se sepa nada ya que, evidentemente, le va en ello el pellejo político. Pero el problema es que se acabará sabiendo. Los espiados, señores Prada y Cobo (el primero, además de espiado, tachado de embustero por el principal sospechoso de organizar espionajes) siguen adelante con sus denuncias; el fiscal entiende que hay materia reprochable y asimismo continúa su acción, recabando mayor información; los tribunales van a actuar y si, como es de suponer, dictaminan que hubo espionaje del que la principal responsable tendría que ser la señora Aguirre a la vista de su comportamiento, el señor Rajoy aparecerá como encubridor y, quizá, cómplice, acompañando a la desenvuelta dueña en su desgracia.

Y eso no es todo. En algún punto de esta confusa galaxia de presuntos espionajes, sobornos, prebendas, corrupciones y martingalas, de "barullos" que, como dice la señora Fernández de la Vega, el PP tendrá que explicar, coincidirán las dos tramas, la de espionaje de la CAM y la de corrupción en la que están presuntamente implicados bastantes altos cargos del PP. Es probable que sea así como también lo es que tal haya sido la verdadera razón por la que la señora Aguirre ha guillotinado a la comisión: que no se descubra el posible entronque entre los supuestos espías por un lado y los presuntos corruptos por el otro. En tales condiciones, la inacción del señor Rajoy, además de revelar a las claras su carácter pusilánime, inapropiado para liderazgo político alguno, lo pondrá a los pies de los caballos judiciales cuando se abran los correspondientes procesos.

En este momento el PP es un campo de minas. Hay una guerra de facciones y banderías en su interior, nadie se fía de nadie y la cosa va de trampas, zancadillas, puñaladas. El escándalo Gürtel merodea cada vez más cerca del núcleo familiar del expresidente Aznar y el asunto está fuera de todo control porque en el PP, a diferencia de lo que sucede con el PSOE y otros partidos democráticos, hay una confusa mezcla entre políticos y periodistas, con diputados, como el señor Herrero, que son periodistas y políticos o como el señor Ramírez que, en realidad, son políticos del PP y tienen tanta influencia en este como la que puedan tener sus dirigentes o más. Esa confabulación entre periodistas y políticos no es buena para los políticos, que aparecen como marionetas de los periodistas pero sí es óptima para estos que ven consolidarse su audiencia y, por ende, su capacidad de influir en las altas esferas.

El PP está en situación de guerrilla interna y su máximo dirigente es incapaz de poner orden en él. Es el primer paso hacia su defenestración en la primera oportunidad que tenga la fronda interna que se le ha organizado con el apoyo de muy distintos frentes mediáticos cuyos intereses coinciden con unas otras banderías, pero no con el del PP en su conjunto.

La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

dijous, 12 de març del 2009

Cerrojazo.

Con la comparecencia del señor Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior, principal sospechoso de haber ordenado las actividades de espionaje a políticos del PP contrarios a las aspiraciones de la señora Aguirre, se cierra esta comisión de investigación de la Asamblea de Madrid que se constituyó tarde, se cerró pronto, no hizo lo que tenía que hacer y cuya única justificación fue conseguir que el señor Rajoy abandonara la investigación que había puesto en marcha en el propio PP y entregado en manos de la muy complaciente señora María Dolores de Cospedal.

Conseguido el objetivo, esto es, que no se investigue, carecía de todo sentido que la dicha comisión parlamentaria de investigación sesionase un minuto más. Así que llegó el señor Granados, negó todo, devolvió las acusaciones, llamó mentiroso a su compañero de partido, el espiado señor Prada, exigió disculpas de parte de socialistas y gentes de IU y fuése, muy seguro de que, con tal desplante, se había acabado la función. Dentro de unos días, la espectral comisión dará a conocer unas conclusiones que el PP impondrá por su mayoría absoluta y que no es difícil adelantar: a) nunca hubo espionaje alguno en la Comunidad Autónoma de Madrid; b) los señores que dicen haber sido espiados mienten o están vendidos al grupo Prisa o las dos cosas a la vez, que será lo más probable; c) a la oposición autonómica no se le abre esta disyuntiva ya que de sobra se sabe que miente y está vendida al grupo prisa o que miente por estar vendida; d) si alguien ha espiado a alguien aquí ha sido el grupo Prisa a todos los madrileños de bien, liberales y votantes de la señora Aguirre.

Lo único que queda por hacer ahora es ver cómo consigue la Mata Hari del Avapiés desvirtuar el procedimiento judicial que puede dar al traste con sus intenciones y dejarla en ridículo si por fin se prueba en sede judicial que la CAM realizó unos espionajes que su muchachada ha negado con tan encomiable como juvenil, unánime y ovino espíritu.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

dimecres, 11 de març del 2009

Piña, piñata, moral de hojalata.

El cuarto de los doce espíritus que forman el Credo de la legión, redactado por Millán Astray y que mi amigo Javi Paniagua gusta de citar dice: El Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡ A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio. Exactamente lo que ha hecho el caballero legionario, Francisco Camps, que gobierna la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV) en donde, por mucho que por ella se haya paseado el "bigotes" y similares amistades que tengan los consejeros que firman adjudicaciones nunca, nadie, jamás ha hecho nada reprobable. Pero, por si acaso o como ejercicio de simulacro baudrillardiano grita ¡a mí la legión! ¡A mí el PP! que viene a ser lo mismo, con razón o sin ella.

El señor Camps, que viste como un Beau Brummel, afirma pagarse religiosamente sus trajes pero no muestra una sola factura que disiparía todas las dudas surgidas ante los indicios que el juez percibe de que haya sido el presunto mangante Francisco Correa quien los haya abonado a cambio de suculentas adjudicaciones. Espera el señor Camps que esa tarea de exonerarlo recaiga sobre su íntimo amigo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia ante el que está aforado. ¿Será posible que nadie recuse a este juez y a todos los que, como él, estén predispuestos hacia el señor Camps por amistad manifiesta? Si así fuera volverá a sonar por los páramos de España aquel grito premonitorio de don Pedro Pacheco, alcalde que fue de Jerez de la Frontera: La Justicia en España es un cachondeo. Más que un cachondeo: si ese caso insólito de un juez juzgando a un amigo íntimo se diera sería peor que un cachondeo; sería un delito.

La legión, esto es, el PP, acudió ayer, con razón o sin ella, bien sin ella, en socorro del señor Camps y la señora Aguirre, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), vilmente asediados por la canallesca. Y todo porque la Mata Hari del Avapiés, en un gesto de trasparencia y honradez sin límites, cerró la comisión de investigación de la Asamblea madrileña en donde sus señorías progresistas estaban malgastando los dineros públicos que la CAM necesita para comprar motos de gran cilindrada a fin de llevar los novísimos a los enfermos terminales y potentes cámaras para fotografiar la colada del ujier.

Sí, señor, todos como una piña detrás de los dos barones autonómicos bajo intensa sospecha. Han dejado caer a los albondiguillas de los municipios, que no importan una ñorda, y han cerrado filas en torno a los barones para salvarlos de la quema. Todavía hay clases; y más en el PP, no sé si me explico. Ignoro si a los albondiguillas les quedarán redaños para contraatacar ante tanta ruindad y miseria, pero sé lo que tiene que hacer la oposición si no quiere perder el respeto de la ciudadanía: ir por todas; no dejar pasar ni una.

La quema está hoy en los tribunales y tiene que estar más: las presuntas vigilancias ilegales, a los tribunales; las presuntas adjudicaciones ilegales y malversaciones de fondos de los responsables de la CAM, a los tribunales. Que, al final, la piña se convierta en una piñata pues parece serlo en el sentido que dan al término en Nicaragua. Ya está bien de vernos gobernados por una sarta de presuntos nepotistas y mangantes supuestamente dedicados al saqueo del patrimonio público cuando aprueban la ley y del público patrimonio cuando, según aparece en los autos judiciales, se la saltan.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 10 de març del 2009

Manda huevos.

Sí, señora presidenta de la comisión de investigación sobre espionaje de la Asamblea de Madrid, tiene Vd. razón. Tiene Vd. razón aunque la exprese Vd. con ese contundente y desgarrado casticismo madrileño que se ha apoderado de los cargos institucionales de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) desde que gobierna en ella la señora Aguirre, más chula que un ocho, también conocida como la Mata Hari del Avapiés.


Manda huevos que presida Vd. una comisión de investigación que arrancó con un mes de retraso y pretenda cerrarla antes de haberla abierto del todo.

Manda huevos que la comisión empezara estando presidida por un posible investigado.

Manda huevos que la mayoría del PP en esa comisión no permita investigar a los espías, ni escuchar a los espiados.

Manda huevos que la mayoría del PP niegue la documentación necesaria para la investigación.

Manda huevos que la mayoría del PP impida que se practiquen las pruebas periciales necesarias para esclarecer los hechos.

Manda huevos que, según parece, los cargos públicos de la CAM hayan estado espiando a sus correligionarios ilegalmente y con cargo a los fondos públicos.

Manda huevos que ese espionaje se haya hecho a adversarios políticos personales de doña Esperanza Aguirre, la Mata Hari del Avapiés.

Manda huevos que los presuntos espías y sus jefes se nieguen a colaborar en la investigación, pongan zancadillas y respondan con prepotencia y chulería.

Manda huevos que los presuntos espías y sus portavoces y encubridores acusen a El País de haberse inventado la historia basados en una historia que se ha inventado El Mundo.

Manda huevos que la señora Aguirre acuse por la radio al juez Garzón de recibir regalos de valor superior a los del señor Camps y nadie se haya querellado contra ella por un presunto delito de calumnias.

Manda huevos que el señor Güemes, yerno del ciudadano ejemplar, el pluriimputado señor Fabra, repita el presunto delito con agravante y siga sin haber querella.

Manda huevos que el presidente del PP califique de "ciudadano ejemplar" al señor Fabra.

Manda huevos que haya consejeros de la CAM bajo sólidas sospechas de adjudicaciones irregulares y otros delitos y que no rindan cuenta escrupulosa de sus actos.

Manda huevos que varios municipios de la sierra de Madrid hayan estado regidos por presuntos ladrones militantes del PP, que llevan años llenándose los bolsillos supuestamente con dineros públicos, causando notable quebranto al bien común y que aún se pongan gallitos

Manda huevos que salgan Vds. todos, presuntos espías, presuntos corruptos, presuntos encubridores y cómplices, insultando a quienes piden explicación porque los han pillado a Vds. con las presuntas manos en la presunta masa.

Manda huevos que haya habido una presunta trama de corrupción ligada al PP a escala nacional y que nadie haya ofrecido ni un intento de exculpación fuera de amenazar con acciones judiciales a quienes la demanden.

Manda huevos que el presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia (CAV), del PP, bajo sospecha judicial de cohecho en lugar de rendir cuentas escrupulosamente y aclarar el asunto, pretenda emborronarlo y ampararse en su apoyo electoral y la solidaridad de sus amigos.

Manda huevos que uno de estos amigos sea el presidente del Tribunal Superior de Valencia que habrá de juzgarlo por el presunto cohecho.

Manda huevos que, en lugar de pedir la dimisión al señor Fabra, el PP -el mismo que lo declara "ciudadano ejemplar"- quiera hoy arropar al señor presidente de la CAV.

Manda huevos que el señor Núñez Feijóo, que ganó las elecciones gallegas a base de acusar a su adversario de gastos injustificados y suntuarios por un coche, disfrute desde hace tres años de un coche de alta gama, gratis total y, según parece, no lo tenga declarado en Hacienda.

En efecto, señora presidenta, manda muchos huevos, tantos que no es de extrañar que el señor Rajoy exija hoy que esa comisión que tiene Vd. orden de liquidar de inmediato continúe sus trabajos para esclarecer la verdad aunque a Vd. ni a su jefa, la Mata Hari del Avapiés, les guste.

En fin, pongan Vds. una huevería, señora presidenta.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).

dissabte, 7 de març del 2009

Lo tenéis crudo, tronkos.

Al día siguiente, siete de febrero, de descubrirse la trama de corrupción que afecta al PP, cuando se supo que el cabecilla principal era ese atildado y pintoresco chulapo cuyo apellido, Correa, germanizado en Gürtel, daba nombre a la operación, el señor Agag, yernísimo del señor Aznar, irrumpía en público, muy decidido, negando que tuviera algo que ver con el acicalado Correa y amenazando con acciones judiciales contra quien los relacionara. Palinuro, por su parte, publicaba una entrada llamada Os han pillao, tronkos en la que se hacía eco del escandalazo y comentaba la decisión del señor Agag. Es obvio que éste conocía el calado de la operación que acababa de empezar y quería desvincularse de ella. Hoy sabemos que, según el juez, aunque los hechos que se investigan, involucrando a casi media centuria de alcaldes y cargos comunitarios del PP, se dieron a partir de 2004, el origen del negocio y las actividades delictivas de la trama se remontan a los tiempos del primer gobierno del señor Aznar quien por cierto está callado como una tumba etrusca, él siempre tan dicharachero, lenguaraz y parlanchín, y que el presunto delincuente señor Correa, hoy enchironado, hizo sustanciosos negocios organizando todo tipo de actos del PP nacional pues tenía entrada expedita en la sede de la calle Génova.

El señor Agag no ha vuelto a decir esta boca es mía y tampoco se ha querellado contra nadie y, sin embargo, ya parece inevitable que la investigación judicial examine los tiempos del aznarato, incluida su fastuosa boda en El Escorial. De lo cual estoy seguro que los primeros en alegrarse serán los señores Aznar y Agag porque así quedará claro que la boda fue limpia, que no la financió el presunto delincuente Correa a cambio de jugosas adjudicaciones de contratas por millones de euros. Ya tarda, no obstante, el señor Aznar en ofrecer explicaciones en público. ¿No debiera alguien entrevistarlo y preguntarle cómo ve él la hipotética relación entre los Gürtel y la boda de su hija en El Escorial?

En cuanto a la cascada de dimisiones de alcaldes de los municipios nacionales de la Comunidad de Madrid, cómo estarán las cosas que el PP ha roto su arraigada costumbre de "aquí no dimite nadie" y ha puesto en la calle a sus alcaldes, concejales, asesores etc implicados en Gürtel, de los cuales, al parecer, ya se conoce la tarifa del cohecho. Efectivamente, os han pillao, tronkos, y ahora vais a tenerlo crudo porque la policía y el juez han recogido abundante material probatorio a lo largo de varios años. Porque esto no es tampoco el socorrido caso aislado, el del alcalde sociata de San Eulogio de la Manganera o del Trincón de la Victoria, a quienes pillan con un calcetín repleto de euros y un par de adjudicaciones fraudulentas. No, esto tiene pinta de ser una trama propia del crimen organizado, una red de facinerosos dedicada a estafar a la ciudadanía apropiándose mediante argucias de los dineros públicos en una estructura bien diseñada que tenía tres pies: cargos públicos del PP en instituciones municipales y autonómicas, gentes del PP en asuntos de su competencia y presuntos delincuentes que habían imaginado el negocio y así han venido haciéndolo hace años.

Desde el principio de este feo asunto hemos sabido que el PP iba a tirar contra el señor Garzón, en un intento de desviar la atención de los presuntos delitos de sus militantes hacia la persona del juez, contra el que ya se ha querellado por prevaricación en un vano intento de yugular la investigación y que no se sepa el latrocinio presunto que han cometido los suyos. En esas condiciones, teniendo en cuenta que lo que ya se conoce del sumario deja pocas dudas sobre el grado de pringue de los dimisionarios y que aún queda mucha tela que cortar en la calle Génova 13, es alucinante que la señora María Dolores de Cospedal, Secretaria General del PP, diga no ya que su partido esté limpio de polvo y paja (¿qué otra cosa iba a decir?) sino que hay una "enemistad manifiesta del juez Garzón hacia el PP". ¿De qué va esta señora? ¿Tiene una sola prueba de lo que dice? ¿Una sola declaración del juez Garzón opinando sobre el PP? ¿O pretende que el hecho de instruir una causa penal por presuntos delitos de miembros del PP se compute como "enemistad manifiesta"? Si es esto último, hay que impugnar todos los procedimientos penales contra todos los delincuentes del país.

En esta campaña del PP por tirar contra Garzón, dice la señora Aguirre en la COPE que el juez ha recibido regalos más valiosos que los que haya recibido el señor Camps. Todo el mundo sabe que el desparpajo de esta señora es inversamente proporcional a su inteligencia, pero es de esperar que alguien la obligue a precisar sus palabras porque es obvio que no está refiriéndose a los regalos que pueda haberle hecho su mujer, sus hijos, sus padres que, claro, no tienen más límite económico que las disponibilidades de la familia Garzón sino a regalos presuntamente delictivos, cohechos, sobornos. Es decir, está acusando al juez Garzón de haber cometido delitos y eso a su vez es un delito, el de calumnias, por el que debiera responder esta dama ante los tribunales.

Por último el país entero está esperando que, a la vista de las encendidas declaraciones de mutuo amor que ha pocas fechas se intercambiaban el señor Camps y el presidente del Tribunal Superior del País Valenciano, Juan Luis de la Rúa, quien ha de juzgar a su amigo, el magistrado se inhiba y, si no lo hace ipso facto, es de esperar que el Ministerio Fiscal impugne su presencia. Es un misterio por qué no ha dimitido ya el señor Camps pero alguien de su partido debiera quitarle de la cabeza la idea de que su amigo de la Rúa vaya a absolverlo con todos los pronunciamientos favorables. El señor Camps tiene que dejar de proclamarse heredero del Cid Campeador y decir sencillamente si es o no cierto que lo vestía el presuntamente corrupto señor Correa y a cambio de qué. Lo demás sobra.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 6 de març del 2009

La panda de presuntos chorizos.

Éstas ya no son filtraciones, ni rumores, ni dimes y diretes, ni murmuraciones, infundios o calumnias, no. Éstas son imputaciones penales hechas por un juez de instrucción nominatim a diversas personas aforadas y a otras que, no siéndolo, están ya en el trullo sin fianza. Ya se sabe que son imputaciones formuladas por el juez Garzón quien ha pasado de ser quintaesencia de la honrada judicatura y personificación misma de la independencia y la competencia judiciales a ser una especie de bolchevique sediento de sangre conservadora, genuflexo a las órdenes del PSOE, miserable chequista, "golfo" y "cabrón con pintas" según la derecha de toda la vida cuyo respeto por la independencia del poder judicial es análogo al que sienten por la vida amorosa de su perro y se acaba allí donde los jueces pretenden cumplir con su deber.

Por fortuna para todos esa oleada de improperios ese linchamiento moral del juez desde las baterías mediáticas y los chiringuitos conservadores tendrán el mismo efecto que una cerbatana contra un acorazado. La maquinaria de la justicia está en marcha, el proceso penal sigue su curso y el panorama que pintan los autos judiciales (no ya filtraciones o rumores, sino afirmaciones contundentes) pone los pelos de punta. La Comunidad Valenciana presidida por un Beau Brummel que, al parecer, se costeaba la figura de dandy mediante especies de potlatchs a que son tan aficionadas ciertas tribus del Pacífico, fiestas en las que todo el mundo se hace regalos al objeto de redistribuir la riqueza. Lo que sucede es que, siendo de derechas, estos redistribuyen la riqueza siguiendo el Evangelio según San Mateo (25, 29) y San Marcos (4, 25) cuando dicen que al que tiene se le dará y prosperará y al que no tiene se le quitará hasta lo que parece que tiene, versión sagrada del principio neoliberal de enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres porque así prosperamos todos. Y, no crean, hay gente que se toma esto en serio. O afirma que se lo toma en serio y otros que los votan.

El espectáculo de cobros de comisiones, contratas fraudulentas, desvíos de cuentas, concesiones irregulares, licitaciones a la remanguillé, etc no tiene pinta de ser una fabulación de la Dirección General de Conjuraciones dependiente del Ministerio del Interior, a las órdenes del taimado señor Rubacaba. Es real. La prosa del juez Garzón pone al descubierto una especie de lonja del mangoneo, el lugar en donde el sector privado del hampa (personificado supuestamente por el señor Correa) se relaciona con un sector público cuya ideología consiste como bien se sabe en privatizar todo lo público y cuya páctica reside en lo mismo y a pie de obra, como bien se ve.

Por descontado todos los imputados tienen derecho a la presunción de inocencia y en tanto no estén condenados en firme son considerados inocentes, aunque unos inocentes sui generis por cuanto es obvio que uno no espera ver a un inocente -si el señor Correa lo fuera- entre barrotes porque sí o porque esté más guapo. Y quienes con ellos tropiezan son presuntos imputados en sus presuntas tramas delictivas que abarcan una copiosa red ciudadana con responsables políticos de los ayuntamientos ricos del Noroeste, Pozuelo, Majadahonda, Boadilla del Monte todos del PP, faltaría más, todos con rolex, polos de Lacoste y náuticos de Giannino Culi (una marca que acabo de inventarme pero suena muy verosímil) y todos, según parece, dedicados al trinque.

Y en Madrid, parecido horizonte penal con algún consejero de la Comunidad de esos que si no está espiando a los miembros de su propia familia es porque está conduciendo una moto de fórmula 1 para repartir folletos de jardines.

El juez Garzón se ha inhibido en favor de los Tribunales Superiores de la Comunidad Valenciana y de Madrid. Es de esperar que si, como parece, los magistrados del valenciano son muy amigos del señor Camps, principal imputado, se abstengan en la causa. No dudo de que así será, aunque sospecho que el señor Camps cree que puede poner a los jueces a su servicio como, según dicen las malas lenguas, tiene el señor Fabra a los suyos de forma que la instrucción ya dura más de cuatro años sin que haya fecha para la vista oral a la espera de que los delitos prescriban

Y eso porque está aforados. Nadie parece cuestionar esta condición del aforamiento. Sin embargo es perfectamente cuestionable porque rompe el principio de igualdad ante la ley y crea un privilegio a favor de los diputados que pueden, incluso, negar a los jueces competencia para perseguir penalmente a uno de los suyos rechazando el correspondiente suplicatorio. No es que crea que si hay un suplicatorio para procesar al señor Camps éste vaya a movilizar a las Cortes valencianas pidiéndoles que no lo concedan. Y digo que no lo creo porque supongo que antes la dirección nacional de su partido, a tono con los propósitos formulados hace dos días por el señor Rajoy, forzará su dimisión.

En fin, no quiero extenderme mucho pero ¡vaya tropa!

(La imagen es la portada del diario Público y las fotos son de 20 Minutos com licencia de Creative Commons).

dijous, 5 de març del 2009

La dimisión es cultura de la izquierda.

Los malos resultados electorales del pasado domingo se han llevado por delante a los señores Emilio Pérez Touriño y Javier Madrazo y probablemente hagan lo propio con el señor Anxo Quintana, del BNGa. Los malos resultados electorales, igualmente, se llevaron por delante en 2008 a los señores Josep Lluís Carod Rovira y Gaspar Llamazares. Todos de izquierda. En algún caso también dimiten políticos nacionalistas, como el señor Unai Ziarreta de Eusko Alkartasuna este domingo pasado. Pero ya se sabe que los nacionalistas, sólo por el hecho de querer separarse de España, tienen algo de rojos aunque sean más meapilas que los del PNV.

¿Alguien ha visto alguna vez dimitir a algún dirigente de la derecha por cosechar un fracaso y hasta dos fracasos electorales consecutivos? El señor Aznar ganó por los pelos a la tercera vez, habiendo perdido en dos ocasiones antes sin que se le pasara por la cabeza la dimisión. El señor Rajoy parece querer imitarle: ya lleva cumplida la primera parte del reto, dos elecciones generales perdidas; le queda la segunda parte y la más difícil, esto es, ganar la tercera. Pero si no lo hace tengo para mí que tampoco dimitirá; serán los suyos quienes lo echen... y trabajosamente. En la derecha no se dimite porque toda dimisión tiene siempre algo de elegancia caballeresca, la que manda respetar al enemigo caído, no abalanzarse sobre él a dentelladas y de esa la derecha sabe poco.

Tampoco se dimite por otros motivos. En los gobiernos de Felipe González dimitieron, que yo recuerde, los ministros y vicepresidentes siguientes: Alfonso Guerra, José Luis Corcuera, Narcís Serra, Julián García Vargas, Julián García Valverde, Antoni Asunción y Vicente Albero. En algunos casos dimitieron por escándalos de corrupción propia o ajena (Guerra, García Valverde, Albero) y en otros por escándalos políticos de diverso tipo (Corcuera, Serra, García Vargas, Asunción); igual que acaba de hacerlo el señor Mariano Fernández Bermejo en el gobierno actual. ¿Cuántos ministros de los gobiernos de Aznar presentaron su dimisión? Que yo sepa, únicamente el señor Manuel Pimentel y por razones tan confusas que probablemente la mayoría del país le hubiera pedido que se quedara. De los demás, ni uno y no será por falta de escándalos de uno u otro tipo. Por menos de lo que habían hecho los señores Piqué con sus declaraciones de la renta o Zaplana con sus tejemanejes valencianos, los ministros socialistas hubieran dimitido. Y ¿qué decir de los señores Álvarez Cascos y Mariano Rajoy que continuaron en sus puestos literalmente cubiertos de chapapote por su directa (caso del Álvarez Cascos) e indirecta (caso de Rajoy) responsabilidad en el desastre? ¿Qué de Fraga que, aunque no era ministro, era Fraga, toda una institución, cazando, como el señor Bermejo, con las costas a su cuidado repletas de chapapote? Alguno de aquellos ministros aznarinos que hubiera tenido que dimitir si sus puntos de honor se asemejasen a los de los socialistas, que ni de lejos, como el señor Trillo, con sus militares muertos y mal identificados a su espalda, todavía está tiempo de hacerlo pues es tal su inverecundia que, lejos de dimitir, sigue enganchado en el cargo y tratando de aleccionar a los demás... en materia de dimisiones. Y termínese transitoriamente la nómina recordando que cualquier ministro del interior europeo al que le organizan un atentado como el del once de marzo de 2004 en Madrid hubiera tardado menos de media hora en dimitir y todavía hubiera llegado el segundo, siendo precedido por el presidente del Gobierno, señor Aznar López. Sin embargo el señor Acebes siguió en su puesto, perdió las elecciones y continuó en política, tratando de enredar lo que pudo las investigaciones sobre un atentado terrorista del que era él políticamente responsable.

Pero no, la derecha no dimite. Eso no está en su modo de ser. Como no dimite el señor Fabra, ese "ciudadano ejemplar" según el señor Rajoy que acabará siendo el icono por antonomasia de la corrupción y el caquismo. Como no dimitirá el recientemente electo señor Núñez Feijóo a quien el diario Público ha pillado en una situación moralmente peor que aquella en la que él puso demagógicamente al señor Touriño.

La dimisión es cosa de la izquierda. La derecha no dimite jamás. ¿Acaso no está en política para hacer lo que hace?

Y decía la señora Aguirre, la presidenta de una Comunidad cuyos consejeros espían y están involucrados en casos patentes de presunta corrupción, que nada avala la idea de la superioridad moral de la izquierda.

De aquí a Lima, señora, de aquí a Lima. Y deje de hacer trampas con la comisión de investigación y de encubrir a la trama corrupta y espía de su Comunidad.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

divendres, 27 de febrer del 2009

Desafueros.

Muy graves deben de ver las cosas en el PP para lanzarse así a tumba abierta a comportamientos de talante tan autoritario y antidemocrático. Desde que se destapó el escándalo de los espías, que ya era pintoresco, se ha producido una especie de escalada de desatinos que se ha exacerbado cuando el patio se llenó también de corruptos haciendo compañía a los espías de forma que al final el respetable ya no sabe si espiaban porque eran corruptos, eran corruptos porque espiaban o ambas cosas tienen ya tan poco que ver entre sí como comer lentejas y jugar a la brisca en Tudela. Y conste que digo Tudela sin intencionalidad alguna, como podía haber dicho Navalcarnero o Sigüenza.

Entre tanto nerviosismo es comprensible que la dirección del PP reaccione agresivamente; comprensible pero no justificable. El señor Rajoy no puede decir por la tele que se está incoando una "causa general" contra el PP porque eso es un solemne desatino, una acusación tremenda contra el Estado de derecho y la democracia porque ¿quién esta incoando esa "causa general" ya que éstas no se incoan solas?: ¿el Parlamento? ¿El Gobierno? ¿El Poder Judicial? ¿La Corona? Conviene que lo diga porque una "causa general" como él sabe muy bien es un delito y un atentado bestial a los principios mismos del Derecho y el último (y primero por lo demás) en cometerlo en España fue Francisco Franco, de cuyo régimen guarda el PP excelente memoria, según dice alguno de sus dirigentes. O sea, que nada de "causa general", ¡qué disparate!

Tampoco puede decir el señor Rajoy que el juez Garzón debe abstenerse "porque es socialista"; otra barbaridad inverosímil en alguien que ha sido vicepresidente del Gobierno. Preguntas: ¿cómo lo sabe él? ¿Qué significa exactamente "ser socialista"? ¿En qué se nota que ser socialista -caso de que "ser socialista" sea un enunciado con sentido y el juez Garzón encaje en ese sentido- perjudica la labor judicial? ¿Más o menos que ser del Opus? ¿Más o menos que ser "popular"?

El presidente del principal partido de la oposición no puede ir por ahí diciendo barbaridades sobre las instituciones democráticas y el Estado de derecho. Y supongo que tampoco pueden ir haciendo lo mismo, política de tierra quemada, otros cargos del partido imputados o próximos a serlo según rumores. Esto de los rumores está mal, aunque parecen difíciles de eliminar en sociedades abiertas como la nuestra con libertad de expresión y derecho a la información. Lo que no se puede es decir que eso está muy bien y batir palmas con las orejas cuando las filtraciones nos benefician no hablando entonces de filtraciones sino de "periodismo de investigación" y pedir que se persigan cuando nos perjudican que ya no son periodismo de investigación sino puras murmuraciones despreciables movidas por la verde envidia.

No es de recibo que, al saberse nombres de imputados, el señor Camps llamara a los suyos a capítulo, incluido su hombre en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para que cerraran filas en torno suyo, como los círculos angélicos, proclamando su oposición a la inexistente "causa general". La inexistente "causa general" sin embargo es una realidad incuestionable: el franquismo abrió proceso por "rebelión militar" y "auxilio a la rebelión militar" prácticamente a todo quisque de forma que la población no se dividía como en los demás países entre inocentes y culpables confesos sino entre culpables confesos y culpables por confesar, la situación más antiigualitaría que quepa imaginar. El señor Camps no puede lanzar a sus mesnadas a una guerra particular con el Gobierno del Estado como si, caso de ser agraviado, fuera a separarse con el viejo Reino de Valencia en donde la gente lleva tanto siglos honrando a los muertos y enchufando a los parientes y deudos, como bien sabe el señor Fabra, firme guardián de las esencias de la raza.

Pero lo que la derecha definitivamente no puede hacer so pena le estalle el orden no ya nacional o internacional sino simplemente el mental es ir contra los principios mismos del orden constituido cosa que sucede cuando en un escrito de denuncia a uno se le cruzan los cables, como le sucede al señor Bárcenas, tesorero del PP, y afirma que el proceso es una "utilización torcida de las instituciones del Estado y de las funciones jurisdiccionales para tramitar, proseguir y auspiciar una verdadera causa general contra el PP. Ya se ha dicho que de causa general, nada y del uso torcido...ya me contarán. ¿Conoce alguien a algún delincuente a quien no le parezca que se está haciendo un uso torcido de la función jurisdiccional para que triunfe el crimen en contra de la gente inocente? Y esto es solo un ejemplo, no por cierto, un intento de implicar "implícitamente" al señor Bárcenas en trama alguna. Eso de "implícitamente" le molesta mucho.

Por último, tampoco puede ir por ahí el señor Bárcenas, sea tesorero o pontífice diciendo que su situación "recuerda los mejores tiempos de la propaganda goebbeliana y resulta intolerable en un Estado democrático y de Derecho". No sé qué creerá este señor que hacía Goebbels pero está claro que no tiene ni idea y que confunde a Goebbels con Torquemada o con Stalin, maestros en la supresión física de los discrepantes.

(La imagen es una foto de Contando estrelas, con licencia de Creative Commons).

dijous, 26 de febrer del 2009

Si Garzón no existiera el PP tendría que inventarlo.

El PP, convertido en Wild Bunch o Jauría humana quiere cazar al juez Garzón querellándose por supuesta prevaricación. No va a ser únicamente el juez estrella el que maneje los participios. No parece que, en principio, esa acusación fuera jurídicamente preocupante para el juez. Todos pudieron ver que era el PP el que hostigaba al magistrado, al que nunca ha admitido como juez legal por considerarlo parcial. Pero fue el mismo interesado quien metió la pata dotando de sentido una querella que no lo tenía. En efecto como por la boca muere el pez, la decisión del señor Garzón de dictar una providencia desmintiendo una información de El País en lo que se refiere al señor Eduardo González Pons pero no diciendo nada en el caso del señor Bárcenas que ahora queda como imputado sin que medie resolución judicial en tal sentido equivale a una revelación de secreto del sumario, cosa que un juez no puede hacer pues o levanta o no levanta el tal secreto, pero no lo levanta según y cómo, depende de para quién y para fastidiar a unos y satisfacer a otros, que es lo que ha hecho. Porque al saberse que había dos aforados nacionales imputados y descartarse el señor González Pons pero no el señor Bárcenas este último queda imputado de hecho pero no formalmente, es decir, indefenso y, además, se abre la veda especulativa de quién pueda ser el otro, cosa qe ha puesto al PP literalmente de los nervios, lo cual implica que varios de sus afiliados tienen razones para suponer que la justicia pueda imputarlos, de lo contrario los nervios carecerían de sentido. Pero los hay, vienen del miedo y no hace falta recordar cuán mal consejero es el miedo a la hora de adoptar decisiones.

El señor Garzón ha desperdiciado una ocasión de oro de quedarse callado y de comprobar que en boca cerrada no entran querellas porque a ver cómo explica ahora esa providencia desmintiendo una noticia de prensa y confirmando en cierto modo otra. Claro que esto es asunto que ya sólo interesa al señor Garzón y sus allegados, que tendrán que defenderse. Porque el asunto en sí mismo, das Ding an sich, que diría Kant, esto es, el de la corrupcion, el espionaje, los cohechos, etc ese ha entrado ya en la juridicción de instancias superiores, seguirá su curso y dudo de que el PP pueda ir friendo a querellas a todos los jueces y magistrados que vayan haciéndose cargo del proceso por corrupción que afecta al partido, le guste o no.

Leo en El Plural que los cazafantasmas del PP van por Caamaño al grito de que es masón. Si ellos lo dicen, que tendrán una pericia en detección de masones probablemente aprendida en la obra de su excelencia Francisco Franco cuando escribía sobre la masonería bajo el nombre de Jakim Boor, será cierto. Porque sigue siendo Franco la fuente inmarcesible de sabiduría sobre los protervos designios de la masonería en su frenético intento de destruir a España, pues fue ella, "al correr del último siglo, el arma que se esgrimió para lograr la desmembración de nuestro Imperio, la pérdida más tarde de los últimos restos coloniales y la caída en tiempos contemporáneos de la Monarquía", decía el Generalísimo con su preclaro verbo.

Y si es cierto que el señor Caamaño es masón, ¿acaso entorpece eso más su buen quehacer que el del antaño Fiscal General del Estado, señor Cardenal, el hecho de pertenecer a la secta del Opus, secta a la que también pertenecía el señor Trillo cuando era ministro de defensa sin que nadie pusiera objeciones?

Ahora un alcalde socialista de Zaragoza y baturro él quiere bautizar una calle con el nombre de José María Escribá de Balaguer. A ver cuando un político del PP decide bautizar una plaza de su ciudad como Plaza del Gran Oriente de la Logia Francmasona Dios Agrimensor, por ejemplo, eso sí que contribuiría a la reconciliación nacional y a hacer olvidar los siniestros recuerdos del Comandantín. Por lo demás, no parece que haya gran diferencia entre ser masón, jesuita, católico, islamista, etc., todas ellas formas que tiene la gente de explicarse el mundo, su papel en él y el modo de entretenerse los días de fiesta.

(La imagen es una foto de carolonline, con licencia de Creative Commons)

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dimecres, 25 de febrer del 2009

Cuestión de (in)dignidad.

Ahora que el señor Fernández Bermejo ha hecho lo que la elegancia, el decoro, la ética y el espíritu de izquierda ordenan, esto es, dimitir, ha dejado de ser un lastre, una hipoteca moral para su Gobierno y su partido. Ambos deben recuperar la iniciativa y responder a los ataques continuos de sus adversarios en su propio terreno. No se trata solamente de volver a plantear los casos de presunta corrupción y supuestos espionajes del PP, que éste pretende silenciar a toda costa y deben seguir su curso procesal. Se trata de que los dos, Gobierno y partido, respondan en la misma onda en que se les está atacando.

Para ello lo primero será plantear cómo sea posible que la ofensiva ética y jurídica contra el PSOE y su Gobierno la lleve un personaje como Federico Trillo, pues esa es cuestión previa a toda otra acción.

Este Trillo es aquel que, siendo presidente del Congreso mandó un coche oficial a recoger en secreto las vacunas contra la meningitis para sus hijos cuando éstas no estaban disponibles para e conjunto de la población dada su escasez y las autoridades sanitarias insistían en que no se vacunase a los niños.

El mismo señor Trillo bajo cuyo mandato como ministro de Defensa se contrató en condiciones rayanas en la infamia un vuelo de un Yakovlev 42 para trasladar fuerzas armadas españolas. En ese vuelo se produjo un accidente en el que murieron los sesenta y tres militares del pasaje. El mismo bajo cuyo mandato se procedió a una identificación apresurada y errónea de los cadáveres originando posteriormente un sinfín de problemas, conflictos, procedimientos judiciales y un calvario para las familias. El mismo que, preguntado acerca de esta cuestión por una periodista, tuvo la desfachatez y la falta de hombría de bien de arrojarle una moneda de un euro.

Ese mismo señor Trillo no dimitió jamás por estos vergonzosos hechos, demostrando con ello ser una persona sin pundonor democrático. Ese mismo señor Trillo, además de no dimitir como ministro tampoco abandonó su puesto de diputado por lo cual numerosos familiares de los militares muertos en el accidente del Yakovlev 42, empezando por el entonces presidente de su asociación, señor Carlos Ripollés, consideraron que es una persona indigna para la política.

Ese mismo señor Trillo, a día de hoy, esgrime dos líneas de defensa cuando le afean los comportamientos descritos, a cual más indigna si cabe. Según la primera ningún juez ha encontrado responsabilidad penal suya en el innoble asunto del Yak 42. Se confunde aquí (probablemente de forma deliberada) responsabilidad penal y responsabilidad política y se toma al auditorio por una manga de imbéciles pues, si algún juez hubiera hallado tal responsabilidad, la cuestión de dimitir o no dimitir no estaría abierta. Ningún juez ha encontrado responsabilidad penal en el señor Fernández Bermejo quien, no obstante, en un gesto tan honroso para él como deshonroso es el suyo para el señor Trillo, ha presentado su dimisión. Porque lo que está en juego aquí no es la responsabilidad penal (objetiva y forzosa), sino la política (subjetiva y voluntaria), si bien solamente cuando se tienen principios.

Por la segunda línea argumental su responsabilidad política se resolvió cuando su partido perdió las elecciones en 2004 y se ha solventado definitivamente cuando, sin embargo, él obtuvo su escaño de diputado por Alicante. Sofisma que avergonzaría a cualquiera excepto al señor Trillo ya que su responsabilidad política era individual, no se sumía en la colectiva del partido en 2004 y debió substanciarse ipso facto del accidente con su dimisión en 2003. Y los escaños, en nuestro sistema electoral, no los consiguen los individuos sino las listas de partidos. Sería muy de ver cuántos votos hubiera obtenido el señor Trillo de presentarse sólo, no en las listas de un partido. Por estos motivos, lógicamente, la asociación de familiares del Yak 42 ve “insultante” que Federico Trillo exija explicaciones a Bermejo por su dimisión. Así lo reitera el actual presidente de la Asociación de familiares del Yak 42 en carta de hoy en El País titulada ¿Y Trillo habla de dimisiones? Es que en verdad es demasiado.

Por otro lado ninguno de estos juicios denigratorios formulados por las víctimas y las gentes de bien harán mella en el ánimo del señor Trillo. Éste es muy consciente de lo indigno de su proceder pues su comportamiento es una mera estrategia procesal: no dimite para no dejar de estar aforado y no tener que dar cuenta de sus actos ante su juez natural. Una actitud cuca y astuta, de escurrir el bulto, de sustraerse a la acción de la justicia, poco más o menos como en su día lo hizo el señor Ruiz Mateos, postulándose como eurodiputado con el mismo objetivo de no dar cuenta de sus actos. Y en esta actitud indigna lo apoya firmemente su partido.

En consecuencia, una vez dimisionario el señor Fernández Bermejo, el Gobierno y el PSOE no pueden admitir que, a continuación, el problema sea el señor Garzón; no pueden admitir que haya siquiera un "caso Garzón". Es obvio y clamoroso que lo que hay es un "caso Trillo" y de eso debe hablarse. Dicho en román paladino: este individuo es indigno (como dicen los familiares de las víctimas del Yak 42) de estar en política, de presidir comisión alguna y mucho más de exigir responsabilidades a nadie.

Y como el único lenguaje que este tipo de personas entiende es el suyo, el Gobierno y el PSOE deben romper toda interlocución con el PP en materia de justicia en tanto quien esté al frente de la otra parte sea un individuo como el señor Trillo y en tanto éste no dimita de todos sus cargos, empezando por el de diputado. Que ya está bien.

(La imagen es una foto de Público, con licencia de Creative Commons).