divendres, 3 d’abril del 2009

Claro que tiene que dimitir.

Y más que a paso. Que el principal sospechoso de dirigir la red de espías de la Comunidad de Madrid, jefe directo o indirecto de tres imputados en el proceso de corrupción de la trama Gürtel y presunto destinatario de un edifico supermillonario que nadie sabe cómo piensa financiar, que ese sospechoso, digo, esté de mesa y mantel con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que deberá conocer en días del caso Gúrtel, es un atentado contra la división de poderes, una burla a la ciudadanía, un atropello. Dicen los dos implicados que no hablaron del caso Gürtel pero es que eso es igual y una excusa que produce sonrojo escuchada en un juez que sabe de sobra que eso, siendo indemostrable, no cuenta. Es el almuerzo el que no tuvo que producirse. Lo demás, pretextos lamentables. Dicen asimismo lo dos que el almuerzo no fue en privado, sino coram populo. Cualquiera que conozca Solchaga, restaurante en la plaza de Alonso Martínez en el que se entra por un portal de vecinos, sabe que es un lugar superdiscreto, con salitas que son todas, en la práctica, reservadas. Es decir, no sólo se reúnen sin deber sino que no dicen la verdad.

Señalan ellos y sus coros que se trataba de una reunión de trabajo ordinaria. ¿Una reunión de trabajo en un restaurante? ¿Esta gente cree que los demás son imbéciles?

Claro que el consejero Granados tiene que dimitir. Ya tuvo que dimitir cuando se supo que es el presunto jefe de una red de espía, igual que tuvo que dimitir cuando su partido violentó los usos parlamentarios democráticos más evidentes dando cerrojazo a la comisión de investigación que iba a investigarlo a él. Y como también debió dimitir cuando se supo lo del edificio de financiación misteriosa. En general el equipo de la señora Aguirre ha puesto la política madrileña a la altura del betún pero es que los asuntos que tienen que ver con este personaje son la insolente negación de la más elemental dignidad de la política, incluso de la de la señor Aguirre

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).