dijous, 26 de febrer del 2009

Si Garzón no existiera el PP tendría que inventarlo.

El PP, convertido en Wild Bunch o Jauría humana quiere cazar al juez Garzón querellándose por supuesta prevaricación. No va a ser únicamente el juez estrella el que maneje los participios. No parece que, en principio, esa acusación fuera jurídicamente preocupante para el juez. Todos pudieron ver que era el PP el que hostigaba al magistrado, al que nunca ha admitido como juez legal por considerarlo parcial. Pero fue el mismo interesado quien metió la pata dotando de sentido una querella que no lo tenía. En efecto como por la boca muere el pez, la decisión del señor Garzón de dictar una providencia desmintiendo una información de El País en lo que se refiere al señor Eduardo González Pons pero no diciendo nada en el caso del señor Bárcenas que ahora queda como imputado sin que medie resolución judicial en tal sentido equivale a una revelación de secreto del sumario, cosa que un juez no puede hacer pues o levanta o no levanta el tal secreto, pero no lo levanta según y cómo, depende de para quién y para fastidiar a unos y satisfacer a otros, que es lo que ha hecho. Porque al saberse que había dos aforados nacionales imputados y descartarse el señor González Pons pero no el señor Bárcenas este último queda imputado de hecho pero no formalmente, es decir, indefenso y, además, se abre la veda especulativa de quién pueda ser el otro, cosa qe ha puesto al PP literalmente de los nervios, lo cual implica que varios de sus afiliados tienen razones para suponer que la justicia pueda imputarlos, de lo contrario los nervios carecerían de sentido. Pero los hay, vienen del miedo y no hace falta recordar cuán mal consejero es el miedo a la hora de adoptar decisiones.

El señor Garzón ha desperdiciado una ocasión de oro de quedarse callado y de comprobar que en boca cerrada no entran querellas porque a ver cómo explica ahora esa providencia desmintiendo una noticia de prensa y confirmando en cierto modo otra. Claro que esto es asunto que ya sólo interesa al señor Garzón y sus allegados, que tendrán que defenderse. Porque el asunto en sí mismo, das Ding an sich, que diría Kant, esto es, el de la corrupcion, el espionaje, los cohechos, etc ese ha entrado ya en la juridicción de instancias superiores, seguirá su curso y dudo de que el PP pueda ir friendo a querellas a todos los jueces y magistrados que vayan haciéndose cargo del proceso por corrupción que afecta al partido, le guste o no.

Leo en El Plural que los cazafantasmas del PP van por Caamaño al grito de que es masón. Si ellos lo dicen, que tendrán una pericia en detección de masones probablemente aprendida en la obra de su excelencia Francisco Franco cuando escribía sobre la masonería bajo el nombre de Jakim Boor, será cierto. Porque sigue siendo Franco la fuente inmarcesible de sabiduría sobre los protervos designios de la masonería en su frenético intento de destruir a España, pues fue ella, "al correr del último siglo, el arma que se esgrimió para lograr la desmembración de nuestro Imperio, la pérdida más tarde de los últimos restos coloniales y la caída en tiempos contemporáneos de la Monarquía", decía el Generalísimo con su preclaro verbo.

Y si es cierto que el señor Caamaño es masón, ¿acaso entorpece eso más su buen quehacer que el del antaño Fiscal General del Estado, señor Cardenal, el hecho de pertenecer a la secta del Opus, secta a la que también pertenecía el señor Trillo cuando era ministro de defensa sin que nadie pusiera objeciones?

Ahora un alcalde socialista de Zaragoza y baturro él quiere bautizar una calle con el nombre de José María Escribá de Balaguer. A ver cuando un político del PP decide bautizar una plaza de su ciudad como Plaza del Gran Oriente de la Logia Francmasona Dios Agrimensor, por ejemplo, eso sí que contribuiría a la reconciliación nacional y a hacer olvidar los siniestros recuerdos del Comandantín. Por lo demás, no parece que haya gran diferencia entre ser masón, jesuita, católico, islamista, etc., todas ellas formas que tiene la gente de explicarse el mundo, su papel en él y el modo de entretenerse los días de fiesta.

(La imagen es una foto de carolonline, con licencia de Creative Commons)

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