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dimecres, 13 d’abril del 2016

El policía bueno y el policía malo

Todo el que haya vivido algo del franquismo sabe que una de las tácticas de aquellos delincuentes de la brigada político-social de la policía era la del "policía malo/policía bueno". Cuando estabas detenido venía un policía desencajado, echando lumbre por los ojos y espumarajos por la boca y te amenazaba con patearte los higadillos (a muchos se los pateaban) si no les contabas lo que querían saber. Y se iba. Luego venía otro mucho más calmado, sonriente, te daba un cigarrillo y te decía que más te valía hablar porque, total, ya lo sabían todo y a su compañero (el energúmeno que acababa de salir) le podía dar la pájara y atizarte una mano de hostias.

El truco era patente e ignoro si les funcionaba, aunque supongo que sí porque, de otro modo, no lo emplearían.

Es exactamente el mismo que están hacendo Íñigo Errejón y Pablo Iglesias para forzar la voluntad del PSOE a un pacto bajo sus condiciones. Primero viene el secretario general insultando, difamando y acusando a los socialistas de tener cal viva en la manos y luego el afable Errrejón diciendo que no pasa nada y que todas la puertas siguen abiertas y las manos tendidas al diálogo y el entendimiento. Llega de nuevo Iglesias -que, en interin ha desplazado al otro de la jefatura de la misión negociadora- y vuelve a acusar a los socialistas de no tener libertad, de estar presos, de no querer la formación de un gobierno fetén, como el que él propone y de estar mareando la perdiz.

Hagamos breve pausa para lamentar amargamente la pobreza de metáforas de esta muchachada. Lo de marear la perdiz es un manido simil cinegético. Lo de las puertas abiertas y las manos tendidas empieza a ser alarmante; a ver si les va a dar una tortícolis o una paralís, como dice la gente del pueblo. Y en cuanto a eso que repiten para señalar su mucho interés en algo de que "van a dejarse la piel en ello", convendría que la preservaran sobre sus carnes antes de que los llamen el partido de los San Bartolomés.

En fin, que Errejón va de policía bueno e Iglesias de policía malo y los dos quieren lo mismo: que el PSOE se les someta.

Pero va a resultarles muy difícil, por no decir imposible. Errejón borda el papel de policía bueno, de niño bienintencionado, sin dobleza, con sinceridad y autenticidad. Y hasta puede que realmente se lo crea y que esté genuinamente interesado en un acuerdo con el PSOE en el que ambas partes se verán obligadas a hacer concesiones. Pero ahí no acaba la historia. Es imposible creer que Iglesias actúe de buena fe. Todo cuanto ha hecho ha sido torpedear cualquier acuerdo con el PSOE sin que lo parezca, a los efectos de frustar cualquier alianza echando la culpa a los socialistas. Él rompe las negociaciones pero pretende descargar la responsabilidad sobre el PSOE. Lamenta amargamente que Sánchez este preso en la jaula de C's, con lo que justifica que no haya acuerdos y lo insulta otra vez haciéndolo pasar por un chisgarabís o un pusilánime que se deja engañar por el petimetre Rivera cuando es al contrario.

Conviene tener claros los factores psicológicos individuales que intervienen en toda decisión colectiva. Errejón, más leído que se jefe, seguramente quiere el pacto porque sabe o barrunta que si lo hace imposible el electorado no se lo perdonará. Iglesias, más falso y oportunista, dice querer la coalición con el PSOE, pero, en el fondo, a lo que aspira es al muy hispánico "quítate tú para que me ponga yo". Está poseído por el viejo espíritu vindicativo de su "referente intelectual", Anguita, consistente en destruir a la fementida socialdemocracia traidora, aunque haya que pagarlo al precio de repetir las elecciones. En el fondo, el viejo espejismo comunista con aires no tan nuevos. No se trata de sacrificar planes personales al bien común, sino al revés, el bien común a la satisfacción de un ego ilimitado.

Y cuando alguien está tan ciego que no ve sino lo que le interesa ver es inútil advertirle de que, si hay elecciones nuevas, Podemos podrá, sí, ser barrido del mapa.

dimarts, 12 d’abril del 2016

El fracaso

No pueden ni verse. Ninguno. Y eso se nota. A la legua. Y como no pueden ni verse no les importa fracasar en la tarea de componer gobierno. Así no tienen que aguantarse en el consejo de ministros. Tampoco les va a suponer perjuicio alguno. Piensan volver a presentarse y como el sistema electoral es de listas y ellos van los primeros, están seguros de que saldrán elegidos. Conservarán el escaño. Y el salario. Y las prebendas. Y seguirán impartiendo doctrina por las televisiones, concediendo entrevistas y poblando los medios digitales con sus necedades. Con un poco de suerte, tambièn saldrán elegidas y elegidos sus amigos, compadres, "compis". Todos a vivir del cargo. La oligarquías partidistas en plena función. Todas iguales. Con diferencias de atuendos, pero idénticas en el porte. Todas monolíticas, apoyando al jefe. Incluso cuando te maltrata. Sin una discrepancia, sin una crítica. Peligra el escaño, el cargo, el sueldo. ¿Qué más da? Han fracasado, pero repiten. Ninguno, me juego el cuello, se retira. Ni uno. Todo sigue igual.

¿Todo? Bueno, los parados están más parados y llevan más tiempo; los puteados, más puteados. Los jóvenes no tienen futuro; las mujeres tan machacadas como siempre; los inmigrantes en situación de penuria; los niños en barracones como escuelas; los trabajadores, cada vez más precarios. Pero esos no importan, no cuentan, no salen en la tele. Por la tele salen estos inútiles, repitiendo sus monsergas, encantados de haberse conocido.

Mientras tanto, en efecto, es posible que Rajoy repita mandato, con o sin ayuda de C's. EL peor presidente, el más antipopular, el más agresivo contra la gente, el peor valorado en la historia de la democracia, puede quedarse otros cuatro años. A terminar su tarea de la involución democrática, llevando a España a niveles de desarrollo muy bajo en las escalas mundiales. Todavía le queda Estado del bienestar por destruir. Y fomentando y extendiendo en la sociedad los modelos y pautas de comportamiento de la banda de presuntos ladrones del partido del gobierno. En el horizonte cuatro años más de franquismo, de expolio, de robos sin tasa, de corrupción, de imbecilidad, de leyes mordaza, de imperio de los curas y parásitos del clero. Cuatro años más de chulos y vividores, de corruptos y mangantes.

Andan culpándose unos a otros del fracaso. El PSOE a Podemos y Podemos al PSOE. Los partidarios de los otros y los unos, los de Iglesias y los de Sánchez, los fulanistas y menganistas de turno, repitiendo como papagayos las mentiras y tonterías que sueltan sus líderes, por los que se dejarían matar antes que enterarse de lo que sucede en realidad. Los socialistas son unos burócratas acríticos, dispuestos a pactar con quien les digan, sobre todo si es bien de derechas. No tienen arranque, ni empuje, ni valor para hacer una oposición digna de tal nombre. Los de Podemos son unos mastuerzos pagados de sí mismos, exhibicionistas sin capacidad real de liderazgo, repletos de soberbia injustificada y consumidos por un odio al PSOE que los va a llevar a la tumba. 

Las consecuencias de esta incuria, de esta incapacidad para reaccionar y hacer algo que no sea atornillarse en la poltrona vamos a padecerlas todos. 

dilluns, 11 d’abril del 2016

Ténganse todos, malandrines

De aquí al dos de mayo, Jauja. El presidente de los sobresueldos se ha ido a Barcelona a tranquilizar a la mayoría silenciosa asegurando que jamás tolerará que quiebre la soberanía nacional y lo que haya de ser España lo decidiremos todos los españoles. O sea, de referéndum catalán, nada. A propósito se me ocurre cogerle la palabra: vale, que todos los españoles decidan en referéndum qué ha de ser España. Luego echamos cuentas de lo que hayan votado en Cataluña y tendremos una idea aproximada de cómo está el apoyo a la independencia. ¡Ah! Que eso tampoco. Lo que haya de ser España lo decidiremos todos los españoles, pero solo cuando el sobresueldos lo diga. Antes, ni hablar. Es decir, en realidad, los catalanes no pueden decidir y los españoles, tampoco. Es la mejor manera de acabar con la pesadilla esa del derecho a decidir. Breve y claro: los catalanes no tienen derecho a decidir y los españoles, tampoco. Buena gana de estar creando problemas continuamente.

Ayer o antes de ayer, El País traía en portada una noticia prospectiva, esto es, daba cuenta de algo que no se había producido pero podría producirse. Se decía que Sánchez reconsideraba su negativa a negociar nada con el PP. Con la ensaimada del desayuno atragantada en el gaznate, César Luena o alguno de esos mozos que tienen el oído del líder, desmentía de modo rotundo: con el PP, ni a cobrar. O sea, El País podía haberse inventado la noticia. El Mundo hace ahora lo mismo y trae a portada una noticia de la semana que viene: Rajoy ofrecerá una vicepresidencia a Sánchez y pactará con él una reforma de la Constitución. Eso no es informar sino profetizar. Y entra muy dentro de lo posible dado que Rajoy tiene, según él, mucho sentido común, pero ningún sentido del ridículo.

Aunque nunca se sabe. Hace una semana, Sánchez se veía presidente. Ahora, de seguir las cosas así, no se ve ni de cesante. Su porvenir es oscuro y, antes de volver al anonimato del que lo sacaron unas primarias muy contestadas en cuanto a su limpieza, a lo mejor no hace ascos a que lo nombren algo en el gobierno de Rajoy. Esto quiere decir que las reformas urgentes de las que tanto esperábamos se postponen a un incierto futuro. Víctima del despecho, al verse negado por Iglesias, el socialista Hernando le manda una carta de recriminaciones en estilo amante frustrado, reprochándole frialdad, alejamiento, escaso interés. Él, que hubiera hecho lo imposible por satisfacer a Podemos comprueba con amargura que son otros quienes tienen la atención del líder.

Los de Podemos, de vuelta de todo, valientes guerreros, ridiculizan el paripé de los sociatas y, muy al cabo de la calle y experimentados negociadores, los ponen en su lugar, demostrando que en el fondo, coinciden con C's mucho más que con una posible combinación de izquierda. En la izquierda, pura e incontaminada están ellos, como siempre arropados por el multitudinario entusiasmo que supieron despertar hace dos años que suenan ya a dos siglos. La distancia en tiempo nos la da la consulta que la dirección plantea a los círculos a los que, con un poco más de camándula (término que ofrezco a Echenique por si quiere cambiarlo por ese tan cursi del paripé), acabarán convirtiendo en círculos viciosos de consultas al democrático estilo búlgaro. 

Lo anterior puede parecer algo estrafalario pero, ¿qué me dicen ustedes de un país en el que la gente no se manifiesta cuando la insultan, la oprimen, la explotan, la engañan o le roban, pero sí cuando se trata de salvar a no sé quién de un programa de TV llamado, creo, Gran Hermano?


diumenge, 10 d’abril del 2016

Caramba con el bipartidismo

Los decían mucho gentes de la izquierda y se coreaba en las manifas: PSOE y PP, la misma mierda es. Pues, no; no lo parece. Si fueran la misma mierda, gobernarían juntos. Pero no lo hacen. Antes revientan. Y no es solo por fastidiar a los creyentes en la unidad, sino porque, en realidad, no son lo mismo ni pueden ponerse de acuerdo en nada. Salvo que se considere acuerdo a lo que llamaba Carlos V, cuando decía que "mi primo Francisco I y yo estamos de acuerdo: los dos queremos Milán".

No siendo eso, el bipartidismo quizá no valga ya para gobernar, pero parece valer para no dejar gobernar. Siempre es más fácil ponerse de acuerdo en contra de alguien que a favor de algo. Eso parece un rasgo de la naturaleza humana, tan operativo en la península ibérica como en el Canadá.

Realmente, son los dos partidos dinásticos los que tienen la llave de la gobernación del Estado. Si uno de ellos se abstiene, el otro puede gobernar en alianza con Ciudadanos. O sea, hay solución sin necesidad de pasar por nuevas elecciones. Si tan horrible es el panorama de votaciones, puede probarse una fórmula que propongo con ánimo constructivo:

Cuenta habida de que los dos partidos dinásticos no pueden ni verse, podría probarse el sistema de la abstención alternativa. Esto es: dos años de gobierno de la derecha con C's y la abstención de PSOE y, luego, cambiando el sujeto de la abstención, el PSOE en coalición con C's. Dos años de gobierno a cada partido dinástico y cuatro a C's, mientras Podemos se queda en dique seco, lo cual sería justo pues todos echan a Iglesias la culpa de que haya elecciones nuevas. 

Esta fórmula daría también cuerpo a la teoría de la derecha de que el electorado lo que quiere es la colaboración entre las dos grandes opciones. Una colaboración consecutiva no es más que una colaboración simultánea, pero tampoco es menos. Satisfaría todos los egos, bastante desatados, por cierto, y no empeoraría sensiblemente las cosas.

Al quedarse fuera de las instituciones solo Podemos, seguramente recurriría a algún procedimiento para evitarlo. La cuestión es si lo hay y a qué precio. Se oyen con simpatía las voces en Podemos que dicen que aun hay tiempo para llegar a un acuerdo con los socialistas, pero esto más parece un deseo que una realidad. Salvo giro de 180º el rumbo de Podemos es hacia nuevas elecciones.   La guerra no es con el PP sino con el PSOE.

dissabte, 9 d’abril del 2016

El triunfador, Rivera

¿Quién es el responsable de lo que, de momento, parece un fracaso de las negociaciones? He aquí tres citas recientes de los tres líderes. Rivera: "todo acuerdo con Podemos es imposible". Iglesias: "Sánchez y Rivera no quieren moverse. No quieren pacto." Sánchez: "Iglesias no quiere pacto; quiere elecciones nuevas, como Rajoy".

¿Responsable (s)? Está claro: Rivera, Iglesias y Sánchez.

Ayer, Mónica Oltra, que es una líder de talla, decía que, si ha de haber elecciones, no se permita que se presenten a ellas quienes han fracasado en la negociación. Me parece muy bien. Yo mismo lo propuse unos días antes. Pero no es viable. ¿Quién impedirá que estos cuatro botarates (preciso es sumar al Sobresueldos) se presenten de nuevo? ¿Los militantes de sus partidos? Esos están entregados. ¿Sus votantes? Los votantes somos peores que los votados. ¿La opinión pública? Eso aquí no existe. Los cuatro inútiles, incapaces de ponerse de acuerdo en nada, volverán a presentarse acusándose unos a los otros, esperando que seamos los electores quienes les saquemos las castañas del fuego y gastándose unos cientos de millones de euros más en la campaña ya que, evidentemente, nos sobran.

Palinuro sigue prefiriendo como gobierno la alianza PSOE, Podemos, IU, CC, a ser posible PNV y también los independentistas catalanes. El principal enemigo de esta opción es el PSOE, casi todo el PSOE y muy especialmente ese mucho español Pedro Sánchez. El referéndum, por encima de su cadáver. Y por eso, por su oposición al referéndum, parece dispuesto a una Gran Coalición con el PP, el partido neofranquista, nacionalcatólico, el partido de la corrupción, del engaño, la mentira, la persecución de los disidentes a través de la Ley Mordaza; el partido del expolio a los jubilados; el de la explotación de las trabajadores por su reforma laboral. Esa alianza, a la que el PSOE se asoma empujado por Ciudadanos, por mucho que en el PP quiten al impresentable del Sobresueldos y lo sustituyan por otro impresentable, será el comienzo del fin del histórico socialismo español. La guinda que culminará la copa del fracaso, el histriónico fracaso, de ese Don Nadie de Sánchez, incapaz de tener una idea, proponer una visión del país, decir algo nuevo u original. Pudo haber aceptado el pacto del gobierno de izquierda con sus 185 diputados; suficientes para cambiar España. Pero no se atreve. Como no se atrevió a presentar una moción de censura a este gobierno de corruptos, incompetentes y en rebeldía frente al parlamento. No se atreve a un referéndum en Cataluña. Nadie parece haberle informado de que la petición goza de un apoyo cada vez mayor entre los españoles que ya empiezan a estar hartos de la incompetencia de sus políticos.

Podemos tiene una trayectoria similar. Iglesias no ha querido nunca el pacto con PSOE a secas; no con el PSOE y C's sino simplemente con el PSOE. Ha simulado quererlo para que no se culpe a su partido de provocar nuevas elecciones pero, en realidad, lo ha dinamitado desde el primer momento, cuando el infundio de la cal viva, luego desplazando al mucho más flexible y posibilista de Errejón y, por último, dando por imposible el pacto con el PSOE y C's y simulando que son ellos quienes no lo quieren. En el fondo, Podemos es un remake de Izquierda Unida, esta infiltrado por los tránsfugas de IU y el referente intelectual de Iglesias -confesado por él mismo- es Julio Anguita. Así que Podemos, que ha hecho lo que Anguita siempre quiso hacer (según declaró el propio cordobés) no tiene otro objetivo que el de los comunistas de toda la vida: acabar con la socialdemocracia. En mi opinión, tampoco esta vez lo va a conseguir porque la gente no es tonta, aprecia el socialismo democrático y ya tiene muy calado el cargante hiperliderazgo de Iglesias, como se ve por el hecho inapelable de que sea el líder político peor valorado solo por encima de Rajoy, que es como decir que la gente te aprecia más que a una boñiga de vaca. Añado una sola consideración a esa ridícula consulta con la que quiere blindar su jefatura: dos preguntas en un dilema absolutamente tramposo, de auténtico trilero: la 1ª cosechará un "no" que seguramente llegará al 120% y la 2ª un "sí" clamoroso del 150%, como todo el mundo sabe de antemano. He visto muchas manipulaciones en mi vida, pero nada tan descarado y sinvergüenza como esto. 

Parece increíble pero, si se piensa bien, el verdadero ganador de esta situación ahora y de esas elecciones si se producen será Rivera. Que este atildado mozalbete, barbilampiño, carilindo, pisaverde, melifluo, zangolotino, ambiguo, inconsistente, frívolo, de ademanes y conceptos falangistas, sea el líder más valorado en España demuestra, de nuevo, que en el país no hay una opinión pública digna de tal nombre. Que acabe imponiendo su criterio siendo el menos votado de los cuatro partidos mayores demuestra también que los otros líderes no le llegan a la altura del zapato.

Y ya es triste.

divendres, 8 d’abril del 2016

El color del cristal

Lo que va de un punto de vista a otro. Los de Podemos fueron a la reunión tan contentos, pensando que habían hecho 20 generosas concesiones y se encuentran que los de C's no quieren ni oír hablar de ellas, que les parecen un insulto y que con Podemos no van ni al rellano de la escalera. Les ayuda generoso El país que tilda las propuestas de los morados de inasumibles para Rivera. Añade el diario que la primera reunión de negociación de ayer será la última, que el intento ha fracasado.

Supongo que es lo que quiere C's: cortar con Podemos y llegar a un acuerdo con el PP. Y, según se ve, El País también. Recuerda la actitud del matón tabernario que se niega a considerar ninguna oferta de negociación que no sea la sumisión más absoluta. ¿Que el gasto público propuesto por Podemos les parece excesivo? Propongan ustedes otro más a su gusto. Hagan contraofertas. Toda negociación es un tira y afloja y solo los prepotentes dan un puñetazo sobre la mesa y se cargan las reuniones. En su celo anti-Podemos, El País miente bellacamente afirmando que los morados piden la autodeterminación de Cataluña. Lo que hacen es diferir el asunto a una reunión de Domenech (que es de los suyos) con Iceta, un socialista catalán y se comprometen a aceptar lo que salga que será más bien una birria. Estando Iceta, nada de autodeterminación, así que el periódico podía dejar de mentir.

En fin, los de C's muestran su pelambre de la derecha pepera y tras haber incumplido ya ese pacto con el PSOE que, sin embargo, frotan por los morros de Podemos, carecen de autoridad para imponerlo  a lo bruto, sin negociación de ningún tipo.

El PSOE, a su vez, está en posición de  hacer un gobierno de izquierdas: PSOE, Podemos, IU, CC, voto favorable del PNV y abstención de la minoría catalana. 168 escaños. Tendría 185 votos si aceptara el referéndum. Y eso sería lo que habría que hacer para recomponer el panorama español porque tarde o temprano, ese referéndum va a celebrarse.


dimecres, 6 d’abril del 2016

La vida, Pedro, es desengaño

Quien te apoyó en la investidura, te planta en el primer recodo del camino. Entraste ayer en el Parlamento con dos amigos y saliste con uno y medio. El medio justifica su abandono argumentando que no se puede derogar una ley sin tener a mano el recambio. Razón por la cual se abstiene contra toda lógica porque, si de verdad cree erróneo derogar sin tener nada previsto, lo suyo es votar en contra, no abstenerse. Pero la traición no sabe de lógicas, sino de conveniencias. Además de abstenerse los de C's quieren ministerios en el gobierno. Aquí, el menos avisado es obispo. ¡Qué duro es todo, Pedro! No solo te pien ministerios los de Podemos; también los de Queremos. Apenas van a quedarte para reparto entre fieles. Y con el partido como lo tienes, no es lo más recomendable. La gente quiere jefes que manden y repartan juego, no tipos a los que todos engañan. 

Estos de C's no son leales. No son de fiar. Hoy votan "a" y mañana "b" al incomprensible albedrío de su joven líder. ¿Puede Sánchez garantizar que no le fallarán en el momento decisivo? No, no puede porque su supuesto aliado tiene sus propios planes. Y es razonable. Los dos ambicionan un único puesto. Y eso que se perfila un triunvirato. Con este comienzo, pocos se atreverán a vaticinar resultado de votaciones. Si las hay. Será una legislatura de infarto y tertuliano. Venga, Pedro, a preguntar a Albert qué significa su taimada abstención. ¿Que ya no le quiere? No se procupe en exceso. Otro Pedro negó a su jefe tres veces antes de que cantara el gallo. Y aquí estamos, con ese Pedro más falso que Judas convertido en piedra de su iglesia. 

dimarts, 5 d’abril del 2016

El cónclave

Los tres cardenales se reunirán el viernes, parece, repentinamente urgidos de formar gobierno, no vayan a echárseles las elecciones encima y los dejen como el sembrado tras el paso de la langosta. El viernes no es aún el deadline, pero todos insisten en que debe salirse con algo concreto, mollar. Mientras tanto, los medios han ido preparando el terreno al modo en que la artillería macera el campo del enemigo para permitir la entrada de la infantería: si hay elecciones, el personal va a quedarse en casa y esos son los de izquierda, la mayor participación favorecerá al PP que, a pesar de no aumentar mucho en votos, lo hará en diputados. De algún sitio había que sacar estos ya que la gente no está dispuesta a votar al partido de los sobresueldos. Podemos se hunde. El PSOE se estanca. Más vale no tentar la suerte.

Y, en efecto, los negociadores muestran posiciones más acomodaticias, flexibles, "comprensivas". Los de Podemos ven "posibilidades" reales de gobierno. Sobre todo, ven gobierno y parece que finalmente han comprendido que las sociedades no se cambian confrontando teorías en las mesas redondas sino desde el poder, con el BOE en la mano y los proyectos legislativos preparados. Hay que estar en el gobierno. Lo demás, desde la ideología a las convicciones, pasa a respetable pero segundo término.

El PSOE también parece razonar despierto. Está dispuesto a negociar los programas sociales con Podemos. Era su punto débil. A la vista de las relaciones, todo le aconseja radicalizarse algo más de la mano de Podemos. Si lo dejan solo con Ciudadanos, iría cediendo al peso del conservadurismo, dejándose llevar y podría encontrarse sin percibirlo en el infierno mismo de la alianza maligna con el PP, con el que tanto se desama y desune.

Todos parecen entender la situación y estar dispuestos a ceder para conseguir un objetivo óptimo: el gobierno a tres, PSOE, Podemos y Ciudadanos (y ya veríamos si con ministerios o con abstenciones). Todos menos, precisamente, C's. Sus dos exigencias a Podemos son muy toscas y habrá de matizarlas: a) que Podemos renuncie al referéndum de autodeterminación de Cataluña; b) que acepte expresamente el pacto entre C's y el PSOE.

La segunda condición, aceptación del pacto, no es grave ni imposible de cumplir. La primera, en cambio, sí, sobre todo porque ya está implícitamente admitida en la aceptación del pacto. ¿Qué sentido tiene forzar un rechazo expreso de Podemos al referéndum? Suena un poco a exageración inquisitorial: ¿por qué tienen que aparecer los morados con un sambenito de renuncia a una exigencia, por efecto del color? Es absurdo. Obligar a alguien a negar algo que pueda beneficiarlo como un acto de voluntad es un absurdo.

Por lo demás, C's hará bien en recordar que la combinación PSOE, Podemos, C's no es la única ganadora. También lo es la combinación de la izquierda que Palinuro apoya: PSOE, Podemos, IU, CC, ERC y DiL para la investidura. Son 181 diputados. Solo dependería de que el PSOE entendiera que la coalición con Podemos es más propia de su trayectoria que la coalición con C's.

diumenge, 3 d’abril del 2016

El horizonte está detrás

Palmira se ha salvado, de momento. Bueno, las ruinas de Palmira se han salvado, de momento; para ser más exactos. Tampoco todas: entre un 10 y un 20% han sido dinamitados en nombre de Alá, un dios que se alimenta de piedras. Piedra le dieron a comer a Cronos para salvar a Zeus. A este le dan las piedras en lugar de Zeus. Pero, sí, la Palmira del Conde de Volney se ha salvado. Las ruinas enseñan mucho. Aprovechando el viaje a Sevilla, visitamos Itálica (Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora...) y luego varios lugares emeritenses: el teatro, el anfiteatro, el museo, la casa del Mitreo y el columbario. Mañana o pasado escribiré algo sobre estos confines occidentales del Imperio que, andando el tiempo, habían de constituir un imperio nuevo, más occidental aun.

En realidad, me proponía glosar la encuesta de Metroscopia de El País. Las encuestas cumplen una doble función. La manifiesta: ilustrar sobre el futuro; la latente: animar debates sobre los efectos y la naturaleza de las encuestas. Además de la malicia generalizada de que si "allá van leyes do quieren reyes", allá irán los sondeos do moran los deseos. En este caso ahorramos y damos por buena la conclusión según la cual, una repetición electoral apenas cambiará el mapa parlamentario. Merece cierta consideración. A primera vista, pareciera una mesa de juego en la que el electorado, a modo de croupier repartiera la cartas para que los políticos las jueguen. Pero estos no saben y las devuelven. Los electores van y reparten las mismas.

Pero eso es un absurdo, ¿no? Porque si reparten las mismas seguirá sin haber juego y Rajoy empezará a pensar en la posibilidad de agotar un segundo mandato en funciones. Claro, con el gobierno en funciones, el país entero está en funciones. Por eso no viene Obama. Aunque uno sospecha que Obama, este sí, de retirada, seguramente no vendría en ningún caso. De tpdas formas, según Metroscopia, misma foto.

Pero ¿no quedábamos en que el electorado es siempre sabio? En el fondo, no; el electorado puede ser tan racional o irracional como cada individuo. Para los más doctrinarios, en realidad, los políticos tienen la obligación de hacer juego incluso con decisiones irracionales, pues también hay sabiduría en la sinrazón..

No obstante, el cuadro de proporción de las distintas fuerzas que la empresa demoscópica plantea varía algo respecto al actual aunque, en su opinión, no lo suficiente para cambiar el contenido de las decisiones que serán las de ahora: ninguna.

Las palabras no son inocentes. El uso del verbo "hundir" para calificar el descenso de tres puntos porcentuales de Podemos es casi melodramático. Aunque, por supuesto, si lo de "asaltar los cielos" queda por debajo del mundo broker de C's, puede haber una crisis. Pero, en realidad, puede haber crisis de cualquier tipo. Podemos sigue empeñado en el sorpasso al PSOE y, como siempre se ha dicho aquí, está en su derecho. Ahora parece que su principal aliado en esta tarea es el propio PSOE, que da la impresión de no ser suficientemente compacto. Pero peor lo tiene Podemos, cuya imagen es próxima al fraccionamiento.

Supongo que en ese 94% de gente que considera mala la situación política (el 6% restante son NS/NC o políticos) habrá dispuestos a votar lo que sea. Literalmente lo que sea. Y eso es muy difícil de pronosticar.

dijous, 31 de març del 2016

Hay que pactar, pero solo como los señoritos quieran

Ayer, Pablo Iglesias dio muestras de mayor flexibilidad política de la que acostumbra. Recogió velas, no insultó al PSOE y se mostró dispuesto a hablar con C's, aunque no a sentarse con él en un gobierno. Hasta ahí, juego político con cintura y responsabilidad. Tanta que hasta Sánchez vio un trozo de cielo abierto, al levantar constancia de que había esperanzas, cosa esencial para él, que se postula como presidente.

En este momento, el obstáculo esencial a la formación de gobierno es C's, que dice ser de centro pero no quiere a Podemos "por activa ni por pasiva".  Iglesias, aun declarándose dispuesto a hablar con Rivera, mantiene el veto a su entrada en el gobierno. Público, la voz orgánica de Podemos, muestra su falta de perspicacia al sostener que Sánchez se empeña en un pacto “casi imposible” entre Podemos y C's, como si fuera un error. Falso. El error es mantener el veto a C's. Levántenlo. No pasa nada porque C's entre en un gobierno tripartito y Podemos debe mostrar la máxima disposición a llegar a acuerdos. Si alguien carga con el mochuelo de ser el responsable del bloqueo de la situación, que sea C's.

C's insiste en mantener a distancia a Podemos e invitar al PP a gobernar con el PSOE y ellos mismos. Es lógico. Está en su interés: un gobierno PP, PSOE, C's pondría al PSOE a merced de las políticas reaccionarias de los otros dos, las legitimaría y terminaría por hundir el histórico partido del original Pablo Iglesias. En cambio, al revés, un gobierno PSOE, Podemos, C's pondría a este último en minoría en un gobierno de izquierda, legitimaría a éste y permitiría sacar al país del marasmo en que encuentra después de cuatro años de desgobierno, expolio y ruina a manos de una asociación de presuntos malhechores.

Los argumentos de Rivera para bloquear todo acuerdo con Podemos son de tres clases. Considerémoslos.

1º) C's cuestiona la autenticidad de las concesiones de Iglesias por creer que son meramente tácticas, para evitar nuevas elecciones. Puede ser. ¿Y qué? Quizá sea cierto que Podemos tema elecciones nuevas. Yo las temería también si estuviera en su lugar. Y, sin embargo, a lo mejor salía beneficiado de ellas. Nunca se sabe. Por la misma razón decir que la negativa cerrada de C's también es táctica y trata de provocar elecciones nuevas porque piensa que le favorecerán. Y también es posible que esté equivocado y se dé una castaña.

2º) Podemos, dice C's, se empeña en referéndums de autedeterminación en todas partes. Está en su derecho. Pero que haya o no referéndums no depende de Podemos. Ni siquiera depende de Rivera y su partido por muy estupendos que se pongan. Esos referéndums, especialmente el catalán, dependen de los catalanes y estos siguen su marcha, diga Rivera lo que diga. Y hacen bien. Los independentistas ya han desconectado y en su momento plantearán la cuestión definitiva con un probable referéndum constituyente catalán y ya veremos qué hacen entonces el señor Rivera y el resto del nacionalismo español, PSOE incluido.

3º) Podemos no puede estar en un gobierno en que haya que tomar medidas de política económica en contra de la crisis porque tiene proclividades venezolanas y griegas. Es el mismo argumento, aunque algo menos demagógico, que maneja un editorial de El País, (Fe de errores) que parece redactado por la FAES. Podemos no puede estar en un gobierno que afronte la crisis y el periódico pide al PSOE -como lo hace C's- que se entienda con el PP. Es decir, que se entregue a la carcunda neofranquista para que el país siga gobernado por una banda de presuntos corruptos, neofranquistas y meapilas, pura herencia del caciquismo decimonónico ladrón.

En el fondo, lo que estos dos quieren, C's y El País, es que no haya gobierno de progreso, que no haya regeneración democrática, ni auditorias de la gestión de esta banda de sinvergüenzas, ni se deroguen sus tropelías legislativas, al amparo y abuso de su mayoría absoluta, la LOMCE, la Ley Mordaza, la reforma laboral, los privilegios de la Iglesia, etc.

Porque, ¿de dónde sacan estos dos linces que un gobierno tripartito en el que los miembros de Podemos estarían siempre en minoría frente al PSOE y C's, serían aquellos quienes impondrían su supuesto radicalismo (que tampoco es tanto) frente al conservadurismo del PSOE y el reaccionarismo de C's? Obviamente, de ningún sitio, porque es mentira.

Lo que quieren es un pacto de gobierno pero a su antojo, para legitimar el expolio y el desastre de los últimos cuatro años y que los responsables de la corrupción y este latrocinio monumental se vayan de rositas.

Y, por supuesto, que los catalanes no puedan moverse.

dimecres, 30 de març del 2016

Hacer cuentas trae cuenta

Los números mandan y

202 > 161 > 130

Repasemos los tres gobiernos posibles con los números en la mano y recordando algo:

1ª prioridad: que esta banda de corruptos y sinvergüenzas deje de gobernar.

2ª prioridad: evitar elecciones nuevas.

OPCIONES

1º: 130. 

Fracasada. Repetirla carece de sentido.

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2º: 161.

Requiere que cedan C’s y PSOE. Poco probable, no elegante y desleal por parte PSOE.

Si PSOE cediera y C’s estuviera en contra solo podría mantenerse con apoyo de los independentistas, lo que requeriría que el PSOE cediera también en el referéndum.

Si lo hace, Palinuro, encantado. Pero serían dos concesiones del PSOE y ninguna de Podemos ya que la ausencia de Iglesias no es una concesión de partido, sino personal y no cuenta. 

Tendría dos oposiciones: la de C's y la del PSOE baronil. Menos probable que la tercera.

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3º: 202. 

Cede PSOE al incluir a Podemos. 
Cede C’s en cuanto a presencia de Podemos.
Cede Podemos en cuanto a presencia de C’s
Cede Podemos en el referéndum. Dos cesiones. A cambio, Pablo Iglesias debe ser vicepresidente.
Es la opción más segura, la más inclusiva y civilizada.
El encaje de IU y CC puede negociarse luego. No es necesario, pero sí respetuoso.
La banda dejará el gobierno ipso facto.
Quien se oponga a esta opción cargará con el sambenito de haber provocado elecciones.

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Queda fuera cuestión del referéndum. Fuera quiere decir fuera. Sin mención. Podemos tiene derecho a seguir abogando por él y C's y PSOE a seguir oponiéndose. Muy correcta la propuesta de Podemos de un tándem negociador con Iceta y Domenech, aunque las expectativas no sean muy halagüeñas 

Los independentistas y quienes apoyamos el derecho de autodeterminación de los catalanes ya sabemos que no cabe esperar nada de ningún gobierno español. Lo que haya de ser en Cataluña depende de lo que hagan los propios catalanes. La situación de desgobierno en España los beneficiaba, pero quizá no tanto como puede parecer.

dilluns, 28 de març del 2016

A seguir mareando la perdiz

Ignoro hasta qué punto es cierta la información de El País, según la cual Los ‘errejonistas’ reprueban las formas de Iglesias con el PSOE. Y lo ignoro porque, en contra de sus soflamas de transparencia, información, aires nuevos, etc, Podemos es un partido tan hermético, reacio a dar información y proclive a mentir sobre su situación interna como todos los demás. A quien hace apenas diez días se le ocurriera decir que había lío interno en el partido morado le saltaban encima hordas de fanáticos llamándolo de todo. Comportamientos tan viejos y aburridos como los de las sectas de los derviches que, si se explican cuando los sectarios son jóvenes, resultan patéticos cuando son entrados en años. De ser cierta la información de El País no tengo más remedio que aplaudir el punto de vista de Errejón por creer, en parte como él, que es absurdo y un error decir que se busca una alianza de gobierno (o de lo que sea) con un partido al que se insulta, se difama y se criminaliza.

Sin embargo, me separaría de la interpretación errejónica en el calificativo empleado y que solo puedo atribuir a un exceso de buena fe por parte del segundo a bordo. No creo que esa contradicción de pretender una alianza con alguien a quien se difama sea solo un error. Creo que es algo deliberado: se trata de simular que se busca una alianza al tiempo que se hace imposible a base de desplantes e insultos con el fin de que haya una ruptura pero que no parezca producida por el insultador. El origen de este burdo maquiavelismo está en la influencia que Anguita y su delirio del sorpasso ejercen sobre Podemos y que llevará a este a la destrucción, como llevó a IU. Si alguien lo duda, que explique cómo puede decir Iglesias que Anguita es su referente intelectual. Anguita. Intelectual. Dicho se está todo.

Palinuro ya analizó ayer esa situación de "debilidad" de los partidos, aunque con otro nombre. Sobre todo en los de la izquierda (la izquierda cavilosa), así que aquí bastará con dos o tres precisiones más. La repetición de elecciones será un desastre para los partidos de izquierda pero, para Podemos, será un suicidio.  Es muy poco probable que las "confluencias" vuelvan al carné de baile con Podemos en Galicia o Valencia y en Barcelona, la alcaldesa, que cada vez se parece más a la ogresa de Hansel y Gretel, los fagocitará a todos en su nuevo partido para su mayor gloria. Pero lo que más amenaza los destinos de Podemos es la repetición en su seno del síndrome fraccionalista de IU a cargo de las cohortes de tránsfugas y espabilados de aquella federación que abandonaron el barco a la deriva para asegurarse un buen puesto en la flamante opción ganadora que ya no es flamante, no será ganadora y puede que ni opción. 

Como suele suceder en España, es posible que el partido morado sortee este aciago destino, no por sus méritos, sino por los deméritos ajenos, no por sus virtudes sino por los vicios de los demás. El PSOE en concreto parece aun más decidido a hacerse el harakiri que su posible socio. Pedro Sánchez, el hombre de Rubalcaba en la dirección, no tiene un  solo acierto ni cuando es físicamente imposible equivocarse. Aun así podría decir algo que sonara a una izquierda verosímil siempre que el auditorio ponga buena voluntad. Pero si, como parece que está fraguándose, le riñe el puesto Susana Díaz, a quien nadie se toma en serio fuera de Andalucía, no se me alcanza cómo conseguirá el PSOE obtener algún voto al norte de Despeñaperros. Porque ya fastidia que Sánchez venga envuelto en la bandera borbónica dando gritos de "¡más España!" y no reconociendo un miserable derecho de autodeterminación a los catalanes. Pero se ponen los pelos de punta cuando se piensa que a esto puede añadirse la figura de esta señora portando en andas la figura del Cristo del camino pino o aplaudiendo a algún diestro con una oreja sangrienta de toro en cada mano.

Añádase a ello la reaparición de Rubalcaba, el hombre cuya actitud reaccionaria, centralista y monárquica llevó al PSOE a su mayor derrota electoral en la segunda restauración. Reaparición que señala ya la hoja de ruta de la entrega del PSOE a la derecha neofranquista: la gran coalición bajo mando del Sobresueldos. 

Todo por la patria.

diumenge, 27 de març del 2016

La izquierda cavilosa

Hace ya mucho tiempo, largos años, que la izquierda no pasa por su mejor momento y, lánguida como una novicia mística, arrastra su desconcierto y perplejidad de problema en problema. Aproximadamente desde la caída del muro de Berlín, cuando el neoliberalismo triunfante se hizo con la hegemonía del pensamiento político y social en nuestro tiempo, el panorama se ha vuelto confuso. En lugar de los viejos y rotundos dogmas de las dos vertientes de la izquierda, la economía planificada del modelo comunista y la economía social de mercado de la socialdemocracia, aparecen ahora titubeos, ambigüedades, mezcolanzas ideológicas que, como las "terceras vías" inglesas, los "nuevos centros" alemanes y el "republicanismo cívico" español, carecen de toda proyección teórica y no son más que consignas electorales ayunas de toda reflexión. Por no hablar del "socialismo del siglo XXI" o el "empoderamiento de los de abajo". Pura palabrería huera.

Así las cosas era fatal que, ante el frustrante resultado de las elecciones del 20 de diciembre, las distintas fuerzas de la izquierda española se llamaran a sí mismas a capítulo para entender en qué habían fallado y cómo poner remedio. Y así ha sido. Con la llegada de la primavera en que los cristianos celebran la muerte y resurrección de su dios en un lejano eco del mito de Osiris y los paganos festejamos con los misterios eleusinos, cuando Perséfone es devuelta a su madre, Démeter, para traer de nuevo la vida a la tierra, las tres principales fuerzas de la izquierda estatal han puesto en marcha sendos proyectos de refundación.

En primer lugar, el joven e incansable Garzón quiere que IU supere a IU, algo que la federación hace una o dos veces al año, cada vez que se embarca en alguna de sus interminables peloteras que acaba siempre como el rosario de la aurora. No hay expulsión, escisión, purga o extrañamiento que no se haya hecho en nombre de la unidad y con el fin de convertir a IU verdaderamente en el alma y la voz de esas mayorías sociales que dice representar con la misma autoridad con que Palinuro podría representar un cuerpo de la guardia civil. Sin duda, sobre el papel, la propuesta de Garzón es plausible y muy oportuna: un reformismo radical, cierto prudente anticapitalismo, un keynesianismo inconfeso, el ecologismo y el feminismo. Cualquier demócrata de izquierda firmaría eso. Incluso Palinuro si se le añade la reivindicación de la República y la necesidad de poner a los curas en su sitio.

Pero, por desgracia para Garzón, IU no es solamente una federación de partidos, grupos y gentes más o menos razonable. También es, sobre todo, una pantalla del Partido Comunista de España (PCE) que no se atreve a presentarse a las elecciones con su propio nombre porque teme, con razón, que no lo vote nadie. Y si superar o trascender a IU que es un ente magmático parece tarea fácil, la cosa se pone chunga cuando se trata de que el  PCE pierda relevancia ante las nuevas realidades. Los viejos comunistas que vigilan de cerca el flirteo con IU no están dispuestos a abandonar sus dogmáticas creencias que dan sentido a sus vidas. Hace unos días, el camarada Centella, secretario general del PCE publicaba una carta en la prensa dirigida a la militancia, un texto que venía del frío de Siberia y de la apelmazada mentalidad estalinista. Por fortuna para IU es de suponer que este escrito carezca de todo efecto porque, de tener alguno, acabará consiguiendo que a IU no la voten ya ni sus dirigentes.

A su vez, Podemos, igualmente afligido por sus magros resultados en las elecciones del 20 de diciembre, quiere recuperar la iniciativa y reafirmar su propuesta con una ambiciosa campaña de refundación que podría llamarse Vista Alegre Revival. A diferencia de lo que sucede con IU, el problema de Podemos es la inexistencia de una columna vertebradora orgánica o de pensamiento y el riesgo de que la organización se diluya en una impreciso régimen de confluencias, articulaciones y asambleas. Una vez que la organización morada se haya librado de los elementos que ha ido plagiando de aquí y alla, empezando por el nombre del partido y terminando por las opciones de unidad popular, copiadas de la CUP catalana, parce bastante claro que no le quedará gran cosa. La lucha entre partidarios de la estructura jerárquica y los de la asamblearia no lleva a ningún sitio porque es ficticia. A Podemos no le queda otro remedio que terminar de integrarse en el sistema qe venía a combatir como un partido más y esos llamamientos a los círculos inevitablemente traen a la memoria los círculos viciosos.

Si los dos anteriores, IU y Podemos presentan síntomas de agotamiento, del PSOE puede decirse que está en la UVI. Los debates de las otras dos fuerzas pueden ser más o menos pertinentes y razonables, pero son. En el PSOE no hay debates sobre teorías, formulaciones estrategias sino exclusivamente sobre asuntos de poder e influencia, sobre maniobras orgánicas para controlar tal comité o tal otra comisión, sobre la influencia de un barón o la de otro, sobre acuerdos de las dirigentes entre bambalinas de los que el pueblo se entera  a toro pasado, como dicen los amantes de las corridas. Aquí solo se habla de intereses, enchufes, baronías y ambiciones personales. Esta señora Díaz que, al parecer, quiere reñir el puesto a Sánchez, una cagacirios, amante de las corridas de toros y nada competente y eficaz en la lucha contra la corrupción, revela hasta qué punto el PSOE se encuentra en una deriva hacia la derecha, que solo se podrá atajar si el conjunto de la oposición, formando un bloque, expulsa al gobierno corrupto mediante una moción de censura que podría dar lugar a un régimen "transitorio"cuya única finalidad sería convocar nuevas elecciones.

Porque, en definitiva, así parece que será: habrá elecciones nuevas. Al menos, todos los partidos se preparan para ellas ya sin ningún recato. Podemos insiste en vetar a C's y C's avisa de que un pacto con Podemos que incluya el referéndum de autodeterminacion de Cataluña, no será aceptable. Si ninguno de los dos cede, no habrá acuerdo y será preciso ir a elecciones en junio. Hasta qué punto puede llevar este fracaso a la degeneración de cualquier ideal de izquierda lo da la reciente reaparición del reaccionario Rubalcaba, auténtico submarino del PP en el PSOE, postulando la gran coalición. Su falaz argumento es que, si el PP vuelve a ser el partido más votado, los españoles lo habrán amnistiado y eso justificará una gran coalición en la que el PSOE apoye al PP e incluso se admita a Ciudadanos. Desde luego que los electores de la derecha votarán al PP, pero no para amnistiarlo sino porque les parece de perlas votar a un partido de ladrones y corruptos. Quienes amnistiarían al PP en ese caso serían el propio Rubalcaba y los electores socialistas quienes, creyendo votar a la izquierda, se encontrarían votando a un partido franquista gracias a las habilidades dialécticas del carcunda del exsecretario general.

dilluns, 21 de març del 2016

Oligarquía y obsesión

Vamos a hablar en román paladino. La fulminante destitución de Sergio Pascual en Podemos tiene varias interpretaciones, como siempre sucede con estas crisis en organizaciones políticas. Forma parte de la rígida liturgia de toda organización hecha de obediencia al mando, lealtades interesadas y jerarquía pues, como sabemos, su naturaleza es siempre oligárquica. Toda oligarquía se mantiene con una estricta unidad de grupo y quien se aparta de ella es arrojado a las tinieblas exteriores con la inevitabilidad con que los organismos vivos excretan los cuerpos que no pueden asimilar. Podemos no es una excepción a la ley de Michels y, de serlo, no por la teoría asamblearia y democrática que predica, sino por la práctica autoritaria y jerárquica que ostenta.

La destitución de Sergio Pascual es resultado de las tensiones en el interior de la organización que traducen luchas por áreas de influencia, ascensos y descensos, consolidación de posiciones de poder, avances y retrocesos de banderías. Son intrigas entre bambalinas generalmente confusas y carentes de interés porque responden a peleas y rencillas entre gentes de poca monta, que normalmente no trascienden al conocimiento de las bases a quienes se predica siempre el carácter abierto y ultrademocrático de las decisiones que se toman igual que a los pobres de espíritu las bienaventuranzas.

En realidad, la destitución, según parece, trata de zanjar un contencioso entre dos bandos en el seno del partido. De un lado están quienes quieren llegar a un acuerdo con el PSOE, pactar con él bien una abstención o un voto favorable a la investidura de Sánchez para posibilitar la expulsión de Rajoy y del PP, como Errejón y los suyos. De otro, quienes se niegan a todo acuerdo con los socialistas y pretenden forzar nuevas elecciones porque piensan que de ese modo, podrán finalmente acabar con el PSOE y ocupar su lugar como referente hegemónico de la izquierda. El precio por pagar de que siga gobernando el PP les parece asumible. El adalidad de esa actitud, según parece, es Pablo Iglesias.

El país revienta de sondeos que pretenden adelantar cuál sería el resultado de dichas elecciones y, según quién las encargue y sufrague, los vaticinios difieren. Entre ellos es razonable uno que Palinuro da por muy probable: un batacazo considerable de Podemos que no solamente no hará realidad el anhelado sorpasso del PSOE, sino que quedará en una posición muy maltrecha.

Tres argumentos cabe aducir a favor de este pronóstico: 1º) la valoración de Pablo Iglesias y, en general, de Podemos, han caído en picado con las intervenciones parlamentarias de sus gentes, frisando entre lo patético y lo agresivo; 2º) es muy poco probable que la organización repita los niveles de apoyo obtenidos por las confluencias periféricas y menos probable aun que las mismas confluencias se repitan; 3º) la fuerza de las dos opciones que han mostrado capacidad de pacto, PSOE y C’s, aumentará notablemente por relación a quienes como Podemos y el PP, aparecerán como responsables de la repetición de elecciones por su intransigencia.

Resulta sorprendente cómo los estrategas de Podemos no ven estos peligros o, si los ven, no aquilatan sus consecuencias y corren al abismo de unas elecciones que van a enterrarlos. Para explicar esta incongruencia tengo dos hipótesis que, en el fondo, confluyen en una: 1ª) el sector anguitista de IU –todo él presionando a Podemos desde dentro- y el propio Anguita propugnan esta fórmula insistentemente. La razón es sencilla: Anguita sabe que es su última oportunidad. O consigue ahora el sorpasso o ya tendrá que retirarse definitivamente a saborear las otoñales mieles de la jubilación, que tanto le fastidian, aunque diga lo contrario; 2ª) Iglesias sabe que en un gobierno del PSOE, a él le quedaría reservado un papel de segundón o quizá ni eso, sino el del líder de la oposición, algo que no satisface su narcisismo desaforado. Ambas obsesiones confluyen en una, en efecto, la de dar algo de cuerpo a una izquierda llamada transformadora que en cuarenta años cuarenta no ha transformado absolutamente nada en España y seguirá sin hacerlo.

Visto lo visto, por lo tanto, Podemos apostará por elecciones nuevas aun a sabiendas de que, con ello ocasionará dos graves problemas para la gobernación e, incluso, la supervivencia de España: 1º) mantendrá con vida el gobierno antidemocrático y antipopular del PP no solo durante el interregno hasta las elecciones, sino que estas pueden darle una nueva victoria que lo perpetúe; 2º) sostendrá la situación de incertidumbre y desgobierno en España, haciendo imposible que durante meses y meses el Estado pueda articular una respuesta política al independentismo catalán. Palinuro, que simpatiza con este, por verlo regeneracionista y republicano, se felicita por ello, pero en gentes como las de Podemos, en el fondo nacionalistas españoles al uso, esta actitud parece perfectamente estúpida.

diumenge, 20 de març del 2016

Velando armas

No todo ha de ser hablar. También cabe escribir. Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat sobre la insólita situación en el Estado: un gobierno independentista en Cataluña, con una hoja de ruta muy clara y un propósito de llevarla a cabo y un galimatías en el Estado en el que los protagonistas, todos, no se saben sus papeles y se han metido cada uno de ellos en un jardín, de forma que la situación ya no es la famosa del cuento borgiano del jardín de los senderos que se bifurcan, sino la de un laberinto poblado de Teseos de vía estrecha y todos ellos carentes de hilos de Ariadna. El PP no sabe si quiere elecciones o que un milagro le eche al PSOE en los brazos pero siempre con Rajoy en la jefatura. El PSOE pretende hacer una salsa con el aceite de Ciudadanos y el vinagre de Podemos que entre sí no pueden verse a cuenta de su actitud antagónica respecto al referéndum catalán. Podemos quiere elecciones nuevas porque la hybris anguitista que lo corroe lo ha convencido de que podrá dar la puntilla al PSOE y solo va a suicidarse. Ciudadanos desea mantener la lealtad del PSOE pero encamarlo con el PP consiguiendo para ello que Mariano Garrapata renuncie a un poder que no piensa abandonar ni siendo cadáver. En estas condiciones, los cuatro partidos parlamentarios mayores se vigilan mutuamente pero saben que, si no varían sus posiciones, las eleciones en junio serán inevitables. ¿Y qué les espera? Según la encuesta que consulten ustedes, los pronósticos serán muy variados. En mi opinión, sin embargo, el resultado, salvo error u omisión, será que el PP y Podemos se hundirán por su incapacidad para entenderse con los demás y el PSOE y C's aumentarán sensiblemente su voto. Quizá esté equivocado, pero no mucho más de lo que puedan estarlo los susodichos sondeos.

Aquí la versión castellana:

Calma chicha antes de la tormenta

El paralelismo entre Cataluña después del 27 de septiembre y España tras el 20 de diciembre es aleccionador. En el Principado toda la obsesión era constituir un gobierno por difícil que fuera para no repetir las elecciones y, al final, se consiguió gracias al sacrificio personal del presidente Mas. En el Estado, en cambio, la obsesión parece ser no constituir gobierno alguno y repetir elecciones, cosa que será casi segura porque el presidente está dispuesto a sacrificarlo todo excepto su propia persona.

Hoja de ruta en Cataluña y, según se dice, vacío de poder en Madrid. Lo primero es cierto, aunque está por ver cómo funciona; lo segundo, no. No hay vacío de poder. Hay un poder detentado de hecho por una organización de presuntos malhechores y constituido en tiranía. En efecto, el gobierno se declara en rebeldía ante el Parlamento y el Parlamento, elegido por sufragio universal, pero acobardado, no se atreve a destituirlo por la vía expeditiva que tiene a su alcance, que es la moción de censura. No sé si hay otro caso en la historia europea en que un Parlamento se amilane tan lamentablemente ante un gobierno que, al no obedecer al depositario de la soberanía se constituye en tirano.

Según el gobierno, como este Parlamento es nuevo y no le dio su confianza en su día, no puede controlarlo. Eso es una falsedad. No hay parlamento nuevo ni viejo; el Parlamento es un órgano continuo, no queda en suspenso porque la soberanía popular no puede suspenderse. Por eso existe la diputación permanente, porque el Parlamento no está nunca ausente. Distintas son las legislaturas, no el órgano en sí. Este parlamento puede y debe controlar al gobierno esté o no en funciones y si el gobierno se niega, debe destituirlo.
Lo contrario es faltar a su deber. Así que en España no hay vacío de poder, sino un poder no sometido a la ley, un poder tiránico. Y lo más probable es que se repitan las elecciones, dado que los partidos son incapaces de acordar una solución porque, a diferencia de lo que ha sucedido en Cataluña, ninguno de ellos acierta a poner los intereses de esa España que dicen defender por delante de los de su partido.

Pero precisamente ese carácter tiránico, no sometido a la ley del gobierno del Estado (el mismo que dice a todos los demás, especialmente los independentistas catalanes que han de someterse a la ley) es el más ominoso, el que preanuncia dificultades, intransigencias, interferencias y, en último término, provocaciones en el proceso independentista. Porque, quien se salta la ley una vez, se la salta ciento

Por eso este momento de aparente calma chicha –un gobierno funcionando en
Cataluña y otro sin funcionar (o sea, “en funciones”) en España- es uno que requiere especial atención a las medidas que el gobierno catalán tome y cómo las justifica. La legalidad que el gobierno del Estado y la oposición parlamentaria invocan para restringir el ámbito de actuación de las instituciones catalanas tiene toda la fuerza de obligar del derecho positivo y ninguna desde el punto de vista de la legitimidad del mandato democrático. Pero el gobierno catalán no puede esperar otra cosa que dificultades y/o provocaciones del central, esté este ocupado por la derecha o por la izquierda española que niega de raíz el derecho de autodeterminación de los catalanes.

Por ello y para que la conciencia de la razón se convierta en la razón de la conciencia, debe continuar con su hoja de ruta, sin descanso, sin ofrecer flancos desprotegidos al ataque del adversario. El plazo de los 18 meses tiene un valor orientativo, pero no puede convertirse en un elemento forzoso a cuyo cumplimiento haya que sacrificar la seguridad del proceso.

Lo que se haga respaldado por la mayoría parlamentaria tendrá, por supuesto, el valor de la legalidad pero, para reforzarlo con el de la legitimidad, tiene que venir confirmado con la mayoría social y las últimas encuestas demuestran que hay una labor de pedagogía pendiente de hacer, un trabajo de actuación de soberanía de hecho que la gente perciba como más eficaz que la actuación en régimen de dependencia autonómica y eso no se consigue de la noche a la mañana, no se improvisa.

Por último, las instituciones catalanas tienen que seguir consolidando relevancia internacional. La quinta columna del independentismo catalán está en el exterior y, para que su poderoso efecto se haga sentir cuando sea necesario, debe tener perfectamente claro cuál es el contenido y el carácter pacífico y democrático de la causa que se le pide que apoye.

En otros términos, sin prisa pero sin pausa, le gobierno que hoy administra una mayoría parlamentaria tiene que apoyarse en una mayoría social cuando la calma chicha se rompa y el gobierno central de hecho pise el acelerador en contra del proceso.

diumenge, 13 de març del 2016

¿Qué hacer?

Los sondeos aciertan por lo general con anterioridad al resultado que vaticinan. Después de este es fácil que muestren fallos garrafales. Pero antes suelen traducir lo que un generalizado sentido común tiene por verosímil, debidamente orientado por los intereses de quienes los encargan. Esa es la explicación de la proliferación demoscópica. Los sondeos son en buena medida un arma electoral más con la que no se pretende anticipar un resultado sino configurarlo. En la situación de parálisis del sistema político español, el sondeo de Metroscopia de El País parece pensado para premiar a los chicos buenos, los que han hecho los deberes de preocuparse por la gobernación del Reino, y castigar al díscolo, al que entró en el hemiciclo a soltar soflamas incendiarias.

Lo primero, que el electorado premie la voluntad pactista, moderada (o la que pasa por tal) era muy de esperar. La gente disfruta viendo espectáculos de gladiadores y cómo unos candidatos arremeten a mordiscos contra otros, pero, cuando reflexiona sobre las consecuencias, prefiere actores tranquilos, capaces de sentarse, hablar y llegar a acuerdos y conclusiones, por insulsos que sean. O quizá, precisamente, por ser insulsos. En cambio, con los fogososy exaltados sucede al revés: gusta verlos de gallitos en el corral pero, llegado el momento de saber con quién quiere uno jugarse los cuartos, no con el que va buscando bronca como en los garitos apaches. Hay que ver cómo ha cambiado la consideración pública de Podemos en cosa de meses: Iglesias ha pasado de ser casi un icono del fervor popular a ser uno de los líderes peor valorados, apenas por encima de Mariano Sobresueldos. Y eso es terrible. En cambio, el vacuo Rivera pica alto en las preferencias populares. Es el único líder al que la gente valora en positivo.

El descenso de Podemos en caso de elecciones, algo que ve cualquiera, no solo está producido por la incapacidad de su líder para controlarse en el discurso público, sino también por la creciente percepción de que el partido no es más que una copia disimulada de IU, con las inevitables e incomprensibles broncas internas entre fulanistas y menganistas, como diría Unamuno. Y con dos veces más que salga Anguita recordando a los del partido morado su sacrosanta misión, por delante de toda otra, de acabar con el PSOE, sus expectativas electorales pueden retornar a la franja del 3% al 6%, en la mejor línea de IU. Por más que las hordas de fanáticos de Podemos sostengan que el partido está unido como una piña en torno a la egregia figura del líder, está claro que las disensiones internas (tanto en las diferentes franquicias autonómicas como en el ámbito estatal) no le dejan actuar y la prueba es que seguimos sin saber qué se propone hacer, si negociar con el PSOE/C's o romper con la idea negociadora y prepararse para nuevas elecciones. Y no lo sabemos porque la propia organización no lo sabe.

Es decir, si Mariano Sobresueldos continúa en La Moncloa es en gran medida consecuencia de la incompetencia de la izquierda y específicamente de Podemos que aún no ha explicitado su propósito táctico.

A su vez, aunque los de Metroscopia anuncian otra cosa, es bastante razonable que el PP también se dé una buena castaña en unas nuevas eleciones. Primero por la corrupción que ya chorrea en todas las instalaciones oficiales. En segundo lugar por la incapcidad de Rajoy de articular una política de recuperación que no sea una pura estafa y que no pueda criticarse porque la Ley Mordaza lo prohíbe. En tercer lugar porque los electores de la derecha, al menos los más espabilados, piensan llegada la hora de votar por un recambio de forma, alguien como Rivera, tan derechas como Rajoy pero con unas diferencias de estilo y apariencia nada desdeñables.

Si Podemos quiere de verdad evitar las elecciones, debe permitir un acuerdo a tres (PSOE, C's y Podemos más confluencias) basado en la necesidad de echar al PP del gobierno. Lo tienen seguro y en un pispas mediante una moción de censura que proponga de presidente a Sánchez y eche a andar un gobierno de democratización. 

La cuestión del referéndum tendrían que aplazarla, lo cual no es resolverla.

divendres, 11 de març del 2016

Engaños del poder

Los análisis políticos suelen ser muy ideológicos, pero también pueden ser puramente lógicos. Es cuestión de ver lo que hay y no lo que uno quiere que haya.

Mariano Rajoy no quiere someterse al control del Parlamento. Es lógico para alguien que no lo ha hecho en los últimos cuatro años ya que su mayoría abolutísima lo liberó de esa tortura democrática y la inutilidad de la oposición en la oposición hizo el resto. Y ello sin contar con su comprobada tendencia a la holgazanería. Pero esta lógica, siendo humana, no es admisible porque falta a la lógica institucional. En un sistema parlamentario ningún poder del Estado puede estar libre de la fiscalización del Parlamento, que es el órgano supremo de poder. El gobierno no puede decidir por sí mismo sus normas de organización; eso compete al Parlamento. Esa tontería del informante del gobierno de que pedir explicaciones a Rajoy sea como pedírselas a Felipe González da verdadera vergüenza. Felipe González es un ciudadano privado (aunque, como se ve, sigue ganando batallas después de muerto) mientras que Rajoy es el presidente del gobierno. Del gobierno. Y el Parlamento es competente para controlar al gobierno. Al gobierno, esté en funciones, en disfunciones (lo que es más probable) o en su lugar descansen. Es el gobierno y tiene que hacer lo que el Parlamento ordene. Si no fuere así, el Parlamento podrá declararlo en rebeldía y privarlo de sus funciones políticas, además de pedir a los jueces que decreten su prisión.

Los Reyes pronuncian la palabra de seis letras, como su modelo Ubu. Y los cortesanos pierden el culo por recordar que siempre han señalado cuán cercanos, cuán próximos a los ciudadanos, a ti y a mí, al común de los mortales, son los Reyes. Son seres normales, de carne y hueso, como tú y como yo. Y por eso dicen "mierda", como tú y como yo, porque nada humano nos es ajeno. Sí, pero no. La justificación no funciona. La Reina no puede escribir "mierda" se ponga como se ponga. Porque mira el escándalo y eso con trabajo de ocultación cortesana. Los medios, los partidos, no hablan de esto. Eso demuestra que lo de la igualdad es falso. Y es lógico que lo sea: si la Reina es igual a nosotros, a ti y a mí, y al señor de la esquina, ¿por qué es Reina? Claro, esto afecta a la lógica misma de la Monarquia, que todavía tiene menos defensa.

Los diputados cobran subsidios de paro de escándalo. Mato, Madina y los otros sesenta y tantos, si de verdad están en paro, que se apunten al paro, como cada hijo de vecino. Y eso suponiendo que estén desempleados porque toda está gente se mueve en un profuso entramado de amistades, enchufes, influencias, favores mutuos y, si quiere, encuentra trabajo de lo que quiera y, además, sin hacer nada. La política representativa no es un oficio ni un empleo sino un cargo voluntario, no genera relación laboral ni su carencia supone derecho a percibir ningún tipo de subsidio. Y mucho menos esas cantidades desorbitadas con las que vivirían familias enteras. La vida activa de los políticos implica una serie de privilegios y tiene su lógica que también lo implique la vida pasiva. Es logico, por un lado, según la lógica pedestre de que "quien tuvo, retuvo", pero es muy irritante por otro.

Los amigos de Podemos sin saber qué hacer con los pactos. Es muy arriesgado criticar a Podemos, incluso ahora que forman parte del poder y ya no son contrapoder, porque salen los verdaderos creyentes de debajo de las piedras, una horda de fanáticos, a linchar críticos, todos ellos submarinos del PSOE y otras fuerzas del mal. La orden hoy es cerrar filas negando que haya tensiones internas en la organización. Solo que sea preciso negarlas ya quiere decir algo. Pero si se observa que la organización no sabe qué va a hacer con las negociaciones, si seguir con ellas o cortarlas en seco, se echa de ver que esas tensiones internas que no existen consumen muchas energías. Porque todavía han de pronunciarse sobre si aceptan negociar o dan un puntapié al tablero y lo mandan todo a nuevas elecciones. Negociar es lógico; ir a nuevas elecciones, también. Lo que no es lógico pretender ambas cosas al mismo tiempo.

Los del PSOE tienen que decidir entre el PP y Podemos. Al menos, a Felipe González le da igual cualquiera de lo dos. Y es lógico. Para González. Y probablemente para mucha más gente. Pero no toda. Otros encontramos preferible que el PSOE elija a Podemos. También es lógico. Así que, en virtud de esa lógica sería estupendo que hubiera un gobierno de izquierda en España y ya se sabe que tampoco será muy de izquierda. El problema es si lo que quiere Podemos es cargarse al PSOE y no aliarse con él. En ese caso es lógico que vaya a nuevas elecciones. Aunque puede ser la lógica del Rey Creso de Lidia quien preguntó al oráculo en Delfos qué sucedería si cruzaba el Halis y atacaba a Persia, a lo que la Pitia contestó que "destruiría un gran imperio", sin precisarle que sería el suyo. 

Es la llamada lógica délfica.

dijous, 10 de març del 2016

Gobernar o morir

En España se negocia a través de los medios de comunicación. Es eso tan prudente de "no dar dos cuartos al pregonero". Es mejor darle ocho. Estos de Podemos se dan cuenta ahora de que están jugando en campo contrario y que, por muy divertidas y pintorescas que sean sus huestes, sus adversarios son correosos y se entienden muy bien entre sí porque pertenecen al mismo genus mientras que los de Podemos parecen patos perdidos. Los veteranos les han cogido la medida y les ofrecen un dilema venenoso: integrarse en un gobierno con gente de derechas (PSOE-PP, la misma mierda es) y desnaturalizar su flamígero discurso o negarse a la integración y llevar al país a unas nuevas elecciones.

En el guirigay interno que tiene Podemos montado, la corriente anticapitalista, en donde late el espíritu de Lev Davidovich Bronstein (a) Trotsky pide dejar toda esperanza en una coalición con el PSOE y prepararse para nuevas elecciones. Es brava esta gente. Digna heredera de aquel bolchevique errante que acabó con un piolet clavado en la cabeza, pero si hay ahora elecciones Podemos bajaría a los niveles de IU, que es su matriz.

Podemos no puede casi nada y menos aun ir a unas elecciones. Su interés es entrar en el gobierno. ¿Qué no es lo que habían esperado en sus ilusiones de asaltar el Palacio de Invierno? No, claro, pero es el gobierno, el lugar en donde se toman decisiones y se aplican y se cambia la vida de la gente y uno se adiestra en el ejercicio y gana uno experiencia y, cuando uno lo estima pertinente, cuando cree que es buen momento, convoca elecciones en lugar de esperar sentado a que se las convoquen.

¿Entrar en el gobierno con C's? Pues sí. ¿Ignora alguien qué es C's? No. Es un partido de derechas. Por eso forma coalición con el PSOE, porque si fueran lo mismo, no sería necesaria la coalición. Por supuesto que Palinuro prefiere la coalición de izquierda, PSOE-Podemos-IU con abstención de Convèrgencia y ERC. Pero ¿puede Podemos convencer al PSOE? Parece que no, que este prefiere a C's. No hay coalición de izquierda. Los catalanistas han prometido votar a favor de un gobierno de izquierda si acepta el referéndum, pero el referéndum es término que traspasa la barrera del sonido a oídos de los socialistas. El ingreso de Podemos en el gobierno es lo ùnico que puede impedir el del PP que acabaría consiguiendo C's. Solo Podemos puede parar la gran coalición. Si no lo hace, cuando lleguen las elecciones, que se prepare.

dimarts, 8 de març del 2016

Va siendo hora de aterrizar

¡Vaya, hombre, ahora que esto empezaba a encauzarse de nuevo! Hasta el Rey parecía haber entendido su papel en esta complicada situación, consistente en no hacer nada. Fiel seguidor, de Duncan Black, el célebre autor de Teoría de los comités y las elecciones, había decidido que la mejor decisión que puede tomar era no tomar ninguna decisión. Una actitud muy sensata que ya le recomendábamos aquí porque, como están las cosas, ¿a quién podría proponer para que formara gobierno? Lo más sensato, en efecto, es dejar que los grupos parlamentarios hablen entre sí.

No ha gustado nada esta decisión real en La Moncloa. El señor de los Sobresueldos esperaba ser nominado de nuevo para llevar adelante la ardua tarea de formar gobierno en una cámara en la que nadie quiere saber nada de él, excepto sus compañeros de partido y a esos porque les va en el sueldo o en el sobresueldo. Rajoy está ofendido con el monarca a pesar de que este ha aplicado la recomendación de Duncan Black de la no-decisión cuya conveniencia ya había ponderado él aún sin haber leído jamás a Black, pues el Marca le consume su tiempo.

Y justo en este momento, los de Podemos hacen otra de sus piruetas y vuelven a poner la situación en un punto crítico. Si la semana pasada Iglesias decía la barbaridad de la cal viva, en un ataque injusto y absurdo al partido con el que quiere negociar, esta no se queda atrás y empieza por vetar la presencia de C's en las conversaciones. Rivera es un personaje poco claro, a pesar de la candidez que su rostro. En Cataluña, en donde le recuerdan muy bien como un partido de carácter unionista y capaz de hacer cualquier cosa, lo tienen por una corriente de derecha extrema cuyo objetivo esencial es que descarrile el tren de la independencia.

Sin duda, C's tiene muchos factores en contra, pero vetar su presencia en un ámbito público no es lo más acertado que pueda hacerse. Quizá para algunos una mesa de negociaciones no será necesariamente el ámbito público, pero sí lo es para los de Podemos, que se pasan el día pidiendo negociaciones al aire libre, trasmitidas por todos los medios que, según ellos, tanto les favorecen.

Vetar a alguien implica una actitud de soberbia y agresividad y una pretensión de infalibilidad. No estás, no me interesa escuchar los que tienes que decir. En esto coinciden Podemos con IU, Iglesias y Garzón, los nuevos y los viejos comunistas. Es el estilo eclesial de la izquierda transformadora: hay que mantener a raya al maligno.Podemos, que debiera ser el primer interesado en componer gobierno, pillar algo en él y evitar las elecciones es, sin embargo, quien más hace por imposibilitar el acuerdo. Es absurdo. Poner al PSOE contra las cuerdas de tener que renunciar a la reunión a cuatro para no faltar a la lealtad a C's todavía lo es más.

En realidad, un veto inaceptable por parte de quien no tiene experiencia alguna en asuntos de gobierno y está más interesado en proyectar una imagen de rompe y rasga que de atención a las obligaciones de sus compromisos. Da la impresión de que, como sostiene Dios Tuitero en un post sobre Podemos, esta organización es una hechura del antiguo fanatismo católico español, reorientado al culto a la personalidad de un nuevo líder infalible.

El desencuentro del miércoles no puede producirse. Podemos debe aceptar sentarse a negociar con los dos partidos que han hecho algo por llegar a gobernación del Estado. Sin vetos ni líneas rojas.

dilluns, 7 de març del 2016

En política, imposible no hay nada

¿Por qué dice el PSOE que ve casi imposible pactar con Podemos si aún no han empezado a hablar en serio? Hasta ahora, ambas partes se han limitado a hacer como los gorilas en los momentos previos al combate: lanzar gruñidos y alaridos broncos y golpearse el pecho con los puños para asustar al adversario. Podemos soltó la barbaridad de la cal viva en el Parlamento y el PSOE advierte de que incordiará en los ayuntamientos con alcaldes morados gracias a los votos socialistas. A su vez, los de Podemos dicen que se pondrán chinches con las CCAA en donde gobiernan socialistas con los votos de Podemos. De seguir las cosas así, llegarán a las manos y acabarán con todo lo que tan trabajosamente han construido en casi un año. Bingo.

En realidad, estos broncos preparativos forman parte de todo protocolo negociador. Antes de sentarte a la mesa, enseña los colmillos al adversario, pónselo difícil, di que te sientas pero estás dispuesto a levantarte a las primeras de cambio, perdónale la vida un par de veces, dile que no admites a sus aliados... pero siéntate a hablar.

Los socialistas iniciaron la tarea firmando un pacto con C's y presentándoselo a la firma a Podemos como un trágala: firma lo que hemos acordado o quedarás como un gorrino por permitir el gobierno de Rajoy. Los de Podemos respondieron votando "no" pero achacando el resultado no querido del desgobierno del Sobresueldos a la alianza entre PSOE y C's.

Bueno, ya están en paz, en el minuto posterior a la no-investidura. Ahora se trata de negociar una acción conjunta de gobierno -ya veremos de qué tipo- pero, en contra de lo que todos dicen, no en dos meses, sino en una semana. En una semana tenemos que tener un gobierno porque hay dos tareas pendientes de extraodinaria urgencia: a) mandar a la banda de presuntos ladrones a su casa, con el presidente de los sobresueldos a la cabeza; b) derogar toda la legislación brutal, inhumana, antisocial y antipopular de esta caterva de franquistas y meapilas y poner en marcha medidas de emergencia para resolver con urgencia los problemas más acuciantes de la gente.

Insisto: han que hacerlo en una semana. No tiene sentido esperar dos meses y, encima ligar con unas elecciones de resultado imposible de vaticinar con una realidad tan abigarrada.

Dado el amistoso odio que las dos formaciones de izquierda se profesan mutuamente, no sería de extrañar que alguna de ellas o quizá las tres que intervienen -PSOE, Podemos, C's- piensen que, en el fondo, no le interesa negociar nada. Si miran los sondeos -y según qué sondeos- es posible que unos u otros, unos por una razón, otros por otra, crean que les interesa que fracasen las negociaciones para que haya nuevos comicios. Tengo para mí que, si hay elecciones nuevas, subirán C's y PSOE (por "partidos sensatos") y bajarán el PP y Podemos (por "partidos extremistas") pero, claro está, puedo equivocarme de medio a medio. Me fío tan poco de los sondeos como los sondeos de mí. 

Pero algo está claro, sean los que sean los vaticinios de las hipotéticas elecciones y aunque todos los partidos de la negociación crean que los van a beneficiar, les interesa que haya gobierno. En primer lugar, para cumplir las urgencias antes mencionadas (despedida de Rajoy y emergencia social); en segundo lugar para ser ellos quienes decidan cuándo serán las elecciones. Si no hay gobierno, las elecciones se convocarán el 2 de mayo y se celebrarán el 26 de junio estén como estén las cosas. En cambio, si hay gobierno, será este en pleno o alguno de sus componentes quienes elegirán la fecha de las elecciones si ha de haberlas y, como es lógico, esperarán a que den frutos sus medidas más prometedoras para convocarlas en el momento que les sea más favorable, con la opinión más a su favor. No es lo mismo convocar elecciones que te las convoquen. 

Así que déjense de maximalismos, vetos, líneas rojas, amenazas y chantajes, siéntense a hablar los tres y salgan con una propuesta viable en el menor tiempo posible. Dos días , mejor que tres.