dissabte, 4 d’agost del 2012

El ser y el parecer.

Cuando llegue a tierra, Palinuro piensa hacerse comentarista de portadas. Según él, es una profesión con mucho futuro.
- "Y tanto", dice mi otro yo, "¿no te das cuenta de que la portada es lo primero que capta el ojo, la primera impresión?
- "Y muchas veces la última".
- "Exacto. Por eso las portadas son un arte, una techné, algo que hay que cuidar mucho porque lleva carga de profundidad. Luego, cuando los lectores, o sea, los que sigan leyendo, vayan a los relatos, ya irán predispuestos y distraídos porque se perderán con la publicidad, otras noticias, etc. La batalla se gana o se pierde en la portada".
- "¡Cuanto sabes, Pali!", me rindo a la evidencia."Por eso es preciso interpretarlas."
- "Bien deducido, ojo de águila. A ver, toma esta de El País. ¿Qué ves?"
- "Lo mismo que tú, imagino".
- "¿No te parece que traduce una indecisión del portadista? Hay un juego diabólico entre la imagen y el texto. La imagen que, en principio, domina, exhala fuerza, triunfo, plenitud, belleza. El texto augura flaqueza, derrota, apocamiento, sordidez. ¿Con qué nos quedamos? El portadista nos pasa la patata y que cada cual decida entre:
  • Voz primera: en las más negras horas de la nación esta encuentra bálsamo con la victoria de la hija de la Patria.
  • Voz segunda: el gran triunfo de Belmonte está ensombrecido por la lamentable situación de su país y el negro futuro que espera al deporte.
- "Y tú, Pali, ¿qué dices?"
- "Para mí domina el texto, porque afecta a la nación, pero eso no quiere decir que no valore la hazaña de Belmonte. Tengo mis opiniones".
- "Suéltalas".
- "Pues verás, hombre de Dios, esa foto es una maravilla porque retrata la maravilla de la juventud, la fuerza, el triunfo y sobre todo, la sinceridad. Nada en ese rostro avisa doblez, al contrario, todo en él irradia verdad, realidad. Estoy aquí, soy yo, lo he conseguido; y esta plata es de ley. Por cierto, envío afusiva felicitación a la nadadora catalana".
- "Siempre has sido bien educado, Pali".
- "Vale. Vamos al texto. Pasaré por alto todas las negras connotaciones de más recortes, más ajustes, más reducciones y más mentiras. Pero me quedaré con una que quintaesencia el estilo de Rajoy. Al tanto: ¿cómo otro rescate cuando según el gobierno no ha habido ni uno? No es un asunto menor, pero tampoco esencial en mi razonamiento. Como es una cuestión de nombre y no de hecho, no es un dato; pues todo depende de lo que se llame rescate, carece de mayor interés. Yo lo llamo rescate; usted puede llamarlo filifurcio. Y al revés. Hay algo peor en ese texto, más dañino y, como siempre, acecha en la letra pequeña. Ahí se dice que Rajoy tomará una decisión (si  pedir o no pedir el rescate) cuando conozca las condiciones anejas a este segundo rescate/filifurcio. Razonable, ¿verdad? Sin embargo todo el mundo recuerda a Rajoy en sede parlamentaria, al presentar sus medidas restrictivas, abominando de ellas; no le gustaban, las detestaba, pero no quedaba más remedio, no había alternativa, no tenía otra opción. Pero sí parece tenerla pues, en caso contrario, carece de sentido reservarse el derecho a tomar una u otra decisión según la información de que se disponga, lo cual, por cierto, es una perogrullada. Ese texto es lo contrario de la foto porque no es un ser, sino un parecer, un simular que se está en condiciones de imponer condiciones cuando no es cierto".
- "Está bien la interpretación", dije, "pero tampoco has inventado gran cosa. El ser y el parecer son la realidad y la ficción".
- "Cierto, no pretendo nada más. Es una modesta interpretación pero puede descubrir si la ficción es de buena o de mala fe, si es creación o es mentira, entendiendo por tal simplemente pensar y hacer lo contrario de lo que se dice".

divendres, 3 d’agost del 2012

¡Madre mía!

Cuando se anuncia una comparecencia de Rajoy, el auditorio se divide en dos, como la España de Machado o la capa de San Martín, si bien por distintos motivos. Una parte exige que comparezca y hable para reírse. Es la España festiva, burlona, del humor negro; la que piensa que todos los políticos son igual de granujas y necios. La otra prefiere que no comparezca y no hable para no llorar. Es la España melancólica, triste, fatalista, la que piensa que no todos los políticos son iguales pero que a los españoles nos toca siempre la basura.
En el inmenso aluvión de mentiras, necedades y topicazos que Rajoy soltó en ocho años hay un dicho que resultó ser cierto: "yo soy previsible". Sí señor, verdad a carta cabal. Basta con escuchar diez minutos su farfulleo sobre cualquier asunto para darse cuenta de que, apenas abra el pico, lo que saldrá por él será siempre lo mismo: mentiras, más mentiras, embustes, topicazos abrumadores, lecciones del maestro Ciruelo, necedades llamativas, rodeos, circunloquios, excusas, juicios disparatados y una incapacidad casi congénita no ya de entender la realidad -de la que tiene tanta idea como de cocina tibetana- sino de explicar algo que lo afecte. Su natural desconfianza, su retranca de criado astuto, le aconsejan no hablar nunca con claridad, so pena de que se sepan sus intenciones. En fin, Rajoy, el presidente del gobierno de España que los españoles han votado y los demás líderes europeos tienen ya calado hasta las cachas, con lo que no le hacen caso alguno.
El aspecto más llamativo de este penoso circo de hoy es el hecho de que todas las informaciones que Rajoy maneja, sobre las cuales toma sus decisiones y articula sus discursos, vienen en titulares de prensa estos días: que si Finlandia esto o lo otro; que si Draghi ha dicho o dejado de decir; que si el BCE opina tal o cual; que si todo el mundo sabe que España, etc., etc. Si alguien espera una muestra de que el presidente del gobierno tenga acceso a fuentes y datos no a disposición de cualquiera en un bar tomando una caña, que renuncie. Rajoy no se mueve, ni viaja, ni visita a nadie y nadie lo tiene en cuenta en Europa así que, al hablar, informa a los ciudadanos de lo que estos han leído en titulares en los diarios.
El resto, monsergas de sacristía, puras mentiras, inconcreciones y vaguedades que nos salen carísimas en intereses de la prima de riesgo. Si tuviera algo del sentido común del que tanto presumía en la oposición, ya se habría ido a su casa pues ha conseguido lo que parecía imposible: arruinar un país.
Pero no hay que engañarse ni confiarse. Viéndole representar este papel tan lamentable casi olvida uno que es el principal enemigo del Estado del bienestar, de los derechos de los trabajadores, de los pensionistas, los parados, los dependientes y los jubilados, que es facilitador, cómplice y seguramente directo beneficiario de esta estafa llamada crisis, de este robo institucionalizado a millones de personas.
Palinuro lo recordará siempre: hay diez millones de españoles que lo votaron y, por lo tanto tienen el presidente que han querido y merecen porque estaba más claro que el agua.También son cómplices.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Cuando te rescatan, se te pone esta cara.

¡Cualquiera diría que estos dos están tan contentos y felices como aseguraban después en rueda de prensa estilo Gila! ¡Cualquiera reconocería en ellos a los dos superhombres que hace unas fechas se las tenían tiesas a Frau Merkel! Monti amenazó entonces con dimitir. Rajoy no debía de pensar lo mismo, o no entendía su letra. Su drama es el inverso de Monti. A este no lo ha elegido nadie, pero nadie quiere que se vaya. A Rajoy lo eligieron diez millones de ciudadanos pero ahora casi todo el mundo, incluidos los suyos, quiere que se vaya.
El desprestigio exterior e interior del gobierno es tan acusado que nada de lo que haga tiene el efecto previsto sino, generalmente, el contrario. Debe de ser amargo para un hombre comprobar cómo la realidad lo obliga a hacer y decir lo contrario de lo que decía seis meses atrás. La política es algo muy complicado y meterse en ella sin los conocimientos ni las capacidades mínimas requeridas puede producir auténticos desastres. Muchas de las guerras se han originado en la ineptitud de los gobernantes del momento, incapaces de resolver pacífica y civilizadamente los conflictos porque ignoran por entero la ciencia y el arte del buen gobierno. No vaticino guerra alguna pues no es necesario.
Esta crisis, además de una estafa, es una guerra de los estafadores contra los estafados. Estafados son los grupos económicos, las clases sociales, los sectores demográficos, las minorías, pero también los Estados. Aquí lo interesante es averiguar de qué lado se pone el gobierno de un país estafado, si del del estafador(es) o de su propio país, estafado en su conjunto. Los gobiernos portugués y griego son colaboracionistas. El español, también. Pero le queda un pique de negra honrilla: no quiere aparecer como un subordinado, colonizado o lacayo. De ahí que a Rajoy se le haya atragantado la palabra rescate igual que en su día se le atragantó la crisis a Zapatero. Es la forma típicamente española de morir: de hambre pero con los greguescos puestos.
Rajoy no es hombre avispado, ya va viéndose, y tampoco parecen serlo sus asesores. No sé por qué tiene 600. Con uno bueno le sobra. 599 sueldazos ahorrados. Nueva prueba de su atolondramiento (y el de los asesores) es el haber cavado la trinchera en la cuestión nominal de la cosa, si rescate o no rescate. Ha convertido su trinchera en su tumba, obligado por unos compadres de la UE que, probablemente entre risas y codazos, vinculan la libranza de los fondos comprometidos y los por comprometer a la petición formal de rescateformulada por el gobierno o sea, por Rajoy. Un trágala en toda regla, un taza y media de caldo. La situación es insostenible. Por eso ha venido Monti. Se les ve en el rostro a ambos. Porque a Monti también le sube la prima de riesgo.La rueda de prensa celebrada más tarde, cuando ya era evidente la traición de Draghi, que abandonaba el campo como los thanes escoceses traicionaron a William Wallace, Braveheart, fue en realidad un velorio con ribetes de humor negro.
La declaración de Rajoy como respuesta a la de Draghi unas horas antes demuestra su notable carencia de facultades. De la melopea draghiniana sobre unos misteriosos mecanismos para ocultar su intención de abandonar España a su suerte solo se sacaba en limpio su firme creencia en la irreversibilidad del euro. Una creencia no es mucho, la verdad. Máxime cuando se recuerda con qué facilidad se apuntan los hombres a proyectos que creen eternos o, por lo menos, milenarios.
Así, la declaración formal de Rajoy, destacada por la web de La Moncloa como si fuera una frase hipocrática, "Es muy reconfortante escuchar que el euro es irreversible" lo deja a uno boquiabierto. El gobernante español se felicita de que otros tomen decisiones que lo afectan pero, ¡ah! son positivas. Como se comprobaba en el parqué madrileño con un trastazo colosal de la bolsa, una prima ya francamente intratable y el Ibex por los suelos. Y había que poner buena cara. Entre otras cosas, la política también es teatro y en el teatro, los actores pueden ser buenos, malos, pésimos y rajoyes.
Porque, a todo esto, nadie ha preguntado al presidente de dónde saca que la irreversibilidad del euro (de la que no tiene ni idea, como todo el mundo) presupone la presencia de España en él. Puede haber euro sin España; ¿por qué no? Hay otros países que no son de la zona euro pero sí de la UE, diez en total. Incluso hay dos que no son de la UE ni de la zona euro pero acuñan euros. El Vaticano es uno de ellos, cómo no.
La rueda de prensa de ayer fue un espectáculo tragicómico, un retablo no de las maravillas sino de las miserias. A las preguntas concretas, claras, documentadas, específicas y pertinentes de los periodistas, ambos mandatarios respondían con vaguedades, alusiones, circunloquios, eufemismos y mucho cerro de Úbeda. Monti afirmó que Italia no precisa un rescate, lo que vale tanto como lo contrario. Rajoy, a su vez, optó por no responder, lo cual se le da de maravilla. De hecho todavía no ha respondido a la pregunta de cuánto cobra al mes; además de las dietas, claro.
En toda la ceremonia de mistificación la palabra rescate no salió de sus labios. Pero la semana que viene, el sanedrín de la bolsa, la temible troika, lo espera en Bruselas como el Cid a Alfonso VI en Santa Gadea, para que se humille y jure que no tuvo nada que ver en la conjuración contra el rescate. Porque humillación y vilipendio es verse obligado a llamar rescate al rescate él, precisamente, que proclamó su sólida virtud en llamar al pan pan y al vino vino.
A su regreso, Rajoy podría aprovechar el momento para darse una vuelta por La Zarzuela a presentar su dimisión al Rey, no sea que si este se entera por otros medios se caiga, como tiene por costumbre.
(La primera imagen es una foto de La Moncloa. La segunda, también de es una foto de La Moncloa, ambas en el dominio público).

dijous, 2 d’agost del 2012

Hablando claro.

Acta resumida de la rueda de prensa de Mariano Monti y Mario Rajoy en La Moncloa.

Rajoy (lee): Buenas tardes, estoy muy contento de la visita de Monti, que ha venido desde Italia, un país europeo lleno de italianos, a conocer nuestra realidad y tomarse un vino. Italia y España coinciden en que son dos penínsulas del sur de Europa y si Italia está llena de italianos, España lo está de españoles. Coinciden igualmente en su firme propósito de aunar esfuerzos para salvar el euro, haciendo lo que puedan para garantizar la estabilidad de la eurozona y fortalecer la posición de Alemania, Austria y Finlandia, que tanto lo necesitan. Monti tiene la firme voluntad de ayudar a España y España, faltaría más, a Italia...(así, diez minutos).
Monti (lee): Buon pomeriggio (como Rajoy se encasqueta el audífono, pues tampoco entiende el italiano, traducimos al español). Estoy contento de encontrarme en España, el país del sol, los toros, las bellas mujeres, los bandidos y Pablo Picasso. Il signore Rajoy y yo estamos de acuerdo en adoptar firmes, valientes, decisivas medidas para acabar con esta fea crisis llegada del extranjero como el ladrón en la noche. Después de las declaraciones de Draghi ambos hemos llegado a la conclusión de esperar a ver qué más dicen los que mandan y cumplir a rajatabla (así seis minutos).
Periodista 1º: ¿Son las declaraciones de Draghi un paso atrás respecto a las de hace dos días, prometiendo que el BCE haría todo lo posible por estabilizar la situación?
Rajoy: ¿De dónde saca eso? Las declaraciones de Draghi son un importante paso adelante en la buena dirección para España que es salvar el Euro.
Periodista 2º: Pero la prima de riesgo se ha disparado, la bolsa baja, el ibex también y todos afirman que el BCE se desdice y no hará nada.
Rajoy: El señor Draghi ha dicho lo que tenía que decir, yo también, y aquí no hay más que decir. Las palabras de Draghi son muy positivas y la prima de riesgo es injusta y merece la cárcel, en lo que estamos de acuerdo Monti y yo.
Periodista 3º Hablando de Monti: no para. ¿Y usted, señor Rajoy? ¿Tiene previstas actividades a corto y medio plazo para atender a esta emergencia?
Rajoy: Usted me pregunta por lo que voy a hacer, ignorando lo que ya he hecho. Pues bien, pienso seguir haciendo lo mismo, esto es, poniendo todo mi empeño en resolver esta situación que nosotros no hemos creado sino que la hemos recibido en herencia zapateril.
Periodista 4º: Para que el BCE facilite el..., el..., bueno, el "eso", es necesario que antes el gobierno pida el..., el..., el eso. ¿Va el gobierno a hacerlo?
Rajoy: El gobierno ha hecho los deberes y yo estoy muy contento. El gobierno de Monti ha hecho sus deberes y yo estoy muy contento. En Bruselas todos hicimos los deberes y yo estoy muy contento. Y no tengo más que decir.
Periodista 5º: Signore Monti, si finalmente su gobierno tiene que pedir el rescate ¿piensa usted dimitir?
Monti: Hay que dar tiempo al tiempo. El gobierno italiano sabe lo que tiene que hacer y no sabe si pedirá la ayuda financiera porque no está claro que haya que pedirla y, desde luego, si el gobierno piensa que debe pedir esa ayuda, yo tendré que tener unas palabras con el signore Napolitano, y luego veremos qué hacemos. Supongo que lo mismo pasa con mi querido colega, Rajoy.
Rajoy (a Monti y ya con el micrófono cerrado): ¿Dimitir yo? Pero tú, ¿de qué vas? Ocho años mintiendo como Juliano el Apóstata para llegar al gobierno y ahora, ¿voy a dimitir? ¡Venga ya, macaroni!

Hipótesis sobre la derecha.



Cualquiera someramente al tanto de las circunstancias en otros países, sobre todo en Europa y también en América, sabe que la derecha española es peculiar. Es una derecha sin nadie a su derecha que dice ser el centro-derecha. Muchos otros países muestran algún partido de extrema derecha, distinto al de la tradicional. En Austria, Italia, Dinamarca, Grecia, Francia, etc., hay una derecha y una extrema derecha diferenciadas. En España, no. Todas las derechas confluyen en el PP.
La derecha en la oposición, pero también en el gobierno, está furiosa (Jose Manuel Roca) . Tiene una actitud demagógica y muy agresiva. Recuerda en buena medida los modos del Tea Party, de lo que estoy documentándome en un interesante libro aún no publicado de Sergio Colado. Comparte la derecha hispánica con el Tea Party la interacción con unos medios radicales y ultrarreaccionarios que difunden las bravatas del socio. Esto es lo que llevó a Obama a declarar hace un par de años que no consideraba la cadena Fox (de Murdoch, el patrón de Aznar) un medio de comunicación más sino la voz del Partido Republicano. Pero, aunque parezca mentira, la furia de la derecha española no imita la gringa sino, en todo caso, al revés. La derecha española se pone furiosa al perder las elecciones de 2004 mientras que los pardillos del Tea Party son de 2007/2008. Unos advenedizos.
La furia de la derecha española brota al verse privada de lo que considera suyo por naturaleza, el poder político. Esta derecha es heredera directa del franquismo (de ahí su reticencia a condenar la dictadura y resarcir a las víctimas) y el franquismo era el heredero directo de la derecha de la oligarquía y el caciquismo. ¿No son los Fabra y los Baltar, prohombres del PP, perfectamente encajables en la España de la 1ª restauración? En el caso de Fabra lo es sin duda alguna pues pertenece a una dinastía de caciques locales que se origina en el siglo XIX. Es la derecha de toda la vida, la nacionalcatólica, ultraconservadora, la oligarquía costista, que afianza su poder administrando sus bienes con largueza para conseguir la clientela que la vote en cargos en los cuales después se resarcirá del gasto. La astucia de la derecha tradicional consiste en explotar a la gente usando para ello los recursos de esta. Se trata de la concepción patrimonial del Estado
Ya durante el franquismo y, desde luego, después de él, la derecha tradicional se hizo neoliberal sin dejar de ser nacional-católica. El discurso neoliberal, aparentemente dinámico, objetivo, racional, resulta ser más eficaz para volver al poder cuando otro lo ha usurpado que las viejas monsergas ultracatólicas. Estas están siempre detrás pero lo que prevalece ahora es la actitud neoliberal frente al Estado, muy sencilla de exponer: cuando está en la oposición, la derecha exige que se reduzca el Estado a la mínima expresión; cuando está en el gobierno lo utiliza como una empresa, como su patrimonio, en beneficio de los suyos y en detrimento de los demás. El neoliberalismo es caciquil pues se vale del Estado y la administración pública en general para beneficiar a las empresas y los bancos e imponer condiciones muy duras a las clases medias y bajas. Pretende terminar con las subvenciones pero mantiene las de la iglesia, la enseñanza concertada, los beneficios fiscales a las empresas y las grandes fortunas. Mientras haya dinero en las arcas públicas, la derecha lo canalizará hacia sus intereses de forma legal, retorciendo la ley, como en el caso de RTVE, o saltándosela sin más como en el de la Gürtel; y, cuando aquellas quedan esquilmadas, se elabora el discurso de la crisis económica y la imposibilidad de mantener el Estado del bienestar.
Es un discurso perfectamente ideológico disfrazado de consideraciones económicas. En resumen, los ricos prosperan y los pobres pagan. Y no solo pagan en dinero, sino también en rezos, penitencias, torturas y angustias. Junto al invicto neoliberalismo entra en la plaza conquistada el nacionalcatolicismo. Lo primero que hizo el gobierno de Rajoy fue meter mano a la educación y a los derechos de las mujeres. Ambas cosas no tienen nada que ver con la crisis. Son picas en Flandes de la derecha más carcunda. Si se consigue que a la Universidad solo puedan ir los hijos de la clase media para arriba, que las mujeres no puedan abortar y que la justicia solo la muevan quienes puedan pagarla, como las Juke boxes, la sociedad española habrá desandado un buen trecho del camino que se hizo desde la transición.
En realidad, cabe hablar de una involución neofranquista. Se gobierna por decreto-ley y se ningunea al Parlamento; se reforman las leyes electorales de las CCAA con claros fines estratégicos de favorecer a la opción de la derecha; se reforma la ley de Zapatero sobre RTVE que obligaba a elegir el Presidente por mayoría cualificada de dos tercios de ambas cámaras para imponer su candidato con la orden expresa de convertir RTVE en un multimedia al servicio del gobierno y su partido.
El progre Gallardón ha renovado el marquesado en la persona de un descendiente del sanguinario asesino Queipo de Llano. De inmediato se ha difundido en la red por doquier la pregunta de si alguien imagina que en Alemania haya un marquesado de Himmler, aunque el más apropiado aquí sería el de Goebbels, dada la afición a la radiofonía del general sublevado. Exactamente eso es lo que hace peculiar la derecha española. Los nazis perdieron la guerra; los franquistas la ganaron. Todo un mundo de diferencia bien visible hoy día cuando aún hay gente buscando a los suyos en fosas comunes, asesinados que fueron por una soldadesca a las órdenes de Queipo que ganó título de nobleza por ello y la derecha lo conserva porque, qué caramba, es uno de los suyos.
Si la izquierda aspira a algo deberá elaborar un discurso capaz de hacer frente a esta trituradora de las libertades y los derechos.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 1 d’agost del 2012

Las taifas autonómicas.

NB: como todos los primeros de mes, he cambiado la ilustración del blog, pero blogger tiene un comporgtamiento extraño. He tenido que cambiar la configuración general porque me había desactivado la otra sin avisar. No me deja mover de sitio el título del blog y ha cambiado también el html asimismo sin avisar. No sé cuándo podré resolver el problema.



A raíz del plante de varias Comunidades Autónomas a Montoro ayer en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, Palinuro subió una entrada hablando de las típicas taifas españolas, prueba del carácter indómito de la raza en pequeñas porciones. Respira algo de fatalismo y resignación. ¿Para qué vamos a repetirnos? Aquí está, se titula Las nuevas taifas y en ella se habla también de nacionalismo. Quizá quepa ahora una consideración más amplia.
Cuando uno de los problemas principales de la angustiosa situación española es la desconfianza en los mercados acerca de que el gobierno pueda encarrilar las Comunidades Autónomas en sus objetivos de déficit, obviamente lo peor que puede hacerse es alimentar dicha desconfianza con encontronazos como el de ayer. Cataluña no compareció; Andalucía abandonó la mesa; Asturias y Canarias votaron en contra de los planes de Montoro. Teniendo en cuenta que estos afectan muy relativamente al País Vasco y a Navarra, resulta que el gobierno, de hecho, no gobierna en algunas de las partes más importantes del país, excluida la Comunidad de Madrid. 
Ese enfrentamiento es un error para los intereses colectivos y seguramente se verá hoy en la prima de riesgo. Demuestra, además, que no parece haber clara idea en España acerca de qué sean los "intereses colectivos". Es fácil echar las culpas a las CCAA y en buena parte será justo hacerlo. La última decisión de la Generalitat es casi una provocación al gobierno central... en las espaldas de los sectores más desfavorecidos de la población. Los otros contestatarios pueden tener intenciones más o menos fundadas pero lo cierto es que no acatan la voluntad del gobierno central. A su vez este tiene la mayor parte de responsabilidad puesto que es quien planea los cambios, las medidas, las restricciones, los sacrificios, era de esperar de él que los consensuara en la medida de lo posible en lugar de pretender imponerlos por las bravas. Pero es lo que el gobierno hace, fiado en su mayoría absoluta. Lo hace continuamente. Se lo hace a algunos dirigentes sociales, como los sindicatos o a los otros partidos políticos, con los que no negocia nada, o las instituciones como el Parlamento, que puentea sistemáticamente. Se le nota demasiado su animadversión a la descentralización política y no la respeta. ¿No es Aguirre la primera abanderada de una aspiración a revisar el modelo autonómico? En la neolengua conservadora revisar quiere decir reducir o eliminar. 
Es decir: no son solamente los pertinaces e inquietos nacionalismos llamados periféricos los que cuestionan la planta territorial de España y no nos dejan vivir en paz con su reiterada petición de independencia. También lo hace el nacionalismo español que pretende retrotraer el modelo a una planta centralista. Así que reinos taifas, pero todos; el gobierno central, también, pues actúa como uno de ellos, reuniendo a sus mesnadas para obligar a las taifas infieles a pagar tributo y sometimiento. 
La situación es muy enrevesada y, de no tratarse de un asunto tan grave, un poquito ridícula. Apenas es creíble que el gobierno central no pueda actuar coordinadamente con sus regiones (naciones, nacionalidades, etc) pero no hay duda de que esa impotencia tiene un precio muy alto en la cotización exterior de España, de la que el Reino depende más que Arabia del petróleo. Cualquiera exclamaría que la situación es absurda porque los españoles tiramos piedras contra nuestro tejado. Muy bien, parece que es una fijación nacional: antes de ponernos a hacer algo nos aseguramos de que no estamos de acuerdo en nada.
Resulta desmoralizador recordar que hasta aquí hemos llegado por no haber sabido dotarnos de unas instituciones adecuadas para canalizar los conflictos que se dan en toda sociedad compleja y plural. El ejemplo clásico, ya se sabe, y muy oportuno, es el Senado. La conciencia general lo reputa inútil y la propia cámara así se considera a sí misma. Pero ¿por qué es inútil? Porque no supimos hacerlo bien. El Senado es una segunda cámara legislativa que reproduce el Congreso pero supeditada a él. Es decir, nada. Al ser el Congreso la cámara importante, los partidos nacionalistas tratan de estar en ella, avisadamente, y abandonan el Senado a su suerte, con lo cual se distorsiona la política del Congreso y se anula de hecho el Senado. Si este fuera en realidad una cámara representativa o delegada de las Comunidades Autónomas, en lugar de ser una representación de las provincias, y si tuviera competencias exclusivas en determinadas materias de interés de las CCAA que prevalecieran sobre las del Congreso, el Senado sería una cámara políticamente eficaz. En ella se dirimirían los asuntos de las CCAA como tales. De ese modo entes como ese CPFF no tendrían razón de ser o serían comisiones del Senado ya que las decisiones importantes para las CCAA se tomarían en este.  Y mucho manos admisibles serían esas negociaciones bilaterales que muchos prefieren, en determinadas circunstancias, para someter a chantaje al Estado o a la Comunidad Autónoma, según quién necesite a quién. 
En fin, todo esto son bienintencionadas especulaciones. El llamado Estado autonómico seguirá siendo un ámbito de conflicto interno en España; no de coordinación y mucho menos de colaboración. La culpa, en el fondo, es de todos.
(La imagen es una foto de Wilfredor, bajo licencia GNU documentación libre).

dimarts, 31 de juliol del 2012

Las nuevas taifas


Con la falta de sinceridad y honestidad intelectual que lo caracteriza, Rajoy ha intentado culpar de la crisis a todo el mundo menos a él mismo y su desgobierno. Ha culpado a Zapatero, a la coyuntura internacional, al Banco Central Europeo y ahora lleva una temporada cargando contra la Comunidades Autónomas, a las que culpa de un déficit desbocado y a las que pretende disciplinar de modo cuartelario.
El discurso antiautonómico concita aplauso muy generalizado. En principio, la derecha está en contra de toda descentralización, en la que dice ver un primer paso hacia la desmembración de España. En la izquierda hay un sector jacobino importante que vincula la descentralización española a la tradición austracista, ruinosa para nuestro país y le gustaría ver aplicado el centralismo napoleónico. Por tanto, tirar contra las CCAA es siempre muy rentable y gana muchas simpatías.
Incluidas las extranjeras que sin entender gran cosa de la idiosincrasia española sí perciben que el gobierno central no controla del todo las díscolas autonomías y traduce ese temor en desconfianza acerca de la descentralización.
El régimen autonómico se implantó en su día -es algo trillado a fuer de sabido- para dar satisfacción a las persistentes demandas de autogobierno de Cataluña, el País Vasco y, en menor medida, Galicia, sin crear agravios comparativos a base de la teoría del "café para todos". Como era de suponer, no funcionó y ha dado lugar a una situación de victimismo nacionalista permanente y un cuestionamiento perpetuo de la planta territorial del Estado.
Pero eso no es ahora lo esencial. Prima facie tiene razón Cosme Modolell quien, en su magnífico blog, Notas diversas tiene una entrada del 12 de julio de 2012, titulada El problema es el nacionalismo, no las autonomías que expone muy bien la situación. Lo malo es que esta situación es muy complicada y resbaladiza. Claro que el nacionalismo tiene una considerable parte de culpa en el desbarajuste español por su falta de lealtad a un proyecto colectivo. Pero eso afecta a todos los nacionalismos, en primer lugar, al español, que es el más insoportable, insolidario y fraccionador.
Además, nos pongamos como nos pongamos, con o sin nacionalismo, la descentralización en España presenta de siempre una peligrosa tendencia al fraccionalismo de los reinos Taifas. Y en esto, los adalides son precisamente las derechas cuyo comportamiento al frente de las CCAA que administran es prepotente, disparatado, despilfarrador, enchufista, clientelar, caciquil y muchas veces corrupto. ¿Pues no es cierto que las mismas CCAA que gobernaba el PP son las que ocultaron a los gobiernos españoles (el del PSOE y el del PP) la cuantía real de sus déficit? ¿No es cierto que Camps se condujo como un sátrapa en su territorio y esquilmó la Comunidad Valenciana y arruinó a sus habitantes? ¿No lo es que Esperanza Aguirre cree que Madrid es su feudo y el de sus amigos y parientes, no da explicaciones de sus actos, hace lo que le viene en gana, gobierna con absoluta opacidad y, encima, se permite dirigir acerbas críticas al modelo autonómico español?
Montoro se ha encontrado una sublevación de las CCAA a sus planes de austeridad. Desde luego que la resurrección de las sempiternas taifas es un desastre. Pero más desastre es pretender gobernarlas a golpe de fusta, decreto, Gleichschalgtung hitleriana y, encima, con absoluta incompetencia.
(La imagen es una foto de Miguel MTN en el public domain).

Las bocas inútiles.

Es un estado de emergencia nacional. Por fin se alcanza la situación a todas las fuerzas políticas en la hora veinticinco, como Tomás con las heridas de Cristo. Si no se dan de bruces con la realidad siguen teniendo una idea de esta completamente ilusoria. Cuando Zapatero regresó de Bruselas aquella fatídica noche de mayo de 2010, demudada la color, repentinamente aterrizado en la cruda realidad, los demás, en lugar de entender la situación, descubrieron un flanco más por donde atacarlo sin darle cuartel. La derecha decía ser responsable nata de las políticas de derecha y, por lo tanto, el usurpador Zapatero debía dejar un puesto en el que no daba la talla a quien sí la daba. La izquierda sostenía que la socialdemocracia española se había quitado por fin la careta y mostrado ser lo que era: la fiel aliada del capitalismo neoliberal, con lo cual la única izquierda digna de tal nombre era la que estuviera a la izquierda de la socialdemocracia. Ninguno de los dos percibió la gravedad de la situación. Sus intereses de partido no se lo permitían.
Desde las formulaciones teóricas del neoliberalismo en los años 70 y sobre todo 80 del siglo XX, la hegemonía ideológica conservadora en Occidente ha sido un hecho. El discurso contrario al Estado del bienestar tenía dos rostros pero una sola cabeza. El rostro neoliberal atacaba el Estado del bienestar con criterios económicos, de eficiencia y pura sostenibilidad del modelo. El rostro conservador lo hacía con criterios morales que rechazaban el "falso igualitarismo", la promiscuidad, el relativismo. Las dos caras estaban coronadas por la pedrería victoriana: el orden moral de la sociedad es que cada cual se valga por sí mismo en un contexto de juego limpio. El delito y la pobreza son sinónimos. Los pobres son malos o vagos. Y todo otro discurso de redistribución y justicia social es producto del camino de servidumbre (Hayek) y la envidia igualitaria (Fernández de la Mora). Por cierto, uno de los dos artículos sobre la igualdad publicados en los ochenta en El Faro de Vigo por un joven Rajoy era un comentario al libro de Fernández de la Mora que acababa de publicarse. El discipulo del olvidado maestro está hoy en poder.
La decisión de impago de la Generalitat catalana pone las cosas en sus justos términos. Ya no es hora de más palabras sino de hechos. Y en estos los neoliberales no se andan por las ramas. Si hay que destruir el Estado del bienestar, se empieza por atacar sus partes más débiles, como manda toda estrategia militar, esto es, los enfermos, los niños, las mujeres, los parados, los pensionistas, los dependientes, en resumen, Las bocas inútiles, de Simone de Beauvoir, que dramatizaba un episodio normal en los asedios de ciudades durante las interminables guerras europeas. Las bocas inútiles eran las primeras que se sacrificaban en vistas a prepararse para resistir un largo sitio. No paramos a dar cuenta de los problemas morales de estas decisiones. Basta con señalar que, al plantearse, al hacerlo un gobierno se está reconociendo que la situación es, en efecto, de estado de emergencia.
Una situación con un conflicto económico, político y moral cada vez más explosivo. Desde el comienzo de la crisis la gente ha ido tomando indignada conciencia de dos fenómenos antagónicos y contradictorios. El fenómeno "a" es una crisis incomprensible, imprevisible pero extraordinariamente grave, que puede atacar las bases de nuestra sociedad y para cuya solución se arbitran medidas de austeridad drástica que exigen sacrificios y angustias a millones de gente de abajo; el fenómeno "b" es el hecho de que los sectores causantes de la crisis están beneficiándose de las medidas públicas de rescate y que, además, los delegados ejecutivos y dirigentes individuales que arruinaron sus empresas se llevan compensaciones, pluses, primas, estratosféricos que son un insulto para los millones de parados, de precarios, de mileuristas.
El escándalo de las retribuciones no merecidas de los altos cargos se ha contagiado al que provocan los privilegios de los políticos, otro tema de sensibilidad subida. Es una prueba, además de la eficacia de la ciberpolítica y el poder de las redes. Al principio sus señorías no se dieron por enterados y, por último, el PSOE ha pedido ya a sus antiguos altos cargos que renuncien a la remuneración por cese porque es indefendible. Igual de irritante resulta ser que 63 diputados estén cobrando dietas de desplazamiento ilícitas, pues residen en Madrid de hecho y de derecho. También aquí hubo orden de dar la callada por respuesta pero el ruido de las redes es tal que también ha abierto un frente. De nuevo un diputado socialista, Odón Elorza, ha pedido que los diputados renuncien a esas dietas.  Todo esto está muy bien y demuestra que, aunque tarde, los políticos comienzan a reaccionar a la vista del peligro. Si de verdad quieren un reconocimiento público por su actitud, ya solo falta que el señor presidente del gobierno, explique solemnemente en sede parlamentaria cuánto cobra al mes. Hay rumores de que está ingresando por tres conceptos, como presidente del gobierno, como presidente del PP y como registrador de la propiedad en excedencia. Es incomprensible que todavía no se haya aclarado está situación y que ningún diputado haya hecho una pregunta directa al gobierno en este sentido. Es incomprensible e intolerable que el país no sepa cuánto cobra el presidente del gobierno porque este se niega a desvelarlo.
La moralización de la vida pública en la España de la picaresca, con una clase política en buena medida pendiente de los tribunales de justicia, es una necesidad perentoria y tan importante de acometer como las medidas económicas para salir de la crisis. So pena de que se extienda un espíritu populista, antipolítico, fascista.
Y otro día hablamos de las Comunidades Autónomas.

dilluns, 30 de juliol del 2012

Luces y sombras de una gran coalición.


Un magnífico artículo Manuel Sanchís en El País de hoy, titulado Un gran coalición para salvar el euro aboga por lo que dice su título: una gran coalición entre (por lo menos) los dos partidos dinásticos con el fin de vencer la crisis y salir del euro. La finalidad es encomiable; el medio propuesto, factible; las razones, muy convincentes. Y, sin embargo, Palinuro cree que sobre no ser necesaria, esa gra coalición sería un error.
No la precisa el gobierno que, con su holgada mayoría absoluta tiene asegurado llegar al término de la legislatura, aunque sea haciendo y diciendo las tonterías que dice y hace. Tampoco le conviene al PSOE -si bien da la impresión de ser lo que Rubalcaba busca desesperadamente- quien apenas tendrá voz en ese gobierno y aparecerá vinculado a la intención ultrarreaccionaria y oscurantista de la derecha montaraz española. Igualmente no interesa a los partidos minoritarios, cuya posibilidad de negociar contrapartidas a cambio de un apoyo innecesario es mínima. Por último, no le conviene al país. Este ha aguantado ya ocho meses de gobierno despótico, ruinoso e incompetente. No le hacen falta otros experimentos para saber que lo que resta será igual o peor y no podrá recurrir a alternativa alguna porque la oposición está de coalición con el gobierno. Finalmente, no le interesa a la emocracia. Como sistema de gobierno, esta necesita una oposición fuerte y clara y no un pandemónium de soluciones de compromiso, inventadas, improvisadas, que no resuelvan los problemas sino que los oculten.
Pero hay más. Con la mejor intención del mundo, sin duda, los casi ocho años de gobierno Zapatero han dejado una herencia envenenada pero no para el PP sino para el PSOE. Zapatero fracasó frente a la crisis en el momento en que (mayo de 2010) decidió girar 180º y apuntarse a las políticas neoliberales. Dijo entonces que eso le costaría las elecciones y así fue. Lo que no dijo -probablemente ni lo imaginaba- es que iba a dejar a su sucesor en una situación imposible. Seguir con las políticas de Zapatero equivalía a supeditar por entero al PSOE al PP, hacerle perder su perfil propio y dar pábulo a la idea de que el PP y el PSOE son la misma mierda, que tan desmovilizadora fue el 20N. Pero enfrentarse a esas políticas no es creíble porque el PSOE tuvo siete años para practicarlas y no hizo nada. ¿Por qué iba a hacerlo ahora? Zapatero falló a sus votantes. No es necesario que también lo haga el PSOE en pleno.
La gran coalición interesa -y mucho- al PP. Otra cosa es que Rajoy lo vea pues no es el hombre especialmente listo. A quien no interesa nada es al PSOE, aunque puede que sí a Rubalcaba en su intención de afianzar una imagen de estadista. Esto tampoco le saldrá, dado que la gestión de la crisis por la derecha es tan absurda, injusta y desigual que, mientras la dirección suplica un pacto o acuerdo con el gobierno, los militantes y los electores, claramente escorados a la izquierda no no quieren oír hablar de ella y prefieren un gobierno de alianza de la izquierda.
Es un momento delicado en la historia del socialismo español: o este encuentra una posición propia y, (ello sería lo ideal) encabeza un movimiento europeo de articulación de una política socialdemócrata claramente diferenciada del neoliberalismo que permita salir de la crisis y reconstruir el Estado del bienestar o puede quedarse fuera del poder durante largo tiempo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Las tres desgracias

Se habían citado en una elegante peluquería del centro para darse unas mechas e ir luego a picar algo por ahí para charlar un rato, intercambiar impresiones antes de la desbandanda del verano. Eran Esperanza Aguirre, Ana Botella y María Dolores Cospedal, las tres mujeres más poderosas del PP no integrantes del gobierno. Palinuro no se perdió el encuentro y, dada su habilidad para camuflarse, asistió a él, unas veces disfrazado de espejo, otra de barra de bar de copete.
Aguirre. ¡Qué año! Tenemos el pueblo soliviantado.
Cospedal. Sí y la policía no actúa como debiera. Tenéis que hablar con Cristina.
Botella. La pobre no da abasto. 2000 manifestaciones en Madrid.
Aguirre. Son todos liberados. Si se acabara con esa mamandurria...
Cospedal. No sería suficiente. Hay que acabar también con los interinos.
Botella. Sí.¡Qué peste! ¿Cuántos tenéis vosotras?
Aguirre. Haya los que haya, son demasiados y, dado que no podemos eliminar funcionarios...
Cospedal. Hay que cambiar la ley de una vez por todas. Los peores son los funcionarios. Como están seguros en sus puestos, andan siempre protestando.
Botella. Claro. Por eso proponen los empresarios que también se pueda despedir a los funcionarios. Sobre todo ahora que, con la reforma laboral, se puede despedir gratis. Ya era hora. ¿Cuántos tienes tú, Esperanza?
Aguirre. Como los interinos: demasiados y siempre protestando, cuando son la verdadera causa de nuestro déficit.
Cospedal. ¡Ah! ¿Ya sabes cuánto déficit tienes?
Aguirre. Muy graciosa, Loli. Pero la verdad es que tenemos el enemigo metido en casa: liberados, interinos, funcionarios. Socavan nuestra autoridad y los valores que defendemos. La autoridad, el respeto, la disciplina, el orden. ¡Y mientras tanto, teniendo que colocar a nuestros parientes con cuentagotas!
Botella. Lo socavan y lo ponen todo perdido.
Cospedal. Tienes razón, Esperanza: no se puede consentir que se apropien espacios públicos. Ahí están otra vez en Sol, haciendo el ganso.
Botella. Es verdad. Es como las prostitutas en Madrid. No se puede consentir que se apropien espacios públicos para su... negocio.
Aguirre. Lo que hay que hacer es no darles motivos. Mariano lo está haciendo fatal.
Botella. ¡Ah, no! De eso ni hablar. Mariano está haciéndolo de cine. Y no digamos ya Alberto.
Cospedal. Sí, sí, yo creo que el jefe va bien orientado. Las medidas desagradables, al principio. Luego, tenemos tres años para recolectar lo sembrado.
Aguirre. Hostias es lo que vamos a recolectar como sigamos así.
Botella. Por favor, Esperanza, modera tu lenguaje.
Aguirre. Hostias; os lo digo yo. ¿Habéis visto la última encuesta de El País?
Cospedal. Las encuestas las hace todas el PSOE.
Botella. ¿Cómo lo sabes?
Cospedal. Una regla sencilla: si ganamos, vale; si perdemos, el PSOE.
Aguirre. Sí, sí, lo que quieras; pero no levantamos cabeza. ¿Tenía Alberto que meter la pata con el asunto del aborto?
Botella. Por Dios, Esperanza, qué cosas tienes. Cuanto antes. Y además lo borda desde el punto de vista de la filosofía jurídica. Eso de la igualdad de derechos de los discapacitados, a ver cómo te lo refutan los rogelios.
Cospedal. No es difícil; lo harán. Estoy de acuerdo con Esperanza: no había necesidad de enemistarse con más gente. Estamos sembrando el camino de cadáveres. Nos estamos metiendo con los ingresos de la gente, su trabajo, sus derechos. No es preciso ir a tocarle un punto débil con esto de los abortos.
Botella. Me dejáis sorprendida y consternada.
Aguirre. Bueno, vale. En todo caso, Albertito se ha dado una castaña porque ha descubierto que la gente no le sigue y así no conseguirá ser presidente del gobierno o califa en el lugar del califa
Botella. Alberto no es de esos. Tiene principios.
Aguirre. Sí, y finales. A otra cosa, mariposa; otra metedura de pata de Rajoy. ¿Por qué tiene que subir los impuestos?
Cospedal. Nos obligan en Europa.
Aguirre. No creo, mi niña. En Europa lo que quieren es que tengamos la pasta, la pastuqui, lista para pagar las deudas. De dónde la saquemos, les trae sin cuidado.
Cospedal. Pero, ¿de dónde la sacamos?
Aguirre. Hay que seguir reduciendo gasto público.
Cospedal. Pero ¿de dónde? Ya hemos recortado todas las partidas. El otro día Soraya me dijo que ya no hay de donde sacar más.
Aguirre. Esa cría acaba de caer del nido. Hay un montón de sitios donde ahorrar. Se pueden privatizar más cosas.
Cospedal. Como ¿cuáles?
Aguirre. La justicia, por ejemplo. ¿Por qué tiene que ser pública? ¿Por qué vamos a pagar todos los ciudadanos las manías de un litigioso compulsivo? O las cárceles. ¿Por qué tenemos que pagar la manutención de delincuentes? ¡Qué se la ganen!
Cospedal. Y ya no te digo nada las pensiones.
Aguirre. ¡Coñe, todas privadas!
(La imagen es una reproducción de un cuadro de Grant Wood de 1932 titulado Hijas de la Revolución, en el public domain).

diumenge, 29 de juliol del 2012

Un estado de ánimo

Tenía que pasar. No era verosímil que la apatía, la abulia de la población, la falta de crítica, de resistencia pudiera seguir interpretándose como apoyo a una labor de gobierno que está revelándose incompetente, a la par que tiránica. Las decisiones se adoptan por decreto ley, se soslaya el parlamento, son drásticas, muchas veces exageradas y no se consultan ni se consensuan con nadie. Es un gobierno que va de trágala en trágala, amparado en la falacia de que no hay alternativa cuando en política siempre hay alternativa.
Los distintos gobernantes, gobierno central y CCAA, hablan con altanería y desprecio a los gobernados, incluso a sus seguidores entre quienes se encuentran muchos que sufren directamente las consecuencias de las medidas restrictivas del gobierno. Y todo esto genera desapego y animadversión. Lo que llaman desafección, que empuja al parecer a la gente hacia la abstención. Los datos del barómetro de Metroscopia de El País son reveladores, a la par que esperados. Cuando toque el próximo barómetro del CIS, si trae la pregunta por la valoración de los políticos, será muy de ver la de Rajoy.
Parece que el hartazgo nacional ha tomado forma. El desplome del apoyo al gobierno es descomunal. Y lo que más llama la atención es el altísimo porcentaje de gente que se opone al intento de Gallardón de criminalizar el aborto eugenésico, con el apoyo de la iglesia y los más agresivos círculos "pro vida". Oposición muy llamativa entre católicos y votantes del PP. Eso demuestra que los planes gallardonianos no responden a una demanda de sus bases puesto que esta no se da. ¿A qué responden? Al interés de los sectores eclesiásticos y ultras que Gallardón quiere confundir con un clamor popular que, supone, llegado el momento, lo llevará a La Moncloa. Este ambicioso político que solo parece tener en el ñpunto de mira su carrera personal, ha cometido un error mayúsculo. No se moleste más en rebuscar sofismas sobre que la prohibición que planea será "progresista" y se ajustará a los textos de la ONU. La gente no quiere que el Estado decida por las mujeres cuando se ven en el trance de un embarazo con malformaciones. La gente quiere que las mujeres decidan. Y él ha perdido el apoyo de quienes le creían el representante de la derecha moderada y moderna.
Por último, parece que el barómetro registra modorra en el PSOE. El PP desciende en picado pero los socialistas no remontan. Si el PP pierde más de 14 puntos porcentuales, siete de ellos en el último mes, el PSOE pierde cuatro en relación al 20N. Otro dato revelador y también muy esperado. Es de suponer que el PSOE lo sopese detenidamente. Si sus fortunas no ascienden cuando las de su adversario descienden, algo tendrá que hacer, alguna explicación que ofrecer, alguna medida que adoptar.
La evolución apunta una tendencia estilo griego, de debilitamiento del bipartidismo y consolidación del multipartidismo. Visto con perspectiva más histórica, habrá quien hable de que, por fin, acaba el régimen de la segunda restauración. Y, si no el régimen, el bipartidismo de los dos partidos dinásticos uno de los cuales, el PSOE, se ha hecho dinástico de modo voluntario, hace relativamente poco tiempo y con claridad, desde las últimas tribulaciones de la Corona con el caso Urdangarin y el episodio del elefante en Botsuana. Un giro descorazonador. En resultados concretos, de haber elecciones hoy, los dos partidos dinásticos obtendrían algo así como 54,7% del voto electoral, la menor concentración desde el comienzo de la segunda restauración que se reflejaría en una bajísima concentración del voto parlamentario, teniendo en cuenta que ya el resultado del 20N era del 84,5% (concentración en cantidad de parlamentarios) la más baja desde 1989. Puede que sea un giro cíclico; pero también puede ser una tendencia estructural que podría consolidarse si los dos partidos dinásticos siguen haciéndolo igual de mal.

dissabte, 28 de juliol del 2012

El presidente oculto que se cree el Rey

Nadie sabe a qué se dedica Rajoy. Su agenda oficial está vacía, no mantiene contactos con nadie y no se sabe qué decisiones toma para sacar a España de la crisis. Una crónica de Carlos E. Cué en El país deja claro que el estilo de gobierno de Rajoy es secreto. Preguntada la vicepresidenta Sáez de Santamaría sobre el asunto, matiza que Rajoy no mantiene reuniones secretas sino privadas. Alguien ha enseñado a esta señora que en política es peligroso quedarse callado ante una pregunta y lo mejor es contestar siempre, aunque sea diciendo una tontería como en este caso porque, a los efectos de la publicidad obligada de los actos del presidente del gobierno, tanto da lo secreto como lo privado.
Esa sabiduría de contestar siempre las preguntas no la comparte Rajoy quien no da ruedas de prensa y, cuando las da, no admite preguntas. Luego van diciendo sus doctrinos que el gobierno tiene un problema de comunicación. Lo que le sucede es que no tiene nada que comunicar porque habitualmente no hace nada, cuando lo hace está mal y cuando trata de comunicarlo, no sabe hacerlo. 
Se dirá -y se dirá bien-que la comunicación no es solamente oral y que hay otras formas de comunicar. Ciertamente y en todas ellas Rajoy suspende sin paliativos: nunca está en donde se supone que tiene que estar, en los momentos de peligro (los incendios forestales), de angustia (escalada de la prima de riesgo), de determinación (los planes restrictivos del gobierno); en cambio suele ir a donce no hace falta y en donde puede estorbar y duplicar la acción del Estado, esto es, en actos simbólicos, inauguraciones y finales deportivas, en donde quien debe estar es el Rey. Las razones de estos comportamientos son evidentes: Rajoy no acude a los lugares en los que lo reclama el deber y hay que dar la cara porque es un cobarde; aparece, en cambio, en donde no tiene por qué estar sólo para chupar cámara y porque tiene megalomanía y cree que es el Rey.
En Europa lo tienen ya muy calado. Los líderes europeos piensan de él que es un incompetente al frente de un gobierno que no consigue coordinar en el que cada ministro dice una cosa y, encima, todas distintas y contradictorias. Su función es alimentar lios prejuicios antiespañoles a base de actuar como el típico bravucón matasiete que quiere siempre engañar a los demás y, a la postre, es el único engañado.
Pues bien, a este cobarde que no tiene ni idea de lo que habla, que miente tanto como respira,  que escabulle el bulto, sale por las puertas traseras, huye del Parlamento, esquiva la prensa, no contesta las preguntas, solo habla de intrascendencias y trata ponerse en el lugar del Rey porque hasta desconoce el lugar que le corresponde es al que los españoles hemos elegido por mayoría absoluta.
A pechar con las consecuencias, amig@s
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

WikiLeaks

La designación de Garzón como director del equipo jurídico de defensa de Assange habla mucho en favor del activista y del juez. Del activista por haber elegido a un juez que combina su respeto por las garantías legales con una firme voluntad de lucha política en pro de causas justas, entendiendo por tales aquí las que afectan a los derechos fundamentales de los individuos. Del juez porque el nombramiento demuestra el gran prestigio mundial del nombrado que sus oscuros colegas de profesión no han conseguido aniquilar condenándolo por un delito; al contrario, lo han magnificado. La persecución injusta ennoblece las causas ya de por sí nobles. La combinación es perfecta. Son dos personajes extraordinariamente mediáticos situados en el centro de un huracán mundial en el que intervienen los más diversos actores, desde grandes potencias hasta organizaciones radicales secretas y servicios de espionaje de lo más variado, incluido, probablemente, el Vaticano.
Al comienzo de la aventura de WikiLeaks, Palinuro, dejándose llevar por su atávico optimismo, calificó a Julian Assange como un héroe de nuestro tiempo, una especie de caballero andante de la era digital, enfrentándose a los poderosos, deshaciendo entuertos, revelando maquinaciones, amparando a los débiles. La organización es una especie de estado mayor de un movimiento difuso de masas ilustradas que tienen acceso privilegiado a informaciones sensibles por muchos conceptos. Las fuentes de WikiLeaks son los miles de ojos de los internautas que, como si fueran cien Argos, todo lo ven, lo escanean y se lo hacen llegar a la organización. Ningún servicio secreto estará seguro mientras exista WikiLeaks que se nutre de informaciones de multitudes anónimas. De ahí que sea una organización sometida a persecución implacable por los poderes de la tierra y del cielo. Se observa en las cuatro afirmaciones que hace la página y que, traducidas al español, dicen:
  • WikiLeaks: 602 días de bloqueo bancario - sin decisión judicial
  • Assange: 599 días de detención - sin cargos
  • Manning: 796 días en la cárcel - sin proceso
  • Gran Jurado: 682 días de Tribunal secreto estadounidense - sin transparencia.
Es muy fuerte: tribunales secretos, penas de prisión prolongadas sin juicio. Es un asalto a los derechos fundamentales casi de carácter absolutista. Tratan de esfixiar la organización económicamente y por eso esta pide donaciones. El que pueda hacerlas que las haga. La causa merece la pena. Es acabar con el secreto en el poder político antes de que el poder político acabe con las libertades.
Leo en Twitter, en @wikileaks"El opio de los Juegos Olímpicos encubre un caso de corrupción de la policía británica, los disparos contra manifestantes saudíes y otro robo de tierra de Israel. ¿Qué viene después?" Se me ocurren varios temas más que podrían ocultarse tras las competiciones deportivas, por ejemplo, una posible guerra entre la China y el Vietnam o una crisis bancaria de la India o el efecto de la pérdida del hielo en Groenlandia.
WikiLeaks se ha convertido en una pieza esencial del edificio de las libertades humanas.
(La imagen es una foto de R_SH, bajo licencia Creative Commons).

divendres, 27 de juliol del 2012

La política de la mentira y el engaño





El PSOE acaba de hacer público un vídeo en el que se resume de forma contundente el sentido de la larguísima campaña electoral del PP antes del 20-N. Duró tres años y medio, ya que la derecha, si no está en el gobierno, está en campaña electoral por conquistarlo pues no sabe hacer oposición democrática, cuyo rasgo esencial es la lealtad, un rasgo que desconoce. El vídeo recoge una a una todas las mentiras reiteradas, machacadas una y otra vez en mítines y discursos, la más desaforada demagogia mezclada con la inepcia. Ese corte en el que Rajoy grita que "quieren subir los chuches, demostrando que no sabe de lo que habla ni en esto, es para conservar en un museo. Todo ello ha quedado registrado para que la posteridad pueda hacer comparaciones entre lo que dijeron en campaña y lo que hicieron en el gobierno. La finalidad del vídeo es denunciar la más absoluta desvergüenza de unos gobernantes que hacen lo contrario de lo que dicen y prometen para que quede patente ante todo el mundo y ante ellos mismos que su triunfo electoral es ilegítimo y no tiene valor moral alguno porque fue producto de la mentira, el engaño, la demagogia, la falsedad.
Esfuerzo meritorio y muy de aplaudir pero, me temo, inútil ante la piel coriácea de esta gente a la que la moralidad de sus actos resulta indiferente si gracias a ellos consiguen lo que perseguían, en concreto, controlar el gobierno para poner en marcha sus políticas de desmantelamiento del Estado del bienestar, destrucción de los derechos de los trabajadores, eliminación de los servicios sociales, expolio de los fondos públicos, represión de las libertades, manipulación de los medios y criminalización de las minorías en el ejercicio de sus derechos.
Y todo esto mientras, gracias a su fabulosa incompetencia en todos los órdenes, arruinan el país.

Tres reflexiones melancólicas.

I.- Fuera.
Todo el mundo lo señaló: unas palabras ambiguas de Draghi, una llamada a la fe y a la creencia en él, tuvieron un efecto balsámico rotundo sobre los escocidos lomos hispánicos que llevan más palos recibidos que don Quijote y Sancho Panza juntos. Era algo diabólico pero es de creer que Rajoy no hablaba porque ya sabía que, en cuanto lo hiciera, nos llovería otra mano de estacazos y la prima seguiría escalando. Resultado y conclusión perfectamente visible de este maravilloso triunfo de la etérea palabra: en España manda Draghi y quien a Draghi dé las órdenes. Merkel, por ejemplo. Los mercados no escuchan a Rajoy y, si lo escuchan, hacen lo contrario de lo que él quiere. Pero a Merkel sí la escuchan. ¿Alguna otra duda? Rajoy ha recibido a los dos capi sindicales, no porque se haya convertido de repente a las doctrinas sindicalistas sino porque Méndez y Toxo se han visto con la Führeresa (como diría la lideresa), y quiere saber qué dice la jefa por ahí. A Rajoy no se le caen los anillos de recibir a dos proletas en La Moncloa cuando se trata de salvar a la Patria. Para colaborar al entendimiento, los empresarios (que esos sí se ven mucho con el presidente) piden otra reforma laboral, o sea, despido gratis total y que se eche a todos los funcionarios, incluidos los porteros de La Moncloa. Rajoy puede abrir la puerta a las visitas ya que, de todas formas, no gobierna.

II.- Dentro. 
 La comparecencia de Rato ha sido muy curiosa. Él lo hizo todo bien y si, luego ("luego" es 24 horas después de su comunicado de despedida según el cual dejaba una entidad boyante) ha habido un desastre, la culpa ha de ser de otro, pues él lo hizo de cine. Ese otro es el Banco de España. Bien, es posible, pero la culpa ¿de qué? Aquí los términos se hacen vagarosos y hasta poéticos: de un "desastre", de un "desfase", de un "agujero" gracias al cual Bankia necesitaba 30.000 millones de euros (creo recordar o algo así). Bien de nuevo, pero ¿para qué? ¿Para cubrir riesgos o encubrir delitos? En todo caso, sea cual sea la teoría, se trata de situaciones de quiebra, quizá fraudulenta, que se arrastran desde hace años. ¿Por qué ninguna autoridad de ningún tipo dijo nada? Si los bancos, los gobiernos, las entidades financieras, las comisiones de vigilancia se confabulan en contra del interés general, ¿qué confianza se puede pedir a los ciudadanos para los planes de reconstrucción pergeñados por quienes han ocasionado la gran destrucción?

III.- De ayer a hoy. 
Es un puntazo periodístico la foto del anciano atleta español y la historia que se insinúa de tratarse de un "niño de la guerra" que llegó a competir en natación en representación de España en las olimpiadas de 1948. No acaba de encajarme, aunque la explicación, sin duda, estará en el reportaje completo. Siempre he creído que lo de "niños de la guerra" se refería a los críos que salieron de España como refugiados de guerra o familiares de exiliados. Dudo que alguno de esos compitiera nueve años después en representación de España. A lo mejor es un "niño de la guerra" del bando sublevado, que también los tendría, al menos como refugiados. Sea como sea, debe de ser emocionante ir a contemplar algo en lo que tú participaste hace 64 años.  La melancolía viene de que he ido a consultar el palmarés de esas olimpiadas. España mandó 64 atletas y recogió dos platas en hípica, probablemente dos militares o nobles. No digo más.

Una gran portada la de El País. Agenda setting lo llaman los especialistas, con conclusión lapidaria: los que gobiernan no gobiernan y cuando gobiernan, no dicen la verdad.

Todo es ideología.

Hace unos días Palinuro recibió una invitación a un acto de presentación de la revista Geoeconomía, del Instituto Choiseul sobre el tema de La industria del deporte que el malvado piloto enseguida tradujo en El deporte como industria. Al no interesarle el deporte ni como religión, iba a desechar la amable invitación de cuya procedencia ignoraba todo. Pero por último fue en compañía de un amigo, también hombre de negocios, pero honrado y trabajador, y sus respectivas esposas que eran quienes en el fondo habían urdido el plan por la curiosidad de ir a un lugar mítico para los madridistas: el palco de honor del estadio por excelencia o estadio de los estadios como España es nación de naciones.
El acto, muy concurrido, con amplia presencia de medios, mucha foto, autoridades y personalidades de distintos rangos y canutazos a diestro y siniestro, discurrió por las previsibles sendas de este tipo de eventos. Se trataba de vender la idea de que el deporte es buena oportunidad de negocios y que forma parte de la marca España. Allí estaba Espinosa de los Monteros, actual adalid de la tal marca, cuyo nombre, dice Palinuro, no puede ser más chato. En su opinión falta imaginación para sustituir ese trillado marca España por una Marca Hispánica, más castiza y con más mercados abiertos en los Estados Unidos, objetivo de exportación del máximo interés pero en donde la gente cree que España está en al Asia Menor, cerca de Palestina y eso que no se ha enterado que Juan Carlos I es Rey de Jerusalén.
El tono general, bastante conservador porque el Instituto Choiseul es uno de esos think tanks que tiene la derecha en el mundo entero con la tarea de formular doctrina/ideología para preservar la hegemonía neoliberal y neoconservadora al mismo tiempo. Este es francés. Supongo que los franceses, como los españoles, carecen de versión literal aceptable de Think tanks. Chars d'assaut de la pensée suena cómico, igual que carros de combate del pensamiento y Tanks de la pensée, como tanques del pensamiento carecen de sentido. Así que Think tanks, instituciones generalmente feroces en sus demoledores ataques al pensamiento de izquierda o al meramente centrista y a sus ideologías. Este Instituto parece algo más moderado, quizá por ser francés y ese era el tono del por lo demás bastante aburrido acto.
Hasta que saltó un buen hombre, el actual secretario de Estado de Comercio, García-Legaz, quien ha sido y supongo sigue siendo secretario general de la Fundación FAES el think tank aznarino cuyo extremismo, radicalidad, unilateralidad y agresividad lo legitiman para ascender a la condición de Battleship FAES, más acorde con la noble vena marítima de la raza hispánica. El caso es que el joven García-Legaz derramó su entusiasmo de neófito sobre el auditorio y arremetió contra la Universidad pública (confesando de paso que solía hacerlo en universidades públicas, lo cual lo cualifica como moderadamente sádico) a la que descalificó por mala, por no tener ninguna entre las 150 primeras del mundo. Olvidaba decir que él viene de la privada, de Comillas, que tampoco figuran en la clasificación o ranking, como dice él, en recio castellano. El ataque se coronaba con un triunfo: la Universidad pública es un desastre por ser lo contrario del modelo de gestión de las empresas privadas competitivas, la honra y prez de España y su fuente de ingresos, caramba. La empresa española, sí señor. Leo en la determinación de las exportaciones españolas que lo que más exportamos son coches (un 24 % más o menos del total de exportaciones). Coches con patentes extranjeras. No hay una sola empresa española no ya entre los primeros 150 fabricantes de coches del mundo (si los hay) sino entre todos los fabricantes. No hay un coche español en el mundo, así que la marca España de la octava o novena potencia económica se refiere a eso, a España, al deporte, unos equipos de fútbol de ensueño pero que, por desgracia, no se pueden exportar, un banco y docena y media de empresas de obras públicas en diversas partes del planeta. Suena algo bombástico en un continente en el que países más pequeños que España tienen empresas que cubren continentes enteros.
Pero el secretario de Estado de Comercio iba a sentar doctrina, teoría, ideología, el abc de las fantasías neoliberales de los años ochenta y noventa del siglo pasado, de los furibundos ataques al Estado de la revolución neoconservadora de Reagan y Thatcher, que han traído la mayor crisis del capitalismo desde la de 1929 y quizá esté sobrepasándose ya esta fecha como barrera psicológica. Lo malo de estos fundamentalistas del mercado (en realidad, de todos los fundamentalistas, también los del Estado) es que son incapaces de reconocer sus errores. Siempre son culpa de otros pues ellos están en lo cierto y no se equivocan nunca. La única cuestión abierta es si no los reconocen porque no pueden o porque no quieren, cuestión nada irrelevante, pues tiene un matiz moral. Pero, en todo caso, quien no reconoce sus errores no puede remediarlos.
El público aplaudió a rabiar al doble secretario, orgulloso de exponer aquellas antiguallas y lugares comunes con tanta fuerza de convicción. Pero su intervención agrió el acto. Palinuro andaba muy quejoso. Decía estar interesado en las perspectivas de negocio del deporte, pero de eso, en concreto, nadie habló. Mucha marca España pero poca chicha. Me confió que estaba madurando una idea de negocio consistente en crear un santoral de deportistas, pedir permiso a la iglesia -con correspondiente pago de derechos- y representarlos en la mejor tradición de las estampas religiosas, asociando cada deportista a un santo protector. Por ejemplo: "San Sebastián y Francisco Crujientes, oro en arco, te protejan del reuma" o "San Vicente Ferrer y Pedro Hornillos, bronce en natación, te amparen en la mar". Se lo quité de la cabeza.
Por cierto, el estadio Bernabéu, una pasada y el palco de honor, pasada y media.

dijous, 26 de juliol del 2012

La hora de la revolución.

El capitalismo es un desastre. No solamente no puede evitar las crisis periódicas sino que no sabe cómo salir de ellas. La última crisis va ya por su quinto año sin perspectiva de mejora. Al contrario. Se ha abordado con una panoplia de políticas neoliberales que solo han conseguido empobrecer a la gente y hundir más los países en la crisis, como ya habían advertido muchos críticos. Lo importante era imponer la doctrina.
Resulta así que, después de abundantes políticas de reducción del gasto, austeridad, aumento de la fiscalidad y otras medidas tan duras como ortodoxas, en Francia sigue subiendo el paro, el infiel de Moody's rebaja la calificación de la deuda alemana y la pone en lo que se llama perspectiva negativa, algo de todas formas menos crudo que el solemne batacazo de Inglaterra. Creían los ingleses estar a salvo de la enfermedad continental y se desayunan con la noticia de que están hasta el corvejón en una depresión y que el crecimiento negativo trimestral del PIB ha sido de 0,7%, en lugar del modesto 0,2% que anticipaban los linces de la City. Por supuesto, Grecia, Portugal e Irlanda no levantan cabeza.
Cualquiera diría que las políticas de austeridad neoliberales no funcionan. El problema es que no parece haber otras. La socialdemocracia, desde luego, no aporta ninguna salvo la mayor sensibilidad hacia las cuestiones sociales de las políticas neoliberales compartidas. La izquierda algo más radical sí propone medidas concretas alternativas a las que se están tomando. Son medidas parciales, fragmentarias, ya que no se postula un cambio completo del modo de producción, y que afectan sobre todo a cuestiones fiscales, los impuestos a las altas rentas, las empresas, el impuesto de sucesiones, el impuesto sobre el patrimonio, el combate al fraude fiscal, el afloramiento de la economía sumergida, etc.
Con todo, la dificultad de esta visión de reformismo radical es su viabilidad. Su aplicación consecuente sin duda provocará una huida general de capitales de España. La teoría presupone un concepto de soberanía anterior al Tratado de Maastricht de donde salió la moneda común. Hoy, con esa moneda única, la soberanía está muy mermada. Al Estado le molesta y debilita mucho la libertad de circulación de capitales, pero no le queda otro remedio que aceptarla porque forma parte indisociable de la idea del mercado único. Y, mientras esto sea así el capital tiene un arma poderosísima frente al estado: la amenaza de expatriación. No, no hay doctrinas alternativas completas apuestas al neoliberalismo sino reformas del capitalismo más o menos radicales.
Y, sin embargo, rara vez ha estado tan claro en la historia el surgimiento de una conciencia revolucionaria, de un deseo muy extendido de reiniciar el sistema, como reza el lema del 15-M o en las distintas propuestas de abrir un proceso constituyente a través de las asambleas. Pero la huida de capitales de España pone sordina a las alegrías de los eventos mencionados para ir a fundirse con esos 17 billones de euros en paraísos fiscales que son la cifra del escándalo, el baremo de la injusticia, que es consustancial al sistema.
La Unión Europea ha estado muda en todo el proceso. Pareciera haber quedado reducida al Banco Central Europeo y a las agencias financieras que el Consejo dice que va a crear para complicar aun más la situación. Quizá sea llegada la hora en que el Parlamento Europeo convoque una suerte de Estados Generales de Europa para tratar de hacer realidad esa unión política que reclaman los alemanes. A lo mejor así puede dar comienzo una revolución europea..

dimecres, 25 de juliol del 2012

La mamandurria.


Con esa voz gutural impostada de rabanera aristocratizada que hace las delicias de las señoras bien de toda la vida, Aguirre pide acabar con los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias. Las manifestaciones de la dueña son tan habituales, desatinadas y provocativas que, de vez en cuando, tiene que añadir alguna novedad para llamar algo la atención. En este caso, el término "mamandurria", poco frecuente. Si duda lo ha tomado de las que quizá sean sus únicas lecturas, las venenosas columnas del difunto escritor fascista Jaime Campmany que lo empleaba mucho para hablar de los socialistas.
Al igual que Campmany, defensor del régimen franquista, que no era otra cosa que una monumental mamandurria erigida sobre una fosa común, Aguirre recurre a la figura que los psicólogos llaman "proyección", esto es, a acusar a los demás de lo que ella hace. Porque su forma de gobierno no es otra cosa que pura mamandurria:
  • ¿Qué fue el "Tamayazo"? Una mamandurria de varios kilos a favor de unos sinvergüenzas, gracias a lo cual Aguirre consiguió ser presidenta.
  • ¿Qué es Fundescam? Una misteriosa Fundación/mamandurria al servicio personal de Aguirre que financia presuntamente las campañas electorales de esta neofranquista liberal, perfectamente opaca y de la que la señora se niega a dar explicaciones.
  • ¿Qué fue la gestapillo? Una mamandurria para que unos cuantos granujas se dedicaran supuestamente a espiar a los rivales políticos de Aguirre con el fin de extorsionarlos y sobre la que es muy difícil saber nada porque Aguirre no da explicaciones y boicotea toda investigación.
  • ¿Qué es la Gürtel? Una mamandurria de corruptos y delincuentes por la cual varios responsables de ayuntamientos a las órdenes de Aguirre han estado llevándoselo crudo y expoliando los caudales públicos sin que la señora mueva un dedo por esclarecer los hechos.
Esperanza Aguirre ha edificado un gobierno a base de mamandurrias y, como las suprima, tendrá que ir a gobernar a la isla de los pingüinos. Y no solo son estas. Toda la gestión de Aguirre rebosa de mamandurrias. Después de haber enchufado una recua de allegados, parientes, hijos, hermanas, primos, tíos, etc en distintas mamandurrias, todos ellos parasitando el erario público, Aguirre puede contemplar con orgullo su gestión que es pura mamandurria:
  • Telemadrid. Una mamandurria en la que chupa del bote otra recua de juglares, embusteros, demagogos y puros imbéciles, supuestos periodistas que rivalizan en las tareas de agitación y propaganda al servicio de Aguirre y que han conseguido llevar la televisión a la quiebra.
  • Hospitales. La galopante privatización de la sanidad pública madrileña, cuyo botón de muestra es el chanchullo de la contratación de hospitales públicos con gestión privada, es una inmensa mamandurria de la que se benefician las empresas que probablemente hayan sido más generosas con el PP.
  • Escuelas y colegios. El destrozo de Aguirre en la enseñanza pública -completado con el que está perpetrando el ministro Wert, otro de la mamandurria- se compensa con la concesión de todo tipo de facilidades (suelo gratis, por ejemplo) para la enseñanza privada (normalmente de curas) a la que Aguirre concede todo tipo de mamandurrias que abarcan el 30% de los costes; prácticamente lo que ha arrebataso a la enseñanza pública.
  • Los toros. Hasta 2.000 millones de euros destina la mamandurriana Aguirre a las corridas de toros pues, en su autorizda opinión, esta práctica cruel y estúpida es un bien cultural inmarcesible.
Si Aguirre suprime las mamandurrias, quizá no lleguen a fin de mes ella, sus parientes, nepotes, enchufados y amigos en general. Y sería una desgracia. ¿con quién cabría reírse si se va? (La imagen es una foto de Esperanza Aguirre, bajo licencia Creative Commons).

Está todo calculado.

El país vive en un estado de shock permanente, del de la acreditada teoría de Naomi Klein. A la angustia de la situación de estar a la espera de un duro castigo, se añade la complementaria de haber sido testigos de lo que sucedió con el vecino griego. La virtual certidumbre de que aquí pasará algo parecido en este mes de agosto. Es cruel tener un pueblo entero viviendo en zozobra, sin saber si el mes próximo dispondrá de sus previstos ingresos o sufrirá una nueva merma de cuantía imprevisible. Y no parece que el gobierno esté haciendo nada por evitarlo, supuesto que quiera. Al contrario, sigue empeñado en un discurso negacionista -no hay rescate, no hay riesgo, no hay condiciones, no hay intervención- parecido al negacionismo de Zapatero al comienzo: no hay crisis. Un discurso absurdo que choca con la convicción generalizada en Europa de que la cuestión no es si habrá rescate o no sino cuándo se hará oficial pues ya es un hecho. En consecuencia, el prestigio del gobierno español en Europa está bajo mínimos.
Lo fácil es culpar de la situación a la fabulosa incompetencia de los gobernantes y es lo que hacen muchos analistas, comentaristas y asombrados actores políticos europeos. Efectivamente, el gobierno derrocha incompetencia en medida insólita. Ofrece la imagen de un grupo de gentes que no saben lo que quieren y son incapaces de comunicárselo unos a otros, mucho más a la opinión pública.
Pero eso es demasiado fácil. Dando la impresión de no saber lo que dicen ni hacen la acción de los gobernantes del PP en el fondo está muy pensada, pero pensada para el coleto y los intereses de cada uno de ellos, no los del país ni los del mismo gobierno.
Rajoy, en su obsesión por sustituir al Rey y ponerse así galanamente au-dessus de la mêlée, ha creado un gabinete de seguridad nacional en La Moncloa para ayudarlo en las situaciones de emergencia internacionales y nacionales en las que suele desaparecer. La idea puede antojarse absurda pero no lo es. Con un gabinete así podrá mandar a alguien en su nombre a visitar las zonas de catástrofe (por ejemplo, Girona, en donde no ha puesto el pie, como tampoco lo hizo en Valencia) sin que le acusen de inhibirse y de insensibilidad. De esta forma el gran hombre se identifica con el monarca al que, si se mira bien la foto, ya está desplazando del centro de la imagen.
Con sus sofismas sobre los derechos de los discapacitados en proceso de nacer y su ataque a la ley del aborto que hace cinco meses le parecía bien, Gallardón parece irse por los cerros de Úbeda del renacimiento del nacionalcatolicismo y perder el mundo de vista. Es posible, pero lo que el exalcalde no pierde de vista es su propia carrera política y esta causa tan malvada como reaccionaria trata de ganarse a los sectores más ultras del partido para su posible candidatura a la presidencioa del gobierno cuando Rajoy termine de dársela.
El ministro de Hacienda, De Guindos, enlaza un vuelo con otro, peregrino de las haciendas y cancillerías europeas, en procura de alguna declaración que fuerce su relato de los hechos y augure una pronta aplicación de los famosos -y etéreos- compromisos de Bruselas. Ayer estuvo importunando a Schäuble en Alemania, pero solo consiguió una repetición de las ambigüedades de rigor acerca de cada cosa a su tiempo.  Y del Banco Central Auropeo, que es de lo que se trata, al parecer, ni se habló. No importa; lo que quiere De Guindos es escenificar su incansable actividad para salvar a España mientras el presidente del gobierno inaugura pantanos.
Lo mismo pretende hacer el ministro de Exteriores, García Margallo, cuyo activismo lo lleva a inventarse comunicados conjuntos con importantes socios europeos.
Desde fuera del gobierno, pero cerniéndose siempre sobre él, como gobierno en la sombra del propio partido, reaparece Esperanza Aguirre con  ese tono zarzuelero y muy de corrala madrileña que los analistas llaman "populismo". Carga ahora contra las mamandurrias con lo cual se postula como la alternativa a Rajoy en la dirección del partido, como aquella a quien no temblará el pulso para hacer los recortes a los que Rajoy no se atreve. Al propio tiempo, hablar de mamandurrias ajenas hace olvidar las propias, o eso piensa Aguirre cuya concepción patrimonial del poder político es evidente. No está claro, sin embargo, que vaya a salir limpia del proceloso asunto de Bankia.
Lo tienen todo calculado para sus intereses personales pero no saben nada de cuanto sucede fuera. Y de fuera vendrá quien pobre te hará.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).