dimarts, 28 de juny del 2011

Crónica de la revolución indignada (XII).

En medio de los medios.



Por la retirada del Diccionario franquista de la Academia


Se ha dicho muchas veces: el movimiento 15-M es muy mediático. Y no se ha dicho tantas, pero sus relaciones con los medios son muy difíciles porque los acusan de manipular, de falsear la realidad, de mirar por los intereses del amo y no por los de la verdad. Y hay mucho de eso, en efecto: esos medios generalmente de la derecha que no informan pero sí insultan, mienten, tergiversan, borran imágenes, manipulan y falsean los sacan de quicio. Quizá les interese saber que eso es lo que habitualmente hacen con todo lo que recuerde la izquierda: periódicos, radios, televisiones de la derecha que son de trinchera, dedicados a lanzar basura sobre lo que no sea el PP. El 15-M no es una víctima especial o singular. Por ello a lo mejor empieza a distinguir algo entre la derecha y la izquierda, en lugar de ofrecer esa imagen tan pasada y falsa de "no ser lo uno ni lo otro", como José Antonio Primo de Rivera.

No obstante, quizá para no verse forzados a reconocer que no todos los medios son iguales, así como tampoco lo son los políticos, los indignados suelen lanzar andanadas contra los medios más equilibrados y profesionales, acusándolos asimismo de manipulación. Estos se ponen nerviosos y acusan el golpe con mala conciencia. Así, la defensora del lector de El País dedicaba su reportaje del domingo al problema bajo el título Indignados con los medios en el que recogía las acusaciones "genéricas" del 15-M y, a modo de respuesta, pedía la opinión de tres personas cuyo criterio considera "de referencia", siendo dos directamente de la redacción de El País y el tercero columnista habitual del medio. Tiene gracia la cosa porque ¿qué van a decir los escogidos? Lo que la articulista quiere escuchar, una mezcla de simpatía paternalista con el movimiento, con una pizca de crítica por sus exageraciones y una clara seguridad de que el asunto no va con ellos que, aunque no lo parezca, están por encima de toda sospecha. ¿Autocrítica? Cero. ¿Sospecha de que la complaciente (y aburrida) imagen que tienen de sí mismos no sea ampliamente compartida? Ninguna. Estos chicos del 15-M no son pulgosos, como dicen los brutos de la derecha, pero les falta un hervor y, sobre todo, carecen de contactos, de solvencia (¡cómo les gusta esta palabra que tanto traiciona!) en los círculos mediocráticos que ellos controlan.

Eso no es manipulación; es análisis. Y, por si fuera poco, para hoy ya se anuncia una profunda reflexión del estamento pensante del medio que seguramente deslumbrará a la concurrencia a través de un análisis de la "transparencia" que, por supuesto, nada tiene que ver con las reivindicaciones en el mismo sentido del 15-M.

Deslumbrar es también lo que pretende hacer la academia a la que el mismo periódico ha ido a interrogar siempre en búsqueda desinteresada de la verdad, y a ver si le coge el tranquillo a esa hirsuta desconfianza de los indignados para con los héroes de nuestro tiempo (Difícil democracia sin líderes) y que parece haberse puesto de acuerdo para repetir, salvo contadas excepciones, como si fuera una novedad la cantinela que Palinuro viene entonando hace semanas: que si quieren ser eficaces, los indignados tendrán que adoptar formas orgánicas representativas. Lo de los líderes ya me parece patinar de plano.

La verdad es que, puesto a soltar vaciedades, el estamento profesoral tiene poco que envidiar al periodístico. Todo lo que no encaje en las pautas que juzga inamovibles no existe; o, si existe, no sabe lo que quiere; o, si sabe lo que quiere, no lo conseguirá porque no se adapta a lo que los opinantes tienen en la cabeza de antes de la llegada de internet. Sabemos que la nueva Constitución islandesa está haciéndose a golpe de mensajes en las redes sociales, pero no importa. Islandia no es España, cosa que es obvia y, por tanto, no tiene nada que enseñarnos, cosa que no lo es en absoluto.

El 15-M es pura esencia mediática, es espectáculo, es imagen, es el discurso del tiempo, es la masa organizada a través de las redes que genera su propia información y la hace circular allende las fronteras interiores (los intentos de exclusividad de los medios) y las exteriores. La red es lo real, es la redalidad si se permite el neologismo, que abarca lo visible y lo invisible y esta última parte, la invisible, es la que los análisis de los periodistas y los profesores olvidan precisamente por eso, porque es invisible. Pero es y constituye el mecanismo de seguridad más potente que tiene el 15-M: el amparo de los anonymous, ese entramado capilarizado en todo el tejido social, compuesto por gente desconocida, aparentemente anodina, pero que puede estar y de hecho está en todas partes, silenciosa, observando, gente que tiene acceso a todo tipo de información que las instituciones y las empresas consideran vital y reservada, conserjes, limpiador@s, secretari@s, oficinistas, becari@s, viej@s emplead@s de las casas de toda la vida. ¿Cuántos Bradley Manning hay en los ejércitos, en los centros de inteligencia, en los bancos y las grandes instituciones financieras? Ese intento de la policía de vincular Anonymous con el 15-M muestra que aquella no es tonta y sabe por dónde tiene que ir para resolver el problema: hay que buscar una cabeza al 15-M (¿no dicen los profesores que el problema es la falta de líderes"?) para poder servírsela en bandeja al poder político. Lo malo de la cabeza que ha encontrado es que no es una sino centenares, miles, y no hay bandeja en la que quepan todas.

Los indignados, el 15-M, es el aspecto visible, festivo, pacífico, mediático de un movimiento de hartazgo cebado en las catacumbas del nuevo imperio del capital. Reducir esto a un problema de falta de estructura orgánica de los indignados es padecer una miopía ideológica grave.

Especialmente cuando se observa una firme voluntad en el 15-M por no dejarse instrumentalizar por los partidos políticos que está empezando a sacar a estos de quicio. Los comunistas, los falangistas, todos creen que estos chicos del 15-M están repitiendo sus respectivos programas sin saberlo y se mosquean de que no les dejen guiarlos por los vericuetos de sus complejos razonamientos. Pero sobre esto se hablará mañana.

Por cierto, el 15-M sigue sin decir nada de la Iglesia, ¿no? Esto huele cada vez peor. A ver si lo de las catacumbas no va a ser sólo una metáfora. Dicen los indignados que hay que controlar, fiscalizar y reducir las subvenciones públicas a los partidos y los sindicatos. Y a la Iglesia, que es el partido de Dios, ¿no? Los cincuenta millones de euros que va a costar la visita del Papa, ¿están bien gastados cuando equivalen a los recortes en educación en Madrid?

(La imagen es una foto de Mataparda, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 27 de juny del 2011

Crónica de la revolución indignada (XI).


¿Qué pasa con la Iglesia?


Palinuro, que es un mal pensado, llamaba la atención en el post de ayer sobre la ausencia de cuestiones religiosas y/o eclesiásticas en el discurso del 15-M. Sobre éste se viene diciendo de todo y aquí se recoge buena parte de ello: que es un movimiento espontáneo, de la base social, por así decirlo; pacifista, democrático, con pizcas de desobediencia civil, asambleario, antipartidista o, cuando menos, apartidista; que funciona en las redes, que practica la ciberpolítica en un contexto postmoderno, que su organización es líquida en la idea de Baumann. También se oye decir que es un movimiento manipulado desde instancias conspirativas superiores, de las que no suele andar alejada la CIA. El villano preferido para esta función es la Fundación Everis, cuyo documento, Transformar españa quiere verse como un blueprint del movimiento indignado. Pero también suenan otros círculos diabólicos, como el club Bildelberg, que ocupa el lugar que dejaron vacante los sufridos sabios de Sión, ya que los seres humanos aman las "explicaciones" esotéricas. En esta perspectiva a pesar de todo teórica se me ocurre preguntar cómo encaja la revolución indignada, cada vez más extendida por Occidente, con la teoría del estado de excepción permanente de Agamben y compartida, si no me equivoco, por Zizek. No me parece que encaje en absoluto porque si cabe organizar acampadas, manifas, marchas, asambleas, sit ins, huelgas, referéndums, etc en un estado de excepción, ¡qué será cuando éste se levante! Fue cierto mientras duró; luego, la acción humana, impredecible e incontenible, se llevó por delante los esquemas teóricos.

Igual que está poniendo en tela de juicio, instituciones, convenciones, sabidurías admitidas que ya no se cuestionaban y en todos los órdenes sociales. En todos menos en el eclesiástico/religioso. ¿Por qué si el 15-M habla sobre cualesquiera aspectos públicos en España, desde la moral de los políticos a la Ley Hipotecaria, desde el sistema electoral hasta los beneficios de la banca, parece mudo en todo lo tocante a la Iglesia? Ayer Palinuro avanzaba la hipótesis de que, entre los muchos infiltrados en el 15-M (entendiendo por tal a todo aquel que participa en el movimiento pero tiene su lealtad última puesta en otra parte, en un partido, una asociación, una secta, etc) quizá los que hayan tenido más éxito sean los de la Iglesia. Pero esta es una explicación burda. No creo que la Iglesia envíe infiltrados al 15-M.

Otro intento podría ser que el 15-M se ocupa de cuestiones políticas, económicas y sociales y la Iglesia queda fuera. Pero esto es falso. La Iglesia es en España una potencia política (no hay real separación entre ella y el Estado), económica (sigue financiándose, contra lo acordado hace años, en cantidades astronómicas con fondos del Estado, sin contar el pico que recibe de la declaración de la renta) y social (controla mentes desde la educación en todos los niveles a los medios de comunicación que gestiona por su cuenta) y corresponsable por tanto de la situación en esos tres ámbitos al igual que las instituciones con las que colabora o a las que parasita.

Un discurso regenerador del sistema político español no puede ignorar el problema de la implicación política de la Iglesia. Y no puede porque esta Iglesia es muy militante y ultramontana y tiene pronunciado el vade retro a una serie de cambios sociales que forman parte del 15-M: el divorcio, el aborto, el control de la natalidad, la igualdad de derechos de las minorías, el matrimonio homosexual, la ley de muerte voluntaria asistida, la ley de libertad religiosa que los sociatas retiraron vergonzantemente amparados en la crisis, etc. Sin embargo, cualquier observador de los debates del 15-M podrá ver que estos avances tampoco se mencionan en el discurso de los indignados que, al parecer, no lo están con que se restrinjan derechos o se discrimine por razón de la opción sexual. Y eso no es posible. Es verdad que hay, a veces, alguna declaración de feminismo en el contexto del 15-M, pero ni por asomo tiene la importancia cuantitativa y cualitativa que tienen las reclamaciones más correctas, a pesar de tratarse de la perspectiva de género.

Son asuntos delicados en los que quizá no se cuente con la unanimidad con que se cuenta para las cuestiones políticas o económicas más tradicionales. A lo mejor no hay unanimidad entre los indignados en lo relativo al aborto. Y quizá tampoco acerca de si el movimiento debe meter a la Iglesia en el paquete de instituciones que hay que remodelar, junto al Parlamento, los tribunales de justicia y hasta los medios de comunicación. Sobre los medios, que ya comienzan a acusar recibo de las andanadas que lanza el 15-M, hablaremos mañana. Ahora estamos con la Iglesia, por cierto, el medio de comunicación más poderoso y permanente que han visto los tiempos.

No, no creo que la Iglesia necesite enviar infiltrados al 15-M como si fueran mossos disfrazados. No le hace falta. Probablemente muchos de los indignados son católicos que saldrán en su defensa. Tengo entendido, aunque es una información de oídas y sin confirmar, que en Sol no se aprobó una propuesta de Estado laico porque fue vetada por alguien de los acampad@s. En todo caso, la Iglesia que, de aquí a la visita del Papa va a hacerse cada vez más visible, audible y palpable (también habrá que hablar del alcance y significado de esa visita que tiene a monseñor Rouco a punto de levitar) no se priva de opinar sobre el 15-M. El mismo monseñor Rouco ha dicho en un par de ocasiones que los jóvenes del 15-M tienen problemas con su alma porque no conocen a Cristo. Curiosamente tampoco estas declaraciones, tan sorprendentes y pintorescas, han provocado respuesta indignada. En fin, es de esperar que no se hagan unos cursillos de cristiandad en Sol.

El 15-M ha explicado detalladamente por qué reduce sus reivindicaciones a un puñado de cuatro o cinco: por eficacia mediática (el personal no retiene los discursos prolijos) y por seguridad democrática, ya que son puntos que gozan de amplísimo apoyo, cuando no unanimidad. Pero todo es discutible en esta vida, incluso las propuestas de los indignados con tanto derecho a ser escuchadas como las de Palinuro que, muy escamado con el silencio eclesial de los indignados, brinda su propuesta en cuatro puntos tan claros como los del 15-M:

  • Reforma del sistema electoral.
  • Nueva Constitución.
  • Consulta popular acerca de la Monarquía o la República.
  • Denuncia del Concordato y separación definitiva de la Iglesia y el Estado.

Es un programa de mínimos máximos en un tiempo de crisis estructural.

(La imagen es una foto de Imamon, bajo licencia de Creative Commons).

Carta abierta al Rey.

Por la retirada del Diccionario franquista de la Academia



Señor: el artículo 62, j de la Constitución Española dice que usted ejerce el "Alto Patronazgo de las Reales Academias", entre ellas, claro es, la de la Historia. No queda claro el alcance de esa expresión de "alto patronazgo" pero es de suponer que no será tan alto que no pueda ver lo que acaece en la tierra. Es de suponer asimismo que comportará una misión de velar por el lustre y el buen nombre de estas reales instituciones que para eso nacieron bajo la advocación de sus antepasados en el trono de España y para eso a su vez ellas dan "lustre" a la materia de la que se ocupan, sea la lengua, las ciencias morales y políticas, las Bellas Artes o la Historia. Y estará usted de acuerdo con nosotros en que según un principio de lógica universalmente admitido, nadie puede dar lo que no tiene. Lo deslustrado no puede dar lustre y la Real Academia de la Historia ha perdido el suyo.

Ese "nosotros" del párrafo anterior no es un plural mayestático como el que usted puede utilizar sino que se refiere a la colectividad de quienes componemos la página de Facebook Retirad el libelo franquista de la Academia, con 2.247 adhesiones hasta la fecha. En dicha página pedíamos que la Real Academia de la Historia retirara el Diccionario Biográfico Nacional por enaltecer la dictadura de Franco y que su director dimitiera. Elevamos una petición al Congreso solicitándolo. El Congreso detuvo el diccionario y obligó al nombramiento de una comisión de historiadores con inclusión de un independiente externo para revisar las entradas más claramente encomiásticas y hagiográficas de Franco y sus secuaces. Pero no pidió la dimisión del director de la Academia don Gonzalo Anes.

Sin embargo, en la página de Facebook arriba mencionada creemos que la primera consecuencia de la decisión de retirar el diccionario y enmendar la plana a unos historiadores y biógrafos que han actuado como sectarios debiera haber sido la dimisión del director de la casa en la que se ha perpetrado el desaguisado. Y ello no es un capricho de obstinación e injusticia de quienes son incapaces de entender los muchos méritos del señor Anes en otros momentos de su vida o bien tan inmisericordes que no les importe arruinar una reputación a causa de un accidente o error fácilmente enmendable. Nada de eso.

Desde el comienzo del escándalo de ese malhadado Diccionario, el señor Anes salió en defensa del producto y de los autores de las entradas ideológicas, minimizó las críticas, se mofó de los críticos, afirmó incluso con petulancia las virtudes del diccionario del que llegó a predicar las más absurdas como que su contenido se acogía al derecho a la libertad de expresión, sembró dudas sobre el compromiso democrático de quienes lucharon contra el franquismo. Es decir, desde el principio hasta el final, el señor Anes se ha hecho responsable del diccionario y, aunque haya acatado la decisión del Parlamento porque a la fuerza ahorcan, aún no se le ha escuchado una sola crítica al hacer de unos historiadores que faltaron tan clamorosamente a los deberes de su oficio.

Es evidente, por el comportamiento del señor Anes, que el Diccionario, lejos de ser una obra bienintencionada en la que se hubieran colado algunas erratas, formaba parte de un proyecto deliberado de re-escribir la historia de España en clave de los sublevados en julio de 1936, de los vencedores de la contienda civil y de los responsables de una dictadura que duró cuarenta años. En clave favorable, partidista. En clave de sectario de un régimen que muchos consideramos asesino y genocida.

Como sabe usted hace años que se ignora y aún hoy, con una Ley de la Memoria Histórica en vigor, sigue sin reconocerse enteramente el derecho a la memoria histórica de los descendientes de los vencidos en la guerra civil. En ese contexto es más que una broma de mal gusto, entra en la provocación pretender consagrar la memoria de los vencedores en un documento público sufragado con el dinero de todos; de los vencidos también. Al respecto, el Diccionario incorpora un atropello similar al del Valle de los Caídos, perpetrado medio siglo después. Y el responsable último de esa provocación es don Gonzalo Anes.

Por todas estas consideraciones solicitamos de usted que tenga a bien ejercer su facultad como Alto Patrono de la Real Academia de la Historia e indique a su director que interesa al buen nombre y lustre de la Academia su fulminante salida de un puesto que no ha sabido desempeñar.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 26 de juny del 2011

Crónica de la revolución indignada (X).

Más sobre la movilización permanente.

La revolución del 15-M sigue su curso en pro de un objetivo estratégico claro y rotundo de cambio del sistema político condensado en la expresión Democracia real ¡Ya! Pero con tácticas cambiantes, espontáneas, improvisadas, muchas veces producidas por una acción de la autoridad y siempre decididas y organizadas en las asambleas y en la red. Un solo objetivo estratégico y tácticas postmodernas. Lo único seguro, fijo y cierto en éstas es su carácter pacífico. Como en tiempos de Gandhi o de Martin Luther King, la enorme fuerza moral del movimiento, radica en la no violencia. El espíritu de David H.Thoreau revolotea sobre España de la mano de ese viejo combatiente por la France libre, Hessel.

La no violencia permite plantear los debates de más enjundia en el foro público. Como en todo proceso revolucionario (así sucedió en la revolución inglesa del siglo XVII y en la americana y francesa del XVIII) los indignados son una máquina de formular propuestas, cuestiones, consideraciones. Han inundado el país de declaraciones y manifiestos y han mostrado el rostro de los adversarios que pretenden reducir: los mercados, los organismos financieros internacionales, la Unión Europea del capital, los banqueros, los políticos y unas leyes e instituciones que permiten injusticias tan flagrantes como que la entrega de la vivienda no cancele la hipoteca.

Curiosamente, por cierto, no se ve ni escucha nada en relación con la Iglesia, con la aconfesionalidad del Estado, con las relaciones entre éste y la Iglesia. ¿Me lo malicio sin motivo o el 15-M es mudo en asuntos religiosos? No he visto indignados en las increíbles procesiones del Corpus en las que el Estado pasea por las calles del brazo de los curas en celebración de la fiesta sacra de la Iglesia por excelencia. Y eso que según nuestro patriarca Max Weber ya en su época habíase dado el desencantamiento de nuestras sociedades. En España la sociedad sigue tan encantada como en los tiempos de la batalla de Clavijo, prez y honra de la Raza. Aquí, en donde, con un gobierno socialista, sigue en vigor el Concordato de Franco de 1953, aunque es anticonstitucional. Y no recuerdo haber leído nada de los indignados acerca de esta situación. A ver si resulta que la Iglesia tiene infiltrados en el 15-M y con más éxito que los de los partidos políticos.

La revolución indignada procede mediante lo que Palinuro ha llamado movilización permanente. Los indignados saben que en la sociedad mediática tienes que asegurarte la primera de los periódicos y la apertura de los telediarios si quieres sobrevivir. Cuentan con los recursos humanos necesarios para hacerlo porque se trata de jóvenes voluntarios que, sin duda, en su mayoría están en el paro, con lo que disponen del tiempo necesario para hacer marchas de meses o acampar en quincenas. Esta es claramente una consecuencia no querida de la existencia del paro en la sociedad capitalista. Mientras los parados son el "ejército de reserva", sirven para presionar los salarios a la baja y están en interés del capital; pero si se convierten en indignados, que proponen un cambio de sistema político y, en parte económico, el asunto ya tiene otra pinta.

La acción revolucionaria del 15-M requiere tiempo, que muchos jóvenes tienen en abundancia para proceder así al montaje de acciones contestarias que dupliquen la realidad. Si los candidatos electos acuden a solemnes tomas de posesión, los indignados las escenifican en las calles en esos mismos momento. Si el Congreso se dispone a celebrar el debate sobre el estado de la Nación (o del estado del Estado) los indignados preparan un debate alternativo en la vecindad del Legislativo. Esta práctica recuerda los foros sociales alternativos de los alterglobalizadores: happenings a las puertas de un cónclave, con efecto mediático acentuado por la frecuente irrupción de la violencia, cosa que el 15-M ha conseguido eliminar. Lo bueno de tratar la realidad como si fuera doble es conseguir que el adversario juegue en nuestro campo. Será imposible que los diputados puedan eludir la cuestión del 15-M durante el debate. Y si no lo eluden tendrán que decir qué les parecen las propuestas de los indignados, singularmente la de reforma del sistema electoral.

El movimiento no sólo es proteico, sino que como la Hidra de Lerna, tiene múltiples cabezas, si bien no son venenosas. Ayer salió de Barcelona la columna de indignados que planea recorrer a pie la distancia hasta Madrid para llegar a la capital el día veintitrés de julio en confluencia con otras tres columnas desde otros puntos de la geografía. Quien diga que la política es aburrida no sabe lo que dice. A ver quién hace el primer chascarrillo sobre la quinta columna, que ya empieza a asomar la cabeza en Facebook, como los pacos lo hacían en los tejados de las casas del Madrid de la guerra, aunque ahora las tornas se han cambiado: los que vienen son los míos. Los setenta u ochenta caminantes de la columna (que esperan incorporaciones por el camino) invertirán un mes lunar en recorrer los 600 kilómetros a razón de veintiuno diarios. Este es un gesto lleno de simbolismo indignado.

El signo del siglo es la velocidad, la rapidez, lo instantáneo. Los gobiernos tratan de abreviar los tiempos de desplazamiento, especialmente entre Madrid y Barcelona: la autopista A-2 con su variante de peaje hasta Guadalajara, el puente aéreo, el AVE. Se trata de ir por la mañana y regresar por la noche del mismo día, en el último vuelo de la jornada al que llaman el golfo, adivínese por qué. Pues los indignados, que a todo ponen reparos, invierten una luna en llegar a la Corte. Si el debate alternativo en Madrid es un sit down típico de los sesenta, las columnas convergentes son marchas como las de los derechos de los negros, por ejemplo, también de aquellos años, una muestra de la política on the road. El 15-M aborda la acción política con unas dosis de imaginación e inventiva que están interesando a todo el mundo en el debate público que, hay que repetirlo, es el caldo de cultivo de la democracia.

Hasta la fecha sólo se ha negado a debatir nada la derecha, especialmente la extrema derecha, para la que los indignados no son más que una cuadrilla de delincuentes pulgosos. Además de agredir verbalmente, la reacción trata de empantanar la acción política del 15-M en enredos judiciales, a base de querellas. Será interesante ver cómo se hostiga procesalmente un movimiento acéfalo, espontáneo, anónimo, cambiante y cómo este movimiento se defiende y contraataca si cree que merece la pena hacerlo.

(La imagen es una foto de Mataparda, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 25 de juny del 2011

Crónicas de la revolución indignada (IX).

Hasta Bob Esponja


Tiene gracia la imagen, aunque no sé si es muy apropiada. Bob Esponja es un buen chico y, aunque el señor Congrejo lo explote en el Krusty Krab como si fuera una dependienta de Wal Mart, acaba consiguiendo siempre una liberación por la vía del marxismo de los hermanos Marx. Y no sé si está indignado. Pero es estupendo que los indignados lo empleen como uno de los iconos del movimiento ya que es ubicuo. Tanto como el propio movimiento. Por cierto, no sé cómo se tomará el creador del famoso monigote que los indignados se valgan de su imagen; digo, a los efectos de los derechos consabidos. En el 15-M hay, creo, un ambiente favorable a la piratería. De hecho, en parte, su origen está en la movida en la red en contra de la Ley Sinde. Supongo que se habrá pensado en esto y en el mejor modo de resolver el conflicto que puede crearse al emplear una imagen que es producto del trabajo de otro al que, cuando menos, habrá que citar.

El 15-M está ya en todas partes. Ayer Palinuro decía que en el PSOE hay un sentimiento de simpatía hacía los indignados y resulta que uno de sus militantes en Extremadura me ha remitido un manifiesto que han colgado en la red abierto a las firmas de otros militantes, pidiendo, entre otras cosas relacionadas con una reanimación democrática de su partido que éste haga suyas muchas de las reivindicaciones del 15-M. Naturalmente. Es lo menos que cabe esperar del PSOE a fuer de partido democrático con una tradición de la que no puede olvidarse que él, como partido, empezó de modo muy similar al 15-M, esto es, como una organización extraparlamentaria. A juicio de Palinuro lo más interesante que podría hacer el PSOE es abanderar una reforma electoral que fijara como objetivo último llegar a un sistema calcado del alemán, uno de los más proporcionales del mundo.

Decía también ayer Palinuro que la actitud de la derecha frente al 15-M es de furibunda hostilidad. Aquí hay que hacer una salvedad y no sé por qué lado: Falange Española de las JONS dice estar del lado del 15-M en una catarata de afirmaciones nacional-sindicalistas con puntos socialistas, ecológicos, en fin, el habitual batiburrillo ideológico de los que se pasaron cuarenta años hablando de una revolución pendiente. Y llevan setenta y dos. Los de los muertos en las cunetas.



Por último, el 15-M es una realidad proteica. A veces toma la forma de acampadas, a veces marchas, a veces actuaciones de Anonymous, como esa declaración dirigida a los tertulianos y mamporreros del corporativismo mediático. Hoy, cuando todos los políticos cortejan los medios de comunicación, ¿se quiere una prueba más palpable del carácter nuevo del 15-M que ese ataque a los medios? ¡Que habilidad tiene la gente para dar la vuelta a las consignas basadas en sesudas cavilaciones! Por ejemplo la convicción acerca de la inmensa capacidad de manipulación de los medios. Al borrar manifestantes con Photshop, como hizo La Razón o emplear las imágenes de Atenas para informar de Madrid, con el fin de engañar a la audiencia sobre falsos hechos violentos, como hizo Telemadrid, los medios se alinean con esa policía capaz de enviar provocadores a las manifas para iniciar alborotos que justifiquen luego la represión, se convierten en sicarios del poder; efectivamente, en mamporreros. Su capacidad para embaucar a la gente desaparece y su utilidad como empresas y armas del poder contra la democracia, también.

(La imagen es una foto de Ana_Rey, bajo licencia de Creative Commons).

La venganza de Galatea.

Mi amigo Iñaki Errazkin, alma del periódico digital Insurgente, como no puede parar, y aprovechando que se ha quedado como el marinero en tierra de Alberti, se ha metido a editor. Editor de libros de papel, muy probablemente porque, como todo romántico de la izquierda, es un enamorado de las causas perdidas. ¡Ah, el papel! ¡La imprenta! Los libros, símbolo y vehículo del saber. Las viejas bibliotecas. El yunque y el libro figuraban en el escudo primigenio de la UGT. A la liberación por la lectura. Ahora todo eso es tema de llanto por la desaparición de un mundo. El papel cede a la pantalla y los libros pertenecen al mundo de lo que fue, sustituidos por los e-books.

Por eso se ha puesto Iñaki a editar y, como si fuera un habitante del mundo de Farenheit 451, la editorial lleva un título que ya incorpora una paradoja, Ediciones clandestinas. Lo que se edita se hace público y, por tanto, deja de ser clandestino o es el resultado de una clandestinidad que se publicita. Para la izquierda la clandestinidad muchas veces es un punto biográfico.

Las ediciones clandestinas se estrenan con una novela de Koldo Campos Sagaseta, un escritor de cuya abigarrada existencia a lo largo de varios países da cuenta la contraportada de la obra. Merece la pena leerla porque así se entiende muy bien la novela que, por lo demás, está narrada en primera persona y de modo muy realista. Koldo publica con regularidad en Insurgente y sus artículos, muy gratos de leer, revelan a un verdadero cascarrabias. Un cascarrabias con grandeza y señorío que es una mezcla de estoico y epicúreo con lo cual aparece siempre en conflicto consigo mismo porque no puede disfrutar de la vida, pero tampoco se resigna. Trasládese lo anterior a una ciudad de provincias (o de territorio histórico) en donde discurre la vida de Pedro, un cincuentón que se gana la vida frente a un monitor de vigilancia de un supermercado, vive con su madre y no soporta a su hermano, que ha triunfado, aunque no estoy muy cierto de si se dice en qué. Estamos tan absorbidos en la vida del personaje que no perdemos el tiempo con los secundarios.

Es el caso que la historia es una especie de interpretación del mito de Pigmalión, con variantes, claro. El hombre y la estatua que cobra vida, con un final sorprendente que no revelaré aquí porque éste es un blog perteneciente a la liga antispoiling. Tiene además carácter simbólico porque la estatua que da nombre a la novela (más nivola en el sentido unamuniano) es un monumento a la Esperanza lo que, por vía indirecta, incorpora al mito de Pigmalión el de Pandora.

La narración lo es de un tiempo que parece futuro pero es un presente caricaturizado, con una ambientación a medio camino entre Soylent Green y Blade Runner: las docenas de cuerpos de policías especializados en distintos cometidos ya existen, como existen fiscalías especializadas, una red de controles y represiones, una vigilancia permanente y atosigadora en un mundo que es un basurero, en el que no se puede ni respirar. Dos o tres pinceladas humanizan algo la frialdad utópica del relato: el desbarajuste que se da en el super cuando una banda organizada lo asalta y donde el viejo vigilante de su domicilio pierde la oportunidad de ascenso de su vida y ese local de jazz oculto en alguna noche, al que Pedro acude a charlar con el comprensivo propietario que es algo así como la contraparte dialéctica de su jefe, un imbécil adicto a las estadísticas.

Hay mucho teatro en la novela de Sagaseta. Teatro de arte dramática, porque sus personajes se identifican siempre por lo que dicen, tienen que definirse porque en el teatro carecen de un novelista por detrás que interprete sus palabras. En este caso el novelista es dramaturgo y construye su relato como una sucesión de cuadros pero lo hace a tal velocidad que parecen una secuencia aunque una secuencia llena de reflexiones. Ana, la Galatea del relato, es el producto del espíritu de Pedro, su sueño o alucinación que acaba destruyéndolo, una quimera que, aunque involuntariamente y advirtiéndoselo, juega con él como la esfinge, que también es una estatua, con el infeliz paseante. ¿Por qué? Por amor. La estatua es una novela de amor. Vaya por Dios con el cascarrabias.

divendres, 24 de juny del 2011

Crónicas de la revolución indignada (VIII).

El 15-M y la izquierda

Merece la pena reflexionar sobre la relación entre el 15-M y la izquierda. Hay en el movimiento de los indignados factores antipartidistas y antipolíticos que pueden prestarse a equívocos. El más típico, el de la política para los políticos, que son todos iguales, dándose a entender que iguales de marrulleros, poco de fiar y hasta un poco mangantes. Es la actitud de quienes dicen de sí mismos ser "apolíticos" que mayoritariamente derrapan por la derecha. Pero es un factor sin mayor importancia en el movimiento que tiene clara conciencia de ser un movimiento típicamente político, se diría que noble y expresamente político desde el momento en que activa el debate público, abierto, democrático, sobre los problemas de la polis. De este modo carece de interés considerar las relaciones entre la derecha y el 15-M; no las hay salvo que se considere tales la agresión permanente al movimientos: sediciosos, piojosos, guarros, gamberros, okupas, guerrilleros urbanos son algunos de los calificativos que merecen los indignados en el espacio público de la derecha. Las referencias rezuman irritación, asco, odio y corren a una con la permanente exigencia de que las fuerzas de orden público limpien las calles de esta escoria humana que abuchea cacerola en mano a los legítimos representantes del pueblo en sus diversos niveles.

La cuestión se plantea en las relaciones entre la izquierda y el 15-M porque entre ellos hay evidentes paralelismos de discurso. Si no los hay, es porque la izquierda socialista se ha dormido en los laureles y se ha olvidado de sus reivindicaciones de origen, centradas en la lucha por la igualdad, la justicia social, la democracia y el socialismo. Pero, como están ahí, regresan con la memoria y hoy ya es claro que la reacción del socialismo al 15-M es muy distinta, incluso opuesta, a la de la derecha. Una prueba más de que no son, que no pueden ser, iguales. Aunque hay socialistas relevantes de orientación conservadora, como José Bono, empeñado en leer la cartilla a los indignados, en pedirles que dejen trabajar a los diputados y que, si acaso, aprendan maneras, también los hay pragmáticos y con mayor sensibilidad, como Rubalcaba para quien hay que escuchar a los indignados pero sin regalarles los oídos, una recomendación que destila experiencia y temple de político y negociador nato; alguien dirá que de conspirador nato. También, ¿por qué no?


Digresión sobre la conspiración

Hay que reivindicar la estética de la conspiración que ha quedado muy tocada con esa manía tan extendida de llamar teoría de la conspiración a cualquier conjunto de sandeces siempre que se envuelvan en algo de misterio. Y no es así. La conspiración es siempre una actividad intelectualmente complicada, que dice ser una cosa pero es otra que vive en dos realidades distintas, la que es y la que ella misma crea. Y recuérdese que la historia no es más que una sucesión de conspiraciones, triunfadoras a veces, como la conspiración de los termidorianos para acabar con el Comité de Salud Pública; otras fracasadas como la Conspiración de la Pólvora de los católicos para volar la Cámara de los Comunes; unas bien reales, como la conspiración de los Idus de marzo; otras imaginarias como la conjura de los sabios de Sión; unas de los nobles del terruño, como la Fronda contra Mazarino; otras de los aristócratas románticos, como la Voluntad del Pueblo de los rusos; y otras de los trabajadores, como la Mano Negra andaluza. En fin que la conspiración es el motor mismo de la historia y por eso no es hacerle de menos llamar conspirador a Rubalcaba, sobre todo en el país de Aviraneta. Fin de la digresión.


Junto a esas dos reacciones, en el PSOE también hay una fuerte corriente de simpatía hacia el 15-M y no sólo entre los seguidores de Izquierda Socialista. Hay muchas afinidades electivas. Todo ello ha actuado para que fuera precisamente Rubalcaba, en el difícil puesto de ministro del Interior, quien impusiera su criterio de no enfrentarse al 15-M solamente como una cuestión de orden público ni utilizar la fuerza para reprimir. Eso tiene su mérito, porque ha sido un difícil equilibrio que, al final, ha beneficiado a todos. Es decir, la actitud del PSOE frente al 15-M y como partido de gobierno que es, es muy aceptable. Como lo es la disposición del Parlamento a escuchar a los indignados. Una sociedad democrática tiene que funcionar así, dialogando.

A la izquierda del PSOE hay otras organizaciones de distinto peso que orbitan de un modo u otro en torno al 15-M como gira la polilla frente a la candela porque, en definitiva, el movimiento es lo más importante que ha pasado en nuestra sociedad y tiempo y es muy difícil que no lo vean como la realización práctica de sus pronósticos y profecías sobre el destino del capitalismo y las nuevas formas de la lucha revolucionaria. Al respecto es inevitable que estos partidos traten de influir, orientar y, en definitiva dirigir un movimiento que no es suyo pero con cuyos objetivos en buena medida coinciden. Y así, en lugar de preguntarse por qué la gente no se afilia a los partidos pero secunda masivamente los objetivos cuando estos los enarbolan formas espontáneas de organización que no son las de siempre, los partidos tratan de conseguir mediante la influencia en el 15-M lo que no consiguen en las urnas presentándose a las elecciones por su cuenta.

Por fortuna las gentes del 15-M parecen poseídas de una santa desconfianza y recelan de todo lo que sea política de partido. Quien más trata de acercar la suya a los indignados, Izquierda Unida, sólo puede hacerlo mediante la actividad personal de sus afiliados ya que la coalición como tal no es bien recibida; no por ser de izquierda o dizque unida sino por ser coalición. Ni un emblema de Izquierda Unida había en la manifa del 19-J, ni una bandera roja. IU y Los Verdes se juran amor eterno al menos hasta las generales de 2012 y asumen los retos del movimiento 15-M. No sé si entiendo bien el término "asumir" pero está claro que lo hacen desde fuera. La alergia de los indignados a las organizaciones tradicionales se da en otros órdenes. Debaten ahora sobre qué convocarán para el próximo quince de octubre (seguro que hay algún ingenioso que escribe un artículo sobre el otoño caliente), si un referéndum o una huelga general. El caso es convocar algo. Lo del referéndum, teniendo mucho más significado político, se me hace muy improbable. La huelga general resulta más verosímil. ¿Y quién la convoca? Se huye de CCOO y de UGT y se busca un sindicato minoritario, algo así como la CGT, supongo, para que quede claro que es el 15-M quien convoca. Y nada menos que una huelga general, el arma definitiva de lucha de la clase obrera. Los anarquistas, los socialistas, los comunistas soñaban con ella, la dejación total del trabajo, quizá el silencio que preludia el estallido de la tormenta revolucionaria. Espero que el sindicato minoritario sepa negociar las cuestiones esenciales, como los servicios mínimos, y que el 15-M esté en situación de garantizar lo negociado.

(La imagen es una foto de Oscar Picazo, bajo licencia de Creative Commons).

Corpus en Toledo.

¿Alguien creía que España singlaba los mares de la modernidad? Es una modernidad tradicional. Toledo, que será capital europea de la cultura si no lo ha sido ya, junio de 2011, procesión del Corpus por las estrechas calles del casco viejo, el Santísimo en exposición en la lujosa custodia en andas volandas rodeado de cirios e incienso, mientras desde los balcones profusamente rojigualdrapeados se derrama lluvía de pétalos de rosas que descienden a las viriles cadencias del cornetín de órdenes y los sones del himno nacional, interpretado por la banda militar que desfila en uniforme de gala, seguida por las fuerzas vivas, redivivas y de manos muertas de la vieja ciudad. Los de toda la vida. Los de las tradiciones nuestras, que dice Cospedal, a quien podemos admirar prácticamente en éxtasis teresiano en la imagen, sencillamente enjoyada, portando peineta y mantilla en la más recia tradición nuestra. Supongo que es la forma castiza de dar las gracias al Señor por haber ganado las elecciones a esos satanes de extrema izquierda del PSOE.

¿Y algo más? Ciertamente la imagen es asimismo la quintaesencia de la España profunda: la mezcolanza de las fuerzas civiles, militares y religiosas en el gobierno de la vida. O sea, la biopolítica hispánica que, como siempre, es profundamente tridentina: trono, altar y cuartel. Los pilares de la sociedad española recuperados de la turbamulta relativista bajo la exposición de la Sagrada Hostia, el cuerpo de Cristo, en sí mismo un milagro capaz de hacer milagros en cualquier momento. Y ocupando los principales espacios públicos en la ciudad, que no va a ser ese privilegio reservado a los pulgosos del 15-M.

Téngase en cuenta que este hontanar profundo de la raza que Cospedal tan dignamente representa viene de muy atrás en la historia. El artículo 12 de la celebrada Pepa, la Constitución de 1812 decía que: la religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohibe el ejercicio de cualquiera otra. (El subrayado es mío). Cospedal está en casa; los que estamos en casa ajena somos quienes creemos que la expresión única verdadera tratándose de una religión carece de sentido. Y lo bueno es que no solamente está en casa de mantilla y peineta en Toledo sino en el club Bilderberg hace unos días, codeándose con la élite postmoderna mundial. Alguien está preparando a esta especie de heroína de Hoffmann para más altos vuelos. ¿Quién dijo aquello de que creíamos haber dejado atrás el pasado y lo teníamos delante?

(La imagen está tomada de la portada de Público de hoy).

dijous, 23 de juny del 2011

Crónicas de la revolución indignada (VII).

Adquiriendo respetabilidad

Hay que felicitarse de que el 15-M se haya convertido ya en objeto de atención y debate en el Congreso de los Diputados. Felicitarse efusivamente. Felicitarnos todos porque, quién más, quién menos, como colectividad o comunidad estamos dando prueba de una notable madurez. Basta con comparar las calles de Madrid con las de Atenas. Verdad es que en Grecia la situación es muchísimo peor y mucho más injusta que en España, pero es muy de celebrar que en España se haya evitado el recurso a la violencia y que ésta se haya extirpado en el puro brote. Este pacifismo y la manifa del 19-J han llevado el discurso de los indignados al Parlamento en donde se ha votado por unanimidad prestarle oído y debatir sobre su contenido. No me cansaré de repetir que el 15-M ha probado fehacientemente que no está hecho de sediciosos ni de "mastuerzos" y no lo haré porque tengo la esperanza de que Savater se explique o reconozca que fue injusto.

Muchas de las reivindicaciones de los indignados tienen un apoyo social prácticamente generalizado; lo dicen las encuestas; se escucha en cientos de tertulias; se sigue de los análisis de decenas de expertos; lo reconoce la mayoría de los políticos. Frente a esta autenticidad de contenido, ¿es tan importante que no se formulen de forma ordenada, sistemática que, como dice Rubalcaba, puedan ser contradictorias o como señala Jáuregui sean en parte irrealizables? Las reivindicaciones están formuladas: sistema electoral proporcional de verdad; medidas eficaces contra la corrupción pasada, presente y futura; restricción de los privilegios de los políticos; ley de dación en pago; revisión de la gestión política de la crisis, etc. Luego corresponde al poder legislativo, que es la sede de la soberanía popular y el supremo poder del Estado, darles forma, convertirlas en decisiones operativas. En una palabra, legislar.

Porque esta es una revolución de nuevo tipo, una que no cuestiona la legitimidad de las institcuiones pero quiere que, además de legítimas, sean eficaces en el logro del bienestar de la población. El movimiento tiene una entidad, consistencia y fondo muy superiores a los de eventuales algaradas o episódicos estallidos de protesta por asuntos concretos. Señala, sí, los asuntos concretos, pero los considera en el contexto general del sistema democrático e, incluso, de la Unión Europea, aunque esto esté aún en mantillas.

Que el 15-M ha dado un salto considerable en respetabilidad se ve igualmente en la visita que nos ha hecho Hördur Torfason, el islandés que inició en 2008 la protesta en su país que obligó al Gobierno a dimitir, así como al consejo de administración del banco central y de la autoridad monetaria, que ha puesto en marcha un nuevo proceso constituyente muy democrático y que ha conseguido que el presidente del Gobierno dimitido responda por su gestión ante los tribunales. Y este hombre dice que alucina con el grado de organización del 15-M, sin dejar de recordar que Islandia tiene trescientos mil habitantes y España cuarenta y cinco millones. Lo que nosotros llamamos madurez del movimiento.

El 15-M parece haberse preparado por acciones espontáneas aisladas anteriores que se fueron coordinando en torno a las elecciones del 22 de mayo, al decir de Javier Pradera en De dónde vienen los indignados, lo cual es muy verosímil. Esa coordinación ha sido posible gracias a internet. Innecesario reiterarlo, la revolución indignada es una ciberrevolución. El espontaneísmo que Rosa Luxemburg o Anton Pannekoek atribuían a los obreros se ha extendido al conjunto de la población que, de momento, se organiza asambleariamente en puntos centrales, por barrios y que pronto lo hará en las universidades, los centros de trabajo, etc. ¿Por qué no en los deportes? El gesto de Pau Gasol, que le ha costado una especie de linchamiento moral de la derecha, es muy simbólico y significativo del grado de penetración y apoyo social de los indignados.

Es una revolución respetada de gente respetable y con demandas de gran calado. Probablemente la que lo tiene mayor es la petición de una nueva Constitución. Realmente el Congreso ha estado muy ágil, pero la tarea que le espera es ciclópea y, además, bajo un escrutinio popular permanente y muy directo. Por eso Palinuro reitera su criterio de que si el Congreso consigue aprobar una reforma del sistema electoral a tiempo para celebrar con él las elecciones de 2012 habrá hecho mucho. Quizá sea, incluso, mucho pedir. En tal caso, no estaría de más que si las elecciones han de hacerse con el sistema electoral hoy vigente, los partidos se comprometan en firme a reformarlo como primera providencia de la legislatura. A este y similares compromisos tendrán que llegar, especialmente la izquierda, porque el debate político extraparlamentario ha demostrado ser tan importante como el parlamentario; en algunos aspectos, más.

(La imagen es una foto de Henrique_Pf, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 22 de juny del 2011

¿Por qué debe dimitir el director de la Real Academia de la Historia?

Por varias razones.

  • Primera. Por no hacer los encargos de las voces en una obra tan importante como el Diccionario Biográfico Nacional (DBN) con los debidos ecuanimidad, celo y objetividad, sino guiándose por criterios de amiguismo y fulanismo.

  • Segunda. Por no haber vigilado, controlado y filtrado los trabajos que se le entregaban de forma que el DBN se imprimió sin que el director de la Academia, según propia confesión hubiera leído las entradas más delicadas, como la de Franco.

  • Tercera. Por haber hecho una chapuza en su conjunto en la que no sólo está mal la entrada de Franco sino prácticamente todas las relativas a la guerra civil y la transición lo que revela que no se trata de errores sino de un intento deliberado de falsear la historia de España hecho por... "historiadores".

  • Cuarta. Porque mintió a la opinión pública cuando dijo que la entrada sobre Franco la había pedido para sí el franquista Luis Suárez siendo así que éste asegura que fue la propia Academia la que se la encargó.

  • Quinta. Porque, en su intento de salvar su pellejo como incompetente director de la Academia, recurrió a argumentos falsos y sofistas pensando, probablemente, que estaba dirigiéndose a un auditorio de imbéciles, como que en la Academia no se censura a nadie o que el DBN es un monumento a la libertad de expresión, como si un diccionario fuera un panfleto o una obra de debate.

  • Sexta. Porque hundiéndose más y más en la inmoralidad, Anes pretendió mancillar el honor ajeno para salvar el propio, que ya no tiene salvación, a base de decir que todo el que juró obligado fidelidad a los principios fundamentales del Moviento Nacional en tiempos de Franco fue colaboracionista cuando es obvio para quien actúe de buena fe que sólo los juramentos voluntarios obligan, como también obligan las adhesiones igualmente voluntarias y sin juramento que se hagan muerto el dictador; por ejemplo, la del propio Anes y otros franquistas ladinos que han intentado engañar a la gente de forma tan tosca.

  • Séptima. Porque, engallado como todos los franquistas cuando creen que pueden quedar impunes en sus fechorías, se atrevió a descalificar como inquisitoriales a los ciudadanos que tuvieron la conciencia y el coraje cívico de manifestarse frente a la Academia en demanda de una rectificación.

  • Octava. Porque, par dessus le marché ha hecho declaraciones machistas que ha puesto a diversos colectivos en pie de guerra que asimismo exigen su dimisión. Es bastante probable que, si se leen con atención las declaraciones de Anes, no contengan esa carga machista sino que la expresión que utiliza de "por desgracia" tratara precisamente de que no sonaran machistas. Es muy posible. Pero, llegados a este punto en que todo lo que este hombre dice se mira a la luz de su inaceptable comportamiento y en que no se ha molestado en desmentir ese supuesto machismo, ésta es una nueva carga para él.

  • Novena. Por hacer el ridículo. El ridículo más completo, absoluto y carpetovetònico que quepa imaginar. Según tengo entendido, Anes presentó los veinticinco primeros volúmenes del DBN con pompa y boato borgoñones, flanqueado por dos ilustres hispanistas anglosajones y en presencia de los Reyes de España, es decir, hizo el ridículo por partida doble: quedó como un patán a ojos de los Reyes y como un español chapuzas a ojos de los anglosajones.

    Podría aducir más razones de por qué Anes no debiera seguir siendo director de nada en España pero con las citadas habría de bastar, a mi modesto entender, para que se fuera a su casa y no saliera de ella en una temporada. Lo suyo no ha sido un error o un despiste sino un acto deliberado de mala fe de falsear la historia de España para engañar a sus coetáneos (que han financiado su bodrio) y a las generaciones futuras. Lo que se dice una persona indigna. Para firmar:

    Por la retirada del Diccionario franquista de la Academia

    (La imagen es una foto de FDV via Wikimedia Commons).

Crónicas de la revolución indignada (VI).

Primeras grietas en el bastión del sistema.


Por fin parece que el Congreso da el paso que Palinuro lleva quince días pidiendo: reconocer la existencia del 15-M como un elemento político, no un asunto de puro orden público, como un factor discursivo capaz de formular peticiones que merecen atención. Ha sido una propuesta de mínimos, pero se ha aprobado por unanimidad y pide que se acelere la presentación del proyecto de Ley de Transparencia y que, en su debate, se indaguen formas de mejora y profundización de la democracia. Sin el 15-M esto no se hubiera producido.

La propuesta original, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), era más del gusto de Palinuro pues pedía crear ya una subcomisión parlamentaria para tratar la mejora de la democracia, para entendernos. Pero esta idea no tenía suficiente apoyo y fue necesario retirarla y conformarse de momento con la primera en el entendimiento de que tambièn se aprobará, llegado el momento, la subcomisión. Este órgano es el que permitirá que sean los mismos indignados quienes expongan sus reivindicaciones para lo cual a su vez estos tendrán que dotarse de algún tipo de estructura representativa o régimen de delegación. Salvo que se pida que sea la subcomisión la que vaya a una asamblea de acampada, lo que no me parece disparatado pero sí poco verosimil de momento. La interlocución directa es además lo único que puede garantizar que en nombre del 15-M hable únicamente la gente del 15-M y no los militantes de los partidos, sobre todo de izquierda, que tratan de instrumentalizar el movimiento; singularmente IU que trata de ganar de este modo el acceso a un parlamento que las urnas le niegan.

La fórmula de ERC establece un puente de diálogo entre el Parlamento y el movimiento 15-M que, obviamente, no son sediciosos, gamberros ni mastuerzos sino gente que tiene algo que decir, quiere decirlo y lo conseguirá. Por otro lado conviene recordar los usos de la política parlamentaria, uno de cuyos aforismos más conocidos es que si se quiere enterrar un asunto, lo mejor es crear una comisión. Y aquí no se trata de enterrar las propuestas indignadas sino de ver cuáles son viables y ponerlas en práctica cuanto antes. Por eso se plantea una cuestión de eficacia que bien puede consistir en empeñarse en que la primera propuesta que se considere sea la reforma del sistema electoral. Hasta donde esta reforma no precise revisar la Constitución, podrá hacerse en lo que queda de legislatura, y con sólo que el sistema electoral resultante sea algo más proporcional, puede conseguir que la cámara de 2012 sea menos cerradamente bipartidista y permita encarar una reforma de la Constitución, ya se vería de qué alcance.

Este plan puede sonar algo utópico pero quizá no tanto dentro de cinco meses. El 15-M tiene voluntad de permanencia. Anuncia otra manifa para el mes de julio y, luego de las vacaciones de verano una acción aún imprecisa, como un referéndum o una huelga general, armas mayores de resultados muy ditintos para el mes de octubre. En todo caso, utópico o no, es muy de celebrar que se abra una vía de entendimiento entre el Congreso y el 15-M. Hasta cierto punto el sistema democrático español es bastante ágil y flexible. Otros hubieran tardado más.

Entre tanto el 15-M sigue padeciendo ataques por diversas vías. El más formidable aparato ideológico, la Iglesia, se ha puesto en marcha y monseñor Rouco avisa de que los jóvenes del 15-M no conocen a Dios, no conocen a Cristo, por lo cual sus vidas están rotas, ya que con el materialismo no van a ninguna parte. Con 600 € al mes desde luego que no. La propuesta de que no piensen en los 600 € o en el paro sino en Dios y en Cristo no parece prosperar y eso tiene a Rouco de mal humor. Sobre todo porque en este 15-M no hay ni un atisbo de religiosidad y, aunque no sea un movimiento antirreligioso, la jerarquía no las tiene todas consigo respecto a lo que pueda pasar durante la próxima visita del Papa a reunirse con la juventud. Y es una pena porque, como sucede con el Parlamento, sería bueno que el 15-M se hiciera escuchar por el Santo Padre. ¿Qué se dice en las asambleas respecto a la pederastia en la Iglesia, la homosexualidad, el aborto, el condón y la cuestión de género?

(La imagen es una foto de Motarile, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 21 de juny del 2011

IU: el fruto de la demagogia.

Dijeron tantas veces eso de que "PSOE y PP la misma mierda es"; lo repitieron tanto. Afirmaron con tanta seguridad que el PSOE estaba rendido a banqueros, empresarios y mercados, que sus políticas eran rematademente neo-liberales, que era contrario a los intereses de los trabajadores, los jóvenes, los pensionistas. Le negaron con tanta audacia la "S" de Socialista y la "O" de Obrero, dejándolo burlonamente reducido a Partido Español (PE). Reiteraron tanto que el P(SO)E sólo pactaba con la derecha recortes y medidas antipopulares, que mucha gente acabó creyéndoselo. Parte de esa gente, en concreto, las bases de IU en Extremadura, actuó en consecuencia y decidió que, pues no había diferencias, se abstenía, no apoyaba al PSOE, lo que daba el gobierno de la Comunidad al PP por primera vez en veintiocho años. Al fin y al cabo, ¿no había dicho María Dolores de Cospedal que el PP es el partido de los trabajadores?

Héteme aquí, sin embargo, que aquellas afirmaciones eran falsas, pura demagogia porque sí que hay diferencias; diferencias tan notables para que hoy se reúna la Presidencia federal de IU a fin de decidir qué hace con los extremeños. Es decir, para adoptar una solución en una situación sin salida en la que la coalición se ha metido ella sola, como solía sucederle antes de la refundación de junio de 2010 y sigue sucediéndole después de ella, en una prueba más de que tal refundación no sirvió para nada; que no fue refundación.

La disyuntiva de IU a día de hoy es endemoniada: si acepta la decisión de la federación extremeña y permite que el PP gobierne la Comunidad no es solamente que el Coordinador General, Cayo Lara, quede desautorizado, es que la coalición en su conjunto rompe su solemne compromiso electoral de no permitir por activa ni por pasiva que gobierne el PP. Y no sólo esto: a ver con qué rostro se presenta en las próximas elecciones generales provista de esta ejecutoria de emplear los votos de la izquierda para apoyar a la derecha. No es exagerado augurar en tal caso un batacazo electoral que podría dejar a la coalición fuera del Parlamento.

Pero si los órganos federales imponen su decisión a la federación extremeña y fuerzan el voto a favor del P(SO)E en la sesión de investidura en Extremadura, puede producirse una crisis en la coalición. Dada la patológica tendencia al fraccionalismo y la escisión (personal o en grupo) de una organización que se llama Unida más como conjuro de magia simpatética que como descripción empírica de un hecho, la revocación extremeña puede abrir el enésimo período de sobresaltos internos, recriminaciones y escisiones.

En cualquiera de los dos casos, IU tiene un porvenir inmediato muy problemático. Especialmente porque ahora no puede echar la culpa a nadie de fuera: al sistema electoral, ni al bipartidismo, ni al sesgo de los medios de comunicación. El desastre lo ha montado la propia coalición porque su discurso es tan demagógico y confuso que no lo entiende ni ella misma.

El discurso de las dos otras fuerzas políticas de ámbito nacional/estatal (PP y PSOE) será simple, maniqueo y puede que hasta falso. Pero es claro. Para el PP la culpa de la crisis es de Zapatero que, además, es incapaz de salir de ella porque sus medidas son disparatadas, llegan tarde y son tímidas. O todo a la vez. La solución: votar a Rajoy. Para el PSOE la culpa de la crisis no es suya (en la parte hispánica, es del PP) y está haciendo lo que puede por sacar al país de ella, consciente de que se trata de medidas amargas, impopulares pero que trata desesperadamente de que no perjudiquen (más) el Estado del bienestar. Zapatero acepta su responsabilidad y se inmola en aras del servicio a España. La solución es votar a Rubalcaba. Para IU, la crisis es debida al capitalismo y los otros dos partidos son iguales en su modo de encararla de forma que los dos aplican medidas neoliberales, contrarias a los derechos de los trabajadores y los más débiles en general. Los dos son lo mismo... pero no son lo mismo porque la coalición, para evitar que le cuelguen la pinza de la pinza, se compromete a impedir que gobierne la derecha. Solución: no hay solución, pues Cayo Lara no aspira a ganar las elecciones ni por lo más remoto.

No sé si ha lugar a una requeterrefundación pero me parece que IU haría bien en plantearse una conferencia para aclarar la cuestión de sus relaciones con la fuerza mayoritaria de la izquierda. En las condiciones de la crisis del capitalismo con la angustia que supone para tanta gente, en un momento en que el PSOE lleva pidiendo apoyos para encarar la crisis, IU tiene la obligación de elaborar un programa concreto de soluciones para una alianza de la izquierda. Luego ya se verá si el PSOE lo acepta o no, o le parece muy arriesgado, o no se atreve, o propone otro. Pero que no quede por IU. En fin, que hagan como vean, pero parece absurdo atacar sin cuartel a un adversario con el que luego resulta que no hay más remedio que entenderse.

(La imagen es una foto de iuelviso, bajo licencia de Creative Commons)

Crónicas de la revolución indignada (V).

Ecos en las alturas

La jornada del 19-J en España se ha hecho notar en Europa. Los ministros del Eurogrupo, o sea los ministros de Comercio de los países que tienen el euro por moneda, reunidos en Luxemburgo para sacar los untos a Grecia han encontrado un momento en su atareada agenda de despelleje para avisar a los indignados españoles de que no hay alternativa al ajuste o sea, a los recortes, a la poda.

Si el poder se siente fuerte siempre dice que no hay alternativa a lo que él pretende. Recuerda mucho aquella rotunda afirmación de Felipe González en los años ochenta de que su política económica era la única política económica posible. Dado que esto es falso por necesidad lo que ambas negaciones vienen a decir es que sí que hay alternativas a sus propuestas pero que no se van a molestar en considerarlas porque se lo pueden permitir.

De entrada es bueno que la Spanish Revolution se generalice. La movilización permanente, como la revolución permanente de los trotskistas tiene que ser internacional. De eso es difusamente consciente el 15-M en el que de vez en cuando se oye proponer una acción a escala europea. De hecho la manifa del 19-J tenía ámbito europeo pero me parece que muy escaso seguimiento y mayoritariamente de expatriados españoles. También se ven de vez en cuando exhortaciones del tipo de Peoples of Europe, rise up!, pero los peoples of Europe parecen más indolentes que el español.

El 15-M tendrá de acostumbrarse, de momento, a actuar en clave territorial española, por reducida que le parezca. Tampoco la hipotética vinculación de la Hispanidad está funcionando. Reducido a sus solas fuerzas, el movimiento indignado español tendrá que defender reivindicaciones que puedan sustanciarse en el pais sin poner en su cuestión su estabilidad financiera exterior, cosa harto delicada, al menos mientras no esté en situación de controlar los efectos externos de las acciones internas.

Sólo se me ocurre una vía por la que el 15-M podría forzar una consideración de los órganos de gobierno de la UE y es un tipo de acción que hiciera ver a estos que, en el análisis de costes-beneficios es más provechoso atender a las reivindicaciones del movimiento que seguir ignorándolas. Lo que sucede es que esto parece más factible a escala nacional que europea. Y ese es el punto en el que el movimiento tiene que innovar, extendiendo la red española a Europa, lo que sólo puede hacerse en inglés, o quedarse como está.

(La imagen es una foto de vreimunde, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 20 de juny del 2011

Crónicas de la revolución indignada (IV).

Teoría de la movilización permanente.

Jornada grandiosa la de ayer. Unas doscientas mil personas salieron a la calle en varias decenas de ciudades en un acto de participación ciudadana en masa, pacífico, festivo, constructivo, altamente político.

No partidista. No se vieron distintivos de partidos. Palinuro detectó cuatro o cinco banderas republicanas y un par de la CNT. Nada más. Y esa ausencia de los partidos en la convocatoria y organización del acto da a éste un enorme significado que no se parece en nada a los de otras finalidades. Cuando la derecha (el PP) o la izquierda (PSOE con o sin IU) se manifiestan no es infrecuente escuchar descalificaciones de los actos porque los manifestantes ya disponen de órganos partidistas para avanzar sus reivindicaciones. No es el caso de los indignados, que no cuentan con partidos, propios ni prestados y que, además, niegan que los candidatos electos en todos los órdenes los representen. La teoría pura de la representación dice que, una vez elegidos, los electos actúan en nombre de todos los ciudadanos, no sólo de sus votantes.

Pero si cientos de miles de ciudadanos dicen que a ellos no los representan aunque tienen un buen puñado de reivindicaciones políticas que plantear porque no se trata de personas indiferentes sino involucradas en el debate público, la teoría pura de la representación tiene que ajustarse. La única forma que tienen los indignados de ser visibles es mediante este tipo de actuación que cabe llamar de movilización permanente, valiéndose de todos los medios pacíficos para hacer escuchar su voz y mostrando no solamente que la tienen sino que es bastante sensata y goza de un considerabilísimo apoyo social.

¿Se quiere una prueba? Hágase el cálculo siguiente: ¿cuántos votos en unas elecciones generales podría conseguir un partido que llevase en su programa: a) ley de dación en pago; b) restablecimiento del impuesto de sucesiones y el de patrimonio; c) aumento de impuestos a los ricos; d) regulación y limitación de los beneficios, en especial de los fondos de inversiones y empresas financieras; e) exigencia de responsabilidades por la crisis en todos los niveles; f) detención de las privatizaciones y renacionalización de los servicios y empresas privatizados; g) ley de transparencia; h) lucha contra la corrupción y los privilegios de los políticos; i) reforma del sistema electoral, etc?

La batería de improperios con que una parte de los comunicadores ha recibido el movimiento 15-M, desde sediciosos a mastuerzos, ha disparado a la luna. De sediciosos, nada: ciudadanos sabedores de sus derechos y respetuosos con la legalidad. Doscientas mil personas en dos docenas de ciudades y no ha habido ni un incidente de orden público. De mastuerzos, menos. Es un movimiento con unas reivindicaciones muy razonables que ha sabido articular una plataforma de acción discursiva muy poderosa contra la que el "sistema" no tiene armas. El pragmatismo político imperante en los últimos veinte años no le ha dejado otras que las de la violencia y la represión, pero carece de excusa para emplearlas. Y tampoco cuenta con las armas teóricas que le permitan probar su legitimidad frente a la justeza de la crítica indignada, porque se ha acostumbrado a funcionar en un contexto de tal corrupción institucional que ya no cabe invocar los principios básicos pues han quedado vacíos de contenido. Es literamente imposible sostener que, por razones de supervivencia, hay que gobernar bajo los dictados de los mercados y, al propio tiempo, decir que se está en contra del dominio de los mercados sobre los gobiernos. Es imposible de todo punto convencer a alguien de que se está en contra de la corrupción con unas listas electorales plagadas de imputados por corrupción. Carece de sentido sostener que se van a garantizar los derechos sociales del Estado del bienestar cuando se rompe el postulado esencial de la justicia social que consiste en que paguen más los que más tienen y no los que menos.

La fuerza argumentativa, discursiva, moral, del movimiento se fortalece con esta práctica de la movilización permanente. Ya está preparándose otra manifa general para julio y, luego, se habla de una huelga general en octubre. Entre tanto, en el mejor espíritu de la guerrilla, habrá acciones menores, aquí o allá, tangibles o virtuales, de forma que sólo cabe admitir que el "sistema" tiene que lidiar con una fuerza extraparlamentaria de un gran impacto político y mediático que no puede seguir ignorando pero con la que no sabe cómo tratar una vez que ha comprendido que no por la violencia.

Ni por activa ni por pasiva
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Ni por activa ni por pasiva permitiría IU que la derecha entrara en los gobiernos, según un rotundo Cayo Lara hace unas fechas. Ha sido por perifrástica.

¿A que nadie se acuerda ya de la famosa refundación que IU lanzó a los cuatro vientos hace ahora exactamente un año? Por entonces escribí un artículo en Público, La refundación diciendo que, a mi entender, no había tal cosa y que IU seguiría igual o peor. Me gané la habitual sarta de insultos, desde el que me perdonaba la vida por no ser capaz de ver cuán luminoso era el horizonte que la refundación abría, hasta el habitual listo que hablaba de si estaba vendido a no sé qué sin duda porque pensaría que los demás hacen como él. El resultado de la Refundación de IU está a la vista: con un PSOE en las horas más bajas de su historia, apenas rebaña un puñado de votos más, pero le da el gobierno de Extremadura a la derecha, sin duda porque, siendo la izquierda transformadora así ayudará a transformar la región.

Las razones aducidas por el coordinador de IU en Extremadura pivotan sobre la asombrosa afirmación de que es menos malo que gobierne el PP. ¡En Extremadura! Cuando publiqué el artículo sobre la refundación algún comentarista me emplazaba a hablar del asunto al cabo de un año. Aquí estoy: ¿qué queda de la refundación? ¿Significa algo hoy? Ahora emplazo yo para dentro de nueve meses: a ver qué queda de IU en Extremadura en marzo de 2012. En realidad, a ver qué queda de IU en toda España por esas fechas.

Como puede verse, la refundación era volver a la más obtusa de las teorías de las dos orillas y la práctica de la pinza, empleando los votos de la izquierda en pro del PP. Este dislate, a la derecha no le pasa jamás porque tiene mucho más sentido del valor de la unidad, de la estrategia y de la conveniencia de anteponer sus intereses colectivos a los de unos u otros grupos. La izquierda, sobre todo la IU posterior a la refundación, es el reino de los faccionalismos, los personalismos y los narcisismos.

Durante la Guerra fría en Europa era frecuente que los comunistas acusaran a sus críticos de ser anticomunistas viscerales. Alguno sin duda habría pero ni la décima parte de los antisocialistas viscerales que hay en IU.

Así que, a partir de Extremadura, ya se sabe : si quiere usted que el PP gobierne en España, vote IU.

(La imagen es una foto de Izquierda Unida, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 19 de juny del 2011

Crónicas de la revolución indignada (III).

ANDANDO SE ENTIENDE LA GENTE

Una de las pruebas de que este movimiento del 15-M es cosa de jóvenes es que no paran. Están en todas partes, donde menos se los espera, caminan por las calles, ocupan los espacios públicos, recorren las carreteras, es una revolución en marcha, que no descansa. Una revolución que tiene al país en efervescencia con unas autoridades obligadas a mantenerse ojo avizor por si en el transcurso de alguno de sus actos públicos se les vienen encima los anonymous, con esas inquietantes caretas en estética Batman.

Para hoy, la red se pone en marcha, en columnas (y cuidado con la palabreja) que, desde los arrabales de las grandes ciudades confluirán en algún punto estratégico urbano. Como plan, recuerda el ambiente de Los miserables. La banlieu toma el centro. En Madrid, si no ando errado, el Congreso de los Diputados, Carrera de San Jerónimo. Por cierto, no sé si ya se le habrá ocurrido a alguien, pero a lo mejor se podía pedir la retirada de los dos leones que flanquean la entrada, feo recuerdo de las guerras coloniales.

Supongo que las manifas serán copiosísimas. Imagino que la gente aprovechará la ocasión para escenificar el respaldo social que tienen los indignados; o sea que la indignación general va a hacerse patente. La indignación y el hartazgo. Tanto más cuanto que será de forma pacífica. Hay una preocupación, una obsesión general por evitar la violencia. El poder acepta la desobediencia civil y la desobediencia civil acepta el poder. Puede ser grandioso.

Es momento muy trascendental porque afloran muchos debates de calado. En la izquierda socialista hay un reproche continuo a los indignados que debilitan sus posibilidades con exabruptos antipolíticos como los que igualan el PP y el PSOE que a quien benefician, obviamente, es al PP. Pero los socialistas han de darse cuenta de que, cuando piden confianza, se la piden a unos que confiaron y se han sentido defraudados.

La otra izquierda, muy fragmentada, tiene sus más y sus menos con el 15-M. El maltrato a Cayo Lara durante el bloqueo del desahucio probablemente fue injusto, pero era previsible. El 15-M está haciendo con los desahucios pura desobediencia civil, está impidiendo la aplicación de una norma vigente por considerarla injusta, como la considera injusta el conjunto de la sociedad pero no los parlamentarios del PP y del PSOE, muy sensibles a las presiones de los bancos. Los indignados están, pues, enfrentándose al Parlamento, y en Cayo Lara han visto antes al parlamentario que al hombre que coincide con ellos. Ese es un problema serio: la izquierda tiene que fundirse con el movimiento, pero no podrá hacerlo mientras mantenga sus estructuras orgánicas, ya que el movimiento no las admite. Eso de fundirse en el magma de un movimiento sin estructura orgánica parece a los grupúsculos de la izquierda un suicidio.

La obsesión por la no violencia corre pareja con la oposición a todo símbolo o signo político distintivo. No banderas. No emblemas. El movimiento sólo puede seguir siendo tal mientras, como los propios indignados dicen, "quepamos todos"; para eso es imprescindible no proponer nada concreto sino limitarse a insistir en lo que se rechaza, que es lo único que une a la gente.

(La imagen es una foto de Visentico / Sento, bajo licencia de Creative Commons).

La política catalana.

(Institut de Ciències Politiqus i Socials (1911), Anuari polític de Catalunya, ICPS, Barcelona, 184 pp.)

Hace años, cuatro si no me equivoco, que el ICPS de Cataluña edita, entre otras publicaciones valiosas, este Anuari, que suele ser buen instrumento de trabajo para quien quiera profundizar en el conocimiento de la política en Cataluña, territorio de enorme importancia en España por razón de su PIB, su demografía, su cultura y su autogobierno; un territorio con mucho peso político en el Parlamento y amplio leverage (es decir, influencia) en el Gobierno español. Es una publicación cuidada, en papel couché, con abundancia de gráficos, en cuatricromía, lo que es un lujo, que mezcla el rigor académico con la presentación periodística ya que todos los artículos traen entradillas con los párrafos más importantes (a juicio de quien los resalta, claro) del trabajo. Está dividido en cinco partes, que son siempre las mismas lo que posibilita la comprobación de evoluciones.

El orden de las partes revela una mentalidad de cultura política parlamentaria y abierta que considera que el pináculo del análisis debe ser la soberanía popular. Así la primera parte, Los processos electorals, encomendada a Joan Botella, que es un valor seguro, lidia con profesionalidad y con poco tiempo de consideración, con las elecciones autonómicas de noviembre de 2010, un vuelco espectacular de las fortunas de los partidos y, por ende, de la composición del Parlament. Al estudio de éste se dedica la segunda parte que, redactada por Fernando Domínguez García, letrado del Parlamento catalán, tiene un enfoque más formal y jurídico, que lo convierte en un excelente instrumento de consulta para quien ande en busca de una ley concreta de la legislatura, cosa nada de extrañar si se tiene en cuenta que ha sido una muy corta pero muy prolífica en lo legiferante, con treinta y siete leyes aprobadas.

Es que 2010 fue el último año de la atribulada coalición del tripartito que Montilla heredó de Maragall y revalidó luego en las elecciones de 2006, que Botella llama de "prórroga". Atribulada porque le cayó encima el conflicto del recurso de inconstitucionalidad del Estatuto, que se atascó en un Tribunal Constitucional (TC) paralizado por interés del PP en que sobre el Estatuto decidiera un TC más favorable a su punto de vista. Conocida la sentencia, Barcelona vivió la manifestación más numerosa de su historia. De ese último año del tripartito dan cuenta en la tercera parte (Govern) Matas Dalmases y Reniu Vilamala que se concentran en el organigrama del Gobierno; también datos útiles. Dentro del capítulo del gobierno aparece un apartado específico encomendado a Maite Vilalta, dedicado a los presupuestos de 2010, con una cumplida información sobre ingresos y gastos, en proporciones, por capítulos, con explicación de los capítulos, etc, así como datos sobre la valoración popular del gobierno.

Los partidos políticos (a cargo de Joan Marcet), son la cuarta parte y tienen un lugar muy destacado porque, en definitiva, como sucede sobre todo en el País Vasco, el sistema de partidos catalán es el más claro punto de referencia acerca de la muy notable peculiaridad de Cataluña en el resto de España. Las elecciones de 2010 han sido una sacudida, con variaciones importantes, sobre todo a la baja en el caso socialista y de Esquerra Republicana de Catalunya y la aparición modesta de una nueva formación, Solidaritat Catalana per la Independència que se las prometía muy felices por la subliminal vinculación entre la independencia y el fútbol.

La cuarta parte, dedicada al Àmbit local, de autoría de Esther Pano es una difícil singladura por una mar que la propia autora tiene por procelosa cuando se habla de un territorio en el que conviven 947 municipis, 40 comarques, el Consell General d'Aran, quatre diputacions, un número encara per determinar de vegueries, una àrea metropolitan i una xarxa complexa i profusa d'ens de cooperació interinstitucional.

En definitiva, la publicación está muy bien y es muy de agradecer. De hacer alguna propuesta constructiva se me ocurre recomendar que en la próxima edición se dé cabida a una parte sobre medios de comunicación, cuya ausencia en un anuario político es difícil de entender y otra, más complicada de aquilatar pero ya imprescindible, sobre ciberpolítica.

dissabte, 18 de juny del 2011

Recapitulación sobre el Diccionario franquista.

Han pasado veinte días desde que la Real Academia de la Historia presentara con pompa y circunstancia los veinticinco primeros volúmenes del Diccionario Biográfico Nacional (DBN). En ese mismo instante, oh manes de la época, el diario Público revelaba que el tal DBN era una pieza de propaganda franquista, según la cual el dictador no fue un dictador y mucho menos, totalitario. En esos veinte días Palinuro ha colgado nueve entradas sobre el asunto y ha escrito una carta abierta al señor Gonzalo Anes; igualmente ha iniciado una causa pública en Facebook titulada Retirad el libelo franquista de la Academia que, a día de hoy, cuenta con 2.028 adhesiones. Esa página de FB presentó una petición en el Congreso de los Diputados reclamando que se retirara el diccionario y dimitiera Gonzalo Anes. Además se remitieron copias a la propia Academia de la Historia. Y no sólo Palinuro: historiadores, intelectuales, políticos, personalidades de todo tipo alzaron sus voces contra el bodrio. Nadie salió en su defensa, salvo Anes y los autores de las fechorías.

Anes ha pasado de reírse de las críticas a aceptar que tiene que reformar el Diccionario y todo entreverado con un argumentario tan lamentable que sonroja reproducirlo. Empezó asegurando que el biógrafo de Franco, Luis Suárez, era liberal, se lo quitó luego de encima afirmando que fue el propio Suárez quien pidió hacer el panegírico de Franco, cosa que aquel niega. Se zambulló después en la demagogia diciendo que la RAH no censura y que el diccionario de marras es un monumento a la libertad de expresión, como si la historia no fuera la historia sino una tertulia de radio. Cualquier cosa con tal de no dimitir. Por último tragó que había que reformar pero ¡puso condiciones! Se reformaría la versión online por entonces en proyecto, pero no la de papel, salvo en sucesivas reediciones. Es decir, en el fondo, seguía riéndose del personal.

Tras la intervención del Parlamento es de suponer que esas condiciones no operen y la risa se le haya cortado. Se revisa el DBN en papel y virtual y no se distribuye la obra en tanto no estén hechas las correcciones. Es de esperar que esto sea así porque el franquismo es una perversión moral de carácter crónico en quien la padece que no renuncia jamás a su empeño. Y lo primero que ha de quedar claro es que la corrección o verificación tiene que hacerla un equipo de historiadores ajenos a la RAH, no una comisión de ésta.

¿Por qué? Porque lo que se ha manifestado en este zafarrancho es que las falsedades que contiene el DBN no son erratas ni errores ni despistes de nadie sino que responden a un intento deliberado de falsear la historia de España al modo en que el Buró Político del Partido Comunista (soviético, español, daba igual) reescribía la del comunismo según el criterio del mandamás de turno o como actuaba el ministerio de la Verdad en el 1984 de Orwell, encargado de hacer pasar por verdad la mentira. Un intento deliberado del primer gobierno de Aznar con Aguirre como ministra de Cultura, encomendado a la RAH con generosísima financiación pública, de escribir su versión de la historia de España. Y así salen bien parados los políticos del PP y mal los de PSOE, lo que ya es el colmo en una obra de historia, convertida en un tebeo. Es decir Gonzalo Anes no ha estado defendiendo un trabajo de equipo frente a críticas que apuntaran a errores o descuidos sino un proyecto ideológico de falsificar la historia de España a mayor gloria de la derecha franquista y postfranquista.

Así que ese será el siguiente paso de la página de Facebook: insistir para que la revisión sea responsabilidad de historiadores de prestigio ajenos al cónclave de zombies franquistas de la Academia. Recuérdese asimismo que, al llegar a 2.500 adhesiones, escribiremos otra petición al Rey ya que, según la Constitución, ejerce el alto patronazgo de las Reales Academias, a ver si, de paso, se clarifica eso del patronazgo, que no suena bien. Será interesante ver si el Rey avala esa versión ditirámbica del Diccionario de Franco como un hombre católico, inteligente y moderado. Él lo conoció a fondo. Estuvo veinte años a su sombra y bajo su férula.

Retirad el libelo franquista de la Academia

(La imagen es una foto de FDV via Wikimedia Commons).