divendres, 14 de setembre del 2012

El gobierno contra el pueblo.

A veces me pregunto si los consejos de ministros no serán reñidas competiciones entre los ministros por ver quién cae mejor al jefe, quién cumple mejor sus designios, quien asesta golpes más duros a la población que depende de los departamentos que cada uno de ellos regenta, quién oprime y explota más al pueblo. Consejo tras consejo y rueda de prensa posterior tras rueda de prensa posterior, la imagen es la de una rivalidad por ser más el más duro, el más eficaz a la hora de hacer imposible la vida a la gente sencilla, imponerle más gastos, tasas, tributos, gabelas y todo tipo de sisas y socaliñas, a la hora de reprimirla, explotarla, adoctrinarla y tratar de estupidizarla a imagen y semejanza de los ministros de menor coeficiente intelectual, estilo Wert o Báñez.
El objetivo del gobierno está ya claro. No porque su responsable, Rajoy, lo expusiera en su momento, esto es, en la campaña electoral, en la que dijo lo contrario de lo que está haciendo, lo cual le permitió ganar las elecciones por la socorrida vía de la estafa, sino porque las medidas adoptadas hasta la fecha no dejan lugar a dudas: consiste en desmantelar el Estado del bienestar, despojar a la población en general y los trabajadores en particular de todos los derechos conquistados en los últimos 150 años, convertir un pueblo de ciudadanos en otro de vasallos atemorizados. Es una pretensión perfectamente analizada y expuesta en un magnífico artículo de Joaquim Bosch en Público, titulado Perspectivas de ruptura constitucional. Como magistrado, lo que más indigna a Bosch es la sistemática violación y negación de los derechos económicos y sociales, esto es, la sañuda agresión del gobierno al bienestar de la gente y los trabajadores. Le parece escandaloso, sobre todo, imagino, en un gobierno que está lleno de juristas. Piense, no obstante, que se trata de juristas de tres al cuarto todos ellos al servicio de los empresarios y el capital, cuya valoración de los derechos de la población -que ven como límite a sus codicia infinita- es inferior a cero.
Se trata de una política ciega, estúpida, funesta que tiene como resultado a corto plazo el empobrecimiento general de la población, su exclusión de los servicios elementales, como la educación o la sanidad. Una política que los ideólogos del pesebre derechista -una miriada, esperando que la enchufen en suculentos puestos en medios de comunicación, organismos estatales, fundaciones, universidades- sostienen que es de sacrificio momentáneo inevitable que se verá compensado con la recuperación en el medio plazo. Saben de sobra que es mentira, que no hay recuperación en el medio plazo, sino más sacrificios y más empobrecimiento dado que los recortes impiden que aumente el consumo, único motor real de la economía.
Así que los ministros han aprendido perfectamente la lección: se trata de llegar a los Consejos cada semana con una propuesta nueva para empobrecer más a la población y para reprimirla más ideológicamente. Estas son las dos piernas sobre las que camina la labor de gobierno de Rajoy: reducir drásticamente el nivel de vida de la gente, mandarla al paro, echarla de sus casas, dejarla sin subvenciones ni subsidios ni medicamentos y, al mismo tiempo, adoctrinarla ideológicamente, imponerle mediante la censura y el control de los medios de comunicación las nuevas concepciones de este neofascismo hispano: miseria y nacionalcatolicismo al mismo tiempo.
El ministro más aventajado en este doble terreno de aunar empobrecimiento general con adoctrinamiento es Wert lo cual seguramente explica por qué es el peor valorado del gobierno. Queriendo sentar plaza de cool killer, este petulante tertuliano de extrema derecha ha subido las tasas de todos los niveles educativos, poniendo de hecho la educación fuera del alcance de los sectores menos favorecidos de la población, ha suprimido la Educación para la ciudadanía y la ha sustituido por una materia de adotrinamiento nacionalcatólico grata a los curas y, para mayor solaz de la iglesia, no solo mantiene los privilegios de la educación "concertada" (una estafa por la que los curas y otros negociantes de la educación consiguen que el Estado cargue con sus gastos, blindando así sus beneficios), sino que está dispuesto a financiar la enseñanza segregada por sexos, en contra de todas las declaraciones de derechos habidas y por haber, de la reiterada jurisprudencia de todo tipo de tribunales; en contra de lo que dicta la experiencia y el sentido común.
Suele este ministro emplear argumentos especiosos que deben de parecerle muy inteligentes, en favor de la educación segregada que tanto complace a los curas, uno de los cuales -asombroso por su estolidez de fondo- es que no es cierto que la educación segregada persiga finalidades discriminatorias, incluso alude vagarosamente a algún estudio imaginario que así lo prueba. Perfecto. Vamos a suponer que sea así, ¿puede esta lumbrera decir qué otras finalidades persigue la segregación por sexo? Porque si no es una discriminatoria, será alguna otra. ¿Cuál?
El resto de los ministros cumplen también el programa de ataque a la democracia, al Estado de Derecho, al Estado del bienestar, a la población en general, que es estrategia de la derecha. Cada uno en su estilo pero todos a una fuenteovejuna.
Dicha estrategia es no solamente injusta sino necia: empobreciendo a la población, despojándola de sus derechos, reprimiéndola y adoctrinándola, a base de provocaciones, la llevan a un punto en el que cada vez es más posible un estallido social. En realidad ya es asombroso que hayamos aguantado hasta aquí a este puñado de lacayos del capital puestos a arruinar el país y hacer que la gente pague por las estafas de banqueros y financieros.
Palinuro ha echado cuentas también de la política profundamente antipopular del partido popular en los demás ministerios. Para no hacer indebidamente larga esta entrada, las explicará en la siguiente.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

La involución.

Con la declaración de bienes del Congreso puede verse que los miembros del gobierno son gente pudiente, gente rica, alguno millonario y algún otro, multimillonario, como ese Secretario de Estado (una especie de viceministro) que apalea los millones. Un gobierno de ricos nunca podrá ser un gobierno justo, cosa que saben y a la vez predican los cristianos a partir de sus Evangelios. Lo más probable es que un gobierno de ricos gobierne en favor de los ricos, como lo hace este.
De ningún modo, sostiene Rajoy, quien argumenta que el interés general de los españoles es su único criterio a la hora de tomar decisiones. ¿Por qué no? ¿Por qué no admitir que alguna vez diga la verdad? Es posible, solo que esa verdad es enrevesada pues su único criterio es lo que él entiende por "interés general" y que puede coincidir con dicho interés general o no. Desde el punto de vista de los empresarios ellos mismos son el interés general puesto ellos son quienes crean empleo. Y este es el punto de vista de Rajoy. El de los empresarios.
Al mismo tiempo el gobierno se ha planteado una política de involución muy acusada y muy rápida. La velocidad a que se están desmantelando los servicios públicos de educación y sanidad es la que ha traído la reforma de la Ley del aborto para negar que este sea un derecho en ninguna circunstancia.La crisis es el pretexto que se invoca para imponer la ideología del PP que en este terreno es el nacionalcatolicismo.
En función de ese criterio empresarial acerca del interés general de los españoles se ha aprobado una reforma laboral que deja a los trabajadores prácticamente sin derechos, empezando por el fundamental aquí, el de negociación colectiva, el que más molesta a los empresarios. Es posible que la próxima exigencia del interés general al modo de Rajoy sea suprimir el salario mínimo. De acuerdo con el credo neoliberal de las autoridades, no hay que interferir en la libertad de la gente de trabajar por salarios de hambre.
El interés general es compatible  con situaciones netas de privilegio: la iglesia no ha sufrido el más mínimo recorte ni ella ha hecho ademán siquiera de aceptarlo. Las grandes fortunas y las empresas tienen asimismo una trato fiscal tan escandalosamente favorable (en el caso de las SICAV) que da al traste con cualquier ilusión de justicia fiscal. Y, si eres rico, hasta delinquir puedes, porque llega luego Montoro, uno de los complacientes trujimanes del capital y te amnistía el fraude que hayas cometido a cambio de un simbólico óbolo que tampoco es preciso pagar. La prueba es que este genio maquiavélico de las finanzas ha conseguido recaudar el 2% de lo que esperaba con su amnistía. Es decir, puedes delinquir y reírte de las autoridades que, al fin y al cabo, son tus sayones.
La idea de la administración que rige en el gobierno es absolutamente patrimonialista. Este noentiende ser mero administrador de unos recursos, sino que se tiene por propietario de ellos. Así se explica que practique la política del enchufismo y el clientelismo más  exacerbados en materia de nombramientos, desplazando a profesionales no incondicionales y llenando los puestos con fieles seguidores, amigos, deudos y parientes en una política sectaria de reparto de cargos considerados todos prebendas y botín. Gobernar consiste en gestionar nuestros recursos de acuerdo con nuestros intereses, en beneficio de los nuestros y sin necesidad de guardar las apariencias, que para eso se cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.
La curiosa mezcla de nacionalcatolicismo y ultraliberalismo que constituye el sustrato ideológico y práctico es la nueva forma del fascismo con la que estos neofranquistas aspiran a desmantelar el Estado del bienestar y los adelantos que se había conseguido en materia de igualdad, de derechos, de cohesión social.
Es una agresión al pueblo en toda regla, un gobierno de involución. Y la izquierda no está dándole la respuesta que merece ni por asomos..
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 13 de setembre del 2012

Cosas de lideresa o Führerin.

Por fortuna para él, los derechos de Uribetxebarria no dependen de Esperanza Aguirre. Si lo hicieran, el etarra perdería el de morirse en su casa que Aguirre le niega taxativamente y en discrepancia con la decisión de la Audiencia Nacional. Obviamente, la lideresa tiene una concepción de la justicia en la que esta es otro nombre para la venganza. No es muy elaborado, desde luego, pero corresponde al estilo político de la condesa, que es muy decidido y radical; muy de caudilla.
Aguirre no es una política convencional, tiene mucho temperamento, no se muerde la lengua y suele ser rápida en la respuesta con pulla incluida. Un momento de su intervención en el debate sobre el estado de la región, aquel en que recomienda al señor Gordo (Ángel Gordo, portavoz de IU) que se modere so pena de convertirse en el señor Gordillo, tiene gracia, aunque quizá ni Gordo ni Gordillo se la vean. Pero tiene tanbién la condesa un deje achulapado que, en unión con el carácter provocativo de muchas de sus medidas hace bastante desagradables sus comparecencias.
Ese descrédito permanente de lo público en beneficio de lo privado, ese cargar continuo contra los funcionarios, sean docentes o bomberos,  ese desprestigio sempiterno de la política son elementos de una típica concepción neoliberal que Aguirre asegura ser la suya y cuyo encaje con las costumbres democráticas es muy problemático. Y no solamente por la contradicción evidente de que sea una funcionaria y una política (y veterana, con más de 33 años en cargos de todo tipo) quien ataque a funcionarios y políticos, ya que eso es un problema de conciencia y decencia personal que resolverá como pueda, sino porque es parte de una acción política estratégica deliberada. La acción política de la la derecha extrema, consistente en destruir la esencia misma de la democracia desde dentro, utilizando sus mecanismos, para sustituirla por la nueva forma del fascismo autoritario y populista. Ayuda mucho a ello y, al mismo tiempo, pone de relieve la genealogía de la concepción neofascista de Aguirre el que esta conjugue su ultraliberalismo con el más rancio nacionalcatolicismo.
Los discursos frecuentemente espartanos de la lideresa la llevan a cargar siempre contra la "cultura de las subveciones" al tiempo que deja sin las suyas a los sindicatos, la patronal y cuantas organizaciones y quehaceres le parecen a ella prescindibles, que son muchas. Su provocación favorita en este ámbito es que se acabaron las mamandurrias que es de lo que ella tiene repleta su administración en donde en sus años de gobierno, se ha multiplicado por dos el número de asesores y altos cargos, o sea, de mamandurrias. Innecesario es decir que en donde hay mamandurrias, hay corrupción y que la administración de Aguirre es la más entreverada en la trama de la Gürtel y junto con la de Valencia, la que registra mayor nivel de corrupción del país. Corrupción que abarca todos los aspectos de la acción institucional, desde la adjudicación de licencias, a la financiación de las elecciones a través de opacas fundaciones. 
Sus recetas neoliberales, consistentes en privatizar todo lo rentable y descapitalizar los servicios públicos que tienen que prestar las instituciones se aplican a rajatabla desde hace años en la Comunidad de Madrid, en donde una población empobrecida tiene que aguantar unos servicios públicos cada vez más caros y de peor calidad pero muy bien vendidos desde el punto de vista de la publicidad.
El liberalismo de Aguirre es compatible con un control férreo de la televisión pública y un recurso sistemático a la censura en los medios audivisuales relegados a meros aparatos de agitprop, con los cual cumplen dos funciones: ser la caja de resonancia del gobierno y un lugar en el que se enchufa a toda suerte de deudos y amigos cuya función es cobrar suculentas pagas del erario público por mentir, tergiversar, cantar ditirambos a la lideresa/Führerin y denigrar a la opoción.
Uno de los temas preferidos de la panoplia de Aguirre es el de esa lucha denodada que dice estar librando desde hace años en contra del espíritu del 68 y de la pretensión de superioridad moral de la izquierda. Ambos objetivos, sorprendentes por lo demás, traicionan su  subconsciente envidioso. Su obsesión con el 68, sobre todo, ilustra muy bien sobre sus complejos porque solo los cantamañanas y zangolotinos de su calibre pueden exigir respeto al principio de autoridad porque sí; principio de autoridad que ellos mismos destrozan socavando la que tienen los diferentes estamentos cuando no acatan a ojos cerrados sus caprichos.
Su concepción patrimonial de la administración que  pone al servicio de los intereses privados de los suyos, su carencia de escrúpulos morales, su maximalismo ideológico, su falta de respeto a los derechos de los adversarios, su ignorancia de los límites de los usos democráticos, la imposición de sus creencias y manías personales como actos de gobierno, hacen que esta política sea, junto a Dolores Cospedal, destacada discípula suya, un buen ejemplo del autoritarismo de la derecha actual que solo se diferencia del fascismo en que tiene menos parafernalia militar.
(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 12 de setembre del 2012

¿Cómo se encauza esto?

El país quedó ayer pasmado ante la insospechada fuerza del independentismo catalán. Rápidamente la habitual guerra de cifras para sembrar confusión, si hubo millón y medio o "solo" seiscientos mil. La prensa extranjera seria da la cifra del millón y medio. Pero, aunque hubieran sido los 600.000 de que habla la derecha española (la madrileña lo reduce a 100.000 y la del Km. 0 a tres o cuatro docenas) son muchísimos para un total de población de Cataluña de siete millones.
Al margen de las cifras, hay un salto cualitativo importante en la visibilidad, la presencia pública del independentismo, la conciencia de su legitimidad y factibilidad, su simbolismo. Cosa que ha sorprendido a todos, incluido al gobierno autonómico, cuyo presidente quizá hubiera preferido ponerse al frente de la manifa de haber sabido que iba a ser tal muestra de unidad patriótica. La cuestión es, ¿y cómo hemos llegado hasta aquí?
Básicamente a través de una historia reciente de agravios al nacionalismo catalán de toda índole, con episodios culminantes y muy conflictivos como las campañas del PP de boicot a los productos catalanes, la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto y, desde luego, el actual agravio comparativo que los catalanistas creen detectar en el modo en que el gobierno central está haciendo pagar injustamente la crisis a Cataluña, razón por la cual pide un pacto fiscal que es la extensión al principado del concierto económico del País Vasco y Navarra. En ese clima de conflicto, dos recientes episodios han contribuido a subir la temperatura del horno independentista. De un lado, un coronel del ejército, ya jubilado, ha recordado que el ejército tiene encomendada la unidad de la Patria y que estará encantado de invadir Cataluña si los catalanes se propasan. De otro, el presidente del gobierno, en RTVE1 el domingo, se permitió despreciar la movilización de la Diada y la reivindicación independentista tildándola de ruidoalgarabía.
Consecuencia: un millón y medio de independentistas en la calle. La pregunta que ahora se hace todo el mundo es: y esto ¿cómo sigue?
Los independentistas de la Asamblea Nacional Catalana instan a la Generalitat a iniciar el proceso de secesión, lo cual es más fácil de decir que de hacer porque no está previsto. Habría que inventarlo sobre la marcha, algo así como una declaración unilateral de independencia (DUI), que pondría en marcha a su vez un proceso constituyente de futuro incierto.
El extranjero, como Pilatos, se lava las manos. Los eurócratas de Bruselas se han limitado a decir que, si Cataluña se separa de España, quedará fuera de la UE y tendrá que pedir la adhesión ex-novo. Los conservadores ya avanzan que, si se diera tan absurda situación, España vetaría la adhesión de Cataluña. Pero eso está por ver.
Por sí misma, la derecha no se dará por enterada de la exigencia independentista. Hay términos en una longitud de onda que su oído no capta. En todo caso, si hubiera una DUI, seguramente el Coronel mencionado o algún otro montaría algún espectáculo. De no ser así, la derecha calcula desactivar la petición independentista conspirando con la Generalitat para llegar a algún acuerdo que la beneficie en un sentido material pues es firme creencia de la derecha que el independentismo es un espantajo que esgrimen los nacionalistas para chantajear al Estado.
Y algo de eso hay. Por ello, la reacción de la izquierda socialdemócrata es muy parecida a la de la derecha: no existe el derecho de autodeterminación (aunque el PSOE de inicios de la transición lo incluía en su programa) y la independencia unilateral es inaceptable. En último término, también se echaría mano de la milicia aunque antes se intentaría desactivar la reivindicación con algún tipo de concesión de unos u otros privilegios.
A su vez, la otra izquierda, esto es, IU y más allá tiene una actitud curiosa por lo ambigua. Profesa, en teoría, el principio del derecho de autodeterminación de los pueblos pero, al mismo tiempo, tilda el nacionalismo que lo reclama de cortina de humo. El nacionalismo, una ideología burguesa, cumple la función diversionista de distraer a las masas de los problemas reales de la explotación, la crisis/estafa a otros ficticios o irrelevantes como el de la patria o la bandera. La izquierda no es nacionalista, vaya. Son razonamientos brillantes, de un marxismo depurado, pero que no responden la pregunta esencial: se acepta el derecho de autodeterminación de las catalanes, los vascos, los gallegos, ¿sí o no? Y, si se acepta, ¿por qué no arbitrar los medios para ejercerlo mediante un referéndum, por ejemplo, en condiciones previamente acordadas entre las partes?
Porque, en el fondo, no se acepta, aunque se disimula muy bien. Por ejemplo, hay quien dice que, una vez constituida España en fraterna unión republicana de pueblos, no será preciso ejercer ese derecho. Otros fían esta virtud a un término casi milagroso: la federación. Sea república, sea federación, ¿se reconoce o no el derecho de los pueblos que la componen a separarse de ella libremente?

dimarts, 11 de setembre del 2012

La independencia de Cataluña.

Hay quien dice que los grandes hechos de la historia tienen causas minúsculas. Así, la nariz de Cleopatra selló el destino del Imperio romano; un error de 10.000 kms. llevó a Colón a descubrir América; la falta de hijo varón viable de Germana de Foix con Fernando de Aragón dio origen a España. Que un majadero se permitiera el lujo de tildar de "lío" y "algarabía" ayer en TVE el sentimiento independentista de Cataluña ha sacado hoy a la calle a millón y medio de catalanes y ha planteado con carácter prioritario, guste o no a los neofranquistas gobernantes, la cuestión de la independencia catalana.
Las baterías de esta insoportable derecha nacionalcatólica ya han empezado a bombardear Barcelona de nuevo esta vez de modo simbólico; pero que no se confíe mucho el personal. Los morteros más estólidos cuestionan la cantidad de manifestantes y dicen que si no llegan a 100.000 no hay que hacer ni caso. Quizá sea porque 100.000 sea la cifra mínima de independentistas asesinables que consideran. Otros, algo más avispados, dicen que todo es un montaje de CiU, una cortina de humo para que no se hable de las retallades y el expolio y sí de cosas intrascendentes como la bandera o la independencia.
Será lo que quieran. Los manifestantes seguirán las consignas de Belcebú o serán parte de la "antiespaña", pero Barcelona ha expresado un clamor por la independencia que nadie podrá ya ignorar en el resto de España. Como no se ignora en el extranjero, en Bruselas, por ejemplo, en donde dicen que, si Cataluña se va de España, tendrá que pedir la adhesión a la UE. Por supuesto. Llegan entonces los fachas hispánicos (un buen puñado) y dicen que vetarán el ingreso de Cataluña. Eso habrá que verlo porque somos muchos, muchísimos, los españoles que jamás vetaríamos tal cosa.
Pero hagamos memoria: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Muy sencillo. Primero, con los cuarenta años de dictadura del delincuente genocida Francisco Franco, que pretendió exterminar la nación catalana, como la vasca o la gallega. Luego, con la constitución del partido de los neofranquistas que si al principio hicieron como que aceptaban la Constitución de 1978, en cuanto pueden, hablan de recentralizar el Estado. Es lo que está haciendo ya la marquesa consorte que los madrileños hemos de soportar. Solo este dato ya explica la pulsión escisionista catalana. ¿Cómo pedir al principado que se quede en el marco constitucional cuando este puede saltar en pedazos si los neofranquistas creen que cabe reventarlo?
Más tarde, en los últimos años, hemos perdido la cuenta de las veces que los neofranquistas han provocado situaciones de tensión, han azuzado odios anticatalanes y han hecho campañas en contra del Estatuto de autonomía y de la propia Cataluña. El primero de todos, Rajoy. Esto no quiere decir mucho porque dada la falta de dignidad del personaje, igual que firma públicamente en contra de la subida del IVA y lo sube a continuación por su cuenta, puede ir en contra de Cataluña y, acto seguido, ponerse una barretina y bailar una sardana. A él le da igual. Pero a los demás no y, ahora, por su estúpida obstinación, su falta de inteligencia, su inflexibilidad y su incapacidad para entender el gobierno democrático, estamos en una situación muy delicada.
Porque el asunto es de principios. Al comienzo de la transición, el independentismo catalán era muy minoritario, como el vasco. Han sido las continuas provocaciones de los neofranquistas y los fascistas españoles y la ambigüedad y cobardía de la izquierda, especialmente el PSOE, las que han hecho subir el separatismo como la espuma y ahora, claro, ya tiene muy difícil solución.
Pero ¿es que la tuvo alguna vez?
Desde luego y, probablemente, siga teniéndola.
Sin embargo, esta no puede venir de ese mantra que repiten algunos del Estado federal y que últimamente también recita Rosa Díez por razones obvias: 1ª) España no reúne condiciones de Estado federal ordinario; 2ª) el Estado federal es una fórmula disimulada del "café para todos" y es rechazada por los nacionalistas catalanes y vascos; 3ª) el Estado autonómico es ya, de hecho un Estado federal; incluso es más Estado federal que muchos Estados federales en el mundo. Hay más razones, pero con estas son suficientes.
La solución tiene que venir mediante la reforma de la CE y el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos de España. Ya sé que es difícil. Pero la alternativa es seguir perdiendo el tiempo como hasta ahora en medio de peleas sempiternas de campanario y de boicoteos mutuos, mucho odio y mucha mala uva. También sé que no es fácil aplicar dicho principio, que plantea problemas de titularidad subjetiva, territorialidad cuantificación, etc., etc. Pero esos son problemas que se pueden discutir. Lo importante es aceptar el principio.
Si el principio se acepta, los nacionalistas españoles de izquierda, como Palinuro, defenderán que Cataluña y el Pais Vasco sigan siendo parte de España. Pero de forma voluntaria, tras un referéndum de autodeterminación de verdad que también puede acabar en la independencia de los territorios, situación que aceptaremos sin problema alguno. En eso nos diferenciamos de la izquierda a la izquierda del PSOE que reconoce el principio de autodeterminación de los pueblos pero con la boca chica, como hacía Lenin, en el entendimiento de que no será necesario llegar a él porque sin duda los pueblos libres forjarán una unidad también libre entre ellos que blablabla.
Por si acaso, Palinuro quiere derecho de autodeterminación y referéndum y está seguro de que todavía puede ganarlo la idea de actual de España. Y, si no es así, tampoco pasará nada. Cataluña, el País Vasco, Galicia, tienen derecho a ser lo que sus pueblos quieren que sean.
Palinuro odia pertenecer a una nación que sojuzga a otras y tiene gobernantes tan necios que califican de "algarabía" (es decir, cosa de árabes) las legítimas aspiraciones nacionales de un pueblo.

La televisión y la calle.

En la inenarrable entrevista de RTVE1 ayer a Rajoy en la que seis periodistas curtid@s apenas atinaron con las preguntas verdaderamente importantes, María Casado, la sustituta de Ana Pastor, le preguntó algo así como si le preocupaba que mucha gente se sintiera irritada o frustrada (no recuerdo qué verbo empleó) por sus medidas, a lo que el presidente respondió que por supuesto, pues sería un irresponsable si no le preocupara.
Esa pregunta y esa respuesta resumen en cierto modo la situación actual y el resultado que se pretende tenga esa entrevista, la primera que concede Rajoy a la RTVE1 una vez la ha conquistado, purgado de sus elementos más "perniciosos" y convertido en un territorio amigo en el que nadie lo pondrá en aprietos. Me parece, incluso, que es la primera vez que Rajoy acude a la RTVE1 en años pues le tenía declarada la guerra desde los tiempos zapateriles. La entrevista vino a ser una manifestación de que, a pesar de encontrarnos en mitad de una crisis gravísima, vivimos en el mejor de los mundos, gracias a su esclarecida guía, su rumbo fijo, su tesón y responsabilidad. ¡Cómo no iba a preocuparle la irritación o la frustración de la gente! ¡Si sabrá él cómo está la calle!
Pues debe de saberlo tanto como el IVA de los chuches. La calle está en estado de indignación permanente, casi de insurrección social. En el plazo de breves días, la gente ha pitado en un par de ocasiones a Dolores Cospedal, una madre ha lanzado una fiambrera a la cabeza a Esperanza Aguirre, la multitud ha abucheado e insultado atronadoramente a la alcaldesa Ana Botella en la Cibeles en el acto final de la Vuelta ciclista, unos agraviados por las preferentes han pitado en la calle a Feijóo y en Valencia otros ciudadanos han lanzado huevos a Alberto Fabra. Estos hechos son inconexos, no están preparados ni coordinados por nadie pero, en su repetición y coincidencia, testimonian un grado alto de irritación entre la población contra los gobernantes del PP.
El carácter duro, arbitrario, despótico de algunas medidas del PP levantan oleadas de indignación. Y tiene que ser así. No es fácil que la población comprenda que quien cobra dos elevadísimos sueldos públicos elimine el salario de los diputados. Sí lo es que reaccione pitando y abucheando ante el carácter irremediablemente provocador de la actitud de Cospedal.
En la televisión, el presidente fue un doctor Pangloss que incluso vaticinó que revertiría las desagradables decisiones que se había visto obligado a tomar por culpa de la desidía y la incompetencia de Zapatero a quien no mencionó ni una vez por el nombre; que volvería a bajar los impuestos y el IVA. La única de los periodistas que formuló preguntas de fondo, Anabel Díez, de El País, le espetó en un par de ocasiones, como de paso, que había hecho lo contrario de lo que anunció y lo desconcertó preguntándole si, por ello, no creía que debía solicitar un voto de confianza en la cámara. Díez podía haber coronado la pregunta recordando el caso del actual gobierno japonés que ha convocado elecciones anticipadas por haber incumplido un punto de su programa electoral.
Respuesta casi segura de Rajoy: "Mire usted, los japoneses y nosotros somos muy distintos porque España y Japón son dos países muy diferentes. Yo respeto mucho a los japoneses, oiga, pero ellos son ellos, ya sabe, muy suyos, y nosotros somos nosotros, muy nuestros. Claro que no pediré el voto de confianza, eso es absurdo." Lo último no es lo que pudo haber dicho sino lo que dijo en realidad. ¡Pedir un voto de confianza por haber hecho lo contrario de lo que prometió en el pograma electoral! ¿En qué cabeza cabe?
En fin, qué entrevista. Qué nivel. Hubo un momento sublime, cuando el presidente explicó al periodista del ABC y, a través de él, a millones de españoles qué sucede cuando ingresas 1.000€ pero te empeñas en gastar 1.500.
Diez meses después de tomar el mando, Rajoy comparece ante la opinión a informar de que le corresponde adoptar una decisión de enorme importancia para 47 millones de españoles que debe sopesar cuidadosamente, razón por la cual, todavía no la ha tomado.
Es lo que se llama el liderazgo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 10 de setembre del 2012

Y a ustedes ¿quién les dijo que este iba a contestar?.

Terminada la pseudoentrevista de seis periodistas seis que se dejaron más del 70 por ciento de lo que interesa sin preguntar, en un contexto de tierra conquistada, con la sombra de Ana Pastor sobrevolando el plató, nadie, absolutamente nadie sabe si habrá o no rescate, cuándo será, cuáles sus condiciones, cuáles aceptará el presidente y cuáles no, si tocará las pensiones, si bajará más el sueldo a los funcionarios, si subirá más los impuestos. Nadie sabe nada en concreto porque, en su habitual farfulleo, Rajoy ha hecho lo de siempre: no contestar a nada en un torrente de topicazos, latiguillos, perogrulladas y puras estupideces, de esas que le encantan. "Mire usted", se engolaba el pavo con el periodista del ABC, encantado de impartirle una lección de teoría epistemología: "esto del déficit se lo explico enseguida. Si usted ingresa 1.000€, pero se gasta 1.500€, tiene usted un problema: el déficit". No había el periodista terminado de digerir tal muestra de ciencia cuando Rajoy impartía otra enseñanza de maestro Ciruelo esta vez a Victoria Prego: "Mire usted, esto del crédito es como la circulación de la sangre..."
En serio. No estoy inventándome nada. Todo fue así. Todo. Este mata las vacas a besos. En serio: ¿no había nadie en el PP con un CI algo superior?
No ha quedado nada claro. Nada. Lo único, creo, es que, operando con su criterio de campanario, Rajoy tratará de no pedir el rescate antes de las elecciones gallegas y vascas del 21 de octubre, que son las que verdaderamente le importan. Como hizo en Andalucía. Lo que sucede es que esta vez, conociéndolo ya como lo conocen los europeos es posible que no le dejen y lo obliguen a pedir el rescate.
Así podremos enterarnos de algo porque, con esta entrevista, la oscuridad es total.

La casta política.

César Molinas acaba de publicar en El País un artículo titulado Una teoría de la clase política española que es en realidad un capítulo o extracto de capítulo de un próximo libro suyo que promete ser interesantísimo. La pieza ha tenido una gran repercusión y ha movido mucha controversia en las redes, más que nada por proponer como solución al principal problema político español una reforma electoral en favor de un sistema mayoritario simple a una sola vuelta, al estilo del first past the post británico y que podríamos traducir como "el primero que llega, se la lleva". En el debate muchos sostienen que no es tal solución, pues consistirá en reforzar el sistema bipartidista y prolongar los males que aquejan a la patria.
Palinuro, a su vez, a quien el artículo parece brillante, muy bien escrito, riguroso y muy convincente, tiene dos puntos de discrepancia, uno en el origen del razonamiento de Molinas, referido al modo en que se organizó el Estado territorialmente en la transición, y el otro en la propuesta de solución que hace con el sistema electoral mayoritario, que le parece errónea.
El resto del artículo, a su juicio, pisa terreno muy firme. Su idea es que los políticos españoles forman una clase de privilegiados que vive de la captura de rentas, una casta extractiva, ajena a los intereses colectivos y que solo tiene en cuenta los suyos como grupo. Es un diagnóstico que coincide en general con la imagen que tiene la opinión pública, para la que esta casta política es un problema y que, si no se matiza, corre el riesgo de ser no del todo justa. El concepto "casta política" viene a corroborar la extendida idea de que "todos los políticos son iguales" y, si bien las excepciones son lamentablemente escasas, este enunciado es falso. Entre el señor Durán, que reside en el Palace y lleva treinta años viviendo opíparamente de la política y el señor Cayo Lara,  hoy por hoy, media un abismo y ocultarlo no sirve de nada. Lara demuestra palpablemente que cabe ser político sin pertenecer a casta privilegiada alguna. Y no digamos ya Gordillo.
No obstante, el grueso de los políticos, quizá el 90 o el 95 por ciento, en efecto, son casta y Molinas da en la diana. Su artículo, fundado en un buen conocimiento de las investigaciones académicas más recientes, edifica asimismo sobre terreno sólidamente empírico. En el fondo, trae causa de otros trabajos periodisticos que abrieron la veda de la corrupción política y la corrupción de los políticos, en concreto, el libro de Sergio Rizzi y Gian Antonio Stella (dos veteranos de este tipo de asuntos) La Casta, così i politici Italiani sono diventati Intoccabili (Milán: Rizzoli, 2007) y su réplica española a cargo de Daniel Montero, La casta. El increíble chollo de ser político en España (Madrid: la esfera de los libros, 2009). Molinas proporciona una visión más sólidamente teórica en el marco de la lógica de la acción colectiva y la teoría de la decisión racional que ve la clase política como un grupo que trata de maximizar su beneficio a basa de captar rentas en detrimento del bien común.
Ciertamente, es un diagnóstico correcto del principal defecto de algunos sistemas políticos democráticos, el español entre ellos.
Vamos a las discrepancias de Palinuro. La primera es acerca de la descentralización del Estado durante la transición. Molinas viene a decir que la vía del "café para todos" fue el (equivocado) planteamiento originario y no es cierto. El "café para todos" fe la chapuza, la solución atropellada para salir del paso cuando se puso de manifiesto que la intención original de establecer autonomías "de primera" (Cataluña, País Vasco y Galicia) y "de segunda" chocaba con la resistencia del resto que no la aceptaba. No fue, pues, plan originario sino error reactivo. No tiene mayor importancia, pero las cosas deben contarse como sucedieron. Por lo demás, el propio Molinas reconoce más adelante en su exposición este punto de que el "café para todos" fue una reacción poco pensada.
La segunda discrepancia es de mayor calado. Aunque Molinas diga que el sistema electoral de mayoría simple no es el "bálsamo de Fierabrás" (que, por lo demás, jamás existió) le otorga poderes casi taumatúrgicos. Pero con muy nulo fundamento racional o empírico. La idea de que, por establecer una relación directa entre el electo y el elector, el sistema de distrito unipersonal regenerará moralmente la política patria es puro wishful thinking. El ejemplo se aduce mirando casi exclusivamente a Gan Bretaña o algún otro English speaking country pero soslaya el ejemplo de los Estados Unidos cuya Cámara de Representantes, compuesta por una casta política con altísimos niveles de corrupción de todo tipo se elige por el sistema electoral mayoritario. El log rolling, la pork barrel politics se originan aquí. Es más, es el ejemplo del funcionamiento de la Cámara de Representantes el que Buchanan y Tullock tomaron para hacer la primera crítica demoledora a esta corrupción de la clase política y proponer la reforma constitucional que limitara el gasto público como único método de acabar con el desastre de la casta política. Es decir, del sistema electoral mayoritario no se sigue en modo alguno una regeneración moral de los usos políticos de los representantes. Son necesarios otros factores.
A la inversa, Molinas parece pensar que la corrupción del sistema representativo viene del régimen electoral proporcional, lo cual es tan inexacto como lo anterior. Prácticamente todos los países europeos occidentales, excepción hecha de Francia y, en parte, de Alemania, tienen sistemas electorales proporcionales con diferentes formas de listas: Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia, no son países en los que haya unas castas políticas tan descaradas, sinvergüenzas, privilegiadas y corruptas como en España e Italia.
Estas dos objeciones no pueden pasarse por alto. Las castas privilegiadas de rentistas corruptos españoles (de partidos estatales y de ámbito no estatal) no dependen del sistema electoral. Es casi seguro que seguirían siendo lo mismo con un régimen mayoritario. La corrupción de los políticos no es un problema de técnica electoral sino de educación, de cultura política y, sobre todo, de acción social y opinión pública. En un país en el que un Camps obtiene mayoría absoluta y un Fabra sigue en la vida pública hay un fallo evidente, pero no está en la mecánica electoral sino en el espíritu de la gente.

El discurso de Rubalcaba.

No conocemos el discurso/informe de Rubalcaba al Comité Federal (CF) porque fue huis clos, pero sabemos de sus líneas generales porque ayer nos informaron Elena Valenciano y el propio secretario general. Estuvo bien que los sociatas evitaran dar el espectáculo de una única voz y ofrecieran dos. Es verdad que en todo coincidentes. Pero la coincidencia parece haber sido la tónica general de este CF, dando con ello pábulo a la celebrada teoría de Molinas sobre la clase extractiva.
En síntesis, la dirección del PSOE da por cancelada una etapa de oposición presta a la colaboración con el gobierno pero permanentemente ignorada o rechazada. "Hasta aquí hemos llegado", proclama Valenciano. La responsabilidad es toda del PP. Ya no habrá más propuestas de concertación. O quizá sí, parece sugerir luego Rubalcaba, siempre más posibilista. Pero, desde ya se presentan las propuestas alternativas a las del PP para salir de la crisis formulando una oposición creíble.
En todo caso, parece haberse producido una reacción en el PSOE ante la radicalización y la polarización de la sociedad y la inquietud y la exigencia de su propia militancia de que se hiciera visible, se manifestara, presentara propuestas concretas. Estas parece que están de camino y su eje principal, según se anuncia, es una reforma fiscal que grave las grandes fortunas y las SICAVs; más o menos, estilo Hollande.
Hay una réplica frecuente a este tipo de propuestas del PSOE ahora: ¿por qué no lo hicisteis cuando estabais en el gobierno? Pregunta difícil de contestar. Y aun hay otra más difícil: ¿por qué habéis tardado casi un año en formularlas?
En todo caso, pelillos a la mar. Lo decisivo es que el PSOE reaparece en escena como partido de oposición, pidiendo disculpas por lo mal que lo hizo antes y prometiendo que ahora lo hará mejor. En todo caso, mejor que los gobernantes actuales. En definitiva, ha entendido el mensaje y promete actuar en consecuencia. No hay por qué no concederle el beneficio de la duda. Ni por qué regatear sugerencias. Por ejemplo, no estaría de más que el PSOE aclarara su posicion respecto a la propuesta federalista que vienen haciendo los del PSC.
De otro lado, la prueba del nueve serán los próximos barómetros de Metroscopia, el CIS, etc. Esos medirán el impacto de este risorgimento del PSOE y, por ende, las perspectivas de Rubalcaba. El dictamen frío de los números es apabullante y sobrevolaba el ambiente del CF tanto más claramente cuanto que nadie lo mencionó. Si después de este cambio de guardia Rubalcaba cosecha igual intención de voto y proporción de gente que no confía en él quizá deba pensarse su decisión.
Por supuesto, no es infrecuente escuchar en circunstancias similares que el candidato está decidido a vencer las encuestas. Es su derecho y lo ejerce. Lo que sucede es que pasarse tres años venciendo encuestas puede ser fatigoso.
(La imagen es una foto de Rubalcaba38, bajo licencia Creative Commons).

diumenge, 9 de setembre del 2012

Rajoy y Rubalcaba o cómo hundirse en las encuestas.

El gráfico de Metroscopia en El País de hoy cuenta la verdad de la vida, lo que todos vemos en la calle, el ánimo que se respira. El 84% de la ciudadanía desconfía de Rajoy. Perfectamente comprensible. Lo que no entiendo es en qué está pensando el otro 16%. Y el caso de Rubalcaba es todavía peor: el 89% desconfía de él. Ya hace falta ser malo para ser peor que Rajoy, pero Rubalcaba lo ha logrado porque en algo vence sin duda a su rival: si este no hace nada, él hace aun menos.
Rajoy carece de talla, de prestigio y, desde luego, de condiciones intelectuales para el cargo. Normalmente no se le entiende cuando farfulla algo y, cuando se le entiende, es porque está mintiendo. Rubalcaba también borda la nadería más engolada y todo se le va en esa actitud de abuelo bonachón, paciente con las travesuras de los niños. Los niños son los dirigentes y militantes de su partido que ven como este se hunde en los sondeos y corre el riesgo de convertirse en una fuerza política irrelevante, como ya lo es en Madrid y en Valencia y que exigen un cambio de rumbo a la dirección del partido. Pero Rubalcaba sabe más porque para eso lleva 30 años de servicios ininterrumpidos a la Patria. ¡A él van a decirle, con la experiencia que tiene! Paciencia y barajar que dentro de tres años sabe el hombre que va a ganar.
Será dentro de tres años. De momento, si se celebraran elecciones ahora, el PSOE sacaría un 25% del voto, su porcentaje más bajo jamás. Y lo grave es que no se beneficia en nada del descenso de 16 puntos porcentuales que ha tenido el PP desde marzo, 16 puntos que se irán a la abstención o a partidos menores que, a lo mejor, dejan de ser menores gracias a la obstinación de Rubalcaba de ofrecerse como alternativa que nadie quiere.
Los sociatas están reunidos en el Comité Federal a puerta cerrada para, supongo, hacer examen de conciencia y poner en orden la casa. Son ganas de perder el tiempo. Esta dirección está quemada. Ha tenido casi un año para articular una política alternativa al ataque y el desastre del PP y no ha hecho nada, salvo quejarse de que la derecha la desprecia. Parece que la reunión de hoy está pensada para dar un giro: no tiene sentido seguir con una política de oferta de pactos al PP que no quiere ni oír hablar de ellos. Brillante conclusión. Se parece mucho a aquella lógica absurda que traslucía una canción de Nat King Cole: "para qué quiero tus besos si tus labios no me quieren ya besar". Igual de absurdo. Igual de inepto.  El Comité Federal parece pensado para consagrar este nuevo cambio de rumbo, a ver si se consigue que el personal vuelva a considerar el PSOE como un partido capaz de gobernar según sus presupuestos y no de echar a correr a la primera dificultad, como hizo Zapatero, dejando abandonados a millones de votantes o como el Mr. Conejo de John Updike
Si Rubalcaba y su gente no resultaban creíbles cuando decían que harían algo distinto a lo que habían hecho en el gobierno, excusado es decir ahora cuando dicen que van a hacer algo distinto a lo algo distinto que hicieron antes. Hasta la credulidad de los militantes socialistas tiene, supongo, un límite.
Rajoy cuenta aún con un margen porque es el presidente del gobierno y le quedan tres años. Rubalcaba ha agotado el suyo y lo que está haciendo es hundir el PSOE.
Y todo por un capricho. Porque si, cuando se nombró a Rubalcaba candidato a la presidencia en 2011, era lo mejor que podía hacerse en las condiciones de emergencia de entonces para salvar el PSOE, hoy, con las elecciones perdidas, sin prisas y con tres años por delante para preparar las próximas, es absurdo que se presente de nuevo el derrotado de 2011 que, como se ve claramente, ni simpatiza con la gente, ni despierta confianza ni consigue levantar la intención de voto al PSOE.

A puerta cerrada.

Voto a tal que la dirección del PSOE vive en el pleistoceno. Hoy el comité federal del partido debatirá a puerta cerrada el informe del secretario general. ¡Qué pleistoceno! Antes, incluso, en la época de la guerra fría, cuando Kruschef presentó un informe secreto al XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1956.
Un informe ante los 250 miembros del Comité Federal a puerta cerrada es, de hecho, un informe secreto.
Informe secreto, puerta cerrada. ¿A qué suena esto? ¿A qué suena en la era de internet, de la información universal en tiempo real?
¿Cómo va a impedir Rubalcaba que se filtre en las redes su documento si, al declararlo secreto, ha puesto a todos los hackers, wikilikeanos, anonymous sobre la pista de la codiciada presa?
Y, sobre todo, ¿cómo va a impedir que algunos de los 250 compañeros socialistas tuiteen desde sus móviles lo que esté pasando en el Comité Federal? La única forma que se me ocurre es que instale un inhibidor de frecuencias, con lo que dejará el Comité fuera de cobertura. Pero, ¿hasta dónde está dispuesta a llegar la dirección del PSOE para impedir que se haga público su debate interno? Y, sobre todo, ¿por qué lo oculta?
La puerta cerrada va a estar abierta de par en par. Pero lo interesante aquí es indagar en el uso de las fórmulas. A puerta cerrada, sin duda algo previsto estatutariamente, supongo, transmite una idea de secreto y misterio, enemiga de la transparencia democrática del debate político. ¿Qué decía el Informe secreto de Kruschef? Pues básicamente que Stalin, su antecesor en el cargo en el PCUS, era un déspota, un tirano y un criminal. ¿Qué dirá el secreto informe de Rubalcaba? No acusará a Zapatero de criminal, imagino, pero lo criticará, no se sabe si reconociendo o no la parte de culpa que a él le cabe. Kruschef no lo hizo; Rubalcaba, más realista, algo admitirá; pero poco.
Si las palabras no son gominolas, cuando se anuncia un debate de estrategia, se está hablando de cuestiones graves, de principios, de valores, de compromisos e ideales. Hurtar este debate a los militantes en particular y a la opinión pública en general es ir directamente contra el espíritu del tiempo, el Zeitgeist.
No han calculado bien los socialistas el desastroso efecto que esta actitud de madriguera va a producir en una esfera pública dominada por la comunicación. Les brindo las dos consecuencias inmediatas:
1ª: al final del sanedrín, el secretario general ofrece él solo una rueda de prensa. Todo un adelanto. Ya han conseguido que el partido hable con una sola voz: la del jefe. El contenido es imaginable, pero Palinuro, no siendo profeta, esperará a que Rubalcaba lo exprese. Lo interesante ahora es eso: una única voz, algo ya cercano al temible "pensamiento único". ¿Y los 249 restantes? ¿No van a hablar? ¿Remitirán todos a la sabiduría incontestable del secretario general? ¿Nadie esbozará una crítica? No es creíble, ¿verdad?
2ª: una vez recibido el verbo del secretario general y debatido a calzón quitado, cara a cara pero a puerta cerrada, al final, los 250 miembros de tan augusto órgano se diseminarán por todos los puntos geográficos del reino llevando a los suyos noticia de la nueva estrategia. Es como la difusión de la verdad en un espíritu evangélico. No saben para qué sirven las redes sociales. No saben emplearlas. Pero el debate van a tenerlo precisamente en las redes sociales.
¡A puerta cerrada! Hay que fastidiarse con los que quieren conquistar el futuro.

dissabte, 8 de setembre del 2012

Los abalorios de Las Vegas y los gobernantes palurdos.

El largo tira y afloja entre el multillonario de extrema derecha Adelson y los paletos españoles de todos los niveles de la administración toca a su fin. Parece que gana Madrid frente a Barcelona, probablemente porque habrá ofrecido condiciones más suculentas que los catalanes, habrá hecho más concesiones, se habrá arrastrado más o habrá prometido más oro y más moro.
Porque ese es el negocio de Adelson: llegar a un sitio, ofreciendo instalar su basura de neón y que las autoridades del lugar, emocionadas con el maná que el gran dios gringo promete, le entreguen las llaves del reino y se pongan a su disposición para lo que guste mandar. Ya ven sus eriales convertidos en jardines colgantes artificiales en donde nadan cocodrilos amarillos en aguas color rubí y Landrú se columpia de una reproducción de la Torre Eiffel a tamaño natural.
Serán palurdos...
Alderson viene a hacer negocios él; a sacar dinero él en un país en el que los aborígenes, es decir, nosotros, no sabemos hacerlo. Sus condiciones son leoninas: 1) Diez años de vacaciones fiscales (que pagaremos los españoles); 2) participación propia del 35 por ciento; el resto lo ponen españoles; 3) construcción de infraestructuras a cargo de los españoles; 4) todo tipo de ventajas laborales para el patrón; 5) derogación de cuantas leyes nacionales le molesten: de momento es la ley antitabaquismo, pero puede ser tambien la legislación contra el blanqueo de dinero o lo que sea; 6) prohibición de los sindicatos. Y eso en cuanto a las estipulaciones públicas, que se conocen. Luego están las secretas, que no se conocen, en lo esencial, el compromiso de devolverle su dinero si las cosas van mal.
¿Es que somos imbéciles?
Pues sí, lo somos. Sobre todo, el gobierno, encantado de que venga un pollo con una estafa muy preparada para colaborar con él expoliando (más) al pueblo español.
Porque ¿qué tiene este proyecto que unos empresarios españoles -si hubiera alguno capaz de pensar a un nivel superior al de las gallináceas- no pudieran ofrecer por su cuenta? Los adefesios de Las Vegas, las imitaciones de las pirámides, el Taj Mahal, o el Kremlin, no pagan derechos de autor y cualquiera puede erigirlas. De las ruletas y máquinas tragaperras no hace falta hablar y los clientes los vamos a poner todos nosotros, españoles y europeos; la demanda es nuestra. ¿por qué echarse en brazos de un extranjero que apenas arriesga el 35% del total invertido y en condiciones de absoluta seguridad?
Pues porque somos unos palurdos y nos merecemos que vengan estos avispados a explotar nuestros recursos y quitarnos los cuartos poco más o menos como, hace 500 años, los conquistadores quitaban el oro a los aborígenes de América con abalorios. La dirección de la estafa ha cambiado, pero la estafa es la misma y los mismos los estafadores y los estafados con los roles invertidos.
Palinuro no tiene nada en contra de un Las Vegas en Alcorcón, Paracuellos o donde sea en Madrid o en otra parte de España. Nada. Al contrario, es una buena idea, mueve mucho dinero, dará mucho trabajo y aumentará la riqueza general. Tiene en contra de que se haga bajo patrocinio y administracion extranjeras en lugar de poner en marcha un proyecto exclusivamente español si acaso con participación de capital europeo, pero con iniciativa española y europea. No por patriotismo sino por interés. Exactamente como lo hace Adelson.
Pero convencer de esto a unas autoridades absolutamente paletas, que no hablan idiomas, no han viajado más allá de Alpedrete y creen que God bless America significa "hazte de oro en diez segundos", es imposible.
Y no se crea que la oposición tiene mejor papel. Allí en donde las derechas en el gobierno babean tras los dólares del toco mocho de Adelson, la oposición todavía hace más el ridículo articulando su crítica en un terreno absurdamente moral: la prostitución, el juego, la trata, el blanqueo... ¡Sodoma y Gomorra a un paso de San Francisco el Grande! Este juicio tan convencional sobre el real Las Vegas me hace sospechar que quienes lo formulan con gazmoñerías de beata de adoración de María no han estado jamás en Las Vegas ni la han visto por el forro. Lo que dicen parecen las tonterías del Ejército de Salvación y no es más aplicable a Las Vegas que a Chicago o El Paso. Y ello sin contar con que Madrid tiene más putas, putos, ludópatas, proxenetas, pederastas (cuenten los curas), blanqueadores de pastuqui, corruptos y ladrones, sin contar políticos sinvergüenzas, que diez Las Vegas juntas.
(La imagen es una foto de stevendepolo, bajo licencia Creative Commons).

Zafarrancho de combate.

Está claro: España será rescatada. Rescate blando, suave, duro, eso ya se verá. ¿A qué coste? Ya nos lo dirán, cuando Rajoy formule la petición. ¡Ah, pero el astuto Rajoy no quiere formular petición alguna antes de conocer las condiciones! Sí señor, el buen jugador de mus mantiene el farol. ¿Hasta dónde? Hasta donde lo permita la prima de riesgo. Si vuelve a subir a lo loco habrá que pedir el rescate ipso facto para no obligar a los españoles a pagar todavía más; si se queda quieta, el gobierno tendrá un margen para hacerse el interesante.
¿Qué cómo se hace interesante un gobierno en Europa? Atacando a la propia población, privándola de sus derechos, reprimiéndola, empobreciéndola. Los ejemplos son ya innumerables: los salarios, las jubilaciones, las prestaciones por desempleo, las ayudas a los dependientes, la enseñanza y la sanidad públicas, todos los beneficios del Estado del bienestar están bajo ataque, bajo un fuego graneado por decreto que está derribando el sistema de protección y justicia social que se puso en marcha en Europa a partir de la segunda guerra mundial y en España recibimos tardía e incompletamente. Y, mira por dónde, además de tardío e incompleto, resulta que es insostenible, según pontifica Aznar. No se moleste nadie en ir a la hemeroteca a buscar las veces que Aznar habrá dicho que su mayor preocupación es conservar y mejorar el Estado del bienestar. Serán docenas. Pero eso al personaje le da igual: el Estado del bienestar, las armas de destrucción masiva, los desiertos y lejanas montañas. Todo le da igual. De lo que se trata es de vencer ideológica y militarmente a los que los amos del mundo (básicamente los Estados Unidos, en segundo círculo los países anglosajones y en tercero la Unión Europea) consideran enemigos. Sin olvidar que estos son externos, como los radicales islamistas, o internos, como los radicales a secas.
Esta guerra del gobierno contra su propio pueblo no es la única que tiene que luchar. También tiene otra en la derecha entre partidarios y adversarios de Rajoy, siendo los primeros ABC y La Razón y los segundos El Mundo y La Gaceta. Y otra más en el caso Uribetxeberria. La primera, la que divide el frente mediático impreso de la derecha, se refiere al modo en que Rajoy está encarando la negociación del rescate. Como un idilio de amor entre Merkel y Rajoy, al modo de Tristán e Isolda, según los muy ditirámbicos ABC y La Razón. Como una "bajada de pantalones", según el siempre pintoresco lenguaje de El Mundo y, por supuesto, La Gaceta.
La segunda divide al PP entre los duros de la política antiterrorista y los más duros aun ya que nadie tolera que lo consideren blando. Los primeros quieren al etarra fuera por razones humanitarias; los segundos lo quieren dentro también por razones humanitarias, aunque más pendientes de las víctimas.
Esta gresca de la derecha es posible porque la izquierda no es una amenaza. El PSOE está desmantelado desde la derrota del 20N, con una capacidad de reacción limitadísima. Pasar del gobierno a una oposición parlamentaria irrelevante desconcierta. Pero, a casi un año ya de las elecciones, hora va siendo de que el socialismo haga acto de presencia que no sea para decir que no hay modo de tratar con la derecha gobernante.
En IU reina el optmismo. El ejemplo syriza resulta fascinante y va a ensayarlo en Galicia, aprovechando la evidente radicalización social general. Su esperanza es alzarse con la hegemonía de la izquierda, como en Grecia y, de ahí, irradiar a toda España. Por primera vez en la democracia esa pretensión no es enteramente disparatada.

divendres, 7 de setembre del 2012

El gobierno de los ricos.

Alberica, la nibelunga, vino acompañada de un puñado de valkirios, a hacer negocios con los spanische Partnern, o sea, los empresarios españoles. Estuvieron estos encabezados por el jefe máximo de la patronal, Juan Rosell, antes presidente de Fomento del trabajo nacional, la patronal catalana. Queda claro y patente a la luz del día que el gobierno de España es de los empresarios. A nadie se le ocurre una reunión así en la que estuvieran los jefes sindicales. El trabajo está ausente de la labor de un gobierno cuya ministra competente es incompetente por no haber trabajado en su vida, salvo como cargo de su partido. El oído del presidente lo tiene Juan Rosell.
El gobierno comprende empresarios, se relaciona con ellos y razona como ellos. Su actividad legislativa consiste en convertir en leyes (mejor dicho, en decretos-leyes) los deseos de los empresarios. Por eso, la ministra Báñez, la que no ha trabajado nunca, quiere suprimir las vacaciones pagadas con la excusa de que "no podemos permitírnoslas". Es el clásico truco de la fabla absolutista de la derecha. ¿Quiénes no nos podemos permitir las vacaciones pagadas? ¿Quiénes somos nos? Es evidente, ¿verdad? Los empresarios, porque los trabajadores todos pueden permitirse las vacaciones pagadas; hasta les gustaría tener más.
Los griegos, en situación parecida, ya están pensando en la jornada semanal de seis días. A trabajar los sábados. Aquí se planteará en cualquier momento. Y luego vendrá el límite de jornada laboral, el salario mínimo y, si la gente se deja, la idea misma de salario. Si hay quien está dispuesto a trabajar por la pitanza, ¿por qué no? ¿Por qué pagar a los trabajadores sus vicios, como los zapatos o la vivienda? Que se busquen la vida, como todos.
Y no digo nada del seguro de desempleo pero, ¿acaso este no es una forma de vacaciones pagadas a cuenta del Estado?  ¿Y las jubilaciones? ¡Vacaciones pagadas sin límite temporal a cuenta de las generaciones venideras! Fuera con ellas.
Obsérvese que estas políticas ultraliberales no se reducen a poner coto y desmantelar el Estado del bienestar sino que plantean la represión en el terreno de los derechos fundamentales de la persona. No son criterios de ahorro, sino económicos de beneficio, morales y políticos los que están en juego. Los ricos quieren ser más ricos a costa de los pobres. Viene todo de la idea dominante de la productividad de España como conjunto, de ver el país como una empresa, gestionada con criterios empresariales. Esto es, una vez asegurada la financiación a través del rescate blando, ahora hay que poner en marcha actividades empresariales con alta productividad, que se obtendrá esencialmente deprimiendo los salarios directos e indirectos. 
Y había quien decía que el PP y el PSOE son lo mismo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 6 de setembre del 2012

Tú miente, que algo siempre cuela.

Cada cual verá el espectáculo de hoy en La Moncloa con los cristales del color que le apetezca. Los patriotas de la "gran nación", el Imperio, la España imperecedera, cuna de civilizaciones y rojos en las cunetas, verá un exitazo de la política clarividente de Mariano Rajoy, de su habilidad negociadora, su dominio de la situación. Él solo ha doblegado con un único gesto a Alemania y Bruselas, ha hecho morder el polvo a los enemigos de España, ha salvado a esta de la ruina y ha garantizado su estabilidad y su futuro.
Para Palinuro, siempre más realista, el país ha visto al presidente de la gran nación puesto de hinojos, implorando dinero de la alemana que ha desembarcado hoy en su Estado-cliente mientras su agente en Bruselas, Mario Draghi, hacía sonar la bolsa y negaba cualquier ayuda que no fuera en los términos de un rescate, palabra que Rajoy se niega a emplear pero que define muy bien una situación expresa en las de Angela Merkel en sentido invertido: "yo no he venido aquí a decirle lo que tiene que hacer". Es decir, es exactamente a lo que ha venido: a dar las órdenes. Y estos neofranquistas del gobierno, acostumbrados a pasar como muestras de fiera independencia sus reverencias lacayunas, encantados de la vida de que les digan lo que tienen que hacer porque, si no es así, no lo saben.
El propio Rajoy ha hecho su habitual papel de mentiroso compulsivo a la perfección. Al final de la mañana estaba todo meridianamente claro: Merkel autoriza a que Draghi afloje la bolsa y entregue dinero siempre que España pida el rescate oficialmente. Con esto ya solo quedaba una pregunta y sólo quedaba alguien que pudiera contestarla: "Señor Rajoy, ¿pedirá usted el rescate?" La pregunta se hizo, pero el presidente, mirabile dictu, no la contestó. ¡A él lo van a atrapar contestando a cuestiones difíciles en las que te puedes pillar los dedos!
Dejó sin contestar la pregunta, como hace siempre que algo es de importancia, y se puso a decir incongruencias y mentiras, como acostumbra y que le salen mucho mejor que las respuestas concretas, si bien solo contribuyen a consolidar la opinión general de que este hombre no tiene categoría ni para conserje de casino. Ni siquiera el de Eurovegas. Aunque parezca mentira, su declaración formal y la que la página web de La Moncloa destaca en portada es: Hoy queremos disipar de forma categórica cualquier duda sobre la continuidad del euro. Es un enunciado tan fantástico, absurdo y estúpido que no solo retrata al que lo profiere como lo que es, un cantamañanas, sino también a su auditorio como borregos, si no protestan ante la desmesura.
Queremos, dice este hombre, como si él pintara algo en un momento en que está pidiendo que lo saquen a flote y le permitan llegar a fin de mes.
De forma categórica. Él. Él hablando de forma categórica.
Sobre la continuidad del euro,  que depende tanto de él como el anochecer cuando de lo que se discute es de si se echa a patadas a España del euro y no de la continuidad del euro. Esta de confundir la continuidad del euro con la presencia de España en él es la mentira más lamentable de la catarata de embustes con que este neofranquista fuera de su tiempo se engaña a sí mismo y pretende engañar a los demás.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

El oro del Rin.

Tanto se ha escondido Rajoy en su madriguera que baja la nibelunga a sacarlo de ella. Este es el momento de la verdad para el español que, según manifiesta, espera que el rescate que nos espera sea "suave" y no haya condiciones leoninas. Igualmente confía en alguna vaga promesa de Draghi, el gobernador del BCE de que saldrá a la lonja a comprar deuda. Y esas son todas sus armas frente a la Geldmacht. O sea, ninguna. Es el vencido que pide condiciones, fiado en la merced del vencedor.
El que decía al principio de su mandato que andaba presionando por Europa está ahora desasistido, casi tan desahuciado como él tiene al país y sin poder respirar bajo la losa de la prima de riesgo. Vae victis. Condiciones las habrá y supondrán más retrocesos y sacrificios para los españoles, el género que Rajoy tiene que vender en el interior del país. Y en un momento de elecciones autonómicas, que son las que más le importan porque sigue viendo el mundo con los ojos de presidente de la Diputación de Pontevedra.
Después de tantos cabildeos, cumbres y consejos, de tantos ditirambos a la unión europea, de tanta proclama europeísta y de amor por el euro, de lo que se trata es de ver quién pone el dinero del rescate español y el dinero en Europa lo ponen los alemanes que controlan el Banco Central Europeo. Así que, con la bendición del Banco Federal alemán, aquí están nuestros amigos alemanes a hacer negocios. No me extrañaría nada que a cambio del oro del Rin nos pidieran una prenda. Por ejemplo, Mallorca. Prácticamente ya es suya.
Pero Rajoy no está para estas pequeñeces sino para los asuntos trascendentales, como las elecciones gallegas o la suerte de Uribetxberria. En verdad, este último episodio no se paga con todo el oro del Rin, pero dudo de que una alemana lo entienda. Ni el resto de los europeos. Al margen de los factores humanos, de si la enfermedad y la muerte, lo llamativo del caso es la intransigencia de la derecha. Es tanta que amenaza con provocar una crisis en el PP. Justo lo que le faltaba al gobierno.
(La imagen es una foto de Aleph, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 5 de setembre del 2012

La visita de la dama y los tiempos muertos.

Mañana viene Merkel a pasar revista a la tropa de la Marca Hispánica. El santo se viste hablando de no sé qué comisión conjunta hispano-germana a la que habitualmente acuden ministros y burócratas. Lo decisivo es la visita de la Canciller, que corona el desfile previo de sus dos alabarderos, Van Rompuy y Hollande, y que viene a impartir órdenes y tomar la decisión definitiva o a decir que va a tomarla, en un problema que se arrastra desde el año pasado por estas fechas.
El margen de maniobra de Rajoy es inexistente y por eso el hombre repite que a su vez adoptará una decisión el día en que se le comuniquen las condiciones que se aparejan con las distintas alternativas. La sola mención de la palabra enfurece a los teutones para quienes solo hay dos opciones: el rescate o la quiebra, tercero excluido. O sea, Rajoy excluido.
De hecho, ya se excluye él solo. Como buen político parroquiano, se pierde en Europa, cuyas lenguas ignora, y se centra más en los asuntos internos, sobre todo, los del terruño. Un gobernante enfrentado a la peor crisis económica da la historia del país no tiene nada mejor que hacer los fines de semana que pasear por Galicia animando al voto para ganar allí las elecciones. No es exactamente lo mismo que cuando Felipe IV se pasaba el día de caza mientras ardía el Imperio pero se da un aire.
Europa es cada vez más un hinterland, un territorio, un "patio trasero" alemán. Esta vez no por las armas, en donde los alemanes han tropezado dos veces, sino por el dinero. En Europa se hace lo que Alemania dice. Y cuando Alemania calla, los demás pueden decir misa porque están en tiempo muerto, algo que los propios que lo viven, cuando son lo bastante inteligentes para darse cuenta, llevan con callada resignación.
Hollande y Monti estaban de cháchara de tiempo muerto en Roma y hablaban sobre la necesidad de que el euro siga su marcha triunfal y que la idea de Europa se expanda por el universo, como el Challenger. De pronto, uno de ellos mencionó que convenía dar un toque al Banco Central Europeo para que compre deuda de los países atribulados y Hollande dijo que de eso convenía no hablar. Tiempo muerto. De eso, quien habla es Frau Merkel. Los demás escuchan y obedecen. Hasta Rajoy a quien a lo mejor pilla el mensaje de Berlín en un mitin en Redondela.
Y no es de ahora, aunque ahora se haga más visible. Esta práctica de los tiempos muertos viene del comienzo de la crisis. Dice Hollande que en el Consejo Europeo de octubre se propondrá una fórmular para solucionar el problema de Grecia y España. Ya solo que los dos países aparezcan juntos hace temer lo pero. Pero, además, ¿acaso no se trata del enésimo aplazamiento? Ahora es a octubre. Desde agosto de 2011 son ya incontables los Consejos, Cumbres, reuniones, conferencias, que se han ido produciendo según se iba aplazando una y otra vez la decisión sobre España que hoy sigue siendo materia de especulación tan confusa como siempre en los tiempos muertos.
(La imagen es una foto de Abode of Chaos, bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 4 de setembre del 2012

La movilización social permanente.

Acabo de escribir una columna para maspublico, un periódico "libre y profesional" con el que colaboro y que recomiendo, claro, sobre la accidentada apertura solemne de curso de las Universidades públicas. La he puesto en relación con el Estado de movilización permanente. Esto es con lo que el gobierno ha de lidiar, él tan amante de los toros. Estará encantado. Tiene prácticamente el país entero en contra, excepción hecha de los curas, aunque supongo que los cristianos de base ya estarán preparando alguna de sus llantinas colectivas acerca de qué mala es la jerarquía que no se pone del lado de los pobres como ordena Cristo.
Los mineros, los funcionarios, los parados, los activos, los enfermos, los sanos, los jubilados y los por jubilar, los científicos, las mujeres, los gays, los jornaleros, los médicos, los catalanes, los vascos y ahora, por tener, tiene en contra su propio partido, en el señero tanto monta monta tanto Esperanza como Oreja. A los etarras, desde luego, no se los ha ganado y las asociaciones de víctimas están en pie de guerra. Y él, por su lado, ha fingido ignorar las reiteradas ofertas del PSOE de compartir el peso de la cruz. Con lo cual está literalemte solo ante el peligro.
Se le ha sublevado la sociedad cada cual por su lado. El nacionalismo no español cobra nuevos bríos y esos mismos han conjurado de nuevo a la vida a un espadón del XIX que amenaza con invadir Cataluña o bombardear Barcelona si hay intento de secesión.
Bajo su infeliz apariencia de hombre sin atributos, al estilo de Musil, Rajoy ocultaba un temperamento autoritario, inclinado a gobernar por decreto-ley, a no escuchar a nadie ni a dar explicaciones de nada, tendente a escurrir el bulto y consagrar sus apariciones públicas a ceremonias de Estado. Es un autoritarismo positivista: las normas valen porque son normas, no porque sean justas. En aplicación de este lamentable criterio, la mayoría absoluta de que dispone Rajoy le permite prescindir del Parlamento sin faltar a la ley. Y lo hace.
Pero de lo que no puede prescindir es de la sociedad, porque solo cuenta con el 30 por ciento del voto (ahora, seguramente menos por la oposición interna que también padece) frente al 70 por ciento que no lo ha votado. Un treinta por ciento del voto no autoriza a cambiar por decreto la legislación del aborto, ni el sistema educativo de raíz, sino que obliga a consensuar y negociar. Salvo que lo que se busque sea precisamente una situación de oposición generalizada que conduzca al caos y permita justificar una solución de Espadón. A este, en concreto, convendría mandarlo allí en donde no pueda hacer daño.
La sociedad española está polarizándose en exceso. La crisis, ya prolongada, fomenta la crispación, el nerviosismo, la agresividad. Y todo eso no ayuda a salir del hoyo sino al contrario. La polarización es porque aumenta la radicalidad en los dos polos a través de una conocida dinámica de acción-reacción muy peligrosa. El gobierno no puede seguir siendo tan descaradamente el gobierno de una minoría en contra de la mayoría de la sociedad porque la movilización social permanente puede acabar en un estallido social.
Hasta el PSOE, la pesada galera de la izquierda, parece salir del letargo o del noqueo del tortazo del 20N y largar vela. Ocho meses ha llevado a Rubalcaba entender que a su colega diputado se le ha subido el laurel a la cabeza, ya se ve como césar invicto y no tiene por qué negociar con la plebe. Veloz no es el chaval; pero será seguro. Ahora, un puñado de díscolos conmilitones está escorando la nao a la izquierda y hacia ahí parece orientarse. Menos mal. Aunque conviene que se pongan rápido al día porque venir ahora quejándose de que Rajoy no es un hombre de palabra no dice mucho sobre la rapidez de juicio de quien lo hace. Efectivamente, no es es de palabra; de una sola palabra; es de muchas, infinitas, según sople el viento.
La función del PSOE no es explicar al mundo lo que el mundo ya sabe, sino exponer qué entiende en concreto por una alternativa socialdemócrata de izquierda tanto dentro como fuera del país, cómo piensa llegar a ella y cuáles son las capacidades con que a su juicio cuenta el PSOE ahora mismo para conseguirlo. Muy sencillo.
(La imagen es una foto de Izquierda Unida, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 3 de setembre del 2012

La Universidad despierta

El 99 por ciento de los políticos con mando o en la oposición son titulados universitarios. ¿Por qué esa inquina contra nuestra alma máter? Alguien dirá que no hay tal, sino que se aplica al ámbito universitario el mismo rasero de recortes que al resto del gasto públicos.
Mentira.
El gasto público destinado a la iglesia no se ha recortado un solo céntimo de euro. Si al gobierno le parece bien seguir financiando una secta supersticiosa, que viene del más negro pasado, y recortando el centro de producción científica del país, única esperanza de futuro, tendrá que admitir que este se defienda.
El gasto público militar -casi todo él perfectamente prescindible- sigue siendo demasiado alto. Solamente con dejar de comprar dos cazas a los gringos -que, de todas formas, no volarán por falta de combustible- se pueden devolver los 175 millones de euros que la derecha pretende birlar a las Universidades públicas.
La enseñanza privada no debe estar subvencionada. Si los ricos y los meapilas quieren llevar a su hijos a que los curas los domen, háganlo en buena hora, pero con su dinero; no con el de todos.
A la vista de lo que suelta por su boca Mariano Rajoy, los seiscientos y pico asesores sobran. También sobran todos los cargos "de confianza" ("confianza", tratándose de políticos de la derecha; ja) que no son otra cosa que parientes, nepotes, allegados y todo tipo de enchufetas. Solo con lo que se ahorra en esos capítulos se pueden dejar en paz las universidades.
¿Por qué no se hace?
Sencillamente porque, aun siendo universitarios, los políticos reaccionarios odian la universidad, especialmente,la universidad pública porque en ella se fomenta el espíritu crítico, que es lo que más aborrecen. Prefieren las universidades privadas, sobre todo de jesuitas, de curas, de sectas católicas, de donde la gente salga bien aborregada para pasarla luego por la televisión y que los voten. 
Así que olé por los estudiantes, profes y PAS que ayer dijeron a las autoridades lo que los universitarios pensamos de ellas, de su permanente injerencia en nuestros asuntos, de su insolencia y prepotencia. Esperanza Aguirre, siempre tan astuta, igual que la beata de Lucía Fígar -ambas enemigas juradas de la libertad de pensamiento- no se dejaron ver y la bronca se la cargó el director general de Universidades, Jon Juaristi, el  converso de la derecha. Está en su sueldo, que será alto, seguro.
Algunos rectores, entre ellos el de la Complutense, José Carrillo, deploraron los hechos y aseguraron que así no se consigue nada. Espero que fueran declaraciones de circunstancias para no parecer que respaldaban las protestas y no ser presa de la brutalidad mediática de la derecha. Pero si alguno lo dijo pensándolo de verdad, que reflexione un poco. Frente a la arbitrariedad y la imposición de un poder que no conoce límites, esta es la única forma de protesta que tiene éxito porque da a entender a la carcunda gobernante que, aunque no los reconozcan, esos límites al despotismo existen y están representados por una comunidad universitaria que no se dejará amedrentar y menos expoliar en provecho de los curas, los ricos y los puros delincuentes.

El nacionalismo no nacionalista.

Ayer y hoy, un obsequioso ABC da una inenarrable entrevista-jabón al presidente del gobierno.Entre la faramalla de mentiras, patrañas, engaños y medias verdades que contiene destaca una afirmación al desgaire que contiene la clave no de la política del PP o de Rajoy, sino del conjunto del sistema político español. Dice el presidente del gobierno que CiU es un partido nacionalista y el PP no es nacionalista
Se trata de una convicción que dicen compartir los partidos dinásticos españoles: nacionalistas son el PNV, Bildu, CiU, ERC, el BNG, CC y algún otro. Las demás fuerzas políticas, el PP, el PSOE, IU, UPyD, etc. no son nacionalistas.
En el PP se integran todas las energías del nacionalismo español más exaltado, desde la extrema derecha al neoliberalismo que, por cierto, tienen muchos elementos en común. Pero el PP no es un partido nacionalista. En sus manifestaciones suelen ondear más banderas rojas y amarillas que las de la gaviota. Pero el PP no es un partido nacionalista. El propio Rajoy afirma que España "es una gran nación" y, cuando a Zapatero se lo ocurre decir que "el concepto de nación es discutido y discutible", salta él de inmediato sosteniendo que el concepto de nación (su concepto de nación) es indiscutible . Pero el PP no es un partido nacionalista.
Una de dos: o no sabemos qué sea el nacionalismo o alguien, para variar, miente.
Si por nacionalismo entendemos aquella ideología que pone los supuestos intereses de la Nación por encima de cualquier otra consideración, así como la idea de que toda Nación tiene derecho a contar con una Estado propio, el PP (al igual que las demás fuerzas políticas españolas) es tan nacionalista como el PNV, CiU, etc. Si no, más. Por supuesto, no es nacionalista vasco, catalán, gallego o canario, no. Es nacionalista español. La única diferencia con los otros es que cuenta con un Estado propio mientras que aquellos han de contentarse con ser parte de un Estado que no sienten como propio de sus Naciones.
Porque este el material básico del nacionalismo: el sentimiento.
Por supuesto que el PP es nacionalista hasta las cachas. ¿Por qué afirma que no es así? Pues porque todo cuanto dice no trata de convencer sino de vencer; toda afirmacion (o negación) es un arma para destruir a alguien. En este caso el PP o Rajoy, tanto da, al negar el nacionalismo, lo hace de menos y trata así descalificar los nacionalismos ajenos. Incluso el nacionalismo español que no es destructivo, el nacionalismo español de quienes, como Palinuro, son respetuosos de los derechos de los demás nacionalismos no españoles. Y es bien claro: palinuro es nacionalista español porque prefiere que España está formada como hasta ahora por castellanos, catalanes, vascos, gallegos, andaluces, etc. Pero que lo esté voluntariamente, por la aceptación libre de las partes. Es decir, Palinuro es un nacionalista español que reconoce el derecho de autodeterminación de las otras naciones en España.
"¡Ah, pero eso no puede ser!"  ruge la derecha "no nacionalista" "Porque supone relativizar el concepto de Nación española y ya sabemos por ciencia infusa que el concepto de Nación (el de nuestra Nación) es indiscutible. Nuestra Nación es la única que hay en España y el garante último de su unidad, ojo, es el ejército". 
Por esto sostiene Rajoy la evidente falsedad de que el PP "no es un partido nacionalista", con el fin de combatir los nacionalismos no españoles así como la posibilidad de que se articule una visión democrática y liberal del nacionalismo español, el unico que tiene una fórmula eficaz de resolver el problema nacionalista español  a través del libre pronunciamiento de los pueblos.
El falso "no nacionalismo" español es, en realidad, un nacionalismo impositivo y excluyente que no se atreve a manifestarse como tal pues lo que le importa es mantener el estatu quo, incluso aunque sea injusto, aceptando los nacionalismos no españoles mientras no pasen de ser sanos regionalismos, al estilo de Fraga y rechazando de plano un nacionalismo español que no niega serlo pero no coincide con la idea indiscutible  de nación de Rajoy y la derecha.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).