divendres, 24 d’agost del 2007

El cuadrilátero de la derecha.

El guirigay montado en el partido de la derecha es un espectáculo del que cabe extraer algunas provechosas enseñanzas. Por supuesto, las declaraciones a la afición siguen afirmando la unidad cerrada de los conservadores bajo la esclarecida guía del señor Rajoy a quien todos, para sus coletos respectivos, dan ya por líder amortizado antes de su estreno puesto que, si los manes de Cánovas no lo impiden, en marzo de 2008 sufrirá una aparatosa derrota a manos del incompetente bobo solemne bambi genuflexo ante ETA vendedor de Navarra. El señor Gallardón sigue postulándose a lomos de sus cuatro mayorías absolutas, como si no temiera las ominosas advertencias que le lanza el legionario de Cristo, señor Acebes, decidido a cerrarle el paso por miedo a sus proclividades socialistas y quién sabe si bolcheviques. La señora Aguirre, trasunto de Mrs. Thatcher, que tiene la contundencia, la resistencia y los redaños que le faltan al señor Rajoy, lanza venablos contra el ambicioso alcalde de Madrid, desesperada de que el legislador haya sido tan necio para hacer compatibles los cargos alcalde y diputado pero no los de diputado y presidente de Comunidad Autónoma. Por último, el taimado señor Rato espera entre bambalinas a que los dos gallos madrileños se desplumen y destrocen para suceder al futuro derrotado señor Rajoy que fue quien a su vez le arrebató el puesto de sucesor cuando el señor Aznar decidió ante sí y ante la historia que sería el registrador de la propiedad quien continuase su labor y no el economista.

Las enseñanzas que se extraen de este sordo combate son variadas. En cuanto al señor Rajoy, quizá sepa ya que ser designado a golpe de dedo autocrático no garantiza nada en democracia, ni siquiera en un partido de derechas y menos que nada la lealtad del equipo que fue del dirigente anterior. El señor Rajoy no cuenta en el país ni en el Parlamento, pero donde menos cuenta es en su propio partido. La segunda enseñanza que podría aprender es que no debe despreciarse al adversario. Entró en el ruedo como un toro, lleno de soberbia y prepotencia, insultando y menospreciando al señor Rodríguez Zapatero y se ha encontrado con que el presidente del Gobierno tiene una talla de la que él carece. Buena cura de humildad.

El señor Ruiz Gallardón está experimentando en sus carnes cómo las gastan los amigos del mismo partido, sobre todo cuando, como es el caso, lo alaba el adversario, pues esos elogiosos juicios de Bono estarán dictados por la nobleza de su espíritu, pero más parecen pensados para hundir al ilustre regidor.

La señora Aguirre es la que menos tiene que aprender aquí porque, aunque no lo parezca, dada su forma de expresarse, "se las sabe todas": no tiene escrúpulos a la hora de hacerse con el poder, controla el partido, tiene una fiel guardia pretoriana, cuenta con la confianza del señor Rajoy y su tarea es relativamente sencilla, consiste en cerrar el paso al alcalde de Madrid e impedir que la figura del señor Rato se consolide.

El señor Rato, por último, como el convidado de piedra, asiste al pugilato en silencio, en la esperanza de hablar el último mientras se deja arrullar por los halagos de sus incondicionales que ven en él, según dicen, el mirlo blanco del centrismo en el PP cuando es claro que sólo quieren enfrentarlo al alcalde madrileño. El señor Rato hará bien en desconfiar de la doblez humana.

Lo único que a estas alturas tiene claro el país entero es que si Monseñor Rouco no obra un milagro de aquí a marzo, las elecciones serán el pase a la reserva del señor Rajoy, que se quedará con las ganas de ser presidente del Gobierno como don Juan, padre del actual monarca, se quedó con las de ser Rey.

(La ilustración es un cuadro de George Bellows, padre de la pintura estadounidense del siglo XX titulado Combate en Shakley, 1909)

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Los misterios de internet.

Leo en The Guardian que la empresa Ofcom, una organización independiente que analiza el mercado de los medios de comunicación, ha presentado su informe sobre el uso de internet en Gran Bretaña. El gráfico de la izquierda es suyo y en él se ve que la red pulveriza todos los vaticinios. Su crecimiento está siendo muy rápido y no se atiene a las pautas aceptadas. Lo más llamativo, a mi juicio, es que el segmento de edad de los mayores de sesenta y cinco años sea el que más horas dedica a navegar. Por supuesto, la explicación es sencilla por cuanto se trata de jubilados en su mayor parte. Pero también contradice el saber convencional de que los mayores sean reacios al medio. Internet es también cosa de abuelos.

Ofcom señala que las mujeres internautas están ganando terreno y, en algún tramo de edad (veinticinco a treinta y cuatro años) superan a los hombres por 55% frente a 45%. Ello lleva al The Guardian a un "overstatement", cuando habla de feminización de internet. Por supuesto la explicación sigue siendo sencilla ya que las mujeres son las que más están en casa, pero lo cierto es que la imagen masculina de internet está cediendo terreno.

Resulta interesante que, en cuanto a contenidos, casi la mitad de los internautas se descargue música y videos. El 30% busca juegos en la red (que estos si son chavales) y el 23% está en redes sociales que es donde más suele situarse a las mujeres, aunque esto puede estar cambiando también. Son muy reveladoras las cantidades referentes a radio y TV. Mientras que un ventiuno por ciento usa internet como radio, sólo un nueve por ciento lo hace como TV. Esto traduce el hecho de que el medio que más se ha resentido con la llegada de internet haya sido la radio al menos el medio clásico "radio" en tanto que la televisión mantiene incólume su hegemonía. Según el EGM, los españoles miramos la TV unos 220 minutos diarios o sea unas tres horas y media. Supongo que en Gran Bretaña será parecido y eso explica que la TV resista mucho mejor que la radio. El abandono de ésta en los tramos menores de edad es alarmante. Los radioescuchas son los mayores. Lo mismo que pasa con internet, pero me atrevería a decir que con ánimos distintos. El mayor misterio de internet es la capacidad que tiene para integrar todos los demás medios, la prensa escrita, el cine, la TV. Xon razón el término preferido de los internautas es "multimedia".

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dijous, 23 d’agost del 2007

Aviso.

Ando muy mal de tiempo y preveó que esté peor en el futuro inmediato. Tengo un montón de trabajo pendiente y necesito concentrarme, además, en un par de escritos (libros) de cierto alcance en que estoy embarcado. Así que tendré que reducir el que dedico al blog. Tras pensarlo algo, he arbitrado una serie de medidas escalonadas que iré tomando si las circunstancias lo requieren y que son:

1ª) Dejar de contestar comentarios salvo que, por su contenido, sea imprescindible hacerlo.

2ª) Suprimir las ilustraciones.

3ª) Reducir escritos a un post diario.

4ª) Un post y abreviado.

5ª) Cerrar el blog.

Espero que pueda apañarme a la altura de la 3ª). De momento pongo en marcha la 1ª).

Los "ideales" de Bush.

Esa obsesión, esa maldita obsesión con la segunda guerra mundial que tienen los truhanes que hace tres años desencadenaron una invasión ilegal y pirata de un país que no les había hecho nada demuestra a contrario de qué estameña están hechos. Al señor Bush le queda ya un telediario en la Casa Blanca, por lo que está loco por dejar esta cruz y largársela a su sucesor. Entre tanto invoca los "ideales" de la segunda guerra mundial para justificar los cuatro años de estúpida y cruel masacre que él y sus dos compinches desencadenaron en el Irak. Están bien invocados esos ideales, pero al revés. Le ocurre como al señor Aznar quien también recurría a ese ejemplo histórico para justificar la criminal invasión del país asiático recordando el "apaciguamiento" de Munich. También bien traído y también al revés. En las Azores los tres piratas eran Hitler porque eran ellos quienes querían guerra a toda costa, mintieron para desencadenarla, no aceptaron mediaciones, recurrieron a los hechos consumados e invadieron un país en contra de la ley, los usos civilizados y la opinión mundial. ¿De qué ideales habla ahora el señor Bush? Es obvio, de los mismos de Hitler: perseverar, insistir, mantenella y no enmendalla, hasta el final. Como éste no tiene siquiera los arrestos del Führer, en lugar de suicidarse, espera poder llegar al fin de su mandato sin tener que aceptar la derrota. Que lo haga su sucesor.

Porque la derrota es obvia y evidente. El presidente Al-Maliki, el títere de Washington, es incapaz de gobernar el país porque el país ya no existe, sino que es un territorio ocupado por fuerzas invasoras, sin orden alguno, con poblaciones enfrentadas y entrematándose a mansalva. Un país sin seguridad para los bienes y las personas, en el que todos los días hay asesinatos a cientos, desplazados a miles, sin infraestructuras y sin servicios mínimos y en el que reina la guerra de todos contra todos. A ese país llama el señor Bush una "democracia". Efectivamente, como dice la ilustración, "como una piedra, pero más estúpido". Y egoísta ya que, obviamente, lo que quiere es salvarse él mismo.

¿Y qué me dicen del don de la oportunidad del pavo? Suelta el discurso de los "ideales" el día que acaba de recibir una carta de sus soldados en línea de combate en la que le dicen que esta guerra no puede ganarse y en que llega la noticia de que ha habido catorce nuevas muertes de soldados estadounidenses. Las de naturales iraquíes ya no se cuentan.

Es verdad que los soldados estadounidenses en el Irak son mayoritariamente negros, hispanos y pobres, o sea, lo que un periódico español de derechas de toda la vida llamaba "muertos de tercera". Pero hasta esas minorías pueden llegar a hartarse de los "ideales" del señor Bush que, por lo que se ha visto hasta la fecha han consistido en:

1º: invadir ilegalmente un país para robarle sus recursos.

2º: mantener la ocupación a base de torturar, reprimir y masacrar a la población para que las empresas en las que él o sus colaboradores tienen interés hagan negocios.

3º: sostener que la guerra, que ya está perdida, puede ganarse y rechazar la retirada de las tropas para salvarse de la quema de la derrota y dejarle el lío al sucesor.

Los ideales de su compinche Aznar son similares y se resumen en llenarse los bolsillos con el dinero que le pagan por haber propiciado ese crimen y esa carnicería, sentado sobre cientos de miles de muertos, 192 de ellos en España.

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Algo más por la ciudadanía.

En el post de ayer sobre la cruzada que han montado los curas contra la Educación para la Ciudadanía con ayuda de sus monagos del PP olvidé lamentablemente consignar una dirección por si alguien quiere firmar un manifiesto de apoyo a la asignatura. Héla aquí: Atrio. Hace ilu esto de volver a los tiempos de los abajofirmantes que teníamos algo abandonados.

Desde la muerte de Franco, hace treinta y dos años, España ha dado un salto gigantesco, se ha europeizado (como quería Ortega), se ha modernizado (como quería Costa), se ha reconciliado, al menos en parte (como quería Machado) y se ha puesto a la altura de las demás sociedades capitalistas avanzadas. Para ello, entre otras medidas, hubo que implantar el IRPF, abolir "delitos" como el adulterio, regular el divorcio, dar paso al aborto, reducir las prerrogativas y privilegios de la iglesia, eliminar el servicio militar obligatorio, regularizar las situaciones de inmigración, aceptar matrimonios homosexuales, legislar contra la violencia machista y establecer por ley la igualdad de género. En casi todos estos avances, la opinión pública progresista tuvo que hacer frente a la radical oposición de los curas y sus monagos y acabó triunfando. Esta vez también vamos a conseguirlo porque tenemos razón y somos más.

Ya sé que para quienes esperan tomar mañana el Palacio de Invierno todo esto son batallitas de "progres", pan para hoy y hambre para mañana, cuando no repugnantes concesiones de socialdemócratas traidores prestos a refrenar los ímpetus de unos trabajadores revolucionarios que en lugar de estos parches pequeñoburgueses habrían abolido el dinero de un plumazo, establecido el amor libre, suprimido todas las religiones-opios-del-pueblo, disuelto todo tipo de ejércitos y fuerzas armadas, erigido el internacionalismo proletario a toque de cornetín (de órdenes) y decretado por narices la igualdad esencial de los seres humanos en una sociedad sin clases.

Con razón se quedan en casa estos radicales salvadores del pueblo, no se ensucian las manos con el miserable "reformismo", rajan como crisóstomos en las cervecerías y se alegran de que haya altas tasas de abstención, en la que tienen puestas todas sus esperanzas. La verdad es que es una pena que las gentes sigamos empeñadas mayoritariamente en forjar una sociedad progresiva, abierta, tolerante, libre a base de reformas, pactos, negociaciones y chanchullos en lugar de seguir a estos sapientísimos profetas de la revolución que, como decía Adorno, "confunden el ruido de sus cadenas con el sonido de la marcha de la historia."

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dimecres, 22 d’agost del 2007

Los jueces como peones.

Muy bien por el editorial de El País de ayer, titulado Sorber y soplar en el que se critica el ventajismo y la irresponsabilidad del PP al mantener bloqueada la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y poner en un brete al Tribunal Constitucional, recurriendo su mecanismo de renovación, pero exigiendo, al tiempo, que no demore su pronunciamiento sobre el Estatuto de Cataluña. El periódico concluye que ese partido antepone sus intereses a los generales. Es obvio. Y no solamente en esto sino prácticamente en todo cuanto toca, desde la composición de los gobiernos locales a las propuestas de reforma de la ley electoral, pasando por la lucha contra el terrorismo. El horizonte del principal partido de la oposición no consiste más que en aprovechar las vicisitudes políticas del tipo que sean para retorcerlas de forma que le den frutos electorales.

Pero en el caso de los jueces hay bastante más. Hay un propósito deliberado de valerse de la magistratura -que tiene un sesgo claramente conservador en su mayoría- para imponer sus posiciones. Es la costumbre de la derecha, valerse de las instituciones del Estado, que deben estar al margen de las controversias políticas, para ponerlas al servicio de sus fines partidistas. Antaño lo hacía con el Ejército. Hoy eso ya no es posible, pero intenta valerse de la judicatura en la que sabe que dispone de un verdadero baluarte. Basta recordar la sentencia, recientemente casada por el Tribunal Supremo, que condenaba contra todo derecho y justicia a unos policías por "detención ilegal" para caer en la cuenta de que no es un hecho aislado, sino el resultado de una política concertada entre el PP y los sectores más integristas de la magistratura. De ahí que su empeño sea una permanente "judicialización de la política". La transición fue benevolente en exceso con los servidores de la dictadura, sobre todo policías, carceleros y jueces. Todos los jueces que actuaron bajo el franquismo y dictaron las sentencias del Tribunal de Orden Público (por no hablar de otros "tribunales"), del que formaban parte a petición propia y, en consecuencia, deshonraron su condición de jueces, siguieron en sus puestos. En España no ha habido una depuración de los órganos represivos de la dictadura y esta connivencia entre el partido de la derecha y los jueces reaccionarios es la penosa consecuencia de aquella ingenua magnanimidad.

(En la imagen, James Ensor, "Los jueces prudentes")

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Educación para la ciudadanía y manipulación.

Estuvieron treinta y ocho años conviviendo tan ricamente con la dictadura y su asignatura obligatoria de "Formación del Espíritu Nacional". Treinta y ocho años impartiendo otra asignatura también obligatoria de religión católica. Estuvieron treinta y ocho años metiendo la religión en la cabeza a niños, adolescentes y jóvenes a cristazos, enseñándoles que sólo la religión católica era la verdadera y las demás, herejías; amenazándolos con las calderas de Pedro Botero si tenían, por ejemplo, "pensamientos impuros" y diciéndoles que la guerra civil había sido una "cruzada" del cristianismo contra las hordas marxistas. Del resto del adoctrinamiento fascista ya se encargaba el chupóptero de turno de la Falange, que explicaba cómo el Caudillo era providencial, España tenía vocación de imperio y memeces de este jaez. Ya en los años sesenta, las "Tres Marías" (Religión, Formación del Espiritu Nacional y Gimnasia) que, aunque parezca mentira, seguían formando parte de los planes de estudios de todas la Facultades y Escuelas Técnicas Superiores, no se las tomaban en serio ni los que las impartían, tal era el desprestigio de estas doctrinas de carcundas.

Pero los curas estuvieron treinta y ocho años conviviendo con semejante mascarada, ayudando a ponerla en escena y beneficiándose de ella con todo descaro.

Ahora se oponen con uñas y dientes a la implantación de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) y una de las razones que aducen es que ¡es una nueva Formación del Espíritu Nacional! Hace falta ser caradura, mendaz y sinvergüenza. Sobre todo teniendo en cuenta que, al tiempo que se oponen a esta asignatura, que es una mera "educación cívica" como las que hay en muchos otros países democráticos, siguen beneficiándose de unos acuerdos económicos del Estado con la Santa Sede lesivos para los intereses de España que había que denunciar ya y pretenden mantener la asignatura de Religión (católica claro) a ser posible obligatoria.

Y no termina ahí la manipulación y la sinvergonzonería. La cosa va más lejos, según he podido ver en El Plural, uno de los padres que han presentado recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra EpC, que alienta y fomenta la "objeción de conciencia" contra dicha asignatura y actúa, a lo que se ve, como portavoz de los otros recurrentes, el señor Carlos Seco Gordillo, afirma, según el ABC que:

esta iniciativa surgió de «forma individual» por parte de varios progenitores contrarios a la implantación de la asignatura. Si bien añadió que, según tiene entendido, «la idea ha trascendido y serán bastantes los padres que, haciéndose eco de esta medida, interpongan también hoy el mismo recurso en las distintas sedes del TSJA, situadas en Sevilla, Granada y Málaga».
O sea, espontáneo, no dirigido desde arriba, producto natural de los mecanismos de defensa de la sociedad civil... Todo mentira, todo manipulación y engaño. El señor Carlos Seco Gordillo es concejal del PP de Castilleja de Guzmán, provincia de Sevilla, fue cabeza de lista de ese partido en las pasadas elecciones y tiene un blog personal que no se lo visita nadie porque se ve enseguida que lo abrió para las elecciones municipales y desde entonces no lo actualiza, pero en el que deja clara su condición de activo militante del PP. Justo lo que el ABC olvida mencionar a sus lectores.

Es urgente que esa asignatura EpC se ponga en marcha y que la cursen a toda velocidad tanto el señor Seco Gordillo como el director del ABC. Claro que, dada su condición de reaccionarios, también podrían cursar una de su propia religión en la que les enseñaran los Diez Mandamientos, haciendo especial hincapié en el octavo (del catecismo católico) que ordena no levantar falso testimonio ni mentir.

(La primera imagen es un fresco de Rafael, El incendio del borgo, que se encuentra en los Museos Vaticanos)

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dimarts, 21 d’agost del 2007

La batalla de, en, por la derecha.

Supongo que si sales a la calle y preguntas a un dirigente del PP que si en el partido andan a mojicones te dirá que están más unidos que nunca detrás de su líder, señor Rajoy, que le consta que no hay discrepancias y que forman una piña, incluso un puño. Hasta es posible que te lo estampe en los morros para demostrar la autenticidad de sus afirmaciones.

"Mire Vd." (este "mire Vd. es el sustituto del "oiga Vd." con que los policías franquistas increpaban a la gente en la calle en cuanto se descuidaba) "Mire Vd., joven, no sé quién le pagará por andar difundiendo bulos, pero el PP está como un solo hombre, detrás de su presidente y próximo presidente del Gobierno de España".

El asunto, sin embargo, es bien distinto: están a castaña, por no decir hostia, limpia. Primero echaron a su hombre en Cataluña, el señor Piqué para sutituirlo por un joven integrista que tiene toda la pinta de hacer realidad el apellido de su antecesor. Después se encontraron con que el señor Sanz pide grupo propio en el Congreso, para afirmar los intereses de Navarra, según dice. Y ahora viene el alcalde de Madrid y reitera que él quiere calzarse un escaño en ese mismo Congreso.

La petición del señor Sanz ya forzó al señor Rajoy a posponer ad calendas graecas la cuestión y suscitó duras réplicas del pretorio: Navarra ya tiene grupo propio, que es el del PP. La reiteración del señor Ruiz Gallardón ha suscitado las de otros dirigentes de su partido, el señor Acebes, que debe de considerar al alcalde de Madrid una especie de bolchevique encubierto, y la señora Aguirre quien, postulándose a sí misma para el cargo de presidenta del Gobierno, no quiere ni oír hablar del asunto. Los señores de la derecha gastan ya tanto tiempo en hablar mal de sí mismos como de los socialistas, con lo que su oposición se resiente.

Al margen de todo ello que tiene, sin duda, una vertiente humana, la de ver si el señor Ruiz Gallardón materializará su ambición o se le interpone alguien en el camino, la cuestión que plantea, la de que haya representación de la ciudad de Madrid en el Congreso, remite a otro orden de cosas de mayor calado. Lo ha dicho la señora Aguirre (aunque no sé si se refiere a lo mismo que yo) al señalar que la idea "gallardónica" no encaja en el modelo cosntitucional español. Naturalmente que no; pero a la derecha le sale del fondo de las entrañas: representación de Navarra, representación de las ciudades, esto es, abajo el supuesto democrático esencial de que el Congreso es una cámara universal en la que están representados los españoles como españoles, que es una representación personal. Nacionalistas gallegos, vascos y catalanes han hecho de siempre caso omiso de esa doctrina; se han añadido los canarios y ahora vienen los navarros. Representación territorial. Sustitución de la representación universal personal por la de intereses concretos: regionales y, ahora, de las ciudades. ¿Y por qué no de los sindicatos, los empresarios, los bancos, las universidades, etc? ¿Y porqué no implantamos el consejo de los fascios y las corporaciones?

Ay, Señor, les sale del fondo del alma.

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Que no, que no.

Tengo algunos amigos chavistas con los que de vez en cuando discuto sobre lo inevitable. Como la experiencia me dice que estas discusiones políticas no merecen la pena que uno se enzarce con sus amigos, tiendo a no postear mucho sobre la cuestión latinoamericana, pero a veces hay cosas que no pueden pasarse sin c0ndigno comentario.

Una de ellas es la reforma constitucional para posibilitar la reelección ilimitada del presidente de la República. Vamos, para configurar una Jefatura del Estado perpetua plebiscitada periódicamente. A fin de justificar la reforma el señor Chávez invita a comparar con los casos de los Reyes de España y Reino Unido, lo que es absurdo, porque no hay comparación posible entre una magistratura simbólica (los Reyes citados) y otra con poder real y no sólo ejecutivo, sino también legislativo y notable influencia en el judicial.

Pero no se trata de argumentar criterios formales para criticar la reforma. No hace falta. No hay duda de que el señor Chávez plantea la reforma en términos exquisitamente legales. La cuestión no es de legalidad sino de legitimidad. ¿Es legítimo modificar una norma que tú mismo configuraste cuando te interesa y para cambiar solamente tu situación según tus deseos? Claro que no. En sí misma la cuestión de reelección sí o no es baladí. Lo impresentable es hacer y deshacer las leyes a la medida de tus decisiones y planes personales.

No tengo duda alguna de que el señor Chávez sea de izquierdas y que esté introduciendo reformas de carácter social y económico con las que, en principio, puedo estar de acuerdo. Pero no con las políticas y jurídicas.

Esa decisión de cerrar un canal de TV es pura censura y arbitrariedad desde el poder. La triquiñuela de alegar que no es un cierre sino una no renovación de licencia no va a ninguna parte. El resultado es un cierre. Pero es algo más que una arbitrariedad y una conculcación de derechos y libertades fundamentales (libertad de expresión, derecho a la información), es, además, competencia desleal. Porque, ¿qué otro nombre recibe el hecho de que una persona que tiene un programa de TV que se llama Aló Presidente



prohíba una cadena de TV rival? Eso es competencia desleal, callar a los rivales usando los poderes del Estado, no la libre competencia en el mercado. Y las razones que he oído exponer al señor Chávez para el cierre me han parecido una vergüenza: que si las doctrinas contrarrevolucionarias ya no iban a poder expandirse como antaño, que si los proimperialistas no van a poder disponer de tantos medios como antes. O sea, que los adversarios se callen. Y lo que me parece insólito es que eso se haga en nombre de la izquierda.

Como insólito es que en nombre de la izquierda se consienta la peregrina situación del señor Castro en Cuba. Un sistema político, un país entero de más de once millones de habitantes mantenido en posición de stand by porque no se sabe si el hombre fuerte en quien se concentra el verdadero poder del Estado se muere o no se muere. Es imposible mostrar más a la claras que en Cuba todo, absolutamente todo, depende de una persona. ¿Qué tiene que ver esto con la izquierda?

Ya que el señor Chávez es tan aficionado a recitar doctrina marxista en sus discursos, bien podría ofrecer alguna reflexión en público sobre la magnífica idea de la marxista Rosa Luxemburg cuando decía: "La libertad sólo es libertad cuando lo es para los que piensan de forma distinta."

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dilluns, 20 d’agost del 2007

El ser de España.

El Gobierno anda preocupado por la floja conciencia de identidad colectiva de los gobernados como españoles, por la escasa visibilidad de los signos distintivos de España y por la falta de uso de los símbolos colectivos. Y ha hecho lo que hacen todos cuando andan escasos de ideas: ha convocado un concurso para premiar con doce mil euros la mejor propuesta de un logo para estampar en todos los papeles oficiales del Gobierno de España.

Tampoco es tanto dislate. Tengo leído que hace unos meses el Gobierno del señor Blair se propuso hacer algo parecido, preguntándose qué imagen tienen los británicos de Gran Bretaña. Si los de la Union Jack, O Britannia rules the waves, el león y el unicornio, las chaquetas rojas, el Big Ben, Honi soit qui mal y pense, Pompa y Circunstancia, God Save the Queen y la conducción por la izquierda tienen problemas de identidad, para qué hablar de los españoles, que cambian de bandera casi tanto como de nombres de calles, cuyo himno carece de letra (nuevo concurso para dotarlo de una) y que, en muchos casos, evitan usar el nombre de la nación, sustituyéndolo por dos denominaciones geográficamente imprecisas, como "este país" y el "Estado español" que, por cierto, es la oficial del tiempo de Franco. Hoy es más correcta "Monarquía española", pero queda pelín cursi. Aunque este último ente tiene una historia gloriosa ya desde los tiempos de la "Monarchia Hispanica", cuando Tommasso de Campanella escribió una tratado político con ese título y también más tarde cuando Felipe IV encargó a Zurbarán una serie de cuadros glorificando la Monarquía española, cosa que hizo el artista identificando de paso al monarca con Hércules como su ascendiente y pintando diez escenas de su vida para el Buen Retiro que hoy están en El Prado (En la imagen, Hércules y el león de Nemea, 1634). Mutatis mutandi es lo que ha hecho el Gobierno español con su concurso.

Supongo que la preocupación de la Autoridad es genuina. En tiempos de privatizaciones, las administraciones se consideran empresas y tienen que cuidar lo que éstas llaman la "imagen corporativa". Es necesario que, al nombre de "Coca Cola", millones de potenciales bebedores visualicen un símbolo. En realidad, les pasa a todos los gobiernos. El del señor Aznar plantó una banderaza rojigualda en la plaza de Colón de Madrid, a imitación de la que hay en el Zócalo mexicano. Los socialistas gobernantes quieren un membrete. Son más morigerados. Claro que también quieren que la radio televisión española "contribuya a la construcción nacional española." Tomo la expresión literalmente de El País y supongo que estará bien. Hago la salvedad porque eso de la "construcción nacional" me suena a rayos, a esas melopeas nacionalistas que se pasan la vida "construyendo" cosas intangibles. En todo caso, parece que el Gobierno aplica la teoría de la "hegemonía ideológica" de la doctrina de Gramsci, como hacen los "neocons" y el presidente Chávez, que se la explica a las honradas masas populares venezolanas mientras éstas afluyen como un solo hombre al Partido Socialista Unido de Venezuela sin que nadie suelte la risa con eso del Partido Unido.

También ha de haber alguna razón celtíbera. Supongo que el Gobierno "de España" está hasta los gayumbos de que lo llamen Gobierno "de Madrid". También podría ponerse Gobierno "de las Españas", aprovechando el pintoresco hecho de que nuestro país admita el nombre en singular o plural, como "las Rusias", si bien lo de "las Españas" es más poético; pero también es poético lo de "las dos Españas" y conserva una vigencia real inmisericorde, tanta como el "ya no hay Pirineos" de Luis XIV aunque en sentido contrario.

El concurso, por lo demás, ha sido, cómo no, piedra de escándalo. Hay mucho concursante mosqueado escribiendo cartas en los periódicos y demostrando un escasísimo sentido deportivo al hacer lo que hacen todos los malos perdedores: cuestionar las reglas al terminar el juego sin que ellos ganen. Además, según se dice, el prototipo premiado está prácticamente calcado del logo del Gobierno alemán, lo que es cierto. El ganador se defiende diciendo que los logos de todos los gobiernos se parecen y pone como ejemplo los de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Pero eso es hacer trampa porque esos tres países tienen un origen común, por haber sido colonias y luego dominions de Gran Bretaña.

No sé yo si tantas cuitas no son inútiles. Los símbolos surgen de los sentimientos, pero no creo que los sentimientos surjan de los símbolos. Probablemente es correcto que el Gobierno se esfuerce por "construir la nación" y también lo es que premie un diseño tan discreto. En el caso de Alemania, la discreción se da por supuesta ya que ningún alemán tiene dudas sobre la existencia de Alemania. No es el caso de los españoles, cuyo sentimiento nacional es más problemático y se manifiesta más en lo negativo que en lo positivo. Los españoles suelen hacer causa común en la desgracia, cuando hay una catástrofe en alguna parte que requiere la ayuda de las demás. Hay una nación española en el infortunio; pero, a la hora del triunfo, cada cual pretende caminar por su cuenta y tener su camino propio. Esa diversidad española es tan aguda que hasta un hombre tan "españolista" como el señor Aznar define a España como una "nación plural", concepto de inexplicable alcance poco más o menos como el de "nación de naciones", aunque éste sea más sencillo de visualizar como Rey de reyes o Cantar de los cantares.

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diumenge, 19 d’agost del 2007

El pasado en el presente.

Me había resistido a comentar la entrevista con el señor Fraga que publicó en El País hace unos días Maria Antonia Iglesias. Ya habría en la prensa. Efectivamente, ha habido hasta cartas de los lectores de los muy respetados Emilio Lledó y José Vidal Beneyto, ambos escandalizados de las especies que larga este correoso dirigente de la derecha, que ya ha superado en edad al Caudillo, su modelo originario. Y también he leído algunos artículos, como el de Emilio Sales en kaosenlared y el de Elisa Serna en elplural.com; por cierto que, en este último aparece un "Federico Martín Villa", ministro de la Gobernación en tiempos del asesinato de Grimau del que no tengo conocimiento. Debe de tratarse de un error. El ministro de la Gobernación por entonces era el general Camilo Alonso Vega, quien se mantuvo en el cargo hasta 1969, que ya tiene delito poner a un militar al frente del ministerio de Orden Público, para entendernos. Y eso a los treinta años del fin de la guerra civil, por si alguien ignora qué sea una dictadura militar.

Irrita, es verdad, leer esas expresiones tajantes, unilaterales, descalificatorias y mendaces. E irrita tanto más cuanto quien las profiere tiene un pasado de leal, eficaz y sumiso servicio a la Dictadura en uno de sus momentos apoteósicos, los llamados "25 años de paz" en 1964. A él le correspondió glorificarla en 1964 y garantizar su sucesión con la Ley Orgánica del Estado de 1967, que se "aprobó" en un referéndum que él apañó. Y lo hizo, según dicen, de maravilla. Claro que eso es imposible de saber ya que nadie entonces podía hacer la más mínima crítica a nada que viniera del Gobierno porque acababa en la cárcel.

Irrita especialmente su continua agresividad verbal. Sólo habla bien del adversario que se ha ido y jamás del que ejerce y sólo tiene loas para los suyos pronunciadas como si fueran verdades apodícticas. Efectivamente, leer o escuchar a este hombre produce irritación por su tono perentorio y autoritario. Como todos los de los servidores de la Dictadura. Porque ese era el lenguaje de la Dictadura. Esto de la democracia, las libertades, el voto, los ciudadanos, el pueblo, etc ha venido después. Ha sido un reciclaje. Un reciclaje que muchos le agradecen, como si hubiera sido producto de su generosidad y no algo que le vino impuesto si quería sobrevivir en política. Quiero decir que esa manía de agradecer al señor Fraga que civilizara a la derecha es indigna porque ¿es que se puede admitir una derecha "no civilizada"?

Aparte del tono impaciente y despreciativo, muy propio de la personalidad autoritaria, encuentro más irritante la insistencia del señor Fraga en dos cuestiones que invoca con falsedad. La primera es la responsabilidad por una supuesta ruptura de los acuerdos de la transición. Es un ejemplo de manual de la táctica de la derecha llamada "del espejo", consistente en acusar a los demás de lo que ella hace pero niega estar haciendo. Es la derecha la que ha roto la regla de consenso de la democracia española referente a la lucha contra el terrorismo y consistente en no utilizarlo como un arma política. Eso que dice el señor Fraga sobre sobre la culpabilidad de quienes negocien con ETA en los crímenes de ETA es una auténtica barbaridad.

Lo demás sobre los "acuerdos de la transición" son músicas celestiales. A la derecha la transición le importa un comino. La prueba más evidente es que lleva dos años acusando a los socialistas querer imponer una "segunda transición" que es justamente el título de un libro de don José María Aznar publicado por Espasa en 1994, cuando se preparaba para ganar las elecciones de 1996. Es decir, o el señor Aznar no cumplió su promesa de una "segunda transición" o ésta que están preparando los taimados sociatas será la "tercera transición". O sea, de risa.

Pero hay más. La segunda cuestión que aborda el señor Fraga como martillo pilón es la de la "memoria histórica" que le parece, claro, detestable y seguramente delictiva. Eso de que vaya la gente por ahí desenterrando a sus muertos no le gusta nada. Y entonces desliza la mendacidad, al asegurar que ya hubo una amnistía y que amnistía quiere decir olvido. Pues sí, pero con dos precisiones:

Primera: la amnistía la arrancó la gente en la calle, o sea la izquierda (que era la que salía a la calle en masa en los años de la transición) al grito de Libertad, amnistía y estatuto de autonomía, primero en 1976 y luego, más amplia, en 1977. Siempre se entendió que era una amnistía para los presos y perseguidos políticos del franquismo. Pero la ley de amnistía del 15 de octubre de 1977 también libraba de toda persecución posible a las autoridades franquistas. Eso es verdad. Podríamos discutir si esa ley aguantaría hoy un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, pero no hay duda de que, de momento, dice lo que dice: los posibles delitos cometidos por los servidores de la Dictadura no son perseguibles. Y es verdad que la ley es de amnistía y que amnistía quiere decir olvido.

Pero el señor Fraga tiene que saber que quiere decir "olvido" en sentido jurídico, pero no en sentido filosófico. No se puede olvidar por decreto. Es más, olvidar no es algo que esté al alcance de la libre voluntad de los seres humanos. Lo que los seres humanos pueden hacer es perdonar pero no olvidar o no olvidar. El "olvido" jurídico es un compromiso de inacción, en definitiva, una especie de perdón; el "olvido" filosófico es incomprensible precisamente porque la filosofía es la lucha contra el olvido, la lucha por hacer fuertes y diáfanas las reminiscencias de las ideas platónicas. Así que el recuerdo, la memoria estarán siempre funcionando donde haya seres humanos. Porque el vivir de los seres humanos consiste, entre otras cosas, es reacomodarse con su pasado y hacerlo según las pautas morales del presente.

Así que esa hostilidad del derecha y del señor Fraga a la ley de la memoria histórica, que bien pacata es, no es una defensa por su temor a sufrir ataques o el cuestionamiento de su responsabilidad en las canalladas de la Dictadura; no, esa hostilidad es, en realidad, un ataque en toda la línea. El señor Fraga no concibe otra política que la del ataque.

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dissabte, 18 d’agost del 2007

Sueño de una noche de verano.

En este blog se habla de asuntos de actualidad; siempre que hay ocasión, de asuntos culturales y hasta con ínfulas teóricas. El autor lo considera una especie de diario. Bitácora llaman algunos a los blogs. Que no quede por nombres, ahí van algunos más: diario digital (que hasta tiene lindas siglas, dd), bloguiario, diablog. Lo importante es la cosa, el hecho de sentarse todos los días, al acabar la jornada y escribir. Al ser de actualidad, se echa una ojeada a la prensa y se acaba enganchando uno en algo, si es que no trae el tema pensado de algún otro asunto. No sé, supongo que hay muchos estilos. Miro blogs por ahí, y se dan para todos los gustos. Y en cuanto uno lleva una temporada escribiendo acaba uno indefectiblemente colocando un rollo sobre el tema favorito de los escritores que es el escribir mismo. ¿Para qué, por qué se escribe? Pues para que lo lean a uno y para explicarse uno a sí mismo. Un blog es una recapitulación. Por supuesto, muchas otras cosas, pero también una recapitulación. Y una expansión. Un acto de introspección y extraversión casi al unísono pues basta con apretar a un botón del teclado para que esa entrada en el diario que suele presentarse como el momento íntimo por excelencia pase al dominio público planetario. Porque la red es mundial. Y también se escribe por vanidad y por vanagloria, para codearse con los grandes. Por eso he puesto ese título grandioso al post de hoy. Claro que la ilustración no tiene nada que ver con él. Frente al mundo fantástico y un poco enloquecido, casi romántico, de la fábula de Shakespeare, este cuadro de Rafael que se encuentra en la National Gallery de Londres es un sueño (El sueño del caballero) simbólico, metafísico y clasicista al tiempo. Siempre he pensado que Rafael es el primer prerrafaelista. El árbol de la vida divide el cuadro en dos campos de fuerte significado moral. En uno, la virtud, con el discurso de las armas y las letras y en el otro el placer. Al pie del árbol, el caballero dormido está en los dos campos. La interpretación puede ser una o su contraria: el caballero debe optar por uno de los dos campos o bien debe unirlos. ¿Por qué no? Además de ser universalmente conocida la fama guerrera de don Quijote, sabemos que todas las doncellas quedaban siempre presas de sus encantos, o tal cosa creía él, que era doctor en amores caballerescos. Sí, sí, los sueños son el ámbito de lo fascinante, otro mundo que está en éste pero en el que no rigen sus leyes, y que lo ha acompañado al menos desde que andamos nosotros por él. Los sueños han estado presentes en la historia de la humanidad. Los del Faraón, que José interpreta, cambiaron su destino. Y desde entonces, aparecen siempre en momentos cruciales (y, por supuesto, en los anodinos), con motivo de la batalla del puente Milvio, hay sueños a puñados en el Imperio romano y en el ciclo artúrico. Los sueños tienen función premonitoria. Luego la tendrán moral y metafísica en el Siglo de Oro español, con La vida es sueño. Sueño es el de El diablo cojuelo y bastantes otros. En la Ilustración, Goya abriría una galería con el sueño de la razón. Los sueños aparecen muchísimo en el romanticismo y ya en el siglo XX resultan ser material de estudio e investigación para el psicoanálisis, que se considera a sí mismo como un método científico. El sueño es un territorio fantástico, desde luego, en el que se liberan las potencialidades humanas más ocultas, sea eso lo que sea, que no lo sé muy bien, pero de algún modo tenía que interpretar ese increíble cuadro de Courbet que se llama El sueño (1866-68) y se exhibe en el Museo del Petit Palais, en París. Es toda una imagen la que el artista ha pintado, un mundo de agotada pasión ciertamente nada convencional. Y no va a quedar por importancia creciente del sueño, pues ¿no es América el "sueño americano"? ¿No se hizo famoso Martin Luther King con un discurso que se llamaba "I have a dream"? Por eso no estaba tan mal escogido el título del post, porque el sueño lo invade todo, la realidad se hace un sueño. Ese terremoto del Perú es como un mal sueño en el que uno se repite: qué putada ser pobre. Pobre de verdad, en casas de adobe que se desploman a la menor, rodeado de mugre, con las carreteras colapsadas y en peligro de que te asalten y te saqueen. Otro sueño, esa fantasmagórica crisis bursátil, que ha aparecido como las perseidas, que para eso estamos aún en época y, como ellas, ha desaparecido al instante, dejando sólo un vago recuerdo en la retina. Esos inmigrantes africanos que se ahogan en un viaje imposible en medio de las aguas picadas del pacífico Mediterráneo son figuras imprecisas que desaparecen entre las olas como entre los sobresaltos de un sueño. ¿Y qué decir de las cifras de siniestros en las carreteras? ¿No suenan ya como pesadillas? Un blog que se actualiza al cabo del día entra necesariamente en el territorio de la ensoñación; recupera la realidad y la recompone según criterios distintos para armar esos relatos oníricos, deslumbrantes, inmorales, devastadores: un cholo tripula una estadística que se hunde sin remisión en una mar espumosa hecha de grasienta chatarra de automóviles destrozados.

Un blog es, sobre todo, un lugar de sueños. A veces, un sueño de una noche de verano. Y los sueños, sueños son.

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divendres, 17 d’agost del 2007

Un alma caritativa.

Gracias a los amigos del Insurgente, he puesto dos enlaces muy chulos a la izquierda que ofrecen leer Palinuro en catalán y gallego. Pero, sea por mi incompetencia en la materia, sea por razones técnicas de índole superior, sea porque le da la gana, el caso es que el texto sale desconfigurado en las palabras que llevan tilde y eñes.

Lo cual es muy molesto. Tanto que, si no consigo arreglarlo, tendré que quitar los enlaces. Con lo que yo fardaba con ellos... Si a alguien se le ocurre algo, estaré muy agradecido.

Ejpaña se rompe.

Y no te digo nada cómo. A toda velocidad. ¿Pues no quieren los navarros grupo propio en el Congreso? Los navarros de derechas, subrayo, los de la España eterna. Hasta ahora esas desgracias sólo le ocurrían a la izquierda que ya se sabe que es cripto-separatista, pero no a la derecha de Santiago y cierra España. (A propósito, magnífico el lienzo de Juan Carreño de Miranda, titulado Clavijo, de 1660, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Budapest. Aportación somera a la doctrina de la alianza de civilizaciones). La derecha española es una, grande, libre. Lo cual hace que en Cataluña y el País Vasco haya dos derechas, la española o españolista y la vasquista o catalanista. Pues no parece ser así porque la derecha navarra no es vasquista y mucho menos catalanista y, sin embargo, quiere grupo propio. Algo así como los canarios, también de derechas, también españolistas y con su flamante grupo parlamentario, lo que les permite pasársela hablando de las Canarias. O sea, se rompe Ejpaña, desde el momento en que el bloque de la derecha se fragmenta como un iceberg atacado por un cambio climático.

Y si los navarros se salen con la suya pues, aunque no dispongan de los necesarios cinco diputados, pueden integrarse en el Grupo Mixto, los sociatas van a tenerlo difícil para impedir la formación de un grupo catalán de izquierda en el Congreso como ya lo hay en el Senado. Se quiera o no se quiera, la política española está muy territorializada, condicionada por las circunstancias políticas de diversas CCAA.

No es que se rompa, es que de esa "Ejpaña" en la que piensan los señores Fraga y Bono ya no queda nada. España es ya un ámbito complejo, un mosaico, un ente articulado de difíciles equilibrios. Si los catalanistas (esto es, los burgueses y los radicales/independentistas) no apoyan los presupuestos del Gobierno del PSOE, aunque los últimos gobiernen con los socialistas catalanes, el PSOE tendrá que gobernar con presupuestos prorrogados y tanto más puede darle convocar elecciones anticipadas. A veces son los catalanistas quienes provocan elecciones en todo el Estado. Imaginémosnos que los valencianos y los andaluces siguen el ejemplo de los navarros. Ya hubo de hecho un diputado de derechas de un partido nacionalista valenciano que estaba en el grupo mixto. Esa hecatombe, esa "balcanización" de España que invoca el señor Aznar, cuyo partido contribuye a ello, es prueba de que en España hay que negociar las decisiones políticas, que ya no se pueden imponer desde "Madrid". Ejpaña no se rompe; está rota. Lo que hay es una España articulada, todavía "mal conllevada" pero en la que las provincias se han redimido vistiéndose de CCAA.

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Más sobre la crisis.

Tiembla la tierra en Perú y tiemblan las bolsas en todo el mundo. Pero no es el mismo temblor, ni mucho menos. Los mercados tiemblan por designios humanos, como resultados de ellos. Millones, cientos de millones, miles de millones de decisiones en todo el mundo que todas buscan lo mismo, aumentar beneficios, minimizar pérdidas, sin que se pueda saber de antemano qué resultado darán. Porque es imposible.

Ayer otro descalabro de las bolsas cuando ya los analistas daban la situación por normalizada a consecuencia de las masivas inyecciones de liquidez de los bancos centrales. De normalizarse, nada. Las bolsas asiáticas vivieron verdaderos pánicos.

Los valores cotizan todos a la baja porque nadie sabe qué alcance real tenga la crisis de las hipotecas estadounidense, ni en profundidad ni en amplitud. Quién pueda y quién no pueda estar tocado. Así que hay un clamor general, pidiendo información veraz y rápida sobre el estado de los fondos hipotecarios "subprime", los normales, los subcontratados, los de inversiones que los albergan.

Pero, cuanto más se sabe, peor pinta tiene el asunto y más nerviosas se ponen las bolsas. Se perfila un villano en el horizonte: las empresas calificadoras, esto es, quienes se encargan de certificar la garantía de las otras empresas, gigantes como Standard & Poor o Merryll Lynch a los que ahora se acusa de haber sonado la alarma demasiado tarde. Lo que está en cuestión es la fiabilidad de las agencias de certificación, una crisis de confianza razón por la cual la UE tiene previsto intervenir, regulando más de cerca los mecanismos de certificación.

Poco a poco, iremos viendo quién se salva y quién perece. En los EEUU, el gigante de los préstamos hipotecarios, Countrywide Financial afirma haber conseguido 11.500 millones de dólares para seguir funcionando, pero el panorama es sombrío. Otros fondos tendrán que cerrar. El impago de hipotecas en tiempos de tipos de interés al alza está devorándolo todo. En el resto del mundo, los analistas y los políticos ventilan el peligro afirmando que sus respectivos sistemas financieros están a salvo porque ha habido poco contagio con los fondos de alto riesgo de los EEUU. Pero eso está por ver.


(Xilografía de Durero, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, correspondiente a la serie del Apocalipsis de San Juan, que se encuentra en el Staatliche Kunsthalle de Karlsruhe)



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dijous, 16 d’agost del 2007

Una Asunción plural.

Ayer se celebró la festividad de la Virgen por excelencia, la Asunción. Es un distingo que siempre me ha parecido curioso. Cristo asciende; la Virgen es asunta. Esto de la perspectiva de género tiene su gracia. De dos supuestos igualmente inverosímiles, esto es, el de ascender y el de ser asunto, el activo corresponde al varón y el pasivo a la hembra.

En todo caso, es una festividad de honda raigambre en el País Vasco. Y,como es el País Vasco, cada cual la celebra a su modo. Leo en Libertad Digital que los dos obispos de Bilbao y San Sebastián han pronunciado homilias muy dispares, que enfadan mucho al periódico y al presidente del PP en Vizcaya, señor Basagoiti, diciendo el uno (Blázquez, en Bilbao) que lo de ETA tiene que acabar ya y el otro (Uriarte, en San Sebastián) que hay que negociar y dialogar. El señor Basagoiti ha metaforizado la situación: "no se puede estar con Dios y con el Diablo", supongo que quiere decir al mismo tiempo porque en distintos momentos eso lo ha hecho hasta la Iglesia. Desde luego, sólo conozco algo peor que el maniqueísmo y es el monotema. No entiendo porqué se consideran incompatibles ambas suposiciones. Si de lo que se trata es de que se acabe ETA, cualquiera de las dos vías es buena, y hasta las dos al mismo tiempo, esto es, persiguiendo a la organización ilegal por todos los medios legales y dialogando siempre que se pueda, y negociando si se tercia, claro que sí.

Asimismo leo en Gara que doscientas personas se manifiestan en San Sebastián para honrar a la Ikurriña y negar (como Pedro a Cristo) la bandera española (Ikurriña bai, espainola ez!), algo muy elaborado. Es una forma también de festejar el día de la Asunción. Otro, que también encuentro en Gara dice que decenas de miles de personas participan en la romería a Begoña. Que estos vascos son muy religiosos, como los andaluces, que también se movilizan mucho por la Virgen.

(La imagen es la Asunción de la Virgen, de Rubens, de 1620, obra de madurez que se encuentra en el Museo de Historia del Arte de Viena).

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Un crac a cámara lenta.

Siempre que se produce uno de esos amagos de crisis (a los que, a veces, sigue una crisis), salen de debajo de las piedras los profetas de la desgracia y la benemérita doctrina de la Crisis General del Capitalismo (CGC), estado inmediatamente anterior a la Comunión de los Santos, reinicia su marcha triunfal hacia la nada. Ya están las piedras del templo de Mammon cayendo sobre los idólatras. Algunos hasta desentierran el tomahawk marxista y largan una teórica sobre la economía política de la CGC. Que no dudo de que a lo mejor se produce algún día, nada es imposible, pero señalo que ya tiene gracia que la CGC venga en alguna medida provocada o precipitada por la competición capitalista que ejerce un país comunista como China.

El capitalismo es un sistema que va de crisis en crisis. Uno de sus principales teóricos, Schumpeter, lo definió como "destrucción creadora", concepto científico a la par que poético. Lo que sucede es que cada crisis, como fenómeno humano que es, es distinta; no hay una crisis-tipo como hubo un Ford modelo T. Y ésta que estamos viviendo es serpenteante y titubeante. Ayer, los mercados bursátiles volvieron a bajar. Y eso que el Banco Central Europeo había "inyectado" el martes 7.700 millones de euros más, con lo que el aluvión de pasta que ha entrado en el mercado desde la semana pasada es de 211.365 millones de euros. Por un lado, el BCE sube los tipos de interés porque dice que hay que prevenir la inflación, encarece el dinero y ahoga a las familias hipotecadas y, por otro, inunda el mercado de liquidez. Ya decía servidor que eso puede funcionar o no. Nueva York cerró a la baja, Dow Jones, NASDAQ, todo a la baja entre rumores de que la mayor empresa de crédito hipotecario del país puede ir a la quiebra y problemas por todas partes. Las noticias de la economía (de la real, la productiva) son buenas, pero el capital especulativo está asustado, como los potros. Si hay estampida o no sólo los dioses lo saben. Los dioses, no las leyes de la historia.

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¿Quién es el terrorista?

Los Estados Unidos quieren meter a los "Guardianes de la Revolución" en la lista de organizaciones terroristas. Los EEUU tienen una lista de organizaciones terroristas. Los EEUU. Y ellos no están; en la lista, digo.

Ayer murieron quinientas personas (incontables heridos) en un atentado bestial en Irak perpetrado con camiones cargados de combustible. El gobierno iraquí, un ente insólito incapaz de garantizar la seguridad de sus ministros, dice que atrapará a los culpables. Ni a esos ni a ninguno de los que a diario asesinan, atentan, destruyen en ese infeliz país asiático en el que reina el caos más hobbesiano desde que los estadounidenses, los ingleses y el mozo de los recados decidieran invadirlo back in 2003. Si lo hacen impunemente los invasores, piensan los habitantes, ¿por qué no nosotros también?

Así que los responsables de esa monstruosidad, de esa vergüenza que es el Irak se permiten el lujo de tener una lista de organizaciones terroristas. ¿Y no está la CIA? No, claro. Pues ¿que lista es esa, que no incluye a una organización criminal que secuestra ciudadanos en terceros países y los recluye en cárceles secretas de cuartos países en donde los torturan? Una lista incompleta, me parece. Además, también debería comprender a la Casa Blanca porque, despues de cuatro años de masacres en el Irak, ya se sabe que Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva pero la Casa Blanca, sí. Hasta el momento van unos 700.000 muertos y un par de millones de desplazados. Toma destrucción masiva.

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En el camino seguimos.

Hoy hace cincuenta años que se publicó On the Road, de Jack Kerouac. Un respeto para el símbolo de una generación. Recuerdo que siendo relativamente chaval, como con dieciocho años o así, leí casi al unísono En el camino y Últimas tardes con Teresa, de Marsé. Ambas me impresionaron mucho porque simbolizaban el descubrimiento de la vida, del mundo-ahí-afuera. Pero el de Kerouac era mucho más rico, fascinante, vivo, inmenso, nuevo. Un fogonazo. Así que me hice beat. La biblia era En el camino, que venía a ser como Rebelde sin causa, pero en intelectual. Y escrito por un tipo que andaba arrastrando el culo por los EEUU, murió joven de una úlcera fulminante provocada por una cirrosis y odiaba a los intelectuales.

Easy Rider hubiera querido tener el espíritu beat, pero el amigo Fonda y el amigo Hopper son hijos de la sociedad de la abundancia o, como he leído en algún sitio, "hijos de Marx y la Coca-Cola". La carretera de On the Road es una cosa de los cuarenta, la memoria de la guerra es reciente, hay guerra fría, todo algo más cutre, no hay dinero, se puede dormir en cualquier parte, a veces se para uno en algún sitio a trabajar un poco y ganarse la vida como guarda nocturno y otras se queda uno quince días en un campo de inmigrantes porque anda ligando uno con una mexicana. Sal Paradise, el propio Kerouac que narra la historia con una actitud que siempre me ha parecido fascinante, mezcla de sano juicio y distanciamiento y como con excitación, me acompaña desde entonces.

Ese libro (y los otros Los vagabundos del dharma,etc) es autobiográfico. Kerouac lo escribió en tres semanas, en un único rollo de teletipo que se conserva y se muestra hoy en exposiciones itinerantes, lo que me parece muy bien por tratarse de algo que hizo un hombre que era una especie de bum espiritual, siempre en busca de luz y comprensión, ya fuera a través del jazz, ya de la droga o del Zen. Dijo en cierta ocasión que él no era "beat", sino "catholic", pero eso es puro beat, del que saldría después la manía hippy con la "contracultura".

Lo que me llama la atención ahora de aquel camino que emprendimos en los años sesenta es qué machista era. Y la cosa culminó en otro no exactamente muy de tipo beat, Henry Miller, a quien leía con verdadero placer hasta que empecé a ver críticas feministas y acabé mirándolo con otros ojos. Lo que más atrae, de los dos, de Kerouac y de Henry Miller, es el carácter torrencial y, al tiempo, elegante, hasta exquisito de su prosa. En el caso de Kerouac la cosa venía a través de la "escritura espontánea" que luego alguien (que no era él) tenía que poner en un inglés más o menos legible. Si de lo que se trata es de contar una historia que no tiene historia porque va surgiendo por el camino y se va haciendo, el estilo tendrá que ser de improvisación. Por eso hay tanto jazz en el camino y luego habrá budismo, donde todo se fía a la ocurrencia espontánea. Pero, al mismo tiempo, esa improvisación, como en La paradoja del comediante está muy trabajada. Kerouac escribió el original en tres semanas, pero prácticamente volcando en el famoso rollo de teletipo el contenido de docenas de cuadernos en los que había ido contando todo lo que la pasaba hacia ya seis o siete años. O sea, la "escritura mecánica", como dirían los surrealistas, duró tres semanas, pero el proceso de creación, formación, modelación, venía durando seis o siete años.

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dimecres, 15 d’agost del 2007

Si Zapatero me lo pide.

En su atribulada comparecencia de ayer, la señora ministra de Fomento expuso claramente su criterio de no dimitir, a no ser que el señor Rodríguez Zapatero, su jefe inmediato, se lo pida. Debe de ser el único que quede por hacerlo porque todos los grupos parlamentarios, excepción hecha de los del PNV, BNG y, claro, PSOE, pidieron a la señora Álvarez con toda contundencia que se fuera, desde el del PP hasta el de IU. Hacía tiempo que no se veía tan apiñada unanimidad en sede parlamentaria y para el PP tiene que haber sido un alivio ver que no siempre está solo.

La Ministra llevaba escritos unos folios que leyó de cabo a rabo, y se negó a dimitir. La explicación que dio es que el Gobierno del PP descuidó lamentablemente las inversiones en las dos anteriores legislaturas. Se hace cuesta arriba creer que Jordi Pujol todavía presidente de la Generalitat entre 1996 y 2000 se dejara burlar en esto de las inversiones en su amada Cataluña siendo así que tenía trincado al Gobierno de Aznar quien no disponía de mayoría absoluta. En la siguiente legislatura de 2000 a 2004 es posible que se produjera el abandono que denuncia la señora ministra. Pero a su vez ella y su Gobierno han tenido tres años y medio prácticamente para remediar la situación y tampoco parece que hayan hecho mucho. No sé si la señora Álvarez es la "peor ministra de Fomento" de la democracia como proclama el PP y no lo sé porque, habiendo pasado por el cargo el señor Álvarez Cascos, es poco probable que alguien lo haya hecho peor. Pero lo cierto es que la ministra no ha dado un resultado óptimo y el caos que llevan los barceloneses aguantando requiere que, en lugar de recomendarles paciencia, alguien tenga un gesto digno y, digamos, dimita. La señora ministra, a ser posible.

La democracia tiene estas cosas: los jefes (que están ahí voluntariamente y no a la fuerza, aunque a ellos les guste decir que "se sacrifican") tienen que asumir muchas veces responsabilidades que no son suyas y saber marcharse, aunque no sean personalmente responsables de algún desaguisado. Es una regla no escrita: cuando se causa tanto trastorno a decenas, cientos de miles de personas, además de la (siempre escasa) compensación material, aquellas tienen el derecho a una compensación moral, por ejemplo, a ver que el responsable del servicio que ha fallado coge las de Villadiego. Son prácticas democráticas que, si no son muy tiernas con los políticos en apuros, salvaguardan unas normas de bien hacer que no deben perderse. Cuando los griegos inventaron el ostracismo, se lo aplicaron de vez en cuando hasta a los ciudadanos más sobresalientes. ¿Qué no harían con los incompetentes?

Por lo demás, el razonamiento de la señora Álvarez no es de recibo. Que sólo se irá cuando se lo diga el señor Rodríguez Zapatero. Estaría bueno que, diciéndoselo el señor Rodríguez Zapatero, considerara la posibilidad de no irse. Es una típica falacia de opciones inexistentes. Si el presidente del Gobierno le pide la dimisión, la señora ministra no puede no dimitir. Por eso, esa pintoresca afirmación (equivalente, en el fondo, a decir "no dimito porque no me da la gana") me recuerda tanto aquella ilógica canción de Nat King Cole: "¿Para qué quiero tus besos si tus labios no me quieren ya besar?" Igualito que la señora Álvarez, cuyo camino lógico, a la vista de la cuasi unanimidad parlamentaria en su contra, es presentar la dimisión al presidente del Gobierno.

Claro que si eso no sucede, la oposición tiene otra vía para evidenciar su descontento: pedir la reprobación de la Ministra en el primer pleno a la vuelta de vacaciones. Está por ver si osa hacerlo.

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