divendres, 19 de novembre del 2010

El liberalismo totalitario.

Hablan continuamente de libertad pero están acusados de organizar una red de espionaje de sus propios compañeros de partido a la que uno de los espiados bautizó con cierto sentido del humor como gestapillo. Y si alguien espía a los suyos es poco probable que no espíe al adversario.

Presumen de su férrea defensa de los derechos fundamentales pero hostigan sistemáticamente a los sindicatos, atacan las figuras de los liberados, se oponen al derecho de huelga y lo coartan cuanto pueden y cargan contra los representantes sindicales. Al tiempo niegan derechos a los homosexuales, como es el de contraer matrimonio, y a las mujeres en materia de aborto.

Presumen de honradez acrisolada y servicio público y están acusados de participar con pleno conocimiento y beneficio propio de la que puede ser la mayor trama de corrupción de la democracia española, así como de otros desfalcos millonarios allí donde gobiernan o han gobernado como en dos provincias valencianas y en las Baleares.

Aseguran respetar el principio de legalidad y están acusados de diverso tipo de prácticas administrativas fraudulentas, tanto en Madrid como en Valencia, como fraccionar las cantidades de las adjudicaciones para no tener que sacarlas a concurso y otorgárselas así a empresas de la trama corrupta.

Sostienen ser transparentes como el cristal pero el Gobierno valenciano niega información a la oposición o dilata entregar la que reclaman los tribunales. Transparencia como la de María Dolores de Cospedal, cuyas declaraciones de bienes están ahora llenas de enmiendas.

Afirman respetar las prácticas y convenciones parlamentarias pero gobiernan con opacidad, no dan explicaciones y emplean sin rodeos el rodillo de la mayoría parlamentaria. Para cerrar cuando les interesa las comisiones parlamentarias de investigación, por ejemplo.

Declaran respetar el principio de igualdad y no discriminación pero hacen comentarios y propuestas con tintes xenófobos y hasta vídeos que tienen que retirar a toda prisa porque frisan en el racismo.

Dicen ser partidarios del "juego limpio" a fuer de liberales pero están acusados de financiar sus campañas electorales con dinero negro procedente de la trama corrupta y canalizado mediante donaciones de empresarios que luego recibían contratos de la administración. Ello sin rememorar el famoso tamayazo que les dio la presidencia en posteriores elecciones gracias a la presunta compra de la voluntad de dos diputados socialistas.

Proclaman su fe en el mercado libre, la superioridad de éste sobre el Estado y la no intervención pública en la esfera privada y están acusados de favorecer a unos empresarios frente a otros por cantidades pavorosas en una manifiesta intervención pública del funcionamiento del mercado. Cosa que también sucede, aunque no sea motivo de acusación en sede judicial, con las relaciones con los medios de comunicación en las que se favorece a unos afines ideológicamente frente a otros que no lo son por medio de la discrecionalidad al otorgar las licencias. Con lo que además, intervienen en el ámbito de la comunicación.

En absoluto, protestan; es más, defendemos a capa y espada la libertad de información y expresión. Pero cualquiera que vea la cadena pública autonómica, TeleMadrid, también llamada TeleEspe, sabrá que es una pura máquina de propaganda del Gobierno autonómico y su partido sin la menor concesión a las posiciones no ya de izquierda sino siquiera de centro. Es la aplicación a rajatabla de las doctrinas gramscianas de la lucha por la hegemonía ideológica, un hallazgo del marxismo europeo. Todos los presentadores y prácticamente todos los colaboradores de la cadena pública son de derecha extrema, en ocasiones francamente agresiva y si no lo son lo suficiente les vuela la cabeza por intervención directa de la Presidencia de la Comunidad. Un intento de ocupar todo el espacio informativo, un intento totalitario.

Porque dicen ser liberales, y lo serán si ellos lo dicen; pero liberales totalitarios.

(Las imágenes son los retratos de Adam Smith y Karl Marx, en el dominio público. La idea de contraponerlas la he encontrado en el blog de William Crawley, de la BBC, titulado Will & Testament.

dijous, 18 de novembre del 2010

De lo soez.

No se han apagado los ecos del griterio público al conocerse las preferencias eróticas de Sánchez Dragó en los años ochentas y el modo en que las relata cuando el amable público se desayuna con unas apreciaciones de Salvador Sostres en materia de jovencitas que dejan a Sánchez Dragó a la altura de un monaguillo. Sexismo trufado de un racismo increíble.

Afirma la señora Aguirre para desentenderse del episodio que se trata de una "conversación privada". Ya se sabe que lo "privado" manda en el universo conceptual neoliberal. Una conversación privada en un plató de televisión pública, con micrófonos y público presente. Es decir, para que sea pública una conversación tednrá que hacerse en la Plaza de San Pedro durante la bendición urbi et orbi. Además, si se mira el vídeo más abajo, se verá que no es una conversación sino un soliloquio de Sostres interrumpido con recriminaciones por Isabel San Sebastián.

Lo malo de estos exabruptos es que no son privados sino públicos y, además, muy frecuentes. Hay un machismo ostentoso en la derecha. Si no lo manifiesta Sostres lo hace el alcalde de Valladolid y, si no, lo hace Aznar metiendo un bolígrafo en el escote de una periodista. Un machismo mezclado, como es lógico, de agresividad verbal. Suelen ser los rijosos los que, además, insultan e injurian sin parar sobre todo a los adversarios políticos o a todos aquellos que presuman cercanos a los adversarios políticos, por ejemplo,



los artistas, sistemáticamente tildados de "titiriteros" y "estómagos agradecidos". Por supuesto, sus propios "estómagos agradecidos" son agradecidos, sí, pero no estómagos: son cerebros. Bien a la vista está. En esto rivalizan políticos y comunicadores de la derecha, ¿o no fue Rajoy quien, en la primera legislatura de Zapatero llamó a éste de todo, desde "incompetente" a "bobo solemne" pasando por infinidad de dicterios? Repetidamente, machaconamente. Y si lo hacía el mando, ¿cómo no sus huestes partidarias o mediáticas? Así el país sufre un nivel de debate público de calidad moral e intelectual bajísima. Y que esto suceda en medios privados tiene un pasar pues cada cual gasta su dinero en lo que le place. Que suceda en medios públicos, sostenido con dinero público es otro cantar. ¿Por qué han de soportar los votantes socialistas que, con el dinero de sus impuestos, se pague a profesionales del insulto para que injurien sus valores, sus ideas y a las personas que los encarnan?

La agresividad verbal, la violencia verbal, los insultos, las injurias, las procacidades, vienen fundamentalmente de la derecha. De vez en cuando la izquierda también recurre a esa táctica, como en el caso de los tontos de los cojones del alcalde Pedro Castro. Pero esto sí que son ejemplos aislados. No recuerdo caso alguno de socialista que haya hecho un comentario como el de los morritos del alcalde de Valladolid. Y qué mala uva destila ese término, "morritos". En realidad no es frecuente que en la izquierda se escuchen comentarios, bromas, chanzas sobre la apariencia física de las gentes, especialmente las mujeres, de la derecha. No me consta que nadie trate o haya tratado a Soraya Sáez de Santamaría o a María Dolores de Cospedal como los conservadores han tratado a Bibiana Aído o a Leire Pajín, con cuyo apellido han hecho chistes varias luminarias de la derecha. En fin, en su conjunto se trata de un caso de eso que antes se llamaba "mala educación". Hay gente a la que han enseñado pautas morales obvias como que no se insulta pero lo han olvidado; en otros casos, probablemente, ni se les ha enseñado.

Por eso es tan importante la corrección política de la que todos estos maleducados hacen chirigota sin parar. Les parece algo ridículo que se pretenda emplear un lenguaje que tenga en cuenta la gran variedad y pluralidad de nuestras sociedades y sea respetuoso con ellas. O que se piense que el debate público no ha de ser necesariamente un griterío de rufianes. Les parece cosa de maricones y nenazas.

(La imagen es una foto de sroemerm, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 17 de novembre del 2010

El punto medio.

Vaya, hombre. Toda la vida luchando a brazo partido contra ese asunto del "punto medio" o "término medio" en función del principio de la lógica aristotélica del "tercero excluido" (tertium non datur) y, para una vez que lo defiendo, llega mi amigo Nacho Escolar y me acusa de ignorarlo; y no sólo de ignorarlo, sino de "defender al Gobierno", cosa poco recomendable al día de hoy. Dice Nacho: "Actualización, 12:29. Ramón Cotarelo escribe en su blog sobre el Sáhara con otro punto de vista diferente, donde defiende la actuación que está teniendo el Gobierno ante esta crisis en nuestra ex colonia. No estoy de acuerdo con su tesis, principalmente porque parte del error de considerar que no hay un punto medio entre la actual diplomacia de mano blanda y una declaración de guerra en toda regla. Pero también hay en su artículo algunos argumentos interesantes".

¡Pero si el post proponía precisamente ese punto medio! Considérese este párrafo: "Desde luego no estará de más que el Gobierno haga saber al Príncipe de los Creyentes que no aprueba sus procedimientos, que exige el fin de la intervención marroquí en El Aaiún así como el cumplimiento íntegro de las resoluciones de la ONU. Y eso debe decirlo no como España sino como Estado miembro de la Unión Europea y debe asimismo anunciar que llevará el asunto al Consejo de Seguridad. Todo claro y rotundo, como quiere la izquierda, pero en un marco de acción multilateral. España tiene que evitar llegar a una confrontación bilateral con Marruecos que es lo que éste quiere. Probablemente sea esa conciencia la que tenga paralizado al Gobierno".

No veo que esto sea una defensa del Gobierno y sí un intento de punto medio, de que aquel hable "alto y claro" a Marruecos. En cambio, en donde no se halla punto medio es en el citado post de Nacho que lo pone a caldo por blandengue y pusilánime, no sin cierta razón pero sin muchos matices.

A mi entender es esencial la multilateralidad y la acción concertada. España no debe dejarse arrastrar a una confrontación bilateral con Marruecos porque esta es una opción desfavorable para ella y para los saharauis. Qué más puede querer Marruecos (y, con él, los Estados Unidos y Francia) que desviar la atención del atropello de El Aaiún -y todo el Sahara- para centrarla en un conflicto con la antigua potencia colonial. Y en una de esas espirales podemos encontrarnos si tomamos una decisión precipitada que luego tengamos que lamentar. No se debe reaccionar en caliente.

España tiene que hablar más alto y más claro, sin duda, y debe hacerlo sobre todo: las presuntas violaciones de derechos humanos, la represión de corresponsales extranjeros, el presunto asesinato de un ciudadano español, pero ha de hacerlo en el seno de los organismos multilaterales (la Unión Europea y las Naciones Unidas) que es en donde debe tratarse este asunto y tomarse las decisiones pertinentes. Ello sin perjuicio de que, si tiene pruebas, exija explicaciones pertinentes de gobierno a gobierno en lo que afecta a los ciudadanos españoles.

Ya sé que en una interpretación moral de la situación, al haberse incumplido flagrantemente los Acuerdos de Madrid de 1975, cabría considerar "ciudadanos españoles" a todos los saharauis. Pero eso va contra la interpretación de la ONU, que trata directamente con Marruecos como administración "de facto" y excluye a España de responsabilidad y participación en una posible solución para la que sí cuenta con Argelia y Mauritania. Tampoco conozco a nadie que invoque esta aspiración y sí veo que se exige a España una implicación especial por haber sido quien fue en un problema que afecta a la comunidad internacional como es la violación sistemática de los derechos humanos de los saharauis por Marruecos.

Tampoco se me oculta que esta actitud, este punto medio, consistente en que España sea clara y contundente en un contexto multilateral, al llevar su tiempo, se presta a ser una cobertura de quienes, siendo en el fondo partidarios de Marruecos, pretenden ganar tiempo, dejar que las cosas se pudran en la inacción, dando largas a todo. Táctica israelí en definitiva. Es cierto, es un peligro que hay si no se vigila de cerca al Gobierno y se le exige que actúe con claridad y firmeza en los organismos pertinentes, obteniendo de ellos medidas frente a Marruecos. Pero los peligros, los riesgos, están para asumirlos. En caso contrario no habría acción.

Dado que, además, las alternativas se me hacen francamente peores. Como prueba de lo fácil que es deslizarse por la pendiente del disparate, vemos a Julio Anguita pidiendo que España "rompa toda relación económica con Marruecos". Ahí es nada y eso sólo para empezar la fiesta. No se trata solamente de que en España haya casi 750.000 inmigrantes marroquíes que, supongo, algo pesarán en esa relación económica y no sé cómo lo vamos a suprimir; es que, además, buena parte de la tal relación se da en el seno de acuerdos de la Unión con Marruecos, singularmente en la pesca, y es difícil romper relaciones económicas que no dependen de uno.

Ojo, además, porque un posible conflicto bilateral suscitaría una oleada de racismo y xenofobia en España en donde ya se dan suficientes premoniciones. No descubro el Mediterráneo si recuerdo que en el país hay una acendrada animadversión hacia los "moros" y los marroquíes en especial, sentimiento que no es de ayer precisamente y que encuentra sus cultivadores más devotos en la derecha que ejerce siempre de patriota de una Patria cuyo santo patrón es Santiago Matamoros. En fin que no conviene confundir las cosas hasta el punto de que la izquierda coincida con el PP en propugnar medidas políticas. Porque es obvio que si la izquierda se encuentra en una manifestación junto al señor González Pons uno de los dos se ha equivocado.

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
...............................
Yours is the Earth and everything that’s in it,
And–which is more–you’ll be a Man, my son!


If, Ruyard Kipling

(La imagen es una foto de bubilla 2002, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 16 de novembre del 2010

Perdidos en el desierto.

El asunto de los saharauis lleva camino de convertirse en grave problema para el Gobierno y su partido. Alguien ha echado mal de ojo al pobre Zapatero quien no solamente ha de habérselas con una crisis que incubaron otros sino que se ve obligado a resolver un conflicto enquistado hace 35 años, cuando él tenía quince. La vergonzosa dejación de funciones de España en 1975, consagrada en unos Acuerdos de Madrid asimismo ignominiosos, fue el primer paso para crear una situación "palestina" en el antiguo Sahara español.

La causa saharaui suscita grandes simpatías en la opinión pública, como si ésta quisiera dar a entender con ella que no respalda la decisión de las autoridades entonces ni lo hace ahora. Sobre todo es la izquierda la que se siente más interpelada porque en ese conflicto se ventilan cuestiones que le son caras como la autodeterminación, la liberación nacional, la lucha contra la opresión, la fraternidad de los pueblos, la lealtad para quienes se considera casi como compatriotas.

Hay en el activismo prosaharaui un elemento de inquina hacia Marruecos, en el que resuena una historia de enfrentamientos de siglos. Esta actitud parece apelar más a la derecha y la tradición africanista pero no cabe ignorar la posibilidad de que también lo haga en parte a la izquierda. La antipatía por no decir hostilidad hacia Marruecos es palpable.

No obstante el argumento de la izquierda, que es el que me interesa, consiste en echar en cara al Gobierno una vez más su pusilanimidad, su incapacidad para hacer frente a las arbitrariedades de Mohammed VI. Le acusa de anteponer la razón de Estado a la defensa de los derechos humanos, algo muy frecuente en todas partes, tampoco hay que engañarse; sucede con Israel, con la China, con una serie de regímenes islámicos.

Desde luego no estará de más que el Gobierno haga saber al Príncipe de los Creyentes que no aprueba sus procedimientos, que exige el fin de la intervención marroquí en El Aaiún así como el cumplimiento íntegro de las resoluciones de la ONU. Y eso debe decirlo no como España sino como Estado miembro de la Unión Europea y debe asimismo anunciar que llevará el asunto al Consejo de Seguridad. Todo claro y rotundo, como quiere la izquierda, pero en un marco de acción multilateral. España tiene que evitar llegar a una confrontación bilateral con Marruecos que es lo que éste quiere. Probablemente sea esa conciencia la que tenga paralizado al Gobierno.

Porque en una confrontación bilateral Marruecos dispone de medios de presión en Ceuta y Melilla que pueden hacer escalar el conflicto hasta donde no sea posible contenerlo. Para una parte de la izquierda esta posibilidad es irrelevante pues considera que España debe devolver estas dos plazas de soberanía al reino norteafricano. Pero en la mayoría de la opinión pública la cuestión se vería muy de otro modo ya que esa opinión probablemente no entendería que estemos dispuestos a enfrentarnos con Marruecos por defender a los saharauis pero no por defender a los ceutíes y melillenses. Es tan incongruente que no merece la pena considerarlo.

Así que como no creo que nadie en la izquierda esté interesado en repicar tambores de guerra quizá sea sabio suspender por un tiempo los juicios condenatorios al Gobierno por justificados que puedan parecer especialmente porque recaen sobre quien ya ha demostrado haberse rendido ante la ofensiva neoliberal. Con todo cabe confiar en que el Gobierno tome la iniciativa diplomática en un contexto multilateral y forme una especie de frente de defensa de los saharauis.

Conste que, seguramente como a la mayoría de mis paisanos, me gustaría que el Presidente diera un puñetazo sobre la mesa. Pero detrás del puñetazo tiene que haber una capacidad militar y una voluntad política para llevarlo a sus últimas consecuencias. ¿Las hay?

(La imagen es una foto de Saharauiak, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 15 de novembre del 2010

La remontada.

Tendencias, los sondeos marcan tendencias. Las que muestra el último Publiscopio (que, por cierto, está haciendo un trabajo espléndido de acopio e interpretación de datos) son nítidas: el PP baja y el PSOE sube. Sigue habiendo notable diferencia, pero tiende a disminuir y puede haber vuelco. Es más, suena plausible.

El PSOE encara un resto de legislatura relativamente estable y tranquilo y que auspicia mejoras. Lo crisis parece haber tocado fondo y, aunque no haya una mejora inmediata, más abajo quizá no quepa ir y eso está ya asumido. De producirse alguna variación lo más razonable es que sea a mejor. Ha habido medidas tremendamente impopulares, pero los gobernantes han mantenido viva la creencia de que su preocupación es la política social. En el Congreso el Gobierno ha salvado los presupuestos y puede seguir con la "geometría variable". Su moderación legislativa (que muchos consideran achantamiento, cuando no traición) desarma las causas de movilización de la derecha, especialmente de la Iglesia. Su política antiterrorista (y la de los anteriores) puede acarrear el milagro de la desaparición de ETA. La contundencia de las medidas de Zapatero (recortes sociales, cambio de gobierno) refuta la idea del Zapatero desbordado y dubitativo. Y esto del liderazgo es muy importante. Todos, pues, motivos para confiar en la remontada.

Pero el verdadero motivo para el optimismo en los socialistas es el calamitoso estado del PP y la bajísima calidad de su oposición.

La corrupción tiene a la derecha literalmente acogotada y no solamente debido a las diversas causas judiciales abiertas, algunas, como la Gürtel de dimensiones terroríficas, sino también por las no judiciales, por esa peculiar forma de la derecha de entender la relación entre lo que se dice y lo que se hace, o la que debe haber entre las actividades privadas y las públicas. Asuntos como el sueldo de María Dolores de Cospedal en época de penurias o la intervención del bufete de Trillo en asuntos de su partido hacen un daño a la imagen del PP difícil de exagerar. A esto se añade que la posición parlamentaria de los conservadores es harto incómoda. La mayor parte de las veces se quedan aislados con la ocasional compañía de UPyD. Esa soledad y falta de entendimiento con los demás es lo que hace que ni en las horas más bajas del Gobierno, haya sido la moción de censura una opción realista para la derecha. De ahí su insistencia, su matraca con que Zapatero convoque elecciones anticipadas cada vez que estornuda.

El PP se ha explicado poco en lo referente a sus intenciones y proyectos y, para arreglarlo, da a entender que su fórmula para España sería la de Cameron, el "cirujano de hierro" anglosajón. Algo que tiene muy mala prensa aquí. Desde el punto de vista de la derecha, nada hay más lógico que echar a 500.000 funcionarios; podría en realidad echarlos a todos y luego nombrar a dedo a los que necesitara con lo cual le deberían el cargo, que perderían si el patrón perdiese las elecciones. O sea, los cesantes del siglo XIX. Notable avance. También es lógico desde ese punto de vista conservador que las universidades tripliquen el coste de las matrículas. Al fin y al cabo, ¿para qué quieren estudiar los pobres? Así resulta que luego no se encuentran criados. Todo eso como que hay que bajar los impuestos a los ricos (ellos dicen "empresas") o eliminar el de sucesiones, está muy puesto en razón para la derecha y muy en sinrazón para muchísima gente, seguramente la mayoría.

Añádase que la oposición de la derecha ha sido lamentable. Orientada por el exclusivo fin de echar a los socialistas del gobierno ha resultado pobre, agresiva, contradictoria, demagógica y desleal. Esto es, pobre porque no ha aportado propuestas positivas a ningún problema común; agresiva porque se ha hecho con intemperancia, malos modos y frecuentes insultos y acusaciones infundadas; contradictoria porque en un sitio se bendice lo que en otro se recurre al Constitucional; demagógica porque atiza conflictos sin tener la responsabilidad de administrarlos; desleal por que no se presta apoyo al gobierno del Estado cuando se ven afectados los intereses de éste.

Si alguien precisa alguna ilustración que vaya a la foto de González Pons en una manifa antimarroquí y prosaharauis rodeado de banderas del Sahara, norteafricanos y rojos de todo pelaje. Desde el momento en que el PP es el el partido de los trabajadores al decir de María Dolores de Cospedal, cosa que se echa de ver en que Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y grande de España no llega a fin de mes, como un mileurista cualquiera, es lógico que el portavoz y otras autoridades sortirán al carrer a encontrarse con sus compañeros; lo que no es tan probable es que consigan los votos de estos.

diumenge, 14 de novembre del 2010

Berlanga.

Siempre que se muere alguien, sus parientes, allegados y conocidos sienten la necesidad de decir algo, contar alguna anécdota, rememorar una situación, resaltar algún rasgo del finado. Es el único recurso que nos queda a los seres humanos de reñir su victoria a la muerte, de retener al difunto, de hacerlo pervivir, al menos mientras dura el recuerdo porque los muertos viven en la memoria de los que restan.

Cuando muere un hombre grande, esa necesidad la siente mucha más gente, gente que no lo trató, que no lo conoció. Supongo que se debe al hecho de que los grandes hombres tocan la vida de muchos, muchísimos más de los que los conocieron. La grandeza de los hombres se mide por la marca que dejan en las vidas de los demás, de sus contemporáneos de quienes los sucedieron, de quienes nazcan cuando ellos se hayan ido. Lo que han dicho, escrito, pintado, esculpido, filmado; en definitiva, lo que hayan hecho se integra en esa misteriosa materia que llamamos la vivencia de cada uno. Y por eso, a su muerte, cada uno se siente llamado a sí mismo, a evaluar cuánto de ese sí mismo le debe.

Hay un curioso artículo en La Razón en el que hablan dos personas, María Revilla y Jesús Duarte, que fueron figurantes en Bienvenido Mr. Marshall que se rodó en su pueblo, Guadalix de la Sierra, provincia de Madrid; el "Villar del Río" de la película. Berlanga ha sido decisivo en la vida de ambos. Eso es lo que quiero decir. Para mí Berlanga es Bienvenido Mr. Marshall. He visto casi todo su cine y reconozco su alta calidad pero Bienvenido me parece su obra cumbre. Todo artista tiene siempre una obra que destaca sobre las demás. A veces ese título recae en obras distintas, según quién hable de ella, pero ese es otro asunto.

Bienvenido es una metáfora de un tiempo y un país, como decía Raimon. En 1953, fecha de la película, España retorna al mundo de la mano del Vaticano (Condordato) y los Estados Unidos (Tratado bilateral) y comienza a despertar de su sueño autárquico. En Bienvenido es un sueño dentro de un sueño. Pepe Isbert despierta de su sueño de ser sheriff del pueblo en vez de alcalde y ese despertar se da dentro de otro sueño, el de la llegada del Plan Marshall del que, a su vez, despierta el pueblo entero cuando la caravana pasa de largo en una nube de polvo. ¿O no había polvo y lo pone mi memoria traidora?

El Plan Marshall llevaba ya cinco años funcionando en Europa y de él había quedado expresamente excluida España por razones políticas. En 1953 volvían los "americanos", lo cantaba Lolita Sevilla en la película ("Americanos, os recibimos con alegría"), y en España se les daba la bienvenida al modo en que Italia los había recibido nueve años antes, como liberadores, repartiendo chocolatinas y otras mercedes de mayor sustancia. Así que Bienvenido es el neorrealismo español. Un neorrealismo con toques buñuelescos. Porque en Berlanga había mucho de Buñuel o viceversa.

Y me gusta recordar que el guión lo hicieron Bardem, Berlanga y Mihura. Lo mejor de entonces.

(La imagen es una foto de Agirregabiria, bajo licencia de Creative Commons).

Si ETA se acaba.

  • Los españoles nos llevaremos una alegría.
  • Las víctimas obtendrán reparación
  • La izquierda abertzale podrá regularizarse.
  • Se podrá hablar de la desmovilización de los "gudaris" y de los presos, dentro de la ley.
  • Se podrá ver la fuerza parlamentaria de cada opción política y actuar en consecuencia.
  • Es probable que el PSOE gane las elecciones gracias al fin del terrorismo.
  • De eso se encargará el PP al torpedear el proceso.
  • Es la fábula del escorpion.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 13 de novembre del 2010

¡Ay, Benedicto XVI!

¡Ay, ese cura párroco de un pueblito de Castellón al que han detenido por un asunto de pornografía infantil!

Asustadas, las autoridades han procedido con sigilo máximo y actuado en secreto. Las informaciones periodísticas no dan el nombre del detenido, ni siquiera con las socorridas iniciales. Sin embargo lo saben todos los vecinos del pueblo con lo que no tardará en estar en la red. La jueza lo ha puesto en libertad a pesar de que el fiscal pedía prisión comunicada.

¡Ay del Papa que no hace diez días vino con la fusta moral para azotar a este pueblo de apóstatas al decir de monseñor Rouco que no se anda por las ramas de la diplomacia vaticana!

Los ánimos están muy caldeados con la pederastia en la Iglesia En estas circunstancias la presunción de inocencia no se abre camino así como así. Hay una manifiesta tendencia a convertir las acusaciones y sospechas en certidumbres incuestionables. Antes de condenar al cura hay que ver si es culpable.

¡Ay de la Iglesia que aparece ligada a incontables casos de pederastia y todo tipo de abusos! Ya empieza a ser difícil convencer a la gente de que las personas morales no delinquen, que la Iglesia no delinque, que delinquen los eclesiásticos, los curas, las personas físicas. Nada extraño por lo demás: también habría que convencer a monseñor Rouco de que las sociedades no apostatan, que apostatan los individuos que es a los que se puede quemar vivos por herejes. Nadie ha quemado jamás una sociedad.

Pero el obispo de la diócesis, dada la decisión que ha tomado de suspensión cautelar del ministerio y sus declaraciones, viene a admitir la veracidad de las acusaciones.

¡Ay del clero cuyo voto de castidad se rompe con tanta facilidad como frecuencia! ¿No debiera replantearse la disparatada regla del celibato? Por supuesto que eso no remedia la pederastia; pero alivia la presión. De hecho los abusos son una cuestión básicamente católica.

¡Ay de una religión tan inhumana, injusta e hipócrita! Una religión que niega la igualdad entre el hombre y la mujer; que no se atreve a condenar también expresamente la homosexualidad pero despoja a los homosexuales de sus derechos como son el de contraer matrimonio o acceder al sacerdocio

El discurso eclesiástico es tan absurdo, tan anticientífico, tan ajeno a la realidad que la gente vive día a día que no se explica cómo le quedan seguidores. ¿Qué base hay, fuera ya de la pura alucinación del perturbado, para afirmar que se dé una relación entre la homosexualidad y la pedofilia distinta de la que haya entre la pedofilia y la heterosexualidad?

Un aspecto monstruoso de este delito es su carácter tecnológico industrial. Dice la autoridad que el párroco (supuesto que haya sido él) no grababa los archivos. Parece obvio pues es harto difícil grabar 21.000 archivos pedófilos en un pueblo de 2000 vecinos de los que, como mucho, 300 estarán en la edad que los pedófilos valoren y que, además, no se note. Porque dice la alcaldesa del lugar que en quince años de ejercicio no habia habido motivo alguno de queja. Pero los 21.000 archivos, según la policía, ocupan 600 gigas, que es mucho. Los discos duros de los PCs normales andan entre los 250 y los 500 gigas. Es un ordenador potente, que mueve mucha información. Es decir, esa computadora probablemente es un centro de reparto; ya no es consumo de pornografía infantil sino distribución.

¡Ay del Papa! ¡Ay de la Iglesia! La Inquisición, los autos de fe, las excomuniones, los interdictos, la guerra santa... todo en pro de una organización corroída por el nefando delito de la pederastia.

¡Ay del Papa, antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que encubrió los delitos! ¿Cómo pueden los obispos estar avergonzados y humillados y seguir siendo obispos? La vergüenza y humillación ¿es ajena o propia?

Y, en todo caso, ¿es lo propio de quien se siente humillado y avergonzado venir a zaherirnos, a recriminarnos nuestras decisiones y costumbres, a regañarnos y, para colmo, a reevangelizarnos desde una superior estancia moral?

"Dejad que los niños vengan a mí" (Mc., 10, 14), dijo aquel de quien hablan los Evangelios.

¿No son los curas los que han de reevangelizarse? ¿No es el Papa?

(La imagen es un cuadro de Jean Paul Laurens, titulado Sixto IV y Torquemada, 1882).

divendres, 12 de novembre del 2010

Overkill.

Pesimismo generalizado sobre la marcha del G20 reunido en Seúl. Los mandatarios no se ponen de acuerdo en el nuevo problema surgido del llamado "riesgo sistémico", cuya manifestación más evidente es la "guerra de divisas". Vuelvo sobre esto más abajo. Entre tanto la pregunta es: ¿hemos salido de la crisis o no?

Las respuestas son variadas: Francia y Alemania, con tasas de crecimiento previstas para el segundo semestre de 2010 del 2 y el 2,5 por ciento del PIB creen que sí; Gran Bretaña y los Estados Unidos esperan que sí si dan resultado las últimas medidas tomadas en ambos países y, por cierto, de índole muy distinta; España permanece estancada a la espera de que el crecimiento ajeno tire del suyo; Irlanda hace frente a la quiebra, Portugal no anda lejos y Grecia está quebrada. ¿Superada la crisis? En la medida en que el mundo está globalizado, definitivamente, no. Por eso, en parte, el G20 pasa a otro punto de la agenda que se considera capital: la devaluación competitiva de las monedas, la citada "guerra de las divisas".

Llamo la atención sobre la palabra "guerra". Es tradición que el capitalismo resuelva crisis mediante guerras que es donde la destrucción creativa de Schumpeter alcanza su manifestación más plena. Pero héteme aquí que ya durante la guerra fría se pudo comprobar que la guerra "caliente" había dejado de ser una opción realista en virtud de las armas nucleares cuyo empleo por ambos bandos contendientes no dejaría vencedores y quién sabe si supervivientes. La guerra moría por overkill, capacidad excesiva de destrucción.

Si la guerra tradicional, la de ataque, bombardeo, conquista, ocupación entre potencias nucleares no es posible; si no es posible, dicho crudamente, arrasar la China por medios militares, hay que recurrir a otros medios. De ahí la "guerra de divisas" y de ahí que, muy preocupados todos, el G20 lo tome como tema de debate prioritario.

Pero ¿qué o quién es el G20? En realidad una reunión informal de los mandatarios supremos de los países más poderosos del planeta, entre industrializados y "emergentes" ("emergente" es la misma Corea del Sur que lleva camino de convertirse en la 5ª potencia económica del mundo, por delante de Alemania y Francia) que representan más de dos tercios de la población, el 85 por ciento de la producción económica y el 90 por ciento del comercio internacional. Pero una reunión informal. No es un gobierno mundial ni nada que se le parezca y los acuerdos que allí se tomen sólo serán vinculantes de modo voluntario; es decir, no serán vinculantes.

El G20 es una reunión en la que las transacciones y negociaciones son bilaterales o trilaterales, pero no multilaterales. Multilateral (y no necesariamente unánime) será una hipotética decisión final si se toma y con los efectos que tenga una vez tomada. ¿O no se recuerda que ya hace tres o cuatro reuniones se tomó la decisión de acabar con los paraísos fiscales? Y en esas relaciones bilaterales no hay acuerdos: la China y los Estados Unidos se acusan mutuamente de devaluar su monedas para mejorar su comercio. Y ambos tienen razón. O sea, no hay acuerdo. Los Estados Unidos pretenden imponer un tope a los excesos de la balanza comercial pero Alemania (la famosa locomotora europa) afirma que esa es práctica contraria al libre comercio. No hay acuerdo.

Por otro lado Alemania olvida, con el beneplácito de los demás europeos, que la pasada devaluación del euro ha beneficiado su comercio. Porque, efectivamente, cuando se dice que los países del euro hemos perdido ese recurso de la devaluación competitiva, se olvida que, sin embargo, el euro sí puede devaluarse. Lo que sucede es que, al suceder ello, los beneficios de la devaluación van más a los grandes exportadores y menos a los raquíticos.

Es convicción generalizada que la palanca para mover el crecimiento y salir de la crisis es el comercio, las exportaciones, el superávit. En algunos casos, como en los países nórdicos y Francia, la demanda interna es factor importante que se equilibra con el comercio exterior. Pero la idea general es que este último prevalece y por él hay que hacerlo todo, hasta la "guerra", por ahora de divisas.

Cuando aparece la guerra, aunque sea en plan figurado, la situación escapa a toda posibilidad de previsión. En las guerras puede pasar cualquier cosa. De forma que los expertos que no solo no vaticinaron la crisis de 2008 sino que ni la entendieron en un primer momento, ahora tienen ya todas las papeletas para no dar ni una. Pongo un ejemplo solo por fastidiar: ¿qué sucede si la China, el Japón y Corea del Sur entran en un acuerdo de libre comercio, que llevan camino de hacerlo, similar al Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte? Es lo que, con dudas, considera la Cooperación Trilateral ya existente, que convertiría el resultado en la primera potencia económica mundial, algo capaz a su vez de destruir el planeta por overkill productivo.

(La imagen es una foto de KOREA.NET, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 11 de novembre del 2010

¿Por qué perderá Rajoy las elecciones?

Al margen de las bromas habituales acerca de que en España uno no gana las elecciones sino que las pierde el otro, o de que las elecciones las deciden los indecisos, o de que "en política están los tontos de la derecha y los listos de la izquierda", o de que cuanta mayor sea la corrupción (de un partido de derecha) más lo vota el electorado; al margen, igualmente, de los muchos o pocos puntos porcentuales en que aventaje el PP al PSOE en intención de voto, es harto probable que el primero vuelva a perder las elecciones en 2012. Y ello por varias razones de distinto peso.

En primerísimo lugar, la corrupción que, por lo que se deduce de las diligencias hasta ahora practicadas, es de proporciones ciclópeas. Frente a ella es posible plantear una batalla política, como hace Camps, tratando de contraponer la legitimidad plebiscitaria a la mera legalidad, algo así como al estilo Berlusconi; también es posible contraatacar con decisión según la vieja doctrina acerca del ataque como la mejor defensa acusando al Gobierno o a los gobernantes de todo tipo de desmanes y hasta delitos; igualmente es posible desviar la atención todo lo que se pueda, organizando un escándalo mayúsculo cada vez que el Gobierno o su partido o alguien relacionado con él aunque sea lejanamente hace algún tipo de manifestación.

Todo eso y más es posible pero de ningún modo podrá detenerse la acción de la justicia y, como están las cosas, espera al PP casi un año y medio de vía crucis. Un año y medio de indagaciones, imputaciones, alegatos, acusaciones, defensas, magnificados todos por los medios, cosa que el PP suele descalificar como juicios paralelos, pero que no puede evitar en una sociedad que ampara la libertad de expresión. Y eso para los casos de presunta corrupción de los que hoy entienden los tribunales. No se cuentan los que emergen casi de continuo como un salpicón de marisco, aquí y allá, en una diputación o un ayuntamiento. Se consolida la idea de que, en donde gobierna la derecha, hay colusión entre los cargos públicos e intereses privados en detrimento del erario colectivo. Un cínico podría decir que, al fin y al cabo, es privatización de los servicios públicos. Pero esto no es asunto de cinismo. El último detalle, revelado por El Pais de que la trama "Gurtel" supuestamente usaba billetes de 500 euros, los popularmente conocidos como "Bin Ladens" porque nadie los ha visto, para comprar a los cargos del PP en Castilla y León pone los pelos de punta.

Los míticos billetes lilas son, al parecer, los preferidos por las mafias internacionales para blanqueo de dinero, entre otras cosas porque las cantidades que manejan pesan menos. Todo el mundo desea que se retiren, excepto los alemanes que son quienes mandan en la moneda a la que quieren grande y pesada como un poderoso dios de la Valhalla que tritura las economías de los paisillos periféricos. Y, a estas alturas, de la trama "Gürtel" me temo lo peor, cuenta habida de que España es, al parecer, el país europeo en el que circula mayor cantidad de los famosos billetes; mayor, según tengo entendido, que la de los demás países. Es imposible que el PP salga indemne de este lodazal en el que tiene a una gran cantidad de imputados.

Añádase a ello que, si el Gobierno tiene un grave problema de comunicación, según dicen los expertos, el de la oposición es peor si cabe. La llamativa ausencia de propuestas frente a la crisis en el terreno de la derecha ha llevado a algunos, más maliciosos, a decir que lo que tiene el PP es un "programa oculto". No es que no tenga propuestas sino que no se atreve a formularlas. Pero lo cierto es que Rajoy ya ha dejado claro que no hay programa oculto ni no oculto pues se ha mostrado partidario de hacer lo que Cameron en Gran Bretaña, siendo así que Cameron tampoco se lo había dicho antes a nadie y, desde luego, no a Rajoy con lo que, al suscribirlas éste, demostraba que él no tenía niguna. Por muy superficiales que seamos los electores es poco probable que votemos por un partido sin programa y cuya oposición se ha atenido tozudamente al principio algo tosco del "quítate tú para que me ponga yo". Cosa imposible si ese "yo" es Rajoy que no puede presentar una moción de censura contra un Gobierno minoritario porque sabe que la pierde.

Es imposible disimular la falta de propuestas y alternativas a base de organizar escándalo tras escándalo, de provocar, de elevar el nivel de agresividad poniendo en cuestión, por ejemplo, las instituciones del Estado, desde la Corona, cuando hace o deja de hacer algo que molesta a la derecha, hasta las fuerzas de seguridad del Estado o el Ministerio Fiscal a los que se acusa de estar al servicio de los fines turbiamente políticos de un Gobierno que tiene tendencia a establecer en España nada menos que un "Estado policial". Y también es imposible obtener mayoría de votos a base de oponerse frontalmente a todas aquellas reformas que hacen más llevadera, más racional, más justa la vida de la gente, desde la interrupción del embarazo hasta los matrimonios homosexuales.

Rajoy, que tiene ganada fama de Mr. Niet, es siempre el peor valorado de todos los dirigentes políticos españoles. ¿Tan difícil es ver el porqué de esa falta de simpatía popular y ponerle remedio? Que la valoración negativa de un líder no repercuta en la intención de voto al partido que lidera carece de toda lógica.

Vaticinio el de esta entrada que no tiene el grado de certidumbre y fiabilidad de los sondeos que encarga María Dolores de Cospedal pero está basado en ese sentido común que Rajoy invoca tanto como ignora.

dimecres, 10 de novembre del 2010

Memoria sobre la memoria.

Cosa complicada esa de la memoria. Los cristianos la consideran una de las potencias del alma desde San Juan de la Cruz, siendo las otras el entendimiento y la voluntad. Santo Tomás reconocía dos del alma racional, memoria y entendimiento. De forma que la voluntad será añadido del carmelita. La memoria es no menos determinante del ser humano que el entendimento. Sospecho que son inseparables. Platón la hacía base misma del saber puesto que conocer las cosas no era otra cosa que recordarlas. Por eso hay una rama de la filosofía contemporánea no estrictamente postmoderna que insiste en que la filosofia misma es la facultad de recordar, de no olvidar. Con lo que se confirma una vez más el viejo dicho de que la historia de ésta es una serie de glosas a Platón.

Lo mismo pasa con la literatura. La fabulosa estructura narrativa de la Odisea consiste en relatos de Ulises a base de sus recuerdos. También podría decirse que la historia de la literatura es la Odisea mil veces narrada. Que se lo digan a Joyce. En realidad la memoria es la provincia indiscutible de la literatura, su jurisdicción propia en la que eleva monumentos barrocos como En busca del tiempo perdido que en inglés se llama Remembrance of things past, o estatuas grotescas como Funes el memorioso. La memoria y la ficción están tan unidas que la segunda se cuela cuando la primera quiere ser objetiva, por ejemplo, cuando toma la forma de las memorias como género autobiográfico. En la entrevista de Millás a Felipe en El País que los dioses parecen haber echado como un hueso a los perros para que tengan algo en qué morder, aquel le pregunta si no piensa escribir su autobiografía y Felipe responde que las memorias se escriben para justificarse uno y atacar a los demás y que no piensa hacerlo. Y es cierto: raro es el político o estadista que, habiendo cesado en el cargo y conservando las suficientes facultades mentales, no se ponga a escribir sus recuerdos, contando la feria según le fue en ella. Algunos las han escrito por tandas, como Fraga o, incluso, las han repetido, como Willy Brandt; unos las encargan a plumas mejor preparadas, como Ronald Reagan; otros llaman memorias a la publicación de sus diarios, como Truman; y otros las revisten de consideraciones eruditas y académicas, como Kissinger. Pero prácticamente todos mezclan la realidad y la ficción.

La memoria es punto esencial también en la Psicología. Una rama de ésta, el Psicoanálisis, descansa en su aspecto clínico en la tarea de la recuperación de la memoria reprimida y desfigurada, basándose en la idea de que el hombre es su memoria. La cuestión es saber si, además de ser el hombre como individuo, lo es como especie, si se puede hablar de que haya una memoria colectiva. Si lo entiendo bien, la llamada memoria histórica quiere decir en el fondo memoria colectiva. Porque si puede haber una potencia del alma colectiva será porque puede haber un alma colectiva y eso ya suena raro y amenazador. Como no sería capaz de dilucidar tan oscura cuestión, me limito a pensar que por memoria colectiva se entiende el agregado de las individuales que, lejos de refugiarse en la soledad de la existencia del individuo, se conciertan, se aúnan para hacerse visibles y convertirse así en experiencia de los demás, aunque no lo hayan vivido del mismo modo.

Creo que eso es lo que con toda justicia han hecho los judíos con el Holocausto, aunque luego no sigan las enseñanzas que de él se derivan, lo que ha hecho Claude Lanzmann con su Shoah, que no me cansaré de traer aquí:



Salvando todas las distancias sociales, políticas, culturales (que, en el fondo, son lo mismo), si el Holocausto fue un genocidio, un genocidio fue el franquismo. Y, si con el Holocausto se ha erigido un monumento, un memorial para meditación de generaciones actuales y futuras, lo mismo puede hacerse con la llamada Memoria Histórica referida al franquismo, que no se debe ocultar ni reprimir ni soslayar, sino que hay que integrar en el imaginario colectivo de los españoles, una vez encontrados los que por decenas de miles aún yacen enterrados en las cunetas y restituidos a la memoria de sus allegados. Hay ya dos datos que parecen incontrovertibles: a) la recuperación de los restos de los asesinados por los franquistas y enterrados en cualquier parte es una oleada imparable, como lo será la búsqueda de los niños robados; b) la reconciliación empezará el día en que quienes simpatizaban con aquella atrocidad la repudien y ayuden activamente a la reparación de las víctimas. Cuanto más tiempo tarde la derecha en comprender que esto es así, más tardará en ganarse la confianza de la gente. Y sin confianza, las elecciones se pierden.

(La imagen es una foto de Denis Collette...!!!, bajo licencia de Creative Commons).

Manos fuera del Sahara.

Tengo poco que añadir a lo que escribí ayer acerca de la situación en el Sahara, por lo que dejo el enlace a la entrada, Fuego en el Sahara.

Lo que es insólito es que Marruecos y el Frente Polisario estén negociando en Nueva York mientras el primero saquea El Aaiún. Supongo que el Consejo de Seguridad exigirá a Mohamed VI que refrene a sus hordas civiles o militares. Y digo bien, "exigirá", porque ya es hora de que la pomposa "Comunidad Internacional" exija a este príncipe de los creyentes, que cese de masacrar a la población que ha tenido la desgracia de caer en sus garras.

No creo que lo haga España porque está literalmente pillada en Ceuta y Melilla, en donde el primo o amigo o hermano del Rey puede ponerse muy borde. Es doloroso decirlo pero España no pinta nada aquí, su papel es muy desairado y sólo puede aspirar a mover a la Unión Europea, cosa harto problemática porque Francia, como los Estados Unidos, apoya a Marruecos.

(La imagen es una foto de fronterasur, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 9 de novembre del 2010

Fuego en el Sahara.

Todo lo que tiene que ver con el Sahara es muy cercano a los españoles por razones obvias. Tan obvias que uno de los grupos que se ha personado en El Aaiún con ánimo de auxiliar a los saharauis maltratados por los marroquíes y han conseguido que los maltraten a ellos también comprendía dos parlamentarios del PNV y una de Aralar; es decir nacionalistas que, por lo común, sostienen no ser españoles. Esa cercanía de sentimiento arranca desde luego del hecho de que el Sahara fue colonia española, posteriormente designada "provincia" por el general Franco.

Pero sobre todo arranca de la mala conciencia de los españoles por el modo en que el país cedió el territorio a Marruecos, sin consultar con los saharauis y sin defenderlos, firmando unos vergonzosos Acuerdos de Madrid que venían a sancionar la imposición marroquí por medio de la marcha verde, una de esas mareas humanas que organizan los musulmanes al estilo Mahdi, invocando a Alá y al profeta en este caso empleados a fondo ante el peligro de que se celebrase un referéndum de autodeterminación en el Sahara auspiciado por la ONU. Esa mala conciencia cristaliza en una generalizada simpatía de la población hacia el Frente Polisario y una muy extendida disponibilidad de la gente para acoger niños saharauis en las vacaciones de verano.

La raíz, sin embargo, es más profunda. Consiste en la amarga comprobación de que España prácticamente no existe en el escenario internacional. Hassán II lanzó la Marcha Verde el 6 de noviembre de 1975, con Franco agonizante, en medio de un vacío de poder en España. Aun en el caso de que el entonces Príncipe de España, ante la urgencia del momento, hubiera tomado el poder y decidido defender el Sahara como lo había prometido es muy dudoso que hubiera podido hacerlo porque los Estados Unidos, principales valedores de Marruecos en este contencioso no lo hubieran permitido. Los Acuerdos Tripartitos (España, Marruecos, Mauritania) se firmaron el 14 de noviembre de ese año por presiones de los EEUU, con el Jefe del Estado español prácticamente en el otro mundo y sin que su sucesor estuviera por completo en éste.

Marruecos ha incumplido prácticamente todas las cláusulas de los Acuerdos Tripartitos, incluidas las secretas y, por supuesto, las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, al estilo israelí. De hecho la táctica que viene aplicando en el Sahara desde 1975 es israelí de cabo a rabo: incumplimiento de las resoluciones de la ONU; dilaciones bajo cualquier pretexto; hostilidades esporádicas contra la población autóctona, selectivas o no selectivas; asentamientos de colonos en los territorios ocupados; continuas negociaciones continuamente rotas o incumplidas.

El Acuerdo preveía que será respetada la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá, cosa que no se ha hecho. Bastante le importaba la Yemaá a Carlos Arias Navarro, por entonces presidente del Gobierno español y firmante de esos bochornosos acuerdos. Pero España no puede tomar medidas drásticas contra Marruecos porque carece de margen de maniobra y los Estados Unidos no lo permitirían, haya o no haya OTAN. Recuérdese cómo el Tratado bilateral España-EEUU de 1953 prohibía que la primera empleara las armas transferidas por los States en un conflicto con Marruecos, por lo que hubo que pelear en Sidi Ifni con el armamento de la guerra civil.

El valor estratégico de Marruecos para los EEUU es muy superior al de España porque es similar al de Israel, esto es, una cabeza de puente en mitad del Islam; aunque, por supuesto, el compromiso gringo con Israel es muy superior en todos los órdenes al que tiene con Marruecos. Con todo está claro que el principal actor forastero en el conflicto del Sahara son los Estados Unidos, factor decisivo en el hecho de que España no cuente. Es como cuando los ingleses y los franceses trataron de recuperar por la fuerza el canal de Suez en 1956 y los EEUU los obligaron a retirarse. No hay política autónoma de España en relación con Marruecos que, sabiéndolo, mantiene una actitud de colaboración/enfrentamiento, no permitiendo que se olviden los contenciosos que tiene con Al-Andalus

Aceptando el hecho de la hegemonía de los Estados Unidos en la región, la ONU nombró como comisionado para asuntos del Sahara (pendiente de descolonización) a James Baker quien, tras las correspondientes diligencias, salió de allí con dos planes. Con el primero no tuvo éxito pero sí con el segundo que preveía una autoridad saharaui durante cinco años para preparar un referéndum de autodeterminación con dos posibles soluciones: a) el Sahara integrado en Marruecos con una amplia autonomía; b) independencia del territorio.

Apenas lo había aprobado el Consejo de Seguridad de la ONU cuando ya Marruecos anunciaba que rechazaba el plan pues no acepta la independencia del Sahara como una opción. A continuación, Bush Jr., en perfecta sintonía con su protegé anunciaba que la independencia no era una opción y que los saharauis se conformaran con la autonomía dentro de Marruecos. El mismo Bush que iba del brazo de Aznar a la guerra del Irak. Ventajas del ser emperador de entrambas Indias.

Por lo demás, el llamado conflicto del Sahara lleva camino de enquistarse en una situación de dos colectividades enfrentadas, una con todos los medios y la otra con ninguno, salvo los que pueda conseguir de Argelia, y condenada a languidecer en condiciones miserables en campos de refugiados en su propio país. Como los palestinos en Palestina, así los saharauis en el Sahara. Tal es el resultado de la desastrosa gestión colonial de España en la zona que lega un conflicto por dejadez y cobardía en su momento.

Honra mucho su actitud a los ciudadanos que están saliendo a la calle en todas partes a protestar por la situación del Sahara y por la falta de implicación del Gobierno en el conflicto. Pero no parece que estas movilizaciones vayan a surtir grandes efectos ya que España no es un actor relevante en la zona, carece de posibilidades reales de presión diplomática (al contrario, en algunos aspectos es ella misma rehén de la diplomacia marroquí) y no puede ni soñar con el empleo de la fuerza militar.


(La imagen es una foto de Jaysen bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 8 de novembre del 2010

La entrevista a Felipe.

Sobre la entrevista a Felipe González que publicaba El País ayer.

Felipe y Jose Antonio son los dos únicos políticos del siglo XX a los que la gente llama por su nombre de pila. Las razones, me malicio, son discordantes. A José Antonio lo querían, quienes lo querían, por decir las cosas ordinarias en términos extraordinarios y a Felipe por decir las extraordinarias en términos ordinarios.

Se admiten apuestas acerca de cuánto van a tardar los debeladores del felipismo y defensores de Patria eterna en pedirle las cuentas que él mismo prevé por su decisión de no volar la jefatura colectiva de ETA, es decir, de no haber hecho de GAL: cuántos asesinatos de inocentes se habrían evitado.

Las apuestas se doblan a que alguien va a acusarlo de ser el "autor intelectual" de esos asesinatos y se triplican a que alguien más presenta una querella criminal por inducción al asesinato o por complicidad o por negligencia; por lo que sea. Querían procesarlo por ser Mr. X y ahora querrán procesarlo por no serlo. Precisamente porque sigue gozando de tanta popularidad hay gente que le tiene verdadera inquina. Felipe provoca verdadera inquina personal a derecha y a izquierda, con admirable equidad. Eso se llama envidia.

Sin contar con que la decisión por el "no" probablemente además de moral también fue acertada desde el punto de vista práctico. Francia no es Auckland, en donde los servicios secretos franceses volaron el Rainbow Warrior con absoluta profesionalidad, si cabe hablar así, y España, a su vez, no es Francia ni de lejos. Tosquedad y falta de pericia asesina. Si se tratara de dar una paliza en un cuartelillo ya sería otra cosa. Pero volar un inmueble en jurisdicción ajena, por la noche, a cientos de kilómetros suena un poquito a Flash Gordon. Aunque por la boca muere el pez.

Es un hallazgo eso de que en la lucha por el poder, como en el iceberg, las cuatro quintas partes son subterráneas excepto en el caso del Vaticano en que todo es subterráneo. Claro que si es un iceberg no son subterráneas sino sumergidas y que si todo está sumergido, tampoco se trata de un iceberg, sino de un submarino. Muy oportuno ahora que el Papa estaba por aquí, gruñendo como buen vejestorio. Y es verdad que en el Vaticano todo es subterráneo. Son las cuevas de San Pedro, de las que salen esos propósitos tan alejados del sentir normal de la gente.

El entrevistador reconoce ya al principio de la conversación que se ha dejado subyugar por Felipe con el argumento de que subyuga a todo el mundo. Por eso la gente lo llama Felipe. Y la entrevista es un ejercicio de esa capacidad de subyugar que tiene el expresidente basada en que conecta de modo automático, involuntario, con el auditorio en un lenguaje sencillo que trasmite sinceridad. Dice Millás que a veces parece que habla con suficiencia. No es mi impresión. Cuando la denodada lucha contra el felipismo había quien decía que habla como Cantinflas. Tampoco lo comparto. La fuerza de Felipe reside en que es original.

Y no sólo original. También es honrado. El trozo dedicado a la corrupción en tiempos de su gobierno es muy interesante porque descubre el lado privado, personal, de Felipe y ya de paso su forma de vida actual que no consiste en consagrarse a amasar una fortuna como está haciendo Aznar

En lo de los fondos reservados le patina un poco el concepto al expresidente. Viene a decir que es absurdo y provocador que la oposición pidiera pruebas escritas de la utilización de esos fondos. No entiendo porqué. Entre otras cosas los fondos son reservados, pero no de libre disposición y de algún modo debe ser posible probar documentalmente a la oposición que no se utilizaron como si fueran de libre disposición.

No es un hombre de pensamiento, aunque suele decir cosas muy puestas en razón. Varias sobre la crisis, la política, etc en el curso de la entrevista. Felipe es obviamnte un hombre de acción pero un hombre de acción en quien relumbra también la prudencia y la experiencia. Quizá no esté en su mejor momento pero se acerca bastante.

(La imagen es una foto de Gobierno de Aragón, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 7 de novembre del 2010

La mala uva de San Pedro.

Imagínense que, a petición del Vaticano, Zapatero va de visita a la Santa Sede y, en el momento de pisar la Plaza de San Pedro, larga a los periodistas que en el Vaticano hay una guerra declarada contra la Razón, que se defiende a machamartillo la superstición, que se está a muerte contra el espíritu de la Ilustración, que el Papa es el último monarca absoluto de Europa pues concentra en sí los tres poderes, que la Iglesia es furibundamente misógina y en el clero abunda la pederastia, que se respira un clericalismo trasnochado, que se predican barbaridades en contra de la salud reproductiva y de la lucha contra el SIDA en continentes enteros y que se vive en la pompa y el boato, contrariamente a la letra y el espíritu del Evangelio. Cabe imaginarlo pero todo el mundo sabe que es imposible. Zapatero es un hombre bien educado y no ignora que, cuando se va de visita a casa de otro, no se entra por la puerta criticando, regañando, poco menos que insultando. Como hace el Papa.

Sostiene Benedicto que la batalla decisiva entre la verdad y el error se libra en España. Ya tenemos a España otra vez de adelantada de la Cristiandad. ¡Qué cruz, Señor! Debe España volver a los tiempos en que fue "generadora de fe" y no repetir las épocas de descreimiento y laicismo "agresivo" al estilo de los "años treinta". O sea, la nefanda República, cuyos hijos, vilmente asesinados por los nacionalcatólicos y sepultados en fosas comunes, están resurgiendo del abandono y el olvido. Quiere Benedicto la España de Trento, la de la Contrarreforma, la de la Inquisición, en buena medida, la de Franco. Y considera la lucha por alcanzar estos objetivos prioritaria en la acción de la Iglesia, su estrategia, como dicen los de Marketing, lo cual explica la insólita furia con que la jerarquía española sacó a la calle en la primera legislatura de Zapatero al PP y a sus fieles, en la medida en que no fueran coincidentes. Estoy seguro de que el Papa no entiende cómo se puede ser católico fiel y votante socialista, no digamos ya diputado o ministro del maligno.

Ese deseo paladinamente formulado viene de consuno con el filosofema más caro al Santo Padre: la necesaria conciliación entre la fe y la razón y entre la fe y el arte, matiz sutil. Las relaciones entre la razón y el arte obviamente no son de su incumbencia. La fusión entre la fe y la razón es un imposible metafísico porque la razón no puede dar por cierto nada de lo que la fe considera base misma de la verdad, esto es, el misterio. Cuanto más misterio, más fe y, claro, menos razón. El verdadero Benedicto XVI es el de la lucha a muerte entre la verdad y el error que no pueden fusionarse porque son antitéticas, como lo son la fe, esto es, la verdad (¿o es que la fe yerra?) y el error, esto es, la razón que, además, reconoce que yerra.

Así que de fusión, nada: aniquilación. Por eso avisaba Público de que el Papa venía a España en son de guerra. En son de guerra con el dinero de tu enemigo y protegido por las fuerzas armadas y de seguridad del enemigo. Eso es una victoria y no lo que dice el sabio Sun-Tzu.

Leo que la visita no cumple las expectativas de público. Vaya por Dios. Y eso que los obispos habían predicho que con el Papa llegaría el cuerno de la abundancia, una lluvia de millones. No son los mercaderes los que están en el templo; es el templo el que va a los mercaderes. Con todo, era previsible. Este Papa duro, intransigente, inflexible, frío, altanero, orgulloso, que dice cosas tan apartadas de la experiencia cotidiana de la gente, despierta escasa simpatía. No es un Papa cálido, como Juan XXIII, ni espontáneo como Juan Pablo II.

La pregunta es qué pintaba en Santiago el vicepresidente Rubalcaba que, en su condición de ministro del Interior, tiene cosas más importantes que hacer que ir a ver como le dan botafumeiro a Su Santidad. Por supuesto, desde el momento en que el sucesor de San Pedro viene escoltado por dos cazas de la fuerza aérea, parece que no viene solo a charlar con la sociedad civil y la autoridad tendrá que recibirlo. Pero la imagen es que el Gobierno cede una vez más a las imposiciones de la Iglesia. La política de appeasement es un error, ya lo dice Aznar. Se han tragado el proyecto de ley de libertad religiosa con el mirífico argumento de que "no es urgente". La libertad religiosa no es urgente. Y por eso prometía su cargo el Vicepresidente hace diez días con un crucifijo. Y ahora Benedicto XVI celebra su victoria luciendo a su lado los despojos del vencido, como el Rey que mostraba la cabeza de su contrincante clavada en una pica. No es el extremo de Rubalcaba pero es el camino.

(La imagen es una foto de Catholic Church (England and Wales), bajo licencia de Creative Commons).