dilluns, 17 d’agost del 2009

Descifrando la trama.

Mientras en el PP siguen dando gritos, rasgándose las vestiduras, clamando al cielo, amenazando con rayos y centellas en Europa, llamando de todo (feo) al presidente del Gobierno y jurando en arameo que España es ya de hecho una dictadura totalitaria que trata de aniquilar al adversario político echándole encima al fiscal, la policía y los jueces; mientras esto sucede, digo, las indagaciones judiciales sobre la trama Gürtel siguen deparando informaciones que cada vez apuntan más a una enorme tramoya de corrupción que afectó a sectores muy importantes del partido y a las correspondientes administraciones públicas.

Además de las malversaciones, los cohechos, fraudes, falsificaciones, etc que se han detectado y están en proceso en diversos sumarios en distintos lugares de España, todos relacionados con la trama Gürtel, aparecen ahora indicios muy fuertes de fraude y financiación ilegal del partido en los años triunfales de 1996 a 1999, primera legislatura de Aznar sin mayoría absoluta. Dado que en la segunda legislatura sí tuvo dicha mayoría y la trama del detenido Francisco Correa siguió trabajando a pleno rendimiento, será muy de ver qué nuevas informaciones hay sobre el caso entre los años 2000 a 2004.

Como está la situación recuerda un poco la aventura del descifrado de alguna lengua antigua, el egipcio, el lineal B en Micenas: la trama Gürtel llevaba una contabilidad de caja B minuciosamente detallada pero en clave. De vez en cuando aparece, como acaba de suceder en una una caja de seguridad en Pontevedra de Pablo Crespo, número dos de la trama y el que hacía efectivos los trajes de los políticos valencianos del PP, una hoja que, como la piedra Rosetta, ayuda a descifrar muchas entradas de la contabilidad que apuntan racionalmente a la comisión de varios delitos.

Viendo lo que está siendo el tema del verano, esto es, el afloramiento de un insospechado y altísimo grado de corrupción en las filas del PP, se entiende que sus dirigentes se desgañiten en los medios y sus medios se desgañiten tratando de desviar la atención a la denuncia de una persecución hostil e ilegal de las autoridades. Lo mismo argumentaba Al Capone.


(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons).

¡Que vienen los chinos!

La foto quita el hipo. Se queda uno atónito. Pero no haya cuidado; no va uno a defender la superioridad china por su mejor forma física; estaríamos buenos. Además los dos retratados no son chinos. Pero la China está experimentando un desarrollo y crecimiento económicos que maravillan no menos que la foto. Para ella la crisis ha consistido en bajar de un nueve por ciento al seis por ciento de crecimiento en el PIB. Ahora anuncia la salida del túnel que es causa y efecto al mismo tiempo de la recuperación mundial. Francia y Alemania entran en positivo y en Gringolandia las cosas parecen moverse en la buena dirección. Los indicadores económicos señalan la salida de la crisis. Los indicadores económicos. Los mismos indicadores económicos que no supieron, quisieron o pudieron prever su inicio.

Hay algún tipo de enseñanza, supongo, en el hecho de que sea un Estado autoritario no democrático de partido único (los otros son comparsas) el que dirija la salida de todos de la crisis. Esta situación contradice el saber convencional político establecido mayoritario que requiere una democracia liberal como correlato político del desarrollo económico. Y contradice también el discurso político comunista revolucionario por cuanto ese partido único ha promovido un desarrollo económico basado ampliamente en el mercado y no en su abolición ni una exclusiva planificación económica centralizada, habiéndolo hecho a tal extremo que muchos dicen que la economía china es la primera economía neoliberal del mundo, con el Estado-partido como un actor más en el conjunto de las fuerzas del mercado. Es más, el propio Partido Comunista Chino ha permitido el ingreso en sus filas de elementos burgueses, esto es, propietarios.

¿Quiere ello decir que la legitimidad de los sistemas políticos depende más del rendimiento económico que de su forma de gobierno? En principio tal parece. Los países occidentales suelen señalar de común acuerdo la falta de respeto del régimen chino por los derechos humanos, y la ausencia de democracia, pero todos toman posiciones en el mercado chino y no quieren enemistarse con el régimen que, luego de haber sido comunista, es hoy profundamente nacionalista y rechaza airado las críticas. El hecho es, por otro lado, que aunque China conoce ciertos movimientos de oposición democrática en el interior, estos carecen de la fuerza mínima necesaria para ser un peligro a la estabilidad política, basada en una población desmovilizada políticamente y enfocada hacia el aumento del nivel de vida a través de la adaptación a las condiciones del mercado. Muchos comparan a China con España en los años sesenta del siglo XX.

Queda el asunto de la globalización. Porque el mundo está globalizado puede suceder este fenómeno de que la tercera economía del mundo, camino de ser la primera en poco tiempo, tire del conjunto para superar la crisis. Pero a la vez esto se consigue con un modelo productivo basado en salarios muy bajos, largas jornadas laborales y falta de derechos de los trabajadores, en una situación que en Occidente no se toleraría. Pero que hace muy competitiva la economía china, debilitando a la occidental cuyos empresarios localizan sus fábricas en la República Popular y vienen a Occidente a vender sus productos. Un tipo de división internacional del trabajo con la globalización que lleva en su seno el germen del desmantelamiento del Estado del biestar en Occidente, incapaz de defenderse de la invasión de productos chinos (e indios en medida cada vez mayor) a precios muy bajos. Y no sólo quincallería, sino todo tipo de productos y hasta servicios. He aquí un factor de crisis internacional al que Occidente no ha sabido de momento encontrar solución fuera de confiar en que, con el aumento del nivel de vida en la China se irán imponiendo formas democrático-liberales, lo que no pasa de ser una esperanza basada en un piadoso deseo.



(La imagen es una foto de ceronne, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 16 d’agost del 2009

El complot.

¡Un complot del Gobierno con diversas instituciones del Estado y con algún medio de comunicación para aniquilar a la oposición! De ser cierta esta acusación su gravedad es tal que justificaría que se hiciera de lado cualquier otro asunto para averiguar ipso facto qué haya de cierto en ella.

Para lo cual la acusación debe sustentarse en pruebas. Y ese es el punto débil de la que el PP formula en contra del Gobierno del PSOE: que no las hay. De Cospedal, Trillo, Costa, González Pons, Mato, todos andan diciendo que el partido aportará las pruebas de inmediato, al tiempo que intensifican la carga de profundidad de sus ataques contra la legitimidad de las instituciones. Pero, de las pruebas, ni el forro. Y cuando uno acusa sin pruebas lo menos que es uno es un/a bocazas y lo más, un calumniador/a.

Cuando muestren las pruebas, que avisen. Entre tanto los asuntos objeto de debate público son los casos de corrupción del PP. Con independencia de si hay una mano siniestra que mueva la cuna y ande tratando de hundir al partido de la derecha, las investigaciones judiciales independientes propias de la administración de justicia en España ponen de relieve que allí donde gobierna el PP está acosado por los casos de corrupción, malversación de fondos, cohecho, falsedad, omisión del deber de auxiliar a la Justicia, etc. Y esto no son maquinaciones de unos gobernantes dictatoriales sino acusaciones e imputaciones concretas en diversos momentos procesales en una serie de causas abiertas a militantes y cargos del PP a lo largo y ancho de la geografía nacional, desde el señor Fabra en Castellón, pasando por las ristra de cargos públicos del gobierno de Jaume Matas en Mallorca hasta el tesorero del partido en Madrid.

En realidad es el PP el que está destruyéndose solo. Un partido que no solamente no colabora con la justicia diligente y abiertamente en esclarecer los asuntos que puedan empañar su ejecutoria sino que, al contrario, la obstaculiza al máximo, se querella contra los jueces de instrucción, acusa sin pruebas, trata de paralizar las actividades judiciales y hostiga a los funcionarios públicos en el cumplimiento de su deber de indagar los comportamientos ilícitos pierde su buen nombre de partido político para acercarse a la condición de una asociación de malhechores.

Aquí el único complot que puede haberse dado hasta la fecha es el de algún político del PP imputado por cohecho con un juez más que amigo del alma para dar carpetazo a la justicia. Eso y las actividades de espionaje que en su día, al parecer, estuvieron realizando unos asesores personales de la señora Aguirre en la Comunidad de Madrid y en contra de otros militantes de su partido, en su carrera hacia la presidencia. Lo demás es ruido mediático, berrinches de mal perdedor, infundios y tinta de calamar por si cuela y no se ve que es un partido cuyos militantes y cargos suelen tener problemas con la justicia.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons).

¿Quieren hacer un negocio?

En estos tiempos de tribulación y zozobra hay que saber en qué se invierte el dinero, el que lo tenga, para no correr riesgos excesivos. En momentos de incertidumbre lo mejor es ir a la segurito. Por eso suben los precios del oro y la cotización de las obras de arte. La inversión en arte, sobre todo en arte que será reconocido, aunque todavía no lo sea es en donde se encuentra el intríngulis de la inversión rentable.

Mi amigo Quique Salgado, pintor hiperrealista, pone a la venta su interesante obra que puede consultarse en su página web Quique Salgado y a la que pertenece ese magnífico Fondo del río Pas, que reproduzco aquí con permiso del autor. Seguro que invertir en Quique es un acierto.


dissabte, 15 d’agost del 2009

El discurso alucinado.

La necesidad de desviar la atención de la cada vez más increíble trama Gürtel, que parece una novela de John Le Carré, lleva a la derecha a extremos de verdadero frenesí. Allí donde el señor Arenas soltó lo de que sólo en las dictaduras se persigue a la oposición, la señora Mato afirma que Zapatero es la persona más dictatorial del mundo. A la señora Mato le pasa lo que dice Hume, que la razón obedece a la pasión y sólo a ella. Además se trata de seguir empleando estratégicamente y como sea el término "dictadura" que es lo peor que puede decirse de una democracia. Una democracia que se niega a sí misma. Y un echarle la culpa de ello al adversario político, cierta o inciertamente.

Esto ya sin contar con el análisis meramente lógico de la expresión que no deja de suscitar dudas. Porque ¿qué quiere decir el hecho de ser "la persona más dictatorial del mundo"? ¿Hay algún concurso internacional de dictatorialismo? ¿Qué significa "dictatorial"? ¿Quien impone sus decisiones personales a todas las otras? Y para serlo ¿hace falta haberlo hecho o basta con haberlo deseado? Porque si se precisa haberlo hecho, esto es, haber impuesto sus decisiones sobre todas las demás no existe un solo dictador; si basta con haberlo deseado, todos hemos sido dictadores en algún momento de nuestras vidas.

Es obvio que la señora Mato dice disparates porque su finalidad es solamente hacer ruido. Pero lo verdaderamente interesante es qué estén haciendo la señora Mato y todos sus compañeros de partido para regenerar un ámbito público civilizado, si es que se puede, después de la plétora de casos de corrupción que se les han detectado.

- ¡Zapatero dictador!

- Vale, de acuerdo, pero ¿en dónde están los contratos entre 2000 y 2004 de la Federación Española de Municipios y Provincias, presidida por entonces por la señora Barberá, la de los bolsos?

- ¡Zapatero, cómplice de los etarras!

- Estupendo, por cierto ¿se sabe ya en cuanto aumentó su patrimonio el Albondiguilla (esto es, el ex-alcalde del PP de Boadilla del Campo)?

- ¡Zapatero, nazi!

- Vale, pero, dígame, ¿sigue el señor Camps diciendo, como dijo en público, que él se paga sus trajes? ¿A que ahora va más prêt à porter?

- ¡Zapatero vendepatrias, amigo del moro, antiespañol, Anticristo, crimen contra la humanidad!

- Desde luego pero, en el ínterin, ¿qué van a hacer con el señor Bárcenas?

Está claro que no quieren hablar de lo que les pasa y hacen bien porque es bastante desagradable con tintes mafiosos de la peor especie. Eso de los contratos desaparecidos, volatilizados, huele que apesta. Y no les queda más remedio que escuchar lo que les dicen porque Madrid, la villa y corte, es una corrala. Una corrala con internet, pero corrala.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 14 d’agost del 2009

Pero de qué hablarán.

En un vídeo grabado y enlatado y enviado a las redacciones de los periódicos con ánimo de intoxicar en el verano y no tener que contestar preguntas inconvenientes, el señor javier Arenas dice que Sólo en las dictaduras se persigue a la oposición con fiscales y policías. Ayer ya comentaba Palinuro que estos del PP saben mucho de dictaduras: son los herederos ideológicos de la última en España bajo la cual ellos y sus padres vivían tan plácidamente que, siguiendo los consejos del invicto, no se metían en política. Como, además, las dictaduras, ya se sabe, persiguen sañudamente a la oposición, para que no los persiguieran, estaban todos en el Gobierno y dejaban la oposición a los demócratas y a la izquierda en general. Tan poco se metían en política que no juzgaron necesario tener un partido porque su partido era el Estado y, más concretamente, el Ejército. Éste, el PP (antes Coalición Democrática, antes Alianza Popular), lo fundaron al terminarse la dictadura, quedarse huérfanos y empezar la democracia, por si les hacía falta, que les hace, no porque les gusten lo de los partidos. A ellos, nada de partido: el entero todo es lo que quieren.

En un segundo momento, se pregunta uno: ¿y qué tiene que ver con España hoy el hecho de que sólo las dictaduras persigan a la oposición? Nada entre otras cosas porque casi todos los supuestos "perseguidos" (que no son otra cosa que imputados en procesos penales perfectamente legales, legítimos y democráticos) son gobierno; nada de oposición. Los que, al parecer se lo han estado llevando crudo en los municipios del noroeste de Madrid son alcaldes y concejales, gobiernos municipales, no oposición. Quienes han estado supuestamente espiando como locos en el PP, andan en bocas de todos por su peculiar manera de adjudicar contratos públicos y no se dignan contestar a las preguntas acerca de la misteriosa fundación Fundescam no son oposición sino el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Igual que los imputados valencianos de la trama Gürtel tampoco son oposición en la región sino Gobierno de ésta. Los otros dos "perseguidos" son el ex-tesorero del PP, señor Bárcenas y el diputado en el Congreso, señor Merino para procesar a los cuales el Tribunal Supremo ha cursado ya un suplicatorio. No sé si dos señores procesados por el Supremo pueden llamarse "perseguidos" y menos sé si se puede llamar a este alto Tribunal "inquisición" como hace el señor Rajoy.

¿Se puede?

Me parece que no. No porque sea imposible de todo punto sino porque no hay motivo alguno en este caso para pensarlo.

Así que, resumiendo, los que están "perseguidos" no son oposición y los que son oposición no están "perseguidos".

Por lo demás, déjense de dictaduras, oposiciones, inquisición y otras pendejadas para distraer al personal y respondan de una vez: ¿quién y por qué pagó los trajes del señor Camps? ¿Por qué se espían entre sí en el interior del partido? ¿Qué pasará con los contratos de la Federación Española de Municipios y Provincias, otorgados a las inefables empresas del señor Gürtel y el Bigotes, bajo presidencia de la señora Barberá, la de los bolsos? ¿Qué piensan hacer en el PP si el Supremo casa el auto del Tribunal Supremo de Justicia del País Valenciano por el que el más que amigo del señor Camps archiva una causa que lo perjudicaba? ¿Qué si el mismo Supremo sostiene que el señor Bárcenas mintió y se enriqueció en sus años en el PP? ¿Qué con los procesados en Mallorca?

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

La TDT como el TNT de la comunicación.

El decreto-ley del Gobierno ayer, 13 de agosto, sobre la aprobación de la TDT de pago levantó ronchas. Especialmente en PRISA que salió clamando método inapropiado (el decreto ley), indiferencia ante el dictamen contrario del Consejo de Estado, "agostidad", caciquismo y ruina para el bolsillo del espectador que tendrá que comprar un descodificador nuevo. El Apocalipsis bajo la forma de un editorial de El País titulado Precipitada e innecesaria.

Los demás que también están en TDT en abierto también las piaron por lo que se les viene encima. Y la OCU, alertada por lo de los descodificadores, hizo algunas advertencias, pidiendo que los compradores guarden los recibos, como debió hacer Camps con los de los trajes, para conseguir no pagar de más comprando aparatos . Armagedon en forma de protestas generalizadas del llamado mercado libre, que se opone al favoritismo político, sobre todo al que beneficia a otro.

Del lado de Madiapro, que es a quien parece favorece el decreto-ley ya que pone en marcha un canal de pago que hará seria competencia de Sogecable dado que su oferta es superior, no escuché intento de justificación alguno. Supongo que el vencedor no precisa teorizaciones; se felicita de cómo han ido las cosas y se dispone a hacer caja. Los verdes campos de edén desde el punto de vista de una empresa que ve cómo arranca en condiciones muy prometedoras.

A todo esto las conversaciones para la fusión de la Cuatro y la Sexta, los dos canales de PRISA y Mediapro estaban muy avanzadas hasta que hace un par de jornadas quedaron rotas y sin posibilidad de enmienda. PRISA no consigue que otros ayuden a sostener el peso de su deuda y, ahora, ve cómo le desaparece parte del pastel que tenía con la televisión de pago.

Resulta interesante que un grupo como Mediapro que tiene un periódico, Público, situado muy a la izquierda de El País pueda ser la Némesis del grupo Prisa. El "fuego amigo" ha pasado a ser fuego graneado. Los otros anuncian que irán a los tribunales. Pero tiene difícil defensa judicial pedir que se limite por ley la prestación de un servicio. Suena al peor gremialismo. Pero no hay que olvidar que hubo un socialismo gremialista que dio paso al reformista y al Estado del bienestar.

(La imagen es una foto de Universidad Europea de Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 13 d’agost del 2009

Mira quién fue a hablar de dictadura.

El PP lo fundó originariamente, cuando se llamaba Alianza Popular (AP), Manuel Fraga quien fue ministro de Franco entre 1962 y 1967. Y no ministro de Industria o Agricultura, cosas inocentes, sino de Información y Turismo, o sea, de propaganda. Algunos diputados del grupo de AP se abstuvieron en la votación sobre el texto de la Constitución de 1978 y otros votaron en contra. A las elecciones de 1979 se presentó AP en coalición con otros grupos de derecha y extrema derecha que se llamaba Coalición Popular. El cartel electoral mostraba a los siete cabezas de partidos coaligados; de ellos seis habían sido ministros de Franco. Se les conocía como "los siete magníficos" pero sólo salió elegido Fraga cuyo partido estaba lleno de franquistas que habían sido alcaldes digitales, presidentes del diputaciones provinciales digitales, procuradores digitales en cortes y ostentado otras canonjías todas ellas digitales.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, nieto de un notorio franquista e hijo de otro más apagado y falangista él mismo durante su juventud (eso sí, independiente) llenó sus gobiernos de descendientes de franquistas como la señora Mariscal de Gante, el señor Arias Salgado o el señor Trillo. En sus años en el Gobierno no hubo especiales relaciones con la Dictadura de Franco. Y, al marcharse, prosiguió la costumbre de la casa nombrando digitalmente sucesor suyo al señor Rajoy.

En los años de gobierno del PSOE, desde 2004 hasta ahora, el PP ha solido abstenerse o votar en contra de las decisiones que tengan contenido deslegitimatorio del régimen de Franco. Alguno de sus más señalados políticos, como el señor Mayor Oreja, ha hecho declaraciones muy reveladoras del espíritu conservador, como la que afirmaba que el franquismo había sido un tiempo de una "extraordinaria placidez".

Visto lo anterior sólo cabe decir respecto a la acusación de estar estableciendo una dictadura en España que el PP debiera ser el primero que supiera que no hay tal cosa y que, antes al contrario, son las organizaciones de extrema derecha en donde se concentran más nostágicos de la Dictadura. Y la cosa va de familia en familia. Hace poco, por ejemplo, el suegro del señor Ruiz Gallardón, el ex-ministro franquista José Utrera Molina, que había publicado un libro de memorias cuyo título lo dice todo, Sin cambiar de bandera, el señor Utrera, digo, protestaba de que el Ayuntamiento de Madrid despojara a Franco de algunos de los titulos y honores que las instituciones tenían que dedicarle a lo largo de su incalificable mandato.

Pero, además, déjense Vds. de monsergas con dictaduras y dictaduros: si tienen algo substancial, vayan a los juzgados y, entre tanto, expliquen cuánta de su gente está pringada en el macrocaso de corrupción Gürtel, cuánto inero se han llevado, cuántos contratpos fraudulentos han otorgado, cómo han esquilmado las arcas públicas, de qué forma se espían los unos a los otros y cuántos más delitos han cometido. Eso es lo que importa a la opinión pública y no las fantasías sobre una dictadura imposible de los herederos ideológicos de la más larga que ha habido en España.

La caricatura.

La imagen es estupenda, fotomontaje incluido. Cosa muy difícil porque los fotomontajes no suelen ser de mérito. En este caso viene del blog de Herick Camps Arteseros, diputado del PSOE en las Cortes valencianas. Felicísima imagen que demuestra que el contento del señor Camps por el archivo que de su causa ordenó su más que amigo presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano es transitorio y tendrá que enfrentarse a la dura realidad de una sociedad civil que no acepta estas sinvergonzadas. El joven diputado demuestra cómo se debe actuar en el momento en que el PP tiene activada una campaña de comunicación para que no se hable del caso Gürtel: ignorándola y hablando del caso Gürtel. Ejemplo:

-¿Cómo dice? ¿Qué España es una dictadura? Sí señora, seguramente y, entre tanto, ¿se sabe ya quién paga los trajes del señor Camps? ¿Y cuánta pastuqui se llevaron los colaboradores del señor Matas en las Baleares?

- ¿Qué? ¿Las escuchas ilegales a los dirigentes de la oposición? Naturalmente, naturalmente, vaya calmándose y haciendo memoria de cuánto dinero procedente del cohecho han estado cobrando los diputados y altos cargos del PP implicados en la trama Gürtel.

(La imagen está en el blog de Herick Campos Arteseros, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 12 d’agost del 2009

Inquisición.

¿No es España católica? ¿No es el catolicismo una de sus señas de identidad? ¿No es el catolicismo la religión que creó la Inquisición? ¿No fue la Inquisición un instrumento que impidió en España y sus posesiones la extensión de la nefanda herejía del protestantismo? ¿Por qué entonces cuando el líder del PP quiere desautorizar al Gobierno y a sus procedimientos de investigación habla de la Inquisición? ¿Acaso no es esto una muestra más de la hegemonía de la izquierda de la que tanto se queja la derecha, sobre todo la más pesada? En efecto, como todo el mundo sabe, la versión crítica y negativa de la Inquisición forma parte de la leyenda negra antiespañola urdida por la izquierda mundial y servilmente seguida por la española, mientras que su glorificación es elemento sustancial de la mentalidad derechista ya desde los tiempos de don Marcelino Menéndez Pelayo. ¿A qué, insisto, se debe que el señor Rajoy utilice de forma tan izquierdista el término Inquisición para referirse a pesquisas ilegales, injustas y arbitrarias?

A varios motivos y ninguno de ellos bueno: en primer lugar a ignorancia, que lo lleva a desconocer el buen juicio que a la gente fetén sigue mereciendo la Inquisición; en segundo lugar a demagogia, al tratar de apuntarse a una causa antiinquisitorial que el registrador de la propiedad cree indudablemente popular; en tercer lugar a falta de escrupulos: contra el PSOE vale todo; en cuarto lugar a su deseo de desviar la atención de las peripecias actuales del PP.

Esta última motivación es la más poderosa: las indagaciones de la policía y los jueces están sacando a luz una situación tal de corrupción y podredumbre dentro del PP, entre sus militantes y cargos públicos, que no hay formación que pueda aguantarla en democracia sin caer en el más profundo de los descréditos. Los trajes impagados del señor Camps, ya reconocidos como tales; los bolsos presuntamente regalados de la señora Barberá; las comisiones ilegales de decenas de militantes y altos cargos municipales y autonómicos del PP; los ingresos sospechosos del señor Bárcenas; las malversaciones y apropiaciones indebidas de los altos cargos del PP en Baleares; las sospechas de que la trama de corrupción y saqueo de las arcas públicas no termina aquí sino que alcanza al gobierno del señor Aznar y quizá a su familia. Todo ello dibuja un panorma desolador. Los manuales de comunicación dicen que, en esta situación, lo que el partido tiene que hacer es desviar la atención pública de los asuntos de corrupción ya que ésta no tiene defensa posible. Hay que conseguir, pues, que la gente hable de otra cosa.

De ahí las acusaciones vándalas de la señora De Cospedal, secretaria general del PP, acusaciones que, sostenidas por el inimitable señor Trillo y el conjunto del partido de la derecha, tienden en el fondo a deslegitimar el Estado de derecho. Tanto hablar de que el gobierno del PSOE pretende volver a la política de diálogo con ETA sólo para coincidir objetivamente con ésta en su intento de desprestigiar la democracia y el Estado de derecho españoles.

(La imagen es una foto de Contando Estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

Cadáveres hasta en la sopa.

En las naves del matadero de Madrid y hasta el 30 de este mes se representa el Tito Andrónico de Shakespeare en una escenificación del grupo Animalario. Esta vez el escenario del Matadero se ha hecho circular, algo sobreelevado, rodeado en tres cuartas partes de público. Se agradece que haya desaparecido, al menos por ahora, esa manía de llenar de ríos y lagunas la escena. La dirección de Andrés Lima me parece estupenda y el montaje está muy logrado y es muy ágil y aunque unas veces canse escuchar tantos gritos y otras parezca ridículo contemplar ciertas escenas de especial brutalidad que Shakespeare situó fuera del escenario, como relatos, lo cierto es que el ritmo es grande y las casi tres horas de la representación se pasan volando.

Tito Andrónico es una obra repleta de leyendas. Se dice que es la primera del autor y también se dice que quizá no sea suya; pero si no es suya, lleva su estilo y su indudable impronta.

Desde luego debe de ser la primera o de las primeras de las obras de Shakespeare porque, con mucho espíritu juvenil, resume en su turbulenta praxis temas que luego le daría cada uno de ellos a tragedias por separado. Así, Tito Andrónico es el ilustre patricio, gran general que ha pasado su vida defendiendo Roma a la que ha dado veintidós de sus veinticinco hijos, muertos en el campo de batalla. Un tema que recuerda a Coriolano. Su archienemigo, capaz de las mayors sevicias es un moro perverso, Aaron, que presenta puntos de conexión con el Otelo. La pasión que rige la obra es la venganza, como en Hamlet, si bien aquí dicha pasión se matiza de justicia. Bárbaros contra refinados romanos o, en otros términos, Dionisos frente a Apolo o la indómita naturalea frente al racionalismo unillineal, como en La tempestad.

Lo que hace la obra es teatralizar la leyenda de Filomela, que cuenta Ovidio en Las metamorfosis ya suficientemente tremenda en sí misma. Los hijos de la reina de los godos, Tamora, cautiva de Tito Andrónico, en cumplimiento del plan de venganza de ésta, violan a Lavinia, la hija de Tito y luego, para que no pueda delatarlos le amputan las manos y le cortan la lengua. La propia Lavinia delata a los criminales precisamente señalando el caso de Filomela en un libro de Ovidio. Más tarde será Tito Andrónico quien hará lo que en Las metamorfosis hace Procne, la hermana de Filomela, mata a los hijos de Lavinia, cocina un pastel con ellos y se lo da a comer en una festividad. En lo que, a su vez, hay ecos de un episodio similar de canibalismo familiar en la leyenda del odio entre los atreidas, que está en el origen, en parte, del destino de Agamemnon al volver de Troya. Y estos no son los únicos actos cruentos de la obra. Antes y después de los hechos relatados muere prácticamente el resto del elenco. Esta condición de general casquería es la que dio a la obra la peculiar mala fama que tiene y por lo que no se representó (aparte de su longitud) durante mucho tiempo.

Es el gran tema de Tito Andrónico: de lo que son capaces los seres humanos en punto a crueldad al perseguir la venganza. El otro también presente y más incómodo es el tema del "moro perverso" con su punto de racismo. Todo ello configura un teatro que en su día se consideró como "bárbaro" a su vez, "medieval" y, por lo tanto, no representable hasta que el romanticismo lo convirtió en su autor de culto y Shakespeare regresó entre los vivos para presidir sobre su triunfo perpetuo.

dimarts, 11 d’agost del 2009

El chapapote de la corrupción.

Como cuando el petrolero Prestige se hundió frente a Galicia mientras el señor ministro de Fomento volvía de una cacería y el chapapote invadía las costas, se adentraba en las rías, se adhería a las rocas, tiñéndolas de una negro brillante y espeso ante la desesperación de un vicepresidente del Gobierno, señor Rajoy, quien apenas alcanzaba a balbucir excusas. Así mismo se extiende hoy el chapapote de la corrupción por todos los puntos de la geografía española y todos los itinerarios de la administración pública que hayan estado gobernados por gente del PP. Esa verdadera okupación del espacio público muestra que el procedimiento que aplicaban los presuntos delincuentes en varios lugares era siempre el mismo: contacto con un hombre adecuado del partido de la derecha y comienzo de explotación del negocio de contratos públicos obtenidos mediante cohecho.

A todo esto, la señora Barberá se encuentra ya en el tercer estadio de su reacción ante la revelación de los regalos que recibía del Bigotes: negación, afirmación, negación. Su primera reacción fue decir que jamás había recibido nada regalado del Bigotes. La segunda, que todos los políticos reciben regalos, incluidas las anchoas del presidente del Gobierno. La tercera vuelve a ser que jamás recibió regalo alguno de la trama Gürtel. Es cierto, no recibió nada de la trama Gürtel porque la trama Gürtel es un concepto y los conceptos no regalan bolsos; fue el Bigotes quien hizo los obsequios de bolsos caros. Como, según reciente jurisprudencia, recibir regalos caros no es delito en los políticos, siempre que no haya un vínculo de causalidad con una contraprestación ilegal, toda la cuestión reside en averiguar ahora si el hecho de que la señora Barberá presidiera en su día la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que es la entidad que otorgó los contratos tiene algo que ver con la recepción de esos feísimos bolsos que a ella deben de antojársele el colmo de la elegancia.

Pero, por ahora, a reserva de lo que se sepa más tarde y sin que medie campaña estatal de intoxicación alguna, cabe decir que allí donde gobierna el PP, hay tomate. Lo que sucede es que luego se les da bien en los tribunales. Véase como ejemplo el caso del señor Fabra en Castellón.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Los símbolos religiosos.

El Gobierno pretende retirar los símbolos religiosos de los espacios públicos, singularmente los crucifijos de las escuelas también públicas. La excepción es el posible valor histórico o artístico de las piezas. Se trata de dar cumplimiento así al principio de no confesionalidad del Estado. Algo que en principio puede entender cualquiera: que en la escuelas de un Estado que no tiene religión alguna no puede haber símbolos de una confesión concreta, aunque sean los de la mayoritaria en la población.

De inmediato ha salido una organización de la enseñanza afirmando que ese proyecto vulnera la "libertad de religión". De todos los argumentos que se le pueden ocurrir a uno para oponerse a la decisión de la autoridad gubernativa, incluido el de que no quede una huella en la pátina de la pared para que no sea necesario pintar de nuevo, confieso que ese de la ofendida libertad de religión no aparece por lugar alguno. Y todavía ahora se me antoja incomprensible qué tenga que ver la presencia o ausencia de símbolos religiosos con la libertad de religión. Y eso en el entendimiento de que nos pongamos de acuerdo respecto a qué significa "libertad de religión". Tomándola por su aspecto más obvio debe de querer decir "libertad de conciencia", "libertad de culto" y "derecho a profesar la religión" que a uno le pete.

La cuestión es que tanto si hay como si no hay crucifijos en las escuelas, la libertad de los alumnos y la gente en general para profesar la religión que quiera depende de otros factores determinantes. La presencia o ausencia de símbolos no es causa alguna de nada sino efecto de algo. En este caso es efecto de la ausencia completa de "libertad de religión" (en cualquiera de los sentidos anteriores) que ha habido en España prácticamente desde siempre y muy en concreto, durante la dictadura de Franco. Falta que, en algunos aspectos, por ejemplo en este simbólico, llega al día de hoy.

(La imagen es el famoso Cristo amarillo de Gauguin, de 1889).

dilluns, 10 d’agost del 2009

Ecos de los atentados.

La prodigiosa contumacia de ETA va a acabar poniendo a todo el mundo de los nervios. A raíz de los últimos atentados han arreciado las voces de quienes proponen endurecer las penas en los casos de terrorismo. Pero endurecer en serio. Así, Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, pide que se establezca la cadena perpetua para los etarras para celebrar el día de Cantabria y el profesor Vilas Nogueira, de ordinario moderado y comprensivo, pide leyes penales y penitenciarias de excepción. ¿Qué puede ser una "ley penal de excepción"? Supongo que la pena de muerte; algo que también apoyaba hace unos años (ignoro si sigue haciéndolo) el también profesor Gustavo Bueno.

Pena de muerte, cadena perpetua...El triunfo de la sociedad democrática y abierta sobre esta panda de estúpidos asesinos sólo será completo si se consigue sin renunciar a ninguno de los valores que conforman su acervo civilizatorio y uno de los más importantes es el sentido humanista de las penas y castigos.

En principio puede parecer adecuado ajusticiar a quienes hayan cometido asesinatos en una especie de adaptación de la muy desaconsejable ley del talión. Pero, una vez aceptado, ¿en dónde se detiene esta pena? ¿Cómo evitar que se extienda a otros delitos que, en un momento dado puedan parecer especialmente odiosos, por ejemplo, la pederastia?

Calmémosnos un poco y dejemos que la policía y los tribunales hagan su trabajo. Lo llevan muy bien.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

El silencio del Curita.

Después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV), presidido por un más que íntimo amigo suyo, archivara la causa por presunto cohecho incoada al president de la Generalitat valenciana está claro que éste no es inocente, no ha sido absuelto de la culpa que se le imputa sino que la causa se ha archivado por razones que en su día revisarán los tribunales.

Desde ese día de feliz memoria para él, el Curita no ha dado una sola conferencia de prensa ni ha respondido a pregunta alguna de los periodistas. El suceso se zanjó con una comparecencia pública del señor Camps filmada en un vídeo que se repartió a los medios. El presidente de la Generalitat no responde preguntas de los medios.

Esa actitud que se ha detectado en algún otro caso tanto en el PP como en el PSOE, ha soliviantado a la profesión periodística, atacada en una de sus fuentes más preciosas: el testimonio directo de la persona afectada. En el caso del señor Camps, sin embargo, parece que la cosa viene de antiguo. Obsérvese en éste vídeo de Caiga quien caiga cómo la negativa del Curita a atender a los periodistas es característica de este político valenciano.

Los políticos que callan, los políticos mudos, los políticos que niegan el diálogo, no solamente atentan contra el derecho democrático a la información y se arrogan facultades por encima del control popular sino que rompen con el principio básico de la democracia deliberativa, consistente en un ámbito de debate público en el que todos exponen sus razones de buena fe y se trata de buscar una actitud común. Algo imposible con quien calla. Sobre todo si el que calla es el que manda.

Significa que se cree con derechos sobre los demás que los demás desconocen, lo que es el núcleo mismo de la dictadura.

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).