dimecres, 4 de febrer del 2009

La comisión no dictaminará nada.

En el otro extremo del arco conservador, desde los comunicadores ultras a los órganos regidos por neoliberales con pedigrí, la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) no desengaña. En la entrada de ayer, titulada Sabía decision: una comisión decía Palinuro que: "Y milagroso será si la señora Aguirre no pone a presidirla (a la Comisión) al investigado, el señor Granados, presunto subjefe de la trama de espías. La presunta jefa es ella, naturalmente." Ese es el camino que llevan. No sé si aprovechando su mayoría absoluta el PP impondrá de presidente al principal sospechoso, el señor Granados, pero sí está claro ya que se reservará la presidencia, algo que va en contra de los usos y convenciones democráticos pero deja ver sin duda alguna que esta comisión de investigación no investigará nada, no concluirá nada y acabará como el rosario de la aurora, cosa que está en interés del PP a la vista de que en las próximas elecciones autonómicas tiene toda la pinta de llevarse un solemne batacazo. Estaba claro que la comisión encabezada por la señora De Cospedal no investigaría nada pero en ésta será milagroso si la conclusión no es que la culpa del espionaje la tiene Felipe González. De momento el espía más activo de todos, el señor Gamón, ya se ha negado a responder a las preguntas del PSOE e IU. Claro: ¿por qué tiene él que responder de algo cuyo culpable es el señor Felipe González? Por fortuna está en marcha la investigación judicial. De no ser así, este gobierno de desaprensivos no daría ni explicaciones de una trama de espionaje tan activa que, según parece, sus miembros se espiaban entre sí.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

Matrimonio de Boston.

En el muy céntrico teatro Arlequín de Madrid, que está al comienzo de la calle de San Bernardo, al lado de una galería comercial muy conocida, próxima a Santo Domingo, están poniendo una curiosa obra de David Mamet, importante dramaturgo y guionista cinematográfico en los Estados Unidos. "Matrimonio de Boston" (que ya estuvo en cartel en Madrid hace unos siete años) es una expresión acuñada para referirse a las parejas de mujeres que viven juntas por su cuenta y no tienen por qué ser necesariamente lesbianas si bien en este caso lo son.

La obra es una chispeante y matizada investigación en la relación amorosa de dos mujeres. Al comienzo, Anne (Antonia San Juan) tiene un amante del que piensa vivir cómodamente y pretende que Claire, su pareja, se quede con ella. A su vez, Claire ha venido a decirle que está enamorada de una jovencita y ahí arranca una serie de peripecias muy divertida sobre las complejas relaciones entre las dos amantes, con un diálogo muy rápido y ágil, repleto de todo tipo de consideraciones sobre el destino de las mujeres independientes, el de la pareja, las relaciones fuera de ella, la fidelidad o infidelidad, etc. Es interesante reseñar que la pieza no es una defensa o un ataque de las relaciones homosexuales en modo alguno. De hecho, desde el principio, damos las relaciones por supuestas. No es un alegato en favor o en contra de relaciones lésbicas, sino la narración de las peripecias de una de ellas en una sociedad como la finisecular en la que, dada la moral de la época, casi todo ha de expresarse mediante sobreentendidos.

Este análisis psicológico de dos mujeres que están muy unidas pero en un momento dado encaran la posibilidad de vivir cada una por su cuenta se complementa con un contrapunto sociológico visto desde el ángulo de las relaciones de clase. Tanto Anne como Claire son dos mujeres de clase media con educaciones y gustos muy similares. El contraste lo pone la chica de servir, una jovencita escocesa, procedente del campo, Catherine, caracterizada con los rasgos de la simpleza, la ingenuidad y la retranca de los aldeanos. En la adaptación española "escocesa" ha pasado a ser "gallega". Las tres intérpretes son muy buenas, aunque a veces sobreactúan un poco, cosa comprensible si se piensa que la obra adquiere rasgos de farsa con bastantes escenas disparatadas. De todo el aspecto interpretativo lo que menos me gustó fue el forzado acento gallego de la criada. Pero no su figura ni el magnífico contrapunto social que representa. Como figura en el reparto Catherine echa sus raíces en las de los criados graciosos y/o necios del teatro clásico y presta a la obra una dimensión en profundidad muy curiosa.

La acción tiene lugar en el siglo XIX y consiste sobre todo en construcciones de diálogo muy brillantes que no solamente retratan una época sino que ahondan en las complejidades de una relación amorosa a un buen ritmo que las actrices consiguen se mantenga a lo largo de una pieza. Ésta no es precisamente breve y en ella abundan cuestiones inesperadas, sobre todo la relacionada con un ostentoso collar de gemas que su amante (a quien no vemos en toda la obra) ha regalado a Anne y que hace estallar un mundo de pasiones. El autor es un maestro de lo que los anglosajones llaman el innuendo, cosa que se echa claramente de ver en la muy emotiva escena cerca ya del final en que Claire rompe y deja sin respuesta la carta de su joven conquista que la ha esperado inútilmente fuera de la casa.

dimarts, 3 de febrer del 2009

¿Quién tiene la culpa de la crisis?

El señor Rodríguez Zapatero se reunió ayer con los principales banqueros del país (que en el año 2008, según Público, ganaron dos millones de euros por hora) para rogarles que hagan el favor de canalizar a la gente y a las pymes algo de los 150.000 millones de euros de dineros públicos que el Estado les ha "inyectado" porque no es hora de acumular más beneficios, sino de arrimar el hombro.

Los banqueros le contestaron con una teórica, explicándole -y con él a todos los españoles que no ganamos dos millones de euros por hora- que si la economía no se ha hundido ya del todo es gracias e ellos y que la culpa de la crisis la tiene el Gobierno y la tenemos la gente corriente y moliente por endeudarnos en exceso, y que ahora vienen tiempos difíciles.

Eso se llama desvergüenza, vulgo tener un morro que se lo pisan. Veamos la secuencia de los hechos:

1.- La crisis estalla causa de los fondos de riesgo con los que los bancos de inversiones estadounidenses y en todo el mundo han estado especulando codiciosa e irresponsablemente.

2.- Se transfiere luego a la banca comercial (los de los dos millones de euros por hora de beneficios) en forma de falta de confianza mutua y restricción del crédito.

3.- La restricción del crédito asfixia las economías, que entran en recesión.

4.- La crisis se generaliza y los Estados -entre ellos el español- intervienen inyectando miles de millones en los bancos comerciales para mantener vivo el crédito.

5.- Los bancos comerciales no hacen tal cosa sino que dedican los fondos a sanear sus cuentas y siguen restringiendo el crédito con la recesión a punto de convertirse ya en una depresión.

Realmente, ¿quiénes son los culpables? Está muy claro: los bancos de inversión en primer lugar y los bancos comerciales en segundo lugar. O sea, los bancos. Como es lógico porque son los únicos que pueden desatar una crisis con sus medidas. Haga lo que haga la gente, nunca pondrá en marcha una recesión.

Está claro: un morro que se lo pisan e igual que los terroristas israelíes culpan a las víctimas palestinas de sus muertes, los bancos culpan a la gente de los problemas que sólo ellos han causado.

Antes había razones económicas y financieras para nacionalizar los bancos. Ahora también las hay políticas: que vayan a reírse de sus familiares.

(La imagen es una foto de Steve Rhodes, con licencia de Creative Commons).

Sabia decisión: una comisión.

La entrada de Palinuro de ayer acerca del lío de espías, enchufados y clientes en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) se titulaba Tendrán que hacer algo. Bueno: ya lo han hecho. La señora Aguirre que la semana pasada negaba de raíz cualquier espionaje en sus dominios y no veía la necesidad de una comisión de investigación para aclarar unos hechos que según ella no se habían producido, ahora acepta constituir una. La sabiduría contemporánea rebosa de juicios negativos sobre el valor de las comisiones. Se dice que si se quiere no resolver un problema se nombra una comisión. Igualmente: ¿qué es un dromedario? Un caballo dibujado por una comisión.

En el caso de la que se nombrará en el seno de la Asamblea de Madrid ese escepticismo está archijustificado. Como el PP dispone de mayoría absoluta en la dicha asamblea, querrá que la comisión refleje este hecho lo que equivale a garantizar de antemano que no servirá para nada. Y milagroso será si la señora Aguirre no pone a presidirla al investigado, el señor Granados, presunto subjefe de la trama de espías. La presunta jefa es ella, naturalmente.

La comisión funcionaría si se aceptara la propuesta de la oposición de disponer de igual número de votos (entre IU y PSOE) que el PP. Conociendo el talante democrático de este partido y el de su liberal presidenta eso no va a darse ni de lejos con lo que es claro que la comisión se nombra para dar carpetazo al asunto del espionaje en la CAM. Y con el asunto del espionaje, el de las adjudicaciones de contratos del Vicepresidente del Gobierno y el de la tupida red de influencias, amiguismos y enchufes en que funcionan las empresas públicas o semipúblicas de esta sufrida CAM administrada por una gente que es la que los madrileños se merecen porque para eso la votaron.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

El gran Gran Wyoming.

Pleno, Wyoming, tío, pleno. Qué golpe maestro. Cómo te conoces al personal. Con qué elegancia y sin insultar has dejado a esa gente en el más espantoso ridículo. Porque el vídeo en cuestión no engaña más que lo suficiente a los que anden escasos de meninges. La prueba es que muchos internautas en los foros y la blogosfera apostaban por el fake. Pero lo que es impagable es cómo muerden el anzuelo los pardillos de Intereconomía, con qué fingido escándalo y disimulado contento, con qué hipocresía lamentan ese comportamiento de "capitalista" y dan entera la falsificación sin comprobar nada, ni el remite del envío. ¿Y qué decir de la tertulia posterior? La plancha de Cendoya escandalizado, haciéndose cruces, Señor, Señor, estos rojos... Eso es lo más valioso de la trampa tendida: que han caído en ella ciegos de siniestra alegría, pensando que podían triturar a la competencia, que tenían un exclusiva explosiva.

Y no, ninguna pena. Estos de Intereconomía ¿no son los que enviaron unos jayanes a impedir el trabajo de una periodista haces unos meses? ¿No son los que enviaron a otros -o los mismos- contratados suyos para tender una trampa y presumiblemente chantajear al abogado que acusa al señor Fabra de Alicante? Ninguna piedad con gente que recurre a estos procedimientos. Al contrario, que quede bien claro que no sirven ni para las chapuzas y sí sólo para insultar.

Al Gran Wyoming no le hace falta insultar. Que hay clases.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).


dilluns, 2 de febrer del 2009

¿Qué es un terrorista?

La decisión del juez Andreu de la Audiencia Nacional (AN) de imputar un crimen contra la humanidad a un puñado de militares israelíes puede considerarse desde varios puntos de vista. Desde uno de izquierda es de aplaudir la iniciativa al tiempo que se subraya la contradicción de que la misma AN que investiga a los presuntos delincuentes israelíes obstaculice e impida que se investiguen hechos peores en España. Y no es tan sólo una contradicción sino un ataque al sentido de la justicia pues mientras este órgano judicial de jurisdicción especial sienta plaza de adalid de los derechos humanos en Israel, Guatemala o el Tibet (ya vemos: cuanto más lejos, mejor), se alinea en su tierra con los asesinos y trata de que sus crímenes no sólo queden impunes, como ya lo están, sino que no se conozcan, que no puedan investigarse ni tampoco reparar a las familias.

También se puede considerar desde el punto de vista opuesto, el de la derecha según el cual los magistrados de la AN que hicieron tan bien impidiendo que se abran las fosas e investiguen los crímenes de los franquistas (que, naturalmente, jamás existieron), pierden el oremus imputando esos mismos crímenes a los militares israelíes, defensores de la civilización occidental y que, por supuesto, jamás han cometido crimen alguno.

Por último, cabe también considerarla bajo el punto de vista de los mismos terroristas israelíes. Dice el señor Ehud Olmert que la investigación abierta por el juez Andreu es una prueba de doble moral de la Audiencia Nacional. La doble moral, según Olmert, consiste en que quienes ignoraron el terrorismo de Hamás en el pasado, quieran ahora empapelar a los israelíes por defenderse. Es un argumento cínico, pero nada parecido a lo que salió diciendo el ministro de Defensa de Israel, el laborista Ehud Barak quien, a la vista de la intención de la AN, se preguntaba si matar a un terrorista es un crimen contra la humanidad.

Le contesto: todo depende de lo que se entienda por terrorista. Si vamos a los resultados de las últimas acciones de Israel en Gaza habrá que aceptar que trescientos niños eran trescientos terroristas, cosa que no creo que sostenga ni siquiera el señor Barak que no me parece especialmente listo ni con mediana talla moral. Se dirá que no se estaba hablando de niños sino de hombres combatientes y que los niños fueron lo que el señor Javier Solana, fervoroso guerrero del imperio, llamaba "víctimas colaterales". Aun así es cosa de responder al señor Barak que todo sigue dependiendo de lo que se entienda por "terrorista". Estoy seguro de que su idea, coincidente con la de los Estados Unidos, la Unión Europea y los aliados de ambos no coincide con la visión de mucha otra gente. Para Hamás, muchos palestinos y musulmanes en general, los "terroristas" del señor Barak son "héroes" y "patriotas".

Mi patriota es tu terrorista y viceversa. El señor Barak y todos cuantos apoyen su siniestro discurso tienen que admitir esta relatividad de los conceptos porque les toca muy de cerca. Gentes como David Ben Gurion, fundador del Estado de Israel, o Menahem Beguin, ex-primer ministro del mismo Estado, fueron terroristas en los tiempos de la administración inglesa de Palestina, esto es, perpetraron u ordenaron perpetrar ataques con bombas y atentados diversos que técnicamente hablando, son actos terroristas. Pero estoy seguro de que el señor Barak no considera terrorista al señor Ben Gurion, sino un patriota. Lo mismo hacen los palestinos con los asesinados por los israelíes.

Es más, aunque el señor Barak no alcance a comprenderlo, eso de ser o no terrorista es tan relativo que, en algún caso, un terrorista ha llegado a ser Premio Nóbel de la Paz. Así sucedió en 1994 con Yassir Arafat, un architerrorista para los israelíes. Pero también Premio Nóbel de la Paz fue el terrorista Menahem Begin en 1978.

(La imagen es una foto de Chrisjohnbeckett, con licencia de Creative Commons).

Tendrán que hacer algo.

El escandalazo del espionaje en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) se complica por días. Y los asuntos que van saliendo a la luz son cada vez más increíbles y rocambolescos. La información que trae hoy El País sobre los teléfonos móviles de altos cargos de la CAM es una prueba más del ambiente casi histérico de espionaje y contraespionaje que se vive en el Gobierno regional en donde, según parece, actúan varias redes de vigilancia, dedicadas a actividades ilegales y presuntamente financiadas con dineros públicos.

Las reacciones del Gobierno de la CAM a las sucesivas revelaciones periodísticas, intemperantes, arrogantes, amenazadoras, dilatorias, muestran el desconcierto que reina en el lugar y el clima de enfrentamiento a que se ha llegado en las filas del PP.El señor Rajoy, probablemente, no saldrá bien parado de esta sórdida aventura con gente de controvertido comportamiento como ese Vicepresidente de la CAM, un espiado que, a su vez, presuntamente espiaba. Y por debajo de todo esto, el dinero, los ingentes capitales que se mueven en la CAM desde el comienzo del boom del ladrillo. Igual que por debajo del "tamayazo" estaba el dinero con el que se compró la traición también ahora el escándalo de los seguimientos, las escuchas, los dossiers, etc, tiene pies de moneda de curso legal. Cualquiera que haya seguido los escritos del blog de Escolar, Escolar.net se habrá convencido de que la CAM se administra con criterios de clientelismo, enchufismo y amiguismo que no dejan lugar a dudas. Las empresas públicas y todas aquellas sobre las que la CAM pueda ejercer alguna influencia rebosan de parientes y amigos de los gobernantes de Madrid o de sus amigos. Y la cabeza visible de este desastre, quien, según parece, más se beneficia con él y quien orienta la política de adjudicaciones de la CAM es el espiado vicepresidente de la Comunidad, señor Ignacio González.

Es de suponer que todos estos asuntos no queden impunes y es de esperar que los organismos de defensa de los ciudadanos, como los fiscales, que pueden actuar de oficio, lo hagan para aclarar un patrimonio como el del señor González que, si es objeto de dossiers secretos e ilegales, será porque tenga algo que resulte rentable para hacer chantaje.

Por cierto, cuanto más se demoren las inevitables dimisiones en la CAM, más cerca se producirán de las elecciones vascas y gallegas del 1º de marzo y peor efecto tendrán en las expectativas electorales del PP.


(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons)

Filosofía risible.

Este curioso libro de Cathcart y Klein (Platón y un ornitorrinco entran en un bar... La filosofía explicada con humor, Planeta, Barcelona, 2008, 220 págs.) parte de una idea sencilla, audaz y muy cierta: la de que los chistes y la filosofía están hechos de la misma materia, que ambos juegan con la mente de la misma forma y que los dos ponen de relieve verdades que a veces son incómodas sobre la vida y otras cuestiones de no menos enjundia. La idea es que cabe explicar los conceptos filosóficos a través de los chistes y que estos están cargados de un fascinante contenido filosófico (p. 12). Por supuesto, depende de la calidad del chiste; pero lo mismo puede decirse de las filosofías, que depende de su calidad. Un buen chiste -y este libro trae muchos- es normalmente una revelación; como una buena filosofía.

La compleja estructura del chiste ya había quedado clara en la interesante obra de Freud, El chiste y su relación con el inconsciente y Bergson, en su célebre ensayo sobre la risa había aportado una visión filosófica a este aspecto de lo cómico, lo risible, lo chistoso, normalmente abandonado en el terreno de las graves preocupaciones del intelecto. Pero hasta ahora nadie, que yo sepa, había llevado la audacia a exponer -en tono liviano, por supuesto- la historia de la filosofía a través de chistes y, aunque reputo la idea muy buena, no creo que tenga muchos partidarios entre filósofos y gentes con escaso sentido del humor. Los propios autores, resignados, ya reconocen en el capítulo de agradecimientos que: "No conocemos a nadie, aparte de nosotros mismos, que esté dispuesto a responsabilizarse de la idea de este libro..." (p. 219). Pero la gente lo lee con gusto. Véase si no: cuatro ediciones (imagino que quiere decir impresiones) en un año.

El caso es que, efectivamente, es posible repasar un poco a grandes rasgos y vuelapluma la historia de la filosofía, concebida como la sucesión de los temas más conocidos que han preocupado siempre a los filósofos (el telos, la ética, la epistemología, la lógica, el libre albedrío, la muerte, la razón, la política, etc) y hacerlo a través de los "filochistes", como los llaman los autores. La verdad es que casi todos son buenos y, en definitiva, el libro viene a ser como una antología de chistes que tienen interpretación filosófica. Por cierto, como los autores son judíos, hay una gran cantidad de chistes de judíos. Hablando de la virtud platónica, que es la sabiduría:

"En un encuentro que se está celebrando en la universidad, se aparece de pronto un ángel y le dice al jefe del departamento de filosofía:

- Te concedo uno de estos tres dones: sabiduría, belleza o diez millones de dólares.

Inmediatamente el profesor opta por la sabiduría.

Envuelto en un halo de luz, el profesor aparece transformado. Pero sigue ahí sentado, contemplando la mesa y uno de sus colegas le susurra:

- Di algo.

El profesor responde:

- Debería haber pedido el dinero." (p. 92)

Hablando de la existencia, la muerte y Heidegger:

PINTOR: ¿Qué tal van mis ventas?

PROPIETARIO DE LA GALERÍA: Bueno, pues tengo buenas y malas noticias. Vino un hombre y me preguntó si eras un pintor que se revalorizaría al morir. Cuando le dije que pensaba que sí compró todo lo que tenía tuyo en la galería.

PINTOR: ¡Vaya! ¡Es maravilloso! ¿Y las malas noticias?

PROPIETARIO: El comprador era tu médico." (p. 137).

diumenge, 1 de febrer del 2009

Elogio de la prensa de izquierda.

En España la mayoría de la prensa es de tendencia; como en el resto del mundo por lo demás. Tendencia sobre todo en la divisoria derecha/izquierda, esa que dicen algunos que está trasnochada, superada y, sin embargo, resulta ser la única que se da en todos los sistemas políticos. Porque los otros conflictos con traducción política pueden darse o no: puede o no haber conflictos regionales, religiosos, lingüísticos, demográficos, ciudad/campo, etc. El conflicto izquierda/derecha aparece siempre y se refleja sobre todo en la prensa. Por eso digo que la prensa es de tendencia.

Pero en España, además, es de partido. En especial la prensa de derecha. Parte del discurso mediático conservador es hablar de las "terminales mediáticas" del Gobierno socialista, preferentemente grupo "Prisa". Y sin embargo la relación entre este grupo y el PSOE y el Gobierno del PSOE es mucho menos intensa que la que hay entre el PP y los medios escritos o audiovisuales de la derecha. Algunos de estos, por ejemplo El Mundo, han llegado a hacer el programa del PP en épocas de penuria programática en los años noventa, en ellos se apoya electoralmente al PP y en la COPE incluso se apoya a unos sectores frente a otros dentro del partido de la derecha. Parte de ese apoyo se manifiesta en una actitud muy agresiva hacia la izquierda. Los columnistas de los medios de la derecha suelen ser más insultantes que los de la izquierda, entendiendo aquí por izquierda El País, Público y El Periódico de Cataluña. Algo similar con los editoriales: los de la derecha se atienen estrictamente al esquema amigo/enemigo mientras que en los de la izquierda se guardan más las formas, se es menos agresivo con el enemigo y menos encomiástico con el amigo, sin negar que haya amigo/enemigo.

Los periódicos de izquierda son de tendencia, pero no de partido. Antes de seguir hay que decir que aquí se da por supuesto que El País es un diario de la izquierda, pues mucha gente en la izquierda lo sitúa en el centro, en el centro-derecha y hasta en la derecha sin más. Algo de eso hay. Pero dado el carácter del centro-derecha real, el centro-derecha de El País es izquierda a todos los efectos. Público por lo demás, es un periódico de izquierda, como lo es El Periódico de Cataluña. Y lo que caracteriza a esta prensa de izquierda es que, interpretando la realidad, como hacen todos los que dan cuenta de ella, es mucho menos agresiva y crispada que la otra parte. Por eso, me parece, la prensa de izquierda es digna de elogio. Todo el que informa trata de convencer al auditorio para que vea la realidad como él; la diferencia está en la forma que tiene ese tratar. Se puede convencer a la gente a palos, a gritos o seduciéndola. Es digno de elogio que la izquierda trate de convencer seduciendo. Esa izquierda abertzale que mantiene el principio de que también se puede convencer a la gente asesinándola no entra aquí ni por ensoñación.

Que también hay que ver el mundo con los ojos de los lectores. Y muchos lectores, creo que la mayoría, agradecemos que los periódicos no muerdan.

España: estos jueces no te los mereces.

El estamento judicial debe sosegarse y serenar su ánimo. Nada gana un país si quienes están obligados a ser acuánimes muestran no poder controlar sus pasiones. El Cristo que se ha armado con la iniciativa del juez Andreu de la Audiencia Nacional ha desatado tal cúmulo de disparates en el ámbito público que uno duda sobre la racionalidad de los dirigentes sociales. Los israelíes se han cabreado y la han tomado con el Gobierno español sin duda porque creen que es su deber controlar qué hacen los jueces, una actitud que dice mucho sobre la idea israelí de la división de poderes y la que tienen de la que hay en España. Claro que, a continuación, escucho atónito que el Gobierno español pudiera estar pensando en la posibilidad de limitar la jurisdicción universal española. Si lo hace por ley, al menos a efectos internos puede hacerlo, pero en tal caso, la jurisdicción universal ya no será universal. Habrá o no una forma jurídica de proceder pero está claro que es ilegítima. La jurisdicción universal, que es recíproca, por supuesto, no puede depender de límites impuestos por razones políticas. Sin embargo, como suele pasar en estos casos, en gran medida lo que importa es un asunto simbólico. La decisión del juez Andreu no tiene efecto alguno porque Israel no es parte recíproca, no reconoce jurisdicción universal alguna y no admite la Corte Internacional de Justicia ni acata sus decisiones. Por tanto, no hay nada que hacer jurídicamente. Pero eso saca a la luz pública el estatus internacional de Israel en cuanto Estado... ¿cómo? ¿delincuente? ¿terrorista? Téngase en cuenta que el frente de propaganda es vital en la estrategia de Israel.

La crítica a los jueces no puede venir por el hecho de que no se plieguen a la razón de Estado, tanto si la tal razón la esgrimen unos como si lo hacen otros. Al contrario, viene si ceden a la razón de Estado y a consideraciones corporativistas. Esa AN que hoy pretende empapelar a varios cargos políticos y militares israelíes que perpetraron una matana en Gaza en 2002, ¿es la misma AN que se niega a abrir las fosas comunes de los asesinatos fascistas en España? Esa fiscalía que hoy anima al juez de instrucción a proceder contra los acusados en Israel ¿es la misma que negó competencia al juez Garzón para investigar los crímenes del franquismo en España? ¿Es la misma fiscalía que se opuso con uñas y dientes al procesamiento de don Augusto Pinochet, dictador chileno, único jefe de Estado que asistió a los funerales de su amado maestro, Francisco Franco Bahamonde?

Fuera, sí; dentro, no. Eso es lo que no resulta de recibo en el proceder de la Audiencia. Parece como si estuviera diciendo que se arroga el derecho a perseguir el delito en todas partes excepto aquí, a proteger a todos los ciudadanos del mundo excepto a los españoles. Es algo tan absurdo, tan ilógico y, en el fondo, tan inmoral que, si fuera israelí, en lugar de cabrearme por la decisión del juez Andreu, incoaría en Tel Aviv un proceso para abrir las fosas en España para buscar los huesos de las personas asesinadas en crímenes de guerra cometidos por el Gobierno español entre 1939 y 1951. Jurisdicción universal, sí señor.

De la huelga prevista por sus señorías tengo poco que decir salvo la cuestión de formas. Eso de que los jueces no tengan derecho de huelga no me ha parecido jamás ni medio aceptable. Excepto el Rey y los políticos electos, los demás ciudadanos, todos sin excepción, tienen derecho de huelga. Lo que los diferencia es la importancia de los servicios mínimos. Pero nada más.

La cuestión es de formas. La izquierda judicial anda indignada porque la izquierda política dice que la huelga es corporativa. Pero es que lo es. Y la idea de la izquierda judicial de que la huelga no es corporativa porque la apoya ella no es convincente ni para el partido de la izquierda. ¿Qué sentido tiene mantener la amenaza de huelga con independencia del resultado de las negociaciones con el Gobierno sino es el de ir a la confontación sin más?

Porque las cosas son muy complejas, señores jueces. Por ejemplo: la justísima reivindicación judicial de la necesidad de coordinar informáticamente toda la administración de justicia. ¿Qué se desprende de aquí? La pasmosa noticia, nueva para muchos ciudadanos, aunque Vds. crean que no, de que la administración de justicia en España en 2009 no estaba informáticamente coordinada. ¿Quiere eso decir que la administración española de justicia no tiene una base de datos integrada? Eso no es posible. Tiene que haber un error. Pero habría que saber en qué medida la desastrosa situación informática de la justicia no es achacable a la resistencia numantina de los jueces, sobre todo los mayores, para adaptarse a las nuevas tecnologías. Pasa en todas partes en la administración pública: los funcionarios, sobre todo donde no hay medidores de productividad (por ejemplo, los jueces) tienden a no esforzarse en adaptarse a la informática.

Conste no obstante que me parece magnífico que los jueces vayan a la huelga para presionar al Gobierno y al Parlamento para que pongan la administración de justicia española a la altura del siglo XXI europeo y no del XIX español. Por favor.

(La imagen es un cuadro de James Ensor, Los jueces prudentes)


dissabte, 31 de gener del 2009

Peregrino de la memoria (XXXVIII).

Recuerdos militares.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXVII), titulada La verdad siempre se sabe).

Sí, ya sé que en este verdadero relato de mis andanzas he vuelto a cambiar el título. ¡Qué quieren Vds.! Así empezó y así continúa: un viaje a ninguna parte, un caminar sin rumbo, un cambio más, todo cambia, todo fluye, nada permanece. Cuando descubrí que lo del viaje a ninguna parte tenía copyright si no jurídico, sí moral a mis ojos, recurrí a otro título. Lo de caminar sin rumbo fue, se recordará, transitorio. Estaba contando un viaje y en el curso de los viajes es cuando se le ocurren cosas a uno. Seguramente también cuando uno no se mueve. A mí me sucede más cuando estoy de viaje y por eso ahora he vuelto a dar con un nuevo título, mucho más fetén porque no me ata al "viaje" ni me acerca al incómodo "camino", siempre ideológicamente peligroso. En cambio introduce dos términos nuevos con muchas implicaciones. Peregrino incorpora viaje e incorpora camino y la memoria no requiere comentario. De ser algo la memoria es un mapa de la vida entendida como un camino. Es un mapa que llevamos dibujado en las arrugas de la piel, el brillo de la mirada, la forma de movernos, el tono de voz. Todo esto no quiere decir gran cosa puesto que, habiendo cambiado dos veces de título del relato (que lleva ya casi cuarenta capítulos) nada asegura que no haya más cambios antes de terminar un itinerario cuya longitud se desconoce. Ello acuerda también con el espiritu de este relato que, si bien se mira, es tan variado como sus cambiantes formas. Además los dos términos nuevos admiten variaciones que resulta placentero explorar: junto a Peregrino de la memoria puede haber una Memoria del peregrino, una Memoria peregrina y hasta un Memorial del peregrino. Memoria peregrina suena muy bien y no se descarta que acabe sustituyendo a Peregrino de la memoria. No es difícil imaginar un peregrino y menos ponerlo a peregrinar por la memoria. En cambio es más difícil convertir a la memoria en sujeto y ponerla a peregrinar porque ¿por dónde lo hará si no es por ella misma? La memoria es la facultad que se desarrolla por ejercicio con los años, igual que con los años se atrofia por falta de ejercicio. Y además de desarrollarse se rellena de contenidos según la vida va desplegándose ante uno cuando la vive con el espíritu de quien diariamente asienta el firme del camino que hará en la jornada, pues no está determinado. Así que la memoria puesta a peregrinar por sí misma puede llegar a parajes pintorescos. Muchos no sabemos lo que guarda nuestra memoria porque las conexiones de sentido que se establecen pueden estar hechas con claves que ignoramos. En todo caso, no quiero que estas disquisiciones sobre el estilo de la narración interfieran en su interés. Han de hacerse, no obstante, porque dada la naturaleza proteica del relato, hay que estar en situación de dar respuesta pronta y adecuada a cualquier interpretación que fuera injusta o conflictiva.

El Centro de Instrucción de Reclutas (CIR) en que me correspondió hacer la militar reunía como a unos cinco mil mozos, entrenándose para la eventualidad de una guerra que nadie creía pudiera darse y contra una variedad de enemigos cualquiera de los cuales la hubiera ganado. Aun así se hacían maniobras muy elementales porque había poco tiempo y tenía menos sentido educar a cinco mil hombres en todos los aspectos de la guerra, que es muy compleja, para que luego unos fueran solamente zapadores, otros artilleros, etc. Por eso se nos educaba en las cosas más generales que se supone es lo elemental que debe hacer cualquiera, como marchas de veinte o treinta kilómetros con todo el equipo en pleno mes de agosto, o toma de alguna cota no muy alta defendida por un nido de ametralladora imaginario. En una de esas, en cierta ocasión, caí en una charca, dije al mando luego que, estando bajo fuego enemigo, había buscado refugio tras unos matorrales sin importarme que hubiera barro porque lo primero, según se nos había informado en la correspondiente teórica, era buscar un buen resguardo y me premiaron con cuarenta y ocho horas de permiso. Allí había conocido a Daniel, el padre de Eugenio que, con su pelo rubio y ojos azules destacaba poderosamente en aquel magma oscuro de las compañías y los regimientos. Nos hicimos muy amigos y empezaron a caernos los arrestos a pares, con lo que compartimos bastante cocina yo pelando patatas y él bacalao o a la inversa. Allí nos intercambiamos también nuestras filosofías de la vida o lo que se tiene por tal cuando se está en los veinte años y la vida aparece como un misterio cuya clave descubriremos nosotros. Ya he dicho que Daniel era muy alegre y muy activo. Por entonces andaba en asuntos de cine sin tener claro si quería ser actor o guionista. Las dos cosas en el fondo. Tenía algunos amigos en el gremio y me presentó a un grupo que estaba haciendo un corto, especie de mezcla de Las Hurdes y una película de Antonioni sobre la incomunicación humana. Estaba en amoríos con una actriz con la que salimos algunas veces, aunque no era muy divertido porque acababan siempre discutiendo. Al final la chica, que se llamaba Mirna, se enfurruñaba, se agarraba a mi brazo y me decía que la llevara a su casa que, si era noche de pase pernocta, también era la nuestra. Una vez allí seguían discutiendo en la cocina, mientras yo me acomodaba en un sofá en el vestíbulo del piso, entre un paragüero y un ficus. Más tarde, curiosamente, Daniel debió de cansarse del rollo cinematográfico y, cuando dejamos el ejército, desapareció, mientras que yo anduve aún un par de años más enredado con la gente de cine. Pero de eso hablaré en otro momento porque Mirna se quedó embarazada y hasta el día de hoy nadie ha querido averiguar si el crío era de Daniel o de otro.

- ¿Podía ser?

- Podía. No te digo que fuese seguro, pero podía.

Lo que Eugenio quería oír era la vida de su padre contada por otro, confirmar datos:

- Me ha dicho que allí fumábais porros.

A saber lo que le habría contado el otro.

- En los cuarteles circulaba el chocolate que era un placer.

- Dice también que os ofrecieron haceros del Servicio de Inteligencia Militar, el SIM.

- Sí, es verdad. Fíjate qué idea tenían de la cosa. Yo te confieso que nunca he creído que existiese ese SIM. Hablaban mucho de él pero nadie lo había visto. Estoy convencido de que el sargento que vino a proponernos a Daniel y a mí que nos hiciéramos del SIM debía de creer que era alguna unidad militar especial, como la banda del regimiento las unidades de montña. El caso es que, sí, sí, como suena. "Vosotros sabéis", nos dijo el sargento, más bruto que un arado, "que los comunistas se valen de estudiantes y otrs mandangas para introducir el comunismo en el ejército." La verdad es que no se nos había ocurrido. A mí, desde luego, no se me había ocurrido tan luminosa idea y, de habérseme ocurrido, no hubiera ido corriendo a contársela a dos estudiantes. Pero fue un compromiso porque, claro, tú dices: vamos a ver, si digo que no, después de que se me dispensa el noble honor de espiar a mis compañeros, me convierto en sospechoso para la manga de impresentables que gobernaba entonces el país; si digo que sí adopto un comportamiento que me parece moralmente repudiable. Cuestión: ¿qué hacemos? Explicamos a aquel proyecto de hombre que nos quedaba mes y medio para licenciarnos y no tenía sentido participarnos los secretos del SIM para unos días. Mejor alguno que aún tuviera más mili, que le diera tiempo a adaptarse al medio pero que no fuera a licenciarse de inmediato. El caso es que nos quedaban seis meses para la licencia.

- Y el sargento ¿no os dijo nada?

- Yo creo que no se atrevía. Era chusquero y nos veía tratándonos con familiaridad con un capitán con lo que el hombre no las tenía todas consigo. Y la verdad es que aquel menda pegó el rollo con nosotros porque quería montárselo de culto y pensó que cada uno de nosotros o los dos juntos podíamos aportarle algo.

- También dice que fuisteis enfermeros.

- Sí, como éramos estudiantes, el mando decidió que teníamos que ser enfermeros y es lo que fuimos en un cuartel de carros de combate. Enfermeros.

- Y que no teníais ni guarra.

- Ya imaginas qué formación en enfermería puede tener un estudiante de Políticas que lleva tres meses en un CIR aprendiendo a marcar el paso, a cubrirse, a hacer vista a la derecha, paso ligero y posición descansen. Así que allí hubo de todo y los que murieron lo hicieron por sus propios medios: un sargento que se voló la cabeza manipulando una bomba de mano y un chaval al que le cayó encima la cadena del carro que estaba arreglando y lo dejó crujido.

- Que los jefes os empleaban para poner inyecciones a sus familias.

- Y a ellos mismos. "A las órdenes de Usía." "Bájese Usía los pantalones". En el ejército, si eras enfermero, te hartabas de ver culos. Hacía apuestas con tu padre a ver cómo iba a ser el primer culo que llegara por la tarde: con granos, liso, velloso, más o menos blanco. Pero sí, fuimos enfermeros en el servicio militar y, sin tener ni idea, acabé sabiendo algunas cosas, cómo hacer torniquetes, poner vendas, coser una herida en una mano por ejemplo y poner todo tipo de inyecciones. Pero vamos ya entiendo que lo que quieres es un juicio sobre tu padre en aquellos años...

- No, no quiero nada. Solamente que quien sabe cosas suyas me las cuente para contrastar con lo que dice él y hacerme una mejor imagen suya.

- Ya eres una imagen suya.

- Lo soy, pero no la llevo dentro.

- Eso llega más tarde. La imagen de alguien que vive, sobre todo si lo tratas con asiduidad, es borrosa. Las imágenes sólo se hacen nítidas después de la muerte del imaginado. También puedo contarte cosas de tu padre con la gente de cine, aunque ya digo que de eso hablaré más tarde, pero si quieres hablamos ahora.

- No, no es necesario. Ya lo haremos en otro momento. Ahora sí que voy a abrirme.

Habíamos entrado en Madrid pasando por San Cristóbal de los Ángeles y subiendo luego por Legazpi y el Paseo de los Delicias, fuimos a parar a la plaza de Atocha, o sea, de la Virgen de Atocha. Allí mismo me hizo parar, delante del ministerio de Fomento, me dio un abrazo, diciéndome que le habia gustado el viaje y que esperaba que yo hubiera comprendido la razón que le asistía para hacer lo que quisiera, y echó a andar en dirección de la Cuesta Claudio Moyano porque, al parecer, los de una caseta, que era una librería especializada en asuntos alternativos, altermundistas y del comercio justo lo habían contratado para hacer una página web.

Así que allí estaba de nuevo, en mi punto de partida, cavilando si volvía a salir y a dónde. Salir, volvería a salir; eso era seguro. Añoraba el campo y estaba deseando volver a verlo para lo cual hay que salir de las ciudades en donde cada vez se pone peor vivir. Acabábamos de pasar por los de Valdepeñas y los tenía muy frescos en la memoria con su tierra roja arcillosa y los troncos retorcidos de las cepas y, sobre todo, echaba de menos el cielo bajo sobre el horizonte lejano de la meseta. De momento, no tenía alternativa ni había planeado viaje alguno. Regresé a casa y recogí el correo postal que cada vez se reduce más a papeles de publicidad porque el correo de importancia ya sólo es electrónico. En Skype me encontré un enésimo mensaje de Laura. Le contesté que acababa de llegar a Madrid y que me reuniría con ella en donde quisiera. Me citó en el Palace al día siguiente, tras decirle yo que hoy no estaba de ánimos. Antes de ir a dormir recibí un mensaje de Eugenio por el móvil. Me repetía que lo había pasado bien en el viaje y que yo era un tío cool.

Hablando de la crisis.

Recordarás amable lector que hacia el 15 de noviembre del año pasado, el señor Bush, entonces presidente de los EEUU en lo que ahora parece ya otra era dos meses y medio después, convocó en Washington nada menos que una Cumbre sobre los mercados financieros y la economía mundial a la que acudieron los veintiséis dirigentes mundiales más importantes, entre ellos el señor Rodríguez Zapatero, que casi convirtió su asistencia en un casus belli. También hubo dos mujeres, esto es, algo así como el siete por siento de la cumbre. Está más que claro que la llamada Comunidad internacional es "andrócrata". Y estos son los avanzados. Cierto que también hay otros merluzos que dicen que el auge del feminismo es un negocio como cualquier otro por el que las mujeres duplican su beneficio, una parte como objeto de privilegios por ser minoría discriminada y otra en aplicación de la legislación de igualdad. Pero ese injusto spillover de las políticas de la igualdad, por lo que se ve, no alcanza a las cumbres, reinos incontrovertidos de la más próvida virilidad.

En todo caso la expectativa frente a la cumbre era extraordinaria porque iba a ser la reunión en que se dictaminaría qué clase de crisis es ésta y qué medidas pueden tomarse para encajarla, minimizarla, soslayarla. Sin embargo el resultado no fue muy notable como se prueba por el hecho de que dos meses y medio después de la celebración del evento prácticamente nadie se acuerde del piloto o el jefe de la misión ni de lo que quería. Era una reunión importante por su finalidad, consistente en poner en marcha los mecanismos adecuados para salir de la crisis. Nada menos. Fue un hecho típicamente "global": se dio en todo el mundo, pero no tuvo efecto en parte alguna. Al mando de la nao capitana estaba entonces Mr. Pato Cojo que ya sabía que no podía hacer nada porque su sucesor lo desharía en un par de meses, como está viéndose que hace con Guantánamo, las células madre, etc.

La memoria de aquella reunión no se ha conservado en la de la gente salvo, al parecer, en la idea de que si alguien puede sacar al mundo de la crisis son los Estados y en concreto los Unidos. Eso es lo que ha venido a repetir la declaración de la reunión anual de Davos, lugar en que se pasó una temporada Hans Castorp en la montaña mágica, y en el que se reúnen políticos, millonetis, famosos e importantes para asperjar sobre la humanidad expectante el maná de su sabiduría infinita. En la última reunión se ha decidido decir a los Estados que tienen que enderezar el mundo. ¿Quién? Los estados. El Estado.

El Estado. Quizá alguien debiera avisar al señor Aznar, antes de que le hagan una estatua en el Museo de Mme Tussaud como ejemplo de político freak.

La Cumbre de marras es el renacimiento del Estado. Un renacimiento quizá no, pero sí buena época para lo que el Estado sabe hacer muy bien que es la política y lo legal; medidas políticas y jurídicas. Si en estas condiciones en que los banqueros y los empresarios a una junto a los estadistas y los millonarios piden la intervención del Estado alguien dice que el error está en la intervención del Estado realmente tiene su aquel.

¿Qué tiene que hacer el Estado en primerísimo lugar? Darse cuenta de que una crisis de carácter global no puede resolverse en los marcos de los Estados nacionales, sino que hay que ir a un marco resolutorio (con condiciones distintas según los casos) de carácter global. Pero todo lo relativo a "gobierno mundial" en cualquiera de las vertientes es de escalofrío y confieso que no se me ocurre cómo se puede hacer ver como razonable algo que en verdad es de escalofrío. Por ejemplo, ayer se veían imágenes de trabajadores británicos manifestándose en huelga en contra de los trabajadores no extranjeros. Una de bravas pro el internacionalismo proletario. El socialismo mundial está a la vuelta de la esquina con esto de la crisis general del capitalismo. Esas cosas serán cada vez más frecuentes en la medida en que la crisis vaya haciéndose más general y difícil de tratar.

Seguramente el tercer milenio, al que no han llegado muchos de nuestra generación, extraerá experiencias y fijará conocimientos para casos extremos pero no considerándolos necesarios sin más. Eso de pensar la revolución como algo distinto del presente ha resultado en imposible. La revolución es hoy, ahora.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).

La retórica de ETA.

ETA ha hecho público un comunicado a través del diario Gara celebrando su cincuenta cumpleaños y afirmando que está dispuesta a seguir matando otro tanto o más. Sin novedad en el frente.

A esa posible matanza se sumarían llegado el caso los circunstantes para participar en la riqueza que ha traído la crisis. En dicho comunicado se dice que: "Quien anda en la montaña sabe que en el camino hacia la cima la última cuesta es la más dura. Pero desde la atalaya del tiempo sólo se puede concluir que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Lanzando una mirada a estos 50 años pasados, el camino de la lucha por este pueblo nos llena de orgullo a los militantes de ETA. La Historia llenará de honor esta lucha, alabando la generosidad de los militantes vascos". (Las negritas son mías).

Lindo párrafo; sublime, patriótico párrafo. Eso de la atalaya del tiempo es definitivo; suena como Las memorias de un setentón en cursi, aunque en este caso sólo se trate de cincuentones, no muy espabilados como se ve pero sí dados a la prosopopeya. ¿Y qué me dicen de lo que se concluye desde la atalaya del tiempo? Pues que cada paso dado nos ha traído hasta hoy. Como a todo hijo de vecino, salvo a aquellos a quienes cada paso dado ha traído hasta ayer o hasta mañana. Por ejemplo, el pato Donald.

divendres, 30 de gener del 2009

¿Han visto a esta chica?

Si la han visto, hagan lo que pide el cartel, por favor.

¿Cuestión de imagen? ¿Cuestión de estilo? Ambas.

Según los resultados del "Publiscopio" de Público de hoy el PSOE saca casi ocho puntos en simpatía al PP, mientras que según el sondeo/flash de Metroscopia para El País de hoy, el PP está ocho puntos por debajo del PSOE en intención de voto. Todo ello a un mes aproximadamente de dos importantes elecciones autonómicas y a pesar de que el Gobierno del PSOE se encuentra embarrancado en medio de una crisis económica sin igual, con aumento galopante del desempleo, empobrecimiento general, cierres en masa de empresas y muy oscuras expectativas. Sería normal que fuera al revés, que la oposición capitalizara el mal momento del Gobierno, subrayara sus fallos y fracasos y, proponiendo alternativas, se ganara el apoyo de la gente. Sería lo normal pero lo normal aquí no cuenta; y no cuenta porque la derecha proyecta una imagen destructiva de sí misma y lo hace con un estilo tan profundamente equivocado que parece habérselo aconsejado su peor enemigo.

En cuanto a la imagen no hay que discurrir mucho: son meses ya ofreciendo diariamente un espectáculo de bronca permanente, zancadillas, jugarretas de unos a otros, enfrentamientos, desplantes, ambiciones ocultas o sin ocultar, rencillas, venganzas, rabiosos personalismos con fraccionamientos clientelares que dan idea de una reyerta de pícaros y jayanes, y una organización carente de toda cohesión interna y no digamos armonía. Casi toda la responsabilidad de esta caótica situación recae sobre el comportamiento insolidario, arrogante y fraccionalista de la señora Aguirre cuya ambición sólo es comparable a su fabulosa falta de sensibilidad e inteligencia. Pero no se trata solamente de ella, aunque haya acaparado gran parte de la atención mediática con sus caprichos y manías personales. El PP es un hervidero de individualidades desajustadas, incapaces de mostrar entendimiento alguno y todas ellas desbarradas en uno u otro aspecto. Ruiz Gallardón, Mayor Oreja, María San Gil, González Pons, Dolores de Cospedal, Soraya Sáez de Santamaría, Javier Arenas, Rodrigo Rato, Camps e tutti quanti suenan como una polifonía destemplada en la que cada cual va a lo suyo como si apenas tuviera que ver con los demás. Si añadimos la batería de floreros chinos en sentido descendente (descendente de descender en todos los aspectos) como Fraga, Aznar, Acebes, Zaplana o Miguel Ángel Rodríguez, el guirigay se hace descomunal. ¿Cuándo se produjo la última declaración del señor Aznar que su partido no tuviera que ignorar piadosamente? Y en el puente de mando de este navío de orates el capitán Rajoy cuya presencia sólo se advierte por las veces y las voces que critican su ausencia, su indecisión, su inoperancia, sus silencios, su indefinición y falta de liderazgo.

Añádase a esa imagen de confusión y batiburrillo, de grescas por los puestos, las listas, los cargos, el fantástico episodio del zoco madrileño del espionaje, en el que una miriada de gentes de sombría catadura y dudosa moralidad a sueldo de politicastros encaramados en los nichos del poder de la Comunidad de Madrid llevan años vigilándose recíprocamente, fotografiándose a las escondidas, siguiéndose mutuamente y chantajeándose. Lo que se nos ha revelado recientemente es como un panopticón benthamiano vuelto hacia dentro de una zona de soplones, confidentes, testaferros, matones y gentes sin escúpulose en un mercado de informaciones con fines de extorsión, soborno o intimidación. Sobre la imagen del desorden, la de los mafiosos jugando sucio a base de dossiers es potencialmente destructiva.

La guinda ha venido a ponerla la sensación generalizada de que el PP es ante todo una estructura de clientelismo y corrupción local (caso Fabra) que alcanza su manifestación exponencial en la Comunidad Autónoma de Madrid, en donde el enchufismo, el amiguismo y el mangoneo parecen ser la esencia misma del gobierno de la plaza. La entrada de ayer en el blog de Ignacio Escolar, titulada La Comunidad de Madrid, una empresa familiar, muestra una estructura tan corroída por el nepotismo y el descarado reparto de gajes y prebendas entre familiares y amigos que no creo pueda ya resolverse por la vía estrictamente política sin intervención de la penal.

Con esa imagen la verdad es que los ocho puntos por debajo en intención de voto parecen poco. Pero es que hay más, mucho más. La comunicación política tiene dos pies: la imagen y el discurso. Y el discurso de la derecha es tan malo y tan suicida como el de la imagen. Corresponde éste a los periodistas y comunicadores en general adscritos o cercanos al PP o a sueldo de éste, bien directamente, bien por intermedio de instituciones públicas o privadas. Recuérdese que se trata de un partido en el que la pantalla que separa al político del periodista es porosa y francamente osmótica. Pero en algo coinciden todos, sean políticos que hacen como si fueran periodistas, periodistas que desempeñan cargos políticos o que influyen sobre los políticos en los cargos, les dicen lo que tienen que hacer y, llegado el caso, piden el voto para el PP incluso en los editoriales de sus periódicos; en algo, digo, coinciden todos: en su estilo bronco, agresivo, intimidatorio, faltón y en no escasa frecuencia, injurioso, como vienen determinando los tribunales.

Es un misterio quién haya dicho a los estrategas de la derecha, si es que los tiene, que ese estilo es acertado y conducente al éxito. Quizá lo fuera en la España de los años veinte y treinta del siglo pasado, muy dividida y enfrentada, pobre, ignorante, analfabeta y relativamente fácil de manipular. Pero los españoles de hoy son ciudadanos europeos ilustrados, respetuosos con el pluralismo, críticos, tolerantes, pacíficos, de cultura política democrática que nada tienen que envidiar a los italianos, franceses, alemanes o ingleses. A esos ciudadanos, el estilo abroncado, agresivo, insultante de los comunicadores de la derecha los pone decididamente en contra sobre todo cuando se dan cuenta de que no solamente se emplea en contra de los adversarios ideológicos sino también frente a los compañeros de tendencia pero de distinta lealtad y bandería. Los más soeces insultos los recibe el señor Rajoy en la COPE; los ataques más graves, en El Mundo. ¿Cómo diablos piensan que se pueden ganar elecciones con ese estilo?

Personalicemos por un instante la cuestión en el famoso locutor de la cadena espiscopal cuyo rábido discurso cotidiano en las ondas alcanza niveles que lo han convertido en el querellado permanente... de los de su propia tendencia. Sin duda esa feroz diatriba permanente encandila a una audiencia fiel de gente que se desayuna con él y le garantiza un caché elevado y saneados ingresos, pero ¿es rentable para la opción conservadora como partido e iglesia? El auditorio son unos dos millones y con dos millones no se ganan elecciones en España. En cambio ese estilo irrita y enemista a muchos más, gente que podría votar a una derecha centrista pero que huye despavorida cuando escucha que el centrismo es cosa de sinvergüenzas, proetarras, potenciales asesinos, etc. Es sorprendente cómo nadie cae en la cuenta de que esos dos millones de oyentes de la ración diaria de odio votarán al PP en todo caso porque son sus incondicionales, un baluarte pero que, a cambio, se pierde una cantidad incalculable de gente a la que repatea el estilo desaforado y generalmente injusto impuesto por los locutores de la COPE. ¿Por qué, si no, la SER dobla siempre en audiencia a la COPE? ¿Por qué El País tiene una difusión muchísimo mayor que El Mundo? Por una cuestión de estilo. Los medios de la derecha se niegan a reconocer este hecho paladino y, en su inimitable estilo, barbotan que los otros forman un monopolio "al servicio del poder" (prometo dedicar una futura entrada a esta curiosa prostitución del lenguaje por la que los medios de la derecha hablan del poder como si fueran anarquistas) cuando lo que es evidente es que pierden siempre la batalla de la competencia porque son de calidad inferior. Claro que, mientras se mantengan cifras rentables, aunque no sean las mejores, quedan asegurados los emolumentos de sus directivos e inspiradores que así no necesitan devanarse los sesos por conseguir lo que cualquiera trataría de hacer en buena lid: desbancar a la competencia siendo mejores que ella.

Dejo deliberadamente de lado la cuestión que tanta gente señala sobre la aparente disonancia entre el discurso de la cadena de la Iglesia y la doctrina evangélica porque es asunto que me resulta indiferente pues no creo que haya disonancia alguna. La doctrina evangélica de la Iglesia católica ha estado siempre cohonestada con la violencia fáctica o verbal. Otra cosa es qué efecto tenga a la larga en el seno de la propia iglesia el hecho de que las actitudes de la jerarquía en este campo cada vez estén más enfrentadas. Allá ellos.

Mi interés era explicar en el terreno estrictamente civil por qué el PP no puede ganar elecciones con esta imagen y este estilo. Suelen decir quienes acuñan la primera y gastan el segundo que eso es falso y que el PP ganó unas elecciones por mayoría simple en 1996 y absoluta en 2000. Pero lo falso aquí es esa conclusión: tanto en 1996 como en 2000 las elecciones no las ganó el PP sino que las perdió el PSOE. En cuanto éste se recompone y aunque caigan chuzos de punta, el PP, con la imagen y el estilo comentados, no tiene nada que hacer en la España de hoy.

(La imagen es una foto de Whiskeygonebad, con licencia de Creative Commons).