Pleno, Wyoming, tío, pleno. Qué golpe maestro. Cómo te conoces al personal. Con qué elegancia y sin insultar has dejado a esa gente en el más espantoso ridículo. Porque el vídeo en cuestión no engaña más que lo suficiente a los que anden escasos de meninges. La prueba es que muchos internautas en los foros y la blogosfera apostaban por el fake. Pero lo que es impagable es cómo muerden el anzuelo los pardillos de Intereconomía, con qué fingido escándalo y disimulado contento, con qué hipocresía lamentan ese comportamiento de "capitalista" y dan entera la falsificación sin comprobar nada, ni el remite del envío. ¿Y qué decir de la tertulia posterior? La plancha de Cendoya escandalizado, haciéndose cruces, Señor, Señor, estos rojos... Eso es lo más valioso de la trampa tendida: que han caído en ella ciegos de siniestra alegría, pensando que podían triturar a la competencia, que tenían un exclusiva explosiva.
Y no, ninguna pena. Estos de Intereconomía ¿no son los que enviaron unos jayanes a impedir el trabajo de una periodista haces unos meses? ¿No son los que enviaron a otros -o los mismos- contratados suyos para tender una trampa y presumiblemente chantajear al abogado que acusa al señor Fabra de Alicante? Ninguna piedad con gente que recurre a estos procedimientos. Al contrario, que quede bien claro que no sirven ni para las chapuzas y sí sólo para insultar.
Al Gran Wyoming no le hace falta insultar. Que hay clases.
(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).