dijous, 13 de desembre del 2012

Del dicho al hecho y del hecho al dicho.

La sesión de control del gobierno tiene algo de oficio litúrgico. Rajoy acude sabedor de que no precisa convencer a nadie de nada porque, diga lo que diga, tiene la mayoría absoluta segura. En consecuencia, no dice nada y, además lo hace en una actitud displicente para poner de relieve que, si da explicaciones, es porque es un caballero y no porque lo necesite para sobrevivir parlamentariamente. Se ha encargado de defender lo más indefendible: el recorte de las pensiones. Y lo ha hecho con una retórica cantinflesca para colar que los recortes, en realidad, son aumentos. Si alguien no cree lo anterior solo tiene que leer y escuchar al propio Rajoy. Aquí no nos inventamos nada.
Fuego graneado cayó también sobre el ministro Wert, el que se crece con el castigo y a estas alturas debe de ser ya un gigante Culiambro. Su actitud es calcada de la de su jefe Rajoy, incluso lo supera y sin duda por eso es el ministro peor valorado del gobierno siempre. Consiste en sostener imperturbablemente que la realidad no es la que es sino otra que él tiene en la cabeza. La nación catalana está en pie de guerra, redoblan tambores independentistas, se rememora la Batalla de Inglaterra (frente a los nazis, recuérdese), los hijos de Cataluña acuden a la llamada de la Patria, avasallada en aquello que los catalanes más veneran: su lengua. Imperturbable, contra toda evidencia, Wert sostiene que su proyecto no relega el catalán en la escuela. Pero hasta él se habrá dado cuenta de que su ley no va a aplicarse y que se enfrenta a una desobediencia civil masiva. Y más aun, ha conseguido dar forma a un gobierno de coalición de las dos fuerzas soberanistas que, de no haber sido por sus provocaciones jamás se hubiera producido, dada la distancia entre CiU y ERC.
Esa de enfrentarse a sus administrados en masa es una característica de los ministros de Rajoy. El de Justicia no va en zaga de Wert. Tiene enfrente a todas las profesiones jurídicas, jueces, fiscales, abogados, secretarios de juzgados y, desde luego, a una gran mayoría de los justiciables. Pero, al igual que Rajoy o Wert, tampoco Gallardón se siente obligado a dar explicaciones o justificar sus reformas. Al contrario, se limita a insultar a los jueces o a tratar de enemistar a unos estamentos con otros en un juego de dobleces lamentables. Así, dice que los jueces protestan por la paga extraordinaria perdida y unos días de vacaciones suprimidos, cosa que los indigna. E insinúa luego que fueron ellos quienes le pidieron las tasas para financiarse suculentos planes de pensiones. El juego, como se ve, es realmente sucio.
Entre lo que los gobernantes dicen y lo que hacen media un abismo. Pero, además, no les importa. No se habla para convencer sino de forma litúrgica, por cumplir un rito en el proceso de manifestación del poder.
Del otro lado, el de la oposición socialista, el hecho genera el dicho. Rubalcaba se ha comprometido a reconstruir el Estado del bienestar que el PP ha desmantelado. Ya era hora de que dijera algo así. Es lo que hizo también hace unos días Tomás Gómez cuando se comprometió públicamente a devolver a lo público todo lo que la derecha privatice en Madrid en materia de sanidad. Rubalcaba habla ya de todo el Estado del bienestar y, en efecto, eso es lo primero que debe manifestar un partido de izquierda: que revocará todas las medidas del PP que desmantelan el Estado del bienestar. Si pretende ganar las elecciones, claro. Eso es lo que la gente quiere oír: que se devolverá al común lo que le haya sido expoliado.
Ahora bien, no acaba aquí la tarea de la izquierda sino que esa intención general debe especificarse pues no basta decir lo que se quiere hacer sino que hay que mostrar cómo. Cómo va a hacerse público de nuevo lo que se haya privatizado; cómo se va a reducir o incluso suprimir la financiación privilegiada de los centros educativos privados en detrimento de los públicos y estos volverán a ser atención prioritaria de los poderes públicos; cómo van a restablecerse las dotaciones presupuestarias de atención a discapacitados y dependientes; cómo se revalorizarán las pensiones en justicia y no solo por los futuribles de Rajoy... En resumen, una alternativa que especifique ingresos y gastos y aclare igualmente como se dejarán sin efecto las reformas oscurantistas de carácter ideológico.
Construir una alternativa, vaya.
(La imagen es una foto de La Moncloa, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 12 de desembre del 2012

Todo el tiempo del mundo.

Veinticuatro horas después de que el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, diga en nombre de las altas instancias que se desechan primarias hasta poco antes de las generales, Chacón afirma en nombre propio que el PSOE "no tiene todo el tiempo del mundo para renovarse". Todo el tiempo del mundo. Caramba. A su lado, Belloch, entusiasmado, ve a su correligionaria presidenta del gobierno. La Corona de Aragón, siempre tan díscola.
Pero tiene razón la exministra: su partido no tiene todo el tiempo del mundo. Nadie lo tiene. Óscar López lo ha acotado: hasta poco antes de las generales. Muy bien. Es una propuesta como cualquier otra. Y se fundamenta ¿en qué? ¿Por qué es mejor esperar hasta poco antes de las generales? ¿Para quién es mejor? Supongo que la respuesta es: es mejor para el partido, al que no conviene zarandear con un proceso de primarias en tanto no se haya repuesto del batacazo de 2011. Y ¿por qué es esto mejor que tener un lider ya conocido, con tiempo para prepararse, para incidir en la opinión, para corregirse si no obtiene buenos resultado?
Pero todavía hay una pregunta previa: ¿sabe López cuándo serán las generales? Su declaración parece dar por supuesto que en 2015; parece dar por supuesto que el gobierno del PP concluye la legislatura. Como están las cosas, sin embargo, eso es mucho dar por supuesto. Es poco probable que haya elecciones anticipadas; pero no imposible. Y, si se diera este supuesto, el PSOE no tendría tiempo de presentar un candidato y habría de serlo Rubalcaba. Es decir, la decisión de aplazar, no por "todo el tiempo del mundo" sino por el más razonable de tres años, para quien es mejor es para Rubalcaba. Si las elecciones se adelantan porque hay que recurrir a él por fuerza; si no se adelantan, porque tendrá tiempo de mejorar su imagen pública y, quién sabe, de aspirar a la candidatura a la presidencia del gobierno. Ese vuelco desde un punto de partida tan bajo es una quimera. Resulta así que se pretende enfrentar a un incumbent con mayoría absoluta con un perdedor cuya valoración popular es inferior a la de aquel a quien pretende derrotar.
Eso es absurdo. Cierto, la política rebosa de absurdos. La vuelta del rey del bunga-bunga pone en efervescencia los mercados, la prima de riesgo se despierta de su letargo, España se tambalea, Rajoy no sabe qué hacer entre pedir el rescate o un billete para las Bahamas. Il Cavaliere esgrime la retórica antitedesca. Verdi se revuelve en su tumba. Fuera los invasores austriacos; bueno, alemanes. La prima de riesgo es una estafa. Mussolini, D'Annunzio, Fiume. Es absurdo. Pero es.
El tiempo hasta las generales es "todo el tiempo del mundo", amigos. Y luego están los muy legítimos proyectos vitales de cada cual. Si te sientas en el quicio de tu puerta a ver pasar el cadáver de tu enemigo, es posible que el primero que veas sea el tuyo. 
El PSOE debe salir del marasmo cuanto antes, debe dotarse de un liderazgo claro con un proyecto alternativo. Por eso tiene que convocar primarias cuanto antes. El único riesgo que correría sería el de que saliera elegido candidato alguien que no fuera diputado. Eso es algo que los socialistas habrán de sopesar porque, si bien es cierto que este parlamento no es ni sombra de un verdadero parlamento a causa de la mayoría absoluta de la derecha, también lo es que, al fin y al cabo, es un parlamento y la ausencia en él del candidato provocaría una bicefalia que al PSOE no se le da nada bien.
(La imagen es una foto de isafmedia, bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 11 de desembre del 2012

Berlin, Pariserplatz.

¿Qué se siente cuando, siendo presidente de una Gran Nación te ponen en segunda fila, quizá por humillante orden alfabético y te llevan de claque? Imagino que una gran frustración. Estos pícaros tiempos de universal cotilleo no permiten construirse la imagen. A ver cómo va el hombre a decir, al volver a España, que quien sostenía la mano de la invencible Merkel era él.
Aunque no está claro si Hollande sostiene caballerosamente la mano de la dama o se aferra a ella como el náufrago a la tabla. El caso es que ahí estamos, como hace sesenta y tantos años, observando las zalamerías de los dos viejos contrincantes. El Mercado Común, la llamada Europa de los Seis -Benelux, Alemania, Francia e Italia-, más o menos el Imperio carolingio, se creó para acabar con la guerra permanente en el corazón de Europa. Empezaron poniendo en común el carbón y el acero, dos elementos estratégicos en las guerras de entonces, que hoy han perdido gran parte de su importancia. Lo esencial era que Alemania y Francia no volvieran a meter a Europa en otra contienda, que se amigaran. Y se han amigado, puede que hasta demasiado. Al comienzo, mientras Alemania dividida fue lo que se llamaba un gigante económico y un enano político, la relación fue apacible. Pero, a partir de la reunificación, el peso político de Alemania ha aumentado hasta ponerse a la par con el económico, avasallando a Francia. Sobra decir a la periferia meridional.
Que se trate del Nobel de la Paz es irrelevante. Este premio está tan devaluado que más vale que no te lo den. Y, si te lo dan, no lo propales por ahí. Aparte del eje franco-alemán posando para el aplauso, han recogido el premio Van Rompuy, Durao Barroso y Martin Schulz (Consejo, Comisión y Parlamento). Tres honrados y grises eurócratas, el segundo de los cuales actuó de anfitrión en las Azores cuando el trío belicoso (Bush, Blair y Aznar) desencadenó la ilegal y sangrienta invasión del Irak. Algo sorprendente, como el hecho de que el premio se haya otorgado en Oslo y que el jurado noruego destaque la contribución de la UE a lo largo de seis décadas en los "avances de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa, razón por la cual Noruega no es miembro de la UE. 
Esa carolingia celebración coincide con nuevas turbulencias en los mercados que han reaccionado como una jaula de grillos al conocer la noticia del retorno del Cavaliere, sí el del Bunga-bunga. Y, como siempre que se acatarra alguien al sur del Europa, España estornuda. Ya está la prima de riesgo dando disgustos a Rajoy quien, después del editorial de El País, se ve obligado a pedir el rescate de modo análogo a cómo después de pedírselo Cebrián, el del millón de euros al mes, en un  artículo de julio de 2011, Zapatero adelantó las elecciones. 
Cunde la desazón en La Moncloa. De Guindos se cae de su apellido y empieza a calcular las consecuencias de pedir el rescate. Nadie se explica qué ha pasado. Se hicieron todos los deberes, incluso por exceso; se aceptaron todas las condiciones; se tragaron todos los reveses, desplantes y humillaciones. Y estamos como al principio. Mucho peor, por más endeudados. Acaban de meterse solitos en la trampa griega. Y no será porque no se les advirtiera. 
Así que, según se dice, Rajoy está pensando en dimitir. No parece propio del personaje, pero cosas más raras se han visto. Al fin y al cabo, el propio Rajoy admitirá que si presenta su dimisión al Rey  no hará sino dar forma en derecho a lo que es un hecho: es un presidente dimitido casi desde el origen. De los ministros, hablamos otro día.

dilluns, 10 de desembre del 2012

¿Qué pasa en el PSOE?

Según la dirección actual y sus seguidores, nada. Según el resto de los mortales, mucho y muy grave precisamente porque no pasa nada.
No es que todo vaya fabuloso en el mejor de los mundos, dicen los dirigentes, tampoco tan ciegos para no ver que la gente en torno suyo lo pasa mal, tiene hambre y se suicida; pero no es cosa de ponerse nerviosos. Por lo que se sabe, Rubalcaba piensa seguir con esta plácida oposición responsable que tan buenos frutos está dando ya que hace aparecer al PP como único responsable de las tropelías que está cometiendo el gobierno en todos los frentes. No hay desgaste para la oposición. En realidad, no hay oposición.
Esa placidez se gana al precio de la irrelevancia y la invisibilidad. Y de ir cuesta abajo en todos los indicadores. Aparte de perder todas las elecciones, según van llegando. A un año de un gobierno que ha incumplido todas sus promesas electorales y ha aplicado políticas durísimas en todos los campos, económico, social, educativo, etc y dañado amplísimos sectores sociales; a un año de un gobierno que parece dispuesto a sacrificar a sus ciudadanos en el ara del cumplimiento de una promesa hecha en el extranjero (sería, pues, la única que cumpliera Rajoy), el PSOE no levanta cabeza. Las expectativas del PP se han hundido, desde luego, y la popularidad de Rajoy anda por los suelos, pero eso va en la paga. Sin embargo, el PSOE lo lleva peor. Sus expectativas de voto son las más bajas de la historia y la cantidad de gente que confía en Rubalcaba es menor que la de Rajoy.
Quedarse quietos, aplazar las conferencias ad calendas y ponerse a elaborar un nuevo gran vademécum que tenga al personal entretenido no son las decisiones más acertadas. Un partido es una realidad viva, no solo un centro de estudios y un gabinete de relaciones públicas. Forma parte de una sociedad en movimiento, en cambio continuo y tiene que ir con ella porque es parte de ella, explicando los fenómenos que se dan y proponiendo decisiones. Pero nada de esto sucede. Se formulan unos etéreos propósitos de ser oposición leal al tiempo que diamantina y se dan luego respuestas parciales, concretas, esporádicas: nos oponemos a esto o aquello o iremos al TC si se adopta tal o cual medida. Pero no hay un proyecto, ni una alternativa. Ni siquiera se formula lo que debiera ser obligado, esto es, que, a la vista del calado de las reformas del PP, no votadas por nadie pues su programa decía lo contrario, a la vista del injusto expolio que está sufriendo el país con unas políticas de recortes desproporcionados y de privatizaciones sin más justificación que beneficiar a los amigos empresarios, el PSOE promete devolver al común todo lo que le está siendo arrebatado por vía de Decreto-ley.
Ha sido Tomás Gómez el único, a mi conocimiento, que ha prometido "revertir" todas las privatizaciones en sanidad si llega a presidente de Madrid. Yo no me quedaría en la sanidad, pero la iniciativa es merecedora de aplauso. Y demuestra que, contra lo dispuesto por la dirección, en el PSOE se mueven cosas, hay inquietud y una clara conciencia de que la situación no puede prolongarse, so pena de que el partido esté dispuesto a ceder a IU y otras izquierdas la tarea de constituirse en oposición real, de referencia.
En un reportaje en El País bastante decepcionante (no por el reportaje en sí, que está muy bien, sino por lo que revela) Zapatero dice, parece que con cierta amargura, que lo hecho, hecho está. Claro, maestro. Y lo deshecho también. He ahí lo lamentable, porque parte del deshecho es, si los hados no lo remedian, el propio PSOE.
Es una necesidad que se abre camino casi sin querer, como el vapor de la marmita tapada. Óscar López, secretario de Organización, parte de la dirección, concluye una visita al cementario civil pidiendo un PSOE fuerte que sea alternativa a un gobierno "mentiroso". Vale por lo de mentiroso, pero el secretario confunde el orden de los factores, cosa que suele suceder a los dirigentes: no es un "PSOE poderoso" el que será una alternativa, sino que el hecho de ser una alternativa hará al PSOE poderoso.
Bueno. Ya solo falta la alternativa. ¿En dónde está? ¿Cuál es? Gran silencio y enorme desconcierto. Tanto que alguno, desconfiando de las posibilidades a futuro, vuelve los ojos al pasado y clama por el retorno del Mesías. Enric Sopena, en El Plural, pide sin ambages que vuelva Felipe González, "solución", dice, "para el PSOE y para España". ¡Ostis, tú! pensamos los menos informados, ¡cómo deben de estar las cosas entre los herederos de Pablo Iglesias! ¡Quieren traer de líder un jarrón chino!
Es una necesidad que encuentra reflejos esporádicos cada vez más frecuentes en la militancia. El vídeo de los muchachos el otro día pidiendo perdón ha levantado ronchas y ahora son las distintas corrientes internas de descontentos las que quieren forjar una plataforma común de oposición a Rubalcaba. No son muchos, pues caben en un colegio mayor en un finde en Madrid y entre ellos no hay cargos públicos, que siempre dan más lustre, pero se hacen oír y son parte del paisaje general de inquietud que la dirección dice que no existe.
Esa misma dirección que, a pesar de su declarado deseo de seguir navegando las plácidas aguas de la oposición responsable, contempla, aparentando británica flema, cómo van despuntando candidaturas a las todavía imprecisamente lejanas primarias que Rubalcaba quiere tanto como Rajoy el rescate. Mesquida, García-Page, Chacón, un@s manifiest@s, otr@s latentes, las alineaciones se van formando. En esto, como en la vida, los procesos pueden acelerarse o retrasarse. La decisión es un albur.
Pero no me parece que el PSOE pueda aguantar tan plácidamente una larga travesía sin proyecto alternativo y sin lider claro, esto es, el líder que interesa a toda la sociedad, no solo al partido, o sea el/la candidat@ a la presidencia del gobierno.
(La imagen es una foto de Rubalcaba38, bajo licencia Creative Commons).

diumenge, 9 de desembre del 2012

Teoría de la mamandurria y el expolio.

Con un largo año de gobierno del PP, dos cuestiones son ya evidentes: 1ª) Rajoy ha incumplido todos y cada uno de los puntos de su programa electoral. Es más, en la mayoría de los casos, ha hecho lo contrario de lo que prometió. No es preciso detenerse aquí pues es materia de recordatorio constante en los medios y el debate público. No tanto lo es, en cambio, la 2ª), por la que se ve que, en el fondo, el incumplimiento del programa es indiferente a los gobernantes pues lo que estos se proponían y proponen es medrar, prosperar, enriquecerse ellos mismos y sus allegados para lo cual saquean todo lo público, lo privatizan y se lo entregan a sus amigos o correligionarios. Y lo están haciendo sin perder tiempo con refitolerías democráticas y parlamentarias. A golpe de Decreto-ley.
En el curso de este sistemático expolio de lo público hay a veces -pocas, ya que el debate teórico es extraordinariamente pobre- combates dialécticos que se libran con armas pintorescas. Hace escasas fechas, Aguirre, por entonces presidenta de la C.A. de Madrid, molesta con los sindicatos, anunció con ese thatcherismo castizo que la caracteriza, que iban a acabarse las mamandurrias. Todo el mundo entendió que se refería a los liberados sindicales y, por supuesto, todo el mundo sabía qué son mamandurrias. Es una palabra casi onomatopéyica o, como se dice en digitalandia, "intuitiva". No está claro, sin embargo, si quienes la usan la conocen o si, conociéndola, la emplean torticeramente.
Veamos: todos los liberales más destacados del PP, partidarios de jibarizar el Estado, desmantelar el Estado del bienestar, "adelgazar" la administración y la función públicas, todos, digo, son funcionarios públicos: Aznar es inspector de Hacienda; su mujer, también; Aguirre, técnica de la Administración del Estado; Ignacio González, técnico de la administración local; Sáez de Santamaría, abogada del Estado; Gallardón, fiscal; Cospedal, abogada del Estado; Rajoy pertenece a un cuerpo especial de fedatarios públicos de tipo mixto, lo cual, mira qué oportuno, también reporta beneficios. Funcionarios públicos que trabajan contra la función pública en complicidad con empresas privadas que viven de sus ventajosas relaciones con un gobierno a sus órdenes y tratan de quedarse con todos los servicios públicos a precio de ganga, en condiciones muy ventajosas de explotación y con ganancias de cine. Más tarde las empresas compensan con creces los sacrificios de estos funcionarios antifuncionarios, como lo hace actualmente Endesa que Aznar privatizó durante su mandato. Es la teoría de la "puerta giratoria", de la empresa a la función pública y de la función pública a la empresa. Y a hacerse ricos a costa del común.
Y no solo ellos: familiares, deudos, allegados, compadres, la mamandurria se extiende entre agnados y cognados. El hijo de este está enchufado como asesor en el gabinete de aquella; la hermana de aquesta otra es directora general a dedo en el ministerio de aqueste otro. Y de sueldos y gastos de tarjeta y representación no se hable. Los alcaldes de pueblos poco más que pedanías se autoasignan salarios astronómicos, superiores al del presidente del gobierno, suponiendo que este solo cobrara un sueldo, que no es el caso, pues cobra dos, por lo menos. Pero, en todo caso, que no se hable.
Para que no se hable de este imperio de la mamandurria tienen literalmente colonizados los medios de comunicación con periodistas mamandurrios que cobran una pastuqui (o varias) por flagelar las mamandurrias de los liberados sindicales.
Mamandurria por mamandurria, ¿quién es verdaderamente mamandurrio?
La política del expolio de lo público se llama privatización. El gobierno central y sus clones autonómicos, al igual que el de CiU (aunque esta lo tiene ahora algo más difícil) están dispuestos a pasar a manos privadas (a ser posibles las suyas) todos los servicios públicos y obligar a la gente a pagar por ellos. Con su ley de tasas, Gallardón quiere hacer que la justicia sea de repago y solo accesible a los pudientes, de forma que los pobres sufragan con sus impuestos una justicia a la que no tienen acceso. El mismo Gallardón, con ese aspecto de repelente niño Vicente, quiere privatizar todos los registros públicos y entregárselos los cuerpos de registradores (uno de ellos, el de su jefe, Rajoy) para que cobren tasas literalmente por todo. La excusa es que es preciso liberar a los jueces que, por lo demás, les importan una higa.
El intento de saqueo de la sanidad pública es escandaloso, suficientemente conocido y está encontrando una resistencia que no esperaban. Prueba de que no la esperaban es que no se molestaron en justificar la privatización del sistema hospitalario, pensando que bastaba con que ellos lo dijeran. Y no ha sido así. Y no debe ser así. La sanidad pública es de todos y debe seguir siendo de todos. Los sofismas de los privatizadores no convencen a nadie. Hasta es posible que el consejero Fernández-Lasquetty, responsable de este expolio, se vea obligado a dimitir y comerse su plan.
Estas medidas tienen una desvergonzada explicación dineraria: quieren hacer negocio con los registros, la sanidad. Otras, en cambio, parecen ser de otro tipo. Pero solo lo parecen. La reforma de Wert, se dice, además de la innecesaria provocación a los catalanistas, tiene un fuerte poso ideológico: se suprime Educación para la ciudadanía, se restablece la religión y se acepta la asignatura suplementaria "de peso". Vuelven los curas y, con los curas, el progreso: segregación por sexos, religión católica, el creacionismo y la inmaculada concepción. Pero, aunque parezca mentira, esto, a los curas, no les importa. Si fuera preciso, enseñarían el evolucionismo. Lo que les importa es enseñar y, sobre todo, cobrar. Lo que les importa, como a sus aliados, es la pasta. Por eso, la reforma de Wert favorece la enseñanza concertada (que es, en realidad, privada que absorbe recursos públicos) en detrimento de la enseñanza pública. O sea, la privatización, el negocio, la subvención, el trinque, la mamandurria.
El Estado subvenciona la FAES de Aznar con medio millón de euros de los que quita a los jubilados y se levanta un clamor general: ¡el Estado subvenciona una fundación que ataca las subvenciones públicas! Pues, sí y hace bien. Es su deber. Lo que no está tan bien y hasta es bastante ruin y miserable es que la FAES acepte unas subvenciones públicas a las que, para ser coherente, debiera renunciar. Además, si ese mismo Estado subvenciona también la Fundación Francisco Franco, ¿por  qué no la FAES, cuyo nombre recuerda tanto la Falange?
Todo esto, la mamandurria y el expolio generales, es legal. Y, si acabara el asunto aquí, sería lamentable pero tolerable. Lo malo es cuando, además, se cruza la raya de la legalidad, que, en el reinado universal de la codicia, del enriquecerse como sea y a costa de quien sea, se cruza con frecuencia. La cantidad de altos cargos del PP imputados en procesos por corrupción es asombrosa. La red tejida entre electos corruptos, funcionarios venales y presuntos delincuentes de la Gürtel no es más que una muestra de un estadio general de mangoneo y trinque que enlaza con la más acrisolada tradición de la picaresca nacional y es responsable de la bajísima opinión en que, con sobrados motivos, aunque no entera justicia, tiene la ciudadanía a los políticos.
(La imagen es una foto de Esperanza Aguirre, bajo
licencia Creative Commons).

dissabte, 8 de desembre del 2012

"¡Ladrona, ladrona, ladrona...!"

Momento interesante a la par que ilustrativo y muy clarificador de cómo está el país, cómo lo están dejando los involucionistas del PP. El día de la Constitución, que se celebró casi a puerta cerrada de puro miedo al cabreo generalizado en la calle, faltas de algo más interesante que hacer, las autoridades decidieron organizar una cuchipanda para celebrar el aniversario de tan excelsa norma con el dinero de todos, incluidos los no incluidos en el sarao. Fuera, había un grupo de agraviados abucheando a los políticos según llegaban, con elegante imparcialidad, sin hacer muchas distinciones, pues no está el asunto para distingos. Los invitados venían a coincidir en algo: allí estaban ellos, los electos, celebrando un año más esta Constitución de la que todos dicen lo mismo: qué buena, que flexible, qué guay, cómo ha permitido la convivencia de los españoles y qué bien nos ha traído hasta aquí, a zampar picatostes en el Senado. ¿Lo de fuera? ¿Lo de la calle? ¿Los seis millones de parados? ¿Los desahuciados? ¿Los jóvenes  sin futuro, la gente sin casa, sin trabajo, sin nada? ¿Los inmigrantes? ¿Los jubilados, discapacitados, dependientes? ¡Caramba, no venga chingando, hombre...! Son cosas inevitables de la vida. Pero la Constitución que no la toquen, que nos ha salido de cine.
A ese condumio venía a sumarse la retrechera Cospedal cuando del grupo de descontentos, casi todos ellos de Telemadrid, a punto de irse a la calle para compensar por el latrocinio de la derecha en el ente público, destacó la voz de una ciudadana, perfectamente captada por la cámara de la Sexta que decía dirigiéndose a Cospedal: "¡ladrona, que robas a los pobres para dárselo a los ricos! ¡Ladrona, ladrona, ladrona!"


Se la oye muy bien y, por cierto, con bastante alegría. Ante esto, Cospedal solo sabe balbucear un "no, no, no" porque ¿qué otra cosa va a decir? Prácticamente todo el país piensa lo mismo que esta señora. Y no solo de ella. Pero ella es figura paradigmática de esta estirpe de políticos de la derecha dedicados a saquear el país en provecho propio, casi todos funcionarios públicos. Aguirre, Cospedal, González, Santamaría.., todos funcionarios públicos empeñados en desmantelar la función pública en beneficio de empresas privadas que luego sabrán recompensarlos. Y Cospedal en la cúspide. Se estará más o menos de acuerdo con la señora en la exacta tipificación de las figuras, de si se trata de un robo y si, por lo tanto, Cospedal es o no una ladrona. Pero no cabe duda de que su comportamiento, como el de su gobierno, si no ilegal, es profundamente injusto, inmoral e indignante. Incluso en lo personal.
Tanto Cospedal como Rajoy, Sáez de Santamaría y otros cargos (también del PSOE cuando toca) cobran dos sueldos, uno con cargo al Estado, como presidenta de CLM, y otro con cargo al partido, como secretaria general pero, en el fondo, en realidad, también con cargo al Estado pues los partidos se financian con fondos públicos. Total, unos 225.000 euros anuales se levanta la moza, sin contar todo tipo de bicocas; igual que Rajoy y tutti quanti. Es legal porque no se vulnera directamente la vigente Ley de Incompatibilidades pues los partidos políticos no son órganos del Estado. Pero esto es un ardid, una artimaña, en el fondo, un fraude. A los efectos económicos sí son órganos públicos y estas gentes están cobrando indebidamente dos sueldos. Entre otras cosas porque, para poder ser presidente del gobierno o de CLM hace falta como requisito real ser jefe o subjefe del partido. Es decir, están cobrando dos sueldazos en época de miseria general. Y que esta misma Dolores Cospedal eche interinos a la calle, cierre urgencias médicas, prive a la gente de servicios y deje a los diputados de la oposición sin salario es algo que indigna a cualquiera con algo de sensibilidad. No parece ser el caso de la secretaria general del partido de los trabajadores.
Pero no acaba ahí el asunto. Es política general del gobierno emplear retóricas baratas para ocultar un latrocinio que la gente entiende a la perfección: quitar dinero a los jubilados, a los dependientes, etc, para entregárselo a los bancos, los de las autopistas, los casinos de juegos, las eléctricas, etc es ni más ni menos que lo que dice la señora "robar a los pobres para entregárselo a los ricos".
El sentir de todo el país. Por eso es tan importante que, por fin, haya salido un político de izquierda, Tomás Gómez, a decir lo que las izquierdas, todas, debieran poner como punto primero de sus programas electorales, que revertirá todas las privatizaciones del PP si llega al poder en Madrid. En Madrid y en toda España. La izquierda no puede asistir impasible al expolio de todos los bienes del común, los servicios públicos, financiados con el dinero de todos en beneficio de unos cuantos aprovechados. Y tiene que quedar claro a estos privatizadores y a quienes se beneficien hoy con estos  saqueos, que volverán a perderlos. Y no solo la sanidad: todo lo que los apandadores están rapiñando: se repondrán las sisas a los pensionistas, a los funcionarios, a los dependientes, a todos los que se ha saqueado y se financiará con la lucha contra el fraude fiscal en todos los órdenes y la mayor presión impositiva sobre bancos, empresas y grandes fortunas, así como por la eliminación de los más indignantes privilegios, como los de la iglesia católica.
Así ganará las elecciones la izquierda, defendiendo a la gente frente a los bancos, los ricos, los curas y demás depredadores.
Dejo para otro día el comentario sobre el editorial de El País de hoy, titulado Debate constituyente, una pieza cómica en la que tras repetir como un papagayo lo que todo el establishment dice, esto es, que qué buena constitución, qué sensata, moderada, razonable, a continuación dice que hay que reformarla a fondo... pero sin atreverse a señalar más que dos o tres aspectos concretos para reconocer acto seguido que no será posible reformarla por falta de consenso. O sea, sí fue una Constitución impuesta.
(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia Creative Commons).

Contra la censura de internet.

Hoy, 8 de diciembre, acción mundial en contra de la censura de los gobiernos en internet.

divendres, 7 de desembre del 2012

La Constitución y el estado de excepción.

El aniversario de la Constitución Española (CE) ha sido muy simbólico. Nada de puertas abiertas en el Congreso que aparece casi bunkerizado, rodeado de vallas policiales y enmarañado en las redes de seguridad de la renovación que había de hacerse ahora precisamente. La recepción se ha hecho en el Senado, una cámara que más parece camarilla. Fuera, un grupo de descontentos, que ya empiezan a ser parte del paisaje urbano madrileño, doquiera que vayan las autoridades y hagan lo que hagan, básicamente de Telemadrid, lanzaban insultos a voz en cuello al paso de los dignatarios: ladrones, sinvergüenzas, chorizos entre los más coreados, algo que sintoniza con un sentir popular muy generalizado: gobernante = mangante..
Ya a buen recaudo en el interior, Rajoy por un lado y Rubalcaba por el otro, han accedido a sendos breves encuentros con la prensa sin aceptar preguntas ninguno de los dos. Se habrán puesto antes de acuerdo. Francamente lamentable porque revela una falta de cintura pasmosa en dos veteranos de la política, carencia total de recursos, desprecio por la ciudadanía. Comparecencias como partes de guerra. Rajoy: la CE no se toca. Rubalcaba: hay que adaptarla a los nuevos tiempos. Desacuerdo máximo salvo que Rubalcaba crea posible adaptar la CE sin reformarla. Y de reformarla, nada, zanja Rajoy, coautor de la última controvertida reforma. Quiere decir: de reformarla, nada, hasta nueva orden. Y punto. Fuera braman las masas indignadas, la marca cataláunica está en pie de guerra. Los médicos, las profesiones jurídicas, los profesores, los discapacitados, los jubilados, los perroflautas, las yayoflautas, todos se la tienen jurada al gobierno. Sin embargo, hay dos cuestiones prioritarias: la deuda y el orden público. La primera es un albur; el segundo, depende de las fuerzas de seguridad del Estado, la policía, los antidisturbios, la guardia civil, hoy casi en estado de movilización permanente.
Mientras la situación se encrespa por momentos, el debate sobre la reforma de la Constitución se da más o menos entre estas posiciones:
  • La CE es buena, pero se incumple sistemáticamente. Un argumento muy extendido y erróneo. Si la CE fuera buena no sería posible incumplirla.
  • La CE es buena y hay que defenderla reformándola. Vale, pero no será tan buena.
  • Es buena, pero hay que adaptarla, dice Rubalcaba, y añade: y cumplirla. O sea, lo de antes, mejorado: que para cumplirla, hay que reformarla.
  • La CE fue buena en su tiempo como astuto mecanismo para que los franquistas pasaran por el aro de la democracia, pero se ha quedado obsoleta y hay que reformarla en profundidad, quizá mediante lo que ella misma llama en delicada perífrasis "revisión total" (art. 168, 1).
  • La CE es mala y hay que cambiarla por entero mediante un nuevo proceso constituyente. Es lo que dicen los del 15-M. Por supuesto, están en su derecho como Rajoy en el suyo al decir que aquí no se mueve nada. No hace falta que recurran a ese argumento de que más del 50% de los españoles no la votaron. Nadie hoy vivo en los Estados Unidos votó la vigente Constitución y son ínfima minoría quienes quieren cambiarla. Ese no es el problema.
El problema es una Constitución formal que ampara una constitución material cada vez más parecida al estado de excepción agambeniano. Y no muy encubierto. Lo substantivo de la excepción es la suspensión de derechos y el traslado de la autoridad civil a la militar. Los derechos están siendo sistemáticamente pisoteados: expresión, reunión, manifestación, intimidad, presunción de inocencia, integridad física, garantía frente a tratamientos inhumanos o degradantes. Hay además una clara transferencia de la autoridad civil a la policial, que todavía no es la militar.
Pero... ojo: ahí aparece ese general Pérez Pitarch avisando de que en el ejército se está instigando un ánimo en pro de la intervención militar en Cataluña. El toque más español a la situación es que, junto al ruido de sables, suele escucharse el susurro de las sotanas.
Por cierto, muy bien por ese Congreso Internacional contra la Represión que se celebra en el Ateneo de Madrid en donde se denuncia que las calles de la capital están prácticamente tomadas por la policía en jornadas de manifas y protestas con la finalidad de intimidar a la población e impedir el libre ejercicio de sus derechos.
(La imagen es una foto de Infinauta, bajo licencia Creative Commons).


dijous, 6 de desembre del 2012

¿Ustedes no ven que así no podemos seguir?

La ministra Bañez es un fracaso sin paliativos. Y la Virgen del Rocío, a la que se encomendó al comienzo de su mandato, no digamos. El paro crece sin contención; lo cual es lógico pues la primera medida del gobierno-llamada reforma laboral como podía llamarse hacia el pleno empleo- fue abaratar el despido. Siendo el despido más fácil, se decía, habrá menos. Lógica tan absurda debiera haber mandado a Báñez a su casa, a dar de comer a los patos. Aunque de aplicarla tal cual, lo mejor sería hacer a la ministra presidenta del gobierno. Para lo que se ve a Rajoy, no se notaría. Y se ajustaría muy bien a la lógica de su política, consistente en decir que el país se recuperará mandando al paro a los trabajadores, esquilmando los ahorros de todos, menos de los ricos y de la iglesia; friéndolos a impuestos, menos a los ricos y a la iglesia; suprimiendo todo tipo de ayudas, subsidios, subvenciones menos a los ricos y a la iglesia; empobreciendo más a ocho millones de pensionistas; y llevando a la quiebra a la seguridad social.
A Báñez se unen con entusiasmo doctrinario Mato, Wert y Gallardón, tres ministerios cruciales del Estado del bienestar. La primera deja fuera de la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles y obliga al resto a pagar lo que ya ha pagado. El segundo expulsa de la educación a l@s alumn@s de los sectores más desfavorecidos y pretende privatizar la enseñanza pública, además, desde luego, de castellanizarla y hacerla confesional a machamartillo. El tercero expulsa de la justicia a los justiciables de menos recursos, o sea la inmensa mayoría del país, que no puede acceder a la tutela judicial ordinaria.
La enemistad del gobierno hacia el pueblo es enfermiza. Montoro lleva al Tribunal Constitucional la decisión del gobierno vasco de pagar la extra de los funcionarios y además amenaza con perseguir a quienes las cobren lo cual es ya el colmo del ensañamiento. El resto de la administración en todos los niveles es un aluvión de recortes, sisas, socaliñas, tasas, gravámenes, alzas de todos los impuestos en una situación de asfixia para las familias y las pequeñas y medianas empresas. Una ruina.
Y una ruina que no sirve para nada puesto que no va a sacarnos de ella, y lo que viene es peor. En Portugal ya anuncian que la enseñanza pública (gratuita) será de pago. Igual que aquí Gallardón demostró la falacia de la lógica aristotélica segun la cual algo no puede ser ello mismo y su contrario al mismo tiempo. El ministro descubrió la justicia gratuita de pago razonando, además, para pasmo de universales gentes, que era de pago precisamente para que fuera gratuita. Y más. S&P rebaja la nota de Grecia hasta dejarla en el nivel de impago selectivo, o sea, en la insolvencia. Por el camino que llevamos, el futuro de España es Portugal y Grecia.
Con el agravante de que aquí este ataque en toda regla no ya al bienestar de la población sino a su mera supervivencia, está entreverado de delincuencia, corrupción y más presunta delincuencia. Por un lado, la gente se suicida; por otro, multitud de delincuentes, presuntos y confirmados, han estado saqueando las arcas públicas durante años. Por un lado, unos buscan de comer en los cubos de la basura y otros se gastan miles de euros públicos en festines; unos no tienen para el billete del metro y otros cobran dietas y viáticos indebidos, también públicos; unos no cobran ni el paro y otros tienen sueldos estratosféricos o acumulan salarios siempre de las arcas públicas.
El plan de privatización de la sanidad pública madrileña no se apoya en ningún estudio ni informe serio de viabilidad y eficiencia; no se ha consultado con ningún estamento afectado. Se ha impuesto como una medida política indiscutible, apalabrada sin consulta pública, o sea, en secreto, y apesta a codicia de las empresas privadas interesadas en tan suculento negocio como es la salud de los madrileños. Por eso ha encontrado esta cerrada oposición de la población y en ella debemos perseverar, incluso montando cajas de resistencia para el personal en huelga, hasta que retiren ese proyecto de expolio de la población y su responsable, Fernández-Lasquetty dimita.
¿Cuánto piensa el gobierno que puede mantener esta actitud de enfrentamiento con la ciudadanía, con toda la ciudadanía, desde los discapacitados a los jueces? Si hacemos caso a una reciente profecía de Máximo Pradera, en 2013, la Policía se negará a cargar contra los ciudadanos y entonces caerá el Gobierno. Pues a ver. Porque está claro que, habiendo perdido toda legitimidad de ejercicio, el gobierno (que no la tenía de origen, al haber incumplido su programa electoral), ya solo descansa sobre las cargas de la policía. Si esta se niega a cargar contra todo el mundo, todos los días del año, claro que el gobierno caerá. Pero, ¿y si la policía no se niega? ¿Puede el gobierno seguir enfrentado a los médicos, los jueces, los abogados, los profesores, los alumnos, los parados, los jubilados, los dependientes, los funcionarios, etc?
No es un gobierno proclive a respetar los usos y convenciones democráticas. Es autoritario, intemperante, nada dado al diálogo y la negociación, impositivo y terco. Pero en algún momento alguien le hará ver -quizá la realidad y el sentido común que invoca tanto Rajoy- que no está gobernando sino guerreando contra la población.
Por último, tiene razón Rubalcaba cuando dice que se trata de tapar con el debate sobre la lengua una reforma educativa “retrógrada”. Pues sí, también. Pero el socialista vuelve a incurrir en su peor defecto: la falta de visión de conjunto. Claro que la reforma de Wert es retrógrada y eso es algo sustantivo; claro que el paro, los recortes, el pensionazo, etc son asuntos sustantivos de los que el PP preferiría que no se hablase. Pero de ahí no se sigue que la cuestión lingüística sea un mero subterfugio, algo no sustantivo. Aunque él no lo crea o no quiera creerlo, para much@s es absolutamente decisivo. Entre ellos, sus conmilitones del PSC, que ha corrido a cerrar filas con los catalanistas. Es más, si alguien ha hecho algo por conseguir un nuevo tripartito catalán, CiU, ERC y PSC, ha sido Wert. Conviene que Rubalcaba se acostumbre a ver la realidad en toda su complejidad y no con las anteojeras de su centralismo que van a costar un disgusto a su partido.

Programa de La Tuerka sobre la tortura.


No todas las teles son iguales. Dura una hora.

dimecres, 5 de desembre del 2012

Están destruyendo el país.

Fina la declaración de Rajoy. El Estado no puede garantizar los derechos de nadie mientras no garantice la sostenibilidad de sus cuentas públicas. Pero, para garantizar esa sostenibilidad, pueden aplicarse políticas económicas muy distintas. Eso es, sin embargo, lo que el gobierno niega al esgrimir la famosa teoría de que "no hay alternativa" a lo que él hace. Algo tan viejo que tiene conocido nombre; es lo que en inglés se llama principio TINA (There Is No Alternative) , siempre falso, sea en inglés o en español. Siempre hay alternativas. La cuestión es si también voluntad de identificarlas. Y, aunque no las hubiera, pasado un tiempo de ver que la pretendidamente única no funciona, será preciso inventarlas. Hace un año de la famosa reforma laboral de Rajoy y su resultado ha sido el contrario al prometido: un millón más de parados y, de los contratos, menos de la mitad son indefinidos. Habrá que buscar una alternativa, ¿no? ¿O pretende el gobierno esperar otro año?
La acción del gobierno en un punto, claramente atolondrada, dando palos de ciego con sucesivas improvisaciones, provoca desastres sin cuento en otro punto. Dejar sin cuidadores a los discapacitados y suprimir las ayudas a los dependientes lleva la seguridad social al borde de la quiebra. Es que están cargándose literalmente el país a base de una mezcla de granujería e incompetencia. No solamente han reducido las pensiones de jubilación en unos cuatrocientos euros y pico anuales sino que han metido mano con todo descaro en la caja de reserva de las pensiones y dos veces. Es decir, están pagando a los pensionistas (y, de paso, muchas otras cosas) con los ahorros de los propios pensionistas. Y el argumento es que para eso están. Y no, no están para que cuatro irresponsables los saqueen. 
Al parecer, garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas significa saquear los ingresos de los sectores sociales menos favorecidos. Como depredadores hambrientos, las autoridades le sacan el dinero a la gente del bolsillo con mil y una socaliñas, impuestos, tasas, retiradas de subvenciones, más gravámenes, etc. En donde haya dinero, irán a pillarlo. Pero no a los paraísos fiscales, en donde están las grandes fortunas que defraudan impuestos en cantidades suficientes para resolver la crisis española. La connivencia del gobierno con los bancos, que son los responsables de la crisis, es llamativa. Hasta se inventa una triquiñuela legal para que las comunidades no puedan imponer ningún tipo de gravamen a la banca.
Y eso en lo material. En lo espiritual, el destrozo que está causando la obtusa obcecación de Wert en "españolizar" Cataluña no tiene comparación con nada. Es el problema cuando la necedad se hace arrogante. Por españolizar, desde luego, hay que entender castellanizar, salvo que se esté diciendo que Cataluña no es España. Pero eso no puede ser porque estos patriotas rugen ante la idea y afirman que los catalanes son españoles y, por lo menos, sostiene el ministro Wert, deben estar tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes. Así, porque lo dice él, convencido de que se puede legislar sobre los sentimientos.
Ya fastidia bastante este patriotismo carcunda que siempre la toma por la fuerza con los más débiles. Si tantas ganas tienen de retornar a la España imperial, que recuperen Gibraltar y dejen de destruir el país a base de enfrentar a sus pueblos.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimarts, 4 de desembre del 2012

Contrapunto.

La portada de El País es gloriosa. Revela el sentido profundo de este turbulento final de reinado. Porque es final de reinado, muchachos. El Rey no da para más con tanto pasar por el taller como dice él con ese humor borbónico cuya gracia está en su falta de gracia. Cualquier día de estos no pasa la ITV (el humor borbónico es democrático, está al alcance de todos) y hay que darlo de baja. Mira que no es buen momento con el yerno/cuñado chapoteando en un lodazal de revistas del corazón. Pero habrá que cambiar de Rey. Y eso sí que será el fin de la transición.
A la portada. Es una interpretación del sentido de nuestro tiempo, pero, a su vez, hay que interpretarla porque está en clave, incluso subconsciente. Veamos. Este es un gobierno que, en efecto, endurece la ley. Pero ¿para qué? ¿Para perseguir y castigar la oleada de delincuencia de cuello y sepulcro blanqueado? ¿Para procesar a los especuladores, estafadores, malversadores, levantadores de bienes, evasores de grandes fortunas, blanqueadores de fortunas aun mayores, traficantes de influencias, comisionistas ilícitos, corruptores, corrompidos y demás ralea de ringorrango? Ni hablar. La ley se endurece para imponer opciones ideológicas, reprimir la discrepancia, acogotar a los discrepantes. Wert lleva un calendario de endurecimientos legales copioso: en educación, en propiedad intelectual, en cultura; pero también endurece por motivos ideológicos el ministro de Justicia, que niega el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad y dificulta o imposibilita el derecho a la tutela de los tribunales; y la ministra de Sanidad, que excluye de esta en mayor o menor grado a mucha gente; y la de Empleo; y no se hable ya del de Interior, para quien cualquier ciudadano que ande por la calle es un potencial sospechoso.
¿Endurecer las leyes para perseguir el crimen? Pero ¿cómo van a hacerlo quienes conviven con él, muchas veces sabiéndolo e, incluso estando en relaciones con él? La Gürtel (cuya unidad de investigación se ha apresurado a desmantelar el gobierno) ¿no es una coyunda de presuntos delincuentes con diversos cargos políticos de casi todos los niveles? Este Díaz Ferrán hoy acusado (presunción de inocencia por delante) de todo tipo de sonrojantes delitos, ¿no era el gran mago de la Babilonia empresarial y hombre de trato íntimo con la presidenta de la Comunidad, a la que consideraba, en recio castellano, cojonuda.

Un breve aparte. ¿Soy muy mal pensado si me malicio que la repentina e inexplicada dimisión de Esperanza Aguirre hace unas fechas tiene algo que ver con este lunes Chicago años 30? Vamos, algún alma caritativa que le haya sugerido la conveniencia de esfumarse a la vista de los inmediatos destinos procesales de este patrón de patrones, este mecenas que donó 240.000 euros al PP y, según parece, alimentaba la caja de la Fundación FUNDESCAM, cuya última responsable, le guste o no a Aguirre, era ella misma.

Esa es la cosa. Leyes duras para la represión ideológica, política, de orden público y laxas y sin aplicar para ese magma de mercado y políticos más o menos corruptos pero siempre a su servicio. Esos mercados, sus ideólogos y los políticos que los sirven claman contra todo tipo de normas y regulaciones (claro) y prefieren aplicar el sano principio neoliberal de "a quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga". Para todos menos para ellos pues, cuando Dios no la da, obligan a San Pedro a bendecirla. El Estado no puede ayudar a los discapacitados, los dependientes, los jubilados, etc. Pero sí puede ayudar a los bancos, a los fabricantes de coches, los negociantes de las autovías, la iglesia católica.
Ese reinado general de la corrupción está alimentado por el comportamiento inmoral de los gobernantes. Entendiendo por inmoral la práctica de decir una cosa y hacer otra, a veces la contraria. El paradigma, Rajoy y su famoso programa incumplido punto por punto. Pero igual pasa con Esperanza Aguirre cuando anuncia su intención de acabar con las mamandurrias, siendo así que tanto ella como su equipo de gobierno son mamandurrianos de luenga estirpe. Aguirre tiene colocados como asesores en órganos políticos regidos por el PP a algún familiar. La supera con mucho su sucesor, González, quien tiene enchufada  media familia en el ámbito público, político, administrativo. Cospedal, quien priva del sueldo a los diputados de Castilla La Mancha y rebaja los de los funcionarios, cobra dos. Como hace el presidente del gobierno y es costumbre, al parecer, entre políticos con cargo electo y puesto en el partido. Quizá legal pero inmoral. Sobre todo en los tiempos que corren. Los sueldos, primas, pluses, bonus estratosféricos que se llevan los gestores de las cajas a las que han dejado en la ruina, con perjuicio, puede que doloso, a cientos, miles de pequeños ahorradores o impositores, ahora empiezan a verse como lo que son: delitos. Y es tal el descaro y la desvergüenza de los gobernantes que venden como una conquista la corruptela de dispensar del cumplimiento de la ley a quien tiene dinero. Lo que se está haciendo con Eurovegas es simplemente una operación mafiosa en la que se ha suprimido el intermediario gangsteril. Ahora es la autoridad quien trata directamente con los propietarios de los garitos ilegales.
Contrapongamos la realidad de la vida de aquellos sectores directamente afectados por las medidas de este gobierno: los trabajadores, prácticamente ya todos en precario por cuanto el despido es casi gratis; los parados, con un millón más, muchísimos de ellos sin prestación que sobreviven merced a las redes familiares y sociales de asistencia; los desahuciados y a punto de desahuciar, decenas de miles ya con algunos suicidios; los funcionarios con sus sueldos congelados, mermados y ahora reducidos en la paga extra; los jubilados con su pensión asimismo reducida pero teniendo que pagar más por la sanidad y los medicamentos; los dependientes, que seguirán siéndolo, pero sin poder pagar el alivio; los discapacitados, cuyos cuidadores ya no existen en los presupuestos. Y sigan.

Otra breve digresión. La manifa de discapacitados del domingo fue impresionante. No sé cómo el gobierno -todos sus componentes devotos cristianos- no se esconde debajo de una piedra. Debe de ser la pimera vez que hay una manifestación así. Y este país, tan dado al humor negro, estilo Azcona, ha contenido el aliento, sobrecogido. Es muy duro ver una masa de sillas de ruedas.

Lo que está pasando con los hospitales es increíble. La sociedad en pie de guerra contra el último expolio. El sórdido intento de la derecha de privatizar el servicio público esencial de la salud, de hacer negocios con la salud de la gente.
Y, como colofón, dediquen un tiempo a considerar el personaje, el de "hay que trabajar más y ganar menos", el empresario de cabecera de Aguirre. Con un kilo de oro en su casa y habiendo, al parecer, evadido una cantidad de millones a Suiza para no pagar aquí a los acreedores. Para no pagar a los acreedores, entre ellos, probablemente much@s trabajador@s que trabajaron más no para ganar menos sino para no ganar nada.

dilluns, 3 de desembre del 2012

Los discursos de la izquierda.

No se hizo el día del Señor para el descanso de los partidos. Es el elegido para los actos colectivos de afirmación del grupo. Nuevos enfoques. Aires renovados. O tributo a viejas oriflamas. ¡30 años del cambio! Pues da la impresión de que lo más cambiado son los agentes del cambio. Qué bien te ves. Por ti no pasa el tiempo. Estás hecho un chaval. Bueno, tengo mis achaques. Y quién no. Etc. Bonito, entrañable jolgorio el del PSOE. Aun así, conviene vigilar lo que se dice para no provocar más confusión de la que ya hay. Porque vaya discursos paralelos los de Felipe y Rubalcaba.
Felipe pidió a los presentes, especialmente, imagino, a la dirección un "programa ilusionante para recuperar la vocación de mayoría" o algo así de alambicado que se puede decir más a la pata la llana: "que ganéis las elecciones". "Como si eso fuera tan fácil", suspira Rubalcaba para su coleto. Y luego viene la andanada teórica, la filípica política: "hay que recuperar el centro". Pero si el centro es lo único que le queda al PSOE, ya que la izquierda se le ha ido a la izquierda y/o a la abstención.
"No hace falta recuperar el centro", piensa Rubalcaba, "lo necesario es recuperar la izquierda." Eso es lo que oye a sus asesores día y noche: con esta crisis bestial, la sociedad está radicalizándose; hay que ir al compás de los sentimientos de la gente o perdemos la clientela en brazos de IU.
"Por cierto", hace un aparte Rubalcaba dirigiéndose a los espectadores, "vaya morro el de Felipe de decir que esta crisis no es peor que la de los años 80 con la reconversión industrial. Si aquello fue coser y cantar, comparado con esto. Además de que no es lo mismo afrontar la crisis en el gobierno que en la oposición."
"¿Radicalizarnos?", pregunta el secretario general, "Pues claro. Tenemos sensibilidad. Vamos al reformismo radical. El PSOE es anticapitalista porque el capitalismo ya no produce riqueza."
Eso del "reformismo radical" o "radicalismo reformista" es como el federalismo, ideas, lemas alguna vez usados y arrinconados luego en los desvanes de los recuerdos. Pero jamás experimentados. Sirven para invocarlos pero no están necesitados de visibilidad material. Lo curioso en el parlamento rubalcabiano es el repentino anticapitalismo. Eso sí que es irse a la izquierda. Al anticapitalismo de Olivier Besancenot en Francia y sus conmilitones de raigambre trostkista en España. Sin duda, no es la intención de Rubalcaba. Pero el término ahí está y algún contenido habrá de tener, salvo que se trate de una explosión ex abundantia cordis en esa entrañable conmemoración en la que alguien de su entorno señalaba seguramente con lágrimas en los ojos que era la primera vez que se reunían todas las generaciones del PSOE, todas las sensibilidades.
Pero el término anticapitalista es muy característico. A lo mejor responde a algo concreto. Hace años todo el mundo aceptaba la necesidad de refundar el capitalismo; después, silencio. Quizá el término de Rubalcaba traduzca la intención de dotarlo de algún contenido.
La otra izquierda, que tampoco descansa, ha tenido una asamblea de los militantes de Madrid. Tres candidaturas y ha ganado la oficialista llamada "continuista" de Eddy Sánchez (404 votos) para desconsuelo de las otras dos candidaturas rivales, presumiblemente "renovadoras", la de Esther Gómez (290 votos) y la de Tania Sánchez (97 votos). No es fácil discernir las diferencias entre las dos perdedoras fuera del aroma personalista que despiden. Aplicando criterios de ciberpolítica, de l@s tres candidat@s la más activa en Twitter es Tania Sánchez, con 10.000 tuits y 11.000 seguidores. De muy lejos viene Esther Gómez, con 1500 tuits y 666 seguidores. De hecho, me he convertido en seguidor para que pasara el número de la bestia. Por último, me da que Eddy Sánchez no tiene cuenta en Twitter, ni siquiera en Facebook. Así que, aplicando la lógica, deduciremos que, cuanta mayor es tu presencia en la red, menor tu respaldo en votos en tu propio partido. Algo que los ciberutópicos, entre los que me cuento, jamás aceptaremos. Hay otros elementos que influyen en ese resultado electoral, más relacionados con las inercias de los aparatos de los partidos. No obstante, Eddy Sánchez debiera abrirse cuenta en Twitter. Estoy seguro de que su propósito de luchar por el pleno empleo en Madrid despertará mucho interés.
El otro cónclave de IU ha sido en Extremadura, en donde la asamblea ha reelegido al coordinador Pedro Escobar, el artífice de la táctica de apoyar al PP. La Asamblea hubo de repetirse por decisión de los órganos federales, cosa que Escobar tachó de "guerra sucia" y la tensión se masca en el ambiente. No es de extrañar que al coordinador lo traicione el subconsciente de modo cómico. Lo que sí parece cierto es que tiene el orgullo disparado, frisando ya en la soberbia, cuando dice que pueden tumbar el gobierno cuando quieran ellos no cuando quiera el PSOE. Tiene cierta obsesión con el PSOE, lo cual quizá no le deje ver que su posición es muy vulnerable, mucho más de lo que cree. En efecto, es el supuesto más simple de los juegos de n jugadores, que no tienen punto de equilibrio. Bastaría con que Fernández Vara y Monago llegaran a algún acuerdo para que Escobar y sus camaradas pasen de ser imprescindibles a no ser necesarios ni para calentar los asientos. La decisión de Extremadura da mucha visibilidad a Escobar, pero deja vacío el discurso de la izquierda.

diumenge, 2 de desembre del 2012

¡Vuelve, Felipe!

Treinta años después. ¡Cuánta nostalgia! parecen decirse las maltrechas huestes socialistas ¡Qué jóvenes éramos entonces! ¡Qué bien lo hicimos todo! Franco nos lo había puesto a huevo y los franquistas estaban huidos, escondidos en sus madrigueras. No como ahora, que vuelven a gobernar. ¡Qué grande fue Felipe! ¡Qué adelanto experimentó España con su mandato! Bueno, con su mandato y un contexto internacional muy favorable. Porque Felipe no solo tenía carisma, sino que contaba con a simpatía circundante para sacar a España de la letrina cuartelaria con olor a sacristía en que la tenía la derecha. Poseía el andaluz tanto carisma que todavía le dura. Hasta el extremo de que, a día de hoy, tiene más que el frustrado Zapatero y el deslucido Rubalcaba juntos. Por eso este acto de homenaje al líder, frisando el culto a la personalidad más camp que quepa imaginar, está muy justificado. La escenificación ha sido magistral. Predominio del rojo. No se repite el lapsus freudiano de algún último acto multitudinario del PSOE teñido de azul gaviota que solo podía apuntar a las afinidades electivas de Rubalcaba con los del otro lado. En el escenario, unos cómodos sillones, una intimidad multitudinaria, una cercanía acogedora ante la muchedumbre. Línea directa de mando: de Felipe a Rubalcaba en un acto de unción simbólica del que ha desaparecido el amargo interregno zapateril y el propio Zapatero, relegado al desván de los recuerdos dolorosos. Rubalcaba fue ministro con los dos, con Felipe y con Zapatero. Pero de lo que se trata aquí es de enfocar el 30º aniversario y la translatio imperii en la figura de Rubalcaba.
Está bien esto de recordar fastos y esconder nefastos. Es una costumbre que arranca de la Roma imperial y siempre da buen resultado... salvo que tenga competencia. Porque el homenaje a Felipe y la consagración de Rubalcaba según los ritos de la ciudad antigua se ha visto deslucido por dos poderosos aldabonazos en la conciencia de la militancia socialista, de siempre más radical que su dirigencia.
El primero es la jornada de lucha por la sanidad pública y la manifa de los discapacitados en Madrid. Hoy la acción estaba más que nunca en la calle, en pro del Estado del bienestar que esta panda de mercenarios de la derecha pretende apropiarse para enriquecerse ellos mismos y sus parientes, amigos y enchufados a golpe de decreto y de imposición. Tiene gracia que los sociatas se reúnan a celebrar el recuerdo de sus gorias antañonas, cuando ponían los cimientos del Estado del bienestar que estos neofranquistas están hoy desmantelando y no se les ocurra siquiera no ya ir a las manifas en su defensa, sino enviarles un recuerdo y un mensaje de apoyo. Tenía razón Rubalcaba hace unos meses: no fueron capaces de pinchar la burbuja en su día. Y no lo fueron porque vivían en ella. Y en ella siguen. Según el crítico Palinuro en su entrada de ayer, dedicados a la meditación zen.
El segundo es el sondeo de Metroscopia de El País de hoy en el que se certifica que prosigue el hundimiento de los dos grandes partidos. El PP pierde 13,3 puntos (pocos me parecen) y se queda en un magro 31,3% en intención de voto y el PSOE pierde 6 puntos y se queda en 22,7% que debe de ser la cota más baja jamás alcanzada. Frente a estos datos de feroz granito, las oriflamas de vetustas batallas mueven a risa. El 85% de los ciudadanos desconfía tanto de Rajoy como Palinuro; o más. El 15% restante debe de estar compuesto por gente que no lo conoce o parientes suyos. Pero la valoración de Rubalcaba va a la par: el 81% no se fía de él. Empeñarse en conducir su inexistente proyecto a la victoria con un 81% de la opinión en contra es como querer destruir la muralla china con un destornillador. Y, pregunta Palinuro con su habitual tendencia a fastidiar: ¿qué resultados se obtendrían si Metroscopia, además de preguntar por Rajoy y Rubalcaba, preguntara también por Felipe y Aznar? ¿Hacemos apuestas? No tengo duda de que Felipe ganaría a Aznar y ambos dejarían por los suelos a sus dos segundones. El País podía intentarlo en el próximo sondeo solo por entretenernos y para dejar claro que, como en el famoso cuento de Henry James, una cosa es lo que hay y otra, the real thing.
Así que, en estas condiciones, el acto-homenaje (al que Palinuro se hubiera sumado de haberse planteado en términos menos repelentes) no es otra cosa que una escenificación de un acto fallido. El de ¡vuelve Felipe! que, como el de ¡vuelve Aznar! en la derecha, refleja el profundo sentir de esos entes magmáticos que son los dos partidos mayoritarios. Pero Felipe, como Aznar, no puede volver. Igual que no pueden hacerlo Arturo, ni Tupac Amarú, ni el Rey Sebastián, ni (gracias a los dioses), Adolf Hitler o el padrecito Stalin.
Está bien esto de montar espectáculos camp. Pero estaría mucho mejor que el PSOE renovara ya una dirección de la que la ciudadanía (entre ella, su propia militancia) no se fía, se remozara, rejuveneciera, saliera a la calle, se mezclara con la gente, se enterara de lo que sucede, de cómo la población está siendo agredida, reprimida, empobrecida, esquilmada, estafada (en parte por culpa directa suya), de cómo está reaccionando, y se hiciera visible en esta lucha que será la base de las decisiones que se tomen en las elecciones de 2015.

La batalla de los hospitales y el socialismo zen.

A la izquierda, la sábana que cuelga Palinuro en seguimiento de la recomendación del personal sanitario que defiende la sanidad pública. No podemos perder esta batalla. Hay que apoyar a los médicos y al resto del personal de los hospitales públicos. Conseguir que sigan siendo públicos. Sin caer en las trampas y señuelos de los sofistas de la privatización. Es un expolio de la colectividad mediante el que se entregan a unas empresas privadas unas infraestructuras fabulosas por las que no han pagado nada para que hagan negocios opíparos. En definitiva, negocios a costa de nuestra salud.
Hasta la fecha el gobierno de la C.A. de Madrid no ha mostrado un solo estudio independiente que pruebe el ahorro o la mayor eficiencia de la privatización. Ni ha consultado una sola vez con los estamentos afectados. Ha impuesto un plan poco menos que secreto, probablemente pactado con las empresas y sin información pública creíble. Es una decisión política que queda en evidencia cuando el responsable del plan de privatización, el consejero de Sanidad, Fernández-Lasquetty, espeta a un entrevistador que "no hay negociación posible". Fina sensibilidad democrática. Todo el mundo a callar y a hacer lo que yo diga, aunque no esté fundamentado en nada sino en mi deseo de enriquecer a mis amigos a costa del derecho a la salud de la población.
No, no podemos perder esta batalla y el señor Fernández-Lasquetty debe dimitir.

En mitad de este fragor, con el conjunto de la sociedad convulsa por todo tipo de conflictos, sociales, territoriales, profesionales, etc, el PSOE se esfuerza en emprender el camino de la suma perfección budista, alcanzar la imperturbabilidad absoluta que lo lleve a fundirse con la nada, a suspenderse en el cosmos. Cuenta El País que el pasado 16 de diciembre, antes pues de las elecciones catalanas, Rubalcaba reunió discretamente en Madrid a los barones de su predilección junto a otros altos cargos también cercanos en cuerpo y alma para arbitrar huis clos la marcha del partido en los próximos dos a tres años: nada de agitaciones internas, nada de cuestiones orgánicas, primarias o no primarias, nada de nombres y cargos: paz, ataraxia, quietud, nirvana. Necesitamos sosiego, apartamiento del mundo para la gran obra de regeneración ideológica que espera en un magno congreso en enero dedicado a las cosas de la teoría. Hay que reaparecer portando una nueva oferta a la ciudadanía, algo que permita al partido recuperar la confianza del electorado.
La dirección ha encargado a Ramón Jáuregui la tarea de poner negro sobre blanco el prodigio de la nueva Ave Fénix. Jáuregui ha reunido una nutrida cuota del estamento pensante -son, parece, trescientas cabezas- dividido en especialidades y se encargará luego de sintetizar sus propuestas y conclusiones en un documento programático. Algo que recuerda el extinto Programa 2000 que no pasó de la crisis de 1992. Ahora se pretende que la crisis no sea la enterradora, sino la partera de la nueva criatura a la que, por seguir la costumbre, podrían bautizar Programa 3000. Ya se sabe que estos programas no duran tanto, aunque tampoco suelen ser tan efímeros como el último de Rajoy. Para todo esto se requiere la paz, el olvido de un convento zen.
¡Esos jóvenes que han salido con un vídeo pidiendo perdón! Jáuregui les echa una paternal reprimenda. Lo del perdón está fuera de lugar. Quietos todos que hay que reflexionar. Sin embargo, los penitentes vuelven al ataque y es la consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta de Andalucía, Díaz Pacheco, la que pide perdón en nombre propio y en el del presidente Griñán por haber reformado la Constitución sin consultar a la ciudadanía. No sé si Jáuregui estará de acuerdo pero esto es más que pedir perdón; esto es adelantar y sacar al ámbito público un debate que muchos quisieran interno y, a ser posible, que ni lo hubiera. Con tanto ruido es imposible alcanzar la perfección zen, consistente en la más absoluta inacción.
Téngase en cuenta que esa realidad conflictiva, con un gobierno que agrede sistemáticamente al pueblo y un pueblo que empieza a organizarse en formas de autodefensa, están produciéndose hechos que tendrán su influencia después en los resultados electorales de las izquierdas. De momento, la percepción que tiene la ciudadanía es que los únicos que están haciendo frente de verdad a las agresiones del gobierno son los de IU. Esa iniciativa que han tenido de querellarse contra Cristina Cifuentes por intentar criminalizar el ejercicio de los derechos constitucionales es magnífica y merece el aplauso y el apoyo de todos los demócratas. Hay que parar esta maquinaria de represión que nos viene encima en todos los niveles, físicos y mentales. Y los únicos que están presentes claramente en las movilizaciones de resistencia son los de IU. Esto recuerda los tiempos del franquismo cuando quien quería luchar contra Franco tenía que ingresar en el Partido Comunista, que era el único que lo hacía. Como ahora con el neofranquismo.
Eso es lo que tenía que hacer también el PSOE, aparte desde luego de la refundación ideológica: estar en la calle, ayudar a la gente que, según reconocen sus dirigentes, lo está pasando mal, pronunciarse sobre los abusos del gobierno y oponerse a ellos, combatirlos en el Parlamento y en los tribunales. La versión catalana de IU propone una conferencia de unión de todas las izquierdas para hacer frente a las políticas de expolio, que el gobierno llama de "austeridad". Ignoro si considera de izquierda el PSC, pero eso es lo que debía de estar haciendo el PSOE: convocar una conferencia unitaria de la izquierda en busca de una plataforma común de lucha contra la gestión neoliberal de la crisis con arreglo a la cual esta la pagan los sectores más desfavorecidos. Dejen el zen para otro momento.
(La imagen es una foto de Jessie Pearl, bajo licencia Creative Commons).


dissabte, 1 de desembre del 2012

Pensiones: incumplir la palabra y la ley.

Hasta la fecha la crisis provocada por la codicia de los especuladores financieros y los bancos vienen pagándola los inmigrantes, los trabajadores en general, los funcionarios en particular, los parados, los jóvenes, los dependientes y los jubilados; los sectores mayoritarios y más débiles de la sociedad. No la pagan los especuladores ni los directivos de las entidades que han arruinado. Lo hacen los más desfavorecidos. Algunos, por partida doble, con un repago, como los jubilados, quienes ven mermar de hecho sus ingresos por un lado y, por otro, se les aumenta el gasto con un repago más de medicamentos, por ejemplo. Son medidas que están haciendo la vida muy difícil, si no imposible (los suicidios a causa de los desahucios) a millones de personas. Es un ataque en toda regla al bienestar de la población.
Y fundamentado en una serie de mentiras, en un incumplimiento flagrante de los compromisos electorales. Las hemerotecas rebosan de testimonios escritos y orales de cómo Rajoy aseguró que no haría lo que después hizo. El más llamativo, por ser además el último incumplimiento, es el referente a las pensiones. En varias ocasiones dijo el hoy presidente que no las tocaría y que las revalorizaría; lo dijo en la campaña electoral por la televisión ante millones de españoles y lo repitió luego en su discurso de investidura ante los diputados.
Ha sido la mentira última, la que todo el mundo esperaba pero no por ello menos chocante y menos vergonzosa. Ya el hombre se había despojado de toda dignidad cuando reconoció que estaba dispuesto a hacer lo contrario de lo que había dicho si creía que las circunstancias se lo demandaban. Es aquello del "principio" NHA o "no hay alternativa". Lo prometí, pero la realidad no me deja cumplir mi promesa. Es la típica ignorancia del mendaz, quien no sabe o finge no saber que el valor del cumplimiento de la palabra dada reside en el hecho de honrarla en condiciones adversas. 
¿Y por qué aseguraba Rajoy con tanta contundencia que no haría lo que pensaba hacer, lo que seguramente tenía ya decidido hacer? Porque los pensionistas son más de ocho millones de votos. Muchos de ellos eligieron PP fiados en su palabra. Y los ha defraudado, los ha engañado. Su victoria electoral no vale nada pues se consiguió mintiendo a los electores y la victoria electoral es lo que le autoriza a tomar las drásticas, crueles medidas que está tomando.
Además de incumplir su palabra, Rajoy incumple la ley puesto que por ley estaba garantizado que las pensiones se revalorizaban automáticamente con el IPC de noviembre. Un incumplimiento que se hace también por ley. Rajoy sigue gobernando por decreto, en una clara deriva autoritaria y por Decreto-ley ha decidido incumplir la ley vigente. Sáez de Santamaría habla de suspensión de esta. Por supuesto, todo incumplimiento no sancionado supone una suspensión de la ley: todo el que quebranta la ley la suspende. Es un curioso y típico modo cumplir la ley, cosa que exige siempre la derecha de modo perentorio a los demás. "La ley", decía recientemente la alcaldesa Botella, "está para cumplirla". Ella misma, la derecha, la cumple siempre porque, cuando no le gusta, la cambia (como hizo con la ley de RTVE) o la suspende. Todo esto debiera estar en consideración de los tribunales pero no sucederá porque la llamada judicialización de la política es un rasgo de la derecha que no comparte la izquierda.
Es terrible lo que está pasando. El país, gobernado por unas gentes que todo lo cifran en estar en el poder, pero no saben lo que hacen. El hecho de entrar a saco por segunda vez en el fondo de reserva de las pensiones para pagar estas y escuchar a continuación a la vicepresidenta del gobierno afirmando que "las pensiones están garantizadas" pone lo pelos de punta. Especialmente cuando se entera uno de que, habiendo llegado al cupo de adelanto del fondo en 2012, han tenido que modificar otra ley para tener acceso al fondo de 2013. Es decir, van a "adelantar" las pensiones de diciembre con cargo a 2013 porque ya se han fundido todo lo que tenían para 2012 dedicándolo, además a los fines más variopintos con el típico argumento de broker de que esas reservas están para eso, para destinarlas en donde hagan más falta.
Son capaces de destruir el sistema entero de la seguridad social.

divendres, 30 de novembre del 2012

Nuevo libro de Palinuro.


Palinuro está como unas castañuelas. La madrileña editorial Los libros de la Catarata acaba de publicarle una recopilación de trabajos de él mismo y de otros dedicados al proceloso mundo de la comunicación política en internet, el ciberespacio, la ciberpolítica, las redes sociales, las multitudes inteligentes y otras rutilantes estrellas del nuevo universo digital. Es el que se ve en la no muy buena foto de la izquierda. Todavía no ha llegado a librerías, pero no tardará en hacerlo. Para quien quiera datos de la editorial, los autores o el precio, se encuentran en la página que le dedica la editorial. Por cierto que en la información aparezco yo como autor único, prueba de que tengo enchufe. Eso no es así: soy un modesto compilador, junto con Ismael Crespo. Lo que hay mío propio en el libro, aparte del curre de leerlo, homologarlo y corregirlo, es un capítulo sobre Lo público, lo privado y lo secreto en internet, en el que se plantea lo que los lectores del blog saben de sobra: que internet supone un cambio de paradigma del sistema político, en cuanto ámbito público de debate en el que solía haber dos zonas exentas: lo privado y lo secreto, cuya relación con aquel está cambiando a gran velocidad.
El libro recoge las ponencias que se presentaron en el I Congreso de ALICE (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales) hace unos meses en la Fundación Ortega y Gasset de Madrid, aborda las cuestiones candentes del oficio del comunicador o comunicólogo y trae lo último de lo último en cuanto a análisis de redes sociales, su impacto en la comunicación y la movilización políticas, singularmente el caso de Twitter, al que se dedican algunos muy notables estudios. Nada de extraño si se piensa que esta red de microblogging está revolucionando la forma en que se forma y evoluciona la opinión pública. Todos los grandes comunicadores están en Twitter e interactúan con sus seguidores. De ahí que la expansión de esta red (con apenas seis años en España cuenta con más de cinco millones de usuarios y está desplazando a Facebook en bastantes aspectos) haya despertado el interés de los investigadores más jóvenes y audaces. Así, la cuestión central que se trata es una reformulación de la vieja afición profética de las ciencias sociales, articulada en una pretensión que, de realizarse, daría un vuelco completo a todas las actividades demoscópicas, la de si es posible predecir los resultados electorales analizando Twitter. Parece que va ganando la posición negativa de momento, aunque el reto queda pendiente. Y, desde luego, lo que ya nadie niega es la importancia de esta red en el conjunto del sistema político.
Hay un bloque de trabajos dedicado analizar el impacto de las redes sociales y el efecto de la política 2.0. Son estudios que suelen poner de manifiesto cómo la gente, los ciudadanos, los votantes, se han adaptado a las nuevas exigencias del ciberespacio y la ciberpolítica mientras que, sorprendentemente, los dirigentes, los políticos, los líderes, son mucho más reticentes a hacerlo, no aprovechan las posibilidades que se les ofrecen (salvo contadas excepciones, por supuesto) y, al contrario, producen un aumento de la desafección política que pretenden combatir. La verdad es que estos agentes harían bien en leer el libro. Contiene enseñanzas, advertencias y consejos muy productivos para todos los órdenes de la actividad política, sobre todo el nacional y el municipal.
Los de la editorial me dijeron que querían llegar a la "campaña de Navidad", probablemente en la idea de que alguien pueda regalar el libro. No se me alcanza cómo haya quien pueda jugar a Papá Noel o Reyes Magos, según la tradición, con un libro así, pero cosas más raras se han visto. Si se puede regalar una Barbie o unas pantuflas, no se ve por qué no un libro de comunicación política. Al fin y al cabo, desde que el feminismo ha postulado, con hartísima razón a mi entender, que lo personal es político, a lo mejor no resulta tan disparatado obsequiar a alguien con un ejemplar de la obra para que se replantee su vida particular. ¿Por qué no?
En todo caso, estamos preparando una presentación que haremos en la segunda quincena de enero próximo bien en el centro cultural Blanquerna, bien en la librería Juan Rulfo y que comunicaré en su momento porque siempre es grato reunirse con los amigos, sobre todo en un año que comienza.

La tortura.

El ministro de Justicia, otrora Gracia y Justicia, ha perdido el oremus. Esa contumacia en el indulto a unos mossos condenados en firme por torturas, con doble refutación a los tribunales, casi apunta a la prevaricación. El ministro ha querido aguar el problema presentándolo como un conflicto de competencias. Quizá algunos de los doscientos jueces y magistrados que han protestado públicamente por esa medida de gracia lo hayan hecho movidos por celo jurisdiccional. Pero no cabe duda de que la gran mayoría se alza contra un atropello del derecho. Se nota en que califican el indulto de inmoral.
Y lo es. Este gobierno, igual que el anterior, ha indultado delincuentes económicos de guante blanco y este, en concreto, un puñado de corruptos. Algo verdaderamente lamentable que muestra hasta qué punto España no es un Estado de derecho. Pero indultar torturadores es infinitamente peor. El delito de tortura, cosa que debiera saber el ministro pues es fiscal, de ser generalizado y sistemático, es un delito contra la humanidad. En España quizá no sea generalizado pero parece sistemático pues el país no abandona la lista de Amnistía Internacional de países en los que se practica la tortura.
Y ahora viene el ministro a demostrar no solo que hay tortura sino que le parece muy bien ya que garantiza la impunidad de los torturadores. Si alguien juzga demasiado radical esta explicación, recuerde que, al menos, es; ya que el gobierno no ha aportado ninguna. Gallardón se ha limitado a decir que el indulto es competencia exclusiva del consejo de ministros. Exclusiva, sin embargo, no quiere decir inexplicada, secreta. Los poderes públicos tienen prohibida la arbitrariedad.
No hace falta recordar que la tortura es, para la moral contemporánea, uno de los delitos más odiosos, condenado por innumerables instrumentos internacionales, declaraciones, convenciones, así como recogido en numerosos ordenamientos nacionales bajo los términos de una prohibición expresa y absoluta, pues es un delito que atenta contra los derechos humanos. A la luz de esta convicción hoy universal el indulto de Gallardón no tiene justificación posible.
Otro punto de vista, normalmente conocido como realismo dice que siempre ha habido y siempre habrá tortura, incluso cuando haya que disfrazarla de ley, como sucedió en los Estados Unidos durante la llamada guerra contra el terror de Bush que justificaba la tortura aunque llamándola con otro nombre. Desde las torturas del Imperio de Artajerjes a las prácticas de Guantánamo han pasado veintiséis siglos de civilización y progreso. Así que no hay que ser hipócritas, entender que la policía está para eso, para infundir un sano terror, no andarse por las ramas e indultar, porque el poder tiene siempre que acabar recurriendo a la tortura. Bien. En efecto, es una teoría. El ministro puede pensar que es preciso indultar a los torturadores porque la tortura es necesaria para el mantenimiento del orden. Puede ser. Pero no se limite a pensarlo. Ya que lo hace, dígalo.
(La imagen es una foto de sandeep thukral, bajo licencia Creative Commons).