diumenge, 24 de març del 2019

Los intersticios del poder

El pasado mes de enero falleció Erik Olin Wright, sociólogo y teórico marxista estadounidense de fructífera obra y sólida doctrina. Se había especializado en el análisis de clases, por entender que el marxismo debiera explicar la estructura de clases de las sociedades capitalistas antes de recomendar acción para cambiarla. Ello le obligó a mantener interminables polémicas metodológicas con otros enfoques de este tipo de análisis (weberiano, durkheimniano, etc) que acababan en polémicas casi escolásticas sobre el concepto mismo de clase. Jamás rehuyó las controversias y siempre trató de hacer justicia a las opciones distintas a la suya. Siendo esta un marxismo realista, posibilista, que pujaba por el fin del modo de producción capitalista por medios pacíficos.

Una de sus últimas obras, Envisioning Real Utopias, que traduje al castellano como Construyendo utopías reales (Akal, 2014), es un ambicioso trabajo de más de diez años de acopio de datos y experiencias empíricas en todo el mundo para apoyar su teoría de que, perdido el horizonte revolucionario, el "postcapitalismo" podría venir del aprovechamiento de los espacios menos defendidos, los "eslabones débiles" que diría Lenin, los que él llamaba los intersticios del capitalismo, por ejemplo, cooperativas como la de Mondragón, presupuestos sociales al estilo de Porto Alegre, las experiencias de economías participativas, etc. Intersticios.

El poder siempre tiene intersticios, hendiduras por las que cabe entrar para ensanchar el ámbito de acción. 

El caso de las elecciones al Parlamento español es un ejemplo claro de esta teoría de los intesticios. En el cuadro de legalidad de la Constitución española los catalanes tienen el mismo derecho al voto que los españoles. Participando en las elecciones, los independentistas pueden conseguir una minoría de bloqueo en el Parlamento. He ahí un intersticio considerable en el bloque de poder, que no puede componer gobierno a su gusto. Rechazada de plano la tentación de abstenerse respecto al fantasma del reino vecino. Sobre todo porque, como dice Juan de Mairena, puede ser un "fantasma de mala sombra". En Catalunya no "puede ser", sino que es un fantasma de mala sombra.

Por eso produce sorpresa la decisión de la CUP. Y la produce, creo, hasta a la misma CUP. De otro modo no se explica la lenidad con que trata la desobediencia de Poble Lliure y mucho menos se entiende que se tome el trabajo de señalar que no propugna la abstención el 28A. Solo le falta (que no hace falta) recomendar el voto a partidos independentistas. Con lo cual ya no se entiende en absoluto por qué no se postula ella misma y ahorra quebraderos de cabeza a sus votantes. Suena un poco a "mirad, chicos, votad por los nuestros, aunque yo no me tomo el trabajo de presentarme". Se adorna con unas consideraciones sobre la acción política municipal, cuya importancia, que yo sepa, no ha negado nadie. No se entiende por qué haya de excluir otras acciones. 

Política de bloqueo en el Congreso pide Antonio Baños, que apoya el Front Republicà forma electoral de Poble Lliure el 28A. En principio, correcto. Sin meterse en donde no le llaman, Palinuro simpatiza con la idea de ver a Baños y David Fernández en San Jerónimo. Pero política de bloqueo es, si no ando desencaminado, la que propugnan los otros indepes. Y conviene ser realistas para no entusiasmarse con las palabras. Bloquea quien puede; no quien quiere. Por muy nutrida y decidida que sea la minoría indepe catalana en el Congreso, siempre será posible una coalición de gobierno antiindependentista. Siempre, dado que los contrarios a la autodeterminación de Catalunya más los equidistantes de Podemos (que, en realidad, también son contrarios) equivalen al 90% de los escaños de la cámara. Se llama "tiranía de la mayoría". 

Por supuesto, hay que ir a bloquear a Madrid, pero sabiendo que ese bloqueo solo puede ser real y efectivo en Catalunya, en donde el movimiento independentistaa seguirá aprovechando los intersticios que se abren en el poder institucional del Estado. Efectivamente, la acción del govern busca la confrontación con el Estado. Torra no lo ha ocultado nunca al afirmar que iba a luchar contra uno injusto. Un MHP de la Generalitat luchando contra un Estado injusto es un cacho intersticio. Y que el mencionado presidente anuncie la desobediencia convierte el intersticio en una grieta que amenaza con romper la  roca. 

Hemos de redimensionar las relaciones en el independentismo. Baños no es justo conservando un lenguaje despectivo hacia el independentismo burgués, con expresiones como "postconvergente". Estamos en otra pantalla: los "postconvergentes" hacen y dicen lo que dice y hace Baños en contra del parecer de la organización que le era más próxima. Como tampoco lo es criticando que las otras opciones independentistas se limiten a esperar qué pasará con unas elecciones, con las siguientes o con las sentencias. ¿Se puede hacer otra cosa?

Sí, se puede. Y Torra la ha hecho: desobedecer. Otro intersticio. Desobedecer de forma esquinada, ambigua, poco directa y gallarda a juicio de algunos. Es posible, pero esa desobediencia poco lucida ya le ha granjeado una querella de la Fiscalía.  

La desobediencia es el camino. Y seguimos. 

dissabte, 23 de març del 2019

Desobediencia pacífica

Estos eran los que venían con soluciones políticas para no "judicializar" el conflicto. Y procesan a los independentistas hasta por los lazos. 

Los visitantes de las redes, singularmente tuiter, encuentran de vez en cuando intervenciones apasionadas, tuits de los que ahora llaman "hiperventilados", verdaderos Bravehearts de la liberación catalana. Gentes indignadas que exigen a los políticos indepes que planten cara al Estado de una vez, que desobedezcan, que se rebelen y que, si no tienen agallas para hacerlo, se echen a un lado y dejen paso a quienes sí lo harán. No ha lugar ya a más arrastrar los pies, buscar excusas y componendas con una legalidad española que solo busca aniquilar Catalunya. A base de aceptar las imposiciones españolas acabaremos aceptando la vuelta a la autonomía y quién sabe si algo peor.

La fe en la existencia de un "pool" de políticos/as independentistas dispuestas a la ruptura final es eso, fe, porque es el futuro. Vayamos a lo de ahora. Torra ha desobedecido lo suficiente para poner en  marcha una nueva represión del Estado disfrazada de justicia. La fiscalía se querella por desobediencia y pueden caerle dos años de inhabilitación. Eso si la cosa no se complica, interviene Llarena y acaban pidiéndole 15 años por rebelión porque se alzó con intención tumultuaria a un balcón. Sí, es una broma; o debiera, pues con estos legionarios hispánicos nunca se sabe.

¿Qué más cabe pedir a Torra? ¿Qué más a los presos/as políticas? ¿Qué a Puigdemont? El juego consiste no en desobedecer la ley sin más, sino en demostrar que la ley asfixia los derechos de los catalanes y no queda otra que desobedecer. Quizá no sea tan llamativo como lo primero, pero es desobedecer y abre nueva vía represiva que, lógicamente, se trata de minimizar. No queremos mártires; queremos luchadores por la independencia de Catalunya que estén operativos el mayor tiempo posible.

No ha mucho lugar a la hiperventilación, sobre todo si se quiere ser justo con lo que la gente da y hace por la causa común. Torra ya dijo hace un tiempo que estaba dispuesto a ir a la cárcel por la libertad de Catalunya. Y lleva camino de probarlo. Palinuro, no obstante, osa sugerirle que, sin abandonar ese sendero, considere tomar otra salida en forma de exilio. Es un gran conocedor de Suiza, probablemente el país que ha tenido más exiliados y refugiados en su  historia de toda Europa, en relación a su extensión y habitantes. 

Mientras tanto, parece persona perfectamente capaz de tratar la situación en la que la ANC presiona para acortar tiempos e insiste en la unilateralidad, DUI y publicación en el DOG. Es razonable pedir a esta organización social que tenga preparado el personal para llevar a cabo la empresa ya que desatará otra oleada de represión del Estado. No puede recaer todo sobre las espaldas del Govern. La revolución catalana no solo es trasversal, sino también participativa. Y conviene asimismo que pulse el parecer de las distintas fuerzas independentistas por si hubiera sorpresas. Veo a ERC reticente en la vía de la desobediencia y no acabo de ver a la CUP. 

Este será el momento del pool y que quienes están dispuestos/as a seguir cumpliendo el mandato del 1-O tomen el mando y continúen. Lo importante es esa continuidad que fortalece el movimiento y revela el entramado policiaco y carcelario español que, junto a un poder judicial politizado a extremos caricaturescos, es lo opuesto a un Estado de derecho. 

Otra cosa es si el Estado hace bien o no con la política represiva. Asunto de poca monta, excepto, si acaso para considerar con nostalgia cómo viejos socialistas de memorias izquierdistas son hoy firmes partidarios de esta monarquía, fieles continuadores del posfranquismo y enemigos jurados de los derechos fundamentales de los catalanes. En relación a Catalunya el Estado siempre lo hace todo mal. Si reprime, intensificará el movimiento indepe. Si no reprime, también.

La única salida, la única desde el principio, es un referéndum de autodeterminación en Catalunya bajo supervisión internacional.  

divendres, 22 de març del 2019

Hoy, en Mollerussa

Acto de presentación del último libro de Palinuro, Discurso a la nación catalana con la participación del prologuista, Artur Mas. El MHP, en el prólogo, dice que no sabe por qué se lo pedí. Ese arranque de sinceridad e ingenio ilustra los cruces y relaciones que este proyecto de la independencia de Catalunya está suscitando. Gentes que, en el curso normal de sus respectivas vidas, quizá no coincidieran en nada y no llegaran jamás a tratarse, acaban coincidiendo en afanes y empeños. Encuentran una exigencia y un ámbito comunes y aprenden a tratarse y conocerse. Y, en mi caso, a apreciarse. Y este es el caso.

De todas formas, dadas las difíciles circunstancias del momento, estoy seguro de que también hablaremos de otros asuntos; el juicio/farsa no faltará; los nuevos ataques de la JEC al autogobierno de Catalunya y las perspectivas de la independencia.

Hoy, a las 20:30 en la Sala Teatre de l'amistat, en Mollerussa.


Prohíban todo

Todo el mundo recuerda la sapientísima máxima del 68: prohibido prohibir. Sapientísima porque el prohibir es un vicio mortal, una droga adictiva sin piedad que acaba destruyéndolo todo. Por eso conviene prohibirlo. Se empieza prohibiendo la exhibición de lazos amarillos. Los sustituyen unos blancos con trazo rojo que, en realidad, son amarillos, y los centinelas de C's salen raudos a instar nueva acción prohibitiva de la JEC. Alguien, es de suponer, mediará diciendo que, para no seguir haciendo el ridículo, hay que prohibir todos los lazos, sean del color y hechura que sean porque ya todos son lazos amarillos, gracias, precisamente, a su prohibición.

Parece más astuto prohibir todos los lazos. Pero estos serán sustituidos por claveles o  por fotos de castellers. Cualquier símbolo en las fachadas de los ayuntamientos catalanes se verá como un lazo amarillo, aunque sea un sombrero; o una pipa magritteana. Lazos amarillos. Así que, a la enésima denuncia de C's, a quienes habría que llamar los I's, de incansables, la JEC hará bien en prohibir cualquier símbolo en las fachadas municipales, sea de lo que sea. Hay que ahorrar tiempo y recursos públicos.

Y aún así. Imaginen que todos los ayuntamientos deciden instalar un reloj en la fachada a fin de informar a los vecinos de la hora. Puede considerarse, porque lo es, un símbolo metafísico; pero no lo es político. Y, sin embargo, lo es. Todos verán en los relojes lazos amarillos. La estupidez de la primera prohibición, crecida como bola de nieve, acabará prohibiendo las fachadas. 

¿Se puede gobernar un país moderno cuando el gobierno central prohíbe sistemáticamente todos los actos del gobierno autonómico, nacional y republicano para los indepes? La pregunta es retórica: claro que se puede si se llama gobernar a pasarse la vida cortocircuitando el autogobierno catalán. En definitiva, los socialistas están en la situación en que se encontraron al PP en relación con Catalunya y prometieron arreglar. 

Para dejarla en esto, en el gobierno amenazando con consecuencias penales por los actos políticos. Un lazo amarillo es un símbolo político, no un delito; y no puede tener consecuencias penales. Y no las tiene porque si, a resultas de la trifulca de los lazos, se procesa a alguien, por ejemplo a Torra, será una vez más un proceso político e ideológico. Y, dado que en el independentismo abundan las gentes con el espíritu de Torra, la deriva autoritaria, dictatorial, de España se acelerará. 

Al final, tendrán que prohibirlo todo: los lazos amarillos, el independentismo, la lengua catalana, la educación catalana, Catalunya. No será la primera vez. 

Pero sí la primera en que no lo conseguirán. 

dijous, 21 de març del 2019

Relatos fabulosos en sede judicial

El artículo de Palinuro en elMón.cat de ayer, titulado Los renglones torcidos

Para torcidas, aviesas y embarulladas las declaraciones de los guardias civiles en el espectáculo judicial del proceso el 1-0. Relatos fabricados por mentes calenturientas, típicos de la literatura llamada gótica y también de cordel: conjuras, complots siniestros, rostros patibularios y amenazadores, tumultos, banderas piratas nunca antes (ni después) vistas, seres imaginarios a bordo de coches espectrales en direcciones imposibles, objetos voladores de calidad y en cantidad ideterminadas. Una mezcla de Los misterios de Udolfo y Fantômas, con unas gotas de Fu Manchú. 

En algún momento esta farsa se volverá contra quienes la han puesto en marcha, acusadores, testigos, mandos políticos y algún que otro juez. Políticamente ya lo ha hecho. El intento de encasquetar a los indepes unos delitos inventados de rebelión, sedición, malversación, etc., ha fracasado rotundamente hasta en sus más nimios detalles. La cosa es también si no se volverá jurídicamente. Alguien debe responder por este desaguisado sin palitivos.

Aquí el texto castellano:

Los renglones torcidos

Ya se sabe, son los de Dios, que escribe recto. Son torcidos para los hombres. Pero como los hombres, a su vez, están hechos de madera torcida, según Kant, lo torcido con lo torcido da recto, pero otro tipo de recto. Uno que a lo mejor nadie esperaba.

Aquí tenemos nuestra República, cuyos textos declarativos no solo están torcidos, sino que forman un temible galimatías del que todo el mundo se desentiende. Y, por otro lado, tenemos unas instituciones de muy diferente naturaleza, origen y funciones, todas efectivas y administradas por personas que se entienden perfectamente en el "galimatías" declarativo. Piénsese en el significado de que todo el independentismo, en el gobierno, en el Parlamento, en los órganos en el exterior declare estar obligado por el mandato del 1-O.

¿Qué quiere decir aquí "mandato"? ¿Con qué origen? ¿En qué contexto institucional? El Estado no puede admitir un "mandato" originado en un acto ilegal o incluso inexistente, según lúcido juicio del anterior genio que gobernó España. Sin embargo, ese inexistente mandato es programa de acción del independentismo dentro y fuera de las instituciones. Y programa efectivo.

Poder dual, dos poderes. Muy asimétricos, desde luego, pero dos. Interesados en discurrir por vías paralelas, sin colisiones. Pero los reglones están torcidos y los choques son inevitables. Tanto que hay un sector de doctrina dominante que recomienda mantener un nivel bajo de permanente conflicto en preferencia a una solución all out. Algo así se vino haciendo en el prolongado conflicto vasco. Pero aquí es inviable, dado que los costes de la latencia táctica serían muy elevados.

El horizonte independentista tiene mucha fuerza de movilización, se articula como un movimiento universal de recuperación nacional y el apoyo es reiteradamente masivo y pacífico. El horizonte unionista, en cambio, está yermo. Solo tiene propuestas negativas y prohibitivas. Las más reaccionarias quisieran ver ilegalizado el independentismo y a sus dirigentes en la cárcel; las menos reaccionarias se conforman con suspender la autonomía catalana; y las más moderadas dejan las cosas como están y se niegan a hablar de referéndum de autodeterminación y de independencia.
En realidad las propuestas son vasos comunicantes. Los moderados se echarán en brazos de los menos reaccionarios cuando el independentismo se obstine en hacer un referéndum de autodeterminación como ya ha hecho otros. Ambos, a su vez, se unirán al coro de quienes piden ilegalización y prisión si la Generalitat se negara a aceptar la suspensión de la Autonomía.

En su reciente revelación patriótica española, el presidente Sánchez cierra toda posibilidad de independencia o autodeterminación de Catalunya. Porque sí. O, mejor dicho, porque no. Es una actitud dura dirigida al electorado español con un mensaje: "somos de izquierdas, sí, aunque no mucho, pero más españoles que Santiago Matamoros, que mataría muchos moros, pero no era español".

El día 29 de abril se echan nuevas cuentas. Los vaticinios especulan con multitud de probabilidades según los porcentajes de votos de los partidos. Gran coalición, triunvirato de fachas, alianza de las izquierdas, centro nacional, unión sagrada. Pero, en el fondo, la cuestión esencial será si la minoría catalana indepe tiene capacidad de bloqueo y en qué medida. Si la tiene hará bien en usarla en beneficio del proyecto republicano forzando la legalidad española. Si no la tiene, habrá de refugiarse en el baluarte catalán porque, sea cual sea la combinación política dominante en el Parlamento español, este legislará contra la República Catalana.

A su vez, según sea el resultado de las legislativas (y qué porción corresponda en este a sus distintas fuerzas), habrá un efecto sobre las subsiguientes elecciones municipales. Lo que pudieran ser las líneas torcidas de la composición del Parlamento español, se enderezará en las elecciones locales con un voto masivo de defensa al independentismo que dé ayuntamientos independentistas.

La raíz de las libertades públicas sigue estando en el ámbito municipal reforzado por un gobierno independentista.




dimecres, 20 de març del 2019

Venid por ellos

Episodio universalmente conocido. Cuando Jerjes ordena a los espartanos que defienden el paso de las Termópilas que entreguen las armas, y Leónidas responde: "venid por ellas" o "venid y tomadlas". 

Actualizado: venid por los lazos amarillos. Ahora no hay armas, no hay guerra; pero hay conflicto, confrontación y voluntad de prevalecer. Hay recursos, contrarrecursos, alegaciones, documentos, declaraciones, al estilo del momento. Pero, al final, es lo mismo.

Venid por ellos. Por esos "lacitos" amarillos que, para la izquierda madrileña y castiza, son unas fruslerías de independentistas pijos.

Venid por ellos.

Un consejo: que vengan muchos, cuantos más, mejor. Abran banderín de enganche de voluntarios. Sean miles, decenas de miles. Tienen tajo. Actualicen el "¡a por ellos!", aunque no hace falta que vengan armados. Nadie va a impedirlo. Serán correctamente recibidos, sobre todo si, al margen de satisfacer su furiosa manía anti-lazos amarillos, se portan educadamente, no gritan, no ensucian, pagan las consumiciones y respetan las normas usuales entre naciones civilizadas. 

Sigan el ejemplo de sus paladines, Arrimadas, Rivera, Fernández, que suelen amenizar sus actos públicos con quitadas festivas de lazos. Vengan a Catalunya a arrancar lazos amarillos, en cumplimiento de las órdenes de la Junta Electoral Central, ya que los rebeldes catalanes se niegan a aceptar su neutral autoridad. Insisto, hay tajo. Y fácil, pues nadie se lo impedirá. Solo los fotografiarán o grabarán en vídeo para solaz de futuras generaciones. 

Pero prepárense. Les informo, pues tengo la impresión de que desconocen ustedes la magnitud de la tarea, muy a tono con su desconocimiento general de Catalunya. Casi todos ustedes piensan que se trata de unos centenares de lazos amarillos en las farolas de los paseos marítimos y las fachadas de los ayuntamientos, como les muestran sus televisioness. En absoluto. Hay millones de lazos amarillos a lo largo y ancho de Catalunya, desde Sant Carles de la Ràpita a Figueres y desde Torrefarrera a la Barceloneta. En los ayuntamientos, sin duda. Piensen ustedes que de los 800 que hay en Catalunya, el PP tiene uno y C's, ninguno.

No solo hay lazos amarillos en farolas y fachadas municipales. Los hay en las torres de las iglesias, los monumentos públicos, los árboles de los jardines municipales, los guardabarreras de las autovías, las murallas de lo castillos, las ruinas de todo tipo, las laderas de los montes, los petriles de los puentes en las autopistas. Y no solo están adheridos. Infinidad de ellos están pintados en lugares innaccesibles o en el asfalto de las carreteras, en los mojones viarios, en los muros de contención. Toda Catalunya está llena de lazos y esteladas. Mucha gente los lleva en las solapas, en los gorros, en los bolsos. Y no solo lazos, todo tipo de prendas van de un descarado amarillo.

El amarillo es el símbolo del apoyo de un pueblo a sus dirigentes democráticas encarceladas, exiliados, represaliadas de mil maneras. Y todos, dirigentes y dirigidos que, a su vez, se sienten y se saben dirigentes, en procura de un objetivo legítimo que, en consecuencia, de no ser legal, debiera serlo.

La pretensión de la JEC, animada por las denuncias del florido pensil, es absurda, es una chinchorrería con ganas de eso, de chinchorrear y, de paso, alimentar el rechazo social a su permanente injerencia. La experiencia lo prueba: cuando el poder prohíbe o persigue arbitrariamente una causa, esta se fortalece y engrandece. Lo que obliga a prohibir más: después de los lazos amarillos, las esteladas y luego impondrán un vocabulario orwelliano de uso obligado en los medios públicos catalanes. O intentarán hacerlo. Por fortuna, los objetos de estos desmanes tienen un espejo en que mirarse. 

Si han de venir por los lazos amarillos, que vengan también por las esteladas y por los medios de comunicación y por las redes y los periódicos digitales. Y arbitren medios represivos en abundancia, ensanchen el horizonte penitenciario, encadenen procesos, generen una situación de excepción que no podrán imponer a la vista de Europa y que únicamente acelerará el desenlace que quieren evitar.

Venid por ellos.

dimarts, 19 de març del 2019

Lazos amarillos

¡Qué ojo el de quienes desprecian los lazos amarillos y los ridiculizan! O los ignoran como rabietas infantiles. O los vinculan directamente con el fascismo con mayor o menor ingenio, como hace una viñeta de El Roto titulada "Síntesis" en la que relaciona el lazo amarillo, símbolo del deseo de regreso de quienes se ausentaron, con el haz de flechas de la Falange, organización violenta y delictiva durante largos periodos de su existencia.

¡Qué ojo!

Y eso que los lazos habían sufrido ya una siniestra historia de agresiones a cargo de bandas callejeras de matones, más o menos alentadas u organizadas por unos u otros partidos. Por no mencionar los posados de los líderes de la derecha arrancando "lacitos" en céntricos paseos al grito de que los espacios públicos han de ser neutrales, en donde "neutrales" significa lo que a ellos/as les da la ganaa. 

Es igual. El ojo clínico se reafirma: los lazos amarillos simbolizan nacionalismo y el nacionalismo es por definición de derechas, burgués, reaccionario. Lo dicen mentes preclaras españolas no nacionalistas, incluso antinacionalistas, antitodo nacionalismo, mire usté. España es un ente mítico, una nación de no nacionalistas, de antinacionalistas, una antinación. 

Salgamos de este circo y vayamos al de la realidad real, que ahora se llama "analógica". La Junta Electoral Central, órgano español, vuelve a la carga con un ultimátum a Torra: 24 horas para retirar los lazos amarillos o atenerse a las (malas) consecuencias. Para el Estado español, el requerimiento es impecable en teoría democrática y práctica del Estado de derecho. Para la Generalitat republicana es una injerencia más del Estado colonial en el autogobierno de Catalunya. 

La situación, obviamente, un ejemplo de lo que llamábamos en un post anterior Gobernar bajo (o)presión y en otro, anterior, Gobernar con miedo. Es decir, gobernar en estado de interferencia permanente del Estado. La mera aplicación de la legislación vigente pone a la Generalitat en curso de confrontación. A su vez, la doctrina dominante en el independentismo, compartida, en principio, por todas sus corrientes, es la de la desobediencia. La resistencia pasiva, no violenta. La dinámica de aplicación de la legalidad y la Constitución "que nos dimos entre todos" provoca esta desobediencia casi de modo automático. Cada acción del Estado será una injerencia y, por tanto, una provocación. Ciclo de acción reacción: primera requisitoria de la JEC; respuesta de Torra interponiendo recurso y no quitando los lazos; contrarrespuesta de la JEC rechazando el recurso con segunda y definitiva requisitoria so pena de inicio de nuevo proceso represivo; nueva respuesta de Torra, pendiente. 

Ya tenemos la causa del nuevo ciclo. Queda por determinar la conveniencia y el momento. Y calibrar las consecuencias. Eso es algo que corresponde al Govern y al Parlament. 1) Obedecer y retirar o 2) desobedecer y mantener. A  favor de la primera se da su carácter claramente táctico y el deseo de no entorpecer los dos procesos electorales en marcha, el 28 A y el 26 M, sobre todo el último. El riesgo es perpetuar el autonomismo. A favor de la segunda, aparte de su función estratégica, la conveniencia de polarizar las posiciones a fin de conducir las elecciones mencionadas con espíritu referendario: independencia sí o no. El riesgo es que la polarización desemboque en situación de ingobernabilidad.

Tarde o temprano, esa confrontación ha de darse. 

El sábado pasado, como se sabe, nos manifestamos 120.000 personas en Madrid por la libertad de los presas políticas, el retorno de las exiliados y el derecho de autodeterminación. "Mentira", braman los medios españoles, "érais cuatro gatos mal contados. ¿De dónde sacas los 120.000? Ya, de los medios extranjeros, todos antiespañoles. Pues menos mirar esos medios y más leer el ABC". 

Fuéramos cuatro gatos o 120.000, el presidente nos lo dejó claro a la media hora de terminar el acto. Mientras gobierne el PSOE no habrá independencia de Catalunya, ni autodeterminación, ni referéndum. Y coronó al día siguiente: "Convivencia, siempre; independencia, nunca". Fórmula telegráfica que le ahorra explicar a la rendida audencia cómo será posible la convivencia entre dos partes, una de las cuales niega a la otra por la fuerza el ejercicio de un derecho que reclama el 80 por ciento de la población. 

Difícil, ¿eh? Algún asesor podía sugerirle que, en lugar de "convivencia", resucitara la vieja y amargada " conllevancia" de Ortega. Y, así, vamos avanzando hacia atrás.

Caramba con los insignificantes lazos amarillos. 

dilluns, 18 de març del 2019

Una feliz coincidencia

Después de la fiesta de la democracia del sábado, de retorno a casa en la romería indepe de los domingos, me encontré esta entrevista que me había hecho unos días atrás Roger Graells Font con fotos, fabulosas, por cierto, de Albert Salamé. Mil gracias a ambos. Em trec el barret, sobre tot pels vostres ànims lingüístics. 

Grata coincidencia. La entrevista habla de la iniciativa política y la confrontación pacífica con el Estado. Pues bien, ahí mismo está. Para las autoridades españolas, entre Atocha y Cibeles pasearon holgadamente 18.000 almas. Contando solo seguramente las que vayan a salvarse, el ABC las veía, literalmente, "con cuentagotas". Levantaban constancia fehaciente de lo que ya habían vaticinado: cuatro gatos y con cuentagotas. Por eso ninguno se molestó en informar sobre la convocatoria antes, ni hora, fecha, lugar o motivo. Carece de sentido informar sobre un no-acontecimiento, al estilo de los no-referéndums de M.Rajoy.

Aun así, desde diversas tribunas públicas, en medios o sermones de los medios o doctrina tertuliana, se avisó seriamente a los responsables de esta raquítica concentración ahogada en la amarga conciencia de su insignificancia. No todo el monte es orégano. Si no se respetara el derecho de protesta, ¿cómo iban los indepes a protestar? Es evidente que tienen el entendimiento trastornado. Para volverlos a su sano juicio algunos líderes de firme voluntad prometen prohibir las manifestaciones en las que se proteste contra la prohibición de las manifestaciones. Den ustedes gracias a los dioses de que no están ya entre barrotes, como sus representantes. El Estado de derecho no solo se defiende en las alcantarillas, según inspirada doctrina de Felipe González, sino también en las mazmorras. 

Y luego viene el asunto de las relaciones del independentismo con la izquierda española que tantas suspicacias despierta. Lo del PSOE está ya claro. Es partido de izquierda, según propia afirmación, pero radicalmente contrario a la independencia de Catalunya o a la mera consideración del derecho de autodeterminación que no es un derecho y, de ser algo, solo puede ser un auto de terminación. Porque la autodeterminación corresponde al pueblo español, del que el catalán es parte tan inseparable como la trompa del elefante. La diferencia entre esta concepción y la de toda la derecha/búnker está en el animal, pues esta habla del cuerno del rinoceronte.

Lo de Podemos es similar, aunque más deliberadamente embrollado. No hay oposición a la independencia de Catalunya ya que no se considera esa posibilidad. Cuando España sea un Estado plurinacional como un rico mosaico, todas las naciones en él contenidas estarán tan felices que olvidarán el señuelo de la independencia. Es lo que se llama ganarse a los catalanes por seducción. En cuanto a la autodeterminación, Podemos es más avanzado que el vetusto PSOE y reconoce su conveniencia siempre que sea pactado con el Estado. O sea, tampoco quiere referéndum, pero se nota menos que con el PSOE. Ya veremos quién se lleva más votos españoles.

En definitiva, solidarias con el independentismo catalán hay algunas organizaciones de la izquierda española, revolucionarias, comuneras, republicanas, nacionalistas, pero, si no ando equivocado, son muy minoritarias y, con excepciones, extraparlamentarias. Esto no quiere decir nada crítico. Solo pretende dejar en claro la llamada "doctrina Sinatra", que se aplicó en tiempos de la disolución del imperio soviético: My own way, esto es, cada cual para sí mismo. El republicanismo catalán no puede tener más que una relación solidaria con el del resto del Estado y en modo alguno de integración o dependencia. El himno de Andalucía pide a los andaluces que se levanten "por Andalucía libre, España y la humanidad". ¿No pueden los catalanes ahorrarse el intermedio de España? ¿Por qué no? Por experiencia histórica y percepción lógica, el independentismo catalán ha de aplicar la doctrina Sinatra.

Ayer, Pedro Sánchez encontró un rato para tomar nota de la manifa del Paseo del Prado, afirmando que, mientras el PSOE gobierne, no habrá independencia de Catalunya. Lo mismo que decía Cánovas del Castillo de Cuba que nunca sería independiente. Se entiende que lo diga, pues está ya hablando en precampaña electoral y piensa en los votos castizos. No se los va a dejar a los tres mosqueteros, Athos/Abascal, Porthos/Casado y Aramis/Rivera. Él, el D'artagnan de legendarias proezas, como salir vivo de una defenestración ordenada por la malvada Lady de Winter Díaz. Ni independencia, ni autodeterminación, ni referéndum. Nada.

Hasta el día siguiente a las elecciones del 28 A. Ahí será el llanto y el crujir de dientes. 

diumenge, 17 de març del 2019

En el corazón de la bestia

(N.B.: el cartel que más me gustó ayer en la manifa de Atocha/Cibeles, fue el que rezaba: Hemos venido a despedirnos. Genial. Ras i curt i català, aunque en castellano. Pero es peligroso porque, dicho eso, el resto del post sobra. Hemos venido a despedirnos. Passi-ho be. Chau). 

No obstante, haremos de cronistas de la jornada de ayer.

Fuimos a Bruselas un frío mes de diciembre de 2017 a pedir la libertad de presas y exiliados. Éramos 60.000.

Ayer fuimos a Madrid. Mejor tiempo, menor distancia. Asistencia duplicada. 120.000. A seguir pidiendo la libertad de presos y exiliadas, a defender la causa por la que fueron detenidos, la de la autodeterminación y, en el ánimo de la inmensa mayoría de quienes estábamos allí, la independencia de Catalunya.

E iremos a donde haga falta. Siempre pacífica, alegremente. Y siempre pagándonoslo de nuestro bolsillo. Porque nuestra causa es justa. Cuando un pueblo se pone en marcha, no puede parar. Y  somos el pueblo, que estamos movilizados, los que hemos venido a Madrid, mostrando el camino a nuestros dirigentes democráticamente electos y todavía en libertad. Nosotros somos el pueblo. Jóvenes, viejos, en madurez y vigor, trabajadores, profesionales, parejas, matrimonios, familias enteras, funcionarias, agricultores, moteros (ahí, ahí, mis escamots motards), estudiantes, jubiladas, heteros y homosexuales, nativas, inmigrantes, refugiados, católicas, agnósticas, ateos, vegetarianas, plusmarquistas, pequeño-burgueses, solteros, divorciadas, raperos, escritoras, promesas de futuro, nostálgicos del pasado, actrices, cocineros, poetas, contables, propietarias, inquilinos, enfiteutas, herederos, manirrotos, ludópatas, aparceras, sanos, enfermas, prestamistas, bomberos, paletas, jueces...  Lo dicho, el pueblo es como la flecha lanzada al aire. No puede parar hasta llegar al blanco. Y no pararemos hasta conseguirlo. 

Las reacciones de la bestia, las que eran de esperar. O más, porque a cada nueva marcha, se siente más acorralada, más ofuscada y es más agresiva. Ya han sacado dos veces al mentecato heredero de Franco a amenazar a sus súbditos, mientras las cloacas del Estado, que no son otra cosa que el Estado de las cloacas, lo inundan todo con su fétido olor, desde las sacristías a las universidades, desde el Parlamento a las redacciones de los medios, pasando por los tribunales de justicia y los cuartos de banderas, que vienen a ser lo mismo.

El comportamiento de la bestia acorralada es recurrente, en bucle, circular, como las pescadillas que se muerden la cola. En los márgenes, a medio camino entre los "tontos berrendos en idiota" que decía el poeta Alberti, y los grupos de fachas delincuentes más o menos de Vox, amparados por los policías para insultar y provocar a los manifestantes, matones y energúmenos de la Españorda unagrandelibre.

A continuación las izquierdas oficiales, desaparecidas, aterrorizadas de que se las relacione con la peste secesionista, con lo que perderían votos a porrillo.  La alcaldesa de Madrid, tan hospitalaria y tan roja, no apareció ni a dar la bienvenida, a lo que obliga la cortesía, salvo que seas tan oportunista como la Colau de Barcelona que, diciendo ser de izquierdas, obedece las órdenes de Madrid con fidelidad canina. Podemos, callado, y menos mal porque como hable, te enjareta el tocomocho teórico del internacionalismo, su convicción de que todo nacionalismo es una enfermedad, excepto el suyo porque no es nacionalista. Ni un solo nacionalista español, de derechas, izquierdas o centro pivotal, es nacionalista. Los nacionalistas son siempre los otros, especie de pobres de espíritu a los que hay que curar, mientras que el independentismo no es otra cosa que un proyecto de la podrida burguesía catalana. Ayer, 120.000 podridos burgueses catalanes llenamos el paseo del Prado y la Cibeles.  IU enmendó su yerro unas horas antes y se solidarizó a tiempo con los indepes catalanes, para no caer en la miseria y distinguirse del zombie Llamazares, cuyo comunismo tiene el pedigrí de Covadonga.

El PSOE, a su vez, ya ha aclarado que jamás hablará de autodeterminación y, si nos ponemos chulos,  Pedro Sánchez, cuyas luces son tan escasas como sus escrúpulos a la hora de mentir, nos echa encima más jueces, más tribunales, más embustes y engaños, mientras ocupa el lugar de la derecha. A su vez, esta pide la prohibiciòn sin más de manifestaciones secesionistas y las demás que le molesten y echándose más a la derecha, reclama ya la dictadura,  como VOX, o sea, los fachas. Y ya estamos en donde empezamos, en bucle. Abren las provocaciones de los fascistas y ellas cierran. La autodeterminación les pasará por encima como un tornado pacífico por un huerto.

Los madrileños, gente feliz, sin enterarse, porque los medios no informan, pues se limitan a ignorar todo lo que molesta al gobierno de turno. En la TVE ni una imagen en directo de la manifa. Todo valoraciones y análisis de "periodistas" a sueldo, cuya coincidencia con la realidad es perfectamente casual. Los medios manipulan, engañan y falsean, y las autoridades, todas, peperas socialistas o podemitas (que también pillan cacho en algunas administraciones) mintiendo, tratando de crear una realidad paralela, como hacen en el juicio farsa. La corrupción de la bestia tiene la dictadura en su horizonte y su función será justificarla.

Por eso, es muy de agradecer el apoyo y solidaridad que hemos recibido de otros pueblos del Estado. De los 500 autobuses que llegaron a Madrid, 360 eran catalanes. El resto de otros lugares. Emocionante, solidario, conmovedor, pero muy escaso. Así que, visión realista de las cosas y sin engañarse, que es fórmula segura para la derrota. Todo lo que la solidaridad de otros pueblos del Estado puede aportar a Cataluña empieza y acaba en lo simbólico. La izquierda española es contraría a la independencia, a la autodeterminación, en muchos casos, como el ministro de Asuntos Catalanes, Borrell, directamente catalanófoba y está deseando cabalgar sobre el 155. Hágalo y será lo último que haga en este mundo traidor en el que, según Campoamor, otro poeta, nada es verdad o mentira sino todo del color del cristal con que se mira. Sobre todo si lo hacen los franquistas, como Casado, Rivera o Abascal, o sus sometidos, como Sánchez o Iglesias. 

Por supuesto, aunque cualitativamente poco relevante, la solidaridad es hermosa y la agradecemos de mil amores. Recabarla, además, y desde luego, conseguirla, ha sido un gran acierto táctico por el que hay que felicitar a la principal organizadora, la ANC. Algo mutuamente beneficioso: a nosotros nos viene muy bien comprobar que no estamos solos o somos unos raros, como sostienen los unionistas, y que tenemos amigos, aunque no sean muchos A estos también les viene bien aparecer en lucha junto al pueblo catalán. Ganan en visibilidad y consideración de los sectores sociales más progresistas.

Es de buena educación agradecer. La hospitalidad de Madrid, maravillosa, y la sinergia revolucionaria que de aquí se seguirá, muy provechosa y prometedora. Pero no hay que confundirse: la tarea ha sido siempre fundamentalmente nuestra, a veces en condiciones de muy amarga soledad. Dispuestos a compartir experiencias con quien las precise, pero sin olvidar que son nuestras, en nuestro contexto y que tienen un elemento de singularidad único. Somos solidarios con todas las luchas populares. ¿Cómo vamos a ignorar que el sórdido "¡A por ellos!" se ha convertido en un cálido "¡Con ellos!"? Pero la liberación de Catalunya es y seguirá siendo obra esencialmente de los catalanes. Lo cual no obsta para que tengamos a orgullo nuestra desinteresada aportación a la libertades de los otros pueblos del antiguo imperio, hoy Estado español, empeñado en destruirse para siempre por su estúpida obsesión por oprimir a las naciones no castellanas.


dissabte, 16 de març del 2019

En carretera. Donec Perficiam

En 2017, en el largo viaje de Madrid a Bruselas, a partir de la frontera con Francia, la carretera era una fiesta catalana. Encontrabas todo tipo de vehículos con banderas, emblemas, carteles independentistas. En las estaciones de servicio, nos juntábamos en clima de alborozo, sabedores de que llenaríamos Bruselas. También es verdad que hicimos la mayor parte del viaje de día, mientras que ahora estamos otra vez en la carretera y es de noche. La mayoría de las estaciones de servicio, pasada la raya catalana, está cerrada, pues es ya casi madrugada. En las escasas abiertas, en esta de Los Monegros, por ejemplo, hay muy poca gente, aunque la poca que hay es catalana. Solo que, a diferencia de 2017, no vamos exhibiendo símbolos o banderas y eso que ahora tenemos uno sobrevenido, el amarillo, muy visible. Nos reconocemos, pero no exteriorizamos grandes alegrías.

Estamos en territorio hostil. Se trata de llegar a Madrid sin caer en broncas por el camino.

Leo en elMón.cat un estupendo reportaje sobre los preparativos de la manifa de hoy.  Los voluntarios de la ANC ultimando detalles para que, como es costumbre, salga todo perfecto. Al parecer, la policía española no está poniendo dificultades ni hostigando, como tiene por costumbre. Ya veremos de mañana qué hacen los picoletos en las carreteras de acceso a la capital, cuando empiecen a llover autobuses repletos de catalanes. Son los del "¡A por ellos!" que ahora estarán gritando: "¡qué vienen los polacos!" Especialmente tierna la observación del reportaje sobre los grupos de catalanes que deambulaban ya el viernes por las tarde por la capital con algún símbolo amarillo y el GPS en el móvil. Sin duda reconfortados al reconocerse mutuamente.

Dice asimismo el reportaje que los madrileños ignoran la manifa que se avecina. Es la costumbre. No la ignoran, propiamente hablando. Simplemente, los medios se la ocultan. Todos. Me decía el otro día el periodista Manchón en "Tot es mou", de TV3 que TVE estaba transmitiendo el juicio/farsa franquista (bueno, eso no lo decía, claro) por el canal 24 horas, tratando de dejarme por mentiroso. Según he sabido, este canal, que no lo ve nadie, además transmite pero sin conexión con España. De forma que, de haber algún mentiroso aquí, es él. Los madrileños no saben prácticamente nada de Catalunya porque la basura de medios de la capital, todos, los impresos y los audiovisuales, ocultan, manipulan y tergiversan la información. Así que la manifa de hoy va a ser una gran sorpresa para muchos.

No para todos. La ignorancia popular es también alimentada a propósito por la izquierda española, incapaz de entender la cuestión y asociada íntima de la derecha en la explotación colonial de Catalunya. La irrisión con que los periodistas más reaccionarios (sean de derechas o de izquierdas) hablan de los "lacitos", cuyo significado ignoran, no solo demuestra su falta de sensibilidad sino, también de inteligencia y coraje para afrontar la crisis de conciencia nacional en la que viven con la estólida satisfacción con que las ranas habitan las charcas.

IU, por fin, ha tenido el arresto de solidarizarse con la manifa de hoy y pedir la libertad de los presos políticos, cosa que los fariseos de Podemos aún no ha hecho. No podía faltar Llamazares -que se cree don Pelayo revivido- criticando acerbamente el gesto pues, como buen facha español (aunque vaya de comunista) cree que la lucha del pueblo por su liberación, en realidad, es una conspiración de la corrupta burguesía catalana solo para fastidiarle a él.

Hoy seremos más que en Bruselas. Cien mil o doscientos mil corruptos burgueses, para que rabie Llamazares. Llegan 500 autobuses: 360 de Catalunya y el resto, de otras tierras del Estado. Diez AVES llenos. Docenas de vuelos. Incontables autos. Contamos con el apoyo de una cincuentena de grupos de izquierda (de verdad) española. Por supuesto, no del PSOE, no de Podemos y no de Llamazares (por fortuna), lo cual redundará en beneficio de la claridad de la causa.

Lo dicho, hasta que lo consigamos.

divendres, 15 de març del 2019

Facin la seva feina

Equivocarse no es la palabra. Es un eufemismo. Sabían lo que hacían. Enmerdar. Les ha salido el tiro por la culata y han quedado finolis y con un plan hecho trizas. El plan de provocar la violencia para hacer un escarmiento.

Las acusaciones públicas (la privada está en Babia) ruegan ahora porque el tribunal dé por inexistente la violencia que se han inventado y llevan un mes tratando de demostrar infructuosamente. Porque, si se da la violencia por probada, después de la declaración de Trapero, las responsables serían las autoridades españolas. Habría que buscar a los rebeldes entre jueces y fiscales. El proceso reventado.

Salvo si preguntan a El País, para quien La confesión de Trapero apuntilla a Puigdemont. Aparte del infantil deseo de que, por favor, alguien acabe de una vez con esta pesadilla de la República, el Consell, Puigdemont y demás entes malignos, el titular haría las delicias de cualquier de-constructor: tono ominoso, ya encabezado por el término "confesión", con una carga moral absolutamente ajena a una "declaración" o "deposición", que es lo que ha habido. No una acusación que pruebe nada de Puigdemont. La absoluta españolidad del enunciado, propio de la raza que considera las corridas de toros un "bien cultural" o "espiritual", vaya usted a saber, aparece en el verbo "apuntillar". Imagínense, el subconsciente del personal: primero han toreado y luego apuntillado a Puigdemont. Qué más quisieran ellos.

Para la brigada Arriba España la explosión del proceso por obvia inexistencia de causa constituye una prueba de que Puigdemont está acabado y, con él, se entiende, ese delirio de la independencia de Catalunya. ¿Cómo llega el famoso rotativo, ejemplo que fue un día de mentes preclaras, a justificar el monumental ridículo de este proceso?

Lo de "monumental ridículo" es un understatement. Farsa burlesca, teatro del absurdo, astracanada sin paliativos. Y seguiremos quedándonos cortos. Veamos:

1) ante la inexistencia patente de otra violencia real que la de los cuerpos y fuerzas etc,
2) se pasa a "violencia programada" o "potencial" a cargo de los 17.000 Mossos armados.
3) Armados y a las órdenes de los secesionistas, según declaraciones anteriores de españoles.
4) Trapero, sin embargo, advirtió al Govern de que los Mossos harían cumplir la ley española.
5) Los Mossos no estaban a las órdenes políticas del Govern.
6) Tenían un plan de detener al Govern en pleno si la fiscalía o un juez así lo ordenaban.
7) Esas órdenes no se dieron.
8) Trapero cumplió con su deber de obediencia a la legalidad española.
9) Y Puigdemont también cuando contestó a las advertencias de Trapero "cumpla con su deber".
10) Al decir que ambas partes se equivocaron con los Mossos, Trapero no es justo con Puigdemont.

El conflicto es político. El político asume su responsabilidad y ordena al funcionario que cumpla con su deber. ¿En dónde está la falta? ¿En dónde el reproche? Obviamente, en el hecho de que quienes estaban obligados a emitir las órdenes por cuyo supuesto incumplimiento acusan ahora a doce personas, no las emitieron.

Así que, menos mal que no hubo violencia alguna. 

Ahora toca terminar cuanto antes, absolver con todos los pronunciamientos favorables y rogar a Sant Ramon de Penyafort que los de VOX no se querellen contra la fiscalía y un puñado de jueces por no haber defendido la legalidad de la Patria española. 

Pongan nombre a esto.

dijous, 14 de març del 2019

No avanzar es retroceder

El meu article d'ahir a elMón.cat, El tigre de paper espanyol

Me gusta la metáfora, antigua comparación china, adoptada por Mao Tse-tung para referirse a todos, a los reaccionarios y a los EEUU. En 1946, en efecto, los gringos eran una amenaza para la China, habiendo aplastado unos meses antes al Japón con la bomba atómica. Así que, si los EEUU con su bomba atómica eran tigre de papel para la China, España, sin bombas, lo es para Catalunya. Mao demostraba su afirmación sosteniendo que las guerras las ganan los pueblos; no las bombas. La voluntad del pueblo prevalece. 

Ayer, Salvador Cardús publicaba el siguiente atinado tuit: "la gent del tribunal, Fiscalia i Advocacia (la del Estat, suposo), no poden entendre que (gairebé) tot el país estava disposat a col.laborar amb el 1-O. A pagar el referèndum, o a deixar de cobrar. Cosa que és el que s'evidencia al judici". O sea, el pueblo. Y no, los juzgadores no lo entienden. No saben qué es un pueblo de ciudadanos libres, críticos, movilizados con un doble objetivo común: liberar a los presos políticos y alcanzar la independencia.

El desconcierto provocado por la candidatura de Puigdemont a las europeas que, probablemente, tendrá un apoyo masivo, no ayudará a los jueces ni a los gobernantes españoles a entender lo que está pasando: toda Europa ve que España es un tigre de papel.

Aquí el texto en castellano.

El tigre español de papel

Todos los caminos conducen a la independencia. Pero unos son más largos que otros, o más escarpados, o más peligrosos. No es lo mismo llegar paseando por dulces prados, que vadeando ríos crecidos. No es igual caminar seguro, sin miedo a sorpresas, que ir mirando si te saldrán bandidos más o menos uniformados al paso. Tampoco lo es ir del brazo con aliados y amigos, que con gente que te abandonará a la primera dificultad.

Iñaki Anasagasti, que es hombre de palabra y memoria, ha recordado cómo, cuando los vascos negociaban con Madrid, los españoles siempre les decían que con ellos no había problema, pues no son muy grandes, pero que Catalunya es otra cosa: más grande, con un peso considerable en la economía y demografía de España, un pueblo, una verdadera nación.

Eso ya no lo discuten ni los zombies del hispánico imperio que vuelven por la querencia fascista, al estilo de VOX, la disfrazan de angloliberalismo al de C's o siguen fieles a la roña imperial y la cabra de la legión, como el PP. Los tres picos de este tricornio de charol asesino se suman a los serviles chambelanes reales del PSOE, horrorizados de que la inevitable República catalana ponga al descubierto la basura de una monarquía indigna, edificada sobre un millon de muertos y cuarenta años de tiranía de unos militares delincuentes.

Y hasta la seudoizquierda española, IU, y su hermano menor, Podemos, enmudecen y hacen la vista gorda cuando la continuada injusticia del Estado/nación español con Catalunya salta a la calle, con la manifa del próximo día 16 de marzo en Madrid. Queda ya claro que los famosos "republicanos" españoles tan felices de besar el suelo que pisan los Borbones, incluyen a todos los políticos españoles con más de veinte seguidores: PSOE, PP, C's, VOX, Podemos e IU. Todos ellos se quedarán en casa el próximo 16 de marzo, especialmente los "izquierdistas" porque, si se les ocurre mostrar alguna simpatía, luego no los votarán. Quizá alguno salga con la cuadrilla por ver si pueden practicar el "¡a por ellos!" con los catalanes que se separen del grueso de la manifa.

Justo es reconocer que habrá incorporaciones de muchas organizaciones izquierdistas españolas de buena voluntad que defienden el derecho de autodeterminación de los catalanes. Y así se hace. Es una satisfacción comprobar que no todo está corrompido en el corrupto régimen español. Pero es una satisfacción moderada a la vista de la escasa magnitud de la solidaridad. Muy buena gente, movida por nobles sentimientos, pero muy poca.

Y eso es determinante para entender las relaciones reales entre la izquierda catalana y la española. No perdemos nada ninguno reconociendo los hechos en su auténtica dimensión: la República catalana independiente es un hecho; ha sido proclamada, tiene mayoría y, si no alcanza la perfección jurídico-política, es porque un acto permanente de abuso de fuerza, de injusticia y tiranía de la mayoría española lo impide. La República y la independencia de Catalunya no dependen de la solidaridad de los republicanos españoles, sino que ha sido y será obra de los catalanes solos.

Es al revés: la existencia de una hipotética y muy deseable República española sí depende decisivamente de que los catalanes tengamos la nuestra. Carece, pues de sentido, que algunos independentistas catalanes sostengan que, para alcanzar la libertad y la independencia catalanas sea necesario "ensanchar" la base en Catalunya (incluyendo a quienes no quieren la independencia) o sellar alianzas con unas imaginarias izquierdas españolas que no solamente no los acompañarán hasta el final sino que, como está viéndose, los apuñalarán en la primera vuelta del camino.

El día 16 en Madrid, si los españoles miran por la ventana a la calle en vez de la televisión que les come el tarro, verán que la república catalana es inevitable. No la pararán ni el ejército (hoy trasto inútil), ni los tribunales (corros de monaguillos del poder), ni los medios a sueldo de la oligarquía. Solo puede frenarla (no impedirla) el síndrome de Estocolmo de algún sector independentista de glorioso pasado y penoso presente, incapaz de ver que el tigre español es de papel.

dimecres, 13 de març del 2019

Horror vacui

Hay una naturaleza en la Naturaleza que contradice la refutación de Pascal, y de mil Pascales, del horror de la Naturaleza al vacío. Esa naturaleza es la naturaleza humana, que aborrece el vacío. Es un dogma en todas las artes. La famosa página en negro a la muerte de Yorick en la novela de Laurence Sterne, Tristram Shandy es una de las muchas genialidades del texto. Y una excentricidad de gran audacia. Piénsese en los medios, todos con pánico al vacío. Una pantalla de TV fundida en negro. Una radio muda. Son las artes, son los medios ¿y no había de serlo la política, que es arte y medio al mismo tiempo?

La decisión abstencionista de la CUP ha dejado un hueco, un vacío. Sus votantes, forzados a abstenerse, al voto nulo o a otro partido. Horas ha tardado el vacío en empezar a colmarse. Poble Lliure (que también participa en el Consell) apunta a una candidatura "rupturista" el 28-A. No ando muy cierto qué quiera decir "rupturista". Suena a ruptura de la ruptura, y algo complicado. Pero, sea o no rupturista, antes de nada, es. Se ha llenado el vacío. Esto será más o menos posible por razones logísticas, pero es un colmado de vacío político.

Si la candidatura se consolida, muchas cosas van a moverse en el ámbito indepe y en el cupaire en concreto. Y con consecuencias imprevisibles. Lo anuncia, en tono agrio, la CUP, que avisa a Poble Lliure de que sus relaciones "se verán afectadas". Solo cuando el asunto tiene mucho fondo se sueltan semejantes perogrulladas y, encima, en tono amenazante. Don Perogrullo amenazador. Dense de antemano las relaciones por "afectadas", ¿y qué? ¿Habrá condena pública, anatema, controversia sobre quién representa verdaderamente el espíritu de la CUP?

Puede ser y es bastante indiferente. Más merece la pena especular con las reacciones de electores y elegibles al hecho de que una candidatura haya colmado un vacío. Bastaba con pasearse por tuiter: abstencionistas a la fuerza. Trasvases de votos a la desesperada. Una efervescencia que se intensificará con la nueva candidatura, que abrirá opciones.

La imagen del abrazo de Artur Mas y David Fernández  con motivo del 9-N de 2014 tiene mucha fuerza simbólica. Y continúa teniéndola, aunque sus protagonistas hayan sido maltratados posteriormente y de muy diferente modo por las peripecias humanas. Es el símbolo de la transversalidad de la revolución catalana, su diadema republicana (si tal cosa existe) en la que es impensable que falte alguna pieza.

Si se permite una debilidad personal, a Palinuro le gustaría ver a David Fernández y Antonio Baños  de diputados en Madrid, y una candidatura "rupturista" bien podría incorporarlos. Una presencia de "antisistemas" en el Congreso español permitiría aclarar esa acusación de la izquierda española a la independentista catalana de estar embelleciendo a la corrupta burguesía propia por la muy innoble razón de que es la propia. 

Poble Lliure enarbola un programa indepe radical y formula una crítica feroz a los que considera "partidos reformistas" catalanes. Justamente esa es la mejor garantía de que se vigilará la unidad de acción del bloque independentista, cuya fuerza viene dada porque eexpresa todo el arco político y social catalán. Sin exclusiones. El programa máximo equilibrará posibles tendencias a conformarse con el programa mínimo. 

Frente a la CUP, Poble Lliure dispone de un argumento clásico, dictado por la experiencia de siglos: para censurar, hay que implicarse. No es un tropo, sino la enésima versión de la dualidad de la trinchera y la torre de marfil. 

dimarts, 12 de març del 2019

Gobernar bajo (o)presión

No hacía falta enviar cuadrillas de vigilantes a los pueblos y ciudades de Catalunya contra el desvergonzado color amarillo. No era preciso imponer la ley del cutter en las calles. Bastaba con convocar elecciones y pedir la intervención de la Junta Electoral Central, órgano al que pertenecen dos de los jueces que están juzgando a aquellos por los que los otros ponen los lazos amarillos que ahora prohíben. Curiosamente, entre sus miembros, si no yerro, no hay ni un catalán. Tampoco importa mucho porque, de quererlo, habrían encontrado alguno al que los símbolos amarillos pusieran tan amarillo como a sus colegas.

Probablemente esta requisitoria será legal. Al fin y al cabo, esta cuadrilla hace las leyes a la medida de sus conveniencias. Desde luego, no es justa y es de esperar que la Generalitat responda políticamente como se merece Y, por supuesto, es inepta, porque provocará un florecimiento amarillo en todo lo que no sean instituciones públicas, que es mucho, porque en Catalunya prevalece la sociedad civil. Hace unos cien años, un dirigente moderado de la Lliga decía algo así como (no pongo comillas porque cito de memoria): si quisiéramos conseguir la secesión deberíamos propiciar que las autoridades españolas se comportasen como lo hacen.


Y así siguen hoy. ¿Resultado? Los herederos de la Lliga han comprendido que el Estado cumple ciegamente su destino y, por tanto, se han hecho secesionistas, también llamados independentistas. Y no solo lo dicen, sino que lo hacen. Este es el aspecto determinante de la revolución catalana, que es de toda la sociedad. No de un partido o una clase, sino de todos (o muchos) y todas. Y así seguirá siendo por la dinámica propia de la nación catalana que, como la flecha en el aire, tiene que alcanzar la diana. Algo simple: no es un desvarío de iluminados, ni una conjura de interesados o una obra de partido. Es un movimiento popular de abajo arriba y poderoso, porque se da en una sociedad fuertemente articulada.
  
A esta prohibición, seguirán otras de la misma fuente que ya actuó con idénticos designios en las elecciones de 21 de diciembre de 1917 sin evitar el triunfo independentista. Así que ahora, las injerencias serán mayores. La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals está en el punto de mira de este blocao unionista disfrazado de neutralidad como el que se pone una máscara veneciana. Empezarán con el lenguaje. Anatematizada la expresión "presos políticos", a continuación caerá "presos independentistas" porque, dicen, no están presos por ser independentistas sino por ser presuntos delincuentes (o ni presuntos, según alguna ministra) de derecho común. Habrá que llamarlos a secas "presos" o uno a una por sus apellidos. En las tertulias, ojo con lo que se ve y dice. ¡Ah! Cuidado con los medios privados, los digitales sobre todo, que dan noticias sacadas de las redes en donde es menester poner orden.

Una intervención en toda regla mientras se revisan febrilmente normas y reglamentos, doctrina y jurisprudencia a porrillo para descabalgar de las listas a los presos y presas políticas. Entre tanto, en el campo indepe, la habitual trifulca sobre si llevar a las presas políticas en cabecera de listas no será supeditar la estrategia a su condición y desviarse del objetivo. Verdaderamente hay debates que podíamos ahorrarnos. Como si no supiéramos hacer dos cosas al mismo tiempo. Y veinte. Las presas políticas son parte de la estrategia, como todo lo demás. Tenemos listas, candidaturas, instituciones dentro y fuera, mantenemos la iniciativa en todos los campos, tomamos decisiones, mantenemos en jaque a la administración central, sin darle excusa para aplicar el 155, la acción exterior es tan importante como la interior.

No ir a Madrid es un error. No hablar con una sola voz en representación de todos los sectores políticos y sociales independentistas (y hasta algún free rider) es un error. Pero se hará de necesidad, virtud. Se supone que el bloque indepe actuará unido en el Congreso. La eficacia de su acción dependerá de la correlación de fuerzas. 

Pero, además, el resultado de las elecciones tendrá la correspondiente lectura catalana que, a su vez, influirá sobre las subsiguientes municipales en las que hay una diversidad casi laberíntica. La lectura, sin embargo, será sencilla, una vez que, autoinmolada la CUP, será la competencia por la hegemonía entre los dos sectores tradicionales del catalanismo, la izquierda y la derecha que es ahora tan independentista como la izquierda y los así llamados "antisistema". El resultado puede ser el equilibrio o dar ventaja a una parte sobre la otra. Lo que suceda después dependerá en buena medida de cuál sea la parte hegemónica.

El Estado sigue sin oferta alguna para Catalunya salvo la represión y la procrastinación más desvergonzada. Pero esa situación asfixia la acción de la Generalitat en la medida que esta tiene el compromiso de cumplimiento del mandato del 1-O.

Y a ello habrá de enfrentarse el independentismo, sea cual sea el sector hegemónico. 

dilluns, 11 de març del 2019

Liderazgo

Pues claro, hombre. Y hay quien dice sorprenderse. Toma cuerpo la comparación que Palinuro suele establecer en términos livianos con De Gaulle y Pimpinela Escarlata. Del primero trae el MHP Puigdemont la legitimidad universalmenente reconocida para representar el país ocupado; es su símbolo exterior. De Pimpinela, la flexibilidad, la audacia y la inventiva. Calíbrese la importancia de que uno de los diputados del próximo Parlamento europeo sea el presidente de la República catalana, fugado para el Estado español y exiliado  político para todo el mundo.

A pesar de lo anterior, Puigdemont hizo lo que pudo por conseguir lista única indepe a todas las elecciones, al tiempo que dejaba clara la correspondiente posición en la política española. Ni jirones quedan de la bruma de sospechas sobre la integridad del independentismo burgués. Para dejarlo bien claro, en un gesto tan infrecuente como encomiable, se ofreció de segundo en una lista unitaria al Parlamento europeo, por detrás de Junqueras. No sé qué más puede pedirse en términos de hechos; no de palabras.

Resultado: en estos momentos, Puigdemont simboliza el independentismo en versión exterior por encima de los partidos, por estar tan abierto a la unidad con ERC como con la CUP. Duran acaba de expresarlo con clarividencia: "siempre creí que Puigdemont era más de la CUP que de CiU" Clarividencia, no originalidad, pues esa pinza JxC/CUP era evidente. Lo dijo Valtonyc: Puigdemont es un anarquista. Caramba con el rapero. También se anunciaba ya en el famoso abrazo de Mas y David Fernández. Y es que no es un asunto de personas, sino de clase. La burguesía, ahora, sí es independentista. Y eso toca muchas convicciones e intereses muy arraigados.

Así, quienes quedan mal parados son ERC y CUP. El caso de ERC es particularmente dramático porque tiene elementos personales y colectivos difíciles de tratar, sobre todo los primeros. Ayuda a entenderlo recordar la máxima heracliteana de que el carácter es el destino del ser humano.

¿Cuál es la explicación? Que tanto ERC como CUP son partidos o agrupaciones de tales, con dinámica de partidos, aunque de organización y funcionamiento interno distintos. Pero partidos con horizontes y costumbres de partidos. ERC busca alianzas fuera de Catalunya, tanto en las europeas como en las legislativas, pero dentro del Estado español. Esto es más o menos compatible con la concentración en la tarea de cumplir el mandato del 1-O, que sigue siendo la primordial. Poco lo es, en principio, tejer alianzas fuera y no en Catalunya, dando la impresión de que prevalece la participación en el sistema español sobre la República catalana. Es escasamente explicable por vía inercial y, aunque se considere oportuno como táctica electoral, quizá no lo sea tanto.

La CUP no parece haber dado una explicación satisfactoria a su "no" a participar el 28A o yo me la he perdido. He leído unas confusas reflexiones sobre la necesidad de recogerse y concentrarse en el ámbito municipal. La decisión no es compatible con la primacía de lo nacional. Porque el argumento de que la representación catalana en Madrid no lleva un auténtico proyecto rupturista (o algo así), no solo es injusto con los otros partidos indepes, sino ilógico. En principio, la CUP habría de pensar que su presencia en el Parlamento español sería garantía de la autenticidad del proyecto. Más bien cabe sospechar que el "no" viene arrastrado por una tradición partidista de las banderas de nuestros padres, con escasa atención a lo crítico y, sobre todo, insólito, de la situación. No se han atrevido a encarar los nuevos tiempos en los nuevos terrenos

Puigdemont también es de partido. Si y no. A estas alturas eso importa ya poco, sobre todo, dado el galimatías en que su liderazgo tiene a la constelación de la derecha independentista. El grito de alarma de los medios unionistas de que Puigdemont aboca al cisma al PDeCat, aparte de delatar la obsesión por dividir a los indepes, indica desesperación ante una batalla de antemano perdida. Aunque felicitándose por lo que consideran el fraccionamiento del adversario, los medios temen una intensificación del independentismo enemigo de componendas. La CUP no se presenta. Sus electores quedan en libertad. Cada cual hará el vaticinio que le cuadre, pero uno de ellos es que el voto cupaire irá mayoritariamente a JxC. Tanto por lo claro de las posiciones de estos como por la ambigüedad que embarga la candidatura de ERC, cuyos electores se preguntan si votan a un partido exclusivamente independentista u otro con un plan B de imbricación en la política española mientras la catalana se encuentra en standby.

Con todo y con eso, no puede quedar duda alguna de que, sean como sean las candidaturas y sean cuales sean los resultados, la unidad de acción se mantendrá a toda costa.

diumenge, 10 de març del 2019

¡Que vienen los pictos!

Los historiadores contemporáneos, o sea, los periodistas, únicos que van a la veloz par con los hechos, se regocijan con los periodos pre-electorales porque son de muy sustancioso comentario. Hay que hacer las candidaturas, las listas, las coaliciones y a toda velocidad porque en política rige un único plazo para todo: el último minuto.

Aquí está la CUP debatiendo hoy a calzón quitado (momento que algún ilustrado aprovechará para recordar que reúne a los sans-culottes de la revolución catalana) si se presenta o no a las elecciones del país vecino. Será un debate muy ilustrativo y de su resultado están todos muy pendientes, aunque disimulen. Como es conocida la posición de Palinuro a favor de 1) presentarse a las elecciones; 2) en candidatura única indepe, me ahorraré toda pretensión de falsa objetividad. Sería muy buena noticia que la CUP se presentara y lo hiciera en coalición con otra u otras fuerzas indepes. Cuanta mayor unidad, mejor. No parece una idea complicada. Si hasta Dios es único, aunque también tres personas en unión hipostática, ¿como no lo serán los mortales? Por lo demás, no tengo duda alguna de que, sea cual sea la decisión de la CUP, será la que juzgue mejor para el objetivo de la independencia.

La Crida ha avalado a Jordi Sánchez para encabezar la candidatura de JxC por Catalunya como diputado por Barcelona. Otro ámbito en efervescencia. Los medios unionistas especulan con que Sánchez es de ánimo dialogante, cosa obvia, aunque no en el sentido que ellos dan. Por lo demás saben que el independentismo burgués es tan radical como la CUP. Nada de "diálogo" con Madrid. Posición de bloqueo. Los medios madrileños contemplan el aterrizaje de los indepes catalanes con el temor de las legiones romanas cuando bajaban los temibles pictos de la Catalonia; perdón, quiero decir Caledonia.

Por eso ven con tan buenos ojos los afanes de ERC por encontrar aliados fuera del bloque estrictamente indepedentista. Una actividad que recuerda la visita al mercado del barrio,en busca de las mejores ofertas. En el exterior, ERC desdeña la alianza con las formaciones burguesas y se junta con las izquierdas vasca y gallega. En el interior, anda en diferentes escarceos con otras fuerzas en el claroscuro que hay entre el independentismo y el autonomismo. El prolífico y confuso mundo de Podem, Comuns y aledaños mejor o peor avenidos, dispuestos a buscar más grados de distinción entre el autonomismo y el independentismo que los de mestizaje en la Cuba española. Comunistas de Catalunya quieren una coalición con ERC y los soberanistas que, si no entiendo mal, son escindidos de los Comuns o de Podem.

Aunque el unionismo (y una parte del independentismo) vea en estas tentativas y propuestas una esperanza de ruptura de la unidad y relajamiento de la voluntad indepe, no hay tal ni mucho menos. En el independentismo se da la posibilidad de la doble militancia que la Crida ha proclamado. Verdad es que ERC la ha rechazado, pero será para sus militantes y en la medida en que pueda controlarlos. El pincipio de doble militancia, como todos los de libertad, rompe barreras. Aumenta el empoderamiento de los electores y militantes frente a los partidos.

Lo acepte o no, ERC practicará de hecho la doble militancia en cualquier forma de coalición con sectores "soberanistas". De un lado, seguirá formando parte del bloque independentista, pues ese es un camino de no retorno y, de otro, forjará alianzas externas con fuerzas no estrictamente indepes pero tampoco contrarias a la independencia, o sea, neutras, epicenas. En caso de darse algún conflicto, el bloque independentista ejercerá mayor fuerza de atracción que el neutral, que habrá de cruzar por fin el Rubicón. No es mala figura: dejarse llevar por la fatalidad al final que secretamente se deseaba pero no se se osaba verbalizar.

En definitiva, los pictos llegan, unidos o por tribus; pero llegan a poner en peligro la paz del imperio. Porque la constitución de una minoría de bloqueo en el Parlamento español, amparada en la Constitución de la que tanto alardean sería una formidable palanca para forzar una salida negociada a este desbarajuste provocado por la contumaz pretensión castellana de negar la condición nacional de Catalunya y tratarla como una colonia.

La Llorona

Recordando el post de ayer sobre la jornada feminista del 8M, Somos unas antiguas Palinuro cayó e la cuenta de que había intentado racionalizar el tema, darle una perspectiva histórica, narrar sus dificultades y los todavía ingentes obstáculos a que se enfrenta. Todo muy justo. Pero, ¿por qué se sigue de aquí que haya de defenderse este movimiento? ¿Qué promesas encierra en su seno que justifiquen una tan gran alteración de las pautas culturales dominantes? Hay programas que racionalizan el futuro previendo cómo será la vida cuando las mujeres alcancen la igualdad real. Pero el futuro es imprevisible y tanto da verlo a la luz de la razón como de los sentimientos. Ahí estaba la carencia del post: no hablaba de sentimientos. Así que, para enmendar la omisión, busqué esta secuencia de la pelicula Frida, (2002), de Julie Taymor. Vean mujeres (y algunos hombres):




Salma Hayek, Chavela Vargas, Frida Kahlo, Diego Ribera (en efigie), Trotsky y Ramón Mercader. El sentimiento y la razón. La vida y la muerte. Las mujeres y los hombres.

Ya; que estoy pasándome. No más que quienes auguran la paz y armonía universales cuando gobiernen las mujeres; o quienes ven un gobierno de brujas; o quienes dicen que algún día se alcanzará la "verdadera" igualdad.

Salma, Chavela, Frida; o, en orden cronológico real, Chavela, Frida, Salma. Y La Llorona. Con Ribera comienza el sufrimiento, y con Trotsky y Mercader llega a su paroxismo racional.

Este Ribera se autorretrató como niño formal, con paraguas y canotier, por delante de Frida, ya mujer, de la mano de la calavera Catrina en el famoso mural de la Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, por si alguien quiere ver al repipi mozalbete. La calavera Catrina es mujer, dama incluso, lleva un aparatoso sombrero y luce de fular la serpiente emplumada, símbolo casi ctónico de México. Y muy lógico, porque simboliza la unión del cielo y la tierra