dimecres, 15 de juny del 2016

Mañana, III Jornadas de Ciberpolítica

Mañana, a las 10:00 se inauguran las III Jornadas de Ciberpolítica en el Instituto Nacional de Administración Pública. Es una especie de congreso en el que nos reunimos con cierta periodicidad los aficionados y especialistas en estas quisicosas de la política e internet en sus múltiples, proteicas y a veces misteriosas relaciones. Las llamamos Jornadas de ciberpolítica porque somos modestos en la forma aunque, como buenos académicos, muy orgullosos en el fondo. Pero se nos nota poco porque, al manejarnos con soltura en esto de las redes, el ciberespacio, la política 2.0 o 3.0, vamos dando el pego de ser gente tratable. Ni hablar. Solo nos soportamos a nosotros mismos y entre nosotros mismos y si hay promesa de intercambio estrictamente igualitario. El ciberespacio no tolera explotación ni abuso.

No pretendo explicar de qué van las jornadas porque es imposible. Son 16 mesas distintas con casi cien ponencias sobre los asuntos que consideramos más candentes hoy en el estudio, análisis y uso de las articulaciones entre ciberprocesos y realidades sociales, económicas y políticas, fundamentalmente. Un mundo hecho de redes encierra una promesa de cambio radical, revolucionario de relaciones sociales. Piensen un minuto en algo de una extraordinaria vulgaridad: ¿cuándo fue la última vez que pusieron un telegrama? ¿La última que escribieron un carta? ¿Llegaron a poner un fax, que aseguraba ser la revolución de los siglos? ¿Cuántos periódicos impresos en papel han leído en los últimos meses? Pues eso.

Y de eso, de las nuevas formas de consumo y producción, la comunicación, las campañas, las cuestiones de género, el análisis y explotación y minería de datos, de todo es de lo que vamos a hablar estos dos días y estaremos encantados de escuchar lo que se nos quiera decir. Hay donde dar y coger y también un catering para no desfallecer y tomar unas pastas con café.

Las jornadas tienen lugar los días 16 y 17 en dos edificios relativamente cercanos pero distintos: la escuelas Pías de la UNED en Madrid, calle de Tribulete y el Instituto Nacional de Administración Pública en la calle Atocha. No exagero si afirmo que son de interés para profesores y alumnos de las facultades de Sociología, Políticas, Historia, Periodismo, Derecho y Económicas. A los de Filosofía también les interesaría grandemente.

Habrá todo el streaming que podamos conseguir.

Más sobre el debate del lunes

He leído todo tipo de comentarios sobre el esperado debate a cuatro, único de esta campaña electoral. Declaraciones, artículos, columnas. Me he enterado de cómo sonreía fulano, de si mengano tenía el gesto adusto, de cómo vestían todos y cuáles eran sus gestos más y menos favorables. He leído sobre los gustos, filias y fobias de unos u otros, sobre si iban bien documentados o no y sobre su manejo de las cifras y datos. Y, por supuesto, de si "ganó" este o aquel o aquel otro o de si el que "ganó" lo hizo porque no "perdió" y observaciones tan inteligentes como estas.

Pero lo que no he visto en parte alguna ha sido un juicio sobre el conjunto del debate, una valoración de su categoría, del peso de los argumentos, de la forma de exponerlos, de sus distintas facetas y mucho menos he leído alguna reflexión sobre la pertinencia o impertinencia de los razonamientos y los temas abordados. Posiblemente porque la categoría de los analistas y expertos comunicólogos sea aun inferior a la de los políticos, que ya es decir.

Lo más llamativo del debate y lo que al menos algún análisis habría de señalar fue su pavorosa falta de nivel intelectual. Ni una idea nueva, ni un juicio o conceptos audaces, inesperados, sobre asuntos de los que habla todo el mundo en la barra de los bares con más conocimiento de causa, más familiaridad y más perspicacia que estos líderes de pacotilla. 

Las elecciones costarán 160 millones de euros (aparte de lo que no se ha podido producir en estos seis meses de desidia y marasmo) por culpa de la incompetencia de estos mismos cuatro individuos, incapaces de ponerse de acuerdo en nada, salvo en repetir la jugada y en que el coste lo paguemos los ciudadanos. Ellos no solamente no pagan sino que se consideran con derecho incuestionable a volver a presentarse y reclamar el voto tras haber fracasado una vez, con orgullo, con soberbia, sin pedir disculpas y todos sosteniendo que tienen la fórmula mágica, el bálsamo de Fierabrás. ¿No es increíble?

Falta de nivel intelectual es, incluso, caritativo. No se trata de pedir a esta gente que esté a la altura de los tribunos, diputados y oradores del pasado, de un Donoso Cortés, un Emilio Castelar o un Manuel Azaña. Al lado de aquellos políticos estos son analfabetos funcionales. Pero sí nos asiste el derecho de que, además de asesorarse sobre el peinado, la corbata y el perfil, esta gente aprenda a hablar en público y no convierta los debates en una aterradora lluvia de lugares comunes, latiguillos, topicazos y meras estupideces, que dejen de decir "Mire usted, señor X...", "oiga usted, que aquí se trabaja", "¿sabe usted lo que le falta , señor Y? Yo se lo diré...", déjeme decirle...", "hay algo importante que quiero decirle...", "nosotros pensamos", "nosotros proponemos", "le digo sinceramente...", "creemos, como no podía ser de otra manera...", etc., etc.

Añado una consideración a la que Palinuro dedicó un párrafo en su post de ayer, sigue el bloqueo, pero no he visto tratado en otros lugares y, sin embargo, merece especial consideración: el patriarcado, el machismo rancio que destiló todo el debate, del principio al final. Ni una sola mujer en el plató para hablar de lo que interesa al 52% de la población. Solo una entre los tres moderadores y no tenía parte en el guión ni palabra en la función. ¿Alguno de los participantes lo hizo observar? Ni uno. Todos tan a gusto en un mundo en el que cuatro machos (y españoles,  blancos, de clase media, edad media, heterosexuales, residentes en capitales y católicos de confesión y práctica o culturales) hablan en nombre del conjunto de la población española cuando, tomando estos datos en consideración representan a menos del 20% la población entre todos ellos

Ninguno de estos machos hizo la menor referencia a las mujeres como no fuera, en algún caso, para tratarlas como objetos y no como sujetos. Salvo una referencia de pasada a que sigue habiendo una brecha salarial considerable entre hombres y mujeres (en el caso de Sánchez quien, creo recordar, se permitió la machada de decir que el PSOE es el "partido de las mujeres") no hubo ninguna otra referencia a cuestiones feministas. Los periodistas hubieron de insistir un par de veces para que se dignaran decir unas breves y desdeñosas palabras sobre la violencia machista. 

Ninguno de ellos introdujo en su discurso una perspectiva de género. Dudo incluso de que sepan lo que es. Incapaces de desglosar las cifras y datos que manejaban (y que están desglosadas por sexos; basta con buscarlas) para explicar que, si el índice de paro es X, el de paro femenino es X x N; si el de pobreza es Y, el de pobreza femenina es Y x N; si el de precariedad es Z, el de precariedad femenina es Z x N, siendo N siempre un número positivo. Ninguno de ellos habló de la prostitución, de la trata de mujeres, de la sobreexplotación, el acoso sexual, el laboral, el trabajo de las empleadas del hogar. Ni una palabra.

Que esto lo haga la derecha, esto es, el Sobresueldos y Rivera está en la naturaleza de las cosas. Que lo hagan los dirigentes del PSOE y de Podemos es intolerable. La próxima vez que alguno de estos dos fantoches diga algo parecido a que "la revolución será feminista o no será", mandadlo a escardar cebollinos. 

Una cuestión, y va en serio. Mucha gente se pregunta cómo es posible que siete millones de personas voten a la derecha. Yo me pregunto cómo es posible que once millones de mujeres voten a estos cuatro machos que no saben hablar porque su capacidad de raciocinio se concentra un palmo por debajo de su ombligo, que es su punto de referencia.

La independencia solo puede ser unilateral

Eso es obvio. No está excluido que aquel de quien quieres independizarte te conceda la independencia de buen grado. Pero es bastante extraño. Lo habitual y esperable es que se oponga con uñas y dientes y hasta te persiga y encarcele por luchar por tu derecho a gobernarte por tu cuenta. Aquí mi artículo de esta semana en elMón.cat sobre este asunto y titulado RUI vs. DUI.

Ahora bien, si en cuanto al fondo de la cuestión, la unilateralidad, hay acuerdo, puede no haberlo en cuanto a la forma. Así hay quien dice (la CUP) que la independencia debe alcanzarse mediante un Referéndum Unilateral de Independencia (RUI) y quien dice (CDC) que debe hacerse mediante una Declaración Unilateral de Independencia (DUI). A primera vista, parecerían lo mismo, pero no lo son. El RUI busca "quemar etapas", ir directamente a la confrontación con el Estado, plantear un escenario de conflicto, mientras que la DUI trata de proceder de modo paulatino, gradual, de evitar la confrontación, mantener cuanto más tiempo mejor la legalidad y acabar en un proceso judicial internacional con garantías para ambas partes de que, el final, la solución será aceptabale para todos.

Los pros y contras de ambas posiciones se tratan en el citado artículo de elMón.cat, versión castellana es la siguiente: 


RUI vs. DUI

Por fin aparece Cataluña en un debate en la televisión entre las principales fuerzas parlamentarias del Estado y lo hace para escenificar la fuerza y la voluntad del “no” al derecho de los catalanes a la autodeterminación. El nacionalismo español de derechas y el de izquierdas renovaron su voluntad unitaria jacobina con el aplauso del catalanismo hispánico de Rivera, encantado de encontrar tan favorable eco. 

Hasta Podemos clarificó el alcance de sus propuestas catalanas, que tanta confusión han causado en el Principado en donde los votantes de En Comú-Podem no tienen claro exactamente qué estarán votando. Ayer pudieron verlo: estarán votando a favor de un referéndum que se hará en toda España y que tampoco es evidente que se haga porque no será línea roja en las negociaciones para la formación de un gobierno nacional español. Es decir, no estarán votando nada.

Parece llegado el momento de la confusión. Suele pasar en los trayectos prolongados y difíciles. Luego del no de la CUP a los presupuestos de la Generalitat y, sin duda, como remedio para no quedar encajada en el papel de aguafiestas por una sola causa, la organización asamblearia ha decidido ampliar y profundizar los motivos de la discrepancia y darle mayor empaque. Además de seguir gobernando con presupuestos prorrogados y por lo tanto desajustados a los objetivos perentorios que el gobierno quiere alcanzar, es preciso acelerar la hoja de ruta para que no haya desfallecimiento. ¿Cómo? Mostrando la clara e inequívoca voluntad de avanzar hacia la independencia. ¿No se acusa a la CUP de no querer la independencia en el fondo, razón por la cual se rechazaron los presupuestos? Pues ahora ha de quedar patente quién es quién en la vía independentista. Quién quiere la independencia y quién la finge.

¿La fórmula? Que se organice un referéndum unilateral de independencia (RUI) ya. Las autoridades se olvidan de planificar una declaración unilateral de independencia (DUI) y se pronuncian por el RUI. El caballo de batalla se llama ahora RUI. Siempre hay que tener un caballo cuando se quiere ir a la batalla y este cumple la función de clarificar las cosas y poner a cada cual en su sitio. La CUP no es el furgón de cola del tren de la independencia, sino la locomotora.

Sobre todo cumple la función de prolongar la práctica de la extorsión frente al gobierno independentista de la Generalitat, a base de ponerlo en la incertidumbre de tomar una decisión que lo enajene de una parte importante de su apoyo social. La independencia es un objetivo del conjunto de la sociedad catalana. Transversal se dice ahora. No solamente de sus sectores más radicales o combativos que no por serlo tienen necesariamente que ser los más sinceros. También lo es de aquellos otros que tratan de conseguir los cambios políticos y sociales no por la confrontación sino para la reforma y la transición paulatinas.

Un RUI y un RUI inmediato tiene todos los elementos de una ruptura repentina, algo que no se concilia con la fórmula reiteradamente invocada de Puigdemont de ir “de la ley a la ley”. Un RUI implica un salto en el vacío en el que, sin duda, podrá saberse quién está dispuesto a todo para conseguir el objetivo de una vez y quienes prefieren hacerlo paulatinamente. Es como un procedimiento de prueba de limpieza de sangre patriótica. Pero estratégicamente no parece lo más acertado. Al contrario, presenta tal cantidad de riesgos que bien puede entenderse como una maniobra más de extorsión con la finalidad última de que descarrile el proceso. El perfil de la buena conciencia se alza frente a la lentitud de todo procedimiento pragmático. 

Está claro que un RUI lleva a la confrontación directa con el Estado en una situación de ilegalidad que será muy difícil explicar en el exterior, ante la comunidad internacional de la que, en muy buena medida depende el proceso. Por el contrario, una DUI, siendo tan ilegal como el referéndum tiene un ámbito judicial natural en el que puede sustanciarse de inmediato, que es la Corte Internacional de la Haya. En lugar de una confrontación directa en la calle en una escalada de acción/reacción entre el Estado y Cataluña estaremos en un terreno en el que ambas partes, teniendo sus derechos reconocidos, podrán aducir sus argumentos ante un órgano imparcial. 

No hay color.

dimarts, 14 de juny del 2016

Sigue el bloqueo

Si alguien pensaba salir del debate con una idea de si el 27 de junio habrá gobierno o serán necesarias terceras elecciones, ya se habrá desengañado. La situación sigue tan bloqueada y tan enquistada como el 20 de diciembre pasado. Más incluso porque, a la misma situación de incertidumbre se añade ahora la memoria de lo que sucedió entonces, que funciona como la experiencia. La situación es prácticamente idéntica, mimética: a) el PP aislado, sin posibilidad de aliarse con nadie porque nadie lo quiere. C’s se esfuerza en explicar que el obstáculo principal es el Sobresueldos, pero como ha de explicárselo al propio Sobresueldos, tiene escasas posibilidades de obtener algún resultado; b) Podemos aparece encasillado en el extremo opuesto y en similar aislamiento, si bien Iglesias trata de romperlo a base de "tender la mano" a Sánchez. Cien manos que tuviera, cien que le tendiera. Pero el asunto ya no es tan fácil; c) el PSOE aparece como la pieza universalmente codiciada, sobre la que pivotan todos los intereses de pactos; Iglesias lo verbalizó explícitamente, el PP implícitamente y a C's no le hace falta hacerlo porque, en el fondo, mantiene el que hizo el 20 de diciembre.

Ese bloque PSOE-C's quedó claro desde el primer momento. Era evidente que los dos pactaron el debate con anterioridad y se repartieron los papeles. Apenas hubo ataques -ni siquiera menciones- entre las dos fuerzas que, sin embargo, sí se enfrentaron a las otras dos y de forma concertada: el PSOE estaba encargado de criticar a Podemos y al PP, pero su ataque debía concentrarse en el gobierno y solo secundariamente en los morados, mientras que P's debía atacar sobre todo a Podemos y solo de pasada al PP. Y a ese guion se atuvieron.

Debido a la falta de categoría de los medios españoles y al provincialismo de la clase política, los temas del debate pasaron desapercibidos porque a nadie le interesaban gran cosa. Es practicamente imposible recordar qué dijo en concreto cada uno sobre cada tema. Acabó teniendo mucha más importancia el tono, la actitud, eso que se llama comunicación no verbal. Todo lo cual requiere siempre cierto despliegue y fajarse con recursos retóricos y erísticos.  

Todos trataron de golpear a los otros en donde más les doliera  y los más castigados fueron PP y Podemos.  El primero teniendo que defender lo indefendible, esto es, sus años de gobierno, lo cual era imposible sobre todo dada la patética falta de recursos de Rajoy, quien no se apartó de la consigna de los dos millones de empleos pendientes de creación en los dos próximos años, cosa que debió de repetir unas cuatro o cinco veces mientras su cómica gestualidad involuntaria le daba un aspecto de viejo aturullado sin saber qué responder. Por no hablar de la consabida majadería de que España es "una gran nación", que lleva cuatro años soltando. Podemos, a su vez, luchaba denodadamente por salir del agujero del radicalismo en que los otros le metían, sobre todo Rivera, utilizando todos los recursos, incluidas falsedades pero con mucho impacto: fracaso griego (que parecía ser del propio Iglesias), financiación ilegal de Podemos, salida del euro o subida masiva e indiscriminada de impuestos. Todos venablos peligrosos porque son muy pegadizos para las audiencias.

  Hubo momentos para los otros dos; en el caso del PSOE, la corrupción, la complicidad con la austeridad y la reforma laboral y en el caso de C's especialmente el contrato laboral único, también propuesta de muy difícil defensa. Pero nada comparable con los chaparrones que caían sobre PP y Podemos. En sí mismo, el debate fue insulso, inconcluso y carece de ganador claro. Pero, ante todo, hace vislumbrar que la situación de bloqueo se mantendrá y quizá sean necesarias terceras elecciones, a pesar de lo que afirmaron en contra los dirigentes ya que su incapacidad para llegar a acuerdos fue evidente. 

Varias veces repitió Sánchez que fue la negativa de Podemos el 20 de diciembre y su voto a una con el PP los que obligaron a estas elecciones. Otras tantas reiteró Iglesias la necesidad de no mirar al pasado y su oferta de alianza de Podemos con PSOE para un gobierno de progreso, recurriendo reiteradamente a esa previsión maniquea que tanto gusta en Podemos de que Sánchez tendrá que elegir entre un gobierno con el PP o un gobierno de progreso con ellos. Enésima prueba de su patética pobreza dialéctica e intelectual porque, en primer lugar, reconoce la superioridad e iniciativa del PSOE y, en segundo plantea la cuestión de que, si esto es así, ¿por qué imposibilitaron el primer gobierno? Palinuro tiene la respuesta: porque Anguita forzó las nuevas elecciones y el narcisista Iglesias pensó que en unas nuevas elecciones arrasaría en plan caudillista latinoamericano. Pero en tercer y último término, a base de ocultarla, ponen de relieve una posibilidad que nadie considera pero es evidente: la coalición PSOE-C's, que es una gran coalició  edulcorada. La voluntad de los dos contrayentes hipotéticos está clara. Solo necesitan que Rivera tenga más votos.

Cuatro hombres debatiendo sobre sus asuntos, desde su punto de vista masculino. Como es lógico, no hicieron ni un mero intento de aplicar una perspectiva del otro género a nada. Cuando hablaron de las mujeres lo hicieron (los que hablaron de ellas) no como de sujetos sino como de objetos. En general, el debate tuvo un nivel próximo al mental de Rajoy pero, en lo tocante a las mujeres, alcanzó niveles insultantes. Ni uno solo de los candidatos, ni Sánchez, quien aseguró que el PSOE es el partido de las mujeres (la suya estaba esperándole obedientemente en la sombra por si había que hacerse alguna foto de propaganda) tuvo al menos el coraje de señalar que allí no había nadie, absolutamente nadie, que pudiera hablar en nombre del 52% de la población. Solo los tres periodistas llevaron una mujer y la tuvieron de dummy. En definitiva, el estado real del país lo denota este estúpido, cerrado, denso machismo que, sin embargo, entonó todas las entradas con unos gorgoritos de duelo sobre la matanza de Orlando con la misma fuerza de convicción que hubieran tenido de haber anunciado su intención de no volver a contar una mentira en su vida.

 El debate tuvo otro elemento decisivo, sin duda el más decisivo de todos, con el que se prueba por enésima vez lo que Palinuro lleva meses, años, diciendo, esto es, que la cuestión catalana es la más importante a lo que se enfrenta el Estado español, lo acepte o no, lo quiera o no. Aquí, la nitidez de las respuestas de tres de los cuatro partidos fue rotunda: referéndum de autodeterminación en Cataluña, no, jamás. A diferencia de lo sucedido con las mujeres, entre los cuatro, al menos, había un catalán para hablar de Cataluña; pero era un catalán "bueno", más español que Menéndez Pelayo. Los catalanes malos, los independentistas,eran invisibles, insisto, como las mujeres, si bien los de ERC contraprogramaron el debate patriótico con otro más realista. A la recia voluntad general de no dar ni agua a los catalanes, Rajoy añadió sus habituales sinsorgadas sobre el respeto a la ley del embudo en que ha convertido el ordenamiento jurídico español y Sánchez las suyas sobre una reforma de la Constitución de matriz federal que no se va a dar jamás ni él tiene la menor idea de cómo poner en marcha. Es muy de señalar que el incuestionable nacionalismo español de este hombre, hechura perfecta de su padrino Rubalcaba, lo lleva a utilizar el derecho de autodeterminación de los pueblos no como una opción jurídica o política sino como un insulto. 

A este respecto, Podemos está en una situación endemoniada, teniendo que defender el derecho de los catalanes a decidir con un argumento de, digamos, tornasolada moralidad pascaliana: el derecho a decidir de catalanes y vascos como vía más inteligente que la cuartelaria de los otros de conseguir lo mismo, esto es la unidad de España. Por eso decía con orgullo Iglesias que Podemos había ganado las elecciones en Cataluña y el País Vasco; en román paladino porque ha aprendido a ser más hábil, marrullero y mentiroso que su vecino. De todas formas, dos glosas al margen lo dejaron todo claro: habría un referéndum en toda España sobre Cataluña (tranquilas, tranquilos) y, en todo caso, el referéndum no sería línea bermeja en sus anheladas conversaciones para formar gobierno con ese dirigente muy y mucho español que es Sánchez.

Pues sí, es muy probable que haya terceras elecciones si los resultados son similares a los del 20 de diciembre y que las haya por Cataluña.

dilluns, 13 de juny del 2016

Ayer en Nou Barris

Lo que más me gusta de Palinuro es su prudencia y moderación. Limitarse a llamar "estúpida" a una derecha franquista gobernante que ha conseguido multiplicar por dos y medio la cantidad de independentistas y poner a Cataluña a las puertas de la independencia es un acto de caridad. "Estúpidas" es lo menos que puede llamarse a unas gentes que tenían el mandato expreso de su caudillo de preservar la unidad de España y han conseguido deshacerla. Al menos así se lo sollozó el moribundo Franco, sobando la mano del posterior Rey Juan Carlos, a quien él mismo había proclamado monarca con la innegable autoridad que le daba haber asesinado a cientos de miles de sus compatriotas.

Porque esta derecha, heredera ideológica y biológica de Franco, además de su irresistible tendencia a trincar todo lo que pueda de los fondos públicos y de corromper el conjunto del funcionamiento de las instituciones, no tiene nada más en la cabeza que mantener la "unidad de España" y rezar una tanda de rosarios a algún santo de su devoción.

Gracias a ella el país no se mueve desde hace trescientos, cuatrocientos años porque, como el loco del chiste que va en sentido contrario por la autopista, cree que los que están equivocados son todos los demás. El mundo no camina hacia el progreso, la ciencia, la tecnología, la igualdad de las personas, la ilustración, la emancipación y el autogobierno sino que camina en el sentido siniestro de Trento, que es el que le gusta, hacia atrás, hacia la superstición, el primitivismo, la desigualdad y el privilegio, el oscurantismo, la supeditación, el vasallaje. 

Esta derecha es la esencia misma de España. Por eso gana elecciones. 

Por eso España no tiene arreglo y, si los republicanos queremos la República que nos fue arrebatada por la sinrazón y el crimen, tenemos que hacernos catalanes. Porque Cataluña es la única oposición real al neofranquismo español actual mansamente aceptado por todos los partidos españoles.

Dos convocatorias interesantes

La primera es a la presentación del libro de Juli Gutiérrez Deulofeu sobre la obra de su abuelo, Alexandre Deulofeu, La matemática de la historia. Ya reseñé el libro en un post anterior, titulado La humanidad no progresa y ahora, tanto el autor como el editor, me hacen el honor de pedirme una presentación en la ya mítica sala Blanquerna, de Madrid. Mítica para mí porque, al ser catalana y ser yo una especie de embajador político-cultural de Cataluña en Madrid, debo de ser de los madrileños que más veces hayan estado en ella para estos gratos menesteres. En esta ocasión, la presentación va a grabarse porque algunas partes se emplearán para un documental que está haciendo Visiona TV para TV3 en Cataluña sobre la interesante figura de Alexandre Deulofeu.

Espero que el acto tenga miga. Juli Gutiérrez, lo conozco, es hombre empapado en la filosofía deulofeuliana de la historia y tendremos un interesante debate. Por mi parte, para quien haya leído algo mío, no hace falta decir que no comparto historicismo alguno y de ningún tipo pues ya he descubierto que uno de los trucos que usan algunos historicistas consiste en liar de tal modo las cosas que nadie acabe por enterarse de qué quiera decir "historicismo". Por eso me curo en salud, me abstengo de cualquier historicismo y me atengo al dictum shakesperiano de que la historia es, como la vida, "un cuento lleno de ruido y de furia, contado por un idiota y que no significa nada".

Lo cual no quiere decir que Alexandre Deulofeu no sea un personaje fascinante. Al contrario. Lo es y mucho porque esta teoría de la matemática de la historia es solo una faceta de su muy compleja y atractiva personalidad. Y porque, además, a diferencia del filósofo, cuando trato con un amigo a quien aprecio, lo pongo, como a Platón, por encima de mi amor por la verdad.

El acto en Blanquerna, el día 16, jueves, a las 19:00. Allí nos vemos.

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La segunda convocatoria tiene carácter académico y no es a un solo acto, sino a una serie o concatenación de ellos, esto es, a una especie de congreso en el que nos reunimos con cierta periodicidad los aficionados y especialistas en estas quisicosas de la política e internet en sus múltiples, proteicas y a veces misteriosas relaciones. Las llamamos Jornadas de ciberpolítica porque somos modestos en la forma aunque, como buenos académicos, muy orgullosos en el fondo. Pero se nos nota poco porque, al manejarnos con soltura en esto de las redes, el ciberespacio, la política 2.0 o 3.0, vamos dando el pego de ser gente tratable. Ni hablar. Solo nos soportamos a nosotros mismos y entre nosotros mismos y si hay promesa de intercambio estrictamente igualitario. El ciberespacio no tolera explotación ni abuso.

No pretendo explicar de qué van las jornadas porque es imposible. Son 16 mesas distintas con casi cien ponencias sobre los asuntos que consideramos más candentes hoy en el estudio, análisis y uso de las articulaciones entre ciberprocesos y realidades sociales, económicas y políticas, fundamentalmente. Un mundo hecho de redes encierra una promesa de cambio radical, revolucionario de relaciones sociales. Piensen un minuto en algo de una extraordinaria vulgaridad: ¿cuándo fue la última vez que pusieron un telegrama? ¿La última que escribieron un carta? ¿Llegaron a poner un fax, que aseguraba ser la revolución de los siglos? ¿Cuántos periódicos impresos en papel han leído en los últimos meses? Pues eso.

Y de eso, de las nuevas formas de consumo y producción, la comunicación, las campañas, las cuestiones de género, el análisis y explotación y minería de datos, de todo es de lo que vamos a hablar estos dos días y estaremos encantados de escuchar lo que se nos quiera decir. Hay donde dar y coger y también un catering para no desfallecer y tomar unas pastas con café.

Las jornadas tienen lugar los días 16 y 17 en dos edificios relativamente cercanos pero distintos: la escuelas Pías de la UNED en Madrid, calle de Tribulete y el Instituto Nacional de Administración Pública en la calle Atocha. No exagero si afirmo que son de interés para profesores y alumnos de las facultades de Sociología, Políticas, Historia, Periodismo, Derecho y Económicas. A los de Filosofía también les interesaría grandemente.

Habrá todo el streaming que podamos conseguir, pero no es seguro del todo. Habrá lagunas.

La locura es individual

A la vista de la matanza de Orlando, ¿tiene sentido acordarse de la perpetrada por Anders Breivik, el nazi noruego, en Oslo, en 2011 y por unos terroristas islamistas en París en 2015? Setenta y siete personas murieron en la primera ocasión. Eran, creo recordar, gentes de una organización juvenil socialdemócrata en un campamento de verano. En el caso francés unas gentes que estaban divirtiéndose en unas salas de fiestas, más de 120 muertos. Y nada que ver con un club gay en Orlando, Florida. Nada es nada. No hay pauta, no hay "método en la locura", como pensaba Polonio de Hamlet. No hay más que una persona toma una decisión que acaba con la vida de otras. Y esa decisión la toma por su cuenta y bajo su responsabilidad.

Para mayor complicación, aunque lo más sencillo y frecuente es que se considere locos a los asesinos, que "se les ha ido la olla", no tiene por qué ser así. Aunque fastidie reconocerlo. No podemos saber cómo era el autor Omar Siddique Mateen porque está muerto. Pero sí sabemos cómo está Anders Breivik. Por cuanto puede verse es una persona cuerda; parece ser autoritario, pero eso no es un delito; muchos lo son, sin llegar a abrir fuego sobre una muchedumbre. Puede estar poseído de una manía de erostratismo, pero eso no explica por qué le da por asesinar a sus semejantes en lugar de volar el Taj Mahal, por ejemplo.

El autor pude haber actuado siguiendo algún mandato que juzga superior. Es posible. En algún sitio he leído que uno de estos curas musulmanes anda diciendo a gritos que los gais deben perecer. También es posible. Algo similar dice el Cardenal Cañizares en España. Cierto que Cañizares no desea ni ordena la muerte de ningún gay, pero es que eso, por ahora, es delito. Habría que saber la opinión de Cañizares si no lo fuera. Y, en el caso de Breivik, quizá no habrá voz clerical alguna representante de la Valhalla que ordene expresamente acabar con los socialdemócratas en un campamento de verano. Como tampoco parece que a algún clérigo musulmán francés haya predicado la necesidad de dar muerte a la gente que se divierte en una discoteca. Pero el dicho Breivik puede creer que esa orden está implícita en su forma de entender la vida del nazi ario puro, como los ocho terroristas parisinos pueden pensar que solo se es verdadero creyente cuando se asesina a los no creyentes. Son conclusiones que alcazan por su cuenta. 

Haya o no haya las voces, molestarse en encontrar la justificación causal de un crimen en una ideología, religión o concepción colectiva del tipo que sea, es perder el tiempo. Sobre todo si se hace con ánimo de prohibir luego estas creencias colectivas. Las creencias no pueden prohibirse. Sí pueden sus manifestaciones prácticas, objetivas, pero no en su pura actividad subjetiva.

Los responsables de sus actos son en primer lugar (y muchas veces único, aunque no siempre) los individuos. Esto es, el terreno de lo desconocido. Nunca sabremos cómo van a reaccionar los demás a nuestros actos, incluso a nuestros no actos, a nuestra mera presencia en el mundo. En la inmensa mayoría de los casos sí decimos saberlo porque damos por bueno el instinto y sentido de supervivencia en nosotros mismos y en los demás. Pero eso no es saber y, además, no funciona siempre. La ruptura del sentido de supervivencia propio o ajeno no puede darse por imposible con aboluta seguridad. La baja probabilidad del asunto no quiere decir nada desde un punto de vista moral: un solo caso entre millones plantea el mismo problema de comprensión que si fueran muchos más.

El bajo índice de probabilidad del crimen, desde el punto de vista jurídico puede servir para calibrar la intensidad de la respuesta y dictar las normas generales que parezcan más adecuadas a la opinión pública.

Pero locos que aprieten el gatillo en una concentración de gente habrá siempre. 

Campo sepultado

En el museo Reina Sofía, una magnífica exposición sobre el contenido del título: Arte y poder en la posguerra española, 1939-1953. Nada menos. Todo el arte, todas las artes en aquellos años aciagos que nos parecen hoy tan lejanos como la época de la peste negra y, sin embargo, sigue siendo muy cercana, incluso actual. No exagero: todos sus artefactos están presentes: cientos de ellos en esta muestra ejemplarmente comisariada por Mª Dolores Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz. Y, sí, cientos de artefactos: cuadros, tallas, documentos de todo tipo, maquetas, fotos, películas, grabados, indumentaria, objetos, decoraciones, proyectos, guines, ediciones. Un trabajo ímprobo para hacernos vivir la atmósfera de una época sórdida, salido el país de la guerra civil y sumergido en una docena de años de cruel y arbitraria represión, de miseria, hambre, aislamiento internacional corrupción, intentos de reconstrucción, mediados por la formidable corrupción que caracterizaba al régimen. Casi como por casualidad, pero muy significativa, la exposición abarca desde 1939 hasta 1953, prácticamente los que estuvieron vigentes las cartillas de racionamiento, que se abolieron en 1952. Una exposición que trata de transmitirnos un país entero, con todas las complejidades y matices de las relaciones entre la realidad y su transfiguración artística, literaria, pictórica, musical, escultórica, etc.

Los artefactos están presentes, hasta el punto de que ha sido necesario promulgar una ley de la memoria histórica para deshacernos de muchos de ellos y resulta que no es tan facil. Parecen estar incrustados en la rugosa piel de este país. A ver qué hacemos con el Arco de la Victoria de la La Moncloa; qué con Cuelgamuros, el Valle de los Caídos. Hace días, Tortosa, una villa catalana ha votado en referéndum mantener un monumento que los franquistas mandaron erigir en mitad del Ebro para conmemorar su victoria. Suma y sigue.

Los artefactos están presentes. Y muchos de sus autores, pintores, escultures, escritores, músicos. Algunos representan o han representado hasta hace poco tendencias artísticas de primera, pero ya producían entonces, Dalí, Tàpies, Saura, la gente del Dau al Set, Sánchez Mazas, Ridruejo, Laforet, Chillida, etc. Presentes, por tanto, están jirones de estilos, visiones, ideas y también, cómo no, memoria. Esa memoria sumergida, reprimida, refoulée, que acompaña al franquismo en general y sus comienzos en particular. Memoria secuestrada, negada, renunciada y fuente de la actual neurosis colectiva de los españoles que los lleva a auténticas aberraciones. Que haya historiadores que recomienden olvidarse del pasado a la vista de la dificultad de encararlo con ecuanimidad, sin revivir conflictos, es una pista de la peculiaridad de este fenómeno. Que los historiadores nos recomienden olvidarnos del pasado aproxima la situación a un grado de absurdo cercano a la fiesta del no-cumpleaños en Alicia en país de las maravillas.

El arte tiene voluntad de permanencia y por eso, esta exhibición es sobre el pasado pero también sobre el presente. Y se le añade otro factor en el título: el poder. Se delimita así la producción a aquello que se hizo en relación directa con el poder político franquista. El régimen traía una gestión de la cultura encargada al ejército durante la guerra civil pero, al concluir esta, confió la tarea a unos órganos de propaganda dependientes de la Falange. El franquismo había aprendido de sus primos hermanos, el nazismo y el fascismo que el Estado debe cuidar el frente ideológico y artístico por su poderosa fuerza legitimatoria. Pero, por las peculiaridades de la dictadura de Franco, parcialmente militar, parcialmente falangista y parcialmente clerical, los centros de producción ideológica y legitimatoria eran diversos. En manos de la Falange y de los intelectuales falangistas de la primera época, Ridruejo, Tovar, Laín Entralgo, etc, estaba la revista Escorial, como centro no solo de recuperación retórica de las letras imperiales, sino también de control de las manifestaciones artísticas externas. Otro hombre adicto al régimen, Eugenio D'Ors, con su "Academia breve de crítica de arte", en funcionamiento desde 1942 a 1954 amparó todo tipo de manifestaciones artísticas, estilos y trayectorias. En los salones de la Academia breve expusieron Maria Blanchard, Eduardo Vicente, Pere Pruna, Modesto Cuixart, Antoni Tàpies, Benjamín Palencia, Ignacio Zuloaga, Rafael Zabaleta, Álvaro Delgado, Salvador Dalí, Joan Miró, Guinovart, Caballero, etc, etc. 

Junto a estos centros de imputación de la creatividad del primer franquismo (falangistas y Eugenio D'Ors) hay que situar los eclesiásticos y religiosos en general. La dictadura confiaba la "formación del espíritu nacional" a la Falange (canalizada a través de las pinturas de valerosos camaradas de Sáenz de Tejada), a la que el general, en realidad, despreciaba. La formación del espíritu religioso, sin embargo, a la que dan máxima importancia los fascistas, se encomendó a la Iglesia. Esta fue la rasponsable de la censura en todos los ámbitos de la existencia, no solo los espectáculos y ejerció igualmente funciones de propaganda, si bien con mayor sentido académico, a través, por ejemplo, de la revista Arbor, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, todo ello territorio del Opus Dei, siempre muy enfrentado a la Falange. El régimen franquista se cuidó mucho de garantizarse su legitimación y justificación, pero lo hizo de una forma menos sistemática que los nazis, por ejemplo, que enseguida concentraron tan nobles funciones en un Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda (Ministerio del Reich para la Ilustración Popular y la Propaganda). De hecho el correspondiente departamento español, Ministerio de Información y Turismo, se creó en 1951 y sus dos primeros titulares fueron Gabriel Arias-Salgado (un cristiano de tenebroso porte y auténtico fanatismo censor) y Manuel Fraga Iribarne, por entonces, en realidad un falangista.

El aparato de propaganda se hacía presente en la producción arquitectónica del periodo de la reconstrucción. La Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones y el Instituto Nacional de Colonización se encargaron en aquellos años y posteriores de llenar España de construcciones útiles, de pueblos modelos enteros o barrios completos de viviendas protgidas que mostraban al mundo la imagen edulcorada que la dictadura quería transmitir. Algunos de estos pueblos de colonización también ha conseguido pasar a la historia al haber rechazado hace poco los vecinos en referéndum cambiar el nombre del poblado: Llanos del Caudillo

Por supuesto, en muchas de estas obras públicas (pantanos, industrias, puertos) intervinieron prisioneros republicanos en condiciones sumamente penosas o de franca esclavitud. De esa circunstancia y el arte producido en las atestadas prisiones de la época apenas hay testimonio. Salvo el curioso folleto en inglés y castellano con una docena de dibujos e ilustraciones de diversos autores y el poema de Stephen Spender sobre la caída de Madrid, el fin de la guerra. Spender, el poeta que combatió en las brigadas internacionales. Más relieve tiene los Hijos de la ira (1944), de Dámaso Alonso (Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). Hay algunos dibujos de presos políticos. Poca cosa. Lo cual es lógico porque la exposición es del arte oficial o, cuando menos, tolerado del franquismo. 

Para prestar atención a otras manifestaciones, hay que ir a mirar el arte del exilio, el de los españoles del éxodo y el llanto, de León Felipe. Y, además, hay que viajar, sobre todo a México, para ver obra de Buñuel en cine; de pintura con dos extraordinarias pintoras españolas, Maruja Mallo y Remedios Varo, poco conocidas en su propio país; o de literatura, Max Aub, por ejemplo, una de cuyas novelas, por cierto, proporciona el título  a la exposición, Campo cerrado, la primera de la saga del Laberinto Mágico, cuya ambición era explicarse a sí mismo y explicarnos la guerra civil y sus consecuencias. O bien diversificar los destinos, ir a Inglaterra, a Puerto Rico, a Roma, a Ginebra, a saber de Luis Cernuda, de Juan Ramón Jiménez, María Zambrano, Mercè Rodoreda, Rivas Cheriff. La exposición dedica una sección a este presencia. Mínimo, pero suficiente, testimonio de una escisión de la que la cultura española no se ha recuperado: los intelectuales, artistas y escritores exiliados, del exterior y los del interior (tanto los que señoreaban con gajes y privilegios el régimen como quienes lo vivieron en el llamado "exilio interior). Un drama, un diálogo o conflicto muy difícil de entender y explicar, una situación que empieza con la decisión de Ridruejo de publicar a Antonio Machado en Escorial a comienzos de los cuarente y se cierra en los setenta, cuando Javier Marías, hijo de Julián Marías, ejemplo de "exilio interior", arremetió contra los intelectuales del régimen que supieron reinventarse después como "arrepentidos", al estilo de Tovar y Laín o como "gurús" de la nueva izquierda, al estilo de López Aranguren.

En términos más concretos, la exposición está repleta de noticias y muestras de sumo interés. Ya aviso de que no es posible visitarla en un solo día porque verla entera es agotador. La sección dedicada a la influencia del arte italiano en la España de la posguerra está muy conseguida. Por razones obvias, había continuidad con el arte italiano de la anteguerra, que ahora se evidencia en manifestaciones surrealistas, entre las que destaca un insólito Parafraragamus de Tàpies (1949) y obras de José Caballero y Luis Castellanos que revelan la influencia directa de la pintura metafísica de Chirico. Precisamente algo tiene que ver con ello una exposición de arte italiano de 1948 de la que hay una reseña de José Camón Aznar. Lo más característico de esta influencia quizá sean los muestras del postismo que se exhiben, poemas de Carlos Edmundo de Ory, una carta de Eduardo Cirlot, cuadros de Francisco Nieva, Aurelio Suárez o Benjamín Palencia, una reproducción del primer (y único) número de la revista teórica del movimiento, La cerbatana y, por supuesto , el famoso manifiesto de 1945, Marinetti ha muerto. Viva el postismo. Queda claro, entra por los ojos, el hecho de que, aun habiendo sido un movimiento tan efímero, haya tenido una influencia tan extraordinaria en la estética posterior de las años 50 y 60, a través de publicaciones como La codorniz, o el teatro de Miguel Mihura o Jardiel Poncela. En realidad, el postismo, como negación de todas las vanguardias, venía a ser la traducción a la creación artística de la recomendación franquista de que la gente no se metiera en política.

Por supuesto, paso obligado, lo que la exposición misma llama "españolada, folklore y flamenco". Así dicho, suena liviano. Vivido es atroz, atosigante, asfixiante. Falta además el elemento religioso por la sempiterna razón de que los españoles se niegan a reconocer esa omnipresencia clerical en todas sus obras espirituales. ¿Cabe concebir una "españolada" sin curas? Y la realidad de la vida cotidiana, por cierto, en esta sección como en todas las demás, magníficamente retratada en las fotos de Martín Santos Yubero. Solo por esa de unas jóvenes veinteañeras españolas ataviadas de negro riguroso, con peineta alta y mantilla pero sonrientes de catorce en fondo en 1940 debiera colgarse en ese museo de la memoria que algún día habrá que edificar. Encapuchados, nazarenos, Cristos, custodias, campesinos arrugados y curtidos portando crucifijos: la España real que rodea el mundo ilusorio, de fábula ridícula e imperial en que la Sección Femenina de la Falage, al mando de Pilar Primo de Rivera, hermana del ausente, tenía a las jóvenes en unos cursos de adoctrinamiento en el histórico castillo de la Mota, oficios de mujer cristiana y futuras madres por las sendas imperiales en unos reportajes de la revista del Sindicato (obligatorio) de Estudiantes Universitarios (SEU), llamada Haz, no el imperativo del verbo hacer, sino el haz de flechas. Jóvenes educadas en los panfletos del psiquiatra del régimen Dr. Antonio Vallejo-Nágera que, en realidad, era una especie de psicópata de proclividades nazis.

El capítulo del cine franquista ofrece normalmente los pasajes más hilarantes de estos repasos históricos. La exposición hace hincapié en La aldea maldita, una peli de Florián Rey, que había sido director durante la República y siguió siéndolo con el franquismo porque sus productos se adaptaban perfectamente al modelo patriótico español, cuya versión más sublimada había producido el propio Franco al guionizar para cine su inenarrable novela Raza. Junto a estas cuestiones cinematográficas, no está de más que el visitante pueda echar una ojeada a las "Instrucciones y normas para la censura moral  de espectáculos", aprobadas por la Comisión Episcopal de ortodoxia y moralidad en 1950, solo para ver lo que los curas permitían que se viera y lo que no. Algo así deja huella para siempre.

Llega un momento en que, tras años y años de adocenamiento, mediocridad, censura, estupidez parece que se ha instalado la resignación. Es lo que la exposición llama "Años de penitencia", con el título del primer tomo de las memorias de Carlos Barral, que trata de ellos, estremecedoramente retratados por Santos Yubero y, en literatura, ya se sabe, son los años de celebrar (y lamentar al tiempo) La familia de Pacual Duarte, Nada, Las industrias y aventuras de Alfanhui, La colmena. 


Apunta, sin embargo, una recuperación, con la que se acaba este ciclo, esta visión del arte en la época oscura. Comienza con una especie de paso atrás, como para coger impulso y se afirma la radicalidad de las corrientes primitivistas. Los juicios estéticos y reflexiones de Juan Eduardo Cirlot, Sebastià Gasch, Carlos Edmundo de Ory, llevan sin más la conferencia de Ricardo Gullón, Algunas ideas sobre Altamira y el arte moderno, dictada en la propia  cueva de Altamira en un congreso en 1950. Lo podía haber redactado Picasso: ¿querían ustedes purificarse en un primitivismo original? Ahí lo tienen, en el paleolítico de Altamira. Y de aquí arranca la recuperación de la libre creación artística por el ardid de excluir de su comprensión al espectador malintencionado, esto es, la irrupción del arte abstracto, en el fondo, la primera oposición artística a la dictadura. Obra de Miró, Eusebio Sempere, Antonio Saura, Chillida, Millares. Esto ya no hay quien lo pare y solo ocho o diez años después de los espantosos retratos hagiográficos del falangista Pancho Cossío.  

Merece la pena echar unas horas contemplando cómo lucha el espíritu creador contra la opresión del oscurantismo y la estulticia.

diumenge, 12 de juny del 2016

La República Catalana

Resumen de mi conferencia/xerrada ayer en La Garriga, por cierto, un lugar encantador:

El alma de la nación catalana es republicana desde que aparece en la historia en los confines del Imperio Carolingio allá por el siglo IX como Condado y luego Principado. Su integración en la Corona de Aragón, conservando sus fueros e instituciones peculiares no obsta para que podamos suponer que, de haber sido las cosas de otra manera en la historia, Cataluña hubiera evolucionado como una potencia mediterránea al estilo de Génova o Venecia: poderosos centros políticos, económicos, comerciales. De hecho, Cataluña fue desde el principio una res publica de enorme influencia en el Mediterráneo, cuyas aguas fueron policiadas por su Libro del Consulado de Mar, que fue texto obligado para regular la navegación en el Mar Mediterráneo hasta el siglo XIX.

Cataluña nunca ha abandonado esa tradición republicana. El breve episodio de la República proclamada por Pau Claris en 1641, que tanto recuerda la sublevación del Parlamento de Inglaterra contra Carlos I Estuardo y su posterior decapitación, es buena prueba de ello. Que Cataluña hubiera de aceptar la mainmisse francesa se explica por las contingencias de la guerra contra los castellanos y no por flaqueamiento de la voluntad republicana catalana.

Con posterioridad, en el siglo XIX, Cataluña colaboró con lealtad a la primera República. Dos de sus cuatro presidentes, Estanislao Figueras y Francisco Pi i Margall (quien, además, aplicó sus concepciones federales que, por supuesto no cuajaron en aquella efímera República), son la mejor prueba de que Cataluña siempre colaboró con el resto de España en encontrar una forma de organización territorial del Estado más racional y aceptable.

Luego del fracaso de la Iª República se intensificó el proceso de consolidación de la nación cultural catalana a través de los Jocs Florals, la Renaixença y las enseñanzas de Milá i Fontanals en espera de dotarla de un Estado que la protegiera.

Luego de la reacción anticatalanista de Primo de Rivera, se abrió paso la IIª República española en la que los catalanes volvieron a colaborar. El catalán Nicolas d'Olwer ayudó decisivamente a elaborar la Constitiuón e 1931 y Cataluña fue un puntal decisivo del esfuerzo de guerra que, en parte se había declarado en contra de soberanismo catalán. De hecho cabe decir que la última gran batalla de la República fue la del Ebro y, con la caída de Cataluña, cayó la República.

Vinieron después los 40 años de la dictadura franquista, especialmente represiva en Cataluña en donde, además del genocidio de republicanos, se intentó el genocidio de la lengua y la cultura. Y, finalmente, la transición, con su Constitución de 1978 que quiso resolver definitivamente el viejo contencioso territorial español, fue, a su vez, otro fracaso. La conversión de los dos grandes partidos, PP y PSOE en partidos dinásticos, dispuestos a reconstruir el corrupto régimen de la Restauración alfonsina, eliminó la posibilidad de que en España se instaure una República. El silencio y la sumisión al atropello de la Iglesia Católica, Estado dentro del Estado, hace prever que en España no habrá nunca un Estado laico de verdad ni una Iglesia al margen de él.

Las elecciones de 2011 han llevado al gobierno de España con mayoría absoluta a un partido neofranquista, ultrarreaccionario y nacionalcatólico. Todo esto ha producido un aumento imparable del independentismo catalán, convencido, como lo está Palinuro, de que España no tiene arreglo, no cambiará jamás, siempre podrán volver representantes de aquel pasado de fascismo corrupto. Por lo tanto, lo mejor que pueden hacer los independentistas no es esperarse a ver si los españoles consiguen por fin su IIIª República, sino ir por su cuenta hacia su propia República.

Esta República Catalana cuenta ya con un sistema razonable de organización institucional a base de sucesivos proyectos de Constitución. Igualmente dejará un margen amplio de debate sobre la organización económica y social del país. Y por último será indudablemente reconocida por la comunidad internacional y la UE.

El mundo cambia; Cataluña lo hace con él; España, no.

Dialéctica de la hipocresía

Consideren el titular del periódico Público, la hoja parroquial de Podemos, desde la que este derrama su interesante visión del mundo: "Errejón: "Sánchez se equivoca dirigiendo su campaña contra nosotros". ¿No les llama nada la atención? Es evidente: el verbo equivocar no está en su sitio. ¿Desde cuándo preocupa a un partido político que un adversario se equivoque y hasta se lo advierte noblemente? Desde nunca. Cuantos más errores y equivocaciones cometa el adversario mejor para uno que, así, además, aprende de las insuficiencias ajenas.

Efectivamente, la compungida advertencia de Errejón es un ejercicio de hipocresía en niveles. En primer lugar aparece la siniestra  vía del "y tú más". No me creo que Sánchez dirija su campaña contra Podemos. Sí me parece, sin embargo, que es Podemos quien ataca sistemáticamente al PSOE. En las redes sociales está muy claro, sobre todo en twitter. Hay verdaderos especialistas en pasarse el día insultando los socialistas en 140 caracteres. Supongo que son los trolls que Podemos contratan quizá incluso a destajo. Cien tuits, por ejemplo, 10 euros. Que lo hagan mindundis fanáticos a las órdenes de sus caudillos no quita un ápice del hecho de que quien de modo sistemático, permanente y retirado ataca al PSOE es Podemos. Y no solo en Twitter, también en Facebook y en los discursos y alocuciones de sus dirigentes: "el PSOE es la derecha, el IBEX 35 no le deja pactar con Podemos, es partidario de los recortes, no quiere un gobierno de iquierdas, pacto en cambio de C's, aprobó el 135, está lleno de cal viva", etc, etc.

En segundo lugar, al hablarse de "equivocación", no se hace de falta, atentado o delito. No es necesario. El PSOE no puede agredir en serio a Podemos porque este está muy arriba en el sorpasso o tal cosa aseguran sus líderes y la corte de periodistas que les bailan el agua. No puede hacer daño al partido morado. Este lleva ya mucha delantera. ¿Acaso no aseguran que el 27 de junio Sánchez tendrá que decidir entre hacer presidente al Sobresueldos o al amado líder de Podemos? Esto, por descontado, no es dirigir la campaña contra el PSOE. Es, simplemente, intentar ningunearlo, anularlo ya que, en realidad, está condenado por el viento de la historia a ser el PASOK español.

En tercer lugar al hablar de "equivocación" el de Podemos se entristece al ver cómo, por su mala cabeza, los socialistas meten la pata y pierden el tiempo. Podemos es inatacable e invencible y más vale que los adversarios lo reconozcan, si no quieren tener un final más amargo del que les espera. Lo mejor es que no queden en evidencia con estos intentos inútiles de atacarlos.

En cuarto lugar, Podemos perdona la vida al PSOE. Es absurdo dirigir su campaña contra él, que es inatacable. Más atinaría si la dirigiera contra el PP, pero, por desgracia, no puede hacerlo ya que, en el fondo, son aliados. Este es el mensaje que, a la chita callando, por lo bajinis, pretende trasmitir la hipócrita afirmación de que duele ver cómo es cierto el conjunto de fábulas que propagan los de Podemos sobre los demás.

En quinto y último lugar, la hipocresía de la afirmación vuelve sobre sí misma, como la pescadilla que se muerde la cola. ¿O no es atacar al PSOE afirmar que ataca a Podemos? Advertir con gesto desolado que el PSOE se equivoca al atacar a Podemos, lo que se está haciendo es atacar al PSOE.

Los procesos mentales de la gente de Podemos son como el alma de los cántaros.

dissabte, 11 de juny del 2016

Y en esto, llegó la Patria

(Dedicado al gran Pepe Rubianes)

De pronto, se oyen insistentes trémolos patrióticos en el país. Manuel José Quintana suena por las calles y plazas de la indómita nación, Oigo, Patria, tu aflicción....Tratándose de la gente de Podemos, pueden ustedes jurar que el repentino fervor que se manifestó hace unos días en lugar tan apropiado como el Hotel Ritz de Madrid, tiene dos motivaciones: el plagio y el oportunismo. Ya saben: conseguir votos como sea y, si para eso, hay que incurrir en un ridículo de guardarropía, hágase. Lo dijimos el otro día, recordando a Samuel Johnson y su vitriolo: "el patriotismo es el último refugio de un canalla". A lo que añadía el perverso Ambrose Bierce: "el último, no; el primero".

Plagio: ¿A qué se debe el estentóreo grito? A la memoria vienen las aficiones de la nueva formación: Syriza y todo lo demás. Sobre ser griega la palabra, es también realidad con sentido en Grecia. El país estuvo larguísimos años, siglos,  dominado por los turcos; años en que los griegos se vieron despojados de su Patria y en los que invocarla era luchar contra el invasor y constituirse en comunidad por encima de las diferencias de clase. Ser patriota era ser algo en Grecia. Y la tradición se ha quedado. Patriota es una especie de gentilicio también típicamente griego. En el resto de Europa la afición tuvo poco arraigo, excepción hecha de la época del nacionalismo italiano. Garibaldi tenía que liberar también la patria de extranjeros, incluido aquel extranjero universal que era el Papa de Roma y sus Estados pontificios. Mas allá de los Alpes, la invocación ya no sonaba tan grata ni progresiva. En las brumas teutónicas, Das Vaterland comienza a tener tintes reaccionarios. Cuando los alemanes quieren unirse en un solo Heimat echan mano del término latino Nation.

Pero, si no muy extendido en Europa, en donde se desconfía -con razón- de estos arrebatos, el ideal arraiga en América Latina. Después de la epopeya contra el español, los americanos encuentran su patria (o "patrias") demediadas por el imperialismo gringo y desde el Patria o muerte cubano, el reclamo patriótico prende en las revoluciones y movimientos más o menos populistas del siglo XX: Guatemala, Nicaragua y, luego, el cono sur. Recuperar la Patria, mancillada y oprimida por el vecino del Norte.

De Grecia y América Latina, llega el nuevo anhelo patriótico hispánico. Tampoco es tan nuevo. La izquierda radical de los setenta ya había ido a refugiarse en él con aquel delirante FRAP (Frente Armado Antifascista y Patriótico), casi literalmente copiado de los Montoneros y Tupamaros latinoamericanos. Pero con un toque netamente español, o sea, berlanguiano. Esa copia es la que Podemos recopia o replagia a día de hoy en una muestra del incansable afán renovador de la formación.

Tiene asimismo el término una legitimación a contrario que a sus adalidades debe parecer perfecta: las clases dominantes, la oligarquía, el franquismo y sus incontables seguidores, se sirvieron del sacrosanto nombre de Patria para humillarla y escarnecerla en beneficio de sus innobles intereses. Pero ahora viene la gente, la buena gente, que no es de izquierda ni derecha a recuperar lo que es suyo y dignificarlo de nueva: la Patria, nuestra Patria, que no son medallas, ni distingos, no es "un fusil y una bandera", como cantaba Chicho Ferlosio, sino que "son mis hermanos que están labrando la tierra". La recuperación de la Patria es la regeneración que traía el nuevo caudillismo de Podemos para distraer de esas minucias de la alianza con IU y el vetusto Partido Comunista de España que, por cierto, es tan régimen del 78 como el PSOE y más, incluso, que el PP, que es un recién llegado.

Es obvio y dan las acostumbradas ganas de llorar al ver cómo el discurso de la nueva política no solo es idéntico al de la vieja: no conozco político español alguno que se atreva a hablar de su patria en los términos de Rubianes, a quien la Justicia humana persigue más allá de la muerte, no sea que se le ocurra volver. Y no solo idéntico al de la vieja política: con las obvias muestras de ese género específicamente español, la picaresca. Esta Patria suena a Lazarillo de Tormes y sus argucias para comer más uvas que el ciego.

Solo hay un inconveniente de congruencia retórica. Como siempre, el plagio viene cojo. Igual que el Unidos Podemos dejaba fuera a las mujeres en típico olvido de siete machos, la Patria, en singular, deja fuera a las demás naciones españolas. El discurso de la plurinacionalidad del Estado, resulta ser una farsa. ¿O cuando Iglesia habla de "Patria" espera que el traductor de Google haga su trabajo automáticamente y lo traduzca al catalán, euskera y gallego para que los habitantes de esos territorios irredentos lo escuchen, pero traducido a sus lenguas respectivas?

¿Hay que hablar de "la Patria" o de "las patrias" españolas, con ese enojoso plural que, como maldición bíblica, arrastran los españoles desde tiempo inmemorial y emerge de tiempo en tiempo en la voz de sus poetas que dejan constancia de aquello de "cárcel le dieron las Españas"?

Hoy, sobre la República Catalana

Hoy, sábado, conferencia, o sea, xerrada, de Palinuro en La Garriga sobre la República Catalana. Lugar y hora y admisión, las que se especifican en el cartel.

Con la que está cayendo, es menester más que nunca hablar de la República Catalana más como un proyecto viable y factible que como un sueño utópico. Vamos aprendiendo a fuerza de darnos de bruces con la realidad, que los proyectos, según se acercan a témino, han de luchar con adversarios y enemigos cada vez más poderosos. Y los más poderosos de todos son los que habitan con nosotros y en nosotros. Por eso es más decisivo encontrar las fuerzas para salir adelante, ya que a estos adversarios y enemigos no hay que vencerlos, sino que convencerlos.

Allí nos vemos.

Donec Perficiam.

La entrevista a Puigdemont

Bueno, aquí está la entrevista íntegra. Es larga. Lo cubre todo. Y aquí hay un estadista de primera. Ninguno de los candidatos de los partidos estatales pueden comparársele ni de lejos. La versión catalana en elMón.cat con fotos y hasta un vídeo chulísimo está aquí.

La versión castellana, a continuación. Si yo fuera un político español de los partidos dinásticos o de la oposición no solo la leería, sino que la estudiaría. A lo mejor empezarían a tomar conciencia de la magnitud del problema que tienen, aunque se obstinen en ignorarlo.


Carles Puigdemont : " Cataluña continuará formando parte de Europa, esto ya no lo discute ni Rajoy"
Salvador Cot y Ramón Cotarelo

Ramón Cotarelo pide un libro sobre el palacio de la Generalitat, muy impresionado por el edificio. El jefe de Comunicación del Gobierno, Pedro Martín, le hace notar que el edificio es " incómodo para trabajar " y que los despachos que dan a la plaza de Sant Jaume son molestos "porque hay mucho ruido". "Es el peso de la historia ", responde Cotarelo . Y yo le hago notar que el gótico civil tiene poco de autonomía de régimen común. Cuando entra Carles Puigdemont (Amer, Selva, 1962) se abre un diálogo que, en el fondo, remite a la historia que contiene este palacio medieval donde hoy estamos sentados ...

Salvador Cot: Dicen, en algún caso incluso desde la órbita de la CUP, que Trotsky le ha tumbado los presupuestos. ¿Usted lo esperaba?

Hombre, era una posibilidad de estas últimas semanas, pero yo cuando asumí la presidencia de la Generalitat, no me lo esperaba, porque de habérmelo esperado, no habría aceptado la presidencia. Es más, no me habría sido ofrecida.

SC: El resultado inmediato, políticamente hablando, es igual a más Puigdemont, menos CUP?

Es un error plantearlo en términos personalistas y de ganadores y perdedores. Aquí sólo puede haber un ganador, que es el país, Cataluña. Y un perdedor, que es el país y Cataluña. Nosotros somos gestores de derrotas y de victorias. Y yo quiero formar parte de los que gestionan victorias. Tristemente, la CUP se inscribe en los que parecen cómodos en gestionar derrotas. Y aquí tenemos una gran discrepancia. Todo lo que nació como Juntos el Sí, que es un "sí" bajo el brazo, todo lo que represente este espíritu de victoria de estos años, de tanta gente que se ha movilizado, es lo que debe ganar.

Ramón Cotarelo: Esta cuestión de confianza se ha saludado como una jugada maestra. Y probablemente lo sea. Le da a usted unos meses de oxígeno en los que la oposición está prácticamente atada de manos y pies. ¿Qué hará usted con la hoja de ruta? Porque tiene las manos libres, pero no tiene presupuestos ...

De entrada, creo que es importante recordar que la cuestión de confianza interpela no sólo al presidente que se somete a ella, sino también al conjunto del Parlamento, y es el Parlamento que se tendrá que mirar en el espejo. En segundo lugar, veremos con qué mayorías podremos recomponer la fuerza del proyecto.

RC: En estos tres meses ¿se seguirá con la hoja de ruta?

Sí. Nosotros no tenemos ningún gobierno en funciones ni tenemos ningún derecho a renunciar al proyecto que fue aprobado por el Parlamento de Cataluña. La paradoja es que yo salí investido con un programa de gobierno que se aprobó el mismo día de la investidura y que es el que aún sigue vigente. La contradicción es que este programa no tenga los presupuestos que de él mismo se desprenden, pero hay mecanismos para seguir con el proyecto de manera intacta. Ahora bien, tenemos que ver con qué mayorías llegamos a septiembre.

SC: Sin presupuestos, que quiere decir sin construir algunas estructuras de estado importantes y sin una mayoría en el Parlamento durante todo este tiempo, el calendario de los 18 meses ¿se debe sustituir por alguna otra cosa?

No estamos pensando en rediseñar ni la hoja de ruta ni el calendario que lo hace posible porque hoy, aún con más convencimiento de que hace cinco meses, sabemos que aquel era un plazo perfectamente realista. Y posible. Por lo tanto no hay ninguna duda al respecto. Sin embargo, las elecciones españolas, la ausencia de gobierno son elementos que han influido y pueden incluso ensanchar las mayorías y los apoyos parlamentarios en la hoja de ruta. O se pueden empequeñecer, y en este caso ... eso es la democracia. Tenemos que ir a metas concretas que, desde mi punto de vista, deben ser irreversibles. Es decir; no tácticas. Debemos saber si tenemos la fortaleza parlamentaria que apoye, y más en este momento que se ha roto el acuerdo de investidura. Yo necesito saberlo. Porque tendré que tomar decisiones. Y son decisiones que tienen que venir con un aval explícito del Parlamento de Cataluña. Y hoy este aval no puedo dar por supuesto.

RC: En esa hoja de ruta hay un elemento de seducción, que es la proyección internacional. Y un esfuerzo muy grande por hacer. Sin presupuestos ¿lo podrán mantener?

Es evidente que una parte, no. Nosotros planteábamos abrir una serie de delegaciones que, obviamente, necesitan un presupuesto. Y el funcionamiento ordinario de un departamento nuevo que este año tiene presupuesto cojo. Y esto lo explicamos antes y seguimos contando después de la no consideración a trámite de los presupuestos. Esto ¿nos impide continuar construyendo la pata internacional? Tampoco. Tendremos menos recursos y menos potencia, pero la haremos igualmente, y tal vez tendremos que encontrar fórmulas imaginativas para continuarla haciendo.

SC: "Convergencia se hunde", titulaba un diario de Madrid, este viernes. Un desastre electoral de Convergencia ¿aceleraría los cambios del interior del partido?

Dos cosas. Convergencia no se hundirá. Llevo 30 años leyendo este titular, y especialmente en determinados diarios. Y la realidad es que estamos vivos, que somos la primera fuerza municipal, aún ahora, y que tenemos un muy buen arraigo en el país. La segunda cosa es que la renovación se hará sí o sí. La prueba más clara de ello fue el supersábado, que, de hecho, marca un hito indispensable a partir de ahora para todos aquellos que quieran hablar de participación política. Cuando alguien quiera hablar de participación política y de ejercicio práctico de participación política, no deberá referirse a los ejercicios de los partidos que supuestamente son los autores intelectuales de la participación política en nuestra sociedad, sino que paradójicamente por ellos, deberán referirse a una práctica de un partido digamos "a la clásica" que ha sabido movilizar 14.000 personas físicamente para ir a votar, de las cuales un 40% eran simpatizantes, no militantes, que deciden hacer una herramienta nueva. Esto demuestra que es un partido enormemente vivo, con una potencia territorial, y que ha estado dispuesto, pase lo que pase en las elecciones, a constituirse con una herramienta útil en el país del siglo XXI.

SC: Pero hay mucha gente que le pide a usted desde dentro más implicación en el partido. Este mensaje le debe llegar constantemente.

Yo, la implicación en el partido ya he dejado claro que ni la quiero ni debo tener. En el proceso de creación de un nuevo partido, sí. Y influir en este nuevo partido, también. Pero yo no quiero ni puedo asumir ninguna responsabilidad ejecutiva ni de liderazgo. Porque contravendría un principio para mí, y es que quien está al frente de una institución, la más importante de Cataluña, no debe estar al frente del partido. Debe estar en la ejecutiva nacional, pero no tiene que dirigir el partido. Yo participaré en este debate, voy a participar mucho y haré campaña.

SC: Reconoce que se lo piden ...

Sí, pero eso es normal. Todo el mundo entiende que el presidente de la Generalitat, en este momento  tiene que estar concentrado y dedicado a la institución. Y yo tengo opinión, quiero expresarla y lo haré públicamente. Y participaré en el debate y en las estrategias de creación del nuevo partido, pero yo no tengo que ser ni quiero ser el líder de este partido. Y es que tenemos muy buenos. La emergencia de nuevos liderazgos plurales y también el relevo generacional son muy saludables.

RC: Recuerdo una afirmación suya muy interesante: De la ley a la ley. Está bien eso. Tiene fondo histórico, y además tiene gracia. Es como volver una pelota. Yo me temo que pase lo que pase el 26J, el resultado para Cataluña vendrá a ser más o menos indiferente, gane quien gane en Madrid. Por lo tanto, deduzco de sus palabras que el desarrollo de las instituciones y de las leyes catalanas seguirá. Tal cual. Pero si llegara una oferta de negociación del Gobierno central ¿qué haría?

Depende de que quisiera negociar. Si nos proponen negociar un nuevo estatuto, no. Rotundamente no. Si nos proponen negociar una reforma constitucional, depende. Si la reforma constitucional tiene como línea irrenunciable la celebración de un referéndum en Cataluña, evidentemente que sí. Pero una reforma constitucional como la que ha anunciado Pedro Sánchez, que no sabes exactamente si lo que quiere es recentralizar algo más o diluir o ... no sé qué es. No lo sabe ni él y, evidentemente, no vamos a perder el tiempo. ¿Qué oferta esperamos nosotros que nos sirviera para enriquecer la hoja de ruta que yo pueda presentar a la cuestión de confianza? Una propuesta clara y explícita de acordar un referéndum. Entonces debemos comprometernos a incorporar este elemento en la hoja de ruta, porque sabemos que esto amplía más aún, y sabemos que es el camino que el mundo al que nos hemos dirigido y estamos hablando nos pide. Y nos dice: es el mejor camino para todos. No es el único, y esto también lo admite todo el mundo, pero este sería lo preferible. Y si el gobierno español que salga propusiera eso, nos sentaríamos a la mesa con la lealtad de estos grandes momentos históricos. Yo cuando hice referencia a esta expresión a Torcuato Fernández Miranda, también hacía referencia a la Semana Santa del 77, cuando hubo un gobierno que se movió y también un Partido Comunista que hizo los deberes y que trabajó lealmente, asumiendo también su parte de responsabilidad para hacer posible un acuerdo. Nosotros estaríamos en esta tesitura. Nosotros deberíamos hacer de Carrillo.

RC: Aquel 'de la ley a la ley' tenía una conciencia clara, compartida por todos, de que lo anterior era ilegítimo. Y por tanto, la legalidad de la ilegitimidad es absurda. Mientras que aquí mucha gente puede pensar que la ley de la que se parte es ilegítima, pero también hay un consenso de que esto es un estado democrático

Le haría un matiz: Yo no creo que en la mayoría de los que votaron el tránsito 'de la ley a la ley' hubiera la sensación de que eran ilegítimas. La mayoría pensaba que evolucionábamos, porque la sociedad española había evolucionado, y que teníamos que cambiar con ella.

SC: ¿Están dispuestos a negociar una nueva financiación?

Cuando yo hablo del período entre la post-autonomía y la independencia es un lapso temporal en el que nosotros, sí o sí, debemos utilizar el ordenamiento contitucional para administrar las competencias que tenemos otorgadas. Por tanto, no vamos a renunciar a ninguna competencia ni a ningún euro de los que van asociados a estas competencias. Pero hay una razón más de fondo todavía; es dinero nuestro. Por lo tanto, nosotros, con autonomía, con independencia, o con estado federado europeo será igual. La defensa de lo que recauda Cataluña será inequívoca y firme, por lo tanto, está claro que nos sentaremos a considerar y negociar los términos en este "mientras tanto" para que quien gestiona una parte del dinero de los catalanes no se lo quede. Claro que sí. Pero no liderar, no seremos nosotros que haremos de fuente de financiación de la autonomía de España. Porque lo hemos hecho muchos años y nos ha ido muy mal. También para España, que por culpa de querer diluir la identidad catalana ha generalizado un sistema insostenible. Y además, ha generado catalonofobia. No nos ha salido a cuenta a nadie. Por tanto, no liderará. Si el gobierno de la Comunidad Valenciana, y la presidenta de Baleares, en cualquier otro grupo de autonomías lo lidera y nos parece bien, evidentemente ya hemos dicho que los ayudaremos. Porque detrás de cada Comunidad Autónoma hay personas que no tienen ningún motivo para tener que pagar las consecuencias de un mal sistema de financiación.

RC: Ustedes no plantean el desbarajuste de la financiación del estado autonómico en sus términos más crudos. Cuando los señores del gobierno y los señores de la oposición dicen que no se puede romper los principio de igualdad entre los españoles están mintiendo, ya que los vascos y los navarros no tienen esta igualdad

Es que tampoco la tenemos los catalanes en relación a otros territorios que no son País Vasco ...

RC: Y ¿como es que esto no emerge más claramente? Yo lo planteo como una cuestión de carácter táctico. A los vascos y los navarros no les interesa que se mencione esto. Y los españoles tampoco, porque queda en evidencia el desbarajuste y la injusticia que hay en el caso de las cuatro comunidades excedentarias ...

Nosotros el concierto ya la hemos planteado dos veces y siempre nos han dicho que no. Y nos dirán siempre que no. Queda escrita y acreditada nuestra petición y el apoyo parlamentario con votos y escaños que tenía la petición de un concierto económico para Cataluña, que llamábamos 'pacto fiscal'. Esto fracasó, por lo tanto ya no tiene ningún sentido poner sobre la mesa un acuerdo que España rechazó. Porque también tenemos que tener en cuenta que España tiene derecho a no ser cambiada. Tiene derecho a querer ser un estado como es ahora. Pues lo más democrático es una separación amistosa y pacífica y positiva para ambas partes.

SC: El hecho de que no se puedan resolver de ninguna manera los flujos de financiación, ¿a usted le parece que es consecuencia de un sistema económico español muy bloqueado? Un mecanismo que, por ejemplo, necesita hacer AVE s en detrimento de Cercanías? Porque a través del BOE ese dinero va a determinadas empresas que son, ellas sí, las que tienen un poder real.

Un caso que explica esta cultura que usted describe y que yo estoy de acuerdo. ¿Por qué España no tiene una ley de patrocinio y mecenazgo como tienen las democracias avanzadas, como Estados Unidos o Francia? Porque en el momento que estuviera, aquel Estado perdería el control de una parte importante de la construcción de una identidad, como son la cultura, el patrimonio, la creación ... Todo esto, que quedaría en manos de la gente que contribuiría a hacer posible una determinada cultura, probablemente tendría unas consecuencias muy concretas en la construcción del Estado español. Y por tanto, consecuencia: Tenemos cero incentivos a que haya dinero privado o particular a soportar la cultura, las artes o la investigación. Otro ejemplo que explica también esto. Alguien ha visto mucho nerviosismo de verdad en Madrid porque se vuelvan a repetir elecciones, aparte de los políticos? Yo en el Estado no he visto ni uno. El Estado está encantado. Todos aquellos subsecretarios que cuando manda el PSOE están arriba y cuando manda el PP están debajo, pero que se van pasando el turno. De hecho, viven más tranquilos. Hay menos páginas en el BOE. La política molesta menos. Y el Estado funciona. No hay nervios. ¿Por qué? Para esta estructura de 300 años muy fosilizada y enquistada que nunca se moverá en la línea que pensamos que nos puede favorecer. Nunca. Antes prefieren sufrir las consecuencias de tener una cultura empobrecida que poder liberalizar y perder, entre comillas, el control de la creación cultural.

RC : Me parece fascinante, y le agradezco porque es un gesto de generosidad , decir que España tiene derecho a no ser cambiada. Reconocer un derecho a alguien que actúa injustamente es generoso, pero poco práctico. Pero pasemos, si os parece, al resultado de la cuestión de confianza. Si es 'no', ¿qué sucede ?

Yo automáticamente, soy un presidente cesado. Por lo tanto yo ya no tengo la facultad de convocar elecciones anticipadas. Entonces el Parlamento debe poner en marcha el mecanismo de investir un nuevo presidente. Si hay candidato y el candidato queda rechazado, se automatiza la convocatoria de elecciones, creo que en un plazo de 2 meses. De alguna manera, lo que estoy haciendo es poner en manos del Parlamento una prerrogativa que tengo yo, como presidente, que es la facultad de convocar caprichosamente o no elecciones anticipadas. Entonces será la responsabilidad del Parlamento , quien decidirá.

RC : ¿Cómo interpretaría JxSí esas elecciones ?

No lo sabemos. Pueden pasar muchas cosas. Nosotros y yo particularmente nos mantendremos fieles al entorno de la hoja de ruta para llevar este país a las puertas de la independencia. Si alguien propone una fórmula mejor, que consiga el mismo resultado y que genere más apoyos en el Parlamento , fantástico y bienvenido sea. Mi objetivo es este : marcó un hito a partir de la cual si sale que sí las decisiones que se tomarán vendrán avaladas por una nueva legitimación del Parlamento de Cataluña , que no será fruto de un pacto previo a la investidura, sino que será fruto del parlamentarismo. Debemos decir : tenemos suficiente fuerza y ​​la mantenemos . O "nos hemos equivocado poniendo nuestros votos y una parte de nuestra fuerza en manos de estos que han entorpecido los proceso". Y los ciudadanos decidirán en manos de quienes quieren poner el futuro político de Cataluña. Y evidentemente en ese momento ya decidiremos como vamos. Yo soy un defensor encarnizado de JxSí .

SC: ¿Le gustaría ser candidato de JxSí? Estaría dispuesto?

No estamos en esta tesitura. Y es que es muy poco saludable entrar en el debate de elecciones anticipadas. Yo no me someteré a una cuestión de confianza para provocar elecciones, porque si no, ya me habría reservado la prorrogativa si lo tuviera claro y tan sólo pensar en qué fórmula y menos pensar en candidaturas. La cuestión de confianza yo me la he tomado como una herramienta muy democrática. Y lejos de cualquier contaminación de tacticismo partidista o personal. Yo quiero que esto quede claro. Y quiero darle ese valor que se inscribe en país nuevo. Es normal que después de un gobierno que lucha que ha perdido la mayoría en el Parlamento -no estamos acostumbrados, ¿eh? a la cultura mediterránea o hispánica- en una democracia madura es normal que un gobierno que pierde la mayoría asuma responsabilidades. Y eso quiero que pase en mi país en el futuro.

RC: Buscan una fórmula intermedia entre un referéndum a secas y un referéndum constituyente de la República Catalana

Referéndum tiene que haber.

RC: Sí, pero de qué tipo? Porque en ese momento ya habrá un proyecto de constitución catalana

Imagínese que de las elecciones españolas sale gobierno que nos propone un referéndum. Pues tendremos que incorporar a la fórmula que yo pueda presentar al Parlamento, por si tiene apoyo.

RC: ¿Usted cree que desde España surgirá un proyecto de este tipo, que acepte que el objeto de este referéndum sea un proyecto de constitución catalana?

Pero como no es imposible ... Hay grupos políticos que dicen que todo lo resolverá un referéndum español, lo veremos. Si es que sí, fantástico. Y si es que la fórmula es la que dice la actual hoja de ruta, sabemos que también hay un referéndum.

SC: Ahora se habla mucho de un referéndum vinculante convocado desde las instituciones catalanas. Lo ve una salida viable?

Es una propuesta interesante, inteligente. Pero no sabemos si puede generar consensos o no.

RC: Dejamos pasar al malo de la película. Hasta ahora todavía no ha habido una reacción del gobierno español digna de su condición de español. Por un lado, porque no hay gobierno. Y por otro, porque les da miedo una posible reacción exterior. Pero en algún momento esta reacción será

Yo no los veo muy asustados, los veo inconscientes de la trascendencia del problema que tienen. Y la inconsciencia es muy atrevida. Si estuvieran asustados no irían por el mundo haciendo el ridículo intentando enviar dos plenipotenciarios por el mundo a explicar las maldades de lo que es su principal motor económico. Nos hemos encontrado con personas de otros de otros países que te cuentan, con discreción, como de alucinados se quedaron con algún representante diplomático español que montó un encuentro para hablar mal de Cataluña. Pero cuando se den cuenta que esto va en serio, demasiado tarde, entonces España tendrá que reaccionar o bien a la española o bien a la europea.


RC : Lo primero es el más probable

Pero la segunda opción no es imposible. Fíjese , el ejército español hoy es muy profesional y ha evolucionado mucho. Si alguien pensaba en una solución militar, queda claro no existe.

RC : Hay un general en Podemos

El recurso a la fuerza no lo veo. Y la sociedad española tiene una madurez democrática superior a la que piensan sus dirigentes. Tampoco será una novedad que recurran a los tribunales, ya lo han hecho.

SC : ¿Qué espera usted de esta nueva izquierda española que , además, tiene un factor catalán muy importante?

A mí me preocupa mucho la carrera de esta supuesta nueva izquierda para convertirse vieja izquierda. Lo vemos aquí y lo vemos en España. Hay un proceso de sustitución para lograr ser la versión 2.0 del PSOE. No espero mucho.

RC: Han reformado el TC para convertirlo en un órgano ejecutivo de sus propias sentencias, lo cual es una monstruosidad. Imagínese que se invoca el artículo 155, avalado por el Tribunal Constitucional ...

Hay algo que escandaliza mucho en Europa, y es que un Tribunal Constitucional sea una instancia política. Mucha legitimidad no tiene, y aquí tenemos un argumentario que juega muy a favor de los que defienden el proceso político catalán desde la raíz democrática, aunque no se comparta el objetivo.

RC: Contempla usted un escenario de desobediencia civil?

La sociedad civil ha demostrado que tiene una gran capacidad de movilización pacífica. Se ha llegado a independencias a través de la desobediencia civil pacífica, pero no trabajamos en este escenario, nosotros.

RC: Estamos hablando de desobediencia institucional

De la ley a la ley. Siempre obedeceremos las leyes para que las elaboran los parlamentos. Ahora, si se nos dice que el voto de un catalán es menos soberano que el de un español, entonces discrepa profundamente y no hay discusión posible.

SC: A estas alturas debe de tener un conocimiento bastante exhaustivo de la opinión de las instituciones y los gobiernos europeos ... Aceptaría usted, como idea genérica, que Europa se sentiría cómoda con una solución a la escocesa; referéndum y derrota del independentismo?

España no acepta imposiciones. y pondré un ejemplo real. España está en contra del Brexit por razones obvias, además el gobierno de Londres es de la misma familia ideológica del PP. Pues bien, el Gobierno desvió el avión de un ministro del Reino Unido que iba a hacer un mitin en Gibraltar en contra del Brexit. Y lo hizo porque violaba el espacio aéreo que supuestamente está en discusión que es el de la pista del aeropuerto de Gibraltar. Fíjese, incluso para conseguir un objetivo favorable a los intereses geoestratégicos de España hay una pulsión superior que dice "por mi cielo usted no pasa". Si son capaces de desviar este avión, usted cree que aceptarán cualquier imposición de gobiernos europeos por los que tal vez no tienen ninguna simpatía. Ahora bien, ¿Europa aceptaría un referéndum y las consecuencias de este, incluida la independencia? Pues sí.

RC: Yo creo que el precedente de Kosovo haría que el tribunal de La Haya aceptara una independencia catalana

CP: Estoy de acuerdo con usted. Si aquí hay un acuerdo para celebrar un referéndum y el referéndum se desprende la creación de un nuevo estado catalán independiente, esto se acepta -indiscutiblement- por la comunidad internacional. Y claro que Cataluña continuaría formando parte de Europa, esto ya no lo discute ni Mariano Rajoy desde aquella famosa entrevista.

RC: Voltaire decía que Cataluña puede prescindir del mundo, pero el mundo no puede prescindir de Cataluña

(Riendo) Pero hay una razón más cínica: La Unión Europea siempre se adaptará a las circunstancias.

RC: La independencia de Cataluña es una forma nueva de revolución del siglo XXI?

Sí que es una forma de revolución y sí que es del siglo XXI para que no se expresa con el lenguaje y las herramientas de las revoluciones del siglo XX. Es nueva y es revolución. Y creo que es la última gran aportación del catalanismo político en la renovación política de España.

SC: Usted entiende la independencia como un impulso de democratización

El proceso de independencia no es ajeno a la cultura del catalanismo político que siempre ha querido contribuir a la modernización de España. Y quizás la mejor manera de contribuir es desde un estado independiente.

RC : Haga un esfuerzo, póngase en el lugar de un español. ¿Cómo ve usted España sin Cataluña ?

La veo más europea , más moderna y , por tanto, la veo más viable sin Cataluña. Creo que descubrirá, felizmente, que nuestro proyecto no es antiespañol ni insolidario. Encontraremos fórmulas para contribuir al progreso de España.

RC : Debo decir que de las intervenciones en televisión y los medios se deduce que el presidente tiene un gran sentido del humor. En las relaciones personales es abrumador

SC : Bueno, yo haría notar que le hemos preguntado por Trotsky y nos ha respondido con Carrillo
CP: También os hubiera podido hablar de Andreu Nin (ríe). Le regalé a Pablo Iglesias el cómic sobre Nin que hizo, justamente , Lluís Juste de Nin.