dimarts, 9 de juny del 2015

La izquierda no se aclara; la derecha, tampoco.

En el seno de Podemos hay una controversia. Será mejor o peor para el partido según la gestione pero lo indudable es que la hay. De un lado, los de la antigua Izquierda Anticapitalista, autodisuelta en Podemos por exigencias del guión, conservan un fuerte espíritu comunitario, lo que les da personalidad, a la par que los mantiene como uno de los puntales de la organización. Su opinión se oye. Y, para estos anticapitalistas, Podemos debe replantear su estrategia para las generales en plan muy abierto, incluyente, fomentando el espontaneísmo. En las bases del partido, que no se llaman bases sino círculos, hay un clima de permanente discusión sobre la táctica, la estrategia del partido y, sobre todo, una vigilancia crítica al comportamiento de los dirigentes muy especialmente en las redes. Por último, la dirigencia lleva unos días girando hacia la moderación, sin parar de hablar de la socialdemocracia, fomentando contactos con el PSOE que, obviamente, ya no es "la misma mierda que el PP". Al contrario, en alguna ocasión, los líderes de Podemos han dejado claro que si están en el mundo es, en primerísimo lugar, para desalojar al PP. El PP es el enemigo por batir. Luego, ya se verá.

Pero ahí retorna a la palestra Anguita, alarmado, a recordar a sus ahijados que el enemigo no es el PP, sino el bipartidismo. En plata, el PSOE. Aquí se masca la tragedia. O la dirección de Podemos convence al viejo luchador de que el PSOE no es Satanás, con sus pompas y sus obras (incluidas las públicas) o el viejo luchador alza bandería de nuevo contra el socialismo traidor. Aunque dirija una organización nueva con un nombre desiderativo Frente Cívico Somos Mayoría, se ha encastillado en su querido baluarte de IU y sostiene al tambaleante Garzón en su propuesta de ir todos a una candidatura de unidad popular, cada uno con sus siglas, según el antiguo uso cristiano, tan familiar a todos los españoles, "cada uno en su casa y Dios en la de todos". Por supuesto, la unidad sería un ariete contra el PP y contra el PSOE.

Quizá por no ser tan reciamente español, Iglesias rechaza la fórmula, quiere ir a las generales con su marca y acepta a todos los afuereños, vengan de donde vengan, siempre que dejen el armamento a la entrada. Y en cuanto a que la campaña sea contra el PSOE, está por ver. No es previsible una alianza Podemos-PSOE antes de las elecciones pero sí después de ellas, cosa que Palinuro considera conveniente en interés de ambas partes. Y no parece sensato atacar a aquel con quien vas a sentarte a negociar un mes más tarde. Aunque a veces las campañas electorales quieren fuegos de artificio. Pero Anguita prefiere el fuego real. Nada de artificio: sorpasso o muerte. Por eso se encalabrina y denuncia en Iglesias cierta prepotencia. La verdad, yo también encontré el tono del de Podemos hacia Garzón innecesariamente hiriente y poco caballeroso por hacer leña del árbol caído. Aunque en la política esto de la caballerosidad es como lo de pedir cotufas en el golfo, que tanto se cita en El Quijote. Pero Anguita, sin duda por considerarse de la familia, reclama de Iglesias más humildad y tacto. Justo lo mismo que Iglesias reclamaba de Sánchez hace unos días: más humildad. De Anguita a Iglesias, de Iglesias a Sánchez.

Este Sánchez empieza a parecerse al príncipe troyano Paris a quien los dioses sacaron de una especie de idiocia pastoril y lo destinaron a llevarse el premio que él más anhelaba: la mujer más hermosa del mundo. Hágase una transferencia algo forzada sustituyendo el goce de la hermosura por el del poder. No son pocos los filosófos que han aceptado la idea nietzscheana de que la voluntad de poder es la esencia del hombre. Prácticamente sin hacer nada, solo por su presencia, Sánchez acaba de recibir un espaldarazo trascendental al ser invitado a la 63 edición del selecto Club Bilderberg, junto con Ana Botín y Juan Luis Cebrián. Este año no va la reina Sofía que, la verdad, no se sabe qué pintaba los anteriores, ni Esperanza Aguirre, que sí se sabe lo que pintaba y por eso ya no la invitan. Estos del Bilderberg son como una especie de Rosacruces con una pátina de intelectuales, políticos, empresarios y financieros. Su peso y prestigio viene de su absoluta opacidad. Los periodistas pueden informar de lo que se habla y acuerda, pero sin identificar fuentes. Las informaciones son así parecidas al oráculo de Delfos. La presencia de Sánchez es un claro pronunciamiento de los poderes internacionales por su candidatura. Es el Olimpo el que lo unge.

Frente a ello, Rajoy sostiene en público que Sánchez está en una "deriva radical", entregado a Podemos. Y, para asustar a las gentes y que los padres hagan entrar a los niños en casa, añade que, después de noviembre el presidente será él o Iglesias. Elijan ustedes: yo o el caos. "Don Carlos o el petróleo". Rajoy no es consciente del nulo crédito que tienen sus afirmaciones, casi tan nulo como su audiencia. Por fortuna, porque, si lo escuchan muchos, pueden elegir el caos, como en el chiste de Chumy Chúmez.

Ahora en serio: ¿cabe mayor majadería que llamar "izquierdista radical" a uno que va al Club Bilderberg del brazo con Ana Botín y Juan Luis Cebrián?

Rivera y sus Ciudadanos tienen un verdadero problema de identificación como grupo de más de uno. El fotomontaje de la revista Mongolia, de Albert Rivera como Primo de Rivera es una diana. En realidad, al Ciudadanos le sobra la ese. Es el Ciudadano; el Ciudadano guía o caudillo. El otro día destituyó de golpe a toda la comisión ejecutiva (u órgano similar) de Madrid. Franco mandaba los ceses personalizados con un motorista. Este lo hace por whatsap y en grupo. Pero la actitud no deja lugar a dudas: ordeno y mando en nombre de la lucha contra la corrupción y por la democracia interna de los partidos, lo cual no incluye el suyo.
 
Estamos en mitad del baile y ahora entra el verano, época dada a las demasías.

Palinuro, hablando hoy sobre seres humanos artificiales.

Sí, ni más ni menos. En el Centro de Estudios Políticos  y  Constitucionales (Plaza de la Marina Española, 9, Madrid), sobre las 12:00 del mediodía. Se preguntarán ustedes cómo sea posible tratar tema tan extraño en el marco adusto del CEPC. Muy sencillo: han organizado un seminario con el título: Pescadores, peces y anzuelos, el long tail político del Big Data o, sea, para entendernos, ciberpolítica o política e internet que, ya se sabe, es una pasión de Palinuro. Todo eso de "internet cambiará la política, las elecciones, los partidos, la democracia", según unos; o "internet no sirve para nada, no cambia nada, los ciberactivistas ni pintan un pimiento", según otros. Asunto apasionante.
 
Palinuro, además, leyó mal el título y, donde dice "long tail", leyó "long trail". Y no sé, francamente y con toda humildad, creo que lo divertido de la minería de datos es su "long trail" y no su "long tail". Pero la empresa es ajena y los organizadores la bautizan como quieren. Hacen bien. En lo que quizá no hagan tan bien es en invitar a Palinuro que se puso muy nervioso cuando vio lo de los "big data" y  empezó a ver algoritmos, IPs y otras piezas de los analytics caminando por el pasillo. Por fortuna recibió a tiempo el programa y en él pudo ver cómo gente de categoría iba a hablar de temas altamente especulativos, casi teológicos, como la creación de seres humanos por seres humanos fuera del procedimiento científico habitual de la cigüeña de París y ya se animó algo más.
 
Por eso preparó una pequeña pwp sobre el tema San Miguel contra el Golem o la Babel interior", con intención de dar un repaso a esta constante del espíritu humano de ver si consigue igualarse a Dios o acercarse a él, aunque sea modelando algo tan imperfecto y arcilloso como un ser humano. Al terminar, pensó que el título no era justo, pues debiera llamarse San Miguel contra Matrix o la Babel interior, pero ya era tarde para cambiar, pues el programa estaba impreso. Pero queda claro: hablaremos de robots, cyborgs, androides, clones, entre otras criaturas que tratan de franquear la barrera entre el sueño y la realidad y también de smart mobs como entes no programados pero autopoiéticos.
 
Todo el mundo bienvenido al seminario, sobre todo si quiere saber por qué Matrix ha sustituido al Golem.

dilluns, 8 de juny del 2015

"De momento, todo va bien".

En Los siete magníficos, (John Sturges, 1960) la estupenda adaptación de Los siete samuráis (Akira Kurosawa, 1954), hay una escena memorable cuando los dos héroes, Chris (Yul Brinner) y Vin (Steve McQueen) se entrevistan con el sabio anciano del lugar y Vin le cuenta la historia de un tipo que se precipitó al vacío desde un 10º piso y, según iba cayendo, los vecinos le oían decir al pasar ante sus ventanas: "de momento, todo va bien" (so far, so good). Algo así parecen estar pensando algunas formaciones políticas en caída libre.

Hemos pasado el ecuador de este largo año de elecciones. Hemos dejado dos atrás. Tres, si se acepta el cálculo, también razonable, de que las del 24 de mayo de mayo fueron dos, municipales y autonómicas. Nos quedan otras dos con la fecha por fijar, unas catalanas en septiembre y otras generales en noviembre, y con todas las opciones abiertas, incluida la de que las de noviembre se adelanten a septiembre o se retrasen a enero.

En las dos habidas, el resultado ya está bastante claro: descalabro del PP, víctima de la incompetencia fabulosa de su gobierno y del pantano de corrupción en el que chapotea. Lo de la incompetencia es de dominio publico nacional e internacional. Jueces para la democracia considera que la legislatura del PP es la peor de la historia. Lo de la corrupción empieza a tomar caracteres de cine negro. Ese incendio del Ayuntamiento de Brunete, con mayoría absoluta del PP e investigado en la Púnica huele a chamusquina por partida doble, la suya propia y la de los hipotéticos documentos triturados. Si se confirmasen las peores sospechas de los sempiternos malpensados, de que se haya pretendido destruir pruebas por el sistema de Fahrenheit 451, quedaría claro que en estas tramas hay gente dispuesta a todo. Y todo quiere decir todo. La corrupción de los gobiernos del PP ha mostrado ya sus facetas más ruines, delictivas e hipócritas. Ahora empieza a enseñar sus armas. El rechazo al PP va a convertirse en un clamor popular en pro de la seguridad jurídica. Y tampoco llegados a este punto osará el PSOE plantear la moción de censura. Van a necesitar que los atraquen a la puerta del Parlamento y les sustraigan hasta los bolígrafos.

"De momento, todo va bien".

El PSOE ha resistido la competencia de Podemos, perfectamente legítima por lo demás, mantiene tendencia ascendente continuada, sin altibajos, y su líder es el más valorado después de Rivera lo que quiere decir que es el más valorado. Su discurso de centralidad, reformismo, moderación, tiene acogida y, además, ya no ha de luchar con el fantasma de Zapatero. Se verá qué sucede en las primarias pero, de momento, su candidatura parece ser la única con posibilidades dentro de su partido en donde reinan los parabienes pues va a recuperarse poder, van a formarse gobiernos. De coalición interna o externa y, por lo tanto, vigilados, pero gobiernos al fin y al cabo y gobiernos que apoyarán en bloque a Sánchez, lo cual da mucha fuerza. Compárese con la situación de Rajoy: menos de la mitad de sus votantes quiere verlo de candidato a la presidencia. Tiene el partido hecho unos zorros y el PSOE se ha dado un barniz de modernidad, unidad y acuerdo interno. En el PP, a guantazo limpio, casi como en IU.

Podemos no ha afectado grandemente al PSOE. A IU, sí. Ha quedado desarbolada y en camino de ser extraparlamentaria en noviembre. La proyección a las generales de Metroscopia dan a los de los círculos un  21,5%, siete puntos menos que en enero pasado y otros siete por encima de los resultados reales de estas elecciones. Mientras que al PSOE le pronostica un 23%, dos puntos por debajo del 25% que parece haber obtenido de media. O sea, el panorama es de mejora del PSOE y descenso de Podemos. Algo parecido ocurre con Ciudadanos al que se vaticina un magro 13%, habiendo estado en un 20%, pero aun así el doble de lo que realmente ha sacado en las autonómicas (6,55%). Casi parece que los de Metroscopia ven con buenos ojos a los emergentes en función de esa curiosa creencia de que todo lo nuevo es bueno. Parecida a esa otra de que todo bipartidismo es malo.

El bipartidismo... Los sistemas de partidos no cambian de la noche a la mañana. Se resisten. Están imbricados en los sistemas políticos. Son productos de las leyes electorales. La gente no muda tan fácilmente de voto. La elasticidad de este es limitada. Un equilibrio complicado. Ya veremos lo que llega a noviembre y cómo llega.

Pero antes habrá que hacer escala en las catalanas de 27 de septiembre a las que los españoles parecen prestar tan poca atención como a la final de la Champions. Se observa en la diferente reacción frente a las elecciones andaluzas y catalanas. Las andaluzas eran españolas y Rajoy regaló varias veces con su presencia las tierras de la antigua Bética. Ya veremos si va a las catalanas, a cuya convocatoria se opone frontalmente, si bien sin posibilidades de triunfo por cuanto son potestivas de la Generalitat. Y esta, para amargar las vacaciones del presidente, ha lanzado uno de su habituales órdagos políticos: si el gobierno hace una propuesta de arreglo de la situación, la Generalitat la someterá a referéndum.

¿No quisiste un referéndum? Toma otro. Parece claro que la oferta no será aceptada y seguramente ni lo pretende. Está más hecha cara a la galería exterior: que todos vean cómo, desoída la reiterada petición de negociaciones, no ha quedado más remedio que acudir a la Declaración Unilateral de Independencia. La DUI. Mas podría enseñar política a Maquiavelo.

No sé si el gobierno calibra el impacto de una DUI catalana en Europa o si la confunde con un DIU. Si calcula el alcance del movimiento catalán. Solo la actitud de rebeldía de la monja Forcades, que quiere encabezar una lista soberanista debiera hacerle pensar que hay algo raro en Cataluña. Una monja católica con el discurso más radical y anticatólico que he oído en muchos años y que, por supuesto, suscribo. Pero yo no soy monja ni católico. Que la Iglesia católica es una organización patriarcal y misógina es la evidencia misma; que el capitalismo, dejado a su ley sin ley, no funciona pues genera corrupción y miseria, también. Que sean las opiniones que el gobierno espera escuchar en una monja católica ya es otra cosa.
 
"De momento, todo va bien".
 
 Rajoy deja entrever que proyecta cambiar las portavocías del PP en varios sitios. Parece que no en Castilla La Mancha. O quizá sí. Son marrullerías de ramplones que están en política para ocupar cargos. Los que sean. Lo importante, insiste Rajoy, es mejorar la comunicación. Sigue empeñado en que lo suyo no es un problema de incompetencia radical y corrupción generalizada que ve todo el mundo sino uno de incapacidad de comunicar la buena nueva de la recuperación porque nadie cree en ella. Ni él.
 
Pero no se trata de mejorar la comunicación, sino de perfeccionar la propaganda. Y en eso, el futuro es aciago. Se pierde el control de centros esenciales de agitprop, como Telemadrid, Castilla La Mancha y lo que haya por ahí. Fiel, fiel, solo va a quedar TVE, el TDT Party y la prensa subvencionada adicta. En esas circunstancias y con el carisma de Rajoy, que cosecha un 75% de desaprobación y solo supera a Cospedal en aprobación no se ganan elecciones.
 
De aquí a noviembre, cualquier cosa. 

diumenge, 7 de juny del 2015

Enhorabuena al Barça.

Palinuro no es de ningún equipo, ni siquiera aficionado al fútbol, del que no sabe nada. No asiste a partidos ni los mira por la tele. Ignora todo del futbol, como de muchos otros deportes de los que también lo ignoran todo la mayoría de los aficionados al balompié. En realidad, la diferencia entre aquellos y este es cuantitativa: la enorme cantidad de gente y dinero que mueve. Eso sí que es una transnacional y con una cúpula corrupta, según parece, como corresponde. Gente, dinero... y pasiones políticas.

Insignes tratadistas han indagado en las relaciones entre el fútbol y las más diversas aficiones espirituales del ser humano. El fútbol y la literatura, el fútbol y la música, la pintura, la filosofía y, por supuesto, la política. La política se lleva la parte del león. Y aquí hay verdaderos gramáticos capaces de enjaretarte varias teóricas sobre la rivalidad entre el Real Madrid-Barça como trasunto de conflictos nacionales de todos conocidos. Sobre la identificación del nacionalismo catalán con lo blaugrana, especialmente si viene acompañado de la estelada y el español con el merengue o los colchoneros madrileños. Testimonio a base de cantidad: los 70.000 silbatos que pitaron el himno nacional español en el Camp Nou hace unas jornadas, lo que ha puesto a los censores del Reino en busca de los delitos que estos pitadores hayan podido cometer. La cosa se encona y se encona. Hasta que alguien recuerda que el fútbol es un deporte, solo un deporte, nada más que un deporte y no hay sacar las cosas de quicio.

Perfecto. Para hacer deporte es preciso no solo estar en forma sino tener un espíritu deportivo. Ayer, el Barça, según la ideología dominante en España, era un equipo español peleando en Berlín para conseguir lo que consiguió: una hazaña solo al alcance de los mejores: Liga, Copa del Rey (piiiiii) y Champions, por quinta vez. Parece un momento excepcional. El gobierno envió a la vicepresidenta y tanto Rajoy, según él gran amante del fútbol, como el Rey hicieron pellas. A lo mejor no querían que los pitaran en italiano o alemán. Pero el espíritu deportivo debió impulsarlos a ir, sobre todo a ellos, que tanto identifican el fútbol con la política y la nación. Qué digo nación, con la gran nación. Y un equipo catalán de esa Cataluña que Rajoy asegura es tan amada de todo español, se proclama champion de Europa, en ausencia del Rey y del presidente del gobierno.

El Rey estaba celebrando lo que El Mundo considera un Sobrio y discreto primer Día de las Fuerzas Armadas de los nuevos Reyes con desfile militar incluido y cazas sobrevolando el cielo de Madrid. En fin. Pero, por la tarde, pudo coger uno de esos cazas y llevarse a Rajoy de paso, a mostrar un poco de elegancia y deportividad en el Olympiastadion, jaleando a los catalanes a los que tanto quieren. Y, si no es por amor, por educación y táctica. Bueno, pero...

Sí, eso, pero. Los televisiones de bares que visité ayer en Madrid y los pueblitos por los que ando los fines de semana,tenían puesto el partido, pero no lo miraba nadie. Ahí hay una quiebra profunda en el amor que los españoles sienten por los catalanes, según las autoridades que, como se ve, lo predican pero no lo practican. Toda la alegría que se respira en Barcelona por la hazaña del Barça se torna indiferencia en Madrid.

Llámenlo como quieran.

Enhorabuena al Barça y a todos sus seguidores de un español que sí quiere a los catalanes, aunque no sea futbolero y siente sus éxitos como propios.

Strand: la conciencia de clase en fotografía.

La Fundación Mapfre acaba de inaugurar una exposición monográfica sobre Paul Strand que durará hasta agosto. Son más de 200 obras procedentes de la colección propia y otras, presumo, del Museo de Arte de Filadelfia, bajo patrocinio de la Terra Foundation for American Art. Es una ocasión única. Hace años, la Fundación Barrié de la Maza trajo a España otra muy completa del fotógrafo, aunque sospecho que esta lo sea más. Palinuro le dedicó un extenso comentario, en su momento: Paul Strand: el ojo del siglo XX, así que ahora se permite el lujo de remitir al lector al dicho post en todo lo que tiene que ver con la fotografía yanqui de primeros del siglo XX, el pictorialismo, la sociedad norteamericana, el New Deal y los aspectos políticos de su trabajo. Aquí nos limitaremos a alguna observación concreta, sugerida por las piezas de esta exposición que no estaban en la de Barrié de la Maza.

En primer lugar, Strand era un hombre de camino único. Hijo de inmigrantes judíos bohemios, se hizo de izquierda radical ya en su primera juventud y en esa actitud vivió el resto de sus días, que fueron muchos y lo llevaron a viajar por muchos países, excepto el suyo, que abandonó en 1949, en plena época macartista y al que no retornó, salvo en un par de ocasiones, transitoriamente. Nunca cambió su orientación fundamental que se afirmó con el tiempo hasta aproximarlo al Partido Comunista de los Estados Unidos. Ciertamente, no creo sea válido calificar a Strand de hombre de partido, pero parte importante de su obra, films y libros de fotografías está hecha dentro de los ambientes comunistas. La voz en off que narra Native Land (1942) y de la cual pueden verse unas escenas en la exposición es de Paul Robeson y el libro que publicó sobre Italia en los años 50, que tiene fotos decisivas en el neorrealismo italiano, como la que ilustra este post, que tanto recuerda Los santos inocentes, lleva textos de Cesare Zavattini. Basil Davidson hizo el texto de su libro sobre el África, a partir de la Ghana de Kwme Krumah. La idea era fotografiar el nacimiento de sociedades socialistas (también tiene un libro sobre el Egipto de Nasser). La intentó también en Europa, en Rumania, pero eso ya no le salió.

Strand estudió fotografía en la Ethical Culture Fieldston School, que era un centro privado lejanamente basado en la filosofía y la ética de Dewey y con tolerancia hacia todas las confesiones, por lo que lo frecuentaban los hijos de judíos, discriminados en otros lugares. Allí tuvo como profesor a Lewis Hine, otro prominente fotografo clásico estadounidense, deweyano por formación quien debió de enseñar Strand algo más que fotografía. Hine era un hombre duro, también de convicciones y, a diferencia de otros grandes maestros, Stieglitz y, por supuesto, Steichen, no consiguió ningún reconocimiento en vida, solo publicó un libro y murió en la miseria. Pero nunca abandonó su actitud social y ética. Y eso le pasó a su discípulo, aunque a este le fue mejor en la vida.

Quizá sea lo que pueda llamarse "conciencia de clase" en la fotografía: la de un hombre que empezó rodando el fabuloso corto Manhatta, con textos de Walt Whitman en Hojas de hierba y terminó haciendo exquisitas fotos a las hierbas de su jardín en Orgeval, Francia, en donde se retiró, rodeado de reconocimiento. Precisamente por su recta trayectoria política. Algo que, según se ve, los artistas pueden hacer mejor que los políticos.

dissabte, 6 de juny del 2015

Izquierda Unida son dos.


Enésimo portazo de Iglesias a las ilusiones de los confluyentes de crear una amplia alianza de la izquierda (se evita con cuidado el término "frente") en la que vayan todas juntas pero no revueltas, cada una con sus siglas y todas bajo una identidad ómnibus. Podemos irá a las generales con sus siglas. Rechazo frontal a Garzón, Anguita y Cayo Lara que es converso reciente a la confluencia.

En IU la bronca se encona más, si cabe, entre otras cosas porque ya nadie prácticamente sabe qué defiende y ataca cada quién. IU es el pecio de una nave de los locos. La nao ya se ha hundido, pero los locos siguen pegándose. Palinuro lo había entrevisto hace meses en Izquierda Unida y el efecto sifón de Podemos en donde se decía: Lo llaman convergencia. Es efecto sifón. Podemos absorberá a IU con la misma indiferencia natural e inocente con que el pez grande se come al chico. La mística comunista, comunitaria, solidaria vale poco cuando se cuentan votos o, sea, para entendernos, poder. Y, efectivamente, como preveía Palinuro el 1º de febrero pasado, Podemos se ha comido a IU. No obstante también conviene recordar que hay comidas indigestas.

¿Qué ha sucedido desde el 1º de febrero? Dos hechos de gran importancia: las elecciones autonómicas andaluzas y las municipales y autonómicas en 13 CCAA en España. En las dos se ha marcado una pauta: el PSOE resiste bien el efecto sifón de Podemos (que iba orientado a su sector izquierdo); IU se da un batacazo en todas partes en que concurre sola, cuando no desaparece; Podemos no obtiene ni de lejos los resultados a los que aspiraba cuando, a primeros de año anunciaba que iba a asaltar los cielos no por consenso, sino por conquista. Podemos "salía a ganar", iba "por todas" a los clarines triunfantes de unos sondeos embriagadores. Algunos le adjudicaban casi un 28% del voto y primera o segunda posición por doquiera, claro sorpasso a la socialdemocracia tradicional, a la que se auguraba un proceso de "pasokización". La realidad los ha dejado en el 14% y con visos de empeorar. ¿Culpables de este amargo resultado? Tres:

Primero, el bipartidismo, más difícil de batir de lo que parecía. Vamos, que el oso mantenía su piel y quien la había vendido antes de tiempo tiene que devolver los cuartos. Se impone el realismo. Esta dura experiencia, unida al aprendizaje del joven Iglesias en los reservados de los restaurantes que mucho criticaba y en el fondo envidiaba, hará que en Podemos no vuelva a hablarse tanto de bipartidismo. Eso es más propio de Anguita, mientras que lo suyo es, maravilla el decirlo, la socialdemocracia, la socialdemocracia sorpassata, si se dice así.

Segundo, el absurdo caos de IU. La doctrina sifón, más arriba mencionada, partía de la aplicación a España del modelo de Syriza en Grecia: un Partido Comunista griego, claramente definido, cuya función era perder las elecciones (aprox. un 2% del voto) para que el discurso de Syriza, de un izquierdismo más radical, neocomunista, pero sin mostrar lazos con el comunismo, pudiera ganarlas, dejando al PASOK convertido en un partido-taxi. El problema en España es que IU, y su alma comunista, no ha entendido o no ha querido entender el mensaje y, en vez de ir sola al matadero electoral, ha explotado en un sinfín de tendencias confluyentes (a su vez con propuestas distintas de confluencia) y partidarios de unas u otras reediciones del espíritu numantino. Todo este jaleo ha hecho gran daño a Podemos, mezclado en ese incomprensible desbarajuste de IU que, aunque no se lo crean, tiene al electorado en verdad hasta la coronilla. De ahí que, en los últimos días, Podemos trate de marcar distancias. Lo ha hecho con Garzón, de modo innecesariamente cruel, a juicio de Palinuro, y con IU en su conjunto, porque Podemos "no será tabla de salvación para nadie". Sobre todo cuando la propia tabla no va muy segura y la salvada o salvable IU es, en realidad, una organización en liquidación, contable y políticamente. La cuestión ahora es saber si, vistas las circunstancias, Julio Anguita no interviene para sostener su propia propuesta de alianza. Encabeza un Frente Cívico Somos Mayoría, pues el cordobés es experto en calificar sus inventos no con su razón, sino con su deseo: Somos Mayoría, Izquierda Unida. Al final puede suceder que las izquierdas vayan a noviembre divididas en tres formaciones: Candidatura de Unidad de la Mayoría (por ponerle un nombre), Podemos y PSOE. De ahí que este haya pasado a ser tan importante.

Tercero, el PSOE ha resistido el efecto sifón de Podemos. De tal modo que, aunque no haga nada o, quizá, por no hacer nada, va perfilándose como una alternativa frente a un gobierno y un partido absolutamente desprestigiados, comidos por la corrupción y en los que los enfrentamientos y broncas no son visibles como en IU pero tienen a la derecha desconcertada sin política de ningún tipo. Que hayan lanzado a la vicepresidenta del gobierno a largar una filípica contra el radicalismo de Pedro Sánchez demuestra que en el PP han perdido la Minerva. Es tan absurdo que beneficia al mismo Sánchez, a quien no le resulta difícil aparecer a contrario como un centro entre radicalismos de izquierda y derecha. Para beneficiarse del todo, el PSOE debiera reajustar su terreno, dejando entrar en él con más voz a su sector más izquierdista. Un giro, no a la izquierda radical de Santamaría, sino a la moderada y democrática eliminaría del todo el efecto sifón de Podemos y hasta quizá lo revirtiera, según se desarrolle el proceso de articulación de este como opción de gobierno.
 
Aquí es donde reaparece la socialdemocracia. El giro de Podemos es patente. Pueden llamarlo como quieran, pero es obvio que el PSOE ya no es igual al PP, sino un partido con el que hay que entenderse. Tiene gracia: IU buscando confluir con Podemos y Podemos pretendiendo entenderse con la familia socialdemócrata. Casi parece un vodevil. Al final acaban todos en sana promiscuidad socialdemócrata. Palinuro ha defendido siempre una unidad de la izquierda y, cuando menos, una alianza PSOE-Podemos. Los socialistas seguramente llegarán al momento de alianzas en una posición relativamente cómoda. No lo parece tanto que lo consiga Podemos. Tiene urgencias de consolidación, debates internos serios y pinta de haber agotado su mágica capacidad de movilización del principo. Sin resuello, vamos. 

divendres, 5 de juny del 2015

Comienza la función. Ocupen sus asientos.

El día de ayer fue de agitación sin cuento en el territorio que se ve a sí mismo a la izquierda del PSOE. A ver si me sale la crónica. Empezó El Plural con una noticia explosiva según la cual IU desaparece como partido propio: concurrirá a las generales con Podemos. Como fuente se citaban unos imprecisos "sectores de la dirección" que matizaban mucho que no se trataba de ser fagocitados. Dio igual: la red se pobló de desmentidos indignados. El propio Garzón se consideró obligado a salir al paso de tan horrible augurio afirmando la rebusta identidad de IU en un par de tuits hablando de la necesidad de IU como organización propia, autónoma.

Es ese momento dimitía la dirección en pleno de IU de Madrid ante el fiasco electoral pero achacando en parte este también al hecho de que sus propios camaradas (clara alusión a Garzón y Anguita) pedían el voto para otras formaciones. Justo, las que han ganado. Y la victoria tiene siempre mucho atractivo de forma que, aunque unos comunistas madrileños hayan dimitido por un lado, otros comunistas no menos madrileños proponen exportar el modelo de Ahora Madrid para ganar La Moncloa. Se trata, en realidad, de las candidaturas de unidad popular como fórmula ganadora también en otras partes.

La confusión aparece en este punto. ¿Cómo se realizará la unidad popular? ¿Con todas las fuerzas desarmadas, habiendo dejado sus siglas a la puerta, como quiere Podemos, que aspira a dar nombre al conjunto de la unidad o bien como una alianza o confluencia de fuerzas independientes, cada una con sus siglas y su identidad como parecen querer los de IU? En todo caso, por razones prosaicas, IU quizá no esté en situación de sugerir gran cosa por cuanto el desastre electoral la ha dejado al borde de la quiebra y con una deuda enorme que alguien tendrá que pagar.

En cuanto al mensaje que esa unidad popular tiene que mandar, se observa un replanteamiento tan pronunciado en favor de la socialdemocracia que es cosa de preguntarse si la exigencia al PSOE de un giro de 180º todavía se mantiene, convirtiendo así el debate político en una especie de tiovivo. Sin duda, advertirán que se habla de la "verdadera socialdemocracia", no su degeneración neoliberal. Por algún lado se empieza. Como cuando se admite que el PP y el PSOE no son lo mismo, aunque se añada que sus dirigentes sí lo son. Vale. Ya hablaremos pero, de momento, el PP y el PSOE no son lo mismo. Quizá pueda hacerse una unidad popular sin el PSOE, pero no contra el PSOE.

Y aquí es donde reaparece Anguita, incidiendo en la necesidad de la unidad general, la gran alianza, el gran frente de la izquierda que no será frente ni alianza, sino algo nuevo, pero anguiteño, bajo la dirección de su Foro Cívico en donde los socialdemócratas, sean dirigentes o dirigidos, no tienen sitio pues son el enemigo por batir. Anguita es el único que sigue recordando que la lucha de la izquierda es contra el bipartidismo, esto es, por si alguien lo había olvidado, el PP y el PSOE.

Pues eso, la unidad.

Los viejos soldados nunca mueren.


Esta línea de la antigua  balada antimilitarista, reconvertida luego en timbre de honor por el general MacArthur en la guerra de Corea, se aplica a la inenarrable ceremonia de ayer en la que Felipe VI homenajeó en París a los combatientes españoles republicanos de la novena compañía de la división Leclerc y haciéndolo, si no yerro, bajo los colores de la bandera de quienes los expulsaron de su país. Palinuro lo trató en un post titulado ¿con esto tampoco va a pasar nada? Aquí solo una reflexión complementaria, para ver más de cerca esta vergüenza de la Gran Nación.
 
La Europa de hoy es el resultado de la derrota del fascismo. España lo es de su victoria. Allí ganaron quienes aquí perdieron. No compartimos memorias. No compartimos nada. En Europa abundan los recuerdos, monumentos, homenajes a los antifascistas. No hay ninguno que honre la memoria de los fascistas. Aquí es al revés: apenas dos o tres placas y recuerdos a los antifascistas, generalmente por iniciativa municipal, y una plétora de monumentos, calles, plazas, arcos, fuentes, paseos y hasta pueblos enteros dedicados a honrar la memoria de los fascistas. La historia la escriben los vencedores y, por eso, el arco de La Moncloa, a la entrada de Madrid,  sigue llamándose Arco de la victoria.
 
Felipe VI hiló un discurso vergonzoso. Por el contenido y por la circunstancia. Citó como si fuera motivo de orgullo, la presencia en Francia de artistas e intelectuales españoles, entre los que mencionó a Picasso, Dalí y Machado. Pero no dijo nada de las razones de la marcha de muchos de ellos.  Y eran poderosas. Palinuro le ofrece un par de ejemplos, entre otros posibles, por si las desconoce. Julián Zugazagoitia y Lluís Companys eran dos españoles que también se fueron a Francia en aquellos años. Los ocupantes alemanes los capturaron, se les entregaron a Franco y Franco los hizo fusilar. ¿Entiende S.M. por qué se iban los españoles, incluidos los combatientes de la Nueve?
 
Pero hay más. Hay la circunstancia. Casi nadie subraya el hecho verdaderamente aleccionador de que el discurso de Felipe VI se hiciera en presencia de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, nieta de exiliado político del franquismo e hija de emigrante económico de ese mismo franquismo. El franquismo que nombró Rey a su padre.
 
No, los viejos soldados nunca mueren. Solo se difuminan.

dijous, 4 de juny del 2015

Con esto, ¿tampoco va a pasar nada?

Que el Rey pueda ser un imbécil o un criminal capaz de homenajear en España a los compañeros de quienes su protector Franco asesinó a mansalva y cuyos huesos yacen aún en fosas comunes en todo el país está dentro de la naturaleza de las cosas. Hasta es probable.
Que al gobierno de mangantes neofranquistas esto no le produzca reparo alguno y hasta le parezca bien, también es muy probable dado que está compuesto de nacionacatólicos y fascistas más o menos nostálgicos, a quienes la coherencia ética nunca ha parecido asunto de interés porque desconocen qué sea la ética, la conciencia u otras zarandajas. Si hay que disimular y hacer como que la justicia y los derechos humanos nos importan, se disimula y se hace. Al fin y al cabo, lo suyo es robar.
Que la oposición -en gran medida heredera de los héroes de la Nueve en París y de los asesinados en el genocidio franquista- todavía no haya dicho nada, ni protestado siquiera, demuestra su grado de abyección moral, habiendo cambiado un lugarcejo al sol de las elecciones por su responsabilidad por el restablecimiento de la justicia en nuestro país. Demuestra que no solamente no tiene valor para presentar una moción de censura, sino que también carece de él para respetar sus propios ideales y la memoria de quienes murieron por ellos. O sea, que es tan escoria y bazofia como la corona, el gobierno y su partido.
Que los medios no den la noticia, no digo ya completa, como aquí, sino ni siquiera manipulada, censurada, por temor a que la gente ate cabos, demuestra que, si los políticos de la oposición son miserables y cobardes, los periodistas lo son por partida doble porque su deber es precisamente este: informar de algo que tiene una indudable trascendencia.
El Rey homenajea en París a los republicanos españoles, compañeros de los cientos de miles que los fascistas también españoles asesinaron y enterraron en fosas comunes y que el gobierno de este Rey y él mismo siguen negándose a desenterrar y hacerles justicia.

Ni dimisión, ni moción de censura.

El Sobresueldos no dimite. ¿Por qué iba a hacerlo? ¿Que cobró un millón y medio de euros de la caja B, probablemente en negro, en sobres, mientras engañaba a la ciudadanía, diciendo que no llegaba a fin de mes? Mentirijillas piadosas sin importancia. ¿Que ha mentido en sede parlamentaria diciendo que no conocía Bárcenas, a quien enviaba mensajes de apoyo? Bobadas de su buen corazón. ¿Que seguramente se ha dejado pagar todo, desde los calcetines a los viajes de vacaciones, por la trama de delincuentes Gürtel? ¿Quien no tiene algún asuntejo de poca monta? ¿Que ha apoyado a todos los sinvergüenzas de su partido -y son una cohorte- citados por los jueces? Bueno, los amigos se ven en la adversidad. ¿Que es el presidente y, por tanto, último responsable de lo que se haya hecho en el PP al que los jueces consideran una asociación de malhechores? Habladurías de la Antiespaña.
 
Y no solamente no dimite él. Tampoco lo hace ningún otro corrupto o ladrón de su partido, salvo que esté ya prácticamente en los calabozos de los juzgados, caso de Mato o de Sepúlveda y, aun así, el Sobresueldos les compensa por el lucro cesante con algunas otras mamandurrias de las que hay abundancia en la asociación de malhechores. En otros casos dimiten no porque sus conciencias se lo dicten. Estos granujas no saben qué sea la conciencia, aunque comulguen todos los domingos, sino porque los planes estratégicos de la banda de ladrones les aconseja hacerlo para que sus compadres puedan robar mejor. Así, la impresentable chupacirios Lucía Figar, que se cargó la enseñanza pública de Madrid para entregársela a los curas, la que cobraba subvenciones de comedor sin necesitarlas y financiaba su página web de autobombo con dinero del contribuyente, y el no menos perillán Salvador Victoria, otro presunto mangante de comisión y mordida, acaban de dimitir pero solo para que otra supuesta corrupta y figura siniestra, Cristina Cifuentes, pueda hacer de las suyas en la presidencia de la Comunidad de Madrid.
 
Aquí no pasa nada. Un pequeño traspiés en las elecciones y nada más. La gente volverá a estar encantada de votar a sinvergüenzas y ladrones para los cargos de gestión.
 
Mientras tanto, mientras la organización criminal sigue saqueando el Estado y riéndose de los españoles, su responsable invita a almorzar al del principal partido de la oposición, que acude como un corderito a que le den palmadas en la espalda y le hagan aparecer como lo que no es, un líder. Su presencia en La Moncloa sí que legitima a este gobierno corrupto y el sobresueldos de su jefe dando la impresión de que la política y los problemas de los ciudadanos les importan algo cuando es obvio que lo único que les interesa es el que el juez no los llame a declarar como imputados antes de las elecciones. Porque, si es después, ya se encargarán ellos de linchar al juez.
 
Y ahí va el dirigente de la alternativa a esta vergüenza de gobierno corrupto, meapilas e incompetente, demostrando que, para incompetencia, la suya es superior pues  no tiene agallas para presentar una moción de censura a esta banda de ladrones.

La grande bouffe.

Las pasadas elecciones de 24 de mayo fueron municipales y autonómicas, pero en cuarenta y ocho horas quienes han tomado contacto directo han sido los cuatro dirigentes principales de las cuatro principales formaciones políticas y lo han hecho de modo típicamente español, comiendo. Las llamadas comidas de trabajo. Comenzaron la ronda Rivera y Sánchez a una hora algo intempestiva para el almuerzo por lo que se supone que solo habría café y pastas. Rivera se fue luego a La Moncloa a compartir mesa y mantel con el actual inquilino del inmueble. Este recibió al día siguiente a Sánchez, también a la hora del almuerzo y Sánchez se trasladó más tarde para cenar con Iglesias. Solo queda que Rivera e Iglesias almuercen juntos igualmente, para preparar un debate televisivo, por ejemplo. No tengo tan cierto que vaya a haber encuentro gastronómico entre Iglesias y Rajoy más que nada por falta de cintura de este. Si la tuviera invitaría al de Podemos a una terraza de un Cien montaditos, un lugar ideal para explicarle sus ideas de cómo salir de la crisis.

Los españoles resuelven sus asuntos comiendo. Se fundan partidos en tabernas, se conspira en restaurantes. La comida y la bebida andan siempre cerca. Más de un pacto se ha firmado ante un buen cochinillo, regado con abundante vino. La experiencia demuestra que, cuando la gente se acostumbra a comer bien, modera su discurso político, reduce su radicalismo. O este se reduce solo. Estos encuentros, cara a cara, sin micrófonos no son conciliables con los firmes declaraciones de los emergentes de impulsar la publicidad y la transparencia de las decisiones políticas. Negociaciones, sí, dicen los de Podemos de Andalucía, pero con las cámaras grabando y los micrófonos encendidos. Eso con los almuerzos hispanos casa poco.

Además estos encuentros y comidas de tanteo entre los líderes son inútiles porque su capacidad para establecer normativas como lineas generales de los respectivos partidos en toda España es relativa. En algunos casos los políticos locales aceptan las normas generales de la dirección; en otros, no. Porque cada nivel de gobierno en España es un mundo. Los socialistas andaluces están casi en estado de rebeldía frente a los españoles. Aguirre frente a Rajoy y a todos los demás dirigentes de su partido y también Podemos y C's registran sobresaltos en su interior, disensiones y críticas. Los dirigentes pueden comer lo que quieran. Luego, sus gentes en los diferentes lugares, harán lo que les parezca en función de las condiciones específicas del sitio, que no tienen por qué coincidir con las de otro. Y, a los postres, los gerifaltes deciden dar "rienda suelta a sus barones territoriales". Como si pudieran hacer otra cosa.
Hay que constituir 8.000 gobiernos locales, más las correspondientes diputaciones provinciales (que suelen olvidarse y es en donde más se roba y caciquea) más 13 comunidades autónomas. Es evidente que va a caer mucho cochinillo y abundante vino tinto. Y mucho conciliábulo, y mucha presión, y juego sucio y escándalos mediáticos de todo tipo. En estas administraciones que ahora se renuevan se concentra gran parte del poder mafioso de tramas delictivas que llevan veinte años actuando y falseando toda la realidad política del país. Financiados con dineros de la Gürtel o de la Púnica o de Sebastopol, los triunfos del PP son ilegítimos por ilegales. El propio gobierno lo es.
Pero ustedes sigan comiendo. Hagan La grande bouffe.

El arte de hablar en prosa.

Por su trigésimo aniversario, la compañía Morboria acaba de estrenar una versión de la comedia-ballet de Molière, El burgués gentilhombre,  en el teatro Infanta Isabel de Madrid. La traducción, adaptación y dirección, de Eva del Palacio, excelentes. La versión trasmite la chispa y el ingenio de Molière. En la adaptación quizá se le va a veces la mano con algunos anacronismos. Aparece hasta la guía Michelin y la traslación de la turcoparla de los embajadores y trujimanes a la carta de un Doner Kebab provoca la hilaridad del público, pero es demasiado fácil. Eso sin contar con que algunas jerigonzas seudootomanas son deliciosas. Son parlamentos inventados a base de onomatopeyas que traen un significado oculto. Me recuerdan la genial charabia de Chaplin en "Tiempos Modernos", uno de los mejores momentos de la cinematografía mundial a mi parecer. La dirección, agilísima, sin entreactos, aunque a veces algo confusa en los momentos de "plenarios" en escena, quizá con doce o catorce actores en aciones fragmentadas. En conjunto, un gran espectáculo, brillante, lleno de sugerencias, en el que se alternan la comedia ordinaria y el ballet, al modo en que, según aprende el burgués del maestro de filosofía, se alternan la prosa y el verso, con formas intermedias de comedia a ritmo de ballet.

Molière era un preferido del Rey Sol y no parece que se llevara muy bien con las otras dos figuras señeras de dramaturgia francesa, Racine y Corneille pues, siendo autores trágicos, quizá consideraran la comedia un género menor. La cosa se complica con esa curiosa patraña que reaparece de vez en cuando de que, en realidad, el autor de las obras de Molière fue Corneille, que trabajaba de negro para el otro. Sea como fuere, Molière tuvo un gran éxito con su invención de la comedia-ballet. Compuso como una docena, contó con partituras de los mejores músicos de la época, Jean Baptiste Lully y Marc Antoine Charpentier. El propio Rey sol se dignó interpretar algunos papeles en varias de estas piezas, lo que podría haber hecho morir de envidia a Lully, de no haberlo matado la gangrena.

En cuanto a la comedia, Molière, que era hombre culto, mezclaba la relativa solemnidad del estilo francés con la tradición desvergonzada de la commedia dell'arte italiana. Los personajes del burgués gentilhombre parecen sacados directamente de este género. Y no es difícil identificarlos: Mr. Jourdain, el burgués, es Pantalone; el maestro de Filosofía, il dottore; el de esgrima, il capitano; Nicolasa, Colombina; el criado de Cleonte podría ser Arlechino y el propio Cleonte, il inamorato. La caracterización que se les da en la obra propician los paralelismos. Dicho sea sin desdoro del prodigio de imaginación y fantasía burlesca en la indumentaria de los actores.

El feroz ataque de Molière a las pretensiones de ennoblecimiento de los burgueses, la ridiculización de los parvenus, subrayado por la sucesión de farsa y pantomima, es el cuerpo de la pieza. Viene apoyado en una actuación soberbia y mantenida de Fernando Aguado que debe de ser extenuante porque en las casi dos horas no abandona el escenario sino breves minutos y es, además, el centro de la acción y la reacción. Esa crítica corrosiva a las pretensiones de una clase social hecha de comerciantes, de la que la corte se reía, se articula en tres momentos interrelacionados, pero autónomos. El primero es una burla de las controversias de la época acerca de la relativa importancia de las distintas ciencias. Una última versión de la vieja disputa sobre las armas y las letras que atraviesa el Renacimiento y aquí toman otro carácter. Las armas quedan reducidas a la esgrima y las letras comprenden la música, la danza y la filosofía.

El segundo es la intromisión de la verdadera nobleza, un conde, Dorante, y una marquesa, Dorimène, pintados como una pareja de granujas sin escrúpulos, sobre todo el conde que, aprovechándose del estúpido delirio del burgués, lo saquean sin parar. Estas figuras de nobles crápulas, vividores, parásitos, en el fondo estafadores, en obras que habían sido encargadas por la corte solo pueden demostrar que el dominio del Luis XIV sobre el Estado era tal que podía reírse de los nobles que le hacían la corte. Un conde libertino en el peor sentido del término y una marquesa viuda parecerían preanunciar unas amistades peligrosas

El tercero es la marcha turca. La burla otomana parece haber sido movida por algún ridículo que había hecho la representación del Gran Turco en París el año anterior. La farse adquiere caracteres apoteósicos cuando el embajador y el hijo del Gran Turco otorgan al bueno de Mr. Jourdain la dignidad de Mamamuchi. La trama se disuelve en un final feliz a costa de la locura del burgués, con el matrimonio de los dos jóvenes enamorados, según el parecer de la madre Jourdain, la única persona sensata de toda la pieza, el de sus dos criados y el del conde con la marquesa, par dessus le marché.

Un derroche de genialidad burlesca llevada a veces al paroxismo.

dimecres, 3 de juny del 2015

Fotofobia
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El PP cambia la ley para impedir que se publiquen fotos como la de la detención de Rodrigo Rato. Es muy fuerte, en verdad. Tiene mucha carga moral. Quien ha sido casi todo en esta país, tratado como un delincuente. Pero los hombres labran sus propios destinos. No obstante, el gobierno, el PP, no quiere imágenes, no quiere fotos. Se malicia que tras esta vendrán muchas otras porque tiene una lista de espera de investigados, imputados, procesados y condenados que parece de un hospital gestionado por Cospedal. No quiere fotografías.

En la "Ley Mordaza", actualmente recurrrida ante el Tribunal Constitucional, se prevén sanciones altísimas a quienes hagan fotografías a las fuerzas de orden público cuando "gestionan" (digámoslo elegantemente) manifestaciones o protestas callejeras. El PP no quiere fotografías. No quiere fotos. Le molesta la luz. Padece fotofobia.

Vive en la oscuridad y las tinieblas. Solo así se explica que sus cargos no vean nunca nada de lo que tienen delante de la nariz. Mato no veía el Jaguar en el garaje de su casa. Cifuentes tampoco vio que su lista electoral fue confeccionada por Salvador Victoria, hoy imputado en la operación Púnica. Lucía Figar no vio la operación Púnica, igual que Rajoy no veía a Bárcenas y, luego, dejó de ver a Blesa y Rato, que volvieron al reino insondable de las tinieblas. Camps no veía los trajes o las facturas o ambas cosas. Arenas no veía los sobresueldos y Cospedal nunca se ha visto a sí misma. Igual que la Infanta no veía lo que firmaba. Firmaba a ciegas. Todos vivían en un mundo en tinieblas perpetuas, como en el Ensayo sobre la ceguera, de Saramago, que trae causa de aquel tremendo Informe sobre ciegos, de Sábato en Sobre héroes y tumbas. Todos ciegos, pero gobernando el país. Y la verdad es que Rajoy se da un aire al ciego que dirige a otros ciegos al hoyo en el cuadro de Breughel, sacado literalmente de Mat. 15, 14, "dejad que los ciegos guíen a los ciegos porque cuando un ciego guía a otro, los dos caen en el hoyo".

Las elecciones, sin embargo, han aportado luz. En algunos sitios focos poderosos; en otros destellos. Pero comienza a iluminarse un panorama hasta ahora tenebroso, poblado por seres fotofóbicos. Ciegos. Y, claro, estos, desconcertados, se reúnen para recibir las órdenes del guía en una situación tan dificil, bajo una luz deslumbradora. Y la orden, por boca de Cospedal, aún secretaria general, es cerrar filas, mantener la unidad, no desperdigarse, que es peor y no hacerse daño. O sea, no cunda el pánico, se dé un "sálvese quien pueda" a costa del prójimo.

En el otro extremo están los emergentes, decididamente partidarios de la luz plena, el conocimiento público de cuanto se hace y dice en política. Pero este principio ha comenzado a resquebrajarse. Rivera se reúne en secreto con Sánchez y comparte con Rajoy la intimidad de un almuerzo en privado. Luz, aquí, poca. Y, sí, sus cabezas de listas suelen plantear exigencias de trasparencia en los gobiernos locales, pero ya comienzan a escucharse protestas en el partido por las actitudes dictatoriales de Rivera que solo pueden alimentarse del secreto de los conciliábulos. Puede que haya luz, pero parece la de la linterna sorda.
 
El otro emergente, Podemos, se ha tomado más en serio su condición de héroe o mito solar y de mensajero de la luz. Pero también de un modo irregular, lo que hace presumir que sucederá como siempre cuando hay pactos o acuerdos: las partes ceden y, dentro de cada parte, luego hay sectores más a favor y más en contra de ceder o, si se quiere, posibilistas y guardianes de las esencias. En Castilla la Mancha, los acuerdos pactistas parecen ir muy avanzados. En Andalucía, en cambio, el asunto parece enquistado a la par que enconado. Las dos partes se culpan mutuamente y ambas con el mismo argumento, la intransigencia de la otra. Las dos acumulan razones para sostener su actitud y sus seguidores las convierten en insultos, lo que normalmente favorece poco el entendimiento. De seguir las cosas así es posible que en Cádiz siga gobernando Teófila Martínez y sea preciso convocar nuevas elecciones. Antes de llegar a esta situación decepcionante quizá las dos partes podrían ponerse de acuerdo en la figura de un mediador que propusiera una solución de compromiso.

Y, como la luz viene siempre de Oriente, ya veremos las luminarias que traerán las elecciones catalanas si finalmente se convocan para el 27 de septiembre. Una campaña electoral con todos los focos concentrados en el debate soberanista, en España y en buena parte del extranjero. Fuegos de artificio entre el nacionalismo catalán, unido en el objetivo independentista, y el nacionalismo español (de derecha, centro e izquierda), débil, fragmentario y desunido, porque aunque, en el fondo, coincida en el reconocimiento de la nación española, no así en el modo de hacerla valer.

dimarts, 2 de juny del 2015

El sobresueldos y la "organización criminal", a lo suyo.

Hace unos días, Rajoy, más conocido como "el sobresueldos", decía que lo que más daño había hecho al PP en las elecciones era el martilleo de la corrupción y, sobre todo, "la forma de tratarlo". El martilleo sigue porque, por fortuna, no depende del Sobresueldos ni de los periódicos y las teles, sino de los jueces y estos continúan siendo un ejemplo de eficacia e independencia.

Hoy, cinco nuevos imputados del PP en asuntos de corrupción, todos ellos altos cargos, consejeros, diputados de Madrid y Murcia que, al parecer, se lo llevaban crudo a través de la Púnica. ¿Cómo tendrían que dar los medios esta información para que el Sobresueldos se quedara tranquilo? Sencillo: los telediarios deberían abrir con noticias acerca de cómo Mas, cuando creía que no lo veían, soplaba en un silbato independentista y el comic "La Razón" con una foto demostrando que Carmena es dipsómana y una mechera. Solo al final se diría que un juez comunista o masón, resentido por su falta de ascensos a causa de su adicción a la droga, ha querido acusar a Lucía Figar y Salvador Victoria de falta de honradez, pero la buena gente de la calle lo ha silenciado a gritos.

Pero no es el caso. Hasta las divisiones azules más conocidas, como RTVE, Telemadrid, Telecospedal y otras bazofias se ven obligadas a dar cuenta de cómo los presuntos chorizos de esta asociación de malhechores van recibiendo citaciones judiciales. De seguir a este ritmo es posible que el sobresueldos no encuentre candidatos suficientes para las generales fuera de las prisiones y tenga que componer la listas con un plante de reclusos.

En esta ocasión, de los cinco imputados, dos, Lucía Figar y Salvador Victoria, son actualmente consejeros de la Comunidad de Madrid. Esta Figar es la comecirios que ha regalado terreno público a organizaciones católicas ultrarreaccionarias para que monten gratis sus chiriguitos educativos, o sea, de adoctrinamiento de los niños bien, hijos de los privilegiados, a quienes ha regalado dinero de todos a espuertas mientra desmantelaba la escuela pública que, al fin y al cabo solo la frecuentan los pobres, o sea, los rojos y la antiespaña. La misma que, teniendo los ingresos saneados de todos los peperos (y quién sabe si también sobresueldos, como el jefe máximo) pillaba una beca de comedor para su hijo, privando caritativamente a otro de ella porque el dinero no hay que dejarlo correr por ahi sino metérselo en el bolsillo, sobre todo si es dinero ajeno. Cuando se roba en pro de la Iglesia, siempre es de caridad dejarse un  remanente para uno mismo.

Estos dos nuevos pájaros, presuntos apandadores, eran también nombramientos directos y de mucha confianza de Esperanza Aguirre. Ignoro si queda alguien que alguna vez haya trabajado con Aguirre en algo y no tenga que responder ante la justicia por supuestos latrocinios. Pero de lo que no cabe duda es de que, si en vez de contratarse como cazatalentos cuando se retiró de la política por unos días, se hubiera contratado como cazaladrones, ahora se la rifarían en la mafia que es en donde debiera estar.

Añádase a la nueva recua de presuntos chorizos peperos el almuerzo de Rivera hoy con el sobresueldos para hablar de pactos. Las condiciones que tan galanamente pone Ciudadanos para pactar (que los partidos echen a la calle a los imputados por corrupción), ¿también rezan con el sobresueldos? Porque a este pueden imputarlo en cualquier momento. En realidad, ya lo ha llamado a declarar como testigo una Asociación de Abogados demócratas que defiende a un acusado de la Gürtel para quien se piden 50 años.

A su vez, la candidata a la Comunidad de Madrid del PP, Cristina Cifuentes, no parece que haya robado nada, al menos de momento, pero ha falsificado su curriculum vitae para mejorar su imagen.

En cualquier país civilizado ni elsobresueldos, ni Cifuentes, ni Aguirre, ni ningún integrante de esta presunta banda de mangantes podría ser candidato a nada.

Claro que, en cualquier país civilizado, el principal partido de la oposición ya habría presentado una moción de censura contra un gobierno de presuntos ladrones presidido por un sobresueldos.

Pero es que España no es un país civilizado, como puede verse.

Entre pitos y flautas.

70.000 silbatos pitando a pleno pulmón de los hinchas, que suelen tenerlos poderosos, deben de ser atronadores, sí. Pero algunas reacciones están siéndolo más y, contra todo sentido común, tienden a agravar la cuestión, ahondar el enfrentamiento, reavivar las dos Españas.

El Rey soportó impertérrito la silbatada. No es mucho mérito pues tampoco podía hacer gran cosa. No podía marcharse y tampoco hacer la peineta a 70.000 aficionados como en su día hiciera su padre a los abertzales en una histórica jornada en Gernika. Solo podía aguantar a pie firme, impasible el ademán. Recientemente he leído que la Corona es la única institución del Estado que roza el aprobado si no lo ha alcanzado ya. Con este tipo de gallardías frente a la adversidad ciega, es probable que alcance el notable en España. Otra cosa será en Cataluña, aunque tampoco allí la imperturbabilidad del monarca habrá caído del todo mal. Es función del Rey, según la Constitución, arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones y poco podrá moderar quien no sea capaz de moderarse a sí mismo.
Distinto es el juicio que en España despierta la sonrisa de Mas. Los nacionalistas españoles ven en ella el taimado rictus del traidor antiespañol que tenía el silbato guardado en el bolsillo. Los nacionalistas catalanes la interpretan como la contenida manifestación del orgullo de un dirigente que, en efecto, por prudencia, guarda el silbato en el bolsillo. De no ser estéticamente desmesurado se diría que es una sonrisa tan interpretable como la de la Gioconda.

Es la sonrisa que esboza (las sonrisas siempre se esbozan) cualquiera que vea cómo este gobierno es tan incompetente que se obstina en meterse en problemas de los que no sabe salir si no es dando manotazos y haciendo más el ridículo. Desde la última pitada ha tenido, creo, doce meses para buscar una solución o cuando menos mitigar una escandalera a la que dan tanta importancia pues lo consideran algo trascendental.
 
No estoy seguro que los ruidos que emiten las gradas digamos "normales" sean mejores que una estruendosa pitada. Es posible que la unidad  le preste cierta concordancia porque los ruidos que se oyen cuando no hay ganas de fastidiar suelen ser aun más desagradables. Solo recordar esas bocinas de no sé dónde pone la piel de gallina.
 
Por lo demás, la indignada reacción de quienes ven atentado a los sagrados símbolos de la patria contrasta con la endeblez de sus fundamentos. Según parece hay jurisprudencia que considera las pitadas al himno y/o bandera formas de la libertad de expresión. Además, los mismos que ahora berrean que aquí hay traición y hasta blasfemia (los nacionalcatólicos no distinguen bien entre ambas) decían hace unos años que pitar a Zapatero era libertad de expresión de gente que estaba harta de él. Otrosí, Zapatero no es el himno ni la bandera, aunque a veces lo parezca. Nada, nada, estas monstruosidades no pueden quedar sin el condigno castigo.
 
Y ¿cuál es el condigno castigo? Pues, según parece, La Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte ha decidido abrir expediente informativo a los reponsables de la silbatina y dar traslado de las pruebas a la Fiscalía para instar acción sancionadora. Por lo que se deduce, será administrativa.
 
Es decir, la traición a la patria, el ultraje a sus sagrados símbolos, se resuelve con una multa de nada. Esto no es serio, señores. No dirá Palinuro que las autoridades deban proceder como esos tuiteros que piden bombardear el Camp Nou para exterminar a los "putos nacionalistas". Parece algo excesivo, aunque no tanto como exterminar a los "putos chinos". Pero ya es extraño que ningún ministro haya propuesto una reforma legal que permita encarcelar a quienes estén en posesión de silbatos calientes en esas ocasiones. Siempre será más humano y magnánimo que pasarlos por las armas.

Últimas noticias del imperio.

Perry Anderson (2015) Imperium et Consilium. La política exterior norteamericana y sus teóricos. Madrid: Akal. (250 págs.)
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Perry Anderson es un historiador y politólogo británico de orientación marxista. Perteneciente a esa brillante escuela de historiadores materialistas que incluye figuras señeras como E. P. Thompson y Eric Hobsbawn, tan prolífico y activo en la política práctica como ellos. Hace años que leí sus dos primeras obras, publicadas en los setentas, Transiciones de la antigüedad al feudalismo y El Estado absolutista y que muchos consideran lo mejor de su producción. Desde luego, a mí me impresionaron por la vastedad de su horizonte, su fuerza explicativa, su capacidad sintética y su perspectiva teórica, aunque, para algunos, esa parece ser su debilidad, pues lo acusan no de escribir historia, sino de teorizarla. Por mi parte, he vuelto sobre estas dos obras en varias ocasiones y siempre las he encontrado muy interesantes y llenas de sugerencias.

Anderson, hermano del politólogo Benedict Anderson, que ha dejado huella en los estudios sobre el nacionalismo por su concepción de las imagined communities, fue durante muchos años el editor, el alma de la New Left Review, siempre en primera línea de los debates doctrinales del marxismo occidental, a veces algo abstrusos. Escribió mucho y participó en todas las polémicas sobre marxismo continental/marxismo inglés, el estructuralismo, el postestructuralismo y el posmodernismo. Mantuvo una célebre controversia con E. P. Thompson y no me considero capacitado para pronunciarme por ninguna de las dos posiciones porque ambas me convencen en parte. Desde entonces he venido leyendo aquí y allá artículos de Anderson y, a veces, algún ensayo iniciado en la NLR. De hecho, las dos mitades de este libro son sendos ensayos publicados en 2013 en un número monográfico de la revista. Está retirado en los Estados Unidos desde los años 80 y da clases en la Universidad de California. Allí ha ampliado su vasto campo de intereses y ha escrito sobre la India y, ahora, sobre la política exterior de los Estados Unidos.

La tesis central de la obra es sencilla: desde el siglo XIX, especialmente a partir de la guerra contra España, los Estados Unidos han pretendido siempre ampliar y consolidar su hegemonía imperial en el mundo. La tendencia se hizo patente a partir de la primera guerra mundial y dominante a partir de la segunda hasta nuestro días. Mientras las armas norteamericanas llevan el poder brusco (p. 178) a los últimos rincones de la tierra (Imperium), una pléyade de ideólogos las justifican con distintas elaboraciones teóricas (Consilium). El autor considera que los intelectuales norteamericanos son, en realidad, "consejeros de príncipes" (p. 165). Y sus consejos tienen generalmente un tinte moralmente sombrío. En general, es un libro sombrío porque levanta constancia de que, por encima de todas las ilusiones e ideologías cosmopolitas, racionales, kantianas, prevalece la vieja razón de Estado. De hecho y de palabra. Sin duda la doctrina de la guerra preventiva, no es una invención de Bush. Es anterior. Y mucho. Es doctrina romana. Pero son los intelectuales los que la han resucitado y opera al día de hoy en los Estados Unidos de Obama que la ha manejado en relación con el Irán (p. 146)

La marcha imperial estadounidense está ya implícita en la doctrina del manifest destiny y todos los presidentes, de Wilson en adelante, la han perseguido. La obra tiene bastante valor desmitificador porque presenta a Wilson y al segundo Roosevelt no como los idealistas, abanderados de la causa de los pueblos y la libertad, sino como dos políticos sin escrúpulos que solo pretendían el triunfo estadounidense. Para Anderson, Roosevelt no llevó a su país a la guerra movido por su antifascismo. Sentía aversión por Hitler, pero admiraba a Mussolini, "aupó" a Franco al poder y se llevaba bien con Pétain (p. 29). Roosevelt no quería un New Deal para el mundo. Lo suyo era política de poder, no el bienestar (p. 33).

Esta visión desmitificadora procede de la llamada "escuela revisionista", que replantea desde una perspectiva crítica la política exterior estadounidense desde la segunda guerra mundial. Hace suyos los puntos de vista de Gabriel Kolko, Gar Alperovitz o William Appleman Williams, todos ellos muy críticos con la política primero de contención y luego de rechazo ("roll back") de Dulles en 1947 (p. 75), en la guerra fría. Kennan no sale bienparado e indirectamente se da la razón a Lippmann quien lo acusaba de fomentar la guera (p. 41).

En la guerra fría, los Estados Unidos vivieron obsesionados con la seguridad. Mediante la ley de Seguridad Nacional de marzo de 1947 se crearon el Departamento de Defensa (antes llamado "de Guerra"), el Estado mayor conjunto, el Consejo de Seguridad Nacional y la Agencia Central de Inteligencia, la célebre CIA (p. 45).

La primera prioridad de la política de contención fue reconstruir Europa occidental y el Japón siguiendo el modelo capitalista a través del Plan Marshall (p. 65). En los decenios siguientes, la expansión alcanzaba el lejano oriente (p. 82) y el Oriente Medio (p. 88). Del Próximo Oriente no hacia falta hablar. América Latina, alejada de Europa,  era un feudo de los Estados Unidos (p. 93).

La descolonización fue un proceso con auxilio estadounidense (p. 107). Los norteamericanos intervinieron decisivamente en el África, como también lo hicieron los cubanos (p. 109). En los  años 70, la conferencia de Helsinki y el tratado de 1975, en realidad señalaban el triunfo fde Occidente. Unos años después, Reagan, con sus gestos de actor (Tear down this wall, Mr. Gorbachev!) y la famosa invención, el bluff de la Iniciativa de Defensa Estratégica rindió a los soviéticos (p.117). Según el autor la guerra fría no fue nunca una Niederwerfungskrieg (guerra de aniquilación) sino una Ermattungskrieg (guerra de desgaste) (p. 118).

Con el fin de la guerra fría, el famoso dividendo de la paz pasó a ser dividendo de la guerra en interés de los Estados Unidos. Con el GATT convertido en OMC, el  Consenso de Washington (p. 125) y la creación de la ALCA o asociación de libre cambio de América, los Estados Unidos han emergido como potencia dominante en un mundo unipolar, con la OTAN  ampliada hasta la spuertas de Rusia (p. 126). Los hechos dan alimento suficiente para el nuevo revisionismo, crítico con la política exterior hegemónica, que se basa en todo tipo de retóricas: bombardeos aéreos como intervención humanitaria, la doctrina de Blair y Clinton  de que la causa de los derechos humanos invalida el principio de soberanía nacional (p. 129) , la lucha contra el terrorismo (p.130).

La actual presidencia, menudo chasco para los liberales que creyeron que la llegada de un negro a la presidencia de los Estados Unidos cambiaría algo la arrogancia del Imperio. Obama es un presidente tan expansionista y obsesionado con la seguridad como los anteriores. Desde la segunda guerra mundial, la criminalidad presidencial ha sido la norma y no la excepción y Obama, sostiene Anderson,  no ha sabido romper con ella (p. 144).  Para él, el asesinato es preferible a la tortura (p. 143). Supongo que a John Yoo, el catedrático de Berkeley que asesoraba a Bush acerca de cómo la tortura podía ser constitucional en tiempo de guerra, esta actitud le parecerá poco refinada. Asesinar es siempre peor que recurrir a técnicas reforzadas de interrogatorio, que es el nombre de lo que algo más al sur se conoce como la bañera. En otro orden de cosas, aunque tampoco muy alejado, la expansión se consigue forzando a los demás, velis nolis, a firmar acuerdos leoninos de libre comercio.  El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, trata de vincular al Japón con el imperio estadounidense (p. 154). Y lo mismo pretende hacer el TTIP que, al parecer, los socialistas europeos quieren aprobar si no lo han hecho ya. "La guerra fría había terminado, pero la policía nunca descansa. Tuvieron lugar más expediciones armadas que antes, se crearon más armas avanzadas que nunca; más bases se añadieron a la cadena; se desarrollaron más doctrinas de amplio alcance sobre la intervención. No había vuelta atrás". (pp. 159-160).

Últimas noticias: el Imperio está más fuerte que nunca. Domina los mares, tiene ocupada militarmente una serie de países. Controla los cielos de otros. De casi todos, en realidad. Posee bases militares en docenas de países que se dicen soberanos, entre ellos España. En el libro no se habla de ello, pero el Imperio pretende igualmente el control de internet y el ciberespacio.

La segunda parte del libro es una especie de reseña bibliográfica de la producción norteamericana más reciente, tanto académica como de ensayo divulgativo en sus autores más relevantes, una especie de review article. Partiendo de las tradiciones autóctonas de una interpretación de la hegemonía benigna de Norteamérica en la línea del idealizado Wilson, repasa las obras más significativas en la interpretación de la política exterior estadounidense en la que prevalece la vieja obsesión por la seguridad y la perspectiva realista, si bien con distintas versiones, unas más convincentes que otras. La tesis de Brzezinski de que el fin de la guerra fría, lejos de aportar más seguridad a los Estados Unidos les ha aportado menos es claramente instrumental en el sentido de proseguir la carrera de armamentos y la mayor potencia destructiva del planeta, aunque el efecto intimidatorio de esta es  curiosamente menor que el que tuvieron las dos primitivas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. No obstante sigue siendo dogma realista que la proliferación de armas atómicas favorece la paz (Kenneth Waltz).

Especial interés tiene la obra de dos internacionalistas, Thomas M. O. Barnett para quien la clave de los Estados Unidos, su secreto. su revolución propia es el capitalismo y este ha triunfado (p. 230). Hay que superar la brecha entre desarrollo y subdesarrollo, pero estamos en camino (p. 231). Aunque quizá no haya que tomarse esto muy en serio viniendo de un realista. Richard Rosencrance, ya en el segundo mandato de Obama, está preocupado por la decadencia relativa de los EEUU en relación con la China y la India (p. 236).
 
Termina Anderson con tres observaciones amargas de distinto orden: 1) los especialistas en relaciones internacionales no se ocupan de la economía y no entienden la crisis. 2) la Zollverein que va de Moldavia a Oregon requiere una articulación política que nadie sabe cómo se hará. 3) La consolidación de la hegemonía del "siglo americano" se lleva a cabo con ampliación y represión: terrorismo, secuestros, asesinatos selectivos desde el aire, etc.

Hace suyas las desengañadas palabras de Christopher Layne, "las hegemonías benignas son como los unicornios: animales imaginarios" (pp. 243/244). Este crítico así lo cree también.

dilluns, 1 de juny del 2015

A toda máquina hacia el desastre.

Según el PP, Rajoy es el único candidato posible para las elecciones. No el mejor, sino el "único posible". Los demás son imposibles. En el fondo, él también. Pero tiene la ventaja de estar ya en posición de salida. Ese es todo su mérito para ser candidato y se lo ha otorgado él al nombrarse a sí mismo para  el cargo.
 
Su biografía no lo avala en el intento. Su ejecutoria como presidente en esta legislatura, tampoco. Su condición de presidente de un partido al que los jueces consideran una organización presuntamente criminal y de un gobierno sostenido en esa organización presuntamente criminal, así como su situación personal de acusado de haber cobrado sobresueldos y pagos en especie de la Gürtel, en cualquier país del mundo le impedirían presentar su candidatura a ningún puesto público. Aquí, según parecen creer él y los suyos, no solamente no lo impiden sino que lo aconsejan.

Tengo para mí, sin embargo, que la decisión es un desastre. Un candidato cuestionado en todos los órdenes y con un partido hecho unos zorros, con más gente en los juzgados que en las actividades orgánicas, no tiene esperanzas razonables de mejorar su imagen ni de conseguir que cale su discurso, centrado en la (falsa) recuperación económica. Pero, al mismo tiempo, los estrategas partidistas seguramente tienen razón: no hay otro posible. Deberán, pues, pechar con el que tienen, Rajoy. Este, a su vez, solo tiene cuatro cuatro esperanzas y vías de acción, con diferente grado de eficacia:
  • conseguir que los medios dejen de hablar de la corrupción y pasen a trasmitir el mensaje optimista del gobierno de que, gracias a él, el país está saliendo de la crisis, para lo cual necesita que
  • dejen de gotear los casos de corrupción, lo cual está fuera de su alcance y por eso no estará de más que
  • rece al apóstol Santiago y condecore alguna Virgen de esas de las que sus ministros son tan devotos. Quizá también convendría que pusiera alguna vela al diablo para que, en cuanto diabolos,
  • encizañe en la izquierda y la lleve también al fracaso electoral.
Efectivamente, las elecciones del 24 de mayo han sido el trampolín, la pista de lanzamiento para las generales de noviembre. A la izquierda del PSOE aumenta el clamor por la unidad lo que, tratándose de esta izquierda, trae siempre malos presagios. Podemos no solo no ha ganado sino que se ha quedado muy lejos de donde quería llegar. Pero los otros, que aun han tenido resultados peores, los ven como triunfadores y la victoria, aunque sea imaginaria, tiene siempre muchos padres. Llamazares ya afirma que IU no es un proyecto agotado que debe diluirse en una convergencia liderada por Podemos. O sea, integrarse, pero manteniendo la personalidad. La fórmula más segura para repetir el habitual guirigay fraccionalista de la organización.  Para esta, con todo, un trago amargo, pero la derrota de sus más conocidos candidatos no le deja más opción. La vida es dura.

Sin embargo, he aquí que el padre fundador mismo, el inevitable Anguita, reaparece a la cabeza de un Frente Cívico Somos Mayoría para proponer un proceso de confluencia programática impulsado por él, como siempre que hay una posibilidad de aglutinar a la izquierda para lanzarla en contra del PSOE, que es su obsesión. En ese cónclave estaban EQUO, ANOVA, ICV, Convocatoria Cívica, IU (Garzón y Centella), ATTAC y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid. Falta Podemos. Aun suponiendo que esta abigarrada plataforma cuajara en algo, quedaría por ver qué relaciones mantendría con los de los círculos. Palinuro desea un éxito rotundo al proyecto que solo lo conseguirá si presenta una opción unitaria clara y de izquierda. Una opción unida. Pero, al mismo tiempo cree que la posibilidad de que se dé lo contrario es alta, casi una certidumbre, porque poner de acuerdo a tanto líder grupal, tanto caudillo y tanto narcisimo será complicado. Veinte años de experiencia de IU avalan este temor.

El PSOE se encuentra en una especie de marasmo. Van todos contra él, lo cual es lógico porque, en el debate actual todos van contra todos. Y lo pillan tratando de recuperarse. No es que lo consiga a gran velocidad pero entre sus (escasas) correcciones de rumbo y los desatinos de sus adversarios, las cosas se le están poniendo relativamente favorables. La última legislatura de Zapatero ha pesado como una losa sobre su pretensión de recuperar el crédito en la izquierda. Pero la agresividad del gobierno del PP ha sido tanta que ahora hasta aquella legislatura no parece tan mala y el PSOE puede retornar al estado de gracia si se compromete a derogar ipso facto todas las reformas que han recortado derechos a los sectores menos favorecidos y a modificar la Constitución, sacando, entre otras cosas, esa reforma del artículo 135.
 
Los socialistas mantienen una posición de centro que C's no ha conseguido arrebatarles. Y también una de centro izquierda que ha resistido bastante bien el efecto sifón de Podemos. No obstante, este flanco sigue estando débil. Al PSOE le interesa reforzar su izquierda y hacerlo de modo verosímil, sin perder el atractivo del centro que, con la previsible derrota del PP en noviembre, atraerá numerosos votantes. Es decir, tiene que actualizar su discurso socialdemócrata. El discurso del socialismo democrático de toda la vida, adaptado a las graves circunstancias actuales. No estoy muy seguro de que Sánchez sea el candidato idóneo para tan sutil tarea pero al PSOE quizá le ocurra lo que al PP, que solo tiene un candidato posible. Si tiene otr@ este sería el momento de postularse.
 
Porque sí, la situación es grave. Y no me refiero a las elecciones en España y la cuestión del gobierno del país. Me refiero a Cataluña. Entre las elecciones del 24 pasado y las próximas generales están previstas las catalanas del 27 de septiembre, cuyo pistoletazo de salida quizá haya sido la pitada al himno del partido del otro día.  En España las distintas fuerzas de las izquierdas por un lado y la derecha por otro, enzarzadas en sus querellas, no calibran la importancia de la consulta catalana del 27S. Si al día siguiente de esas elecciones hay una Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña, las fuerzas políticas españolas, derecha, centro, izquierda, tendrán que encarar una realidad nueva, de la que apenas saben nada y para la que no están preparadas.