El día de ayer fue de agitación sin cuento en el territorio que se ve a sí mismo a la izquierda del PSOE. A ver si me sale la crónica. Empezó El Plural con una noticia explosiva según la cual IU desaparece como partido propio: concurrirá a las generales con Podemos. Como fuente se citaban unos imprecisos "sectores de la dirección" que matizaban mucho que no se trataba de ser fagocitados. Dio igual: la red se pobló de desmentidos indignados. El propio Garzón se consideró obligado a salir al paso de tan horrible augurio afirmando la rebusta identidad de IU en un par de tuits hablando de la necesidad de IU como organización propia, autónoma.
Es ese momento dimitía la dirección en pleno de IU de Madrid ante el fiasco electoral pero achacando en parte este también al hecho de que sus propios camaradas (clara alusión a Garzón y Anguita) pedían el voto para otras formaciones. Justo, las que han ganado. Y la victoria tiene siempre mucho atractivo de forma que, aunque unos comunistas madrileños hayan dimitido por un lado, otros comunistas no menos madrileños proponen exportar el modelo de Ahora Madrid para ganar La Moncloa. Se trata, en realidad, de las candidaturas de unidad popular como fórmula ganadora también en otras partes.
La confusión aparece en este punto. ¿Cómo se realizará la unidad popular? ¿Con todas las fuerzas desarmadas, habiendo dejado sus siglas a la puerta, como quiere Podemos, que aspira a dar nombre al conjunto de la unidad o bien como una alianza o confluencia de fuerzas independientes, cada una con sus siglas y su identidad como parecen querer los de IU? En todo caso, por razones prosaicas, IU quizá no esté en situación de sugerir gran cosa por cuanto el desastre electoral la ha dejado al borde de la quiebra y con una deuda enorme que alguien tendrá que pagar.
En cuanto al mensaje que esa unidad popular tiene que mandar, se observa un replanteamiento tan pronunciado en favor de la socialdemocracia que es cosa de preguntarse si la exigencia al PSOE de un giro de 180º todavía se mantiene, convirtiendo así el debate político en una especie de tiovivo. Sin duda, advertirán que se habla de la "verdadera socialdemocracia", no su degeneración neoliberal. Por algún lado se empieza. Como cuando se admite que el PP y el PSOE no son lo mismo, aunque se añada que sus dirigentes sí lo son. Vale. Ya hablaremos pero, de momento, el PP y el PSOE no son lo mismo. Quizá pueda hacerse una unidad popular sin el PSOE, pero no contra el PSOE.
Y aquí es donde reaparece Anguita, incidiendo en la necesidad de la unidad general, la gran alianza, el gran frente de la izquierda que no será frente ni alianza, sino algo nuevo, pero anguiteño, bajo la dirección de su Foro Cívico en donde los socialdemócratas, sean dirigentes o dirigidos, no tienen sitio pues son el enemigo por batir. Anguita es el único que sigue recordando que la lucha de la izquierda es contra el bipartidismo, esto es, por si alguien lo había olvidado, el PP y el PSOE.
Pues eso, la unidad.
Pues eso, la unidad.