dilluns, 9 de març del 2009

Breve historia de la pinza (y II).

(Viene de la entrada de ayer, domingo).

Hay más. Los responsables de la pinza trataban de mantenerla oculta porque también era parte de una estrategia más amplia de la derecha española a la que se sumó la "verdadera" izquierda, caracterizada por una conspiración, un complot para desmontar el gobierno socialista como fuera, al coste que fuera. Por aquel tiempo publiqué un libro, La conspiración. El golpe de Estado difuso, (Ediciones B., Barcelona, 1994) del que sigo suscribiendo hasta la última palabra y que por entonces me costó una oleada de insultos de perdonavidas profesionales por ser tan ingenuo de creer en "teorías de la conspiración". (Acerca de este extremo, alguna consideración al final de la entrada).

Luego, el señor Anson, como bien se sabe, reconoció públicamente la existencia de tal conspiración, movida por aquella Asociación Española de Periodistas Independientes (AEPI) fundada ad hoc con la finalidad de acabar con Felipe González, a quien no se le podían ganar elecciones (sic) aunque para ello se tambalearan los cimientos del Estado. Eran los bravos guerreros que otros llamaban "sindicato del crimen". Me cupo entonces la satisfacción relativa de que hasta el adversario reconociera que servidor había dado en el clavo. Iba a ser mi única satisfacción ya que nadie ha reconocido que tuviera razón: los de la conspiración por razones evidentes y los que la sufrieron aunque parezca mentira, también por razones evidentes. Véase la página que Los genoveses.net dedican a relatar la conspiración, titulada Escenarios para un golpe de papel que reproduce un reportaje de La Vanguardia de 22 de febrero de 1998 en el que no se cita una sola vez mi libro, que fue el primero.

Este asunto de la conspiración me animó a emprender un estudio sobre la retórica política que verá la luz algún día de estos y en donde aparecen cuestiones que son ya muy familiares. Muchos de quienes negaban entre risas que hubiera una pinza contra el PSOE, que la había, y una conspiración, que también la había, acuñaron un concepto, el felipismo, del que no ha vuelto a saberse nada pero que por entonces tuvo mucho predicamento, precisamente como ropaje teórico de dicha conspiración. Se escribieron decenas de libros (en algunos el autor mostraba haber perdido la azotea) y a día de hoy nadie sabría explicar en que consistía aquel felipismo que no era otra cosa que el nombre con el que la derecha encubría su perpetua urgencia por recuperar y detentar el poder mientras la "verdadera" izquierda se ponía a su servicio.

Los mismos también que entonces se reían de la existencia de la conspiración, pasado un tiempo, la revivieron para uso propio y en dos de las posibles voces verbales, en activa y en pasiva: articularon una nueva conspiración más o menos entre los mismos que la anterior (políticos, jueces, periodistas, intelectuales, advenedizos, etc) para acusar al Gobierno socialista del señor Rodríguez Zapatero, a la policía, la judicatura en general, la Guardia Civil y a todos quienes sostuvieran que los atentados del once de marzo de 2004 fueron obra de terroristas islámicos de... conspiración.

Una última y ya anunciada observación filosófico-histórica sobre la teoría de la conspiración porque se vea cuán complejas son las cosas del ser humano. El recurso fácil a la teoría de la conspiración para tratar de zafarse de los problemas explicativos de la acción social no suele ser eficaz. Pero de ahí a negar que en la historia haya habido conspiraciones, conjuras, complots y que hayan sido determinantes en su curso media un abismo. Desde la conjura de los sacerdotes de Amon Ra contra la revolución de Akenaton en el antiguo Egipto hasta el complot de los militares felones, los curas y las derechas españolas para ahogar en sangre y fuego a la IIª República, lo que más ha habido en la historia ha sido conspiraciones. Unas triunfantes, otras fracasadas, pero todas reales y en multitud de casos, decisivas. Por supuesto, en la historia ha habido y sigue habiendo muchos otros factores y nadie que reconozca la importancia de las conspiraciones en ella osará negar este extremo. Pero si se me pregunta hoy qué creo que haya tenido más importancia para determinar el decurso de las sociedades humanas si las conspiraciones o las leyes de la historia del tipo que sean (desde la voluntad divina hasta las inexorables leyes de los modos de producción económica, pasando por los condicionamintos climáticos) responderé que las conspiraciones. E insistiré en que a veces triunfan y a veces, no. Igual que las famosas leyes, que a veces se cumplen y a veces no.

Hubo pinza, y a unos les salió bien y a otros, no.

(La imagen es una foto de Pontificia Universidad Católica de Chile, bajo licencia de Creative Commons).

El continente tumultuoso.

La revista Sistema dedica un número monográfico (208/209, Madrid, enero, 2009, 224 págs) a América Latina, coordinado por Manuel Alcántara, reconocido especialista en la materia. Es un panorama dividido en dos vertientes: varios estudios, aproximadamente la mitad del total, de carácter general, sobre el conjunto del continente y otros tantos estudios de casos concretos, por países o grupos de países, lo que permite combinar visiones de conjunto con otras singularizadas.

En el primer trabajo, (América Latina: la política inconclusa), Alcántara señala la heterogeneidad latinoamericana a través de la diversidad de sus historias nacionales, las grandes diferencias de sus dimensiones demográficas, los índices de riqueza por habitante así como sus estructuras sociales desde el punto de vista de las composiciones étnicas de las poblaciones. Se suma a ello para completar el cuadro una tendencia a deslegitimar las instituciones democráticas. Hay índices altos de desconfianza en las elecciones, los partidos políticos y los sistemas de administración de justicia. Todo lo cual, por lo demás, dibuja un panorama parecido al que se da en otras regiones y que los estudiosos llaman "demócratas desafectos". Añade aquí el autor los presidencialismos "mestizos" como mezclas de los viejos presidencialismos con nuevas formas de parlamentarización así como una reactivación de los discursos populistas. Detecta un relativo fracaso de las políticas públicas en materia económica en los últimos años como prueba del fracaso del Consenso de Washington (CW), elemento que está muy presente en el número monográfico, (p. 18), todo ello acompañado por un aumento de los conflictos étnico-culturales y regionales (p. 20). En resumen, "política inconclusa", como dice el autor o situación abierta ya que, en realidad, toda política es inconclusa.

Ludolfo Paramio (Izquierda y populismo en América Latina) pareciera acometer tan ardua labor como es distinguir estos dos conceptos pero no es seguro que lo logre. Levanta constancia del fracaso del CW a partir de 1998 cuando comienzan a elegirse gobiernos de izquierda en el continente, izquierda que, sin embargo, no es una alternativa real al CW. Aunque, dice, se llama "populistas" a los gobiernos de Venezuela, la Argentina, Bolivia y el Ecuador, estos países siguen el CW en materia de estabilidad macroeconómica (p. 29) pero como, al mismo tiempo, rechazan la política neoliberal del CW, no está clara la distinción entre izquierda democrática y populismo que al autor le parece obvia intuitivamente. Populistas a no dudar se le antojan Fujimori y Medem y, en esa línea Chávez; pero hay diferencias entre éste y Lula, por ejemplo. A los efectos de acometer la tarea de separar la izquierda democrática del populismo propone que se recurra a una "izquierda con historia" pero que atienda a un imprescindible relevo generacional (p. 34), cosa que parece bienintencionada e inane.

Aníbal Pérez-Liñán (La renovación de las elites presidenciales en América Latina) presenta un curioso trabajo de análisis empírico histórico con información sobre 566 presidentes de diez y nueve países del continente, incardinado en la concepción paretiana de la circulación de las elites, circulación que adopta cuatro formas: sustitución, renovación, reconversión y estancamiento (p. 39). Toma como datos la edad media de los presidentes y la edad media de los partidos y aplica muy sensatamente la lógica de conjuntos difusos a los conceptos de juventud y tradición que maneja. De este modo los tipos anteriores se operacionalizan como sigue: sustitución: intersección histórica de políticos jóvenes y partidos no tradicionales; renovación: políticos jóvenes y partidos tradicionales; estancamientopolíticos no jóvenes y partidos tradicionales; reconversión (residualmente tratada en el trabajo): políticos no jóvenes y partidos no tradicionales (p. 50). Ha habido dos momentos de estancamiento de las elites presidenciales latinoamericanas en el último siglo: en los años veinte y treinta y , en paralelo con la segunda ola de democratización, en los años ochenta. En los primeros años del siglo XXI se detecta un envejecimiento y estancamiento con precedente en los años veinte y treinta.

Margarita Corral González (Actitudes hacia la democracia en América Latina, 2008) presenta un trabajo cuyos datos proceden del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP) de la Universidad de Vanderbilt, bajo la dirección de Mitchell Seligson, para medir: a) el nivel de apoyo a la democracia en América Latina en 2008; b) los factores que ayudan a explicar el acuerdo de la ciudadanía por el que la democracia es la mejor forma de gobierno; c) los niveles de confianza en las principales instituciones democráticas; d) una combinación del apoyo al sistema político con los niveles de tolerancia política para conocer el grado de apoyo a una "democracia estable" (p. 56) La conclusión es que la mayoría de la población cree que, aunque con fallos, la democracia es la mejor forma de gobierno posible. El apoyo es alto cuando se percibe que el gobierno es eficaz o la situación económica buena y desciende cuando se ha sido víctima de la corrupción o hay alta inseguridad ciudadana. Es muy perceptible la desconfianza hacia las instituciones fundamentales del sistema democrático, en especial los congresos nacionales, lo que, como ya decía en el comentario al primer artículo, es una situación muy generalizada conocida como "demócratas desafectos" y caracterizada por apoyo a la democracia en abstracto pero desconfianza acerca de sus instituciones en concreto. Eso sucede en Europa igualmente desde hace años. Por último registra la autora ciertas carencias en América Latina para lograr una democracia más completa y estable porque en algunos países (especialmente centroamericanos y andinos) hay apoyos relativamente bajos al sistema político y a la tolerancia.

Miguel Carrera Troyano y Rafael Muñoz de Bustillo Llorente en (El reto de la pobreza y la desigualdad en América Latina) explican que América Latina comprende a los países del mundo que presentan un reparto más desigual de la renta y muy altos índices de pobreza que se agudizan en las zonas rurales frente a las urbanas y en los sectores poblacionales de ciertas características étnicas (p. 77). En la teoría económica de los últimos cincuenta años se ha visto la relación entre crecimiento, pobreza y reparto de la renta bajo la óptica de la curva de Kuznets, lo cual explica por qué el CW no consideraba necesario prestar atención especial a la pobreza. Los autores reconocen, sin embargo, que en el texto original del CW se tomaban más en cuenta de lo que se cree las cuestiones de desigualdad y reducción de la pobreza pero fue su aplicación práctica la que acabó identificándolo con las políticas neoliberales más duras. Este planteamiento, combinado con el de Kaldor fue el dominante hasta los años noventa, a partir de los cuales es ya obvio que el CW ha fracasado, que el crecimiento no ha sido superior al de los años sesenta y setenta y que no se ha corregido la pobreza ni la desigualdad (p. 82). Ya en los años ochenta algunos economistas del desarrollo, como Myrdal et al., sostuvieron que la mala distribución del ingreso pdía tener un efecto contraproducente para el desarrollo (p. 84). A ello se añadía que América Latina presenta un modelo de Estado del bienestar "truncado", esto es, con un limitado alcance de sus políticas sociales de las que no se benefician los sectores más desfavorecidos (p. 86) No obstante, a partir de los años noventa tanto en la CEPAL como en la actividad del Banco Mundial se ha venido insistiendo en la necesidad de fomentar la lucha contra la pobreza. Pero no es fácil que se llegue a dar este cambio de perspectiva. Para que haya políticas progresivas en América Latina es preciso que las elites se convenzan de que la transformación del statu quo será beneficiosa para todos los ciudadanos y sin las políticas redistributivas será muy difícil que los países latinoamericanos consigan la cohesión social, la inversión, la mejora del capital humano y el crecimiento económico que precisan para hacer frente a la globalización (p. 95). Efectivamente, muy difícil y, al depender de esa convicción de clases que han mostrado escasa sensibilidad social durante siglos, altamente improbable.

(El resto de la reseña de este número de Sistema, mañana).

diumenge, 8 de març del 2009

Ocho de marzo, celebración.

Está muy requetebién que se conmemore el ocho de marzo, día internacional de la mujer trabajadora con el anteproyecto de ley sobre el aborto ya presentado en el Consejo de Ministros que autoriza la interrupción libre del embarazo hasta las 14 semanas de gestación y asimismo en determinadas circunstancias pasada esa fecha; que lo autorice también a las jóvenes a partir de los dieciséis años sin necesidad del permiso paterno; y que se elimine el tipo delictivo del aborto del Código Penal. Muy bien porque esa norma es un paso adelante muy notable en el proceso de emancipación de las mujeres. El aborto es un derecho que corresponde a ambos progenitores y muy especialmente a la mujer y que la convierte en dueña de su propio cuerpo de cuya propiedad está desposeída hasta el dia de la fecha en la que quizá sea la última reminiscencia de la esclavitud que queda en el mundo civilizado. Pues quien no es dueño ni de su propio cuerpo es un esclavo. ¿De quién? Del prejuicio machista, del oscurantismo eclesiástico, de l autoritarismo impositivo de los conservadores.

Decía ayer la señora Aguirre en un acto en conmemoración de la mujer trabajadora al que debió de ir por error, que el aborto no es un derecho. La obsesión de los conservadores es siempre negar derechos a los demás: a los extranjeros, a los homosexuales, a las mujeres... En este caso no solamente niegan que sea un derecho sino que lo reputan un delito; no porque verdaderamente crean tamaño dislate sino porque piensan que es la única forma aceptable de responder a la crítica que se les hace de que se metan en lo que les atañe pues los partidarios del aborto no queremos que sea obligatorio, que nadie pretende obligar a la señora Aguirre a abortar.

De todos modos hay que prepararse: la ofensiva carcunda va a ser de armas tomar. Los curas van a dar una murga insufrible y el Gobierno tendrá difícil sacar la ley adelante en un parlamento en el que no tiene mayoría absoluta y depende de los votos de dos partidos que son católicos en todo o en parte, esto es, el PNV y CiU. Muy difícil.

(La imagen es una foto de derechoavivir, bajo licencia de Creative Commons).

Breve historia de la pinza (I).

La política es el terreno de los conflictos en el presente y su relato está siempre bajo sospecha de parcialidad porque no es infrecuente que forme parte del mismo conflicto que narra. Cuando el presente se convierte en pasado la política quiere hacerse historia y su relato pretende ser más distanciado, con ínfulas de científico. Hace ya siglos que Giambattista Vico en su Ciencia nueva propuso recurrir a la historia para dar carácter científico a la política.

Pero la historia es tan poco de fiar como la política a la que quiere socorrer. Presente y pasado son categorías difusas. Nadie sabe cuándo el presente se convierte en pasado (y, por lo tanto, susceptible de ser narrado con relatos "científicos", no conflictivos) por la misma razón por la que nadie sabe cuándo x granos de trigo constituyen un montón de trigo. Solemos admitir (y tengo mis dudas) que la invasión sarracena en 711 es pasado, o la batalla de Lepanto. Pero ¿son pasado las guerras carlistas? ¿Y la Dictadura de Franco? ¿Y las legislaturas con gobiernos socialistas bajo la presidencia de Felipe González en la última de las cuales se produjo la famosa pinza entre IU y el PP con el fin de acabar con los gobiernos socialistas?

Digo lo anterior porque hace poco he leído un par de artículos negando que tal pinza haya existido y tratando de pasar la negativa como cuestión cerrada de la historia, igual que cuando se dice que la Edad Moderna comienza al caer el Imperio Bizantino. Se trata de una argucia más para ocultar la tal pinza como de ocultarla trataron siempre los que la pusieron en marcha ya que hasta ellos se daban cuenta de que algo tan estúpido e inmoral sólo podía defenderse negándolo tajantemente.

Pero los hechos no pueden negarse. Pueden tergiversarse pero no negarse. La pinza fue, es y seguirá siendo un hecho hasta el fin de los tiempos cuya iniciación formal relata la periodista Esther Esteban, entonces en El Mundo, en un libro titulado El tercer hombre. Pedro J., la pesadilla de Felipe González en donde da cuenta de una cena a la que el pesadilla invitó a los señores Anguita y Aznar en su casa con el fin de que acompasaran y coordinaran sus acciones para derribar por fin al "César González" bajo la admonición del gran Gibbon, sin que nadie haya desmentido este encuentro ni su contenido. En aquella cena el señor Anguita apareó su acción en contra del PSOE a la del señor Aznar, el hombre que luego metería a nuestro país en la guerra del Irak en la que murió el hijo del señor Anguita que era corresponsal de El Mundo. La historia tiene vueltas verdaderamente trágicas.

Esa coincidencia, esa pinza, es un hecho incontrovertible. El beneficio que las partes pretendían obtener con ella era obvio: el señor Aznar quería sustituir al señor González; el señor Anguita quería conseguir lo que erróneamente llamaba el "sorpasso", esto es, que IU aventajara en votos al PSOE; y el señor Ramírez quería quedar como el gran trujimán del triunfo del PP. El primero y el tercero obtuvieron lo que querían: el señor Aznar gobernó España entre 1996 y 2004 con los métodos y resultados de todos conocidos y los que quedan por conocer... en sede judicial. El señor Ramírez también consiguió lo que quería inmortalizándolo en la famosa "foto del balcón de Carabaña", aunque sus réditos posteriores no fueran óptimos. El único que se quedó en la estacada fue el señor Anguita al que los otros dos habían engañado apoyándose en su fabulosa vanidad y su falta de experiencia. Un fracaso que está en la base de la paulatina decadencia de IU, formación que si en las elecciones de 1996 lograba casi el diez por ciento del voto y diez y nueve diputados en las de 2000 bajaba ya al 5,54 por ciento y ocho escaños, propiciando la retirada del señor Anguita ante lo que ya se veía venir: el definitivo descalabro de la formación que luego se ha materializado.

Desde luego, los artífices de esta pieza maestra de confabulación estaban interesados en que no se conociera, haciendo cierto una vez más aquel penetrante aviso de Kant de que todo aquello que afectando a las cosas de los seres humanos no puede hacerse público está mal. Pero era inevitable que se supiera y así terminó siendo.

Quienes siguen interesados en negar la existencia de la pinza esgrimen como único dato en contra que la cantidad de votaciones parlamentarias en las que el PP y el PSOE coincidieron en aquella legislatura de 1993-1996 fue superior a las que se dieron entre IU y el PP. Es un argumento irrisorio que sólo cabe defender de mala fe ya que la alternativa es la ignorancia supina. La acusación de pinza hace referencia a la coincidencia entre PP e IU en un objetivo común de derribar a Felipe González y no postula ningún otro acuerdo en nada más. Hasta el señor Anguita, que reconoce la existencia de la pinza, establece esa diferencia: Coincidíamos en pedir la dimisión de Felipe González. Pero hay dos cosas que nos diferencian: Aznar le pide a Felipe que dimita y convoque elecciones, y yo pensaba que Felipe tenía que dimitir, pero sin elecciones, que gobernara otro líder de su partido.. Es obvio que en materia de régimen legislativo ordinario habrá más coincidencias entre PP y PSOE pero eso no quiere decir nada (y menos que nada, ¿verdad? que hubiera una pinza PSOE-PP) y lo decisivo aquí no es la cantidad sino la calidad dado que las coincidencias entre IU y PP se daban en las peticiones políticamente importantes para poner en aprietos al PSOE, comparecencias, peticiones de dimisión, reprobaciones, interpelaciones. Coincidencia al ciento por ciento. Lo demás es hojarasca para engaño de incautos. Y eso sin contar con que la actividad parlamentaria no agota la política de un partido y menos de uno como IU que llevó esa coincidencia a todos los terrenos. Por lo demás, el propio Anguita lo reconoce, justificándolo, claro y matizando que él no fue responsable de la derrota del PSOE: «Jamás me he arrepentido de la famosa pinza. No podíamos ser cómplices del robo, de las torturas, de la cal viva, porque fuera un partido de izquierdas quien lo hacía. No podíamos ser cómplices con nuestro silencio, aunque luego se haya engañado a los ciudadanos diciendo que Anguita fue el responsable de que el PSOE perdiera. No es cierto, el PSOE perdió porque era lo contrario a la honestidad, la honradez y a lo que debe ser un partido de izquierdas. El que comete un crimen es un criminal, y nosotros no podíamos mirar hacia otro lado.»

(La segunda parte de esta interesante entrada, mañana, lunes).

(Las imágenes son una foto de Fundació Pere Ardiaca y otra de Óscar Espiritusanto, ambas con licencia de Creative Commons).

Peregrino de la memoria (XLVIII).

El amor, de golpe.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XLVII), titulada Diálogo en el cielo).

- Por fin -dice-. Hay que ver cómo te has resistido.

Es cierto. He resistido mucho, todo lo que he podido, pero sin grandes resultados como bien se ve en la situación en que me hallo con esta mujer que reconozco me gusta con locura, grande, atractiva, de voluptuosas formas que avanza sobre mí sin dejar de sonreír, casi a paso de carga, se me echa encima consiguiendo que se venza el endeble sillón de oficina en el que trabajo y que nos vengamos ambos al suelo, en confusa amalgama, que me abraza, me besa, me acaricia, se me enrosca como una serpiente, se despoja de su vestimenta, me quita la mía con endiablada habilidad sin que sepa cómo lo consigue, me recorre el cuerpo desnudo con unos labios carnosos que dejan un surco de cosquilleo y excitación, hasta concentrarse en mi sexo con el que parecen entrar en amorosa conversación que me enardece como si fuera electricidad, para darnos luego la vuelta a ambos, levantarme con sorprendente facilidad, encajarme entre sus fuertes muslos abiertos y hacerme entrar en ella como el que se tira de cabeza al cráter de un volcán mientras veo un trozo de tubo de neón de publicidad de la fachada de enfrente que se divisa desde mi ventana y pienso, aunque no sé con qué, que nunca, nunca he follado de esta manera. Laura se aprieta contra mí, me araña los lomos, me abraza, me estruja, jadea, me muerde en el cuello mientras me empleo a fondo cuanto puedo, hundiéndome y fantaseando que pudiera irme todo entero por su vagina. Se da de nuevo la vuelta sin separarse, se instala y se derrama sobre mí, sepultandome el rostro entre los senos, ofreciéndome los pezones para que los muerda, cabalgando cada vez más desaforadamente entre suspiros y gritos que me parece habrán de oírnos los vecinos, golpeándome contra el duro entarimado, tirándome del pelo, cegándome con el suyo, suelto y húmedo de sudor, lamiéndome, mordiéndome o dejándose morder con igual pasión pues me la ha contagiado de modo que no sé lo que hago salvo que al cabo de un tiempo que me ha parecido largo y corto, se va la luz, se hacen densas tinieblas, se encienden luminarias de colores, reviento por todas partes, gimo como una criatura y aquello se me viene encima, como una torre que se desmorona con un grito desgarrado que parece un alarido y acaba en un sollozo.

Después, silencio y quietud. No sé qué pensar y mucho menos qué decir y lo curioso del caso es que tampoco lo juzgo necesario. En otras circunstancias imagino que me hubiera esforzado por parecer ingenioso, hacer algún comentario, tratar de recomponer la situación, quizá dominarla. Pero ahora sólo siento un grato desmadejamiento, algunos pinchazos intermitentes en la pelvis y la región lumbar que más se golpeado contra el suelo y una especie de suave dejadez que me recorre la piel, especialmente la parte que todavía está en contacto con la suya que de vez en cuando se estremece. No siento necesidad alguna de cambiar de posición. Vuelvo a ver el trozo de neón por la ventana y la pantalla del ordenador encendida con un salvapantallas muy conocido de tubos en tres dimensiones. Tampoco pienso en la situación, pero sí en lo curioso que resulta que no lo haga, como si estuviera feliz ante la idea de que, así como he dejado hacer hasta aquí, podré seguir dejando en adelante. Es agradable no tener que pensar en qué hará uno porque alguien se encarga de hacerlo por ti. No tengo conciencia de que me haya sucedido antes y, en caso de habérmelo encontrado en otros, supongo que lo habré considerado negativamente como una señal de supeditación, de abandono, dejación y servidumbre. Se da mucho en las relaciones amorosas. Pero no parece tan desagradable cuando uno puede llegar a sentirse como una pluma a merced del viento, como una barquilla en el oleaje. Entretanto hay una suavidad balsámica en el ambiente y, definitivamente, el punto central es que no sienta deseo alguno de hablar.

Por último Laura se yergue y pasea desnuda lentamente inspeccionando el despacho. La miro desde atrás. Tiene unas caderas anchas, unas nalgas firmes, las piernas son fuertes y luce una melena negra lisa que le llega hasta la mitad de la espalda. Se detiene ante los anaqueles de libros que parece mirar con interés, pasa la mano por ellos, coge uno y, abriéndolo, se vuelve hacia mí. Desde mi posición en el suelo veo su vientre ligeramente redondo, el monte de Venus abundante e hirsuto, las dos tetas enormes como globos terráqueos con unos pezones rugosos, protuberantes, nimbados por una piel de un oscuro brillante y la indescriptible sonrisa con que me regala la vista como satisfecha de que le haya hecho un repaso tan a fondo.

- Platón -dice.- ¿A quién prefieres, a éste o a mí?

- No sois comparables.

- ¡Ah! ¿No? -Cierra de nuevo el libro, se lo aprieta contra el pecho, lo frota contra su vagina- Pues yo te prefiero a ti. Este Platón no me pone.

- Me imagino que no le importa. Y a mí tampoco.

- Eres un grosero.

Me levanto. Es curioso que siga en el estado de bendita indeferencia en que me dejó el asalto de Laura. Sé que su reproche es una zalema; si no me preocuparía. Me da la impresión de que ninguno de los dos tiene interés en decir nada con sentido, que estamos prolongando el encontronazo que hemos tenido. Hay que saborear estos momentos, pienso y en verdad no sé por qué ya que no recuerdo haber experiemntado nada parecido. Muy difícil de determinar por lo demás porque tampoco sé en concreto qué es lo que hay aquí tan decididamente distinto. Sobre todo cuando me asalta una idea que me deja algo perplejo e inquieto: me veo en esta mujer, quiero decir que la veo como si fuera yo mismo, que me parece mi yo proyectado; no como un doble, tema que me fascina, sino como una parte de mí mismo. Seguramente esa sensación es la que explica la tranquilidad que reina ahora entre nosotros, ese abandono como el que puede haber entre dos personas que se conocen de toda la vida, que no tienen puntos oscuros o secretos la una para la otra, siendo así que, en este caso, lo contrario es lo más cierto: no nos conocemos prácticamente de nada, ni siquiera sé como se apellida.

- Orizú -dice de pronto- Laura Orizú Sierra. Pensabas en eso, ¿verdad? Yo, en cambio, lo sé todo ti. Sé tu nombre, conozco tu vida, sé lo que has hecho. Hasta he leído un libro tuyo

Los dos nos reímos. Y estoy encantado en la situación, maravillado de que la compenetración sea tan intensa. Algo que en otro momento me hubiera preocupado ahora me antoja delicioso. Si estás desnudo en mitad de una habitación con la mujer con la que acabas de follar a lo bestia y os reís creo que se puede decir que eres feliz o te aproximas a la felicidad. No quiero hablar nada de amor pero la verdad es que no puedo apartar los ojos de su cuerpo. Ella me coge la mano y la pone entre sus piernas mientras me dice:

- ¿Hay una cama en esta casa?

No hay una; hay cuatro: una mía y tres para mis hijos, para cuando venían a pasar el finde conmigo, a alguna temporada, cosa que hace ya bastante tiempo que no sucede porque los tres se han organizado la vida por su cuenta y tienen sus propias casas.

- ¿No tienes hambre?

Le contesto que no pero que si ella sí podemos ver qué hay en la cocina. Algo tiene que haber; nada fresco, pero alguna lata de conserva o un trozo de queso reseco. Laura encuentra un paquete galletas con chocolate y se pone a masticar una, pensativa.

- ¿No quieres saber por qué sé tanto de ti y por qué te he perseguido?

- Ya me lo has dicho; porque estás enamorada de mí.

- Exactamente -dice con esa sonrisa que muestra su blanca dentadura de dientes grandes como todo lo suyo.- Exactamente. Como tú lo estás de mí.

No siento necesidad de responder. Creo que es cierto. Parece absurdo que uno pueda enamorarse una recién llegada a la que no ha visto en la vida y de la que lleva tres semanas huyendo. Pero se da. No he querido llamarlo amor, pero no tengo inconveniente en hacerlo. Es una prueba más de lo enamorado que estoy que la dejo definir la situación. Ella se ha puesto a hablar de cómo se había enamorado de mí de una forma completamente tonta, al escuchar a Vlam contando una anécdota de cuando éramos jóvenes, luego había buscado información sobre mi persona, las fotos, todo eso ya me lo había contado pero tenía que decirme cómo disfrutaba pensando en mí, que había hecho una ampliación de una foto que tenía en su dormitorio y se masturbaba pensando en mí. Yo no estoy seguro de escucharla porque disfruto mucho mirándola y oyéndola, aun sin enterarme de lo que dice. Qué extraña locura es esta es algo que resuena dentro de mí, qué extraña y hermosa locura.

- Vamos -me dice al cabo de un momento, seguramente al darse cuenta de que no la escucho - Vamos a esa cama.

Le digo que no tengo seguridad de estar en condiciones de repetir con ella tan pronto. Se ríe sujetándome el pene con la mano y diciendo que la vejez no perdona y que los hombres ya no son lo que eran pero que no me preocupe, que ella tiene de todo, incluidas pastillas que me pondrán en forma sin sentirlo, algo mejor que la viagra. Cuando por fin conciliamos el sueño, el dormitorio parece una leonera, ninguno de los dos puede más, ha amanecido y ella me dice que nos espera un día complicado.

(Continuará).

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley, de 1894).

dissabte, 7 de març del 2009

Lo tenéis crudo, tronkos.

Al día siguiente, siete de febrero, de descubrirse la trama de corrupción que afecta al PP, cuando se supo que el cabecilla principal era ese atildado y pintoresco chulapo cuyo apellido, Correa, germanizado en Gürtel, daba nombre a la operación, el señor Agag, yernísimo del señor Aznar, irrumpía en público, muy decidido, negando que tuviera algo que ver con el acicalado Correa y amenazando con acciones judiciales contra quien los relacionara. Palinuro, por su parte, publicaba una entrada llamada Os han pillao, tronkos en la que se hacía eco del escandalazo y comentaba la decisión del señor Agag. Es obvio que éste conocía el calado de la operación que acababa de empezar y quería desvincularse de ella. Hoy sabemos que, según el juez, aunque los hechos que se investigan, involucrando a casi media centuria de alcaldes y cargos comunitarios del PP, se dieron a partir de 2004, el origen del negocio y las actividades delictivas de la trama se remontan a los tiempos del primer gobierno del señor Aznar quien por cierto está callado como una tumba etrusca, él siempre tan dicharachero, lenguaraz y parlanchín, y que el presunto delincuente señor Correa, hoy enchironado, hizo sustanciosos negocios organizando todo tipo de actos del PP nacional pues tenía entrada expedita en la sede de la calle Génova.

El señor Agag no ha vuelto a decir esta boca es mía y tampoco se ha querellado contra nadie y, sin embargo, ya parece inevitable que la investigación judicial examine los tiempos del aznarato, incluida su fastuosa boda en El Escorial. De lo cual estoy seguro que los primeros en alegrarse serán los señores Aznar y Agag porque así quedará claro que la boda fue limpia, que no la financió el presunto delincuente Correa a cambio de jugosas adjudicaciones de contratas por millones de euros. Ya tarda, no obstante, el señor Aznar en ofrecer explicaciones en público. ¿No debiera alguien entrevistarlo y preguntarle cómo ve él la hipotética relación entre los Gürtel y la boda de su hija en El Escorial?

En cuanto a la cascada de dimisiones de alcaldes de los municipios nacionales de la Comunidad de Madrid, cómo estarán las cosas que el PP ha roto su arraigada costumbre de "aquí no dimite nadie" y ha puesto en la calle a sus alcaldes, concejales, asesores etc implicados en Gürtel, de los cuales, al parecer, ya se conoce la tarifa del cohecho. Efectivamente, os han pillao, tronkos, y ahora vais a tenerlo crudo porque la policía y el juez han recogido abundante material probatorio a lo largo de varios años. Porque esto no es tampoco el socorrido caso aislado, el del alcalde sociata de San Eulogio de la Manganera o del Trincón de la Victoria, a quienes pillan con un calcetín repleto de euros y un par de adjudicaciones fraudulentas. No, esto tiene pinta de ser una trama propia del crimen organizado, una red de facinerosos dedicada a estafar a la ciudadanía apropiándose mediante argucias de los dineros públicos en una estructura bien diseñada que tenía tres pies: cargos públicos del PP en instituciones municipales y autonómicas, gentes del PP en asuntos de su competencia y presuntos delincuentes que habían imaginado el negocio y así han venido haciéndolo hace años.

Desde el principio de este feo asunto hemos sabido que el PP iba a tirar contra el señor Garzón, en un intento de desviar la atención de los presuntos delitos de sus militantes hacia la persona del juez, contra el que ya se ha querellado por prevaricación en un vano intento de yugular la investigación y que no se sepa el latrocinio presunto que han cometido los suyos. En esas condiciones, teniendo en cuenta que lo que ya se conoce del sumario deja pocas dudas sobre el grado de pringue de los dimisionarios y que aún queda mucha tela que cortar en la calle Génova 13, es alucinante que la señora María Dolores de Cospedal, Secretaria General del PP, diga no ya que su partido esté limpio de polvo y paja (¿qué otra cosa iba a decir?) sino que hay una "enemistad manifiesta del juez Garzón hacia el PP". ¿De qué va esta señora? ¿Tiene una sola prueba de lo que dice? ¿Una sola declaración del juez Garzón opinando sobre el PP? ¿O pretende que el hecho de instruir una causa penal por presuntos delitos de miembros del PP se compute como "enemistad manifiesta"? Si es esto último, hay que impugnar todos los procedimientos penales contra todos los delincuentes del país.

En esta campaña del PP por tirar contra Garzón, dice la señora Aguirre en la COPE que el juez ha recibido regalos más valiosos que los que haya recibido el señor Camps. Todo el mundo sabe que el desparpajo de esta señora es inversamente proporcional a su inteligencia, pero es de esperar que alguien la obligue a precisar sus palabras porque es obvio que no está refiriéndose a los regalos que pueda haberle hecho su mujer, sus hijos, sus padres que, claro, no tienen más límite económico que las disponibilidades de la familia Garzón sino a regalos presuntamente delictivos, cohechos, sobornos. Es decir, está acusando al juez Garzón de haber cometido delitos y eso a su vez es un delito, el de calumnias, por el que debiera responder esta dama ante los tribunales.

Por último el país entero está esperando que, a la vista de las encendidas declaraciones de mutuo amor que ha pocas fechas se intercambiaban el señor Camps y el presidente del Tribunal Superior del País Valenciano, Juan Luis de la Rúa, quien ha de juzgar a su amigo, el magistrado se inhiba y, si no lo hace ipso facto, es de esperar que el Ministerio Fiscal impugne su presencia. Es un misterio por qué no ha dimitido ya el señor Camps pero alguien de su partido debiera quitarle de la cabeza la idea de que su amigo de la Rúa vaya a absolverlo con todos los pronunciamientos favorables. El señor Camps tiene que dejar de proclamarse heredero del Cid Campeador y decir sencillamente si es o no cierto que lo vestía el presuntamente corrupto señor Correa y a cambio de qué. Lo demás sobra.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Peregrino de la memoria (XLVII).

Diálogo en el cielo.

(Viene de una entrada anterior de Peregrino de la memoria (XLV), titulada Una visita de Estado).

Envío el correo tras releerlo un par de veces. No me gusta que me queden mal las cosas, con faltas de ortografía o errores en la tildes. Mucha gente cree que, al ser la tecnología algo relacionado siempre con la velocidad, con la aceleración de la velocidad, hay que escribir de acuerdo con la exigencia que plantea, con descuido, con abreviaturas inventadas, sin esmero. Y eso en los correos electrónicos. Quien haya visto cómo y qué escriben los chavales en los llamados chats sentirá el frío de la parca bajándole por la columna vertebral como representante de una generación irremediablemente situada en algún brumoso lugar del pasado, cuando había una relación directa con la escritura como esmero. Eso se ha perdido y muchos lo echan de menos, todos esos que muestran nostalgia de los viejos procedimientos o costumbres frente a los incesantes avances de la tecnología. Y una de las razones más frecuentes de ese rechazo es la violencia que los chavales hacen a la lengua a través de los chats. Hasta se montan campañas para luchar contra ello que a su vez se expanden a través de las mismas tecnologías cuyos efectos supuestamente nocivos dicen querer combatir, como Facebook o Tuenty, campañas a favor del "castellano bien escrito" de los que odian cómo los chateros desfiguran nuestra amada lengua. Nunca me he apuntado a una de ellas entre otras cosas porque creo que las lenguas son cosas vivas al servicio de las personas y no cosas muertas con las personas a su servicio. Es lengua lo que gente habla, escribe, piensa, grita o chatea. Es lengua todo lo que la gente destroza. Si la lengua no se destrozara y renaciera de continuo, no habría evolución de los idiomas y estaríamos todos hablando alguno originario, alguna lengua indogermánica que seguramente haya desaparecido o quedado arrinconada en algún lugar más o menos grande, como el País Vasco, Hungría, Finlandia. Gracias a que el latín se corrompió hoy tenemos el españo, el portugués, el francés, el catalán, el italiano, el rumano, etc, etc, lenguas todas ellas que también presumen de estética y raíces y han desarrollado algún canon que obligan a pagar a los demás. Todas las innovaciones traen siempre algo bueno y tropiezan siempre con los de la inercia, los que no quieren cambiar de hábitos. A mi me gusta todo lo innovativo y tengo curiosidad por ver qué lengua utilizan los chateros. A veces me apropio de algo, giros, expresiones, abreviaturas y lo incorporo a mi forma de expresarme pero, cuando escribo un correo, como cuando escribo cualquier cosa, siempre quiero que quede con la mayor pulcritud. Y así suele ser.

Con el correo despachado me sirvo un café con leche y pienso en actualizar el blog. Eso es algo que también sorprende a la gente que me conoce: ¿para qué quiero un blog? ¿No es algo propio de los chavales y por lo tanto impropio de mi edad? No; eso es una tontería; no creo que nadie haya dicho que los blogs sean propios de los chavales e impropios de mi edad. Es una forma estereotipada de exponer una reacción y por estereotipada, falsa. Lo que la gente piensa en realidad, aunque lo exprese de forma confusa, es que eso de que yo tenga un blog demuestra dos cosas, una que me he adaptado a los tiempos de internet, cosa no muy frecuente en las generaciones mayores. He de decir, a fuer de ir hasta el final que no solamente me he adaptado sino que lo hago de mil amores, sin esfuerzo porque tengo puestas en internet muchas esperanzas y una confianza enorme. Internet es algo tan importante como la rueda, el fuego o la imprenta: invenciones revolucionarias de verdad que cambian la forma de vida de la humanidad. Internet es un ágora pública de toda la especie pero no sólo es eso, toda la especie ahora, sino toda la especie siempre pues desde que hay humanidad y ésta ha dejado algún testimonio, el que se quiera, que se pueda fotografiar o escanear, podemos entrar en relación con él; en relación con los vivos y los muertos. Nuestro diálogo no es sólo un intercambio con los seres humanos vivos sino, al mismo tiempo, con los muertos, con todos los muertos. Ya sé que eso se dice que sucede también con los libros. Estoy dispuesto a debatir sobre las ventajas e inconvenientes de los libros tradicionales en reación con la red, pero lo haré en otro momento. La otra cosa que prueba mi blog según las consideraciones amigas es que ejerce una influencia beneficiosa sobre mi persona. Lo cual es evidente, creo yo, en el ánimo de todos los internautas y blogueros. Alguien puede engañar, timar, estafar, pero acabas cogiéndolo siempre. Para la inmensa mayoría el medio es nuestra oportunidad para hacer nuestra obra en soledad, silencio (si se quiere) y en absoluta, infinita, ilimitada libertad. Eso lo digo yo también siempre: la blogosfera es el ámbito de la gente con criterio y celosa amante de su libertad, la que habla la verdad y la que está dispuesta a acogerme por unos días hasta que se me haya pasado el susto y pueda ser de nuevo yo mismo, sin cortapisas ni subterfugios.

El blog, sin embargo, puede esperar a que me dé una vuelta por skype y seguramente volveré a él de inmediato porque, siendo madrugada, es poco probable que encuentre a Laura al otro lado de la onda. Pero sí la encuentro. Esta mujer ¿no duerme nunca? Le escribo que ya he vuelto de casa de Esteban. Me responde de inmediato que si quiero que hablemos y le digo que no de momento, que prefiero escribir. He hablado mucho en casa de Esteban. Y más o menos el diálogo es el siguiente:

"Como quieras". Estaba esperándote.

"Ya veo. Aquí estoy".

"¿Seguimos quedando mañana?".

"Sí. ¿cuando?

"Cuando quieras".

"¿A mediodía?"

"Por mí por la mañana."

"Jajaja. ¿A la hora de desayunar?"

"O antes. Ya te he dicho que te quiero..."

"¿Cuánto antes?"

"Y que lo que quiero es estar contigo."

"Ya pero..."

"Ya mismo."

"Espera que esto se está liando".

"Ya mismo".

"Espera, ya mismo significa ahora mismo?

No he terminado de escribir la pregunta y suena el teléfono del skype.

- CLaro que significa ahora mismo -oigo la voz de Laura- ¿Cómo tengo que decirte que te quiero?

No sé si encontrar su proceder algo apabullante. Como primera reacción desde luego, pero debo reconocer que es un tipo de comportamiento que me divierte y no solamente me halaga sino que despierta en mí sentimientos favorables. Esta mujer es un torbellino, no respeta nada a su paso y lo bueno es que estoy de acuerdo con ella. Algo me ha dicho que somos parecidos. Sigue hablando:

-¿Quieres verme? Conecta la cámara.

Es lo que hago, Veo su rostro risueño, sus ojos almendrados, una sonrisa burlona, una mirada de cariño.

- ¿En dónde vives?

-¿De verdad estás dispuesta a venir?

- ¿Lo dudas?

- Oye, son las tres de la madrugada...

Me saca la lengua, guiña un ojo, orienta la cámara hacia su pecho, está desnuda, muestra unos senos grandes, firmes y altivos. Sigue sonando su voz:

- ¿Y qué? ¿No quieres verme? ¿En dónde vives?

Por fin le doy la dirección y me contesta:

- No tardo nada. Un beso. No te muevas, ¿eh?

Y corta la comunicación.

Me dispongo a esperar con una sensación extraña. Me siento muy halagado por el interés que suscito y me gusta la gente como Laura, directa, expeditiva, con personalidad y que trata siempre de hacer lo que quiere en un mundo en el que la costumbre de hacer lo que no queremos para poder sobrevivir ha acabado convirtiéndonos en sabandijas desvertebradas a quienes hacer lo que quieren en algún momento asusta de muerte, que ni siquiera de atreven a querer algo. Hasta pienso que yo también podría enamorarme de Laura si en verdad creyera que ella estuviera enamorada de mí pero me siento inseguro con un comportamiento tan avasallador. Desde luego me gusta, es una mujer imponente y en este momento está viniendo sin dudarlo a meterse en mi cama. Pero por otro lado tengo la congoja de que alguien se me está imponiendo, tomando las decisiones por mí, no dejándome respirar, sujetándome, privándome de mi libertad. Le ha costado. Llevaba como tres semanas tratando de que anduviéramos juntos y yo dando largas pero al final lo ha conseguido, debo confesarlo. Cambio la pantalla del ordenador y me meto en el blog, en donde vuelco mis impresiones de ese momento.

Ya sé que suena difícil de creer, que suena ionverosímil, pero ¿qué harías tú, lector, de encontrarte en mi lugar? (Es frecuente que los blogueros se dirijan en forma directa a sus hipotéticos lectores, aunque no tengan ninguno. Supongo que ello se compensa con el hecho de que pueda acabar leyéndolo alguien en el otro extremo del mundo que ha caído en su página porque navegaba por la red buscando algo concreto que tu página pueda tener). Una mujer relativamente joven (le calculo treinta y cinco años), hermosa, inteligente y rica que dice que se ha enamorado de ti así como así, casi sin conocerte, se presenta en tu casa a las tres de la madrugada con ánimo de pasar la noche contigo. No me he inventado nada, lo juro. Todo eso está pasando ahora, según voy escribiéndolo. Como mi despacho está en un bajo que da a una calle de poco tránsito, oigo un coche que se detiene ante el portal y el sonido del telefonillo. Abro la puerta de abajo y dejo entornada la de la entrada del piso mientras me asalta de repente la memoria de imponente presencia de Laura en el Palace. Es como si hubiera tenido todas las sensaciones e impresiones encerradas en una caja, en un compartimento y que ahora caja y compartimento se abrieran de repente y dejaran salir todos los datos de la personalidad de Laura: su belleza, su sonrisa, su aroma, su forma de mirar. Todo me sumerge en una especie de nostalgia en tanto la veo con los ojos del espíritu. y mientras escribo esto Laura aparece a lla entrada del despacho y abre los brazos.

(Continuará)

divendres, 6 de març del 2009

La panda de presuntos chorizos.

Éstas ya no son filtraciones, ni rumores, ni dimes y diretes, ni murmuraciones, infundios o calumnias, no. Éstas son imputaciones penales hechas por un juez de instrucción nominatim a diversas personas aforadas y a otras que, no siéndolo, están ya en el trullo sin fianza. Ya se sabe que son imputaciones formuladas por el juez Garzón quien ha pasado de ser quintaesencia de la honrada judicatura y personificación misma de la independencia y la competencia judiciales a ser una especie de bolchevique sediento de sangre conservadora, genuflexo a las órdenes del PSOE, miserable chequista, "golfo" y "cabrón con pintas" según la derecha de toda la vida cuyo respeto por la independencia del poder judicial es análogo al que sienten por la vida amorosa de su perro y se acaba allí donde los jueces pretenden cumplir con su deber.

Por fortuna para todos esa oleada de improperios ese linchamiento moral del juez desde las baterías mediáticas y los chiringuitos conservadores tendrán el mismo efecto que una cerbatana contra un acorazado. La maquinaria de la justicia está en marcha, el proceso penal sigue su curso y el panorama que pintan los autos judiciales (no ya filtraciones o rumores, sino afirmaciones contundentes) pone los pelos de punta. La Comunidad Valenciana presidida por un Beau Brummel que, al parecer, se costeaba la figura de dandy mediante especies de potlatchs a que son tan aficionadas ciertas tribus del Pacífico, fiestas en las que todo el mundo se hace regalos al objeto de redistribuir la riqueza. Lo que sucede es que, siendo de derechas, estos redistribuyen la riqueza siguiendo el Evangelio según San Mateo (25, 29) y San Marcos (4, 25) cuando dicen que al que tiene se le dará y prosperará y al que no tiene se le quitará hasta lo que parece que tiene, versión sagrada del principio neoliberal de enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres porque así prosperamos todos. Y, no crean, hay gente que se toma esto en serio. O afirma que se lo toma en serio y otros que los votan.

El espectáculo de cobros de comisiones, contratas fraudulentas, desvíos de cuentas, concesiones irregulares, licitaciones a la remanguillé, etc no tiene pinta de ser una fabulación de la Dirección General de Conjuraciones dependiente del Ministerio del Interior, a las órdenes del taimado señor Rubacaba. Es real. La prosa del juez Garzón pone al descubierto una especie de lonja del mangoneo, el lugar en donde el sector privado del hampa (personificado supuestamente por el señor Correa) se relaciona con un sector público cuya ideología consiste como bien se sabe en privatizar todo lo público y cuya páctica reside en lo mismo y a pie de obra, como bien se ve.

Por descontado todos los imputados tienen derecho a la presunción de inocencia y en tanto no estén condenados en firme son considerados inocentes, aunque unos inocentes sui generis por cuanto es obvio que uno no espera ver a un inocente -si el señor Correa lo fuera- entre barrotes porque sí o porque esté más guapo. Y quienes con ellos tropiezan son presuntos imputados en sus presuntas tramas delictivas que abarcan una copiosa red ciudadana con responsables políticos de los ayuntamientos ricos del Noroeste, Pozuelo, Majadahonda, Boadilla del Monte todos del PP, faltaría más, todos con rolex, polos de Lacoste y náuticos de Giannino Culi (una marca que acabo de inventarme pero suena muy verosímil) y todos, según parece, dedicados al trinque.

Y en Madrid, parecido horizonte penal con algún consejero de la Comunidad de esos que si no está espiando a los miembros de su propia familia es porque está conduciendo una moto de fórmula 1 para repartir folletos de jardines.

El juez Garzón se ha inhibido en favor de los Tribunales Superiores de la Comunidad Valenciana y de Madrid. Es de esperar que si, como parece, los magistrados del valenciano son muy amigos del señor Camps, principal imputado, se abstengan en la causa. No dudo de que así será, aunque sospecho que el señor Camps cree que puede poner a los jueces a su servicio como, según dicen las malas lenguas, tiene el señor Fabra a los suyos de forma que la instrucción ya dura más de cuatro años sin que haya fecha para la vista oral a la espera de que los delitos prescriban

Y eso porque está aforados. Nadie parece cuestionar esta condición del aforamiento. Sin embargo es perfectamente cuestionable porque rompe el principio de igualdad ante la ley y crea un privilegio a favor de los diputados que pueden, incluso, negar a los jueces competencia para perseguir penalmente a uno de los suyos rechazando el correspondiente suplicatorio. No es que crea que si hay un suplicatorio para procesar al señor Camps éste vaya a movilizar a las Cortes valencianas pidiéndoles que no lo concedan. Y digo que no lo creo porque supongo que antes la dirección nacional de su partido, a tono con los propósitos formulados hace dos días por el señor Rajoy, forzará su dimisión.

En fin, no quiero extenderme mucho pero ¡vaya tropa!

(La imagen es la portada del diario Público y las fotos son de 20 Minutos com licencia de Creative Commons).

La Europa poliédrica (y dos).

Continúa la reseña del número 31 de la Revista Internacional de Filosofía Política.

El siguiente trabajo de José María Zufiaur (El modelo social en la cuneta) pone de manifiesto que no hay un modelo social europeo. La evolución de la política social europea se ha hecho en tres fases: a) años sesenta y setenta, cuando se impuso la lógica del mercado; b) años ochenta y noventa, cuando lo hizo una lógica contradictoria: de un lado flexibilización y desregulación del mercado de trabajo y, de otro, un Mercado Único en 1992 que tuvo que implantar medidas complementarias en el ámbito social; c) paulatino deslizamiento del derecho social europeo hacia la gobernanza de las políticas públicas racionales (p. 110). El estancamiento actual de la Europa social obedece a varias causas: cambios en el sistema productivo, transformaciones sociológicas, como la explosión del modelo de familia, la globalización (p. 113). En la europa de los veintisiete miembros el modelo tiende a desplazarse desde el de soberanía compartida al concurrencial (p. 115). La perspectiva de futuro, dice el autor, supone: 1º) reforzar la Europa política y 2º) consensuar un nuevo plan social que detalla en la enumeración de reivindicaciones que plantea la Confederación Europea de Sindicatos) (p. 118).

Miren Etxezarreta presenta un trabajo (La evolución (perversa) de la política social de la Unión Europea) que me ha parecido especialmente claro, conciso y convincente. Su idea es que el marco de la política social europea hace que: a) se vea la política social sólo como un coste; b) se pretenda que el gasto social se convierta en un ámbito que proporcione beneficios; c) se vea la política social como un medio para disciplinar a la fuerza de trabajo (pp. 123/124). El capitalismo tiene una política social muy limitada (p. 124) que pone en peligro el modelo social europeo (p. 128) con una política social que parte de una reconsideración del "pleno empleo" que ya no significa lo que significaba (p. 131) y que, en relación con el Estado del bienestar, hace más hincapié en las posibilidades de empleo que de bienestar (p. 133) y trata de privatizar los elementos más importantes de la política social como gestión o prestación de servicios públicos (p. 134)

El trabajo de Patruno (La "lucha por la hegemonía" en la formación del derecho comunitario europeo) es, como su título avisa, una perspectiva marxista al problema de la juridificación de la Unión Europea. Sostiene que aporta una visión intermedia entre dos perspectivas que rechaza: a) la del expolio de la actividad normativa del Estado constitucional a favor de imperativos técnicos y económicos globales; b) la ampliación del algunos derechos, como la libertad al ámbito supranacional (p. 139). Justifica el empleo de la expresión "lucha por la hegemonia" de raíz gramsciana. Toma en cuenta la penosa realidad social europea y los dos modelos teóricos fundamentales de la teoría constitucional europea: a) la aproximación crítico-comunicativa y b) la aproximación neo-institucionalista (pp. 150/152). Su conclusión es que la geometría constitucional europea es incompatible con el Estado de derecho de legitimación democrática. (p. 159)

El trabajo de Yves Salese (Sobre la cuestión constitucional europea) también desde un punto de vista constitucionalista plantea el problema en ocho claves de carácter reivindicativo: 1) necesitamos una europa para responder a la mundialización; 2) no la tenemos; 3) el derecho d Europa es en lo esencial el derecho de la competencia; 4) porque las fuerzas hostiles a la Europa política son muy fuertes; 5) no hay una acumulación europea de capital; 6) el funcionamiento intergubernamental no contrarresta las fuerzas hostiles a la Europa política; 7) hay que romper con los límites en vigor: primacía del mercado e intergubernamentalismo; 8) el debate pro o contra Europa carece de sentido. De lo que se trata es de debatir sobre qué Europa (p. 166). Propone un nuevo proceso constituyente europeo (p. 175) y rechaza las objeciones que se le plantean (p. 176).

Xosé M. Núñez Seixas ( Los nacionalismos subestatales, la unificación europea y el mito de la soberanía: algunas reflexiones) es un trabajo soberbio que analiza en breves y condensados párrafos cuestiones de gran complejidad y las aclara considerablemente. No se ha producido, dice, la anunciada crisis del estado nación sometido a la teoría del "sandwich" por varias razones retardatarias que analiza (p. 181). Cuando se proponen paralelismos entre lo sucedido en la Europa central y oriental y la accidental los refuta por ser situaciones muy distintas (p. 182). Levanta constancia, sin embargo, de una expansión de las ideologías nacionalistas y ensaya un modelo explicativo base de cuatro causas que no está mal, entre las que se cuentan el argumento de la crisis del Estado nación, la aparición de multiplicidades identitarias, la mundialización, el euroescepticismo, el soberanismo (p. 190). No obstante sostiene que no existe un modelo del derecho a decidir (la autodeterminación, en definitiva) por razones muy convincentes (p. 193). Muy convincentes, sospecho, si no se acepta la idea de que el "derecho a decir" no puede estar regulado o previsto (por eso no hay modelo) porque forma parte del poder constituyente, que no depende de ningún poder constituido y el ejercicio de ese poder constituyente lo reconoce la nación de la que la otra quiere autodeterminarse o la parte que quiere autodeterminarse lo impone por la violencia. La primera vía es la reforma, la segunda la revolución. En el medio está el no hacer nada por si los problemas se resuelven por inspiración divina. Estas situaciones pueden ser más o menos apetecibles, pero el estudioso debe dar cuenta de ellas.

Por ultimo, el trabajo de Henri Pena - Ruiz (Los retos del laicismo y su futuro), ya dije en la primera parte de la reseña debía leerse como contraste al de Díaz Salazar. Eso es lo que recomienda también Jaime Pastor en su introducción. Pero como él ha de guardar la cortesía del editor, se limita a decir que se relacionen pero no dice por qué. Yo puedo decirlo: porque los dos son estudios normativos, de lo que debe ser (tanto si lo confiesan como si no) pero el de Díaz - Salazar, entiendo, se deja seducir o él mismo pretende seducir con esa cuestión de la "nueva laicidad" que no me parece otra cosa sino un intento de meter por la puerta de atrás de la sociedad laica a los curas que ésta echó por la de delante. De otro lado, el de Pena Ruiz está al servicio de lo contrario, esto es, de impedir el paso a los "nuevos" laicos que no son más que los clérigos de siempre. Su idea, bellamente expuesta es que el humanismo de la inmanencia es tan legitimo como el humanismo de la trascendencia (204). Está muy bellamente expuesto y no obstante yo al de la trascendencia no lo llamaría humanismo porque el humanismo consiste en la idea de que lo humano no es trascendente sino inmanente. Pero se entiende lo que quiere decir y lo suscribo por entero. La Iglesia, el clero, la religiosidad siguen teniendo enormes privilegios en las sociedades occidentales, incluida la laica Francia, privilegios que son irritantes desigualdades. Hemos llegado hasta aquí en lucha contra la violencia en la historia del clero (p. 207). Hay que impedir que vuelva a imponerse en la sociedad. La religión es un asunto estrictamente privado, diga lo que diga la nueva laicidad. Por eso hoy hay unos retos que es preciso asumir: 1) promover la separación jurídica completa entre los Estados y las Iglesias; 2) mostrar el papel imprescindible de la laicidad para la integración de poblaciones con diferentes orígenes culturales y religiosos; 3) hacer una crítica metódica de una terminología que es antilaica, pero que no lo parece. (p. 217) ¿A que se entiende muy bien?

dijous, 5 de març del 2009

Palinuro se retracta.

Este Palinuro es un infeliz. ¡Mira que dejarse engañar por la simulada lealtad de la derecha a los usos y convenciones democráticos! El pobre se emocionó tanto escuchando cómo el PP se ofrecía incondicionalmente al señor Patxi López y cómo el señor Rajoy prometía mano dura con aquellos de quienes se probase que se habían lucrado a costa del partido, que se tragó el veneno. Es verdad que le quedó cierta comezón con eso de que "se hubiesen lucrado a costa del partido" que deja abierta la posibilidad de que se lucren a costa de la administración local, por ejemplo; pero se dijo que no debía ser malpensado. Por la tarde, dos comentaristas, más agudos que él, ya lo habían sacado de su error. Y, por si le quedara alguna duda, los propios dirigentes del PP se encargaron de hacer buenas las palabras de aquellos.

De apoyo incondicional, nada: apoyo siempre que se gobierne de acuerdo con sus criterios y se haga lo que ellos dicen. Pero lo que terminó de tirar a Palinuro de su caballo, dándole una ración equina de realismo derechista fueron las declaraciones de la señora María Dolores de Cospedal, diciendo que, si ganaban las elecciones al europarlamento en junio y todo seguía como hasta entonces, empezarían a pedir elecciones anticipadas. La cabra, pensó Palinuro y no refiriéndose precisamente a la señora De Cospedal, siempre tira al monte. ¿Conocen los amables lectores una sola elección que haya perdido la derecha y en la que al día siguiente no comience a pedir elecciones anticipadas? El único caso, precisamente, ha sido el de las pasadas de marzo de 2008 y ello porque el partido no tenía claro que dispusiera de un líder. Ahora que la condición de tal del señor Rajoy se afirma ya están pidiéndolas. Dicen que para después de las europeas de junio pero el hecho obvio es que ya las han reclamado. San Juan Crisóstomo nos regale los oídos porque eso quiere decir que van a estar dando la matraca en sus muchos periódicos, infinitas tertulias radiotelevisadas y sus comparecencias parlamentarias pidiendo las elecciones anticipadas al ritmo aznarino del ¡Váyase señor Zapatero! Uf.

Palinuro se retracta, sí, se retracta totalmente: esta derecha no tiene ni idea de las condiciones morales de lealtad que se requieren para que una democracia pueda funcionar. Si por ella fuera, no la habría.


(La imagen pertenece al vídeo que hizo el PP para la campaña electoral de Galicia).

La dimisión es cultura de la izquierda.

Los malos resultados electorales del pasado domingo se han llevado por delante a los señores Emilio Pérez Touriño y Javier Madrazo y probablemente hagan lo propio con el señor Anxo Quintana, del BNGa. Los malos resultados electorales, igualmente, se llevaron por delante en 2008 a los señores Josep Lluís Carod Rovira y Gaspar Llamazares. Todos de izquierda. En algún caso también dimiten políticos nacionalistas, como el señor Unai Ziarreta de Eusko Alkartasuna este domingo pasado. Pero ya se sabe que los nacionalistas, sólo por el hecho de querer separarse de España, tienen algo de rojos aunque sean más meapilas que los del PNV.

¿Alguien ha visto alguna vez dimitir a algún dirigente de la derecha por cosechar un fracaso y hasta dos fracasos electorales consecutivos? El señor Aznar ganó por los pelos a la tercera vez, habiendo perdido en dos ocasiones antes sin que se le pasara por la cabeza la dimisión. El señor Rajoy parece querer imitarle: ya lleva cumplida la primera parte del reto, dos elecciones generales perdidas; le queda la segunda parte y la más difícil, esto es, ganar la tercera. Pero si no lo hace tengo para mí que tampoco dimitirá; serán los suyos quienes lo echen... y trabajosamente. En la derecha no se dimite porque toda dimisión tiene siempre algo de elegancia caballeresca, la que manda respetar al enemigo caído, no abalanzarse sobre él a dentelladas y de esa la derecha sabe poco.

Tampoco se dimite por otros motivos. En los gobiernos de Felipe González dimitieron, que yo recuerde, los ministros y vicepresidentes siguientes: Alfonso Guerra, José Luis Corcuera, Narcís Serra, Julián García Vargas, Julián García Valverde, Antoni Asunción y Vicente Albero. En algunos casos dimitieron por escándalos de corrupción propia o ajena (Guerra, García Valverde, Albero) y en otros por escándalos políticos de diverso tipo (Corcuera, Serra, García Vargas, Asunción); igual que acaba de hacerlo el señor Mariano Fernández Bermejo en el gobierno actual. ¿Cuántos ministros de los gobiernos de Aznar presentaron su dimisión? Que yo sepa, únicamente el señor Manuel Pimentel y por razones tan confusas que probablemente la mayoría del país le hubiera pedido que se quedara. De los demás, ni uno y no será por falta de escándalos de uno u otro tipo. Por menos de lo que habían hecho los señores Piqué con sus declaraciones de la renta o Zaplana con sus tejemanejes valencianos, los ministros socialistas hubieran dimitido. Y ¿qué decir de los señores Álvarez Cascos y Mariano Rajoy que continuaron en sus puestos literalmente cubiertos de chapapote por su directa (caso del Álvarez Cascos) e indirecta (caso de Rajoy) responsabilidad en el desastre? ¿Qué de Fraga que, aunque no era ministro, era Fraga, toda una institución, cazando, como el señor Bermejo, con las costas a su cuidado repletas de chapapote? Alguno de aquellos ministros aznarinos que hubiera tenido que dimitir si sus puntos de honor se asemejasen a los de los socialistas, que ni de lejos, como el señor Trillo, con sus militares muertos y mal identificados a su espalda, todavía está tiempo de hacerlo pues es tal su inverecundia que, lejos de dimitir, sigue enganchado en el cargo y tratando de aleccionar a los demás... en materia de dimisiones. Y termínese transitoriamente la nómina recordando que cualquier ministro del interior europeo al que le organizan un atentado como el del once de marzo de 2004 en Madrid hubiera tardado menos de media hora en dimitir y todavía hubiera llegado el segundo, siendo precedido por el presidente del Gobierno, señor Aznar López. Sin embargo el señor Acebes siguió en su puesto, perdió las elecciones y continuó en política, tratando de enredar lo que pudo las investigaciones sobre un atentado terrorista del que era él políticamente responsable.

Pero no, la derecha no dimite. Eso no está en su modo de ser. Como no dimite el señor Fabra, ese "ciudadano ejemplar" según el señor Rajoy que acabará siendo el icono por antonomasia de la corrupción y el caquismo. Como no dimitirá el recientemente electo señor Núñez Feijóo a quien el diario Público ha pillado en una situación moralmente peor que aquella en la que él puso demagógicamente al señor Touriño.

La dimisión es cosa de la izquierda. La derecha no dimite jamás. ¿Acaso no está en política para hacer lo que hace?

Y decía la señora Aguirre, la presidenta de una Comunidad cuyos consejeros espían y están involucrados en casos patentes de presunta corrupción, que nada avala la idea de la superioridad moral de la izquierda.

De aquí a Lima, señora, de aquí a Lima. Y deje de hacer trampas con la comisión de investigación y de encubrir a la trama corrupta y espía de su Comunidad.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).

Europa poliédrica.

La Revista Internacional de Filosofía Política ha dedicado un número monográfico a Europa; no sólo a la Unión Europea, sino también a una perspectiva más amplia a fuer de filosófica de Europa (Identidad y crisis de Europa, nº 31, juio de 2008, Madrid., 320 págs) y de la influencia europea. La coordinación ha corrido a cargo de Jaime Pastor y en él escriben especialistas nacionales y extranjeros de distintos campos del saber, lo que da al número una conveniente pluridisciplinariedad ya que hay perspectivas filosófica, jurídica, política, sociológica y económica. Una visión completa. Los trabajos son desiguales en calidad, aunque la media es bastante alta. Un problema no debe quedar sin mención porque desmerece de la publicación y conviene se vigile en el futuro: las traducciones de los trabajos de estudiosos extranjeros son bastante malas y, en algún caso, en concreto en el del ensayo de Luciano Patruno, tan detestable que consigue hacer ininteligible el texto probablemente porque ya la redacción original era bastante alambicada. Este desprecio de los intelectuales y editores españoles por el resultado de las traducciones sólo revela una lamentable ignorancia que hay que denunciar siempre, guste o no, hasta que se le ponga coto. Otrosí conviene recordar que, siendo la publicación de julio de 2008, probablemente los trabajos se escribieron en 2007 cuando nadie tenía ni idea de la formidable crisis que el mundo en general y Europa en concreto sufrirían a la vuelta de unos meses. Igualmente debe tenerse presente que en ese tiempo ya se sabía que el proyecto de Constitución Europea ha fracasado, pero todavía no que también lo haría (o puede hacerlo) su recuperación a través del Tratado de Lisboa. Es importante recordarlo para poner algunas afirmaciones en el debido contexto.

El número monográfico comienza con el trabajo de Sergio Sevilla, Lecturas filosóficas de Europa que parte de la idea de la reconstrucción de la filosofía en la obra de Husserl que la vincula a lo que llama "la tarea de la cultura europea", idéntica a la teoría de la cultura en general cuya tarea, al paso de su diagnóstico de la crisis europea es una fenomenología eidética en dos momentos: 1º) sólo la ciencia (en definitiva, la filosofía para Husserl) puede proporcionar la teoría de la que depende la reforma racional de la cultura; 2º) cada meditación en profundidad conduce a cuestiones de principio de la razón práctica. Téngase en cuenta que Husserl es el único filósofo que en el siglo XX ofrece una teoría de la razón única que reúne lo verdadero, lo bello y lo bueno en un único sistema del saber (p. 12). La fenomenología es la realización del empeño teórico que constituye la esencia de Europa que entró en crisis en 1911 (p. 14). Procede luego la oposición de Heidegger para quien la nueva fundación de Europa no puede proceder de completar el proyecto de vida que empieza con la filosofía griega y sigue con las ciencias y la epistemología modernas hasta el mundo de la técnica, sino que ha de ser una fundación "post-filosófica" (p. 18). El fracaso del proyecto de Constitución Europea prueba que el ideal filosófico de Husserl no se ha cumplido, sino que lo ha sustituido un pluralismo filosófico. Tomando pie en el análisis que hace Cacciari de esta situación el autor concluye que no se da un sinsentido histórico de la europeización sino que hoy Europa es la organización del vínculo social en los subsistemas económico y político que son la racionalidad realizada (p. 24).

José Antonio González Alcantud (Lo moro revisitado. Dimensión estética, diversidad cultural, función crítica, fantasma social) señala que la presencia del Islam es una constante en la idea de Europa, aunque hoy ésta parezca teñida por la preeminencia de los relatos anglosajones. La realidad multicultural de hoy da lugar a tres discursos típicos en Europa: a) el del multiculturalismo, preferentemente de izquierda; 2) el del rechazo y afirmación de los valores propios; c) y el de la integración basada en el "patriotismo constitucional" (p. 39). Esta multiplicidad de miradas sobre "lo moro" no sólo rechaza las miradas simplificadoras occidentales sino también las que proceden del mundo islámico y tienen el mismo carácter (p. 43).

Françoise Vergés (La memoria como resistencia) es un interesante trabajo, especialmente crítico con Francia. Trata del retorno a la memoria como tema movilizador en Europa. El fantasma que molesta a la conciencia europea es, por supuesto, el colonialismo. El caso francés es proverbial por el carácter "invisible" de la esclavitud hasta el punto de que la autora señala que es el único país que ha tenido que proceder dos veces a la emancipación de los esclavos. En Francia y en Europa en general hay una abrumadora actitud cultural contraria a lo "negro", que está en todas partes, en el lenguaje, los prejuicios, la realidad objetiva, lo negro es lo inferior, lo visto como esclavo, etc (p. 55). El racismo es una condición europea. La autora cifra esperanzas en el valor ejemplificador que pueda tener un proyecto de Casa de las Civilizaciones y de la Unidad Reunionera" (MCUR en las siglas en francés), que quiere servir de base para los trabajos de la memoria en el siglo XXI (p. 62).

Rafael Díaz-Salazar (Laicismos europeos y nuevos debates sobre laicidad) presenta una especie de alegato en favor de la "nueva laicidad", corriente de fresca aparición en Francia. Hay bastantes diferencias entre los países europeos en este territorio pero también se da una base mínima común de "laicidad europea" que según Salazar consta de: a) la neutralidad del Estado; b) libertad de conciencia y libertad religiosa; c) igualdad jurídica de opciones religiosas y no religiosas; d) espacio público que garantiza el pluralismo; e) reconocimento de la dimensión pública de la religión en el ámbito civil; f) diversas formas de cooperación entre el Estado y las confesiones religiosas. Las relaciones entre los Estados y las confesiones religiosas se atienen a tres modelos en el continente: 1) concordato; 2) estatutos específicos de relaciones entre las iglesias y el Estado; y 3) inserción de las confesiones religiosas en el derecho común de asociaciones (p. 69). La "nueva laicidad" francesa cuenta con una serie de elementos entre los cuales los más importantes son: va en contra del orden burgués del laicismo liberal y sus clérigos; busca nuevas formas de socialización moral a la vista de las experiencias; quiere superar el laicismo cientificista; se propugna una "laicidad abierta" a la religión; se crea un nuevo vínculo social intercultural al reconocer identidades diversas y migraciones; se admiten los símbolos comunitarios en el espacio público; se sostiene que la religión no es un asunto privado; se propugna la cooperación entre el Estado laico y las comunidades religiosas; hay una interacción entre la ética pública y la éticas privadas; su defiende una laicidad basada en la ética de la deliberación y el debate; se admite la enseñanza de la religión en la escuela pública; los laicos aprecian la labor educativa de los colegios católicos; hay un trabajo conjunto de organizaciones laicistas y comunidades religiosas (pp. 72-82). Reléase todo lo anterior detenidamente y dígase si no suena a retorno del dominio público clerical so capa de cuestiones propias de la modernidad; o dicho con más contundencia: reconquista clerical de los espacios perdidos gracias a la laicidad. Al respecto es recomendable ver el último trabajo de este número, de Henri Pena-Ruiz que ya previene frente a estos aparentemente racionales y liberales intentos de volver a imponer la religión en la sociedad laica, incluida la enseñanza.

Etienne Balibar (Del cosmopolitismo a la cosmopolítica) procede a un análisis del concepto de frontera que reputa esencial a través de tres desarrollos: 1) antítesis de guerra y traducción o modelos polemológicos y filológicos de la frontera; 2º) la equivocidad de la categoría de extranjero y su reducción a la de "enemigo"; y 3) la "doble alteridad" que afecta a la representación y el estatus de los extranjeros en Europa (p. 89) y ello tras haber equiparado la construcción europea que propone Habermas entre el nacionalismo y el venidero orden político cosmopolita con la disyuntiva que se dió en la Unión Soviética en los años veinte como "socialismo en solo país" y "fase de transición" entre el capitalismo y el comunismo. Comparación ingeniosa, que habla mucho sobre las raíces formativas de Balibar pero no me parece muy productiva. Pueto a hablar de "fronteras" yo hubiera llevado la comparación al tándem Unión Europea- Estados Unidos a través de la muy acrisolada doctrina de la frontera como mecanismo de origen de los EEUU de Frederick Jackson Turner. Los EEUU se forman como Estado merced a una frontera abierta. La unión Europea trata de constituirse en un territorio de fronteras cerradas que, no obstante, son cambiantes.

(La reseña de la RIFP continuará mañana, con trabajos de Zufiaur, Extezarreta, Patruno, Salesse, Núñez Seixas y Pena-Ruiz).

dimecres, 4 de març del 2009

Rajoy se crece.

Estimado/a Lector/a: entenderás que Palinuro, que terminaba su entrada de ayer, titulada Recuelo diciendo: "El hecho de que este partido (el PNV) invoque a Dios en su lema no quiere decir que lo sea. Ni que el señor Ibarretxe sea su profeta", derramara gruesos lagrimones al oír al señor Patxi López decir que "El PNV no es el régimen ni la religión de Euskadi. Es un partido más". En efecto, señor López, un partido más y no el alma misma de Euskadi. Está usted ganando muchos puntos a ojos de la ciudadanía española con su claridad de ideas y buen criterio porque ¿cómo leñe, en virtud de qué empanada mental puede una organización que se llama partido identificarse con el todo del organismo? Será parte, desde su punto de vista la mejor y más noble, probablemente, pero parte y nada más que parte y hay otras partes, otros partidos con iguales derechos. Lo dicho, querido/a lector/a: gruesos lagrimones de alegría derramaba ayer Palinuro.

Pero he de decir que, con todo, el día fue sin duda del señor Rajoy quien tuvo dos gestos que lo consagran como el dirigente, el leader que merece la derecha... y más que la derecha, el leader de la derecha que merece el país: por el primero quedaba claro que los diputados vascos del PP en el parlamento de Vitoria apoyarán la candidatura del señor López a lehendakari sin condiciones y sin contraprestación alguna. Eso se llama poner los intereses del Estado por encima de los del partido y merece un aplauso... y más lagrimones de Palinuro que tuvo ayer un día que se salía por las costuras. Porque ¿qué más queremos los ciudadanos que ver cómo los partidos hacen causa común en los asuntos de Estado y no se dedican a jugar con fuego?

El segundo gesto del señor Rajoy fue anunciar que se tomarán medidas contundentes con todos/as aquellos/as de quienes se demuestre que se han aprovechado del partido para su medro personal. Cómo sería la cosa que la señora Aguirre, que llevaba unas cuartillas preparadas para soltar su habitual alegato de ataque al PSOE y defensa de la manga de presuntos corruptos, espías y sinvergüenzas que tiene el dudoso honor de presidir, prefirió callarse y reservarse para mejor ocasión. Si el señor Rajoy continúa por la senda de firmeza que ha emprendido, si no flaquea, si no cede a las presiones que estos sátrapas de autonomía estrecha y esos comunicadores dedicados al chantaje y al terrorismo moral, no habrá mejor ocasión para la señora Aguirre ni para el señor Camps. Y tampoco para el señor Fabra.

Realmente, la piedra de toque de la determinación democrática y regeneracionista del señor Rajoy es el mencionado señor Fabra, cuyo comportamiento provocador es inadmisible en democracia. En este momento procesal es la ocasión para que el señor Rajoy se deshaga de esta fuente de desprestigio para su partido. Si sucede algo así no digo que yo votaré a la derecha porque creo que no votaré jamás a la derecha ni aunque me arranquen el pellejo a tiras, pero hablaré bien de ella, como merece y como lo estoy haciendo en esta entrada.

Créalo, señor Rajoy, ha ganado usted muchos puntos entre los demócratas de este país.

(La imagen pertenece al vídeo que hizo el PP para la campaña electoral de Galicia).

Democracia a la cubana.

El compañero Raúl Castro ha decidido remodelar su gobierno y, tras consultarlo con su hermano Fidel, en una prueba más de que, así como hay patriarcados y matriarcados en el mundo, también hay adelfocracias, ha decidido prescindir de los servicios de algunos ministros (el de exteriores, Felipe Pérez Roque, y el Vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage entre otros), reorganizar ministerios e incorporar caras nuevas al ejecutivo. Hasta aquí, todo en orden: en cualquier país hay renovaciones ministeriales; unos van, otros vienen y la nave del Estado sigue. Lo peculiar en Cuba, como en todas las dictaduras, es que, aunque haya habido rumores con antelación, esta es la hora en que nadie sabe de cierto por qué estos buenos hombres, hasta hace poco ejemplares fidelistas, revolucionarios de pro y faros de la ciudadanía, han caído en desgracia. Ni lo sabrán. Esto es lo que se llama trasparencia y rendición de cuentas revolucionarias.

Las autocracias toman las decisiones en secreto y los ciudadanos, a especular. Todo lo que se sabe sobre las dos principales destituciones (la de Roque y la de Lage) es un críptico párrafo que el Comandante ha tenido a bien incluir en su acostumbrada homilía en el periódico Granma para ilustrar a su amado pueblo de título Reflexiones del compañero Fidel. Cambios sanos en el Consejo de Ministros, ni más ni menos, y que dice así textualmente: "Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal. La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos". Así que ya lo saben los cubanos: sus ministros son destituidos por "indignos" y sin rechistar. Esto último no me extraña, visto el clima de libertad de expresión que reina en la perla del Caribe, pero no se negará que ya es fuerte que a uno lo pongan de patas en la calle sin agradecerle los servicios prestados (se ve que Franco no acabó de enseñar maneras a Fidel) y llamándolo indigno. Por cierto, el resto del artículo del señor Castro en Granma va dedicado a jalear al equipo cubano de baseball que, según dice, ganará a los venezolanos de Chávez, que es lo verdaderamente importante y no esas futesas de los Roques y los Lages.

Democracia revolucionaria, sin duda alguna. Supongo que los habituales apologetas de la dictadura castrista, que hasta ayer ensalzaban la fidelidad, integridad y otras cualidades de los destituidos Roque y Lage, descubrirán ahora que, en el fondo, eran unos "indignos". Algo así como cuando Carrillo descubría de repente que su compañero de partidas de tute de toda la vida era un trotskysta, un "socialfascista" o un asqueroso "titista". Democracia proletaria. No la falsa "democracia" burguesa.


(La imagen es una foto de BalaSub, con licencia de Creative Commons).

Metáfora de Hobbes.

Ayer fue la première en Madrid de la peli del brasileño Fernando Meirelles A ciegas, sobre la novela de Saramago Ensayo sobre la ceguera. Se hizo en el cine Capitol y contó con la asistencia del director y del productor, aunque no con la del propio Saramago que estaba anunciada pero no pudo ser a causa de un inoportuno resfriado. Conseguimos la entrada gracias a mi cuñada, Mabel Redondo, si no hubiéramos tenido que esperar a su estreno oficial el próximo 13 de marzo.

Tenía interés en ver qué tal da Saramago en el cine pero me quedé con las ganas porque, aunque he leído bastantes novelas del autor portugués, me falta ésta. No obstante puedo hacerme una idea porque el argumento es típico de Saramago: qué sucede en la vida normal cuando se da un factor insólito que todo lo altera. En este caso, una epidemia de ceguera que acaba afectando a toda la población de una ciudad sin especificar pero de hoy, probablemente una de Brasil. El acontecimiento es como una metáfora hobbesiana: falla uno de los elementos sobre los que descansa este tenue orden social que hemos tejido y la sociedad retorna al estado de naturaleza, a la guerra de todos contra todos, a la ley del más fuerte.

El otro aspecto que es absolutamente peculiar de Saramago, su inimitable forma de narrar, mezclando perspectivas y relato con diálogos (y es fama que en esta novela los personajes no se identifican por sus nombres) es de imposible trasposición cinematográfica. De haberlo intentado el director hubiera introducido aun mayor confusión de la que ya hay en una historia en la que parte de ella sucede en negro o en un blanco cegador (es el síntoma de los aquejados por la ceguera: sólo ven un resplandor lechoso) o entre formas y figuras confusamente entrevistas. La historia descansa sobre el único personaje que no pierde la visión, la mujer de un médico oftalmólogo que sí queda ciego, pero que simula perder la vista para poder auxiliar a su marido y, más tarde, a una serie de compañeros de infortunio todos ellos encerrados en cuarentena por las autoridades en un antiguo manicomio abandonado. Prácticamente toda la película transcurre en este recinto, en el que un puñado de ciegos, dirigidos por uno de verdad (un "profesional" diríamos) se hace con el poder y tiraniza a los demás y los hace objeto de todo tipo de sevicias hasta que la situación se resuelve de una forma bastante horrible. Sale entonces el grupo a la gran ciudad, en donde reina un caos muy al estilo de las películas de Mad Max.

La metáfora hobbesiana está modulada por el recurso a la familia: la esposa que no abandona al marido en el infortunio y, luego, el pequeño grupo humano que sobrevive defendiéndose frente al exterior a través de la solidaridad. Cuando el orden social se hunde, sobrevive su célula esencial que es la familia. No sé si eso puede despacharse, como he visto por ahí, hablando del "pesimismo de Saramago". Hay, ciertamente, una fuerte crítica a bastantes hipocresías sociales y una cruda exposición de muchas miserias, cobardías y suciedades humanas en situaciones límite pero, en último término, la lección es la del valor del sacrificio y el amor conyugal, capaz de sobrevivir a sus más fuertes peligros: la violación y el adulterio. Por no enjuiciar el hecho, altamente simbólico, de que, atravesando una ciudad en la que los habitantes ciegos caminan sin rumbo, en la que reina el pillaje y podemos contemplar escenas espantosas, el pequeño grupo dirigido por la mujer vidente, se refugia en el hogar de la pareja en donde hacen honor a los alimentos saqueados en un supermercado con una cena perfectamentamente convencional, tanto que uno de los personajes ciegos que en la vida anterior era un pordiosero tuerto confiesa ser feliz.

A partir de cierto momento la peli se me hizo lenta y monótona. Imagino que el encanto de la novela está en el estilo literario inimitable de Saramago y en sus frecuentes digresiones de todo tipo que, como decía más arriba, deben de ser imposibles de traducir al lenguaje cinematográfico.