...y en mi casa, calderadas. Mi amigo Tom Cahill, estadounidense expatriado, residente en un pueblito del Midi francés y muy activo en todos los movimientos altermundistas posibles es también miembro de la organización Americans for Peace and Justice, cuyo logo reproduce uno de los cuadros que pintaba casi en serie (peaceable Kingdom) el gran Edward Hicks, cuáquero y pintor naif, verdadero ideólogo malgré lui même de la imagen paradisíaca de América como tierra de promisión. Incluyo otro muy divertido, de 1830, que no es tan conocido, legitimando el tratado "eterno" de William Penn con los indios, fundamento mismo de los EEUU.
Bueno, el caso es que Tom está enviando unas interesantes circulares sobre las próximas elecciones presidenciales francesas. Ni que decir tiene que él apoya a José Bové quien, de momento, lucha por conseguir las 500 firmas precisas que avalen su candidatura. En la última había un trozo sobre las peculiares costumbres de los franceses del Midi en sus reuniones que, con el permiso de Tom, he traducido y pego aquí porque creo que hará las delicias de más de un/a lector/a viendo cuánto se parecen los izquierdistas en todas partes y, cómo no, también los anglosajones entre sí. Oh, boy! How schocking this bullshit is!
"Permitidme algunas observaciones críticas sobre lo que pasa siempre en las reuniones locales. Éstas están dominadas por los hombres, no por todos los hombres, sino por el tipo de hombres que “lo saben todo”. Hablan con seguridad acerca de asuntos políticos complejos como si los comprendieran a la perfección. Pero como no están de acuerdo entre ellos, cualquiera puede ver que uno de los puntos de vista del debate, de cualquier debate, está equivocado. Quizá los dos. En esta parte de Francia hablan muy alto y rápido cuando debaten. Agitan las manos e invaden lo que yo llamaría “el espacio personal”. Son fajadores sin pulir. A mí me desconcierta. No puedo evitarlo; mi dominio del francés no alcanza la velocidad ni la sutileza necesarias. No estoy seguro de que se den cuenta de son abusones agresivos y machistas. Y si se dan, no creo que les importe. Simplemente dirán “c’est normal”. Creía que la gente politizada de forma “alternativa” había aprendido hace años a comportarse mejor. Pero no aquí. No cuando llega el momento. No en el Midi. Esto me produjo dolor de cabeza la primera vez que acudí a una reunión. Más tarde aprendí a evitar los dolores de cabeza poniéndome “en suspensión”, “sin estar realmente allí”…. Además se interrumpen recíprocamente, igual que los políticos reales en la TV. Dos o tres de ellos pueden hablar al mismo tiempo en voz alta durante 20 o 40 segundos tratando de ser quien habla más alto y más tiempo. Luego, uno de ellos se detiene. Es el “perdedor”, y el otro sigue hablando, exponiendo sus razones. Es asombroso. Nadie dice nada sobre algo tan estúpido. Lo he comentado a menudo en encuentros más reducidos, tomando un café con alguno o después de una reunión. Pero nadie parece preocuparse por ello. Incluso los compañeros franceses dicen que no tienen ni idea de lo que se habla cuando dos o tres adoptan este detestable comportamiento al unísono. Debo añadir que en nuestras reuniones a veces pueden darse cuatro conversaciones o más al mismo tiempo. Algo así sucede también en Attac y el Club de ciclismo. Me saca de quicio."Suena ¿eh?