Visto su brillante desempeño como comisionado imperial de la Marca Hispánica, el Imperio (no el de Krugman, cuando habla de Darth Vader, que es de ayer, sino el de verdad, el de toda la vida, el Sacro Imperio Romano Germánico) ha ascendido a Rajoy a gobernador de la Ínsula Rescataria. Y sus primeros pasos han mostrado el acierto de la decisión. El sábado se hizo pública la noticia del rescate/no-rescate. Se me perdonará la pequeña vanidad de la autocita, pues la entrada del 7 de junio pasado, se titulaba así, El rescate no-rescate. El sábado por ver si los preparativos de la Eurocopa mitigaban el impacto. Pero Rajoy hubo de salir en rueda de prensa, contra su acendrada costumbre, tan insólita, bravucona y disparatada que consiguió atención mediática mundial. Todos los medios se maravillaban de que alguien pudiera presentar una derrota como una victoria. En la corrala doméstica los medios de la derecha trompeteaban la victoria del gobernador, que había impedido una intervención, una invasión bárbara de la ínsula Rescataria. El resto del país, como en los tiempos de la Radio Pirenaica daba por buena la versión exterior y su propio sentido común pues resulta francamente difícil que se crea a un gobernante del que, según el último barómetro del CIS, no se fía el 78% de los ciudadanos. Al respecto no deja de tener interés que del líder de la oposición, Rubalcaba, todavía se fíe menos gente pues los que desconfían alcanzan el 85%.
Los expertos aguantaron el aliento hasta que abrieron las plazas de Oriente, Japón, Hong Kong, que lo hicieron al alza con las noticias del rescate. Por eso, cuando horas después, la bolsa de Madrid también abría al alza y la prima de riesgo bajaba, todo el mundo concluyó que tenía razón Rajoy y la operación había sido un éxito. Los tertulianos y escribas de la derecha empenacharon las plumas y recordaron que Rajoy dijo marcharse a Danzig a ver la Roja porque el tema estaba resuelto.
Hasta el Rey, quien tuvo ocasión de saludar al gobernador de la ínsula en la ceremonía de toma de posesión del nuevo hombre que el gobierno ha puesto al frente del Banco de España (¡santo cielo!), lo felicitó por el éxito de la operación al más efusivo y borbónico estilo. Borbónico, sí, por cuanto no cabe descartar que la felicitación del monarca lleve retranca. Algo así como "bienvenido, Mariano, al reino de los imposibles, en donde los rescates no son rescates como los elefantes no son elefantes".
Todos habían caído en la trampa elemental de las alzas ficticias previas al desplome, el conocido fenómeno del agonizante que parece revivir antes de caer fulminado. Podían haberse asesorado mejor y no patinar tan lamentablente pues, al final de la sesión, la bolsa cerraba en negativo y la prima subía hasta los 521 puntos básicos, exactamente como si el fin de semana hubiera sido un finde caribeño, de esos que no existen.
Pero la ínsula Rescataria se rige por normas peculiares, propias de la idiosincrasia de su gobernador. La oposición, un puñado de galopines sin principios, exige la comparecencia de la alta autoridad en sede parlamentaria para fastidiar y freírla a preguntas. No le basta con la felicitación del Rey. Claro, casi todos son republicanos. En todo caso, la comparecencia queda para el mes de julio, pues no corre prisa. Prisa corría el rescate pero no la explicación del rescate. Entre otras cosas, porque no puede darla ya que, como le pasa siempre, desconoce los datos reales, numéricos, de los que habla. Y en este caso, con mayor razón pues los datos concretos del rescate y condiciones concomitantes solo se sabrán, si se saben, después de las elecciones griegas del día 17 y del dictamen de los auditores extranjeros el 21.
Así las cosas, ¿para qué quiere la oposición al gobernador en el hemiciclo? Lo dicho, para acosarlo cuando empiece a hilvanar dislates sobre la naturaleza de la operación de salvamento de la banca española. El PP se opone y no hay más que hablar. Se opone a toda comparecencia parlamentaria que pueda aclarar algo que no le convenga, sobre el rescate o sobre Bankia, ente que está siendo objeto de querellas por estafa desde varios puntos.
Reina pues la calma en la ínsula Rescataria. Un buen momento para anunciar los nuevos recortes, los aumentos del IVA, la edad de las jubilaciones. Luego, ya se verá.
La foto muestra a Rajoy con el presidente de la Cámara italiana de Diputados, Gianfranco Fini en La Moncloa. Este Fini, líder también del partido Futuro y Libertad, fue líder del Movimento Sociale Italiano en los años noventa, cuando decía cosas como "Después de casi medio siglo la idea del fascismo sigue viva". Seguía viva en él.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).