dilluns, 20 d’agost del 2007

El ser de España.

El Gobierno anda preocupado por la floja conciencia de identidad colectiva de los gobernados como españoles, por la escasa visibilidad de los signos distintivos de España y por la falta de uso de los símbolos colectivos. Y ha hecho lo que hacen todos cuando andan escasos de ideas: ha convocado un concurso para premiar con doce mil euros la mejor propuesta de un logo para estampar en todos los papeles oficiales del Gobierno de España.

Tampoco es tanto dislate. Tengo leído que hace unos meses el Gobierno del señor Blair se propuso hacer algo parecido, preguntándose qué imagen tienen los británicos de Gran Bretaña. Si los de la Union Jack, O Britannia rules the waves, el león y el unicornio, las chaquetas rojas, el Big Ben, Honi soit qui mal y pense, Pompa y Circunstancia, God Save the Queen y la conducción por la izquierda tienen problemas de identidad, para qué hablar de los españoles, que cambian de bandera casi tanto como de nombres de calles, cuyo himno carece de letra (nuevo concurso para dotarlo de una) y que, en muchos casos, evitan usar el nombre de la nación, sustituyéndolo por dos denominaciones geográficamente imprecisas, como "este país" y el "Estado español" que, por cierto, es la oficial del tiempo de Franco. Hoy es más correcta "Monarquía española", pero queda pelín cursi. Aunque este último ente tiene una historia gloriosa ya desde los tiempos de la "Monarchia Hispanica", cuando Tommasso de Campanella escribió una tratado político con ese título y también más tarde cuando Felipe IV encargó a Zurbarán una serie de cuadros glorificando la Monarquía española, cosa que hizo el artista identificando de paso al monarca con Hércules como su ascendiente y pintando diez escenas de su vida para el Buen Retiro que hoy están en El Prado (En la imagen, Hércules y el león de Nemea, 1634). Mutatis mutandi es lo que ha hecho el Gobierno español con su concurso.

Supongo que la preocupación de la Autoridad es genuina. En tiempos de privatizaciones, las administraciones se consideran empresas y tienen que cuidar lo que éstas llaman la "imagen corporativa". Es necesario que, al nombre de "Coca Cola", millones de potenciales bebedores visualicen un símbolo. En realidad, les pasa a todos los gobiernos. El del señor Aznar plantó una banderaza rojigualda en la plaza de Colón de Madrid, a imitación de la que hay en el Zócalo mexicano. Los socialistas gobernantes quieren un membrete. Son más morigerados. Claro que también quieren que la radio televisión española "contribuya a la construcción nacional española." Tomo la expresión literalmente de El País y supongo que estará bien. Hago la salvedad porque eso de la "construcción nacional" me suena a rayos, a esas melopeas nacionalistas que se pasan la vida "construyendo" cosas intangibles. En todo caso, parece que el Gobierno aplica la teoría de la "hegemonía ideológica" de la doctrina de Gramsci, como hacen los "neocons" y el presidente Chávez, que se la explica a las honradas masas populares venezolanas mientras éstas afluyen como un solo hombre al Partido Socialista Unido de Venezuela sin que nadie suelte la risa con eso del Partido Unido.

También ha de haber alguna razón celtíbera. Supongo que el Gobierno "de España" está hasta los gayumbos de que lo llamen Gobierno "de Madrid". También podría ponerse Gobierno "de las Españas", aprovechando el pintoresco hecho de que nuestro país admita el nombre en singular o plural, como "las Rusias", si bien lo de "las Españas" es más poético; pero también es poético lo de "las dos Españas" y conserva una vigencia real inmisericorde, tanta como el "ya no hay Pirineos" de Luis XIV aunque en sentido contrario.

El concurso, por lo demás, ha sido, cómo no, piedra de escándalo. Hay mucho concursante mosqueado escribiendo cartas en los periódicos y demostrando un escasísimo sentido deportivo al hacer lo que hacen todos los malos perdedores: cuestionar las reglas al terminar el juego sin que ellos ganen. Además, según se dice, el prototipo premiado está prácticamente calcado del logo del Gobierno alemán, lo que es cierto. El ganador se defiende diciendo que los logos de todos los gobiernos se parecen y pone como ejemplo los de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Pero eso es hacer trampa porque esos tres países tienen un origen común, por haber sido colonias y luego dominions de Gran Bretaña.

No sé yo si tantas cuitas no son inútiles. Los símbolos surgen de los sentimientos, pero no creo que los sentimientos surjan de los símbolos. Probablemente es correcto que el Gobierno se esfuerce por "construir la nación" y también lo es que premie un diseño tan discreto. En el caso de Alemania, la discreción se da por supuesta ya que ningún alemán tiene dudas sobre la existencia de Alemania. No es el caso de los españoles, cuyo sentimiento nacional es más problemático y se manifiesta más en lo negativo que en lo positivo. Los españoles suelen hacer causa común en la desgracia, cuando hay una catástrofe en alguna parte que requiere la ayuda de las demás. Hay una nación española en el infortunio; pero, a la hora del triunfo, cada cual pretende caminar por su cuenta y tener su camino propio. Esa diversidad española es tan aguda que hasta un hombre tan "españolista" como el señor Aznar define a España como una "nación plural", concepto de inexplicable alcance poco más o menos como el de "nación de naciones", aunque éste sea más sencillo de visualizar como Rey de reyes o Cantar de los cantares.

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diumenge, 19 d’agost del 2007

El pasado en el presente.

Me había resistido a comentar la entrevista con el señor Fraga que publicó en El País hace unos días Maria Antonia Iglesias. Ya habría en la prensa. Efectivamente, ha habido hasta cartas de los lectores de los muy respetados Emilio Lledó y José Vidal Beneyto, ambos escandalizados de las especies que larga este correoso dirigente de la derecha, que ya ha superado en edad al Caudillo, su modelo originario. Y también he leído algunos artículos, como el de Emilio Sales en kaosenlared y el de Elisa Serna en elplural.com; por cierto que, en este último aparece un "Federico Martín Villa", ministro de la Gobernación en tiempos del asesinato de Grimau del que no tengo conocimiento. Debe de tratarse de un error. El ministro de la Gobernación por entonces era el general Camilo Alonso Vega, quien se mantuvo en el cargo hasta 1969, que ya tiene delito poner a un militar al frente del ministerio de Orden Público, para entendernos. Y eso a los treinta años del fin de la guerra civil, por si alguien ignora qué sea una dictadura militar.

Irrita, es verdad, leer esas expresiones tajantes, unilaterales, descalificatorias y mendaces. E irrita tanto más cuanto quien las profiere tiene un pasado de leal, eficaz y sumiso servicio a la Dictadura en uno de sus momentos apoteósicos, los llamados "25 años de paz" en 1964. A él le correspondió glorificarla en 1964 y garantizar su sucesión con la Ley Orgánica del Estado de 1967, que se "aprobó" en un referéndum que él apañó. Y lo hizo, según dicen, de maravilla. Claro que eso es imposible de saber ya que nadie entonces podía hacer la más mínima crítica a nada que viniera del Gobierno porque acababa en la cárcel.

Irrita especialmente su continua agresividad verbal. Sólo habla bien del adversario que se ha ido y jamás del que ejerce y sólo tiene loas para los suyos pronunciadas como si fueran verdades apodícticas. Efectivamente, leer o escuchar a este hombre produce irritación por su tono perentorio y autoritario. Como todos los de los servidores de la Dictadura. Porque ese era el lenguaje de la Dictadura. Esto de la democracia, las libertades, el voto, los ciudadanos, el pueblo, etc ha venido después. Ha sido un reciclaje. Un reciclaje que muchos le agradecen, como si hubiera sido producto de su generosidad y no algo que le vino impuesto si quería sobrevivir en política. Quiero decir que esa manía de agradecer al señor Fraga que civilizara a la derecha es indigna porque ¿es que se puede admitir una derecha "no civilizada"?

Aparte del tono impaciente y despreciativo, muy propio de la personalidad autoritaria, encuentro más irritante la insistencia del señor Fraga en dos cuestiones que invoca con falsedad. La primera es la responsabilidad por una supuesta ruptura de los acuerdos de la transición. Es un ejemplo de manual de la táctica de la derecha llamada "del espejo", consistente en acusar a los demás de lo que ella hace pero niega estar haciendo. Es la derecha la que ha roto la regla de consenso de la democracia española referente a la lucha contra el terrorismo y consistente en no utilizarlo como un arma política. Eso que dice el señor Fraga sobre sobre la culpabilidad de quienes negocien con ETA en los crímenes de ETA es una auténtica barbaridad.

Lo demás sobre los "acuerdos de la transición" son músicas celestiales. A la derecha la transición le importa un comino. La prueba más evidente es que lleva dos años acusando a los socialistas querer imponer una "segunda transición" que es justamente el título de un libro de don José María Aznar publicado por Espasa en 1994, cuando se preparaba para ganar las elecciones de 1996. Es decir, o el señor Aznar no cumplió su promesa de una "segunda transición" o ésta que están preparando los taimados sociatas será la "tercera transición". O sea, de risa.

Pero hay más. La segunda cuestión que aborda el señor Fraga como martillo pilón es la de la "memoria histórica" que le parece, claro, detestable y seguramente delictiva. Eso de que vaya la gente por ahí desenterrando a sus muertos no le gusta nada. Y entonces desliza la mendacidad, al asegurar que ya hubo una amnistía y que amnistía quiere decir olvido. Pues sí, pero con dos precisiones:

Primera: la amnistía la arrancó la gente en la calle, o sea la izquierda (que era la que salía a la calle en masa en los años de la transición) al grito de Libertad, amnistía y estatuto de autonomía, primero en 1976 y luego, más amplia, en 1977. Siempre se entendió que era una amnistía para los presos y perseguidos políticos del franquismo. Pero la ley de amnistía del 15 de octubre de 1977 también libraba de toda persecución posible a las autoridades franquistas. Eso es verdad. Podríamos discutir si esa ley aguantaría hoy un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, pero no hay duda de que, de momento, dice lo que dice: los posibles delitos cometidos por los servidores de la Dictadura no son perseguibles. Y es verdad que la ley es de amnistía y que amnistía quiere decir olvido.

Pero el señor Fraga tiene que saber que quiere decir "olvido" en sentido jurídico, pero no en sentido filosófico. No se puede olvidar por decreto. Es más, olvidar no es algo que esté al alcance de la libre voluntad de los seres humanos. Lo que los seres humanos pueden hacer es perdonar pero no olvidar o no olvidar. El "olvido" jurídico es un compromiso de inacción, en definitiva, una especie de perdón; el "olvido" filosófico es incomprensible precisamente porque la filosofía es la lucha contra el olvido, la lucha por hacer fuertes y diáfanas las reminiscencias de las ideas platónicas. Así que el recuerdo, la memoria estarán siempre funcionando donde haya seres humanos. Porque el vivir de los seres humanos consiste, entre otras cosas, es reacomodarse con su pasado y hacerlo según las pautas morales del presente.

Así que esa hostilidad del derecha y del señor Fraga a la ley de la memoria histórica, que bien pacata es, no es una defensa por su temor a sufrir ataques o el cuestionamiento de su responsabilidad en las canalladas de la Dictadura; no, esa hostilidad es, en realidad, un ataque en toda la línea. El señor Fraga no concibe otra política que la del ataque.

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dissabte, 18 d’agost del 2007

Sueño de una noche de verano.

En este blog se habla de asuntos de actualidad; siempre que hay ocasión, de asuntos culturales y hasta con ínfulas teóricas. El autor lo considera una especie de diario. Bitácora llaman algunos a los blogs. Que no quede por nombres, ahí van algunos más: diario digital (que hasta tiene lindas siglas, dd), bloguiario, diablog. Lo importante es la cosa, el hecho de sentarse todos los días, al acabar la jornada y escribir. Al ser de actualidad, se echa una ojeada a la prensa y se acaba enganchando uno en algo, si es que no trae el tema pensado de algún otro asunto. No sé, supongo que hay muchos estilos. Miro blogs por ahí, y se dan para todos los gustos. Y en cuanto uno lleva una temporada escribiendo acaba uno indefectiblemente colocando un rollo sobre el tema favorito de los escritores que es el escribir mismo. ¿Para qué, por qué se escribe? Pues para que lo lean a uno y para explicarse uno a sí mismo. Un blog es una recapitulación. Por supuesto, muchas otras cosas, pero también una recapitulación. Y una expansión. Un acto de introspección y extraversión casi al unísono pues basta con apretar a un botón del teclado para que esa entrada en el diario que suele presentarse como el momento íntimo por excelencia pase al dominio público planetario. Porque la red es mundial. Y también se escribe por vanidad y por vanagloria, para codearse con los grandes. Por eso he puesto ese título grandioso al post de hoy. Claro que la ilustración no tiene nada que ver con él. Frente al mundo fantástico y un poco enloquecido, casi romántico, de la fábula de Shakespeare, este cuadro de Rafael que se encuentra en la National Gallery de Londres es un sueño (El sueño del caballero) simbólico, metafísico y clasicista al tiempo. Siempre he pensado que Rafael es el primer prerrafaelista. El árbol de la vida divide el cuadro en dos campos de fuerte significado moral. En uno, la virtud, con el discurso de las armas y las letras y en el otro el placer. Al pie del árbol, el caballero dormido está en los dos campos. La interpretación puede ser una o su contraria: el caballero debe optar por uno de los dos campos o bien debe unirlos. ¿Por qué no? Además de ser universalmente conocida la fama guerrera de don Quijote, sabemos que todas las doncellas quedaban siempre presas de sus encantos, o tal cosa creía él, que era doctor en amores caballerescos. Sí, sí, los sueños son el ámbito de lo fascinante, otro mundo que está en éste pero en el que no rigen sus leyes, y que lo ha acompañado al menos desde que andamos nosotros por él. Los sueños han estado presentes en la historia de la humanidad. Los del Faraón, que José interpreta, cambiaron su destino. Y desde entonces, aparecen siempre en momentos cruciales (y, por supuesto, en los anodinos), con motivo de la batalla del puente Milvio, hay sueños a puñados en el Imperio romano y en el ciclo artúrico. Los sueños tienen función premonitoria. Luego la tendrán moral y metafísica en el Siglo de Oro español, con La vida es sueño. Sueño es el de El diablo cojuelo y bastantes otros. En la Ilustración, Goya abriría una galería con el sueño de la razón. Los sueños aparecen muchísimo en el romanticismo y ya en el siglo XX resultan ser material de estudio e investigación para el psicoanálisis, que se considera a sí mismo como un método científico. El sueño es un territorio fantástico, desde luego, en el que se liberan las potencialidades humanas más ocultas, sea eso lo que sea, que no lo sé muy bien, pero de algún modo tenía que interpretar ese increíble cuadro de Courbet que se llama El sueño (1866-68) y se exhibe en el Museo del Petit Palais, en París. Es toda una imagen la que el artista ha pintado, un mundo de agotada pasión ciertamente nada convencional. Y no va a quedar por importancia creciente del sueño, pues ¿no es América el "sueño americano"? ¿No se hizo famoso Martin Luther King con un discurso que se llamaba "I have a dream"? Por eso no estaba tan mal escogido el título del post, porque el sueño lo invade todo, la realidad se hace un sueño. Ese terremoto del Perú es como un mal sueño en el que uno se repite: qué putada ser pobre. Pobre de verdad, en casas de adobe que se desploman a la menor, rodeado de mugre, con las carreteras colapsadas y en peligro de que te asalten y te saqueen. Otro sueño, esa fantasmagórica crisis bursátil, que ha aparecido como las perseidas, que para eso estamos aún en época y, como ellas, ha desaparecido al instante, dejando sólo un vago recuerdo en la retina. Esos inmigrantes africanos que se ahogan en un viaje imposible en medio de las aguas picadas del pacífico Mediterráneo son figuras imprecisas que desaparecen entre las olas como entre los sobresaltos de un sueño. ¿Y qué decir de las cifras de siniestros en las carreteras? ¿No suenan ya como pesadillas? Un blog que se actualiza al cabo del día entra necesariamente en el territorio de la ensoñación; recupera la realidad y la recompone según criterios distintos para armar esos relatos oníricos, deslumbrantes, inmorales, devastadores: un cholo tripula una estadística que se hunde sin remisión en una mar espumosa hecha de grasienta chatarra de automóviles destrozados.

Un blog es, sobre todo, un lugar de sueños. A veces, un sueño de una noche de verano. Y los sueños, sueños son.

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divendres, 17 d’agost del 2007

Un alma caritativa.

Gracias a los amigos del Insurgente, he puesto dos enlaces muy chulos a la izquierda que ofrecen leer Palinuro en catalán y gallego. Pero, sea por mi incompetencia en la materia, sea por razones técnicas de índole superior, sea porque le da la gana, el caso es que el texto sale desconfigurado en las palabras que llevan tilde y eñes.

Lo cual es muy molesto. Tanto que, si no consigo arreglarlo, tendré que quitar los enlaces. Con lo que yo fardaba con ellos... Si a alguien se le ocurre algo, estaré muy agradecido.

Ejpaña se rompe.

Y no te digo nada cómo. A toda velocidad. ¿Pues no quieren los navarros grupo propio en el Congreso? Los navarros de derechas, subrayo, los de la España eterna. Hasta ahora esas desgracias sólo le ocurrían a la izquierda que ya se sabe que es cripto-separatista, pero no a la derecha de Santiago y cierra España. (A propósito, magnífico el lienzo de Juan Carreño de Miranda, titulado Clavijo, de 1660, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Budapest. Aportación somera a la doctrina de la alianza de civilizaciones). La derecha española es una, grande, libre. Lo cual hace que en Cataluña y el País Vasco haya dos derechas, la española o españolista y la vasquista o catalanista. Pues no parece ser así porque la derecha navarra no es vasquista y mucho menos catalanista y, sin embargo, quiere grupo propio. Algo así como los canarios, también de derechas, también españolistas y con su flamante grupo parlamentario, lo que les permite pasársela hablando de las Canarias. O sea, se rompe Ejpaña, desde el momento en que el bloque de la derecha se fragmenta como un iceberg atacado por un cambio climático.

Y si los navarros se salen con la suya pues, aunque no dispongan de los necesarios cinco diputados, pueden integrarse en el Grupo Mixto, los sociatas van a tenerlo difícil para impedir la formación de un grupo catalán de izquierda en el Congreso como ya lo hay en el Senado. Se quiera o no se quiera, la política española está muy territorializada, condicionada por las circunstancias políticas de diversas CCAA.

No es que se rompa, es que de esa "Ejpaña" en la que piensan los señores Fraga y Bono ya no queda nada. España es ya un ámbito complejo, un mosaico, un ente articulado de difíciles equilibrios. Si los catalanistas (esto es, los burgueses y los radicales/independentistas) no apoyan los presupuestos del Gobierno del PSOE, aunque los últimos gobiernen con los socialistas catalanes, el PSOE tendrá que gobernar con presupuestos prorrogados y tanto más puede darle convocar elecciones anticipadas. A veces son los catalanistas quienes provocan elecciones en todo el Estado. Imaginémosnos que los valencianos y los andaluces siguen el ejemplo de los navarros. Ya hubo de hecho un diputado de derechas de un partido nacionalista valenciano que estaba en el grupo mixto. Esa hecatombe, esa "balcanización" de España que invoca el señor Aznar, cuyo partido contribuye a ello, es prueba de que en España hay que negociar las decisiones políticas, que ya no se pueden imponer desde "Madrid". Ejpaña no se rompe; está rota. Lo que hay es una España articulada, todavía "mal conllevada" pero en la que las provincias se han redimido vistiéndose de CCAA.

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Más sobre la crisis.

Tiembla la tierra en Perú y tiemblan las bolsas en todo el mundo. Pero no es el mismo temblor, ni mucho menos. Los mercados tiemblan por designios humanos, como resultados de ellos. Millones, cientos de millones, miles de millones de decisiones en todo el mundo que todas buscan lo mismo, aumentar beneficios, minimizar pérdidas, sin que se pueda saber de antemano qué resultado darán. Porque es imposible.

Ayer otro descalabro de las bolsas cuando ya los analistas daban la situación por normalizada a consecuencia de las masivas inyecciones de liquidez de los bancos centrales. De normalizarse, nada. Las bolsas asiáticas vivieron verdaderos pánicos.

Los valores cotizan todos a la baja porque nadie sabe qué alcance real tenga la crisis de las hipotecas estadounidense, ni en profundidad ni en amplitud. Quién pueda y quién no pueda estar tocado. Así que hay un clamor general, pidiendo información veraz y rápida sobre el estado de los fondos hipotecarios "subprime", los normales, los subcontratados, los de inversiones que los albergan.

Pero, cuanto más se sabe, peor pinta tiene el asunto y más nerviosas se ponen las bolsas. Se perfila un villano en el horizonte: las empresas calificadoras, esto es, quienes se encargan de certificar la garantía de las otras empresas, gigantes como Standard & Poor o Merryll Lynch a los que ahora se acusa de haber sonado la alarma demasiado tarde. Lo que está en cuestión es la fiabilidad de las agencias de certificación, una crisis de confianza razón por la cual la UE tiene previsto intervenir, regulando más de cerca los mecanismos de certificación.

Poco a poco, iremos viendo quién se salva y quién perece. En los EEUU, el gigante de los préstamos hipotecarios, Countrywide Financial afirma haber conseguido 11.500 millones de dólares para seguir funcionando, pero el panorama es sombrío. Otros fondos tendrán que cerrar. El impago de hipotecas en tiempos de tipos de interés al alza está devorándolo todo. En el resto del mundo, los analistas y los políticos ventilan el peligro afirmando que sus respectivos sistemas financieros están a salvo porque ha habido poco contagio con los fondos de alto riesgo de los EEUU. Pero eso está por ver.


(Xilografía de Durero, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, correspondiente a la serie del Apocalipsis de San Juan, que se encuentra en el Staatliche Kunsthalle de Karlsruhe)



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dijous, 16 d’agost del 2007

Una Asunción plural.

Ayer se celebró la festividad de la Virgen por excelencia, la Asunción. Es un distingo que siempre me ha parecido curioso. Cristo asciende; la Virgen es asunta. Esto de la perspectiva de género tiene su gracia. De dos supuestos igualmente inverosímiles, esto es, el de ascender y el de ser asunto, el activo corresponde al varón y el pasivo a la hembra.

En todo caso, es una festividad de honda raigambre en el País Vasco. Y,como es el País Vasco, cada cual la celebra a su modo. Leo en Libertad Digital que los dos obispos de Bilbao y San Sebastián han pronunciado homilias muy dispares, que enfadan mucho al periódico y al presidente del PP en Vizcaya, señor Basagoiti, diciendo el uno (Blázquez, en Bilbao) que lo de ETA tiene que acabar ya y el otro (Uriarte, en San Sebastián) que hay que negociar y dialogar. El señor Basagoiti ha metaforizado la situación: "no se puede estar con Dios y con el Diablo", supongo que quiere decir al mismo tiempo porque en distintos momentos eso lo ha hecho hasta la Iglesia. Desde luego, sólo conozco algo peor que el maniqueísmo y es el monotema. No entiendo porqué se consideran incompatibles ambas suposiciones. Si de lo que se trata es de que se acabe ETA, cualquiera de las dos vías es buena, y hasta las dos al mismo tiempo, esto es, persiguiendo a la organización ilegal por todos los medios legales y dialogando siempre que se pueda, y negociando si se tercia, claro que sí.

Asimismo leo en Gara que doscientas personas se manifiestan en San Sebastián para honrar a la Ikurriña y negar (como Pedro a Cristo) la bandera española (Ikurriña bai, espainola ez!), algo muy elaborado. Es una forma también de festejar el día de la Asunción. Otro, que también encuentro en Gara dice que decenas de miles de personas participan en la romería a Begoña. Que estos vascos son muy religiosos, como los andaluces, que también se movilizan mucho por la Virgen.

(La imagen es la Asunción de la Virgen, de Rubens, de 1620, obra de madurez que se encuentra en el Museo de Historia del Arte de Viena).

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Un crac a cámara lenta.

Siempre que se produce uno de esos amagos de crisis (a los que, a veces, sigue una crisis), salen de debajo de las piedras los profetas de la desgracia y la benemérita doctrina de la Crisis General del Capitalismo (CGC), estado inmediatamente anterior a la Comunión de los Santos, reinicia su marcha triunfal hacia la nada. Ya están las piedras del templo de Mammon cayendo sobre los idólatras. Algunos hasta desentierran el tomahawk marxista y largan una teórica sobre la economía política de la CGC. Que no dudo de que a lo mejor se produce algún día, nada es imposible, pero señalo que ya tiene gracia que la CGC venga en alguna medida provocada o precipitada por la competición capitalista que ejerce un país comunista como China.

El capitalismo es un sistema que va de crisis en crisis. Uno de sus principales teóricos, Schumpeter, lo definió como "destrucción creadora", concepto científico a la par que poético. Lo que sucede es que cada crisis, como fenómeno humano que es, es distinta; no hay una crisis-tipo como hubo un Ford modelo T. Y ésta que estamos viviendo es serpenteante y titubeante. Ayer, los mercados bursátiles volvieron a bajar. Y eso que el Banco Central Europeo había "inyectado" el martes 7.700 millones de euros más, con lo que el aluvión de pasta que ha entrado en el mercado desde la semana pasada es de 211.365 millones de euros. Por un lado, el BCE sube los tipos de interés porque dice que hay que prevenir la inflación, encarece el dinero y ahoga a las familias hipotecadas y, por otro, inunda el mercado de liquidez. Ya decía servidor que eso puede funcionar o no. Nueva York cerró a la baja, Dow Jones, NASDAQ, todo a la baja entre rumores de que la mayor empresa de crédito hipotecario del país puede ir a la quiebra y problemas por todas partes. Las noticias de la economía (de la real, la productiva) son buenas, pero el capital especulativo está asustado, como los potros. Si hay estampida o no sólo los dioses lo saben. Los dioses, no las leyes de la historia.

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¿Quién es el terrorista?

Los Estados Unidos quieren meter a los "Guardianes de la Revolución" en la lista de organizaciones terroristas. Los EEUU tienen una lista de organizaciones terroristas. Los EEUU. Y ellos no están; en la lista, digo.

Ayer murieron quinientas personas (incontables heridos) en un atentado bestial en Irak perpetrado con camiones cargados de combustible. El gobierno iraquí, un ente insólito incapaz de garantizar la seguridad de sus ministros, dice que atrapará a los culpables. Ni a esos ni a ninguno de los que a diario asesinan, atentan, destruyen en ese infeliz país asiático en el que reina el caos más hobbesiano desde que los estadounidenses, los ingleses y el mozo de los recados decidieran invadirlo back in 2003. Si lo hacen impunemente los invasores, piensan los habitantes, ¿por qué no nosotros también?

Así que los responsables de esa monstruosidad, de esa vergüenza que es el Irak se permiten el lujo de tener una lista de organizaciones terroristas. ¿Y no está la CIA? No, claro. Pues ¿que lista es esa, que no incluye a una organización criminal que secuestra ciudadanos en terceros países y los recluye en cárceles secretas de cuartos países en donde los torturan? Una lista incompleta, me parece. Además, también debería comprender a la Casa Blanca porque, despues de cuatro años de masacres en el Irak, ya se sabe que Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva pero la Casa Blanca, sí. Hasta el momento van unos 700.000 muertos y un par de millones de desplazados. Toma destrucción masiva.

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En el camino seguimos.

Hoy hace cincuenta años que se publicó On the Road, de Jack Kerouac. Un respeto para el símbolo de una generación. Recuerdo que siendo relativamente chaval, como con dieciocho años o así, leí casi al unísono En el camino y Últimas tardes con Teresa, de Marsé. Ambas me impresionaron mucho porque simbolizaban el descubrimiento de la vida, del mundo-ahí-afuera. Pero el de Kerouac era mucho más rico, fascinante, vivo, inmenso, nuevo. Un fogonazo. Así que me hice beat. La biblia era En el camino, que venía a ser como Rebelde sin causa, pero en intelectual. Y escrito por un tipo que andaba arrastrando el culo por los EEUU, murió joven de una úlcera fulminante provocada por una cirrosis y odiaba a los intelectuales.

Easy Rider hubiera querido tener el espíritu beat, pero el amigo Fonda y el amigo Hopper son hijos de la sociedad de la abundancia o, como he leído en algún sitio, "hijos de Marx y la Coca-Cola". La carretera de On the Road es una cosa de los cuarenta, la memoria de la guerra es reciente, hay guerra fría, todo algo más cutre, no hay dinero, se puede dormir en cualquier parte, a veces se para uno en algún sitio a trabajar un poco y ganarse la vida como guarda nocturno y otras se queda uno quince días en un campo de inmigrantes porque anda ligando uno con una mexicana. Sal Paradise, el propio Kerouac que narra la historia con una actitud que siempre me ha parecido fascinante, mezcla de sano juicio y distanciamiento y como con excitación, me acompaña desde entonces.

Ese libro (y los otros Los vagabundos del dharma,etc) es autobiográfico. Kerouac lo escribió en tres semanas, en un único rollo de teletipo que se conserva y se muestra hoy en exposiciones itinerantes, lo que me parece muy bien por tratarse de algo que hizo un hombre que era una especie de bum espiritual, siempre en busca de luz y comprensión, ya fuera a través del jazz, ya de la droga o del Zen. Dijo en cierta ocasión que él no era "beat", sino "catholic", pero eso es puro beat, del que saldría después la manía hippy con la "contracultura".

Lo que me llama la atención ahora de aquel camino que emprendimos en los años sesenta es qué machista era. Y la cosa culminó en otro no exactamente muy de tipo beat, Henry Miller, a quien leía con verdadero placer hasta que empecé a ver críticas feministas y acabé mirándolo con otros ojos. Lo que más atrae, de los dos, de Kerouac y de Henry Miller, es el carácter torrencial y, al tiempo, elegante, hasta exquisito de su prosa. En el caso de Kerouac la cosa venía a través de la "escritura espontánea" que luego alguien (que no era él) tenía que poner en un inglés más o menos legible. Si de lo que se trata es de contar una historia que no tiene historia porque va surgiendo por el camino y se va haciendo, el estilo tendrá que ser de improvisación. Por eso hay tanto jazz en el camino y luego habrá budismo, donde todo se fía a la ocurrencia espontánea. Pero, al mismo tiempo, esa improvisación, como en La paradoja del comediante está muy trabajada. Kerouac escribió el original en tres semanas, pero prácticamente volcando en el famoso rollo de teletipo el contenido de docenas de cuadernos en los que había ido contando todo lo que la pasaba hacia ya seis o siete años. O sea, la "escritura mecánica", como dirían los surrealistas, duró tres semanas, pero el proceso de creación, formación, modelación, venía durando seis o siete años.

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dimecres, 15 d’agost del 2007

Si Zapatero me lo pide.

En su atribulada comparecencia de ayer, la señora ministra de Fomento expuso claramente su criterio de no dimitir, a no ser que el señor Rodríguez Zapatero, su jefe inmediato, se lo pida. Debe de ser el único que quede por hacerlo porque todos los grupos parlamentarios, excepción hecha de los del PNV, BNG y, claro, PSOE, pidieron a la señora Álvarez con toda contundencia que se fuera, desde el del PP hasta el de IU. Hacía tiempo que no se veía tan apiñada unanimidad en sede parlamentaria y para el PP tiene que haber sido un alivio ver que no siempre está solo.

La Ministra llevaba escritos unos folios que leyó de cabo a rabo, y se negó a dimitir. La explicación que dio es que el Gobierno del PP descuidó lamentablemente las inversiones en las dos anteriores legislaturas. Se hace cuesta arriba creer que Jordi Pujol todavía presidente de la Generalitat entre 1996 y 2000 se dejara burlar en esto de las inversiones en su amada Cataluña siendo así que tenía trincado al Gobierno de Aznar quien no disponía de mayoría absoluta. En la siguiente legislatura de 2000 a 2004 es posible que se produjera el abandono que denuncia la señora ministra. Pero a su vez ella y su Gobierno han tenido tres años y medio prácticamente para remediar la situación y tampoco parece que hayan hecho mucho. No sé si la señora Álvarez es la "peor ministra de Fomento" de la democracia como proclama el PP y no lo sé porque, habiendo pasado por el cargo el señor Álvarez Cascos, es poco probable que alguien lo haya hecho peor. Pero lo cierto es que la ministra no ha dado un resultado óptimo y el caos que llevan los barceloneses aguantando requiere que, en lugar de recomendarles paciencia, alguien tenga un gesto digno y, digamos, dimita. La señora ministra, a ser posible.

La democracia tiene estas cosas: los jefes (que están ahí voluntariamente y no a la fuerza, aunque a ellos les guste decir que "se sacrifican") tienen que asumir muchas veces responsabilidades que no son suyas y saber marcharse, aunque no sean personalmente responsables de algún desaguisado. Es una regla no escrita: cuando se causa tanto trastorno a decenas, cientos de miles de personas, además de la (siempre escasa) compensación material, aquellas tienen el derecho a una compensación moral, por ejemplo, a ver que el responsable del servicio que ha fallado coge las de Villadiego. Son prácticas democráticas que, si no son muy tiernas con los políticos en apuros, salvaguardan unas normas de bien hacer que no deben perderse. Cuando los griegos inventaron el ostracismo, se lo aplicaron de vez en cuando hasta a los ciudadanos más sobresalientes. ¿Qué no harían con los incompetentes?

Por lo demás, el razonamiento de la señora Álvarez no es de recibo. Que sólo se irá cuando se lo diga el señor Rodríguez Zapatero. Estaría bueno que, diciéndoselo el señor Rodríguez Zapatero, considerara la posibilidad de no irse. Es una típica falacia de opciones inexistentes. Si el presidente del Gobierno le pide la dimisión, la señora ministra no puede no dimitir. Por eso, esa pintoresca afirmación (equivalente, en el fondo, a decir "no dimito porque no me da la gana") me recuerda tanto aquella ilógica canción de Nat King Cole: "¿Para qué quiero tus besos si tus labios no me quieren ya besar?" Igualito que la señora Álvarez, cuyo camino lógico, a la vista de la cuasi unanimidad parlamentaria en su contra, es presentar la dimisión al presidente del Gobierno.

Claro que si eso no sucede, la oposición tiene otra vía para evidenciar su descontento: pedir la reprobación de la Ministra en el primer pleno a la vuelta de vacaciones. Está por ver si osa hacerlo.

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Alá en Turquía.

Interesante situación en Turquía. El ministro de Asuntos Exteriores del Primer Ministro, Tayyip Erdogan, el señor Abdullah Gül, perteneciente como él al partido islamista llamado "moderado", Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) vuelve a postularse para presidente de la República turca laica. Hay en esta situación dos aspectos que será interesante observar dado que, como siempre, cuando se habla de Turquía se habla de un Estado, con más de 71 millones de habitantes (solo segundo ante Alemania en Europa) que puede acceder (o no) a la Unión Europea: el primero es si existe eso que los medios llaman el "islamismo moderado"; el segundo, qué resultado dará un Presidente propuesto para el cargo por su jefe.

Se recordará que fue precisamente esta candidatura la que provocó hace unos meses una crisis, una velada advertencia del ejército, tradicionalmente kemalista, rumores de golpe de Estado y, por fin, al fracasar la candidatura del señor Gül por no reunir los votos necesarios y tras una sentencia del Tribunal Constitucional, las elecciones ligeramente anticipadas del pasado 22 de julio.

El partido gobernante ha interpretado el resultado (46,76% del voto y 341 diputados) como una resonante victoria y un refrendo de su política e intenciones. Es cierto que ha aumentado en cantidad de votos, pero ha disminuido en escaños (en las elecciones de 2002 obtuvo el 34,3% de los votos, pero 363 escaños), peculiaridades del sistema electoral y de su barrera legal del 10%. En todo caso, el principal partido de la oposición, el heredero del kemalismo, Partido Republicano del Pueblo (CHP), ha perdido aun más, tanto en votos como en escaños y el gran beneficiario ha sido el Partido de Acción Nacionalista (MHP), que en 2002 no alcanzó el fatídico 10% pero esta vez ha llegado al 14,33% y 71 diputados.

Para ser elegido presidente, el señor Gül necesita dos tercios de los diputados de la unicameral Gran Asamblea Nacional de Turquía (GANT), esto es, 367 diputados. No llega y no es probable que los consiga sumando votos de independientes (26 escaños), pero en tercera vuelta está previsto que el Presidente sea elegido por mayoría absoluta, esto es, 276 votos. La oposición de los kemalistas sigue siendo frontal, pero los nacionalistas ya han hecho saber que no boicotearán la elección, con lo que es prácticamente seguro que a fines de mes, Turquía tendrá un presidente musulmán, por primera vez desde la proclamación de la República por Mustafá Kemal en 1923.

Animado por los resultados electorales y el apoyo de las cancillerías europeas, el señor Erdogan ha decidido repetir su propuesta y no ceder ante la presión militar, que se adivina activa. Ese es un punto interesante de expectativa y quizá no sea exagerado decir que, en este pulso entre el ejército y el poder civil, Turquía se juega mucho en cuanto Estado de derecho y sociedad democrática y la UE estará vigilante.

A su vez, el señor Gül ha hecho saber que respetará el laicismo de la República turca. Es una de esas declaraciones gratuitas e innecesarias (como el propósito de dimisión de la ministra Álvarez) ya que no está en su mano hacer lo contrario, salvo que cometa perjurio pues, para ser presidente, tiene que prestar un juramento en el que, entre otras cosas, se compromete a: "guardar fidelidad a la Constitución, al imperio de la ley, a la democracia, a los principios y reformas de Atatürk y al principio de la República laica. ¿Lo hará?

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dimarts, 14 d’agost del 2007

Elecciones anticipadas en la República monozigótica.

Como es habitual en un país de tanta volatilidad partidista y electoral e inestabilidad parlamentaria como Polonia, el gobierno de coalición de tres partidos de derechas (más bien de extrema derecha o "ultraconservadores", como se los llama en finolis) dirigido por Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del Presidente de la República, Lech Kaczynski, ha terminado como el rosario de la aurora. Ayer, los pintorescos gemelos (ambos del partido hoy mayoritario en la cámara baja, Sejm, "Derecho y Justicia") comparecieron en público para anunciar que se había terminado la coalición, echar a los cinco ministros de los otros dos partidos de gobierno ("Liga de las familias polacas" y "Autodefensa") y anunciar elecciones anticipadas, probablemente para el 21 de octubre. Para ello, el Sejm tendrá que votar su autodisolución por dos tercios y es posible que no se consiga porque los dos partidos despedidos, junto con los postcomunistas, pueden votar en contra de la medida, muy enfadados por no conseguir una comisión de investigación para aclarar algunos presuntos escándalos. Claro que, si eso se produce, el gemelo Jaroslaw siempre puede dimitir y forzar la disolución.

Es mal momento para convocar elecciones, queda alguna ley importante por aprobar y la popularidad de los dichosos hermanitos está por los suelos, lo que no es de extrañar si se repasan los dos años de legislatura, repletos de medidas disparatadas, de persecución de antiguos comunistas y homosexuales, reaccionarias en lo social y económico, oscurantistas en lo educativo, de sumisión a la política imperial de los EEUU (hasta el extremo de colaborar en los secuestros de la CIA) y de incordios en la Unión Europea. Si no recuerdo mal, el señor Rajoy dijo en alguna ocasión que Polonia era una referencia para España. Que se la quede entera. Nadie en su sano juicio puede querer para su país un gobierno compuesto por meapilas, homófobos, inquisidores, siervos del Imperio y corruptos.

Para las elecciones el partido monozigótico (PiS), con 150 diputados en el Sejm (de un total de 460) aparece por detrás del Partido liberal (liberal de verdad, no en el sentido español de ahora) "Plataforma cívica" (PO). Nada nuevo bajo el sol. Lo asombroso fue que el tal PiS obtuviera esos 150 diputados con el 27% del voto en las elecciones de 2005 cuando en las de 2001 (primera vez que se presentaba) obtuvo el 9,5% del voto y 44 diputados, por debajo de los resultados del siniestro "Autodefensa" (Samoobrona), dirigido por el presuntamente corrupto Andrzej Lepper, cuya destitución como ministro ha originado la crisis actual.

Las encuestas dan ganadora a la Plataforma Cívica (Platforma Obywatelska), dirigida por Donald Tusk, que cuenta hoy con 133 diputados y el 24% del voto. Pero es demasiado pronto para pronunciarse. También se perfila una coalición de izquierda, compuesta por al menos tres partidos, una Alianza Democrática de Izquierda, el Partido Socialdemócrata y los postcomunistas, cuyo principal atractivo sería el nombre de su candidato a Primer Ministro, Aleksander Kwasniewski, el anterior Presidente de la República. No estaría nada mal que saliera esta fórmula (aunque, de momento, tiene pocas esperanzas) porque obligaría a una convivencia entre un Primer Ministro de izquierdas y el otro gemelo univitelino, el Presidente Lech Kaczynsky, al que aún quedan tres años de mandato. Quizá de esa forma se resolverían algunos de los más enojosos problemas del sistema político polaco, que no está claro si es más parlamentario que presidencialista y presidencialista al estilo de Francia, país que siempre ha ejercido una gran influencia constitucional sobre Polonia. Basta recordar el ensayo de Rousseau (si bien éste era ginebrino) sobre la Constitución de Polonia y una de mis obras preferidas de teatro, Ubu, Roi de Pologne, de Alfred Jarry.

En realidad, estos dos Kaczynski siempre me han parecido como Tweedledum y Tweedledee pero en Ubu.

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A mayor gloria del Rey (el bel canto).

El domingo acudimos al auditorio de El Escorial, a ver El viaje a Reims, una ópera bufa de Rossini, que no conocía. Y la verdad es que fue todo un espectáculo: un Rossini espléndido, en lo mejor de su arte. La obra se abre con varios de esos "crescendi" que lo hicieron famoso, chispeantes, ingeniosos, llenos de elegancia y termina en un final larguísimo, que es un canto al canto en el que los personajes han de interpretar diferentes aires o himnos propios de sus países (Alemania, España, Francia, Italia, Polonia y Rusia, si no recuerdo mal), pero con una tonalidad prefijada. Ahí es el lucirse de un manojo de bajos y de sopranos y mezzos, algunos de los cuales ya lo hicieron en duetos a lo largo de la obra.

El montaje está muy bien, pues aprovecha las posibilidades del auditorio; los actores se pasean entre el público y la orquesta está en el escenario, lo que posibilita que, en algún solo, el solista salga al proscenio e interprete su parte en diálogo con la voz humana, como cuando el Milord inglés recita sus ansias amorosas y le responde la flauta. La interpretación del director del Teatro Mariisky, de San Petersburgo, que es el de la orquesta, Vasily Georgiev, es muy ágil y cumple a la perfección su tarea, consistente en realzar las virtudes (no me gusta eso de "virtuosismo") de la voz.

La obra es un encargo del Rey Carlos X (o de algún edecán) para celebrar su coronación en Reims y se estrenó en 1825. Tiene un tiempo inverosímil pues se trata de un grupo de viajeros que coinciden casualmente en un albergue camino de Reims, para asistir a la coronación, cosa que no pueden hacer porque no tienen en qué ni con qué, por una serie de accidentes. Pero al final se les cita a una ceremonia de festividad en París con el mismo objetivo: ensalzar a Carlos X que era el que pagaba. Es cierto que se le loa en la interpretación final, la más difícil, que corresponde a la heroína, la poetisa Corina, quien debe hacer una improvisación con pie forzado en do. Y ahí se dice que :

Cento anni e cento - ognor protetto
dall'immortale - divin favor,
viva felice - il prediletto
Carlo, de' Franchi - delizia e amor!

Pero tengo tendencia a pensar que eso no importa mucho porque, según se ve en la obra, el tema de la improvisación se confía a la suerte y por suerte de sorteo sale como tema Carlos X de Francia, un rey, por cierto, bien antipático para mi gusto, absolutista, muy amigo de Fernando VII, a quien, de hecho, loa en la obra un inefable don Álvaro, espadachín. Un rey que saltaría en la Revolución de 1830, la primera y más genuina revolución burguesa-liberal, la que inmortalizó Delacroix en su famoso cuadro, La liberté guidant le peuple, que se encuentra en el Louvre, y donde el autor se autorretrató favoreciéndose de tal modo que estaba seguro, supongo, que todos los jóvenes que en el mundo han sido y visto el cuadro se han identificado con él. La imagen que representa a la burguesía revolucionaria del romanticismo.

La ilustración del comienzo es un cuadro de Élisabeth Vigeé-Lebrun, en el que se ve a Mme. de Staël interpretando el papel de Corinna, porque la ópera de Rossini saca el libreto de una historia Corinne ou l'Italie de la ilustre escritora, hija del banquero Necker que, al parecer, tuvo algún asuntillo con su retratista.

Da gusto ver un trabajo tan bien hecho en todas las manifestaciones de ese arte tan compleja que es la ópera; tanto que todos los actores y actrices me parecieron bellísimos, y los figurines, de fábula. Salí muy contento de la representación...y me encontré con la desagradable sorpresa de la realidad en forma de imposibilidad de acceso a la red por caída general de ésta en la zona en la que vivo. En telefónica (véase el post de ayer más abajo) lo llaman "incidencia masiva", que me suena a rayos, como las "armas de destrucción masiva" esas que las hay o no las hay según sople el viento.

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dilluns, 13 d’agost del 2007

Grrrrrrrrrr. ¡Telefónica!

Son la ocho de la tarde del lunes, 13 de agosto. La zona en la que vivo en Pozuelo de Alarcón lleva más de 24 horas sin acceso a la red por una avería de Telefónica. Si llamas y tienes suerte y alguien te atiende después de tomarte el pelo tropecientos minutos en una línea 902 que quiere decir que estás pagando por la tomadura de pelo (cosa que encuentro de más sinvergonzonería que lo que pueda haber hecho "El Solitario"), te dicen que hay una avería en Ciudad Jardín y tratan de mentirte añadiendo que, al ser una avería masiva" (sic), estará arreglada en un par de horas. Cuando les dices que no hubo red el domingo en todo el día, te responden (y es textual, debe de estar grabado) que, claro "los técnicos de telefónica no trabajan en domingo", pero que enseguida estará arreglada. Mentira de nuevo. Todavía no sé si está reparada porque he decidido suspender mi estancia en Madrid, a donde había ido a ver la ópera "El viaje a Reims" (sobre eso mañana) y escuchar al maestro Valery Georgiev interpretando a Tchaikovsky. Alcancé a ver la ópera, sobre la que postearé mañana, pero no lo de Tchaikovsky porque nos hemos tenido que volver al pueblo, al atraso del campo, para conectarnos a la red.

Sobre este asunto de la prepotencia de una compañía avasalladora y sin escrúpulos que todos hemos padecido y que cobra los servicios que no presta, y sobre el estado de las altas tecnologías en la capital de la octava potencia industrial del mundo, unos parrafitos a continuación.

¿Qué hace un bloguero que a las dos de la madrugada del 12 (domingo) al 13 (lunes) de agosto ha perdido la paciencia viendo que no va a tener acceso a la red? Sencillo, ya que vive en Pozuelo, a 12 km de la capital del otrora imperio de las Españas, pilla el coche y se va a Madrid a conectarse en algún Work Center, de los que hay media docena abiertos las 24 horas del día porque Madrid, ya se sabe, tiene cuatro millones de habitantes y es una ciudad supermoderna. Bueno: ni uno abierto. Tenían uno de guardia y el de guardia ¡también estaba cerrado! ¡Ah! Pero habrá algún sitio en el que conectarse, aunque sólo sea para mirar el correo. Porque no es cosa de llamar a un amigo que no viva en Ciudad Jardín a las dos y media de la madrugada para que te deje mirar el email. No, no lo hay. Muy amables, en un hotel cercano a la Puerta del Sol, en donde no me dejaron conectarme si no pillaba una habitación de 132 euríviris la noche, me dijeron que había un locutorio con inet abierto 24 horas al día en Montera número 10. Crúzate la Puerta del Sol a las 2:30 de la madrugada, abriéndote paso entre subsaharianos, antes llamados negros, macarras, borrachos, putas, putos, chinos vendiendo bocatas sobre cajones de cartón, suramericanos armando bulla, indonesios cantando melopeas, grupos de clientes del Joy Eslava o el Palacio Gaviria, porteros de noche, magrebíes (antes llamados moros) en corros, vagabundos, turistas trasnochadores, cacos, españoles en pandilla, más de temer que todos los anteriores juntos y afanosos empleados municipales recogiendo la basura que va soltando tanto pluralismo demográfico, para comprobar que el locutorio de Montera 10 lleva años convertido en una tienda de camisetas y calcetines.

O sea, la capital de la octava potencia mundial no tiene un solo punto público de conexión a internet por la noche. Al ayuntamiento no se le pasa por su improbable cabeza habilitar alguna zona wifi, supongo, porque Telefónica armaría la de Dios es Cristo dado el lucro cesante. Pero a Telefónica tampoco se le ocurre abrir algún centro de emergencia para ofrecer el servicio que no presta en donde estaba obligada a hacerlo cuando hay una avería. Eso sí que sería "atención al cliente" y no las estúpidas encuestas que realizan por teléfono al final de las conversaciones y que, por supuesto, pagas tú por tratarse de un 902.

Y se extrañan de que la gente los llame sinvergüenzas e incompetentes.

En fin, dejo a continuación un post que había hecho ayer y que no pude colgar.

In memoriam: Lluís M. Xirinacs.

El ex-sacerdote e independentista catalán se suicidó, al parecer, el sábado, dejando una nota cuya traducción saco del Insurgente y que dice así:

"En pleno uso de mis facultades marcho porque quiero acabar mis días en la soledad y el silencio.
Si me queréis hacer feliz no me busquéis.
Si alguien me encuentra le ruego que, esté como esté, no quiera perturbar mi soledad y mi silencio.
¡Gracias!

ACTO DE SOBERANÍA
He vivido esclavo 75 años en unos Països Catalans ocupados por España, por Francia (y por Italia) desde hace siglos.
He vivido luchando contra esta esclavitud todos los años de mi vida adulta.
Una nación esclava, como un individuo esclavo, es una vergüenza de la humanidad y del universo.
Pero una nación nunca será libre si sus hijos no quieren arriesgar su vida en su liberación y defensa.
Amigos, aceptadme este final absoluto victorioso de mi contienda, para contrapuntar la cobardía de nuestros líderes, masificadores del pueblo.
Hoy mi nación se convierte soberana absoluta en mi. Ellos han perdido un esclavo.
¡Ella es un poco más libre porque yo estoy en vosotros, amigos!
Lluís M. Xirinacs i Damians.



Lluís M. Xirinacs fue un gran luchador antifranquista que hizo más por el retorno de las libertades a España que muchos que hoy andan por ahí tirándose el pliego de demócratas de toda la vida. Protagonizó manifestaciones y huelgas de hambre, estuvo perseguido y dio con sus huesos en los años setenta en la cárcel concordataria de Zamora, do los franquistas recluían a los curas díscolos. Luego fue senador en las Cortes constituyentes y, por último, decepcionado por la política de la transición, que no había traído la independencia para Cataluña, abandonó la vida de activista y la de cura. Pero todavía en 2002 sería juzgado por declararse públicamente amigo de ETA y Batasuna y condenado a algo más de dos años de cárcel, que no cumplió a causa de su avanzada edad y delicado estado de salud.

Es posible que en esta última decisión suya, tan poco católica, haya influido algún tipo de depresión por la enfermedad incurable que padecía, pero ello no resta un adarme al contenido político de su manifiesto/testamento. El cura Xirinacs era un fervoroso nacionalista catalán, especie de trasunto ibérico del Mahatma Gandhi. Como él, creía en la superioridad moral de la no violencia, pero no llegó a estar a la altura del gran apóstol de la Ahimsa. De un lado, se declaró amigo de ETA, que es una organización dedicada exclusivamente a la violencia y, de otro, acabó su vida poniendo fin a ella de modo violento.

Esta obvia inconsecuencia, que no se observa en Gandhi cuyo rechazo a la violencia fue siempre total, sin reservas ni excepciones, se debe, a mi modesto entender, al nacionalismo de Xirinacs. Un nacionalista, especialmente un nacionalista extremo, es alguien capaz de supeditar la vida humana al avance de lo que él llame "la nación". Así tomado, el nacionalismo es una forma más del fanatismo. La nación oprimida tiene en ellos la fuerza que la yihad tiene para los fanáticos musulmanes. Estos ponen sin dudarlo el Islam, al Profeta, a Alá (es decir, sus creencias en esas cosas, gentes, dioses) por encima del respeto a la vida humana, a la ajena y a la propia. Por eso asesinan a quien se les pone en el camino y se saltan a sí mismos en pedazos, felices de ser mártires.

Los pistoleros de ETA cumplen parte del programa, esto es, asesinan siempre que pueden, pero aún no se ha conocido un sólo caso de etarra suicida, digamos, en "acto de servicio", o sea en una ekintza. Lluís M. Xirinacs es el primer caso de persona con notoriedad pública que invoca su nacionalismo e independentismo a la hora de extraer lecciones morales de su autoinfligida muerte. El último párrafo de su misiva da que pensar. "Hoy mi nación se convierte soberana absoluta en mi. Ellos han perdido un esclavo. ¡Ella es un poco más libre porque yo estoy en vosotros, amigos!" Suena un poco raro, un puntito errático y como evangélicamente forzado.

En todo caso, aun no coincidiendo con el padre Xirinacs en sus apreciaciones y juzgando desmesurada y fuera de la realidad ordinaria su idea de que Cataluña esté "esclavizada" por Francia, España e Italia, lo considero un luchador antifranquista ejemplar y un hombre íntegro, de notable fuerza moral.

Descanse en paz.

diumenge, 12 d’agost del 2007

Naphta y Settembrini en la Corte de los milagros-

Insólito espectáculo, vive el cielo, la rueda de prensa del señor Trillo-Figueroa, don Mariano. De pronto surge de la nada mediática un señor ataviado como un héroe de Tarantino pero en obeso, toma posesión del micro y la pantalla y se pone a decir unas cosas como que el así llamado "El solitario", uséase, su cliente, según dice, se considera una especie de Curro Jiménez o Robin Hood y no sé si también del indio Gerónimo, el apache; que atracaba bancos para liberar al pueblo español, oprimido por ellos; y, a continuación, sin solución de continuidad, que en no sé qué año, la Guardia Civil mató a un pastor extremeño al confundirlo con él, y que el general Rodríguez Galindo y el señor Rodríguez Ibarra encubrieron el asunto.

Vamos a ver, que el pueblo español esté oprimido por la banca es bastante posible (algunos dirán que seguro) aunque eso de que atracando bancos y quedándose la pasta se libera al pueblo oprimido no encaja. Pero es que lo otro es directamente una calumnia, salvo que sea cierto el delito que se imputa. Pero no parece serlo porque en el año de marras, que ya parece haberlo comprobado el señor Rodríguez Ibarra, no murió pastor alguno en Extremadura. Y la pregunta obvia es: ¿se puede calumniar libremente a un representante popular y un alto funcionario a través de la televisión pública? Poder, en principio, se puede, pero ¿eso es legal o es a su vez un delito imagino que perseguible de oficio? Y es de oficio porque es inevitable ya que, si la acusación es cierta, hay que abrir un proceso para esclarecer el presunto homicidio y, si no lo es, hay que perseguir de oficio a quien hace la falsa imputación. Que a lo mejor la cambia, diciendo que no era un pastor sino un furtivo, por ejemplo.

En esos trances salta como el alacrán o el águila (no vaya alguien a acusarme de hacer metáforas impropias) el señor Rodríguez Ibarra y pide, creo, que dimita el Fiscal General del Estado y el baranda de TVE, asistidos ambos por el Jefe de informativos. El señor Rodríguez Ibarra es socialista de vieja data, con un socialismo más a la izquierda de la media del PSOE, presidente de la CA de Extremadura desde su fundación hasta hace escasas fechas, caracterizado barón socialista de contundente verbo y no menos contundente actitud frente a los nacionalismos de Galeusca (Galicia, Euskadi, Cataluña), ante los que defiende una unidad nacional española bravía, como corresponde a un extremeño. Extremadura es tierra de conquistadores y se ve como pilar de la Hispanidad. Por cierto, también el País Vasco. Cortés y Pizarro, los dos grandes conquistadores son extremeños, cierto, pero también hubo muchos vascos en la empresa imperial. Y uno que vale por todos: Lope de Aguirre. Pero, fuera de eso, el señor Rodríguez Ibarra es un socialista progresista que cree en la posibilidad de mejorar las condiciones de vida en nuestras sociedades con medidas de intervención pública, al estilo de las "obras públicas" del Estado del bienestar. Los críticos le achacan que, cuando tomó el mando de Extremadura, ésta estaba en los últimos puestos en todos los indicadores del Estado del bienestar y venticinco años más tarde, ahí sigue. Pero esto pertenece al terreno de la eficacia práctica, que no es lo mío aquí, sino a caracterizar al señor Rodríguez Ibarra como hombre optimista, que cree en la perfectibilidad de la gente y en el progreso. Que luego lo materialice o no es otra cuestión. Se me ocurre que es un poco como el Settembrini de La montaña mágica

Del otro señor, el de las acusaciones, Trillo-Figueroa, no sé nada. Hasta ayer ignoraba toda su portentosa vida. Al conocer mejor su biografía y percances, produce asombro saber que alguien que ha cumplido condena por narcotráfico pueda seguir ejerciendo como abogado. Se entiende que el tribunal que lo condenó no incluyó pena de inhabilitación o ésta se ha cumplido. Y se entiende también que el Consejo General de la Abogacía no considera que el comportamiento del señor Trillo-Figueroa merezca sanción alguna. Revolotean en torno al inverosímil personaje relaciones que pertenecen a lo más esperpéntico del ruedo ibérico. Ese otro abogado Menéndez, que parece un personaje como de copla de ciego y que anduvo metido en el horripilante asunto de la cinta de video contra Pedro J. Parece que el hermano de este Trillo, el ex-ministro de Defensa, no le habla hace veinte años. ¡Cómo será el amigo! Diz que de extrema derecha. Encima. Como no sé nada de él, le endilgo el papel de Naphta en la obra de Mann porque frente a Settembrini sólo puede haber un Naphta. Y así, los dos personajes sostienen el breve coloquio siguiente.

Settembrini. No es posible la existencia del mal en la sociedad justa del futuro, en que todos los hombres serán hermanos.

Naphta.¡Hermanos! Si te contara yo cómo me llevo con el mío...

Settembrini. Eso ¿me lo dices como Naphta o como Fiscal General del Estado?

Naphta. Eres un ingenuo por pensar que las instituciones, por el hecho de ser las tuyas, no iban a ir a lo suyo. Las instituciones las manejan hombres y los hombres son de la calaña que son.

Settembrini. Pero ¿cómo se puede calumniar a las personas (encima públicas) gratis desde la televisión pública? ¿No hay juste milieu en la TV o toda a favor del gobierno o toda en contra?

Naphta. Settembrini, no tienes arreglo, eso no es un delito; es simplemente trasmitir con fidelidad los desvaríos de un trastornado. Un hombre que se cree Curro Jiménez no está en sus cabales, como si se creyera Napoleón Bonaparte, vaya, que es un modelo de validez general. Y el que no está en sus cabales puede decir cualquier cosa.

Settembrini. El loco, sí, pero su abogado, no.

Naphta. Querido amigo: no es su abogado.

Settembrini. Más a mi favor, dos delitos: calumnia y suplantación de mandato.

Naphta. O ninguno: si el supuesto defendido está mal de la azotea, el imaginario defensor no anda mejor servido de juicio.

Settembrini. ¿Crees que va a pasar por demente ese narco de extrema derecha?

Naphta. Hombre, claro, méritos no le faltan. Pero te confieso regocijado que esa posibilidad ya estaba inteligentemente descontada en el planeo de la operación mediática del escándalo.

Settembrini. ¿Y merece la pena hacerse pasar por imbécil o loco para llevar a efecto un proyecto pérfido?

Naphta. Bueno, a veces uno se hace, a veces ya se es.

Los catalanes secuestrados.

La historia de los cuatro compatriotas miembros de una ONG detenidos por algo que parece la policía en México, maltratados, prácticamente secuestrados, venía ayer en el 20 Minutos, aunque ya había leído antes la narración de los hechos que han escrito y filtrado los cuatro detenidos ilegalmente en La otra chilanga el blog mexicano en el que participo. Por cierto, conviene pinchar en el enlace porque han colgado un post sobre presuntas torturas policiales en México documentado gráficamente que pone los pelos de punta, pensando en nuestros compatriotas y, por supuesto, en todos quienes padezcan tales métodos. O sea, que muy oportuna la imagen, que es de David Alfaro Siqueiros, uno de los grandes muralistas mexicanos, de título El tormento. (El castigo del preso).

Supongo que el Ministerio de Asuntos Exteriores estará haciendo lo humanamente posible por solucionar esta situación que, prima facie, parece un flagrante atropello a los derechos fundamentales de cuatro ciudadanos españoles, cometido por las autoridades encargadas de protegerlos.

dissabte, 11 d’agost del 2007

Psicología del pánico.

El terremoto de las bolsas tiene una pinta fatal. No haya cuidado que no he de ponerme a contar los miles de millones de euros, dólares, yenes, libras, dólares canadienses y dólares australianos que los respectivos bancos centrales están bombeando a disposición de la banca privada. Tampoco me dedicaré a contar cuántos y cuáles fondos de inversión, fondos hedge, empresas de créditos inmobiliarios están suspendidas, quebradas o con el agua al cuello. Ni a salmodiar la cadena de cotizaciones a la baja en todos los mercados y pérdida de valor de los "selectivos" esto o lo otro. Son ganas de perder el tiempo porque el asunto es bien claro y el alud de noticias y la febril actividad de unos u otros actores (el presidente de los EEUU, el Banco Central europeo, el japonés, etc) únicamente obedece al propósito (no deliberado, ni siquiera querido) de crear un pánico. Lo esencial de un pánico es que el fin catastrófico está previsto y se haga lo que se haga para evitarlo, sólo se consigue acelerarlo. Si los bancos centrales intervienen porque intervienen, si no intervienen porque no intervienen. Un pánico es un cuerpo que se nutre de sí mismo y ha de reventar.

No conozco ejemplo más claro de la globalización que las crisis bursátiles. Ya se vivió una a comienzos de los noventa en la que lo característico era que las bolsas actuaban en comunicación permanente sobre las 24 horas: Nueva York-Frankfurt-Tokio. Cuando la una está cerrando, la otra está abriendo, la circulación de noticias no tiene pausa y las reacciones se aceleran. Lo que en Tokio es un temor, en Frankfurt pasa a alta probabilidad y en Nueva York es ya un desastre. Globalización.

Y capitalismo, claro es. El capitalismo es un juego de suma cero: siempre habrá unos que pierdan y otros que ganen. Según los especialistas, lo fastidioso de esta crisis y lo que corre el riesgo de convertirla en un pánico (los famosos run on banks de fines del XIX y primeros del XX) es que nadie sabe todavía quiénes serán los perdedores y en qué cuantía. Y no se sabe porque las operaciones de créditos hipotecarios "basura", esto es, de alto riesgo de impago no son trasparentes y se amalgaman, además, en paquetes de inversión con otros productos, con lo que se han diseminado por Occidente y Japón como si fueran bombas de racimo y no se sabe quién está pringado. Es un comportamiento muy característico del capitalismo: se abre un hueco legal y la posibilidad de hacer fabulosos negocios burlando algunas normas o usos vigentes, como los controles de auditoria de los préstamos, el equilibrio entre las disponibilidades y la masa prestada, la liquidez, etc y durante una época se hacen esos fabulosos negocios, hasta que el terreno se satura y empieza a ser negocio exigir trasparencia en un mercado opaco, caiga quien caiga. Una crisis.

De momento, manda narices la operación de salvamento que han hecho los bancos centrales, todos a una Fuenteovejuna, a ahogar el problema en dinero. ¿Y si el problema es como el Maelstrom, que todo lo engulle insaciable? Pues allá va el sistema financiero en mitad de un crash de campeonato. Pánico, ¿no? Obsérvese en el gráfico de la encuesta on line del The Guardian de ayer por la mañana: el 54% de los británicos cree que la crisis se convertirá en un crash.

Y es curioso que el sector público salga en defensa de actores privados que han hecho inversiones de alto riesgo en expectativa de más altos beneficios. En principio, lo mismo que hicieron los de Afinsa que pretenden que el Estado les reintegre sus inversiones en una reclamación con la que no todos tenemos porqué estar de acuerdo. Nada, nada, los señores bancos que jugaron al rápido beneficio con alto riesgo que pechen con las consecuencias.

La cuestión es: ¿y quién en concreto va a pechar? En primer lugar, los titulares de créditos hipotecarios que ya no pueden pagar la hipoteca por la subida constante de los tipos de interés y que están en el origen del problema. Pero, además, todavía se verán más acorralados puesto que esos libramientos de capitales en el mercado empujan al alza los tipos de interés. ¿Y qué me dicen de los titulares de fondos de pensiones? ¿Cuántos fondos de pensiones invirtieron en estos fondos de riesgo, en qué cantidad y quiénes van a pagar los platos rotos? Espero que al Estado español que hace poco metió en bolsa unos millones de la Seguridad Social no se le haya ocurrido invertir en estos fondos de créditos "basura".

Ignoro si, al abrir las bolsas el lunes, que será la de Tokio, seguirá el seísmo o no. Según reza un dicho, a los agentes de la bolsa neoyorkina no les gusta irse de finde en una situación de volatilidad e incertidumbre. Es mucho tiempo un finde. Pero esta vez no les ha quedado más remedio porque es su plaza la que desató la tormenta. El Dow Jones se ha quedado en ligeras pérdidas. A ver qué pasa. A ver si cuela que hay estabilidad. Desde luego, que lo diga el señor Bush no ayuda nada a hacer creíble la afirmación. A todo esto, los chinos dicen que quieren poner en venta un bocado de títulos de la deuda pública de los EEUU. Los chinos son, tras los japoneses, los mayores titulares de valores estadounidenses. El Imperio es una potencia militar. Pero la potencia militar es muy cara. Para mantenerla y mantener también el nivel de vida de los estadounidenses hace falta endeudarse mucho y el endeudado nunca está seguro. Que se lo digan a los de los préstamos hipotecarios.

Por lo demás, parece que la crisis del mercado hipotecario tiene dos manifestaciones en macabra coincidencia: los precios de las casas se están hundiendo, mientras que los tipos de interés del dinero siguen subiendo. Hoy, una hipoteca en los EEUU consiste en pagar cada vez más por menos. No quiero ni pensar en lo que pueda suceder aquí si nos llega la onda, como suele pasar, tarde o temprano, con todo lo yanqui: si los precios de la vivienda se hunden y la construcción pincha, el paro se disparará y no creo que España tenga la capacidad de los EEUU para absorber en otros sectores productivos a los desplazados del ladrillo.

En definitiva, sí sabemos quiénes van a ser los perdedores: los hipotecados, los pensionistas con planes privados y los trabajadores de la construcción, incluidos, claro está, los que trabajan en actividades relacionadas con las construcción.

(Este post tiene continuidad en otro que he publicado en La otra chilanga con el título de Misterios del capitalismo)

divendres, 10 d’agost del 2007

Peloteo barcelonés

A los sucesivos e irritantes contratiempos que han debido sufrir los barceloneses en las últimas fechas y precisamente en el comienzo de las vacaciones ha venido a añadirse uno nuevo. Por si no fuera suficiente con un apagón que afectó a decenas de miles de ciudadanos y del que sólo han conseguido verse parcialmente libres a base de aguantar unos ruidosos y apestosos generadores instalados en la vía pública, con el caos parcial del aeropuerto del Prat, los atascos kilométricos en las autovías y el caos completo de los ferrocarriles, ahora contemplan atónitos cómo las partes implicadas se pasan la pelota unas a otras y se cruzan mutuas acusaciones.

Empezaron las compañías de electricidad, siguió luego la ministra de Fomento, que giró visita a la capital de Cataluña y pidió paciencia a los barceloneses, echando la culpa al tiempo y, luego ha sido una lucha de todos contra todos, a ver quién consigue quitarse el mochuelo de encima y colgárselo al vecino o al contrincante. Comenzó el señor Daniel Sirera, nuevo baranda del PP catalán quien ha debido de pensar que conviene estrenarse yendo a la yugular del adversario, para hacer méritos a los ojos de sus valedores en la calle Génova, de forma que publicó un artículo en Libertad Digital titulado Los otros, en el que achaca los fallos de infraestructuras a una "tendencia congénita (de los socialistas) a romper y estropear todo lo que tocan." Si señor. ¿Para qué andarse con titubeos y medias tintas? La culpa es de los sociatas que, como el inspector Clouseau, destruyen lo que tienen en torno suyo.

Siguió luego el presidente de la Generalitat, señor Montilla, con otro artículo, éste publicado en El Periódico de Cataluña titulado Un año después del nuevo Estatut y en el que, con motivo de celebrar la nueva norma autonómica catalana, aprovecha para echar un viajecito a CiU y el PP, culpándolos de "años de abandono" de las infraestructuras. Lo cual es seguramente cierto. Basta recordar a aquel ministro de Fomento del PP, el señor Álvarez Cascos quien, a pesar de ser ingeniero, no conseguía que los barcos flotasen, los trenes no descarrilasen y las autovías llegaran a algún sitio. Pero no menos cierto es que el gobierno tripartito lleva tres años gobernando Cataluña y en tres años ya podría haber remediado algo de la desastrosa gestión tanto de CiU como del PP.

Donde quiera que haya bronca se oirá siempre la voz del señor Acebes, cuyo atildado aspecto no contrarresta la ponzoña que, a imitación de su jefe espiritual, el señor Aznar, desliza en todas sus comparecencias públicas. Para el señor Acebes, los socialistas tratan siempre de encontrar una cabeza de turco para sus fracasos, bien sea el tiempo o el PP cuando, según dice, la culpa del desastre en las infraestructuras barcelonesas es del gobierno tripartito y, por supuesto, del señor Rodríguez Zapatero y su fabulosa incompetencia. Esto, a su vez, plantea el no siempre cómodo asunto de cómo se distribuyen y gestionan las competencias que, si no está claro, puede acabar involucrando por ejemplo al Ayuntamiento barcelonés, que no toca bola en ninguna de las infraestructuras que están fallando.

Y ya de cómo analizan la cuestión los comentaristas afiliados a una u otra tendencia mejor es no hablar pues aplican a rajatabla la consigna de echar la culpa de todo a los rivales. Es política a la española en su forma más cruda, consistente en desgañitarse injuriando e incluso calumniando al adversario, pero sin intentar un análisis racional de lo que ha sucedido y de los medios de resolverlo, sólo al final del cual podrían empezar a distribuirse culpas y responsabilidades. En principio, como decía más arriba, parece obvio que ha habido un déficit notorio de mantenimiento y mejora de las infraestructuras en los años de gobierno de CiU y el PP; pero no menos lo es que tampoco el tripartito ha estado a la altura de las circunstancias. Dado que todos son responsables del desaguisado, ¿es tan difícil crear una comisión en el Parlamento de Cataluña que estudie desapasionada y cuidadosamente la situación y emita al final un informe propugnando vías de acción para resolver el problema?

Cataluña no tiene únicamente un déficit de infraestructuras, también tiene un déficit de políticos competentes. En todo caso, lo que sí parece claro es que la culpa de tanto desastre no la tiene el estatuto.

¿Adiós a las rotativas?

Traía ayer El País la noticia de que, en el año 2011, internet será el principal soporte publicitario en los EEUU. La cosa viene de un estudio y sondeo realizado por Veronis Suhler Stevenson, que es una empresa estadounidense dedicada a invertir en empresas de medios de comunicación, esto es, si no lo entiendo mal, una empresa de fondos de inversión en el mercado de telecomunicaciones, una empresa de capitalización. Una de sus últimas inversiones se ha hecho en la española LaNetro Zed, a su vez dedicada a comercializar "productos y servicios de entretenimiento y comunidad para móviles e internet", según dice ella misma en su web. O sea, estos de Veronis saben de lo que hablan y lo que dicen está bien claro: para 2011, la porción mayor de la tarta publicitaria irá a internet.

Si se tiene en cuenta que la publicidad es la fuente nutricia de los medios escritos y audivisuales, hasta el extremo de que a veces se dice en bromas/veras que un periodista es un señor que escribe en los huecos que hay entre los anuncios publicitarios, se verá que el vaticinio es de calado. En menos de veinte años (la red empieza a funcionar en el mercado libre a comienzos de los años noventa del siglo pasado), internet se ha impuesto sobre todos los demás medios de comunicación a los que ya podemos llamar "tradicionales", prensa escrita, radio y televisión, fundamentalmente, pero también el cine. De todos, los que más están padeciendo la vertiginosa expansión de la red son los periódicos de rotativa, la prensa escrita diaria o con otra periodicidad. La diaria se enfrenta asimismo a la competencia que le hacen los gratuitos, con audiencias de millones. Pero esa es otra historia.

La tarta publicitaria a internet. No es de extrañar. Hay miles de millones de páginas web y existe la posibilidad de que las grandes plataformas, con sus buscadores, dirijan la publicidad a los potenciales clientes, no a todo el mundo por igual. Así es como gestiona los anuncios Google. A veces se producen asociaciones de ideas algo descarnadas, propias de la indiferencia moral del mercado, por ejemplo, un anuncio de detectives al lado de una noticia sobre recalificaciones de terrenos en uno u otro municipio. Pero existirá una expectativa razonable de que la publicidad será vista por personas presumiblemente interesadas en el producto publicitado.

De un modo u otro, todo conspira para ir dibujando ya en nuestros días la imagen que el futuro tendrá de nuestra época, como aquella que arrinconó el poderío social de los medios de comunicación tradicionales, identificándolos con la nostalgia de un mundo de jadis, con un público burgués, crítico y a veces elegante que se preciaba de estar informado. También con la prensa popular cuando la alfabetización se extendió. Hoy la información discurre por otro medio y todos los periódicos de papel tienen ediciones digitales con audiencias superiores a la de rotativa. El público que capta la edición digital es el joven, con lo que la pirámide de población hará el resto. La prensa de papel que ya en buena medida es un carrier de contenidos digitales, terminará donde decía Engels que terminaría el Estado, en el museo de antigüedades, junto a la rueca y el hacha de bronce. Cuando uno piensa que la prensa fue otrora símbolo de luz y progreso...

Las ilustraciones son de José Mongrell Torrent, El liberal, 1900 y Sorolla, El heraldo de Madrid.