La última, tremebunda y coordinada actuación de la brigada dum-dum en contra del Gobierno de España se ha producido durante los actos de homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo del décimo aniversario de su asesinato. Una escalada verbal en la que se ha oído de todo a falta, por un tris, de pedir el procesamiento del señor Rodríguez Zapatero por complicidad con banda armada.
Comenzó a disparar a mansalva fuego graneado el atildadito secretario general del PP, señor Acebes. Durante una breve conferencia de prensa en Ermua, en un acto al que él y sus cofrades hicieron imposible que asistiera el PSOE, lamentó con lágrimas de viejo saurio la ausencia de los excluidos. No de todos los excluidos, pues también lo habían sido los de los demás partidos, sino solamente los del Partido Socialista al que, en definitiva es al que hay que atacar por si sí o por si no. El señor Acebes tiene la extraña habilidad de unir su apariencia de angelical petimetre con las insidias e hipocresías más repugnantes de la temporada.
Siguió a continuación el capitán de cuartel y jefe accidental de día, señor Rajoy, disparando la artillería de campaña. El presidente del PP y aspirante a la presidencia del Gobierno (me malicio que por muchos años) afirmó que el Gobierno del PSOE ha desmontado todos los mecanismos de vigilancia y detección de terroristas y facilitado su actuación. Al tener que explicar cómo sea posible que, a pesar de todo, se haya detenido esta semana a tres peligrosos elementos, el señor Rajoy lo atribuyó un “milagro”, como cuando su jefe,el señor Aznar se adjudicaba a sí mismo esa misma condición para explicar la buena marcha de la economía española durante su mandato. Lo nuevo aquí es que ahora los milagros parecen favorecer a las fuerzas del mal. No sé cómo se tomará eso el confesor del señor Rajoy. Con tal de tumbar al Gobierno el señor Rajoy es capaz de dinamitar el ordenamiento jurídico en su conjunto o por partes. Y está convencido de que el camino es seguir soltando mentecateces que él y sus asesores reputan profundas sentencias dignas de un Séneca o agudas ocurrencias al estilo de un Jardiel Poncela.
Los dos brigadistas anteriores son tortitas y pan pintado cuando emerge el maestro, el príncipe de las tinieblas (morales), el mismísimo señor Aznar o señor Cizañar.Con motivo de la concesión del décimo premio Miguel Ángel Blanco, que la Fundación de este nombre le ha otorgado de modo tan partidista como provocador, el señor Aznar ha disparado las baterías de grueso calibre contra el Gobierno socialista, con las habituales mentiras e insidias que la brigada dum-dum y el partido que la respalda llevan tres años soltando: que el Gobierno ha mentido sobre las negociaciones con ETA, que ha permitido a la banda sobrevivir y reorganizarse, que no es de fiar…La mentira de tales afirmaciones lo envuelve todo. ¿No dice el señor Aznar que va a atreverse a decir que el Rey va desnudo? Y ¿no es cierto que lo que él dice es lo que dicen machaconamente todos los suyos? Lo del Rey desnudo, ¿qué es? Otra mentira, un abuso, algo parecido a lo que hace la dicha Fundación concediendo su décimo premio al presidente del Gobierno que, cuando recibió a los organizadores del homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo de su asesinato al mes de producirse se puso a bailar “Macarena”, que era la canción del verano.
Resumen de las intervenciones de la brigada dum-dum: la culpa de todo no la tiene ETA, sino el Gobierno y el que no lo vea así es un antiespañol vendepatrias. ¿No fue Aznar quien, a raíz del asesinato de Tomás y Valiente en tiempos de Felipe González, achacó la responsabilidad del hecho a la “debilidad” del Gobierno? Esta línea de canalladas y golpes bajos es lo habitual en esta gente para la que la política no es aspirar a gobernar en limpia lid tratando de ganar el favor de la mayoría ciudadana, sino acumular mentiras y calumnias, como si fueran balas dum-dum para destruir al adversario, mostrando pétrea indiferencia cuando la realidad prueba que en su momento mintió sin empacho alguno a todo un pueblo. Por si alguien lo había olvidado reproduzco aquí el video en que se ve al señor Aznar afirmando con toda contundencia que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que él estaba diciendo la verdad, y al mismo señor Aznar cuatro años después admitiendo con voz trémula que Sadam Husein no tenía tales armas, pero sin reconocer que en su momento mintió a la opinión como un bellaco.
Como consecuencia de aquellas mentiras del trío de las Azores y no sólo del señor Aznar que,al fin y al cabo, era –y es- un cero a la izquierda, se ha destrozado un país entero, han muerto cientos de miles de personas, hay millones de desplazados. ¿Qué tipo de conciencia hay que tener para dormir por las noches sabiendo que tus mentiras han causado y siguen haciéndolo la muerte a cientos de miles de inocentes? Probablemente ninguna y por eso el señor Aznar es el jefe indiscutible de la brigada dum-dum, que trata de derribar al Gobierno de España como sea, a base de calumnias, acusaciones falsas y pura sinvergonzonería.
Lo más curioso de este video y lo más desolador son los aplausos que se escuchan cuando el señor Aznar admite que lo que dijo no era cierto y, con ademán de macarra, demuestra que le trae al fresco.
Siempre me he preguntado cómo un sujeto así pudo llegar a presidente del Gobierno de España. Sigo preguntándomelo, pero esos aplausos son una pista.