Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Terrorismo.. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Terrorismo.. Mostrar tots els missatges

dijous, 22 de setembre del 2011

El caso FAESAN.

Es una gran noticia que el pleno de lo penal de la Audiencia Nacional (AN), por unanimidad, haya revocado el procesamiento de los tres mandos policiales por el presunto chivatazo del bar Faisán. Hubiera sido mejor que la sala hubiera decretado que, en realidad, no hay caso y que el procesamiento de los tres funcionarios más parece una causa política por asuntos muy ajenos a ellos y que, en el fondo, trata de atacar la candidatura de Pérez Rubalcaba a la presidencia del Gobierno pues era ministro del Interior cuando los hechos supuestamente se produjeron. Pero, hasta donde llega, es un alivio y, si sostiene que parece hubo delito, dice también que no hay pruebas suficientes contra los policías, con lo que estos tienen un merecido respiro en la campaña mediática y las continuas interpelaciones parlamentarias del PP que son un verdadero juicio paralelo que dura ya años y ha tenido que causarles mucho quebranto psicológico. Algo de lo que Palinuro, al menos, se siente avergonzado en nombre de la sociedad española que no ha sabido devolver bien por bien ni proteger de la infamia por infames intereses políticos a quienes han sido instrumentalizados en una estrategia innoble.

Al lado personal y humano del hecho hay que añadir el colectivo e institucional de que, al plantearse como un ataque al Gobierno, esta acción judicial ha hecho mucho daño a la lucha antiterrorista que, como es obvio, debe ser una asunto de Estado, por encima de los intereses de los partidos. Al acusar a la policía del delito de colaboración con banda armada y dar a entender que es instigado por el ministro del Interior, el efecto, objetivamente hablando, es debilitar la lucha del gobierno contra el terrorismo. Que esto además se haga en contra del gobierno que ha conseguido de hecho derrotar a ETA que ahora sólo mide los plazos para anunciar su disolución es notoriamente injusto.

Pero es la estrategia del PP, que se ha personado en el proceso en calidad de acusación popular, esa figura que permite a un partido político acusar a otro en sede judicial de forma seguramente temeraria. Una estrategia que, al parecer, está pensada por Federico Trillo, exministro de Justicia y responsable de esta materia en el PP. Es curioso; el señor Trillo, especialista en Shakespeare, debe sentirse como Hamlet, al que perseguía la sombra de su padre, vilmente asesinado. En el caso del exministro las sombras son las de 62 y militares españoles muertos en circunstancias que los tribunales encontraron delictivas y por las que condenaron a penas de prisión a otros mandos militares de los cuales Trillo era el responsable político. Es posible que Trillo no sienta esas sombras porque la conciencia es una mar abierta; Palinuro viviría angustiado.

Federico Trillo es patrono de la fundación FAES en cuya página web se dice que: vinculada al Partido Popular desde su creación, en 1989, la Fundación FAES está presidida por José María Aznar. Muchos otros patronos de la FAES (Aguirre y otros) han reiterado en público la idea de que el caso Faisán revela colaboración con banda armada y Rubalcaba está inhabilitado como candidato a la presidencia del Gobierno. Por descontado, siendo el responsable de Justicia del PP y coordinador de su estrategia judicial al tiempo que patrono de la FAES, Trillo está en inmejorable posición para llevar a buen puerto esa estrategia.

Pero no sólo él. También podría colaborar en la tarea el inefable magistrado Enrique López, de la citada sala de la AN y principal adalid de la idea de la colaboración con banda armada, al tiempo que estrecho colaborador de la FAES, en la que ha impartido 63 seminarios y, al parecer, retribuidos, si bien no sabemos en cuánto, lo cual no está bien pues la financiación de la FAES es básicamente pública. Aun así, el magistrado López no tiene intención de inhibirse en la causa. Es asombrosa la falta de sensibilidad de la derecha política o judicial frente a estos asuntos morales. Los mismos que pidieron y consiguieron apartar al magistrado Pérez Tremps del Constitucional porque había redactado antaño un informe para la Generalitat o que pidieron y obtuvieron la dimisiòn del ministro Bermejo por haberse ido de cacería con el juez Garzón, son los que ahora se niegan a dimitir por asuntos más clamorosos. Y tanto como que la cacería ahora no sería de animales sino de personas. Tampoco hay que extrañarse mucho a la vista de lo que tardó Camps en hacer lo que no tenía otro remedio que hacer.

Por eso el caso Faisán es en realidad el caso FAESAN en el que se sacan las cosas de quicio quizá con la intención de atropellar a tres funcionarios con una gran hoja de servicios en la lucha contra ETA, de involucrar al gobierno en una inverosímil colaboración con banda armada cuyo resultado sólo podría ser que descarrilara el actual proceso de normalización en el País Vasco, la primera esperanza sólida de paz en más de treinta y cinco años.

Aplausos del respetable.

dissabte, 17 de setembre del 2011

Diez años de prisión para Otegi.

La condena de la Audiencia Nacional ha sido muy mal recibida por la izquierda abertzale; mal por los nacionalistas vascos y gran parte de la izquierda española; con reticencias por los socialistas vascos; con alguna incomodidad por los demás nacionalistas; bien por los socialistas españoles con alguna reservilla sobre su oportunidad; y muy bien, con aplausos, por la derecha española. Por supuesto, se trata de reacciones políticas.

Desde el punto de vista jurídico la inmensa mayoría acata la sentencia. Siempre hay quien la considera una "aberración" y una injusticia. Pero eso es inevitable. Lo importante es que los acusados han tenido un juicio justo y que la sentencia lo es por unanimidad de unos magistrados que la han fundamentado en derecho. Si los condenados creen que no ha sido así, pueden recurrir al Tribunal Supremo. Después, dependiendo del resultado, pueden ir al Constitucional y, si llega el caso, a Estrasburgo. No será por falta de garantías. De momento, lo único civilizado que cabe hacer es dar la sentencia por justa en tanto no se demuestre lo contrario. Que puede demostrarse y también no demostrarse. La sentencia contiene una prolija explicación sobre el valor de las pruebas en el orden material altamente problemática. La Audiencia reconoce que son indiciarias y que, por tanto, no son reales, materiales, plenas. Igualmente en orden procesal da carácter de prueba pericial a los informes de la policía. Si los acusados recurren será el Tribunal Supremo el que decida si la interpretación de la Audiencia se ajustó a derecho o no, sobre todo teniendo en cuenta que se apoya en su jurisprudencia.

Cuando ese presumible segundo pronunciamiento de la justicia se produzca habrá pasado un tiempo, breve o prolongado, pero decisivo: el tiempo que viene de inmediato, ahora, en los próximos meses y de eso es de lo que hay que hablar, en el plano político. Pero, antes, hay que hacer una recapitulación de cómo hemos llegado aquí.

Desde las elecciones del 22 de mayo han pasado más o menos los famosos cien días de suspensión de juicio de las nuevas corporaciones locales, sobre todo las de Bildu y cabe ya decir algo. La experiencia muestra que los independentistas de Bildu se llenan la boca a hablar de la nueva etapa, del nuevo escenario que tanto le gusta a Otegi quien tiene una concepción teatral de la política, y a pedir a los demás que den pasos valientes -se supone que hacia delante- pero los que dan ellos son claramente hacia atrás, hacia la etapa pasada. Todavía no han entendido lo que entiende cualquiera con un mínimo de decencia, esto es, que todas las víctimas son iguales; que no las hay de primera y de segunda. Y ello sin mencionar los comportamientos provocadores de Garitano que Odón Elorza, un hombre más conciliador que Palinuro, llama inmorales. No, Bildu no ha estado a la altura de lo que proclama y eso de amenazar ahora con una movilización social contra la sentencia no va a ayudarla. Parece mentira que aún no se haya enterado de que la imagen de arde Euskadi ya no asusta a nadie.

Siempre en estos momentos finales de conflictos muy enquistados se producen meteduras de pata de unos y otros, errores, traiciones y hasta nuevos delitos y hay que andar con pies de plomo para evitar la vuelta del otro plomo. Bildu está jugando muy mal y preparando los ánimos para una nueva ilegalización. Pero en los otros campos hay que guardar las formas y no atizar los fuegos porque esa dinámica es la que propician ETA y quienes viven de la existencia de ETA. ¿Tenía que ir el príncipe Felipe a inaugurar en París ese congreso de las víctimas del terrorismo? ¿No podía haber ido un presidente de Colombia, o una víctima del terrorismo musulmán o del israelí? Ya sé que es un asunto de principios. Pero el hecho crudo es que estamos siempre a vueltas con las víctimas y, aunque esto es bueno porque quiere decir que nos acercamos al final, no deja de prestarse a su utilización política que es uno de los mayores obstáculos que ahora hay.

Pero, en definitiva, la verdad es que si la situación en el País Vasco y, por ende en España, no está normalizada es porque, contra toda lógica, toda moral y todo sentido común no se ha producido el único hecho que de verdad abriría una etapa nueva: la disolución de ETA. Algo incomprensible porque todo el mundo quiere o dice que quiere que se disuelva; hasta la izquierda abertzale que anda, como siempre, haciendo filigranas con las palabras; hasta los presos y, me malicio, muchos etarras en la intimidad.

Por tanto, políticamente hablando, ¿quién condena a Otegi a diez años de prisión? ETA y solo ETA que, como puede verse ahora, no sólo no ha hecho nada nunca por los objetivos que dice perseguir sino que ahora es el mayor obstáculo al proceso de normalización. Es ETA la que ha metido a Otegi en la cárcel; ETA la que mantiene presos a los presos; ETA la que no permite que la izquierda abertzale actúe con legitimidad en las instituciones.

Y ahora a lo que decíamos al principio, a ver qué hacemos. Mal va la izquierda abertzale si saca a la gente a la calle en lugar de decir a ETA que kanpora. Para algunos Otegi está muy bien en prisión porque así tienen un mártir para encender la lucha popular y una posibilidad de meter en cintura a los presos, que están revolviéndose. Hay gente para todo. Pero la realidad es que Otegi lleva ya dos años en la cárcel y en Euskadi no ha pasado nada; ni pasará. Ha sido condenado en un juicio justo y legítimo dentro de un proceso avalado en todo su recorrido en otras ocasiones por las instancias internacionales. Frente a eso no hay nada que decir. Los pistoleros de ETA no tienen margen social ni político (el ético no lo tuvieron nunca) para volver a matar. ¿Por qué no deponen las armas, se disuelven y nos dejan a todos en paz, empezando por los habitantes de esos territorios que quieren liberar cuando lo único que tienen que hacer es liberarlos, sí, pero de su presencia?

dimarts, 28 de juny del 2011

Fascistas, genocidas y roba-niños.

Una Gran Nación


(A propósito de la petición de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de que el Congreso condene la sublevación fascista del 18 de julio de 1936).


Se alzaron en armas contra el gobierno legítimo que habían jurado defender.

Hicieron una guerra civil de tres años con ayuda militar de las fascistas Alemania e Italia y el empleo de regulares de África, contra su propio pueblo. La única guerra que el ejército español ha ganado en trescientos años... contra su propio pueblo.

Procedieron a un exterminio sistemático de los adversarios desarmados por razones políticas, o sea un genocidio.

Trataron a los vencidos con crueldad inaudita, persiguiéndolos, encerrándolos, torturándolos, asesinándolos, aterrándolos durante años; a ellos y a ellas.

Depuraron y represaliaron todos los cuerpos de la administración y las profesiones liberales y confiscaron o simplemente robaron los bienes, tierras y patrimonios de los vencidos.

Impusieron una dictadura totalitaria y terrorista de delincuentes con plena complicidad de la Iglesia.

Establecieron un régimen de corrupción generalizada en que los adictos a los delincuentes en el gobierno se enriquecían robando a la Administración mientras la gente pasaba hambre.

Sus generales y altos mandos eran sobornados por los ingleses y los aliados en general para que no entraran en la guerra mundial del lado de Alemania.

Enviaron una división a luchar contra los soviéticos con uniforme alemán y bajo mando alemán.

Robaron decenas de miles de niños de rojos para entregárselos como hijos adoptivos, criados o esclavos a las familias adictas al régimen, bendecidas por los curas.

Dieron muchos gritos pero dejaron Gibraltar como estaba por miedo a los británicos.

Vendieron la soberanía nacional en lo territorial a los Estados Unidos y en lo espiritual al Vaticano a cambio de leche en polvo y unas medallitas.

Enviaron a los trabajadores españoles como emigrantes en condiciones de miseria por cientos de miles a los países europeos para financiar con sus retornos el desarrollo español.

Siguieron robando niños con los mismos fines que antes, aunque no ya solamente a los rojos sino, en general, a los pobres.

Reprimieron toda manifestación de libertad, creatividad cultural o folklórica popular ensalzando el fútbol, los toros y el flamenco como la esencia de la raza.

Se tragaron todas las humillaciones militares en el norte del África, incluido el expolio del Sahara.

Se tragaron todos los desprecios internacionales, incluido el aislamiento en Europa como régimen apestoso.

Su sanguinario caudillo firmó las últimas penas de muerte un mes antes de morir él mismo bajo el manto de una Iglesia cómplice de la dictadura y genocidio.

Por entonces España no sólo era conocida en Europa por ser exportadora de mano de obra barata sino también por ser un lugar donde podían comprarse niños ya que su robo se había convertido en un negocio redondo.


A esto es a lo que Rajoy llama una gran nación y este es el régimen que su partido se niega a condenar, en el que sus capitostes vivían con extraordinaria placidez a los gritos de ¡Una, grande libre! y ¡Franco, Franco, Franco!

El problema de autoestima en el imaginario colectivo que aqueja a los españoles no es un invención sino que tiene raíces muy profundas y no se resolverá en tanto no se afronte la verdad.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell que muestra republicanos fusilados por los franquistas, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 4 de maig del 2011

La muerte de Ben Laden.

Operación Gerónimo. En un audaz golpe de mano un comando de fuerzas especiales (quizá parte de la Delta Force) de los EEUU asaltó el refugio de Ben Laden en el Paquistán el domingo, mató al sumo dirigente de Al-Qaeda y una cantidad indeterminada de personas y arrojó sus cuerpos a la mar. Todo en cuarenta minutos. De ser ella es la Delta Force que ya intentó lo mismo en diciembre de 2001, a dos meses del 11-S, y sólo consiguió que se desencadenara la cruenta batalla de Tora Bora, al comienzo de la guerra del Afganistán.

La misión ha sido un éxito al estilo Rambo, muy familiar en el mundo y una prueba más del carácter espectacular de nuestra sociedad. Aún me pregunto si en la Casa Blanca estaban asistiendo al asalto en directo. En todo caso un Obama radiante podía llamar a Bush a decirle que ahora sí estaba la misión cumplida.

El hecho ha provocado una oleada de vehemente patriotismo en los EEUU y reacciones encontradas en Europa en donde unos baten palmas y otros critican la ilegalidad y la inmoralidad de la acción. Como era de esperar. La eficacia militar del asalto está fuera de dudas. Su justificación política es más difícil. Pero la crítica no puede ser una condena rotunda, sin matices, que trate de explotar el antiamericanismo tosco de una parte de la opinión.

Un poco de memoria no viene mal. El 20 de junio de 1944, en el curso de la Operación Walkiria, el coronel Conde von Stauffenberg colocó una bomba a un par de metros de Hitler en su Guarida del lobo, en Prusia oriental. La bomba estalló y Hitler salió ileso. Si hubiera muerto seguramente nadie hubiera objetado nada. El fracaso lo pagaron con la vida más de doscientas personas.

El 24 de abril de 1980 se abortó la operación Garra de Águila (uno de sus nombres) por la que una escuadrilla de ocho helicópteros gringos rescataría a 52 ciudadanos estadunidenses que las autoridades revolucionarias iraníes tenían rehenes contra todo derecho en la embajada de los EEUU en Teherán. El resultado fue un desastre, se destruyeron varios helicópteros y aviones, murió un buen puñado de soldados, los iraníes diseminaron los rehenes por todo el país para impedir otra operación de rescate, el prestigio de los EEUU cayó en picado y Reagan ganó a Carter las siguientes elecciones con las consecuencias que a la vista están.

Viene lo anterior a cuento de que las operaciones de rescate en territorio enemigo o de captura de algún reconocido asesino (porque supongo que no hay duda de que Ben Laden, como Hitler o Franco, era un asesino dispuesto a hacer cien veces lo que le han hecho a él) son muy arriesgadas y pueden tener altos costes en vidas humanas o bienes materiales y un grado elevado de riesgo. De hecho ahora se sabe que el comando de la Operación Gerónimo sólo tenía un 60 por ciento de certidumbre de acertar.

Si hubo posibilidad de detener a Ben Laden a los efectos de que tuviera un juicio justo debió actuarse así. Pero no se puede olvidar que hay una guerra contra el terrorismo y en la guerra los enemigos tienden a parecerse. No hace falta ser muy exquisito para calificar Guantánamo de terrorismo. Y, en esa situación de guerra, la rapidez con que los gringos se han deshecho de Osama Ben Laden hace sospechar que temían lo que pudiera declarar en un proceso público acerca de sus presuntas actividades de colaboración con los estadounidenses en Afganistán.

Los Estados de derecho deben actuar de acuerdo con ciertos principios, so pena de perder su legitimidad y, cuando vayan contra ellos, es preciso criticarlos, denunciarlos y exigir responsabilidades. De siempre hemos sabido que el peor enemigo de la libertad es el Estado cuya razón de ser consiste en protegerla. Pero la crítica no puede llevarnos a negar las diferencias entre el imperio de la ley y la ley del crimen y a ignorar la superioridad del primero, pese a sus errores o crímenes, sobre la segunda y que, entre otras cosas, descansa en el hecho de que esa crítica puede formularse libremente.

(La imagen es una foto de David Armano, bajo licencia de Creative Commons).



dimarts, 3 de maig del 2011

Entre la mendacidad y la ignominia.

En mitad del jolgorio mundial por la muerte de Bin Laden a manos de los hombres de Barack, Esperanza Aguirre se apresuró a recordar que Bin Laden nunca ha reconocido el atentado de Madrid, una observación tan fuera de lugar y de sentido que sólo puede explicarse por un ataque agudo de conspiranoia, aunque calculada con la precisión de un pellizco de monja.

Es el caso, sin embargo, que el tal Bin Laden tuvo a bien declarar el 17 de abril de 2004 que El 11-M es la respuesta a las acciones de España en Irak, Afganistán y Palestina. Resumiendo, la declaración de Esperanza Aguirre es mendaz.

Y no sólo mendaz. Además es ignominiosa en comparación con la de Hillary Clinton en la que ésta recuerda los inocentes que murieron por culpa de Bin Laden en Atocha el 11-M, víctimas para las que Aguirre no ha tenido ni un recuerdo, ocupada como está siempre, sin parar, en todo momento y circunstancia, venga o no a cuento, en atacar al adversario y rebañar unos votos.

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 2 de maig del 2011

Eppur si muore.

Actualización a las 11:30.

Obama contra Osama o cómo el orgullo herido de una poderosa nación se toma la revancha. "Los Estados Unidos" -dice Obama- "han matado a Ben Laden". EEUU, no un comando de 40 personas al estilo de Misión imposible. Hollywood estará ya preparando la correspondiente peli pues nada puede darse por real hoy si no pasa al cine. Y hay que reconocer que, despues de casi tres años de crisis económica, con el agua al cuello, la sufrida población planetaria se merecía algún espectáculo enardecedor.

¿Y es real? Este tipo de acontecimientos son el suelo en que crecen las más salvajes teorías conspirativas. Todavía hay gente que cree que a John Kennedy lo mató el FBI, que las torres gemelas las reventaron los Bush, que el 11-M lo hizo ETA y que el Rey Arthur descansa en Avalon en espera de su vuelta. No ayuda nada que los gringos hayan arrojado el cuerpo en el mar, al estilo rioplatense. Si no han conservado pruebas irrefutables se encenderán mil hipótesis conspirativas. Dicen los estadounidenses que no querían enterrarlo por evitar que se creara un santuario de peregrinación, pero ahora cualquier orate con un Kalashnikov puede ir por el mundo diciendo que es Osama Ben Laden y alguno será peligroso.

La muerte del capo deja cojo el esquema maniqueo del mundo contemporáneo: hundido el comunismo y muerto Osama, el polo del Bien (los EEUU y sus aliados/vasallos) ya no tiene nada enfrente; el polo del Mal se ha extinguido. Habrá que crear otro cuanto antes y será difícil que dé tanto juego mediático como dio le feu Ben Laden, que Alá conserve junto a sí por los siglos de los siglos.

(La imagen es una foto de POPOEVER, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 19 d’abril del 2011

La revolución necesita dinero.

El movimiento izquierdista de los sesenta desembocó en los setenta en un debate sobre si seguir hablando, teorizando, predicando o pasar a la acción directa mediante la lucha armada. Y se constituyeron grupos que recurrieron a los atentados y asesinatos, al terrorismo en suma. Los más eficaces, por más sanguinarios, los alemanes de la Rote Armee Fraktion, los menos los españoles del FRAP y entre medias los italianos de las Brigate Rosse.

Empezar los tiros y acabarse el debate fue todo uno. La guerra de guerrillas es una guerra especial pero guerra al fin y al cabo, cuya máxima primera y última es que las órdenes del mando se obedecen ciegamente. Lo que resulta una posición pintoresca para quienes habían comenzado su peripecia vital invocando la razón crítica. La cosa empezó con una motivación política y terminó con una militar. Entre medias todas las contradicciones teóricas en que nada siempre la izquierda revolucionaria en sociedades que no siguen sus consignas.

El caso del mítico Carlos, que analiza esta larguísima peli de Olivier Assayas, es uno de los más característicos. Por cierto originalmente la peli tenía unas cinco horas y media y la han dejado reducida a algo menos de tres a costa de pegarle tales cortes que la cinta queda descompensada entre una primera parte de acción trepidante que culmina con el secuestro de los delegados de la OPEP en Viena en 1975 y una segunda en la que Carlos únicamente lucha por su supervivencia en un mundo enrevesado de servicios secretos del Oriente próximo, traiciones de gobiernos a gobiernos, entrenamientos en desiertos apartados, maquinaciones, planes y contraplanes y la participación de los países socialistas en el contexto de la guerra fría.

Da la impresión de que Assayas cree que Carlos no es un típico radical de los sesenta, con un empacho de ideología revolucionaria que da el paso a la acción armada por convicción, sino que desde el principio se trató de un pistolero mercenario dispuesto a trabajar para quien fuese siempre que le pagaran. De hecho en varias ocasiones contrapone su figura con la de los terroristas alemanes que también se refugian y adiestran en el Yemen y están movidos por una especie de fe religiosa que no es el caso de Carlos. Por cierto que algunos personajes y escenas de estas secuencias parecen extraídas de otro fracaso cinematográfico, Der RAF Komplex, de Uli Edel. Y no consta que el propio Carlos, que cumple condena en Francia, vaya aclarar este extremo aunque se dice que la peli no le ha gustado. Como no gustará probablemente a los demás retratados. El cine es una potente máquina de propagación de ideología pero es muy malo analizándola o criticándola.

La tesis del mercenariado es verosímil, aunque haya al principio una especie de conato de debate ideológico entre Carlos y una de sus novias que resulta bastante tosco, como a la altura teórica de las cosas de Marta Harnecker. Además deja sin explicar un hecho importante: un pistolero con ganas de hacer fortuna siempre estará mejor en algún servicio secreto occidental, de esos que son pilares de la civilización cristiana, la CIA, el MI15, la DST, y que utilizan todo tipo de criminales para hacer el trabajo sucio, que enmarañado en esos grupos de integristas musulmanes en los que nadie parece fiarse de nadie y que tampoco son mejores desde un punto de vista moral y, desde luego, con menos medios. En realidad Assayas los presenta como mafias.

En todo caso, si de desmitificar la figura de Carlos se trataba no hubiera merecido la pena un film tan largo. Más interés, entiendo, presenta el contexto de las relaciones entre los servicios secretos y las organizaciones terroristas musulmanas primero durante la guerra fría y después, en los tiempos del llamado dividendo de la paz. Pero eso es lo que aparece cercenado en la peli. Razón por la cual ésta pierde su atractivo.

dimecres, 13 d’abril del 2011

La dinamita y los locos.

Unos presuntos etarras tratan de abrirse camino en Francia a tiros. Ahora deben estar cantándolo todo porque poco después, a otros tales presuntos se les ha requisado un almacen de explosivos de magnitudes colosales. Con esos 850 kilos se podría volar, ¡qué se yo! ¿Cuelgamuros? ¿La plaza de toros de Las Ventas? No tengo ni idea pero supongo que mucho. ETA debe de estar en las últimas y estos quizá sean estertores de agonía. Aun así son muy peligrosos.

La situación tiene pinta de ser extrema. La izquierda abertzale va a acabar condenando a ETA si teme que ésta haga una barbaridad cuando menos se espere. Es verdad que está en alto el fuego. Pero todo el mundo sabe que ETA respeta tanto sus altos el fuego como al Rey Borbón al que ha querido asesinar. En estas condiciones no es de rechazar la idea de que quiera reventar la integración de la izquiera abertzale en las instituciones con algún atentado. Y eso ya dejaría sin margen de maniobra a la tal izquierda que tendría, por fin, que declararse contraria a la violencia etarra pasada, presenta y futura.

El fin de ETA quizá sea una de las más importantes noticias en España, si no la más importante, aplaudida por casi todos los españoles y la gran mayoría de los vascos. Y ese fin de ETA se producirá por la sola acción policial y judicial, sin negociación política alguna. Pero, mientras esto no suceda, ETA sigue siendo un peligro público y todo cuanto se haga por combatirlo será poco. En estas circunstancias resulta cosa de locos que la oposición obstaculice la labor del Gobierno de múltiples maneras que evidencian una ruptura de hecho del pacto antiterrorista, justo lo que más puede beneficiar al terrorismo. Esas manifestaciones acusando a grito pelado al Gobierno de hacer lo contrario de lo que está haciendo (esto es, combatir a ETA) valen tanto como la mala fe de mantener imputados a policías de la lucha antiterrorista con triquiñuelas de rábula. Con todo, eso es sólo una parte del cerco de la derecha al Gobierno. Por ejemplo, Mayor Oreja lleva años deslegitimando la acción de las autoridades con una afirmación en cuyo apoyo jamás ha presentado una prueba: que el Gobierno está negociando con ETA. Por cierto que lo más divertido de este infundio es el bovino aplomo con que Mayor lo repite una y otra vez, casi siempre con las mismas palabras. Una especie de jaculatoria cuyo contacto con la realidad es imaginario. Porque si el resultado por ahora de la negociación es el decomiso de casi una tonelada de explosivo y la detención de cuatro presuntos asesinos es patente que lo más caritativo que puede decirse de Mayor Oreja es que no sabe lo que dice.

La imagen de unos fanáticos, unos locos, manejando casi una tonelada de explosivo mete miedo. Pero también lo mete la de otros locos no menos fanáticos que el sábado pasado pedían que se encarcelara al ministro del Interior que ha puesto a ETA contra las cuerdas y al que sus otros enemigos, los de la izquierda transformadora llaman RuGALcaba. Hay mucha dinamita y mucho loco suelto.

(La primera imagen está en el dominio público, la otra es una foto de europeanpeoplesparty, bajo licencia de Creative Commons).




diumenge, 10 d’abril del 2011

Para variar: contra el Gobierno.

Estas broncas manifas de la derecha contra el gobierno de Zapatero y contra el mismo Zapatero forman parte periódica del guión de actividades del PP y sus circos mediáticos y sociales. Sabedor de que todo en nuestro mundo es espectáculo, el PP los monta valiéndose de los más diversos motivos (hoy las víctimas, mañana la familia, pasado el honor de los Prizzi o de España, tanto da) para calentar el ambiente, salir en los medios, muchos de ellos suyos, y animar a su tropa insultando al Gobierno. Si de aquí al verano no hay otra por el mismo motivo o una en contra del aborto, que suele tener idéntica finalidad, el vacío se compensará con esa jornada internacional de la juventud, magna jamboree que tiene preparada la escuadra eclesiástica de los conservadores. Con ella piensa Rouco, hombre más del PP que de la Iglesia, recibir a SS el Papa de Roma, quien raro será si no viene mascullando algo en contra del Gobierno y la ola de materialismo, sensualismo, relativismo y ateísmo que invade la sociedad española, antaño tan hija de Cristo.

De lo que menos se habla -y berrea- en las manifestaciones por las víctimas del terrorismo es de las víctimas. En la de ayer, apenas unos gritos en contra de ETA y en cambio un vocinglerío en contra del Gobierno, de Zapatero -cuya dimisión se pidió en todos los tonos de la España nacional- y de Rubalcaba a quien se quiere ver en comisaría detenido por traidor.

En ese clima el señor González Pons, devoto asistente al tumulto sabatino, junto a los dirigentes del PP, dice que echa de menos la presencia de Zapatero, Rubalcaba y Chacón al lado de las víctimas. En verdad que este hombre es un caso clínico, una tan insólita mezcla de cinismo y estupidez no es frecuente entre los políticos de la derecha española; ni siquiera de la valenciana. Tan ausente estaba Zapatero como Rajoy o Aznar, quien no suele perder una ocasión de soltar algún desprecio, alguna maldad, pero sólo echa de menos a Zapatero cuando debía hacerlo con Rajoy que es con quien más trata. Pero, sobre todo, ¿realmente cree que Zapatero debe ir a una manifa convocada contra él, a que lo insulten y, seguramente, intenten agredirle como hicieron con Bono hace unos años y siendo éste ministro? Es imposible que tanta majadería sea inocente. Tiene su punto de provocación.

La derecha se apodera de las víctimas que, en el fondo, no le importan nada si no puede instrumentalizarlas (como se ve en el caso de las que representa Pilar Manjón), igual que se apodera de la bandera española, de la actual y de la de Franco -que es la más suya- pues las dos estaban ayer presentes. Se apodera de todo lo que pueda venirle bien a su fin que es conseguir que el Gobierno se vaya para auparse a su vez. Lástima que haya de haber unas elecciones por medio y a ellas vaya a llegar la derecha en una situación muy distinta a la de ahora, embriagada como está de victoria. Por eso altera lo que puede la vida cotidiana, instrumentaliza a los muertos, a los vivos, a los por nacer, organiza alborotos callejeros y trata de dar la impresión de inestabilidad, debilidad gubernamental, incluso a costa de los intereses de España. Cree justificar su desesperado intento de adelantar las elecciones siendo así que su único fin es impedir que se produzca el fin definitivo de ETA y el comienzo de la recuperación de la crisis económica bajo mandato socialista.

El PP es un partido muy patriótico.

dijous, 31 de març del 2011

Aznar dice que el Gobierno miente. Aznar.

"Aznar es un cretino"


Este reencuentro de los dos viejos amigos de conspiración de los años 90 tiene algo de Sunset Boulevard o el ocaso de los dioses. Está, al parecer, en alguna de esas emisoras de TDT cuyas licencias distribuyó Esperanza Aguirre entre sus incondicionales. Uno de ellos, El Mundo. El empeño de este diario, megáfono de su director, por derribar el gobierno socialista con una especie de recrudescencia de los GAL es una muestra patente del espíritu contumaz y de lo arraigado de las creencias en la receta de la abuela.

No obstante, el asunto puede pasar. El Mundo es una empresa, tiene que vender su producto y la sabiduría convencional desaconseja cambiar algo de lo que está vendiéndose bien. Lo que ya no es tan comprensible es que la mímesis de la situación aconseje repetir los personajes porque ya no son ellos. Igual que Norma Desmond no conseguirá ser la Norma Desmond de sus días de gloria en Sunset Boulevard, el Aznar de hoy ya no es aquel relativamente joven político que venía con las "manos limpias", que era el "hombre normal". Ahora tiene una historia detrás. No solamente un gesto, tiene una trayectoria. De acuerdo con ella, ¿a quién se le ocurre que Aznar pueda acusar al Gobierno de mentir? ¿Qué valor puede tener eso en boca de un hombre que mintió dos veces y además lo hizo de forma pública y las dos, soberbia infinita, pretendiendo engañar al mundo entero? En la primera afirmó que en el Irak había armas de destrucción masiva sabiendo que era falso o cuando menos a él no le constaba. En la segunda sostuvo contra viento y marea la autoría de ETA en el atentado del 11-M no solamente sabiendo que era falsa sino intentando imponer la falsedad por medios oficiales. ¿Por qué acusa a los demás de mentir este mendaz sujeto? Por eso, porque es un mentiroso compulsivo y no puede dejar de mentir.

La única justificación que se me ocurre para prestar atención a Aznar hablando de mentir es invocar la competencia técnica. Este mancebo de mentir sabe un montón. Es su especialidad. No ha hecho otra cosa en su vida. No concibe abrir la boca si no es para mentir. Por lo demás, esta murga de El Mundo en contra del gobierno de Zapatero no alcanza el grado flamígero que tuvo la del Felipismo. ¡Aquellos sí que fueron tiempos! Este gobierno, en cambio, resiste todo. Tiene garantizada la mayoría parlamentaria hasta el fin de la legislatura y, además para inmensa irritación de la derecha, goza del respaldo empresarial y financiero, como se ve escuchando a Botín y Rosell.

Dado que el Gobierno cuenta también con el apoyo reticente de los sindicatos, una hoja de servicios impresionante en materia de reformas llamadas "impopulares" y el respaldo de los demás gobiernos de la UE, el intento de derribarlo antes de tiempo está condenado al fracaso y deja al descubierto la finalidad de la oposición, que no es resolver los problemas sino instalarse en el poder. Y que para hacerlo se recurra a unos GAL zombies casi parece un chiste. Que en el momento en que ETA está en sus horas más bajas, quizá en trance de agonía, se quiera procesar al ministro del Interior que lo ha conseguido, igual que con los GAL cosecha vieja se encarceló a Barrionuevo, revela a las claras en dónde tiene cada cual puestos sus intereses. No se está diciendo que si, en el curso de una guerra, se cometen delitos no hayan de perseguirse judicialmente. De hecho, el caso Faisán está en los tribunales. Se trata de no valerse de las circunstancias de la lucha antiterrorista para beneficiarse electoralmente.

Para mayor encono, estos GAL fantasmagóricos tiene que convivir en atención mediática con la reaparición de la Gestapillo, del espionaje en la Comunidad de Madrid, presidida por la señora de los licencias. Un asunto que restará mucha visibilidad mediática a la resurrección de los GAL, si no por su importancia intrínseca, sí por la vía de su fondo de astracanada. La Gestapillo es presunta delincuencia de Mortadelo y Filemón. Pero es, y la señora Aguirre de las entretelas de El Mundo tendrá que explicar el motivo por el que espía a sus adversarios políticos con cargo a los fondos públicos, aparte de su maternal solicitud porque no anden en compañías peligrosas, como Pinocho.

No sé si El Mundo traerá información sobre el caso Gestapillo digna de tal nombre. Si lo hiciera a lo mejor parececía menos un tebeo de lo que parece.

dilluns, 28 de març del 2011

ETA y Libia.

La incapacidad de cierta izquierda (esa que se considera verdadera o transformadora sin que en treinta años haya conseguido transformar algo relevante como no sea su nombre) para calibrar objetivamente el resultado de sus propuestas solo es comparable a su afición a culpar a los demás de sus propios fracasos. En el asunto impropiamente llamado de la cuestión vasca dicha izquierda se ha opuesto a todo: a la Ley de Partidos Políticos, a las sucesivas ilegalizaciones de las sucesivas siglas de la izquierda abertzale, a las instrucciones del juez Garzón, a la última ilegalización de Sortu, a la exclusiva lucha policial y judicial contra ETA..., a todo. El mismo Palinuro lo ha hecho en alguna ocasión. Y siempre con dos argumentos: a) las medidas a las que se opone son contrarias al Estado de derecho y la democracia en España y b) sólo contribuirán a prolongar la violencia, el terrorismo, el sufrimiento.

El balance, sin embargo es al revés: a) el Estado de derecho y la democracia en España no están especialmente mal o, cuando menos, no peor que si las tales medidas no se hubieran tomado; y b) jamás hemos visto tan cercano el fin de ETA. ¿Servirá esto de algo? Probablemente no porque el discurso político es voluntarista y está vacunado contra el virus de la realidad.

Ahora, con el nuevo comunicado de ETA sobre la verificación internacional del alto el fuego, volverán a alzarse voces pidiendo que se haga caso a la banda, atacando la intransigencia de las autoridades españolas y llamando "fascistas" (o poco menos) a los sociatas españoles. Pero ¿cuál es la lectura de los últimos hechos? SORTU está ilegalizado y ETA, en lugar de romper la tregua unilateral y cometer algún atentado, emite otro comunicado. Sin embargo, las cosas no están mejor que hace veinte años: Euskal Herria sigue tan sometida a los Estados español y francés como antes; Navarra, por su cuenta; la autonomía de Euskadi cabe en un estatuto; la izquierda abertzale sigue fuera de las instituciones; ella misma, ETA, no levanta cabeza; y la Comunidad Autónoma Vasca está gobernada por una coalición de hecho de los dos partidos españolistas. Hace veinte años esto hubiera sido un rosario de bombas; ahora es un rosario de comunicados a cada cual más ovejuno, con un sonido que recuerda el adagio final de la Sinfonía del adiós de Haydn. ETA se deshace y al final sólo van a quedar el que da las órdenes y el concertino.

Cuando vea que no hay comisión ni verificación internacional, ETA tendrá que soltar otro comunicado más aporético aun: uno a medio camino entre la situación del momento y la que es inevitable, esto es, la entrega de las armas. A este deseable resultado la izquierda no habrá contribuido gran cosa, por no decir nada.

Pues no importa, está dispuesta a repetir el patinazo con la guerra de Libia. El domingo desempolvó los viejos carteles del ¡No a la guerra!, se echó bravamente a la calle... y se quedó sola. Es posible que esta guerra de Libia no despierte entusiasmos, no es frecuente que las guerras lo hagan. Pero no suscita oposición. La gente tiene más sentido común y flexibilidad que la izquierda. ¿No a la guerra? Bueno, depende, hay que pararse a pensar un poco y no tomarse el enunciado como un dogma. Porque hay guerras y guerras y no todas son iguales.

Una guerra por mandato de la ONU para librar a un pueblo de la vesania de un tirano dispuesto a masacrarlo no es lo mismo que otra a espaldas de la ONU y de pillaje para apropiarse los recursos de otro país. Eso es tan obvio que hasta la izquierda lo entiende, aunque no le guste reconocerlo. Ella cree tener una crítica, una objeción más poderosa: ese tirano demente era nuestro amigo y fiel aliado hasta ayer. ¿Con qué legitimidad moral le hacemos ahora la guerra? Obviamente, con toda. Tardía pero toda. De momento, aprovechemos la ocasión para derrocar al tirano y ver si se consigue que los libios se organicen autónomamente. Luego ya llegará el momento de señalar con el dedo a quienes se daban el pico con Gadafi.

Pues no señor: es ¡No a la guerra! sin más. Con esa absurda contundencia con que en cierta ocasión escuché a un izquierdista clamando que él, en las guerras, estaba siempre del lado del perdedor. Lo cual lo ponía del lado de los nazis en la segunda guerra mundial, un sitio extraño para uno de izquierda.

Lo que sucede es que en buena medida ese tremolar del ¡No a la guerra! viene bien para alimentar el gusanillo del principio de la identidad propia: cargar contra el PSOE por traidor, neoliberal, belicista, imperialista. En estas cosas se nota quién es la verdadera izquierda; en estas y en que no la apoya prácticamente nadie, cuestión que en una democracia tiene su aquel.

(La segunda imagen es una foto de B. R. Q., bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 8 de febrer del 2011

Batasuna, basta una.

Entre las peores experiencias de la humanidad se cuenta comprobar cómo, llegados los momentos finales de los conflictos más prolongados, enconados y crueles, se hace patente que no sirvieron para nada; que todo el sufrimiento y la muerte que ocasionaron se hubieran evitado si la obcecación y la soberbia hubieran dado paso a actitudes más dialogantes y civilizadas.

Reza lo anterior con la presentación pública de los estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale, Sortu, con el que aquella entierra el espíritu cómplice con el terrorismo de Batasuna y pasa por el aro de aceptar la legalidad democrática. Dicho aro se impuso a raíz de la Ley Orgánica de Partidos Políticos de 27 de junio de 2002. Casi diez años ha necesitado Batasuna para plegarse a lo inevitable. Y quizá no lo hubiera hecho de no haberse producido en 2009 la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que consideraba ajustada a derecho su ilegalización. Ese pronunciamiento plasmaba la derrota jurídica de sus pretensiones. La política se había producido mucho antes, cuando la existencia de partidos independentistas en otros lugares de España demostró que era posible defender todos los programas políticos de modo pacífico.

Pasar por el aro significa acatar y cumplir la Ley de Partidos Políticos y la jurisprudencia del Tribunal Supremo que la interpreta, como hacen estos estatutos; significa incorporar a su texto al pie de la letra el famoso artículo 9 de dicha ley, cosa que también hacen. Un criterio picajoso podría decir que el texto que se presenta al registro de partidos políticos no "condena" taxativamente la violencia de ETA. En efecto, los estatutos la "rechazan". Pero es que la Ley de Partidos, si no estoy equivocado, no habla de condenar y la jurisprudencia del Supremo considera sinónimos el rechazo y la condena. Lo importante es que se rechace específicamente a ETA, que se rompa con ella; y así se hace.

En principio las condiciones impuestas por legisladores y jueces se cumplen y debiera proceder la inscripción del nuevo partido. Es cierto que éste ha escogido la opción más débil de la alternativa que planteaba Rubalcaba con el último comunicado de ETA: o ETA desaparece o Batasuna condena la violencia etarra. Rechaza, más que condena, pero eso forma parte de la retórica al uso para consumo de fieles. Igual que oponerse a toda clase de violencia, acordarse de todas las víctimas de todas las violencias sufridas en el País Vasco, aceptar los principios de Mitchell o decir con desfachatez que ese pasar por el aro se hace dentro de la reflexión estratégica de la izquierda abertzale. Música celestial de tiempos pasados.

El Gobierno parece no fiarse y hace bien cuenta habida de la larga historia de chanchullos de unas gentes empeñadas en incumplir la ley que ampara las instituciones en las que pretenden estar presentes. Por tanto anuncia que remitirá el expediente del registro a la sala especial del Tribunal Supremo. Normalmente no es bueno endilgar a los jueces los conflictos políticos pero es que, en este caso, el conflicto político está ya resuelto y Sortu plantea la cuestión en un terreno puramente jurídico y judicial. Ahí debe tener la respuesta: que decidan los jueces.

Está claro que la izquierda abertzale ha hecho más que nunca por conseguir un pronunciamiento favorable pues le va en ella la supervivencia. Eso es bueno, pero no justificaría que se le diera ventaja alguna. La ley debe aplicarse y los jueces deben decidir sin favoritismos y sin inquinas.

Sin inquinas. La derecha está ya encrespada y en pie de guerra contra la posibilidad de ver a la izquierda abertzale en las instituciones y ya ha tronado el habitual cañón giratorio de González Pons sosteniendo que legalizar Batasuna sería como si los aliados pactaran con los nazis al entrar en Berlín, lo que demuestra en qué términos bélicos ve el asunto el PP. El ejemplo hubiera estado más propio si hablara de un pacto de Franco con los republicanos al entrar en Madrid fusilando a mansalva. Mismo espíritu, misma saña. Pero esa actitud no puede llevar a las fuerzas democráticas a estrechar el aro e imponer condiciones antes inexistentes a Sortu porque eso es contrario a derecho y, además, rompería la unidad de esas fuerzas democráticas.

La democracia es un régimen de respeto a la ley que no puede ser retroactiva, ni confusa, ni moldeable a capricho de intereses políticos. Por supuesto cabe la posibilidad de que la izquierda abertzale, como ha hecho otras veces, juegue sucio con las instituciones. Pero para eso ha arbitrado ya respuesta el Tribunal Supremo al especificar las causas de incompatibilidad sobrevenida de los cargos electos. Supongamos que hubiera un atentado de ETA dentro de unos meses, cosa improbable pero no imposible. Los diputados de Sortu tendrían que condenarlo/rechazarlo expresamente o perderían sus actas.

La cuestión política está clara; si también lo está la jurídica, a reserva de lo que dictaminen los jueces, el nuevo partido podrá registrarse y presentarse a las elecciones. Para entonces serán muy de oír las imprecaciones de la derecha contra el Gobierno; pero también puede ser el momento en que ETA, falta de espacio vital, decida disolverse y entregar las armas.

(La imagen es una foto de Diotime, que se encuentra en el dominio público, vía Wikimedia commons).

dimarts, 11 de gener del 2011

Un comunicado inútil.

Habitualmente los comunicados de ETA eran unos textos farragosos, llenos de doctrina antediluviana y memeces fantasiosas para consumo de sus incondicionales que nunca se caracterizaron por su capacidad crítica. Pero cuando menos tenían ilación. Eran aburridos, pretenciosos y delirantes, pero guardaban cierta conexión de sentido. El de ayer, no. Es breve, sí, (primera muestra de que algo no va ya en esa gárrula banda), lo que es de agradecer, pero carece de sentido lo que prueba que, sometida a multitud de presiones, en especial las muy timoratas de sus agentes civiles y queriendo contentar a todos, esto es a Batasuna, a los mediadores internacionales, a los presos y a sus propias bases, al final ha hecho una declaración que no sirve para nada.

El texto reparte órdenes e impone tareas a todo el mundo, dice cómo ha de ser el proceso en el País Vasco, qué deben hacer los Estados español y francés (y qué no hacer), qué objetivos han de cumplirse (territorialidad y autodeterminación, es decir, el cien por cien de su programa), quién debe hablar en el País Vasco y quién no y hasta cómo debe ser el futuro. Lo gracioso es que si antes ETA pretendía alcanzar esos fines a tiro limpio, ahora dice que quiere alcanzarlos sin pegarlos. ¿No entiende que, si con los tiros no consiguió nada, sin tiros será menos que nada lo que consiga?

Obviamente lo entiende, pero lanza la cosa por si cuela ya que si no pega tiros y asesina no es porque no quiera sino porque no puede, y por si el Estado democrático baja la guardia, sus alevines políticos pueden presentarse a las elecciones, obtienen alguna tajadilla de poder y las cosas vuelven a la normalidad. Por normalidad se entiende que los partidarios de asesinar a la gente indefensa y por la espalda digan que España no es una democracia y que, en cambio, la banda de asesinos sí lo es. Así dicho, esto puede parecer demencial pero es que en el entorno de la banda terrorista y la izquierda abertzale hay mucho demente. El párrafo nuclear de la declaración, que ayer comentaba Palinuro en una actualización del post, el que contiene esa trampa para hipopótamos es: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Ahí están todas las falacias de este comunicado que nadie con sentido común puede aceptar.

Dice ETA que acepta una "verificación internacional" del alto el fuego. Pero ¿para qué queremos eso? Para verificar un alto el fuego que consiste sólo en que las armas dejan de disparar basta con tener oídos y levantar acta de que no hay disparos. Pero los terroristas siguen con las armas y, obviamente, se reservan el derecho a volver a utilizarlas cuando lo estimen conveniente; es decir pretenden que la gente tome la amenaza de unos asesinos como el alborear de la paz.

Habla ETA de su "compromiso" con el "final de la confrontación armada", como si esta confontación fuera un terremoto, una inundación o alguna catástrofe natural y no el resultado de una decisión unilateral de ETA y a la que sólo ETA puede poner fin y si no lo hace es porque no quiere.

En resumen el comunicado de ayer no sirve para nada, como ya le ha dicho a la banda todo el mundo en el país, desde el gobierno a los independentistas catalanes, pasando por la oposición de derechas, la de izquierdas, las víctimas y hasta los nacionalistas vascos, los que no asesinan ni simpatizan con los asesinos. Sólo queda Batasuna, la voz de su amo que con su habitual clarividencia ha vuelto a caer en la trampa que le tiende su soberbia, simulando que ese jesuítico comunicado es un nuevo "marco histórico", nada menos y que abre no sé cuántas puertas cuando lo que está claro es que no abre ninguna ni siquiera la de las elecciones muncipales a Batasuna a la que, por lo demás, el comunicado desprecia ignorándola.

¿Cómo va a participar en las elecciones Batasuna si, con esta interpretación del comunicado que no comparte con nadie más en España demuestra que sigue hablando al dictado de los asesinos y tratando de engañar al resto del país?

Como le ha dicho ya todo el mundo a la banda y a sus admiradores, el único comunicado de ETA que será eficaz sera el que anuncie no su compromiso con el fin de la confrontación sino el fin de la confrontación armada que sólo depende de ella; no un "alto el fuego" blab, bla, bla sino la entrega de las armas definitiva e irrevocable.

Al paso que van las cosas, mañana este comunicado parecerá del tiempo de las guerras carlistas a cuyo mundo, en el fondo, pertenece.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 10 de gener del 2011

ETA al final de la escapada.

Quiere la rumorología que estemos esperando de un momento a otro un comunicado de ETA en el que diga que deja las armas para siempre, que lo hace de modo verificable y que no reclama contrapartidas políticas de ningún tipo. La cuestión es: ahora ¿qué?

Ahora, nada. El Estado de derecho ha vencido y comienza el proceso de normalización del País Vasco. Un proceso de duración indefinida; meses, años. No lo sabe nadie.

Ignoro si alguna vez hubo una posibilidad de un fin distinto y plantearlo ahora es ocioso; porque, si la hubo, los mismos etarras se encargaron de volarla con aquella bomba de la T4 en 2006. Con ella ETA cerró toda vía para un final pactado e inició una huida hacia delante, una escapada que ahora termina en lo que, al parecer, es inminente: el anuncio de su derrota.

La noticia, de producirse, es excelente para todo el mundo y habrá que celebrarlo. Se termina uno de los más graves problemas (si no el más grave) para la democracia española que ahora será plena en todo el Estado. Tarde o temprano acabará el estado de excepción material que vive el País Vasco. La izquierda abertzale volverá a las instituciones y todo juicio acerca de cómo se dibujará allí la política es ahora temerario. Y no sólo en el País Vasco. Se abre un periodo en que cabe esperar una revitalización de un espíritu similar al de Galeuzca, debidamente actualizado, supongo. Veo a los catalanistas animando a los galleguistas a pedir de consuno sendos conciertos. España sigue tan indefinida como siempre.

Hay dos invitados a esta fiesta de triunfo de la democracia que están en ella a regañadientes: la derecha del PP y cierta izquierda española radical que simpatiza con el independentismo vasco. La primera, cuya tendencia es interpretarlo todo en un cálculo de costes/beneficios electorales cree que es un fastidio que los etarras se entreguen a un gobierno socialista que, en su opinión (puesto que es lo que ella haría) capitalizará la entrega electoralmente. Por ello es probable que ponga todos los obstáculos que pueda a la normalización política vasca, por ejemplo, tratando de impedir que la izquierda abertzale participe en la vida democrática imponiendo condiciones imposibles o absurdas.

Los otros invitados a la fiesta, diversas izquierdas españolas (y supongo que vascas, pero no estoy seguro) ven el fin del terrorismo como una derrota: el fin de la violencia y de la lucha armada como vía revolucionaria. En realidad éstas ya fueron un disparate cuando prendieron en Europa en los años sesenta, con la radicalización política del continente y el prestigio de las luchas armadas del Tercer Mundo, tanto en forma movimientos de liberación nacional (estilo FLN argelino) como de procesos revolucionarios marxistas (estilo Tupamaros en el Uruguay), que inspiraron muchos intentos en Europa en aquellos años: ETA (en la senda de los Frentes de Liberación), la Fracción del Ejército Rojo en Alemania, o el Ejército Rojo Japonés. El disparate consistía en trasladar a sociedades industriales desarrolladas modelos de lucha armada del Tercer Mundo.

ETA es el último bastión de los años sesenta.


Espero que todo lo anterior no sea un mero wishful thinking. Que la situación se normalice y que pueda volver a hablarse de todo. Aunque, como está la la derecha furiosa, eso de hablar puede convertirse en ocupación de alto riesgo. Los que hablen mucho corren el peligro de que venga uno de esos "jovenes inestables", alimentado con un pienso compuesto de odio, agresividad, demagogia, xenofobia, clericalismo, autoritarismo y otros ismos también temibles y haga una barbaridad. No se olvide que la política es la continuación de la guerra por otros medios.


Actualización a las 15:00. ETA ha publicado el comunicado de que se habla aquí, pero vuelve a ser una declaración decepcionante por la insufiencia de las intenciones, lo alambicado y retorcido de las palabras y la indefinición del compromiso. De todo el comunicado el único párrafo interesante es éste: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Como siempre, ambigüedad, zorrería y creencia en que los demás son tontos y no ven las trampas. Porque ¿qué quiere decir que un alto el fuego sea verificable? Estaría bueno. Para verificar un alto el fuego basta con tener oídos y no escuchar disparos. Para eso no hace falta la comunidad internacional. Puede haber alto el fuego y callar las armas, pero estas siguen empuñadas y apuntando. Lo que tiene que ser verificable es la entrega de las armas. Lo demás son monsergas jesuíticas muy propias de la banda. Sobre esto más mañana en Palinuro.



FUERA HUMOS Y FUERA RUIDOS

Esa ley contra el consumo de tabaco en público está muy bien. A ver si conseguimos acabar con esta hispánica costumbre de echar el humo al vecino en el café. Los fumadores tendrán que acostumbrarse a que, por encima de su placer, están los derechos de los demás a no respirar sus miasmas. Que fumen en donde les está permitido. Y que se den con un canto en los dientes que se les permite. Los fumadores de marihuana o hachís no tienen sitios. Y tan droga es uno como los otros.

Ahora hay que ir por la otra plaga de la convivencia nacional: el ruido. Palinuro está harto de sostener que la contaminación acústica es tan odiosa y delictiva como todas las demás, con el inconveniente añadido de que sus efectos perniciosos se padecen al instante, no sólo en el futuro: aquí y ahora, además del futuro. Los lectores pueden hacerse a la idea (si es que lo necesitan) de lo que es convivir con el ruido insoportable causado por gente sin escrúpulos visitando el vídeo del enlace, que se titula Cinco años de tortura.

(La primera imagen es una foto de Indymedia Barcelona en el dominio público. La es una foto de Rarebeasts, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 25 de novembre del 2009

Sin respiro.

Ayer hubo una operación policial en el País Vasco y Navarra por la que se detuvo a una treintena de personas acusadas de pertenecer a la organización Segi, declarada ilegal por terrorista por el Tribunal Supremo en 2007. Se trata de la organización juvenil que ha venido sirviendo de centro de reclutamiento de terroristas de ETA y que ha sucedido a las también ilegalizadas Haika y Jarrai, igualmente organizaciones de jóvenes cachorros dedicadas a dar apoyo a ETA y organizar actos de violencia callejera, de kale borroka para ir animando el cotarro.

Aparte de que varios de los detenidos muestran ya meritorios CVs de terroristas en ciernes al haber sido detenidos en otras ocasiones por cometer actos de vandalismo, destrozar instalaciones callejeras, asaltar ayuntamientos y colaborar de otras mil formas a fomentar la convivencia educada en el País Vasco, en esta ocasión las fuerzas de seguridad del Estado han recogido abundante material para organizar atentados o actos de violencia callejera así como para labores de identificación y seguimiento de personas que luego se pondría al servicio de la banda de asesinos para cometer atentados.

Es decir, las fuerzas de seguridad del Estado han realizado una gran operación bajo órdenes del juez Grande Marlaska para, según dice hoy la prensa, "descabezar la organización juvenil de Batasuna". Pero eso es la forma gráfica de poner una noticia que tiene lecturas muy provechosas y que conviene singularizar:

  • prosigue la actividad judicial y policial contra ETA a base de atacar a sus fuentes de reclutamiento, de financiación, de colaboración y amparo en función de la doctrina garzoniana de luchar contra el terrorismo atacando sus anclajes sociales del más diverso tipo;
  • se restringen más las zonas de impunidad del terrorismo en esos grises órdenes de capilaridad social que eran frecuentes en la vida diaria del País Vsco gracias la sistemática inhibición del PNV cuando estaba en el poder;
  • la acción de la policía es independiente de la actual situación de debate interno en la izquierda abertzale acerca de si condena o no, abandona o no, la violencia como método de acción política. Seguramnte es bueno que haya ese debate y sería aun mejor que lo ganaran los sectores más razonables, pero ello no puede ser excusa para condicionar la acción de la policía;
  • es un golpe preventivo en la lucha contra el terrorismo y por la ampliación de los márgenes de libertad y seguridad que se van dando en el País Vasco, gracias a la política nada connivente con el terrorismo del nuevo Gobierno españolista del PSE con apoyo del PP;

  • el diario Gara, que presenta la acción policial como una operación de castigo contra los jóvenes de la izquierda abertzale, insiste en que las detenciones se han producido bajo meras sospechas, sin material probatorio alguno y, es de suponer, como parte de la política de acoso de las autoridades a ese idílico e indefinido mundo de la llamada "izquierda abertzales". Sin embargo las solas acusaciones de asociación ilícita e integración en banda armada, sobre todo tratándose de terrorismo, ya son suficientes para justificar la acción de la policía y felicitarla por ella

Este tipo de acciones que siegan la hierba bajo los pies de los colaboradores y cómplices de los terroristas de ETA son la garantía misma de que los derechos y libertades constitucionales en el País Vasco no son papel mojado.

((La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 15 de novembre del 2009

Batasuna erre que erre que erre que erre.

Con su partido ilegalizado, con sus diversos sosias, franquicias, camuflajes y reclamos también ilegalizados y prohibidos, con sus dirigentes entre rejas, después de haber intentado engañar a todo el mundo por enésima vez, los de Batasuna, inasequibles al desaliento, vuelven a la carga valiéndose de una patraña que ni siquiera es nueva, expuesta ayer al mismo tiempo en Altsasu y en Venecia en una Conferencia sobre procesos de paz y resolución de conflictos en donde doña Jone Goiricelaia (una de los pocos dirigentes de la izquierda abertzale todavía en libertad) ha leído una propuesta de siete puntos para volver a abrir un proceso de negociación con vistas a liarla de nuevo. Esta vez se les ha ocurrido que podrían aplicarse en España los puntos que el senador Mitchell hizo valer en Irlanda del Norte para acabar allí con el conflicto. Naturalmente ni media palabra acerca de la circunstancia, para ellos baladí, de que entre Irlanda del Norte y el País Vasco toda coincidencia sea mera casualidad. Allí había dos facciones sectarias combatiéndose a muerte mientras que en el País Vasco se trata de una manga de criminales dedicados a extorsionar, secuestrar y asesinar ciudadanos pacíficos con el apoyo, la colaboración y la ayuda de quienes ahora tanto dicen querer solucionar el "conflicto" (que ellos mismos han creado) por medios pacíficos.

Para hacer digerible el invento se han traído a media docena de badulaques a ver si dan verosimilitud a su nuevo intento de engaño. La medida de la solvencia intelectual de estos mancebos la dan las palabras de uno de ellos, Brian Currin, abogado sudafricano mediador en todo tipo de conflictos: "Esto es solo el principio. Yo espero que ETA dé la bienvenida a la declaración, y si Madrid libera a los presos, no veo porqué ETA no debería declarar un alto el fuego definitivo". Han leído Vds. bien: "Madrid" libera a los presos, como si "Madrid" fuera el mítico ente fabulado por el nacionalismo para justificarse, algo parecido a la hidra de Lerna o el jabalí de Erimanto, y como si "los presos" fueran rehenes de una banda mafiosa y no asesinos y delincuentes cumpliendo condena en establecimientos penitenciarios tras haber sido juzgados por tribunales de justicia con todas las garantías de un Estado de derecho.

Tanto en Altsasu como en Venecia la organización repite las mentiras del mitin de Anoeta (el que dio paso al proceso de paz de 2004 que ETA reventó de un bombazo en la T4 de Barajas asesinando de paso a dos personas) afirmando, cómo no, que ahora va en serio, que va de verdad, pero sin condenar la violencia ni separarse un milímetro de la tutela de los pistoleros que probablemente sean quienes los han impulsado a hacer la propuesta a ver si se consigue algo y Batasuna o alguna de sus tapaderas puede presentarse a las elecciones municipales del año que viene y pilla algo de poder y de pasta para seguir asesinando en nombre de la liberación del pueblo vasco.

No imagino que nadie en España, sea autoridad o mendigo, hacedor de opinión o mercader de influencias, plumilla de prensa o lector de hojitas parroquiales, preste la menor atención al nuevo montaje que ya estaban preparando estos mendas cuando el juez Garzón decidió hace unos días poner a buen recaudo a sus cabezas dizque pensantes. Tengo entendido que ni siquiera los de PNV, especializados en darles cuartel, bolilla y asiento en sus funciones, van a concederles el menor crédito en esta ocasión. Hasta ellos mismos están tan convencidos de que no conseguirán nada que, curándose en salud, uno de los suyos que no debe de ser estrictamente imbécil ha publicado un artículo en Gara titulado Descubierta la jugada: caminan hacia una paz trampa en el que ya se dice a sí mismo lo que el resto de la sociedad le diría caso de tomarse medio en serio este último alambicado intento de engañar a la gente de buena voluntad para permitir que los pistoleros vuelvan a asesinar.

Parece mentira que no se den cuenta de que todo Dios les ha cogido la medida; que son los únicos en no comprender que, cuanto más complicadas sean sus propuestas (puntos, proclamas, escenarios aquí y en el extrajero, movilización de figurones, etc) más hiede el asunto a mentira y patraña. Porque si de verdad quieren acabar con esta situación y hacer política en defensa de la independencia del País Vasco basta con tres medidas que se toman en media hora en la pausa del café de la mañana:

1ª: ETA deja las armas definitivamente.

2ª: Batasuna condena inequívocamente la violencia.

3ª: la izquierda abertzale se organiza en un partido que respete la vigente ley de partidos.

Y ya está, sin necesidad de más escenificaciones y contubernios.

Mientras eso no suceda, como quien oye llover. Que engañen a los suyos, cosa que no les es difícil.

(La imagen es una foto de www.ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 26 d’octubre del 2009

El infierno del Irak.

A diez meses de que se retiren definitivamente los gringos del Irak, dos después de que haya comenzado la evacuación de las tropas de las ciudades y a tres meses de las próximas elecciones, la situación en el país empeora por días y vuelve a ser el caos de atentados, destrucción, asesinatos, secuestros, robos, violaciones que ha sido en estos últimos seis años, desde que tres desaprensivos que deberían estar pagando por su culpa, decidieran en las Azores (con la complacencia del untoso señor Barroso, hoy presidente de la resbalosa Comisión europea) que podían invadir y saquear tranquilamente un país a más de diez mil kilómetros de distancia, masacrar a sus ciudadanos, torturar a sus combatientes, violar a su mujeres y demás gratas consecuencias de una guerra de rapiña; que todo eso salía gratis y que se podía presentar al mundo no como la salvajada que era para enriquecer a cuatro sinvergüenzas y para satisfacer el primitivo anhelo de venganza del señor Bush, sino la llegada de la democracia a un soleado país en el que hasta entonces reinaba una odiosa dictadura.

Seis años después el Irak está en ruinas, sus riquezas expoliadas, su patrimonio histórico-artístico esquilmado, su población aniquilada, empobrecida, desplazada, el gobierno no controla el suelo que pisa (como prueban los dos coches bombas de ayer directos contra dos edificios oficiales), han muerto miles de soldados gringos y decenas de miles están heridos, mutilados o destruidos psicológicamente. Una ruina, un desastre, para el Irak, para los Estados Unidos, para el mundo entero.

Entre tanto, los tres sujetos que perpetraron la fechoría no solamente no se arrepienten y no se ocultan debajo de las piedras sino que alguno de ellos, como el señor Aznar, aun gallea por las universidades y gasta chirigotas sobre su mentira de las armas de destrucción masiva para causar este destrozo en los intereses de la humanidad entera.

Los Estados Unidos no pueden ganar esa guerra, como no ganaron la del Vietnam y si el señor Obama ha salido elegido presidente es porque traía un plan para sacar a los chicos de la ratonera desértica. Lo que no está claro es si el plan puede realizarse sin aumentar la catástrofe en que ya está el Irak. Supongo que no y que la retirada de los estadounidenses sumirá al país en un caos al estilo Somalia, con un retorno al estado hobbesiano de naturaleza.

¡Que cara paga la humanidad la codicia, la soberbia, la estupidez de sus gobernantes!

(La imagen es una foto de controlarms, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 20 d’octubre del 2009

A lo mejor se hace la razón.

Este comentario también podría titularse "A buenas horas, mangas verdes". Resulta que, según comunica con su cómica seriedad habitual el diario Gara, los de Batasuna andan en un proceso de reconsideración interna de estrategia y de autocrítica porque, al parecer, han caído por fin en la cuenta (o dicen que han caído pues con estos embusteros compulsivos toda precaución es poca) en que su tozuda actitud de invocar mantras democráticos manteniendo su supeditación y mensajería de los pistoleros no les ha reportado nada bueno sino, antes al contrario, desgracias, represión y, en último término, desprestigio y creciente irrelevancia social.

Por supuesto el periódico presenta la noticia como si el proceso de revision batasuno fuera, en parte, obra de la esclarecida mesa recientemente encarcelada por el juez Garzón y como prueba de que la decisión de encarcelarla obedece a la intención del gobierno español de torpedear el giro democrático de la izquierda abertzale y fabricarse así coartadas para seguir reprimiendo al sufrido pueblo vasco.

De forma que la noticia según la cual el último menda detenido por los gabachos en Francia armado hasta los dientes y en un coche robado, miembro de la dirección de ETA, el tal Aitor Elizaran, pudiera ser el hombre de ETA en Batasuna, el comisario político de la izquierda abertzale y el mentor ideológico del señor Otegi, forma parte de la estrategia represiva del Estado español y es una maquinación más del ministro Rubalputin, empeñado en acabar con ETA como, por otro lado, es su deber.

Todo eso está muy bien y es muy audaz, revolucionario y perspicaz pero pasa por alto un hecho obvio, evidente, palmario para todo el mundo excepto para los genios de Gara y de la "izquierda abertzale": que si el giro actual de revisión y autocrítica de Batasuna es cierto, entonces el mitin de Anoeta no lo era.

Pero, en definitiva, da ya igual porque el crédito que a estas alturas del cómputo de barbarie y muerte merece esta pandilla de correveidiles descerebrados es de cero. Dicho en otros términos y para que lo entiendan hasta los de Gara y sus lectores: no se trata solamente de que ya no puedan vender su paso a la política democrática como una concesión o victoria por la que habría que premiarlos sino de que, aunque vayan a votar disciplinada y pacíficamente y repudien en público lo que hasta ayer aplaudían en sus reuniones internas, nadie va a creerlos. Yo, desde luego, no.

Batasuna está muerta y es cosa del pasado. Si los amigos de los terroristas quieren hacer política tendrán que buscar otro nombre, otros dirigentes, otras ideas, otro discurso... y otros amigos.

(La imagen es una foto de Brocco Lee, bajo licencia de Creative Commons).

.

dissabte, 17 d’octubre del 2009

Garzón los encarcela a todos.

El doblete de la eficacia policial y las acertadas decisiones judiciales están llevando a ETA a un callejón sin salida. El reciente golpe del juez Garzón al entramado delictivo por antonomasia que hay en España y que no es el Gürtel sino el llamado Movimiento Vasco de Liberación Nacional, una criatura de ETA, ha descabezado el último intento de los terroristas por organizar e instrumentalizar a sus peones civiles en la política, en los medios y en otros quehaceres de la vida. Con ello se prueba una vez más el acierto de la teoría garzoniana de que ETA no es solamente ETA sino una red de asociaciones, organizaciones, contactos, personas por ella controladas, que la mantienen informada y financiada y se encargan de preparar sus fechorías y justificarlas después.

Tras la detención de los señores Otegi, Usabiaga et al. ha comenzado ya el tam-tam de la tribu nacionalista, desde los jelkides del PNV hasta Aralar hablando del estado de excepción en el País Vasco en donde están cercenados los derechos fundamentales y no se puede hacer "política" porque el aparato represivo del Estado español lo impide abusivamente. A estas jeremiadas hipócritas hacen coro diversas organizaciones de la izquierda española que, en asuntos del País Vasco, no saben literalmente por dónde sopla el viento y apoyan una causa cuyos protagonistas, en el caso improbable de su triunfo, lo primero que harían sería exterminarlas a sangre y fuego.

Léase el auto del juez Garzón y se verá que éste no encarcela a Otegi, Usabiaga, Zabaleta etc por hacer política o por ejercer sus derechos o por manifestar sus opiniones o por ser independentistas. Los encarcela por presunta integración en organización terrorista ya que los ha pillado in fraganti tratando de poner en pie otro invento de la banda armada para posibilitar su acción a través de las instituciones aglutinando a todo el nacionalismo radical bajo su esclarecida dirección de pistoleros, llamado esta vez Bateragune, una Comisión de Coordinación o Dirección de la Izquierda Abertzale cuyas funciones son las de siempre: facilitar, amparar, provisionar, financiar y legitimar la acción de los trroristas; todo, dice Garzón "dirigido y controlado por ETA". Al frente de este enésimo intento de volar las instituciones democráticas desde dentro infiltrando en ellas a los correveidiles de los pistoleros están, cómo no, los señores Otegi, Usabiaga, etc de quienes asegura el magistrado instructor que "ningún margen de independencia tienen los imputados componentes del BATERAGUNE respecto de ETA en la formulación de tales postulados o programas, lo cual lleva a concluir que tal proceso es dirigido por ETA desde el principio hasta el final."

O sea que el señor Otegi y compañía no van a pasar otra temprada a la sombra por hacer política o querer ejercer sus derechos sino por colaborar con unos asesinos, por ser sus instrumentos y cómplices.

Lo demás son monsergas para engañar a la opinión pública internacional y a los izquierdistas españoles a los que, además, quienes diseñan esta estrategia, en el fondo, desprecian.



(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 12 d’octubre del 2009

Aquí no pasará nada.

Es tal el desbarajuste dentro de ETA que ya ni las detenciones de sus jefes, jefecillos o jefazos son noticia de interés en los periódicos que vienen, en cambio, suculentos con asuntos de la trama corrupta del PP. Sin embargo esta última caída de dos piezas buscadas por la policía invita a una reflexión tranquilizadora acerca del terrorismo en el País Vasco: la de que nada en éste es excepcional ni hace imposible acabar con aquel. Los vaticinios del ministerio del Interior han ido cumpliéndose: las caídas de terroristas son cada vez más frecuentes; los detenidos, cada vez más jóvenes e inexpertos; las acciones de la banda, sin restarles importancia, cada vez más esporádicas, inconexas y chapuceras. Es decir, hay solución policial/judicial al terrorismo etarra.

Este vaticinio cumplido coincide con otro igualmente cumplido que afecta al nacionalismo radical vasco, al entramado que no se separa de ETA, no condena los atentados y lleva años tratando de forzar infructuosamente su presencia en las instituciones en violación de la legalidad: el de que si se actúa contra el frente político del terrorismo, si se procesa y encarcela a los dirigentes nacionalistas radicales cuando sea de justicia hacerlo no pasa nada, no arde Euskadi, ni las masas abertzales enardecidas se echan a la calle. El carismático señor Otegi pasó unos meses a la sombra y en el País Vasco no hubo más alteraciones que las del business as usual y es posible que, encausado de nuevo por el famoso mitin de Anoeta, el señor Otegi retorne a la cárcel. Tampoco pasará nada. Siempre que el Estado democrático muestre su legítima fortaleza por medios legales, en el País Vasco no pasará nada.

Coinciden por último esos vaticinios cumplidos con el tercero y de más profundo alcance: en el País Vasco se puede desplazar al nacionalismo gobernante por medios democráticos y sustituirlo por partidos no nacionalistas vascos y nacionalistas españoles y... no pasa nada. Tampoco arde Euskadi ni los batzokis echan humo ni los jelkides se lanzan a la revolución callejera. Y al final resultará que todos estos años de fuego y plomo, de atentados, secuestros, explosiones, extorsiones, muerte y dolor, todos estos años de esquemas soberanistas, pactos excluyentes, planes separatistas, todo este ruido y toda esta furia parirán un estatuto reformado y aquí no pasará nada.