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diumenge, 29 de març del 2015

Prohibido extrapolar.


Como todas las prohibiciones, esta de extrapolar incita a no respetarla. Sobre todo a los que la formulan. "No se puede extrapolar", dicen, mientras lo hacen continuamente. Depende de si les interesa o no. El discurso político es así. Y el de los analistas, también. Además, es gratis: si la extrapoación se produce, ya lo dijimos nosotros; si no se produce, ya dijimos que no se puede extrapolar.

Palinuro, como todo el mundo, no confía nada en las extrapolaciones, pero las hace. He aquí una sucinta, gracianesca y en clave antinómica:

PSOE: las elecciones se ganan en el centro.
PP: las elecciones se pierden en el centro.
Podemos: Consolidarse es difícil.
Ciudadanos: Consolidarse es fácil.
IU: se va a quedar en las raspas.
UPyD: ni en las raspas.

En términos más concretos. Todo se orienta ahora hacia las elecciones de mayo a las que los partidos llegan como los coches de fórmula 1, al menos los que yo he visto en películas: dan unas vueltas, hacen breve escala en el taller, beben agua o gasolina o lo que sea y, venga, otra vez al circuito, a ganar. El símil, muy al dedillo, del boxeo, con sus descansos entre tiempos, no es aplicable aquí porque remite a una realidad bipartidista  que, por lo que se supone, está en el ocaso.
 
El panorama es muy confuso. El PSOE está de remontada, tiene dos candidatos claros en Madrid y proyecta en toda España una imagen de partido institucional unido con intenciones prudentemente reformistas. Su punto débil es Cataluña. Como los resultados de estas elecciones no se agregan, quizá no se note mucho. Pero es un punto muy débil que se hará sentir en las elecciones generales.
 
El PP está en el marasmo. Los gobiernos locales y autonómicos bajo su dominio, carcomidos por la corrupción, el caciquismo y la incompetencia. El discurso de la recuperación de España no encaja en este debate aparte, por supuesto, de no ser creíble. De las dos candidatas en Madrid, Cifuentes es primeriza pero Aguirre es una veterana en elecciones. Mucha gente la equipara a Margaret Thatcher y ella, probablemente, alimenta  la comparación. Pero su verdadero modelo en estas elecciones es el alcalde de Londres, Boris Johnson, un miembro del Partido Conservador con un carácter y un talante parecidos a los de la expresidenta de la Comunidad. Pero con muchas diferencias: es más joven, más espontáneo y, sobre todo, es mucho más abierto de ideas que esta doctrinaria neoliberal de pura cepa nacionalcatólica.
 
Los dos emergentes, Podemos y Ciudadanos, andan enfrascados en organizar sus candidaturas. Los primeros lo hacen de modo abierto, mediático y bastante confuso por la cantidad de nombres que se proponen. En Madrid tienen una buena candidata a la alcaldía, Manuela Carmena pero que, por edad y trayectoria, representa más el régimen que Podemos quiere destruir. El candidato a la Comunidad responde mejor al perfil de la formación, pero parte de un grado de conocimiento público muy bajo y queda un mes y medio hasta las elecciones. Ese es el problema también de los dos candidatos de Ciudadanos, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, también muy representativos del espíritu que quiere proyectar C's: una derecha flexible, moderna. Un centro. Por supuesto, la capacidad de acción de Ciudadanos variará en función de la que tenga de absorber miembros de UPyD.
 
Los dos restantes, IU y UPyD pueden entonar la sinfonía de los adioses. Los de la federación, están de trifulca como siempre.  En Madrid han dado con dos dos candidatos, Luis García Montero para la Comunidad y Raquel López para la Alcaldía, ambas personas muy dignas pero no sé si muy apropiadas, sobre todo en situación de debilidad y sin tener muy claro si se debe atacar o defender a la otra forma de la izquierda con la que compite pero con la que se quiere converger. En cuanto a UPyD tiene candidatos pero, como van las cosas en el partido, es posible que, al llegar las elecciones, solo tenga eso: candidatos.
 
En estas elecciones hay una faceta catalana nada desdeñable. Los resultados de las alcaldías catalanas, sobre todo la de Barcelona, serán un buen indicador para los de las elecciones del 27 de septiembre y, por supuesto, darán una idea de cuál pueda ser la aportación posterior que el PSC haga a la representación del socialismo español. El frente soberanista calibrará sus fuerzas y se sabrá qué apoyo tengan los de Podemos unidos a los de Guanyem en la candidatura llamada Barcelona en comú.
 
Nada, que no se puede extrapolar.

dilluns, 23 de març del 2015

Podemos... pifiarla.

Palinuro prometió ayer elaborar algo más el análisis de urgencia a las tres horas del cierre de los colegios y así lo hará. Pero sin mayor demora porque, por un lado, lo expuesto se tiene de pie y, por otro, en este mundo a toda velocidad, las elecciones son ya pasado y ahora encaramos otros asuntos pues cada día tiene su afán.

Hay interpretaciones según las cuales Podemos triunfó en Andalucía; pocas, pero las hay, pues toda colectividad tiene sus incondicionales, esos que los ingleses llaman die hards. Pero hablan de triunfo en tono menor. Nada de arrollador. Y el término "terremoto" ha desaparecido. Para la mayoría, lo de ayer fue una derrota de Podemos. La primera. No en términos absolutos (15 nada desdeñables escaños) sino relativos a las pretensiones de ser el partido más votado. Esas pretensiones venían dictadas por la embriaguez del resultado de las elecciones europeas. Los estrategas olvidaron que los resultados electorales nunca son extrapolables a nada de antemano y menos los de unas elecciones europeas que el electorado apenas se toma en serio.

Podemos arrancó con una promesa muy atractiva en tiempos de crisis económica y política: constituir una izquierda radical y democrática, algo entre la socialdemocracia y el comunismo. El sempiterno sueño de la Nueva izquierda. Su oposición al PSOE fue clara desde el principio; sus relaciones con IU, en cambio, o sea con el comunismo, no lo fueron en absoluto. Absorbió su base electoral pero no pudo mantener a distancia el aparato que se obstinaba converger. Acabó en una forma confusa en que hay pero no hay convergencia. E identidad de discursos en el ataque común al PSOE. Es decir, como siempre, no hay terceras partes. Nada entre el PSOE e IU, sobre todo cuando esta saca a Anguita en la campaña poco menos que pidiendo el voto para Podemos con el único fin que siempre persigue, hundir el PSOE y el único que realmente consigue, hundir su propia opción. Y eso es lo que Podemos ha cosechado: rota su imagen de nueva izquierda aparece la realidad de la vieja izquierda neocomunista, anguitiana, del sorpasso. Lo que importa es que no gobierne el PSOE. Lo he leído por ahí. Lo que quiere la derecha. En su origen y primeros recorridos, Podemos traía una promesa interesante de nueva política. Al situarse en el territorio de la vieja izquierda antisocialista asegurando al tiempo no ser de derechas ni izquierdas, se ha convertido en un bluff. Y en Andalucía se lo han visto

Son cosas elementales. El PSOE tiene 140 años, se confunde con la historia de este país, cuenta con una memoria de generaciones y voto de tradición familiar. No es un chiringuito como el PP, armado para ganar elecciones y vivir del erario a base de corrupción, aunque no deje de haber habido casos. Pero nadie se atreve a decir que el PSOE sea un partido corrupto. Eso es lo que busca la frecuente equiparación entre el PP y el PSOE que el PP no acepta y el PSOE tampoco (y con bastante sentido ambos, por cierto) y solo convence a los que la acuñan, cuyo ánimo es más bien como de brocha gorda. El PSOE no es el PASOK, otro chiringuito fundado por la familia Papandreu en los años 70 del siglo XX, y no va a venirse abajo como un castillo de naipes por mucha ilusión que le echen quienes soplan.

¿Los otros contendientes? El PP, batacazo, ha perdido 17 escaños. ¿Pocos? ¿Muchos? Nada extraño. El PP no está para elecciones en Andalucía o en la ínsula Barataria. Más duros tienen pinta de ser los resultados de las municipales y autonómicas de mayo. Y de las catalanas de septiembre ja en parlarem, pues prometen ser suculentas. Ciudadanos sí que ha tenido un exitazo con sus nueve diputados. Seguramente vienen todos del PP y, de ser así, C's se configura como verdadera amenaza de sifón de la derecha. Cunden los nervios en el PP porque su marca blanca es demasiado blanca y puede aventajarlo en votos. Pero a quien más daño hace Ciudadanos es a Podemos. Esos 9 escaños valen por los 15 de los otros. Cuando Podemos quiere justificar sus pobres resultados señalando falta de medios y de visibilidad mediática, Ciudadanos presenta unas cuentas mucho más pobres; rayanas en cero: cero medios, cero visibilidad, los andaluces no conocen ni las caras de los candidatos y menos sus nombres. Y nueve diputados. 
 
Estas elecciones, en el fondo, eran una pugna dentro de la izquierda: la socialdemocracia frente al neocomunismo de fuerte componente carismático. Una lucha por la hegemonía. Podemos la teorizaba con propuestas miríficas, de esas de empoderar a la gente, recuperar la dignidad, asaltar los cielos, la soberanía, la patria y Simón Bolívar. Pero la practicaba a la más tradicional usanza de la vieja política: con un acto de masas, un mitin multitudinario en el velódromo de Dos Hermanas, ante 14.000 seguidores, cuando los socialistas solo congregaron 5.000, los del PP otros tantos, los de Ciudadanos se reunieron en la lonja del pescado y los de UPyD, tomando el té de las cinco. 14.000 enfervorizados seguidores del sí se puede en un espacio público. Para un partido que presume de ser en parte mediático y en parte un ciberpartido, ese acto recuerda mucho los mítines de la República en alguna plaza de toros con un político declamando ante un micrófono de RKO. Resumo con el colofón de ayer: o se es más listo y menos engreído; o se estudia algo más el terreno que se pisa, se conoce al enemigo y, sobre todo y en este caso especialmente, al amigo; o se buscan asesores más competentes.
 
Tocan ahora las coaliciones y, por supuesto, también la posibilidad de gobierno minoritario con apoyos ocasionales que quizá sea lo más conveniente mientras el personal se aclara. Y un dato sobresale ya: el eje de todas ellas es el PSOE. Los de Podemos, en su inimitable jerigonza, lo llaman la centralidad del tablero, pero quienes la ostentan son los socialistas. Díaz dijo que no pactaría con el PP ni con Podemos. Pero no hay nada escrito. Su obligación es formar el mejor gobierno posible para Andalucía. Si es en solitario, en solitario. Si es en coalición, en coalición y ninguna es descartable. Palinuro, ya se sabe, propugna la alianza con Podemos. También estos tendrán que comerse sus palabras de aliarse con el PSOE solo si cambia de rumbo 180º. A lo mejor lo más adecuado es que ellos cambien 120º y el PSOE 60º. Eso ya se verá. Sin concesiones no hay coaliciones. Pero Podemos no puede olvidar, aunque no le interese decirlo, que el PSOE no los necesita para gobernar. Centralidad.

diumenge, 22 de març del 2015

Elecciones andaluzas. Apuntes de urgencia.

Mañana, Palinuro subirá un post con más detalles. De momento, estas son sus conclusiones a las 23:00 del día de las elecciones:

Unas elecciones europeas, que a todo el mundo importan un pepino, las gana hasta el Pato Donald.

Podemos no era un bluff al principio, pero se convirtió en un bluff cuando se echó en brazos de Anguita. Y, si sigue con él, puede que no llegue ni a las elecciones de mayo.

El PSOE tiene 140 años. No es el PASOK y ningún advenedizo va a borrarlo del mapa.

La estúpida fórmula PP=PSOE es más negativa que positiva para quienes la emplean.

Después de 30 años en el poder, en el PSOE hay corrupción, pero no es un partido corrupto, como el PP. Hacer amalgama y no diferenciar es propio de gente con pocas luces.

Ni en Andalucía ni en la Patagonia es buena fórmula descolgarte despreciando a quienes quieres que te voten. Los de Podemos han conseguido que los andaluces les tomen la medida y vean que ellos sí son casta. De verdadera risa.

Tener mal perder cuando se pierde es penoso; pero tener mal perder cuando has ganado algo es literalmente de orates.

Porque estas elecciones fueron una confrontación entre PSOE/Podemos. Los demás no contaban.

Una de tres: o se es un poco más listo y menos engreído; o se estudia algo más; o se buscan asesores más competentes.

Y ojo a la falta de respeto al electorado andaluz. A ver si va a resultar que hay más señoritos de los que creíamos.

dissabte, 21 de març del 2015

Cuando crees que has tocado fondo, hay más debajo.


Fondos, sí. Bajos fondos. Los de los ladrones comprobados y presuntos del PP en la Comunidad valenciana que son una gavilla, una verdadera plaga: Francisco Camps, Carlos Fabra, Lola Johnson, Luis Redondo, Lluís Motes, Nuria Romeral, José López Jaraba, Sonia Castedo, Rafael Blasco, Angélica Such, Milagrosa Martínez... y así hasta 127 personas, concejales, consejeros, alcaldes, dirigentes. Un mar de corrupción y podredumbre. El PP no es un partido político al uso, sino una asociación para delinquir y, en Valencia, una cueva de ladrones desorejados, de sinvergüenzas estafadores. Una colección de granujas que, con la ayuda de los delincuentes de la trama Gürtel o por su propio ingenio, han esquilmado los caudales públicos destinados la asistencia al desarrollo, a las obras públicas, los hospitales, las escuelas, las actividades municipales, las competiciones deportivas, los museos, todo, hasta dejar una de las comunidades más ricas del país en la quiebra. Hasta la visita del Papa en 2006 les sirvió para robar con una mano mientras con la otra se santiguaban.

En Valencia el PP es una industria de chorizos que compite directamente con la que también tiene este partido montada en Madrid, en donde la apropiación indebida y hasta el robo y la cantidad de imputados y procesados es similar a la de los valencianos. Esa caterva de ladrones, encabezada por su presidente, él mismo acusado de haberse llenado los bolsillos con dineros sospechosos mientras imponía sacrificios y necesidades a sus conciudadanos, viene con todo el morro a pedir el voto a los valencianos.

Y habrá quienes les voten. Sin duda, todos los sinvergüenzas que hayan estado aprovechándose de los contratos ilegales, las mordidas, comisiones y trinques. Áñádase la multitud de enchufados que la partida de ladrones ha ido colocando en las administraciones públicas, todos leales votantes del PP, los clientes y lo que esperan que se les resuelva el ¿qué hay de lo mío? así como todos los parásitos que viven de las mamandurrias distribuidas entre clientes, "asesores" y otros siervos de la banda.

Es un voto cautivo con las cadenas de la corrupción, pero lo suficientemente cuantioso para que pueda darse la imagen de más arriba: la plana mayor de la supuesta organización de mangantes, con los presuntos corruptos al frente, Rajoy y Cospedal, pidiendo el voto para los demás pillasobres y corruptos y amenizando la fiesta esa zafia alcaldesa, vestida de capitán América, que sabe que cuanto más verdulera, grosera y ridícula sea, más votos atraerá.

Porque si aquí, un granuja como el Curita, ya descubierto en sus mangues, pudo revalidar una mayoría absoluta, la hazaña estará también al alcance de este espanto de mujer que no solamente cobra uno de los sueldos más elevados del país, sino que tiene enchufada a su familia a costa del contribuyente. Y del votante.
 
De los demás, Palinuro no habla pero, para su coleto, piensa que hace falta ser tonto para votar a quien te roba.

Día de reflexión.

La verdad, esto del día de reflexión siempre me ha parecido absurdo. No porque esté en contra del hecho de reflexionar sino porque es obligatorio. Se reflexiona o nada. Es una especie de sábado mosaico aligerado. Pero igualmente insoportable. Hay que respetar el derecho de quienes no quieran reflexionar, bien porque no acostumbren o porque se nieguen a hacerlo a toque de cornetín. También y por mayor motivo, porque la prohibición muestra un pobrísimo concepto del debate ciudadano y presume que las gentes no somos capaces de hacer dos cosas al mismo tiempo, seguir recibiendo información y reflexionar. O, lo que es peor, que no somos capaces de reflexionar mientras nos informamos. Es un absurdo parecido al de la prohibición de publicar encuestas a menos de siete días, con lo cual siguen operando las de más de una semana, que quizá no reflejen los nuevos estados de ánimo.

Bueno, en general, prohibir sin necesidad es absurdo. Y, además, inútil. Los candidatos se toman el día de asueto, que falta suele hacerles, pues llevan diez o quince con la lengua fuera. Se reúnen con la familia, con los amigos, van de cañas o a rezar a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles. Pero largan a los medios que los buscan precisamente para eso, para que larguen. Los periodistas, gente avezada, saben que hoy, con todas las luces apagadas, los escenarios vacíos, las cortinas echadas, los altavoces mudos, el aforo desierto, es cuando se puede recoger algo sensacional, producido por el famoso complejo de l'esprit de l'escalier, el "espíritu de la escalera", lo que el candidato pudo haber dicho en el escenario en un momento álgido pero no lo hizo porque se le ocurrió después. Puede hacerlo en el día de la reflexión y alterar esta. La prohibición no sirve para nada. Vamos, que inspira el mismo respeto que el día de la marmota.

Pero aquí estamos todos, reflexionando como locos en una jornada vacía por orden de la autoridad, entre el ayer, la campaña pasada y el mañana, las elecciones y su resultado. El pasado y el futuro. Los reinos del diablo y de Dios según se simboliza en la leyenda de Merlín, hijo a medias de Dios, quien le enseñó a ver el futuro y el diablo, quien le enseñó a interpretar el pasado. Por eso nadie se aclara si Merlín era bueno o malo.

La campaña ha sido bastante temperamental. Ha respirado cierto orgullo de la tierra, sobre todo del lado de la izquierda, PSOE, Podemos, IU. Mucho menos del de la derecha, PP y Ciudadanos. Visualmente se ha impuesto la imagen de Susana Díaz, a un pelo de indentificarse místicamente con la patria andaluza pues, a su condición de mujer, añade la de grávida. Ha hecho muy bien en dosificar la presencia de Sánchez y este ha sabido estar. No ha eclipsado a la candidata, pero se le ha reconocido el cierre de la campaña como momento solemne.

En cambio, el candidato del PP parece haber sido Rajoy quien mostraba al de verdad como José Luis Moreno a su muñeco. Hablamos siempre de memoria visual. Los contenidos, después. Algo parecido ha pasado con el candidato de IU, Maíllo, cuyo momento estelar fue ocupado por la resurrección de Anguita, interpretando el canto del cisne de la federación con reminiscencias de ave Fénix: que perezca IU para que florezca Podemos.

La candidata de Podemos adquirió desde el comienzo repentina notoriedad por la muy esperable vía de un desnudo fake que ha corrido como la pólvora por las redes, como era de suponer. Y no por tratarse de Andalucía. Hubiera pasado lo mismo en Finlandia. Sin embargo, no le hacía falta a Rodríguez, que ha impuesto una imagen de joven guardia, de fuerza y determinación que despierta muchas simpatías. La campaña de Podemos ha sido suya y el mitín de cierre, también. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón han sido teloneros. Eso ha estado muy bien.

Los candidatos de Ciudadanos y UPyD no parecen haber pasado la barrera de la velocidad del sonido ni el umbral del conocimiento público que va a la de la luz. Los sondeos pintan negro para UPyD y rosa para Ciudadanos. Probablemente sea esta la incógnita más interesante: el porcentaje de votos a Ciudadanos y su procedencia.

Los contenidos han sido parcos en general. Muy declamativos, poco propositivos: acabar con la corrupción, el paro juvenil escandaloso, los EREs, el PER, el bipartidismo y poco más. De política española, cero. De cuestiones autonómicas, fuera de una histórica deuda que sigue sin pagarse, nada. Desde el principio ha preocupado más el futuro, las coaliciones. Si no he entendido mal, Díaz ha cerrado la campaña pidiendo una mayoría suficiente. Lo ha dejado para el final. Un poco más y pasa al "espíritu de la escalera".

A Palinuro las coaliciones le parecen la sal de la tierra. Si alguien lo duda, que contemple, si puede, esta X legislatura con gobierno monopartidista de mayoría absoluta, y actúe en consecuencia. O mejor, quizá no. Keep calm and carry on.
 
Las coaliciones exigen flexibilidad, tacto, capacidad de maniobra, habilidad, voluntad, audacia, en fin, cosas buenas. Díaz descartó al comienzo de la campaña toda coalición con el PP o Podemos. Hay un venerable debate en la ciencia política sobre qué efecto tienen las campañas electorales y para qué sirven. Una hipótesis plausible es para que algunos cambien de opinión. Por ejemplo, la señora Díaz que excluyó precipitadamente dos alianzas perfectamente verosímiles según queden los resultados. Para Palinuro, a fecha de hoy, la mejor coalición sería PSOE-Podemos. Veo además a Díaz y Rodríguez trabajando juntas perfectamente y entendiéndose. Las demás son todas posibles, sin duda, según resultados y preferencias. Sin excluir ninguna a priori. Ya se sabe que la que se produzca será acerbamente criticada por quienes se queden fuera.

Dice Rajoy que no cabe extrapolar el resultado de las elecciones andaluzas de mañana al resto de España. O sea, aquí les presento un candidato, pero lo que le pase no es ejemplo de nada. Eso es dar ánimos al muñeco. Claro, quien se presenta en España es él y quiere salir. Él solo se abraza y quiere proyectar en España a candidatos triunfadores, como Matas, Camps o Fabra.

divendres, 20 de març del 2015

¿En dónde está el enemigo?


Uno de los más famosos adagios del maestro de la guerra, Sun Tzu, es el referido a la necesidad de conocer al enemigo y a nosotros mismos. Si nos conocemos a nosotros mas no al enemigo, o conocemos al enemigo mas no a nosotros, o conocemos a los dos o a ninguno de los dos, los resultados serán muy distintos. Sin duda, pero, para conocer al enemigo, primero hay que saber quién es y en donde está.


Como la política tiene bastante de guerra, es recomendable aplicar los apotegmas de Sun Tzu, aunque aquí, por las buenas formas, se habla más de "adversarios". Adversarios o enemigos, lo esencial es identificarlos, saber en dónde están.

Anguita cree que el enemigo es el PSOE. Muchos se indignan. En realidad no hay sino reconocer que el Califa es de piñón fijo. Del PP y de Ciudadanos ni habla. Y quiere tender la mano a Podemos, aunque sin mencionarlos. Cuando son sus verdaderos enemigos. Quizá no subjetivamente porque vienen diciendo lo mismo, pero sí objetivamente desde el momento en que Podemos ha absorbido prácticamente el voto de IU y la ha dejado de subalterna. Mírese al señor Valiente, candidato a alcalde por IU que pudo ser, y a quien ahora Podemos exige prescindir de su militancia si quiere converger con su proyecto.

Podemos, que no habla de IU para no crear más drama en la familia  ni aparecer más involucrado en los cainismos de la "izquierda transformadora", identifica un enemigo mediático, el PP, a cuyo presidente reta Pablo Iglesias a un debate en TV. Contra el que se pertrecha, sin embargo, es el PSOE. Al identificarlo con el régimen del 78, el bipartidismo, la casta, la corrupción y otras lacras, cree hacerle más daño que al PP porque llamar corrupto al PP hoy es redundante, pero decirlo del PSOE, hace mella en un caladero de votos próximo. Sin embargo, su peor enemigo es sobrevenido, uno inesperado y frente al que no tiene discurso, Ciudadanos. Al parecer, la ventana de oportunidad de Podemos era un balcón. Y los nuevos tienen un tirón electoral que los otros han perdido precisamente porque ahora han dejado de ser eso, nuevos, y la gente tiene más en donde elegir, lo cual es bueno. ¿O no?

Para Ciudadanos, los enemigos son a la par PP y PSOE porque configuran esa especie de fresco ya no tan fresco de la Restauración, en el que conviene ir haciendo modificaciones tanto en un lado como en el otro, con pericia, sin ideología, con innovación y responsabilidad. Se presenta así como alternativa a los dos grandes (aunque, de serlo lo es sobre todo del PP) sin necesidad de comprometerse en nada y, de paso, se pone a su nivel. Hábil jugada. Aunque los dos lo atacan, el que más le teme es el que no lo ataca, su verdadero enemigo, Podemos, cuya táctica con Ciudadanos es ignorarlos y ningunearlos. Una táctica errónea en cualquier caso porque, si, en efecto, son unos don nadies, superarlos no tendrá mérito y si no lo son, solo con evidenciarse habrán triunfado.

En el PSOE, el enemigo retórico, oficial y hasta obligado es el PP por tratarse de los dos partidos dinásticos con importantes coincidencias y no menos importantes discrepancias. Es una oposición institucional que el PSOE edulcora cuando puede con pactos de Estado y otras extravagancias. Su enemigo ideológico, el que le riñe la hegemonía en la izquierda a base de empujarlo a la derecha, es Podemos. Su problema es conservar su electorado más izquierdista ahora que el panorama se radicaliza sin perder el del centro izquierda. No es fácil pero, dada la ambigüedad y confusión doctrinal de Podemos, tampoco difícil. Basta con ser claro y creíble; aunque no se sea muy radical.En realidad, el peor enemigo del PSOE es él mismo. Los tres puntos calientes del momento, Cataluña, Madrid y Andalucía, por distintas razones, no invitan al optimismo. Y los tres apuntan a una carencia mayor, que presenta mala cara: el PSOE no tiene un proyecto para España. Cierto, los otros, tampoco, pero eso no reduce un ápice la gravedad de esa ausencia.

De UPyD es poco lo que cabe decirse. No tiene enemigos porque ninguno la considera una amenaza. El amor de Díez a la nación y el Estado, como el de Cordelia a su padre el Rey Lear engañado por sus otras dos hijas, Regan/PP y Goneril/PSOE, no la salva de un triste fin.

Saber quién es el enemigo, en dónde está, no equivocarse, es el primer paso para conocerlo. Pero no cabe olvidar que, como también decía el maestro Sun Tzu, para conocer a tu enemigo tienes que ser tu enemigo. Y eso es bastante difícil. Sobre todo para quienes son incapaces no ya de entender al otro sino incluso de escucharlo.

dijous, 19 de març del 2015

El odio al PSOE, II.


A fines de febrero, Palinuro publicaba un post titulado El odio al PSOE, sosteniendo que la animadversión de cierta izquierda a los socialistas no solo es un error sino una desgracia, algo que el conjunto de la izquierda paga en parte con el triunfo de la derecha. Y algo que no es enteramente explicable en términos racionales.

Ahora viene el señor Anguita y avisa a los suyos de que no se les ocurra pactar nada con el PSOE para después de las elecciones en Andalucía, pues "los nuestros", son otros. Parece una obsesión personal al estilo de después de mí, el diluvio. Vamos a hacerle el favor de entender que, si no excluye también todo contacto con el PP, es porque tal exclusión va de suyo. Aun así, ¿cabe explicar racionalmente por qué es hoy rotundamente inadmisible relacionarse con quienes se gobernaba en coalición hace dos meses?

Si se puede, hágase. Si no se puede, explíquese el sentido de esta prohibición con forma y fondo de anatema, fulminado por quien tiene una intención de voto de un ocho por ciento pero dice ser mayoría.

dilluns, 16 de març del 2015

El laboratorio andaluz.

La lluvia de encuestas -de cinco da aquí cuenta "El País"- ha mojado todos los vaticinios que, como la pólvora, pierden efecto si están húmedos. Porque esos cinco sondeos reflejan un parlamento fragmentado, más al estilo catalán o vasco. Además, los vaticinios ya no afectan a los porcentajes, pues son bastante coincidentes en considerar representación de cinco partidos: PSOE-A, PP-A, Podemos, C's e IU y por este orden. UPyD no parece poner la nota alegre de su color. Por supuesto, a reserva de que el resultado pueda variar y mucho, pues nunca se sabe, los vaticinios han de versar sobre coaliciones, tema mucho más resbaladizo.

Por hecha se da la muerte del bipartidismo imperfecto. Buena ocasión para experimentar si el multipartidismo es mejor para los andaluces y para España. Salvas excepciones, el multipartidismo requiere coaliciones y alianzas. Cuantos más partidos haya y mayor sea la fragmentación de la cámara, más difíciles son de forjar y más lentas. En algunos países de sempiternas coaliciones, Bélgica, por ejemplo, no es raro nombrar facilitadores o medidadores que hagan posible la formación de gobiernos. Esto de las alianzas es un mundo.

Lo primero que debe recordarse es que a las coaliciones se va siempre con dos criterios: a) el numérico de escaños y b) el político de la ideología. Conjugarlos puede ser difícil. Pero siempre mandan los números. La coalición tiene que ser mayoría absoluta. No es impensable un gobierno de minoría e, incluso, uno de coalición en minoría, pero primero suelen examinarse las posibilidades de coalición.

El PP baja a segunda fuerza. Moreno Bonilla toma la alternativa de Arenas Bocanegra como candidato de la Virgen del Perpetuo Socorro. Estas son las segundas autonómicas andaluces con Rajoy en La Moncloa. Para ganar las primeras de marzo de 2012, hizo de todo; incluso retrasó los presupuestos para que las medidas restrictivas no afectaran al voto del PP. En estas segundas ha llegado a prometer un millón de puestos de trabajo como el César mandaba que se distribuyera grano entre la población. Solo que este no tiene nada, ni grano, ni paja. Y, además, le auguran un batacazo. 

Los de Podemos vienen detrás, pero dispuestos a ganar como sea, como repiten siempre como un sonsonete que empieza a desafinar y aburrir. Han metido en la campaña a la Guardia Civil, el ejército y la policía, con lo que continúan por el sendero del patriotismo, hasta este momento definido en términos tributarios y ahora ampliados al Todo por la Patria. Y aun así, están muy peocupados porque las masas juveniles que se emocionaron al principio, volubles como son, empiezan a virar hacia su verdadero peligro: Ciudadanos. 

Ciudadanos llega al Jordán, a bautizarse. Lo llaman "el Podemos del PP", con razón, pero no con toda la razón. Tiene mucho peligro para el PP, desde luego, porque es como él, pero sin la corrupción. Pero su efecto no se agota en el PP; va más allá. Ciudadanos es una reedición de aquel Partido Reformista Democrático que fundó en 1984 Miquel Roca i Junyent bajo órdenes de Pujol y se presentó a las elecciones de 1986 bajo la candidatura de Antonio Garrigues. Consiguió el 0,96% del voto y fue un rotundo fracaso porque los españoles no parecían dispuestos a votar un partido "catalán". A la vista de las intenciones de voto de Ciudadanos, esa motivación no acaba de encajar. A lo mejor es que, siendo Pujol nacionalista, los españoles no querían votar a los "malos catalanes" pero sí estan dispuestos a votar a los "buenos".

La quinta posición de IULV-CA amenaza con condenarla a la irrelevancia parlamentaria. LLevarse a Anguita a los mítines quizá no sea lo más acertado electoralmente, aunque lo sea sentimentalmente. Anguita es una imagen camp, pero tiene un fulgor crepuscular que todavía puede difuminar más la del ya muy difuminado candidato, Maíllo.

El PSOE aparece como el eje de todas las combinaciones. Me extraña que quienes llaman "régimen" a la segunda Restauración no hayan hablado todavía del PRI, incluso del partido único o dominante. Susana Díaz mantiene el control, décimas arriba o abajo. Tiene buena estrella y parece ir en ascenso. Su tarea, por lo que se ve, será forjar una coalición. Y aquí es en donde arrancan las cábalas. Recuérdese, lo importante son los números, teñidos de ideología. Cualquier coalición de mayoría absoluta es buena. Los políticos la festejarán o rechazarán aduciendo razones ideológicas. Los analistas no pueden.

Si por números va la cosa, la primera coalición es la gran coalición, PSOE/PP. Pero Díaz ya ha dicho que no pactará con el PP ni con Podemos. Esa coalición, además, cargaría de razón a las izquierdas críticas que igualan PP y PSOE. La gran coalición tiene mala fama en España, pero no es infrecuente en Europa, especialmente en los países germánicos. Ahora mismo hay una en Alemania. El otro rechazo expreso de Díaz excluye a Podemos. Vistos los resultados, razona "El País", solo es posible la coalición PSOE-Ciudadanos. En términos numéricos, claro, no porque sea lo que quiera el periódico, como acusan los críticos.

Las palabras de Díaz tendrán que ajustarse a los resultados electorales. Porque algo está incómodamente claro: de esas elecciones tiene que salir un gobierno.

diumenge, 15 de març del 2015

El aire de Madrid.

"El aire de Madrid", dice el refrán, "es tan sutil que mata a un hombre y no apaga un candil". O era. Ahora es sofocante, a veces hediondo o pestífero, depende de con qué candidatura pasemos el finde.

Empezamos por la del PP/Gürtel. La Gran Capitana, la que se gastó 220 millones de euros públicos en sus apoteosis neoliberales, impetra el amparo del Señor y sale con sus huestes a dar la batalla contra el aborto. Como la interrupción voluntaria del embarazo no tiene una relación directa con la alcaldía de la capital, debe entenderse que este acto no es de la candidata a alcaldesa, sino de la candidata a la presidencia del PP. Porque la manifa contra el aborto era contra Rajoy. Que mida la condesa sus fuerzas. No le han ido los obispos que, en tiempos de Zapatero, portaban las pancartas belicosamente. Siguen con Rajoy. Pero eso le da igual. Ya sabe que seguramente no ganará las elecciones, porque tiene a lo mejor de su equipo entre barrotes o a punto de estarlo.  Quiere armar ruido. Si no gana, será jefa de la oposición municipal y seguirá de presidenta del PP de Madrid, en expectativa de serlo de España. Hace unos años Aguirre se retiró de la política para cazar talentos. Ha cazado uno: el suyo.

La candidatura del PSOE al Ayuntamiento, la de Carmona, se ha visto beneficiada por la de Gabilondo en la Comunidad. Le da prestancia y solidez de partido; pero también la ensombrece un poco. El candidato a Vara de Madrid tendrá que identificarse más, adquirir un perfil propio más acusado. Para eso nada mejor que ponerse a hablar de las cosas municipales de las que habla todo el mundo, porque son las que preocupan: al IBI, la limpieza de la ciudad que es de vergüenza, el metro, el transporte público en general, los accesos, la participación ciudadana, las multas, las tasas, la contaminación. Hay mil asuntos. ¿No era este el de "pim pam pum, propuesta"? Pues o la propuesta no sale o no consigue traspasar la barrera mediática.

Ahora Madrid, o sea, Podemos y aliados, llevan de candidata a la alcaldía a Manuela Carmena. Un acierto. Y una rectificación. Por edad, Carmena rompe el discurso de renovación generacional de Podemos. Seguramente seguirán enunciándolo porque es más sencillo insistir en el error que enmendarlo. Pero está roto. Ignoro si Podemos tiene definida la candidatura a la Comunidad. Creo que no y eso introduce un elemento de incertidumbre poco recomendable entre tanto barullo en ese aire de Madrid taan sutil.

En IU el desbarajuste es suicida. Disponen de un flamante candidato a la Comunidad, García Montero, intelectual y persona sosegada, pero en la alcaldía reina un desbarajuste casi de orates. Unos han convocado un referéndum que otros han desautorizado; al final parece haberse producido para rechazar por abrumadora mayoría la opción que favorecía quien lo promovió. No estoy seguro de haberlo entendido bien, naturalmente. La cuestión es si el señor Valiente hace honor a su apellido y confluye por su cuenta y ya no es candidato o se queda de candidato con la perspectiva de seguir siéndolo cuatro años más.
 
Ciudadanos, que viene lanzado en las encuestas, presenta a Begoña Villacís a la alcaldía y a Ignacio Aguado a la Comunidad, dos jóvenes gestores con experiencia e iniciativa que se ajustan a los patrones de renovación que todos predican pero casi nadie aplica. Estos son el peligro de alternativa al PP porque traen un plus ganador: que no están lastrados por la corrupción. Y, por una serie de razones que van intuyéndose, la formación también absorberá un porcentaje de votos de Podemos..

UPyD ha nombrado a Ramón Marcos candidato a la Comunidad y David Ortega al Ayuntamiento. Tienen algo más de dos meses para darse a conocer. Tarea difícil, visto el panorama. Van a tener que vestirse de magenta.  

dissabte, 14 de març del 2015

The Real Thing.

Ya están todos subidos a los estrados a grito pelado, pidiendo el voto de la gente. Todos. No falta ni uno/una. Y todos dicen lo mismo. De los demás, hablan en presente y pasado. De sí mismos, en futuro. Los demás no tienen nombre concreto: suelen ser "algunos", "otros", "el bipartidismo", "los adanes",  "los corruptos", "los radicales", "ese hombre", "esa persona". Su misma presencia es indigna y responsable de la inmundicia y la desgracia actuales; sus intenciones, protervas: más miseria, caos, pobreza, ignorancia, paro, crisis. España no se los merece. Los españoles, menos. Los españoles se merecen algo distinto: nos merecen a "Nosotros". "Ellos" son el pasado; "Nosotros", el futuro. La pareja de bueyes por el sendero de siempre.

"Nosotros" brillamos como la luz del sol, no nos ocultamos, aquí estamos, a la vista: el PP, el PSOE, Podemos, Ciudadanos, IU, UPyD, etc. Con ideas, con proyectos, con la mano tendida, con afán e ilusión, para no perder lo conseguido, para conseguir lo perdido, para restablecer la justicia, recuperar la dignidad pisoteada, continuar con el trabajo bien hecho, consolidar conquistas, no dejarse engañar con cantos de sirenas, no dejarse robar, proteger a los más débiles, generar confianza en los mercados, brotes verdes por doquier, rendición de cuentas, fin de la corrupción y longanizas para todos los perros. Puede que el resultado de estas y sucesivas elecciones altere el sistema de partidos y que en el 2016 se vean algunas caras nuevas por los viejos mentideros. Lo que no cambia un ápice es el modo de llegar a él: pura vieja política de mítines, promesas, retórica barata, golpes bajos, letanías, topicazos, mentiras, manipulaciones, chulerías, plagios, hipérboles, necedades, frases manidas, engaños. Lo de siempre.

¡Ah, españoles! "Yugos os quieren poner gentes de la hierba mala, yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas". Y para eso, lo mejor es votar  PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos, IU, UPyD o los partidos soberanistas de las nacionalidades históricas. Nada de abstenerse. La abstención favorece al adversario. Es un error garrafal. No votar equivale a votar a otros, a quienes no somos nosotros. Y en eso están todos de acuerdo. PP=PSOE=Podemos=Ciudadanos=IU=UPyD. Es en lo único en que están de acuerdo. Quieren tu voto, si no directamente para ellos, para algún otro porque, en el fondo, es una necesidad del sistema al que todos pertenecen. Todos. Incluso lo que dicen estar fuera de él.
 
Los ejemplos más claros, las dos presuntas innovaciones, Podemos y Ciudadanos, las dos opciones que vienen vendiendo originalidad, ruptura, innovacion. Nada de caminos trillados. En su lugar, novedades, juventud, autenticidad, sinceridad. Recuerdan mucho el argumento del fabuloso relato de Henry James, The Real Thing. Al igual que en esta historia de modelos, Podemos, que traía la promesa de innovación, ruptura, transgresión, nueva frente a vieja política, ha resultado una copia desvaída de lo preexistente, con sus mismos usos y costumbres, sus anfibologías, su ambigüedades y confusiones. Y más que copia, plagio literal de todo lo que se mueve, desde el nombre de la organización a sus aportaciones "teóricas", sus consignas, sus promesas, sus comportamientos y reacciones. En Podemos no hay nada original. Ni el nombre de su dirigente. De sus prácticas no es posible ni hablar. Ya no dejan. Su comunicación está tan plagada de manipulación, engaño, censura, denuncia de malévolas conjuras, interpretación de contextos y similares trolas, como de intentos de silenciar a los críticos y reservar la voz a los palmeros.

De forma parecida al relato de Henry James, resulta que los contratados como the real thing eran una impostura y la real thing auténtica vendría de la mano de Ciudadanos, un partido verdadero "vertebrado gaseoso" (que diría Ramiro Rico) que es pro y antisistema al mismo tiempo; que no se contradice, porque no dice nada; que, al igual que Podemos, solo se rige por el principio de ganar las elecciones, pero suelta menos doctrina, es menos pesado, anda liviano de teoría, las mentiras se le notan menos, no necesita ser ambiguo porque no precisa aparentar lo que no es. Un magma histriónico con muchas más posibilidades de sacar votos que los pedantes de Podemos porque ha conseguido lo que estos buscaron y no encontraron: la forma de ser prosistema pareciendo antisistema.

Con razón los de Podemos, al principio tan saladamente mediáticos, ahora vigilan, controlan y tratan de rentabilizar con sumo cuidado las apariciones de sus líderes. Con razón, también,  rechazan toda confrontación  con Ciudadanos. Tampoco quieren medirse con nadie que los critique con fundamento. Solo con los palmeros, haciendo honor al espíritu de las bochornosas tertulias de las televisiones comerciales en las que se forjaron. La comunicación se ha hecho propaganda. Como siempre.


(La imagen es grafiti de Bansky, que circula por la red).

 

dimarts, 10 de març del 2015

Regeneración.


Hace mucho tiempo que no se ven unas elecciones tan abiertas, de resultados tan inciertos. Al menos, desde los inicios de la transición. Y no son solo una consulta, sino cuatro en un año con intervalos de tres meses o menos.  Aquí va a ponerse todo a prueba.

Son elecciones tan abiertas y con tanta volatilidad en intención de voto porque hay un estado generalizado de desconcierto, una aguda conciencia de crisis, un asomarse a lo imprevisto que causa a la vez ilusión y zozobra.

La crisis es triple. La económica no precisa presentación. En parte vino de fuera y en parte se originó dentro. Va por su séptimo año sin signos reales, consistentes, de mejoría. Ha causado y sigue causando destrozos económicos y sociales sin cuento. Es una emergencia.

A ella se ha sumado una crisis política, institucional, producida por la incompetencia del gobierno. Aplicando rígidas políticas económicas impuestas por la UE o Alemania y reformas radicales de carácter ideológico, está haciendo pagar la crisis a los sectores sociales más desfavorecidos, atentando seriamente contra la cohesión social, generando desigualdades lacerantes (basta mirar la escala salarial), provocando la indignación de amplios sectores sociales.

Esa indignación provoca una tercera crisis cívico-moral que se enciende con la corrupción rampante, omnipresente que todo lo contamina. La corrupción es la segunda preocupación de los españoles, pueblo caracterizado por unas amplias tragaderas históricas. La conciencia se condensa en una de crisis de la democracia. Señor@s, esto ha tomado un rumbo equivocado. Hay que enderezarlo. Hay que regenerar la democracia. Regeneración es la palabra, tampoco tan nueva esta parte del planeta.

¿Cuántas veces se ha oído al gobierno su intención de aprobar medidas de regeneración, códigos éticos, reformas normativas, decretos, recomendaciones, sesudos informes y hasta páginas web?  Ninguna de ellas pasa del primer vagido, si lo da. ¿Por qué? Porque el gobierno carece de toda autoridad para esta empresa y el primero en saberlo es él. Por eso no tiene entusiasmo y las cosas sin entusiasmo no salen. Aunque tampoco está claro el deseo de que salgan.

La cuestión es si el PSOE puede izar esa bandera regeneracionista. Si  puede y si le dejan. Es y se reconoce parte del orden dinástico. Esto lo obliga a especificar qué quiere regenerar y si, para hacerlo, precisa reformar la Constitución, cuál será el alcance de esa reforma. El punto esencial de su defensa es el acotamiento de la reforma constitucional frente a las dos opciones alternativas, el inmovilismo cerrado de la derecha y el proceso constituyente abierto de la izquierda. Ambos superiores en un orden puramente lógico porque si todo inmovilismo excluye la reforma, no toda reforma excluye el inmovilismo. Y, por el otro lado, si el proceso constituyente incluye cualquier reforma constitucional, la reforma constitucional excluye el proceso constituyente.

El programa regeneracionista del PSOE se hará en el marco de la reforma constitucional, aun bajo la sospecha de que ello servirá para muy poco en la cuestión catalana. El problema es saber exactamente el alcance de la reforma, esto es, si además de la planta territorial del Estado y una serie de derechos sociales y económicos (que ya veremos) se propondrá algo con relación a las sempiternas cuestiones abiertas en España, la de la Monarquía República y la de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Asuntos nada fáciles de zanjar.

La reciente arremetida a estilo algarada de Podemos ha sembrado el desconcierto en la pesada izquierda institucional, en una táctica típica de la caballería númida, de ataque y repliegue. IU se ha venido abajo con mediano estrépito y las cohortes sociatas se han estremecido. Pero, parecen recomponerse pues también ellos, como Escipión en Zama, disponen de temibles jinetes númidas. Recuérdese  que, así como los de Podemos no son de derechas ni de izquierdas, los númidas podían combatir en las mismas guerras en campos contrarios. Pasada la primera sorpresa, retirados los efectivos a los cuarteles de invierno, entra ahora en acción la maquinaria bélica. Aquí la regeneración viene por el lado de un proceso constituyente, sin límites. Rien ne va plus!
 
Y justo en ese momento se ha colado en el mentidero regeneracionista Ciudadanos sin duda por eso que los de Podemos llaman con cierta cursilería una ventana de oportunidad y que consiste en aprovechar el hueco. Pues hay hueco; lo dicen los votos. Pero no saben cuál porque el discurso de Ciudadanos es incomprensible, un popurrí con tendencia a la derecha extrema, pero vestida de modernidad. De regeneracionista, nada. Pero no por falta de autoridad, como en el PP, sino de interés en la materia. Ya puede una amargada Rosa Díez exponer el decálogo del despecho, las diez diferencias con Ciudadanos que prueban cómo ellos son un partido serio y responsable y los de C's una panda de advenedizos sin principios, oportunistas, sin escrúpulos. Será cierto que esas sean las diferencias, pero los ciudadanos parecen haber visto otras, entre ellas una muy tonta pero importante: un nombre fácil de identificar. ¿Qué es UPyD? ¿Qué la formación magenta?  Sería quizá injusto que no llegara al 3%, pero puede pasar.

dilluns, 9 de març del 2015

¡No dimitas, González!


Ni se te ocurra, hombre, ni se te ocurra. Ya está bien de tonterías y miramientos. Por ahí va Pedro Sánchez pidiendo a Rajoy que te destituya, como si Rajoy tuviera autoridad para destituir a nadie cuando el que anda más embadurnado de ñorda es él mismo. Y con Sánchez, toda la turba de rojos, populistas, bolivarianos, todos pidiendo a coro tu dimisión.

¡Ni hablar! ¿Qué has hecho o dejado de hacer para dimitir? ¿Acaso no pareces haber robado con denuedo, ahínco y dedicación? ¿No te has calzado un ático por una fortuna comprado por un alienígena, pagado con dinero del Monopoly y, además, blanqueado? ¿No tienes un lío de espionaje con la Gestapillo? ¿No hiciste lo que pudiste para establecer un casino de robo a lo grande en Eurovegas con la probable comisionceja y las condignas mordidas? ¿No has seguido esquilmando el erario, privatizando, entregando todo lo público a intereses privados amigos que luego, según parece, te premian con áticos de ensueño? ¿No eres un cumplido y presunto ladrón, un chorizo al que la gente llama tal en cuanto te ve?

¿Que te han pillado en un asunto de escuchas telefónicas, mintiendo, amenazando a policías y engañando a quien se deje? Pues lo mismo que hacen todos los tuyos todos los días: Cospedal, Floriano, Pons, Hernando, Villalobos, Barberá, Arenas, toda esta recua de profesionales del embuste, la trampa y el trinque: mentir, difamar, contar patrañas, insultar a la gente, soltar chuladas

Entonces, ¿por qué vas a dimitir? ¿No es el PP una asociación de delincuentes dedicados al expolio en masa? ¿No se organizó para eso? ¿No tiene decenas y decenas de cargos empapelados por ladrones, estafadores, mangantes? ¿No es el presidente del gobierno uno de ellos por haber cobrado supuestos sobresueldos en B y haberse costeado trajes, viajes y quizá confetti con cargo a la Gürtel y su amigo Luis-el-fuerte? ¿No está el gobierno de España en manos de unos ineptos bocazas dedicados a privar a la gente de su dinero para dárselo a los bancos o metérselo ellos mismos en el bolsillo?

¿Por qué vas a dimitir, González, si no pareces haber hecho mas que lo que hacen todos en tu partido, lo que llevan veinte años haciendo, esto es, robar? En vez de dimitir que te den un cargo aunque sea en diferido.

Obviamente, deberías dimitir si fueses una persona honrada, si no te hubieras llevado nada, ni hijos a Disneylandia, ni novias a las Islas afortunadas. Deberías dejar el cargo si no hubieras hecho una sola recalificacion fraudulenta, una adjudicación ilegal, si no hubieras esquilmado los dineros públicos, ni despilfarrado fortunas en enchufar a tus parientes al tiempo que los dependientes se mueren, la gente se va a la calle o se suicida, los niños pasan hambre o los pobres comen en la basura.

No siendo tal el caso, no tienes por qué dimitir. ¡Que dimitan ellos! Tú a lo tuyo, como el PP que esto de robar parece se le da de cine. Y, encima, los robados os votan.
 
No dimitas, hombre, que pierdes antigüedad en un noble y antiguo oficio.

Madrid, castillo famoso.

Por fin tienen lideresas las huestes de la derecha frente al baluarte madrileño. Ha costado meses decidirlas y al final se ha hecho aceleradamente y de un modo shakesperiano, dejando un par de cadáveres en el escenario. El primero, el de la todavía alcaldesa, de quien nadie se ha acordado ni para llevarle flores. Aunque ella se postuló, su candidatura era tan absurda como el conjunto de su gestión, puntuada por momentos que han alcanzado ridículo planetario.

El muerto más visible es el infeliz González, quien llegó a creerse que era alguien cuando Aguirre lo nombró sustituto y encargado de la Comunidad mientras ella se quitaba de encima la pringosa Gürtel y encaraba su última y más audaz jugada política: ser de nuevo una alternativa a Mariano Rajoy. Creerse alguien cuando no se es nadie es propio de caracteres confusos, que toman las ventanas por espejos. Aguirre lo dejó en realidad de presidente en funciones pues lo tenía agarrado a través del PP de Madrid, del que ella era presidenta. Y siguió siéndolo mientras afirmaba retirarse para siempre de la politica en un ejercicio de disonancia cognitiva, facultad de gente con muchas tablas. Cuando por fin González, que no parece muy rápido, comprendió haber sido la víctima propiciatoria, los gritos, dicen las crónicas, se oían en toda la primera planta de Génova, recientemente reformada en B y dotada seguramente de condiciones acústicas excelentes.

Cifuentes asciende desde un puesto importante pero, a la postre, funcionarial y delegado, a otro político de primera línea, a medirse con un exministro. Si consigue un resultado satisfactorio, dada su adscripción a Rajoy, será buena pieza de este para hacerse con el control del PP de Madrid, desplazando a Aguirre. Ahí ha estado la tensión de los últimos días. Rajoy cedía en nombrar candidata a Aguirre a cambio de que esta renunciara a la presidencia del partido. Pero la lideresa ha sido tajante en público: no será candidata si no es también presidenta. Un órdago y en un tweet. A lo que el propio PP ha respondido con una declaración institucional, recordando que ese acuerdo existe pero aplazando su ejecución a después de las elecciones. Una concesión que demuestra estado de hostilidades.
 
Rajoy espera malos resultados en todas las elecciones próximas, probables nuevos escándalos de corrupción,  y no parece tener éxito en colocar el mensaje optimista de la recuperación. En esas condiciones no goza de autoridad suficiente para imponer su candidatura a la renovación del mandato ante unos sondeos catastróficos. De ahí que le interese controlar más el partido, sobre todo el madrileño y socavar el terreno bajo su más que probable rival, Aguirre.
 
A su vez, Aguirre, que presume tener un formidable gancho electoral, confía en ganar, ser la alcaldesa. Si lo consigue mientras, al mismo tiempo, se hunden los resultados de su partido en otros ayuntamientos, mantendrá sus dos posiciones de fuerza, la alcaldía y la presidencia, frente a un Rajoy deslegitimado y debilitado. Y nadie duda de que dará la batalla por ser su alternativa. Y Rajoy ya no tiene a Camps para defenderse. A saber si se tiene a sí mismo. 
 
En el fondo, la lucha por Madrid prefigura la lucha por España. En el tándem del PSOE también ha habido turbulencia interna y por el camino se ha quedado algún cadáver. Así como en el PP no dejaron que González llegara a ser Aguirre, en el PSOE no dejaron que Gómez llegara a ser González. La política es a veces una carrera de relevos. Sí ha salido bien a los socialistas la presentación de su candidatura, con todas las virtudes de la buena planificación y mercadotecnia política. Los próximos sondeos hablarán, pero parece haber tendencia a la recuperación del voto en esta época de estrecheces. Y los dos candidatos parecen sólidos. Su manifiesta sosería, que trasmite probidad, es un activo para un electorado que está ya hasta la coronilla de cantamañanas y mangantes.
 
El trabajoso parto múltiple de la izquierda casi resulta simpático por lo cercano y familiar. ¿Quién no conoce gentes tan mal avenidas como estas pero que se obstinan en seguir juntas porque se piensan miembros de una misma familia? Gentes que se toman muy en serio lo que hacen y no paran de adoptar iniciativas unitarias o separadoras, a veces al mismo tiempo, en busca de una forma de organización que compatibilice la jerarquía con la espontaneidad. La cuestión no es si esto es bienintencionado o no, sino si es o no eficaz, por no decir eficiente. La proliferación de nombres, organizaciones, entidades, propósitos no augura nada bueno.
 
Añádase la repentina aparición de Ciudadanos, encabezado por otro fenómeno mediático, Rivera, que trae ecos del Príncipe Valiente. El salto en intención de voto de esta opción que, no siendo nueva, lo parece obliga a tod@s l@s analistas a ampliar la explicación de los partidos en las redes sociales porque Ciudadanos es un partido de redes en mayor medida aun que Podemos. Su primer resultado es haber barrido a UPyD a más velocidad que Podemos IU. Pero, y eso es lo interesante, parece más capaz de bombear el PP que Podemos el PSOE. El PP barrunta que el auténtico peligro le viene de Ciudadanos. La cuestión será cuando se vea la distribución final de ese voto que todo el mundo hoy llama trasversal.

IU es un De profundis. Sacudida por escisiones, enfrentamientos, corruptelas, sanciones, expulsiones, con unas expectativas de voto muy bajas, corre el peligro incluso de ser extraparlamentaria. En Andalucía, por ejemplo, quizá no alcance a constituir grupo propio. A la verdadera izquierda no le queda más salida que converger con la otra izquierda que está obligada a reconocer asimismo como "verdadera". En realidad, someterse a ella.  



dimecres, 4 de març del 2015

Intervenir Madrid.

Al paso que avanza el proceso soberanista catalán se oyen voces en España advirtiendo de que, si las cosas van a más, será preciso intervenir la Comunidad Autónoma de Cataluña por atentar gravemente contra el interés general de España, según reza el artículo 155,1 de la Constitución. Al margen de la cuestión de cuál sea el alcance de ese artículo, claro está que la hipótesis de la intervención, sea esta la que sea, se da por razones ideológicas. El caso Pujol atenta contra el interés general de España, pero no más que el caso Fabra o el caso Matas y nadie pide intervenir en Valencia a Baleares. Las hipotéticas razones son eso, ideológicas. No se puede permitir que los nacionalistas impongan su modelo porque ello llevaría a un delito de rebelión y hasta de sedición. Es posible, pero es futuro. La intervención se pide ahora por la ideología y sus manifestaciones que, sin embargo, hasta la fecha, han querido ser legales, aunque al gobierno central le parezca que no siempre lo han conseguido, razón por la cual se ha movilizado la Fiscalía.

Vuélvase la vista a Madrid. Veinte años (desde 1995) de gobiernos del PP con mayoría absoluta. Desde 2003 hasta 2012 de la señora Aguirre. De 2012 del señor González, delfín, aunque más parece anguila, de la dama. Y el espectáculo que ofrece es inenarrable. Estos veinte años han convertido la capital del Reino en la corte de los milagros o el Soho de Mackie el Navaja. Un lugar de corrupción generalizada, de generalizados expolios, fraudes, saqueos, corretajes, comisiones, mordidas. Todo lo cual va directamente contra el interés general de España, contra los bolsillos de los españoles. Eso sí que motivaría una intervención en toda regla. Y no ideológica, sino penal.

El gobierno de la Comunidad más importante no puede estar en manos de una gente que anda imputada, procesada, entrando y saliendo de los juzgados o directamente en la cárcel. Y no uno ni dos; y no subalternos y jardineros, sino alcaldes, diputados, consejeros y presidentes. Esto no es de recibo. Madrid es una madeja hecha de instituciones patrimonializadas, gestión corrupta de servicios públicos, organizaciones patronales no menos corruptas, sindicatos adaptados y, como guinda, Caja Madrid, estado mayor del despilfarro y el expolio. Y un lugar en donde los gobernantes contratan ayudantes de jueces a destajo como espías para que les cuenten el contenido de los sumarios secretos y salvar así su pellejo curtido en mil fechorías. El gobierno de Madrid es una gusanera de ladrones, corruptos y políticos fanáticos, como esa Lucía Figar, empeñada en que los niños vayan a la escuela solo a rezar.

Y la reina feliz de este desbarajuste y proliferación de mangantes es la señora Aguirre, presidenta gracias al bochornoso Tamayazo y némesis de la Gürtel según ella misma pues fue quien la denunció, con la misma razón con que podría decir que ha traído la lluvia cuando, al salir de casa se moja. Aguirre no descubrió la Gürtel. La Gürtel descubrió a Aguirre, en el doble sentido del término, como alguien a quien se podía utilizar, dada su vanidad y afán de figurar y como alguien a quien se podía luego dejar con salva sea la parte al aire y las dos manos hechas churrascos. Ignoro qué opinión tendrá Aguirre de sí misma y de sus años al frente de la CA de Madrid, pero no puede ser buena. Si no fue cómplice de las barrabasadas que una manga de sinvergüenzas estaba perpetrando -y no hay razón para creerlo puesto que nadie ha dudado jamás de su honradez personal- la alternativa es que fue una especie de tonta del bote que no se enteraba de nada.

Y es que ese no enterarse de nada afecta a hechos de tal magnitud que son difíciles de creer. Tuvo de consejero de Presidencia, Justicia e Interior, o sea, no de macero, a uno que está ahora en la cárcel y que llevaba años haciendo mangas capirotes con tierras, casas, fincas, recalificaciones en sus actuaciones municipales. Un pájaro capaz de dar un pelotazo de tres millones de euros en un día. Y a lo mejor fue legal porque estos hábiles apandadores no desdeñan vía alguna, ni las legales. Y la lince Aguirre lo nombra consejero de Justicia. Una señora que ahora dice ganarse la vida como cazatalentos. Desde luego, desde luego. En donde hay un Funes el memorioso, puede haber un Granados el talentoso.

Talentoso y milagroso. Todo es excepcional en el Madrid de la Dama Honorífica de la Orden del Imperio Británico. Al socio del talentoso Granados y cerebro de la operación Púnica, en la que también hay pringada gente del PSOE, le tocó la lotería ocho veces en dos años. Una de dos, o el hombre, Marjaliza, ha domeñado el azar con una fórmula secreta o hace milagros. Me inclino por lo segundo. De algo había de servirme leer en el BOE que Dios creó el universo y puso en el centro al hombre, pero le dijo que se olvidara de ser feliz si no era por medio de Él o de sus representantes en la tierra, como el cardenal Rouco Varela, capaz de hacer feliz a la gente solo con mirarla.
 
La misma señora cazatalentos dejó de sucesor suyo en la Comunidad a este Ignacio González que casi parece sacado de una historia del Conde de Montecristo. Previamente había fracasado en su intento de colocarlo al frente de Caja Madrid, en lugar de Blesa. Hubo de transigir con Rato, otro hombre pintiparado para seguir la política de privatización de la caja en las faltriqueras de sus gestores. En aquella ocasión, Aguirre calificó a González de "servidor público ejemplar". Ese servidor público ejemplar anda por los juzgados de querellas por acusar a la policía de extorsionarlo. Y todo a cuenta de un ático que parece un ensueño tipo Shangri-la pero adquirido por un procedimiento de ingenieria financiera que desafía todas las leyes, incluida la de la gravedad, así como el tiempo y el espacio. Un personaje así, al que nadie ha elegido personalmente para nada no puede ser candidato a la presidencia. No es realista.
 
Porque la jurisdicción de Mackie el Navaja no se reduce a las corrupciones de altos restaurantes y bajos figones. Está llena de episodios trasversales cada uno de los cuales daría para escribir un sainete. El de la fiebre del oro de Eurovegas fue de Berlanga. El caso de la gestapillo, con unos cargos espiando a otros es más del Cow boy de medianoche. ¿Y qué decir de la política de privatizaciones sanitarias por las que andan ahora imputados algunos petimetres que acostumbraban a salir por la tele, su tele, soltando teóricas sobre el libre mercado?

Definitivamente, la Comunidad de Madrid no puede seguir en esas manos. El Parlamento debiera nombrar una comisión gestora con la única misión de investigar este periodo nefasto de gestión en Madrid. Tendría que someter a juicio de residencia a las autoridades anteriores, velar por la limpieza de las elecciones, que nadie daría por supuesta organizadas por esta wild bunch de gestores de la derecha. Igualmente tendría que garantizar la transmisión de poderes a los vencedores en las urnas, sin interferir en su actuación, pero prosiguiendo sus investigaciones hasta dejar en claro cómo ha funcionado estos años Madrid, ceca y meca de la corrupción general en España.

diumenge, 1 de març del 2015

A las barricadas.


Las barricadas, hoy, son de cristal. Tienen forma de urnas. Su defensa y asalto se hacen en términos estrictamente discursivos, hablando, cosa que suele darse bien a los intelectuales. La campaña electoral de municipales y autonómicas promete alcanzar niveles nunca vistos. Los intelectuales hacen acto de presencia casi en masa, al menos en la izquierda. El PSOE presenta a un catedrático de Metafísica; IU a uno de Literatura; Podemos no parece tenerlo claro de momento aunque, si no entiendo mal, podría ser Luis Alegre, profesor de Filosofía. Y, en todo caso, en esa organización bullen los profesores e investigadores universitarios. O sea, intelectuales. A Luis García Montero, de IU, lo apoyan otros intelectuales expresamente; casi parece un Parnaso.

En algún sitio he visto un cartel muy ingenioso, imitando uno célebre de Obama; en lugar de este, la efigie de Gabilondo y, como lema, "Yes, we Kant. El lábaro de un metafísico. La referencia recuerda un famoso ensayo sobre filosofía de Ayn Rand, publicado como La filosofía y quién la necesita. En realidad era una lección inaugural de curso de la Academia militar de West Point, allá por los años setenta del siglo pasado. En ella, Rand desengañaba a los cadetes acerca de la estrategia general del mando. El enemigo de los Estados Unidos y, por ende, de la libertad, decía la autora de El manantial, no era el comunismo. Era Kant. Cuando Gabilondo enarbola a Kant prueba la verdad de la predicción. El imperativo categórico es contrario al capitalismo y no digamos al neoliberalismo.

Lo que no tengo claro es si son polémicas que se difundan por los medios. Los intelectuales tienden a la abstracción y las grandes fórmulas. Iglesias se arrancó hablando de asaltar los cielos. Y, al lado de los cielos, ¿qué son unas urnas de cristal? Los intelectuales salen de sus torres de marfil y se implican en los conflictos de la vida práctica.

Pedro Sánchez no se ajusta al patrón. Más parece un joven ejecutivo con dotes de mando y organización. Fondo de intelectual, poco. Pero en torno suyo hay bastantes, aunque desperdigados. Harían bien los socialistas en unificar sus fundaciones en una sola, como hace la derecha con la FAES. La unidad es un factor esencial en la práctica y la teoría políticas. Si no consiguen juntar las taifas fundacionales, creen una, dótenla de medios y pónganla a trabajar, porque les hace falta. Podemos quiere asaltar los cielos a lomos de estudios empíricos, análisis estadísticos, informes de viabilidad, dictámenes de expertos. Oponerse a eso con vaguedades no es prometedor.

Son, pues, dos tipos de intelectuales: los de la antigua usanza, más ideológicos y los de la nueva, más prácticos, más gestores que intelectuales, más managers, por utilizar el término que popularizó en 1941 James Burnham que, a su vez, procedía del movimiento trostkista. En medio está Carmona, candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, un mixtum compositum de sabio profesor, gerente avispado y locuaz tertuliano.
 
Esta efervescencia de ideas, tendencias y propuestas tiene como denominador casi común la idea de unidad. Unir a los intelectuales es tan posible como cuadrar el círculo.
 
La derecha no tiene ese problema. Sus candidatos son siempre políticos profesionales. Y sus intelectuales están aparcados en programas televisivos con títulos como amarillo limón o las pulgas del perro.

dijous, 12 de febrer del 2015

Empezar por Madrid.

Destitución fulminante. Sorpresa general. Reacciones en cadena. Contrarreacciones. Cruces de acusaciones y palabras subidas de tono. Algunas tan subidas que se gritaron ante la sede del PSOE en Ferraz en una manifestación espontánea de medio centenar de socialistas gomecistas, muy enfadados con la dirección federal.

Respetando las distancias y las diferencias, algo parecido al guirigay montado en IU de Madrid hace unos días. Podemos, que sigue haciendo destrozos en las aguas estancadas de los partidos de la izquierda, se configura más como imperativo del verbo podar que como presente de indicativo de poder. Según se dice, la derecha se frota las manos. Pero será de frío porque, al menos en Madrid, se encuentra en situación de similar desconcierto, sin candidatos a las municipales y autonómicas de mayo. En este momento, ningún partido tiene candidato a la Comunidad Autónoma salvo, precisamente, el PSOE. Sorprendente. Pero, cierto, el espectáculo están dándolo las izquierdas.

Los problemas de los partidos tienen componentes externos que todo el mundo puede valorar, como los procedimientos judiciales o los procesos electorales, y otros internos, de información reservada a los militantes y dirigentes, sobre todo dirigentes, que, muchas veces, solo disponen de parte de ella y no muy sana. Es decir que, cuando estalla uno de estos problemas es muy difícil que la ciudadanía pueda hacerse una idea de lo que está pasando, de quién tiene razón y quién no. Las acusaciones mutuas lo embarullan todo. Y así resulta que, no ya la gente, sino muchos militantes no saben por qué lado inclinarse. Una prueba es ese manifiesto del grupo Socialismo Democrático, de Alberto Sotillos, titulado Comunicado sobre la situación del PSM del que lo único que se saca en claro es que los autores no tienen nada claro qué está pasando en su partido y no saben por quién pronunciarse. Por eso se lamentan de la situación y proponen unas medidas exquisitamente democráticas pero que, supongo, no hay tiempo ya de articular antes de las elecciones. Y a las elecciones tiene ese partido que presentarse.

Quizá la dirección pudo haber hecho las cosas de modo más versallesco. Es de suponer que su decisión será legal desde el punto de vista de sus estatutos. Pero a lo mejor era recomendable guardar más ciertas formalidades, reunir algún órgano colegiado y tomar una decisión con un debate. Esto quizá le hubiera dado más apoyo. Pero tampoco el afectado se ha andado por las ramas. Ha convocado una rueda de prensa y ha cargado contra Sánchez, proclamándose desobediente, rebelde y amenazando con ir a los tribunales en defensa no de su honor, que da por supuesto, sin o de su cargo. A su lado estaba Carmona, candidato a alcalde de Madrid, quien reiteró que ponía la mano al fuego por Gómez, gesto noble, pero no muy hábil.

La línea de fractura está clarísima. Fractura irremediable. Es la confrotación. Pero en ella, los gomecistas, por numantinos que sean, llevan las de perder. No estaban preparados y sus compañeros de la dirección, sí. Ha sido una serie de golpes fulminantes que estaban programados: a) destitución de Gómez; b) nombramiento de una comisión gestora a cargo de Simancas y Lissavetzky, dos históricos, uno de ellos víctima directa del tamayazo; c) designación del candidato a la Comunidad, Ángel Gabilondo.

Un golpe de efecto, un golpe de autoridad que, con mayor o menor razón, ha sido bien recibido por los militantes y los ciudadanos en general, de acuerdo con un sondeo de urgencia de Metroscopia para El País, según el cual, la intención de voto del PSOE remonta en 8,2 puntos y consigue el milagro de superar a Podemos. Muchos dirán que, en realidad, esas son las ganas de El País de que eso suceda pero, en cualquier caso, Pedro Sánchez estará exultante porque ha probado que, como dijo, no le tiembla la mano y que en el PSOE manda alguien: él. Los barones han aceptado todos la medida, con alguna suave queja en cuanto a las maneras, en cerrado asentimiento. El PSOE muestra unidad interna y eso, hoy, es un enorme activo. Solo Susana Díaz se mantiene en el fiel de la balanza. Será acertado o no, pero las circunstancias objetivas han cambiado: tomar Andalucía desde Madrid no es lo mismo que tomarla desde Ferraz.

Sánchez se ha consolidado despidiendo a Gómez. Si es justa o no la medida es cosa que se verá según avancen las investigaciones sobre el caso de Parla; pero, desde luego, es ejemplar y, según se ve por las reacciones, ejemplaridad es lo que la gente busca, harta de corrupción. La bronca que le han montado los diputados díscolos a cuenta del pacto antiterrorista y la cadena perpetua disfrazada es más ideológica y, por lo tanto, manejable. Andalucía está fuera de cuentas con las elecciones de marzo. ¿Qué queda por hacer tras haber demostrado que el PSOE es un partido fuerte, capaz de tomar decisiones drásticas, como destituir a un barón y nombrar un candidato nuevo en horas mientras los demás dan vueltas al atajo?

Seguir demostrándolo y, una vez que ha marcado las distancias con el resto de la oposición, Podemos y el pecio de IU, marcarlas ahora con el gobierno y demostrar a este que está en condiciones de sustituirlo. Que está en condiciones de desmentir a Rajoy cuando le vaticina que no llegará a ser presidente del gobierno. Habiéndolo predicho el presidente lo más probable es que suceda lo contrario, pero no estaría mal que Sánchez mostrara en este empeño tanta autoridad, audacia y tesón como en el de conquistar Madrid.

Para ello, lo único eficaz es presentar la moción de censura.

A lo mejor, además de Madrid, conquista España.

dimarts, 27 de gener del 2015

El Sur como Norte.

El bastión andaluz del PSOE va a ser la primera escaramuza de este año erizado de elecciones. Los presidentes anteriores eran gentes tranquilas, dadas a la rutina, seguras de su peso en el partido y el Estado. Sus elecciones autonómicas solían coincidir con las generales (salvo el astuto desplazamiento de Griñán en las últimas) porque Andalucía era el Estado y el Estado, Andalucía. Cuando se acusa a Susana Díaz, la primera presidenta de esta especie de sultanato socialista del Sur, de ser ambiciosa y de proyectarse como figura central del partido y del Estado, se olvida que sigue la práctica anterior.

La convocatoria de elecciones anticipadas es consecuencia de una crisis del gobierno andaluz que, según Díaz, se produce por la "radicalización" de su socio de IU. No es muy feliz el término pero se entiende. Quiere decir que sus aliados se han puesto imposibles. Ellos afirman lo contrario y acusan de oportunismo o algo así a la presidenta. También puede ser, pero se reconocerá que convocar a la militancia a un referéndum en el verano sobre la continuidad de la coalición de gobierno no es la forma más convincente de mostrar preocupación por la estabilidad de ese gobierno.

En cualquier caso, carece de sentido embarrancarse en una discusión interminable sobre quién empezó. Toda coalición es un contrato y todo contrato está sometido al principio de rebus sic stantibus, esto es, los pactos se mantienen mientras a ninguna de la partes le interese romperlo; si a alguna le interesa, lo romperá. Otra cosa es que le salga bien pues toda decisión humana está sometida a otro principio aun más poderoso que el del interés propio: el de la incertidumbre.

La señora Díaz obviamente piensa que le trae cuenta romper el acuerdo y convocar. Y rompe. Se le recriminará por todos los conceptos y ella responderá por otros tantos. Pero no hay nada que hacer entre otras cosas porque quienes la acusan procederían igual si pudieran.

Lo interesante aquí es la incertidumbre, es decir, el resultado del 22 de marzo. Las perspectivas del PP son tenebrosas. Así como al partido lo conoce todo el mundo por la corrupción, a su candidato, Juan Manuel Moreno Bonilla, no lo conoce nadie. El apellido trae a la memoria la novela Nadie conoce a nadie del gran Juan Bonilla. Y cuando la gente no te conoce es difícil ganar elecciones.

En realidad, la incertidumbre está en el reparto del voto entre las tres fuerzas de izquierda y, sobre todo, el porcentaje que alcance Podemos. Sobre esto van las apuestas. La candidata, de la corriente anticapitalista, tiene el respaldo de Iglesias. No ocurre como en Madrid, en donde los seguidores del Príncipe de Coyoacán, han armado una candidatura alternativa que riñe el triunfo a la que el mando ampara. Pero la política es un oficio de confusión. Precisamente aquel respaldo puede ser una pepla: Andalucía es una plaza de segunda porque la dirección no propone su candidatura. La gente es muy susceptible y la de izquierda, enfermiza.

La convocatoria anticipada, es de suponer, trata de pillar a Podemos logísticamente en cueros. Pero este es un partido con mucho dominio de las redes y una agilidad y flexibilidad de las que las organizaciones tradicionales carecen. No fíen los socialistas su éxito a esa flaqueza por si no es tal y no carguen retóricamente contra Podemos llamándolos cosas feas porque se los pueden encontrar al lado y necesitarlos. Curándose en salud, Díaz propone que gobierne el partido más votado. Es un mensaje al PP, inconveniente por innecesario porque o ese acuerdo tiene fuerza de obligar o a ver cómo se impone..

El zafarrancho se lo ha organizado a IU. Ahí está, hecha unos zorros, con el tizne de Extremadura, el pedrisco de Madrid y la reciente escisión de los profetas de la tierra de la CUT, que se llevan sus carromatos a asaltar los cielos con los de Podemos.

Quede ya para otro post la interesante especulación que produce la siguiente hipótesis : Díaz gana en Andalucía y Sánchez se la pega en el conjunto del país y en concreto en Madrid, rompeolas de las Españas. Las primarias quedarían abiertas, no a los electores, que eso ya se vería, sino a los elegibles. Y a cinco meses de las generales.