dissabte, 4 d’agost del 2018

Contrarrueda de prensa de la oposición imaginaria

Ayer, Sánchez ofreció la última rueda de prensa del gobierno compareciendo en persona para hacer balance de sus dos meses de actividad. No ha esperado a los cien días de rigor y ha hecho bien porque sus adversarios tampoco esperaron y comenzaron a atacarle a los cien minutos. Y, lo dicho, balance. Los periodistas lo transmitieron, pero nadie allí ni fuera de allí tomó la palabra para replicar a las declaraciones del compareciente.

Por eso, Palinuro, constituyéndose en imaginaria oposición ha tomado sobre sí la tarea de responder al presidente punto por punto, con ánimo constructivo.

Generalidades filosóficas. Sánchez insiste en que ofrece diálogo dentro del respeto a la ley. Diálogo y ley. Algunos lo llaman avance frente al corrupto gobierno anterior que ofrecía palos y ley. Los dos coinciden en la ley. La ley. La omnipresencia de la ley. Es su escudo: lo que la ley diga. ¿Y si no dice nada? Recuerden ambos estadistas a Hobbes: la mayor libertad de las personas depende del silencio de la ley. Profunda sabiduría, desde luego. “Bueno, bueno” –razonan los nacionalistas españoles- “será muy profunda, pero la ley no está en silencio, sino que dice taxativamente que no”. Tal cosa es opinable, desde luego, pero, además, por muy claramente que la ley diga algo, otra ley puede silenciarla. La ley es una cuestión política de voluntad del legislador. Sánchez tiene que saberlo porque el resto de la rueda de prensa es una orgía de cambios legislativos. Hasta al dictador, pilar de la legitimidad de este divertido régimen, van a cambiarle el lugar de su eterno reposo.

Catalunya en primer lloc. Primer problema de Estado. ¿Recuerda alguien al majadero de M. Rajoy diciendo en 2012 que la Diada era una algarabía? Calcúlese el nivel mental del personaje cuando su sustituto dice que lo que él llama “problema catalán” no se resolverá en una semana, ni en un mes, ni en un año, ni en dos. Suena a vendedor de crecepelo pero es cruelmente cierto. El “problema catalán” no se resolverá nunca porque no existe. Es el problema español y ese seguirá durante mucho tiempo aunque Catalunya se vaya y se agravará precisamente al irse. Que los gobernantes no entiendan algo tan elemental es muy preocupante y más preocupante es que lo entiendan pero hagan como si no lo entendieran.

Va a renunciar a la vía judicial, día Sánchez, cosa que El País celebra con ciertos resquemores, pero fiado en la promesa del presidente de resolver el “problema” políticamente. Pero no es verdad porque su gobierno ya ha recurrido ante el Tribunal Constitucional la decisión del Parlament de seguir a la independencia. Aunque el TC no sea propiamente poder judicial lo es más que la cámara de comercio. Y, aunque sea cierto, no es elegante venderlo como una concesión cuando es una obligación de juego limpio: solo en igualdad de condiciones tiene una negociación verdadero valor. Otra cosa sería una imposición.

El rey como arma de provocación. Asistirá a la ceremonia del aniversario del atentado del 17 de agosto de 2017. Esto es imposición y una doble provocación. La primera: el rey no es bienquisto en Catalunya por decisión del govern de la Generalitat, al menos de la parte que lo apoya. ¿No quieren rey? Pues van a tenerlo acompañado de su paladín, Pedro I Sánchez el esforzado. La segunda provocación: el atentado en sí mismo tiene aristas venenosas. Hoy están procesados o presos quienes combatieron y vencieron a los terroristas mientras que quienes celebran el aniversario son los que han impedido una comisión de investigación en el Congreso sobre ese mismo atentado. ¿Qué espera Sánchez de esa provocación? ¿Intensificar el conflicto?

Propuesta incomprensible para Catalunya. Vuelve la “cuestión catalana”. La "algarabía", ya saben. El presidente celebra la reunión de la comisión bilateral Estado/Catalunya, vacante hace siete años, y niega que haya sido un fracaso por el hecho sin importancia de que no hay acuerdo en las dos cuestiones esenciales para los indepes: las presas políticas y la autodeterminación. En septiembre volverán las fructíferas reuniones de financiación y similares. Estaría bueno. La comisión bilateral es un fracaso mientras no haya una propuesta política de fondo que atienda a la innegable crisis constitucional española.

El caso es que Sánchez dice tenerla. Y la formula. Y no se le entiende nada porque reproduce la que formulaba la ministra Batet hace unos días y también era ininteligible. Aunque la del presidente asoma algo más la oreja y se la van a poner colorada. Dice Sánchez dos cosas: a) sin duda la “cuestión catalana” tendrá que arreglarse votando en Catalunya. Solo por eso, las legiones imperiales querrán fusilarlo. Para protegerse añade la segunda parte: b) votando una amplia propuesta política sostenida por el 80% del electorado. Pero eso, ¿qué quiere decir? ¿Que solo se presentará a votación una propuesta que tenga (y si tiene) asegurado el 80% del voto? Y tal cosa, ¿cómo se sabe antes de la votación? ¿Con sondeos? ¿O quiere decir que solo ganará la opción que obtenga el 80% de los votos? Y, en tal caso, ¿por qué no la unanimidad? La realidad es que no tienen forma de negar que la opción más limpia, rápida y democrática es un referéndum pactado en el que una opción sea la república independiente y la otra (u otras) la(s) que se quieran. Cuanto antes se plantee esta situación, mejor para todos. Y con los presos políticos en libertad y sin cargos. Compensados/as, por supuesto, por la injusticia que se ha cometido con ellos y ellas. Y exigiendo responsabilidades a los jueces que con su ideológica interpretación de la ley han destruido la reputación de la justicia española.

Casado y la sombra del PP. O quizá mejor al revés: el PP y la sombra, la mala sombra (que diría Juan de Mairena), de Casado. Sánchez se ha reunido con él y le ha prometido que, si ha de procederse por la dialogante vía del 155, se hará. El 155 y lo que sea necesario. Solo pide a cambio lealtad al gobierno, lo que a decirle al gorrino que vuele como un águila. 

Elecciones que no dependen de él. ¿Elecciones? Cuando toque, al final del mandato. Hombre, hombre, si acaban de llegar (por cierto, como el triunfo del César: 30% del voto fervoroso del pueblo en la cocina del CIS) y aún no han acabado de colocar a todos los amigos propios y de Podemos, que lleva su cuota. Propósito: seguir trabajando para hacer más feliz la vida a los españoles (catalanes incluidos, vaya, que no nos duelen prendas), devolverles su Estado del bienestar en la medida en que consiga sacar adelante sus proyectos con 85 diputados. Su voluntad es agotar la legislatura pero puede verse obligado a elecciones anticipadas por bloqueo parlamentario en forma de tenaza. En resumen, las elecciones no dependen del gobierno.

Franco, Franco, Franco, el muerto vivo. Franco causará baja en el eterno servicio a los luceros, dice el presidente, pero será en su momento, cuando se cumplimenten los últimos y misteriosos trámites. El gobierno va siempre en descuento. Franco estaba ya desahuciado y ahora viene a dónde llevamos los despojos de José Antonio, el Ausente que, de pronto, se ha hecho presente. Y, luego, qué hacer con ese adefesio en Cuelgamuros, ese insulto a la naturaleza, esa ridícula cruz, atentado contra el buen gusto.

El extranjero. O la crónica que he leído lo omitía o yo no he sabido encontrarlo, pero creo que Sánchez no ha mencionado el extranjero en su comparecencia, como si España estuviera sola en el mundo. De la inmigración no ha hablado, ni del cambio climático, ni del conflicto del taxi, ni de las huelgas de transporte o sea de nada de eso a lo que llaman "los problemas reales de la gente". Y, sí, nada del extranjero. Hasta que he caído en la cuenta de que, para Sánchez, el extranjero es diu Catalunya.

Pasi-ho bé i tingui bon estiu.

divendres, 3 d’agost del 2018

Unidad de acción y unidad de reacción

Pablo Casado no está en situación de exigir mucho. Primeramente tendrá que salir limpio de sus líos procesales y estos pintan oscuros para sus ambiciones, incluso descontado el bajísimo umbral de tolerancia del PP. Tampoco Sánchez está en posición de resistir muchas presiones. Con 85 diputados no puede sacar adelante propuesta alguna sin el apoyo de la oposición. 

Junto a estos, los otros dos partidos estatales, Podemos y C's, no salen mejor parados. Según el barómetro del CIS, C's comparte incómodo ascensor descendente con el PP y Podemos se despeña a las bajuras del mejor Anguita en los últimos años de la guerra contra los Sarracenos. Barrunto granizada de críticas al CIS, bajo dominio de la alta cocina de Tezanos, encargado de certificar demoscópicamente el fin del Sorpasso. 

No obstante, no es esto lo significativo del caos político en que se encuentra España sino el hecho evidente de que, por descompuestos que anden los partidos españoles, recuperan férrea unidad a la orden del mando frante al independentismo catalán. Los tres partidos dinásticos forman una piña unionista, recubierta de una tenue capa de posibilismo de Podemos. Santiago y cierra España. La unidad unionista es única.

Y ¿qué pasado con la unidad independentista, hasta ahora la gran baza, el elemento esencial del republicanismo catalán? No se encuentra en su mejor momento. Frente a la unidad del nacionalismo español, lo peor que puede ofrecer el independetismo es la ruptura de su unidad. Eso es lo que su adversario lleva años tratando de conseguir.

El escrache de los CDR ayer a la sede de ERC no ayuda a consolidar y hacer más efectiva la unidad independentista. Nadie niega el derecho a reclamar lo que reclaman: desobedecer o dimitir. Pero eso no es cosa que pueda producirse así, con intimidación. Sobre todo porque los destinatarios de esa exigencia representan unas organizaciones con unos militantes que los substituirán por otros de muy similar pensamiento y actuación. Y sin contar el efecto que estos actos tienen en la represión que sufren los presos y presas. La aparente rapidez y contundencia de una actitud adoptada sin elementos materiales reales acaba siendo la mejor forma de entrar en una espiral de confusión dañina para el conjunto del movimiento. A la hora de tomar decisiones deben estar todos y sin coacciones. Es mucho lo que está en juego.

Tampoco ayuda la declaración de Rufian de que si él hubiese sido Puigdemont se hubiera quedado en Catalunya. Pudiera ser, desde luego, pero se trata de una cuestión contrafáctica, dado que Rufian no era ni es Puigdemont. La cuestión es el fondo del asunto y desde qué perspectiva se invoca. Si se hace desde una visión personal, poco hay que decir. Cada cual es cada cual. Si se hace desde una perspectiva política, el asunto cambia porque equivale a decir que el exilio de Puigdemont ha sido un error. Sin embargo, si algo ha quedado claro en el último año es que dicho exilio ha internacionalizado el procés y abierto el paso a la victoria del presidente sobre el Estado español y, en buena medida, a la de la República Catalana independiente. Y ello sin desmerecer un ápice el valor, la importancia y la eficacia de quienes están en la cárcel. Nadie es más que nadie en el viaje cap a la República.

Un viaje que solo llegará a feliz término si todos los independentistas viajan en el mismo tren, aunque sea en vagones distintos.

dijous, 2 d’agost del 2018

Las dos repúblicas

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Ara volen parlar y dedicado a esa fiebre repentina por el diálogo que ha entrado a los gobernantes españoles, presidentes de gobierno españoles, ministros españoles, reyes españoles, intelectuales españoles...

¿Españoles y queriendo dialogar? Algo muy grave debe de estar pasando para que hasta un Borbón, que solo sabe hablar con salva sea la aparte, diga por persona interpuesta que quiere dialogar con los que no se han doblegado ante su bárbara violencia.

Y ¿qué es ello? Que Catalunya se va; que ya la han perdido; que solo pueden sujetarla mediante la violencia.

Y están tan desesperados que han llamado en su auxilio a la sedicente "verdadera" izquierda, también muy y mucho española y que, por ser española, de izquierda no tiene nada, para que cuente la fabula esa de que hay que apoyar a Catalunya porque esta será la puerta por la que entrará la República en España. La otra "izquierda", la del PSOE y Podemos, es ya dinástica. Es decir, a la "verdadera izquierda" española la causa catalana solo le interesa como medio o instrumento para un fin que considera superior: la de la República en su propio país. La justicia de la causa catalana en sí misma le trae sin cuidado. El fin de Catalunya es sacar las castañas del fuego español.

Y va a ser que no. Está bien que los españoles tengan su República, si se atreven y la consiguen, que no lo parece. Pero no está tan bien que traten de parasitar a la República Catalana. Cataluña es esencialmente republicana y nada tiene que agradecer a España, no solamente a la España monárquica, sino a la republicana. Porque si Franco fusiló a Companys, antes, la República española lo metió en la cárcel.

Aquí el texto castellano del artículo.

Ahora quieren hablar

El Estado español lo ha intentado todo con Catalunya, a falta solamente de la ocupación militar directa, hoy imposible. Nada le ha funcionado y el tiempo se le ha acabado.Intentó ignorar la cuestión a base de menospreciar el procés surgido del vergonzoso episodio del estatuto de 2006. En un último acto de desdén y arrogancia de una clase política nutrida de franquistas y seudosocialistas seguros de administrar el cortijo hispano en sus solos intereses, creían que el relato era suyo por ser el de los vencedoress de la guerra y la transición.

Esa ignorancia despreciativa venía de la mano de la mentira como forma de gobierno de una España desequilibrada política y económicamente, solo sostenible a base de explotar a Catalunya. La ignorancia pública y la mentira se apoyaban en las prácticas de guerra sucia de un gobierno corrupto, sostenido por un partido de ladrones cuyos ministros actuaban como delincuentes.

A su servicio también una batería de medios de comunicación públicos y privados (incluidos los editados en Catalunya), financiados con dineros públicos del saqueo de España para difundir la propaganda catalanófoba en todo el Estado.

Las cohortes de publicistas e “intelectuales” a sueldo del poder, de la iglesia o del Ibex 35 añadían su grano de arena a propagar las mentiras sobre el carácter del Estado español y la verdadera naturaleza de la cuestión catalana. Empezando por la gran mentira de que hubiera una “cuestión catalana” cuando lo que hay, como ya la había en los años duros del País Vasco, es una cuestión española. La cuestión esencial del carácter de España como imperio fallido, nación inexistente y Estado en quiebra.

Y todos, políticos/as del régimen, funcionarios corruptos, intelectuales a sueldo, jueces venales, empresarios, curas y militares de opereta blandiendo amenazas contra Catalunya y augurando todo género de catástrofes si el país prosigue su rumbo a la libertad.

155 es la clave de la respuesta del nacionalismo español más retrógrado a los avances catalanes: PP, C’s y PSOE a las claras y Podemos a las más ocultas, unidos tras la barbarie del “¡A por ellos!” El bloque del 155 quiere convertir Catalunya en un solar en donde las bandas de matones fascistas, financiadas y armadas por los partidos instituciones y autoridades españolas actúen sin límites.

Han recurrido a los jueces a los que han empleado como antaño a los militares: para someter a los catalanes.Y estos jueces franquistas se han prestado al papel de comisarios políticos y verdugos, con lo que han revelado al mundo entero la verdadera naturaleza del Estado español como un Estado fascista tanto si lo administra la derecha nacionalcatólica como si lo hace una seudoizquierda a su servicio.

Llegados aquí, la situación es clara y patente en toda Europa. Un Estado republicano catalán en ciernes hostigado y acosado por una tiranía corrupta basada en la violencia, la persecución de la disidencia y la agresión. Una imagen que ha hecho añicos el escasísimo prestigio que aún pudiera tener España entre las naciones civilizadas del planeta.

En este callejón sin salida se abre ahora paso una voluntad dialogante que se esgrime por doquier: en el gobierno, en los medios y en la casa real. Todo son invocaciones al diálogo, al entendimiento y la concordia.

No se trata de que las ofertas de esta vetusta oligarquía lleguen tarde, como sostienen algunos de buena fe. El tiempo no tiene nada que ver. Es que España no tiene título válido alguno, ni ahora, ni antes, ni en el futuro, para dirigirse a Catalunya con ninguna oferta. Fracasado el intento de aplastamiento a base de apalear, perseguir, exiliar, embargar y encarcelar, el siguiente paso no es ofrecer diálogo, sino marcharse.

Y llevarse de paso la quinta columna de españoles que tratan de frenar la emancipación catalana a base de mostrarla como ejemplo a seguir por el resto de España en un desesperado intento de reconstrucción del Estado. Tratan de evitar con fábulas republicanas lo que sus primos franquistas españoles no consiguieron con sus ignorancias, mentiras, insultos, amenazas y represiones. Pero son los mismos.

Que España suelte a Catalunya de una vez y, luego, si acaso, ya se verá de qué hablan ambas de igual a igual.

Avui, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimecres, 1 d’agost del 2018

Hechos; no solo palabras

Obvio, ¿no? Hay que hablar. Díganselo a ustedes mismos. El bloque independentista no ha hecho otra cosa que pedir hablar y hablar. Para algunos, incluso demasiado. 

Sí porque, palabras por palabras, ¿con cuáles nos quedamos? ¿Con las del monarca, según el presidente Picornell, (Humpty Dumpty en Mallorca), ofreciendo dialogar con los malvados separatistas? ¿O con las de los 181 militares retirados ensalzando la figura de Franco frente al socialismo separatista y rojo-masónico? No son "casos aislados" de exceso de celo guerrero. Es una posición de cuerpo. Son los retirados, pero eso solo quiere decir que los de servicio activo no quieren que los empuren. Pero muy probablemente piensan de igual modo. Si puede llamarse pensar a eso. 

A la hora de decidir con qué palabras nos quedamos no es ocioso recordar que el rey es el capitán general de los ejércitos, de los activos, los pasivos y los contemplativos. A una orden del mando, todos acudirán raudos a ocupar los puestos de "mayor fatiga y riesgo", como dicen que hacía su caudillo. Así que, ¿cuáles palabras cuentan? 

Palabras por palabras, las de la Generalitat son como lenguas de fuego. El MHP Torra reitera el veto al monarca  en todos los actos institucionales. Por supuesto, no al ciudadano Felipe de Borbón. Este es libre de desplazarse por la República Catalana. Más que palabras, ya son hechos. Abren la cuestión de si esta actitud puede ser tolerada sin merma sustancial de la autoestima española. Y más aún: según Torra, Felipe VI ha dejado de ser el rey de los catalanes.. Sospecho que nunca lo ha sido o no de una gran parte. Y tampoco le importa. Loss Borbones no son reyes de pueblos, sino de territorios. Felipe es rey de Catalunya por ser rey de España. Y ¿qué es España? Lo que quede después de cada fracaso, metedura de pata, desastre civil originados por esta dinastía del ocaso. 

Las palabras ya no dicen nada. Faltan los hechos. Hechos si se quiere evitar que los desafueros cometidos en los últimos tiempos se combinen en un espectáculo doblemente destructivo: de un lado los procesos que faltan de la Gürtel, a los que se siguen añadiendo casos al día de hoy  como la imputación de todo el gobierno de Ruiz Gallardón por cuestiones anteriores a su desempeño como ministro de Justicia. Un gobierno mezcla de mafia neoliberal y secta del Opus.

De otro, la farsa de un proceso político disfrazado de judicial en contra del independentismo. Un proceso inquisitorial en el que se pretende condenar a unas personas por cometer un delito que no han cometido. Es decir el delito es su ideología independentista. Y esa injusticia va a estar patente a los ojos del mundo, muy especialmente Europa que ya se ha visto involucrada en el conflicto por la justicia de Peralvillo forma  castizamente española de enfocar lo que en otros lugares se conoce como "derecho penal del enemigo".

Hechos solo hay uno capaz de desbloquear la situación: liberar a los presos políticos sin cargos. No se amilanen. Busquen la fórmula, que la encontrarán como encontraron la de encarcelarlos con acusaciones fabulosas. Hagan un poco de prospectiva. A la vuelta del verano y tras la Diada de este año, o ustedes negocian un referéndum de autodeterminación o se lo convoca unilateralmente la Generalitat.

La convocatoria dependerá de otros avatares como el posible retorno a España de Puigdemont para ser investido presidente. En este caso, las elecciones acabarían siendo un referéndum sobre un proyecto de Constitución de la República Catalana independiente, producto de un proceso constituyente para el que se dispone de mucho tiempo, pues las elecciones catalanas serán en diciembre de 2021. 

La cuestión no es el tiempo sino el hecho de si el Estado español puede tolerar un proceso constituyente en una de sus partes. Cosas más raras se han visto, pero es dudoso. Mil fuerzas empujarían al gobierno a interrumpir y prohibir el proceso constituyente. Y a partir de ahí, el guion se emborrona: ¿más gente a la cárcel? ¿más al exilio? ¿más represión? ¿Hasta cuándo?

El referéndum pactado de autodeterminación de resultado vinculante con observadores exteriores es inevitable. Cuanto antes de haga, mejor. No hay otra forma de salir de dudas.

Demà, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimarts, 31 de juliol del 2018

Humpty Dumpty en Mallorca

Es una vieja nana inglesa que ha ido reapareciendo aquí y allá, por sorpresa. La reaparición más célebre, la segunda parte de Alicia, A través del espejo; otra más cercana a estos pagos, La segunda muerte de Ramon Mercader. Y hay más. Humpty Dumpty (HD) es un huevo que, si se cae desde una valla, no hay quien lo recomponga. HD es un repositorio de metáforas. La propia nana es una, pues en ningún momento se dice que HD sea un huevo. Así se ha usado para representar muchas cosas más o menos altisonantes. ¿Por qué no la monarquía? Si cae desde lo alto de la valla (algo que, según muchos hizo Felipe VI el 3 de octubre de 2017), ya no podrá recomponerse, igual que no hay forma humana de volver un huevo roto a su prístino estado.

Bueno, tratándose de los Borbones, quizá no opere esta ley de la física. Los Borbones son especialistas en caer de la valla, hacerse trizas contra el duro suelo y resucitar de estas como el ave Fénix del fuego. Pulverizados quedaron Carlos IV y su infame hijo, Fernando VII, ambos de rodillas ante Napoleón; pulverizada la mujer del segundo, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que hubo de marchar al exilio dos veces; pulverizada su hija, Isabel II, la reina castiza, obligada a exiliarse a su vez; pulverizado Alfonso XII que, pronto finado, dejaba el reino en manos de la segunda y feroz Maria Cristina; pulverizado el hijo de Alfonso, Alfonso XIII quien, siguiendo ya consolidada tradición familiar, se exilió; pulverizado su hijo, Juan, que quedó hibernado en el exilio por voluntad de un general felón; pulverizados el hijo y nieto de Juan Sin Reino, que deben el trono a un golpe de Estado del dicho general, tres años de guerra, cuarenta de postguerra y otros cuarenta de propina. El HD borbónico es capaz de conseguirlo y rebotar. Lleva más de doscientos años haciéndolo. Los Borbones siempre vuelven.

Al HD de la nana no le sirven de nada All the king's horses and all the king's men ("todos los caballos y todos los caballeros del rey") para recomponerse. ¿Y a los Borbones? Los caballeros y damas del rey han acudido a Marivent con ánimo constructivo, conciliador, a ver si no se da el fatal destino de que no puedan recomponer a Humpty Dumpty. O sea, al rey. Y se han esforzado, mucho. Es la llamada "política de altos vuelos" o "sentido de Estado", también muy socorrido. 

Baltasar Picornell, presidente del parlamento balear y militante de Podemos, anuncia públicamente que el rey está dispuesto a dialogar con los partidos independentistas, a tender puentes, a buscar soluciones. No es cosa de sacar punta a lo que no la lleva, pero ¿qué tiene esto de extraordinario? Dialogar, tender puentes,s buscar soluciones es su obligación de rey. ¿Anuncia el rey a través de su caballero que está dispuesto a ejercer de rey? ¿Quiere decir que antes no lo hizo?

Pues no, no lo hizo. El 3-O no lo hizo. Y ese es uno de los agravios, el más reciente, que el independentismo tiene frente a Felipe VI y por el que le exige  disculpas. ¿Se pretende decir que la voluntad de diálogo, esto es, el cumplimiento del deber, equivale a una petición de disculpas? Exactamente, ¿qué mérito tiene que un caballero del rey diga que el rey está dispuesto a dialogar con los que representan a los miles de apaleados el 1-O? Más o menos el que tiene la reiterada oratoria dialogante del gobierno de Sánchez. Ninguno. Los hechos desmienten las palabras antes incluso de que se las lleve el viento.

La dama del rey, Francina Armengol, presidenta del gobierno de las islas y socialista, también ha echado una mano a ver qué puede hacerse por recomponer a Humpty Dumpty. El monarca debe sentirse más seguro porque ha cambiado el clima desde la llegada del PSOE con sus flamantes 84 diputados y su ilustrado afán por decir a los catalanes lo que pueden y no pueden votar.

Es comprensible la urgencia que sienten las damas y caballeros del rey (PSOE y Podemos) por colaborar al entendimiento entre España y la díscola Catalunya. La restauración, vamos, hoy llamada normalidad. Aquí interviene el elemento balear; esa urgencia es menor en las Castillas. Con todo los dos visitantes han respondido a una cuestión planteada a ambos que traduce bien la fe de la opinión en los intentos restauradores. ¿Y si se pide un referéndum monarquía/república? (Pues sí que están sólidos los puentes). Los dos le darán paso. Muy cucamente, ambos no declaran el sentido de su voto, aunque Picornell insinúa que es republicano. 

Pues sí, estaría bien que España despertase a la necesidad de corregir el rumbo y se plantease la forma de Estado política y territorial en lugar de dar por buena la inútil y corrupta estructura heredada del franquismo. Estaría bien que los españoles se decidieran a decidir algo, por ejemplo, monarquía o república. Aunque eligieran monarquía, habrían salvado una pizca de dignidad al haber decidido algo alguna vez. 

Estaría bien. Pero conviene aclarar algo: la República Catalana puede ser la partera de la española, pero no su melliza. La idea de vincular la República española a la catalana es ilusoria en España e irrisoria en Catalunya. La cuestión no es solo cronológica sino también política. La República Catalana va muy por delante. La República no es un objetivo, como en España, porque Catalunya, si es, es republicana. Solo necesita la independencia. Y ese  es un tema en el que  los independentistas saben que la reacción de monárquicos y republicanos es siempre la misma: No.

Por eso es bueno que las dos repúblicas sigan sus respectivos caminos. 


Avui, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


dilluns, 30 de juliol del 2018

Ante todo, claridad

El balance de los últimos acontecimientos es inequívoco y en él hay coincidencia general. Ha sido un triunfo del presidente Puigdemont frente al Estado español. La comparecencia del sábado en Bruselas y Waterloo, histórica. Que los medios españoles la hayan silenciado lo prueba. Y con Puigdemont, el triunfo de lo que este representa: la legitimidad de la República Catalana, basada en la desobediencia al poder tiránico.

Una oleada de optimismo ha invadido el campo indepe. Partal, en Vilaweb se hace eco de las declaraciones de Emmerson, el abogado de Puigdemont en las Naciones Unidas, y lo eleva al cielo griffithiano del nacimiento de una nación. Sin ser Emmerson, Palinuro lleva una temporada diciéndolo: nacimiento de un Estado. Emmerson ve la independencia en poco tiempo. El círculo de Puigdemont en el exilio, en 2020. Es una idea general: el independentismo ha ganado la batalla exterior. Cot, en elMón.cat así lo cree en Puigdemont guanya a Waterloo, reconociendo que ha afirmado su liderazgo, ha puesto al PDeCat más o menos claramente a sus órdenes y ha obtenido un reconocimiento social general indudable.

Queda por ver cómo juegan esos factores para convertir el éxito exterior en otro interior, en el terreno práctico político, en el que se trata de hacer efectiva la República en un contexto de partidos. El atractivo original de la CNR descansa en dos puntos: es   suprapartidista y transversal y tiene fecha de caducidad en el momento en que la República Catalana esté plenamente instalada. El triunvirato que la respalda, Puigdemont, Torra y Sánchez, da a entender la preeminencia de Puigdemont, de forma que la organización resulta ser eso, una Crida, un rassemblement.

Ahora bien, Puigdemont es al mismo tiempo militante del PDeCat, partido que, en su congreso ha rendido sus armas reticentemente ante la Crida y ha aceptado una confluencia con esta que, de momento, se ha configurado como un trasvase osmótico de militantes del PDeCat a la Crida, ignoro si manteniendo la doble militancia. Sea como sea, la relación entre el PDeCat y la Crida debe quedar clara desde el primer momento. La transversalidad de la Crida y el conjunto del movimiento significa que se cuenta con la derecha política, con la burguesía, como con la izquierda y la extrema izquierda anti-sistema. El PDeCat es el heredero refundado de Convergencia y representa esos intereses burgueses, tan defendibles desde el punto de vista de la nación como los de la extrema izquierda. Pero serán los intereses del PDeCat, no los de la Crida. Esta no puede representar intereses sectoriales algunos porque no es un partido político sino un movimiento cuyo éxito dependerá, precisamente, de que no sea visto como un partido político sino como un movimiento nacional, catalán. No haya susto con las palabras.

Sin duda el PDeCat puede apoyar a la Crida y hará bien; como también pueden hacerlo los demás partidos. Otra cosa es que quieran. Pero la Crida no puede ser la cobertura de ningún partido. Sin duda la forma más eficaz de probarlo es que el presidente Puigdemont, que lo es de la República en el exilio, abandone o, cuando menos, suspenda su militancia en el PDeCat. El presidente de la Crida Nacional per la República no puede ser militante de un partido. 

Al mismo tiempo se tropieza con el hecho de que, sin embargo, el presidente Torra y sus consejeras/os, todos/as son de partidos. Lo lógico es que también lo sea el presidente de la República. Pero, dadas las excepcionales circunstacias, la unidad partidista del interior y el exterior no es necesaria ni conveniente. La mayor prueba de esa excepcionalidad es precisamente la Crida, cuyo apoyo es y deber ser social y transversal. Solo con esta condición cabrá hablar de la expectativa de la Crida de presentarse como lista de país o lista del presidente.

Demà, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


diumenge, 29 de juliol del 2018

Insultando a Catalunya

El 1-O de 2017, cerca de tres millones de catalanes fueron a votar en un referéndum de autodeterminación. Setecientos y pico mil no pudieron hacerlo porque la policía y la guardia civil, a las órdenes de un gobierno de franquistas corruptos, lo impidieron a palos; o bien votaron pero esos mismos individuos de azul o verde, robaron los votos. No obstante, unos 2.040.000 ciudadanos, con riesgo para su identidad física, votaron y, de ellos, más del 96% lo hicieron a favor de la independencia.

El 21 de diciembre de 2017 en unas elecciones impuestas por el mismo gobierno de corruptos y ladrones y con los dirigentes catalanes en la cárcel o el exilio y que tuvieron el valor de un referéndum, unos 2.060.000 catalanes, más del 47%, es decir, la mayoría del electorado, volvieron a votar por candidatos independentistas.

La mayoría del electorado catalán es independentista y quiere ejercer su derecho de autodeterminación. Bueno, pues el gobierno del PSOE no tiene la menor intención de respetar esa mayoría. Niega que sea posible ejercer la autodeterminación y como argumento se vale del hecho de que no está prevista en la Constitución. Tampoco estaba prevista la ignominia del art. 135 y lo estuvo en 24 horas por decisión vergonzosa del PSOE y el PP. La señora Batet debe de creer que la gente es tan estúpida como ella misma parece. Las leyes y las Constituciones se cambian (y de la noche a la mañana) cuando se quiere. Si ahora no se quiere es porque a los partidos españoles no les da la gana. Porque hasta la señora Batet sabe que no se hicieron las personas para las leyes, sino las leyes para las personas. 

Y hay más. Es que ni es necesario cambiar la Constitución. Hasta con esta Constitución de chicha y nabo, redactada por escolares de tercera, se puede hacer un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Basta con interpretarla de modo abierto. Cierto que, en este momento, al lado de la cuentista Batet aparece el "desinfectador" Borrell para añadir la habitual sinsorgada de que el derecho de autodeterminación solo lo tienen las colonias y Catalunya, según él, no lo es porque no está en la relación de la ONU de territorios independientess. Cuanto más autoritario es un individuo, más papeles invoca. Batet, la Constitución; Borrell la relación de la ONU.

El insulto directo al independentismo, a Catalunya y al mundo entero viene a continuación.

Dice la misma Batet que los catalanes no pueden votar en un referéndum de autodeterminación porque no. Que lo quiera la mayoría del electorado catalán, que del referéndum de autodeterminación sea partidario el 80% del electorado, a estos individuos/as les da igual. Es no porque no les sale de las narices. En cambio ofrecen votar un acuerdo político (sin decir cuál) de consenso amplio con el apoyo del 80% del electorado. Es indiferente que, con cerca de un 50% de votos independentistas no haya manera de conseguir ese 80%. Para ello se requeriría que el equivalente a 30 puntos porcentuales de catalanes (un millón trescientos mil, más o menos) tendrían que votar lo que no quieren para dar gusto a la señora Batet.

¿Está claro el insulto? Catalunya no solo es una colonia de la oligarquía española con el apoyo de la seudoizquierda socialista sino que los catalanes no pueden ni votar lo que quieran, sino lo que a esta gente española se le ponga en las narices.

El derecho al Estado y el Estado sin derecho

Ayer sonaron los clarines del campamento independentista. El MHP Puigdemont llegaba a Bruselas y en la conferencia de prensa declaraba que el Estado español había sido derrotado. Luego, en Waterloo, en la llamada "Casa de la República", se reunía con el MHP Torra y escenificaba ante los ojos mediáticos de Europa y más la nueva iniciativa indepe para hacer efectiva la República Catalana este otoño. La exigencia de libertad de los presos políticos no es sino la salva de cortesía. A la vuelta de vacaciones, Puigdemont espera que Sánchez haya hecho los deberes. Wishful thinking bien intencionado. Sánchez no los habrá hecho porque no puede; no le dejan; y no se deja él mismo, incapaz de reconocer la verdadera naturaleza del conflicto. Así que esa jocunda República echará a andar en el otoño con muy probables vistas a unas elecciones catalanas que prometen ser otro Waterloo. Para evitarlo, el joven líder del PP, hoy en la oposición, amenaza con lanzar otro potente 155 contra Cataluña como Zeus mandaba el rayo. Solo que a la hora de arrojar cosas, Casado tiene más de Polifemo (salvando proporciones) que del padre de los dioses.

En términos deportivos, siempre escuetos, la situación actual es España 0, Catalunya 1. En términos jurídico-políticos, algo más alambicados pero claros, es el triunfo de un Estado de derecho que aún no es Estado sobre otro que es Estado, pero no es de derecho. Eso es lo que da la vitalidad a la causa catalana que los nacionalistas españoles no entienden. Catalunya es un Estado con un presidente legítimo, aunque en el exilio, un gobierno y un parlamento también legítimos aunque el segundo está en estado de hibernación por la hostilidad de los poderes del Estado central que tiene encarcelados a algunos diputados. Cuenta con su propio pueblo que apoya y sostiene en condiciones difíciles a sus dirigentes, que lo son por consentimiento popular. Dispone de un territorio sobre el que ejerce una jurisdicción limitada por causa de fuerza mayor, a falta de coronarla ejerciéndola de modo soberano. 

Catalunya es un Estado de derecho, una República que está haciéndose, de modo revolucionario, pacífico y democrático. Un fenómeno sin precedentes que nadie puede interrumpir y menos que nadie el Estado español que ha renunciado a su cacareada condición de Estado de derecho precisamente por su forma de abordar la crisis constitucional originada en Catalunya. Su estúpida reacción represiva no le ha servido de nada salvo para dar mayor legitimidad al movimiento indepe y conseguir su internacionalización. Justo lo contrario de lo que pretendían los estrategas de entonces y los de ahora, que se parecen mucho. A los ojos de Europa ha quedado claro que España es un Estado corrupto, autoritario, sin división de poderes, arbitrario y agresivo con los derechos de los ciudadanos, especialmente los catalanes.

El duelo final entre el Estado español y Puigdemont (que así ha sido) se ha resuelto, efectivamente, en el seno de la mentalidad del Estado de derecho europeo. Hay, vaya si hay, una conciencia europea del Estado de derecho y la justicia, que comparten los países y frente a la cual, como siempre, España ha quedado aislada. Único territorio en que unos ciudadanos europeos no pueden circular libremente por motivos que son una vergüenza, como vergüenza es que el país tenga presos políticos.

Dadas las circunstancias y la imposibilidad de Sánchez de hacer los deberes ¿cómo esperan los nacionalistas españoles obtener apoyo entre los estamentos pensantes y, desde luego en Catalunya para una propuesta consistente en dejar las cosas como están, sin que nada se mueva, como si eso fuera posible?

¿Y por qué les extraña que, si se convocan elecciones catalanas, el bloque independentista aumentará sensiblemente su representación se presente como se presente? Es una conclusión a la que ha llegado ya todo el mundo: si hace diez años se hubiera convocado un referéndum pactado de autodeterminación, el independentismo hubiera perdido; ahora lo gana seguro. Y esa es la razón fundamental por la que el Estado español no quiere referéndum alguno. Y esa también la razón por la que las elecciones anticipadas serán ese referéndum. 

dissabte, 28 de juliol del 2018

La gobernanza del reino

Estaba cantado. Un gobierno que lo es gracias a los 17 votos indepes catalanes no debe, en principio, enajenárselos a ls primeras de cambio. Ni creer por un segundo que son votos cautivos cuando ya le explicó ERC que eran votos contra M. Rajoy. Son dictados elementales de la prudencia. 

Pero no es la prudencia la norma del gobierno de Sánchez en lo referente a Catalunya. No se ha atrevido a crear el ministerio de Asuntos Catalanes pero ha puesto en Exteriores a un antindependentista militante y desaforado para el que "Exteriores" quiere decir literalmente Catalunya. Es verdad que el jefe se ha prodigado en declaraciones melífluas sobre la nueva era de diálogo, entendimiento y concordia. Faltan los hechos. Trató de colar como tal el acercamiento de los presos políticos, pero hubo de admitir que era un derecho de estos, uno más de los que les niegan. El resto son medidas que prosiguen e intensifican la juridificación del conflicto que siempre ha criticado el propio Sánchez.

Frente a tanto menosprecio y agresividad, no podía esperar que los indepes catalanes le votaran a favor. Lo de Podemos es otra historia. Tenían razones para votar en contra, pero, entiendo, no innegociables, como las de los indepes. Estos, además, a diferencia de Podemos, lo venían avisando con antelación suficiente para que Sánchez hiciera cuando menos un gesto. 

Al contrario. Muy disgustado, el gobierno ha defendido su proyecto y acusado a UP, ERC y PDeCat dar una bofetada a las clases populares en España en su gubernativa mejilla. Es un argumento contra Podemos (la izquierda, votando con el PP porque, en realidad, una abstención es un no) pero no tanto contra los indepes, cuyo interés en la política española trae vitola propia. Contra estos es más difícil argumentar, sobre todo si no se ha hecho nada salvo amenazarlos, como hace el ministro de Asuntos Catalanes con el servicio del Diplocat.

Todo el planteamiento de la medida sonaba a marrullería. La mayoría absoluta del PP en el Senado tumbaría el proyecto. Entonces, ¿para que aprobarlo en primer lugar? Según el gobierno para obligar con ello al PP a retratarse en ir contra los intereses de la gente. Ahora tiene un mes para volver con la propuesta. A lo mejor en ese mes encuentra tiempo e ingenio suficientes para negociar con Podemos y hacer una oferta a los indepes que induzca a estos a cambiar su voto a positivo. 

Entre tanto, los independentistas preparan la rentrée con fuegos de artificio. La traca final serán las elecciones anticipadas en Catalunya, con independencia de cuándo sean las españolas. La única duda es si las catalanas se convocan antes o después de la segura condena de los dirigentes indepes en el proceso llarenesco.  Y teniendo en cuenta que las municipales están previstas en mayo. 

Podrían llegar a coincidir todas y quizá el reino entrara entonces en modo failure.

divendres, 27 de juliol del 2018

La ofensiva del verano

Quedó dicho en algún Palinuro de hace unos días: el presidente Puigdemont -que había mantenido prudente silencio en espera de la decisión del tribunal alemán- tenía un plan para relanzar la iniciativa indepe. La condición era que el tribunal decidiera no extraditar y, por tanto, devolverle la libertad de circulación. Habiéndolo conseguido, lanza la CNR con vocación de rasssemblement unitario, se asegura la reticente pero mayoritaria aquiescencia del PDeCat e inicia la constitución del Consejo de la República o gobierno de la Generalitat en el exilio. El mensaje es claro: unidad frente a lo que se avecina.

Y ¿qué se avecina? Eso es materia de augures que son legión en los medios. No lo sabe nadie. Depende de las circunstancias y hay muchas y de grueso calado: la Diada de este año, el congreso de la CNR, el proceso contra los independentistas, por ejemplo. Pero algo sí se puede confirmar: el mensaje de unidad es firme y compartido. El objetivo es dar cumplimiento al mandato del 1-O.

Las fuerzas reportan para la ofensiva. En el ejecutivo, el presidente Torra ha incluido en el orden del día de la comisión bilateral la cuestión de los presos políticos. El legislativo ha decidido ausentarse un par de meses. No estoy seguro de que sea una decisión avisada, aunque quizá se entiende al modo en que el señor Albiol entiende que la gente esté harta. El hartazgo está muy generalizado. Además, quizá la mayoría parlamentaria aproveche el estío para elaborar un plan viable de nombramiento del MHP Puigdemont, allá por el mes de octubre. La unidad es de acero. ERC declara que apoya el nombramiento de Puigdemont si es posible. Y la CUP acude a la cita de la ofensiva, dispuesta  a crear "espacios de soberanía", con abundancia de frase revolucionaria y una referencia a hundir el "régimen del 78" que me intriga. Para ponernos gramscianos, a la guerra de posiciones de sus aliados aportan los cupaires la guerra de trincheras. Pero todos van a lo mismo: el mandato del 1-O.

En ese mismo espíritu de unidad ha puesto la ANC en marcha la campaña por las primarias en las municipales, en busca de la lista unitaria, que para unos es el unicornio y para otros el becerro de oro. No ha lugar a pronunciarse aquí sobre el asunto en concreto. Lo que decidan los partidos y asociaciones, bien decidido estará, siempre que la confluencia en el mandato del 1-O esté garantizada. Es posible que no vean con buenos ojos esa transversalidad radical de la ANC, pero estaremos de acuerdo en que la petición de adhesiones es de buena fe; como lo es la de la CNR; como las de cualesquiera otras que provengan de espacios indepes.

La lista unitaria en el ámbito nacional tiene otro aspecto y ambición. La fuerza de la Crida no reside únicamente en su transversalidad, que puede ser más o menos real, sino en su compromiso constitutivo de ser una organización a término, que se disolverá una vez logrado su objetivo, la República Catalana.

Frente a la ofensiva del verano, como se ve tan bien preparada como la del Tet en Vietnam en 1968, la parte contraria, el nacionalismo español, no ofrece proyecto o propuesta positiva alguna o, si lo hace, el presidente Puigdemont acaba de decir que él connait pas. Ninguna propuesta constructiva, fuera de las rituales invocaciones al diálogo del presidente Sánchez, compatibles con el manifiesto propósito del ministro de Asuntos Exteriores de impedir la apertura de las "embajadas catalanas" del Diplocat o vuelta al 155.

No hay propuesta positiva alguna, pero sí hay medidas negativas, represivas. Los tribunales acaban de negar la libertad provisional a dos presos políticos y prohiben la exhibición de banderas esteladas en los espacios públicos bajo responsabilidad de las instituciones. Es una decisión política que trata de vaciar estos espacios de los pronunciamientos de la ciudadanía, que trata de expulsar al independentismo de las calles. Es un ataque a la libertad de expresión.

Para octubre está prevista la apertura del juicio oral o última parte de esta juerga político-judicial a la que nos ha llevado la disparatada instrucción del juez Llarena dictada, sin duda, por su convicción de que los jueces interpreten las leyes según sus ideas políticas. Estas solo le parecen rechazables si son "radicales" y no como la suya que es radicalmente moderada. Lo que le lleva a pedir al gobierno intervención política en un procedimiento judicial en Bélgica. Algo tan divertido como aquel de cuando pidieron a Alemania los nombres de los agentes que habían detenido al MHP Puigdemont, ¡para condecorarlos!

Y si de los jueces, siempre moderados, pasamos a los políticos, se llega a lo sublime. El joven líder en agraz del PP quiere reconquistar Cataluña, para lo cual pretende meter en la cárcel a todos los independentistas, acusados del nuevo delito de "sedición impropia" que consiste en alzarse sin alzarse. O sea, en hablar. Estos andan siempre con una mordaza en la mano.

¿Se le ocurre a alguien algo mejor que convocar elecciones anticipadas? Sí, dicen algunos: implementar la República por la vía de hecho. Correcto. Eso requiere desobediencia y el problema con la desobediencia es la cantidad, como decía Paracelso del veneno. Hay un umbral de desobediencia a partir del cual reaparece el 155. Y la cuestión es que el govern puede perder la competencia de convocar elecciones. Es más, quizá no haya ni govern en libertad. Y las elecciones postpuestas a las calendas, como quería Sánchez en su fiebre pro 155 no hace mucho.

Asoma en el horizonte el fantasma del Ulster, pero más como amenaza y como chantaje. El independentismo es pacífico y mayoritario; el unionismo es violento y minoritario. Aunque tenga el apoyo de las instituciones y partidos españole, nunca prenderá la violencia een Catalunya salvo la que venga del Estado en sus proteicas manifestaciones. Por lo demás, el peso del Ulster en Gran Bretaña no es ni por aproximación equivalente al de Catalunya en España.

¿Cuánto tiempo puede permitirse España tener bajo una ocupación prácticamente militar a Catalunya?

dijous, 26 de juliol del 2018

La República Catalana en marcha

Mi artículo de ayer en elMón.cat titulado así, Legalitat i legitimitat, binomio sobre el que pivota buena parte de la cultura jurídica y política de Occidente. He aprovechado para arrimar el ascua a mi sardina aplicando la tradicional distinción al aquí y ahora del conflicto España-Catalunya. Y la realidad lo confirmó ayer en la conferencia de prensa del presidente Puigdemont en Berlín que fue, según opinión general y medios extranjeros, la de un jefe de Estado. En realidad, lo que es Puigdemont. La conferencia tuvo les allures de un peán de la victoria de los atenienses catalanes contra los beocios españoles. La semana que viene, el presidente retornará a Bruselas para poner en marcha el Consejo de la República. Catalunya debe de ser el único país del mundo que tiene dos gobiernos, el del interior y el del exilio y los dos con un mismo objetivo: fer efectiva la República Catalana. Y la harán.

Esa república será la que saque a los presos de las cárceles, como vaticinó en su día Yeya Boya.

Aquí la versón castellana:

Legalidad y legitimidad

Desde el comienzo del proceso actual hacia la República Catalana independiente estuvo claro que la pareja de conceptos que mejor definía la cambiante situación era la de legalidad/legitimidad. Tenía que ser el más adecuado para Catalunya porque también es el eje en torno al cual se libró gran cantidad de batallas políticas en Europa en el siglo pasado.

Todas las tiranías de todos los colores argumentaron siempre con el respeto a la ley vigente y el derecho positivo, con los que disfrazaban la opresión y justificaban la represión. En su forma más pedestre, propia de su falta de luces, Rajoy identificaba la ley vigente con la democracia, como si todos los déspotas que lo precedieron no hubieran llamado siempre “ley” y “legalidad” a sus más inicuos atropellos. Exactamente igual que él.

Por el contrario, casi todas las rebeliones, luchas de liberación, movimientos emancipatorios y revoluciones se hicieron en nombre de la legitimidad. La fuerza creadora de los movimientos populares manaba de su referencia a principios, valores y derechos inherentes a la dignidad de los pueblos y la libertad de los individuos que unos sistemas injustos sin más autoridad que la fuerza trataban siempre de extirpar.

En el Estado español, una vetusta dictadura militar, transformada en una monarquía autoritaria y corrupta, tanto el PP como su recambio, el PSOE, coinciden en invocar el respeto a la ley como base inexcusable de toda acción política. En el pináculo de esa obligación está el respeto a la Constitución, ley de leyes y fuente del derecho de un régimen que debe su origen a un golpe de militares delincuentes, seguido de una guerra civil, cuarenta años de tiranía cuartelaria y otros cuarenta de monarquía impuesta por la voluntad omnímoda del dictador y que aun perdura, para vergüenza de todos.

Bueno, de todos, no. Los militantes y votantes de los partidos dinásticos, PP, PSOE y C’s están muy satisfechos de un régimen que solo se sostiene por el abuso, la fuerza y la arbitrariedad y al que muy ufanos, llaman “Estado de derecho”. Su inexistente sentido del ridículo los lleva a comparar un país con jueces como Llarena, medios como la TVE, partidos/asociaciones de ladrones como el PP, iglesias parásitas como la católica y periodistas como los energúmenos de la COPE con países como Reino Unido o Alemania. En comparación con estos lugares, hablar de ley en España es un sarcasmo.

A su vez, el movimiento independentista ha invocado siempre el principio de legitimidad para fundamentar su acción. Esta suele chocar con un ordenamiento jurídico injusto y arbitrario concebido para disfrazar la opresión de una oligarquía nacional-católica para la cual el país es su cortijo y el PSOE, su capataz. 

Parte del independentismo modula su invocación de la legitimidad con un forcejeo en el terreno de la legalidad que el Estado acota y utiliza para sus fines. Tanto la política parlamentaria en el Congreso de los diputados y el Parlament de Catalunya como el encarcelamiento de los presos y presas políticas se inscribe en este horizonte de lucha. Sin duda posee un alto valor simbólico y movilizador pues su ejemplo mantiene viva la indignación y la llama de la resistencia popular. Pero tiene una eficacia reducida en el progreso del movimiento emancipador ya que se juega en el terreno de la legalidad en donde hay unos actores inmorales con las cartas marcadas: policías corruptos, jueces prevaricadores, políticos felones y medios sectarios. De hecho, la terminación de esta injusticia carcelaria no depende de los propios presos políticos, sino del éxito del conjunto del movimiento.

Este viene más garantizado por la parte que ha elegido el exilio en manifiesta desobediencia de una legalidad despótica y en atención al principio de legitimidad. El destierro del presidente, los/as consejeras y los/las dirigentes, al internacionalizar la causa de la independencia de Cataluña ha puesto de relieve a los ojos del mundo la falta de libertades, la tiranía de la legalidad española y la radical mentira de su carácter de Estado de derecho. Hoy todo el mundo sabe que España tiene presos/as y exiliadas y exiliados políticos/as y que la única forma de acabar con esta anomalía en la Europa de las libertades es obligar al Estado español franquista (administrado por cualquiera de los dos partidos dinásticos, PP o PSOE) a sentarse en una mesa de diálogo y negociar una salida civilizada al conflicto que respete el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, permita su ejercicio y acepte su resultado.

En ese momento, gracias a la acción interior y exterior del independentismo su defensa frente a una legalidad tiránica y su lucha basada en el principio de legitimidad democrática, la República Catalana será una realidad palpable. Y será esa República, sostenida en la voluntad mayoritaria a favor de la independencia en unas próximas elecciones la que pondrá en libertad a los presos políticos catalanes.

Avui, Palinuro a Figueres

Acte organitzat per la ANC i Ómnium Cutural, les dues grans organitzacions de la societat civil catalana. A las 19:00 en el Auditori Caputxins de Figueres. Amb el Narcís Genís, periodista del Punt Avui. Moltes gràcies, Narcís.

En principi parlarem del llibre España quedó atrás, però estic segur que passara com sempre: parlarem de tot menys del llibre. I em sembla bé, gent curioses i desconfiades, perque la realità del dia a dia, l'événement quotidien, com diuen els francesos, tè molt més interès. El saber viu davant del saber llibresc, què coi. Els llibres sempre seran nostres, però ara necessitem sobretot que siguin nostres els carrers. En En volen fer-nos fora. Fer-nos invisibles, per mitjà d'agressions, identificacions policials i prohibicions dels tribunals.  Volen privatitzar també el espai públic.

Ens veiem a Figueres.

(Gràcies per les correccions, Jaume).

dimecres, 25 de juliol del 2018

La vida a Girona

En els meus passejos per Girona em passa de vegades que hi ha qui em reconeix i es para per a intercanviar unes paraules i fer-se una foto. Avui, quan tornava d'estacionar el cotxe a la quinta forca perquè, en viure al centre, no hi ha aparcaments gratuïts, m'he parat davant d'un comerç de reparació de motos que estava obert tot i ser festiu. No sóc gran aficionat a aquestes màquines, però l'establiment no era de motos qualsevol, sinó de Harley-Davidson. Les Harley-Davidson no són motos. Són deesses. I de cap he entrat al lloc a admirar les que estaven en exposició, veritables meravelles. Allà també he ensopegat amb Renan, el motorista de la foto i els dos em fet aquesta molt xula, amb la qual he inaugurat la meva galeria de veïns i veïnes gironines. Per descomptat, la botiga es diu Easy Rider i aquí estem Renan i Ramon, sense haver decidit qui és Peter Fonda i qui Dennis Hopper

Quién manda

Todo el mundo conoce la cita de Virginia Woolf: "en torno a diciembre de 1910, la naturaleza humana cambió". Algo así pasó el 1-O de 2017. Con su expresión Woolf saludaba la llegada del modernismo; nosotros, la de la contemporaneidad. Catalunya sale de la servidumbre.

Pero la naturaleza humana parece haber cambiado. Los tremendos nacional-españoles, siempre tan seguros de sus principios y decididos en sus acciones, amparadas en la benevolencia de los poderess divinos y humanos, se antojan dubitativos, desorientados, divididos entre sí, siempre a la zaga de los acontecimientos.

En cambio, los independes catalanes, generalmente oscilantes, inseguros, quisquillosos, desacordados, parecen ahora avanzar con unidad de falange macedónica. Habiéndose consolidado el liderazgo de Puigdemont (que la prensa, siempre algo mojigata, llama "hiperliderazgo") con una base orgánica de una organización atrapalotodo, estaba claro que tomaría la iniciativa. Ahora la hace valer en el Congreso imponiendo una actitud más dura y crítica del PDeCat.

La política española no existe. El empeño de los partidos estatales de moverse en las coordenadas del Estado y la monarquía, con sus dimes y diretes de la corte de los milagros salta por los aires cuando los indepes catalanes aprietan. La ilusión de Sánchez de haber levantado una coalición mayoritaria se le rompe con los 17 diputados de la minoría catalana. Son estos quienes controlan el parlamento y no los 156 del PSOE y Podemos.

Como se colige del resignado tono de la portavoz Celáa, el gobierno descubre su evidente fragilidad. Y lo bueno es que no sabe por qué. ¿Cómo van los indepes a bloquear los ilustrados propósitos de un gobierno de izquierdas en España? No acaba de creerlo. De los supremacistas cabe esperar lo peor. Pero no es el momento de sacar la artillería discursiva (Le Pen, nazis, xenófobos, racistas), pues se necesitan su votos. ¿Y cómo no van a darlos para causas claramente progresistas? ¿Serán capaces de boicotear la renovación de RTVE?

Naturalmente. La naturaleza humana ha cambiado el 1-O. Cataluña tiene su proyecto propio y en él está concentrada. Lo que suceda en el reino de España ya no tiene un interés de primer orden sino solamente como medio de intercambio para una negociación de mutuo beneficio. ¿Piensa Sánchez que los votos con los que ganó la moción de censura eran votos a él? Bien claro lo dijo Tardà: eran votos en contra de M. Rajoy. A partir de entonces habría de ganárselos. Y ¿qué ha hecho Sánchez desde entonces para favorecer algún tipo de entendimiento con Cataluña? Nada. Ha hecho lo contrario. Ha nombrado un anticatalán visceral como Borrell, mantiene la judicialización del procés, los presos políticos continúan presos y no cesan las medidas represivas arbitrarias en contra del independentismo.

¿Pensaba Sánchez que podría seguir contando con los votos indepes sin apartarse un centímetro de la política represiva del gobierno anterior? Si lo hacía no sabía lo que hacía. Catalunya ha desbordado el marco de la política española. Tiene la suya propia.

Pintan elecciones. Quizá en los dos territorios en que se libra esta batalla, España y Catalunya. Los independentistas catalanes están preparados. Los nacionalistas españoles, no. 

Demà, Palinuro a Figueres

Acte organitzat per la ANC i Ómnium Cutural, les dues grans organitzacions de la societat civil catalana. A las 19:00 en el Auditori Caputxins de Figueres. Amb el Narcís Genís, periodista del Punt Avui. Moltes gràcies, Narcís.

En principi parlarem del llibre España quedó atrás, però estic segur que passara com sempre: parlarem de tot menys del llibre. I em sembla bé, gent curioses i desconfiades, perque la realità del dia a dia, l'événement quotidien, com diuen els francesos, tè molt més interès. El saber viu davant del saber llibresc, coi. Els llibres sempre seran nostres, però ara necessitem sobretot que siguin nostres els carrers. Volen en fer-nos fora. Fer-nos invisibles, per mitjà d'agressions, identificacions policials i prohibicions dels tribunals.  Volen privatitzar també el espai públic.

Ens veiem a Figueres. 

dimarts, 24 de juliol del 2018

"¡A por ellos!"

En España hay un visible renacimiento del fascismo. Al aquelarre del otro día en honor de Franco en Cuelgamuros se añaden otros actos públicos de este jaez, todos ellos con el mismo patrón: unos individuos/as vociferantes, tremolando rojigualdas con o sin águila, saludando avecésar, cantando el Cara al Sol y profiriendo todo tipo de amenazas. O como ayer, en Labajos, Segovia, otros de esta cuerda homenajeando a Onésimo Redondo, brazo el alto con la camisa azul que tú bordaste en rojo ayer. El expolio del pazo de Meirás, el título de marquesa a la nieta del criminal, la flamante fundación Francisco Franco predicando un nuevo alzamiento nacional. Actos, ritos, proclamas, saludos, vivas, mueras que suelen estar prohibidos por la ley si bien a ellos no se les aplica porque la Ley Mordaza, que el PSOE mantiene, solo se aplica a los rojos. La patente impunidad alimenta la fascistización que provoca en la sociedad miedo, silencio y... complicidad. Es la sociedad del "¡A por ellos!". Se añaden las incendiarias diatribas de los periodistas de la caverna y las continuas, crecientes, cada vez más agresivas actividades de matones individuales y en grupo en Catalunya, destrozando bienes, hostigando e insultando a la gente. La multiplicidad de asaltos en sitios públicos, en playas, plazas como la de Vic, etc. 

En general, la situación de la convivencia civil en Catalunya corre peligro no porque, como dice el relato españolista, haya un enfrentamiento mutuo independentistas-no independentista, sino porque hay una política deliberada del nacionalismo español de intensificar la provocación hasta que alguien o algunos salten y pueda justificarse una intervención de más duro porte. Habrá quien se maraville de que, a la vista de las cloacas del Estado, todavía no haya sido este quien haya montado una respuesta a la provocación de falsa bandera. Si no lo ha hecho aún es porque la revolución catalana es pacífica a rajatabla, hasta un punto casi evangélico, no de  poner la otra mejilla, pero sí de no contestar con violencia. Y cuando no hay violencia, ni una mente fabuladora como la del juez Llarena puede inventarla. No obstante, esto se paga al precio de que los matones se aprovechen de la falta de ley del talión en Catalunya e intensifiquen su agresividad. 

Hacer tortosas, como parece proponerse para la visita de Pablo Casado, tiene un gran efecto mediático y simbólico... en Catalunya y reafirma la voluntad colectiva de seguir adelante sin violencia. Pero solo allí. Los medios españoles ni lo mencionan. Mientras en Catalunya la sensación de impunidad de las bandas (cuyas conexiones con los cuerpos de seguridad y algunos partidos políticos y asociaciones civiles son evidentes) las acicatea a seguir intentando romper la paz civil. Lo que crea una situación muy peligrosa.

Hacer tortosas, ignorar, ningunear, no va a ser suficiente. Es imprescindible una clara intervención del gobierno. No veo por qué los partidos de la oposición no piden una comparecencia del ministro del Interior, Grande Marlaska, para que explique qué hacen sus efectivos para garantizar el orden público en Cataluña. Que sea materia de los mossos d'esquadra no quita para que haya intercambio de información, colaboración y de mejor calidad que la del verano del atentado de las Ramblas. Y no es solo el Principado; también ha de explicar el ministro por qué no impide la organización y realización de actividades parafascistas en el conjunto del Estado. Si tiene información sobre los individuos que se desplazan desde todos los puntos de España en autobús y con bocadillo a las manifestaciones unionistas en Catalunya organizadas entre otros por la SCC y a las que acude el PSC, partido del gobierno. 

¿O no controla el gobierno estas bandas ni los canales por los que se relacionan con las fuerzas de seguridad del Estado? ¿O no controla el gobierno su propia policía? De los jueces ya no hablemos.

Sánchez sigue invocando diálogo, entendimiento, buenas maneras y paciencia, (bajo la amenaza de nuevo 155) pero la situación del orden público en Catalunya es inadmisible. Y en España también, porque a la falta de seguridad pública (intente alguien montar un acto en favor de los presos políticos en la  capital del reino), se suma el desbarajuste que el gobierno anterior ha dejado en la guardia civil, la policía, el CNI y los tribunales de justicia. Los casos de los chavales de Altsasu (guardia civil y tribunales), la Manada (guardia civil, ejército y tribunales), las inenarrables historias de Villlarejo (policía, corona, tribunales), los casos de Valtonyc, Pablo Hasel y decenas más. Y esto ya no es solo del ministerio del Interior; es cosa del gobierno en pleno.

 Pero este gobierno tiene un propósito claro de no convertir la invocación al diálogo en hechos, manteniendo la política hostil del PP. Esta actitud justifica por sí misma que el bloque independentista en el Congreso le retire su apoyo hasta que cambie de actitud. Es actividad parlamentaria y lleva implícito un riesgo muy verosímil de poner fin anticipado a la legislatura española en una situación más similar al caos que al funcionamiento normal de las instituciones, como decían los franquistas en tiempos más dorados para ellos. 

Pero, ¿qué se esperaban?

El procés, del que tanto se han reído los muy y mucho españoles, fue la maduración de la ruptura emocional entre Catalunya y España. La ruptura cristalizó de forma cruda, cruel, bestial el 1-O. Ni oblit ni perdó. No se olvidará. El 1-O hizo de España dos, España y Catalunya. España lo entendió a la primera:  lo hizo en el discurso de Felipe VI el 3 de octubre, en el que quedaron claras las reglas del juego autoritario, y se daba vía libre a lo que llegó después. Habría llegado igual aunque el rey se hubiera callado. A nadie importa lo que diga pero, callándose, habría hecho mejor. El país entero se puso en estado de "¡A por ellos!": los políticos, los medios, los tribunales, los policías y múltiples faranduleros. Luego, el 21 de diciembre, los catalanes decidieron seguir siendo catalanes y la oligarquía mesetaria perdió del todo los nervios, poniendo en marcha el esperpento que ha culminado con la caída de M. Rajoy y el ascenso del recambio, Pedro Sánchez de presumible breve mandato.

En efecto, ¿qué esperaban? 

Todavía no se han enterado de lo que tienen enfrente. Y mira que hay sociólogos, politólogas, juristas, psicólogos, economistas y hasta teólogas en sus afanosas filas. No es que lo entiendan mal; es que no lo entienden por ignorancia. La visión española de Catalunya, la que emerge en las distribas de sus publicistas, las sinsorgadas de sus ministros, los delirios de sus tribunales, las audacias de sus intelectuales, es la castellana de siempre, la que desprecia cuanto ignora. Y ahora lo odia. "¡A por ellos!", resuena el solar patrio. 

En un discurso triunfal Casado prometió reconquistar Catalunya. En las redes, a las que cabe llamar "redes zumbonas", alguien le sugirió que le echara webs al asunto y, en vez de Catalunya, reconquistara Gibraltar. Gibraltar no se puede reconquistar más que por la fuerza porque hay un tratado en vigor por el que España entrega el Peñón a perpetuidad al Reino Unido y por la fuerza, me temo que.... A més a més, como dicen los pérfidos catalanes, el Reino Unido ha tenido el papo de organizar dos referéndums en la roca en los que los llanitos rechazaron a España con porcentajes "búlgaros", del 95% o así. Ahí quizá se encuentre la razón del profundo odio de España a los referéndums y, de paso, a los británicos, que se permiten el lujo de hacerlos hasta en las colonias y ganarlos abrumadoramente mientras que ella los pierde, como perderá el de Catalunya.

Bueno, pues quedando claro que "reconquistar" Gibraltar es imposible, sostengo aquí que más lo es "reconquistar" Catalunya.