dijous, 2 d’agost del 2018

Avui, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimecres, 1 d’agost del 2018

Hechos; no solo palabras

Obvio, ¿no? Hay que hablar. Díganselo a ustedes mismos. El bloque independentista no ha hecho otra cosa que pedir hablar y hablar. Para algunos, incluso demasiado. 

Sí porque, palabras por palabras, ¿con cuáles nos quedamos? ¿Con las del monarca, según el presidente Picornell, (Humpty Dumpty en Mallorca), ofreciendo dialogar con los malvados separatistas? ¿O con las de los 181 militares retirados ensalzando la figura de Franco frente al socialismo separatista y rojo-masónico? No son "casos aislados" de exceso de celo guerrero. Es una posición de cuerpo. Son los retirados, pero eso solo quiere decir que los de servicio activo no quieren que los empuren. Pero muy probablemente piensan de igual modo. Si puede llamarse pensar a eso. 

A la hora de decidir con qué palabras nos quedamos no es ocioso recordar que el rey es el capitán general de los ejércitos, de los activos, los pasivos y los contemplativos. A una orden del mando, todos acudirán raudos a ocupar los puestos de "mayor fatiga y riesgo", como dicen que hacía su caudillo. Así que, ¿cuáles palabras cuentan? 

Palabras por palabras, las de la Generalitat son como lenguas de fuego. El MHP Torra reitera el veto al monarca  en todos los actos institucionales. Por supuesto, no al ciudadano Felipe de Borbón. Este es libre de desplazarse por la República Catalana. Más que palabras, ya son hechos. Abren la cuestión de si esta actitud puede ser tolerada sin merma sustancial de la autoestima española. Y más aún: según Torra, Felipe VI ha dejado de ser el rey de los catalanes.. Sospecho que nunca lo ha sido o no de una gran parte. Y tampoco le importa. Loss Borbones no son reyes de pueblos, sino de territorios. Felipe es rey de Catalunya por ser rey de España. Y ¿qué es España? Lo que quede después de cada fracaso, metedura de pata, desastre civil originados por esta dinastía del ocaso. 

Las palabras ya no dicen nada. Faltan los hechos. Hechos si se quiere evitar que los desafueros cometidos en los últimos tiempos se combinen en un espectáculo doblemente destructivo: de un lado los procesos que faltan de la Gürtel, a los que se siguen añadiendo casos al día de hoy  como la imputación de todo el gobierno de Ruiz Gallardón por cuestiones anteriores a su desempeño como ministro de Justicia. Un gobierno mezcla de mafia neoliberal y secta del Opus.

De otro, la farsa de un proceso político disfrazado de judicial en contra del independentismo. Un proceso inquisitorial en el que se pretende condenar a unas personas por cometer un delito que no han cometido. Es decir el delito es su ideología independentista. Y esa injusticia va a estar patente a los ojos del mundo, muy especialmente Europa que ya se ha visto involucrada en el conflicto por la justicia de Peralvillo forma  castizamente española de enfocar lo que en otros lugares se conoce como "derecho penal del enemigo".

Hechos solo hay uno capaz de desbloquear la situación: liberar a los presos políticos sin cargos. No se amilanen. Busquen la fórmula, que la encontrarán como encontraron la de encarcelarlos con acusaciones fabulosas. Hagan un poco de prospectiva. A la vuelta del verano y tras la Diada de este año, o ustedes negocian un referéndum de autodeterminación o se lo convoca unilateralmente la Generalitat.

La convocatoria dependerá de otros avatares como el posible retorno a España de Puigdemont para ser investido presidente. En este caso, las elecciones acabarían siendo un referéndum sobre un proyecto de Constitución de la República Catalana independiente, producto de un proceso constituyente para el que se dispone de mucho tiempo, pues las elecciones catalanas serán en diciembre de 2021. 

La cuestión no es el tiempo sino el hecho de si el Estado español puede tolerar un proceso constituyente en una de sus partes. Cosas más raras se han visto, pero es dudoso. Mil fuerzas empujarían al gobierno a interrumpir y prohibir el proceso constituyente. Y a partir de ahí, el guion se emborrona: ¿más gente a la cárcel? ¿más al exilio? ¿más represión? ¿Hasta cuándo?

El referéndum pactado de autodeterminación de resultado vinculante con observadores exteriores es inevitable. Cuanto antes de haga, mejor. No hay otra forma de salir de dudas.

Demà, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimarts, 31 de juliol del 2018

Humpty Dumpty en Mallorca

Es una vieja nana inglesa que ha ido reapareciendo aquí y allá, por sorpresa. La reaparición más célebre, la segunda parte de Alicia, A través del espejo; otra más cercana a estos pagos, La segunda muerte de Ramon Mercader. Y hay más. Humpty Dumpty (HD) es un huevo que, si se cae desde una valla, no hay quien lo recomponga. HD es un repositorio de metáforas. La propia nana es una, pues en ningún momento se dice que HD sea un huevo. Así se ha usado para representar muchas cosas más o menos altisonantes. ¿Por qué no la monarquía? Si cae desde lo alto de la valla (algo que, según muchos hizo Felipe VI el 3 de octubre de 2017), ya no podrá recomponerse, igual que no hay forma humana de volver un huevo roto a su prístino estado.

Bueno, tratándose de los Borbones, quizá no opere esta ley de la física. Los Borbones son especialistas en caer de la valla, hacerse trizas contra el duro suelo y resucitar de estas como el ave Fénix del fuego. Pulverizados quedaron Carlos IV y su infame hijo, Fernando VII, ambos de rodillas ante Napoleón; pulverizada la mujer del segundo, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que hubo de marchar al exilio dos veces; pulverizada su hija, Isabel II, la reina castiza, obligada a exiliarse a su vez; pulverizado Alfonso XII que, pronto finado, dejaba el reino en manos de la segunda y feroz Maria Cristina; pulverizado el hijo de Alfonso, Alfonso XIII quien, siguiendo ya consolidada tradición familiar, se exilió; pulverizado su hijo, Juan, que quedó hibernado en el exilio por voluntad de un general felón; pulverizados el hijo y nieto de Juan Sin Reino, que deben el trono a un golpe de Estado del dicho general, tres años de guerra, cuarenta de postguerra y otros cuarenta de propina. El HD borbónico es capaz de conseguirlo y rebotar. Lleva más de doscientos años haciéndolo. Los Borbones siempre vuelven.

Al HD de la nana no le sirven de nada All the king's horses and all the king's men ("todos los caballos y todos los caballeros del rey") para recomponerse. ¿Y a los Borbones? Los caballeros y damas del rey han acudido a Marivent con ánimo constructivo, conciliador, a ver si no se da el fatal destino de que no puedan recomponer a Humpty Dumpty. O sea, al rey. Y se han esforzado, mucho. Es la llamada "política de altos vuelos" o "sentido de Estado", también muy socorrido. 

Baltasar Picornell, presidente del parlamento balear y militante de Podemos, anuncia públicamente que el rey está dispuesto a dialogar con los partidos independentistas, a tender puentes, a buscar soluciones. No es cosa de sacar punta a lo que no la lleva, pero ¿qué tiene esto de extraordinario? Dialogar, tender puentes,s buscar soluciones es su obligación de rey. ¿Anuncia el rey a través de su caballero que está dispuesto a ejercer de rey? ¿Quiere decir que antes no lo hizo?

Pues no, no lo hizo. El 3-O no lo hizo. Y ese es uno de los agravios, el más reciente, que el independentismo tiene frente a Felipe VI y por el que le exige  disculpas. ¿Se pretende decir que la voluntad de diálogo, esto es, el cumplimiento del deber, equivale a una petición de disculpas? Exactamente, ¿qué mérito tiene que un caballero del rey diga que el rey está dispuesto a dialogar con los que representan a los miles de apaleados el 1-O? Más o menos el que tiene la reiterada oratoria dialogante del gobierno de Sánchez. Ninguno. Los hechos desmienten las palabras antes incluso de que se las lleve el viento.

La dama del rey, Francina Armengol, presidenta del gobierno de las islas y socialista, también ha echado una mano a ver qué puede hacerse por recomponer a Humpty Dumpty. El monarca debe sentirse más seguro porque ha cambiado el clima desde la llegada del PSOE con sus flamantes 84 diputados y su ilustrado afán por decir a los catalanes lo que pueden y no pueden votar.

Es comprensible la urgencia que sienten las damas y caballeros del rey (PSOE y Podemos) por colaborar al entendimiento entre España y la díscola Catalunya. La restauración, vamos, hoy llamada normalidad. Aquí interviene el elemento balear; esa urgencia es menor en las Castillas. Con todo los dos visitantes han respondido a una cuestión planteada a ambos que traduce bien la fe de la opinión en los intentos restauradores. ¿Y si se pide un referéndum monarquía/república? (Pues sí que están sólidos los puentes). Los dos le darán paso. Muy cucamente, ambos no declaran el sentido de su voto, aunque Picornell insinúa que es republicano. 

Pues sí, estaría bien que España despertase a la necesidad de corregir el rumbo y se plantease la forma de Estado política y territorial en lugar de dar por buena la inútil y corrupta estructura heredada del franquismo. Estaría bien que los españoles se decidieran a decidir algo, por ejemplo, monarquía o república. Aunque eligieran monarquía, habrían salvado una pizca de dignidad al haber decidido algo alguna vez. 

Estaría bien. Pero conviene aclarar algo: la República Catalana puede ser la partera de la española, pero no su melliza. La idea de vincular la República española a la catalana es ilusoria en España e irrisoria en Catalunya. La cuestión no es solo cronológica sino también política. La República Catalana va muy por delante. La República no es un objetivo, como en España, porque Catalunya, si es, es republicana. Solo necesita la independencia. Y ese  es un tema en el que  los independentistas saben que la reacción de monárquicos y republicanos es siempre la misma: No.

Por eso es bueno que las dos repúblicas sigan sus respectivos caminos. 


Avui, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


dilluns, 30 de juliol del 2018

Ante todo, claridad

El balance de los últimos acontecimientos es inequívoco y en él hay coincidencia general. Ha sido un triunfo del presidente Puigdemont frente al Estado español. La comparecencia del sábado en Bruselas y Waterloo, histórica. Que los medios españoles la hayan silenciado lo prueba. Y con Puigdemont, el triunfo de lo que este representa: la legitimidad de la República Catalana, basada en la desobediencia al poder tiránico.

Una oleada de optimismo ha invadido el campo indepe. Partal, en Vilaweb se hace eco de las declaraciones de Emmerson, el abogado de Puigdemont en las Naciones Unidas, y lo eleva al cielo griffithiano del nacimiento de una nación. Sin ser Emmerson, Palinuro lleva una temporada diciéndolo: nacimiento de un Estado. Emmerson ve la independencia en poco tiempo. El círculo de Puigdemont en el exilio, en 2020. Es una idea general: el independentismo ha ganado la batalla exterior. Cot, en elMón.cat así lo cree en Puigdemont guanya a Waterloo, reconociendo que ha afirmado su liderazgo, ha puesto al PDeCat más o menos claramente a sus órdenes y ha obtenido un reconocimiento social general indudable.

Queda por ver cómo juegan esos factores para convertir el éxito exterior en otro interior, en el terreno práctico político, en el que se trata de hacer efectiva la República en un contexto de partidos. El atractivo original de la CNR descansa en dos puntos: es   suprapartidista y transversal y tiene fecha de caducidad en el momento en que la República Catalana esté plenamente instalada. El triunvirato que la respalda, Puigdemont, Torra y Sánchez, da a entender la preeminencia de Puigdemont, de forma que la organización resulta ser eso, una Crida, un rassemblement.

Ahora bien, Puigdemont es al mismo tiempo militante del PDeCat, partido que, en su congreso ha rendido sus armas reticentemente ante la Crida y ha aceptado una confluencia con esta que, de momento, se ha configurado como un trasvase osmótico de militantes del PDeCat a la Crida, ignoro si manteniendo la doble militancia. Sea como sea, la relación entre el PDeCat y la Crida debe quedar clara desde el primer momento. La transversalidad de la Crida y el conjunto del movimiento significa que se cuenta con la derecha política, con la burguesía, como con la izquierda y la extrema izquierda anti-sistema. El PDeCat es el heredero refundado de Convergencia y representa esos intereses burgueses, tan defendibles desde el punto de vista de la nación como los de la extrema izquierda. Pero serán los intereses del PDeCat, no los de la Crida. Esta no puede representar intereses sectoriales algunos porque no es un partido político sino un movimiento cuyo éxito dependerá, precisamente, de que no sea visto como un partido político sino como un movimiento nacional, catalán. No haya susto con las palabras.

Sin duda el PDeCat puede apoyar a la Crida y hará bien; como también pueden hacerlo los demás partidos. Otra cosa es que quieran. Pero la Crida no puede ser la cobertura de ningún partido. Sin duda la forma más eficaz de probarlo es que el presidente Puigdemont, que lo es de la República en el exilio, abandone o, cuando menos, suspenda su militancia en el PDeCat. El presidente de la Crida Nacional per la República no puede ser militante de un partido. 

Al mismo tiempo se tropieza con el hecho de que, sin embargo, el presidente Torra y sus consejeras/os, todos/as son de partidos. Lo lógico es que también lo sea el presidente de la República. Pero, dadas las excepcionales circunstacias, la unidad partidista del interior y el exterior no es necesaria ni conveniente. La mayor prueba de esa excepcionalidad es precisamente la Crida, cuyo apoyo es y deber ser social y transversal. Solo con esta condición cabrá hablar de la expectativa de la Crida de presentarse como lista de país o lista del presidente.

Demà, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


diumenge, 29 de juliol del 2018

Insultando a Catalunya

El 1-O de 2017, cerca de tres millones de catalanes fueron a votar en un referéndum de autodeterminación. Setecientos y pico mil no pudieron hacerlo porque la policía y la guardia civil, a las órdenes de un gobierno de franquistas corruptos, lo impidieron a palos; o bien votaron pero esos mismos individuos de azul o verde, robaron los votos. No obstante, unos 2.040.000 ciudadanos, con riesgo para su identidad física, votaron y, de ellos, más del 96% lo hicieron a favor de la independencia.

El 21 de diciembre de 2017 en unas elecciones impuestas por el mismo gobierno de corruptos y ladrones y con los dirigentes catalanes en la cárcel o el exilio y que tuvieron el valor de un referéndum, unos 2.060.000 catalanes, más del 47%, es decir, la mayoría del electorado, volvieron a votar por candidatos independentistas.

La mayoría del electorado catalán es independentista y quiere ejercer su derecho de autodeterminación. Bueno, pues el gobierno del PSOE no tiene la menor intención de respetar esa mayoría. Niega que sea posible ejercer la autodeterminación y como argumento se vale del hecho de que no está prevista en la Constitución. Tampoco estaba prevista la ignominia del art. 135 y lo estuvo en 24 horas por decisión vergonzosa del PSOE y el PP. La señora Batet debe de creer que la gente es tan estúpida como ella misma parece. Las leyes y las Constituciones se cambian (y de la noche a la mañana) cuando se quiere. Si ahora no se quiere es porque a los partidos españoles no les da la gana. Porque hasta la señora Batet sabe que no se hicieron las personas para las leyes, sino las leyes para las personas. 

Y hay más. Es que ni es necesario cambiar la Constitución. Hasta con esta Constitución de chicha y nabo, redactada por escolares de tercera, se puede hacer un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Basta con interpretarla de modo abierto. Cierto que, en este momento, al lado de la cuentista Batet aparece el "desinfectador" Borrell para añadir la habitual sinsorgada de que el derecho de autodeterminación solo lo tienen las colonias y Catalunya, según él, no lo es porque no está en la relación de la ONU de territorios independientess. Cuanto más autoritario es un individuo, más papeles invoca. Batet, la Constitución; Borrell la relación de la ONU.

El insulto directo al independentismo, a Catalunya y al mundo entero viene a continuación.

Dice la misma Batet que los catalanes no pueden votar en un referéndum de autodeterminación porque no. Que lo quiera la mayoría del electorado catalán, que del referéndum de autodeterminación sea partidario el 80% del electorado, a estos individuos/as les da igual. Es no porque no les sale de las narices. En cambio ofrecen votar un acuerdo político (sin decir cuál) de consenso amplio con el apoyo del 80% del electorado. Es indiferente que, con cerca de un 50% de votos independentistas no haya manera de conseguir ese 80%. Para ello se requeriría que el equivalente a 30 puntos porcentuales de catalanes (un millón trescientos mil, más o menos) tendrían que votar lo que no quieren para dar gusto a la señora Batet.

¿Está claro el insulto? Catalunya no solo es una colonia de la oligarquía española con el apoyo de la seudoizquierda socialista sino que los catalanes no pueden ni votar lo que quieran, sino lo que a esta gente española se le ponga en las narices.

El derecho al Estado y el Estado sin derecho

Ayer sonaron los clarines del campamento independentista. El MHP Puigdemont llegaba a Bruselas y en la conferencia de prensa declaraba que el Estado español había sido derrotado. Luego, en Waterloo, en la llamada "Casa de la República", se reunía con el MHP Torra y escenificaba ante los ojos mediáticos de Europa y más la nueva iniciativa indepe para hacer efectiva la República Catalana este otoño. La exigencia de libertad de los presos políticos no es sino la salva de cortesía. A la vuelta de vacaciones, Puigdemont espera que Sánchez haya hecho los deberes. Wishful thinking bien intencionado. Sánchez no los habrá hecho porque no puede; no le dejan; y no se deja él mismo, incapaz de reconocer la verdadera naturaleza del conflicto. Así que esa jocunda República echará a andar en el otoño con muy probables vistas a unas elecciones catalanas que prometen ser otro Waterloo. Para evitarlo, el joven líder del PP, hoy en la oposición, amenaza con lanzar otro potente 155 contra Cataluña como Zeus mandaba el rayo. Solo que a la hora de arrojar cosas, Casado tiene más de Polifemo (salvando proporciones) que del padre de los dioses.

En términos deportivos, siempre escuetos, la situación actual es España 0, Catalunya 1. En términos jurídico-políticos, algo más alambicados pero claros, es el triunfo de un Estado de derecho que aún no es Estado sobre otro que es Estado, pero no es de derecho. Eso es lo que da la vitalidad a la causa catalana que los nacionalistas españoles no entienden. Catalunya es un Estado con un presidente legítimo, aunque en el exilio, un gobierno y un parlamento también legítimos aunque el segundo está en estado de hibernación por la hostilidad de los poderes del Estado central que tiene encarcelados a algunos diputados. Cuenta con su propio pueblo que apoya y sostiene en condiciones difíciles a sus dirigentes, que lo son por consentimiento popular. Dispone de un territorio sobre el que ejerce una jurisdicción limitada por causa de fuerza mayor, a falta de coronarla ejerciéndola de modo soberano. 

Catalunya es un Estado de derecho, una República que está haciéndose, de modo revolucionario, pacífico y democrático. Un fenómeno sin precedentes que nadie puede interrumpir y menos que nadie el Estado español que ha renunciado a su cacareada condición de Estado de derecho precisamente por su forma de abordar la crisis constitucional originada en Catalunya. Su estúpida reacción represiva no le ha servido de nada salvo para dar mayor legitimidad al movimiento indepe y conseguir su internacionalización. Justo lo contrario de lo que pretendían los estrategas de entonces y los de ahora, que se parecen mucho. A los ojos de Europa ha quedado claro que España es un Estado corrupto, autoritario, sin división de poderes, arbitrario y agresivo con los derechos de los ciudadanos, especialmente los catalanes.

El duelo final entre el Estado español y Puigdemont (que así ha sido) se ha resuelto, efectivamente, en el seno de la mentalidad del Estado de derecho europeo. Hay, vaya si hay, una conciencia europea del Estado de derecho y la justicia, que comparten los países y frente a la cual, como siempre, España ha quedado aislada. Único territorio en que unos ciudadanos europeos no pueden circular libremente por motivos que son una vergüenza, como vergüenza es que el país tenga presos políticos.

Dadas las circunstancias y la imposibilidad de Sánchez de hacer los deberes ¿cómo esperan los nacionalistas españoles obtener apoyo entre los estamentos pensantes y, desde luego en Catalunya para una propuesta consistente en dejar las cosas como están, sin que nada se mueva, como si eso fuera posible?

¿Y por qué les extraña que, si se convocan elecciones catalanas, el bloque independentista aumentará sensiblemente su representación se presente como se presente? Es una conclusión a la que ha llegado ya todo el mundo: si hace diez años se hubiera convocado un referéndum pactado de autodeterminación, el independentismo hubiera perdido; ahora lo gana seguro. Y esa es la razón fundamental por la que el Estado español no quiere referéndum alguno. Y esa también la razón por la que las elecciones anticipadas serán ese referéndum. 

dissabte, 28 de juliol del 2018

La gobernanza del reino

Estaba cantado. Un gobierno que lo es gracias a los 17 votos indepes catalanes no debe, en principio, enajenárselos a ls primeras de cambio. Ni creer por un segundo que son votos cautivos cuando ya le explicó ERC que eran votos contra M. Rajoy. Son dictados elementales de la prudencia. 

Pero no es la prudencia la norma del gobierno de Sánchez en lo referente a Catalunya. No se ha atrevido a crear el ministerio de Asuntos Catalanes pero ha puesto en Exteriores a un antindependentista militante y desaforado para el que "Exteriores" quiere decir literalmente Catalunya. Es verdad que el jefe se ha prodigado en declaraciones melífluas sobre la nueva era de diálogo, entendimiento y concordia. Faltan los hechos. Trató de colar como tal el acercamiento de los presos políticos, pero hubo de admitir que era un derecho de estos, uno más de los que les niegan. El resto son medidas que prosiguen e intensifican la juridificación del conflicto que siempre ha criticado el propio Sánchez.

Frente a tanto menosprecio y agresividad, no podía esperar que los indepes catalanes le votaran a favor. Lo de Podemos es otra historia. Tenían razones para votar en contra, pero, entiendo, no innegociables, como las de los indepes. Estos, además, a diferencia de Podemos, lo venían avisando con antelación suficiente para que Sánchez hiciera cuando menos un gesto. 

Al contrario. Muy disgustado, el gobierno ha defendido su proyecto y acusado a UP, ERC y PDeCat dar una bofetada a las clases populares en España en su gubernativa mejilla. Es un argumento contra Podemos (la izquierda, votando con el PP porque, en realidad, una abstención es un no) pero no tanto contra los indepes, cuyo interés en la política española trae vitola propia. Contra estos es más difícil argumentar, sobre todo si no se ha hecho nada salvo amenazarlos, como hace el ministro de Asuntos Catalanes con el servicio del Diplocat.

Todo el planteamiento de la medida sonaba a marrullería. La mayoría absoluta del PP en el Senado tumbaría el proyecto. Entonces, ¿para que aprobarlo en primer lugar? Según el gobierno para obligar con ello al PP a retratarse en ir contra los intereses de la gente. Ahora tiene un mes para volver con la propuesta. A lo mejor en ese mes encuentra tiempo e ingenio suficientes para negociar con Podemos y hacer una oferta a los indepes que induzca a estos a cambiar su voto a positivo. 

Entre tanto, los independentistas preparan la rentrée con fuegos de artificio. La traca final serán las elecciones anticipadas en Catalunya, con independencia de cuándo sean las españolas. La única duda es si las catalanas se convocan antes o después de la segura condena de los dirigentes indepes en el proceso llarenesco.  Y teniendo en cuenta que las municipales están previstas en mayo. 

Podrían llegar a coincidir todas y quizá el reino entrara entonces en modo failure.

divendres, 27 de juliol del 2018

La ofensiva del verano

Quedó dicho en algún Palinuro de hace unos días: el presidente Puigdemont -que había mantenido prudente silencio en espera de la decisión del tribunal alemán- tenía un plan para relanzar la iniciativa indepe. La condición era que el tribunal decidiera no extraditar y, por tanto, devolverle la libertad de circulación. Habiéndolo conseguido, lanza la CNR con vocación de rasssemblement unitario, se asegura la reticente pero mayoritaria aquiescencia del PDeCat e inicia la constitución del Consejo de la República o gobierno de la Generalitat en el exilio. El mensaje es claro: unidad frente a lo que se avecina.

Y ¿qué se avecina? Eso es materia de augures que son legión en los medios. No lo sabe nadie. Depende de las circunstancias y hay muchas y de grueso calado: la Diada de este año, el congreso de la CNR, el proceso contra los independentistas, por ejemplo. Pero algo sí se puede confirmar: el mensaje de unidad es firme y compartido. El objetivo es dar cumplimiento al mandato del 1-O.

Las fuerzas reportan para la ofensiva. En el ejecutivo, el presidente Torra ha incluido en el orden del día de la comisión bilateral la cuestión de los presos políticos. El legislativo ha decidido ausentarse un par de meses. No estoy seguro de que sea una decisión avisada, aunque quizá se entiende al modo en que el señor Albiol entiende que la gente esté harta. El hartazgo está muy generalizado. Además, quizá la mayoría parlamentaria aproveche el estío para elaborar un plan viable de nombramiento del MHP Puigdemont, allá por el mes de octubre. La unidad es de acero. ERC declara que apoya el nombramiento de Puigdemont si es posible. Y la CUP acude a la cita de la ofensiva, dispuesta  a crear "espacios de soberanía", con abundancia de frase revolucionaria y una referencia a hundir el "régimen del 78" que me intriga. Para ponernos gramscianos, a la guerra de posiciones de sus aliados aportan los cupaires la guerra de trincheras. Pero todos van a lo mismo: el mandato del 1-O.

En ese mismo espíritu de unidad ha puesto la ANC en marcha la campaña por las primarias en las municipales, en busca de la lista unitaria, que para unos es el unicornio y para otros el becerro de oro. No ha lugar a pronunciarse aquí sobre el asunto en concreto. Lo que decidan los partidos y asociaciones, bien decidido estará, siempre que la confluencia en el mandato del 1-O esté garantizada. Es posible que no vean con buenos ojos esa transversalidad radical de la ANC, pero estaremos de acuerdo en que la petición de adhesiones es de buena fe; como lo es la de la CNR; como las de cualesquiera otras que provengan de espacios indepes.

La lista unitaria en el ámbito nacional tiene otro aspecto y ambición. La fuerza de la Crida no reside únicamente en su transversalidad, que puede ser más o menos real, sino en su compromiso constitutivo de ser una organización a término, que se disolverá una vez logrado su objetivo, la República Catalana.

Frente a la ofensiva del verano, como se ve tan bien preparada como la del Tet en Vietnam en 1968, la parte contraria, el nacionalismo español, no ofrece proyecto o propuesta positiva alguna o, si lo hace, el presidente Puigdemont acaba de decir que él connait pas. Ninguna propuesta constructiva, fuera de las rituales invocaciones al diálogo del presidente Sánchez, compatibles con el manifiesto propósito del ministro de Asuntos Exteriores de impedir la apertura de las "embajadas catalanas" del Diplocat o vuelta al 155.

No hay propuesta positiva alguna, pero sí hay medidas negativas, represivas. Los tribunales acaban de negar la libertad provisional a dos presos políticos y prohiben la exhibición de banderas esteladas en los espacios públicos bajo responsabilidad de las instituciones. Es una decisión política que trata de vaciar estos espacios de los pronunciamientos de la ciudadanía, que trata de expulsar al independentismo de las calles. Es un ataque a la libertad de expresión.

Para octubre está prevista la apertura del juicio oral o última parte de esta juerga político-judicial a la que nos ha llevado la disparatada instrucción del juez Llarena dictada, sin duda, por su convicción de que los jueces interpreten las leyes según sus ideas políticas. Estas solo le parecen rechazables si son "radicales" y no como la suya que es radicalmente moderada. Lo que le lleva a pedir al gobierno intervención política en un procedimiento judicial en Bélgica. Algo tan divertido como aquel de cuando pidieron a Alemania los nombres de los agentes que habían detenido al MHP Puigdemont, ¡para condecorarlos!

Y si de los jueces, siempre moderados, pasamos a los políticos, se llega a lo sublime. El joven líder en agraz del PP quiere reconquistar Cataluña, para lo cual pretende meter en la cárcel a todos los independentistas, acusados del nuevo delito de "sedición impropia" que consiste en alzarse sin alzarse. O sea, en hablar. Estos andan siempre con una mordaza en la mano.

¿Se le ocurre a alguien algo mejor que convocar elecciones anticipadas? Sí, dicen algunos: implementar la República por la vía de hecho. Correcto. Eso requiere desobediencia y el problema con la desobediencia es la cantidad, como decía Paracelso del veneno. Hay un umbral de desobediencia a partir del cual reaparece el 155. Y la cuestión es que el govern puede perder la competencia de convocar elecciones. Es más, quizá no haya ni govern en libertad. Y las elecciones postpuestas a las calendas, como quería Sánchez en su fiebre pro 155 no hace mucho.

Asoma en el horizonte el fantasma del Ulster, pero más como amenaza y como chantaje. El independentismo es pacífico y mayoritario; el unionismo es violento y minoritario. Aunque tenga el apoyo de las instituciones y partidos españole, nunca prenderá la violencia een Catalunya salvo la que venga del Estado en sus proteicas manifestaciones. Por lo demás, el peso del Ulster en Gran Bretaña no es ni por aproximación equivalente al de Catalunya en España.

¿Cuánto tiempo puede permitirse España tener bajo una ocupación prácticamente militar a Catalunya?

dijous, 26 de juliol del 2018

La República Catalana en marcha

Mi artículo de ayer en elMón.cat titulado así, Legalitat i legitimitat, binomio sobre el que pivota buena parte de la cultura jurídica y política de Occidente. He aprovechado para arrimar el ascua a mi sardina aplicando la tradicional distinción al aquí y ahora del conflicto España-Catalunya. Y la realidad lo confirmó ayer en la conferencia de prensa del presidente Puigdemont en Berlín que fue, según opinión general y medios extranjeros, la de un jefe de Estado. En realidad, lo que es Puigdemont. La conferencia tuvo les allures de un peán de la victoria de los atenienses catalanes contra los beocios españoles. La semana que viene, el presidente retornará a Bruselas para poner en marcha el Consejo de la República. Catalunya debe de ser el único país del mundo que tiene dos gobiernos, el del interior y el del exilio y los dos con un mismo objetivo: fer efectiva la República Catalana. Y la harán.

Esa república será la que saque a los presos de las cárceles, como vaticinó en su día Yeya Boya.

Aquí la versón castellana:

Legalidad y legitimidad

Desde el comienzo del proceso actual hacia la República Catalana independiente estuvo claro que la pareja de conceptos que mejor definía la cambiante situación era la de legalidad/legitimidad. Tenía que ser el más adecuado para Catalunya porque también es el eje en torno al cual se libró gran cantidad de batallas políticas en Europa en el siglo pasado.

Todas las tiranías de todos los colores argumentaron siempre con el respeto a la ley vigente y el derecho positivo, con los que disfrazaban la opresión y justificaban la represión. En su forma más pedestre, propia de su falta de luces, Rajoy identificaba la ley vigente con la democracia, como si todos los déspotas que lo precedieron no hubieran llamado siempre “ley” y “legalidad” a sus más inicuos atropellos. Exactamente igual que él.

Por el contrario, casi todas las rebeliones, luchas de liberación, movimientos emancipatorios y revoluciones se hicieron en nombre de la legitimidad. La fuerza creadora de los movimientos populares manaba de su referencia a principios, valores y derechos inherentes a la dignidad de los pueblos y la libertad de los individuos que unos sistemas injustos sin más autoridad que la fuerza trataban siempre de extirpar.

En el Estado español, una vetusta dictadura militar, transformada en una monarquía autoritaria y corrupta, tanto el PP como su recambio, el PSOE, coinciden en invocar el respeto a la ley como base inexcusable de toda acción política. En el pináculo de esa obligación está el respeto a la Constitución, ley de leyes y fuente del derecho de un régimen que debe su origen a un golpe de militares delincuentes, seguido de una guerra civil, cuarenta años de tiranía cuartelaria y otros cuarenta de monarquía impuesta por la voluntad omnímoda del dictador y que aun perdura, para vergüenza de todos.

Bueno, de todos, no. Los militantes y votantes de los partidos dinásticos, PP, PSOE y C’s están muy satisfechos de un régimen que solo se sostiene por el abuso, la fuerza y la arbitrariedad y al que muy ufanos, llaman “Estado de derecho”. Su inexistente sentido del ridículo los lleva a comparar un país con jueces como Llarena, medios como la TVE, partidos/asociaciones de ladrones como el PP, iglesias parásitas como la católica y periodistas como los energúmenos de la COPE con países como Reino Unido o Alemania. En comparación con estos lugares, hablar de ley en España es un sarcasmo.

A su vez, el movimiento independentista ha invocado siempre el principio de legitimidad para fundamentar su acción. Esta suele chocar con un ordenamiento jurídico injusto y arbitrario concebido para disfrazar la opresión de una oligarquía nacional-católica para la cual el país es su cortijo y el PSOE, su capataz. 

Parte del independentismo modula su invocación de la legitimidad con un forcejeo en el terreno de la legalidad que el Estado acota y utiliza para sus fines. Tanto la política parlamentaria en el Congreso de los diputados y el Parlament de Catalunya como el encarcelamiento de los presos y presas políticas se inscribe en este horizonte de lucha. Sin duda posee un alto valor simbólico y movilizador pues su ejemplo mantiene viva la indignación y la llama de la resistencia popular. Pero tiene una eficacia reducida en el progreso del movimiento emancipador ya que se juega en el terreno de la legalidad en donde hay unos actores inmorales con las cartas marcadas: policías corruptos, jueces prevaricadores, políticos felones y medios sectarios. De hecho, la terminación de esta injusticia carcelaria no depende de los propios presos políticos, sino del éxito del conjunto del movimiento.

Este viene más garantizado por la parte que ha elegido el exilio en manifiesta desobediencia de una legalidad despótica y en atención al principio de legitimidad. El destierro del presidente, los/as consejeras y los/las dirigentes, al internacionalizar la causa de la independencia de Cataluña ha puesto de relieve a los ojos del mundo la falta de libertades, la tiranía de la legalidad española y la radical mentira de su carácter de Estado de derecho. Hoy todo el mundo sabe que España tiene presos/as y exiliadas y exiliados políticos/as y que la única forma de acabar con esta anomalía en la Europa de las libertades es obligar al Estado español franquista (administrado por cualquiera de los dos partidos dinásticos, PP o PSOE) a sentarse en una mesa de diálogo y negociar una salida civilizada al conflicto que respete el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, permita su ejercicio y acepte su resultado.

En ese momento, gracias a la acción interior y exterior del independentismo su defensa frente a una legalidad tiránica y su lucha basada en el principio de legitimidad democrática, la República Catalana será una realidad palpable. Y será esa República, sostenida en la voluntad mayoritaria a favor de la independencia en unas próximas elecciones la que pondrá en libertad a los presos políticos catalanes.

Avui, Palinuro a Figueres

Acte organitzat per la ANC i Ómnium Cutural, les dues grans organitzacions de la societat civil catalana. A las 19:00 en el Auditori Caputxins de Figueres. Amb el Narcís Genís, periodista del Punt Avui. Moltes gràcies, Narcís.

En principi parlarem del llibre España quedó atrás, però estic segur que passara com sempre: parlarem de tot menys del llibre. I em sembla bé, gent curioses i desconfiades, perque la realità del dia a dia, l'événement quotidien, com diuen els francesos, tè molt més interès. El saber viu davant del saber llibresc, què coi. Els llibres sempre seran nostres, però ara necessitem sobretot que siguin nostres els carrers. En En volen fer-nos fora. Fer-nos invisibles, per mitjà d'agressions, identificacions policials i prohibicions dels tribunals.  Volen privatitzar també el espai públic.

Ens veiem a Figueres.

(Gràcies per les correccions, Jaume).

dimecres, 25 de juliol del 2018

La vida a Girona

En els meus passejos per Girona em passa de vegades que hi ha qui em reconeix i es para per a intercanviar unes paraules i fer-se una foto. Avui, quan tornava d'estacionar el cotxe a la quinta forca perquè, en viure al centre, no hi ha aparcaments gratuïts, m'he parat davant d'un comerç de reparació de motos que estava obert tot i ser festiu. No sóc gran aficionat a aquestes màquines, però l'establiment no era de motos qualsevol, sinó de Harley-Davidson. Les Harley-Davidson no són motos. Són deesses. I de cap he entrat al lloc a admirar les que estaven en exposició, veritables meravelles. Allà també he ensopegat amb Renan, el motorista de la foto i els dos em fet aquesta molt xula, amb la qual he inaugurat la meva galeria de veïns i veïnes gironines. Per descomptat, la botiga es diu Easy Rider i aquí estem Renan i Ramon, sense haver decidit qui és Peter Fonda i qui Dennis Hopper

Quién manda

Todo el mundo conoce la cita de Virginia Woolf: "en torno a diciembre de 1910, la naturaleza humana cambió". Algo así pasó el 1-O de 2017. Con su expresión Woolf saludaba la llegada del modernismo; nosotros, la de la contemporaneidad. Catalunya sale de la servidumbre.

Pero la naturaleza humana parece haber cambiado. Los tremendos nacional-españoles, siempre tan seguros de sus principios y decididos en sus acciones, amparadas en la benevolencia de los poderess divinos y humanos, se antojan dubitativos, desorientados, divididos entre sí, siempre a la zaga de los acontecimientos.

En cambio, los independes catalanes, generalmente oscilantes, inseguros, quisquillosos, desacordados, parecen ahora avanzar con unidad de falange macedónica. Habiéndose consolidado el liderazgo de Puigdemont (que la prensa, siempre algo mojigata, llama "hiperliderazgo") con una base orgánica de una organización atrapalotodo, estaba claro que tomaría la iniciativa. Ahora la hace valer en el Congreso imponiendo una actitud más dura y crítica del PDeCat.

La política española no existe. El empeño de los partidos estatales de moverse en las coordenadas del Estado y la monarquía, con sus dimes y diretes de la corte de los milagros salta por los aires cuando los indepes catalanes aprietan. La ilusión de Sánchez de haber levantado una coalición mayoritaria se le rompe con los 17 diputados de la minoría catalana. Son estos quienes controlan el parlamento y no los 156 del PSOE y Podemos.

Como se colige del resignado tono de la portavoz Celáa, el gobierno descubre su evidente fragilidad. Y lo bueno es que no sabe por qué. ¿Cómo van los indepes a bloquear los ilustrados propósitos de un gobierno de izquierdas en España? No acaba de creerlo. De los supremacistas cabe esperar lo peor. Pero no es el momento de sacar la artillería discursiva (Le Pen, nazis, xenófobos, racistas), pues se necesitan su votos. ¿Y cómo no van a darlos para causas claramente progresistas? ¿Serán capaces de boicotear la renovación de RTVE?

Naturalmente. La naturaleza humana ha cambiado el 1-O. Cataluña tiene su proyecto propio y en él está concentrada. Lo que suceda en el reino de España ya no tiene un interés de primer orden sino solamente como medio de intercambio para una negociación de mutuo beneficio. ¿Piensa Sánchez que los votos con los que ganó la moción de censura eran votos a él? Bien claro lo dijo Tardà: eran votos en contra de M. Rajoy. A partir de entonces habría de ganárselos. Y ¿qué ha hecho Sánchez desde entonces para favorecer algún tipo de entendimiento con Cataluña? Nada. Ha hecho lo contrario. Ha nombrado un anticatalán visceral como Borrell, mantiene la judicialización del procés, los presos políticos continúan presos y no cesan las medidas represivas arbitrarias en contra del independentismo.

¿Pensaba Sánchez que podría seguir contando con los votos indepes sin apartarse un centímetro de la política represiva del gobierno anterior? Si lo hacía no sabía lo que hacía. Catalunya ha desbordado el marco de la política española. Tiene la suya propia.

Pintan elecciones. Quizá en los dos territorios en que se libra esta batalla, España y Catalunya. Los independentistas catalanes están preparados. Los nacionalistas españoles, no. 

Demà, Palinuro a Figueres

Acte organitzat per la ANC i Ómnium Cutural, les dues grans organitzacions de la societat civil catalana. A las 19:00 en el Auditori Caputxins de Figueres. Amb el Narcís Genís, periodista del Punt Avui. Moltes gràcies, Narcís.

En principi parlarem del llibre España quedó atrás, però estic segur que passara com sempre: parlarem de tot menys del llibre. I em sembla bé, gent curioses i desconfiades, perque la realità del dia a dia, l'événement quotidien, com diuen els francesos, tè molt més interès. El saber viu davant del saber llibresc, coi. Els llibres sempre seran nostres, però ara necessitem sobretot que siguin nostres els carrers. Volen en fer-nos fora. Fer-nos invisibles, per mitjà d'agressions, identificacions policials i prohibicions dels tribunals.  Volen privatitzar també el espai públic.

Ens veiem a Figueres. 

dimarts, 24 de juliol del 2018

"¡A por ellos!"

En España hay un visible renacimiento del fascismo. Al aquelarre del otro día en honor de Franco en Cuelgamuros se añaden otros actos públicos de este jaez, todos ellos con el mismo patrón: unos individuos/as vociferantes, tremolando rojigualdas con o sin águila, saludando avecésar, cantando el Cara al Sol y profiriendo todo tipo de amenazas. O como ayer, en Labajos, Segovia, otros de esta cuerda homenajeando a Onésimo Redondo, brazo el alto con la camisa azul que tú bordaste en rojo ayer. El expolio del pazo de Meirás, el título de marquesa a la nieta del criminal, la flamante fundación Francisco Franco predicando un nuevo alzamiento nacional. Actos, ritos, proclamas, saludos, vivas, mueras que suelen estar prohibidos por la ley si bien a ellos no se les aplica porque la Ley Mordaza, que el PSOE mantiene, solo se aplica a los rojos. La patente impunidad alimenta la fascistización que provoca en la sociedad miedo, silencio y... complicidad. Es la sociedad del "¡A por ellos!". Se añaden las incendiarias diatribas de los periodistas de la caverna y las continuas, crecientes, cada vez más agresivas actividades de matones individuales y en grupo en Catalunya, destrozando bienes, hostigando e insultando a la gente. La multiplicidad de asaltos en sitios públicos, en playas, plazas como la de Vic, etc. 

En general, la situación de la convivencia civil en Catalunya corre peligro no porque, como dice el relato españolista, haya un enfrentamiento mutuo independentistas-no independentista, sino porque hay una política deliberada del nacionalismo español de intensificar la provocación hasta que alguien o algunos salten y pueda justificarse una intervención de más duro porte. Habrá quien se maraville de que, a la vista de las cloacas del Estado, todavía no haya sido este quien haya montado una respuesta a la provocación de falsa bandera. Si no lo ha hecho aún es porque la revolución catalana es pacífica a rajatabla, hasta un punto casi evangélico, no de  poner la otra mejilla, pero sí de no contestar con violencia. Y cuando no hay violencia, ni una mente fabuladora como la del juez Llarena puede inventarla. No obstante, esto se paga al precio de que los matones se aprovechen de la falta de ley del talión en Catalunya e intensifiquen su agresividad. 

Hacer tortosas, como parece proponerse para la visita de Pablo Casado, tiene un gran efecto mediático y simbólico... en Catalunya y reafirma la voluntad colectiva de seguir adelante sin violencia. Pero solo allí. Los medios españoles ni lo mencionan. Mientras en Catalunya la sensación de impunidad de las bandas (cuyas conexiones con los cuerpos de seguridad y algunos partidos políticos y asociaciones civiles son evidentes) las acicatea a seguir intentando romper la paz civil. Lo que crea una situación muy peligrosa.

Hacer tortosas, ignorar, ningunear, no va a ser suficiente. Es imprescindible una clara intervención del gobierno. No veo por qué los partidos de la oposición no piden una comparecencia del ministro del Interior, Grande Marlaska, para que explique qué hacen sus efectivos para garantizar el orden público en Cataluña. Que sea materia de los mossos d'esquadra no quita para que haya intercambio de información, colaboración y de mejor calidad que la del verano del atentado de las Ramblas. Y no es solo el Principado; también ha de explicar el ministro por qué no impide la organización y realización de actividades parafascistas en el conjunto del Estado. Si tiene información sobre los individuos que se desplazan desde todos los puntos de España en autobús y con bocadillo a las manifestaciones unionistas en Catalunya organizadas entre otros por la SCC y a las que acude el PSC, partido del gobierno. 

¿O no controla el gobierno estas bandas ni los canales por los que se relacionan con las fuerzas de seguridad del Estado? ¿O no controla el gobierno su propia policía? De los jueces ya no hablemos.

Sánchez sigue invocando diálogo, entendimiento, buenas maneras y paciencia, (bajo la amenaza de nuevo 155) pero la situación del orden público en Catalunya es inadmisible. Y en España también, porque a la falta de seguridad pública (intente alguien montar un acto en favor de los presos políticos en la  capital del reino), se suma el desbarajuste que el gobierno anterior ha dejado en la guardia civil, la policía, el CNI y los tribunales de justicia. Los casos de los chavales de Altsasu (guardia civil y tribunales), la Manada (guardia civil, ejército y tribunales), las inenarrables historias de Villlarejo (policía, corona, tribunales), los casos de Valtonyc, Pablo Hasel y decenas más. Y esto ya no es solo del ministerio del Interior; es cosa del gobierno en pleno.

 Pero este gobierno tiene un propósito claro de no convertir la invocación al diálogo en hechos, manteniendo la política hostil del PP. Esta actitud justifica por sí misma que el bloque independentista en el Congreso le retire su apoyo hasta que cambie de actitud. Es actividad parlamentaria y lleva implícito un riesgo muy verosímil de poner fin anticipado a la legislatura española en una situación más similar al caos que al funcionamiento normal de las instituciones, como decían los franquistas en tiempos más dorados para ellos. 

Pero, ¿qué se esperaban?

El procés, del que tanto se han reído los muy y mucho españoles, fue la maduración de la ruptura emocional entre Catalunya y España. La ruptura cristalizó de forma cruda, cruel, bestial el 1-O. Ni oblit ni perdó. No se olvidará. El 1-O hizo de España dos, España y Catalunya. España lo entendió a la primera:  lo hizo en el discurso de Felipe VI el 3 de octubre, en el que quedaron claras las reglas del juego autoritario, y se daba vía libre a lo que llegó después. Habría llegado igual aunque el rey se hubiera callado. A nadie importa lo que diga pero, callándose, habría hecho mejor. El país entero se puso en estado de "¡A por ellos!": los políticos, los medios, los tribunales, los policías y múltiples faranduleros. Luego, el 21 de diciembre, los catalanes decidieron seguir siendo catalanes y la oligarquía mesetaria perdió del todo los nervios, poniendo en marcha el esperpento que ha culminado con la caída de M. Rajoy y el ascenso del recambio, Pedro Sánchez de presumible breve mandato.

En efecto, ¿qué esperaban? 

Todavía no se han enterado de lo que tienen enfrente. Y mira que hay sociólogos, politólogas, juristas, psicólogos, economistas y hasta teólogas en sus afanosas filas. No es que lo entiendan mal; es que no lo entienden por ignorancia. La visión española de Catalunya, la que emerge en las distribas de sus publicistas, las sinsorgadas de sus ministros, los delirios de sus tribunales, las audacias de sus intelectuales, es la castellana de siempre, la que desprecia cuanto ignora. Y ahora lo odia. "¡A por ellos!", resuena el solar patrio. 

En un discurso triunfal Casado prometió reconquistar Catalunya. En las redes, a las que cabe llamar "redes zumbonas", alguien le sugirió que le echara webs al asunto y, en vez de Catalunya, reconquistara Gibraltar. Gibraltar no se puede reconquistar más que por la fuerza porque hay un tratado en vigor por el que España entrega el Peñón a perpetuidad al Reino Unido y por la fuerza, me temo que.... A més a més, como dicen los pérfidos catalanes, el Reino Unido ha tenido el papo de organizar dos referéndums en la roca en los que los llanitos rechazaron a España con porcentajes "búlgaros", del 95% o así. Ahí quizá se encuentre la razón del profundo odio de España a los referéndums y, de paso, a los británicos, que se permiten el lujo de hacerlos hasta en las colonias y ganarlos abrumadoramente mientras que ella los pierde, como perderá el de Catalunya.

Bueno, pues quedando claro que "reconquistar" Gibraltar es imposible, sostengo aquí que más lo es "reconquistar" Catalunya.  

dilluns, 23 de juliol del 2018

Así no vais a conseguirlo

Y de otras formas, tampoco. Pero estas, las de la provocación, la violencia, la agresión impune a las que estais acostumbrados, ya no van a funcionaros como siempre han hecho.

Según se suman los atentados españolistas en Cataluña, la cuestión va siendo más clara. Policías de uniforme extralimitándose en sus funciones y aporreando sin necesidad a gente pacífica; policías de paisano armados agrediendo a ciudadanos que no les ha hecho nada; agresiones a personas, inmuebles, símbolos; militantes y cargos públicos del PP y C's encapuchados o no, destrozando símbolos y amenazando a los transeuntes. Es un verdadero frenesí el de estos indeseables que cada vez va a más.

Todos los actos de provocación van indefectiblemente unidos al españolismo, al empleo agresivo de la bandera española y al destrozo de los símbolos ajenos. Son actos aparentemente espontáneos de elementos "incontrolados" que no son tales pues, en cuanto se escarba e investiga un poco, suele tratarse casi en el 100% de los casos de elementos de los cuerpos de seguridad del Estado, militantes de los grupos fascistas y ultraespañoles y militantes de los partidos dinásticos franquistas, PP y C's. Hay, sin duda, un elemento de dispersión. En algunos casos, estos animales no pueden contenerse y agreden a gente pacífica sin que esté previsto.

Pero, en su conjunto, es una operación coordinada, es una política pública premeditada entre los elementos señalados: fuerzas de represión del Estado, bandas de matones fascistas y  militantes de los partidos de derecha, una operación pensada, calculada con el fin de provocar situaciones de violencia en Catalunya que, de conseguir algún tipo de respuesta, permita luego elaborar el discursso del "enfrentamiento entre catalanes" o "fractura de la sociedad catalana" al que es tan aficionado Sánchez. Con ese falso discurso en marcha se justificaría la intervención política a incluso militar en Cataluña y el incremento de la represión hasta donde haga falta. 

Parte de esa deliberada política de provocación consiste en que las autoridades hagan la vista gorda (o hablen de enfrentamientos callejeros cuando se trata de matones amenazando y apaleando gente), la policía no investigue jamás y no detenga a nadie salvo si se trata de alguien de izquierdas y los jueces tampoco procesen a ningún agresor de esta calaña, pero sí a los de izquierda. El orden público y la seguridad ciudadana en la España de hoy recuerda mucho a la República de Weimar en los años veinte, cuando la policía actuaba solo en contra de la izquierda y los jueces impartían una justicia de clase, benigna con la derecha y durísima con la izquierda.

Y aun así, como decíamos al principio, no van a conseguir su propósito. La consigna de no caer en las provocaciones es general en Cataluña y se sigue al pie de la letra: los ciudadanos no responden con violencia a la violencia sino que miran, apuntan., fotografían y graban para denunciar después, aunque con pocas esperanzas dado el carácter cerradamente franquista de la judicatura española. Un ejemplo muy de aplaudir: la señora Inés Arrimadas, conjuntamente con un puñado de los agentes provocadores más conocidos en su partido, decidió dar un paseo por las calles de Tortosa en día de feria y profiriendo gritos extemporáneos con la finalidad de organizar algún tumulto que sirviera para justificar la represión y no obtuvo otra cosa que el silencio y la indiferencia de los vecinos, que la dejaron en ridículo. 

Esa es la actitud que derrotará las provocaciones contra Cataluña: el silencio, la indiferencia. Y como esto ya está siendo así y el nacionalismo español no se dará por vencido hasta ser definitivamente derrotado, habrá que estar atentos a sus otros recursos, muy en especial los atentados de falsa bandera. Probablemente el de Ramblas fue uno de ellos, pero habrá que esperar más y de todo tipo. Por supuesto con la complicidad de los aparatos del Estado, sea el gobierno que sea.

PP y PSOE son lo mismo tratándose de Catalunya, ya lo sabemos. Pero merece la pena subrayar el sarcasmo de que un partido de izquierda, que estuvo (aunque poco) en la lucha contra el franquismo, recurra a los más sórdidos procedimientos de guerra sucia y cloacas del Estado, como ya hizo con los GAL, a base de atentados, trampas, montajes policiales y otros métodos delictivos para luchar contra un movimiento democrático, pacífico y de amplia base popular.

Un movimiento que encara ya el último tramo en el camino hacia su liberación, por lo que habrá de redoblar su vigilancia ante los criminales sueltos del nacionalismo español.

diumenge, 22 de juliol del 2018

La realidad y la ilusión

Casi parece fabuloso lo sucedido en el XIX congreso del PP. Unas primarias en el partido del dedazo. Un congreso de autosatisfacción. Ni una palabra sobre corrupción. Ideas peregrinas sobre lo que había pasado: la moción de censura fue una puñalada trapera de una coalición de perdedores. Sánchez entró por la puerta de atrás. Rajoy, en cambió, entró por la principal, se atribuyó el fin de ETA, se glorió de expulsar a Catalunya, votó al revés y se fue. Se enfrentaban dos candidatos sin nada, absolutamente nada que decir, aunque no que morder. Con razón renunciaron al debate en la tele. Hubiera sido una hora de espantoso ridículo. Los dos envueltos en la rojigualda hasta la escena de Mata-Hari con abanico. No son gente de ideas y tampoco de palabras ordenadas en oraciones más largas que meras órdenes. Nadie tampoco espera razones; nadie estaba allí por ideología sino para elegir al baranda siguiente, ganar las elecciones y seguir con el trajín de viva España y su saqueo. Dos muñecos, en realidad, dos autómatas, como los que imaginaron los cartesianos. El momento culminante del congreso fue la exhibición de quietud robótica, todos los autómatas puestos solemnemente en pie mientras sonaba el himno español, cuyas notas a punto estuvieron de arrancar lágrimas de emoción de Cospedal, prueba de que hasta los mecanismos vivientes de La Mettrie tienen sentimientos, patrióticos sentimientos. Fue un acto de símbolos secuestrados: la bandera hasta en la sopa, el himno, la identificación con la nación o, mejor dicho, la imposición de una idea de nación, todo al servicio de un partido orgulloso de su pasado de servicio a España que incluye sentencias individuales y colectivas condenándolo por saquearla. Ha resultado elegido Pablo Casado, alter ego o clon de Albert Rivera. Se cierra la renovación generacional, pero no aumenta ni una gota el caudal del discurso de la derecha. Casado es tan huero, pretencioso y trivial como Rivera. Si lo han elegido es porque gana al catalán en anticatalanismo. Sáenz de Santamaría fracasó en Catalunya. Le pasan el mando a Casado que promete organizar mejor Tabarnia como quinta columna del nacionalismo español. Porque hasta los más despistados del reino se han enterado ya de que Catalunya es una cuestión de Estado, de Estado español. Y por serlo, debe resolverse por cualquier medio, con la ley, la Constitución, los tribunales, el ejército de Cospedal, la policía nacional, la guardia civil, las cloacas del Estado, los medios de comunicación, lo que haga falta para extirpar el separatismo.

Parece real, ¿verdad? Pues es una ilusión. Ningún partido español -y menos estos de la derecha- tiene proyecto alguno para España como Estado. Excuso decir nación. Son cuatro partidos, sin duda representativos de las opiniones de los españoles, mal avenidos y solo coincidentes en un "no" a Catalunya. Como base para construir un diálogo parece escasa. Ninguno de ellos muestra siquiera ser capaz de comprender qué significa orientar la acción legislativa en una sociedad compleja y llena de desequilibrios, desigualdades y conflictos.

Del otro lado, Marta Pascal se retiró ayer, dejando vía libre a la confluencia de la Crida con el PDeCat. Pero esa confluencia habrá de analizarse con cuidado porque afecta a la autodefinición de la Crida como organización suprapartidista. Las confluencias de Podemos, salvadas diferencias ideológicas son interesantes experiencias. Un partido político que se integra como tal en una organización suprapartidista suena raro y, además, obliga a definirse a los otros miembros que no pertenecen al partido a recordarlo permanentemente. La confluencia puede darse también de otras maneras, como confluencia electoral, dando libertad de voto a los votantes (ça va de soi) y también a los militantes, permitiendo la doble militancia o cualquier otra forma que no dañe la imagen de la Crida como organización ajena a los partidos u organización de los que no tienen partido. Resta recordar que la Crida es una organización a término, como se dice en la administración, y una incorporación del PDeCat a la Crida lo obligaría a desaparecer con esta, salva acusación de felonía. Para completar el cuadro, lo primero que debe aclararse a satisfacción general es la posición del presidente Puigdemont. En su caso, la doble militancia debe quedar excluida en pro de la presidencia de la Crida. Igual que el PP se identifica con la monarquía española y es un partido, La Crida se identifica con la República Catalana y no puede ser ningún partido sino un movimiento ciudadano por la República Catalana. La coexistencia de la Crida con otros partidos con un estatuto distinto es perfectamente posible siempre y cuando aquella no parezca ser la pantalla de uno de ellos. Eso solo puede garantizarlo Puigdemont. Con hechos. 

Parece ilusión, ¿verdad? Pues es una realidad. Puigdemont, con la legitimidad que todo el mundo le reconoce, en libertad en Europa gracias a Llarena, organizará en breve el Consejo de la República con representación de todo el bloque independentista. Será el gobierno en el exilio, presidido por el presidente de la Crida, que no es un partido sino un movimiento de carácter instrumental y transitorio para proclamar la República Catalana. Innecesario decir que esto apunta a elecciones anticipadas inmediatas con las que se pretende que emerja esa República Catalana a los ojos del mundo. 


dissabte, 21 de juliol del 2018

El código secreto

A ver, que estamos en verano. Época de ensoñaciones, sobre todo de noche, cuando el mundo se llena de Oberones y Titanias. El verano tiene su literatura, como la tienen las demás estaciones. Pide relato corto, vivo, a ser posible con algo de intriga y de misterio. Para llevar a la playa o a la veranda de un balneario suizo. A fuer de catalán, Palinuro se ha hecho transversal. Relatos con algo de chispa, que la calor apelmaza; relatos con pointe, que se decía en las justas satírico-literarias del XVII francés en las que igual te llevabas un pareado que una estocada. 

Así que eso propongo: un relato de verano. Pero no un sueño sino una visión. De ahí el título del Código Secreto que espero intrigue para leerlo. El drama del escritor moderno: atrapar la atención volátil del lector. Y siempre que se habla de secreto se asegura el interés público. Nada moviliza más a la peña que los secretos. A ver por qué si no se orienta a las andanzas del rey dimisionario y la lista de los treinta y un mil y pico defraudadores. Porque son secretos que no debieran serlo.

Pero no adelantemos acontecimientos por más que es práctica literaria socorrida. Empezamos con una consideración sobre la política catalana. Esta recuerda mucho una opinión muy generalizada en Catalunya y fuera de que los catalanes hablan catalán entre ellos solo para fastidiar. Claro, hablan con otro código, pero lingüístico. No una clave para transmitir información militar. No importa: lo hacen para fastidiar. No es cierto, pero da igual. Lo mismo pasa con la política catalana. Es tan complicada que parece ajustada a un código incomprensible al menos en Madrid, en donde ya no saben qué pensar y vuelven a creer que, como son catalanes, hacen política para fastidiar. 

Aquí tenemos al PDeCat aprobando hacer efectiva la República ya mismo como si fuera la CUP. Un momento, pero el PDeCat, se asombra el nacionalismo español, ¿no es el heredero refundado de Convergencia, catalanes/españoles de toda la vida? ¿No es el partido de Mas y Puigdemont, el de la burguesía catalana del 3%, gente en la que confiar? Es más, dirán los de Podemos, tan españoles como los otros pero sin saberlo, precisamente porque el PDeCat es el partido de la podrida burguesía antiobrera y antipopular el independentismo es una patraña burguesa en la que los fieles seguidores de la verdadera izquierda no deben caer. La izquierda española no admite más nación que la suya (que, por cierto, no lo es) porque es internacionalista. Si este razonamiento les parece una sinsorgada, vayan a los textos "nacionales" de las moradas/os. 

Y, sin embargo, ahí lo tienen: el PDeCat aprueba una resolución típicamente cupaire con absoluto desparpajo. Tal cosa viene acompañada del habitual barullo catalán sobre dónde se pone cada uno, si Pascal, si Bonvehí, si Turull, Rull, etc. No haya problema, al final se pondrán de acuerdo.

Vaya, hombre, entonces ¿resulta que el PDeCat, como ERC y la CUP rechaza confluir (verbo de moda en hispánicas tierras) y mantiene su singular identidad? Y ¿quién se suma a la Crida del presidente? Eso se verá  en las entregas siguientes. No hay relato de verano sin un suspense que incite a leer lo posterior. Pero, en lo esencial, dependerá de cómo actúe el presidente Puigdemont. Si su propósito de confluencia se frustra tendrá que optar entre su militancia en el PDeCat y la dirección o presidencia o liderazgo (como quiera llamarse) de la Crida. Toda decisión tiene algo del dilema de Hércules porque no hay repetición. Y algo sentimental; la vieja militancia y los recuerdos de la infancia. Si te equivocas, no tiene arreglo. 

La dirección de la Crida, sin incorporación orgánica alguna, puede tener un aspecto positivo en la medida en que consolida su afirmación de ser una organización suprapartidista. Tan supra que no tiene ni un solo partido. Una ventaja de poco fuste. Mayor es la que tiene manteniéndose como Crida en una constelación de partidos políticos muy desiguales en todos los sentidos. La Crida sería entonces el partido de los sin partido. Pero partido. Esto no está claro por cuanto hay un propósito de convocar un congreso constituyente en septiembre en el que una de las cosas por decidir es convertirse o no en partido. 

Aun admitiendo la igualdad de trato de la Crida  con los partidos más o menos convencionales, hay algo definitivo que la diferencia de los demás: tiene fecha de caducidad. Habiendo alcanzado el objetivo propuesto, la República Catalana independiente, la Crida dejará de existir. No hay prueba más contendente de que los promotores desean la República Catalana, pero no quieren pronunciarse sobre su contenido. Eso es cosa de los partidos que prevén, obviamente, sobrevivir a la realización de la República para orientarla en uno u otro sentido. Lo cual es muy legítimo, pero secundario, no en lo cardinal sino en lo ordinal. Es como se dice en una de las increíbles canciones de Bertolt Brecht, algo como sobre la insuficiencia de las cuestiones humanas: "primero viene el comer; luego, la moral". Primero, la República; después, ya la vestiremos. Si el bloque independentista no fuera fiel reflejo de una sociedad desarrollada, compleja y conflictiva no sería nada.

Y llegados aquí, curiosa y curioso lectores, ¿de qué va esto? De una pregunta: ¿cómo se organiza ese rompecabezas de la política catalana en el que las piezas, a primera vista, no encajan? Muy sencillo, gracias al código secreto. El código secreto es el resultado de una conjura independentista, acordada en una noche de angustia y esperanza del 30 de septiembre al 1 de octubre de 2017, más conocida como 1-O. La clave con la que se abre el código y se entiende a la perfección la endemoniada política catalana es esta: Mandato 1-O. Aplicando esta clave el mensaje se lee: la unidad no se rompe. Seguim.

Si les ha gustado el relato, encomienden el alma del infeliz relator a San Ramón Nonato, su patrón y rescatador de cautivos.