dimecres, 28 de març del 2018

Sus prisiones

La política catalana parece un bazar de situaciones carcelarias. Al principio era una historia al estilo del Pellico de Mis prisiones. Los indepes catalanes son los carbonarios italianos, como la España de hoy es la Austria invasora de entonces. Tienen la ventaja frente al italiano de que ya vienen convertidos al cristianismo.

Pero la situación se ha complicado mucho recientemente. En este momento hay tres presos más en Estremera, dos presas en Alcalá Meco y los habituales de Soto del Real. A la población penitenciaria se suma ahora Puigdemont en Alemania y Marta Rovira a la exiliada. Es un mundo carcelario de varios niveles e intrincadas comunicacions. Del heroico Pellico pasamos al tortuoso Piranesi de las cárceles imaginarias. A ver cómo consiguen coordinarse todos los núcleos dispersos y en tan disímiles condiciones.

Las dos mujeres de Alcalá-Meco reclaman con justicia ser tenidas en cuenta en cualquier proceso decisorio o deliberante. Subrayan que la posición subalterna femenina se intensifica en el universo carcelario. Corresponde, pues, estudiar de cerca las condiciones en que se encuentran las dos presas políticas y qué trato reciben en todos los órdenes, régimen interno, ejercicio de derechos, etc. 

En estremera se concentra el mayor núcleo de dirigentes a los que se supone más proclives a soluciones fabianas. Básicamente ERC. El añadido reciente de otras formaciones, incidirá en la tendencia -supuesto que exista- pero será más adelante. Sin duda, es el flanco que el unionismo más castiga. El País, por ejemplo, se inventa
una de sus "noticias" con el titular de la inenarrable foto de la derecha Es una curiosa metáfora de la política española actual. A falta de imagen con que ilustrar esa generosa oferta dels comuns, en la que trae el diario vemos a Domènech, Turull, Rovira, Rull y Artadi. De ellos, los únicos en libertad hoy son Domènech y Artadi. Los demás han sido sustituidos por lazos amarillos y un billete de avión a Ginebra.  Domènech con el dedo congelado, estará a la espera de interlocutor para esa oferta, supuesto que sea suya y no de la minerva de El País. Entre otras cosas porque Comuns y ERC no llegan ni de lejos a mayoría simple (40). Necesitarían al PSC (57). Y más a la derecha no es fácil ver a ERC.

Desde Alemania, el mensaje de Puigdemont es nítido. Unidad y advertencia de que la privación de libertad puede prolongarse. Lo primero es una admonición; lo segundo, una constatación. La unidad es la sola garantía de triunfo del proyecto independentista. No es en absoluto previsible ni verosímil que se rompa.

Y junto a la unidad, la proyección exterior. La justicia belga ha dejado en libertad a los consellers refugiados en Bruselas. En Ginebra cuentan ya con dos posibles apoyos para una oficina exterior de la República a la que podrían añadirse representantes de JxC y PDeCat. Esta podría coordinarse con la de Bruselas, de forma que la internacionalización perfectamente legal del proceso seguiría su curso sin verse afectado por la prolongación del cautiverio de Puigdemont. 

Una última consideración. La internacionalización del conflicto España/Cataluña está en fase aguda, con la justicia alemana involucrada en el asunto como lo están siendo la belga, la finlandesa, la suiza y la danesa. Y va extendiéndose la opinión pública de que se trata de una persecución política del independentismo disfrazada de judicial.

dimarts, 27 de març del 2018

Los tiempos cuentan

La detención de Puigdemont en Alemania y su prolongación preventiva es un golpe al independentismo. Tanto que llevaba a El País ayer a titular en su muy combativo estilo: La caída de Puigdemont liquida la farsa del Gobierno en el exilio. "Caída", "farsa", vocabulario de guerra. Efectivamente, sobre Puigdemont sobrevolaba un halo gaullista de legitimidad republicana que ahora queda muy reducido en su radiación. Detención preventiva en Alemania e inhabilitación probable en España, no parece la posición más favorable para defender la República mundo adelante. 

Ocurre lo mismo con los otros líderes independentistas encarcelados. Se quiera o no, están muy limitados en su capacidad de decisión por evidentes problemas de información y comunicación. Sin duda su importancia es inmensa por lo simbólico; pero la necesidad de la eficacia del gobierno se aplica a toda la acción política de la dirección. En otras palabras, el sector político del movimiento tiene que recomponer los órganos directivos. Sería un disparate paralizar la acción exterior independentista por la detención de Puigdemont. Igual que se pide eficacia en la acción de gobierno. Ni el exterior ni el interior pueden quedar desatendidos por problemas de funcionamiento interno de las organizaciones. Estas harán bien en seguir el ejemplo de las organizaciones sociales, de elegir nuevas direcciones y ponerse en estado operativo cuanto antes.

Últimamente se ha apuntado una posibilidad de ampliación de la base demográfica del independentismo sumando quizá a los Comuns y hasta se ha llegado a insinuar (tímidamente) que a lo mejor el PSC considerara la posibilidad de... Innecesario demostrar lo contrario. Los Comuns ya han anunciado que jamás de los jamases se aliarán con los señoritos del PDeCat porque todavía hay clases. Guerra social frente a guerra nacional. Lo del PSC ya ni se considera, igual que Iceta no cree necesario mirar a la cara a los familiares de los presos políticos catalanes.

Como la ampliación de la base demográfica es una ilusión y el horizonte de unas elecciones a dos meses vista no pinta nada mal a título de ruptura, ¿por qué no convertirla en el enésimo y, a ser posible, definitivo referéndum? Bastará con que todos los partidos independentistas vayan en una lista de país con lo que todos sus votos serán votos "sí". Todos los votos que no sean nulos o en blanco se computarán como votos "no"; los nulos, en blanco y abstenciones no se computarán. El resultado es dicotómico y por tanto de referéndum. Es una humilde opinión, sometida a mejor juicio.

Lista de país. En las elecciones de 21 de diciembre no la hubo. Hay quien considera que el resultado entonces fue bueno; otros, que malo. Pero aquí estamos ahora hablando de elecciones de nuevo. Porque, entiendo, cuando se propone a Carles Puigdemont president es porque no se da un ochavo por el marco estatutario y se funciona en un horizonte de elecciones  convocadas en menos de dos meses. Siendo esto así, ¿por qué no dar una oportunidad a la lista de país? Podría ir encabezada por Puigdemont y resto de dirigentes privados de libertad y tendría una muy probable función superaditiva en relación con las listas por separado. Los resultados apuntarían a un mandato de Puigdemont y otros dirigentes. Que se pueda materializar, dependerá de circunstancias políticas y diplomáticas de muy diferente carácter. Pero el margen de actuación habrá mejorado notablemente.

Entrevista a Palinuro en "elMón.cat"

Hoy se publicaba en elMón.cat esta entrevista con servidor, coincidiendo con la presentación de su último libro, España quedó atrás que estuvo muy bien. El teatro Goya pleno de gom a gom y los presentadores, Elsa Artadi y Carles Riera, magníficos, así como Salvador Cot, que hizo de moderador, como siempre, muy bien. Mi agradecimiento, pues a los tres. Mi agradecimiento asimismo a Joan Carles Girbés, el editor. Y, sobre todo a mi anfitrión, mi amigo y maestro, el gran Carles Canut, con quien tengo una deuda que se acrecienta con el paso del tiempo y de cuya magnanimidad espero que apadrine la vocación teatral de mi hijo Héctor.

La entrevista, firmada por Nerea Rodríguez, capaz de ordenar los pensamientos de un torbellino, muy buena en su organización y estructura. Cualesquiera faltas que puedan encontrarse me son atribuibles. Entera se encuentra aquí.


dilluns, 26 de març del 2018

Unas reflexiones sobre el momento

La detención de Puigdemont introduce una variante de tanto momento en el conflicto entre España y Catalunya que obligará a todas las partes a reconsiderar sus tácticas y estrategias. Con independencia de cual sea su suerte procesal posterior, con Puigdemont sale de primera línea el último representante del grupo que puso en marcha el proceso independentista. Ahora se verá si se cumplen los deseos del bloque del 155 y el gobierno franquista de acabar con aquel a base de encarcelar a sus dirigentes o si, por el contrario, se hace realidad lo que tantas veces se ha repetido: no importa que estos dirigentes ingresen en prisión porque otros ocuparán su lugar. Es un movimiento popular y genera sus propios impulsores. Ahora es el momento. Si no hay un recomposición de la dirección y no se llenan las vacantes con nuevas figuras que recojan el testigo, el movimiento habrá fracasado, los encarcelados seguirán mucho tiempo en prisión y las esperanzas de una generación se habrán volatilizado.

Ayer hubo algo de violencia en las calles de Cataluña. Si hubiera sido respuesta espontánea de la población indignada por la persecución de sus dirigentes sería comprensible. Pero ni eso. Fue obra de agentes provocadores disfrazados con intención de justificar una intervención armada posterior. El gobierno de España, compuesto por una banda de presuntos delincuentes (según los jueces), encabezados por otro de ellos, carece de todo escrúpulo. Si tiene que delinquir para conseguir sus turbios objetivos lo hará. Mientras no explique satisfactoriamente el atentado de las Ramblas el pasado verano, será lícito pensar que lo organizó él. Como ahora lleva semanas tratando de provocar violencia en la calles catalanas para justificar la represión y, sobre todo, dar la razón a los jueces comisarios a su servicio cuando se inventan los delitos por los que pretenden procesar a los dirigentes independentistas y necesitan demostrar que hubo una violencia que solo existe en sus cabezas y en las siniestras actuaciones de sus agentes.

En todo caso, se abre un procedimiento de extradición con Alemania que, previsiblemente durará un tiempo. Hay razones para suponer que la República Federal no entregará a Puigdemont a un Estado franquista en el que ni él ni sus compañeros tienen en absoluto garantizados sus derechos. Pero nunca se sabe con las cuestiones entre Estados, en donde juega todo tipo de intereses políticos, económicos, diplomáticos, etc. El gobierno de la Gürtel es capaz de comprar, literalmente comprar, la extradición de Puigdemont a cambio de alguna vergonzosa concesión de cualquier tipo, como el regalo de alguna isla o cosas así. Son presuntos criminales al mando en los resortes y no tienen barreras. Seguramente los alemanes resistirán y el MHP catalán no será extraditado. Pero todo eso llevará su tiempo y el movimiento no puede detenerse. Conviene garantizar que Puigdemont reciba toda la ayuda que merece y se vigile para que no se cometa con él injusticia alguna, pero, al mismo tiempo, en Catalunya y España hay que tomar decisiones urgentes.

Después del ataque a los derechos de los procesados con su encarcelamiento, la detención de Puigdemont es otro golpe a la institución parlamentaria que obliga a esta a ser más diligente y precisa de lo que ha sido hasta la fecha. Ya no basta con el "frente democrático" que proponía ayer Torrent. El Parlament debe tomar medidas claras y de resistencia frente al atropello. Y no se me ocurre ninguna otra mejor para recuperar el terreno perdido que investir presidente a Puigdemont. Sin duda algo así no será tolerado por el gobierno central, con lo que será este quien se vea obligado a dar una respuesta que, probablemente, estará animada del mismo espíritu represivo. Con todos sus dirigentes en la cárcel o el exilio, el bloque independentista no tiene nada que perder. Al contrario, al enfrentarse al Estado represivo, fortalecerá su decisión y organización y postulará nuevos dirigentes. El ciclo se repetirá: más cárceles; más resistencia. Nadie dijo que España dejaría libre a Cataluña a las primeras de cambio.

De llorar es la posición de la izquierda española. Llevo años diciendo que la falta de comprensión del independentismo catalán ha destrozado a esta izquierda. Ahora ya está literalmente triturada y sus dirigentes son patéticas figuras de la derrota y la impotencia. Pedro Sánchez ha revelado su fondo íntimo de viejo fascista nacional español dispuesto a apoyar a los peperos del 155 y ha llevado su ignominia al extremo de impedir que puedan investigarse los crímenes, torturas y asesinatos de los franquistas de los que fueron víctimas muchísimos socialistas; es decir, ha traicionado lo que se llama "la voz de la sangre". Los de Podemos no le andan mucho en zaga: se horrorizan con aspavientos monjiles de la bestialidad de la represión pepera como si alguna vez cupiera esperar algo distinto. Pero nada más. Al contrario: tratan de engañar a la gente falseando el contenido revolucionario del independentismo catalán, mintiendo tan descaradamente sobre sus intereses de clase como la prensa cavernaria. En definitiva, aunque parezca que se pegan, no se diferencian mucho pues comparten una misma idea de España: la nacional de la derecha que los franquistas pretenden imponer, como siempre, a cristazos y estos seudoprogres con rollos doctrinales sobre la "fraternidad" de los pueblos de España que no ha existido nunca, ni existe, ni existirá.  

Hoy, presentación de libro de Palinuro en el Goya


España quedó atrás (Barcelona: Ara Llibres, 2018)
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Sale a librerías hoy, lunes 26. Se presenta en el Teatro Goya de Barcelona a las 19:30. Las reservas de entradas figuran en la invitación, hasta completar aforo. Presentan Joan Carles Girbés (editor), Elsa Artadi, Carles Riera y servidor. Modera Salvador Cot (elMón.cat). Muy prometedor cartel. Ardo en deseos de escucharlos a todos, especialmente a Artadi y Riera por razón de su representatividad. Y me considero muy honrado por su presencia.

Se recordará que, en la convocatoria anterior, advertía de que quizá Artadi y/o Riera no pudieran asistir por causa de fuerza mayor. Pero la fuerza es tan mayor y se ha desatado con tanta furia judicial que ya ha dejado el paisaje desolado después de la batalla antes de la batalla, encarcelando a cinco representantes más. Llarena es como uno de esos oscuros dioses que exigen víctimas de continuo para satisfacer sus deseos; en este caso la megalomanía de un hombre, dispuesto a demostrar a sus manes franquistas que aquí siguen los del Alzamiento haciendo guardia junto a los luceros y encarcelando separatistas. La unidad de la patria que Campechano I prometió al caudillo totae hispaniae en el lecho de muerte que guardaría a toda costa se desintegra a los ojos del hijo Preparao, encargado de mantener el cadáver hispánico como si estuviera vivo.

Minuto a minuto hay que hacer actualizaciones, dado el ritmo vertiginoso de los acontecimientos. Ayer, la policía alemana detenía a Carles Puigdemont a raíz de la euro-orden del juez Llarena y hoy se decidirá si lo extradita o no. Tanto en un caso como en el otro, el proceso habrá entrado en una etapa nueva sobre la que no es posible adelantar nada. Ni siquiera si el teatro Goya estará abierto. Aunque es de esperar que sí.

Sespués del destrozo del viernes en los derechos y garantías básicas de los ciudadanos provocado en nombre del Estado de derecho a la medida carcelaria usual en el país y la detención de Puigdemont esa nueva etapa se abre ya con una reconsideración del derecho de resistencia frente a la iniquidad de un poder tiránico carente de toda legitimidad. Salvo fuerza mayor, nosotros tiraremos adelante con el acto.
  
Nos vemos en el Goya.

diumenge, 25 de març del 2018

Mañana, Puigdemont presidente

El "asunto interno"español es un tema europeo. El juicio político que los tribunales franquistas españoles hacen como causa general contra el independentismo ha saltado las fronteras e involucra a otros países, sus policías y sus propias administraciones de justicia. En las próximas horas se conocerá el destino inmediato del presidente, según sea la decisión que adopten las autoridades alemanas. 

No se me alcanza que, en estricta justicia, Alemania entregue a Puigdemont a España para que esta continúe con la farsa del juez Llarena. Pero, como la capacidad de este gobierno de presuntos delincuentes de engañar y mentir es tan grande, nadie puede estar seguro de nada. 

En todo caso, sea cual sea la decisión en Alemania, la detención del MHP viene a resolver un enojoso problema: ¿qué hacer después de los arbitrarios encarcelamientos de los líderes indepes catalanes siempre bajo órdenes del mismo juez-comisario? Había debates y controversias entre los dirigentes republicanos y diferencias tácticas considerables. La intensificación de la represión y el encarcelamiento del presidente con su alto valor simbólico, obligan a reconocer que es necesario adoptar decisiones nuevas, a aceptar un territorio nuevo de defensa. 

Vista la decisión del Estado de proceder por la vía penal y cerrar toda posibilidad de diálogo y negociación, solo queda que el Parlament reconozca a Puigdemont como legítimo presidente de la Generalitat y lo invista como tal. Es la única decisión a tono con la gravedad del ataque y la dignidad del pueblo y las instituciones de Catalunya. 

Causa general contra el independentismo

El alineamiento dels Comuns/Podem con el frente propuesto por Torrent abre alguna escasa perspectiva que conviene explorar. En la medida en que no sea una mera pulsión ex abundantia cordis ante la brutalidad carcelaria del Estado que puede amainar tan presto como se ha producido, será preciso calibrar su alcance político. ¿Sería posible una alianza en la que els comuns firmaran la estrategia indepe o solo a condición de que los indepes renuncien a aquella a cambio de un régimen más o menos rebozado de autonomía? 

Comenzamos rechazando la segunda opción (alianza con rebaja del objetivo republicano a autonómico) no solo porque no sea grata a los ojos de Palinuro, sino porque no es probable, pues las elecciones a dos meses son una opción atractiva. Se pueden perder o ganar pero, si no se hacen, el gobierno de marco autonómico está ya perdido. El argumento de que perder significa también perder lo que ya tenemos, invita a la pregunta de ¿qué tenemos? Suena la respuesta del abate Sièyes: "nada". ¿Qué tenemos? Nada si lo que tenemos nos puede ser arrebatado de un plumazo del 155.

Más verosímil es la primera opción (comuns con indepes con programa indepe) que tiene varias ventajas: garantiza estabilidad legislativa, aleja el fantasma de nuevas elecciones que muchos miran con pavor (no así Palinuro) y consolidan la mayoría indepe hasta los 78 diputados. Libera al bloque JxC/ERC de la dependencia de los votos de la CUP, aunque esté por demostrar que esto sea una ventaja y no un inconveniente. Es un típico asunto de tiempo. Si esa alianza se da, la obtención del objetivo rupturista de la CUP se acerca. Pero solo se acerca. Al margen de si la alianza con los Comuns aguantaría un aumento de la tensión con el Estado, está por ver hasta dónde puede llevar su programa el frente democrático en la consolidación de la República y en el susodicho marco estatutario. 

Al margen de estas consideraciones, queda por conocer la reacción de los otros dos palos del trípode indepe ante el encarcelamiento en serie: los partidos y la gente, incluyendo en "la gente" sus formas de articulación, ANC, Ómnium y los CDRs. Los dirigentes vuelven a estar acosados por la persecución de los tribunales; Puigdemont ha abandonado Finlandia y ha retornado a santuario belga. Los demás exiliados en similar situación de busca y captura estarán tomando sus medidas. La valiente Marta Rovira estará ahora seguramente recibiendo un briefing de Anna Gabriel sobre los primeros pasos del refugiado. En un par de días a lo sumo, podrán celebrar un consejo en la cumbre para adoptar medidas y difundirlas. La intensificación de la guerra del Estado contra el independentismo catalán requiere una respuesta articulada con el máximo apoyo posible, desde luego, pero sin ceder en la justicia de sus pretensiones. Los partidos están obligados a mantener la unidad para impulsar nuevas medidas de acción colectiva en el marco de la resistencia pacífica y cívica en defensa del derecho a tener derechos. 

Sin duda, mientras los indepes reorganizan sus melladas filas y determinan una línea común de acción, el gobierno y sus tribunales procederán a inhabilitar a todos los procesados para que no puedan formar parte de lista electoral alguna en el Estado español. Incluso las listas al Parlamento europeo. Lo cual es absurdo porque si Puigdemont no puede ir en una lista europea en el Estado español puede ir en una de Flandes o de Bélgica o de Italia. 

La inhabilitación, asimismo muestra el corto alcance de las medidas represivas que solo pueden ser personales. La inhabilitación es otro de esos laberintos en que los jueces españoles muestran la tosquedad de su concepto. Habrá que ver cómo inhabilita Llarena a Puigdemont para el ejercicio de presidencia simbólica de la República Catalana, basado en un acuerdo tácito de la mayoría parlamentaria. Entre tanto, los dirigentes de los partidos indepes tienen que explicar lo que en los tiempos del octubre rojo se llamaba "la línea general".

Están obligados a mostrar el camino y graduar la intensidad de la respuesta. Y ello no solo porque sea la única forma de sacar a los presos políticos y hacer retornar a los exiliados sino porque el movimiento en su conjunto, sintiendo los encarcelamientos como humillaciones más allá de límite, está conteniendo la presión precisamente en espera de las orientaciones tácticas. Y no hay camino atrás; solo delante.

Los dirigentes no sacaron el movimiento de la nada, como dice creer el nacionalismo español, sino que fue el movimiento el que los puso a ellos al frente. Y seguirá sacando dirigentes de su seno porque es el propio movimiento el que dirige; adelante.

Mañana, presentación de libro de Palinuro


España quedó atrás (Barcelona: Ara Llibres, 2018)
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Sale a librerías el lunes 26. Se presentará en el Teatro Goya de Barcelona el propio lunes a las 19:30. Las reservas de entradas figuran en la invitación, hasta completar aforo. Presentan Joan Carles Girbés (editor), Elsa Artadi, Carles Riera y servidor. Modera Salvador Cot (elMón.cat). Muy prometedor cartel. Ardo en deseos de escucharlos a todos, especialmente a Artadi y Riera por razón de su representatividad. Y me considero muy honrado por su presencia.

Se recordará que, en la convocatoria anterior, advertía de que quizá Artadi y/o Riera no pudieran asistir por causa de fuerza mayor. Pero la fuerza es tan mayor y se ha desatado con tanta furia judicial que ya ha dejado el paisaje desolado después de la batalla antes de la batalla, encarcelando a cinco representantes más. Llarena es como uno de esos oscuros dioses que exigen víctimas de continuo para satisfacer sus deseos; en este caso la megalomanía de un hombre, dispuesto a demostrar a sus manes franquistas que aquí siguen los del Alzamiento haciendo guardia junto a los luceros y encarcelando separatistas. La unidad de la patria que Campechano I prometió al caudillo totae hispaniae en el lecho de muerte que guardaría a toda costa se desintegra a los ojos del hijo Preparao, encargado de mantener el cadáver hispánico como si estuviera vivo.

Ahora, después del destrozo del viernes en los derechos y garantías básicas de los ciudadanos provocado en nombre del Estado de derecho a la medida carcelaria usual en el país, entramos en nueva época: el ejercicio del derecho de resistencia frente a la iniquidad de un poder tiránico carente de toda legitimidad.

Por cierto, según parece, hay un pleno del Palament convocado para el lunes. Quizá Artadi y Riera lo tengan difícil para asistir a la presentación. En las circunstancias excepcionales en que nos encontramos es bastantes previsible. No obstante, tiraremos adelante con el acto.
  
Nos vemos en el Goya.

La vida es arte

Aprovechando que nos encontramos en Barcelona por asuntos que no hacen aquí al caso, nos acercamos a ver la expo del Palau Robert sobre Joana Biarnés, que casi se nos escapa pues cierra en breves días. Lo de acercarnos es un eufemismo. En medio de un temporal de lluvia y viento fuerte de proa orzamos valientemente todo el Paseig de Gràcia con la lengua fuera. La expo merece mucho la pena. Muy bien comisariada por Chema Conesa, recoge 90 instantáneas de Biarnés entre 1963 y 1973, cuando trabajaba para el diario Pueblo.

Las fotos son magníficas, no por su calidad técnica que es indiferente, sino por su espontaneidad, su realismo, su veracidad y su originalidad. Entrelazada con ellas -y muy bien explicada- está la peripecia vital de la autora. Y ambas, fotos y fotógrafa (exactamente fotoperiodista) son una metáfora de un país y una época: España en la transición entre la cutrez material de la postguerra y la cutrez espiritual del "desarrollito". La exposición insiste en que Biarnés retrató la España de la postguerra. En sentido estricto (1939-1959), no. La postguerra fue mucho más triste, miserable, sombría y cruel de lo que aquí se refleja, esto es, un país volcado a la moda, el espectáculo, algo (poco) abierto al extranjero, pero receptor de las modas foráneas. Varias tomas son para clases prácticas de antropología cultural: alguna figura importante rodeada de fans de los sesenta y quizá vigilada por un agente del orden que parece Sancho Panza con un tricornio.

Biarnés se hizo fotoperiodista a ejemplo e instancia de su padre, siendo la primera reportera gráfica del país. Lo cual no significó nada porque, en un oficio solo para hombres, no obtuvo trabajo hasta que en 1962 la contrató Pueblo. Fue largo tiempo la única mujer en la redacción y hubo de soportar todo tipo de cortapisas allí en donde intentaba ejercer su profesión.

El lector dirá: "bueno, claro, era la dictadura de Franco; las mujeres, ccc, casa, cocina y criaturas". Justo esa es una de las facetas que permite medir el retroceso del franquismo. Ya a a mediados del siglo XIX hubo fotógrafas, algunas geniales como la inglesa Julia Margaret Cameron o en los Estados Unidos, en los años de los clásicos en la década del New Deal, como Dorothea Lange, o en el surrealismo europeo como Dora Maar o fotoperiodistas de la Magnum en la guerra civil, como Gerda Taro. Por citar solo algunas de las más conocidas. España llegaba, igual que siempre, con un siglo de retraso y mal, y especialmente mal por la atmósfera sofocantemente represiva del franquismo. Basta con ver algunas instantáneas de la entonces aspirante a familia real o las de la familia que realmente dominaba, la de Franco, doña Carmen, Carmencita y la nieta.

Si Biarnés triunfó (moderadamente) en un ambiente machista fue debido a su extraordinaria personalidad, que se irradia en sus fotos y tiñe a algunas de una melancólica pátina de conmiseración, cual se ve en sus instantáneas de divas ya consagradas, como Sara Montiel o Carmen Sevilla o Lucía Bosé y otras en agraz, como Massiel, Marisol o Rocío Jurado. O en las fotos de modas femeninas, algunas de las cuales, siendo reales, recuerdan las ilustraciones de la literatura de anticipación.  

Biarnés repite, según parece, una conseja de su padre: todo reportaje se resume en la foto y voto a tal que la hija se pasó diez años o más haciendo precisamente eso, la foto. Se tratara de lo que se tratara (modas, actrices, toreros, actos públicos, concentraciones, espectáculos, escenas callejeras, retratos, etc.) ella obtenía una instantánea tan fresca, natural y veraz que parecía un posado y se convertía en un icono. Algunos de sus reportajes son célebres, como el que hizo a los Beatles en su estancia en Madrid, colándose audazmente en su hotel y otras obras están, en cierto modo, serializadas pues durante una época fue fotógrafa personal de Raphael.

Una visita a la expo de Biarnés es un repaso de los tumultuosos primeros sesenta hasta la irrupción de la segunda mitad, que culmina en el 68. De eso no hay nada en la exposición. Nada, me parece, de resistencia al franquismo. Nada de oposición. Ni una crítica. Biarnés reflejó una sociedad conformista, vulgar, superficial y falsa. Pero lo hizo con cuidado y atención, y hasta con cierto mimo.  La retrató en su banalidad más simple, de modo naturalista y cristalino. Registró también, aunque fuera fugazmente los hitos del momento: los Beatles, la minifalda de Mary Quant y el biscúter  que, por aquellos años, ya había dejado paso al 600, ese sí, prototipo del coche del franquismo (pues el biscúter no tenía gran presencia) que se fabricaba en la factoría de SEAT en la Zona Franca de Barcelona.

Biarnés accedió a un mundo que no era el suyo yendo a contracorriente. La suya era la mirada de una intrusa.

dissabte, 24 de març del 2018

España quedó atrás se presenta el lunes en el Goya


España quedó atrás (Barcelona: Ara Llibres, 2018)
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Ayer, viernes, estuve firmando ejemplares en Esplugues después del acto. Pero saldrá a librerías el lunes 26. Se presentará en el Teatro Goya de Barcelona el propio lunes a las 19:30. Las reservas de entradas figuran en la invitación, hasta completar aforo. Presentan Joan Carles Girbés (editor), Elsa Artadi, Carles Riera y servidor. Modera Salvador Cot (elMón.cat). Muy prometedor cartel. Ardo en deseos de escucharlos a todos, especialmente a Artadi y Riera por razón de su representatividad. Y me considero muy honrado por su presencia.

Se recordará que, en la convocatoria anterior, advertía de que quizá Artadi y/o Riera no pudieran asistir por causa de fuerza mayor. Pero la fuerza es tan mayor y se ha desatado con tanta furia judicial que ya ha dejado el paisaje desolado después de la batalla antes de la batalla, encarcelando a cinco representantes más. Llarena es como uno de esos oscuros dioses que exigen víctimas de continuo para satisfacer sus deseos; en este caso la megalomanía de un hombre, dispuesto a demostrar a sus manes franquistas que aquí siguen los del Alzamiento haciendo guardia junto a los luceros y encarcelando separatistas. La unidad de la patria que Campechano I prometió al caudillo tota hispaniae en el lecho de muerte que guardaría a toda costa se desintegra a los ojos del hijo Preparao, encargado de mantener el cadáver hispánico como si estuviera vivo.

Ahora, después del destrozo de ayer en los derechos y garantías básicas de los ciudadanos provocado en nombre del Estado de derecho a la medida carcelaria usual en el país, entramos en nueva época: el ejercicio del derecho de resistencia frente a la iniquidad de un poder tiránico carente de toda legitimidad.
  
Nos vemos en el Goya.

2.060.000 rebeldes

Continúa el carrusel del disparate en todos los desórdenes. Todos/as a la cárcel. Cárcel también espera a los del exilio si las pillan. A la cárcel los representantes electos. ¿Por qué? Por la presunta comisión de varios delitos. Dejemos los delitos en sí y vayamos a la acción de delinquir. Según la teoría de la representación aquí aplicable más o menos laxamente, estos representantes son los mandatarios de los electores que son los mandantes. ¿Y el mandato? Declarar e implementar la República catalana independiente. Lo han cumplido hasta donde los han dejado. ¿Es eso delito? ¿Es delito el referéndum del 1-O? De serlo son delincuentes los autores materiales (los representantes) y los intelectuales (los representados), así que, en efecto, 2.060.000 delincuentes, todos a una, Fuenteovejuna. Si el 1-O era ilegal, votar, salvo en acto de sonambulismo, era ilegal. Es lo que tiene poner las instancias judiciales al servicio de las políticas.
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Se celebra el cuadragésimo aniversario de la Constitución de 1978. Y se celebra bajo mandato del partido algunos de cuyos miembros originarios votaron en contra de ella. Como también se celebra estando en vigor el artículo 155, el bucle se cierra. Si quienes votaron en contra en 1978 querían que España siguiera sin Constitución, lo han conseguido. España carece de Constitución pues el art. 155 la deja en suspenso. Quienes sostengan que, pues el 155 es un art. de la Constitución, esta está en vigor, que relean las aventuras del barón de Munchhausen, el que se sacaba del pantano tirándose de los cabellos.
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Ahora reaparecen las famosas órdenes internacionales en pintorescas modalidades. Como están las cosas, adelantar una negativa generalizada en Europa a esta demasía no es arriesgar mucho. El mayor desprestigio de la justicia y la judicatura españolas está garantizado. Todo el mundo ha visto ya que se trata de una causa política general de un tribunal que atiende a las necesidades del gobierno y pretende resolverle por vía jurídica lo que aquel no puede, no sabe o no quiere resolver por vía política. Pero jurídicamente esto es una vergüenza estilo justicia de Peralvillo.
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Política y paradójicamente estos encarcelamientos han resuelto las reservas y recelos del bloque de partidos  independentistas. El Estado ha zanjado la cuestión con una declaración de guerra de hecho. Y todos a la cárcel. Política de mano dura y escarmiento. Estilo autoritario de la casa. Verás tú cómo ceden. Pero no ceden. Aquí puede acabar cumpliéndose la impresión de Palinuro: para vaciar las cárceles, primero habrá que llenarlas. Para traer a la gente del exilio hay que ir a buscarla.
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¿Y los indepes? Deliberando. Y hacen bien. El momento lo requiere. No se cede, pero tampoco se salta al vacío que es lo que las provocaciones del Estado buscan. Ellos lo llaman "aplicar la ley" pero todos saben que esta solo es ya la voluntad omnímoda de un hombre como M. Rajoy. 

El Parlament, reunido hoy solo podrá investir a un lazo amarillo. El candidato propuesto es secuestrado (políticamente hablando) por un órgano judicial que se sitúa por encima del legislativo. Este, sin embargo, en teoría, puede hacerlo todo. Pase, pues, de la teoría a la acción y haga algo, manifieste su voluntad. Invista a Puigdemont. Agote los dos meses proponiendo candidatos pero no votándolos. Diga a los representados, a la gente, cómo se va a responder a la enésima agresión. 

La gente. He visto llamamientos a acciones colectivas de boicots viarios o de otro tipo. Las reacciones espontáneas de indignación son lógicas pero no siempre oportunas y suelen ser descoordinadas y, por tanto, fáciles de aplastar por la represión. Si la densidad impide la represión y se producen formas de coordinación también espontáneas, aquí no se ha dicho nada. Lo evidente, palpable, manifiesto en la sociedad es una voluntad de acción colectiva que, partiendo del 1-O está dispuesta a sostener formas pacíficas de resistencia y desobediencia. Existe la fuerza; faltan las directrices tácticas. La estratégica sigue siendo la de siempre. Aquí debe proponer el Parlament y también la terza gamba del movimiento independentista.

El bloque de partidos independentistas. Los ha reunido de nuevo la virulencia (por lo demás, esperable) del último ataque. Es este el que dará sentido a la nueva etapa del conflicto en la que es probable se entre en una dinámica electoral que acabará en el referéndum. El tercero desde el 1-O de 2017. Y ese sentido consiste en desplazar el eje de la acción colectiva de la independencia a la democracia. Nadie quiere volver a la dictadura, que es el programa del 155. No en Catalunya. En el resto del Estado, ellos sabrán. La lucha es hoy por la democracia. Entiéndase bien: no por la independencia (que también, claro es), sino por el derecho a ser independentista, el derecho a tener derechos, como defendía Hannah Arendt, a no ser arbitrariamente perseguidos por razones políticas con ficciones jurídicas. Esa lucha interpela a sectores catalanes más amplios que los puramente independentistas. Debiera interpelar a sectores populares y de la izquierda española. Pero esa es otra historia.
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¿Qué ha pasado con la izquierda española? Sencillo: el PSOE apoya el 155 en los términos que M. Rajoy, considera "de sentido común": la Generalitat solo puede estar presidida por quien él quiera, es decir, por un candidato "limpio". Lo dice quien lo dice y el PSOE calla. Pero donde el PSOE calla, Podemos habla: ¡qué horror encarcelar igual que Santiago Matamoros segaba cabezas de infieles! ¡Qué falta de juridicidad! ¡Qué prevaricación! Bien, de acuerdo, y ¿qué más? ¡Ah! España sin los catalanes es inconcebible. España, porras, es plurinacional. Los catalanes deben sentirse fraternalmente tratados en España. Olvidemos el adverbio que tiene mucha miga porque fraternales eran las relaciones de Caín y Abel y no sé yo sí... El asunto es que, tanto si la fraternidad es la de Caín y Abel o la de los Graco, la tierra en que florecerá es España. El derecho a irse de España no existe, dicen los más españolistas; y, si existe, no se reconoce jurídicamente, dicen los del aparato; salvo que medie un acuerdo político universal de los españoles en el que voten hasta los del Valle de los Caídos, dicen los utópicos. 
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La lucha catalana tiene una gran resonancia internacional y despierta crecientes simpatías. Asimismo el modo en que el Estado lo trata, suscita escrúpulos hasta en el bloque del 155. Pero los indepes catalanes saben y saben bien sabido que, en último término, solo cuentan con sus propias fuerzas. Que son muchas. Cada vez más. 


divendres, 23 de març del 2018

La revolución catalana se acelera

Las revoluciones solo revelan su lógica y su ritmo post festum. Mientras están siendo muchas veces resultan desconcertantes, contradictorias, repletas de disensiones y discordias. Recuérdese la advertencia de Marx: los seres humanos hacen la historia, pero no en cualesquiera condiciones sino en las que les son impuestas. En el caso español, además no son solo filosóficamente impuestas, sino también política, jurídica, coactiva, violentamente impuestas.

Estas confusiones impactan en el ánimo de la gente del movimiento indepe, en muchos casos negativamente y generando desánimo. La parte final del discurso de Riera ayer, dando por acabado el "procés" y pasando a la oposición, podría leerse como una ruptura de la unidad independentista. Esa es la piedra de toque de la situación. Si la unidad se rompe, se acaba el procés y la independencia y la república. Y el responsable de esa ruptura probablemente caiga en el ostracismo electoral.  Pero, ¿se ha roto esa unidad? Riera deja claro que su presidente es Puigdemont o en quien él delegue, pudiendo delegar. Eso no es romper unidad alguna sino sostener una visión rupturista no interna sino externa al proceso. Algo legítimo. Como legítima es la propuesta de JxC y ERC de proclamar un gobierno "efectivo" que Palinuro calificó de "fabiana". 

Esta discrepancia atiende a muchos factores. También los personales, como es lógico. Hay participantes en el proceso que se enfrentan a circunstancias procesales difíciles. Y, por supuesto, están antes los presos y exiliados políticos. Todo lo cual merece ser atendido. Desde luego, el proceso revolucionario se hace con perspectiva histórica pero no al extremo de pasar por encima de los individuos como un Moloch. También son lógicos los escrúpulos respecto a la base demográfica del independentismo, aunque inútiles porque esta solo puede ampliarse ahora mismo a base de alianzas que desdibujarán el objetivo último, por decirlo suavemente.

Por lo demás, la incertidumbre y la prolongación van en favor del independentismo dado que el unionismo está condenado a la inoperancia por falta de quórum. De ahí que el gobierno español esté urgido de que haya un govern catalán pero, a la vez, boicotea su formación por no dar su brazo a torcer. Concede así una baza a su adversario que puede explicar al mundo cómo el independentismo lleva ya tres candidatos propuestos y los tres han sido vetados por el Estado y sus tribunales en contradicción con el principio de representación democrática. 

Esta inoperancia del unionismo se ha puesto de manifiesto en el veloz intercambio de los dos últimos días. Como si quisiera dar la razón a Riera cuando dice que la pretensión del Estado es gobernar Cataluña a golpe de tribunales, apenas se mencionó el nombre de Turull, Llarena anunció que iba a citar a los procesados en esa curiosa causa que instruye medio en secreto medio en público, con amenaza de encarcelar a Turull. Esto provocó la convocatoria relámpago de ayer en que la CUP se abstuvo. Torrent anunció acto seguido la convocatoria del pleno para segunda vuelta mañana sábado a las 10 de mañana. 

Es lo que los ingleses llaman biting the bullet, y traduciríamos como "jugándosela". Hoy Llarena tendrá que decidir si encarcela a los seis peligrosos rebeldes catalanes, entre ellos a Turull o si los deja en libertad provisional. Si los encarcela se probará que se pretende gobernar el Parlament desde los tribunales españoles. A ello podrá el independentismo responder con la ruptura (proponiendo a Puigdemont) como pide la CUP o acatando el marco estatutario. Así sería en todo caso si el juez decide dejarlos en libertad. Libertad provisional, condicionada, a plazo fijo. Justo hasta el momento en que el gobierno pretenda poner en marcha el mandato republicano que recibió el 1-O y el 21 de diciembre. A ese punto de ruptura llevan indefectiblemente las dos vías, quizá con una diferencia de breve tiempo. 

La conclusión será la misma, haga el independentismo lo que haga, porque las condiciones las impone su enemigo. Solo un aspecto, aparentemente anodino, estorba los planes de este último: al haberse producido la votación, comienza la cuenta atrás de los dos meses para las nuevas elecciones si no se forma govern. Y en ese horizonte de elecciones nos lo jugamos todo. Al margen de cómo se organice la vida institucional en la Generalitat, cuestión de bastante relieve, las elecciones plantean desde ya la opción entre lista de país o listas diferenciadas. Teniendo en cuenta que estas últimas nos han traído hasta aquí, ¿qué tal si probamos con la primera?

Hoy, Palinuro en Esplugues de Llobregat

Aprovechando que ayer me vi en Polònia, voy con renovados bríos.

A tiro de piedra de la capital política del Estado, mañana Palinuro dialogará con Vicenç Lozano, gran profesional, sobre los asuntos candentes de ahora mismo. Lo de capital política del Estado hace justicia a que Catalunya es el único lugar del Estado en el que se hace Politica, con mayúsculas, como gustan decir los que la hacen con minúsculas o, incluso, no la hacen, substituyéndola por el puro latrocinio.

Menudas dos preguntas. Cada una de ellas tiene mucha miga. Al plantearlas en conjunto y consecutivamente, la miga se convierte dinamita, metafóricamente hablando. Cabe debatir si España es o no un Estado fallido. También cabe debatir si la República catalana es o no una utopía. Pero cuando también se pregunta si es o no la solución, la cuestión cambia, pues abre otra pregunta previa: la solución ¿a qué? Al fallido español es imposible porque ella misma, como República, es la causa de que España sea un Estado fallido. Si se postula como solución a Catalunya será a base de negar la utopía haciéndola realidad. Y aquí hay un buen tema porque, para llegar a ser realidad, la República catalana empezó siendo una utopía. Una utopía que se ha hecho realidad.

El acto, a las 20:00 en el Casal de Cultura Robert Brillas, c/ Àngel Guimerà, 38.- 

Ens veurem i xerrarem i potser celebrarem que ja tenim presidente efectiu.

dijous, 22 de març del 2018

A las cinco de la tarde

Sigue la tragicomedia española. La tragedia en esa hora lorquiana de convocatoria ("¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!") para investir president a Turull. La comedia, en el toque costumbrista del Five o'clock tea, hábito de gente de mundo que actúa con soltura en sus instituciones.

Los trágicos ya aprestan los cuchillos. Amenaza el trueno monclovita con mantener el 155 si es investido Turull, cuyo futuro procesal es cuando menos sombrío. La brigada judicial preanuncia su decisión citando el viernes a las partes en el proceso que lleva, en concreto a Turull, Romeva, Forcadell, Rull y Bassa y con ánimo protervo, pues también pretende revisar su situación en cuanto a la libertad. Son amenazas dictadas por el despecho ante la convocatoria relámpago del pleno para hoy a las cinco de la tarde. "¡Eran las cinco en sombra de la tarde!". El juez se encuentra ahora con que en lugar de tomar medidas con un candidato, incluida la cárcel, ha de hacerlo con un presidente de la Generalitat. A él le dará igual; al mundo, no. 

La parte costumbrista mantiene el interés. La CUP tomará una decisión sobre las tres en el après midi du faune. Supongo que la abstención en primera vuelta se mantendrá en la segunda y el candidato saldrá elegido por mayoría simple. Aunque habrá que ver qué sucede con los votos de los exiliados y encarcelados.

En cualquier caso  el Tribunal Supremo ya ha anunciado su propósito de procesar por los famosos delitos construidos y, por tanto, la suerte inmediata de los procesados, Turull incluido, está ya echada. Parece oportuno fortalecerlo en lugar de debilitarlo. Si los tribunales quieren (y pueden) seguir su juicio político, que lo hagan contra figuras de la máxima legitimidad.

Que encarcelen a un presidente de la Generalitat investido por mayoría absoluta.

Efectivamente, es la revolución catalana.

Mañana, Palinuro en Esplugues de Llobregat

A tiro de piedra de la capital política del Estado, mañana Palinuro dialogará con Vicenç Lozano, gran profesional, sobre los asuntos candentes de ahora mismo. Lo de capital política del Estado hace justicia a que Catalunya es el único lugar del Estado en el que se hace Politica, con mayúsculas, como gustan decir los que la hacen con minúsculas o, incluso, no la hacen, substituyéndola por el puro latrocinio.

Menudas dos preguntas. Cada una de ellas tiene mucha miga. Al plantearlas en conjunto y consecutivamente, la miga se convierte dinamita, metafóricamente hablando. Cabe debatir si España es o no un Estado fallido. También cabe debatir si la República catalana es o no una utopía. Pero cuando también se pregunta si es o no la solución, la cuestión cambia, pues abre otra pregunta previa: la solución ¿a qué? Al fallido español es imposible porque ella misma, como República, es la causa de que España sea un Estado fallido. Si se postula como solución a Catalunya será a base de negar la utopía haciéndola realidad. Y aquí hay un buen tema porque, para llegar a ser realidad, la República catalana empezó siendo una utopía. Una utopía que se ha hecho realidad.

El acto, a las 20:00 en el Casal de Cultura Robert Brillas, c/ Àngel Guimerà, 38.- 

Ens veurem i xerrarem i potser celebrarem que ja tenim presidente efectiu.

dimecres, 21 de març del 2018

Último libro de Palinuro

España quedó atrás (Barcelona: Ara Llibres, 2018) saldrá a librerías el lunes 26. Se presentará en el Teatro Goya de Barcelona el propio lunes a las 19:30. Las reservas de entradas figuran en la invitación, hasta completar aforo que, por cierto, en el momento de redactar estas líneas y, según comunica la Fundación Romea, está ya casi completo. 

Aun no se sabe si el 26 habrá o no pleno de investidura. De haberlo, habremos de introducir alguna variante en el acto, pero lo mantendremos. Los catalanes hacen (hacemos) cosas, según dictamen del genio monclovita, y hasta podemos hacer varias al mismo tiempo: investir un president independentista y reflexionar sobre el futuro inmediato de la Catalunya republicana. 

Nos vemos en el Goya.

El doble gobierno de la República Catalana

Aquí mi artículo de hoy elMón.cat, titulado "doble responsabilidad", en el que se analizan los diferentes aspectos y facetas del gobierno de la República Catalana.

La versión castellana

Doble responsabilidad

Muy buena la decisión de Torrent de iniciar el proceso de reforma de la Ley de la Presidencia, según la proposición presentada por JxC hace mes y medio. Se trata de abrir la posibilidad de investidura telemática de modo expreso para contrarrestar la base de la prohibición del Tribunal Constitucional (TC). Es bueno, desde luego, agotar todas las posibilidades; sobre todo si son pocas. El TC mantendrá su negativa , aunque la norma permita la investidura y hasta la ordene. Si es preciso, la base de la prohibición pasará del orden jurídico al filosófico y al metafísico. No se puede investir a un presidente en ausencia porque la nada no puede materializarse.
La evolución de la situación en Catalunya marca la política española. El gobierno y el bloque del 155 esperan que la formación de un gobierno “aceptable” para Madrid permita el retorno a la normalidad y el levantamiento del 155. Pero se reservan el derecho a decidir qué sea y qué no sea un gobierno “aceptable” de la Generalitat; ellos, que son incapaces de tener un gobierno aceptable en Madrid.

Aparte de aceptable para el bloque del 155, el gobierno debe ser “eficaz” para el independentismo. Es obvio que este tiene un contenido político que desborda el marco legal de un gobierno que el bloque del 155 pueda admitir. Y también lo es que intentará ejecutar al completo el mandato que ha recibido. A los efectos, la mayor “eficacia” del gobierno consistirá en dividirse en cierto modo, desdoblarse en una especie de poder dual: la gestión legal ordinaria del govern de la Generalitat y los pronunciamientos políticos a cargo de la acción exterior de la República, un desdoblamiento en una presidencia política y un consejo de ministros.

Por supuesto, desde el punto de vista del Estado esta doble responsabilidad del poder es absolutamente inaceptable. Guárdese el legislador catalán de darle forma jurídica, pues será inmediatamente recurrida al TC. Habrá entonces que darle forma política, vía que el Estado no puede cuestionar, fuera de reiterar que, sea lo que sea, carecerá de efectos jurídicos. Pero eso no pasa de ser una ilusión: si hay una voluntad política se convertirá en jurídica tarde o temprano.

La dualidad de la autoridad tampoco precisa mucha determinación normativa. Se va realizando sobre la marcha del funcionamiento de unas instituciones republicanas, aunque en situación de excepcionalidad es de esperar que transitoria. Esta República que el nacionalismo español niega y trata de reprimir a cualquier precio avanza en muy diversos ámbitos: el primero, el exterior, con una presidencia sumamente activa que ha puesto la cuestión en la agenda mediática europea e internacional, mostrando al mundo la cara represiva del Estado español. El segundo, una actividad parlamentaria institucional que mantiene el compromiso de consolidar estructuras republicanas en presencia de un Estado monárquico incapaz de reaccionar. El tercero unos presos, exiliados y embargados políticos que han pasado de ser rehenes del aparato represivo español a convertirse en símbolos movilizadores de la lucha, hasta el extremo que los carceleros, habiéndose dado cuenta, están buscando excusas para, cuando menos, excarcelar a los presos políticos. El cuarto, un movimiento independentista popular, unido, coordinado, muy eficaz y coordinado con los otros tres.

No obstante, esta doble vía “eficaz” de la acción del gobierno tampoco tiene garantizado largo recorrido. En algún momento, el Parlament tendrá que debatir sobre la propuesta de un referéndum pactado que afecte a la estructura constitucional del Estado. Y ahí habrá un veto del Estado. Este no considera la posibilidad de iniciar por su cuenta tal reforma y mucho menos reconoce a una parte de él mismo la facultad de iniciarla. Y, si hay que desandar el camino del país “más descentralizado del mundo”, se desanda.

Ese será el momento en el que, con los presos, los exiliados y los embargados muy presentes, habrá un recurso a la desobediencia civil y la resistencia pacífica. Las posibilidades de estas dependen en gran media de la reacción represiva que provoquen en el Estado. Esta reacción, a su vez, estará muy condicionada por el grado de atención con que la comunidad internacional siga el desarrollo del conflicto entre España y Catalunya.

Por eso es tan esencial que el gobierno “eficaz” actúe coordinadamente en todos los ámbitos, el interior y el exterior, el institucional y el social, el material y el simbólico. Los dos elementos esenciales para el triunfo del movimiento independentista son la unidad en el interior y su proyección exterior.

dimarts, 20 de març del 2018

A distancia e itinerante

La complejidad de la política catalana está poniendo a dura prueba las mesetarias cabezas. A tres frentes han de atender estas, hombre, por Dios: el exterior, el parlamentario institucional y el extraparlamentario del bloque indepe. Para volver loco a cualquiera. 

De un lado, los partidos independentistas siguen en sus prolijas negociaciones sobre las personas, los compromisos y los mecanismos de seguridad como una cuestión de confianza a mitad de la legislatura. Refinamientos casi florentinos de los que acabará saliendo un nombre propuesto para la investidura.

De otro lado, la mesa del Parlament  pone en marcha el procedimiento para modificar la normativa vigente y posibilitar la investidura telemática o, en general, no presencial. Es este territorio que el Tribunal Constitucional considera predio exclusivo. O sea, vamos rumbo a otra confrontación antes o después, sazonada con el 155.

Finalmente, de otro, la representación exterior de la República Catalana sigue haciendo visible el conflicto, internacionalizándolo y demandando mediación. Los analistas españoles tienden a reducir la cuestión catalana a la formación de gobierno y el funcionamiento de las instituciones, ignorando la repercusión externa del proceso republicano. La visibilidad internacional de este es la principal garantía de su continuidad pues el Estado no podrá acudir a los procedimientos dictatoriales a los que acudió en ocasiones anteriores. 

La válvula de la transición

Se entiende el drama del PSOE. Fue co-protagonista de la Transición, pero se ve hoy obligado a criticar, si no repudiar, su propia obra. De ahí que las explicaciones de Adriana Lastra sean tan confusas. Cuestión de "seguridad jurídica" e importancia de la Ley de Amnistía como base del relato de la transición . Con las dos había tropezado Rodríguez Zapatero (González ni se planteó la cuestión en catorce años) cuando se vio obligado a abrir paso a la memoria histórica y la justicia postransicional, sobre la que tan atinadamente escribe Paloma Aguilar. Lo que le salió fue la enteca norma conocida como Ley de la Memoria Histórica, de reducidísimo alcance y actualmente en el limbo fuera del presupuesto.

La seguridad jurídica que el PSOE no se atreve a especificar es, sin embargo, muy sencilla: cuestionar el franquismo es cuestionar el fundamento jurídico mismo de la España de hoy porque el rasgo esencial de la dictadura es que, en cuarenta años, conformó la sociedad a su imagen. La sociedad se hizo franquista y, muerto el dictador, siguió siéndolo. Estructuralmente franquista y administrada por franquistas o sucesores de franquistas (como los de ahora) en todos los poderes, estamentos y recovecos del sistema en su conjunto.

Por eso no puede el PP condenar el franquismo, porque es condenarse a sí mismo. Y por eso el PSOE no se atreve a condenar ni no condenar lo que equivale a no condenar. 

La cuestión última de la falta de legitimidad del franquismo afecta a la transición y la postransición como continuidades de aquella ilegitimidad primera, que no ha sido remediada (lo del referéndum de la Ley para la Reforma Política no pasa de ser una argucia) y afecta de pleno a la Monarquía, directa heredera de la dictadura. 

Ese es el problema de fondo del sistema de la III Restauración, que no parece tener solución si no es con la apertura de un proceso constituyente, posibilidad tan remota como la segunda venida del Mesías.

dilluns, 19 de març del 2018

España; al borde del ataque de nervios

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El vídeo que se mostró ayer en Ginebra sobre el conflicto España/Cataluña.