dimecres, 5 de gener del 2011

La religión es la madre de todas las guerras.

En el blog de Manolo Saco, Fuego amigo, en el diario Público, que sigo asiduamente, las dos últimas entradas se refieren al catolicismo español, una titulada Vírgenes y solteros y la de hoy titulada Su obsesión es la mía (Segunda taza). La visión del catolicismo y de la religión de Manolo suscita cierta controversia. Se echa de ver en el segundo título. Ya le han salido dos o tres católicos con sus habituales jeremiadas en defensa de su fe. El catolicismo es muy dado a las jeremiadas cuando no puede encender hogueras para achicharrar a los manolos de la época. La incongruencia de la visión católica en la crítica a los antirreligiosos y anticatólicos se plasma en esa expresión que les es cara del anticlericalismo trasnochado. Trasnochado por anticlerical. Vaya, resulta entonces que el clericalismo es el presente y hasta el futuro. Algo no cuadra, ¿verdad? Dícese entonces, para salvar la cara, que el anticlericalismo es trasnochado porque ya no hay clericalismo. Cincuenta obispos, con el arzobispo de Madrid y cardenal Rouco Varela al frente oficiando la misa el domingo pasado en la plaza de Colón, cabe la banderaza aznarina ante de miles de fieles no es clericalismo. Claro que no; en España es business as usual desde los tiempos de Maricastaña.

Coincido con Manolo en que lo más irritante del catolicismo es su carácter impositivo, más o menos, según le vengan dadas con el poder político de turno, pero impositivo. Los católicos están convencidos de que España es católica como el puercoespín tiene púas. Los no católicos no somos españoles; somos la Antiespaña que tan pronto escribe artículos en la prensa como tiene que escribirlos en las paredes de las mazmorras.

Lo que pasa, creo, es que la pasión nos ciega y no nos deja ver que hay religiones y religiones. Hay religiones que no son impositivas, muchas, y algunas hasta es dudoso que sean religiones si por religión entendemos el catolicismo. Por ejemplo, ¿qué son los diversos budismos? Las variantes del hinduismo son religiones y filosofías. No sé si cuando se ataca en las religiones la manía de crear una metafísica de comic para engañar a la gente se está siquiera tocando esas religiones en las que la perfección es la nada, la aniquilación del yo. Y son creencias de miles de millones de personas.

Frente a esto el problema religioso parece el de las llamadas religiones del libro, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo con todas sus variantes, esto es, las religiones monoteístas. Dentro de éstas también hay una gradación. La más insoportable me parece la islámica porque es intolerante y tan impositiva que mantiene el concepto terrible de guerra santa en toda su vesania. De cómo organiza la vida interna de sus sociedades ya ni hablo porque es terrorífica. Basta con ver la condición de las mujeres desde Indonesia hasta Mauritania.

El cristianismo ocupa una posición intermedia. Por fortuna ya no predica la guerra santa (otra cosa es porqué no lo hace), aunque lo hizo durante siglos. En el siglo pasado hubo una en España. La llamaron Cruzada a propuesta y con bendición de la Iglesia. Y hay recuerdos. Por doquier. Desde el discurso del rey al lado del portal de Belén hasta la existencia del clero castrense. Y todavía tiene tendencias y pujos impositivos, inquisitoriales, francamente irritantes. La manía de imponer un modelo de familia, una forma de vida y de muerte, unas relaciones humanas en base a unos u otros derechos.

Por último, la más liberal y aceptable se me antoja la judaica porque, aunque también tiene el concepto de guerra santa a rajatabla, éste es de dimensiones estrictamente territoriales. Los judíos consideran que su territorio es Palestina, la Tierra Prometida. Otra cosa es qué sucedará con los palestinos. Ese es problema distinto que, a juicio de Palinuro, no tiene otro final probable que la desaparición de Palestina como algo que no sea el Estado judío. Con independencia de lo que se piense de esto, lo cierto es que, fuera de su territorio, Israel no tiene guerra santa y no pretende convertir a los gentiles, lo que es muy de agradecer.

Si alguien tiene alguna duda, porque eso de "convertir" goza de buena prensa en un mundo poblado de "chinitos", que recuerde que donde hay un convertidor hay un convertido y, en vez de ponerse en el lugar del primero, hágalo en el del segundo; a ver qué tal se siente cuando a uno lo han convertido.

Por eso el catolicismo no gusta de convertir; prefiere insuflar desde la más tierna infancia y antes del uso de razón. El motivo es obvio. El catolicismo es el cristianismo no reformado, el de la Contrarreforma, el de Trento. Es una versión especialmente ruda del cristianismo. La condición subalterna de la mujer, la obsesión con la sexualidad (estas dos características están entrelazadas), su pretensión de organizar la vida pública y su obstinada oposición al espíritu, la teoría y la práctica de la ciencia (estas dos también lo están ya que la ciencia es pública o no es nada), son elementos que condicionan para mal la vida social

Aun así todo esto tiene un pasar. Lo que encuentro incomprensible en el catolicismo es su afición a creer lo que es absurdo y porque es absurdo. Por ejemplo, la infalibilidad pontificia. ¿Cómo puede creerse en serio que un ser humano sea infalible, hable ex cathedra o hable ex patibulo?

(La imagen es una foto de IISG, bajo licencia de Creative Commons y es un cartel de 1930 del soviético N.B. Terpsikhorov cuya leyenda reza "la religión es veneno" ).

dimarts, 4 de gener del 2011

Las enseñanzas de la Iglesia.

Arranca un 2011 negro en muchos aspectos, incluido el de las sotanas. Fortalecida por su vigorosa lucha contra las injusticias, la explotación, las desigualdades, la esclavitud, la violencia de género, los abusos sexuales y la pederastia en el decenio pasado, la Iglesia vuelve los ojos a esta España, tierra de misión, según monseñor Rouco Varela, y adalid de la fe. Que no nos durmamos en los laureles pues tenemos tajo por delante. Quienes un día fuimos el pendón de la cristiandad debemos volver a serlo. El Papa Benedicto XVI, el que condena el uso del preservativo, incluso como profilaxis contra el SIDA (aunque admite algún tipo de excepción, según parece), sostiene que los españoles tenemos que fortalecer nuestras raíces cristianas, al igual que debe hacerlo el conjunto de Europa.

Traducido al español castizo que habla monseñor Rouco a pesar de ser gallego, este fortalecimiento quiere decir que los españoles estamos llamados a una nueva reconquista. No sé yo si tanto año jacobeo (que, al fin y al cabo, es el de Santiago Matamoros), tanta raíz cristiana, tanto don Pelayo (cuya encarnación hoy es el inconfundible Cascos) y tanta reconquista no acabarán produciendo algún tipo de oscuro conflicto con nuestro primo el rey de Marruecos o con el millón más o menos de magrebíes que viven entre nosotros. El término "reconquista" desde luego no parece muy oportuno... salvo que se nos ordene predicar el Evangelio a los vecinos del quinto derecha en algún momento libre del ramadán y liarnos a mamporros para convertir al infiel.

A su vez, las huestes de Rouco, los obispos, como una legión celestial, esgrimen espadas flamígeras para zanjar las cuestiones morales de la actualidad más candente. Es un frente teológico tan pintoresco, tan alejado de la realidad, tan hostil a la razón y hasta al sentido común que parece rozar lo poético. La frontera entre la poesía y la locura ha sido siempre difusa y muy porosa. Ello se sigue no solo de las biografías de innumerables poetas, como Hölderlin, Panero, Pound, Apollinaire, etc, sino también de la misma esencia de ambas condiciones, la poética y la lunática, consistente en la enajenación. El poeta es vate y vive habitado por una otredad que le dicta lo que dice; el lunático también. La diferencia está en si lo que dicen sirve para aclarar (a veces como el relámpago) o para oscurecer el mundo a quienes escuchan. Los obispos se acercan a lo poético pero no salen de lo lunático. Y eso que la otredad que los habita es un dios. Él sabrá lo que busca pero lo que los obispos dicen es para mandarlos al psiquiátrico.

Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba dice que la UNESCO tiene programado hacer homosexual a media población mundial. Es cierto que lo dice citando a otro prelado; pero lo hace aprobadoramente. Podría haber dicho: "escuchen qué imbecilidad se le ha ocurrido a un colega". Pero no, lo cita porque él también lo piensa, a pesar de ser una imbecilidad. Y no porque la mitad de la población sea homosexual tenga algún sentido negativo, que no lo tiene, sino por creer que esa tontería sea un plan estratégico de la UNESCO. La Curia debe de creer que la UNESCO y el conjunto del sistema de la Naciones Unidas son como los protocolos de los sabios de Sión. Saben tanto de la UNESCO como Palinuro del smorrebrod.

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, sostiene que la violencia doméstica se da menos en los matrimonios canónicos que en las parejas de hecho. Se ha echado encima a toda la izquierda, con o sin cargo público, diciendo que falsea los datos, que no sabe de lo que habla y que las cosas no son así. Pero sí, son así. En términos estadísticos relativos hay más violencia en las parejas de hecho que en los matrimonios canónicos. La falacia del obispo no está en los números, sino en la cosa. Y la izquierda no sabe verlo, lo que habla mucho sobre una izquierda incapaz de contestar a monseñor Reig que la misma institución del matrimonio canónico es violencia y que sea consentida por la parte subalterna (la esposa/madre) no la hace menos violencia. Si se toma esto en cuenta el matrimonio canónico es infinitamente más violento que las parejas de hecho, que son libres e iguales.

El arzobispo secretario de la Congregación para el clero, Celso Morga, dice que la culpa de la pederastia en la Iglesia la tiene la sociedad, o sea, el siglo. No sé cómo van a conseguir los curas que los feligreses aprendan a combatir a los tres enemigos del alma, el mundo, el demonio y la carne cuando ellos mismos han sucumbido ya a los tres y, de colofón, añaden la hipocresía.

La última enseñanza de la Iglesia en su conjunto, jerarquía y organizaciones católicas de movilización, va dirigida a Zapatero: subir el estipendio a la Iglesia en la declaración de la renta, dejar en vigor el Concordato de 1953 y los Acuerdos de 1989, aplazar sine die la ley de libertad religiosa, mantener los símbolos religiosos católicos en los ámbitos públicos no le ha servido de nada. En la misa del pasado día 2 en pro de una familia católica que nadie amenaza, la Iglesia, ya se ha visto, pidió la reconquista y se despachó contra las políticas del gobierno, especialmente el aborto, el matrimonio homosexual y el derecho a una muerte digna.

Roma sigue sin pagar traidores.

(La imagen es una foto de cntvalladolid, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 3 de gener del 2011

La civilidad politica de Cascos.

Cascos, el hombre de quien Felipe González decía que razonaba con el apellido, motivo por el cual probablemente la otra lumbrera del PP, Esperanza Aguirre, lo considera un cerebro privilegiado, pide ahora civilidad política porque dice que lo han insultado, vejado, maltratado en su partido.

No entiendo el motivo por el que muchos políticos recurren a esta práctica de añadir el adjetivo "político" a determinados sustantivos salvo que quieran quitarles su significado. Parece como si cuando se dice de alguien que carece de "vergüenza política" no se estuviera llamándolo desvergonzado sin más; cuando de otro que no tiene "coraje" o "valor políticos" no se está llamándolo cobarde. Es decir en boca de los próceres el adjetivo "político" sirve para desnaturalizar el sustantivo calificado, incluso para negarlo. Y eso en el mejor de los casos. En el peor el uso del calificativo no sirve literalmente para nada porque no añade ni quita nada al sustantivo. ¿En qué varía "civilidad" porque se la califique de "política"? En nada. Aunque Cascos lo ignore no existe una civilidad política, como no existe la civilidad económica o la jurídica o la literaria. Hay civilidad o no y eso es todo. Nuestro hombre, por tanto, pide que lo traten con civilidad. Es lógico: a nadie gusta que lo traten con incivilidad porque todos tenemos nuestro orgullo y nuestro sentido de la dignidad.

Pero, ¿puede Cascos pedir civilidad a los demás? En sus años de secretario general de un PP en la oposición, igual que en los que estuvo como vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento, Cascos fue un broncas, una máquina de insultar, agredir y vituperar a todos los que no se plegaban a las directrices de su jefe Aznar, de quien era fiel servidor. En sus años de vida pública no dejó de actuar como un jayán tabernario arremetiendo contra los órganos del Estado de derecho o presionando a los tribunales. Es célebre su barbaridad dirigida al Tribunal Supremo con motivo del proceso de los GAL cuando lo amenazó con que se desprestigiaría si no fallaba de acuerdo con "el veredicto de la opinión pública" (El País, 29 de septiembre de 1995). En román paladino y por si hiciera falta: si no fallaba de acuerdo con lo que él quería.

El mismo Cascos que sostenía en sede parlamentaria en febrero de 1998 que la etapa del gobierno socialista había sido una época de "anormalidad democrática". El mismo que decía que los GAL eran "terrorismo de bodeguiya" (El Mundo, 30 de septiembre de 1996), acusando así directamente al presidente del Gobierno socialista no ya sólo de ser el famoso Mr. X, (en lo cual coincidía entonces con su aliado Anguita y ahora con los seguidores de éste, que lo repiten siempre que pueden) sino de ser "el abecedario completo" (Diario 16, 6 de agosto de 1995).

Reclama ahora para sí "civilidad política" un hombre que calumniaba a diestro y siniestro. Igual que Cospedal acostumbra a calumniar al Gobierno socialista acusándolo sin prueba alguna de haber montado un "Estado policial", Álvarez Cascos decía del general de la Guardia Civil Rodríguez Galindo que tenía "grabados a todos los ministros del Interior" (Diario 16, 30 de septiembre de 1996). ¿Pruebas? Ni una. Es el mismo Cascos que decía del general Sáez de Santamaría cuando éste se mostró dispuesto a declarar sobre la guerra sucia de todos los gobiernos que carecía de "catadura moral" porque era un "estómago agradecido" (El Mundo, 27 de enero de 1996).

Pasado de la oposición al Gobierno, Cascos siguió insultando, agrediendo a sus adversarios, calumniándolos. Supongo que nadie habrá olvidado aquella sucia (y falsa) campaña que orquestó el primer gobierno de Aznar -y repitió Cascos por toda la geografía nacional- de que los socialistas habían perdonado trapaceramente 200.000 millones de pesetas en Hacienda a los amiguetes (El País, 30 de enero de 1997). Ni uno de ellos pidió jamás perdón por esta y muchas otras afrentas. Cuando aquel gobierno de Aznar se embarcó en la aventura de intentar amordazar PRISA y encarcelar a Polanco y Cebrián en base a una acusación falsa tramitada por un juez prevaricador, Cascos llegó a decir algo tremendo, algo que lo retrata. Según Ernesto Ekaizer, que lo dijo entonces un par de veces por la radio, esto: "Polanco no puede ganar. Y si, para que no gane, hay que cambiar las leyes, se cambian las leyes". Debe recordarse esta barbaridad, como la del supremo, como tantas otras para que no se olvide qué tipo de gente ha llegado a gobernar este país y pretende volver a hacerlo.

Podría seguir acumulando ejemplos de la "civilidad política" que Cascos se gasta con sus adversarios pero, como muestras las anteriores serán suficientes para que todo el mundo entienda porqué Miquel Roca hablaba de "comportamientos fascistoides" (El País, 11 de septiembre de 1995), refiriéndose al "general secretario" y El País llegó a llamarlo "nazi" (El País, 5 de febrero de 1997).

Conste que Palinuro es partidario de que se trate con civilidad a un supuesto fascistoide y nazi. Pero sin olvidar de quién se está hablando. En concreto de alguien a quien Josep Borrell retrató a la perfección al decir que: "estamos hartos del insulto y de la actitud mezquina del matón de barrio que sólo sabe gargarizar con palabras gruesas porque le falta la inteligencia de la razón" (El País 16 de abril de 1998).

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 2 de gener del 2011

Ya está armada.

El triunfalismo de Rajoy hace unos días, dando por descontada su victoria en las elecciones de 2012 se presentara quien se presentara suena hoy realmente temerario y un poco ridículo; una tartarinada. Aparecía Rajoy como un general victorioso al frente de un ejército unido y he aquí que se le subleva parte del generalato. Porque Álvarez-Cascos no es un quidam sino un ungido de los dioses, como su mismo jefe, secretario general del PP, vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento. Si, con este enfrentamiento que acaba de estallar a Rajoy en las manos, se pasa a peores, es posible que el actual presidente del PP no llegue a las elecciones. Según lo que suceda.

En Asturias hay una típica pelea de intereses y lealtades personales. Puro fulanismo. Lo cual es legítimo, desde luego. Ya dicen algunas feministas (aunque desde otro ángulo) que lo personal es político. En el PP de Asturias hasta la exasperación. Se nota en la frecuencia con que los dos bandos hablan del servicio al Partido (con mayúscula), de los intereses del Partido, como si el Partido fuera una especie de entidad mística distinta de la suma de sus miembros, que es lo que la acrisolada teoría neoliberal quiere. Basta recordar a la señora Thatcher zanjando la cuestión con un rotundo ¡la sociedad no existe!; existen los individuos, las familias, pero ¿la sociedad? Eso es, muy bien ¿el Partido?

A simple vista y por tratarse de la derecha (o el "centro-derecha", como se llaman a sí mismos los sectores más integristas del PP), la derecha de toda la vida, la de Trento, la Santa Alianza, el nacionalcatolicismo y la familia como Dios manda, la que sabe que eso del neoliberalismo es más cosa de atrezzo que de fondo, la invocación al Partido es un trasunto a la de la Patria. La Patria es el Partido y el Partido es la Patria. Suena un poco a bolchevique pero es doctrina de la derecha militante moderna que quiere actuar unida, en una sola organización que, a diferencia de la bolchevique, más que de vanguardia es de retaguardia. Pero organización única, nada de escisiones, mando en plaza.

Con todo la trifulca política viene rugiendo en el seno del PP, como el rumor en lo profundo del volcán, desde los tiempos de María San Gil en los que ya se dibujaron dos sectores que pueden calificarse de "ultras" y "moderados" con tantas salvedades que a veces la tipificación parece un chiste. El antagonismo existía pero la conciencia de la necesidad de la unidad de acción de la derecha prevalecía. Las dos opciones, "almas", sensibilidades del PP han estado conviviendo con cierta incomodidad y también creando sus respectivas redes de lealtades en el partido, moviendo influencias, en preparación de algún tipo de conflicto.

Con el órdago de Álvarez Cascos, quizá consultado previamente con Aguirre, quién sabe si con Aznar, se da la señal de comienzo de las hostilidades entre los dos bandos. El resultado obviamente está abierto y depende de muchas cosas, entre otras el impacto que cause en un partido dividido la posible apertura de la vista oral del caso Gürtel que pesa sobre la conciencia del PP como la culpa en la de Raskolnikoff. Dicen que no les afecta pero ¿cómo no va a afectarles estar bajo sospecha de latrocinio a mansalva, que donde quiera que vayan les digan que se paguen unos trajes o unos décimos de lotería?

Ahora está en el PP todo mucho más abierto que cuando Rajoy vendió la piel del oso antes de cazarlo. No obstante, hay una cuestión en la baja vociferada de Álvarez-Cascos, siempre tan vehemente, que pone la querella en un punto muy difícil: el abandono del Partido es el abandono de la Patria, algo con lo que se puede amenazar pero no se debe hacer porque lo peor que puede pasarle a un político, especialmente de la derecha, es que lo acusen de falta de patriotismo. La derecha es patriota como el cuervo es negro. Lo que sucede es que Álvarez Cascos debe de pensar que las amenazas no son creíbles si no se cumplen; sin reparar en que, si se cumplen, dejan de ser amenazas. Tampoco hay que pedir mucho a esta gente tan temperamental.

Pero peor y más grave es, además de marcharse de la Patria, amenazar con fundar otra, otro partido, proyecto que rompe limpiamente la convicción de la prevalencia de la unidad de la derecha. La ruptura del Partido, la de la Patria convierte al rebelde no ya en "poco patriota" sino en "antipatriota", un estigma definitivo.

Esto de escindirse no es propio de la derecha. Se da en el ámbito nacionalista, pero nada más. Las derechas son siempre unitarias. Es la izquierda la que lleva una historia de tanta escisión, separación, exclusión que pareciera una característica de la idea. Un partido casquista sería de ámbito autonómico asturiano y no favorecería las expectativas electorales de la derecha en el Principado. Pero cuando se trata de los principios, los Principados cuentan poco. ¿Por qué no va a ser el plante de Álvarez Cascos el comienzo de una operación de los sectores más ultras del Partido para desplazar a Rajoy por blando, indeciso y poco de fiar por un valor seguro, contundente, agresiva y oro de ley de la doctrina neoliberal?

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 1 de gener del 2011

Los discursos del poder.

Mientras en España el Jefe del Estado se dirige a la ciudadanía en la Noche de Paz, Noche de Amor, al ladito del portal de Belén, en otros lugares de la vieja Europa el momento de la doctrina se reserva para la noche de San Silvestre, que es más laico y menos mojigato. Es verdad que sobre los otros países europeos no pesa la memoria de la costumbre franquista de hablar a los españoles todos en aquesa noche de villancicos. Tampoco está tan mal porque así los partidos pasan luego el día de Navidad, más pagano, tirándose mutuamente a la cabeza las palabras del rey, que tampoco harán mucho daño porque suelen ser bastante hueras.

Hasta el Papa, que tiene su momento estelar también con la Natividad del Niño Dios propiamente dicha, no desaprovecha la ocasión de mostrarse de nuevo a los creyentes al llegar la fiesta de fin de año. Vieja costumbre de la Iglesia de poner una vela al de arriba y otra al de abajo. El pretexto de la aparición de este año ha sido el final del año jacobeo como podía haber sido el centenario de la muerte de un mártir del Japón. Aunque, por ser año jacobeo, la regañina ha vuelto a tocarnos a los hispanos, que tenemos que actuar como portaaviones de la fe para las fortalecer las raíces cristianas de Europa, aparte naturalmente, de tener las propias como saludables boniatos. Sí señor, España en defensa de la Cristiandad de la que es adelantada. No era para menos, cuenta habida de que un día antes, el 30 de diciembre, el mismo Papa, mediante carta apostólica, ordena poner en orden las finanzas vaticanas para sacar a Roma de la sospecha de ser un paraíso fiscal en Europa. Uno más. Como se ve, la Carta del Papa califica de errores los comportamientos bancarios y financieros vaticanos y que están siendo investigados por la justicia italiana. Errores como los pecados de pederastia a lo largo del tiempo. La Iglesia es una institución humana, demasiado humana.

Los otros discursos más notorios, al menos para Palinuro, son los de Merkel y Sarkozy. También son importantes los de Cameron y Berlusconi, pero estos dos hablan de cosas marginales a la cuestión europea: Cameron de lo mal que seguirán pasándolo los britanicos si quieren recuperar el terreno perdido y Berlusconi de sí mismo. Merkel y Sarkozy coinciden en la defensa del euro. Los dos vienen a decir que, si se acaba el euro, se acaba Europa. No el continente, claro, sino la idea de Europa, la Unión Europea, lo cual bien puede ser cierto. Lo que sucede es que la salvación del euro tampoco garantiza la de la Unión, como se está viendo ahora mismo con una moneda que no puede defenderse porque nadie manda en ella salvo unas abstractas reglas del mercado quer son, por definición, ciegas a todo lo que no sea la valoración del capital.

Así que esos discursos, con toda su buena intención, contribuyen a añadir leña al fuego porque lo que más muestra la debilidad del euro es que hayan de salir los gobernantes a defenderlo. ¿Es imaginable que la reina de Inglaterra o el presidente de los Estados Unidos salgan la noche de San Silvestre a señalar la importancia de la solidez del dólar o la libra esterlina? La moneda tiene un gran valor político. Es más, su valor económico depende del político que, en último término, es militar. La guerra mundial hoy es económica y la moneda simboliza el poderío bélico de cada cual. Una de las versiones sobre la guerra del Irak es que ésta se desencadena cuando Sadam decide recomendar al cártel del petróleo que la moneda de referencia deje de ser el dólar y sea el euro. Adiós, Sadam.

El valor político del euro es inexistente por falta de unidad, de mando único, obviamente. De Europa se dice hoy lo que se decía de Alemania cuando la partición, que era un "gigante económico y un enano político".

Son discursos del poder; de un poder impotente.

(La imagen es un cuadro de Mabuse titulado El Consejo Supremo y pintado hacia fines del siglo XVI).

divendres, 31 de desembre del 2010

Viejo Año Nuevo.

¡Qué extrañas costumbres tenemos! Esta de celebrar el paso de los años, aunque sea bajo la forma mermada del singular, "un año", como si ello hiciera más plausible la práctica, revela un antropocentrismo patético. No son los años los que pasan sino nosotros quienes pasamos por los años. Copérnico deshizo el geocentrismo pero el antropocentrismo del tiempo ahí sigue. Creemos ser nosotros quienes medimos el tiempo y es el tiempo el que nos mide a nosotros, nos pone comienzo y fin. Ninguna de las dos cosas nos es posible para nosotros mismos y mucho menos respecto al tiempo que está siempre ahí, no tiene comienzo ni fin y no sirve de nada trocearlo, medirlo. A lo mejor dentro de billones de años o mañana, que viene a ser lo mismo, quién sabe dónde ni cómo, alguien llega a imaginarse este mundo y este tiempo en el que habitamos y nos comprende a todos y se explica las razones de nuestros actos mejor que nosotros a nosotros mismos. Y, claro, se cree un dios y para aquellos a quienes piense, lo es. Aunque no para todos. Siempre hay pensamientos que se rebelan contra el que los piensa. Los seres humanos sabemos mucho de esto. Seguramente tiene que ver con el suicidio, acto el más humano que hay.

Como se ve, aprovecho el momento para hacer como todo el mundo: ponerme filosófico. La inveterada costumbre de formular propósitos para el Año Nuevo es una actividad típicamente filosófica porque consiste en marcarse un objetivo, generalmente de mejora, que se alcanzará mediante la voluntad y el entendimiento. El asunto no es moco de pavo cuando intervienen dos potencias del alma. Luego, la no menos inveterada costumbre de clavar a los propósitos la amarga puya de la experiencia de todos los fracasos anteriores no es menos filosófica; interviene además la tercera potencia: la memoria

Memoria y voluntad son antagónicas y de su lucha surge el entendimiento con su doble rostro como el dios Jano, el entendimiento como penetración en la causa de las cosas y el entendimiento como forma de acuerdo o compromiso entre dos facciones enfrentadas. Entender y entenderse. Que el entendimiento en el primer sentido debe llevar al entendimiento en el segundo es deseo generalmente formulado pero no siempre buscado. La vida pública es un hervidero de desentendimientos. Porque el entendimiento humano se basa en la duda, incluida la duda sobre sí mismo. Es el desconcierto de la capacidad refleja: pienso y pienso que pienso y ese vértigo de la especie, capaz de crear el universo según leyes matemáticas, pero no de dar cuenta de sí misma, no la abandonará jamás. Por eso no hay entendimiento que dure (en ninguno de los dos sentidos) y se vuelve siempre a la lucha, lucha creadora, guerra en el sentido heracliteano, entre la memoria y la voluntad.

Pero los dioses nos guarden de atribuir a cada una de esas dos potencias significados morales o políticos. A primera vista lo más fácil es asignar la memoria a la visión conservadora y la voluntad a la progresista, reformista o revolucionaria. Pero la memoria de una sociedad dividida también está dividida y es posible que su rescate, como pasa con la llamada Memoria Histórica en España, no sea una reclamación conservadora sino progresista. Aquí la voluntad está del otro lado.

Por eso sospecho que es más interesante, prometedor y, desde luego, divertido, atribuirles significados estéticos. La tres imágenes del post proceden del Codex Manesse, alemán del siglo XIV, y representan tres caballeros poetas: mis señores Wolfram von Eschenbach (el intérprete alemán de la leyenda de Perceval), Walther von Metze y Wachsmut von Künzingen, Minnesinger, gente de la trova, caballeros y juglares, cultivadores de dos artes que llevan hablando entre sí desde el origen de los tiempos, la guerra y la poesía, las armas y las letras, entendimiento y voluntad. Y su entendimiento, la moral caballeresca, el código del honor y la lealtad al señor y a la dama, expresado en las bellas composiciones del mester de juglaría. Igual que su voluntad lo era en sus fastuosos atavíos guerreros y las gualdrapas de las caballerías que dieron lugar a un arte y una ciencia: la heráldica o ciencia de la nobleza.

En fin, feliz Año Nuevo a todo el mundo.

(Las imágenes son ilustraciones del Codex Manesse y se encuentran en Wikimedia, bajo licencia de Wikimedia Commons).

dijous, 30 de desembre del 2010

¿Qué le pasa a la izquierda?

Hay un desencanto generalizado con el PSOE que toma muchas formas. Se detecta sobre todo en las encuestas todas invariablemente color azabache, en los comentarios en la red, en las redes sociales. Es un descontento difuso, basado en el desengaño y la frustración, al quejido de "no elegimos un gobierno de izquierda para que hiciera la política de la derecha". Pero no se articula. El único núcleo que se me alcanza podría dar forma y voz a ese descontento es Izquierda Socialista. Pero no sé si considera siquiera la posibilidad. Da la impresión de que IS está cómoda como un grupo de opinión organizado dentro del PSOE y no es obvio que abanderara un movimiento que podría ponerla en colisión con su casa paterna. Las escisiones no son frecuentes en la historia de este centenario partido.

A la izquierda del PSOE, esto es, IU y sectores más o menos aledaños, pareciera haber llegado el momento de articularse, de absorber el voto desencantado del PSOE, pero tal cosa no se da: esa izquierda no se articula, no se une y el voto desencantado no afluye si bien es cierto que la expectativa electoral de IU ha crecido algo. Pero no es bastante. Hace unos meses, el 23 de junio, escribí un artículo en Público titulado La refundación diciendo que la pretendida refundación de IU era ya un fracaso en su mismo origen. Al día siguiente, un miembro de uno de esos numerosos comités o comisiones de IU publicó una carta, diciendo que no sabía de lo que hablaba y llamándome algo así como viejo cascarrabias. No recuerdo el nombre del firmante. Pero la refundación e IU están donde están, es decir, en la inopia. Si no gusta lo que dice el pobre Palinuro, léase lo que escribía en el mismo periódico hace una semana Juan Carlos Escudier, IU juega a autodestruirse. No lo digo yo; lo dice Escudier. Supongo que el recio camarada de antes le habrá echado un chorreo de no te menees. En todo caso, al margen de anécdotas de corrala, el hecho es que la izquierda radical está atomizada y es parlamentariamente inexistente. Algo de esto traspira en formaciones nacionalistas, sobre todo catalanas. Pero aquí el elemento nacional prevalece sobre el discurso de izquierda y, sin carecer de interés (aunque no sea más que para explicar cómo puede ser nacionalista la izquierda), no entra en este post, que va de otra cosa.

Frente al desencanto, la desmovilización, la fragmentación, el deterioro, la incomunicación de la izquierda hay una derecha unida como una piña, movilizada y exultante por sus perspectivas en cuya arrolladora moral no hacen mella los más pavorosos asuntos de corrupción. Con la cobertura de un poderoso frente mediático esa derecha determina el orden del día del debate público y normalmente lo exaspera, lo radicaliza y lo lleva al terreno judicial.

Así vistas las cosas es claro que cualquier confrontación electoral amenaza con ser un desastre para la izquierda. Tiene ésta un año para reconstituirse y en mi opinión debiera intentarlo en dos órdenes distintos: a) por un lado la socialdemocracia debe recuperar su discurso, esto es, tiene que explicar por qué las medidas que ha tomado, siendo neoliberales, son menos antisociales que las que tomaría la derecha, cosa fácil considerando las adoptadas por Cameron. Y luego tiene que reelaborar un discurso de viabilidad del Estado del bienestar, algo complicado pero inexcusable. La economía será sostenible solo si es socialmente más justa.

b) Por otro lado la izquierda radical tiene que unirse, atraer voto desencantado y aumentar cuanto pueda su presencia parlamentaria. Al margen de otras consideraciones triviales y de rencillas personales, lo cierto es que no ha habido alianza entre el PSOE e IU, entre otras razones porque IU es parlamentariamente irrelevante. Álcese con mayor presencia en el Congreso y tendrá más posibilidades de forzar una alianza que influya en la política del PSOE en lugar de que, como sucede ahora, en ésta influyan las derechas, las nacionalistas y la nacional. Si en el momento en que el capitalismo muestra su inviabilidad la izquierda de tradición marxista no es capaz de formular una opción alternativa viable hay algo que está mal en la teoría o en la realidad. Dado que la realidad es incuestionable, el mal está en la teoría que a lo mejor hay que revisar de arriba abajo.

Entre la vacua llamada a las barricadas, habitualmente unida a un fuerte discurso antisocialista y la menguada opción por un capitalismo de rostro humano hay una gran tradición reformista que es preciso recuperar, una tradición reformista que hoy solo puede plantearse a escala global.

(La imagen es una foto de Xabeldiz, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 29 de desembre del 2010

La gran Nación.

Cuando se incoa un procedimiento penal es porque existen indicios racionales de delito. Si luego resultare que los presuntos delitos han prescrito, el procedimiento se archiva. Pero eso no quiere decir que haya habido una absolución como sostiene Carlos Fabra. No ha habido absolucion porque no ha habido juicio y los indicios racionales de delito persisten. De forma que si el señor Fabra se considera "inocente" lo hace con menor base que quien lo considere delincuente en nivel indiciario racional. Y, en todo caso, la Justicia debiera actuar mejor y no dar la impresión de que el PP esté por encima de ella, cuando no porque los supuestos delitos han prescrito, sí por algún defecto de forma, de modo que nunca se llega a juzgar el fondo del asunto cuando se trata del PP.

Ello produce mucha frustración en la ciudadanía (aunque no en toda), pero no tanta como la que produce ver a Carlos Fabra burlándose de la misma justicia que lo ha favorecido al decir que no ha hecho los deberes. Está bien empleado a esos jueces obsequiosos que han tardado siete años en su tarea para poder declarar la prescripción. Realmente es impresentable que el imputado diga que no "podrán juzgarlo por nada", incluso cuando tiene causas pendientes, aunque muy probable, visto cómo funcionan los tribunales en la Comunidad Valenciana, al servicio del Príncipe. Pero más impresentable es que eso lo haga un político desde un cargo electo. El colmo de la impresentabilidad es que ese político se constituya candidato para las siguientes elecciones con el aval del partido. Esa conexión entre la supuesta corrupción y la política, endémica en el PP, hace de la política un territorio desagradable, cosa que los medios de la derecha tratan de extender a los demás partidos, especialmente el de gobierno.

Tampoco hay objeción en el PP a que el señor Camps, protagonista de una saga de situaciones también desagradables, sea candidato en las próximas autonómicas, incluso aunque se mantenga su imputación. Eso es fuerte. Como lo es que, para contrarrestar el impacto de los procedimientos judiciales, los imputados y su partido hablen de "persecuciones", "cacerías" y expresiones de este jaez que deslegitiman la acción de los cuerpos de seguridad y del sistema judicial. Decir y mantener sin pruebas que España es un "Estado policial" equivale a decir que todo vale porque, cuando el Estado es policial, entra en juego el derecho de resistencia de los ciudadanos.

En fin, ahora que parece que el caso Gürtel se orienta a investigar las adjudicaciones del Gobierno de Aznar habrá que esperar una nueva andanada de rebeldía libertaria: primero se tratará de ver si aquello de lo que se trate ha prescrito; después, si se ha dado en investigar merced a alguna grosera contravención de las normas procesales; y, por último, podrá verse que lo de Estado policial se quedaba corto: Estado-checa. ¿A qué engañarse?

Paralelamente a todo esto asoma de nuevo una vena despectiva y hasta chulesca del intercambio político que resulta tan desagradable como la forma de abordar la corrupción. El señor Rajoy, en una de sus habituales intervenciones agresivas, faltonas e insultantes dice que le trae sin cuidao que el candidato sea Zapatero, Rubalcaba, Pepiño o la Chacón. De inmediato los socialistas han condenado su tono y le han pedido respeto para sus adversarios. Pero eso es absurdo. La derecha no tiene adversarios, sino enemigos y, cuando la cosa se pone cruda, enemigos a muerte. Que hablen los huesos que afloran ahora en las fosas comunes del franquismo.

Pedir respeto a la derecha española es pedir cotufas en el golfo. El respeto no se pide; se impone. Por ejemplo, recordando a este Tartarín de Tarascón a quien trae sin cuidao con qué adversario habrá de medirse, de tan seguro como está de ganar las próximas elecciones que viene de perder dos seguidas y que si pierde en 2012 tendrá que retirarse o lo retirarán a patadas.

(La imagen es una foto de Partido Popular de Melilla, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 28 de desembre del 2010

Floresta hispánica.


Prescripción, prescripción

El señor Carlos Fabra se libra de cuatro quintas partes de la posible condena por cuanto el órgano judicial competente ha decidido que los supuestos delitos han prescrito. El asunto pasa, pues, del campo jurídico al moral y político, elásticos por naturaleza. La prescripción no es una absolución, dicen unos; pero tampoco es una condena, dicen los otros. Y, entre tanto, rige la presunción de inocencia. Para la quinta parte restante de la imputación seguramente Fabra tendrá una estrategia defensiva que supondrá triunfante. Desde luego será todo legal pero ¿es justo? Y si la justicia no hace justicia, ¿qué hace?


El efecto bumerán

El alcalde de Valladolid es un hombre atípico. Sus excesos verbales escandalizan con frecuencia y a veces lo obligan a cantar la palinodia. Pero se recupera enseguida y formula un cálculo electoral que equivale a otro exceso verbal. Es su propio partido quien se cree obligado a desautorizarlo: no habrá efecto bumerán, dice González Pons. Pero es una desautorización a futuro y el propio Pons sabe que sí puede haber un efecto bumerán. Lo que le fastidia no es que lo haya, sino que el alcalde lo invoque y se jacte de ello. Esas cosas se hacen pero no se dicen, salvo que se sea un bocazas.


Después del Rey, la Iglesia

Terminó de hablar el Borbón al amor del portal de Belén y comenzó a hacerlo el Papa el día de Navidad. En el Angelus de ayer decía que lo que los niños necesitan es el amor de una madre y un padre. Lo que no sea eso, al parecer, no es familia. ¡Qué poco mundo ha visto Benedicto XVI! A su vez, el obispo de Alcalá sostiene que en los matrimonios católicos hay menos violencia "doméstica", lo que quiere decir que los matrimonios no canónicos son más dados a ella. Según lo que se entienda por violencia; si partimos de un concepto que englobe los abusos de menores, creo que el máximo índice de violencia se da en colegios, catequesis y parroquias católicos; lo tienen el Papa y sus obispos metido en casa. Y lo ocultan hablando mal de los demás.


La inocentada de Otegi

Desde la cárcel, en la que lleva de esta vez más de un año a pesar de que en su día se dijo que, si se lo detenía, "ardería Euskadi", Otegi ha concedido una entrevista al Wall Street Journal en la que dice que ETA está dispuesta a abandonar la violencia pero que, añade el periódico de Murdoch, muchos españoles son escépticos al respecto. Muchos no; todos. Incluidos los etarras. El día 28 de diciembre no es el más indicado para que la izquierda abertzale haga la enésima declaración sobre las intenciones de un grupo de pistoleros al que no controla y que, en el fondo, sigue mandando, cuándo por lo que dice, cuándo por lo que calla. Ha pasado el tiempo de las declaraciones de Otegi, que son irrelevantes. Ha pasado el tiempo de las declaraciones. Sólo se esperan hechos


Por qué Palinuro es felipista

Antes de seguir en esta parte de la entrada lean, si no lo han hecho ya, el artículo de Felipe González en El País de hoy, titulado Carlos Andrés Pérez, homenaje al amigo. A continuación se trata de contestar a dos sencillas preguntas: ¿cuántos presidentes y expresidentes pueden escribir una necrológica así de otro mandatario extranjero y hacerlo, de modo espontáneo, en horas? ¿Cuánto poderoso y expoderoso puede hacer un canto a la amistad y resultar conmovedor? Ahí se ve la fibra de que están hechos los hombres.


(La imagen es un cuadro de Ignacio Zuloaga hacia 1911, titulado Torero)

dilluns, 27 de desembre del 2010

Decir tonterías a cuenta de la Ley Sinde.

Palinuro ha comentado en un par de ocasiones el espinoso asunto de la Ley Sinde y el malogrado intento del Gobierno de regular la protección de la propiedad intelectual de forma que ésta no esté a merced de los piratas informáticos que hacen suculentos negocios con los derechos ajenos, al tiempo que se tiran el pliego de ser luchadores por la libertad de expresión, la de información, la de mercado y, aunque no lo digan, la de expolio. Una de ellas el pasado 21 de diciembre, con el post titulado La descarga de la brigada ligera y la otra al día siguiente con otra entrada llamada Sindeología. En esta última decía Palinuro que: Legislar sobre internet tiene muchos inconvenientes y uno de ellos es que el legislador no sabe lo que dice. Para convencerse basta con examinar las habilidades de los diputados como internautas. No todos tienen blog y muchos de los que lo tienen más valdría que no lo tuvieran. Los hay que no leen el correo electrónico y de las redes sociales no se hable. Cabe dudar de que calibren de lo que hablan quienes desconocen el funcionamiento mismo y el alcance de aquello sobre lo que hablan.

El Gobierno y el PSOE han actuado deplorablemente en todo el asunto, han perdido una votación crucial y han dejado en el desamparo a mucha gente que no lo merece. Pero de ahí a sostener que no tenían razón, que no hay que reprimir la piratería ni proteger la propiedad intelectual, media un abismo de mala fe encubierta de libertarismo. El Gobierno debe tomarse su tiempo, afinar algo más y proponer un proyecto de ley específico sobre el asunto, no un parche metido de matute en otra ley. Para ello conviene que haga lo que dice la ministra González-Sinde, seguir debatiendo y asesorándose. Así que es bueno que recabe opiniones pero debe tener cuidado porque si el legislador no tiene mucha idea de lo que habla, los opinión makers, que van de enterados todavía pueden tener menos e incluso decir verdaderas tonterías.

Tómese un artículo públicado ayer por Josep Ramoneda, columnista de El País, titulado La "Ley Sinde" como síntoma. Es imposible acumular en tan corto espacio periodístico mayor cantidad de dislates, injusticias y simples bobadas.

Sostiene Ramoneda que: "El Gobierno se vio impelido a redactar esta norma por las presiones de siempre: de la industria cultural, del grupo de artistas abajo firmantes que son amigos de la paz y de Zapatero, pero sobre todo de ellos mismos, de las agresivas prácticas (según generoso eufemismo del embajador de Estados Unidos) de la SGAE y, como han revelado Wikileaks y González Sinde, del propio Gobierno americano y de algunos vecinos europeos". No hay duda de que el Gobierno actuó rematadamente mal, se pasó de listo, no supo negociar y se puso de alfombra de los gringos. Pero el articulista no puede ignorar que su iniciativa responde a la exigencia legítima de un verdadero montón de artistas, creadores, escritores como él mismo y gentes en oficios aledaños que están siendo objeto de un expolio sistemático y a los que hay que proteger. Sólo le ha faltado a Ramoneda hablar de los "artistas de la ceja" y de los "titiriteros".

El viejo modelo está anticuado. Llega el nuevo: "Durante la fase anterior del capitalismo, la industria cultural ha funcionado a partir del esquema siguiente: un autor vende los derechos de su obra a un productor que después la venda a un distribuidor y este al consumidor, formándose en este proceso el precio del producto, del que las distintas partes se benefician. En la economía de la contribución este esquema está periclitado". Eso de la "fase anterior" es sorprendente, aunque tiene un pasar, pero en lo tocante a la "economía de la contribución" o yo no entiendo el concepto o no lo entiende él. Esta idea hace referencia a la posibilidad de extender el software libre, mancomunar esfuerzos de investigación, generar foros automáticos y bases de información compartidas, montar nuevas formas de acción y creación colectivas en el estilo wiki, en fin, inet 2.0. Pero no tiene nada que ver con los derechos de los creadores a la propiedad de su trabajo. A lo mejor el esquema que dibuja está en efecto "periclitado", pero no será por obra de la "economía de la contribución".

Afirma Ramoneda que: "Es evidente que hay que asegurar las formas de retribución de los creadores y de los productores, aunque también habrá que encontrar las fórmulas para que los herederos de un artista no vivan setenta años del cuento". Lo que es pasmoso salvo que esté dispuesto a encontrar fórmulas igualmente ingeniosas para evitar que vivan "del cuento" los herederos de los ricos, de los terratenientes, de los accionistas de las empresas , de los rentistas, los propietarios de minas de diamantes y los simples ladrones, estafadores y narcotraficantes En otras palabras, ¿puede explicar el articulista por qué le parece bien que la propiedad intelectual tenga una protección a término (que, además, juzga excesivo) y la no intelectual la tenga eterna?

Dice asimismo Ramoneda que: "Y, por la presión de los que viven mal el cambio de modelo, se ha dejado las cautelas por el camino, convirtiendo, en la práctica, el cierre de una web en una decisión administrativa", lo que ya es mala uva o producto de hablar de la Ley sin haberla leído. No es cierto lo de la decisión administrativa, ni lo será por mucho que los piratas y sus amigos lo repitan. La Disposición final (no adicional, como escribe Ramoneda) segunda de la Ley dice: "La ejecución de las medidas para que se interrumpa la prestación de servicios de la sociedad de la información o para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual, adoptadas por la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual en aplicación de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, requerirá de autorización judicial previa de conformidad con lo establecido en los apartados siguientes". Estará bien o mal, será mejor o peor, más o menos objetable, pero hay decisión judicial previa y decir lo contrario es faltar a la verdad.

Termina Ramoneda con una nota melodramática, alarmante en los tiempos que corren: "Y desde luego el camino no es criminalizar a los niños y a los jóvenes que entran al mundo por esta ventana". ¿Quién le ha dicho tal cosa a este hombre? ¿De dónde ha sacado esa peregrina idea de criminalizar a niños y jóvenes cuando lo que la nonnata "ley" pretendía era cerrar páginas de descargas, habitualmente negocios, precisamente para evitar esa criminalización de la que habla el articulista con tanto conocimiento de lo que dice como el legislador de lo que rechaza?

(La imagen es una foto de ottoreuss2, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 26 de desembre del 2010

La sucesión.

Hay algo patentemente absurdo en esta especie de lotería nacional por averiguar qué hará Zapatero respecto a las elecciones de mayo de 2012. Absurdo al estilo Ionesco. La gran ventaja del Estado de derecho frente a cualquier despotismo es que tiene regulada de modo objetivo y periódico la sucesión en el mando político y ésta depende de la ley y no del capricho o las vicisitudes personales del hipotético sucedido. Pero esto no basta a la natural curiosidad de las gentes, que quieren siempre aproximarse al lado humano del poder. Cotillear, en definitiva. Y entonces empieza a armarse la tramoya.

Todo puede arrancar de algo que diga algún comentarista en algún medio de que, al ritmo de desgaste que lleva Zapatero, no podrá aguantar un año y pico más y tendrá que abandonar antes. Luego puede ayudar el propio Zapatero si, por ejemplo, en una entrevista para una revista del corazón y preguntado qué tal se lleva con su esposa, dice que muy bien, que de hecho todo lo habla con ella, incluso la posibilidad de no repetir como candidato del PSOE. Con lo cual, ya ha brotado la noticia: "Zapatero piensa retirarse; la decisión depende de Sonsoles". Seguro que hay un tertuliano que dice conocer a Sonsoles desde que ambos hicieron la primera comunión y que manda mucho allí en donde esté. A estas alturas ya se han hecho cuatro o cinco castings de sucesores de Zapatero quienes, preguntados al respecto, dirán como un solo hombre/mujer que su mujer/hombre es Zapatero.

El clima se hace denso. En las ruedas de prensa, la pregunta siempre presente es si tiene ya pensado qué va a hacer. En una de ellas, pongamos por caso, Zapatero se equivoca, pues errar es humano y, queriendo decir que su decisión no la sabe ningún miembro de su partido, dice que la sabe un miembro de su partido. Un lapsus mentis que puede tener cualquiera, sobre todo un gobernante tan sometido a presión como el Presidente. En realidad es la única explicación razonable que se me ocurre para una información tan pasmosa. ¿Para qué quiere la ciudadanía saber que una decisión de la que ignora todo, incluso si existe como tal, ha sido comunicada a una persona concreta de la que, asimismo, también se ignora la identidad? De no entenderse así, lo único sensato que puede decirse sobre ello es algo insensato: que Zapatero ha comunicado su decisión a otro por si se muere antes. Aunque si eso sucediera no habría manera de averiguar cuál de los numerosos "otros" sería el auténtico.

Volviendo a la tierra cualquiera entiende que, quiera Zapatero repetir o no repetir, lo peor que puede hacer es decir que se va porque, en cuanto lo diga, el Gobierno se para, la oposición le pide elecciones anticipadas dentro de diez minutos, en su partido se arma un guirigay, las reformas se detienen y los mercados nos ponen en almoneda. Así que está obligado a asegurar que se queda como San Jorge a terminar con el dragón. No quiere ser lo que los gringos llaman un pato cojo. No tiene opción. Ya pueden freírlo a preguntas. Seguirá diciendo que se queda incluso cuando tenga decidido marcharse.

La lotería sobre la sucesión de Zapatero (¿no se ha puesto ya en circulación el término postzapaterismo?) es muy ruidosa y como en ella se mezclan los vehementes deseos de unos, los temores de otros y las ganas de los más de que pase algo, no permite valorar debidamente todos los elementos. Hace unos días Zapatero dijo que se necesitan cinco años para superar los desequilibrios de la crisis. No he visto a nadie echar la siguiente sencilla cuenta: uno de aquí a mayo de 2012 y cuatro más de un tercer mandato. ¿Por qué no?

Lo que fortaleció a Felipe en uno de sus momentos más bajos, fue cambiar radicalmente su actitud frente al ingreso de España en la OTAN y enfrentarse a su propio partido o, cuando menos, a una parte importante de él. Lo mismo puede estar pasando con Zapatero: en su momento más bajo, lo que lo fortalece es su giro en materia de política económica marcando el paso neoliberal y enfrentándose a buena parte de los suyos.

(La imagen es una foto de World Economic Forum, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 25 de desembre del 2010

Habla el Rey.

Esto del tradicional mensaje del Rey el 24 de diciembre tiene su aquel, empezando porque es continuación del que por la misma fecha hacía el Caudillo Franco, el de "españoles todos". El dictador era hombre muy religioso, que entraba en las iglesias bajo palio y había firmado un Concordato con la Santa Sede cuyo artículo primero dice que la Religión Católica, Apostólica Romana, sigue siendo la única de la Nación española. Era lógico que eligiera el 24 de diciembre para su alocución a "todos los españoles". En el caso de Juan Carlos no consta que abrigue fervor religioso alguno, no parece asiduo al templo y, encima, es Rey en un país cuyo Estado no es confesional. Dado que el Concordato, que se sepa, está en vigor y no ha sido declarado inconstitucional ni denunciado por la parte española, ésta vive en una especie de esquizofrenia, con una Nación que "sigue siendo" católica y un Estado que no lo es. Como quiera que el Rey es jefe del Estado, no de la Nación, la elección del día 24 para su mensaje es muy desafortunada. Debiera pasarlo al 31 de diciembre, si es que insiste en hablar por estas fechas

Además, el discurso del Rey es de fin de año, habla del que se va y saluda el que viene. Es un discurso de Nochevieja y no de Nochebuena. En él no se habla del portal de Belén ni del nacimiento del Niño Dios. En realidad, la presencia de estos elementos aparece en el campo de cámara del mensaje con esas tallas de la Sagrada Familia a la derecha del Rey y por delante del árbol de Navidad, profusamente decorado de guirnaldas y poisentias o flores de Pascua. En el discurso, nada de pesebres, burros o bueyes, como es lógico dado que hay mucha gente a la que eso importa una higa.

El discurso del Rey es tan genérico, universal, inconcreto, anodino y ceremonioso como el resto de sus actividades más o menos simbólicas. En la medida en que el mensaje se hace político, esto es, afecta a la realidad concreta es inevitable que sea el mensaje del Gobierno. El rey no puede escribir su propio mensaje porque no tiene mensaje propio. Tiene que leer el que le escriben y quien se lo escribe es el Gobierno. No va a ser la oposición, aunque ésta hable de manipulación del Monarca por La Moncloa. Si el mensaje lo escribiera la oposición, el Rey saldría diciendo que esto es un desastre, que no tiene arreglo, que vamos de cabeza al abismo a no ser que elijamos al dirigente de la oposición y eso no suena bien acompañado con villancicos.

No solamente esto sino que el discurso de marras sirve para dar alguna patada en la espinilla a la oposición, como cuando dice que tenemos que defender el papel y los intereses de España en el plano internacional y mantener nuestros compromisos, la advertencia va dirigida a Aznar y su manía de recorrer el mundo predicando la mala nueva de España hasta que gobiernen los suyos que se obstinan en perder elecciones. La derecha reaccionará seguramente criticando la instrumentalización de la figura del Rey. Pero es que lo único que cabe hacer con el Rey es instrumentalizarlo. La derecha como la izquierda. FAES concedió al Rey el primer premio a la Libertad en 2009 con una clara intencionalidad política: atraer la Corona al campo neoliberal/neoconservador.

En realidad, el párrafo que los más agudos analistas y expertos en misterios de la Casa Real esperan con anhelo es el que anuncie algún tipo de retirada del Monarca, al que se ve muy gastado. Pero no hay tal. Afirma Juan Carlos que sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España. Es sin duda mi deber, pero es también mi pasión. O sea que, de irse, nada. Los felipistas (del segundo Felipe) y los republicanos habrán de esperar sentados.

En fin, ya sé que no es el momento de plantear la cuestión República/Monarquía en España que fue decidida por lo militar hace más de setenta años. Nunca es el momento para este asunto. Pero algún día habrá que abordarlo: un mensaje anual del Jefe del Estado que, por cierto, es Rey de Jerusalén, desde el portal de Belén no parece de este mundo.

(La imagen es una foto de Salamancablog.Com, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 24 de desembre del 2010

El canto del cisne.

Cuando un medio cierra es como cuando en un coro calla una voz; el coro sigue pero ya no es el mismo. Para unos quizá mejore; para otros quizá empeore. Los seres humanos somos iguales y profundamente distintos. Incluso opuestos.

Ayer emitieron sus últimos programas las figuras de CNN+. Fue una continuada lamentación, comedida, moderada, sin estridencias, muy al estilo de la casa, pero lamentación. En la red, en donde este blog se mueve como pez en el agua, había y hay más quejío, una sensación de desamparo, como cuando el pueblo elegido vaga sin destino cierto. Su faro, luz y guía se apaga. Palinuro ya "posteó" sobre el asunto en una entrada sucintamente titulada CNN- hace como una semana. A lo allí dicho me remito.

Cierto que los cierres de medios deben valorarse desde el punto de vista de la comunicación, la información y hasta los sentimientos. Pero los medios son empresas y las empresas, es de suponer, toman decisiones "empresariales", esto es, basadas en la cuenta de resultados all things considered. Con un 0,7 por ciento de audiencia los de la CNN+ no debían de ser aceptables. La empresa cierra.

Ahora la cuestión es ¿por qué diablos un proyecto de TV de calidad, serio y riguroso no consiguió en unos once años una cuota de pantalla que fuera rentable? Alguien podrá decir que en un país en el que los programas de Belén Esteban fulminan los ratings, la CNN+ no tenía nada que hacer. Pero este argumento es pobre porque las audiencias no se encuentran, se hacen, y porque entre la severidad del rigor a palo seco y Belén Esteban seguramente hay infinidad de puntos prometedores.

Tengo la impresión de que en los programas de ayer no hubo mucha autocrítica. Y, la verdad, cuando uno se despide con un 0,7 por ciento de audiencia, habiendo sido ídolo indiscutible en la radio, cabe pensar que uno puede haber hecho algo mal. No digo Gabilondo; digo la cadena en su conjunto. Tenía ésta muchas virtudes, sin duda alguna, con una calidad insuperada. Pero también tenía dos defectos: la monotonía y falta de dinamismo de los programas que se parecían muchísimo entre sí y el sesgo evidente. Había cierto pluralismo, pues se daba voz a la derecha, pero el campo de la izquierda tendía a ser monopolizado por la gente del grupo PRISA que también viene a parecerse muchísimo hasta casi resultar el mismo opinante, como si fuera un retrato robot hecho por una máquina. A lo mejor si los programas fueran más dinámicos, menos "epístola moral a Fabio" y más plurales la cadena se hacía un hueco pues representa lo que tengo por un sector mayoritario de la sociedad española.

Al margen de todo ello el último programa de Gabilondo estuvo fenomenal. Esas dos entrevistas a Garzón y Rubalcaba de antología. En la de Garzón el juez brilló y mostró mucha categoría. Debe de estar exultante. Si entiendo bien le entrada en vigor ayer de la Convención Internacional de Protección contra las Desapariciones Forzadas viene a darle la razón en su enfoque de los crímenes del franquismo: estos no han prescrito por ser delitos continuados puesto que las autoridades no han dado fe del paradero de tantos miles de desaparecidos en la postguerra civil.

La entrevista a Rubalcaba también género de alta calidad. Que Rubalcaba es el mejor político en activo lo reconocen hasta sus más irreconciliables enemigos y en la entrevista lo probó, así con ese gesto desvaído de jefe de estación que sabe muy bien a qué hora pasan los trenes. Como era inevitable hubo su cuarto a espadas con la sucesión de Zapatero y hasta con el hecho de si habrá sucesión. Me pareció una clase práctica de lo dicho más arriba sobre la calidad de Rubalcaba. Porque había una pregunta evidente: la de si es o no el único miembro del Gobierno/PSOE al que el Presidente comunicó su decisión. En cuanto a la contestación se admiten apuestas: ¿habría dicho Rubalcaba la verdad o no?

En el ciclo póstumo de Lieder de Schubert que el editor tituló El canto del cisne por razones obviamente comerciales hay una sobre un poema de Heinrich Heine titulado Der Doppelgänger (El doble), que me gusta mucho y suena así:

En su último programa, Gabilondo se ha desdoblado, han salido en pantalla él y su Doppelgänger. Él mismo, el auténtico (aunque en esto de los dobles nunca se sabe quién es el "auténtico"), informó de la situación; el otro, el doble, el Horla, lanzó cinco profecías. Sabedor de que entra en tiempo de silencio, Gabilondo quiere que su voz se oiga en los próximos meses y la lanzó en forma de "mensaje en una botella". Cinco vaticinios (sobre la sucesión de Zapatero, el fin de ETA, el tintorro party, las elecciones de Andalucía y la crisis económica) pero como esto es CNN+ el Gabilondo "auténtico" advierte de que su doble puede errar en dos o tres. Es el aúreo juste milieu de CNN+; impecable, previsible, lamentable. Y porque no cabía decir que se acertará o errará en 2,5 de cinco casos.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 23 de desembre del 2010

¡Viva la Argentina!

La justicia argentina condenó ayer a cadena perpetua al dictador genocida Jorge Rafael Videla y otros dieciséis asesinos implicados en las matanzas de la dictadura entre 1976 y 1981, esto es, unos treinta años después de los hechos. Aunque la condena se refiere al asesinato de 31 presos en la cárcel de Córdoba, moralmente cubre su responsabilidad por las más de 30.000 muertes de aquella dictadura.

En España, 35 años después de la muerte del presunto genocida Francisco Franco, ni él ni ninguno de sus secuaces y cómplices han sido condenados a nada a pesar de que nadie duda de su responsabilidad y autoría en el asesinato de cientos de miles de sus compatriotas, cuyos huesos afloran hoy de las fosas comunes en que los asesinos quisieron hacerlos desaparecer.

En la Argentina el genocida Jorge Rafael Videla aun deberá comparecer en otros procesos en los que se le acusa del secuestro y robo de niños para entregarlos a familias adictas a su régimen y en los que se piden penas igualmente duras para él.

En España aún no se ha iniciado siquiera un proceso a pesar de que la dictadura del presunto genocida Francisco Franco pudo haber robado y/o secuestrado unos 30.000 niños, hijos de "rojas" y "rojos" (encarcelados, fusilados, desaparecidos) para entregarlos asimismo a familias adeptas al régimen y no sólo como hijos en adopción, sino como criados o esclavos.

En la Argentina se dictó una Ley de Punto Final en 1986 que, junto a la amnistía dictada por el presidente Saul Menem en 1990, exoneraba de responsabilidad a los asesinos y genocidas de la Junta Militar, empezando por Videla, que ya había sido condenado a otras cadenas perpetuas en 1985. Toda esa llamada legislación de impunidad fue anulada por inconstitucional por el Tribunal Supremo de la Argentina.

En España, una Ley de Amnistía de 15 de octubre de 1977, so pretexto de amnistiar los "delitos" cometidos por los opositores al régimen del presunto genocida Franco, significó de hecho la impunidad para todos los asesinos, secuestradores y torturadores de su régimen, empezando por él mismo. Hasta la fecha ningún tribunal de justicia ha osado cuestionar esta ley y mucho menos declararla inconstitucional. Al contrario, en virtud de una interpretación moralmente repugnante de su contenido, todavía hoy sirve para impedir que se haga justicia con los crímenes de la dictadura de Franco.

En la Argentina, a día de hoy, prácticamente nadie sale en defensa del genocida Videla y sus esbirros salvo, naturalmente, sus familiares y allegados más directos.

En España, el supuesto genocida Francisco Franco y sus compinches, siguen teniendo numerosos y vociferantes partidarios, dando nombre a muchas calles y plazas, recibiendo honras religiosas de curas simpatizantes con el genocidio, ocupando lugares de respeto que no les corresponden y siendo objeto de culto por alguna Fundación en su memoria que recibe dineros públicos.

En la Argentina ningún partido sale en defensa de los genocidas de la Junta militar.

En España, el partido heredero del franquismo, fundado por un ex-ministro del presunto genocida, ampara la memoria de éste y no condena su régimen, al que algunos de los más necios califican de tiempo de "extraordinaria placidez", una placidez fundada en la tortura, el asesinato, el robo de niños, etc..

En la Argentina no se persigue a los jueces que investigan los crímenes de la Dictadura y pretenden procesar a los responsables.

En España son los propios jueces los que persiguen a los jueces que pretenden hacer justicia respecto a los crímenes de la Dictadura, tanto los de genocidio como los secuestros y robos de niños. Y lo hacen a instancias de los herederos espirituales, beneficiarios y secuaces de la Dictadura.

En la Argentina se hace justicia.

En España se hace injusticia y el crimen queda impune.

(La primera imagen es una foto de 20 Minutos; la segunda, de Pablo Flores, ambas bajo licencia de Creative Commons y Wikimedia Commons).

dimecres, 22 de desembre del 2010

Sindeología.

¡Qué batacazo, Ministra! Primero te cargas la ley estrella de la segunda legislatura de Zapatero, la Ley de la Economía Sostenible (LES), metiéndole una disposición final segunda medio de tapadillo que obligó a retrasar año y medio su aprobación, y luego te cargas esa misma disposición por no saber negociarla. O, lo que es peor, negociándola con los gringos para que estos presionaran a los partidos españoles que finalmente te han dado la espalda.

Probablemente el espíritu de la Ley Sinde sea correcto y lo menos que se puede pedir: proteger la propiedad intelectual y cerrar páginas de descargas, previa decisión judicial. Pero la forma de defenderlo y plasmarlo en ley ha sido tal chapuza que cabe preguntar si Sinde no es un submarino del Partido Pirata. Aunque hay decisión judicial y ésta es previa (cosa que los internautas piratas niegan con notable descaro), es posible que la provisión de que la decisión judicial se tome a instancias de un expediente administrativo no dé buena espina aunque, en definitiva, no es grave: la decisión es del juez y si hay ciudadanos que crean estar por encima de las decisiones judiciales, que lo digan claramente.

Pero lo más chapucero de todo ha sido ir de tapadillo, como el ladrón en la noche, en una disposición final de otra ley, aprovechando la conocida querencia del Pisuerga. Lo que se hace a hurtadillas canta a la luz pública y la única forma de camuflarse es con la mayoría. En fin, notable fracaso, victoria para el bando pirata que ha conseguido presentar su causa no como un expolio de la propiedad intelectual, sino como la defensa de la libertad (de expresión, de navegación, de información). Alejandro Sanz twitea que los políticos españoles son unos cobardes porque no van a votar (y no han votado) la Ley Sinde porque es impopular. No sé si son cobardes o no; pero sí me parece que no saben bien lo que hacen.

Legislar sobre internet tiene muchos inconvenientes y uno de ellos es que el legislador no sabe lo que dice. Para convencerse basta con examinar las habilidades de los diputados como internautas. No todos tienen blog y muchos de los que lo tienen más valdría que no lo tuvieran. Los hay que no leen el correo electrónico y de las redes sociales no se hable. Cabe dudar de que calibren de lo que hablan quienes desconocen el funcionamiento mismo y el alcance de aquello sobre lo que hablan.

Porque hablar, hay que hablar, a ser posible sabiendo lo que se dice. Tomar en cuenta la opinión pública, consensuar con los otros partidos. Dada la importancia y consecuencia de aquello sobre lo que se quiere legislar (la propiedad intelectual y derechos directa o indirectamente afectados como el de autor, el de expresión, el de información, el de circulación, etc) habría que iniciar un proceso de reforma legislativa específico. Esto no se arregla con una disposición final segunda en otra ley.

(La imagen es una foto de Casa de América, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 21 de desembre del 2010

La descarga de la brigada ligera.

Ayer la red hispánica echaba bombas y hoy ya no quiero ni pensarlo. Quien fuera ayer a algunas de las páginas de visualizar o descargar más populares se encontraba el letrero de la izquierda escrito con contundente retórica política de movilización. Lo sé porque lo leí, así como otras interesantes informaciones, en el blog Trending Topics que, a pesar del título, está en español pues habita en El País. Es más, su subtitulo es lo más caliente en la red.

Y caliente está la red. Hubo ataques a las páginas de la SGAE, del Congreso de los Diputados, del PSOE, del PP, del PNV. La llamada "Ley Sinde" no gusta nada a los internautas, que se han movilizado en su peculiar estilo guerrillero en una batalla más de la ciberguerra que empezó con el asunto WikiLeaks. En realidad no es una ley, sino la disposición final segunda de otra ley (la llamada de Economía Sostenible) y que lleva el prolijo título de Modificación de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información, el Real Decreto legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa, para la protección de la propiedad intelectual en el ámbito de la sociedad de la información y de comercio electrónico. En realidad: norma contra las descargas. Obviamente es más fácil Ley Sinde

Por dónde se ha llegado a algo tan rocambolesco como regular una actividad social de gran impacto económico a través de una disposición final en otra ley que no tiene nada que ver se explica al parecer por las presiones de la embajada de los Estados Unidos que actúa en defensa de las grandes industrias yankies. Era algo que se suponía pero que con los cables de WikiLeaks ha quedado perfectamente demostrado, para que luego digan los enterados de siempre que Assange es un agente de la CIA. Por cierto, en esas maniobras entre bambalinas del procónsul gringo con los políticos españoles, haciendo un lobby descarado (chantajes y amenazas incluidos), los gobernantes quedan mal pero la oposición no queda mejor. El embajador Solomon dice que Rajoy le explicó que, aunque su opinión era favorable a la "Ley Sinde", por razones electorales tenía que manifestarse en contra. Lo sabíamos pero ilustra leerlo.

Los internautas se quejan de que la Ley Sinde permite el cierre de páginas web por decisión administrativa ya que los jueces no tienen claro si las descargas P2P son o no delito y, de momento, parecen inclinarse por el "no". En contra de lo que se dice, la Ley no se ha hecho para saltarse este requisito ya que exige expresamente decisión judicial. La disp. final segunda, siete, 1 dice: La ejecución de las medidas para que se interrumpa la prestación de servicios de la sociedad de la información o para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual, adoptadas por la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual en aplicación de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, requerirá de autorización judicial previa de conformidad con lo establecido en los apartados siguientes. Es posible que esto no parezca suficiente a los internautas o no crean en ello. En todo caso, doctores tiene la Iglesia y, si la ley se aprueba, siempre se podrá recurrir por inconstitucional o, imagino, cuando se le aplique a alguien en concreto, por la via del recurso de amparo.

Pero también es posible que la ley no se apruebe. El ciberespacio anda muy revuelto con el caso WikiLeaks y muy aguerrido. Los apoyos y alianzas del Gobierno empiezan a flaquear. Todo el mundo teme al ciberlobo y en CiU, como en el PNV hay poco ánimo de enfrentarse al sector más dinámico de la sociedad: los internautas con sus ciberguerras, dirigidos por su hackers.

Esta batalla debe librarse en la red porque ha surgido de la red. Los derechos de autor han sido de siempre objeto de ataque de falsificadores y plagiarios. El caso más extremo que conozco de falsificación es el Quijote de Avellaneda por el cual éste pretendió arrebatar a Cervantes no sólo los derechos de autor sino su misma condición de autor. La red introduce un elemento de masificación y simplificación inimaginable: música, cine, vídeos, libros, todo se puede hoy bajar y apropiar sin coste. Hasta el extremo de que los ataques a la propiedad intelectual se designan como piratería; es más, son industrias lucrativas. Hay partido piratas. Alguno, como el sueco, cuenta con dos eurodiuputados, aunque ningún parlamentario en el interior. Este término de piratería tiene más sentido del que parece si se recuerda que internet puede (y quizá deba) verse bajo un principio análogo a la de libertad de navegación.

Los partidos piratas tienen un programa de abolición de la propiedad intelectual y el derecho de patente. Supongo que eso sería admisible si también se aboliera el resto de los derechos de propiedad. Si no me parece injusto que un músico no sea propietario de su música y un zapatero sí de sus zapatos. Da la impresión de que ésta sea también la opinión de los internautas que no son del partido pirata, esto es, hay que llegar a un acuerdo para respetar los derechos de autor y facilitar, generalizar, democratizar el acceso a los bienes intelectuales, a las creaciones. Eso está en interés de todo, en primerísimo lugar los creadores.

En este terreno el argumento del ciberespacio me parece muy convincente. Lo que la Ley, según ellos, defiende no son los intereses de los artistas ni los de los consumidores sino los de los intermediarios, las discográficas, los cinematográficas, etc. Estos no están dispuestos a variar su modelo de explotación atendiendo a las nuevas posibilidades de difusión, sino que pretenden censurar para mantener sus privilegios, el más irritante de los cuales es el de sus márgenes abusivos que repercuten en precios demasiado altos. La tendencia a la gratuidad propia de la red implica que quien quiera hacer negocio en ella debe reducir sus márgenes o no hará nada. Cuando esto sucede, la idea es negocio. Las empresas que explotan el streaming, como Netflix para vídeos y Spotify para música son exitazos. Netflix se ha cargado el emporio Blockbuster. Pero, claro, son éxitos con unos márgenes menores. No están orientadas a la explotación de los artistas y los creadores.