Supongo que es el momento de soltar un rollo sobre la "sabiduría del electorado", en este caso, el francés, que ha otorgado al señor Sarkozy una mayoría absoluta, pero no aplastante, como vaticinaban las encuestas. En la imagen, que saco de Le Monde, basada en las encuestas de Ipsos, CSA y Sofres se ve cómo la derecha ha ganado las elecciones pero ha perdido treinta o cuarenta diputados mientras que la izquierda las elecciones las ha perdido pero ha ganado unos cincuenta diputados. El mensaje que la "sabiduría" del pueblo ha mandado a las élites dirigentes es: reformad, sí, pero contando con la oposición. El señor François Fillon, presidente del Gobierno francés, con loable celeridad, ha reconocido la importancia de la oposición, garantizando sus derechos y ha coronado su explicación con una imagen que le sale del fondo del corazón: ya no hay, dice, franceses de izquierda o de derecha; sólo hay franceses. Siempre que escucho a alguien estableciendo estas unidades me acuerdo de emperador que lamentaba que el pueblo no tuviera una única cabeza para cortársela de un solo tajo. Confieso que cada vez me cae mejor este señor Sarkozy, en quien veo un estilo original; pero la verdad es que tiene un porte autoritario que ya está notándose. Sólo la mentalidad autoritaria puede proponerse en serio acabar con el "sesentayocho" porque fue un movimiento esencialmente antiautoritario. Más en el territorio del análisis político, parece razonable pensar que los socialistas se han beneficiado en masa de los votos de Movimiento Democrático de Bayrou en la segunda vuelta. De algo sirvió que doña Ségolène se marcara el debate en TV con Bayrou como el que se marca un tango en la segunda vuelta de las presidenciales; los electores del centrista han sido caballerosos.
dilluns, 18 de juny del 2007
Segunda vuelta, devuelta.
diumenge, 17 de juny del 2007
Ayuntamientos democráticos.
Ayer se constituyeron las corporaciones locales en España; un verdadero baile de acuerdos, pactos, alianzas, a veces contra natura si eso existiera en este territorio. Nada que no sea pura política que consiste en eso, en pactar, en llegar a acuerdos, cambalache. Una gran cosa, por cierto, porque es lo que sucede cuando nadie domina a los demás y puede imponer sus condiciones. Pactar es la esencia misma de la vida. Y tiene su riesgo. A los pactistas acaban llamándolos "pasteleros" en sentido despectivo (por lo que creo que el digno gremio de pasteleros debiera protestar) y gente de poca entereza. Ciertamente, resulta mucho más hermosa la figura del vencedor indiscutible, tiene algo de mítico, de wagneriano, de superhumano en el sentido de Nietzsche. El triunfador no entra en cambalaches, pactos o transacciones, puesto que todo lo resuelve con el filo de su espada o el poder de su doctrina o ideología.
Las gentes del común vivimos vidas hechas de compromisos, de pactos y transacciones y nos gustan los políticos que viven así también porque saben que las sociedades son muy complejas, en ellas conviven gentes muy distintas, que son mosaicos abigarrados y no líneas en el vacío. Por otro lado, como cada pueblo es un mundo (en Rusia, la comunidad aldeana, se designa con la misma palabra que mundo, mir) y en algunos de ellos los pactos se han realizado con entes políticos exclusivos de la localidad, la densidad de la red de alianzas es grande y ha dado lugar a una variedad de fórmulas de duración estimada variable. Del "pasteleo", el intercambio y el do ut des de la política municipal y (es de suponer) la no municipal, se han quejado de siempre los señoritingos de la derecha, los que, puestos a poetizar, ensalzaban la voluntad de sacrificio de la vida como milicia y otras majaderías; a estos se añaden ahora los izquierdistas fracasados y resabiados que, no siendo nada electoralmente, propugnan la abstención y encuentran atractiva la idea de romper las urnas porque, de todas formas, ellos no van a salir elegidos.
En líneas generales, el PSOE ha salido ganando, se lleva once alcaldías nuevas y pasa a regir ventitrés capitales de provincia y el PP ventidós. Menos mal que el PP ganó las municipales...
De lo que se atisba en Navarra es posible que se produzca una alianza entre los socialistas y los nacionalistas de Na-Bai. Es lo que dice querer el señor Blanco. Lo tiene fácil.
Palestina ya no existe.
Israel la ha devorado en algo más de cincuenta años. Cualquiera que eche una ojeada al mapa contiguo (que saco de una página web educativa) se dará cuenta de que el posible Estado palestino es una entidad territorial fragmentada y menguante. Ya la situación que emergió de la guerra de los seis días en 1967 era insostenible; esa propuesta del lado israelí de 2000 es un dibujo de bantustanes, no hay que engañarse, con el territorio de Cisjordania fácilmente troceable en tres partes e indefendible.
En este contexto, qué más quieren los israelíes que una guerra civil entre palestinos y la división territorial que se ha producido, con la minúscula y superpoblada Gaza independiente de hecho y camino al desastre. La guerra civil entre combatientes del mismo bando es una clarísima premonición de derrota total. Lo mismo pasó con los republicanos españoles en 1937. No me parece envidiable el destino del pueblo palestino. Su exterminio es cuestión de tiempo. Los israelíes lo tienen previsto, los estadounidenses lo alientan y los europeos lo toleran.
Un artículo de Imaz.
El artículo que publicaba ayer Josu Jon Imaz en El País requiere algún comentario. Supongo que no levantará entusiasmos en los círculos del abertzalismo radical, a quienes el señor Imaz achaca supeditación a ETA, pero es el artículo que los españoles querríamos leer de un presidente del PNV: lo primero, acabar con el terrorismo; luego, ya se verá.
La situación está ya tan clara que asombra cómo los de las pistolas no han conseguido cambiar de una vez y cesar en su actividad. En todo caso, es un asunto suyo y que ellos lo diriman. A los demás nos basta con saber que elpresidente del PNV y el PNV están en contra de la violencia de modo claro y contundente y nada de ambigüedades y sobreentendidos. Habiendo traspasado la línea roja de la última tomadura de pelo de la tregua tan unilateralmente rota como declarada, esta actitud del PNV, más acorde con los tiempos de lo que fue el Pacto de Lizarra, es exactamente lo que se necesita para terminar con ETA en el terreno policial y judicial. En el político hace ya algunos años que ETA es un cadáver.
dissabte, 16 de juny del 2007
La saga de Gara
Es curiosísimo el intento del periódico Gara de fabricar noticias como parte de una especie de plan general de emancipación o liberación del País Vasco. Un plan que tiene sus combatientes en otros frentes y en el de los medios de comunicación, también. A la hora de la liberación de la patria, cualquier cosa vale. Lo mismo dicen los grandes patriotas del nacionalismo español.
Hace unas fechas Gara amenazaba con publicar los compromisos que había adquirido el Gobierno y/o el PSOE en el curso del proceloso proceso. Acto casi seguido cumplió su amenaza, pero resultó que no había tales compromisos y, en todo caso, el Gobierno negaba haber adquirido alguno. Ahora no se habla de "compromisos" sino de reuniones o charlas que puedan haberse celebrado. Aparte de que reunirse y charlar con quien sea para ver de qué va la otra parte es lo más lógico del mundo, la cuestión es por qué este hecho haya de ser una noticia. En principio parece lógico pensar que de lo que se trata es de perjudicar al PSOE porque se supone que reconocer la existencia de estos contactos será embarazoso para él.
Quizá sí, quizá no. Si el periódico admite que no llegaron a nada porque el Gobierno se empeñaba en que cualquier acuerdo había de darse dentro de la legalidad española, eso hará ganar muchos puntos al Gobierno, que da la imagen que la gente pide, esto es, dispuesto siempre a negociar pero no a ceder.
Una vez que el Gobierno niega, cual ha hecho ya, la cosa se convierte en su palabra contra la de Gara y que cada cual crea a quien quiera. A mí, después de lo de los famosos "compromisos", creer a Gara me resulta algo difícil. La intencionalidad de la noticia, por llamarla de algún modo, es demasiado patente.
De todas formas, Gara tiene fácil probar sus afirmaciones. Puesto que, según dice, hubo testigos de organizaciones internacionales (o algo así), le bastará con nombrarlos y que ellos digan si hubo o no hubo las dichas reuniones.
Blogosfera
Tomo de un comentarista de ayer, que tiene un blog estupendo, Amputaciones, la iniciativa de una tentativa de "de-blogging". Pues a lo mejor le mando esto. Depende de cómo salga.
La última vez que eché una ojeada al Technorati, la cosa iba por muchos millones de blogs en el mundo. Pongo "muchos" porque no recuerdo si eran decenas o centenas y ahora estoy en un ordenata no muy rápido, así que se me perdonará que no precise. Millones. Muchos. En todas las lenguas. Mucho inglés, japonés, chino. Lo español es poco. Lo digo para los que aprecian las estadísticas. La velocidad de expansión es también apabullante. Algo que se expande tan rápidamente tiene que tener efectos muy vistosos. Y los tendrá. Todo el mundo lo profetiza.
Hablar de blogueros, por tanto, es hablar de la especie humana. Ser bloguero es ser humano. ¿Y los no blogueros? Pues también. Preguntarnos qué buscan los blogueros es preguntarnos qué buscan los seres humanos. Todo; porque hay para todo. Como pasa con los blogs.
Las clasificaciones por razón de contenido son casi infinitas. Pero una fórmula recoge o contiene la mayor cantidad de blogs: son diarios, diarios que cada cual lleva como su naturaleza le dicta. La diferencia con los tradicionales diarios, los cuadernos de pasta de hule o los coquetones blocs con broche de lazo, es que los blogs son privados y públicos al mismo tiempo. Y no por obligación porque cualquiera puede hacerse un blog pero no autorizar a nadie a verlo salvo a sí mismo. Ignoro si alguna patlaforma de blogs presta el servicio de soportar blogs que no pueda ver nadie, ni el que los hace, que sería la interpretación surrealista de la blogosfera.
Dicen que los blogueros nos pasamos el día mirándonos el ombligo. Añado yo: mirándonos el ombligo y recitando el mantra Om mani padme hum. Como todo el mundo. También dicen que sólo sabemos hablar de nosotros. Eso presupone que sabemos hablar, que ya es bastante; muchas gracias. Por lo demás, creo que asimismo como todo el mundo. Anda que no les gusta a los escritores hablar de sí mismos; y a los pintores y a los músicos y a los porteros y los repartidores de albaricoques.
No quiero eternizarme con esto. En mi caso, el diario cumple la función de ayudarme a reflexionar, a saber lo que pienso, a ponerlo por escrito, verlo y darle vueltas. Escribir y leer lo que se está escribiendo según va manando es una experiencia valiosa en sí misma, para mí esencial.
divendres, 15 de juny del 2007
El Rey en el Parlamento.
Presidió ayer el Rey el acto solemne en sede parlamentaria destinado a homenajear a la figura de don Adolfo Suárez, a quien hace poco fuera otorgado el Toisón de Oro y a los llamados "padres de la Constitución", cuyos nombres ya dan nombre a sendas dependencias del Congreso. Todo ello con motivo del trigésimo aniversario de las primeras elecciones democráticas en España después de las de 1936, que me llevó a la mesa redonda de las Escuelas Pías de que hablaba ayer y que estuvo interesante. Antes que yo hablaron los señores Jaime Pastor, Lourdes López Nieto, José Félix Tezanos y Andrés de Blas. De forma que, cuando me llegó el turno, ya lo habían dicho todo y mucho mejor de lo que pudiera hacerlo yo.
De todas formas me las ingenié para hacer un par de consideraciones que tengo ya planteadas en otras partes. La primera es acerca de esa manía de considerar que la transición fue un modelo, algo extraordinario, casi milagroso, que conseguimos hacer los españoles porque somos así de guapos: pasar de una dictadura a una democracia sin derramamiento de sangre. En mi opinión, hay ahí un error de visión pues la transición pacífica a la democracia es lo más natural y sensato del mundo mientras que lo milagroso, lo extraño, lo que hay que explicar porque no se entiende es cómo pudo haber una dictadura militar que duró casi cuarenta años en un país europeo.
La segunda consideración es acerca del carácter de la transición en sí. Como se sabe, no hay acuerdo acerca de su naturaleza. Hay quien sostiene que fue una inmunda traición a las esperanzas y objetivos de la verdadera izquierda, perpetrada por un partido seudosocialista y otro seudocomunista. Otros, en cambio, piensan que todo salió muy bien, que fue un exitazo y que cada cual estuvo en su lugar: el Rey, los militares, los curas, el pueblo llano, los políticos, etc. Entre estos dos extremos nos encontramos los demás. En mi opinión la transición fue el resultado de dos impotencias: la derecha franquista/continuista no pudo imponer su proyecto y la izquierda radical tampoco el suyo. No porque no lo intentaran ambas (asesinatos de Atocha, intentona de 1981, por un lado y huelgas de 1976, asesinatos y secuestros de ETA y GRAPO por el otro), si no porque fracasaron en el empeño y hubieron de avenirse a la chapuza que resultó y que, mira por donde, va camino de convertirse en el régimen político español más estable y prolongado de toda la historia de nuestro país.
La chapuza, la bendita chapuza. Mis sufridos lectores saben que es mi teoría: lo que mejor funciona en la historia son las chapuzas, donde nadie sale contento del todo ni nadie frustrado del todo. Líbrennos los dioses de que alguien -individuo, fuerza política, partido, grupo guerrillero, movimiento de liberación, orden religiosa, intelectual endiosado o plumilla de algún medio- pueda imponer su punto de vista irrestricto, su programa máximo y perfecto. Ahí es donde se acaba el interrego democrático y el Führer hace su omínmoda voluntad, como lo hicieron Hitler, Mussolini, Franco, Stalin y hoy Castro o Chávez, entre otros, todos valiéndose de un partido único (unitario, unido, uniforme, unicualquiercosa, el nombre es lo de menos), el "principe moderno", según enseñaba Gramsci, ese Gramsci que, al parecer, anda explicando a las agradecidas multitudes el señor Hugo Chávez que parece acabar de haberlo descubierto para bien de su pueblo amado.
Al feraz campo de la chapuza pertenece el hecho de que el mismo monarca de la foto superior que ayer dijo ante sus señorías y más de seiscientos invitados que la:
"armónica convivencia democrática entre todos los españoles, dentro de la unidad de España y de nuestro modelo de vertebración territorial (...)es el norte que me guía como Rey por amor a España y compromiso con la libertad"

Chapuza, bendita chapuza, que ha permitido que un Rey, impuesto por un dictador criminal, haya cooperado, tolerado, alentado, pilotado, acelerado o no obstaculizado (escójase el participio que más plazca) una transición a esta democracia tan imperfecta, escamoteando in itinere el peliagudo contencioso República/Monarquía, de forma que hoy día se da el milagro de que un país de republicanos no se diga monárquico sino juancarlista, que viene a ser el último grito del fulanismo unamuniano.
Chapuza, bendita chapuza producto de dos impotencias cruzadas, de dos fracasos: el de los perfeccionistas partidarios de continuar la dictadura sin el dictador y el de los perfeccionistas partidarios de una ruptura revolucionaria que hubiera puesto a España, por entonces en proceso de expansión capitalista, a la altura de alguna de las llamadas "democracias populares" de Europa central y oriental, regímenes que sus poblaciones detestaban, como se vio claramente en los años noventa.
La teoría de la chapuza es la versión posmoderna de esos otros enunciados, muchas veces vistos como auténticas leyes, pero formulados de formas distintas, según qué intereses de clase, grupo o comandita sirvieran, esto es, la idea cristiana de que "Dios escribe recto con renglones torcidos"; equivalente a la máxima de la burguesía utilitaria inglesa de la dialéctica entre los vicios privados y las virtudes públicas; convertida en la "astucia de la razón" del romanticismo hegeliano; o la idea marxista de que los hombres hacen la historia, pero no saben la historia que hacen.
Sondeos.
Dícese en el sondeo de la SER (que responde al peregrino nombre de "Pulsómetro") de ayer que el PSOE aventaja al PP en tres puntos porcentuales en intención de voto y que, antes de la ruptura de la tregua, esos puntos eran seis. Si hacemos una proyección simple estará claro que, con un atentado de ETA, esos tres puntos de diferencia se convierten en cero. Un segundo atentado, pondría al PP por delante del PSOE en otros tres puntos. De aquí que se diga que al PP le interesaba que ETA rompiera la tregua y al PSOE que la mantuviera. Tanto es así que cuando ETA la rompió de hecho con el bombazo de la T4, el Gobierno actuó ambiguamente, como si no la diera por rota, hasta que los etarras ya le devolvieron el anillo de pedida formalmente a través del Gara. Por esa misma razón se dice que al PP le interesa que haya atentados. Los conservadores se enfurecen cuando se apunta algo así y se escandalizan y rasgan las vestiduras. Pero los números cantan y, para explicar la situación puede recurrirse a un sabio truco de que hacía uso Stalin quien sostenía que se podía ser objetivamente un enemigo del pueblo, aunque uno se creyera subjetivamente que era un fiel seguidor de las esencias revolucionarias. De ese modo podía fusilarse a revolucionarios que, aunque pensaran otra cosa, eran objetivamente contrarrevolucionarios.
Lo más claro, con todo, es que la historia nunca tiene un comportamiento mecánico. Puede haber atentados de ETA y subir al mismo tiempo la popularidad del PSOE y del gobierno. La opinión pública no es un comportamiento fácilmente predecible, sobre todo en situaciones críticas. Esa misma opinión tiene tendencia a conjugar creencias y expectativas que pueden parecer contradictorias o inconsecuentes. Por ejemplo, el 86% aprueba que el señor De Juana esté entre rejas y el 74% que le haga compañía el señor Otegi. Prueba de que un sector importante de la población es partidario de la "mano dura" con el terrorismo y el independetismo vascos. Pero, al mismo tiempo, un 67/68% de (es de suponer) la misma población sostiene que el Gobierno debe seguir intentado el diálogo aunque ahora haya fracasado, de donde se sigue que también hay un alto porcentaje de la población partidario de mano no tan dura. Y lo curioso es que en parte se solapan, en un caso claro de disonancia cognitiva.
dijous, 14 de juny del 2007
Una pregunta absurda.
Bien, ¿y cuál era la "pregunta absurda", la única que se le había ocurrido a este trío de genios? La siguiente:
¿cuáles son los objetivos políticos del Gobierno hasta el fin de la legislatura?No salgo de mi asombro. Estoy pasmado, atónito. No doy crédito a lo que veo. Ando desnortado y sin brújula. Estoy apabullado. No creo que pueda superar la impresión que me ha producido el asunto.

Están tan acostumbrados al absurdo que, para una vez que no hacen el ridículo, se sienten absurdos.
(Representaciones del legendario rey de Sri Lanka Rawana, el de las diez cabezas, figura tradicional y bastante absurda, procedente del Ramayana, fuente de inspiración de poetas).
¡Treinta años!
Mañana quince de junio se cumplen treinta años de las primeras elecciones democráticas en España desde las de febrero de 1936. La fecha decisiva de la transición, que lleva camino de acumular más bibliografía que la guerra civil. La transición que unos desdeñan, otros aborrecen, los de aquí alaban, los de allá critican, los de más allá idolatran y muchos además por razones contradictorias. Un hecho tan contingente como todos los de la historia pero que simboliza el momento en que los españoles recuperamos la libertad y la dignidad que nos habían sido arrebatadas por un general traidor que se levantó en armas contra el gobierno legítimo del Estado que le había confiado el mando.
En aquellas elecciones compitieron muchísimos partidos (algunos hasta se llamaban "partidos taxi") siendo cuatro los más importantes a escala nacional o estatal, adjetivos estos en España discoincidentes. Los partidos representaban auténticas alternativas diferenciadas que trataron desde el primer momento de identificarse con los rostros de sus dirigentes por aquello de la era de la imagen. Al recordarlos ahora se les rinde aquí un modesto homenaje.
Un joven Felipe (el único político, junto a José-Antonio, a quien la gente llama por el nombre de pila en el siglo XX) era el rostro del socialismo y de una amplia izquierda que, en otras condiciones seguramente hubiera votado a los comunistas, pero se volcó en el PSOE en muy buena medida por haberse rejuvenecido con los chicos de la pana. Interesante cuestión contrafáctica, ¿cuántos votos hubiera obtenido el PSOE si su "cara" fuera la del señor Rodolfo Llopis, con todos mis respetos? Llamo la atención sobre el empleo de los términos "voto" y "fuerza", fáciles de unir en "la fuerza del voto", inteligente halago a los votantes.
El tercer partido en votos, el Partido Comunista de España (PCE), que sufrió un gran descalabro a tenor de sus expectativas, compartidas por mucha gente que auguraba un segundo lugar en votos al PCE, al ejemplo italiano y francés de aquellos años, la troika del eurocomunismo. El cartel (que saco del blog Archivo de la democracia), un prodigio de hacer de necesidad virtud. Un Carrillo, veterano de la guerra civil, aparece rejuvenecido y desgalichado, en camisa y con el nudo de la corbata flojo, como si fuera Carl Bernstein. A su vera, pero en posición ligeramente inferior, Pilar Bravo (q.e.p.d.), cabeza de lista de Alicante, supongo. La juventud de un radiante rostro femenino junto a la sagaz experiencia del viejo dirigente. Buena combinación. Por entonces, el PCE -que se presentaba con sus siglas- llenaba plazas de toros. Quién lo diría, ¿verdad? Con razón confiaban en sacar mucho más que el magro 9,33% del voto, con 19 diputados frente al 29,32% del PSOE y sus 118 diputados. Todavía en las de 1979, el PCE sacó otro irrisorio 10,82% y 23 escaños. Tempus omnia rapit. A partir de ahí, el desplome con un breve respiro en 1996 de 21 diputados.
La derecha, a la que no gustaba el término "partido" de malos efluvios franquistas, se llamaban "Alianza Popular". Lo de Alianza tiene bemoles porque recuerda así por lo bajo al arca de la alianza y la Santa Alianza. Un Fraga rozagante, con el coco seccionado porque tenía mucho y en él, al decir de Felipe, "cabía el Estado", aparece con la palabra mágica del pensamiento tecnocrático: "soluciones". Para qué es lo de menos. Para lo que haga falta. Por algo le llamaban "Zapatones". Lo del PDP, en el extremo inferior derecho, con una flecha que parece un abeto bonsai pertenece al territorio del esperpento. La derecha franquista, como los comunistas, esperaba un buen resultado y hubo de conformarse con 16 diputados. Volvió a presentarse en 1979, como Coalición Democrática con los llamados "siete magníficos", de los cuales seis habían sido ministros del Invicto y el número de diputados se redujo a diez. Desde entonces han crecido mucho.
Pero las elecciones las ganó el señor Suárez, o sea, la democracia, como dictamina el Time. Buena portada. Con el 34,44% del voto, la UCD obtuvo 166 diputados, mayoría simple... y a negociar, que es lo que hay que hacer en política. En 1979, subió a 168 escaños, nueva mayoría simple y a seguir negociando hasta que hubo una intentona militar. Los españoles debemos mucho al señor Suárez. Tengo para mí que dimitió para evitar un golpe de Estado que los militares, a pesar de todo, acabaron tratando de dar.
En todo caso, hoy, 14 de junio, hay un acto de recordatorio del trigésimo aniversario de las elecciones de 1977 en el centro de la UNED en Escuelas Pías, en Madrid, calle Tribulete, 14, pleno Lavapiés. Hay una exposición de la colección iconográfica de Ramón Adell, del que ya se ha hablado aquí, y una mesa redonda en la que participa servidor y otras mucho más meritorias personas. Están Vds. cordialmente invitados.
Blowin' in the past.
Tenía pensado callarme, pero ¿cómo voy a hacerlo cuando dan el premio Príncipe de Asturias de las artes a Bob Dylan, el grande, el único? Comprendo cómo se sienten los seguidores de Elvis, los de Frank Sinatra y hasta los de Engelbert Humperdinck, voto a tal; espero comprendan ellos cómo nos sentimos los de Dylan. ¿Qué voy a decir? He corrido a escuchar Hurricane y Highway 61 revisited y, al final, en mitad de la fabulosa Balada de Frankie Lee y Judas Priest, me decidí por lo primigenio y genuino, Blowin'in the wind. Es lo que oí a mediodía que hacían los de "Clásicos Populares" en Radio Nacional, que pusieron una versión magnífica. Fernando Argenta hizo un análisis de eso que podríamos llamar "el sonido de los sesenta", recordando que incorporaba un sueño, una visión utópica que "desgraciadamente, no se ha realizado". ¿Cómo que no? Escuchen esto. Por cierto, las palabras del presentador son excelentes: "No hay mejor manera en el mundo de conocer un país y a su gente que escuchar su música".
Yes 'n' how many times must a song be sung before we get to its heart?
dimecres, 13 de juny del 2007
Ciegos en Gaza.
Ciegos están los palestinos. Tan ciegos como Sansón cuando los filisteos, enemigos de los israelitas, le sacaron los ojos. Sólo que a estotro Sansón colectivo palestino, descendiente de los antiguos filisteos, los ojos se los ha sacado Israel y, con Israel, los EEUU y con Israel y los EEUU, la Unión Europea. Y ahí los hemos dejado, un millón y medio de personas hacinadas en ese campo de concentración que es de hecho Gaza, sin sueldos desde hace más de diez meses, sin dinero, sin trabajo, sin luz ni casi agua, sin atención senitaria, sin medios para que, ciegos de ira y miedo, se entrematen y ahorren así los últimos (y vergonzosos) pasos de una erradicación y "limpieza étnica" que comenzó en 1948 y se consolidó en 1967, hace hoy cuarenta años cuando , tras la guerra de los seis días, Israel consolidó y amplió la ocupación de los territorios palestinos. Y en esa terrible tarea están en estas últimas jornadas en que, efectivamente, Hamas -los radicales islámicos- parecen haber intentado un golpe de Estado con la lunática intención de forzar un gobierno independiente en Gaza (véase en el mapa), al que se han opuesto los moderados de Al-Fatah, dando comienzo a una guerra civil en ese angosto espacio que puede ser ya la última antes del hundimiento definitivo en el caos.
El actual conflicto empezó cuando en enero de 2006 Hamas ganó las elecciones legislativas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), una especie de ente político semisoberano en los dos territorios de Gaza y Cisjordania -West Bank en el mapa- que, en realidad son una especie de Bantustanes (unas a modo de reservas en que la hoy extinta Unión Suadfricana trató de recluir a las etnias negras mayoritarias) de reducidas dimensiones. Hamas obtuvo 76 de los 132 escaños y Al-Fatah, 43. Israel y los EEUU se negaron a reconocer esa victoria y cualquier gobierno que se constituyera sobre ella y suspendieron la ayuda económica a Palestina. Israel incluso retuvo los ingresos arancelarios que recauda en nombre de la ANP. La Unión Europea, más ladina, hizo lo mismo, condicionando la ayuda que presta al hecho de que el gobierno palestino reconociera el Estado de Israel. En junio de 2006, el Presidente Mahmud Abas (Al-Fatah) y el primer Ministro, señor Haniya acordaron un documento "sobre los dos Estados", que reconocía implícitamente al Estado israelí. Es el momento en que Israel, pretextando el secuestro de un soldado, agredió a los palestinos y encarceló prácticamente a toda la dirección de Hamas, haciendo imposible el acuerdo.
En septiembre de 2006, el primer intento de Gobierno palestino de "Unión nacional" entre Hamas y Al-Fatah, cayó víctima de los enfrentamientos entre los dos bandos. El segundo, puesto trabajosamente en pie en febrero de este año gracias a la mediación de Arabia Saudita, es el que se vino ayer abajo en medio de la nueva guerra civil entre palestinos, luego de que el señor Abbas no consiguiera convencer a Hamas el mes pasado de que reconociera al Estado de Israel.
Ciegos de desesperación, ira y angustia en Gaza, los palestinos -al menos el sector radical de Hamas, mayoritario, no se olvide- parecen preferir morir como Sansón, bajo los muros del templo. Sólo que esta vez Sansón no se llevará a los enemigos por delante sino solamente a su propio pueblo. Ese pueblo que sobrevive en condiciones infrahumanas desde hace cuarenta años en el horror del angosto territorio que es Gaza, con el 70% de la población por debajo del nivel de pobreza y que, en el último año ha visto descender sus ingresos entre un 40% y un 60% más.
Carece ya de sentido formular las habituales advertencias a los israelíes, esas que se hacen siempre con exquisitos cuidados, diciendo "por el bien del propio Israel", debe cambiar de actitud hacia los palestinos. La nueva operación de Gaza, el muro de Cisjordania, todo, absolutamente todo lo que hace Israel está orientado al exterminio de los palestinos. Con la ayuda de los EEUU.
Pero como miembro de la Unión Europea, cuyo responsable de política exterior es un socialista español me siento avergonzado de cómo estamos contribuyendo a este nuevo exterminio a cámara lenta (no quier hablar de holocausto para no herir susceptibilidades) de un pueblo sin presente, sin futuro, sin esperanza, humillado, preterido, torturado y acosado hasta cegarlo de tal modo que ya está entrematándose.
No creo en Dios alguno, ni en el de los judíos, los musulmanes, los cristianos (que, por cierto, parece ser el mismo) ni en ningún otro. Pero si alguno tiene el sentido del humor de existir, bien podía descargar su ira sobre nosotros y no sobre esos infelices cuyos chavales no pueden ir hoy a hacer los exámenes al instituto porque los matan por las calles.
Navarra, crisol de la raza.
Tantas veces se dijo en la precampaña y campaña electorales que Navarra no podía ser (pero iba a ser) moneda de cambio si las recias huestes de la Hispanidad no se imponían mayoritariamente a los intentos de los masones progres e islamofacistas del PSOE que, al final, ha resultado que Navarra ha sido y está siendo en este momento moneda de cambio y moneda desgastada, la mala moneda de la copla, que de mano en mano va. Para los politólogos especialistas en coaliciones de gobierno, el vetusto reino es un laboratorio excelente. Así, a vista de pájaro, detecto la siguientes combinaciones posibles (tómese nota de las letras):
Pensables:
A.- Coalición de Gobierno UPN/PSN (con dos variantes, UPN/psn u upn/PSN).
B.- Gobierno minoritario de UPN con apoyo parlamentario de PSN.
C.- Coalición de Gobierno PSN/NaBai/EB.
D.- Gobierno minoritario de PSN con apoyo electoral de UPN.
E.- Gobierno minoritario de PSN con apoyo parlamentario de NaBai y EB.
F.- Gobierno minoritario de NaBai/EB con apoyo electoral del PSN.
Impensables.
G.- Coalición de Gobierno UPN/NaBai.
H.- Gobierno minoritario de UPN con apoyo de NaBai.
I.- Gobierno minoritario de NaBai/EB con apoyo parlamentario de UPN.
Como se ve, de los pensables, el elemento esencial es el Partido Socialista, el pivotal, en torno al que pueden actuar los demás. Todos los que tienen algún interés creado en una u otra de estas fórmulas amenazan con los posibles resultados electorales adversos del Partido Socialista; en Navarra si se aplican las fórmulas A (variantes A1 y A2), B y D. En España si se aplican las fórmulas C, E y F.
Por supuesto, innecesario perder el tiempo con las coaliciones impensables. Las presiones, represiones, ofertas y contraofertas recuerdan ya un zoco magrebí. Y eso que Navarra no iba a ser "mala monea" o moneda de cambio. Los populares ya han dicho que esperan a ver qué se hace en Navarra y con las listas de ANV para calibrar la voluntad del gobierno. Es decir, se avecinan nuevas tormentas. Y eso que el señor Rajoy dice que hoy no preguntará sobre terrorismo al Gobierno en la sesión de control del Parlamento. Nos ha fastidiado, es que si preguntase sería cuestión de que todos a nuestra vez nos preguntáramos de qué había servido la escena del sofá en La Moncloa, de la que el señor Rajoy salió tan contento. En todo caso, tengo una propuesta, pues a uno le gusta ser constructivo, a saber: ¿por qué no se desliga lo que pase en Navarra y con las listas de ANV de la unidad de la política antiterrorista? Se trata de cuestiones que se plantearon en mitad de la bronca, con anterioridad a este idílico clima de unidad que dicen se respira hoy y que yo no percibo en modo alguno; al contrario, lo que percibo es que el señor Rajoy y los rajoyes del PP están tan agresivos como siempre o más. Eso de la unidad sólo lo entienden cuando es de destino en lo universal; en todo lo demás, van a la yugular. No obstante, como todo el mundo dice que se ha dado un paso hacia esa ansiada unidad (y una porra) ¿por qué no dejar las cuestiones navarras atrás, que salga el sol por Antequera y la unidad de acción contra el terrorismo comienza el día 17 de junio, un día después de la constitución de las corporaciones locales, con la propuesta, por ejemplo, de un nuevo pacto contra el terrorismo y por la libertad en el País Vasco, del que, en principio no debe estar excluido nadie salvo los terroristas y sus trujamanes? Y, entre tanto, que se hagan las coaliciones que a cada cual le convengan más. ¿A que eso no sale? Por cierto, leo que el señor Otegi, desde el trullo, insiste en que el diálogo es la única vía de solución del conflicto. Ahora tiene tiempo para dialogar. Lo que no tiene, me temo, son interlocutores.
¿Bestia salvaje o demagogos amarillentos?
¡Vaya chorreo que cayó ayer a la prensa, sobre todo la de la red! Mr. Blair, ya a punto de despedirse, ha decidido ajustar cuentas con los tabloides y la prensa digital. De tabloides sé poco porque no los leo, pero de la prensa digital tengo una idea y en ella se encuentra de todo, prensa muy digna, de alta calidad y verdadera basura. Probablemente abunda más la basura por una ley escatológica que no hace falta explicar, pero tampoco me parece que sea basura por "destrozar la reputación de las personas", como señala Mr. Blair, sino porque, simple y llanamente, es basura.
Por lo demás, los términos empleados, "bestia salvaje" (feral beast) no están nada mal. Evocan la leyenda de "La bella y la bestia" (que, a veces, se dan en la misma persona, como en ese inquietante cuadro de Munch), esa bestia salvaje y tierna que se enamora de la bella tan tontamente como King Kong de la dulce Ann Darrow.
Más duro, en mi opinión fue el alegato definitivo de la fiscal Olga Sánchez en el juicio por el 11-M. Tiene carácter esta señora Sánchez y dijo verdades como puños. El juez Bermúdez, que está tan al cabo de la calle como todo quisque de que la señora Sánchez tiene razón, la instó a que no hiciera observaciones sobre personas ajenas al proceso...pero después de haber escuchado el atinado y contundente juicio de la fiscal que dijo que los periodistas que han inventado, dado pábulo, mantenido, alentado y utilizado el bulo de la conspiración no tienen categoría profesional. Pues claro que no. Pertenecerían más al gremio fabulador o literario que al estrictamente periodístico y, dentro de aquel, al de la literatura de ínfima calidad porque todas las historias inventadas para obstaculizar el proceso del 11-M demuestran que hay informadores -de hecho, en todos los periódicos y medios de la derecha que son la inmensa mayoría- al servicio del Partido Popular y que, además de estar al servicio de un partido (al servicio, como está el chico de los recados, vamos) carecen de sentido del ridículo. Claro que, a cambio de hacer este espantoso ridículo parece que ingresan pingües beneficios y, como decía Góngora, "ande yo caliente y ríase la gente". Calientes no; andan ardiendo.
dimarts, 12 de juny del 2007
ETA es una gran nación.
La miseria moral de la derecha española en general y del señor Rajoy en particular no tiene límites. En un momento crucial en que se trataba de hacer un acto de afirmación unitaria, para enfrentarse al enemigo común, han sido incapaces de estar a la altura de las circunstancias.
Se han negado a una rueda de prensa conjunta en La Moncloa por escatimar una baza al presidente del Gobierno. El señor Rajoy ha reiterado sus falsedades, aunque disfrazándolas con hipocresía ("el Gobierno tiene mi apoyo para derrotar a ETA, no para negociar con ella", como si alguien hubiera hablado de negociar tras la ruptura de la tregua). Ha mantenido su exigencia de rectificación y responsabilidades, si bien haciéndolo de modo esquinado, subrepticiamente, como si no lo hiciera: "No es el momento de pedir rectificaciones. Tiempo habrá para pedir responsabilidades". Y se ha lanzado a hablar como si fuera él el presidente del Gobierno, en una especie de alegato electoral, contando lo que él piensa hacer, sus propósitos, sus intenciones que, por cierto, tienen el valor que tienen.
Lo llaman a La Moncloa en un intento de lograr colaboración en beneficio de todos y trata ensombrecer al presidente que lo ha llamado y de ocupar su lugar, brillando con luz propia, como si la tuviera.
Así que ese lapsus increíble que tuvo en su afán por ocupar el centro del escenario y leer el texto provocador que le habían preparado es un justo castigo de los dioses.